Resumen Grajeda

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La innovación tecnológica ha generado una revolución en todas las esferas de la vida humana: la

producción de bienes de consumo, los servicios, la educación el ocio, etc. transformando las

condiciones sociales en las que se produce la subjetividad. Los TICS, inciden en el imperio de la

imagen, las relaciones virtuales, el aprendizaje y las nuevas configuraciones identitarias, entre

otras.

ANTESALA TEÓRICA

Para comprender estas subjetividades involucradas con las nuevas tecnologías de la

información y de la comunicación (TIC), resulta imprescindible tomar en cuenta la

subjetividad, el imaginario, la identidad y la socialización, las cuales permitirán comprender a la

subjetividad como producción de sentido que los sujetos se dan a sí mismos para estar en el

MUNDO, establecer vínculos y procurarse certezas que los contengan, los reconozcan en el gran

simulacro social. La subjetividad se entiende cómo apropiación de la cultura o la forma en que se

presentan en un sujeto creencias, ideologías colectivas, formas de pensar y de hacer. La psique

impulsa creación radical de significaciones (representaciones, afectos y deseos), que

enlazadas con las significaciones imaginarias sociales, constituyen la realidad que se da así

mismo, para encontrar un lugar y reconocimiento en el mundo. Entendemos por

subjetividad, el proceso donde el sujeto se construye y modela a sí mismo, en el entramado de dos

órdenes irreductibles e inseparables: la psique soma y el histórico-social.

El término de subjetivación, pone énfasis en el proceso de constitución y modelamiento por lo que

consideramos al sujeto como devenir y no un producto, es decir, se configura en un lugar y en una

época histórica determinada y así, se constituye y se conforma, en el proceso de subjetivación.

El sujeto crea, configura una intelección, se da un sentido para sí en relación con otros, en un

campo de fuerzas entre lo psíquico (deseos, fantasías ,temores) y lo histórico-social


(factores económicos, políticos, culturales).Según Castoriadis (2007), la sociedad se instituye

imaginariamente, crea un mundo para sí en un conjunto de significaciones imaginarias y

producciones de sentido que, sostenidas por los colectivos, conforman instituciones (valores

saberes, normas, etc.) que regularán las relaciones que cohesionan y conforman lo social. Lo

imaginario social crea instituciones a partir de dos operaciones, la primera posibilita el

pensamiento y el lenguaje pues instituye formas de decir y pensar; la segunda apuntala los modos

de hacer construir y fabricar que caracterizan a una sociedad y a su cultura. La socialización es el

proceso de modelamiento que exige a la psique negociar con significaciones

imaginarias sociales para hacerse un lugar en las instituciones. La socialización se lleva a

cabo a partir de dos procesos que actúan de manera simultánea y complementaria: la integración

y la regulación. La integración opera para que los sujetos cuenten con las facultades que les

permitan incorporarse a las diversas instituciones a las que son convocados. Estas convocatorias

implican un eco, una escucha, al cual uno atiende y hace lugar en el espacio, son espacios creados

para estar en el mundo que los sujetos se dan y habitan y en los cuales se dan siendo en él,

reclaman reconocimiento naturalizan sus relaciones, crean instituciones. La regulación condiciona

a los sujetos a asumir las formas que van a contener y medir sus prácticas sus relaciones y sus

modos de participación en la institución. La regulación privilegia el control, el ejercicio

del poder que han dado sentido. Así, no se puede comprender al mundo sin reflexionar

sobre la dinámica de la psique creadora y de las condiciones de socialización existentes.

HISTORIA, SOCIALIZACIÓN Y SUBJETIVIDAD

Debemos preguntarnos sobre qué condiciones de socialización tienen las nuevas

generaciones que permiten que el cinismo, apatía y vacío gobiernen una gran parte de la sociedad

instituyente, y en vez de alentar la crítica, el arte o ideales de libertad, consuman sus vidas en un

conformismo generalizado. Así, notamos que vivimos en un mundo de innovaciones que exigen
primero ser producidas, para luego crear nichos de necesidad asegurando su consumo; pasamos

del sujeto que se valía en la educación y configuraba su formación en la transmisión de saberes,

ideologías y prácticas de trabajo a los sujetos de pantallas, que exigen de un conocimiento virtual y

un reconocimiento inmediato de sí. La tecnología fue modificando la relación del sujeto con su

entorno, con su tiempo y con sus necesidades. A su vez, incide en los modos de vínculo con la

naturaleza, los otros y con uno mismo, quiebra las formas de conocimiento esperables modifica la

actividad corporal y los modos de expresión de la secualidad, acelera tiempo de intercambio y con

ello, los modos de comprensión del mundo, desvanece los linderos entre lo público y lo privado,

inaugura nuevos modos de aprendizaje y revoca toda posible espera. Paulatinamente, se desplazó

la experiencia social que obligaba al cuerpo en movimiento, a la pericia social, modificando los

lazos de amistad, los cuales se basan en la cantidad de likes que se logren en la red.

