Esquema General y Naturaleza Jurídica de Los Criptoactivos

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UNIVERSIDAD DE CONCEPCIÓN

Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales


Escuela de Derecho

“ESQUEMA GENERAL DE LOS CRIPTOACTIVOS Y SU NATURALEZA


JURÍDICA"

Memoria de prueba para optar al grado de


Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales

JOAQUÍN CARRASCO ARANDA


Profesora guía: Ximena Sepúlveda Barrera
2023
1
“No existe revolución ni cambio, solo existe estudiado desvío y obsecuencia al oro.” –
Benjamín Solari Parravicini.

Padre, querido padre, te enfrentaste valerosamente a la máquina con tus letras.


En mi trabajo, nada más que tu legado: el estudio de la técnica y su dominio total.
Mi labor aquí va en tu nombre, José Luis.

2
Agradecimientos

El más justo agradecimiento, en primer lugar, a la profesora Ximena Sepúlveda, por hacer
posible este proyecto sobre una temática que me apasiona sin dudas. Poder escoger sobre
qué escribir es ciertamente un lujo, y de la mano docente, un bello regalo.

El mayor agradecimiento a ti Alex, por tu compañía y rescate en los tiempos más oscuros,
tu amistad es mi cordura.

El más cariñoso agradecimiento a Thalia, por su escucha y respuesta a toda hora y en todo
momento. Mi más acotado y gran público eres tú.

En último lugar, el más fraterno agradecimiento a José Tomás, que como destello, pasó en
el ocaso de este trabajo para iluminarlo una vez más. Tu compañía no se expresa en otra
palabra más que en hermandad.

3
Resumen

El presente trabajo tiene por objetivo dilucidar el concepto, características y naturaleza


jurídica de los criptoactivos, también llamadas criptomonedas, especialmente frente a la
dictación de la Ley 21.521 o Ley Fintec, primer cuerpo legal que les entrega un margen de
legalidad. Para ello se realiza un estudio general del fenómeno desde sus orígenes históricos
y fenomenológicos, abordando su desarrollo tecnológico y su recepción como un nuevo
modelo de dinero. Luego, se hace un estudio comparativo de los criptoactivos frente a las
opciones más extendidas para explicar su naturaleza jurídica: el dinero y títulos valores,
detallando las características de cada uno para evidenciar si los criptoactivos encuadran en
una o ambas categorías.

Palabras clave: criptoactivos; criptomonedas; naturaleza jurídica; dinero; títulos valores;


desmaterialización.
Abstract

The purpose of this paper is to elucidate the concept, characteristics and legal nature of
cryptoassets, also called cryptocurrencies, especially in view of the enactment of Law
21.521 or Fintec Law, the first legal body that gives them a margin of legality. For this
purpose, a general study of the phenomenon is made from its historical and
phenomenological origins, addressing its technological development and its reception as a
new model of money. Then, a comparative study is made of cryptoassets compared to the
most widespread options to explain their legal nature: money and security assets, detailing
the characteristics of each one to show whether cryptoassets fit into one or both categories.

Keywords: cryptoassets; cryptocurrencies; legal nature; money; securities;


dematerialization.

4
Abreviaturas

Art: Artículo.

ATO: Oficina Australiana de Impuestos.

BCCh: Banco Central de Chile.

BIS: Banco de Pagos Internacionales.

CFTC: Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos de Estados Unidos.

CMF: Comisión para el Mercado Financiero.

IRS: Servicio Interno de Impuestos de Estados Unidos.

MDBC: Moneda digital de banco central.

NFT: Token no fungible.

SEC: Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos.

SII: Servicio de Impuestos Internos.

5
ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 7
CAPÍTULO I. ESQUEMA GENERAL DE LOS CRIPTOACTIVOS 9
1. LOS CRIPTOACTIVOS 9
A. ¿Qué son los criptoactivos? 9
B. ¿Cómo operan los criptoactivos? 12
C. Los exchanges de criptomonedas 14
2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL FENÓMENO 16
A. El movimiento cypherpunk 16
B. Bitcoin, la primera criptomoneda 18
C. Recepción en la legalidad nacional 19
3. APROXIMACIÓN A UN CONCEPTO UNITARIO 22
A. Dinero 22
B. Dinero digital 22
C. Moneda y divisa 24
D. Activos digitales 25
E. Criptoactivos en la Ley 21.521 26
4. CLASIFICACIÓN DE LOS CRIPTOACTIVOS 30
CAPÍTULO II. NATURALEZA JURÍDICA DE LOS CRIPTOACTIVOS 33
1. DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA Y OBJETO DE ESTUDIO 33
2. CRIPTOACTIVOS COMO BIENES 35
3. CRIPTOACTIVOS COMO DINERO 36
A. Noción jurídica de dinero. 36
B. Dinero público y dinero privado. 37
C. ¿Son los criptoactivos sustancial y funcionalmente dinero? 40
D. Reconocimiento como moneda de curso legal y divisa extranjera 44
E. Ensayos de criptoactivos como moneda de curso legal 46
5. CRIPTOACTIVOS COMO TÍTULOS VALORES 49
A. Concepto, características y clasificación de los títulos valores 49
B. La desmaterialización de los títulos valores 52
C. ¿Son los criptoactivos títulos valores? 53
CONCLUSIONES 59
BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS 61

6
INTRODUCCIÓN

El ingenio humano y su industria son fuente ilimitada de nuevas técnicas y tecnologías. Lo


que ayer parecía cúlmine, perfecto o irremplazable es hoy obsoleto y reinventado, ello es lo
que hace rotar la rueda de la historia. Las ciencias sociales tiemblan al ver sus dogmas caer
en pedazos y los más capaces logran ver en la ruina la oportunidad para formular mejores
ideas de lo que ya es pasado.

Así las cosas, la cotidiana visión del dinero, el billete y la moneda se topa de frente con una
propuesta novedosa: Las criptomonedas y los criptoactivos, valores digitales respaldados en
una cadena de bloques de datos dentro de la red de internet cuyos usuarios valientemente le
han denominado nada más ni nada menos que la revolución del dinero.

Estos peculiares activos han alcanzado capitalizaciones de mercado de miles de dólares,


ganando la atención de organismos de la talla del Banco de Pagos Internacionales y
economistas de fama mundial, quienes formulan diversas críticas sobre su utilidad y valor.

Pese a que aún persisten como un asunto de nicho, a medida que se incorporan nuevos
actores al comercio de criptoactivos, comienzan a surgir problemas jurídicos tan diversos
como los contratos que se ejecutan de manera clandestina con ellos, trasladando
paulatinamente la preocupación desde la ciencia económica hacia el derecho.

En razón de la protección del patrimonio de los particulares, aparecen desde principios de


la década de 2020 una serie de cuerpos legales en todo el mundo tratando de incorporar a
los criptoactivos a la legalidad. Sin embargo, el fenómeno parece subsistir bajo un halo de
misticismo e incomprensión que roza la ciencia ficción. Nada más alejado de la realidad, el
asunto es plenamente comprensible si se desglosa de la manera apropiada.

Tras investigar las propuestas regulatorias y leyes vigentes al respecto, resulta evidente que
aún persiste un desconocimiento de aquello que se pretende regular, probablemente por la
excesiva cantidad de información “basura” que abunda en internet sobre el asunto. Por ello,
se ha elaborado en el presente trabajo un esquema general de los criptoactivos mediante la
recopilación de información y la sistematización de conceptos que atraviesan las ramas del
derecho y la economía, con la finalidad de responder a la siguiente pregunta de
investigación: ¿Cuál es la naturaleza jurídica de los criptoactivos?. Ello para determinar si
la legislación nacional vigente cuenta o no con herramientas suficientes para regular esta
nueva especie de bienes.

Con esta finalidad, en el trabajo se exponen las dimensiones del dinero digital donde se
encuentran circunscritos los criptoactivos, sus características comunes y sus clasificaciones
más extendidas.

7
La segunda parte del trabajo pretende encontrar el espacio al que a ellos les corresponde
dentro de las figuras del derecho, ya más específicamente la determinación de su naturaleza
jurídica, particularmente su viabilidad como dinero o títulos valores.

Como se expondrá, los criptoactivos cuentan con una serie de particularidades técnicas que
le distinguen de otras categorías de bienes y dinero anteriores a ella. El ánimo de elusión y
evasión que ha dado su origen presenta un verdadero desafío a la ley y de no contar con la
apropiada legislación, no sólo podrán sufrir las consecuencias los privados, sino también
puede peligrar la soberanía monetaria de Chile y la competitividad del peso chileno. Por
estas razones aparece la necesidad de formular como estudiosos del derecho doctas
soluciones en su tratamiento con las normas que nos ofrece la legislación civil, comercial y
la nueva ley 21.521 o Ley Fintec, cuerpo normativo que ha les ha reconocido cierto margen
de legalidad.

Por tanto, más allá de fomentar su uso y adopción, el presente trabajo tiene como única
finalidad dimensionar la estructura, sustancialidad y funcionalidad de los activos virtuales
criptográficos desde la óptica del derecho, acabando de una buena vez con tautológicas
discusiones al respecto, prescindiendo en la medida de lo posible de tecnicismos propios de
la computación e informática, a fin de que el jurista logre encontrar guía útil al respecto.

8
CAPÍTULO I. ESQUEMA GENERAL DE LOS
CRIPTOACTIVOS

1. LOS CRIPTOACTIVOS

A. ¿Qué son los criptoactivos?

En términos generales, los criptoactivos –conocidos popularmente como criptomonedas–


son activos financieros digitales, creados con la tecnología blockchain, aptos como medio
de intercambio por otros bienes y servicios, emulando la función de medio de pago del
dinero o representando un activo subyacente.1

Desde sus inicios, los criptoactivos han apostado por ser un reemplazo al dinero tradicional,
fomentando la idea de una propiedad digital absoluta que prescinda de la intervención de
gobiernos, bancos u otras instituciones financieras. Sin embargo, su asimilación como
dinero ha sido objeto de álgida discusión en los estudios de economía y derecho.

Su desarrollo y masificación en años recientes les ha permitido obtener un espacio propio


en el mercado global donde los Estados han tenido que entregar regulaciones específicas al
fenómeno, no sólo por su intervención en la negociación de contratos, sino también por su
estrecha relación en actividades ilícitas y el comercio ilegal.

La blockchain, tecnología soportante de todo el proceso, consiste en una red de


computadoras que llevan un verdadero libro mayor distribuido o registro contable
puramente digital donde cada asiento es ordenado cronológicamente. Es inalterable, a lo
menos en su concepción, y las transacciones son irreversibles. La información de cada
movimiento en ella es encriptada mediante algoritmos matemáticos. Los datos de cada
operación construyen la cadena de información donde cada nuevo bloque coincide
matemáticamente con el anterior.

En concreto, los participantes de la red verifican cuántas unidades le corresponden a cada


quien, validando cada transacción de usuario a usuario, evitando que una misma unidad se
encuentre en dos lugares a la vez.

1
Comisión para el Mercado Financiero, “Definiciones FINTECH”, s.f.
https://www.cmfchile.cl/portal/principal/613/w3-article-25883.html consultada: 26 de febrero de 2023.

9
Cualquiera puede incorporar su computadora a la red, destinando para ello un gasto
computacional y de electricidad que es recompensado con cantidades de criptomonedas
proporcionales a su aporte, esto se ha traducido en un lucrativo negocio denominado
“minería”.

El sistema previene asimismo cualquier ataque informático de externos. Aquellos que


pretendan alterar la blockchain tendrán que descifrar la cadena completa hasta alcanzarla,
requiriendo para ello de todo el poder computacional aportado con anterioridad por la
totalidad de usuarios. Esto incentiva a formar parte de la red y tomar réditos de ella en lugar
de sabotearla.

Los adherentes de esta nueva tecnología han impulsado su uso y masificación destacando
una serie de características comunes que suponen ventajas a la moneda tradicional,
mencionando entre ellas:

i. Anonimato: El registro de las transacciones en la blockchain es anónimo,


limitándose sólo a señalar las direcciones entre las cuales se ha efectuado un
movimiento, sin aportar ningún otro dato adicional. La configuración de direcciones
para enviar y recibir criptomonedas no exige a sus usuarios ninguna clase de datos
personales.

La única manera de conocer quiénes han sido los involucrados en una operación es
sabiendo de antemano a qué persona corresponde cada dirección. Esto supone una
ventaja respecto de las operaciones de transferencia y pago con modelos de dinero
electrónico previos donde las entidades bancarias o fiscales pueden vigilar los
cambios patrimoniales en las cuentas de los ciudadanos.

ii. Descentralización y desintermediación: Las criptomonedas no son emitidas por


gobiernos centrales2 o instituciones bancarias, ni son intermediadas por una entidad
en particular.

Esto evita que se pueda retrotraer o paralizar una operación. Asimismo, previene la
posibilidad de que se exijan movimientos forzosos que resten unidades de sus
cuentas por el motivo que sea.

iii. Reserva de valor: Dentro del código fuente de un criptoactivo se establece la


cantidad máxima de unidades a emitir. En el caso de Bitcoin se estima que, de
conformidad con los algoritmos que contiene su diseño, el total de circulante será de
no más que 21 millones de unidades.

Se crea con ello una escasez artificial ofrecida como una ventaja por sobre divisas
como el dólar o el mismo peso chileno, donde la inyección de circulante está

2
Esta al menos fue su concepción inicial. Con el paso de los años diversos países empiezan a analizar la
posibilidad de una moneda digital que pudiese valerse del mismo esquema creado con Bitcoin.

10
entregada al arbitrio de instituciones centralizadas, imputando a ellos la devaluación
de las reservas de dinero tradicional. Se presenta a Bitcoin y a otras criptomonedas
como una alternativa deflacionaria.

iv. Portabilidad: Los criptoactivos pueden ser almacenados en cómodas aplicaciones


de teléfonos inteligentes, software para computadoras e incluso en dispositivos
USB. En la práctica, resulta evidente que cargar con un dispositivo móvil que
contenga grandes cifras de criptomonedas es mucho más sencillo y seguro que
portar billetes o lingotes de oro.3

v. Divisibilidad: Las criptoactivos pueden ser divididos en cuanto lo permita su


código de programación. En el caso de Bitcoin, cada una de sus unidades es en sí
misma fraccionable hasta cien millones de veces, permitiendo que la cantidad
mínima a portar sea de 0,00000001 unidades, facilitando el pago por valores
ínfimos de ser necesario.

Pero es sin duda la característica open-source de su código software aquello que más
confianza y éxito les ha entregado. Esto significa que cualquiera que lo desee puede
consultar su programación, proponer cambios o mejoras y –lo más importante– replicarlo
con los cambios que guste.

Lo anterior ha provocado la creación de miles de criptoactivos distintos, cada cual con sus
parámetros y protocolos únicos, encontrándose dentro de las más destacados Bitcoin;
Ethereum, del programador ruso Vitaly Dmitriyevich "Vitalik" Buterin; Binance Coin, de la
plataforma internacional de intercambio de criptomonedas Binance o; Tether, de la
compañía del mismo nombre.

Cada proyecto de criptoactivo o criptomoneda se compone de 3 elementos:

i. Código Fuente: Las líneas de código de programación que entregan las directrices
a las computadoras para la ejecución de la cadena de bloques y el comportamiento
del activo digital.

El código no es estático. A través del mecanismo de consenso4 de cada criptoactivo,


las computadoras que sirven de nodos en la red pueden votar a favor o en contra de
un cambio incluyendo las modificaciones deseadas en su actividad a la espera de

3
La prueba de esta ventaja fue el estallido de la guerra Ruso-Ucraniana en el presente año 2022, donde
refugiados escaparon del conflicto con grandes cantidades de bitcoin atravesando aeropuertos y fronteras sin
riesgo de que su dinero fuese retenido o extraviado.
4
El término mecanismo de consenso se refiere a todos los protocolos, incentivos e ideas que permiten a una
red de nodos ponerse de acuerdo sobre el estado de una blockchain. SEB1220, “Consensus mechanisms”,
2023, https://ethereum.org/en/developers/docs/consensus-mechanisms/ consultada: 27 de febrero de 2023.

