Trabajo Fatalismo
Trabajo Fatalismo
Trabajo Fatalismo
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
TRABAJO FINAL
DESCRIPCIÓN RESUMIDA:
El trabajo desarrollado tuvo como objetivo explorar el fatalismo presente en los estudiantes
universitarios de las carreras de Ciencias de la Salud, Humanidades y Ciencias Económicas
de la ciudad de Mar del Plata (Argentina). Se partió de la hipótesis de que existirían
diferencias en la presencia de fatalismo en la población universitaria de acuerdo a la elección
de la carrera de estudios. Con el fin de llevar a cabo dicha exploración y contrastar la
hipótesis, se aplicó la Escala Multidimensional de Fatalismo (EMF), elaborada por Esparza y
Wiebe (2010) a una muestra de 83 estudiantes. La escala cuenta con 5 factores denominados:
Fatalismo, Pesimismo/Desesperanza, Locus interno, Suerte y Control divino. Los resultados
muestran que no se hallaron diferencias estadísticamente significativas en la presencia de
fatalismo en los estudiantes encuestados en relación con la carrera seleccionada para realizar
sus estudios. Asimismo, no se encuentra una presencia elevada de fatalismo en los
estudiantes encuestados.
El Fatalismo
Fatalismo es un término que alude a la idea de “destino inevitable” que proviene del
latín fatum. Algo es fatal cuando es inevitable. Tiene una doble connotación de futuro
inevitable y desgraciado, el destino de todos está ya predeterminado y todo hecho ocurre de
modo ineludible.
La comprensión fatalista de la existencia que se atribuye a amplios sectores de los
pueblos latinoamericanos puede entenderse como una actitud básica, como una manera de
situarse frente a la propia vida. Pone de manifiesto una peculiar relación de sentido que
establecen las personas consigo mismas y con los hechos de su existencia.
Se puede examinar el Fatalismo en su triple vertiente ideacional, afectiva y
comportamental:
Las ideas más comunes de la actitud fatalista es que los principales aspectos de la
vida de las personas están definidos en su destino desde el momento mismo en que nacen.
Las personas no pueden hacer nada por evadir o por cambiar su destino fatal.
En el marco de referencia predominantemente religioso de los pueblos latinoamericanos, la
definición del destino de las personas es atribuido a Dios.
Los afectos son aceptar resignadamente el destino que a cada cual le ha tocado en
suerte.
La inevitabilidad de los acontecimientos de la propia vida resta importancia a cada uno de
ellos.
La vida es así se nace para sufrir.
Finalmente los rasgos comportamentales son: El conformismo respecto a las
exigencias del propio destino.
La pasividad frente a las circunstancias de la vida. Y la reducción del horizonte vital al
presente. Lo único que cuenta es el aquí y el ahora. (Baró,1987 pág. 76-78)
“...Esta caracterización del síndrome fatalista dibuja una imagen estereotipada que suele
atribuirse al latinoamericano…constituye un esquema de referencia incorporado a las
mismas pautas del pensamiento cultural en los países de América latina. El latinoamericano
perezoso, inconstante, irresponsable, muy religioso”.
“Es importante distinguir el fatalismo en cuanto actitud ante la vida de las personas del
fatalismo en cuanto a estereotipo social a los latinoamericanos…habrá que examinar si el
fatalismo corresponde a una actitud real de los latinoamericanos o si más bien constituye
una caracterización que se les atribuye y que, de esa manera, tiene un impacto sobre su
existencia, aunque su comportamiento real no corresponda a esa caracterización.”(Baró
1987 pág. 80).
La cultura de la pobreza
“...Una versión diferente del fatalismo latinoamericano atribuye este síndrome al desarrollo
de unas pautas culturales necesarias en un momento para lograr la supervivencia, pero que
al reproducirse tienden a perpetuar aquellas mismas condiciones que las producen,
generando un círculo vicioso. Se trata de la llamada “cultura de la pobreza”…el término fue
acuñado por Oscar Lewis”. (Baró 1987 pág. 87).
La cultura de la pobreza es algo más que la pobreza; es un estilo de vida que florece
en un determinado contexto social. “...Una vez establecida sería más difícil de eliminar que
la misma pobreza y tendería a perpetuarse a través de líneas familiares”. (Baró 1987 pág.
90).
“...La realidad estructural de una sociedad no es un dato natural sino histórico, cuya
construcción y funcionamiento involucra la intersubjetividad de los grupos y las personas
que forman esa sociedad… representa un importante elemento en la configuración social”.
(Baró 1987 pág. 95).
Un exámen crítico del rol del psicólogo en latinoamérica, el cual fue muy criticado
aludiendo a cierta preferencia por poner su atención, no de manera exclusiva pero sí
preponderante, en los sectores más pudientes, focalizando su atención en los problemas y no
atendiendo a la raíz de los mismos, llevó a una gran reflexión del rol del psicólogo en
latinoamérica, a un exámen crítico y deconstructivo que consistió en volver a las raíces de la
propia psicología a poner la mirada y preocupación a la conciencia humana.
