Prueba solemne PAIF.
Estudiante: Benjamín Vivallo Álvarez
Dado que no todos los padres, apoderados, o tutores poseen el mismo acervo cultural,
resulta imprescindible que existan instancia de entrenamiento y formación mínimos,
principalmente a través de actividades comunes que permitan a las familias
transferirse unos a otros conocimientos y buenas prácticas de crianza. La familia es el
primer educador, por lo que debemos fortalecer su rol en la educación inicial. La
familia, preferentemente constituida por una madre y un padre, es la que asegura el
desarrollo normal y óptimo de un niño o niña.
El/la candidato/a expone un punto clave que ha de ser clarificado para acceder a lo que
subyace en la propuesta que realiza. Indica que existe un problema que debe ser
corregido; la diferencia en el “acervo cultural” de los/las apoderados/as. Entonces, se
puede interrogar a dicha intención correctiva: ¿es una propuesta orientada hacia la
promoción de la diversidad y la pluralidad de modos de vida que confluyen en el
entramado social, o bien persigue la homogeneización de las prácticas de crianza,
mediante una política de disciplinamiento que al ser interiorizada por las familias
operaría como un dispositivo de vigilancia y control a nivel micropolítico?
Pues bien, la partícula “buenas prácticas de crianza” no contiene una noción que
permita poner en un contexto lo que podría ser considerado como una buena práctica;
postula la universalidad de lo que sería una buena práctica de crianza, en contraposición
a una perspectiva que tome en consideración el carácter situado de toda práctica
cultural. En ese sentido, la propuesta expone una falta de reconocimiento de la
diversidad ecológica en que habitan los diferentes grupos humanos, los cuales deben
adaptar sus prácticas de crianza en función de las distintas problemáticas que
condicionan su adaptación y despliegue en el mundo social. Esto podría producir una
mayor invisibilización de las variables de posición social, de las demandas contextuales
y culturales de cada grupo, y una posible segregación psicológica a partir de la
construcción de un imaginario en que las “buenas prácticas” y las “malas prácticas”
serían vinculadas a grupos sociales específicos.
En otras palabras, los problemas de fondo que se pierden en la figura puesta de
relieve por el/la candidato/a, no es la diferencia en el “acervo cultural”, que es lo que su
propuesta erróneamente pretende corregir, sino más bien lo son la tendencia a
desconocer las distintas condiciones y expectativas a las que hace frente cada grupo, así
como la propensión a deslegitimar la pluralidad de modos de vivir que se conforman en
el entramado social; corresponde a una propuesta etnocentrista que pretende gestionar la
exclusión y la segregación; cabe señalar el énfasis en que las familias serían
“preferentemente constituidas por un padre y una madre”, devaluando la diversidad de
familias que no se condicen con esa concepción.
Finalmente, resulta preciso rescatar de la propuesta la intención por fortalecer el
rol de la familia en la educación inicial. De todos modos, descrito del modo en que se
encuentra en la propuesta, este aspecto puede abarcar un abanico de formas de
involucramiento por parte de las familias que no es uniforme, por lo que requeriría de
mayor definición.
Pregunta 2 (20 puntos)
Un/a segundo/a candidato/a en el mismo panel sobre niñez y educación inicial señala lo
siguiente:
La niñez debe ser abordada por equipos multidisciplinarios, por lo que fortaleceremos
la subsecretaría de la niñez en este sentido, para poder atender este fenómeno desde
distintas aristas, de manera amplia y no estrecha. La niñez, es posiblemente lo más
importante a atender en un próximo gobierno, porque los niños y las niñas son el futuro
del país, los/as adultos/as del futuro. Todos/as los/as niños/as son innatamente capaces
de lograr lo que sea, independiente de su posición social, género, o etnia. Yo no veo
color, clase, estatus migratorio cuando veo a niños y niñas.
Para discutir esta propuesta se comenzará por poner en cuestión la noción de que los/as
niños/as son el futuro del país, “los/as adultos/as del futuro”, y las posibles implicancias
que esta noción comporta. En primer lugar, si bien es cierto que quienes hoy en día son
niños/as, eventualmente llegarían a encontrarse en la posición de adultos/as, es
importante no caer en la lógica adultocéntrica que invisibiliza los procesos actuales de
los/as niños/as.
