LA ECONOMÍA DE ENTREGUERRAS Bachillerato
LA ECONOMÍA DE ENTREGUERRAS Bachillerato
LA ECONOMÍA DE ENTREGUERRAS Bachillerato
LA GRAN DEPRESIÓN
Tras la guerra, la economía pareció recuperarse, pero pronto esta situación acabó y
estalló una grave crisis que afectó principalmente a los países europeos.
Una vez lograda la paz, la economía internacional conoció, entre 1919 y 1920, un
intenso pero boom económico Los países europeos que habían intervenido en la
guerra necesitaban bienes de equipo (maquinaria, herramientas, material de
transporte…) para reconstruir las infraestructuras y el aparato productivo, así como
para elaborar artículos de consumo con los que satisfacer las necesidades de la
población.
Las economías de Estados Unidos y Reino Unido y las de otras naciones como
Japón y Canadá, se beneficiaron del notable incremento de la demanda europea.
Este enorme gasto de los países europeos fue posible porque se mantuvo el sistema
de créditos que se había establecido durante la Gran Guerra, por lo que estos países
disponían de préstamos baratos, sobre todo a través de los créditos comerciales
estadounidenses. El crecimiento económico y la expansión de la deuda favoreció
una brusca alza de los precios que generó una inflación a nivel mundial.
A) EL PROBLEMA DE LA INFLACIÓN
En esta situación resultó muy difícil aplicar mediadas eficaces para hacer frente a
los problemas económicos. Esta falta de cooperación internacional quedó patente en
la disparidad de las políticas puestas en march apara superar la inflación.
-Los países neutrales, así como Estados Unidos y Reino Unido, logaron detenerla
con una severa política deflacionista: recortes del gasto público, subida de
impuestos, reducción de la masa monetaria en circulación y de los créditos. Esta
lucha anti-inflacionista acarreó, a corto plazo, un inmediato descenso de la
producción y un aumento del número de parados (5 millones en Estados Unidos y
2,5 en Reino Unido). Junto a estas medidas, estos estados intensificaron el
proteccionismo para combatir la competencia exterior.
Para impulsar el comercio mundial y la expansión económica había que eliminar los
obstáculos proteccionistas. Sin embargo, el proteccionismo avanzó en todos los
países, en particular en Estados Unidos y Reino Unido, que subieron sus tarifas
aduaneras más de un 30%.
Para estabilizar las monedas europeas, en 1924 se aceptó el Plan Dawes, que tuvo
como objetivo la normalización de la economía alemana. El plan ajustó los pagos
que Alemania tenía que hacer cada año: cada anualidad podría ser mayor o menor
según el ritmo de su economía. Además, la banca estadounidense concedió a
Alemania un cuantioso préstamo con el cual pudo afrontar los pagos, realizar una
reforma monetaria y retornar al patrón oro. Alemania consiguió de esta manera
estabilizar su economía en torno a una nueva moneda, el reichsmark, que permitió
iniciar una recuperación económica a partir de 1924.
Por otra parte, el propio Plan Dawes previó la reducción de los intereses de las
deudas de los aliados.
Por su parte, Europa se recuperó de la crisis de posguerra, pero dejó de ser el centro
de la economía mundial. De las potencias europeas solo Francia y Alemania
experimentaron un importante crecimiento de la producción industrial, debido a las
necesidades de la reconstrucción de estos dos países, que habían sufrido las mayores
destrucciones. Basaron su recuperación económica en las aportaciones de capital
británico y estadounidense, y también en importantes fusiones de empresas que se
llevaron a cabo, sobre todo en Alemania. La electricidad y el automóvil fueron las
industrias rectoras de este crecimiento.
En Reino Unido el período 1924-1929 estuvo caracterizado por un relativo
estancamiento de su economía. El Gobierno británico decidió reformar al patrón oro
con el valor que tenía la libra esterlina en 1913, frente a la mayoría de los países,
que devaluaron sus monedas. Esto provocó que los productos británicos fuesen más
caros y cayeran sus exportaciones.
Pero esta “prosperidad” tenía serios desequilibrios, que persistieron durante toda la
década y que afectaban a otras zonas del mundo:
-La inestabilidad del sistema monetario internacional fue otro escollo. El sistema del
patrón cambio oro no logró estabilizar la situación por la falta de cooperación
internacional y por la rivalidad entre los grandes centros financieros (Nueva York,
Londres, París).
