Aspectos Dinamicos de Agua

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ROSARIO

FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS


CATEDRA DE EDAFOLOGIA

Tema: AGUA DEL SUELO

ASPECTOS DINAMICOS
Material preparado por el Ing. Qco LUIS A. CERANA. Profesor Honorario Universidad Nacional de
Rosario. Actualizado por la Ing. Agr. ESTELA I. FERNÁNDEZ – Docente de la especialidad. 2002.

El movimiento del agua del suelo ocurre cuando hay diferencias de potencial entre diferentes
puntos del sistema. El agua tiende a moverse desde zonas de alto potencial a las de bajo
potencial, o de otra forma desde las zonas de menor a las de mayor succión. Ya que las
componentes de la succión (mátrica y osmótica) pueden exceder el componente gravitacional, el
agua puede moverse verticalmente hacia arriba y hacia abajo o permanecer sin movimiento,
cuando el gradiente de succión balancea la fuerza de gravedad.

El agua que penetra en el suelo proviene de irrigación, lluvia, inundación o filtración de


caudales de agua. Algunas veces, toda la superficie del suelo está mojada y otras, solo parte se
halla en contacto con el agua.

Si toda la superficie está mojada, el área de la cual penetra el agua es mayor que cuando solo
una porción de la superficie está mojada y el movimiento será en una sola dirección: vertical
descendente. Si solo parte de la superficie está mojada, el agua se moverá hacia abajo y
lateralmente. Si el suelo está muy seco, el movimiento lateral puede ser, por cierto tiempo, tan
grande como el movimiento descendente.

Cuando la totalidad, o la casi totalidad de los poros se encuentran llenos de agua, decimos que
el suelo está saturado, y el agua se mueve a “flujo saturado”. Cuando esto no ocurre, o sea que
parte de los poros no contienen agua, hablamos de movimiento a “flujo no saturado”. En cada
una de estas condiciones las características del movimiento del agua son muy diferentes. El agua
también se mueve en el suelo al estado gaseoso, en forma de vapor y su movimiento se rige por
las leyes de movimiento de los gases ( difusión y flujo masal).

Se hace necesario definir varios términos relacionados con el movimiento del agua en el suelo:

Infiltración: es la entrada del agua al suelo, o sea la velocidad con que desaparece el agua de la
superficie por su entrada a la masa del suelo (mm/h).

Permeabilidad: es la facilidad con que un cuerpo poroso se deja atravesar por los fluídos. Es el
movimiento del agua a flujo saturado en cada uno de los horizontes, su expresión cuantitativa es
la conductividad hidráulica (mm/h o cm/día).

Drenaje: es la eliminación del agua superficial por infiltración y permeabilidad o por escurrimiento.
A los primeros se les suele llamar drenaje interno y al segundo drenaje superficial.

Escurrimiento: es la eliminación del agua superficial merced al relieve (natural) o por obras
(drenaje).

La eliminación del exceso de agua superficial es de gran interés para evitar anegamientos
superficiales en los cultivos y también para la producción animal, puesto que crea condiciones
poco propicias para el pastoreo directo (falta de piso).
Se desea que el drenaje interno capte la mayor parte de las aguas de lluvia o de riego; de este
modo se aprovecha mejor el agua aumentando las reservas del suelo y disminuyendo
sustancialmente la escorrentía que no sólo es pérdida de agua sino también agente de erosión.

Desde el punto de vista de la fertilidad, las aguas de drenaje provocan el lavado de los suelos,
siendo particularmente importante sobre los compuestos solubles. Dentro de los mismos los
nitratos pueden ser eliminados en forma sustancial.

PRINCIPIOS GENERALES DEL FLUJO DE AGUA

Al aplicar agua a un suelo, ésta se infiltra y se desplaza dentro de los poros del suelo,
siempre que no existan barreras impermeables que restrinjan su movimiento. El principio de este
fenómeno es la presencia de un gradiente de energía del agua (potencial hídrico) y la capacidad
que tiene el suelo, como cuerpo poroso, para conducir agua.

El movimiento del agua en el suelo, al igual que el transporte de calor, de electricidad y la


difusión de los gases, obedece a la "ley general de transporte".

Esta ley establece que el flujo de energía o materia a través de un medio dado es
directamente proporcional al gradiente de energía entre dos puntos en estudio, e inversamente
proporcional a la resistencia que opone el medio al transporte; o bien, directamente proporcional a
la capacidad que tiene el medio para conducir la materia o energía.

