UNDP Co PUB Documentos Desarrollo Pobreza y Desigualdad en Region Caribe Abr22 2021

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Pobreza y desigualdad en la región Caribe colombiana ¿Cómo


recuperar la senda del desarrollo sostenible?

Fernando Herrera Araújo1


Jairo Núñez Méndez2
Manuel Camilo Quesada Jiménez3

Abril 2021

Resumen

La región Caribe es el territorio de Colombia en el que la pobreza afecta más a las personas en
cualquiera de sus facetas. La complejidad de su composición étnica y poblacional y su estructura
productiva y laboral muestran la necesidad de tener en cuenta la heterogeneidad de la zona para
formular políticas adecuadas al contexto de cada uno de sus departamentos y dentro de ellos.
En este artículo se analizan las cifras recientes de pobreza monetaria para el 2019, el año antes
de la pandemia, con el fin de proyectar la situación en la que quedaría la región Caribe para el
2020, como producto de la crisis que ocasionó el COVID-19 y las consecuencias en la pérdida
de empleos y la caída de los ingresos. Mediante una metodología de microsimulaciones y el uso
de los datos de la GEIH, se esperaría que la incidencia de la pobreza en la región Caribe pase de
ser del 46,2 % en el 2019 al 52,2 % en el 2020, es decir, más de la mitad de los caribeños estarían
en condición de pobreza. En estas circunstancias, se espera que haya 826928 nuevos pobres
como resultado de la crisis causada por el COVID-19. De ellos, 244946 serían pobres extremos
y la incidencia de la pobreza extrema pasaría de ser del 13,5 % al 15,35 % en la región
mencionada. La Guajira seguiría siendo el departamento con mayor incidencia de pobreza y
pobreza extrema, mientras que el Atlántico sería el que más se vería afectado por el choque de
la pandemia en este territorio colombiano. Se espera también una leve disminución de la
desigualdad medida por el coeficiente de Gini (pasaría de ser de 0,565 a 0,550) debido al choque
generalizado de la crisis. Por lo tanto, se requieren medidas urgentes para enfrentar el aumento
de la pobreza en la región Caribe y así lograr que nadie se quede atrás.
Palabras clave: pobreza, desigualdad, transferencias monetarias, región Caribe
Códigos JEL: C15, D31, H12, H50, I32, I38

1 Director del Cesore. [email protected]


2 Investigador del Cesore [email protected]
3 Asistente de Investigación del Cesore [email protected]

3
Poverty and inequality in the Colombian Caribbean region How to
recover the path to sustainable development?

Fernando Herrera Araújo4


Jairo Núñez Méndez5
Manuel Camilo Quesada Jiménez6

April 2021

Abstract

The Caribbean region is the Colombian territory in which poverty affects people the most in any
of its facets. The complexity of its ethnic and population composition and its productive and
labor structure shows the need to consider the heterogeneity of this region to formulate
appropriate policies according to the context of each of its departments and within them. This
article analyzes the recent monetary poverty figures for 2019, the year before the pandemic, in
order to estimate the poverty situation in which the Caribbean region would remain by 2020 as
a result of the crisis caused by the COVID-19, as well as its consequences regarding job loss and
falling income. Through a microsimulation methodology and the use of GEIH data, it is
expected that the poverty incidence in the Caribbean region will go from 46.2% in 2019 to 52.2%
in 2020, that is, more than half of the Caribbean people would be living in poverty. Under these
circumstances, 826,928 new poor are expected as a result of the crisis caused by COVID-19. Of
these, 244,946 would be in extreme poverty and the incidence would go from 13.5% to 15.35%
in the region. La Guajira would continue to be the department with the highest incidence of
poverty and extreme poverty, while the Atlantic would be the one most affected by the shock
of the pandemic. A slight decrease in inequality measured by the Gini coefficient is also expected
(it would go from 0.565 to 0.550) due to the general shock of the crisis. Therefore, urgent
measures are required to confront the increase in poverty in the Caribbean region and thus
ensure that no one is left behind.
Keywords: poverty, inequality, cash transfers, Caribbean region
JEL classification: C15, D31, H12, H50, I32, I38

4 Director of Cesore. [email protected]


5 Researcher at Cesore [email protected]
6 Research Assistant at Cesore [email protected]

4
Introducción

Como parte de la celebración de los veinte años del Centro de Estudios sobre Economía
Regional (CEER) del Banco de la República en Cartagena, se publicó un libro editado por Bonet
y Pérez (2020) en el que se hace un balance de los estudios y análisis de las últimas dos décadas
sobre la región Caribe. Uno de los capítulos es sobre pobreza y desigualdad, a cargo del profesor
Aarón Espinosa (2020), en el cual se afirma que el Caribe es el territorio de Colombia donde “la
pobreza afecta a más personas en cualquiera de sus facetas” (p. 145). Al mismo tiempo, como
una conclusión del capítulo, se invita a profundizar en los análisis sobre pobreza y desigualdad
social en la región. Espinosa (2020) concluye que se necesitan más y mejores análisis cualitativos
y cuantitativos que procuren estudiar y mostrar las particularidades específicas de las ciudades y
departamentos de la región referida.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el apoyo del Centro de
Estudios Socioeconómicos y Regionales (Cesore), de Valledupar (Cesar), recoge la invitación y
—siguiendo las iniciativas del Banco de la República, de Fundesarrollo y de Casa Grande Caribe,
entre otros— hace una contribución con el presente estudio que se considera de la mayor
pertinencia para atender la crisis ocasionada por el COVID-19 en la región Caribe. De una parte,
los resultados recientes promulgados por el Departamento Administrativo Nacional de
Estadística (DANEDANE) sobre pobreza monetaria departamental del 2019 siguen mostrando
a los departamentos del Caribe dentro de los de mayor pobreza. Por otra, las secuelas severas
que va a dejar el COVID-19 ameritan no solo esta investigación, sino acciones inmediatas de las
autoridades nacionales y regionales en el territorio, con el fin de aliviar el peso de la pobreza en
los grupos más vulnerables. Por lo tanto, en este documento se analizan las cifras de pobreza y
desigualdad del 2019 y se presentan las proyecciones esperadas para el 2020, lo cual se hace para
comprender la diversidad de la dicha región y las singularidades de sus departamentos.
Dado lo anterior, este trabajo se divide en cinco partes. La primera de ellas es esta introducción,
después se expone un contexto general del Caribe para buscar una aproximación a su variedad
y a entender los resultados de pobreza en el 2019; además, se enmarca la importancia de la
Agenda 2030 en el análisis. En la siguiente sección, se revela la metodología basada en
microsimulaciones de encuestas administrativas como la Gran Encuesta Integrada de Hogares
(GEIH) y la Encuesta Nacional del Presupuesto de los Hogares (ENPH). A continuación, se
presentan los principales resultados de las proyecciones de la pobreza para los departamentos de
la región Caribe en el 2020. Finalmente, en el último apartado se muestran las conclusiones y
algunas recomendaciones para enfrentar las consecuencias de la pandemia.

5
Contexto general

Complejidad de la región Caribe


El Caribe7 es un mosaico diverso. Tiene un departamento insular, una cinta costera con cuatro
ciudades importantes y una región continental con tres capitales, pero sobre todo con un sector
rural atrasado y pobre. En La Guajira más del 50 % de la población vive en áreas rurales, mientras
en el Atlántico el porcentaje es solo del 5 % (Departamento Administrativo Nacional de
Estadística [DANE], 2018). La heterogeneidad del Caribe se evidencia también en su población
étnica: en La Guajira casi la mitad de sus habitantes (47,6 %) se identifica como población
indígena, con una proporción importante en Córdoba y Sucre (13 y 12 %, respectivamente),
mientras que Bolívar, Cesar y San Andrés concentran el mayor número de población
afrocolombiana (16 %, 13 % y 13 %, en su orden) (DANE, 2018) (ver Cuadro 1). De igual
forma, resalta la importancia de la población raizal (42 %) en San Andrés y la destacada
participación tanto de los indígenas como de la población afrocolombiana en Sucre, que juntas
representan más del 24 % de su población.
Cuadro 1. Composición étnica de la región Caribe por departamentos, 2018

Raizal del
Negro(a),
Archipiélago Ningún Sin
mulato(a),
Indígena de San Andrés, grupo información
Departamento afrodescendiente,
(%) Providencia y étnico y otros
afrocolombiano(a)
Santa Catalina (%) (%)
(%)
(%)
Nacional 4,28 0,06 6,71 87,74 1,21
Atlántico 1,67 0,02 5,94 91,32 1,05
Bolívar 0,27 0,03 16,53 82,33 0,83
Cesar 4,66 0,01 13,00 81,39 0,94
Córdoba 13,05 0,01 6,59 79,74 0,61
La Guajira 47,64 0,01 7,36 43,86 1,12
Magdalena 1,63 0,01 8,42 89,23 0,72
Sucre 12,19 0,02 11,93 75,28 0,58
San Andrés 0,04 42,46 13,65 43,15 0,71
Fuente: DANE (2018).

La complejidad de la región Caribe también se manifiesta en la estructura productiva de sus


departamentos. Para el 2019, Atlántico y Bolívar concentraron cerca del 55 % del producto
interno bruto (PIB) de la zona y presentan participaciones balanceadas por ramas de actividad,
en las que el comercio, las industrias manufactureras y la administración pública son las más
importantes. De otra parte, más del 40 % del PIB guajiro y cesarense lo constituye la actividad
carbonífera. Sucre, Magdalena y Córdoba son los departamentos en los que las actividades de
administración pública pesan más en el total de la producción. Por último, de San Andrés se

7La región Caribe está compuesta por ocho departamentos: Atlántico, Córdoba, La Guajira, Cesar,
Magdalena, Bolívar, San Andrés y Sucre.

