El Concepto de Mundo en Heidegger
El Concepto de Mundo en Heidegger
El Concepto de Mundo en Heidegger
Curso 2020/2021
1
“En esta casa nacimos
A este mundo fuimos arrojados
Como un perro sin un hueso
Como un actor endeudado”
2
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………4
2. ANTECEDENTES……………………………………………………………...7
3. ESTADO ACTUAL…………………………………………………………..10
4. DISCUSIÓN Y POSICIONAMIENTO……………………………………...13
4.2.2. El mundo-entorno……………………………………………………25
6. BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………..35-36
3
1. INTRODUCCIÓN
En una carta1 a Husserl de 22 de octubre, Heidegger señala que “su problema central”
consiste en el “modo de ser” de lo existente en lo que se constituye el “mundo”. Esto es,
se trata del “modo de ser” del “ser humano”2, pero del modo de ser como “entes en los
que se constituye mundo. Desde el principio, pues, la pregunta por la existencia humana
parte de esta como una específicamente mundana, vinculada al mundo. Ya como punto
de partida, en Ser y tiempo la existencia humana es investigada desde nuestro carácter de
seres-en-el-mundo. Así pues, la cuestión del mundo ocupa un lugar sistemático de primer
orden en Ser y tiempo. El análisis del fenómeno del mundo (parágrafos 12-27) constituye
la aclaración previa fundamental a partir de la cual se realiza la “analítica existencial” que
promete Heidegger. El estudio de ese fenómeno resulta complejo y extenso porque
contiene a su vez, otros análisis (como el del signo, por ejemplo) y discusiones (como la
crítica a Descartes) de una gran complejidad.
1
Escudero, A. (2015). “Husserl y Heidegger en 1927” en, Ápeiron. Estudios de filosofía, 3, 61-81.
Recuperado de: https://www.academia.edu/40502045/Husserl_y_Heidegger_en_1927.
2
En adelante, se usará el término dasein para referirse al “modo de ser” del ser humano. La sustitución en
Heidegger no se presenta como un mero juego lingüístico, un efecto expresivo. La eliminación de “hombre”
o “ser humano” responde a la “destrucción” de la interpretación de “nuestro” ser contenida en la
denominación tradicional. Mantengo como se hace hoy en términos generales esa palabra porque ninguna
de las traducciones propuestas (ser-ahí, estar-ahí, estar-aquí) parece haberse establecido. Por de pronto,
dasein significa “ser humano” de una determinada manera: como existencia temporal, “arrojada” en una
determinada situación (el da-ahí en el que somos, lo que somos), respecto a la cual tiene que actuar y
proyectarse. Hay una nota de J. Aspiunza que explica el problema, véase la obra de Heidegger, M. (2006).
Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo. Madrid: Alianza. p. 179.
3
Heidegger, M. (2003). Ser y tiempo. Madrid: Trotta. p. 79.
4
(Erschlossenheit)- nos constituye4. Nuestra vida, pues, se realizaría dentro del horizonte
intersubjetivo (social, lingüístico, cultural) de un mundo que nos constituye. Esta tesis,
que estudiaré en el marco de “Ser y tiempo”, podría considerarse como un supuesto
general compartido de la filosofía hermenéutica, un supuesto que marca una clara
delimitación respecto a la llamada “filosofía de la conciencia”, ejemplificada en Descartes
o Kant.
Como consecuencia, (sigo aquí a F. Volpi), Heidegger quiso llevar a cabo el principio
fenomenológico que expresaba la necesidad de “volver a las cosas mismas” sin necesidad
de construcciones metafísicas, rompiendo al mismo tiempo, con el predominio tradicional
de la teoría en el esquema sujeto-objeto y destacando (bajo la inspiración aristotélica) la
primacía de la praxis, de la acción, como forma fundamental de acceso del ser humano al
mundo. Así, el mundo aparece como impostergable, ineliminable. No podemos no ser -
en-el-mundo porque la representación de un “yo” sin mundo o “anterior” al mundo es
completamente ajena a la realidad de nuestra vida. Aportaré en esto que sigue las notas
más importantes de ese concepto.
Hay una distinción entre “mundo” y “objeto” (término de la epistemología) como algo
que se concibe representado en la conciencia del sujeto. “Mundo” es algo “en” (ser-en:
en alemán significa siempre “dentro”) lo que se puede vivir, mientras que en un objeto
no se puede vivir. Así, para Heidegger, el carácter general del mundo es la
significatividad, lo que simplifica los significados vitales las cosas que se remiten unas a
otras, y el “dasein” se remite a ellas desde su situación y contexto. El dasein despliega su
existencia como ser-en-el-mundo desde la “preocupación”. Somos “arrojados” a un
mundo que no elegimos, en el que podemos cambiar las cosas del mundo, pero no
podemos cambiar el propio mundo al que ya hemos sido arrojados antes de cualquier
toma de conciencia. Cada dasein pertenece a un momento concreto del despliegue de su
mundo, pero estar “abierto” al mundo no significa estar “determinado” por él. El mundo
se conforma en multiplicidad de horizontes donde el dasein se desenvuelve mediante una
“determinación indeterminada”, que, si se toma lo expresado en G. Figal, lo que hay que
4
Esta idea se puede relacionar con la tesis que Hegel explica en el prólogo de la “filosofía del derecho”,
sobre el carácter sustancial del pueblo, según el cual, no es que se nos “eduque” para integrarnos en el
pueblo: sino que previamente ya el pueblo es la “sustancia” del individuo, de manera que cada uno es “hijo”
de una época, una tradición, unas instituciones concretas. Hegel realiza una crítica de la teoría moderna del
“yo” que la filosofía hermenéutica constituía. Véase, Hegel, G.W.F. (2004). Principios de la filosofía del
derecho. Buenos Aires: Sudamericana. pp. 17 y ss.
