Aspectos Dinamicos de Agua
Aspectos Dinamicos de Agua
Aspectos Dinamicos de Agua
ASPECTOS DINAMICOS
Material preparado por el Ing. Qco LUIS A. CERANA. Profesor Honorario Universidad Nacional de
Rosario. Actualizado por la Ing. Agr. ESTELA I. FERNÁNDEZ – Docente de la especialidad. 2002.
El movimiento del agua del suelo ocurre cuando hay diferencias de potencial entre diferentes
puntos del sistema. El agua tiende a moverse desde zonas de alto potencial a las de bajo
potencial, o de otra forma desde las zonas de menor a las de mayor succión. Ya que las
componentes de la succión (mátrica y osmótica) pueden exceder el componente gravitacional, el
agua puede moverse verticalmente hacia arriba y hacia abajo o permanecer sin movimiento,
cuando el gradiente de succión balancea la fuerza de gravedad.
Si toda la superficie está mojada, el área de la cual penetra el agua es mayor que cuando solo
una porción de la superficie está mojada y el movimiento será en una sola dirección: vertical
descendente. Si solo parte de la superficie está mojada, el agua se moverá hacia abajo y
lateralmente. Si el suelo está muy seco, el movimiento lateral puede ser, por cierto tiempo, tan
grande como el movimiento descendente.
Cuando la totalidad, o la casi totalidad de los poros se encuentran llenos de agua, decimos que
el suelo está saturado, y el agua se mueve a “flujo saturado”. Cuando esto no ocurre, o sea que
parte de los poros no contienen agua, hablamos de movimiento a “flujo no saturado”. En cada
una de estas condiciones las características del movimiento del agua son muy diferentes. El agua
también se mueve en el suelo al estado gaseoso, en forma de vapor y su movimiento se rige por
las leyes de movimiento de los gases ( difusión y flujo masal).
Se hace necesario definir varios términos relacionados con el movimiento del agua en el suelo:
Infiltración: es la entrada del agua al suelo, o sea la velocidad con que desaparece el agua de la
superficie por su entrada a la masa del suelo (mm/h).
Permeabilidad: es la facilidad con que un cuerpo poroso se deja atravesar por los fluídos. Es el
movimiento del agua a flujo saturado en cada uno de los horizontes, su expresión cuantitativa es
la conductividad hidráulica (mm/h o cm/día).
Drenaje: es la eliminación del agua superficial por infiltración y permeabilidad o por escurrimiento.
A los primeros se les suele llamar drenaje interno y al segundo drenaje superficial.
Escurrimiento: es la eliminación del agua superficial merced al relieve (natural) o por obras
(drenaje).
La eliminación del exceso de agua superficial es de gran interés para evitar anegamientos
superficiales en los cultivos y también para la producción animal, puesto que crea condiciones
poco propicias para el pastoreo directo (falta de piso).
Se desea que el drenaje interno capte la mayor parte de las aguas de lluvia o de riego; de este
modo se aprovecha mejor el agua aumentando las reservas del suelo y disminuyendo
sustancialmente la escorrentía que no sólo es pérdida de agua sino también agente de erosión.
Desde el punto de vista de la fertilidad, las aguas de drenaje provocan el lavado de los suelos,
siendo particularmente importante sobre los compuestos solubles. Dentro de los mismos los
nitratos pueden ser eliminados en forma sustancial.
Al aplicar agua a un suelo, ésta se infiltra y se desplaza dentro de los poros del suelo,
siempre que no existan barreras impermeables que restrinjan su movimiento. El principio de este
fenómeno es la presencia de un gradiente de energía del agua (potencial hídrico) y la capacidad
que tiene el suelo, como cuerpo poroso, para conducir agua.
Esta ley establece que el flujo de energía o materia a través de un medio dado es
directamente proporcional al gradiente de energía entre dos puntos en estudio, e inversamente
proporcional a la resistencia que opone el medio al transporte; o bien, directamente proporcional a
la capacidad que tiene el medio para conducir la materia o energía.
fi= Ki x ∆Ei
El movimiento del agua en el suelo a flujo saturado puede explicarse a través de la Ley de
Darcy (1856). La misma se deduce en base a experimentos llevados a cabo por el autor,
relacionando volúmenes de agua acumulados en función de variaciones de carga hidráulica, área
y longitud de recipientes e involucrando las características de los materiales con los cuales
trabajó.