11
consentimiento por parte de los demás participantes de la red. Estas sugerencias
siguen procedimientos predefinidos por los desarrolladores de cada proyecto.

ii. Whitepaper: La memoria explicativa de las principales características y


especificaciones técnicas de un criptoactivo, tanto de su software como los derechos
que confieren a sus inversionistas y tenedores. Describe los factores que dirigen su
emisión, distribución y su algoritmo de consenso, entre otros aspectos particulares
para cada proyecto.

iii. Tokens: Las unidades de cada tiraje de criptoactivos o criptomonedas que se


desplazan entre direcciones en la blockchain.

La ley 21.521 titulada “Promueve la competencia e inclusión financiera a através de


innovación tecnológica en la prestación de servicios financieros, Ley Fintec”, promulgada
en Diciembre de 2022 y con vigencia desde el 3 de Febrero de 2023, ha sido elaborada para
abordar el fenómeno global “Fintec”, incorporando a la legalidad a los activos financieros
digitales o criptoactivos.

Las Fintec, Fintech o simplemente “finanzas tecnológicas”, es la aplicación de la tecnología


para aumentar la eficiencia de la banca, los servicios financieros y los sistemas de pago en
empresas tecnológicas e instituciones bancarias y financieras tradicionales. El conjunto
incluye a las tecnologías de libro mayor distribuido (DLT, por sus siglas en inglés) como
blockchain y por supuesto los criptoactivos y criptomonedas.

B. ¿Cómo operan los criptoactivos?

Los criptoactivos y criptomonedas operan desplazándose en la red a través de direcciones


que funcionan de manera similar a un número de cuenta bancaria o una dirección de correo
electrónico.

Para obtener una dirección, el interesado deberá configurar una wallet, “cartera” o
“monedero” de criptoactivos ofrecido por distintos proveedores del servicio. Cada
monedero consta de dos claves, una pública y una privada. Ambas guardan entre sí una
relación matemática exacta. Valiéndose de la criptografía, cada clave se corresponde con
otra específica.

Los wallet pueden ser digitales o físicos. Se suele denominar hot wallets o “carteras
calientes” a aquellos monederos de criptoactivos que funcionan como software para
computadoras o teléfonos inteligentes y que requieren de una conexión permanente a

12
internet. Las cold wallets o “carteras frías”, son dispositivos hardware que prescinden de
una conexión a internet. Estos últimos pueden ser una unidad USB e incluso un trozo de
papel o lámina de metal que cuente con las claves pública y privada impresas en ellas.

La clave pública es la que habilita al usuario para recibir transacciones de criptoactivos,5


ella se traduce en una dirección formada por un un hilo de caracteres alfanuméricos que
tiene la siguiente estructura:

153ddqU4TUXFd6x9wFMSta7B4dX5N4d2SY (Bitcoin)6

0xd05b78a4D244aef0860C527FfD729E9df8Cb71E2 (Ethereum)7

Por su parte, la clave privada es la que habilita para probar la titularidad de los activos en la
blockchain y poder disponer de ellos. Esta clave equivale a una contraseña que debe ser de
exclusivo conocimiento del dueño del monedero, pues de ser revelada junto a la clave
pública cualquiera que tenga su combinación podrá disponer de los criptoactivos
almacenados a su arbitrio. Su estructura es un tanto más compleja:

L3Riu8K5tR7rYfdfQ8gha9dCjiMumPxJyysaHwfCZ7QBxsrNmFUF (Bitcoin)

dc1370396d33b2060f351713fb80169328b78d0c501fb06ae7dc5ff3dce6a1a9
(Ethereum)

A fin de facilitar su anotación y memorización, las wallet han incorporado sistemas de


código mnemotécnico para generar claves,8 esto reemplaza la línea de letras y números de
la clave privada por una sencilla serie de palabras aleatorias en inglés que cumplen su
misma función, he aquí un ejemplo:

weather only tower income toy primary control acoustic shed9

Para que una transacción en la blockchain esté completa, es necesario que esté firmada
digitalmente con ambas claves. Luego, las computadoras que sirven de nodos en la red
comprueban y autentifican las transacciones, restando el pago de una comisión por su labor.
Si una transacción no cumple con los parámetros indicados por el software y el protocolo
de consenso, es rechazada automáticamente por la cadena de bloques.

5
Cryptopedia, “What Are Public and Private Keys?”, 2022,
https://www.gemini.com/cryptopedia/public-private-keys-cryptography#section-what-is-public-key-cryptogra
phy consultada: 26 de febrero de 2023.
6
Ejemplo referencial generado con https://www.bitaddress.org
7
Ejemplos referencial generados con https://vanity-eth.tk/
8
Iniciado en base a la mejora BIP39 de Bitcoin.
9
Ejemplo referencial generado con
https://getcoinplate.com/bip39-seed-phrase-mnemonics-generator-offline-online-tool/

13
C. Los exchanges de criptomonedas

El avance en la negociación con los criptoactivos gestó la aparición de los exchanges o


casas de cambio de criptomonedas, empresas dedicadas exclusivamente a la negociación y
transacción de estos activos digitales.

Los exchanges son plataformas digitales “todo en uno” donde se ofrecen múltiples servicios
relativos al comercio de criptoactivos. Presentan opciones para adquirirlos a cambio de
dinero corriente y viceversa, plazas virtuales de cambio especulativo (trading) e incluso
operaciones tradicionalmente denominadas “bancarias” como custodia, préstamos, créditos
y depósitos de toda clase de “criptos”.

A la vez, su gentileza con el cliente ha sido el detonante de que en los años recientes estos
activos dejen de ser asunto de unos pocos inversionistas para convertirse en verdaderas
opciones de rentabilidad ofrecidas a un público masivo. Los usuarios no deben preocuparse
de elementos técnicos, encargándose las propias aplicaciones móviles o sus sitios web de
resolver tales detalles ofreciendo una amigable interfaz gráfica con portales de ayuda y
educación para cualquier usuario.

Estas plataformas no sólo se han convertido en la forma ad-hoc para la adquisición de


criptoactivos, sino también en una alternativa para inversores que buscan mayor libertad y
control para gestionar sus finanzas sin estar sujetos a las restricciones estatales.

Su desregulación no ha estado exenta de problemas. A lo largo de su desarrollo se registra


un historial de quiebras, estafas y “robo” de criptomonedas, dejando a los afectados en
absoluta indefensión y a los responsables en plena impunidad. Ante estos riesgos, diversos
Estados han declarado la prohibición de funcionamiento de los exchanges, lo que ha
forzado a sus empresas a crear filiales para incorporarse a la legalidad.

La ley Fintec ha entrado a regular las actividades propias de los exchanges de


criptomonedas, siendo estas la custodia e intermediación de instrumentos financieros,
entendiendo por aquellas:

Custodia de instrumentos financieros: mantener a nombre propio por cuenta de


terceros, o a nombre de éstos, instrumentos financieros, dinero o divisas que
provengan de los flujos o de la enajenación de instrumentos financieros mantenidos
en custodia, o que hayan sido entregados por éstos para la adquisición de
instrumentos financieros o para garantizar las operaciones con esos instrumentos

Intermediación de instrumentos financieros: servicio en virtud del cual se realizan


actividades de compra o venta de instrumentos financieros para terceros, mediante
cualquiera de las siguientes formas: adquiriendo o enajenando por cuenta propia

14
instrumentos financieros, con el ánimo anterior de vender o comprar esos mismos
instrumentos al tercero, o adquiriendo o vendiendo instrumentos financieros a
nombre de o para dicho tercero.10

La ley exige en su art. 5 a las empresas que decidan participar en estas actividades su
incorporación al Registro de Prestadores de Servicios Financieros administrado por la
Comisión para el Mercado Financiero (CMF).

Además, deberán cumplir con las demás obligaciones que les impone la normativa:

i. Publicidad en su sitio web respecto del tipo de actividad o servicio que se


encuentran autorizados a efectuar por parte de la CMF;

ii. La constitución de domicilio en el territorio de Chile para el caso de empresas


internacionales y;

iii. Todas las exigencias adicionales contenidas en la Norma de Carácter General N°


493 de la CMF que regula la inscripción en el registro de prestadores de servicios
financieros11.

10
Ley N° 21.521, 2023.
11
Comisión para el Mercado Financiero, 3 de febrero de 2023, Norma de Carácter General N°493.

15
2. EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL FENÓMENO

Antes de abordar el asunto de los criptoactivos en detalle, es necesario exponer ciertos


antecedentes históricos, políticos y legislativos de relevancia que han llevado a su creación
y masificación, esto porque entendiendo el móvil de su origen comenzamos a precisar las
dificultades que presentan para el derecho.

A. El movimiento cypherpunk

La idea de un dinero criptográfico, o la utilización de la criptografía para generar valor,


tiene su génesis en la década de 1990 gracias al cypherpunk.

Los cypherpunks o el movimiento cypherpunk (del inglés “cypher”, cifrado y “punk”,


rebelde) son grupos activistas de individuos, instituciones, tecnologías y acciones políticas
que, con un enfoque descentralizado, defienden y apoyan los sistemas de encriptación con
el fin de reformar las asimetrías sociales, políticas o económicas.12

La creación de esta acción política fue obra de los programadores e informáticos


estadounidenses Eric HUGHES y Timothy C. MAY a través de documentos como “A
Cypherpunk's Manifesto” y “The Crypto Anarchist Manifesto”, donde expresan sus
preocupaciones sobre las posibles intervenciones del Estado en las comunicaciones y
relaciones privadas de las personas con el avance de la tecnología, especialmente con
Internet.

Los manifiestos fueron la respuesta a las inquietudes que surgían desde aquel entonces
sobre la excesiva y silenciosa recopilación de datos por parte de los proveedores de
servicios web estatales o privados, efectuada contra de la voluntad de los usuarios o
simplemente en omisión de una declaración al respecto.

HUGHES advierte sobre la necesidad de métodos que aseguren la privacidad del individuo en
sus comunicaciones con la más mínima y necesaria entrega de información posible en
cualquier interacción. Para este autor, tal privacidad constituye la base de todos los
derechos civiles y el funcionamiento de lo que él llama open-society o “sociedad libre”.

Se propuso entonces a la criptografía como la única vía para alcanzar la protección total de
nuestros datos. Manifiesta HUGHES:

12
RAMIRO, André; DE QUEIROZ, Ruy, “Cypherpunk”, Internet Policy Review, 2022, Volumen 11 Nº 2, p.2.

16
La privacidad en una sociedad abierta (libre) requiere la criptografía. Si yo digo
algo, quiero que lo oigan sólo aquellos a los que iba dirigido lo que decía. Si el
contenido de mi discurso está al alcance de todo el mundo, no tengo privacidad.13

En la misma línea, el autor destaca la importancia del anonimato en el dinero. La moneda y


el billete no contienen más información que el Estado emisor y el valor que representan,
por lo que la omisión de cualquier otro dato sobre el portador garantiza un mayor grado de
libertad para actuar.

La idea se ilustra mejor sobre un ejemplo picaresco. En un kiosko donde se venden revistas
pornográficas, al vendedor no le interesa nada más en el negocio que recibir el precio,
mientras que al comprador sólo quiere recibir el producto, sin tener que dar mayores
explicaciones sobre su peculiar compra. Este contrato es facilitado por el anonimato del
dinero, pues difícilmente el comprador se atrevería a adquirir tal producto si tuviese que
entregar su nombre completo, domicilio u otros datos personales para poder adquirir la
revista.

Ello no es posible al día de hoy con la digitalización del dinero. Cada operación que se
realiza a través de medios digitales lleva acoplada una serie de datos adicionales que
cualquiera puede evidenciar dentro del sitio web de su banco. Se dirá que esto no es
efectivo en razón del secreto bancario, pero ello no es más que una simple protección legal
subordinada a lo que disponga la legislación de cada país. Más aún, su cuidado depende
siempre de la ciberseguridad de cada institución, donde una filtración o robo de datos es
prácticamente irreversible.

Entonces, ¿cómo se puede entregar la despersonalización que brinda el dinero corriente al


dinero virtual?. El ingeniero informático y programador de origen chino Wei DAI ofreció en
1998 una respuesta a la pregunta a través de “B-money”.

B-money, en las palabras del mismo DAI, consistió en un hipotético esquema para que un
grupo de seudónimos digitales no rastreables (participantes anónimos) se paguen entre sí
con “dinero” creado para el efecto sin ayuda externa a través de firmas digitales que dieran
constancia de cada transacción.14

En su modelo, la emisión de dinero se realizaría mediante la solución a un problema


computacional. Los movimientos serían contabilizados por una red de computadoras que
llevasen un registro actualizado y sincronizado de todo.

Pese a que no fue llevado a la práctica, se le considera como el mayor precedente en el


dinero criptográfico pues –a lo menos– sentó las bases de funcionamiento de lo que serían
las criptomonedas.

13
HUGHES, Eric, “A cypherpunk manifesto”, 1993, https://www.activism.net/cypherpunk/manifesto.html
consultada: 26 de febrero de 2023.
14
DAI, Wei, “bmoney.txt”, 1998, http://www.weidai.com/bmoney.txt consultada: 26 de febrero de 2023.

17
B. Bitcoin, la primera criptomoneda

La concreción y refinamiento de las ideas de Wei DAI vería la luz en 2008 con la creación
de Bitcoin, la primera criptomoneda propiamente tal. El proyecto fue presentado vía e-mail
por un anónimo bajo el seudónimo de “Satoshi NAKAMOTO” con el documento Bitcoin: A
Peer-to-Peer Electronic Cash System15 junto al subsiguiente desarrollo y distribución de
BitcoinCore, el software para ordenadores personales en 2009.

En el whitepaper de Bitcoin, NAKAMOTO presenta una versión puramente electrónica de


efectivo, que soluciona los inconvenientes que propuestas anteriores de dinero digital
descentralizado habían tenido para operar, específicamente el problema del doble pago16, a
través de una red de ordenadores peer-to-peer17 que administran una base de datos
protegida por criptografía, la denominada blockchain.

La definición del precio o valor de Bitcoin se produjo de manera espontánea. En principio


se propuso la lógica idea de que su valor estuviese emparejado directamente por los los
costos de producción en equipamiento y electricidad necesarias para su emisión, pero fue la
propia acción de la ley de oferta y demanda la que desvirtuó tal equivalencia.

Tempranamente aparecieron los negocios sobre este dinero digital por dinero corriente,
datando la primera operación en Octubre de 2009 donde se transaron 5.050 bitcoins a
cambio de 5 dólares americanos a través de la plataforma PayPal, resultando en un precio
de mercado equivalente a 1.010 unidades por dólar americano. También se incluye como
uno de los hitos de su adopción al evento de “Bitcoin Pizza Day” donde el 22 de mayo en
2010 se efectuó la primera compra con Bitcoin, pagándose un total de 10.000 unidades por
un par de pizzas de la cadena Papa John’s.18

Con el paso de los años, Bitcoin se ha mantenido como la criptomoneda dominante y su


valor es referencial del resto de todos los demás criptoactivos que no se encuentren
sustentados en otro valor,19 generando una suerte de “patrón Bitcoin”.

Pero no todo ha sido grito y plata en el desarrollo de este dinero virtual. A lo largo de su
década en funcionamiento ha sido fuertemente criticado por eminencias en el área de la
economía. El premio nobel Paul KRUGMAN opina que los criptoactivos han sido objeto de

15
NAKAMOTO, Satoshi, “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System”, 2008,
https://satoshi.nakamotoinstitute.org/emails/cryptography/1/ consultada: 26 de febrero de 2023.
16
Con doble pago o doble gasto NAKAMOTO se refiere a la posibilidad de que un mismo activo digital sea
duplicado o utilizado para dos pagos simultáneos.
17
Una red peer-to-peer (o P2P) es un modelo de comunicación en el que cada dispositivo informático de la
red puede funcionar como servidor o como cliente. Esta conexión directa permite que cada dispositivo
comparta archivos sin requerir la ayuda de un servidor central.
18
Bit2Me Academy, “Historia de los exchanges y trading Bitcoin”, 2016,
https://academy.bit2me.com/historia-exchanges-trading-bitcoin/ consultada: 26 de febrero de 2023.
19
Decrypt, “Why do Altcoins Usually Follow Bitcoin?”, 2022,
https://decrypt.co/42834/why-do-altcoins-usually-follow-bitcoin consultada: 26 de febrero de 2023.

