M3 Buscar
M3 Buscar
M3 Buscar
Reconocer los Derechos Humanos, a partir del recuento histórico de los diversos textos
jurídicos fundamentales mexicanos, para poder identificar cronológicamente su aparición
y el desarrollo de las tres generaciones de éstos.
Introducción
Las herramientas jurídicas de las que se dispone para hacer efectivo el ejercicio de los
Derechos Humanos, han atravesado una serie de movimientos sociales, en aras de dejar
plasmado en la legislación nacional vigente, el vehículo para la defensa y protección de
estos Derechos. Ante ello, se hace necesario adentrarnos en el conocimiento del
contenido de dicha legislación.
Además de las ideas de Morelos, la redacción de esta Constitución tomó como base los
principios establecidos en la Constitución de Cádiz y se fundamentó en el modelo liberal-
democrático de la constitución francesa.
Al llegar al poder, Antonio López de Santa Anna se declaró a favor del partido
conservador, deroga la legislación anterior con tintes liberales y termina adoptando una
estructura republicana pero centralista cuyas bases se concretan en las siete Leyes
Constitucionales de 1836.
Ø Tercera ley.- Del poder legislativo de sus miembros y de cuanto dice relación a la
formulación de las leyes.
Ø Sexta ley.- División del territorio de la República y gobierno interior de sus pueblos.
En 1843 se reformaron las Leyes Constitucionales para quedar como Bases Orgánicas
del Estado Mexicano de 1843, conteniendo también el reconocimiento de algunos
derechos; manteniendo el corte centralista y a la religión católica como la del Estado.
En esta Acta Constitutiva encontramos los siguientes derechos: igualdad (artículo 5º);
libertad (artículos 2º, 5º y 26); seguridad jurídica (artículos 5º y 25); propiedad (artículo 5º)
y derechos políticos (artículos 1º-4º).
A pesar de que el concepto tardó en madurar y ser reglamentado, las bases se sientan en
estas líneas, cuyo alcance fue fundamental para la defensa de garantías individuales en
nuestro país y cuya reciente reforma (06 de junio 2011) abre una nueva etapa para la
defesa jurisdiccional de los derechos humanos.
En marzo de 1854 se firma el Pacto de Ayutla en Guerrero, en éste se cesa del poder a
Antonio López de Santa Anna y se convoca a un Congreso extraordinario, se instauraría
posteriormente un nuevo constituyente que se dedicó a trabajar sobre la constitución
entre 1856 a 1857.
Como bien lo dice Emilio Rabasa “Ni los más conservadores del `57´se opusieron a
consignar a las libertades humanas en la Constitución. Lo realizado en Inglaterra, Estados
Unidos y Francia, significa material insoslayable, `cuño corriente´ en todo el mundo
ilustrado del siglo XIX”.
En el periodo comprendido entre 1877 a 1911Porfirio Díaz concentró las atribuciones del
Congreso y del órgano judicial, situación que - entre otras causas - condujo a la
Revolución Mexicana de 1910 liderada por Francisco I. Madero. Tras los asesinatos de
Madero y su vicepresidente, Pino Suárez, en 1913, se produce el levantamiento conocido
como la Revolución constitucionalista encabezada por Venustiano Carranza. Al triunfó de
ésta, se convocó a un Congreso en 1916, pero lo que se había concebido como una
reforma a la Constitución de 1857, dio origen a la promulgación de la Constitución de
1917, que a pesar de que textualmente indica ser una reforma a la de 185 7, es un hecho
que el proyecto que acuñó Carranza fue modificado y si es verdad que no se tocaron los
principios básicos: soberanía popular, división de poderes y derechos individuales, si se
incluyeron ideas revolucionarias que dieron paso a garantías sociales así como a la
creación de instituciones que brindan beneficios para los mexicanos hasta nuestros días.
En años subsecuentes, particularmente en las décadas de los setentas, ochentas,
noventas, así como recientemente, se dieron importantes reformas constitucionales en
materia de amparo y derechos humanos, pero ese mismo texto es el que se encuentra
actualmente vigente en el país.
Según la definición de J. Jesús Orozco Henríquez y Juan Carlos Silva Adaya, “los
derechos o garantías de igualdad establecen el goce y disfrute de los derechos y
libertades previstos en el orden jurídico mexicano para toda persona, por igual, sin
distinción alguna”. De este concepto podemos distinguir la ausencia de discriminación, de
esclavitud, de títulos nobiliarios, entre otros.