5
entender con el discurso de la “indeterminación” es que somos indeterminados en nuestro
ser en la medida en que no podemos abarcar todo. Figal escribe:
Por todo esto, como parte de la “analítica existencial” destinada a una interpretación
fenomenológicamente adecuada del ser del dasein como “ser-en-el-mundo”; el análisis
detallado y sistemático que hace Heidegger en Ser y tiempo, según A. Vigo, hubiera
seguido considerándose una obra de relevancia, aunque solo hubiera escrito los
parágrafos dedicados al fenómeno del mundo. Lo expresa de la siguiente manera:
“Si se considera, por ejemplo, el notable análisis interpretativo del ser del útil
(zeug) como ente “a la mano” (zuhanden) en los §§15-16, no parece muy
exagerado decir que, sin tomar en cuenta el resto de [Ser y tiempo], seguramente
hubieran bastado estas pocas páginas para acreditar a Heidegger como un filósofo
de primer rango, y como un maestro de la descripción fenomenológica. Pero no
solo desde el punto de vista del contenido, sino también desde una perspectiva
5
Véase la traducción de la edición italiana de la introducción a Heidegger de Figal en, Figal, G.
(2006) Introduzione a Martín Heidegger. Pisa: ETS. p. 57.
6
más marcadamente metodológica puede decirse que el análisis de la mundanidad
del mundo en los §§14-18 presenta rasgos que le concede un especial interés.”6.
Se trata, pues, de un tema relevante y complejo del que no se podrá ofrecer un análisis
exhaustivo en este trabajo, que destacará los aspectos indicados. Se atenderá
especialmente a la introspección práctica de la filosofía contenida en la noción de ser-en-
el-mundo.
2. ANTECEDENTES
El camino que lleva a Ser y tiempo está marcado, entonces, por la noción de “praxis”
aristotélica, que serán las diferentes formas en la que los seres humanos nos orientamos
en el mundo. Heidegger habla de “ocupación o trato” para evitar la concepción de la
primacía de la teoría en la relación con el mundo.
6
Vigo, A. (2008). Arqueología y aleteiología. Buenos Aires: Biblos. p. 59.
7
2.2. La idea de mundo en Husserl7
“Lo que caracteriza a un gran artista es, en parte, la capacidad para ver y
experimentar cosas, eventos y personas en diferentes maneras; en parte, la
capacidad para transmitir esta experiencia a otros. Aquellos objetos que se
experimentan no necesitan ser nuevos ni excepcionales. Son, a menudo, ordinarios
y comunes. No es el objeto, sino la experiencia, lo que es central”9.
7
Para este apartado consulté el trabajo de B. Waldenfels en, Waldenfels, B. (1997). De Husserl a
Derrida. Introducción a la fenomenología. Barcelona: Paidós. pp. 41 y ss.
8
Como se cita en Blumenberg, H. (1999). Las realidades en que vivimos. Barcelona: Paidós. p. 43. “Husserl
había tomado de Brentano el concepto de intencionalidad. Con esta expresión, la fenomenología se había
distanciado de la filosofía de la conciencia que interpreta los objetos como asociaciones de datos que están
en la conciencia”.
9
Føllesdal, D. (1990). El concepto de Lebenswelt en Husserl. Investigaciones fenomenológicas, O, 1-29.
Recuperado de: https://www2.uned.es/dpto_fim/InvFen/InvFen00/Boletin04/03_FOLLESDAL.pdf.
8
El mundo, según esto, no estaría solo descrito conceptualmente mediante sus
propiedades, sino en relación con otros objetos que también forman parte del entorno.
Mi conciencia de las cosas que hay en el mundo se convierte en conciencia del mundo
en el espacio y el tiempo, pero, a su vez, constituye el mundo en el cual vivo junto a
otros. Esto es lo que constituye en Husserl el “horizonte” de las experiencias. Las
diversas características del objeto que pueden ser, por ejemplo, los rasgos de una cultura
o las características de una persona.
10
Ibid., p. 66. Como afirma D. Føllesdal en el mismo lugar, el manuscrito data de 1917 pero fue copiado
durante la primera mitad de los años veinte y es posible que la palabra “Lebenswelt” (que, coincide con la
noción de “mundo natural”) se introdujera antes.
11
Aquí sigo la traducción al español de la edición inglesa Being in the world de H. L. Dreyfuss en,
Dreyfuss, H.L. (1996). Ser en el mundo. Comentarios a la división I de Ser y tiempo de Martin
Heidegger. Santiago de Chile: cuatro vientos.
9
centralidad del "ego cogito", "subjectum". Lo hace de un modo que permanece como
horizonte (no siempre reconocido) de la filosofía y la ciencia modernas y
contemporáneas.
Desde la tradición cartesiana seguida por Husserl se ha explicado que las ideas
que hay en nuestra mente de las cosas pueden dar cuenta del mundo externo. Este ser de
la conciencia queda reducido a un pensar teórico que está dirigido hacia una ciencia
absoluta. Según Heidegger esta forma de pasar por alto el fenómeno de mundo no se
corresponde con el modo adecuado de tomarlo desde la vivencia misma y su carácter
cotidiano, sino que sigue anclado en los presupuestos de la tradición filosófica
escolástica.