La misma expresa:
V= Q / A
Q= caudal: cantidad de agua en función del tiempo (cm 3/h)
A= área (cm2)
V= velocidad del flujo (cm/h)
(h2 - h1)
V = -K ------------- = -K h / L = -K x i
(Z2 - Z1 )
donde:
K: conductividad hidraúlica (cm/h)
h: gradiente hidráulico (cm)
L: distancia (cm)
i: h/L gradiente de potencial hídrico (adimensional).
El signo menos en la expresión indica que el flujo es en dirección opuesta a la h creciente.
K: K' . f
Suelo arcilloso
Se puede observar que la K del suelo arenoso tiene un valor mayor que la del suelo
arcilloso a valores de h cercanos a cero; pero a partir de cierto valor de h las conductividades de
ambos suelos se igualan y a valores más negativos, la K del suelo arcilloso es mayor que la K del
suelo arenoso. Esto se debe a que en condiciones de saturación, en el suelo arenoso todos los
poros contribuyen a conducir agua y, debido a la abundancia de poros de radio grande, la fricción
de las moléculas de agua es pequeña, por lo tanto K es grande. A medida que el suelo se
deshidrata, los poros grandes son los primeros en quedar vacíos (h toma valores más negativos) y
el valor de K baja drásticamente. En el caso del suelo arcilloso, K es menor en condiciones de
saturación, debido a que la gran mayoría de sus poros son pequeños y la disminución de K al
hacerse h más negativa es menor que en el caso anterior porque la deshidratación es menor.
Los suelos bien drenados permanecen en condiciones de saturación durante períodos muy
cortos, luego de aportes abundantes de agua ya sea por lluvias o por riego. Salvo en esas
condiciones, el movimiento del agua del suelo en fase líquida se realiza en flujo no saturado y
responde a dirferencias de potencial agua (mátrico y gravitatorio) entre distintos puntos del perfil.
v: -K x H
v: velocidad
K: conductividad hidraúlica
H: gradiente hidraúlico.
El potencial mátrico es consecuencia de la afinidad física del agua con la superficie de las
partículas y poros capilares. El agua se mueve desde los lugares donde la película de agua que
rodea las partículas es mayor hacia donde es menor, y de los lugares de menor a mayor curvatura
de menisco, es decir de zonas de alto potencial a zonas de bajo potencial mátrico. El potencial
gravitatorio interviene favoreciendo el movimiento descendente y limitando el movimiento
ascendente.
(a) (b)
En la figura, las partículas forman un poro tubular o canalículo, que en sus dos extremos
tienen el mismo diámetro, que supondríamos igual a 100.000 armstrongs (10 micrones); es decir,
que los meniscos que se pueden formar en sus extremos son capaces de retener agua con
succiones no mayores de 0,3 bares. El canalículo permanecerá colmado de agua en los estados
de humedad superiores a capacidad de campo y se descarga cuando el suelo se deseca y la
succión supera los 0,3 bares.
En (a) el poro está colmado de agua, que suponemos retenida con una succión igual a
0,3 bares; el agua del poro se conecta con el agua del resto del suelo, por las películas p cuyo
espesor es de solo 580 armstrongs. En esas condiciones, toda la sección del poro es útil para la
circulación del agua.
En la situación presentada en (a) toda la sección del poro es útil para la circulación del
agua; en la situación graficada en (b) la sección útil ha sufrido una drástica reducción. El caudal de
agua que pasará en la unidad de tiempo a través de una sección de suelo de superficie unitaria,
cuando el gradiente de succión sea igual a 1 (caudal medido por k), también será drásticamente
reducido. Pero la disminución de la sección útil no es el único factor que entorpece el movimiento
del agua. En (a) la circulación es rectilínea, como lo indica la flecha; en (b) el agua debe seguir un
recorrido tortuoso señalado por las flechitas, mucho más largo que el que correspondía a la
situación (a).