Se expresa con la siguiente ecuación:

fi= Ki x ∆Ei

fi= flujo de energía o materia i.


Ki= conductividad del medio para i.
∆ Ei= gradiente de energía para i.

La ecuación está basada en condiciones estables. En condiciones de campo, raramente se


observan situaciones de equilibrio, por lo que podemos decir que el agua se encuentra en
constante movimiento. Se distinguen dos tipos principales de flujo de agua en el suelo:
* saturado: cuando prácticamente todos los poros del suelo conducen agua.
* no saturado: los poros más grandes están llenos de aire y prácticamente no conducen
agua.

MOVIMIENTO DE AGUA A FLUJO SATURADO

El potencial agua es función del potencial de presión más el potencial gravitacional. En


flujo saturado al no haber interfase agua-aire, las fuerzas capilares son nulas y el potencial mátrico
es cero.

El movimiento del agua en el suelo a flujo saturado puede explicarse a través de la Ley de
Darcy (1856). La misma se deduce en base a experimentos llevados a cabo por el autor,
relacionando volúmenes de agua acumulados en función de variaciones de carga hidráulica, área
y longitud de recipientes e involucrando las características de los materiales con los cuales
trabajó.
La misma expresa:

“ en un suelo saturado el agua se mueve en dirección de la disminución de presión


hidraúlica, con una velocidad directamente proporcional a la diferencia de presión
hidráulica entre dos puntos, y a la conductividad del suelo al agua, e inversamente
proporcional a la distancia entre esos puntos”.
En la siguiente figura se ilustra el experimento de Darcy:

Un medio filtrante homogéneo, de altura L y área transversal A, se percola con agua. En


las partes superior e inferior del filtro se han colocado tubos abiertos de manómetro. El líquido
sube a h2 y h1, sobre el plano de nivel seleccionado. La cantidad de agua Q que fluye hacia el
interior del filtro, durante un intervalo dado, es igual a la cantidad que fluye hacia el exterior
durante el mismo intervalo. Variando experimentalmente los diversos valores incluídos, se puede
deducir la relación de la siguiente manera:

V= Q / A
Q= caudal: cantidad de agua en función del tiempo (cm 3/h)
A= área (cm2)
V= velocidad del flujo (cm/h)

(h2 - h1)
V = -K ------------- = -K h / L = -K x i
(Z2 - Z1 )
donde:
K: conductividad hidraúlica (cm/h)
h: gradiente hidráulico (cm)
L: distancia (cm)
i: h/L gradiente de potencial hídrico (adimensional).
El signo menos en la expresión indica que el flujo es en dirección opuesta a la h creciente.

CONDUCTIVIDAD HIDRAULICA DEL SUELO

La conductividad hidráulica (K) es la permeabilidad que presenta un suelo al agua, también


se la puede definir como la cantidad de agua que pasa a través de un área determinada de suelo,
en la unidad de tiempo .

La conductividad hidráulica depende de la permeabilidad del suelo (K') y de la fluidez del


agua (f), tal como se indica en la expresión:

K: K' . f

K': permeabilidad intrínseca


K': u x d2 / 32
u: macroporosidad
d2: segunda potencia del diámetro de los poros
f: fluidez (depende del líquido y está integrado por: d x g / n)
d: densidad del fuído
g: aceleración de la gravedad
n: viscocidad

La permeabilidad del suelo K' depende de la porosidad de éste, de la distribución del


tamaño de los poros y de la geometría de éstos. La fluidez del agua depende de su temperatura,
la cuál afecta directamente su viscocidad y densidad, además depende de la gravedad.

La conductividad hidráulica depende también del contenido de humedad del suelo. En


condiciones de saturación el valor de K es constante; pero en condiciones de no saturación, es
directamente proporcional al contenido de humedad, ya que a menor contenido de humedad,
menor número de poros del suelo conducirán agua; los que conducen agua son los de radio más
pequeño.

En el siguiente gráfico se describe la variación de K en condiciones de suelo saturado y no


saturado:
K (cm/hr)
Suelo arenoso

Suelo arcilloso

-2000 0 h(cm) 2000

suelo no saturado suelo saturado

Al considerar la ecuación de Darcy para comparar el movimiento de agua en suelos


saturados y no saturados, K presenta un valor único para cualquier valor de gradiente hidráulico
(h) igual o mayor que cero, lo cuál indica la condición de saturación. Para valores de h menores
que cero, K es directamente proporcional a h y esta relación depende del tipo de suelo en
consideración, tal como lo indica el gráfico.