18
un marketing que se las arregla tanto para parecer futurista como para apelar a los viejos
temores de que el gobierno devalúe los ahorros a través de la inflación, y que a pesar de que
se han convertido en un activo popular, “nadie puede explicar claramente para qué fin
legítimo sirve”.20 Joseph STIGLITZ, también galardonado con el nobel, afirma que las
criptomonedas deberían desaparecer, pues incentivan las actividades ilícitas al hacer menos
transparentes las transacciones monetarias.21

En efecto, esta reserva de valor capaz de desplazarse internacionalmente de manera


anónima ha sido un facilitador del lavado de activos, el financiamiento ilícito, pagos para la
obtención de material ilegal como drogas, armas o pornografía infantil dentro de la
dark-web y como parte elemental para la coerción del software malicioso ransomware para
el secuestro de bases de datos de información empresarial con una liberación condicionada
al pago de criptomonedas.22

Por estas circunstancias, estos activos al día de hoy se encuentran bajo un proceso de
regularización por parte de los países de todo el globo con propuestas diversas para abordar
el asunto.

C. Recepción en la legalidad nacional

Dentro de la última década, esta tecnología ha dado sus primeros encuentros con nuestra
legalidad e institucionalidad. Previo a la dictación de la ley 21.521 la legislación no lograba
captar el fenómeno satisfactoriamente, siendo los entes administrativos y los tribunales
quienes debieron delimitar la extensión de los criptoactivos en nuestro entorno.

En 2016 la administración se pronuncia por primera vez sobre el tema a través de la


Superintendencia de Seguros y Valores (hoy Comisión para el Mercado Financiero) ante la
consulta de si corresponde ser reguladas por la Superintendencia las empresas dedicadas a
desarrollar la actividad de compraventa o celebración de otros actos jurídicos en relación a
Bitcoin. A ello contesta la entidad que no es de su competencia la fiscalización ni
regulación de tal “moneda digital” pues no constituyen valores en los términos descritos
por el artículo 3 de la Ley N°18.045 de Mercado de Valores sino que a un medio de pago
convencionalmente aceptado.23

20
KRUGMAN, Paul “How Crypto Became the New Subprime”, 2022,
https://www.nytimes.com/2022/01/27/opinion/cryptocurrency-subprime-vulnerable.html consultada: 26 de
febrero de 2023.
21
DAVIS, Andrew, “Joseph Stiglitz: ‘We should shut down the cryptocurrencies’”, 2019
https://www.cnbc.com/2019/05/02/joseph-stiglitz-we-should-shutdown-the-cryptocurrencies.html consultada:
26 de febrero de 2023.
22
PAESANO, Federico, “Cryptocurrencies and money laundering investigations”, 2021,
https://learn.baselgovernance.org/course/view.php?id=23, consultada: 26 de febrero de 2023.
23
Superintendencia de Valores y Seguros, 19 de agosto de 2016, Oficio Ordinario Nº 20.088.

19
En 2018 el Servicio de Impuestos Internos (SII), responde a la consulta de una empresa
sobre la tributación que pudiese afectar a las rentas obtenidas en la compra y venta de
criptomonedas. El servicio precisa que Bitcoin es “un activo digital o virtual, soportado en
un registro digital único denominado blockchain, desregulado, desintermediado y no
controlado por un emisor central, cuyo precio está determinado por la oferta y la
demanda”,24 agregando que ni Bitcoin, ni ningún otro activo digital llamado criptomoneda,
es considerado en Chile como monedas de curso legal o como monedas extranjeras o
divisas.

Resuelve sobre el particular que efectivamente las ganancias obtenidas con su compra y
venta, al generar un incremento patrimonial, quedan gravadas con el impuesto a la renta,
pero que al tratarse de bienes incorporales estos no quedan sujetos al pago del impuesto al
valor agregado.

Se da en el mismo año la primera judicialización sobre el asunto ante la Corte Suprema en


el contexto de la apelación de un recurso de protección. En la causa, la recurrente sostuvo la
vulneración de sus garantías constitucionales por parte de la institución bancaria al cerrar
las cuentas corrientes de la apelante y negarse a continuar operando con ella al haber ésta
utilizado sus servicios para percibir las ganancias en el giro de compra y venta de
criptomonedas, así como también generar una liquidez suficiente para el funcionamiento
del negocio.

El tribunal desecha el recurso, confirmando la decisión de primera instancia, descartando


cualquier actuar arbitrario que vulnere derechos fundamentales en razón de que los
exchanges realizan una actividad que no se encuentra regulada, donde la titularidad y
origen de los recursos que administran son de carácter anónimo respecto del banco,
situación que le hace imposible cumplir con su deber de información ante Unidad de
Análisis Financiero sobre operaciones sospechosas que adviertan en el ejercicio de sus
actividades.25

En 2019 el Banco Central de Chile (BCCh) emite un informe a solicitud del Tribunal de
Defensa de la Libre Competencia en la causa Rol C N° 349-18. Se precisa en el documento
que el BCCh no tiene competencias legales para fiscalizar a los intermediarios de las
denominadas "criptomonedas" y que en rigor son una clase de activos virtuales, resultando
más apropiado referirse a ellos como “criptoactivos” y que ellos no constituyen moneda,
billete ni divisa extranjera. Concluye que no existen antecedentes que permitan estimar si
un eventual mayor uso de criptoactivos podría llegar a sustituir el uso de medios de pago
electrónicos, el del dinero en efectivo y cheques, o ambos.26

24
Servicio de Impuestos Internos, 14 de mayo de 2018, Oficio N°963.
25
Corte Suprema, 24 de julio de 2018, Rol Nº 1685-2018.
26
Banco Central, 6 de febrero de 2019, Oficio Ordinario N° 219.

20
En 2021 se presentan dos proyectos de ley para entregar regulación a las criptomonedas: El
primero corresponde al boletín N° 14.570-05 de la Ley Fintec,27 el segundo, del boletín N°
14.708-03, pretende reconocer y regular el uso de Bitcoin en el territorio nacional,
admitiéndolo como válido en cualquier transacción y a cualquier título que las personas
naturales o jurídicas privadas requieran realizar, siguiendo el esquema presentado por El
Salvador en su adopción.28

En 2023 se publica definitivamente la Ley 21.521, siendo el primer cuerpo legal en nuestro
país que incluye a los criptoactivos.

27
Cámara de Diputadas y Diputados, 3 de septiembre de 2021, Boletín N° 14.570-05.
28
Cámara de Diputadas y Diputados, 8 de noviembre de 2021, Boletín N° 14.708-03.

21
3. APROXIMACIÓN A UN CONCEPTO UNITARIO

Precisar un concepto útil de criptoactivos que englobe a todas sus variantes en circulación
no es una tarea sencilla. El problema radica en que tanto en inglés –idioma natal de la
tecnología– como en español, encontramos una serie de conceptos económicos como
dinero, moneda, divisa y activos que a menudo se utilizan como sinónimos pero que
jurídicamente pueden marcar una relevante diferencia.

Asimismo, la multiplicidad de conceptos técnicos o propios del mundo de los criptoactivos


tienden a ser confundidos incluso por sus propios usuarios,29 dificultando la adopción del
ciudadano medio y la regulación por parte del legislador.

A. Dinero

Desde la perspectiva económica, el dinero es el medio de cambio o de pago aceptado


generalizadamente. Es un objeto de confianza que todos los habitantes de una sociedad
aceptan como una forma de riqueza capaz de ser almacenada y que sirve para facilitar las
transacciones entre las personas.30

El dinero, a lo largo de su historia, se ha materializado en distintas clases de soportes para


cumplir con su cometido. Desde las conchitas de caracoles cauris hasta la estandarización
de la moneda estatal, este ha evolucionado en el tiempo según las diferentes necesidades
que ha tenido el ser humano.

B. Dinero digital

Con la creación de la primera banca virtual en la década de los años 90,31 el comercio inició
una transición hacia la contabilidad y representación de valor a través de medios digitales
que operan gracias a la comunicación por internet. El resultado ha sido una sofisticación de
las técnicas dinerarias preexistentes, habilitando la aparición de lo que se ha denominado
como “dinero digital”.

29
La masividad del concepto “criptomoneda” para la designación de toda la tecnología y variantes es ejemplo
de ello.
30
JIMÉNEZ, Felix, Elementos de teoría y políticas macroeconómicas para una economía abierta, Fondo
Editorial - Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2012, T.I, p. 191-192.
31
BENTZ, Alyssa, “First in Online Banking”, 2019,
https://www.wellsfargohistory.com/first-in-online-banking/ consultada: 26 de febrero de 2023.

22
Dinero digital (digital currency) es el nombre genérico que ha recibido cualquier intangible
que se utilice como medio de pago –valga la redundancia– digital.

La literatura especializada identifica diversas formas estandarizadas que este puede adoptar.
Se habla de dinero electrónico (electric money o e-money) para referirse a toda
representación digital de dinero fiduciario (fiat) o moneda legalmente emitido por una
autoridad central en cada país; Con moneda virtual (virtual currency), a intangibles no
regulados que sirven como medio de pago en internet, sin denominación propia ni
correspondencia en el mundo físico y; Los criptoactivos y/o criptomonedas
(cryptocurrency) como las más recientes formas de dinero digital.32

Tal clasificación deja fuera a otras representaciones de valor digital de uso extendido. Para
superar aquello, resulta conveniente atenerse a las pautas entregadas por el Banco de Pagos
Internacionales (BIS) que ha elaborado la “Flor del dinero: Una taxonomía del dinero”33.

El BIS presenta con ello un esquema de ejes o conjuntos donde se puede insertar el dinero
según sus características clave, siendo estas: Emisión (de un banco central o un privado);
Soporte (electrónico o físico); Accesibilidad (universal o restringida) y; Mecanismo de
transferencia peer-to-peer.
Figura 1: Taxonomía del Dinero

Fuente: Elaboración propia basado en el esquema original del Banco de Pagos Internacionales.

32
BARROILHET, Agustín, “Criptomonedas, economía y derecho”, Revista Chilena de Derecho y Tecnología,
2019, Volumen 8 N° 1, p. 31-33.
33
Banco de Pagos Internacionales , “International banking and financial market”, BIS Quarterly Review,
2017, p. 60.

23
El gráfico muestra diversos ejemplos de dinero y los cuadrantes en los que se logra ubicar.

Comenzando del centro hacia afuera, encontramos el Yen Digital, un proyecto de


criptomoneda impulsado por el Banco de Japón respaldado en el yen. Este cumple con
todas las características del recuadro al ser emitido por un banco central, ser electrónico,
transferible mediante relaciones peer-to-peer y poder ser adquirido por cualquiera que lo
desee; Bitcoin sólo prescinde de la emisión de un banco central, es de creación privada; El
Yuan Digital es una moneda electrónica que opera sin blockchain (no es una criptomoneda)
a través de una aplicación para dispositivos móviles ofrecida y limitada a los parámetros del
Banco Popular de China; Las monedas premium de videojuegos son también digitales, pero
tienen un uso aún más restringido, limitado su uso exclusivo dentro del mismo videojuego
que las “emite”.

Como se puede apreciar, no sólo basta la virtualidad o digitalización para que estemos
frente a un criptoactivo o criptomoneda. Es más, entre los mismos criptoactivos las
cualidades no son compartidas del todo.

Por ello es que la clasificación del dinero digital no puede quedar al arbitrio de
nomenclaturas antojadizas como “dinero electrónico” o “moneda virtual”, siendo más
sensato y preciso para el caso de los criptoactivos dar por sentada su digitalidad para luego
abordar su tratamiento particular según su función o finalidad específica.

C. Moneda y divisa

El impulsivo desarrollo de esta tecnología generalizó la masificación antojadiza de palabras


compuestas como “criptomoneda” o “criptodivisa”. Respecto al prefijo de “cripto” no hay
dudas en que se hace referencia a la criptografía, pero en cuanto al uso de las palabras
“moneda” y “divisa” todo indicaría no ser la nomenclatura adecuada.

En efecto, la voz “moneda” sólo es aplicable si es tomada en un sentido amplio, como


sinónimo de dinero. En su sentido estricto no sólo es un disco metálico:34 Como señala Luis
MARTÍN JIMÉNEZ,35 la moneda es el cruce del poder político con técnicas como la metalurgia
y la grafía que indican el signo de su legalidad y el poder que lo legitima.

La moneda es el instrumento basal que da forma a toda la política económica de un país


determinado. Su valor en el escenario internacional depende necesariamente de la
paternidad de una nación. Esto supone una interdependencia donde sin moneda no hay
Estado y sin Estado no hay moneda.

34
Así como también el plástico o papel billete.
35
MARTÍN, Luis, “Filosofía de la moneda”, El Basilisco, 2017, Nº 49, p. 57-68.

24
La expresión “divisa” responde a todo billete o moneda de países extranjeros. Bitcoin y sus
sucesores no son emitidos ni respaldados por ningún gobierno, tampoco cuentan con una
estructura física que le asigne, a lo menos, un valor en metal. Constituyen la máxima
expresión de lo fiduciario donde su precio está determinado exclusivamente por su
demanda. En resumidas cuentas, las denominadas “criptomonedas” no podrían ser
monedas ni divisas al no contar con un reconocimiento legal por parte de un banco central.

D. Activos digitales

Para prescindir de conceptos como dinero, moneda o divisa, las instituciones autorizadas y
los proyectos de regulación han optado por denominaciones como "criptoactivo", "activo
virtual", “activo digital” y similares.

Activo digital o virtual, de acuerdo al European Law Institute,36 es cualquier registro o


representación de valor que cumpla con los siguientes criterios:

i. Que sea apto para ser almacenado, exhibido y administrado exclusivamente por
medios electrónicos, a través de una plataforma o base de datos virtual, inclusive
cuando se trate de un registro o representación de un activo del mundo real;

ii. Que sea negociable, con independencia de que el propio activo digital se posea
directamente a nombre propio o a cuenta de un tercero intermediario;

iii. Que sea susceptible de ser objeto de un derecho de uso, goce y disposición,
independientemente de que tales derechos estén legalmente caracterizados como
propiedad, obligación u otra naturaleza;

iv. Que sea transferibilidad de una persona a otra mediante una disposición voluntaria
(no forzosa).

No es un requisito esencial para los activos virtuales o digitales que su protección contra la
replicación, transmisión y/o uso indebidos dependa de la criptografía.

36
European Law Institute, “ELI Principles on the Use of Digital Assets as Security”, s.f.
https://www.europeanlawinstitute.eu/projects-publications/completed-projects/use-of-digital-assets-as-securit
y/ consultada: 26 de febrero de 2023.

25
E. Criptoactivos en la Ley 21.521

La ley 21.521 define a los criptoactivos en su artículo 3 en los siguientes términos:

Se entenderá por activos financieros virtuales o criptoactivos: representación


digital de unidades de valor, bienes o servicios, con excepción de dinero, ya sea en
moneda nacional o divisas, que pueden ser transferidos, almacenados o
intercambiados digitalmente.

El término no resulta satisfactorio del todo y merece ciertas críticas. De partida, el


legislador ha hecho sinónimas las expresiones activos virtuales y criptoactivos. La
experiencia internacional muestra que esto es una imprecisión, pues los primeros
corresponden al género, mientras que el segundo a la especie, toda vez que los criptoactivos
son una manifestación de activos digitales que utilizan la criptografia.

Ejemplo de esta división terminológica es la entregada por Servicio de Impuestos Internos


de Estados Unidos (IRS) donde se prevé la posibilidad de un registro análogo a la
blockchain que no utilice la criptografía. Señala la institución:

Los activos digitales se definen en términos generales como cualquier


representación digital de valor que se registra en un libro mayor distribuido
criptográficamente seguro o en cualquier tecnología similar especificada por el
Servicio37.