Las figuras de autoridad también se desplazan, el maestro respetable se transita al burgués

adinerado cuya valía es medida por sus propiedades y por su consumo de mercancías. Así, se

modifican también los ideales de identificación que gesta la sociedad. La subjetividad se conforma

a partir de la relación de los sujetos con la naturaleza, la autoridad y el gobierno de sí mismos. Las

condiciones de socialización que viven ahora los adolescentes y jóvenes, son radicalmente

distintas a las que se vivieron en otras épocas. Espacio y tiempo son directrices de vida y

fundamentos de la identidad individual y colectiva, cuyas concepciones se han modificado

radicalmente con las nuevas tecnologías. El universo de internet se ha convertido en fuente de

producción de sentido y nuevos códigos lingüísticos; alentando y fortaleciendo tanto

estrategias de poder como de comercialización y consumo; modificando la relación de los

sujetos con su espacio y su tiempo.

CONDICIONES DE SOCIALIZACIÓN EN EL SIGLO XXI


La subjetividad se produce en un devenir continuo de múltiples condiciones, entre éstas: una

economía de mercado que alienta el consumo y competencia, una explosión demográfica que

condiciona los medios de subsistencia y abona a las desigualdades socioeconómicas, un

avance tecnológico que necesariamente modifica la actividad humana y condiciona el cuerpo en

sus habilidades, sus vínculos y rendimientos, una híper importancia del dinero con base en la que

se crean mercancías, se organiza el trabajo, medios de subsistencia y modos de consumo, los

bienes y recursos naturales se comercian cínicamente y se les imponen regulaciones que impiden

su uso. Así, el avance tecnológico fue vertiginoso, generando un cambio dramático en los flujos de

la comunicación. No obstante, la información sigue editándose y ofreciéndose a los sujetos de

manera sintética y descontextualizada.

a- El dispositivo mediático: a pesar de este acceso “sin límite” a las redes, debemos resistir a la

tentación de creer que no hay regulación en ello, pues la transmisión directa de hechos no es en

absoluto directa ya que hay elección de imágenes, encuadres y selectividad. En fracciones de

segundo, la red opera la técnica televisiva que edita la información, seleccionado,

censurando, encuadrando, filtrando la imagen en vivo, introduciendo interpretaciones

complementarias, transformando la experiencia radical, afectado el tiempo y el espacio de la

imagen ofrecida como presente e impone otra distribución de los espacios, los ritmos, los modos

de hablar e intervenir públicamente. Toda nuestra actualidad esta ficcionalizada, construida por y

con vista a los dispositivos mediáticos. Es necesario deconstruir la realidad ya que tiene

grandes impactos en la realidad y en la creación imaginaria que regula a los sujetos. El dispositivo

mediático constituye la actualidad en el momento que la interpreta la jerarquiza, selecciona

informaciones, edita imágenes y convoca a los sujetos a ocupar lugares

B. El imperio de la imagen: Las nuevas tecnologías han dado lugar a la pantalla global, y con ésta a

una relación singular con los otros y con uno mismo y la imagen en sí. Otorgamos reconocimiento
a la presencia de imágenes, y no a las personas. La tecnología actual impulsa un imperio de la

imagen: fotografía, autorretratos (selfies), computadoras, teléfonos celulares que convocan y

constituyen al sujeto de la pantalla que prolonga el narcisismo constitucional del que surge todo

sujeto. También, impera una proyección al futuro y una tendencia a olvidar la historia, a la que se

desconoce o niega, proyectando a un sujeto del instante, cuyos vínculos también son

momentáneos o artificiales. Internet cumple una función de socialización que comenzó la

televisión, dada su proclividad a difundir noticias de diferente naturaleza, otorgándoles el mismo

estatus de posibilidad; hacer coincidir ficción con realidad al margen de su adaptación a las

condiciones de espacio y tiempo de los cibernautas. La accesibilidad a internet genera una