6
resalta que más del 50 % es comercio, explicado principalmente por la importancia de las
actividades turísticas y de servicios que ofrece el departamento (DANE, 2020c)8 (ver Anexos).
En términos generales, Cesar y La Guajira son los departamentos de la región Caribe que más
dependen de actividades primarias (agricultura y explotación minera), mientras que Bolívar y
Atlántico son los que más concentran actividades secundarias (industrias manufactureras y
construcción). En cuanto a las actividades terciarias, asociadas con servicios, San Andrés es el
que tiene un porcentaje mayor (87 %), seguido por Sucre, Atlántico y Magdalena (todos con
67 % de participación) (Anexos). Hay una variedad importante de actividades, pero resalta la
relevancia que han tomado los servicios en proveer mayor valor agregado para la producción de
los departamentos del Caribe.
Por otro lado, la estructura del mercado laboral en el 2019 revelaba que el Cesar es el
departamento con la tasa más alta de desempleo (13,2 %) y Bolívar es el que tiene la tasa más
baja con un 5 % de la región Caribe (Gráfica 2). Ahora bien, las mujeres sufren de forma más
evidente la imposibilidad de conseguir un empleo: el caso más dramático es el Cesar, en donde
la tasa de desempleo femenino alcanzaba el 19,6 %, es decir, una diferencia de 10,6 puntos
porcentuales respecto al desempleo de los hombres, que fue del 9 %. Sin embargo, Sucre
presenta una diferencia aún mayor de 10,8 puntos porcentuales entre las tasas de desempleo de
hombres y mujeres. Al contrario, Bolívar, Atlántico y La Guajira tienen la menor brecha de
desempleo por sexo (4,1, 5,2 y 6,1 %, respectivamente). Así pues, es posible esperar que las
mujeres, e incluso más, los hogares con jefatura femenina se encuentren en mayor situación de
pobreza debido a que pueden acceder menos a vacantes con las cuales generar ingresos.
En este orden de ideas, la comparación de los ingresos laborales promedio por departamento
arroja algunos contrastes importantes. El más llamativo es la disparidad salarial en Atlántico y
Magdalena, pues en ellos los hombres ganan, en promedio, $287 198 y $220 425 más que las
mujeres, a pesar de que, por ejemplo, el Atlántico tiene la menor brecha en el desempleo entre
hombres y mujeres (Gráfica 3). Lo que quiere decir que las diferencias de género se refuerzan
para las mujeres que logran acceder al mercado laboral, pues ellas ganan menos, en promedio,
que los hombres de la región Caribe.
Ahora bien, los ingresos laborales dan una señal de los departamentos más expuestos a los
efectos negativos de la crisis. Por ejemplo, al hacer el análisis entre hombres y mujeres, solamente
en el Atlántico ellas tenían ingresos laborales promedio mayores que el salario mínimo del 2019.
Para ellos, Atlántico, Bolívar, Cesar y Córdoba lograban superar el umbral de ingresos laborales
por encima del salario mínimo. De hecho, en Magdalena y Sucre las mujeres tienen ingresos
laborales promedio que apenas superan los $520 000. Dado los bajos ingresos es posible esperar
que los niveles de pobreza sean más altos en los departamentos de la región Caribe.
Los bajos ingresos laborales se deben en parte por los altos niveles de informalidad de la zona,
pues son las actividades con menos estabilidad y menos remuneradas (Gráfica 1). Hay una
varianza fundamental entre los departamentos del Caribe: en Sucre el 82,4 % de sus ocupados
son informales por cotización a pensión, mientras que ese porcentaje es del 65 % para el
Atlántico. Una característica interesante de la informalidad es que los hombres tienen porcentajes

8 Cifras provisionales para el 2019.

7
más altos, excepto en el Atlántico. A pesar de esto, ellos tienen mejores ingresos, en promedio,
lo cual indica que a pesar de estar más en la informalidad pueden pasar más horas trabajando o
accediendo a labores con mayor remuneración que las mujeres.
Las características étnicas y poblacionales, la estructura productiva y el mercado laboral de los
departamentos de la región Caribe muestran que no es un territorio homogéneo y que, por tanto,
necesita políticas, estrategias y proyectos específicos que se adapten a las condiciones y al área
de cada departamento.
Gráfica 1. Informalidad por pensiones en los departamentos de la región Caribe

90 79 80 77,2 74,8
80 71,4 72,3
84,3 82,2 81,7 68,4
70 76,7 78
74,2
60
62,5
50
40 82,4 81,4 79,8 76,1 75,6 73,5
30 65
20
10
0
Sucre Córdoba La Guajira Magdalena Cesar Bolívar Atlántico

Total Hombres Mujeres

Gráfica 2. Desempleo por sexo de los departamentos de la Gráfica 3. Promedio de los ingresos laborales por sexo para los
región Caribe, 2019 departamentos de la región Caribe

25 1.400.000 350.000
1.200.000 300.000
20 1.000.000 250.000
15 800.000 200.000
10 600.000 150.000
5 13,2 11,2 11,2 9,2 7,1 6,5 5 400.000 100.000
0 200.000 50.000
- -
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Total Hombres Mujeres Hombres Mujeres Disparidad salarial

Fuente: elaboración propia con base en FILCO (2019).

Pobreza: las cifras antes de la pandemia


El 30 de septiembre del 2020, el DANE presentó las nuevas cifras de pobreza a partir de la
actualización del cálculo de las líneas para la pobreza monetaria (DANE, 2020a). El cambio en
la metodología muestra que en Colombia en el 2019 había cerca de 3 700 000 pobres que no se
estaban teniendo en cuenta con la medición anterior, con graves consideraciones de política
pública en ello. Ahora bien, lo que sí se mantiene es que el Caribe sigue mostrando altos niveles

8
de pobreza. La Gráfica 4 muestra que todos los departamentos de la región9, a excepción del
Atlántico, se encuentran por encima del promedio nacional en pobreza monetaria. Más
preocupante aún es que tres de ellos están dentro de los cinco con mayor incidencia de la
pobreza. Desafortunadamente, estas cifras no son una novedad, pero sí muestran la ineficacia
de las políticas públicas en la zona para disminuir la pobreza y evitar el desarrollo desigual del
país.
Gráfica 4. Incidencia de la pobreza monetaria por departamentos, 2018-2019

80
70
Porcentaje

60
50
40
30
20
10
0

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Departamentos

2018 2019

*Departamentos de la región Caribe delineados en negro. Total nacional en otro color.


Fuente: DANE (2020b).

El panorama se mantiene para la pobreza extrema. Todos los departamentos de la región Caribe,
otra vez a excepción del Atlántico, se encuentran por encima del promedio nacional en pobreza
extrema. De hecho, para el 2019 el Atlántico tenía la menor incidencia de este tipo de pobreza
entre todos los departamentos del país. Así mismo, de los cinco con mayor incidencia de pobreza
extrema, tres son Caribe. La diferencia más notoria es que el Cesar reemplaza a Córdoba como
el cuarto con más incidencia de pobreza extrema.

9Para San Andrés no hay datos disponibles debido a que no hace parte de la Gran Encuesta Integrada de
Hogares (GEIH).

9
Gráfica 5. Incidencia de la pobreza extrema por departamentos, 2018-2019

45
40
35
Porcentaje
30
25
20
15
10
5
0

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Departamento

2018 2019

*Departamentos de la región Caribe delineados en negro. Total nacional en otro color.

Fuente: DANE (2020b).

Es importante mencionar que la nueva metodología de clasificación de la pobreza tiene líneas


de pobreza y pobreza extrema específicas para cada ciudad y departamento, lo cual tiene como
objetivo reconocer las diferencias en el costo de vida por dominio. Por ejemplo, el Cuadro 2
muestra que, en términos de pobreza, todos los departamentos del Caribe están por debajo de
la línea nacional, mientras que, en pobreza extrema, solo el Atlántico supera la línea determinada
para todo el país. Si se comparan las líneas de pobreza del 2019, se puede afirmar que en el
Atlántico un hogar de cuatro miembros es clasificado como pobre si su ingreso mensual es
menor que $1 261 136 y como pobre extremo si es menor que $561 708. Por otro lado, en La
Guajira el mismo hogar es pobre si su ingreso es menor que $1 011 572 y pobre extremo si es
menor que $479 404. Lo anterior es importante por dos razones: la primera, porque los efectos
de las ayudas del Gobierno van a tener mayor impacto en los departamentos con líneas de
pobreza más bajas y, segundo, porque influye en la brecha de pobreza, que mide la cantidad
promedio de dinero que le hace falta a una persona para superar la línea de pobreza10 (DANE,
2020b).
Cuadro 2. Línea de pobreza y pobreza extrema de los departamentos de la región Caribe

2018 2019
Departamento Línea de Línea de pobreza Línea de Línea de pobreza
pobreza extrema pobreza extrema
Total nacional 316 815 130 987 327 674 137 350
Atlántico 304 069 134 541 315 284 140 427
Bolívar 293 846 125 026 303 926 130 909
Cesar 277 762 119 375 287 074 125 372
Magdalena 277 335 127 093 287 131 133 624

10La brecha se halla calculando la diferencia entre el ingreso de cada persona catalogada en situación de
pobreza y la línea de pobreza, y se pondera por el número de personas pobres.

10
Sucre 262 269 115 963 271 739 121 844
Córdoba 252 404 115 601 261 519 121 433
La Guajira 244 066 114 145 252 893 119 851
Fuente: DANE (2017).

Sin embargo, tal vez es más interesante analizar la serie en el tiempo de los diferentes
departamentos entre 2012 y 2019 que publicó el DANE, antes de adentrarse en el análisis de lo
sucedido durante el año de la pandemia, 2020 (Cuadro 3).
Cuadro 3. Incidencia de la pobreza monetaria por departamentos de la región Caribe, 2012-2019

Pobreza monetaria
Tasa de
Variación crecimiento
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Departamento 2012-2019 anual
(%) (%) (%) (%) (%) (%) (%) (%)
(p.p.) promedio
(%)
Cesar 51,7 50,4 47,2 48,6 48,5 46,8 48,9 51,7 0,0 0,1
La Guajira 61,9 59,5 57,0 57,2 56,1 55,6 57,2 61,8 -0,1 0,1
Magdalena 58,3 56,1 54,6 51,7 55,9 54,7 51,7 53,5 -4,8 -1,1
Bolívar 50,8 48,5 46,7 46,8 48,0 44,3 43,4 46,0 -4,8 -1,3
Nacional 40,8 38,3 36,3 36,1 36,2 35,2 34,7 35,7 -5,1 -1,8
Sucre 57,1 52,6 49,4 50,5 52,1 47,5 46,2 50,3 -6,8 -1,6
Atlántico 38,0 36,0 32,6 30,0 29,2 28,7 27,8 27,3 -10,7 -4,6
Córdoba 66,4 57,8 54,2 55,4 53,8 53,2 52,6 54,2 -12,2 -2,7
Fuente: DANE (2020b).