Luego, para la IRS son ejemplos de activos virtuales las criptomonedas (cryptocurrencies),
las stablecoins (criptomonedas estables) y los tokens no fungibles (TNF o NFT por sus
siglas en inglés), incluyendo cualquier otra categoría determinada por el servicio.

Distinción similar hace su homólogo nacional, el SII, quien señala en su sitio web que:

Las criptomonedas, en términos muy generales, son activos digitales o virtuales,


soportados en un registro digital único denominado blockchain, desreguladas,
desintermediadas y no controladas por un emisor central, cuyo precio está
determinado por la oferta y la demanda.38

37
Internal Revenue Service, “Digital assets”, s.f.
https://www.irs.gov/businesses/small-businesses-self-employed/digital-assets, consultada: 26 de febrero de
2023.
38
Servicio de Impuestos Internos, “¿Qué son las criptomonedas?”, 2022,
https://www.sii.cl/preguntas_frecuentes/criptomonedas/001_250_7821.htm, consultada 26 de febrero de
2023

26
La Ley Fintec no hace mención expresa sobre sus subcategorías, mientras que en la
legislación comparada circula el reconocimiento expreso de ciertas clases de criptoactivos
bajo la nomenclatura de “token”, extranjerismo de la palabra ficha.

La fórmula “cripto-token”, “token digital” o simplemente “token” es utilizada en diversos


sentidos:

i. Como todo criptoactivo que opera sobre una blockchain preexistente desarrollada
por terceros;39

ii. Como toda representación digital de valor o derechos (lo que equivale al concepto
general de activos virtuales) o cada una de sus unidades en particular;

iii. Como una especie de criptoactivos cuya utilidad es la representación digital de


derechos distintos al dinero.

Esta última acepción es la que ha recogido extensamente la legalidad extranjera, como en


los cuerpos normativos sobre activos virtuales de Ucrania y del Emirato de Dubai,40 en las
comunicaciones y oficios de servicios fiscales como la IRS, la Comisión de Bolsa y Valores
(SEC) de Estados Unidos, la Oficina Australiana de Impuestos (ATO),41 entre otros.

En rigor, la ley contempla dos tipos de criptoactivos de manera implícita: Los activos
digitales equivalentes a dinero o stablecoins y los activos financieros virtuales como
designación genérica para todos los demás que no representan dinero o divisas.

El reconocimiento de las stablecoins emana de la exclusión en el concepto legal de


criptoactivo de las representaciones digitales de dinero, para luego incorporarlos al catálogo
de órdenes de pago y divisas según su art. 31, que modifica la Ley 18.840 Orgánica
Constitucional del Banco Central de Chile en sus artículos 35 y 39:

Las órdenes de pago (...) comprenden a las recaídas en representaciones digitales,


electrónicas o informáticas, registradas mediante sistemas que utilicen tecnologías
de registros distribuidos u otras análogas, de unidades cuyo valor sea directamente
determinable y respaldado en función de dinero, ya sea que se trate de moneda
nacional o extranjera, o bien, de documentos en que consten obligaciones
pagaderas en cualquiera de esas monedas, y sujeto a que tales representaciones y

39
Binance, “Token”, s. f. https://academy.binance.com/en/glossary/token, consultada 26 de febrero de 2023
40
Define la ley activos virtuales del Emirato de Dubai como “Tokens virtuales: Representación digital de un
conjunto de derechos que pueden ofrecerse y negociarse digitalmente a través de una Plataforma de Activos
Virtuales”. Ley N° 4, 2022 (Dubai).
41
Explica la ATO en su sitio web que “Los criptoactivos son una representación digital de valor que se puede
transferir, almacenar o negociar electrónicamente (...) incluyen los tokens no fungibles”. Australian Taxation
Office, “What are crypto assets?”, 2022,
https://www.ato.gov.au/individuals/Investments-and-assets/crypto-asset-investments/what-are-crypto-assets-/
consultada 26 de febrero de 2023.

27
sistemas cumplan con los estándares y condiciones mínimas en materias de
seguridad, fiabilidad, aceptabilidad, uso, masividad, entre otras, que el Banco
Central de Chile establezca por norma general.

Y;

El concepto de moneda extranjera o divisa comprende las representaciones


digitales, electrónicas o informáticas, registradas mediante sistemas que utilicen
tecnologías de registros distribuidos u otras análogas, de unidades cuyo valor sea
directamente determinable y respaldado en función de una cierta moneda
extranjera, uno o más documentos en que consten obligaciones pagaderas en
moneda extranjera, o una canasta de monedas extranjeras, y sujeto a que tales
representaciones y sistemas cumplan con los estándares y condiciones mínimas en
materias de seguridad, fiabilidad, aceptabilidad, uso, masividad, entre otras, que el
Banco (Central) establezca por norma general.

En consecuencia, las stablecoins quedan bajo la subordinación de las facultades de


regulación del sistema financiero y del mercado de capitales del Banco Central, que se debe
hacer efectiva mediante una norma de carácter general dirigida especialmente a sus
emisores con requisitos prudenciales como su reserva de liquidez, capital y encaje.

Cualquier otra representación digital de unidades de valor, bienes o servicios corresponderá


a lo que la ley designa escuetamente como “criptoactivo” o “activo financiero digital”.

Estos últimos, son considerados instrumentos financieros para todos los efectos legales de
acuerdo a su lista de definiciones:

Instrumento financiero: todo título, contrato, documento o bien incorporal,


diseñado, empleado o estructurado con la finalidad de generar rentas monetarias,
o representar una deuda insoluta o un activo financiero virtual. Se considerarán
instrumentos financieros para los efectos de esta ley los valores no inscritos en el
Registro de Valores y de Valores Extranjeros de la ley N° 18.045, contratos
derivados, contratos por diferencia, facturas, entre otros, independiente de si su
soporte es físico o electrónico. No serán considerados instrumentos financieros
para los efectos de esta ley, los valores de oferta pública; ni el dinero o divisas,
independiente de si su soporte es físico o digital.

De acuerdo al mandato de su art. 1 y 2, los criptoactivos quedan bajo la fiscalización de la


CMF, quien dispone de todas las facultades que le confiere el Decreto Ley N° 3.538 para el
debido cumplimiento de las disposiciones de los servicios regulados en ella,
específicamente la dictación de cualquier otra normativa para la regulación del mercado
financiero.

En su labor, la comisión deberá observar los principios de proporcionalidad basada en


riesgos, modularidad en los servicios prestados y neutralidad tecnológica. Asimismo, la

28
CMF y los sujetos que intervengan en los servicios regulados por la Ley Fintec están
obligados a velar por la preservación de la integridad y estabilidad financiera junto a la
prevención del lavado de activos, el financiamiento del narcotráfico y del terrorismo, los
cuales deberán ser observados por todos los sujetos obligados por ella.

No es menor la nula mención en el concepto de criptoactivo a la tecnología blockchain o


cualquier otra potencial clase de registros distribuidos que utilicen la criptografía para
funcionar. Lo “cripto” en el término legal queda relegado a no más que una vaga mención
de la historia del desarrollo de estos activos y no al sentido claro y literal del prefijo. Como
consecuencia, se puede estar frente a un concepto sumamente amplio. ¿Incluye acaso este
concepto a toda representación digital de un bien? ¿Qué diferencia archivos de imágenes
JPG o documentos PDF de un activo virtual?

De la literalidad se desprende que aquello que realmente les individualiza es la aptitud de


ser “transferidos, almacenados o intercambiados digitalmente”. Ello permite que otras
clases de activos digitales que no dependan de la criptografía queden bajo el imperio de la
Ley Fintec, en cuyo caso no se explica el hacer sinónimos “activo digital” y “criptoactivo”.

En cualquier caso, reposa en manos de la Comisión la última palabra sobre la terminología


de los criptoactivos, su contenido y sus categorías en virtud de sus facultades normativas.

29
4. CLASIFICACIÓN DE LOS CRIPTOACTIVOS

Sobre las categorías de criptoactivos no existe una voz autorizada en particular. Su


clasificación es una elaboración hecha a partir de lo dicho por sus mismos protagonistas,
los usuarios y las empresas que comercian con ellos. Estos agentes han realizado una
extensa labor documental y educativa dirigida al público general en búsqueda de su
promoción y adopción.

Al ser el fenómeno de los criptoactivos una reacción al poder financiero, los “doctrinarios”
del tema han sido precisamente personas ajenas al derecho o reacias a la ley, buscando
siempre que todo quede entre privados, de espaldas a una legalidad que pudiese estropear
esta lucrativa fiesta.

Paradójicamente, la búsqueda de nuevos inversionistas le ha significado a estos grupos un


arma de doble filo donde los aportes en documentación y estudio han sido de vital utilidad
para los gobiernos en la comprensión de la tecnología y la manera de abordarlo en la
legislación.

Pese a que instituciones como la IRS o la ATO reconocen categorías de uso común en el
entorno de los fanáticos de las criptomonedas, la reciente experiencia en el derecho
comparado permite intuir que a medida que continúen los procesos regulatorios de los
criptoactivos, las entidades fiscalizadoras comenzarán a entregar sus propias clasificaciones
y definiciones para cumplir con las obligaciones que les impone la ley.

Hecha tal prevención, se expone a continuación las categorías más extendidas de


criptoactivos:

a. Criptomoneda, Criptodivisa o Cryptocurrency: Corresponde a todas y cada una


de los criptoactivos descentralizados cuya función consiste en emular al dinero
corriente, siendo utilizados como medio de pago o reserva de valor. No representan
ningún derecho más que su titularidad, y su precio está determinado por la oferta y
demanda. Ejemplos de ellas son Bitcoin, Ethereum, Monero, Dogecoin, entre
muchas otras. Suponen la visión inicial de la tecnología.

b. Tokens estables o Stablecoin: Corresponde a toda clase de criptoactivos


centralizados cuya función consiste en mantener una valoración o precio estable
para facilitar las operaciones de cambio de criptomonedas. Para lograr la
estabilidad, respaldan su valor en dinero físico o materias primas.

30
Ejemplos de ellas son Tether, respaldado por letras del Tesoro de Estados Unidos;42
Binance USD con las reservas bancarias en dólares de la empresa Binance;43 El
Petro, valorizada sobre el barril de petróleo de la cesta de crudo venezolano44 o Pax
Gold soportada en las reservas de oro de la compañía PAXOS en paridad 1 a 1 con
la onza troy del metal precioso.

c. Tokens valores o Security token: Son un tipo de token similares a los securities
tradicionales del mercado estadounidense.45 Consisten en representaciones
electrónicas en la red blockchain de derechos exigibles en el mundo físico (fuera del
ciberespacio), principalmente valores mobiliarios como acciones o bonos de
empresas y sociedades.46

d. Tokens de utilidad o Utility token: Son tokens fungibles y centralizadas cuya


posesión entrega un beneficio puramente digital que sólo puede ser exigido y
ejecutado dentro del ciberespacio, ya sea en una aplicación para dispositivos
inteligentes o ecosistemas más complejos como un “metaverso”.47

Ejemplos de tokens de utilidad son Filecoin o Sia, que conceden a sus titulares
derechos de almacenamiento digital en ordenadores remotos; “Golem”, destinado al
alquiler de potencia computacional; MANA, el token utilizado dentro del metaverso
Decentraland o; Binance Coin, que le entrega a sus tenedores una serie de
beneficios dentro de la plataforma Binance, como descuentos en las operaciones de
trading, regalos de nuevas criptomonedas (denominados en la comunidad como
“airdrops”), entre otras promociones.

e. Tokens de gobernanza o Governance Token: Son una especie de tokens de


utilidad cuya función consiste en otorgar derechos de voto en la toma de decisiones
y cambios dentro de un proyecto o ecosistema digital, principalmente en
“organizaciones descentralizadas autónomas” (DAO), siguiendo el pŕincipio de “un
token un voto”.48

42
Tether Limited, “Tether Slashes Commercial Paper to Zero”, 2022,
https://tether.to/en/tether-slashes-commercial-paper-to-zero/ consultada: 23 de Febrero de 2023.
43
Binance, “What is Busd”, 2021, https://academy.binance.com/en/articles/what-is-busd, consultada: 23 de
Febrero de 2023.
44
Banco Central de Venezuela, “Petro: Hacia la revolución digital económica”, 2018,
https://www.bcv.org.ve/billetes-y-monedas/criptomonedas/actos-administrativos/whitepaper-del-petro,
consultada: 23 de Febrero de 2023.
45
RODRÍGUEZ, Ruben (7 de octubre de 2022). “What are Security Tokens?”, 2022.
https://vicox.legal/en/security-tokens-blog/ consultada; 23 de Febrero de 2023.
46
Binance, “Guía para Principiantes sobre Security Tokens”, 2020,
https://academy.binance.com/es/articles/a-beginners-guide-to-security-tokens, onsultada 23 de Febrero de
2023.
47
RODRÍGUEZ, Ruben, “Utility Tokens - Everything you need to know”,
2022,https://vicox.legal/en/utility-tokens-todo-lo-que-tienes-que-saber/ consultada: 23 de Febrero de 2023.
48
Coinmarketcap, “Governance Token”, s.f.
https://coinmarketcap.com/alexandria/glossary/governance-token, consultada 23 de Febrero de 2023.

31
f. Tokens no fungibles, TNF o NFT: Son especies de tokens con códigos de
identificación y metadatos únicos que las distinguen unas de otras haciendo
imposible que puedan ser sustituidos por otros en su negociación, de ahí su
designación de “no fungible”.

Estos tokens contienen un número de serie enlazado a coleccionables digitales o


físicos de todo tipo, como imagen, audio, video, texto, etc. entregando a su poseedor
una suerte de titularidad sobre aquellos u otros derechos conferidos por su emisor a
sus poseedores.

Figura 2: Esquema General de los Criptoactivos

Fuente: Elaboración propia.

32
CAPÍTULO II. NATURALEZA JURÍDICA DE LOS
CRIPTOACTIVOS

1. DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA Y OBJETO DE ESTUDIO

Para lograr incorporar los criptoactivos al derecho es menester precisar su naturaleza


jurídica.

La ley 21.521 se ha limitado a no más que la definición de su concepto. Esto no permite dar
una seguridad necesaria a quienes deseen comenzar con la negociación sobre ellos, en parte
por la laxitud entregada por la ley y por otra parte el desconocimiento natural que genera
una tecnología novedosa.

La oleada o gran proceso regulatorio en el que se encuentra el desarrollo de los


criptoactivos al día de hoy se ha limitado a crear marcos generales con definiciones amplias
previniendo la evolución de su tecnología soportante y la Ley Fintec no ha sido excepción a
ello.

Resulta entonces una compleja labor el incorporar esta tecnología a la legalidad cuando su
propósito inicial ha sido, precisamente, crear un comercio de espaldas al mercado regulado.

La sistematización, clasificación y precisión queda en consecuencia entregada a la doctrina


y jurisprudencia. Aparece entonces la oportunidad para estudiar y determinar su naturaleza
jurídica, vale decir, la pesquisa de encuadrarlos dentro de una normativa o régimen jurídico
previo lo suficientemente útil o bien, asumir que poseen una serie de rasgos y
características únicas y complejas que hagan concluir que corresponden a una categoría
singular y única en su especie.

Las elaboraciones doctrinarias que han buscado dar respuesta a esta inquietud se limitaban
exclusivamente a Bitcoin. A la fecha, con la aparición de nuevas formas de criptoactivos y
existiendo legislación al respecto, es posible efectuar un análisis particular más extenso.

Entonces, ¿Qué es jurídicamente un criptoactivo?. A tal pregunta se responderá mediante


un método jurídico-descriptivo de las dos alternativas mayoritarias en la ley y doctrina
nacional e internacional: Dinero y títulos valores, donde se expresarán cuales son las
características que le peculiarizan. Esta labor se materializa a través de un proceso de
encuadre o “test ácido” donde se exponen las características de una clase de bien para luego
expresar las dificultades o facilidades que presentan los criptoactivos para ser incluídos en
las categorías en análisis.