10
3. ESTADO ACTUAL
En ese sentido, es a través de su análisis del fenómeno del mundo que la obra de
Heidegger encontraría una significativa recepción en Norteamérica. Las recepciones en
clave pragmatista de la obra de Heidegger se deben a autores como Brandom, Rorty y
Dreyfus entre los más relevantes. La interpretación de Dreyfus del ser humano en la
formulación de Heidegger ha tenido un amplio impacto en las ciencias naturales y
sociales. Su comentario sobre ser-en-el-mundo hizo que la introducción de Heidegger en
California fuera accesible a la filosofía americana. De esta manera, se introduce el
análisis científico desde contextos significativos. Esto es, la epistemología siempre tiene
un marco, está dentro de un contexto y eso es lo que Dreyfus quiere recuperar.
11
Por otro parte, la influencia del análisis del fenómeno del mundo ha tenido una
significativa repercusión en la fenomenología hermenéutica. Por ejemplo, Paul Ricoeur
pretende ampliar las posibilidades de la hermenéutica iniciada por Heidegger. Aunque
reconoce la existencia de una “metahistórica, no narrativa” como lo que constituye a la
subjetividad individual y a la historia. Se trata de una crítica en torno a lo que se
denomina “teoría del texto” con la que Ricoeur cree dar cabida a la “Teoría crítica”
(escuela de Frankfurt). Ricoeur hizo un uso interesante del concepto de mundo para el
tema de la “narratividad”. Él destaca y defiende el papel de la escritura como creadora
de mundo. Nosotros, al interpretar, lo que hacemos es entrar “en el mundo de la obra
escrita”. Las obras poéticas o de ficción construyen el mundo tanto o más que las obras
descriptivas. Es indiscutible, en este sentido, que la obra de arte (la literaria y la musical,
especialmente) amplían el mundo y lo conforman de tal manera que quien interpreta se
debe sumergir.
12
Ricoeur, P. (2003). El conflicto de las interpretaciones. Ensayos de hermenéutica. Buenos Aires:
Fondo de cultura económica.
13
Ibid., p. 11.
14
Ibid., p. 25.
15
Ídem.
12
de la estructura mundo-lenguaje. Sería lo que hace posible que los individuos “tengan
mundo”. Se trata en cada caso de una lengua propia, aquella en la que aprendemos a
hablar y la que nos abre la significatividad de las cosas. Esta lengua es lo que nos lleva
al mundo de vida en común, el mundo que compartimos y en el que nos relacionamos
con otros. La filosofía hermenéutica de Gadamer plantea una vinculación entre tener
mundo y el ser con los otros en el diálogo. Así, en la medida en que concibe el lenguaje
esencialmente como conversación, nuestro ser-en-el-mundo se realizaría como un ser-
en-el-diálogo.
4. DISCUSIÓN Y POSICIONAMIENTO
En este capítulo expondré con cierto detalle la concepción del “dasein” como ser-
en-el-mundo desarrollada por Heidegger en Ser y tiempo. Mi objetivo es dar cuenta de
algunos aspectos fundamentales de su análisis del “fenómeno” del “mundo”17. Esto
implica en términos de Heidegger, el problema de qué somos y cómo existimos los seres
humanos. Puesto que somos seres que nos caracterizamos por existir dentro de una
estructura que no es “entorno” o “naturaleza”, sino precisamente “mundo”, de modo que
en cada caso somos “nuestro” mundo. Mi explicación va a seguir lo publicado por
Heidegger entre los parágrafos 14 y 27 de Ser y tiempo, así como lo expuesto en las
Lecciones de Marburgo (1925) Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo.
16
Schütz, A. (1993). La construcción significativa del mundo social. Barcelona: Paidós; Luckmann, T. y
Schütz, A. (1973). The structures of the life-world. London: Northwestern University Press.
17
Se trata de una obra difícil por su ruptura terminológica y su carácter esquemático pues, los parágrafos
son especialmente detallados. Esto se debe a que Heidegger no se limita simplemente a analizar el concepto
de “mundo” como si fuera un fenómeno cualquiera. Aquí se atiende directamente al método
fenomenológico: hacer que el fenómeno se muestre desde sí mismo en sus diversas formas de manifestación
y ocultamiento. Y esto implica en primer lugar “destruir”, “suspender” la epoché, los preconceptos
heredados de la tradición metafísica. De ahí la dificultad, pero también la extensión, detalle y amplitud con
que Heidegger aborda la problemática.
13
plantea la necesidad de una filosofía que diera cuenta del ser de la vida y sus
peculiaridades (especialmente, la de no darse nunca— según él—en la forma de
“objeto”). Ya desde las primeras lecciones de ese período encontramos que el tener
mundo se señala como carácter diferencial de nuestra existencia. En el siguiente
apartado, (4.1) trataré esas primeras aportaciones que se presentan como una
“hermenéutica de la cotidianeidad” y en los posteriores (4.2) abordaré la explicación del
ser-en-el-mundo en el marco de la analítica existencial de la época de Ser y tiempo.
“El concepto de mundo, tal como se desarrolla en <<Ser y tiempo>> sólo puede
comprenderse desde el horizonte de la pregunta por el <<ser-ahí>> [dasein],
pregunta que por su parte permanece incluida dentro de la pregunta fundamental
por el sentido del ser (no del ente)”18.
18
Heidegger, M. (1995). Caminos de bosque. Madrid: Alianza. p. 98.
19
Esta es su primera época en Friburgo después de la I guerra mundial. En 1923 se marcha a Marburgo
donde publica Ser y tiempo en 1927 y da las lecciones de Prolegómenos para una historia del concepto de
tiempo. Vuelve a Friburgo en 1928 para sustituir a Husserl.