Ø Igualdad de derechos ante la ley del hombre y la mujer (artículo 4º, párrafo segundo).
La diferencia de sexo no podrá ser pretexto para que se dé un trato distinto.
Para Miguel Carbonell, los derechos de libertad son -en términos de derechos
fundamentales- aquellos que generan ámbitos de inmunidad en favor de los individuos y
que no pueden ser traspasados por el Estado, es decir se constituyen como límites
negativos para el poder público, obligándolos a no interferir tratándose de conductas
amparadas por estos derechos.
Ø Nulidad de los convenios atentatorios contra la libertad personal (artículo 5º, párrafos
quinto, sexto y séptimo). Nadie puede ser obligado a celebrar ningún contrato, convenio o
pacto, en el que alguna de las partes pierda o quede limitada por desconocimiento, la
libertad personal de las personas, o bien que se vea obligada a abandonar su país
temporal o permanentemente.
Ø Posesión de armas en el domicilio para la seguridad y legítima defensa (artículo 10).
Todas las personas podrán tener en su domicilio para su seguridad y defensa, algún tipo
de arma, siempre y cuando ésta sea de las permitidas por la ley y exista previa
autorización de la autoridad correspondiente.
Ø Libertad de tránsito y de residencia (artículo 11). Toda persona tiene derecho para
entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin
necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes.
Se reconoce a toda persona perseguida politicamente a recibir el asilo político, así como a
toda persona huyendo por razones humanitarias a recibir refugio. El ejercicio de estos
derechos estará subordinado a las facultades de la autoridad judicial, en los casos de
responsabilidad criminal o civil, y a las de la autoridad administrativa, por lo que toca a las
limitaciones que impongan las leyes sobre emigración, inmigración y salubridad general
de la República, o sobre extranjeros perniciosos residentes en el país.
Ø Libertad de expresión (artículo 6º). Toda persona podrá expresar libremente sus ideas
por cualquier medio de comunicación (escrito, oral u otro), con la salvedad de los casos
en que estas expresiones, ataquen la moral o los derechos de otros o constituya la
comisión de algún delito.
Ø Derecho a la información (artículo 6º). El Estado debe garantizar, el derecho que gozan
las personas para buscar, conseguir, publicar y divulgar información e ideas, por cualquier
medio electrónico, informático, etcétera.
Ø Libertad de imprenta (artículo 7º). Ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa
censura, ni exigir fianza a los autores o impresores, ni coartar la libertad de imprenta, los
límites serán la vida privada, la moral y la paz pública. En ningún caso se podrá
secuestrar la imprenta como instrumento del delito. Además se hará lo necesario para
evitar que con el pretexto de las denuncias por delitos de prensa, sean encarcelados los
expendedores, "papeleros", operarios y empleados del establecimiento donde haya salido
el escrito denunciado, a menos que se demuestre previamente su responsabilidad.
Ø Libertad de cultos (artículos 24, párrafos primero y tercero y 130, párrafo tercero). Los
actos religiosos de culto público se celebraran ordinariamente en los templos y aquellos
que extraordinariamente se celebren fuera de éstos se sujetarán a la ley reglamentaria.
Las agrupaciones religiosas tendrán personalidad jurídica como asociaciones religiosas
una vez que obtengan su correspondiente registro.
Ø Libertad de asociación, de reunión en general y con fines políticos (artículos 9º, párrafo
primero y 35, fracción III). No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse
pacíficamente con cualquier objeto lícito; pero solamente los ciudadanos de la República
podrán hacerlo para tomar parte en los asuntos políticos del país y ninguna reunión
armada tiene derecho de deliberar.
Ø Libertad de manifestación o reunión pública para presentar a la autoridad una petición o
protesta (artículo 9º, párrafo segundo). No se considerara ilegal, y no podrá ser disuelta
una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta
por algún acto a una autoridad, si no se profieren injurias contra esta, ni hace uso de
violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee.
Son los derechos que establecen los requisitos que deben observar las autoridades y/o
servidores públicos en la aplicación de la ley, lo que significa que estos últimos, no
pueden transgredir las normas aplicables al caso concreto y su actuación en todo
momento deberá estar fundada y motivada, es decir, deberán citar los artículos de las
normas bajo las cuales actúan, explicado las causas que dan sentido a la resolución o
requerimiento de que se trate.