memoria digital que, enlazada con un olvido de la historia y de los contextos en los que

acontece, gesta confusión costumbre e indiferencia. Lo espectacular e instantáneo se vuelve

efectivo porque seduce a los afectos. La información presentada a través de las redes

sociales, se presentan descontextualizadas, interpelan al ámbito emocional. El sujeto pertenece a

una masa, quedando preso del mercado que le ofrece distinción en el consumo, hay una ilusión

de pertenencia a una comunidad de la que el puede ser protagonista. Ahora se narra en imágenes,

la identidad se autoedita, se manipula, se constituye con tiempo, y se tiene cuidado con cómo se

presenta. Aparece un avatar que presenta al sujeto diferente a los demás, y se gesta una nueva

relación con el cuerpo una corporeidad virtual.

c- Las máscaras en venta, el engaño del vínculo: Hemos de reconocer la importancia de las redes

sociales como dispositivo de socialización, pues constituyen una válvula de escape a la soledad, el

vacío y la incertidumbre que viven adolescentes y jóvenes, principalmente. Los padres delegan a la

computadora, la función de cuidado y seguridad, atrapados en una lógica de mercado

que iguala la felicidad al consumo. Conminados a ser eternamente jóvenes, felices y bellos, los

que trabajan se entregan al consumo y a la inmediatez. Los lapsos de espera, los ideales, la
velocidad con la que se urgen respuestas y relaciones sofocan el deseo, la capacidad de cultivo y

de espera que exigen los vínculos. Las redes sociales son medios de intercambio inmediato

de imágenes, en donde se privilegian fotos y videos antes que palabras. Se venden imágenes,

se exhibe al cuerpo como mercancía consumible, abierta, sin intimidad. Se vive en la máscara y en

el engaño del mercado, se exhiben espacios íntimos que reclama lugar y reconocimiento; se

notifican viajes, se comparten pensamientos, poemas sustraídos de su historia y de sus contextos,

se difunden chistes. La pantalla global aparece como la era de las imágenes de las que se constate

sentido no siempre afortunado, pues carece de información, alienta prácticas cínicas y desconoce

el vínculo como fuente de reconocimiento y existencia. Está sociedad forma a un individuo que

pierde la capacidad de lenguaje y de pensamiento abstracto (Sartori, 2012). Así, hay una transición

de su capacidad simbólica, y la primacía de la palabra experimenta una regresión que vende más

de la videncia primitiva que de su capacidad simbólica

Al exponerse a imágenes de crueldad horror o humillación, la psique comienza a evadir, huir,

reprimir o naturalizar. Lo que se bombardea en imágenes, logra el acostumbramiento la

naturalización de actos que se muestran posibles

D. De la escuela al aprendizaje en los medios: Las generaciones socioculturales reconocidas por

Berardi (2007:78) son las video-electrónica y la celular-conectiva, estas impulsaron nuevas

instituciones socializadoras que van desplazando a la familia, la escuela y la religión. 1) VIDEO

ELECTRÓNICA: Se formó con la radio, cine y televisión2) CELULAR CONECTIVA: Se formó con los

múltiples dispositivos de conexión de todo momento y lugar como las computadoras portátiles,

IPad, notebook, tabletas, etc. Ambas han contribuido a una socialización mediática

fragmentaria y cada vez más impersonal. El individuo se percibe como un conjunto de

fragmentos tempo-informacionales disponibles para entrar en conexión a todo momento. Las

generaciones post-alfabéticas socializadas desde la primera infancia a través de las pantallas, han
aprendido más de la televisión y de otros dispositivos digitales que de sus semejantes, y pasan más

tiempo frente a estos artefactos que con sus padres, lo que implica una transformación en los

modos de subjetivación, socialización y procesos cognoscitivos

McLuhan (1994) advirtió que con la TV predomina el pensamiento “mítico” sobre el

pensamiento crítico y lógico. Así, la generación post-alfabética, poseen un menor uso del discurso

alfabético, o del lenguaje que las generaciones precedentes, pero han desarrollado una mayor

capacidad de lectura de imágenes y de signos visuales, con capacidad de dividir la atención a

muchos estímulos a la vez. Roxana Morduchowicz (2008), los reconoce como generación

multimedia, por la variedad de oferta mediática de la que disponen y por el uso simultáneo que

hacen de ella: pueden hacer tarea, mirar TV, escuchar música, hablar por teléfono, consultan por