33
El objeto de estudio se limitará exclusivamente a los criptoactivos en sentido estricto. Ya se
ha hecho mención del error en que ha incurrido la Ley Fintec al establecer como
equivalente la expresión activo virtual con criptoactivo, toda vez que la primera
corresponde a un género más amplio e indefinido, mientras que la segunda hace referencia
exclusivamente a aquellos que se ejecutan gracias a la criptografía a través de la tecnología
blockchain.

Son estos últimos los activos que interesa analizar al haber logrado estos un uso extendido
que ha captado el interés de análisis dentro de la economía y el derecho. Inclusive, cabe
restringir aún más el objeto a estudiar sólo a aquellos criptoactivos que gozan de una
aceptación generalizada y cuyos volúmenes de operaciones sean de una relevancia que
justifique su examen en consideración a la facilidad que se tiene al día de hoy para que
cualquiera pueda crear su propio tiraje de criptomonedas o tokens.

34
2. CRIPTOACTIVOS COMO BIENES

Es necesario dar por establecido que los criptoactivos corresponden jurídicamente a nuevas
categorías de bienes.

Se trata, en primer lugar, de cosas incorporales, pero no consisten en “meros derechos”


como califica el Código Civil en su artículo 565.

A pesar de que el Código Civil ocupa los conceptos de “cosa” y “bien” como sinónimos,
buena parte de la doctrina entiende que entre las cosas y los bienes existe una relación de
género a especie. De esta manera, los bienes son aquellas cosas que, prestando una utilidad
para el ser humano, son susceptibles de apropiación.

La utilidad de los criptoactivos, o su aptitud para satisfacer una necesidad o interés


cualquiera para el individuo, se explica por su propio uso. El requisito de apropiabilidad, o
susceptibilidad de sumisión jurídica, no resulta admisible del todo y exige cierta precisión.

Efectivamente, el señorío que puede ejercer el individuo sobre los criptoactivos está
siempre supeditado al secreto y control de las llaves criptográficas pública y privada, por lo
que en caso de revelarse ambas al público se pierde el control de los activos. Las relaciones
con criptoactivos no se basan más que en asumir que “yo tengo estos activos porque tengo
conocimiento reservado de las claves” y esto es consenso general entre todos los usuarios:
Quien revela sus claves pierde, sin reclamo alguno. Justamente, el mayor problema al que
se han enfrentado los Estados para regular el asunto ha sido toparse de frente con un
sistema de intangibles que buscan sustentarse en sí mismo sin necesidad de mayores
ficciones jurídicas.

Los bienes inmateriales, por su intangibilidad y heterogeneidad, exigen una regulación o


régimen especial que indique, a lo menos, la especie de propiedad que existe sobre ellas y
el cómo esa titularidad se radica y transfiere en el patrimonio de las personas.49 En ausencia
de un régimen creado para el efecto, sólo es posible asumir que el vínculo entre las
personas y los criptoactivos es una suerte de posesión.

A pesar de la falta en el requisito de apropiabilidad, y en ausencia de opiniones en


contrario, el tratamiento que le ha dado su público y la legislación comparada apuntan hacia
el consenso de que los criptoactivos son una especie de bien incorporal. Pero claro,
limitarse a señalar que se trata de algo inmaterial explica poco; Cuando el adjetivo no da
vida, mata. Es necesario entonces dilucidar qué cosa es un criptoactivo además de un bien.

49
PEÑAILILLO, Daniel, Los Bienes, la Propiedad y otros Derechos Reales - versión para estudiantes,
Thomson Reuters, Santiago, 2022, 5° ed.

35
3. CRIPTOACTIVOS COMO DINERO

Los criptoactivos como dinero corresponde a la concepción inicial contenida en los


parámetros fijados por Satoshi NAKAMOTO en el whitepaper de Bitcoin, presentando el
proyecto literalmente como dinero digital.

Ya se ha expuesto en la taxonomía presentada por el BIS que los criptoactivos son una
especie de dinero digital en un sentido más bien económico, por lo que a continuación se
profundiza en la otra cara del análisis, determinar si acaso los criptoactivos encuadran en la
noción jurídica de dinero.

A. Noción jurídica de dinero.

Nuestra legislación no cuenta con una definición o concepto general de dinero. Su entidad
es asumida como una realidad sobre la cual el legislador no requiere de una mención
específica pues se tiene por sobreentendido en cada grupo humano moderno a toda escala
social.

Por ello, la búsqueda de un concepto deriva en las definiciones de los instrumentos en los
que se manifiesta. Así, el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico define moneda
como aquella

pieza de oro, plata, cobre u otro metal, regularmente en forma de disco y acuñada
con los distintivos elegidos por la autoridad emisora para acreditar su legitimidad
y valor; también, por extensión, billete o papel de curso legal, y en segundo lugar
como instrumento aceptado como unidad de cuenta, medida de valor y medio de
pago.50

La ausencia de un concepto legal de dinero ha sido suplida por la doctrina civilista en el


estudio de la teoría de las obligaciones. Al respecto, se seguirá el concepto entregado por
RAMOS Pazos al definir al dinero como “aquella cosa mueble, fungible y divisible –metal o
papel– que el comercio utiliza como medio de cambio e instrumento de pago y que
constituye el medio de determinar el valor de los demás bienes. (...) No sólo la moneda en
sí, sino también los instrumentos representativos de dinero”.51

50
Real Academia Española, “moneda”, Diccionario panhispánico del español jurídico
https://dpej.rae.es/lema/moneda consultada: 20 de febrero de 2023.
51
RAMOS, René, De las obligaciones, Legal Publishing Chile, Santiago, 2008, 3° ed. actualizada, p.50.

36
En resumidas cuentas, “dinero” en sentido jurídico no es más que aquello a lo que la ley
reconoce propiedades dinerarias o sus funciones económicas determinantes, siendo estas:

i. Medio de pago o de intercambio: El dinero es de aceptación generalizada para la


adquisición de bienes y servicios o el pago de obligaciones dinerarias y útil para el
cumplimiento por equivalencia de toda obligación cuyo objeto sea diferente del
dinero.

ii. Medida común de valores o unidad de cuenta: Es la medida que se utiliza para
determinar y comparar el valor de los demás bienes y servicios en el comercio.

iii. Reserva de valor: Permite el ahorro y la inversión al conservar su valor en el


tiempo, permitiendo la adquisición de bienes y servicios en el futuro.

B. Dinero público y dinero privado.

Como se señaló, la ley no contempla una definición general de dinero, mucho menos la de
uno privado, limitándose al reconocimiento de moneda y billete oficial de curso legal.

Es el Decreto Ley 1.123 de 1975, que sustituyó el sistema monetario de escudo a peso, la
norma que establece la moneda oficial que utilizamos en la actualidad:

Art. 1° A partir del 29 de septiembre de 1975, la unidad monetaria de Chile será el


"peso" cuyo valor y poder liberatorio será igual a un mil escudos de la moneda en
actual circulación. Su símbolo será la letra S sobrepuesta con una o dos líneas
verticales y se antepondrá a su expresión numérica.

Art. 3° Sólo se considerarán como billetes y monedas de curso legal con poder
liberatorio y circulación limitada:
a) Los billetes y monedas expresados en escudos o centésimos de escudo, los
cuales serán recibidos por la equivalencia que establece el artículo 1°, y
b) Los billetes y monedas expresados en pesos y centavos que el Banco Central
ponga en circulación a contar de la vigencia de este decreto ley.52

Esto es reforzado por la Ley Orgánica 18.840 del Banco Central:

Artículo 28.- Es potestad exclusiva del Banco emitir billetes y acuñar moneda.

Artículo 31.- Los billetes y monedas emitidos por el Banco serán los únicos medios
de pago con poder liberatorio y de circulación ilimitada; tendrán curso legal en

52
Decreto Ley N° 1.123, 1975.

37
todo el territorio de la República y serán recibidos por su valor nominal. No se
aplicará lo dispuesto en este artículo a las monedas de oro.53

Por consiguiente, el dinero público o dinero oficial de curso legal, es toda unidad de pesos
chilenos emitidos por el Banco Central soportado en instrumentos como moneda o billetes
con poder liberatorio y circulación ilimitada dentro del territorio nacional.

El poder liberatorio implica que ambos elementos –moneda y billete– pueden y deben ser
recibidos como medio de pago a cambio de bienes y servicios en todo el territorio de la
República. La circulación ilimitada refiere a su libre movimiento, ya que no existen
obstáculos que restrinjan o impidan su uso. Por ello es que los billetes y monedas no
caducan ni expiran con el paso del tiempo, sin importar la cantidad de veces que hayan sido
utilizados para sus funciones naturales.54

En contraposición a éste se encuentra el dinero privado, unidades de valor emitidas por


particulares, soportados en instrumentos de formas variadas, con poder liberatorio
restringido y circulación limitada, confinadas a un espacio geográfico determinado
generalmente por el mismo emisor.

Su circulación es un asunto de larga data en la historia de Chile, donde se evidencian


diversos modelos de dinero privado, algunos ya obsoletos y otros con los que convivimos al
día de hoy. Tenemos a la vista ejemplos como las insignes fichas salitreras utilizadas por
obreros para adquirir bienes en pulperías en el siglo XIX;55 Los casinos de juego donde las
apuestas sólo se realizan mediante fichas u otros instrumentos;56 Las fichas de centros de
máquinas arcade, flippers o pinball como Gioco o Diana;57 Dinero de fantasía de parques
temáticos como los “kidZos™”58 de la empresa Kidzania; Las monedas premium de
videojuegos free-to-play, etc.

Existieron también en la historia de la banca chilena figuras híbridas entre dinero privado y
dinero público. Durante la segunda mitad del siglo XIX la administración entregaba
autorizaciones a instituciones como el Banco de Concepción, el Banco de José Bunster o el
Banco del Pobre, entre muchos otros, para emitir billetes al portador como fracciones de su
capital. La creación de papel-moneda era entonces delegada a los particulares, quienes

53
Ley N° 18.840, 1989.
54
Banco Central de Chile, “¿Qué es el dinero?”, s. f.
https://www.bcentral.cl/contenido/-/detalle/ver-mas-preguntas-frecuentes-3-1#:~:text=La%20%E2%80%9CM
oneda%20de%20curso%20legal,%E2%80%9D%20y%20%E2%80%9Ccirculaci%C3%B3n%20ilimitada%E
2%80%9D, consultada: 26 de febrero de 2023.
55
CALVO, Miguel, “Dinero No Veían, Solo Fichas. El Pago De Salarios En Las Salitreras De Chile Hasta
1925”, De re metallica, 2009, N° 12, p.9.
56
Ley N° 19.995, 2005.
57
QUINTEROS, Paulo “Volver al pasado: La época dorada de las fichas de videojuegos”
https://www.latercera.com/mouse/fichas-videojuegos-chile/ consultada: 26 de febrero de 2023.
58
Kidzania, “Nuestra Economía”, s. f. https://santiago.kidzania.com/es-cl/pages/nuestra-economia consultada:
26 de febrero de 2023.

38
hicieron circular por aquel entonces coloridos billetes por las ciudades donde los bancos
tenían asiento. Esto duró hasta la creación del Banco Central de Chile en 1925, y desde
aquel entonces fue desapareciendo este dinero de acuñación híbrida hasta la completa
adopción del billete emitido por el órgano autorizado.

Sobre la licitud del dinero privado, esta procede de una lectura a contrario sensu de las
prerrogativas que posee el Banco Central. El art. 28 de su ley orgánica sólo le entrega
poder sobre el dinero oficial de curso legal, pero no cuenta con potestad alguna sobre
sistemas de dinero privado. Luego, su emisión y oferta es una actividad que debe ser
tolerada por el derecho en función de la garantía constitucional de libertad económica y el
principio de la autonomía de la voluntad.

De conformidad con las normas del Código Civil, su comercio y negociación está permitido
en función de sus artículos 1462, 1464 y 1466 ya que:

i. No contraviene el derecho público, al no usurpar las potestades del Banco Central


sobre la acuñación de moneda y billete de curso legal.

ii. Su enajenación no constituye objeto ilícito, al encontrarse dentro del comercio


humano.

iii. Los contratos efectuados sobre ellas no están prohibidos por las leyes.59

La única limitación general que tiene que respetar el dinero privado es no imitar a la
moneda de curso legal con intenciones fraudulentas. Sanciona dicha acción la ley del Banco
Central de la presente forma:

Artículo 64.- El que fabricare o hiciere circular objetos cuya forma se asemeje a
billetes de curso legal, de manera que sea fácil su aceptación en lugar de los
verdaderos, será sancionado con la pena de presidio menor en sus grados medio a
máximo.

El Código Penal castiga igualmente a:

ART. 162. El que sin autorización fabricare moneda que tenga curso legal en la
República, aunque sea de la misma materia, peso y ley que la legítima, sufrirá las
penas de reclusión menor en su grado mínimo y multa de seis a diez unidades
tributarias mensuales.

Cuando el peso o la ley fueren inferiores a los legales, las penas serán presidio
menor en su grado medio y multa de seis a quince unidades tributarias mensuales.

59
Decreto con Fuerza de Ley N° 1, 2000.

39
ART. 163. El que falsificare moneda de oro o plata que tenga curso legal,
empleando otras sustancias diversas, será castigado con presidio menor en sus
grados medio a máximo y multa de once a veinte unidades tributarias mensuales.

Si la moneda falsificada fuere de vellón, las penas serán presidio menor en sus
grados mínimo a medio y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales.

Lo antedicho resulta plenamente aplicable a los criptoactivos. Inclusive, pareciera existir


menos limitaciones en ellas que el dinero privado “físico” ya que las acciones delictivas
citadas hacen referencia a “moneda” y “billete” en un sentido material estricto (el plástico
que es billete y el metal que es moneda) por lo cual su creación y negociación es en
definitiva una conducta atípica y lícita, a pesar de las advertencias que han entregado el
Banco Central y la CMF al público en general sobre su uso.

C. ¿Son los criptoactivos sustancial y funcionalmente dinero?

Dentro de las clases de criptoactivos, se busca admitir como dinero a las criptomonedas, al
ser creadas para dicho efecto, presentando caracteres cercanos al efectivo corriente.

Distinto es el caso de las demás clases de criptoactivos, que son representaciones digitales
de otros bienes y derechos. Es efectivo que lo representado por un criptoactivo puede
eventualmente consistir en sumas de dinero, pero en tal caso el activo sigue –por así
decirlo– la suerte de lo que representa, mientras que la criptomoneda busca servirse en sí
misma como dinero, omitiendo cualquier otro elemento.

Sustancialmente, las criptomonedas son bienes muebles al tenor del artículo 567 del código
civil. Son aptos para ser transportados de un lugar a otro –excluyéndolos de los inmuebles–
ya sea entre direcciones de la red blockchain o por el desplazamiento del dispositivo físico
en el cual se encuentran almacenadas.

Consisten en bienes perfectamente divisibles. Tal como se detalló en sus ventajas


competitivas, cada unidad de estos activos puede ser fraccionada en mínimas cantidades.
Pero claro, esto siempre se encuentra sujeto a las reglas de lo que defina el código de
programación, el cual puede restringir o ampliar la magnitud de su divisibilidad.

La fungibilidad de las criptomonedas es un asunto complejo. La primera prevención viene


de la mano de la clásica glosa al Código Civil sobre los bienes fungibles en el art. 575
donde se entremezclan los conceptos de consumibilidad y fungibilidad.

Sobre el primer aspecto, la consumibilidad, se asume que las criptomonedas son bienes
consumibles ya que la transferencia entre direcciones conlleva necesariamente su
destrucción civil, más aún si se tiene en cuenta la irretroactividad de la cadena de bloques.

40
En cuanto a la fungibilidad, estas son fungibles al ser un símil del dinero. Esta
característica, como ha dicho la doctrina, corresponde a la aptitud con la que cuentan
ciertos bienes de poseer igual poder liberatorio y ser sustituibles por otros del mismo
género en el cumplimiento de las obligaciones. El dinero, o “especies monetarias” como les
llama el mismo art. 575, son bienes esencialmente fungibles.