Lo primero para señalar es que el Atlántico tiene unos resultados y un comportamiento diferente
al de los demás departamentos. Los niveles de pobreza allá difieren mucho de los otros
departamentos del Caribe, e inclusive son bastante menores al promedio nacional, no solo en
términos absolutos sino en lo relativo a la tasa de reducción de la pobreza a través de los años.
También resalta el avance en la lucha contra la pobreza que ha tenido Córdoba desde el 2012.
Es llamativo que en dicho año, la incidencia de la pobreza en Córdoba fuera 4,5 puntos
porcentuales (p. p.) mayor que en La Guajira. En contraste, ocho años después La Guajira sigue
con el mismo nivel de pobreza, mientras que Córdoba ha logrado una reducción de más de 12
p. p. y ha alcanzado un nivel de 54,2 %. Lo anterior, a pesar de que La Guajira había logrado una
senda positiva de reducción del nivel de pobreza hasta el 2017, pero con aumentos importantes
en los últimos dos años.
Lo mismo sucede en el caso del Cesar, que llega con el mismo nivel de pobreza para el 2019 al
que tenía en el 2012, a pesar de haber tenido avances relevantes hasta el 2017. Es decir, La
Guajira y el Cesar han perdido durante los ocho años pasados en la lucha contra la pobreza, es
decir, no avanzaron: donde comenzaron en el 2012, allí mismo terminaron en el 2019, con una
incidencia de la pobreza del 51,7 y 61,8 %, respectivamente. Ante estos resultados, la gran
pregunta es ¿qué pasó con las cuantiosas inversiones en regalías del carbón que sumaron billones
de pesos en los últimos años y no se materializaron en avances sociales para los más vulnerables
de ambos departamentos? Por otro lado, Magdalena y Sucre muestran avances que no son lo
suficientemente significativos en la lucha contra la pobreza, muy cercanos a los cambios en la

11
pobreza nacional y en todo caso menores al 2 % anual. Por último, Bolívar tiene un ritmo de
caída de la pobreza anual promedio mayor al promedio nacional, lo cual da resultados positivos
en la lucha contra la pobreza en el departamento.
Cuadro 4. Incidencia de la pobreza monetaria extrema por departamentos de la región Caribe, 2012-2019

Pobreza monetaria extrema


Tasa de
Variación crecimiento
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Departamento 2012-2019 anual
(%) (%) (%) (%) (%) (%) (%) (%)
(p.p.) promedio
(%)
La Guajira 28,6 26,6 26,4 25,7 26,9 27,5 27,2 33,5 4,9 2,7
Cesar 16,7 13,2 13,3 12,2 13,6 13,6 13,4 19,3 2,6 3,7
Magdalena 19,8 17,2 16,1 14,8 21,1 18,5 16,7 18,3 -1,5 0,4
Nacional 11,7 10,0 9,4 9,1 9,9 8,4 8,2 9,6 -2,1 -2,2
Atlántico 5,8 5,3 4,7 3,7 4,0 3,1 2,9 3,5 -2,3 -5,9
Sucre 13,4 10,6 9,6 10,4 13,7 10,3 7,9 11,0 -2,4 0,1
Bolívar 14,9 14,0 12,0 9,6 12,5 8,8 7,9 10,5 -4,4 -2,4
Córdoba 29,3 19,9 13,9 14,4 12,7 12,5 12,3 15,2 -14,1 -7,1
Fuente: DANE (2020b).

En el análisis de la pobreza extrema (Cuadro 4) hay varios puntos para señalar. Nuevamente,
Cesar y La Guajira muestran años perdidos en la lucha contra la pobreza: la incidencia de la
pobreza extrema se incrementó en especial durante el periodo 2018-2019, con porcentajes
cercanos al 30 y 20 %, respectivamente. Córdoba, por el contrario, tiene mejores resultados en
tanto que redujo el porcentaje de pobres extremos a la mitad en ocho años, al pasar de 29,3 %
en 2012 a 15,2 % en 2019. El Atlántico presenta los menores niveles de pobreza extrema con
3,5 %, lo que lo convierte en el departamento con la menor incidencia de este tipo de pobreza
en el país. Bolívar, Sucre y Magdalena revelan avances, pero poco significativos para los ocho
años calculados.
Pobreza según número de pobres
Por otro lado, para el 2019 el Caribe11 concentraba el 22,4 % de la población del país, producía
el 15,2 % de su PIB , tenía el 29 % de los pobres y el 31,6 % de los pobres extremos (Cuadro 5).
En ese mismo sentido, de los cerca de sus 11 070 000 habitantes, el 46,2 % (un poco más de
5 111 000) se encontraban bajo la línea de pobreza. Al analizar la ubicación de estas personas, se
encuentra que Córdoba, Bolívar, Magdalena y Atlántico tienen la mayor parte de ellos, al agrupar
el 67 % de personas en situación de pobreza de la región Caribe. Como en casi todo el país, los
hogares más pobres son aquellos con jefatura femenina (con excepción de Córdoba). En La
Guajira, la brecha es la más amplia de los departamentos de la región mencionada, pues los
hogares con jefatura femenina alcanzan una incidencia del 65,3 %, con una diferencia de 6,8
puntos porcentuales de los hogares con jefatura masculina, que se ubican en 58,5 % (DANE,

11 Dada la limitación de los datos, en el cálculo de pobreza no se incluye a San Andrés.

12
2020b). Estas diferencias están asociadas con el número de hijos, la importancia de los trabajos
informales y la pertenencia étnica.
Cuadro 5. Número de pobres y pobres extremos de la región Caribe, 2019

Incidencia
Incidencia Número
pobreza Número
Departamento Población pobreza pobres
extrema pobres
(%) extremos
(%)
Córdoba 1 808 439 54,2 15,2 980 174 274 883
Bolívar 2 130 512 46,0 10,5 980 036 223 704
Magdalena 1 388 832 53,5 18,3 743 025 254 156
Atlántico 2 638 151 27,3 3,5 720 215 92 335
Cesar 1 252 398 51,7 19,3 647 490 241 713
La Guajira 927 506 61,8 33,5 573 199 310 715
Sucre 928 984 50,3 11,0 467 279 102 188
Total región Caribe 11 074 822 46,2 13,5 5 111 417 1 499 694
Total nacional 49 395 678 35,7 9,6 17 634 257 4 741 985
Porcentaje de la región
22,4 - - 29,0 31,6
(%)
Fuente: DANE (2020b).

La mejor forma de ver el número de pobres es hacer un análisis nacional, que permita entender
el contraste entre incidencia de la pobreza y el número de pobres. El mapa distorsionado sobre
la pobreza y la pobreza extrema (Anexos) es una representación espacial del número de pobres
en Colombia, el cual muestra dónde están ubicados los pobres y pobres extremos con el fin de
identificar los departamentos que más suman personas en situación de pobreza Un resultado
interesante es que Antioquia, Bogotá y Valle del Cauca, que tienen una baja incidencia de la
pobreza, tienen el mayor número de pobres, lo cual se explica porque concentran más población.
Lo anterior invita a tener una mirada amplia sobre lo que significan las cifras de la pobreza, en
el sentido de que un tema es la pobreza relativa del territorio y otro el número de pobres que lo
habita. Chocó es el departamento con mayor número relativo de pobres de acuerdo con su
población, mientras que Bogotá es la entidad con el mayor número de pobres en cifras absolutas.
Desigualdad en la región Caribe
Al contrastar las cifras de pobreza junto con la desigualdad, se encuentra un hecho muy
importante: todos los departamentos del Caribe, excepto La Guajira, están por debajo del
promedio nacional en cuanto al coeficiente de Gini. En cuanto a La Guajira, resalta que tenga
los mayores niveles de desigualdad junto con la incidencia más alta de pobreza, muy por encima
de las cifras nacionales, lo que se traduce en que la distribución de los ingresos es de dos
extremos: en un lado, los más pobres con menos ingresos; y en el otro, los más ricos con mayores
ingresos relativos. Una explicación posible a lo anterior es la importancia que tiene la explotación
del carbón en el departamento, que lleva a que unos pocos trabajadores tengan altos ingresos y
a que las regalías no necesariamente se destinan a una función de redistribución de los réditos
de la explotación minera.

13
Por el contrario, los otros departamentos muestran altas tasas de pobreza, pero los ingresos no
están tan concentrados. El caso más llamativo es el Atlántico, que logra tener la incidencia más
baja de pobreza y pobreza extrema junto con el coeficiente de Gini más cercano a cero, que
indica mejores distribuciones del ingreso. Es decir, los ingresos llegan a más personas y se
reparten con menos diferencias proporcionales entre ellos. Ahora bien, si la crisis acentúa las
brechas en detrimento de los más vulnerables, y dado que el Atlántico tiene las líneas de pobreza
más altas de toda la región, podría ser que la crisis tenga mayores efectos en este departamento,
con menor amortiguación por parte de las ayudas del Gobierno.
Gráfica 6. Coeficiente de Gini de los departamentos de la región Caribe, 2019

0,6 0,58
0,526
0,55 0,506
0,495
0,5 0,485
0,479
0,45 0,476

0,454
0,4
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Atlántico Sucre Bolívar Córdoba
Magdalena Cesar Total Nacional La Guajira

Fuente: DANE (2019).