La construcción del mundo y la emergencia de sus particulares intereses
espontáneos, productos del estadio en que se encuentra su subjetividad y
funcionamiento cognoscitivo, tienen un valor que se ha de considerar sin coartarlos en
función de una utilidad práctica propia de la óptica de los mundos adultos. Esto supone
mantener una actitud crítica y reflexiva ante las propias expectativas que, a modo de
prejuicios, podrían delimitar el campo de las competencias del desarrollo consideradas
como adecuadas para los/as niños/as. De otro modo, esto último podría llevar a
desconocer y denegar el desarrollo de habilidades y capacidades valiosas para cada
sujeto, a razón de no encontrarse contempladas en el horizonte normativo del/de la
adulto/a.
Junto con lo anterior, otro punto que ha de ser puesto en tensión se encuentra en
la siguiente afirmación realizada por el/la candidata/a: “Yo no veo color, clase, estatus
migratorio cuando veo a niños y niñas”. Sobre esto, es sugerente una expresión popular
reclama que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. La disposición
a no ver podría resultar en la ingenuidad de no hacerse cargo de las diferentes realidades
a las que deben hacer frente los diversos grupos humanos según sus identidades,
corriendo el riesgo de caer en lógicas meritocráticas que no dan lugar a la desigualdad
ecológica de los sujetos.
Despejados estos asuntos, se puede identificar que la propuesta considera que las
infancias requieren de ser pensadas desde múltiples discursos y perspectivas para hacer
justicia a su diversidad y sus complejidades; con esto, la propuesta ofrece un posible
progreso en materias de inclusión. Además, dicha disposición multidisciplinaria podría
avanzar en un aspecto tan fundamental como lo es la despatologización de las infancias,
fenómeno que ha cobrado un gran impulso, visible, por ejemplo, en el significativo
aumento de diagnósticos de Trastorno por Déficit Atencional con/sin Hiperactividad.
Pregunta 3 (15 puntos):
Usted es la educadora o educador a cargo de un curso. Una niña llega a mitad de año al
jardín. El único antecedente que tiene es que vive con su abuela. ¿Qué haría usted para
poder llegar a conocer mejor a esta niña y poder brindarles una educación sensible y
acorde a sus necesidades? Señale y describa con detalles dos estrategias que usted
utilizaría. Esto implica señalar cuáles son los aspectos en los que indagaría y justificar
por qué son relevantes. Considere lo que hemos conversado y leído en clases.
La primera estrategia tendría por objetivo principal conocer su situación a partir de sus
propios relatos, a ellas en conjunto y por separado. Para esto, en primera instancia, le
consultaría a la abuela de la niña si es que cuenta con la posibilidad y la disposición de
asistir al jardín para conversar con ella. En caso de acceder, invitar a la niña junto con
su abuela a conversar y conocer mejor cómo es su situación, prestando especial atención
a la calidad del vínculo que mantienen. En otras palabras, esta entrevista permitiría
conocer cinco aspectos fundamentales de su situación, a saber, su relato acerca de la
situación en la que se encuentran, qué otros vínculos significativos forman parte de su
círculo, con quienes de su entorno cuentan, ya sean vecinos/as o amistades, tener un
primer acercamiento para conocer cómo es el vínculo de apego que han desarrollado e
indagar en las prácticas culturales y de crianza que son mantenidas en su familia.
Luego, le ofrecería la disponibilidad del jardín a la apoderada para que se
contactase con el personal a cargo en caso de que estime conveniente, enfatizando en
que es importante que la niña no sea interferida por las llamadas que pudiera realizar,
para permitirle sumergirse en las dinámicas y actividades mantenidas junto con sus
pares. Junto a esto, también la invitaría para conversar esta vez ya solamente con ella.
Esto último sería con el propósito de propiciar un espacio en que la apoderada pudiera
expresar con mayor libertad aspectos de la vida de ellas que no quisiera comentar en
presencia de su nieta.
Finalizando esta primera estrategia, buscaría instancias para compartir con la
niña para generar un vínculo de confianza y, a partir de este vínculo, ofrecerle un
espacio para expresar sus inquietudes, sus emociones e intereses. Esto sería realizado en
consideración de que la socialización con sus pares es fundamental, por lo que estos
gestos habrían de ser desplegados sobre la base de una actitud de no intromisión en las
actividades y dinámicas relacionales en las que se encuentre inmersa, mas ofreciendo
una presencial disponible con la cual contar y la posibilidad de integrarme a sus
dinámicas en caso de ser invitado a participar.
La segunda estrategia sería la planificar un modo de acción a partir de la
información recabada tras los procesos de entrevista realizados previamente. Esto sería
llevado a cabo tomando en consideración aquellos puntos fuertes y posibles puntos
sensibles que deberían ser tomados en cuenta a la hora de tratar con la niña y su
apoderada, además de poder ofrecer una atención que responda a sus necesidades e
intereses.