Generó un cambio radical que permitió visualizar en donde se encuentra cada
persona, el reflejo de su ser y de su hacer en sociedad, lugar donde re-elabora y plasma su
propia realidad, la cual le da identidad personal y social.
“...la conciencia es el saber ó el no-saber sobre sí mismo, sobre el propio mundo y sobre los
demás, un saber práxico antes que mental…”(Baró 1987 pág. 168).
Se comprende entonces a la conciencia como una realidad psico-social, una
“conciencia colectiva”, la cual incluye las representaciones sociales de cada uno de los
sujetos.
El rol del psicólogo tiene que contemplar que cada sujeto se conoce a sí mismo, su
realidad, en cuanto miembro de una colectividad, y es desde allí a partir de donde debe
comenzar su trabajo, darle sentido.
Esta perspectiva, por supuesto no descarta el análisis de la conducta a la luz de su
significación personal y social, desde una perspectiva histórica.
A partir de esta conclusión, el rol del psicólogo se encamina hacia la concientización,
como agente de cambio, transformador, que genere problematizar la situación, abriendo
oportunidades de poder visualizar en propio contexto, ante la realidad circundante.
Psicología de la Liberación
La obra de Martín Baró, quien fue psicólogo y sacerdote jesuita español y dedicó la
mayor parte de su vida a la investigación de la difícil realidad social y política de un país
latinoamericano como El Salvador, ha consistido en la elaboración de una psicología social
crítica para dar cuenta de la realidad social centroamericana y, en general, iberoamericana y,
desde ese esfuerzo de esclarecimiento, impulsar los procesos de cambio y desarrollo social
hacia la realización de valores democráticos.
Baró negó que la psicología sea una ciencia destinada a conocer patrones de conducta
atemporales y universales, compartidos por toda la especie humana. En vez de eso, señaló
que la misión de este ámbito de conocimiento es comprender el modo en el que el contexto
y los individuos se influyen mutuamente.
La Psicología de la Liberación, establece que para abarcar todos los problemas de los
seres humanos hay que mirar más allá de los males universales que afectan individualmente
a las personas, como y que hay que examinar también el medio social en el que se vive,
con sus símbolos, rituales, y costumbres.
Baró retoma la idea observada por Fanon en torno a “la dominación psicológica del
colonizado”, la cual según Fanon nunca es completa:”...en lo más profundo de sí mismo, el
colonizado no reconoce ninguna instancia. Está dominado, pero no
domesticado…”(Baró,1987,pág.98).
Es así que se puede alcanzar una ruptura del fatalismo en latinoamérica, lo cual no
implica cierta modificación de sus creencias acerca del mundo, de la vida, sino una
verdadera modificación de su propio mundo y de la determinación de su vida. Esto requiere
un proceso dialéctico en el cual los cambios de las condiciones sociales y los cambios
actitudinales personales se posibilitan recíprocamente.
Este proceso involucra tres cambios importantes: el primero es la recuperación de su
memoria histórica, segundo se requiere una organización popular y por último la práctica de
clase.
La eliminación del fatalismo incluye la “superación del presentismo”, generando cambios
mentales, recuperando la memoria del pasado tanto personal como colectivo. Cuando las
personas puedan tomar dimensión de sus raíces, solo allí podrán visualizar y comprender su
identidad. “...Los pueblos latinoamericanos necesitan una clara memoria histórica, para
rastrear los dinamismos de su historia, para saber dónde buscar las causas de su opresión
secular…”(Baró,1987 pág. 99)
En segundo lugar la “organización social de las mayorías populares” permitirá superar el
individualismo suponiendo que a cada uno le corresponde superar su propia situación. Por
el contrario, la organización social implica unión colectiva de la situación como comunidad,
genera conciencia de que existen intereses comunes.
Finalmente “la práctica de clase” es indispensable, ya que no tiene sentido generar una
conciencia histórica ajena a la búsqueda de una nueva identidad social, fuera de una práctica
popular que se articule en intereses populares.
En fin se requiere un cambio revolucionario, en las estructuras políticas, económicas y sobre
todo psico-sociales.
METODOLOGÍA:
Participantes
INSTRUMENTO:
Las encuestas fueron administradas a los estudiantes durante los primeros minutos de
su asistencia a sus cursadas habituales en sus respectivas facultades. Se les dio una hoja de
consentimiento informado, para su lectura y aprobación, y luego se les administraron las
encuestas. El principal objetivo del estudio es explorar si se encuentran diferencias de
fatalismo de acuerdo a la carrera de estudio elegida.
RESULTADOS:
El modelo evaluado constó de cinco factores con seis reactivos cada uno (fatalismo,
pesimismo/desesperanza, locus interno, suerte, y control divino).