Son las partes contratantes las llamadas a delimitar el objeto de la prestación de los actos
jurídicos, determinando con ello la extensión de la fungibilidad en razón del género o
especie que se debe dar o entregar. De esta manera –y a modo de ejemplo –la obligación de
transferir 0,5 bitcoins puede ser cumplida entregando esa cantidad en función de
extinguirla, sin importar la wallet que haya utilizado el deudor. El rasgo digital de la
criptomoneda exilia la posibilidad de “infungibilidad” considerando que, a diferencia de los
bienes materiales, ellas no sufren de deterioros o cambios físicos sustanciales que pudiesen
estropear su equivalencia.

Aún así, existen opiniones que descartan una absoluta fungibilidad, particularmente de
Bitcoin, la criptomoneda por excelencia.

Se reconoce la existencia de los llamados tainted bitcoins o dirty crypto,60 unidades que han
sido catalogadas como "sucias" o “manchadas” al estar asociadas o vinculadas con una
actividad ilícita, donde la etiqueta continuará indefinidamente en dichos activos pese a que
cambien de titular.61

Esto no es más que el producto del cuasi-anonimato de la red blockchain donde el registro
de los movimientos es público. Al efectuar un trazado de las operaciones, basta la sola
detección de una transacción “contaminada” para dañar la reputación de toda la cadena
posterior. Los operadores como exchanges, corredores, o cualquiera que sospeche de la
pureza de los activos optará por no aceptarlas en pago, imposibilitando su fungibilidad.

Para resolver el problema de las criptomonedas sucias se han creado al efecto los servicios
de mezclado de criptomonedas –también llamados tumblers (“volteadores”) o crypto
blenders (“criptojugueras”)–, plataformas digitales o software capaces de “mezclar” fondos
de criptomonedas identificables con montos no contaminados a fin de ocultar el rastro de
los criptoactivos, imposibilitando descifrar su origen, posesión y desplazamiento.62 El
procedimiento consiste en la recepción masiva y continua de unidades seguida de una

60
El término “dirty crypto” se utiliza igualmente en los estudios sobre el impacto ambiental de los
criptoactivos para designar a aquellas criptomonedas cuyo esquema de minado, específicamente el POW,
proof-of-work o “prueba de trabajo” generan una huella de carbono contraproducentes a la armonización entre
la acción contra el cambio climático y la adopción masiva de los activos digitales como sustituto de la moneda
corriente.
61
KOHLER Che, “What is tainted Bitcoin?”, 2022,
https://thebitcoinmanual.com/articles/what-is-tainted-bitcoin/ consultada: 26 de febrero de 2023.
62
CHOHAN, Usman, “The Cryptocurrency Tumblers: Risks, Legality and Oversight”, Discussion Paper
Series: Notes on the 21st Century, 2017.

41
transferencia equivalente hacia otros destinatarios finales o de regreso a los titulares
originales.

Los tumblers dificultan aún más la labor persecutoria de delitos como esquemas de
ransomware, fraude, financiamiento ilícito y –por supuesto– el lavado de activos, que ya
habían sido prolíficos en general con Bitcoin y su capa natal de privacidad.

A ello ha respondido el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos con millonarias
multas a esta actividad, bloqueando los activos y rentabilidades tanto de las empresas que
entregan estos servicios como a los ciudadanos estadounidenses que participen o negocien
con ellas.63

Sin embargo, existen mecanismos descentralizados que logran alcanzar el mismo resultado
a través de smart contracts.64 Ejemplo de ello es CoinJoin, un protocolo capaz de unir las
transacciones para realizar una sola transacción agrupada y conjunta, reforzando la
privacidad en las operaciones.65 Inclusive, se han creado criptoactivos específicos para
obtener un anonimato total en el desplazamiento de activos como Monero y Zcash,66
permitiendo que comerciantes y particulares no tengan que preocuparse si acaso sus tokens
integran una la lista negra o si están contaminadas,67 siendo absolutamente fungibles.

A nivel funcional, el Banco Central de Chile considera que las criptomonedas no cumplen a
cabalidad con las funciones tradicionales del dinero conforme a la teoría económica.

No constituyen –en la opinión del Banco– un medio de pago o intercambio idóneo al no ser
una moneda de curso legal en Chile ni contar con una aceptación generalizada en el
comercio.68 Más aún, la espera de la verificación de la transacción en la blockchain genera
un problema de inmediatez en la extinción de las obligaciones que no está presente dentro
del sistema tradicional de monedas, billetes, cheques o tarjetas de crédito y débito, donde el
pago se ejecuta en el acto.

La volatilidad característica de las criptomonedas frustraría su utilidad como unidad de


cuenta o medida común de valores y como reserva de valor. La ausencia de un emisor

63
Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, “U.S. Treasury Sanctions Notorious Virtual Currency
Mixer Tornado Cash”, 2022, https://home.treasury.gov/news/press-releases/jy0916 consultada: 20 de febrero
de 2023.
64
Smart contract es un programa o aplicación informática, desplegado sobre una blockchain, con capacidad
de ejecutarse por sí mismo y automáticamente una vez compruebe que se han cumplido las condiciones
programadas en el código. MEDINA, Paula, “Los contratos inteligentes en España.”, Tesis de Pregrado,
Universidad de la Laguna, España, 2019, p. 4.
65
Bit2Me Academy, “¿Qué es CoinJoin?”, 2020, https://academy.bit2me.com/que-es-coinjoin/ consultada: 26
de febrero de 2023.
66
Zcash Foundation, “How it works”, s. f. https://z.cash/technology/ consultada: 26 de febrero de 2023
67
The Monero Project, “What is Monero (XMR)”?, s.f.
https://www.getmonero.org/get-started/what-is-monero/, consultada: 27 de febrero de 2023.
68
Salvo casos puntuales, la aceptación de Bitcoin y otras criptomonedas responde sólo a estrategias
publicitarias.

42
central que vele por la estabilidad de estos activos acarrea fuertes fluctuaciones de precios
imposibles de soportar para el mercado. Los comerciantes –en un mundo ideal para las
criptomonedas– tendrían que someterse a reajustes de precio constantes para que su
negocio sea rentable.

De la misma manera, la inestabilidad en su valor anula la capacidad de ahorro y su


acumulación obedece más bien a una inversión azarosa donde se apuesta al regreso de los
valores históricos que ha alcanzado.

Otro gran factor en contra de la admisibilidad de las criptomonedas como dinero se


encuentra en la perecibilidad del género.

Es sabido que dentro de las obligaciones genéricas se asume que el género no perece. La
emisión de criptomonedas es una labor descentralizada, mas no ilimitada. Esto supone que
una vez alcanzado el total del tiraje con el último bloque minado se tendrá a la vista la
totalidad elementos que integran una criptomoneda determinada,69 y con ello, la posibilidad
de que perezca en su totalidad.

Debido a una multitud de factores, desde errores de digitación en la dirección de


transferencia, pérdida de las claves del software wallet u otras causas, se ha estimado que
hay más de 3.7 millones de unidades en Bitcoin perdidas o irrecuperables,70 por lo que
–aunque intrincadamente– subsiste la posibilidad de que se extinga una obligación de
entregar criptomonedas por extinción del género.

Tal hipótesis es imposible en las obligaciones de dinero donde el rescate o supervivencia de


las especies dinerarias y, en consecuencia, la subsistencia de dichas obligaciones está
entregada a instituciones como el Banco Central o la ley.

Esto último es evidenciado dentro del contexto de cambio de los sistemas monetarios como
el ocurrido en Chile en 1975 con la sustitución del escudo al peso mediante el Decreto Ley
1.123, que en su artículo quinto estableció que:

ARTICULO 5° Las obligaciones, los instrumentos, títulos de créditos y demás


documentos expresados en escudos y otorgados con anterioridad a la vigencia de
este decreto ley que deban cumplirse o producir efectos posteriormente, se
convertirán de pleno derecho a su equivalencia en la nueva unidad monetaria.

69
Bitcoin, al alcanzar su máximo del 21 millones de unidades en circulación, cesará el pago de recompensas
en la minería de bloques desplazando las ganancias por validación de transacciones a cargo de los usuarios
que transfieran sus tokens de una dirección a otra.
70
PHILLIPS, Daniel, “Lost Bitcoin: 3.7 million Bitcoin are probably gone forever”, 2021,
https://decrypt.co/37171/lost-bitcoin-3-7-million-bitcoin-are-probably-gone-forever consultada: 27 de febrero
de 2023.

43
Situación similar ocurre al día de hoy con el cambio de monedas deterioradas en las
oficinas del Banco Central y el canje de billetes de la antigua familia (emisiones de los
años 1975 a 2009) o billetes dañados71 en los bancos que operan en el país.

De ello es posible asumir que las obligaciones de dinero no consisten siquiera en un género
específico de monedas, billetes o valores, sino en una prestación sobre un objeto abstracto y
cambiante cuya forma la determina exclusivamente el Estado y las entidades a las que por
ley delega tal labor.

A la vista de esto, la idea de criptomoneda como dinero decae por la falta de un emisor
estatal capaz de manejar la política económica a través de inyecciones de nuevo circulante
u otras medidas cambiarias para proteger el patrimonio de sus nacionales y –como
consecuencia directa– entregar seguridad jurídica a todo el sistema contractual.

D. Reconocimiento como moneda de curso legal y divisa extranjera

El hecho de que la emisión de criptoactivos no sea obra de un gobierno ha impedido su


reconocimiento legal como “moneda” o “divisa”.

Hasta antes de la dictación de la Ley Fintec, el Banco Central era enfático en rechazar que
los activos virtuales tuviesen el carácter de moneda nacional o extranjera. Sostuvo la
entidad en más de una ocasión que las criptomonedas no son moneda de curso legal en
Chile al no formar parte del catálogo de especies acuñadas por el banco, tampoco divisas, al
no cuadrar dentro de las figuras de moneda extranjera contenidas en la previa redacción del
art. 39 de la ley orgánica del BCCh. Con la entrada en vigor de la nueva regulación, los
proyectos de criptomonedas nacionales y la adopción de Bitcoin como moneda de curso
legal por ciertos países, el escenario comienza a cambiar.

Como se señaló, la Ley Fintec reconoce a los criptoactivos representativos de monedas de


curso legal, tanto nacional como extranjera.

Frente a la tendencia hacia la digitalización de los pagos y el auge de las monedas virtuales,
el BCCh ha barajado la posibilidad de la creación de una MDBC o “moneda digital de
banco central”.72 La evaluación muestra que un eventual desarrollo está dirigido a la
creación de un sistema de pagos generados a través de una estructura conformada por el
Banco Central junto a la banca privada distinta de la utilización de la blockchain, lo que
descarta la posibilidad de un criptoactivo de carácter nacional.

71
Banco Central de Chile, 22 de marzo de 2017, Carta Circular Bancos Nº 660.
72
Banco Central de Chile, “Emisión de una Moneda Digital de Banco Central dn Chile Primer Informe:
Evaluación Preliminar”, 2022,
https://www.bcentral.cl/web/banco-central/areas/observatorio-tecnologico/exploracion-de-monedas-digitales-
de-banco-central, consultada: 27 de febrero de 2023.

44
Pero esto no suprime la posibilidad de que puedan existir stablecoins respaldadas en el peso
chileno creadas por bancos privados o simples personas naturales, lo que sucede es que no
existe aún un norma general entregada por el BCCh para el efecto.

Las denominadas “criptomonedas chilenas” como Luka, Chaucha73 y Prosus Money han
sido primeras aproximaciones, pero su precio al igual que Bitcoin no está respaldado en
dinero u valor alguno. No existe a la fecha propuestas serias y concretas de un criptoactivo
representativo del peso chileno.74

La Ley Fintec ha sido más generosa en la adopción de las stablecoins anexadas a divisas. A
falta de una norma del BCCh que establezca estándares y condiciones mínimas, bastaría
para su admisibilidad con que los criptoactivos sean representativos de una moneda de otro
país, lo que tiene repercusiones directas en el cumplimiento de las obligaciones de valor en
moneda extranjera.

Cabe tener presente que para esta clase de obligaciones, las leyes civiles y comerciales
disponen el pago equivalente en moneda nacional. Tratándose de las operaciones de crédito
de dinero, la Ley 18.010 señala:

Artículo 20.- Las obligaciones expresadas en moneda extranjera serán


solucionadas por su equivalente en moneda chilena según el tipo de cambio
vendedor del día del pago. En el caso de obligaciones vencidas, se aplicará el tipo
de cambio del día del vencimiento si fuera superior al del día del pago. Para los
efectos de este artículo, se estará al tipo de cambio vendedor que certifique un
banco de la plaza.75

En los contratos mercantiles, el Código de Comercio tiene una disposición equivalente:

Art. 114. Siempre que en los contratos enunciados en el inciso primero del anterior
artículo se estipule que el pago deba hacerse en las monedas o medidas legales del
lugar donde fueren celebrados, serán éstas reducidas por convenio de las partes, o
a juicio de peritos, a las monedas o medidas legales de Chile al tiempo del
cumplimiento.

La misma regla será aplicada cuando en los contratos celebrados en Chile se


estipulare que la entrega o pago haya de hacerse en medidas o monedas
extranjeras.76

73
Tanto Luka como Chaucha son proyectos aparentemente descontinuados. Los enlaces a sus sitios web
oficiales https://www.cryptoluka.cl y https://www.chaucha.cl/ respectivamente, junto a sus redes sociales,
llevan años en el abandono.
74
Existe en todo caso un intento de dudosa reputación que prometía el desarrollo de una stablecoin respaldada
en pesos chilenos, el CLPX, su descontinuada página web puede ser aún revisada gracias a Internet Archive:
https://web.archive.org/web/20221202191246/https://clpx.finance/.
75
Ley N° 18.010, 1981.
76
Código de Comercio, 1865.

45
Las stablecoins como Tether tienen, en principio, una paridad con el dólar, pero incluso con
una reserva en físico que les sustente, ellas han sufrido descuadres en más de una ocasión
con su precio ideal. Esto genera el problema de cual tipo de cambio aplicar al momento del
pago: Si acaso el equivalente del criptoactivo a precio de mercado en pesos chilenos o
simplemente seguir el valor del dólar o la divisa que sea que representen.

Como se trata de una obligación de valor, a diferencia de una obligación de dinero,77 la


solución debiese ser el pago en pesos chilenos del valor de la divisa representada y no el
valor de mercado del criptoactivo. Esto conlleva a asumir la equivalencia de las stablecoins
a un título de crédito como lo sería una letras de cambio o pagaré cuyo valor negociable
puede ser distinto de la obligación que está contenida en su soporte documental.

E. Ensayos de criptoactivos como moneda de curso legal

El Salvador y la República Centroafricana destacan por el reconocimiento de Bitcoin como


moneda de curso legal. Ambos países han prescindido de las discusiones formales al
respecto y han optado por una regulación fuera de los lineamientos comunes de la
experiencia internacional para convertir a la criptomoneda en dinero formal.

El gobierno salvadoreño, a través de su Asamblea Legislativa, promulgó en 2021 la “Ley


Bitcoin”, que convierte a Bitcoin en moneda de curso legal de la siguiente forma:

Art. 1.- La presente Ley tiene como objeto la regulación del Bitcoin como moneda
de curso legal, irrestricto con poder liberatorio, ilimitado en cualquier transacción
y a cualquier título que las personas naturales o jurídicas, públicas o privadas
requieran realizar.78

Esta es la segunda ocasión en que el país entrega el poder liberatorio irrestricto e ilimitado
a un capital extranjero, siendo el dólar el primer caso en el año 2000 con la Ley de
Integración Monetaria que fue progresivamente eliminando al Colón, su antigua moneda
estatal.

