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Jurisprudencia 139 Inciso 16

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JURISPRUDENCIA.

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

EXP. 1607-2002-AA/TC, LIMA

En Lima, a los 17 días del mes de marzo de 2004, la Sala Primera del Tribunal
Constitucional, con asistencia de los señores magistrados Alva Orlandini, Presidente;
Bardelli Lartirigoyen y Gonzales Ojeda, pronuncia la siguiente sentencia.

ASUNTO

Recurso extraordinario interpuesto por don Juan Muñoz Espinoza contra la sentencia de la
Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 98, su fecha 27 de marzo
de 2002, que declaró improcedente la acción de amparo de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 28 de febrero de 2001, el recurrente interpone acción de amparo contra el


Consejo Transitorio del Poder Judicial, presidido por el doctor Luis Ortiz Bernandini, a fin
de que se deje sin efecto la Resolución Administrativa 002-2001-CT-PJ y cualquier otra
que reglamente y/o apruebe los Aranceles Judiciales para el año 2001, por considerarla
inconstitucional, pues viola el principio de gratuidad de la administración de justicia, así
como los derechos a la igualdad ante la ley y a formular peticiones. A su juicio, la
obligación del pago de los aranceles judiciales impide que los profesionales del derecho
perciban sus retribuciones, pues fomenta que los justiciables e desistan y renuncien a sus
reclamos.

La Procuradora Pública de los asuntos judiciales del Poder Judicial solicita que se declare
improcedente la demanda, alegando que el Consejo Transitorio del Poder Judicial actúa en
el ejercicio regular de sus funciones al establecer, como 10 hace anualmente, las tasas
arancelarias que rigen los costos de la administración de justicia. Considera que su pago es
una tasa que, en contraprestación al servicio de justicia que se imparte, los justiciables están
obligados a abonar.
El Primer Juzgado Especializado en Derecho Público de Lima, con fecha 6 de setiembre de
2001, declaró improcedente la demanda, por considerar que no cabe mediante el amparo
impugnar en abstracto la validez de una norma jurídica, como es el caso de la Resolución
Administrativa cuestionada.

La recurrida confirmó la apelada, por los mismos fundamentos.

FUNDAMENTOS

1.- El objeto de la demanda es que se inaplique, para el caso del recurrente, la Resolución
Administrativa N.O 002-2001-CT-PJ (sic), por violar los derechos de igualdad ante la ley y
de petición, así como el principio de gratuidad de la justicia. No obstante, es menester
precisar que la Resolución Administrativa que aprobó para el año 2000 el valor de los
aranceles judiciales, es la signada con el N.O 1074-CMEPJ, su fecha 12 de enero de 2000,
la cual, de conformidad con su artículo 4°, derogó a su vez la Resolución Administrativa
N.O 002-93-CE-PJ. En consecuencia, sin perjuicio de lo que se indique en el fundamento
siguiente, ha de entenderse que es la Resolución Administrativa N°. 1074-CME-PJ la que
se cuestiona mediante el presente proceso.

2.- La recurrida, compartiendo el criterio de la apelada, desestimó la pretensión alegando


que se impugnó una resolución administrativa de alcance general, sin que se especificara un
acto concreto de aplicación que hubiese causado agravio al recurrente. Ante tal
pronunciamiento, el recurrente ha recordado que después de la contestación de la demanda
acreditó que, basándose en dicha Resolución Administrativa N.O 1074-CME-PJ, la Sala
Civil de Procesos Abreviados y de Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima
expidió la resolución s/n, de fecha 11 de mayo de 2001, mediante la cual declaró
inadmisible su recurso de apelación en el proceso sobre pago de honorarios profesionales
seguido con don José Derteano Venegas.

A fin de posibilitar un pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, y con el


propósito de subsanar la situación anómala derivada de la prematura interposición de la
demanda [ésta, en efecto, se presentó con fecha 28 de febrero de 2001, mientras que el acto
concreto de aplicación se efectuó, como se ha dicho, recién el 11 de mayo de 2001], el
recurrente ha invocado el principio de suplencia de las deficiencias procesales.
3.- El Tribunal Constitucional considera que, en el caso, en efecto, es de aplicación dicho
principio de suplencia de las deficiencias procesales y, consecuentemente, es posible
expedir un fallo sobre el fondo de la controversia. Ello porque, si bien es cierto que de autos
se aprecia que entre la fecha en que se produjo 10 que se considera lesivo por el actor [11
de mayo de 2001] y la interposición de la demanda [el 28 de febrero de 2001], era
imposible que la demandada pudiera cabalmente exponer los criterios legales y
constitucionales que mejor considerase con el objeto de persuadir al juzgador de la validez
constitucional del acto reclamado, también lo es que ese acto de aplicación fue ofrecido
antes de que se expida la sentencia de primer grado y la parte emplazada tuvo oportunidad,
desde ese momento, de conocerlo.