20
El Informe Natorp lo redacta Heidegger a petición de Natorp para optar a una plaza como profesor titular
extraordinario en Gotinga. Se trata de una primera declaración de intenciones en las que establece una guía
que habrá de seguir su trabajo filosófico: una ontología fenomenológica encaminada al problema
fundamental de la vida fáctica en la que el sentido del ser pasa por un estudio previo de las estructuras que
constituyen el dasein, es decir, la vida humana.
14
va a elaborar en Ser y tiempo. El título coincide con las lecciones que impartió en el
semestre de invierno de 1921-1922 en Friburgo. Seguidamente, las lecciones de 1923.
Ontología. Hermenéutica de la facticidad, siguen la huella de este proyecto, ofreciendo
un análisis desarrollado como una fenomenología hermenéutica en el que toda vida
encierra en sí misma una comprensión y posibilidad de acceso. Este proyecto, culmina
en 1925 con Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo.
Para entender eso que se presenta aquí como “vida fáctica”, Heidegger indica la
necesidad de un estudio previo de las estructuras constitutivas de aquel único ente que
de alguna manera ya comprende el sentido del ser, el dasein. Así, la “vida fáctica” debe
comprenderse desde la “vida histórica” y estar categorialmente determinada por los
modos de comportarse mediante el trato en un mundo (mundo circundante, compartido
y mundo propio). La experiencia vivida y singular se mueve siempre en un mundo
histórico articulado significativamente.
21
Véase Volpi, F. (2005). Guida a Heidegger. Roma: Letarza. También “Hermenéutica y filosofía
práctica”. Endoxa: Series Filosóficas, 20, 265-294.
22
Algo que aparece constantemente en las clases y textos de este período es la necesidad de no confundir
lo que expone con una antropología o psicología. Como indica Heidegger en Ontología. Hermenéutica de
la facticidad. “La hermenéutica está temporalmente antes, por lo que toca al ser y fácticamente, que la
puesta en obra de toda ciencia”. p. 34).
15
ciencia es un modo de tratar con el mundo, llevado a cabo por la vida fáctica que descansa
en la observación [es decir, en la contemplación teorética de la realidad
mundana]”23Heidegger propone la primacía de la práctica, pero también que el ser-en-
el-mundo no es “objeto”, sino el presupuesto desde el que determinados entes o regiones
de entes que hacen objeto de la ciencia. La descripción objetiva no puede incluir el
elemento significativo que opera en la vida cotidiana, ya que hace cada vez más
irreconciliable la separación entre lo que la vivencia muestra y lo que la explicación
despliega. Dicho de otro modo, podemos reflexionar del modo de ser de la vida, pero no
podemos tratarla como un objeto puesto que se da en cada caso estamos ya siempre
también al conocer. Cualquier pregunta o investigación sobre el ser de la vida es un
despliegue de la vida misma: un “cómo” (modalidad) de la existencia.24
Heidegger expone en el Informe Natorp los rasgos fundamentales de la vida fáctica del
modo siguiente:
23
Heidegger, M. (2002): Interpretaciones fenomenológicas sobre Aristóteles: (indicación de la situación
hermenéutica): [informe Natorp]. Madrid:Trotta. p. 36.
24 La crítica de Heidegger a la filosofía de la vida de Dilthey y otros pensadores como Descartes y Husserl
es que al hacer de la vida un objeto (como si fuera un campo de estudios cualquiera) producen una
“desvitalización” de la vida. A medida que avanza su pensamiento a lo largo de los años de Friburgo y
Marburgo, el propio concepto de “vida” es sustituido por “dasein” y “existencia”.
16
subsistencia, por la profesión, por los placeres, por la tranquilidad, por la
supervivencia, por la familiaridad con las cosas, por el saber acerca de, por la
consolidación de la vida en sus fines últimos”25.
“El mundo está presente en la vida y para ella, pero no en el sentido de algo que
es simplemente mentado y observado. Esta modalidad de existencia del mundo se
activa sólo cuando la vida fáctica suspende la actividad de su trato cuidadoso. Esta
existencia del mundo…[que] proporciona en la mayoría de los casos el punto de
partida de la problemática epistemológica y ontológica sólo es lo que es como
resultado de una determinada suspensión”26.
25
Ibid., p. 35.
26
Ibid., p. 38
17
desembocan en una tendencia alienante, la cual va a expresar Heidegger de la siguiente
manera:
“En el mundo al que la vida se abandona y en el término medio por el que circula,
la vida se oculta, se esconde de sí misma. La tendencia hacia la caída conduce a
la vida al desencuentro consigo misma. La manifestación más relevante de esta
movilidad fundamental se plasma en el modo en el que la vida fáctica misma hace
frente a la muerte”27.
El hacer frente a la muerte indicado por la vida fáctica no es un proceso que tenga
el carácter de separación entre una cosa y otra, sino que la vida siempre tiene a la vista
su muerte, es lo que constituye el sentido de la vida, esto es lo que haría que todos
nuestros proyectos sean vividos como posibilidad y no como algo cerrado, como elección
y no como determinación. Heidegger lo indica así: “[…] Incluso cuando se rechaza y
reprime el <<pensamiento de la muerte>>. La muerte se presenta precisamente, así como
el objeto del cuidado, saliendo al encuentro en su aspecto más persistente e inminente”28.
La vida se convierte en un modo de encuentro con la muerte, negarla sería negar el
sentido de la vida y la certeza con que se nos haría visible asumirla, aceptarla en pasado
y presente es lo que pondría de relieve para Heidegger la “temporalidad” del dasein
humano, histórico, que nada tiene que ver ya con la metafísica del “más allá”.
El “Informe Natorp”, como se aprecia en este breve resumen, indica los hitos
fundamentales de la reflexión de Heidegger sobre el fenómeno del ser-en-el-mundo.