Aclaramos que v es la velocidad del flujo de agua a través de la sección entera del suelo, pero
la velocidad real del movimiento del agua, es mucho mayor que v, puesto que ella se mueve
únicamente por la sección útil, que puede ser una fracción muy pequeña de la sección total.
Utilizaremos ahora los conceptos anteriores para el tratamiento descriptivo de la dinámica del
agua en el suelo.
60
120
180
PROF.
cm
INFILTRACION
Con respecto al contenido hídrico del suelo puede observarse que cuando el suelo está
seco, al comienzo la velocidad de infiltración es grande, pero disminuye posteriormente tendiendo
a la estabilización.
Cuando un suelo se moja por la lluvia o riego, se estima que en una primera etapa al
llegar a un estado de equilibrio, la masa humedecida tiene el 80 % de su porosidad ocupada por
agua. Posteriormente, si se suspende el agregado de agua, la misma tiende a profundizarse a
expensas de una retracción horizontal.
Interrumpido el aporte de agua, durante unas horas continúa una redistribución del agua
y el espesor humedecido avanza algo más y queda en el estado de humedad correspondiente a
capacidad de campo.
0 Wo Wcc W1 % de Humedad
Prof. cm
En la zona intermedia el agua fluye hacia el frente de humectación; ese flujo implica que
la succión aumenta con la profundidad o, lo que es equivalente, que, en el suelo uniforme, el
contenido de humedad disminuya gradualmente hasta alcanzar el frente de humectación, donde la
variación es brusca.
Con un aporte de agua cuya intensidad supera a Im se forma una capa de agua sobre la
superficie. Ello significa la aparición de una presión o carga hidrostática; en esas condiciones, el
agua se mueve a través de todos los poros que no estén bloqueados con aire y el movimiento es
rápido. La parte del suelo en que ello ocurre, prácticamente está saturada. Es importante conocer
hasta que profundidad el agua se mueve bajo presión. Gupta y Staple, trabajando en un suelo
franco limoso, sobre el que mantuvieron una capa de agua de 4 mm, comprobaron que la presión
hidrostática recién se anulaba a los 8 cm de profundidad. A mayor profundidad el agua ya
circulaba bajo succión.
Lo anterior es válido para suelos con estructura estable. Cuando la misma es poco
estable y las lluvias intensas destruyen a los agregados de la superficie, creando una capa suelta,
la infiltración máxima se reduce pronunciadamente y se favorece el escurrimiento superficial.
Milthorpe refiere que después de una lluvia intensa observó en un suelo la formación de
una película desagregada, sin poros visibles, cuyo espesor era de 0,1 mm, a la que le sucedía una
capa de 3 mm de espesor, cuyos poros estaban semiobturados por las partículas finas dispersas
provenientes de la película desagregada. La permeabilidad de esas capas era 2000 y 200 veces
menor respectivamente, que la del suelo subyacente. Ello hace resaltar la importancia que puede
tener una capa de residuos vegetales, que proteja a la superficie del suelo de la acción del
impacto de la gota de lluvia, aminorando la desagregación y la migración de partículas finas.
De las combinaciones posibles, nos ocuparemos del caso en que a una capa superficial
de textura media, con buena continuidad capilar, le suceda una capa de textura gruesa, arenosa,
con poros relativamente grandes. Para el análisis nos apoyaremos en las experiencias de
Gardner.
6 5 4 3 2 1 A
+
+
+
+ + ++
+ ++
+
+ +
+ +
+ +
+
+ + + + + + + + + +
+ + + + +
++ + +
+ ++
+++
++
La aplicación de agua se hace en A con una intensidad tal que el agua se infiltra y mueve
impulsada por diferencias de succión.
Con las líneas cortadas se indica el frente de humectación en cinco tiempos distintos. La
línea 4, entre B y C, se confunde con la separación de las dos capas. Si el frente de humectación
avanza, debe existir un gradiente de succión entre A y el frente. Por consiguiente, al tiempo en
que el frente está en la posición 4, en D, la succión con que el suelo retiene el agua, es menor que
en B y C.