Fatalismo
● He aprendido que lo que tiene que pasar, pasará
● Si algo malo me va a pasar, pasará sin importar lo que haga
● Si pasan cosas malas, es porque así tenían que pasar
● No tiene sentido hacer muchos planes, si algo bueno va a pasar, pasará
● La vida es muy imprevisible y no hay nada que uno pueda hacer para cambiar el futuro
● La gente se muere cuando es su tiempo y no hay mucho que se pueda hacer al respecto
Pesimismo/Desesperanza
● Siento que nada de lo que pueda hacer cambiará las cosas
● A veces siento que no hay nada que esperar del futuro
● Siento que no tengo ningún control sobre las cosas que me pasan
● No importa qué tanto me esfuerce, todavía no puedo triunfar en la vida
● Con frecuencia me siento abrumado con problemas ya que no tengo ningún control sobre la
resolución de éstos
● No hay nada que pueda hacer para tener éxito en la vida, pues el nivel de éxito está está
determinado cuando uno nace
Locus interno
● Siento que cuando pasan cosas buenas, suceden como resultado de mi propio esfuerzo
● Lo que me pase a mí es el futuro, depende mayormente de mí
● Mi vida está determinada por mis propias acciones
● Lo que la gente obtiene de la vida es siempre debido a la cantidad de esfuerzo que le dedica
● Lo que me pasa a mí es consecuencia de lo que haga
● Puedo hacer cualquier cosa, si realmente quiero hacerlo
Suerte
● Cuando obtengo lo que quiero es usualmente porque tengo suerte
● El grado de éxito que tienen las personas en su trabajo, está relacionado con la cantidad de suerte
que tienen
● Alguna gente nace simplemente siendo suertuda
● Cuando le pasan cosas buenas a la gente es por buena suerte
● Las cosas buenas que me pasan son generalmente por suerte
● No existe la suerte
Control divino
● Todo lo que sucede es parte del plan de Dios
● Todo lo que le pasa a una persona fue planeado por Dios
● Cualquier cosa que me pase en la vida es porque así quería Dios que me pasara
● Dios controla todo lo bueno y lo malo que le sucede a una persona
● Dios tiene un plan para cada persona y usted no puede cambiarlo
● Por mucho esfuerzo que invierta en hacer las cosas, al final la decisión de Dios prevalecerá
Teniendo en cuenta los reactivos para el factor Fatalismo, los resultados arrojados
muestran que para el reactivo 1, el 45% de la muestra está de acuerdo. Para el reactivo 2
encontramos que un 37.3% contestó de manera neutra. En los reactivos 3,4 y 5, en cambio, el
mayor porcentaje se mostró en desacuerdo, con porcentajes más altos: 33.7%, 48.1% y un
50% respectivamente. Mientras que en el reactivo 6 el mayor porcentaje se concentró en la
respuesta neutra con un 36.6%.
Notamos que los porcentajes donde más en desacuerdo se mostraron los sujetos fue en
aquellos reactivos que hacen referencia al futuro como determinado.
Asimismo, la media general de cada uno de los reactivos fue la siguiente:
- reactivo 1: media = 3,53
- reactivo 2: media= 2,65
- reactivo 3: media= 2,89
- reactivo 4: media= 2,42
- reactivo 5: media= 2,34
- reactivo 6: media= 2,88
Analizando los resultados arrojados para el factor Locus interno, notamos que en
todos los reactivos los porcentajes más altos muestran que los sujetos están de acuerdo con la
idea de que el esfuerzo y el éxito están relacionados y que son capaces de planificar su futuro.
Para el primer reactivo de Locus interno, los resultados arrojaron que un 48,2% está
de acuerdo, 49,2% para el segundo., 48,2% para el tercero, 48,8% para el cuarto. El
porcentaje más alto fue para el quinto reactivo, un 63,4%, mientras que para el sexto, un
39%.
El mayor porcentaje del 63,4% indica que los encuestados creen significativamente en
la consecuencia de sus actos para lograr objetivos.
Se estudian las diferencias intergrupos en las tres carreras evaluadas: Ciencias
Económicas, Ciencias de la Salud y Humanidades, para fatalismo.
Los resultados indican que no hay diferencias estadísticamente significativas para los
reactivos de fatalismo entre estudiantes de las tres carreras.
Discusión:
CONCLUSIONES:
Esparza Del Villar, Ó. A., Quiñones Soto, J., Carrillo Saucedo, I. C. (2010).
Propiedades psicométricas de la Escala Multidimensional de Fatalismo y su
relación con comportamientos de la salud. Universidad Autónoma de ciudad
Juárez. México.
Martín-Baró, I. (1987). Hacia una Psicología de la liberación. Caracas:Editorial
Panapo.
Vallejo, M., Moreno Jiménez, M., Ríos Rodríguez, M. (2016). Sentido de comunidad,
fatalismo y participación en contextos de crisis socioeconómica. Psychosocial
Intervention. Departamento de Psicología Social, Antropología Social y
Estudios de Asia Oriental, Universidad de Málaga.
(anexo gráfico)