Brecha urbano-rural
Como parte de las brechas socioeconómicas existentes, merece especial atención la urbano-rural.
Es clara la incidencia que tuvo dicha brecha en el origen del conflicto armado y en el poco avance
en términos de productividad que hay en el rural colombiano. El diagnóstico de Penagos et al.
(2018) mostraba que solamente el 41 % de las Unidades de Producción Agropecuaria (UPA)
tenían productividad alta y respondían por el 81 % del valor agregado agropecuario y el 46 %
del empleo generado en el país. Además, se encontraba que la región Caribe, siguiendo con el
promedio nacional, concentraba una alta proporción de predios en baja productividad. Esto
tiene consecuencias importantes sobre las condiciones de vida de los habitantes rurales, en lo
cual se debe tener en cuenta el enfoque territorial en las políticas que se formulen para atender
a la crisis ocasionada por el COVID-19.
Por lo tanto, es un imperativo atender a esta brecha. Al usar el Índice de Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI) (Cuadro 5), se muestra cómo la pobreza rural triplica a la urbana en términos
de la brecha porcentual entre ambos dominios en los departamentos de la región Caribe. La
Guajira tiene la mayor brecha entre las áreas rurales y urbanas tanto en el número de personas
en NBI como en personas en miseria. Es decir, el 75 % de los habitantes rurales se encuentran
en NBI, mientras que en las cabeceras el porcentaje es del 28,95 %, lo que refleja una brecha de
46 puntos porcentuales. Para las personas en miseria, el porcentaje en las áreas rurales es del

14
48 % y el de las cabeceras del 10,77 %, con una brecha de 37 puntos porcentuales. De igual
forma, la situación es preocupante para Córdoba que, junto con La Guajira, supera la brecha en
términos porcentuales entre las áreas urbanas y rurales, con respecto al promedio nacional.
Cuadro 6. Brechas urbano-rurales por NBI por departamentos de la región Caribe, 2018

Brechas urbano-rurales
Cabeceras Rural
(rural-cabeceras)12

Departamento Proporción Proporción Proporción Proporción Proporción Proporción


de personas de personas de personas de personas de personas de personas
en NBI en miseria en NBI en miseria en NBI en miseria
(%) (%) (%) (%) (p. p.) (p. p.)
La Guajira 28,95 10,77 74,96 47,97 46,02 37,20
Córdoba 21,66 5,47 51,65 18,44 29,99 12,98
Nacional 9,42 1,76 30,22 10,51 20,80 8,75
Bolívar 21,69 5,76 41,40 14,90 19,71 9,13
Cesar 18,53 4,83 36,42 14,60 17,88 9,77
Magdalena 21,64 6,38 38,43 14,08 16,79 7,70
Sucre 24,11 6,65 37,99 10,31 13,88 3,66
Atlántico 10,68 2,00 22,76 5,35 12,08 3,36
San Andrés 19,29 1,50 5,88 0,26 -13,41 -1,24
Fuente: DANE (2018).

Ahora bien, el análisis se mantiene al usar el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que
tiene una visión más amplia al abarcar más variables y dimensiones. La Guajira sigue siendo el
departamento con la brecha más amplia entre las zonas urbanas y rurales, pero llama la atención
que el Atlántico aumenta la diferencias incluso por encima de Córdoba, lo cual se debe a que la
zona urbana del Atlántico presenta la proporción de IPM más bajo en las cabeceras, lo cual
acentúa la brecha con las áreas rurales. No hay que olvidar, en la comparación de las brechas
urbano-rurales, que La Guajira es el departamento de la región Caribe con la mayor proporción
de habitantes rurales y que el Atlántico apenas llega a tener un 5 % de ellos.
Cuadro 7. IPM por dominios de los departamentos de la región Caribe, 2019

Centros poblados Brecha


Departamento Cabeceras Total
y rural disperso urbano-rural
La Guajira 28,1 68,2 40,1 48,8
Córdoba 23,2 47,2 24,0 34,7
Sucre 25,4 46,6 21,2 33,3
Magdalena 24,6 47,8 23,2 31,6
Caribe 20,1 48,7 28,6 28,1
Bolívar 21,4 42,9 21,5 26,9
Cesar 20,5 40,7 20,2 25,5
Nacional 12,3 34,5 22,2 17,5
Atlántico 13,7 38,0 24,3 14,9
San Andrés 8,2 - 8,2

12La brecha se calcula como la diferencia entre el porcentaje del NBI rural menos el NBI urbano, lo que
arroja el resultado en puntos porcentuales.

15
Fuente: DANE (2020a).

La marcada brecha entre las áreas rurales y urbanas de los departamentos de la región Caribe no
es solo un tema de inequidad social, sino que solucionarla es una condición necesaria para dar
un salto hacia el futuro y la inclusión. Se requiere el apoyo estatal para que los sectores rurales,
campesinos, empresarios y en general sus habitantes, mejoren notablemente su calidad de vida,
sobre todo en los departamentos que presentan brechas tan marcadas como lo son La Guajira y
Córdoba.
COVID-19 y pobreza
Los hogares enfrentan diferentes tipos de riesgos y las personas en situación de pobreza
presentan mayor vulnerabilidad al tener un mayor grado de exposición al contagio del COVID-
19, pues sus actividades están más asociadas con la informalidad y no se pueden llevar a cabo
desde sus hogares. En las últimas décadas, Colombia ha sufrido los efectos del conflicto armado
que desplazó a millones de ciudadanos, lo cual llevó a una situación de pobreza a comunidades
enteras que antes no lo eran; también, el país ha sufrido por desastres naturales y por efectos del
cambio climático que con sus sequías, inundaciones o variabilidad climática han conducido a la
pobreza a miles de ciudadanos. Ahora, el país enfrenta la pandemia del COVID. Los frentes por
donde la pobreza puede afectar a los colombianos son variados.
A la fecha, varios estudios han mostrado los efectos del COVID-19 sobre la pobreza. En
específico, Sumner et al. (2020) estimaban que en el mundo podría haber entre 420 y 580 millones
de pobres nuevos, y de ellos, entre el 10 y 30 % podrían estar en América Latina y el Caribe. Para
Colombia, Núñez (2020a) considera que habría más de 4,5 millones de nuevos pobres. Esta
investigación contribuirá al análisis de la pobreza en Colombia en relación con la región Caribe,
y llenará uno de los vacíos de la literatura, pues las proyecciones que se han hecho no tienden a
contemplar las variaciones en los países. La pandemia ha afectado la principal fuente de ingresos
de muchos hogares, junto con los emprendimientos y la actividad económica en general. Para
2020 se espera, de acuerdo con el Informe de Política Monetaria del Banco de la República de enero del
2020, que el PIB del país caiga en 7,2 % con respecto al 2019, lo cual es un cambio en las
expectativas, pues el anterior informe pronosticaba una caída mayor del 7,6 %. Esto tendrá una
repercusión directa en las condiciones de vida y la pobreza de los departamentos del Caribe
colombiano.
El contexto de la Agenda 2030 y el Desarrollo Humano Sostenible: ¿dónde nos deja la
pandemia?
Desde la Segunda Guerra Mundial, la humanidad no había sufrido un evento más disruptivo y
dañino que la pandemia originada por el COVID-19. La pandemia ha causado cerca de dos
millones de muertes y noventa millones de contagiados a diciembre del 2020 en el mundo. En
Colombia, a 19 de abril del 2021 iban 68 748 muertes y 2 667 136 contagiados verificados
(Instituto Nacional de Salud [INS], 2021). Además, el COVID-19 ha afectado las economías de
todo el mundo, obligando el cierre de fronteras, la destrucción de millones de empleos, con
cambios fundamentales en las tendencias mundiales y acelerando la transformación digital. Pero,
sobre todo, la pandemia desnudó las fragilidades e hizo aún más evidentes las grandes
desigualdades que existen entre países, dentro de ellos y entre los grupos sociales.

16
En general, muy pocos empleos pueden ser llevados a cabo desde los hogares. Delaporte y Peña
(2020) calculan que, en promedio, solo el 11 % de los trabajos en Colombia pueden hacerse
desde el teletrabajo. Ahora bien, las personas que pudieron trabajar desde casa o participar en
clases virtuales serán los que tomen ventaja, o siguieron tomando ventaja durante de la crisis,
sobre aquellos que no tenían dichas oportunidades. Teletrabajo y telestudio son los nuevos
procesos que pueden generar mayor desigualdad y en este caso, lamentablemente, servirán para
ampliar las brechas, a no ser que se hagan esfuerzos extraordinarios por parte de los gobiernos
para cerrar, en especial, la brecha digital en términos laborales y educativos.
Las desigualdades siguen acentuándose y el compromiso de la Agenda 2030 de que nadie se quede
atrás presenta retos claves para poder cumplirse. La Comisión Económica para América Latina
y el Caribe - Cepal (2020) calcula que más de 23 millones de latinoamericanos caerán en la
pobreza, lo que supone un aumento de 3,5 % en la incidencia de pobreza en el continente. En
Colombia, Núñez (2020a) calcula una cifra de incidencia de la pobreza del 44,1 % para el 2020,
con lo que se perdería más de una década de lucha contra la pobreza. Por lo tanto, la pandemia
traerá importantes consecuencias sobre el desarrollo humano en el país y en la región Caribe,
que acentuará las diferencias entre poblaciones y departamentos, en una zona con rezagos
estructurales. Por ejemplo, el Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales (Cesore) en el
documento titulado Para que nadie se quede atrás en el departamento del Cesar (2020), hace un análisis
sobre las personas que se han rezagado en este departamento, por razones tan diversas como la
ubicación geográfica, los choques y la fragilidad, la situación económica, la discriminación y la
gobernabilidad.
Así pues, la crisis del COVID-19 requiere plantear una discusión urgente sobre la necesidad de
anticipar los choques negativos sobre los más vulnerables que requieren acciones contundentes
y específicas. En esa discusión es clave la importancia de reconocer que la pandemia producirá
también nuevos pobres, que no necesariamente eran las mismas poblaciones vulnerables antes
de la crisis, como los empleados formales que perdieron sus trabajos y nunca más lo recuperaron.
También, los dueños de micro y pequeñas empresas o emprendimientos que se ven forzados a
cerrar sus negocios como consecuencia de la crisis. Si bien es cierto que hay limitaciones de
espacio y de los datos para hacer una identificación específica de estos nuevos pobres, es clave
plantear la discusión en términos de la necesidad de que la política pública también los tenga en
cuenta respecto a los efectos de la crisis.
En cuanto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en Colombia se adoptaron mediante
el Conpes 3918 de 2018, que mostraba un camino para seguir en términos de la reducción de la
pobreza. Las metas ODS de pobreza monetaria se calcularon con la anterior metodología, que
no es necesariamente comparable con la actual. Además, tampoco se cuenta con objetivos
regionales en este tema. Sin embargo, con el fin de analizar la Agenda 2030, se parte de la
finalidad nacional de pobreza monetaria y se compara con los datos disponibles. La meta de
pobreza monetaria nacional para el 2030 es del 18,7 %. Según las proyecciones de población del
DANE, para ese año habría 55 678 033 colombianos; de ellos, tendría que haber solamente
10 411 802 pobres, para cumplir la meta nacional de pobreza monetaria. Ahora bien, la
actualización de la medida de pobreza ubica la incidencia nacional en 35,7 % (DANE, 2020b),
mientras que los primeros cálculos hechos por Núñez (2020b) proyectan que la cifra de pobreza
monetaria será de 44,1 % para el 2020. En términos concretos, la Década de la Acción requerirá

17
que en Colombia cerca de 12 millones de personas salgan de la pobreza, lo que se podría lograr
con la salida de 1 180 000 pobres por año. Cumplir con la Agenda 2030, en términos de pobreza
monetaria, supone una meta tan ambiciosa que implicaría que la población completa de un
departamento como el Cesar deba superar la pobreza monetaria por año. Las medidas son más
que urgentes y necesarias para movilizar a todas las personas en todo el mundo en la misma
dirección.
Por estas razones, hay que ayudar a construir y es este el propósito del actual documento. El
Gobierno nacional, la sociedad civil, los gremios y las organizaciones sociales y de trabajadores,
requieren insumos para “reconstruir mejor”. Este documento es un aporte en ese sentido,
porque hay que actuar de manera inmediata, dado que —como se verá en el próximo capítulo—
el comportamiento esperado de la pobreza en el 2020 y en el 2021 fue y será crítico para millones
de colombianos y en particular de caribeños.