El Bitcoin, como la criptomoneda que es, presenta los mismos inconvenientes en su


asimilación al dinero que se han detallado en los apartados anteriores. Para lograr su
adopción efectiva como dinero, el país ha diseñado toda una estructura para la

77
Es menester tener clara la distinción entre las obligaciones de dinero y obligaciones de valor. Las primeras
(de dinero), aquellas en que el objeto debido es una suma de dinero. Se adeuda dinero, que se debe dar o
restituir, no otra cosa. Las segundas (de valor), aquellas en que lo adeudado no es dinero, sino una prestación
diferente que se expresa en una determinada suma de dinero, en atención a ser éste una común medida de
valores. RAMOS, CIT. (N. 51), P. 36.
78
Decreto N° 57, 2021 (El Salvador).

46
naturalización de la criptomoneda en el comercio a partir de un fideicomiso entre su cartera
de hacienda y el Banco del Desarrollo de El Salvador.

El “Fidebitcoin”, consiste en un patrimonio fideicomitido de ciento cincuenta millones de


dólares que cumple una doble función. La primera es ofrecer liquidez al pueblo salvadoreño
para que puedan efectuar cambios de Dólar a Bitcoin y viceversa, la segunda función es
financiar el desarrollo del monedero de criptomonedas oficial de la nación, la “Chivo
Wallet” y la implementación de los cajeros automáticos “Chivo” para depositar y retirar
dólares en efectivo.79

En simultáneo, la Ley Bitcoin se encarga de que la criptomoneda cumpla con todas sus
funciones económicas.

Para que sea útil como medio de intercambio y pago, la ley establece que todo precio podrá
ser expresado en Bitcoin (art. 3), teniendo los agentes económicos la obligación de
aceptarlo como forma de pago cuando así le sea ofrecido por quien adquiera bienes y
servicios (art. 7). De la misma manera, los ciudadanos quedan habilitados para que todas
las obligaciones en dinero expresadas en dólares, contraídas con anterioridad a la vigencia
de la ley puedan ser pagadas en Bitcoin (art. 13), inclusive en la cancelación de las
contribuciones tributarias (art. 4).

Su función como medida común de valores y unidad de cuenta parece cumplirse en base a
una igualdad de bitcoins a dólares. La ley establece que para todos los fines contables se
utilizará la divisa estadounidense como moneda de referencia (art. 6), donde el valor de
cada uno queda establecido libremente por el mercado (art. 2).

Si bien la equivalencia logra entregar cierta estandarización de precios en el comercio, ello


no soluciona el problema de la volatilidad de la criptomoneda. En efecto, inmediatamente
después de la puesta en marcha la iniciativa, la cotización oficial de Bitcoin sufrió un
desplome en su precio causando millonarias pérdidas.80 Por ello, la experiencia muestra que
la adopción del Bitcoin como moneda de curso legal es una riesgosa complejización del uso
del dólar.

En tal sentido, pareciese que más que a un aprovechamiento directo de las ventajas que
pudiese suponer el uso de la criptomoneda, la apuesta por su adopción se encuentra dirigida
a otro objetivos como reducir los costos en la importación de dólares para la circulación al
interior del país, fomentar la inclusión financiera de sus ciudadanos y la creación de un
“criptoturismo” con pomposas promesas como “Bitcoin City”, un proyecto de paraíso fiscal
para las criptomonedas y la tecnología blockchain.

79
Decreto N° 137, 2021 (El Salvador).
80
GORJÓN, Sergio, “El papel de los criptoactivos como moneda de curso legal: el ejemplo de el salvador”,
Boletín económico del Banco de España. Artículos analíticos, 2021, N°4.

47
La República Centroafricana con su Ley 22.004 de 2022 se convierte en el segundo país en
adoptar a Bitcoin como moneda de curso legal. Esta resulta ser fiel reflejo del modelo
entregada por El Salvador, compartiendo la entrega de irrestricto poder liberatorio a la
criptomoneda. Sin embargo, la ley centroafricana dista con la salvadoreña por cuanto la
primera tiene un reconocimiento más amplio de los criptoactivos.

Aunque su dictación se ha promocionado una adopción legal de Bitcoin, lo cierto es que


ella es sólo un ejemplo de otras que pueden ser utilizadas de conformidad con su artículo 1
y 6:

Art.1.‐ El objeto de esta ley es regular todas las transacciones relacionadas con
criptomonedas en la República Centroafricana, sin restricción, con poder de
emisión ilimitado en todas sus transacciones y en cualquier capacidad, realizadas
por personas físicas o jurídicas, públicas o privadas.

Bitcoin se considerará con razón como la moneda de referencia.

Art.6.‐Todas las transacciones electrónicas en la República Centroafricana pueden


expresarse en criptomonedas legalmente reconocidas y enmarcadas por textos
reglamentarios.81

Por lo cual la adopción legal es extensiva para cualquier criptomoneda, no sólo a Bitcoin,
siempre que cumpla con los estándares que adopte la administración de la República.

81
Ley n°22.004, 2022 (República Centroafricana).

48
5. CRIPTOACTIVOS COMO TÍTULOS VALORES

Los criptoactivos, de acuerdo a la Ley Fintec, son considerados “Instrumentos


Financieros”, mas el término no tiene un contenido o caracterización jurídica unitaria. La
CMF les considera sinónimo de valores, entendiendo por tales a cualquier título
transferible, como acciones, instrumentos de deuda de corto, mediano y largo plazo, cuotas
de fondos mutuos, cuotas de fondos de inversión y en general, todo título de crédito e
inversión.82

De ello surge la idea de concebir a los criptoactivos como títulos valores o títulos de crédito
como alternativa paralela a su recepción como dinero. Opción lógica al observar que el
desarrollo de los criptoactivos ha desembocado en un mercado cambiario que lucra
precisamente con el intercambio especulativo.

Esta concepción no es sólo un producto de las pautas que han entregado las instituciones
fiscales o las legislaciones recientes sobre criptoactivos, sino que aparenta ser un paso más
del fenómeno de la desmaterialización y digitalización de los títulos de crédito.

La desmaterialización supone una estructura funcional y jurídica que logra acercar la


noción de los criptoactivos a los títulos valores, por lo que se procederá a la enunciación del
concepto, características y clasificaciones para luego contraponerlos a la forma y
funcionalidad de los criptactivos.

A. Concepto, características y clasificación de los títulos valores

Ricardo SANDOVAL define los títulos valores o títulos de crédito como aquellos “documentos
que llevan incorporado un derecho literal y autónomo que se puede ejercer por el portador
legítimo contra el deudor a la fecha de su vencimiento”.83 Su estructura se compone de dos
elementos: un sustrato o soporte material y un derecho u obligación representado en él,
cuya recíproca compenetración da nacimiento al título de crédito.

La teoría clásica de los títulos de crédito expone una serie de características fundamentales
que se dividen en dos grupos. Las generales o comunes a todos y las propias de ciertos
títulos de crédito.

El primer grupo comprende la necesariedad, la literalidad y la autonomía:

82
Comisión para el Mercado Financiero, “Instrumentos Financieros o Valores”, s.f.
https://www.cmfchile.cl/educa/621/w3-propertyvalue-702.html consultada: 27 de febrero de 2023.
83
SANDOVAL, Ricardo, Derecho Comercial, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2015, Tomo II, p. 17-18.

49
i. Necesariedad: Es el principal rasgo distintivo de los títulos valores, en razón de
ella, es indispensable para el interesado tener el título para contar y poder disponer
del derecho documental representado en él. Esto es así por la conexión indisoluble
que existe entre sus dos elementos.

Su consecuencia es que el derecho documental sólo puede nacer, existir y ser


ejercido por el legítimo portador del documento. La necesariedad es esencial y
común a todos los títulos de crédito, cautelando los valores de certeza, rapidez y
seguridad que le son propios.

ii. Literalidad: Por esta característica, los derechos del tenedor del título se rigen en
cuanto a su monto, modalidades y eficacia por los términos exactos contenidos en el
documento.

Para que los títulos valores cumplan con su cometido de agilizar el comercio, la
literalidad entrega certeza y seguridad en su tráfico. Como consecuencia, el
acreedor no puede exigir ni percibir más de lo expresado y el deudor no puede
valerse de elementos jurídicos extraños al documento.

iii. Autonomía: Los derechos contenidos en el documento son autónomos, por lo que
existe una prescindencia subjetiva de las relaciones anteriores entre las personas por
las cuales haya circulado el documento.

Por ello, quien recibe el documento adquiere un derecho nuevo, autónomo e


independiente de cada uno de los portadores anteriores. El nuevo portador de buena
fe que haya adquirido conforme a la ley de circulación pasa a ser titular de un
derecho a título originario y no a título derivativo.

El segundo grupo de características, las particulares de ciertos títulos valores, son la


abstracción y la formalidad:

iv. Abstracción: La abstracción implica una prescindencia objetiva del negocio


fundamental que dio origen a la creación del título de crédito cuando el actual
portador no ha intervenido en ella. Es propia de los títulos de crédito “abstractos”.

v. Formalidad: Esta característica hace referencia aquellos títulos de crédito a los


cuales la ley exige que contengan las menciones y requisitos específicos, cuya
omisión impide que produzcan sus efectos jurídicos naturales.

Los títulos valores o títulos de crédito son clasificados por la doctrina en razón de diversos
criterios.

De acuerdo a su contenido, se dividen en títulos de crédito de pago, representativos de


mercaderías y representativos de valores mobiliarios:

50
i. De pago o efectos de comercio: Aquellos en que el derecho incorporado consiste
en la obligación del deudor de pagar una suma de dinero, como las letras de cambio
y los pagaré.

ii. Representativos de mercaderías: Aquellos en que el derecho incorporado consiste


en la facultad de disposición sobre determinadas cosas materiales, como la carta de
porte.

iii. Representativos de valores mobiliarios: Aquellos en que el derecho incorporado


consiste en un conjunto de derechos de naturaleza diversa inherente a la calidad que
tiene su titular respecto de la entidad emisora, como las acciones de una sociedad.

Según su forma de emisión y circulación, se clasifican en instrumentos al portador,


nominativos y a la orden:

iv. Al portador: Aquellos que son emitidos sin mencionar en su texto al beneficiario, o
que apareciendo el beneficiario se incluye la cláusula “o a su portador”. Su ley de
circulación se satisface con la simple tradición del documento.

v. Nominativos: Aquellos que se expiden a favor de un determinado sujeto de tal


manera que tanto su emisión como sus respectivas transmisiones deben inscribirse
en el registro del emisor para cumplir con la ley de su circulación. Su ley de
circulación es la cesión de créditos.

vi. A la orden: Aquellos que, concebidos en forma esencial a nombre de determinada


persona, facultan a ésta de un modo expreso o implícito a transmitirlo. Se consignan
a la orden de una persona determinada. Su ley de circulación es el endoso.

En atención a su relación con la causa que les ha dado origen, se distingue entre los títulos
de crédito abstractos y causados, los completos e incompletos:

vii. Causados: Aquellos en que su literalidad hace referencia a la relación fundamental


o la reproducen de tal manera que ésta referencia es necesaria para el adecuado
ejercicio del derecho contenido en el documento.

viii. Abstractos: Su literalidad no hace referencia a la relación fundamental o para el


caso de hacer referencia a ella, ésta no sea condicionante para el ejercicio del
derecho contenido en el documento.

ix. Completos: Se bastan a sí mismos, ya que en su literalidad contienen todos los


elementos necesarios para el ejercicio del derecho contenido en él.

51
x. Incompletos: No se bastan a sí mismos pues no contienen todos los elementos
necesarios para ejercer el derecho en ellos contenido teniendo que recurrir a otros
elementos, como la relación jurídica fundamental.

B. La desmaterialización de los títulos valores

La desmaterialización es la prescindencia de un soporte documental para la emisión y la


circulación de ciertos títulos valores,84 es decir, la innecesariedad de la incorporación del
derecho y del título, o bien, que éste se pueda crear o circular de manera electrónica,
sustituyendo el clásico soporte papel a medios digitales.

Esto se lleva a cabo con la supresión total o parcial del soporte documental representativo
del derecho incorporado en favor de anotaciones en un registro contable. A través del
empleo de medios electrónicos, es posible realizar en este registro contable anotaciones que
sirven para crear y probar la existencia de un derecho en favor de cierto titular o para
registrar la transferencia del derecho hacia otra persona.

Las anotaciones en cuenta es la respuesta a la agilidad del flujo de la economía, donde el


soporte documental de papel, que por siglos fue coadyuvante del comercio, se ha
convertido en un lento obstáculo que no responde a la rapidez que exige la era digital. El
fenómeno ha llevado a la reformulación de ciertas reglas y principios tradicionales de los
títulos valores.

De esta manera, características como la necesariedad se ven severamente afectadas. Al


desaparecer el soporte papel del documento, se desvanece la materialidad del título valor, y
por ende, su necesidad.

La noción de literalidad también adquiere nueva forma. El alcance del derecho pasa de una
escrituración en detalle en el documento a una breve inclusión en la anotación en cuenta de
los elementos distintivos de la emisión y clase del título de crédito con meras referencias a
la escritura de emisión en la cual se contienen todas las circunstancias del derecho
anotado.85

Otras características, como la autonomía, aparentan permanecer incólumes.

84
CABALLERO, Guillermo, La Custodia en el Mercado de Valores de los Títulos de Crédito a los Valores
Anotados en Cuenta, Thomson Reuters, Santiago, 2016.
85
BOLAÑOS, Sindy, “Desmaterialización de los Títulos Valores y su Incorporación a un Medio Electrónico”,
Tesis de Magíster, Universidad de San Carlos de Guatemala, Guatemala, 2016, p. 110.

52
El profesor CABALLERO GERMAIN propugna ciertos rasgos distintivos de la representación
contable de valores desde una perspectiva dogmática que permite diferenciarlas de otras
representaciones de bienes y derechos. En esta línea de ideas, señala el autor que las
características propias son la fungibilidad, la incorporalidad y la intermediación.

La fungibilidad es el elemento esencial de la representación contable. Se exige para cumplir


la finalidad de facilitar la transferencia de los valores por medio del abono y el adeudo en
las respectivas cuentas, los que tienen que ser sustituibles entre sí y emitidos en serie o
masa para no ralentizar su circulación.

Estima CABALLERO que los valores anotados son cosas incorporales, distintas de los bienes
inmateriales como los derechos de autor o derechos marcarios. Los valores anotados son
posiciones jurídicas destinadas al tráfico que se encuentran sujetas al régimen de las
anotaciones en cuenta, distinto al régimen común de transferencia entre vivos de las cosas
incorporales, la cesión de créditos.

Por último, la intermediación forzosa exige en las anotaciones en cuenta la necesaria


existencia de una entidad de custodia, quien no sólo debe llevar un registro fidedigno de los
valores que ha recibido, sino también el deber de custodiar los valores y responder para el
caso de extravío, robo o descuadre. En otras palabras, “la intermediación constituye una
característica consustancial a la representación contable ausente en los títulos valores que
mantienen su soporte físico”.86

C. ¿Son los criptoactivos títulos valores?

La creación de los títulos valores y los criptoactivos responde a tiempos y necesidades


diametralmente distintos.

Los primeros, concebidos en las postrimerías de la Edad Media e inicios del Renacimiento,
fueron una ingeniosa respuesta de los comerciantes de la época para dar seguridad al tráfico
de elementos valiosos como monedas de oro y plata en su transporte marítimo o terrestre,
resultando en indispensables elementos para el comercio y refinados con el paso de los años
por el derecho mercantil.

86
CABALLERO, CIT. (N. 84), P. 52.

53
Los criptoactivos, por su parte, aparecen en pleno siglo XXI en el contexto de la crisis
económica de 2008. Satoshi NAKAMOTO expresa en breves palabras que el objetivo de la
creación de Bitcoin ha sido el diseño de un sistema de pagos que no dependa de una
institución financiera y la prescindencia de un tercero de confianza que desempeñe la labor
de prevención del doble gasto en el registro de las operaciones. No han sido necesariamente
una propuesta dirigida a innovar el comercio, pese a que en la práctica pudiesen llegar a
tener tal repercusión.

Su potencial como reserva de valor transferible es un imprevisto en su desarrollo. Aún así,


la teoría general de los títulos de crédito logra explicar en cierta medida la naturaleza
jurídica de los criptoactivos.