El frente de humectación avanza lateralmente sin penetrar en la capa más gruesa, pues
sus poros gruesos ejercen una succión que no alcanza a superar a la succión con la que el agua
todavía es retenida en D. En esta última capa el agua ingresa en cantidad apreciable recién
cuando la succión del agua en D es suficientemente baja, como para que pueda ser superada por
la succión que son capaces de ejercer los poros de la capa gruesa. Eso ocurre cuando el frente de
humectación ha alcanzado la posición 6 (línea de cruces), entonces el agua ingresará en la capa
más gruesa y, como una vez que colma a esos poros ellos ofrecen menor resistencia al flujo que
los de la capa superior, el agua penetra rápidamente por D.
Más aún, si la succión en D en ese momento es muy baja (poros muy grandes), ya no se
puede dejar de tener en cuenta la gravedad y el agua descarga verticalmente como si en D
existiera un dren vertical.
Por una mala interpretación de los modelos de Gardner se llegó a afirmar que las grietas
o fisuras que no llegan a superficie constituyen un obstáculo para la penetración del agua; en la
figura se puede observar que son un obstáculo para el movimiento lateral del agua. Pero si la
grieta estuviera debajo de D, ella sería una vía de fácil penetración del agua cuando la capa
superficial estuviera suficientemente húmeda como para que el agua se mueva, no solo por
diferencia de succión, sino también por acción de la gravedad. En las experiencias de Gupta y
Staple, con una capa de agua de 4 mm, el movimiento del agua se producía bajo presión
hidrostática hasta 8 cm de profundidad. Con una capa de agua de 1 o más cm, la presión
hidrostática actúa a profundidades bastante mayores. Por eso, con lluvias muy intensas o en
terrenos con surcos que acumulan una capa de agua, la misma puede alcanzar las grietas o
fisuras verticales subsuperficiales, afectada por una presión hidrostática que impulsa el drenaje
vertical.
Ello vale tanto para las grietas o fisuras que se forman naturalmente por contracción del
suelo, como para las que se provocan artificialmente por acciones como el subsolado y cincelado
EL ASCENSO CAPILAR
En suelos cultivadados el gradiente puede generarse por consumo deagua por las
plantas y por los tanto, es suficiente que el ascenso alcance la zona radical para que exista un
aporte importante desde la freática. Este aporte puede ser beneficioso, en caso de que la calidad
de agua freática sea relativamente buena. Sin embargo, en la mayor parte de las regiones
semiáridas, el agua freática presenta un contenido muy alto de sales, lo que hace que este
proceso de ascenso capilar sea el principal responsable de la salinización secundaria que se
produce en los suelos de estas regiones cuando no se arbitran los medios para controlarlo.
Se entiende por evaporación el pasaje del agua del estado líquido al estado gaseoso,
mediante el consumo de cierta cantidad de calor. A fin de poder verificar la evaporación se
requiere:
- agua suficiente en la parte superficial del suelo.
- calor ( para evaporar un gramo de agua se requieren aproximadamente 580 cal/g de agua).
- gradiente de presión de vapor.
- capacidad del medio para dejar pasar el vapor.
La evaporación depende del contenido de humedad del suelo y de la velocidad con que se
repone en la superficie el agua evaporada. Al efectuarse la evaporación, se reduce el contenido
de humedad del suelo superficial, por lo que el potencial mátrico se hace más negativo y el
gradiente hidraúlico aumenta ( con referencia a un punto situado a 20 o 30 cm abajo de la
superficie del suelo), pero la conductividad hidraúlica aumenta. Esto genera un flujo vertical
ascendente de agua, o sea que se produce un ascenso capilar.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
- BAVER, L.D.; GARDNER, W.; GARDNER, W.; Física de Suelos. Centro Regional de Ayuda
Técnica. México. 1973
- BUCKMAN Y BRADY. Naturaleza y propiedades de los suelos. Edit uteha. México. 1966.
- CONTI, Marta. E. Principios de Edafología, con enfasis en suelos argentinos. Bs As, Facultad de
Agronomía. 2000.
- FARIAS, E. Física de Suelos: con enfoque agrícola. Editorial Trillas. 1994.
- GAUCHER, G. Tratado de Pedología Agrícola: el suelo y sus carácterísticas agronómicas.
Barcelona. OMEGA. 1971.
- GAVANDE, S Física de suelos. Ed. Limusa- Wiley. S.A. México. 1972.