Metodología: microsimulaciones para proyectar la pobreza

La metodología del documento está basada en microsimulaciones sobre datos oficiales para
proyectar las cifras de pobreza monetaria. Estos modelos parten de una línea de base para hacer
proyecciones a partir de la información disponible en encuestas de hogares como la GEIH (Gran
Encuesta Integrada de Hogares) y la ENPH (Encuesta Nacional del Presupuesto de los
Hogares). Así, al utilizar ciertos datos agregados que entrega el DANE en el muy corto plazo y
la agregación de supuestos lógicos y racionales sobre el comportamiento esperado del empleo y
los ingresos de los hogares, se proyectan escenarios de choques y respuestas de política que, en
este caso, están asociados a la crisis económica y social causada por las restricciones impuestas y
confinamientos ordenados para el control del contagio del COVID-19. Es decir, con esta
metodología primero se estima el comportamiento del empleo y los salarios para luego proyectar
la pobreza como resultado de ambas variaciones.
En este caso, de acuerdo con Núñez (2020a), el análisis parte de explotar los indicadores de
empleo y salarios que pueden calcularse utilizando mensualmente los resultados de la GEIH,
con el objeto de evaluar el efecto que ha tenido la pandemia sobre estos. El modelo utiliza la
información de los primeros cinco bimestres del año y supone que el comportamiento del último
será similar al anterior, debido a la disponibilidad de los datos al momento de hacer los cálculos.
Sin embargo, los resultados en el número de ocupados presentan variaciones muy similares para
ambos bimestres (DANE, 2020c). La Gráfica 7 muestra el comportamiento de la contracción
del empleo al comparar el 2020 con el 2019 en los departamentos del Caribe. En general, se
encuentra que la caída más importante se ocurre en el tercer bimestre del año, que coincide con
la implementación de las cuarentenas estrictas. También se revela que Córdoba es el
departamento que tiene mayor capacidad de recuperación (especialmente en el quinto bimestre)
y que Sucre mantiene caídas muy similares durante todos los bimestres analizados.
En la misma dirección, el modelo para las estimaciones departamentales supone que la
contracción de los ingresos y salarios tendrá el mismo comportamiento para las estimaciones
nacionales, según Núñez (2020a). El mencionado autor encuentra que las variaciones en salarios
e ingresos debido a la pandemia se presentan especialmente a lo largo de la distribución de
ingresos (deciles) y con unas diferencias muy marcadas entre las zonas urbanas y rurales. La

18
disponibilidad de datos desde la GEIH no permite una desagregación urbano-rural consistente
en el ámbito departamental, pero es claro que los efectos han sido diferenciados por dominios.
Por esa razón, se asigna la contracción por deciles en lo urbano-rural nacional para cada
departamento.
Con lo anterior, se puede simular la nueva situación de empleo e ingresos individuales, con lo
que se reconstruye el ingreso per cápita de hogar, y con esto se estiman los efectos sobre la
pobreza total y extrema. Después, se contabilizan hogar por hogar las transferencias y los apoyos
en dinero recibidos por los hogares gracias a: i) Giros Extraordinarios: los giros extra de
Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Adulto Mayor; ii) Compensación del IVA: los seis
giros por $75 000 que se hicieron para compensar el IVA a los hogares más pobres de Familias
en Acción y Adulto Mayor; y iii) Ingreso Solidario: los nuevos giros que recibieron las familias
identificadas por el programa, por valor de $160 000 mensuales. En este caso, todos los giros se
anualizaron para seguir las reglas de la metodología de medición de pobreza del DANE. Es decir,
si se recibieron nueve giros, la suma total se divide por doce meses para que ingresos corrientes
y transferencias queden mensualizados y tengan las mismas unidades.
Gráfica 7. Contracción del empleo por departamentos de la región Caribe, por bimestres en el 2020 comparado
con el 2019

Atlántico Bolívar César Córdoba La Guajira Magdalena Sucre


0%
0,0% -4,0%
-5% -2,2%
-7,1%
-8,5% -8,9% -8,3%
-10,6% -9,9%
-10% -12,1% -11,3% -12,1% -12,3%
-15,0%
-15% -13,2% -12,7%
-14,1%
-15,3%
-17,3% -20,4%
-20% -18,7% -18,0%
-21,1%
-25% -22,7%

-26,8% -26,5%
-30% -28,6% -29,3%
2 Bimestre 3 bimestre 4 bimestre 5 bimestre

Fuente: elaboración propia con base en DANE (2020c).

En consecuencia, la metodología parte de calcular el comportamiento de la contracción del


empleo y de los ingresos para tener como resultado la estimación de la pobreza como efecto de
estas dos variaciones. Por un lado, la pobreza puede aumentar por un “efecto empleo” que se
refiere a los trabajadores que salen del mercado laboral y dejan de tener ingresos. Por otro lado,
hay un “efecto ingreso” que captura el cambio en los ingresos de los empleados que siguen
trabajando. Estos dos efectos llevan a la valoración del “efecto de la crisis”, el cual es un
escenario sin ayudas del Gobierno. A continuación, se estima el papel que tuvo cada uno de los
tres programas (Giros Extraordinarios, Compensación del IVA e Ingreso Solidario) en reducir
el choque, para finalmente arrojar la cifra esperada sobre la pobreza y la pobreza extrema en los
departamentos de la región Caribe.

19
Es importante tener en cuenta alguna de las limitaciones de la metodología del documento. En
principio, la contracción del último bimestre se supone que es similar a la del anterior y además
los salarios se extrapolan de acuerdo con el comportamiento nacional por dominios. De igual
forma, los programas del Gobierno se asignan según los criterios de focalización definidos para
cada uno; sin embargo, es posible que haya diferencias con los montos realmente entregados a
los hogares debido a los retos logísticos que representan entregar transferencias monetarias en
tan poco tiempo. No debe olvidarse, también, que los pronósticos son precisamente
proyecciones basadas en un modelo de la realidad y que, por construcción, pueden presentar
variaciones con lo que en realidad sucede.

Resultados

Efectos empleo e ingreso: la crisis antes de las ayudas del Gobierno


En concordancia con la complejidad y heterogeneidad de la región Caribe, los efectos de la crisis
de la pandemia sobre la incidencia de pobreza se espera que sean más importantes en unos
departamentos que en otros. En la Gráfica 8, se presentan los resultados de las
microsimulaciones que reportan los aumentos porcentuales que generaría el efecto de la caída
del empleo y el efecto del ingreso sobre la pobreza, como resultado del efecto total de la crisis
sin la intervención del Gobierno. Es fundamental mencionar que los dos efectos no se pueden
distinguir del efecto total debido a que los hogares pueden recibir ambos choques al tiempo.
En general, la caída del ingreso ha pesado más en el aumento de la pobreza que la pérdida de
empleos. Sin embargo, lo más interesante es notar que Atlántico, Sucre y Cesar son los
departamentos que más han sentido los efectos de la crisis, mientras que La Guajira ha sido el
menos afectado. Para el caso del Atlántico, la incidencia de la pobreza aumentaría en 6 puntos
porcentuales (p. p.) debido a las pérdidas de empleos, mientras que crecería en 9 p. p. por la
caída de los ingresos laborales de las personas que siguieron empleadas. Así pues, en el Atlántico,
sin la intervención del Gobierno, la incidencia de la pobreza presentaría un crecimiento total de
13,4 p. p., contrario, al otro extremo, que ocurriría en La Guajira de 7,7 p. p. en total. Es posible
que estas diferencias se deban a que los impactos de la pandemia han estado concentrados
especialmente en las zonas urbanas, mientras que en las rurales el impacto de los confinamientos
ha sido casi nulo (la contracción de la oferta) y solo puede trasladarse a estas economías la caída
de la demanda ocasionada por la crisis.
Respecto a los efectos de la crisis en la pobreza extrema, sería mayor el efecto de la caída de los
empleos que de los ingresos, lo cual muestra que muy probablemente los trabajos que se
perdieron durante el 2020 estuvieron concentrados en las poblaciones que eran más vulnerables
debido a la alta informalidad y a la imposibilidad de trabajar desde los hogares. En cuanto a la
comparación entre departamentos, la Gráfica 9 resalta el aumento esperado de la pobreza
extrema en La Guajira y en Cesar y la menor caída en el Atlántico. En el caso de La Guajira, la
pobreza monetaria no incrementaría tanto porque los que ya eran pobres incluso bajarían hasta
la línea de pobreza extrema. Por otro lado, el Atlántico tenía una baja incidencia de pobreza
extrema en el 2019, cercana al 3,5 %, lo que quiere decir que, aunque el aumento esperado es el
más pequeño proporcionalmente entre los departamentos, muchos pobres cayeron bajo la línea
de pobreza extrema. Tal vez el caso más preocupante sería el del Cesar, pues aumentaría de

20
forma significativa tanto la pobreza total como la pobreza extrema, es decir, habría nuevos
pobres debido a la crisis y los que ya lo eran entrarían en situación de pobreza extrema.
Gráfica 8. Efectos de la caída de empleo e ingresos sobre la incidencia de pobreza monetaria

16%
13,4 p.p. 13,3 p.p.
14% 12,3 p.p.
12% 10,4 p.p. 10,4 p.p. 10,0 p.p.
10% 9 p.p. 9,3 p.p.
8,3 p.p. 7,7 p.p.
7,6 p.p. 7,3 p.p.
8% 6,5 p.p.
6,0 p.p. 5,9 p.p. 5,5 p.p. 5,1 p.p.
5,3 p.p. 4,8 p.p.
6% 4,5 p.p. 4,2 p.p.
4%
2%
0%
Atlántico Sucre Cesar Magdalena Bolívar Córdoba La Guajira

Efecto Empleo Efecto Ingreso Crisis sin Gobierno

Fuente: elaboración propia con base en DANE (2020c).