Se puede observar que la K del suelo arenoso tiene un valor mayor que la del suelo
arcilloso a valores de h cercanos a cero; pero a partir de cierto valor de h las conductividades de
ambos suelos se igualan y a valores más negativos, la K del suelo arcilloso es mayor que la K del
suelo arenoso. Esto se debe a que en condiciones de saturación, en el suelo arenoso todos los
poros contribuyen a conducir agua y, debido a la abundancia de poros de radio grande, la fricción
de las moléculas de agua es pequeña, por lo tanto K es grande. A medida que el suelo se
deshidrata, los poros grandes son los primeros en quedar vacíos (h toma valores más negativos) y
el valor de K baja drásticamente. En el caso del suelo arcilloso, K es menor en condiciones de
saturación, debido a que la gran mayoría de sus poros son pequeños y la disminución de K al
hacerse h más negativa es menor que en el caso anterior porque la deshidratación es menor.

MOVIMIENTO DEL AGUA A FLUJO NO SATURADO

Los suelos bien drenados permanecen en condiciones de saturación durante períodos muy
cortos, luego de aportes abundantes de agua ya sea por lluvias o por riego. Salvo en esas
condiciones, el movimiento del agua del suelo en fase líquida se realiza en flujo no saturado y
responde a dirferencias de potencial agua (mátrico y gravitatorio) entre distintos puntos del perfil.

Puede expresarse de la siguiente forma:

v: -K x H

v: velocidad
K: conductividad hidraúlica
H: gradiente hidraúlico.

El potencial mátrico es consecuencia de la afinidad física del agua con la superficie de las
partículas y poros capilares. El agua se mueve desde los lugares donde la película de agua que
rodea las partículas es mayor hacia donde es menor, y de los lugares de menor a mayor curvatura
de menisco, es decir de zonas de alto potencial a zonas de bajo potencial mátrico. El potencial
gravitatorio interviene favoreciendo el movimiento descendente y limitando el movimiento
ascendente.

El elemento más importante a considerar en este movimiento es que el valor K, el cuál no


es constante sino que sufre grande variaciones en función del potencial mátrico del suelo. O sea
que a igualdad de gradiente hidraúlico, la velocidad de flujo puede ser muy variable según el
contenido hídrico del suelo.

La reducción en el valor de conductividad hidraúlica que se produce entre saturación y


capacidad de campo es del orden del 97.97%, mientras que entre capacidad de campo y punto de
marchitez permanente es de 96.70%.

Este hecho explica que tradicionalmente se halla considerado a la capacidad de campo


como una situación por debajo de la cuál no seguía existiendo movimiento descendente del agua.
Si bien esto no es estrictamente real, la velocidad a la que se mueve el agua a esos valores de
succión mátrica ( 0.3 - 0.5 atm.) es muy baja.

En el suelo saturado, toda la porosidad contribuye a determinar la superficie de la sección


que es útil para el flujo y por esa razón el valor de k es constante. En los suelos no saturados la
sección útil para el flujo varía con el porcentaje de humedad; la sección útil es menor cuanto más
seco esté el suelo, o de otra manera, cuando más alta es la succión.

El esquema siguiente nos ayuda a mostrar esa variación.


p p p p

(a) (b)
En la figura, las partículas forman un poro tubular o canalículo, que en sus dos extremos
tienen el mismo diámetro, que supondríamos igual a 100.000 armstrongs (10 micrones); es decir,
que los meniscos que se pueden formar en sus extremos son capaces de retener agua con
succiones no mayores de 0,3 bares. El canalículo permanecerá colmado de agua en los estados
de humedad superiores a capacidad de campo y se descarga cuando el suelo se deseca y la
succión supera los 0,3 bares.

En (a) el poro está colmado de agua, que suponemos retenida con una succión igual a
0,3 bares; el agua del poro se conecta con el agua del resto del suelo, por las películas p cuyo
espesor es de solo 580 armstrongs. En esas condiciones, toda la sección del poro es útil para la
circulación del agua.

En (b) el suelo ha sufrido un ligero desecamiento, al reducirse el contenido de humedad y


la succión que afecta al agua restante en el suelo, es apenas mayor de 0,3 bares, pero suficiente
para que el poro pierda el agua capilar y solo conserve en sus paredes, el agua pelicular. El
espesor de la película será algo menor que 580 armstrongs. En la figura (b) se muestra al poro
descargado y a la película.