Como Carbonell lo señala, este tipo de derechos son lo que más clara relación guardan
con el concepto de Estado de derecho, en el sentido que los órganos públicos y sus
operadores deben respetar la ley dentro de su funcionamiento y organización pero sobre
todo en su relación con el ciudadano.
Ø Irretroactividad de la ley (artículo 14, párrafo primero). En este sentido las leyes no
pueden tener efecto en los hechos anteriores a su promulgación pero la constitución es
mucho más específica al enunciar “en perjuicio de persona alguna”, por lo que las
interpretaciones en sentido contrario que se hacen al respecto identifican que sí se puede
dar la retroactividad de la ley cuando beneficia a la persona.
Ø Derecho a la exacta aplicación de ley en materia penal (artículo 14, párrafo tercero)
Quedando prohibido imponer, por simple analogía, y aún por mayoría de razón, pena
alguna que no esté decretada por una ley exactamente aplicable al delito de que se trata.
Ø Derecho a la legalidad en materia civil (artículo 14, cuarto párrafo) la sentencia
definitiva deberá ser conforme a la letra o a la interpretación jurídica de la ley, y a falta de
ésta se fundará en los principios generales del derecho.
Ø Derecho a la vida privada: a) inviolabilidad del domicilio (artículo 16, párrafos primero,
octavo, noveno, decimoprimero y decimotercero); b) inviolabilidad de las comunicaciones
privadas (artículo 16, párrafo noveno) y c) inviolabilidad de correspondencia (artículo 16,
párrafo decimosegundo).
Ø Detención sólo con orden judicial (artículo 16, párrafos del segundo al séptimo). La
constitución señala la condición de la orden de autoridad judicial para una detención,
salvo en los casos de flagrancia en los que cualquier persona podrá hacer la detención
con el requerimiento de la puesta a disposición inmediata de autoridad más cercana y
ésta al Ministerio Público, y los casos de urgencia tratándose de delitos graves, cuando
exista riesgo de que la persona pueda sustraerse de la acción de la justicia y no se pueda
ocurrir ante autoridad judicial, el MP puede ordenar la detención.
Ø Derechos del detenido y detención de personas sólo con fundamento en las leyes
(artículos 16 párrafo decimo, artículo 19, párrafos primero a tercero así como 20, apartado
A, fracciones I, II, V, VII y IX y último párrafo).
Ø Derechos de los reclusos (artículos 18, párrafo segundo y tercero). Otra reforma de
junio del 2011 es que el sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a
los derechos humanos.
Ø Derechos de los Menores infractores (artículo 18, párrafo cuarto). Se les debe
garantizar los derechos fundamentales que reconoce la Constitución para todo individuo,
así como aquellos derechos específicos que por su condición de personas en desarrollo
les han sido reconocidos.
Ø Garantías del proceso penal (artículo 20, apartado A) Recordemos que el proceso
penal será acusatorio y oral y se regirá por los principios de publicidad, contradicción,
concentración, continuidad e inmediación.
Ø Derechos de la víctima u ofendido (artículo 20, apartado C). Recibir asesoría jurídica,
coadyuvar con el ministerio público, recibir atención médica y psicológica, reparación del
daño, a que se salvaguarde su identidad, solicitar medidas cautelares, entre otras.
Ø Prisión preventiva sólo por delitos que ameriten pena privativa de la libertad (artículos
18, primera parte del párrafo primero y 20, párrafo segundo de la fracción IX del apartado
B). Y no podrá extenderse más allá de lo acordado en la sentencia por falta de honorarios
o alguna responsabilidad civil.
Ø Competencia del Ministerio Público para investigar y perseguir los delitos (artículo 21,
párrafo primero). Esto compete también a las policías, las cuales actuarán bajo la
conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta función.
Ø Imposición de penas exclusiva de la autoridad judicial (artículo 21, párrafo tercero) así
como su modificación y duración.
Ø Prohibición de ser juzgado dos veces por el mismo delito (artículo 23) ya sea que en el
juicio se le absuelva o se le condene Así mismo ningún juicio criminal deberá tener más
de tres instancias.
Ø Derecho a votar y ser votado para ocupar cargos de elección popular (artículo 35,
fracciones I y II).
Ø Derecho a ser nombrado para desempeñar algún otro empleo, cargo o comisión en el
servicio público (artículo 35, fracciones I y II).