El elemento de la necesariedad, de suma relevancia para la configuración de los títulos


valores, es sustituida por la desmaterialización. La omisión de ella debe estar sujeta a
parámetros que no impliquen la inutilidad del título valor o su degeneración en un
instrumento jurídico distinto. Estos parámetros son los rasgos distintivos de la
representación contable que ha ofrecido CABALLERO.

Es evidente que el soporte de los criptoactivos es estrictamente digital. En sus elementos


no figura un título documental donde se encuentre incorporado derecho alguno, lo que
anticipa desde ya una desmaterialización total al presentar una supresión del título tanto en
su emisión como en su transferencia.

Los criptoactivos reemplazan a la entidad de custodia por la blockchain, un registro


desintermediado y despersonalizado, lo que es, en principio, contrario al requisito de
intermediación forzosa de las anotaciones en cuenta. La falta no es un obstáculo si se
prioriza la importancia del registro para la circulación de los valores por sobre la existencia
de una persona o entidad intermediaria o custodiadora. En cualquier caso, la Ley Fintec
define literalmente la custodia de instrumentos financieros, los que incluyen, como se ha
dicho en el Capítulo I., a los criptoactivos.

Respecto a la fungibilidad e incorporalidad de los valores en las anotaciones en cuenta, los


criptoactivos cumplen con ambas características a cabalidad, siendo suficiente remitirse a
los apartados anteriores en el estudio de sus características como bienes y dinero. La única
excepción son los coleccionables NFT.

Para identificar la literalidad dentro de los criptoactivos se debe recurrir al whitepaper de


cada proyecto. Este documento es una verdadera declaración de voluntad hecha por la
persona natural o jurídica que los crea delimitando el comportamiento que tendrá el

54
software al ser ejecutado y los derechos o promesas que se compromete entregar a los
tenedores de los tokens. Este elemento va adquiriendo cada vez más relevancia en la
normatividad de los criptoactivos. Por ejemplo, la SEC en Estados Unidos lo considera un
verdadero contrato de inversión, mientras que la regulación europea MiCA (Markets in
crypto-assets)87 exigirá que cualquier entidad que desee ofrecer criptoactivos al público
deba redactar un whitepaper que contenga ciertas disposiciones obligatorias, para luego
notificar y depositar el documento ante la autoridad competente del Estado miembro. Sin
entrar en detalles sobre la naturaleza jurídica del documento whitepaper, es clara la
dependencia de los criptoactivos de su relación jurídica fundamental. Esto indicaría que
corresponden a instrumentos causados e incompletos.

La autonomía es la característica de los títulos valores de la cual más sacan provecho los
criptoactivos. La blockchain no puede registrar más que datos alfanuméricos que indiquen
las direcciones que intervienen en una transferencia de unidades y el monto de la
transacción. Como resultado, son irrelevantes las características personales de cada persona
detrás de una dirección en la red. La irreversibilidad de las operaciones contribuyen al
efecto autónomo en su circulación, no pudiendo sino asumir que cada nuevo tenedor
adquiere originariamente o, a lo menos, reinicia cualquier clase de posesión. Asimismo, el
anonimato y despersonalización de la tecnología muestra que los criptoactivos debieran ser
considerados como títulos al portador, al menos en los modelos conocidos hasta el
momento.

En último caso, su asimilación a títulos valores entrega una solución práctica: La primacía
de la apariencia88 de titularidad que otorga su posesión permite que no se tenga que entrar
en intrincadas discusiones acerca del derecho de propiedad sobre los bienes incorporales o
los criptoactivos y sus modos de adquirir.

En contra de la propuesta presentada se ha usado de ejemplo a Bitcoin y otras


criptomonedas para señalar la inadmisibilidad de los criptoactivos como valores. La
posición se fundamenta en cómo esta categoría no consisten en una representación de un
derecho patrimonial, sino que son un derecho patrimonial en sí mismo.89 No contienen
obligaciones sobre bienes muebles o mercaderías; obligaciones personales u obligaciones

87
Propuesta 2019/1937, 2029. (Unión Europea).
88
Tal como explica SANDOVAL, en los títulos de crédito “la apariencia vale más que la realidad, la
legitimación más que el derecho, (...) la propiedad formal vale más que la propiedad material. La apariencia
ha sido elevada al rango de la esencia misma”. Sandoval, Ricardo, Derecho Comercial, Editorial Jurídica de
Chile, Santiago, 2007, Tomo II, p. 25.
89
ZARZUELA, Alejando, “Aspectos legales de las monedas virtuales. El caso del bitcoin”, Tesis de fin de
grado, Universidad Zaragoza, España, 2016, p. 28.

55
sociales ni cuentan con un respaldo (persona o institución) sobre el que puedan ejercer
posteriormente su crédito.90

Lo dicho no es argumento suficiente para su exclusión o la creación de una categoría sui


generis sobre su caso específico, y la experiencia internacional muestra que la necesidad de
un valor representado no es obstáculo. Para la Comisión de Negociación de Futuros de
Productos Básicos de Estados Unidos (CFTC por sus siglas en inglés) Bitcoin91 y Ethereum
son una clase de commodity92 bajo la Commodity Exchange Act. Se les considera así por
cuanto el concepto es de suma amplitud, incluyendo a todos los servicios, derechos e
intereses negociables en el presente o a futuro. Ante la CFTC, las criptomonedas son
valores commodities por la sencilla razón de que actúan como uno.93

En un entorno más cercano, la Administración Federal de Ingresos Públicos de Argentina


(AFIP) ha dictaminado su asimilación a un título representativo de capital.94 El
razonamiento se construye a partir del art. 1820 del Código Civil y Comercial de Argentina,
el cual permite que “cualquier persona puede crear y emitir títulos valores en los tipos y
condiciones que elija”,95 junto a la definición de valores negociables contenida en el art. 2
de su Ley 26.831 de Mercado De Capitales:

Se entenderá por Valor Negociable: Títulos valores emitidos tanto en forma


cartular así como a todos aquellos valores incorporados a un registro de
anotaciones en cuenta (...) y, en general, cualquier valor o contrato de inversión o
derechos de crédito homogéneos y fungibles, emitidos o agrupados en serie y
negociables en igual forma y con efectos similares a los títulos valores; que por su
configuración y régimen de transmisión sean susceptibles de tráfico generalizado e
impersonal en los mercados financieros.96

Concluye AFIP que por la amplitud de ambas normas, la noción de valores abarca a todos
aquellos activos que se encuentren incluidos en un registro de anotaciones que permita su
negociación y tráfico generalizado, incluyendo a las criptomonedas. Pero esto no es todo, el

90
ROJO, Vanessa; VERA, Carolina, “Criptomonedas como medio de pago. Una aproximación a su naturaleza
jurídica”, Tesis de pregrado, Universidad de Chile, Chile, 2020, p. 38.
91
Commodity Futures Trading Commission, 17 de septiembre de 2017, Docket N° 15-29 (Estados Unidos).
92
En términos generales, un commodity es un instrumento financiero representativo de materias primas como
metales o combustibles.
93
Chamber of Digital Commerce, “Why is Bitcoin a commodity?”, 2020
https://digitalchamber.org/bitcoin-commodity/, consultada: 27 de febrero de 2023.
94
Administración Federal de Ingresos Públicos, 16 de junio de 2022, Dictamen N° 2/2022.
95
Ley N° 26.994, 2014. (Argentina).
96
Ley N° 26.831, 2012. (Argentina).

56
dictamen desliza un as bajo la manga y sorpresivamente recurre a los títulos valores
“impropios”.

Lamentablemente, AFIP no profundiza en el asunto más que remitirse a la solución


entregada por DE LA CONCEPCIÓN97 sobre Bitcoin: “por sus propias características (...) se
trataría en definitiva de una anotación electrónica que incorpora el derecho a una
cantidad de dinero; dado que (Bitcoin) no tiene el respaldo de ningún banco central,
estaríamos ante un título valor impropio”.

Los títulos valores impropios son aquellos documentos que no cuentan con todos y cada
uno de los caracteres esenciales y comunes que les son propios a los títulos de crédito.98

Presentan una incorporación imperfecta del derecho al título, carecen de la nota de la


literalidad, o bien, el título no es completamente autónomo a las posiciones que ocupaban el
deudor y acreedor originario, traspasándose a los nuevos titulares del documento los vicios
o circunstancias personales de sus anteriores titulares.99 La figura es útil porque sirve de
comodín100 ante cualquier vacío o falencia que tengan los criptoactivos, ya sea la falta de
representación de una obligación o la carencia de alguno de los elementos en la anotación
contable.

En nuestra legislación se logra llegar a la misma conclusión por la amplitud del concepto de
valores que encontramos en la Ley de Mercado de Valores:

Artículo 3°.- Para los efectos de esta ley, se entenderá por valores cualesquiera
títulos transferibles incluyendo acciones, opciones a la compra y venta de acciones,
bonos, debentures, cuotas de fondos mutuos, planes de ahorro, efectos de comercio
y, en general, todo título de crédito o inversión.

97
DE LA CONCEPCIÓN, María, “Aspectos jurídicos de las criptomonedas”, Blockchain Intelligence, 2019, p.
15.
98
SANDOVAL, CIT. (N. 88), P. 55.
99
Juspedia, “Los títulos-valores impropios”, https://juspedia.es/apuntes/valores/titulos-valores-impropios/,
s.f., consultada: 26 de febrero de 2023
100
La figura destaca por su heterogeneidad. El maestro Tullio Ascarelli enumera un sinfín de instrumentos
que pueden ser calificados de “títulos impropios”, como los boletos de espectáculos públicos, fichas de
guardarropa, boletos de lotería, cupones, etc. ASCARELLI, Tullio, Teoría General de los Títulos de Crédito,
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal - Dirección General de Anales de Jurisprudencia y Boletín
Judicial, México D.F, 2008.

57
Las disposiciones de la presente ley no se aplican a los valores emitidos o
garantizados por el Estado, por las instituciones públicas centralizadas o
descentralizadas y por el Banco Central de Chile.101

Al tenor de la norma, se aprecia que no existe una fórmula de numerus clausus de lo que
jurídicamente constituye “valores” al utilizar la expresión “en general”. Luego, cuando la
Ley Fintec le entrega el carácter de instrumento financiero a los valores no inscritos en el
Registro de Valores y de Valores Extranjeros de la ley N° 18.045, y excluye expresamente a
los valores de oferta pública, no está expresando que los criptoactivos no sean valores, sino
que decide que estos ameritan un régimen especial, distinto del que tienen los títulos de
crédito e inversión contemplados en leyes anteriores.

Con todo, no debe pensarse que los criptoactivos son tan solo una anotación en cuenta
imperfecta o incompleta. Bajo una mirada más optimista, pueden llegar a constituir una
verdadera subcategoría de valores desmaterializados ofreciendo como ventaja un sistema de
registro despersonalizado. Los particulares deberán optar entre la confianza al código
software como rector del movimiento de los activos o continuar con la custodia y registro
de valores en responsabilidad de un intermediario.

101
Ley N° 18.045, 1985.

58
CONCLUSIONES

I. Los criptoactivos, particularmente Bitcoin, son instrumentos que en ningún


momento pretendieron subsumirse a la ley, son la creación de un grupo de rebeldes
digitales que reniegan el poder económico y monetario. Sus entusiastas caen en la
falacia de creer que la desregulación implica libertad absoluta. Esto no es efectivo,
pues la ley impera siempre, aunque sea bajo parámetros generales, vagos u
obscuros. El derecho encuentra cómo adaptarse a lo nuevo aunque no exista una
regulación específica en la labor interpretativa doctrinaria o judicial.

II. La recepción de los criptoactivos en la legislación chilena tiene un obstáculo basal:


la carencia de una normativa general sobre los bienes incorporales. A medida que
las barreras entre el mundo digital y el real adelgacen, aparecerán nuevos bienes
digitales (ya no sólo criptoactivos o criptomonedas) donde la legislación nacional
quedará nuevamente sin soluciones directas.

III. En cuanto a su naturaleza jurídica, los criptoactivos apuntan a la unanimidad en la


doctrina como una especie de bien incorporal, pero carecen de un consenso general
respecto de qué clase de bienes se trata. Su calificación es variable y responde a las
necesidades que tenga el legislador y administración de cada país.

IV. El legislador, al reconocer la existencia de los criptoactivos dentro de la ley, puede


asumir un rol pasivo o activo frente a ellos. Pasivo, por cuanto se limita a la
enunciación de un concepto general para un posterior desarrollo normativo a
medida que se comprenda mejor la tecnología que le soporta. Activo, por cuanto
prescinde de discusiones formales y aprovecha sus características para lograr una
finalidad específica. La Ley Fintec es pasiva porque delega a organismos
especializados, la Comisión para el Mercado Financiero y el Banco Central, la tarea
de pormenorizar cómo los criptoactivos se incorporarán a una plena legalidad.
Ambas entidades deberán precisar en detalle cómo los criptoactivos se radican en el
patrimonio de las personas, así como cualquier otro requisito necesario para cumplir
los objetivos que indique la política económica.

V. La matriz generadora de los criptoactivos exige de conocimientos en programación


e informática que por su especialidad parecieran ser omitidos por el derecho para
abordar su tratamiento. Resulta necesario tener en cuenta que la legislación puede
haber cometido el error de ignorar ciertos elementos imprescindibles de la
tecnología sin los cuales el fenómeno resulta inexplicable. El derecho requiere, a lo
menos, una enunciación general de ellos, específicamente de la criptografía y la
blockchain.

59
VI. La falta de una definición general de la idea de dinero en la ley exige a ratos evitar
discusiones más complejas sobre su fenomenología, problema concerniente ya más
a la economía, la sociología o la antropología. Ello no significa una evasión
absoluta del asunto en el derecho, pero no por ello se deberá centrar el análisis en la
búsqueda de qué es el dinero, sino de cómo los criptoactivos pueden cumplir las
funciones del dinero.

VII. El Banco Central, el Servicio de Impuestos Internos y la Comisión para el Mercado


Financiero se cerraron tempranamente a la posibilidad de que los criptoactivos
pudiesen constituir dinero. La Ley Fintec viene a rectificar la postura y entrega el
carácter de divisa a las stablecoins que representan monedas extranjeras. La opción
de un “criptopeso” queda suspensa, pero a la vista de los estudios llevados al efecto
todo indica que una moneda digital del Banco Central no será un criptoactivo.

VIII. La discusión acerca de la aptitud de los criptoactivos para ser considerados


jurídicamente como dinero termina con una solución un tanto sobria pero
conclusiva: Sólo si la ley lo determina así. Esto no significa que la naturaleza
jurídica de los criptoactivos sea dinero, más bien, específicas legislaciones le han
sustituido como tal, de la misma manera que pudieran hacerlo con cualquier otro
objeto.

La experiencia de Bitcoin como moneda de curso legal en El Salvador y la


República Centroafricana evidencia que en concreto todo elemento puede ser dinero
si se le otorga un irrestricto poder liberatorio, circulación ilimitada y se dispone de
una infraestructura que habilite a los ciudadanos a utilizarlo de manera análoga al
dinero preconcebido.

IX. A pesar de que comienza la estandarización de conceptos propios como “activo


digital” o la misma expresión “criptoactivo”, la solución a la interrogante de la
naturaleza jurídica de los criptoactivos se encuentra necesariamente dentro del vasto
universo de los títulos valores. Máxime conclusión, se debe admitir que la
naturaleza jurídica de los criptoactivos es la de un título valor impropio,
esencialmente desmaterializado en una anotación electrónica despersonalizada, al
portador, causados e incompletos.

La carencia de los elementos tradicionales de los títulos de crédito no es argumento


suficiente como para negar el hecho de que estos operan como activos negociables
sobre la anotación en cuenta electrónica, tal como se lleva haciendo el mercado de
valores desde hace ya años. Negarles como títulos valores no es más que obedecer a
obcecados formalismos que se niegan a admitir los naturales cambios y evolución
de la actividad mercantil.

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