En la situación presentada en (a) toda la sección del poro es útil para la circulación del
agua; en la situación graficada en (b) la sección útil ha sufrido una drástica reducción. El caudal de
agua que pasará en la unidad de tiempo a través de una sección de suelo de superficie unitaria,
cuando el gradiente de succión sea igual a 1 (caudal medido por k), también será drásticamente
reducido. Pero la disminución de la sección útil no es el único factor que entorpece el movimiento
del agua. En (a) la circulación es rectilínea, como lo indica la flecha; en (b) el agua debe seguir un
recorrido tortuoso señalado por las flechitas, mucho más largo que el que correspondía a la
situación (a).

Aclaramos que v es la velocidad del flujo de agua a través de la sección entera del suelo, pero
la velocidad real del movimiento del agua, es mucho mayor que v, puesto que ella se mueve
únicamente por la sección útil, que puede ser una fracción muy pequeña de la sección total.

Si el caudal se reduce pronunciadamente a medida que el suelo se deseca, k que lo mide


sufrirá igual reducción. Es decir que a diferencia con el flujo de agua en los suelos saturados, en
los suelos no saturados k no es constante, variando pronunciadamente cuando varía el contenido
de humedad. En estas condiciones k recibe el nombre de conductividad hidráulica del suelo no
saturado

Utilizaremos ahora los conceptos anteriores para el tratamiento descriptivo de la dinámica del
agua en el suelo.

Al definir el estado de capacidad de campo, decíamos que él se alcanza a los 2 o 3 días


después de una lluvia intensa, cuando el drenaje vertical es despreciable. Explicamos la
pronunciada disminución del movimiento del agua, apoyándonos en la drástica disminución de la
sección útil para el flujo de agua y en el aumento de la tortuosidad de los caminos a seguir.

Para ilustrar el concepto apelaremos a una experiencia de Veihmeyer y Hendrickson,


empleando un suelo franco cuya capacidad de campo era 22 y su capacidad a la marchitez
permanente de 8 a 9.

En la experiencia se construyeron una columna de suelo compuesta por 3 capas de 60


cm cada una; las extremas con suelo seco, la del medio con suelo a capacidad de campo. Luego
de 144 días determinaron el perfil hídrico. En la figura se indican los dos perfiles hídricos, el inicial
(con la línea cortada) y a los 144 días (con la línea contínua). Como se comprueba, a pesar de la
gran diferencia de humedad el movimiento del agua fue muy reducido. Insistimos en destacar que
para pasar el agua de la capa más húmeda a la más seca, debe ingresar, en la capa seca, por
películas muy delgadas, que se van engrosando lentamente a medida que la humedad aumenta al
penetrar el agua en la capa seca, impulsada por la diferencia de succión.
0 8 22 % DE AGUA

60

120

180
PROF.
cm

INFILTRACION

La velocidad de penetración del agua al suelo depende de los siguientes factores:


- espesor de la lámina de agua
- temperatura del agua y del suelo
- textura del suelo
- estructura
- contenido actual del agua

Cuanto mayor es el espesor instantáneo de la lámina de agua, tanto mayor será la


velocidad de infiltración. Cuanto mayor la temperatura del agua, tanto mayor la velocidad por
disminución de la viscosidad y tensión superficial.

Cuanto más gruesa la textura, tanto mayor el porcentaje de macroporos y en


consecuencia mayor la velocidad de infiltración.

Con respecto al contenido hídrico del suelo puede observarse que cuando el suelo está
seco, al comienzo la velocidad de infiltración es grande, pero disminuye posteriormente tendiendo
a la estabilización.

Cuando un suelo se moja por la lluvia o riego, se estima que en una primera etapa al
llegar a un estado de equilibrio, la masa humedecida tiene el 80 % de su porosidad ocupada por
agua. Posteriormente, si se suspende el agregado de agua, la misma tiende a profundizarse a
expensas de una retracción horizontal.

Un nuevo agregado de agua puede llegar a ocupar un 90 % de la porosidad y en ese


momento disminuye sensiblemente la infiltración.

En suelos superficialmente compactados, la infiltración es mínima en virtud de que la


succión de los microporos disminuye en gran medida la acción de la gravedad, y el movimiento se
hace por capilaridad.
Feodoroff estudió la infiltración en columnas de suelos, con textura homogénea en toda la
columna. Observó que cuando se inicia el aporte de agua con una intensidad I1, el agua no pro-
fundiza en el suelo hasta que en la parte superior no se eleva el contenido de humedad hasta un
valor W1, mayor que la capacidad de campo. Entonces aparece un frente de humectación que
avanza en el suelo seco. Para una intensidad de lluvia I2 mayor que I1, el valor de W2 y la
velocidad con que avanza el frente de humectación también serán mayores. Ello hasta una cierta
intensidad máxima Im, más allá de la cual ya no se infiltra toda el agua que cae y se observa
escurrimiento superficial.