Claro que en las obras posteriores van a ganar una mayor amplitud y concreción, en
primer lugar, porque en torno a Ser y tiempo se encuadra la recuperación de la pregunta
por el Ser y el programa de una analítica existencial.
27
Ibid., p. 41
28
Ibidem.
18
4.1.1. El flujo de la experiencia del mundo. El ejemplo de la “cátedra” y el senegalés29.
“No es que yo vea primero superficies marrones que se entrecortan, y que luego
se me presentan como caja, después como pupitre, y más tarde como pupitre
académico, como cátedra […] Todo esto es una interpretación mala y
tergiversada, un cambio de dirección en la pura mirada al interior de la vivencia.
Yo veo la cátedra de golpe, por así decirlo; no la veo aislada […] Yo veo la cátedra
en una orientación, en una iluminación, en un trasfondo”33.
29
Todo el ejemplo largo que pone Heidegger en esas lecciones es muy clarificador. También es cierto que
algunos pasos del ejemplo pueden ofender la sensibilidad por connotaciones racistas.
30
“Cátedra” se refiere aquí al atril desde el que el profesor imparte sus lecciones.
31
Heidegger, M. (2014): Problemas fundamentales de la fenomenología. Madrid: Alianza.
32
Heidegger no critica el procedimiento objetivante de las ciencias en cuanto tal (que es consustancial a su
modelo investigativo) sino que se trata de una cuestión de prioridad existencial. La experiencia práctica del
mundo precede necesariamente a la científica, por lo que constituye un error describir la primera desde el
modelo de la segunda.
33
Heidegger, M. (2005). La idea de la filosofía y el problema de la concepción del mundo. Barcelona:
Herder. p. 85-87.
19
No obstante, la cosa cambia dirá Heidegger de la siguiente manera:
Esto da lugar a la cuestión por el ser que se plantea la pregunta el ser humano
caracterizado como dasein. Para ello se emprende en Ser y tiempo una analítica
existencial, analítica que toma como punto de partida, como base, el carácter de ser-en-
el-mundo en cuanto determinación fundamental del dasein. En este análisis preliminar,
Heidegger va a plantear su crítica al dominio de la interpretación del ser como
“presencia”, lo que oculta nuestra “temporalidad”. Dentro de esta idea se encuentra
34
Ibidem.
35
La cuestión del carácter hermenéutico de la comprensión se encuentra detalladamente explicada en el
artículo de Ramón Rodríguez en Rodríguez, R. (2013). “La percepción como interpretación: La
fenomenología de la percepción de Heidegger y la tradición hermenéutica”. Studia Heideggeriana, 2,
179-212. Recuperado a partir de https://studiaheideggeriana.org/index.php/sth/article/view/89.
20
implícita, a su vez, el ser humano como “poder ser” y como “sido”. El sentido mismo del
concepto de existencia como posibilidad, Heidegger lo expresa así: “El dasein existe36.
El dasein es, el ente que soy cada vez yo mismo”37. Descubrir que el ser humano es ese
ente referido a su ser como posibilidad significa descubrir el carácter más común y
general. Su “esencia” es la “existencia”, no obstante, algo existente es generalmente
entendido como “real” o “presente”. Pero si el modo de ser del ser humano es el hecho
de estar referido a sus posibilidades, entonces no puede ser algo simplemente “dado” y
“presente”. Vattimo lo indica así: “Decir que el hombre existe no puede pues significar
que el hombre sea algo “dado”, porque lo que el hombre tiene de específico y lo que lo
distingue de las cosas es justamente el hecho de estar referido a posibilidades y, por lo
tanto, de no existir como realidad simplemente presente”38. En cuanto existencia
temporalizada, cada dasein tiene que hacerse cargo de su propia existencia, que no puede
ser generalizada. Así lo explica Jesús Adrián Escudero en Guía de lectura de Ser y
Tiempo de Martin Heidegger:
“Así, por ejemplo, la muerte es en cada caso mi muerte en el sentido de que nadie
puede tomar mi morir. La conciencia—tanto la fenomenológica (Bewußtsein)
como la moral (Gewissen)—también es en cada caso la mía. El dolor que siento
cuando me pillo los dedos al cerrar la puerta es mío; la pena que me invade cuando
veo a un mendigo en la calle es mía. Nadie puede sentir mi dolor ni mi pena. Se
trata de vivencias que se me dan directamente a mí, que vienen acompañadas de
un genuino modo de donación en primera persona.39
36
La palabra “existencia” sustituye y critica la concepción cartesiana de nuestro ser como “sustancia”,
acrítica, invariable y atemporal.
37
Heidegger, M. (2003). Ser y tiempo. Madrid: Trotta. p. 79.
38
Vattimo, G. (2002). Introducción a Heidegger. Barcelona: Gedisa. p. 26.
39
Escudero, J, A. (2015). Guía de lectura de Ser y Tiempo de Martin Heidegger. Barcelona: Herder. p
114.
21
cómo el agua está en el vaso), al que prestará especial atención más adelante. Dado que
el ser humano está referido a sus posibilidades, concretamente se efectúa como un existir
en un mundo de cosas y de otras personas. El dasein como “estar-ahí”40 expresa el hecho
de que la existencia está situada de esta o aquella manera en el mundo y que tiene dos
posibilidades fundamentales: bien puede «escogerse a sí mismo» bien puede «perderse»,
«no ganarse jamás o solo ganarse aparentemente».41 En otras palabras, el dasein posee
dos posibilidades básicas de ser en cada caso mío: la de la propiedad (Eigentlichkeit) y
la de la impropiedad (Uneigentlichkeit). Estas son dos modalidades de existencia
constitutivas del dasein entre las que vive permanentemente.