Gráfica 9. Efectos de la caída de empleo e ingresos sobre la incidencia de pobreza monetaria extrema

14% 12,8 p.p.


11,5 p.p.
12% 10,3 p.p. 10,1 p.p.
10% 9,2 p.p.
7,9 p.p.
8% 6,7 p.p. 6,9 p.p.
5,9 p.p. 5,8 p.p. 5,8 p.p. 6,2 p.p.
6%
4,0 p.p. 4,3 p.p.
4% 7,7 p.p.
6,1 p.p. 5,6 p.p.
2% 3,8 p.p. 3,7 p.p. 4,1 p.p.
2,0 p.p.
0%
La Guajira Cesar Magdalena Córdoba Bolívar Sucre Atlántico

Efecto Empleo Efecto Ingreso Crisis sin Gobierno

Fuente: elaboración propia con base en DANE (2020c).

El papel del Gobierno: disminución de la incidencia de pobreza y pobreza extrema


Ahora bien, después de descomponer el efecto de la caída de empleo y de los ingresos en la
pobreza total y la pobreza extrema, es interesante analizar cómo los programas del Gobierno
pudieron funcionar como un amortiguador en medio de la crisis. Para ello, se parte del resultado
anterior sobre el efecto total o el de “crisis sin Gobierno”, para después contabilizar los cambios
que pudieron producir los programas del Gobierno, para hacer frente a la crisis, sumando estas
transferencias al ingreso del hogar. La Gráfica 10 resume estos resultados. Por ejemplo, en el
caso del Atlántico, el análisis indica que, del total del aumento de la pobreza producido por la
caída de los empleos e ingresos, los Giros Extraordinarios compensarían 2,3 p. p. del incremento
e Ingreso Solidario, 2.1 p. p.; es decir, que la intervención del Gobierno evitaría que la pobreza
aumentara solamente en 9 p. p. y no como se esperaría que fuera de 13,4 p. p.

21
En este orden de ideas, se encuentra que, así como en el caso nacional (Núñez, 2020a), las
transferencias que se hicieron aprovechando los canales existentes de Familias en Acción,
Jóvenes en Acción y Adulto Mayor (Giros Extraordinarios) serían las que han tenido mayor
efecto en paliar los efectos de la crisis en los departamentos de la región Caribe. De igual forma,
el programa Ingreso Solidario tendría un papel importante pero menos representativo que los
Giros Extraordinarios. Por último, el programa de Devolución del IVA habría tenido muy poca
posibilidad de contribuir a disminuir la pobreza de los hogares atendidos, pues los montos per
cápita son muy bajos para contrarrestar la crisis.
Gráfica 10. El papel de los programas del Gobierno en amortiguar el aumento de la pobreza monetaria

16%
14%
12%
10% 7,0 p.p.
9,0 p.p. 7,8 p.p. 2,5 p.p.
8% 5,7 p.p.
7,4 p.p. 1,2 p.p.
6% 2,7 p.p.
2,0 p.p. 2,3 p.p.
4% 0,9 p.p. 1,5 p.p.
2,1 p.p.
2% 1,4 p.p.
2,3 p.p. 3,7 p.p. 1,6 p.p. 4,3 p.p. 3,2 p.p. 4,6 p.p. 4,3 p.p.
0%
Atlántico Cesar Magdalena Sucre Bolívar Córdoba La Guajira

Giros Extra Compensación de IVA Ingreso Solidario Aumento puro

Fuente: elaboración propia con base en DANE (2020c) y criterios de focalización de los programas.

En términos del análisis por departamentos, La Guajira, Córdoba y Sucre presentarían los
mejores resultados de los Giros Extraordinarios del Gobierno. Así mismo, Córdoba sería el
departamento en el que Ingreso Solidario habría tenido mayor influencia en disminuir el número
de personas por debajo de la línea de pobreza. La diferencia de los efectos entre ambos
programas se debe a dos elementos: el primero de ellos son las condiciones iniciales de los
participantes, pues se encuentra que los beneficiarios de los Giros Extraordinarios son
sistemáticamente más pobres y habría un efecto mayor en dar el salto sobre la línea de pobreza;
el segundo se debe a los montos, ya que si los beneficiarios ya tenían ingresos ordinarios, los
Giros Extraordinarios actúan en el margen para cerrar la brecha que hacía falta (la combinación
es muy efectiva en términos de superar la situación de pobreza). Ahora bien, el bajo monto del
programa de Devolución del IVA es una posible explicación de su poca influencia en la lucha
contra la pobreza en medio de la pandemia.
En cuanto a la pobreza extrema, se mantendría una tendencia parecida. Como lo muestra la
Gráfica 11, las ayudas del Gobierno, en general, habrían funcionado bien para contrarrestar la
pobreza extrema, pues el aumento puro sería mucho menor que en la pobreza total. Los
resultados se entienden de la misma forma que en el caso de la Gráfica 10. Así pues, La Guajira,
Sucre y Córdoba vuelven a ser los departamentos en los que mayor influencia habría tanto de
los Giros Extraordinarios como de Ingreso Solidario en reducir el impacto de la pandemia en la
pobreza extrema. De hecho, estos departamentos presentarían caídas en la pobreza extrema que
se explican en gran parte como consecuencia de la implementación de ayudas del Gobierno para
enfrentar la crisis. El caso de La Guajira es particularmente interesante, ya que sería el menos

22
afectado por los choques de ingreso y de empleo y además es donde hay mayor amortiguación
de la crisis por parte de los programas gubernamentales.
Gráfica 11. El papel de los programas del Gobierno en amortiguar el aumento de la pobreza monetaria
extrema

14% 0,1 p.p.


12%
10% 1,3 p.p. 4,2 p.p. 3,1 p.p.
3,5 p.p. 1,8 p.p.
8% 1,7 p.p.
1,7 p.p. 8,3 p.p. 2,9 p.p.
6% 2,2 p.p.
6,9 p.p. 7,0 p.p.
4% 3,6 p.p. 5,2 p.p. 5,1 p.p.
5,0 p.p.
2% 0,9 p.p.
0% 1,6 p.p.
-2% -0,4 p.p. -1,7 p.p.
-4%
Atlántico Cesar Bolívar Magdalena La Guajira Sucre Córdoba

Giros Extra Compensación de IVA Ingreso Solidario Aumento puro

Fuente: elaboración propia con base en DANE (2020c) y criterios de focalización de los programas.

Una forma más clara de ver el papel de las ayudas del Gobierno en medio de la crisis es analizar
el porcentaje del aumento de la pobreza que se habría evitado precisamente por las
transferencias. Por ejemplo, en La Guajira la crisis habría producido un incremento de la
incidencia de 7,7 p. p., pero los programas estatales lograrían amortiguar 6,6 p. p. del cambio, es
decir, que aproximadamente el 85 % del efecto de la pandemia en la pobreza se pudo haber
evitado mediante transferencias a los hogares en medio del confinamiento y durante la
recuperación económica del segundo semestre del 2020. La Guajira fue el departamento en el
que las ayudas del Gobierno habrían evitado el porcentaje más alto del aumento de la pobreza,
lo cual se debería a que también sería el que menos se vería afectado por la pandemia (Cuadro
8). El siguiente caso que es muy interesante es Córdoba, pues tuvo un mayor choque por la
pandemia, pero los programas del Gobierno habrían evitado el 75 % del incremento de la
pobreza. Los departamentos que menos lograrían amortiguar la crisis, a través de las
transferencias del Gobierno central, serían Atlántico, Magdalena y Cesar, que parecieran ser los
más damnificados con la pandemia en cuanto a pobreza monetaria, pero que también recibieron
menos nuevos subsidios en proporción al número de pobres (entre otras cosas porque tenían
mayores coberturas sociales, lo que implica menores beneficiarios de Ingreso Solidario).
También es importante tener en cuenta que el efecto de las transferencias del Gobierno depende
de la línea de pobreza de cada departamento y de la intensidad de los programas. Es decir,
mientras menor sea la línea y mayor el número de montos entregados a los hogares, mayor será
la resiliencia a la caída de ingresos por la crisis.

23
Cuadro 8. Porcentaje de amortiguación de los programas del Gobierno en el aumento de la incidencia de la
pobreza

Pobreza monetaria
Efecto de la Porcentaje de
Amortiguación
Departamentos crisis amortiguación
(p. p.)
(p. p.) (%)
La Guajira 7,7 6,6 84,8
Córdoba 10,0 7,6 75,3
Sucre 13,3 6,3 47,5
Bolívar 10,4 4,7 45,4
Cesar 12,3 4,6 37,1
Atlántico 13,4 4,4 33,0
Magdalena 10,4 3,0 28,9
Fuente: elaboración propia con base en DANE (2020c) y criterios de focalización de los programas.

En la misma dirección hay tres departamentos del Caribe que habrían logrado compensar los
efectos de la pandemia sobre la pobreza extrema. Córdoba, Sucre y La Guajira tendrían
porcentajes de amortiguación incluso mayores al 100 % (Cuadro 9). En contraste, Cesar y
Atlántico podrían haber disminuido mucho menos la incidencia de la pobreza extrema, con el
desempeño más bajo en el último de ellos. Es posible esperar que los nuevos pobres extremos
de la región, en su mayoría se concentren en el Atlántico por la baja respuesta de las ayudas del
Gobierno a enfrentar la crisis y porque además es el departamento con las líneas de pobreza y
pobreza extrema más altas, con lo que el efecto de los subsidios es menor en el margen
comparado con los otros departamentos.
Cuadro 9. Porcentaje de amortiguación de los programas del Gobierno en el aumento de la pobreza extrema

Pobreza extrema
Efecto de la Porcentaje de
Amortiguación
Departamentos crisis amortiguación
(p. p.)
(p. p.) (%)
Córdoba 7,9 11,8 116,5
Sucre 10,3 8,3 104,5
La Guajira 12,8 12,7 99,1
Magdalena 10,1 9,0 87,5
Bolívar 11,5 7,4 80,3
Cesar 9,2 8,0 69,4
Atlántico 6,2 2,6 41,7
Fuente: elaboración propia con base en DANE (2020c) y criterios de focalización de los programas.