Interrumpido el aporte de agua, durante unas horas continúa una redistribución del agua
y el espesor humedecido avanza algo más y queda en el estado de humedad correspondiente a
capacidad de campo.

0 Wo Wcc W1 % de Humedad

Prof. cm

En la zona intermedia el agua fluye hacia el frente de humectación; ese flujo implica que
la succión aumenta con la profundidad o, lo que es equivalente, que, en el suelo uniforme, el
contenido de humedad disminuya gradualmente hasta alcanzar el frente de humectación, donde la
variación es brusca.
Con un aporte de agua cuya intensidad supera a Im se forma una capa de agua sobre la
superficie. Ello significa la aparición de una presión o carga hidrostática; en esas condiciones, el
agua se mueve a través de todos los poros que no estén bloqueados con aire y el movimiento es
rápido. La parte del suelo en que ello ocurre, prácticamente está saturada. Es importante conocer
hasta que profundidad el agua se mueve bajo presión. Gupta y Staple, trabajando en un suelo
franco limoso, sobre el que mantuvieron una capa de agua de 4 mm, comprobaron que la presión
hidrostática recién se anulaba a los 8 cm de profundidad. A mayor profundidad el agua ya
circulaba bajo succión.

Lo anterior es válido para suelos con estructura estable. Cuando la misma es poco
estable y las lluvias intensas destruyen a los agregados de la superficie, creando una capa suelta,
la infiltración máxima se reduce pronunciadamente y se favorece el escurrimiento superficial.

Milthorpe refiere que después de una lluvia intensa observó en un suelo la formación de
una película desagregada, sin poros visibles, cuyo espesor era de 0,1 mm, a la que le sucedía una
capa de 3 mm de espesor, cuyos poros estaban semiobturados por las partículas finas dispersas
provenientes de la película desagregada. La permeabilidad de esas capas era 2000 y 200 veces
menor respectivamente, que la del suelo subyacente. Ello hace resaltar la importancia que puede
tener una capa de residuos vegetales, que proteja a la superficie del suelo de la acción del
impacto de la gota de lluvia, aminorando la desagregación y la migración de partículas finas.

Infiltración del agua en suelos estratificados

De las combinaciones posibles, nos ocuparemos del caso en que a una capa superficial
de textura media, con buena continuidad capilar, le suceda una capa de textura gruesa, arenosa,
con poros relativamente grandes. Para el análisis nos apoyaremos en las experiencias de
Gardner.

6 5 4 3 2 1 A
+
+
+
+ + ++
+ ++
+
+ +
+ +
+ +
+
+ + + + + + + + + +
+ + + + +
++ + +
+ ++
+++
++

La aplicación de agua se hace en A con una intensidad tal que el agua se infiltra y mueve
impulsada por diferencias de succión.

Con las líneas cortadas se indica el frente de humectación en cinco tiempos distintos. La
línea 4, entre B y C, se confunde con la separación de las dos capas. Si el frente de humectación
avanza, debe existir un gradiente de succión entre A y el frente. Por consiguiente, al tiempo en
que el frente está en la posición 4, en D, la succión con que el suelo retiene el agua, es menor que
en B y C.

El frente de humectación avanza lateralmente sin penetrar en la capa más gruesa, pues
sus poros gruesos ejercen una succión que no alcanza a superar a la succión con la que el agua
todavía es retenida en D. En esta última capa el agua ingresa en cantidad apreciable recién
cuando la succión del agua en D es suficientemente baja, como para que pueda ser superada por
la succión que son capaces de ejercer los poros de la capa gruesa. Eso ocurre cuando el frente de
humectación ha alcanzado la posición 6 (línea de cruces), entonces el agua ingresará en la capa
más gruesa y, como una vez que colma a esos poros ellos ofrecen menor resistencia al flujo que
los de la capa superior, el agua penetra rápidamente por D.

Más aún, si la succión en D en ese momento es muy baja (poros muy grandes), ya no se
puede dejar de tener en cuenta la gravedad y el agua descarga verticalmente como si en D
existiera un dren vertical.

Se ha destacado esa posibilidad porque ella adquiere importancia en suelos cuyos


horizontes B texturales presentan estructura prismática fuerte, como muchos de la región
pampeana.