“No hay un <<estar-juntos>> del ente llamado <<dasein>> con otro ente llamado
<<mundo>> […] un ente puede tocar a otro ente que está-ahí, si con su dasein ya
le está descubierto algo así como un mundo, desde el cual aquel ente se pueda
manifestar a través del contacto, para volverse así accesible en su estar-ahí. Dos
entes que están ahí dentro del mundo y que, además, por sí mismos carecen de
mundo, no pueden <<tocarse>>42 jamás, ninguno de ellos puede “estar junto” al
otro” sino que pueden encontrarse sólo en la medida en que el dasein logra
mostrarse desde sí mismo dentro del mundo”43.
40
Vorhandensein: estar presente, a la vista, Vid. Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo,
p. 198, N. del T). Un estar siempre abierto orientado por el mundo no es tal o cual cosa, sino el conjunto
de posibilidades de ser. Heidegger comprueba esto en la “cotidianeidad” afirmando la relación del dasein
con los entes.
41
Vid. Escudero. A, J. (2015): Guía de lectura de Ser y tiempo de Martín Heidegger (Vol. 1). Barcelona:
Herder.
42
“Tocarse” ahí significa “afectarse”, “influirse”, “interaccionar” afectivamente. En las lecciones
posteriores a “Ser y tiempo”, en los Conceptos fundamentales de la metafísica Heidegger rectificará la
especificidad del ser humano (dasein) como seres que tenemos mundo, a diferencia de los animales que
serían “pobres de mundo” y, por ejemplo, una piedra, que carece de mundo. En Ser y tiempo la cuestión se
explica con el desarrollo de un análisis fenomenológico de lo que significa “proximidad” “cercanía” de los
seres humanos respecto a las cosas.
43
Heidegger, M. (2003). Ser y tiempo. Madrid: Trotta. p. 81-82.
22
Heidegger insiste en la necesidad de ver el problema ontológico de las estructuras
existenciales fundamentales desde la realización fáctica de la existencia del dasein en
cada momento. Esta experiencia de la vida fáctica es lo que somos y en lo que vivimos
y, por tanto, dirá: “el concepto de facticidad implica: el estar-en-el-mundo de un ente
<<intramundano>>, en forma tal que este ente se pueda comprender como ligado en su
<<destino>> al ser del ente que comparece para él dentro de su propio mundo”44. Podría
pensarse con esto que el dasein no puede dejar de relacionarse, siempre y en todo caso
con el propio ser, en el sentido de que este debe decidir sobre sus posibilidades y logros,
aun cuando parezca eludirlo. 45.
44
Ibid., p. 82.
45
En el parágrafo 9 de Ser y tiempo es donde Heidegger adelanta las líneas fundamentales de la analítica
existencial caracterizada bajo la peculiaridad de la existencia humana como un “tener que ser”. Véase
también, Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo, p. 200.
23
la espacialidad, se puede al menos interpretar que el mundo no es la suma de cosas, ni de
entes, sino el “momento estructural” del dasein. Sin embargo, la pregunta sobre qué
significa “mundo” no es algo sencillo. Cuando caminamos por el mundo, nos
encontramos con personas y situaciones. Al mirar alrededor nos encontramos con las
cosas, coches, edificios etc, pero no nos encontramos con el mundo en cuanto tal. Esto
hace que el análisis de Heidegger sea tan complejo e indirecto.
Sobre la base de todo esto se puede entender gran parte del desarrollo posterior
de la analítica existencial. Los pasos seguidos hasta aquí han mostrado que la “presencia”
es un modo insuficiente y parcial para concebir el ser del mundo y los entes
intramundanos. Por el contrario, Heidegger apela a la necesidad de llevar el tema a la
analítica del fenómeno de “mundo” tal y como se experimenta. Por eso, parte del
horizonte de la cotidianeidad como modo de ser del dasein. En resumen, lo expresa así:
“Será necesario examinar el estar-en-el-mundo cotidiano, de tal manera que, buscando
apoyo en lo fenoménico en éste, podamos fijar la mirada en el mundo”47. En Ser y tiempo,
Heidegger sostiene que el dasein está en-el-mundo y que este es su carácter
ontológicamente fundamental. Así, uno de los hilos conductores fundamentales de su
explicación va a ser la co-pertenencia de dasein y Mundo.
46
Ibid., p. 93.
47
Ibid., p. 94.
24
4.2.2. El mundo-entorno.
48
“Ser-a-la-mano” lo utiliza Heidegger como modo de ser propio de algo útil. Esta composición hace
posible la sustitución del modelo de la percepción de la fenomenología por el de la comprensión
hermenéutica.
49
Heidegger, M. (2003). Ser y tiempo. Madrid: Trotta. p. 92.
25
ocupación (en la πρᾱξις)”50. En nuestro trato diario con las cosas, en mi mundo
circundante concreto, me encuentro con un conjunto de utensilios que se articulan en un
entramado significativo. Heidegger lo expresa así: “De acuerdo a su pragmaticidad, un
útil sólo es desde su pertenencia a otros útiles […] desde él se muestra la “disposición”
de las cosas, y en esta, cada “uno” de los útiles. Antes de cada uno, ya está siempre
descubierta una totalidad de útiles”51. Nuestra experiencia de las cosas, pues, se da en
base a contextos articuladores e interconectados en el que las cosas se descubren en su
“para-qué” complejo. Este breve resumen del “mundo entorno” ofrece una manera de
reconocernos como actores que viven en un mundo articulado repleto de
significatividades. Por eso se trata del punto de partida fenomenológicamente más
adecuado para empezar con el análisis del mundo-entorno.