Aun y cuando en el módulo anterior se abordó el tema de las garantías sociales, vale la
pena recordar que los derechos sociales persiguen como objetivo primordial, el bienestar
individual y colectivo de las personas, tanto en lo económico como en lo cultural, para
lograr una vida digna.
Los derechos sociales que contempla nuestra Ley Fundamental son en términos
generales y por los rubros específicos, los siguientes:
Complementariamente a todos estos derechos, podríamos hablar de los de paz, el
respeto a la soberanía nacional, la autodeterminación de los pueblos, la solidaridad
internacional, la preservación de los recursos naturales y la protección al medio ambiente.
Reconocidos como derechos humanos de Tercera Generación. A esta manera de
clasificar los derechos se le suman los derechos civiles y políticos como Primera
Generación, y los derechos sociales, económicos y culturales como de Segunda
Generación. Esta clasificación, si bien obedece al desarrollo histórico de los derechos,
tiene sobre todo fines didácticos.
Cabe señalar, que no sólo los anteriores son derechos humanos, sino también los que se
encuentran plasmados en los tratados internacionales, en las Constituciones Locales, en
las leyes y códigos federales, en las leyes locales, entre otros.
Ø además se exige que ésta se encuentre fundada, motivada y que sea proporcional al
peligro enfrentado,
Ø se indica que la extinción de tal declaratoria, se presenta por cumplirse el plazo, o bien,
por decreto del Congreso sin que el Ejecutivo pueda revocarla.
Con estos cambios a la constitución de junio de 2011, incluida la reforma al artículo 29, se
logra un cambio conceptual del sistema jurídico mexicano, que tiene como consecuencia
el fortalecimiento de los derechos de la persona y la protección de su dignidad, toda vez
que este modelo hoy en día ha sido adoptado por el derecho internacional de los
derechos humanos, del derecho comunitario, por la doctrina constitucional moderna y por
el derecho comparado.
Aunado a lo anterior se tomó muy en cuenta la necesidad de actualizar nuestra
Constitución en esta materia, incorporando el derecho internacional de los derechos
humanos, tomando siempre en cuenta que los derechos humanos tiene un carácter
exigible y corresponde a la Constitución establecer los mecanismos de protección a los
mismos, garantizando permanentemente su eficacia.
Ø la no discriminación,
Ø el derecho a la vida,
Ø la prohibición de la tortura,
Ø a la integridad personal,
Ø a la protección a la familia,
Ø al nombre,
Ø a la nacionalidad;
La fracción XVI del artículo 73 de la CPEUM, en sus numerales del 1A al 4A, crean el
Consejo de Salubridad General (data del texto original de 1917), dependiente
directamente del Presidente de la República, dándole facultades para expedir
disposiciones generales obligatorias en el país, fuera de las facultades reglamentarias del
artículo 89.
El alcance de estas facultades no es muy claro, sin embargo, la última vez que estas
facultades fueron ejercidas, en la primavera del año 2009 con el brote de influenza A1H1,
las medidas tomadas por el Secretario de Salud variaron desde el cierre temporal de
todas las dependencias de gobierno y oficinas que atendieran al público, el cierre
indefinido de escuelas, establecimientos mercantiles, la cuarentena de casos
identificados, y podría haber llegado a la requisición de medicamentos, la suspensión del
libre tránsito de mercancías y de personas, la suspensión de patentes para la producción
masiva de medicinas, la intervención de hospitales privados, etc.
FUENTES DE INFORMACIÓN
· Orozco Henríquez, J. Jesús y Juan Carlos Silva Adaya, Los Derechos Humanos de los
Mexicanos; 6a. reimpresión, México, Comisión Nacional de los Derechos Humanos, 2010.
Ver en la Librería Digital de la CNDH
· Rabasa, Emilio O., La evolución Constitucional de México , 1ª. Impresión, México,
Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2004. Ver en la Biblioteca Jurídica Virtual del IIJ de
la UNAM
· Tena Ramírez, Felipe. Leyes Fundamentales de México 1808-1999 , 22a. ed., México,
Porrúa, 1999.
· Zamora Grant, José. Introducción al Estudio de los Derechos Humanos . 1ª ed., México,
Ed. Gudiño-Cícero, 2007.
· Acta Constitutiva y de Reforma de 1847. Ver en la página del Orden Jurídico Nacional.