Por una mala interpretación de los modelos de Gardner se llegó a afirmar que las grietas
o fisuras que no llegan a superficie constituyen un obstáculo para la penetración del agua; en la
figura se puede observar que son un obstáculo para el movimiento lateral del agua. Pero si la
grieta estuviera debajo de D, ella sería una vía de fácil penetración del agua cuando la capa
superficial estuviera suficientemente húmeda como para que el agua se mueva, no solo por
diferencia de succión, sino también por acción de la gravedad. En las experiencias de Gupta y
Staple, con una capa de agua de 4 mm, el movimiento del agua se producía bajo presión
hidrostática hasta 8 cm de profundidad. Con una capa de agua de 1 o más cm, la presión
hidrostática actúa a profundidades bastante mayores. Por eso, con lluvias muy intensas o en
terrenos con surcos que acumulan una capa de agua, la misma puede alcanzar las grietas o
fisuras verticales subsuperficiales, afectada por una presión hidrostática que impulsa el drenaje
vertical.

Ello vale tanto para las grietas o fisuras que se forman naturalmente por contracción del
suelo, como para las que se provocan artificialmente por acciones como el subsolado y cincelado

EL ASCENSO CAPILAR

El ascenso capilar es un proceso de mucho interés, especialmente para aquellos que


deben enfrentar condiciones con capa freática cercana a la superficie. En este caso, el potencial
total del agua en la superficie del suelo es menor que el potencial en la superficie del agua
freática. Por lo tanto, habrá un ascenso de agua hacia la superficie. La altura y la intensidad de
este flujo ascendente depende de la textura y del gradiente que se alcance. En suelos de textura
fina se han llegado a registrar ascensos capilares de hasta 2m, en texturas medias de 1 y 1.2m y
en texturas gruesas de 0.40m.

En suelos desnudos, por efecto de la evaporación desde la superficie, el gradiente es


grande pero por la importante disminución de la conductividad hidraúlica no saturada al disminuir
la humedad, el flujo ascendente se reduce al profundizarse la superficie freática y se hace incapaz
de compensar los gastos de evaporación.

En suelos cultivadados el gradiente puede generarse por consumo deagua por las
plantas y por los tanto, es suficiente que el ascenso alcance la zona radical para que exista un
aporte importante desde la freática. Este aporte puede ser beneficioso, en caso de que la calidad
de agua freática sea relativamente buena. Sin embargo, en la mayor parte de las regiones
semiáridas, el agua freática presenta un contenido muy alto de sales, lo que hace que este
proceso de ascenso capilar sea el principal responsable de la salinización secundaria que se
produce en los suelos de estas regiones cuando no se arbitran los medios para controlarlo.

MOVIMIENTO DEL AGUA EN FASE DE VAPOR

Se entiende por evaporación el pasaje del agua del estado líquido al estado gaseoso,
mediante el consumo de cierta cantidad de calor. A fin de poder verificar la evaporación se
requiere:
- agua suficiente en la parte superficial del suelo.
- calor ( para evaporar un gramo de agua se requieren aproximadamente 580 cal/g de agua).
- gradiente de presión de vapor.
- capacidad del medio para dejar pasar el vapor.
La evaporación depende del contenido de humedad del suelo y de la velocidad con que se
repone en la superficie el agua evaporada. Al efectuarse la evaporación, se reduce el contenido
de humedad del suelo superficial, por lo que el potencial mátrico se hace más negativo y el
gradiente hidraúlico aumenta ( con referencia a un punto situado a 20 o 30 cm abajo de la
superficie del suelo), pero la conductividad hidraúlica aumenta. Esto genera un flujo vertical
ascendente de agua, o sea que se produce un ascenso capilar.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

- BAVER, L.D.; GARDNER, W.; GARDNER, W.; Física de Suelos. Centro Regional de Ayuda
Técnica. México. 1973
- BUCKMAN Y BRADY. Naturaleza y propiedades de los suelos. Edit uteha. México. 1966.
- CONTI, Marta. E. Principios de Edafología, con enfasis en suelos argentinos. Bs As, Facultad de
Agronomía. 2000.
- FARIAS, E. Física de Suelos: con enfoque agrícola. Editorial Trillas. 1994.
- GAUCHER, G. Tratado de Pedología Agrícola: el suelo y sus carácterísticas agronómicas.
Barcelona. OMEGA. 1971.
- GAVANDE, S Física de suelos. Ed. Limusa- Wiley. S.A. México. 1972.

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