“En dicho trato con el mundo encuentra el dasein siempre ya su mundo, y ese
encontrar no es un aprehender teórico. El <<estar-ya-en>> es el cuidado [que
hay] en le cuidarse u ocuparse de. En cuanto trato con el mundo, ocupándose de
él, propicia el dasein que comparezca su mundo”52
50
Ibid., p. 96.
51
Ibidem.
52
Heidegger, M. (2006). Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo. Madrid: Alianza. p. 212.
53
El término “trato” indica en Heidegger el modo práctico en que el dasein se relaciona de manera inmediata
con las tres direcciones de apertura al mundo: mundo circundante (Umwelt) mundo compartido (Mitwelt)
y mundo propio (Selbswelt).
26
“Con la posibilidad de acceso para la ocupación circunspectiva de lo a la mano
dentro del mundo ya está previamente abierto el mundo. El mundo es, por
consiguiente, algo “en lo que” el dasein en cuanto ente ya siempre ha estado […]
Estar-en-el-mundo, según la interpretación que hemos hecho, quiere decir:
absorberse atemática y circunspectivamente en las remisiones constitutivas del
estar a la mano del todo de útiles. La ocupación es, en cada caso, como es, sobre
la base de una familiaridad con el mundo. En esta familiaridad, el dasein puede
perderse en las cosas que comparecen dentro del mundo y ser absorbido por
ellas”54.
Las cosas en la experiencia cotidiana concreta (esto es, la silla en la que me siento no es
una silla cualquiera, un ejemplar del concepto “silla”) se da en un entramado de
remisiones a contextos locales o a tramas temporales.
Hasta ahora se han analizado los modos de ser y las modalidades de los entes que
forman parte del mundo circundante. Se ha ofrecido una breve descripción
fenomenológica de los utensilios de nuestra vida cotidiana. Estos cumplen una
determinada manera de ver, se presentan bajo un conjunto de significatividades y se
remiten en última instancia al dasein.
Así, se puede saber qué tipos de entes comparecen en el mundo del que se
ocupa el dasein, pero este análisis debe determinar fundamentalmente el “quién” está en
54
Heidegger, M. (2003). Ser y tiempo. Madrid: Trotta. p. 103.
27
el mundo. Cabe recordar que, en la analítica existencial, uno de los objetivos de
Heidegger es analizar aquello con lo que el dasein se encuentra de manera inmediata (los
entes intramundanos), en este descubrimiento lo que se produce es, al mismo tiempo, un
descubrimiento de los otros. Así, en cuanto estar-en-el-mundo el dasein no está solo, sino
que siempre está con otros (Mit-sein) que, a su vez, existen conmigo como hecho
estructural y determinante. Un dasein solipsista cuyo “ahí” no contenga a los otros, al
otro, ya no sería dasein. El concepto de mundo indica la dimensión intersubjetiva de la
existencia.
“El ser del ente que coexiste es concebido como un estar-ahí. De esta manera, la
presentación del fenómeno positivo del modo inmediato del estar-en-el-mundo
cotidiano posibilita la penetración en las raíces de la falsa interpretación
ontológica de esta estructura de ser. Ella misma, en su modo de ser cotidiano, es
la que inmediatamente yerra respecto de sí y se encubre a sí misma”57.
55
Ibid. p. 151.
56
Dicha expresión se introduce por primera vez en las Lecciones de 1923. Ontología. Hermenéutica de la
facticidad.
57
Ibid. p. 154.
28
Mediante esta confrontación lo que viene a indicar Heidegger es el hecho de que estamos
sujetos al dominio de los otros en el convivir, en el compartir mundo. Esta fuerza
dominante del estar de los otros en la forma anónima lo va a expresar así: “En la
utilización de los medios de locomoción pública, en el empleo de los servicios de
información (periódicos), cada cual es igual al otro […] el uno despliega una auténtica
dictadura”58.
58
Ibid. p. 151. El lenguaje de Heidegger produce en este punto efectos contundentes. Por una parte, su
análisis se propone como una descripción fenomenológica carente de valoraciones. Pero, por otra, al hablar
de “impropiedad” o “inautenticidad” de la “dictadura del uno”, aquí claro que hay una actitud valorativa o,
al menos, crítica. En todo caso, es importante recalcar que la estructura que conduce a la “caída” en el
mundo, (la aperturidad), esto es, el hecho de que lo que somos se defina por el “da” en el que estamos
volcados y del que vivimos, se plantea como algo onto-existencial no como algo que pueda cambiar o que
responda a circunstancias históricas.
59
Ibid. p. 152.
60
Precisamente sus alumnos de Marburgo K. Löwith, H. Marcuse y H. Arendt detectaron esa carencia en
Heidegger y ofrecieron obras entendidas en parte como desarrollos del ser-en-el-mundo con el “prójimo”,
del ser social y psicológico.
29
disposición afectiva de la “angustia” como contramovimiento de la caída y su relación
con el cuidado (sorge).
Para acercarse al ser todo estructural del dasein, Heidegger tomará como punto
de partida el análisis de “la caída”, la cual resulta de nuestro carácter de seres volcados
al mundo, de modo que estamos “abiertos”, en el sentido de que somos el mundo en el
que vivimos y en el que siempre estamos influidos, absorbidos, perdidos (por la
impropiedad de nuestros actos) y determinados por el entorno, lo cual implica
necesariamente el “cuidado”. De este modo, la angustia es una afección fundamental en
el sentido de que coloca al dasein ante sí. La absorsión en el “uno” y en el mundo del que
nos ocupamos manifiesta el momento de impropiedad en que el dasein no se pone ante
sí mismo. Sin embargo, dirá Heidegger: “Es cierto que el ante-qué de la huida no queda
aprehendido en este cadente darse la espalda, ni menos aun experimentando en una
vuelta hacia atrás. Pero, en cambio, al darle la espalda, el ante-qué queda abierto “Ahí”61.