Resultados finales: ¿en qué quedamos con la pobreza en el Caribe?


La región Caribe para el 2020 tendría 826 928 nuevos pobres a causa de la pandemia, lo que
resultaría en un total de cerca de 6 000 000 de personas en situación de pobreza que habría en
toda la zona, lo cual representa una incidencia del 52,2 %. Es decir, más de la mitad de los
caribeños habrían quedado en situación de pobreza después de la crisis del COVID-19.
En términos del escalafón de la incidencia de pobreza, La Guajira seguiría liderando la región,
seguido ahora muy de cerca por Magdalena, Cesar, Sucre y Córdoba (Gráfica 12). Es interesante

24
notar que, entre los primeros cinco departamentos más pobres de la región Caribe, para el 2020
no habría una diferencia de más de 6 puntos porcentuales. De hecho, todos los departamentos
superarían la incidencia del 50 %, y el único que seguiría incluso por debajo del promedio
nacional es el Atlántico, a pesar de que registraría la variación porcentual más importante
comparado con el 2019 (Cuadro 10). En ese sentido, se esperaría que después del Atlántico, la
pobreza aumente porcentualmente más en Magdalena, Cesar y Sucre, que continuarían muy
cerca de La Guajira en términos de la incidencia.
En cuanto al número de pobres, Atlántico es el departamento en el que se esperaría un mayor
aumento de un año a otro, con 268 774 personas nuevas en esta situación, seguido por Bolívar,
Magdalena y Cesar. Ahora bien, esto configura un reto clave para el Gobierno nacional, los entes
territoriales, la sociedad civil y la cooperación internacional en términos de volcar su acción en
busca de la atención a estos territorios que resultaron más afectados (mucho más en tiempos de
recesión económica en la que el espacio fiscal se reduce).
Gráfica 12. Escalafón departamental de la pobreza monetaria en el Caribe

70% 62,97% 60,93% 59,13%


57,31% 56,75%
60% 51,53%
50% 44,10%
36,33%
40%
30%
20%
10%
0%
a

l
a

ar
re

ico
na
sa
jir

le n

ob
c

ív

nt
Ce

Su

cio
rd
a

l
da

Bo
Gu


Na
ag

At
La

Fuente: elaboración propia con base en DANE (2020c).


Cuadro 10. Cifras de la pobreza monetaria 2020

Pobreza monetaria 2020


Incidencia Incidencia
Variación Variación
de la Número de la Número
porcentual en el
Departamento pobreza de pobres pobreza de pobres
2019-2020 número de
2019 2019 2020 2020
(%) pobres
(%) (%)
La Guajira 61,8 573 199 62,97 608 128 1,17 34 929
Magdalena 53,5 743 025 60,93 869 489 7,43 126 464
Cesar 51,7 647 490 59,13 765 912 7,43 118 422
Sucre 50,3 467 279 57,31 544 040 7,01 76 761
Córdoba 54,2 980 174 56,75 1 037 847 2,55 57 673
Bolívar 46,0 980 036 51,53 1 123 940 5,53 143 905
Atlántico 27,3 720 215 36,33 988 989 9,03 268 774
Total 46,2 5 111 417 52,2 5 938 346 6 826 928
Fuente: elaboración propia con base en DANE (2020c).

25
El reto más importante para abordar en el Atlántico sería la estrepitosa subida de la pobreza
extrema, que representaría cerca de 100 000 personas. Lo mismo sucedería con Cesar y Bolívar,
pues entre estos dos departamentos sumarían otras 100 000 nuevas personas en situación de
pobreza extrema. Por el contrario, La Guajira, Córdoba y Sucre habrían logrado contener la otra
pandemia de la pobreza extrema. En concreto, para la región Caribe se estiman 1 744 640 pobres
extremos en el 2020, lo que es una ciudad entera con personas vulnerables que deben ser
atendidas de forma urgente y contundente para evitar que nadie se quede atrás en el Caribe (Cuadro
11).
Finalmente, en cuanto a las posiciones de los departamentos en términos de la pobreza extrema,
se seguiría notando a La Guajira con el porcentaje más alto, seguido por Cesar y Magdalena
(Gráfica 13). Es importante resaltar que se espera que Sucre, debido a la crisis y al aumento de
la incidencia, logre disminuir su incidencia por debajo del promedio nacional. Esto se explica, en
gran parte, por el papel que han tenido las ayudas del Gobierno para paliar los efectos de la crisis
del coronavirus. En ese sentido, los ejercicios de simulación indican que Sucre y Atlántico
pasarían a ser los únicos departamentos del Caribe con incidencia de pobreza extrema menor al
promedio nacional (Gráfica 13).
Gráfica 13. Escalafón departamental de la pobreza extrema en el Caribe

40% 33,67%
30% 23,52%
19,79%
20% 14,36% 12,39% 12,10%
11,27%
10% 7,08%

0%
re
a

ico
a

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a

ar

na
sa
jir

le n

ob

c
ív

nt
Su
Ce

cio
rd
a

l
da

Bo
Gu


Na
ag

At
La

Fuente: elaboración propia con base en DANE (2020c).

Cuadro 11. Cifras de la pobreza extrema, 2020

Pobreza monetaria extrema 2020


Pobreza Pobreza Variación
Número Número Variación en
extrema extrema porcentual
Departamento de pobres de pobres el número de
2019 2020 2019-2020
2019 2020 pobres
(%) (%) (%)
Atlántico 3,5 92 335 7,08 192 604 3,58 100 269
Bolívar 10,5 223 704 12,39 270 161 1,89 46 458
Cesar 19,3 241 713 23,52 304 706 4,22 62 993
Córdoba 15,2 274 883 14,36 262 665 -0,84 - 12 217
La Guajira 33,5 310 715 33,67 325 181 0,17 14 467
Magdalena 18,3 254 156 19,79 282 366 1,49 28 210
Sucre 11,0 102 188 11,27 106 955 0,27 4 767
Total 13,54 1 499 694 15,35 1 744 640 1,80 244 946
Fuente: elaboración propia con base en DANE (2020c).

26
Desigualdad en la región Caribe: efectos de la crisis y la intervención del Gobierno sobre
el coeficiente de Gini
Para comenzar, la situación de desigualdad antes de la crisis ocasionada por el COVID era de
por sí bastante preocupante y, como se observa, en la alta heterogeneidad de los niveles de
pobreza (precrisis), explicada principalmente por las diferencias departamentales en el PIB per
cápita, el ingreso medio y la incidencia de pobreza total y extrema. De hecho, al comparar los
datos nacionales con el promedio de la región Caribe, presenta una desigualdad del ingreso per
cápita de los hogares por encima de los promedios del país (que de por sí es de las más altas del
mundo).
Al simular la situación de destrucción de empleo, analizada a partir de los microdatos de la
GEIH, es posible predecir que el Gini se eleve 23 puntos básicos hasta llegar al 0,588 (Gráfica
14). La principal razón es que la destrucción de empleo fue más acentuada entre los hogares
pobres, los cuales no perciben ingreso de otras fuentes propias para atenuar los efectos sobre las
tasas de ocupación de la región Caribe. Por su parte, la contracción de salarios e ingresos por
cuenta propia, observada también en los microdatos de la GEIH 2020 indica que, si bien la caída
es cercana a un tercio de los ingresos, realmente no se encontraron diferencias significativas a lo
largo de la distribución del ingreso: todos los hogares se afectaron de manera proporcional por
lo que el coeficiente de Gini simulado no cambia de forma radical. Una vez se suma el efecto de
la contracción de empleo y salarios y, posteriormente, se reconstruye el ingreso per cápita de los
hogares, es posible estimar que la situación de desigualdad, medida por el Gini, llegaría hasta
0,592 (una cifra sin precedentes).
Gráfica 14. Efecto de la crisis y las transferencias del Gobierno sobre el coeficiente de Gini

0,600 0,588 0,592 0,591


0,570 0,575
0,580 0,565 0,568
0,560 0,550
0,540
0,520
0,500
Desigualdad Efecto Efecto Efecto PQ Giros Extra Comp IVA Ingreso Neto
Precrisis Empleo Ingreso Solidario

GINI

Fuente: DANE (2017), con cálculos y simulaciones propias.

Pero como se ha venido explicando a lo largo del documento, la rápida reacción del Gobierno
nacional a través de las nuevas transferencias que se adoptaron para enfrentar la crisis, tanto la
pobreza como la desigualdad se amortiguaron. Por ejemplo, los giros extraordinarios que
llegaron a casi el 20 % de los hogares concentrados, en su gran mayoría, sobre los que
precisamente fueron los más afectados, tuvieron la capacidad de contrarrestar el efecto de la
crisis (Gráfica 14). De hecho, cuando se contabilizan todas las transferencias que activó el
Gobierno nacional, el coeficiente de Gini queda por debajo de la situación inicial (0,55; observar
la última barra de la Gráfica 14).

27
Esta situación, sin embargo, es probable que no se mantenga en el tiempo por varias razones.
En primer lugar, no es claro si el Gobierno va a tener la capacidad fiscal para mantener estas
transferencias y a la fecha no es clara la duración de programas como Ingreso Solidario. Vale la
pena dar una discusión breve sobre estas decisiones: durante la pandemia fue evidente la
existencia de 3 millones de hogares en situación de pobreza que nunca habían sido atendidos
por el Estado, lo cual es claramente la revelación de que la política social ha generado inequidades
horizontales, debido a que cerca de la mitad de los hogares en pobreza reciben una suma
importante de transferencias monetarias para subsistir, al mismo tiempo que otros hogares no
reciben nada. El Gobierno tendrá que decidir si va a mantener ese tipo de injusticia social.
En segundo lugar, la situación de desigualdad proyectada parece ser insostenible, puesto que es
claro que los hogares no pobres (clases medias y altas) tienen un depósito de capital humano y
físico (riqueza) bastante mayor para emprender la recuperación (es posible que el crecimiento de
la recuperación sea “contra pobre”). Por su parte, la población en situación de pobreza enfrenta
mayores duraciones del desempleo y tendrán que buscar algunas actividades en el sector
informal, en el cual el número de labores están fijas, pero los trabajadores van en aumento. Como
consecuencia, el ingreso total del sector informal (que es normalmente fijo) se redistribuirá entre
más personas, lo que reducirá el ingreso medio y afectará la pobreza y desigualdad de manera
negativa.
En este sentido, es posible que durante los próximos años se vea un deterioro muy rápido de la
desigualdad, mientras que la pobreza puede quedarse estancada como consecuencia de lo
mencionado en estos últimos párrafos. El Gobierno debe monitorear muy bien estas hipótesis y
tomar decisiones para que también sea posible “reactivar” la reducción de pobreza que se estancó
desde el 2018.