Evidentemente, lo óptimo hubiera sido que el a quo hubiese puesto en conocimiento de la


emplazada dicho medio de prueba, a fin de evitar que ésta quedara en una situación de
indefensión. Pero, como se ha dicho, tal omisión quedó salvada por el hecho de que en
diversos momentos la emplazada tuvo oportunidad de conocer de estos nuevos hechos [así,
por ejemplo, con la interposición del recurso de apelación, la puesta de autos a disposición
de las partes para expedirse sentencia, la expresión de agravios e, incluso, cuando se
interpuso el recurso extraordinario].

Este Colegiado considera oportuno enfatizar que, tratándose de un principio que tiene el
propósito de impedir que el ritualismo procedimental impida el pronunciamiento sobre el
fondo de la controversia, uno de los límites a los cuales se encuentra sujeta la aplicación del
principio de suplencia de las deficiencias procesales es que con ella no se afecten los
derechos constitucionales de orden procesal de la otra parte y, en particular, los que se
derivan de la formulación del contradictorio. Y, en el caso, ese contradictorio, y los
derechos procesales de orden constitucional que en él se subsumen, como se ha expuesto,
no han resultado dañados, por lo que el Tribunal Constitucional es competente para
pronunciarse sobre el fondo de la cuestión controvertida.

4.- El recurrente alega que se violó su derecho constitucional de igualdad y el principio de


gratuidad de la administración de justicia por el hecho de que la Sala Civil de Procesos
Abreviados y de Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima, al aplicarle la
Resolución Administrativa N.O 1074-CME-PJ, de fecha 12 de enero de 2000, declaró
inadmisible su recurso de apelación en el proceso sobre pago de honorarios profesionales
seguido contra don José Derteano Venegas.
5.- El inciso 16 del artículo 139° de la Constitución establece que uno de los principios que
informa el ejercicio de la función jurisdiccional es «El principio de la gratuidad de la
administración de justicia y de la defensa gratuita para las personas de escasos recursos; y,
para todos, en los casos que la ley señala».

Dicho precepto constitucional, en lo que al caso importa resaltar, contiene dos


disposiciones diferentes: Por un lado, garantiza «El principio de la gratuidad de la
administración de justicia… para las personas de escasos recursos»; y, por otro, consagra »
… la gratuidad de la administración de justicia … para todos, en los casos que la ley
señala».

6.- La primera disposición comporta una concretización del principio de igualdad en el


ámbito de la administración de justicia. Según éste, no se garantiza a todos los justiciables
la gratuidad en la administración de justicia, sino sólo a aquellos que tengan escasos
recursos [económicos].

Corno en diversas oportunidades ha advertido este Tribunal, el princIpIo de igualdad, que


subyace en los términos de la gratuidad en la administración de justicia aquí analizada, no
obliga a tratar igual a todos siempre y en todos los casos, sino a tratar igual a los iguales y
desigual a los desiguales. Dicho principio contiene, – también se ha sostenido-, un mandato
constitucional que exige la remoción de los obstáculos que impidan el ejercicio pleno de los
derechos fundamentales.

En el ámbito judicial ese mandato se traduce en asegurar, a las personas de escasos


recursos, el acceso, el planteamiento y la obtención de un fallo judicial que resuelva sus
diferencias dentro de un proceso judicial gratuito.

La gratuidad en la administración de justicia, en los términos constitucionalmente


establecidos, ha sido desarrollada por el artículo 24° de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
modificado por la Ley N.o 26846, según el cual, se encuentran exonerados del pago de las
tasas judiciales, entre otros, los litigantes a los cuales se les ha concedido auxilio judicial,
institución que, por otro lado, está regulada por el artículo 173 ° y siguientes del Código
Procesal Civil.

En el caso de autos, se declaró inadmisible el recurso de apelación propuesto, pues el


recurrente no sufragó el importe total de la tasa judicial por la interposición de dicho medio
impugnatorio, y tampoco solicitó acogerse al auxilio judicial; por 10 que no puede
compartirse la tesis de que con ello se han violado los derechos constitucionales a la
gratuidad de la administración de justicia y a la igualdad procesal.

Por los fundamentos expuestos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que la


Constitución Política del Perú le confiere.

Ha resuelto

Declarar INFUNDADA la acción de amparo. Publíquese y notifiquese.

S.S.

ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
GONZALES OJEDA

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