Según esto, el dasein no se hace comprensible por medio de un movimiento reflexivo,
sino que es la angustia la que nos coloca de inmediato ante nosotros y ante el mundo en
general. La angustia nos muestra lo más originario del ser del dasein, su estar-en-el-
mundo en cuanto tal, precisamente porque es lanzado a través de la angustia. Por
consiguiente, dice Heidegger:
“La angustia tampoco “ve” un determinado “aquí” o “allí” desde el que pudiera
acercarse lo amenazante. El ante-qué de la angustia se caracteriza por el hecho de
que lo amenazante no está en ninguna parte. La angustia “no sabe” qué es aquello
ante lo que se angustia […] el ante-qué de la angustia es enteramente
indeterminado”62.
61
Ibid. p. 207.
62
Ibid. p. 208.
30
el-mundo mismo”63. Con esto llegamos a un contenido fundamental de ese concepto:
como aquello por lo que nos angustiamos.
El angustiarse es lo que abre al mundo en cuanto tal, lo cual no quiere decir que
lo abra de manera conceptual. De hecho, la imposibilidad de determinación conceptual
es lo que da lugar a la angustia. Así, el dasein es arrojado hacia su propio poder-estar-en-
el-mundo mediante la angustia y esta, a su vez, lo aísla como comprensor de su propio
estar-en-el-mundo. Heidegger escribe:
“la angustia revela en el Dasein el estar vuelto hacia el más propio poder-ser, es
decir, revela su ser libre para la libertad de escogerse y tomarse a sí mismo entre
manos. La angustia lleva al Dasein ante su ser libre para… (propensio in…) la
propiedad de su ser en cuanto la posibilidad que él es desde siempre. Pero este ser
es, al mismo tiempo, aquel ser al que el Dasein está entregado en cuanto estar-en-
el-mundo”64.
Con esto abre Heidegger, la posibilidad como libertad concreta para elegirse. La
angustia, al provocar un colapso de la “normalidad”, permite tomar conciencia de nuestra
autodeterminación concreta. La parálisis en las estructuras de significado en las que
vivimos no quiere decir que esto nos haga ser más propios, que nuestros actos sean
verdaderos o incluso certeros, sino que somos “posibilidad”.
63
Ibid. p. 209.
64
Ibid. p. 210.
31
5. CONCLUSIÓN Y VÍAS ABIERTAS
Una de las vías que permanecen abiertas para un desarrollo de lo planteado en este
trabajo sería la relación entre el concepto heideggeriano de ser-en-el-mundo y la
interpretación crítica del concepto de mundo de vida que propone Habermas. En El
discurso filosófico de la modernidad65, este dedica un capítulo a la discusión con
Heidegger donde concede un papel relativamente positivo al concepto de ser-en-el-
mundo66, aunque acaba concluyendo que Ser y tiempo apenas añade nada en este punto a
las aportaciones del pragmatismo67. Más adelante el capítulo final “El contenido
normativo de la modernidad”, el concepto de “mundo de vida”, asumido en la forma
articulada por Husserl, es presentado desde la perspectiva de su “colonización” como uno
de los problemas fundamentales de la época. Habermas alude a “fenómenos de una
colonización interna del mundo de la vida por los imperativos de subsistemas
funcionales”, especialmente los subsistemas del dinero y el poder68. Así, a diferencia de
Heidegger, mundo de vida aparece como un concepto crítico (en cuanto colonizado) y
normativo (en cuanto ámbito de alternativas). Habermas escribe:
65
Habermas, J. (1989). El discurso filosófico de la modernidad. Madrid: Taurus.
66
Vid. pp. 174 y ss.
67
Vid. p. 181.
68
Ibid., p. 428.
69
Op. cit., p. 429.
32
En la fenomenología, la reflexión sobre el mundo de vida también tiene una
dimensión crítica (por ejemplo, contra el objetivismo en Husserl o contra la filosofía de
la consciencia en Heidegger). Desde la perspectiva de Habermas, se podría investigar la
existencia en ella de supuestos normativos. Pero también, desde la fenomenología, se
podría cuestionar si su esperanza respecto a “impulsos provenientes del mundo de vida”
no es una utopía vacía o, incluso, si la propia distinción entre “sistema” y “mundo de
vida” tiene sentido pleno cuando el mundo se piensa como un horizonte que todo lo
abarca y un suelo sustentador.
33
Con esas ideas se ha intentado mostrar el giro práctico en la fenomenología que realiza
Heidegger en la época de Ser y tiempo.
34
6. BIBLIOGRAFÍA
-Brandom, R. (1983). “Heidegger's categories in being and time”. The Monist, 66, 3, pp.
387-409.
-Escudero. A, J. (2015). Guía de lectura de Ser y tiempo de Martín Heidegger (Vol. 1).
Barcelona: Herder.
- Hegel, G.W.F. (2004). Principios de la filosofía del derecho. Buenos Aires: Sudamericana.
-Heidegger, M. (2006). Prolegómenos para una historia del concepto de tiempo. Madrid:
Alianza.
-Kisiel, Th. (1930). The genesis of Heidegger’s Being and Time. London: University of
california press.
-Mulhall, S. (2005). Routledge philosophy guidebooks Heidegger and being and time.
Routledge: London.
36