Conclusiones y recomendaciones
Generales
1. La región Caribe es un mosaico diverso. La estructura productiva y el mercado laboral
de cada departamento requieren estudios y análisis específicos que contribuyan al diseño
de políticas públicas que respondan a esas particularidades.
2. Se necesitan medidas urgentes para recuperar la senda del desarrollo sostenible en
términos del cumplimiento de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la
Agenda 2030. En cuanto a pobreza, se necesitaría que anualmente salieran de la pobreza
en Colombia más de un millón de personas, que equivaldrían al tamaño poblacional del
departamento del Cesar.
Efectos de la crisis ocasionada por el COVID-19
3. Los efectos de la caída de ingresos han sido más importantes que los de la pérdida de
empleos en aumentar la pobreza. Para la pobreza extrema sucede lo contrario, lo cual
muestra que los trabajos de los más pobres eran más vulnerables a las restricciones del
confinamiento y a la crisis económica consecuente.
4. Según las proyecciones estimadas, la región Caribe tendría una incidencia del 52,2 % en
pobreza (la mitad de los caribeños son pobres), lo que representaría que para el 2020
habría más de 5 900 000 pobres, de los cuales cerca de 800 000 entraron a situación de

28
pobreza como un efecto directo de la pandemia y las restricciones asociadas que
afectaron la oferta y demanda agregadas. Esto, de acuerdo con las valoraciones,
representaría un aumento de 6 puntos porcentuales en la incidencia de pobreza de todo
el Caribe.
5. El departamento con mayor incidencia de la pobreza seguiría siendo La Guajira, a pesar
de incrementar muy poco durante el año anterior. Los departamentos que presentarían
mayor variación son Atlántico (9,03 p. p.), Magdalena (7,43 p. p.), Cesar (7,43 p. p.) y
Sucre (7,01 p. p.). Sin embargo, solamente el Atlántico superaría la variación nacional
que se proyecta sea de 8,4 p. p. Es decir que, en términos del aumento esperado de la
pobreza, el Caribe tiene un comportamiento ligeramente mejor que el promedio de todo
el país.
6. El aumento de la pobreza extrema sería problemático en Atlántico, Cesar y Bolívar, pues
entre los tres departamentos habría más de 200 000 nuevos hogares en esta situación. El
15 % de los caribeños son pobres extremos. Es decir, si se tomara una población de 20
personas de la región, en promedio 10 serían pobres y de ellos, 3 estarían en situación de
pobreza extrema.

El papel del Gobierno durante la crisis producida por el COVID-19


7. Las ayudas del Gobierno han logrado paliar parte de los choques producidos por la
pandemia. Los Giros Extraordinarios de Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Adulto
Mayor tienen mayores efectos en disminuir la pobreza y la pobreza monetaria que el
programa Ingreso Solidario. Por su parte, la Devolución del IVA ha tenido efectos
limitados.
8. En Córdoba y Sucre, los programas gubernamentales han podido compensar
completamente el aumento de la pobreza extrema debido a la crisis. Esto es el producto
de una focalización detallada y eficiente que hizo el Departamento Nacional de
Planeación (DNP) para llegar a quienes más lo necesitaban, en las zonas más afectadas.

La necesidad de un esfuerzo fiscal para seguir enfrentando la crisis


9. Se requiere un esfuerzo fiscal enorme del Gobierno nacional para fortalecer los
programas que se implementaron en respuesta a la pandemia. Será fundamental evaluar
cuáles serán los criterios de permanencia de los beneficiarios para evitar incentivos
perversos; sin embargo, son la herramienta más directa y rápida de compensar los efectos
negativos de la pandemia en el desarrollo humano de los departamentos del Caribe. La
situación del 2021 no será fácil y al menos los primeros meses indican que la situación
va a continuar e incluso a empeorar.
10. En ese sentido, el monto de los programas gubernamentales deberá ser evaluado en
términos de lograr una estrategia más agresiva de lucha contra la pobreza. El monto per
cápita del programa de Devolución del IVA explica sus efectos limitados en la pobreza.
Los Giros Extraordinarios e Ingreso Solidario actuaron como complemento de las
transferencias ordinarias, lo que explica su eficiencia al reducir la pobreza total y la
pobreza extrema de los departamentos del Caribe.

29
11. Así pues, las estimaciones de Núñez (2020a) muestran que, específicamente, para los
beneficiarios del programa Ingreso Solidario, el impacto de la pandemia ubica la
incidencia de pobreza por encima del 60 %. Para regresar a los niveles prepandemia, el
monto requerido sería de $330 000 por hogar. Por lo tanto, se recomienda tener esto en
cuenta para la focalización de las ayudas y su sostenibilidad en el tiempo.
12. De igual forma, durante la pandemia fue evidente que cerca de 3 millones de hogares en
situación de pobreza nunca habían sido atendidos por el Estado. Dada la inequidad
horizontal que esto genera, la discusión sobre la reforma tributaria deberá evitar esta
injusticia social y procurar mantener la atención a estos hogares, sobre todo los que se
encuentran más rezagados y llevan más tiempo sin ser atendidos por el Gobierno.
Teniendo en cuenta, además, un monto estimado de acuerdo con las ayudas que recibe
cada hogar.
13. Los programas o las ayudas gubernamentales deben tratar de proteger a los más
vulnerables, en especial a los hogares con niños, niñas y adolescentes. Como lo muestra
Núñez (2020b), este tipo de hogares son altamente vulnerables a los choques de ingreso
en el hogar. Así como los hogares con jefatura femenina que, junto al cierre de colegios,
se pueden ver expuestos a mayores efectos de la crisis. Las medidas que se tomen como
parte de la recuperación económica deberán considerar las vulnerabilidades de estas
poblaciones.
La posibilidad de las regalías
14. La Guajira y Cesar no lograron avances en la lucha contra la pobreza en los últimos ocho
años. Sin embargo, ambos departamentos enfrentaron de forma distinta la pandemia.
Mientras que el primero de ellos pudo contener los efectos negativos con las ayudas del
Gobierno nacional, el segundo presenta aumentos importantes en pobreza y pobreza
extrema. Es un llamado fundamental y claro a la necesidad de enfocar los recursos de las
regalías para crear y pensar programas estructurales que mejoren las condiciones de vida
y disminuyan la pobreza de ambos departamentos.
La Agenda 2030 y lo que viene en la Década de la Acción
15. Es fundamental atender a los nuevos pobres y a los olvidados de siempre. Se necesita
comprender y atender a las poblaciones vulnerables que entraron a la pobreza, así como
apoyar de forma decidida programas para evitar el aumento de la pobreza extrema. Se
requiere recuperar la senda del desarrollo humano sostenible e inclusivo en la región
Caribe.
16. Para cumplir con la Agenda 2030, se necesitará que cerca de 12 millones de personas
salgan de la pobreza. La Década de la Acción y la recuperación económica después de la
pandemia deberán priorizar los esfuerzos para atacar el flagelo de la pobreza. En la región
y en el país se retrocedió una década; solo a través de políticas de empleo y políticas
sociales focalizadas, la recuperación puede tardar menos de ese tiempo.
17. Por lo tanto, los planes, las políticas y los proyectos enfocados en la recuperación
económica de la pandemia deberán estar centrados en dirigir recursos a las poblaciones
que han sido más afectadas por la crisis ocasionada por el COVID-19. Se requieren
políticas con perspectiva territorial que comprendan las diversidades específicas de los
departamentos, con el fin de atender la complejidad de la región Caribe.

30
18. Dada la situación en la que deja la crisis a la zona mencionada, se necesitan más y mejores
investigaciones que provean información e identifiquen a las poblaciones que han sido
más afectadas. Así mismo, la agenda de investigación deberá tener en cuenta la
importancia de las transferencias del Gobierno para evaluar su eficacia, efectividad y
sostenibilidad en el tiempo.

Referencias

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https://bit.ly/3tw5Wn7
Bonet, J. y Pérez. G. (Eds.). (2020, enero). 20 años de estudios sobre el Caribe colombiano. Colección
de Economía Regional, Banco de la República. https://doi.org/10.32468/Ebook.664-
409-9
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quede atrás en el departamento del Cesar. Un análisis que ayuda a focalizar el gasto público y a fortalecer
la acción colectiva. Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales - Cesore, Valledupar,
Cesar. https://bit.ly/3v1V3cP
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19 N.° 1. https://bit.ly/3dt79pB
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32
Anexos
Gráfica 15. PIB departamental de la región Caribe por ramas de actividad, 2019

100% Explotación de minas y canteras


90% Agricultura, ganadería, caza, silvicutura y
80% pesca
Actividades artísticas de entretenimiento y
70% recreación
Información y comunicaciones
60%
Actividades financieras y de seguros
50%
40% Construcción

30% Acticvidades inmobiliarias


20% Actividades profesionales, científicas,
10% técnicas y de servicios
Servicios públicos
0%
Impuestos
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Industrias manufactureras
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Bo

Gu

At

n
M

Fuente: DANE (2020d).

Gráfica 16. PIB departamentos de la región Caribe por actividades principales

100%
80%
60%
40%
20%
0%
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La

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M

Actividades primarias Actividades secundarias


Actividades terciarias Impuestos

Fuente: DANE (2020d).

33
Gráfica 17. Mapa distorsionado de la pobreza en Colombia

Fuente: elaboración propia con datos del DANE (2020b).

34
Gráfica 18. Mapa distorsionado de la pobreza extrema en Colombia, 2020

Fuente: elaboración propia con datos del DANE (2020b).

35
36

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