Facebook, y chatean. Por esta razón, la multiplicidad de acciones desarrolladas simultáneamente

implica una enorme capacidad de atención flotante y fugaz, que se traslada de un lugar o actividad

a otra, sin concentrarse mucho tiempo en una dificultando la realización de las actividades que SÍ

requieren de una concentración por un tiempo mayor, o de un análisis crítico y de reflexión

profunda. Schlemenson y Grunin (2014) advierten que los problemas de aprendizaje

están relacionados con dificultades en los procesos de simbolización de las actuales

generaciones. La escuela, en aras de modernización tecnológica, alienta el “copia y pega”, antes

que la reflexión y la crítica. El conocimiento se convierte en notificación antes que experiencia y

acontecimiento

LA SUBJETIVIDAD EN LAS REDES

Todas estas condiciones entran en el juego de la gran dinámica social y alteran espacios, tiempos y

posibilidades de creación de los sujetos. La construcción de la identidad, se ve condicionada por

los dispositivos de socialización convocando nuevo ideales donde abunda la belleza, el culto al
cuerpo, modos de consumo, expresión de afectos y modos de vínculo. Hay una tendencia a

minimizar el juicio de realidad, a desconocer a los otros en su diferencia, y una exigencia

que coloca a los otros como servidumbre. Hay una modificación de la memoria, la historia y el

conocimiento. Por esto, hay un desconocimiento del origen, las razones, las determinaciones y las

causalidades de lo que se vive. Se busca sentido en el humor de la red o la TV, más que en la

propia experiencia. Aparece la vida humana presentada con imágenes, como un espectáculo

PARADOJA DE LA RED. REFLEXIONES FINALES

La facilidad de la comunicación virtual y el establecimiento de redes de relación con un número

exponencial de personas en todo el mundo, crea la ficción de una incalculable intercomunicación.

Así, se crea la impresión de pertenecer a muchas comunidades que proporcionan sociabilidad,

apoyo, sentimiento de pertenencia y sobre todo, una identidad social (Barry en Restrepo

2012:237). Redes como Facebook o Twitter ansían tener “amigos “o “seguidores” donde se

ilusiona aceptación y pertenencia, lo que alimenta el narcisismo. Sin embargo, las redes virtuales

se establecen en una comunicación más bien, en soledad, manteniendo relaciones a distancia,

sin riesgo. Está comunicación digital, permite en apariencia estar siempre conectados con

otros, como forma de paliar la soledad. Sin embargo, el uso de las redes puede ser detonador de

una vinculación más estrecha que lleve a la participación y a la acción política o humanitaria, como

lo demuestran los recientes movimientos sociales: el movimiento mexicano “#YoSoy132”,

que fueron impulsados a través de las redes sociales y fueron producto de resistencias en las

multiplicidades. Las marchas, los videos, los tuits, demuestran una conciencia que no

tolera ya cinismo, corrupción o desvergüenza. Aparece el sujeto de la inmediatez, que no sabe

esperar. Al entregarse a la red, el cuerpo se paraliza, se oculta, desaparece por

cuenta propia, desplazándose a ambientes virtuales donde se pierde su libertad de ser

y de pensar limitándose a exhibir su intimidad y su dignidad humana, tolerando y difundiendo


actos de crueldad, cinismo y perversión que se presentan posibles y se naturalizan. Es paradójico,

pues en la red hay posibilidad de circular información que no admite censura por tener un poder

de convocatoria muy grande; pero también es un mecanismo de control que produce un mayor

consumo de imágenes, objetos y modos de decir-pensar y hacer-construir, lo que opera una suerte

de extensión ideológica que asegura el control más o menos homogéneo de las poblaciones. Se

denuncian acontecimientos censurado y se asedia lo privado, se le exhibe, se le

persigue de modo que se busca fama y un lugar de reconocimiento en el exceso y la transgresión,

donde se revoca toda responsabilidad y vínculo. Aparece el anonimato, se evade la cara. El

hombre actual es educado másica, laica e históricamente, sufriendo metamorfosis en el orden de

su cognición y los vínculos consigo mismo, los otros, y la naturaleza que lo sostiene. Por ello

son necesarios los espacios de reflexión que permitan dilucidar los mecanismos de

producción de imágenes, identificar los autores a quienes conviene esa circulación y distanciarse

de las convocatorias que atentan contra la dignidad, el pensamiento y la vida. PODER

TOMAR CONCIENCIA

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