El hundimiento de la Bolsa de Nueva York, el famoso crack del 29, fue el detonante
de la crisis económica. Pero las causas fueron más profundas:
-El crack bursátil provocó la destrucción del ahorro (millones de grandes y pequeños
inversores se arruinaron) y la drástica reducción del crédito, del consumo y de la
inversión. Sus consecuencias pasaron de inmediato de la Bolsa a la economía real.
-Los bancos se hundieron porque las personas retiraban sus ahorros y porque
muchos préstamos quedaron sin devolver. Alrededor de 9000 bancos quebraron y se
esfumaron los ahorros de millones de ciudadanos.
-El cese de la demanda y de las inversiones provocó una crisis industrial y enormes
tasas de paro. La caída del consumo privado aceleró el descenso de los precios y de
los beneficios, ya aumentaron los stocks. En 1929 la producción industrial de
Estados Unidos se redujo en un 50% y la quiebra afectó a cerca de 23.000 empresas.
El número de parados alcanzó en 1932 los 12 millones de personas.
-el país más rico del mundo no disponía de un sistema de ayuda a los parados, que
cayeron en la miseria. Millones de sus ciudadanos quedaron sin hogar y tuvieron
dificultades para subsistir: desnutrición, hacinamiento en chabolas, etc.
Estados Unidos era la primera potencia económica y el motor financiero del mundo,
por lo que la crisis no tardó en extenderse por otros países con las mismas o más
graves consecuencias.
La crisis se expandió por el resto del mundo a través de dos canales: el comercio y
las finanzas
A) EL COMERCIO INTERNACIONAL
Entre 1929 y 1932 el comercio mundial se redujo en unos dos tercios de su valor. La
disminución de la demanda de importaciones por parte de Estados Unidos y la
aprobación de la ley arancelaria Smoot-Hawley en 1930, que elevaba las tarifas
aduaneras de ese país en un 50%, produjeron en muchos países la caída de sus
exportaciones.
Esta agresiva política proteccionista fue pronto imitada por otros estados, incluido
Reino Unido, paradigma del libre comercio, que elevaron sus aranceles e
impusieron cupos a las importaciones. El proteccionismo económico tuvo unos
efectos nefastos para el comercio mundial. A estas políticas se debió el colapso de
los intercambios y su estancamiento durante el resto del decenio de 1930, lo que
agravó aún más la crisis y alargó la depresión mundial.
Los primeros en sufrir los efectos de la crisis fueron los países exportadores de
recursos agrarios y/o minerales. Los precios de los productos primarios cayeron un
55% en 1933 a causa de la reducción de la demanda por parte de las zonas
industrializadas. Dentro de este grupo, los países más afectados fueron todos los de
Europa oriental, la mayoría de los de Latinoamérica, los del sudeste asiático y
China.
Los países más afectados fueron los que en mayor grado se nutrían de los créditos e
inversiones de Estados unidos, es decir, los de Europa occidental.
-Francia. La crisis fue menos profunda y más tardía. Sus reservas de otro eran aún
importantes, y su dependencia financiera, menor. Pero el abandono del patrón oro
por parte de Reino Unido y la devaluación de la libra esterlina redujeron la
competitividad de los precios franceses.
La Gran Depresión sustituyó el sistema capitalista liberal del siglo XIX por un
nuevo modelo con mayor intervención estatal en la economía.
-Se abordó un programa para sanear el sistema bancario, para que los bancos
ofreciesen seguridad en sus depósitos y préstamos. Se potenció el restablecimiento
del sistema crediticio y se reguló el funcionamiento de la Bolsa para impedir la
especulación.
-Se intentó disminuir la producción agrícola para elevar los precios de los productos
agrarios y que se recuperasen las rentas de los agricultores. Para ello se concedieron
subvenciones aquellos que redujesen sus cosechas y el área sembrada.
-Se forzó a los empresarios a aceptar mejoras sociales, como la fijación de un salario
mínimo, la jornada laboral semanal de 40 horas y el derecho a la libre sindicación ya
a la negociación colectiva.
El New Deal no logró que se recuperasen los niveles de producción de 1929 ni que
se eliminase el paro, aunque palió los efectos más graves de la crisis.
En los años veinte se creó una nueva generación de burgueses adinerados, hombres
de negocios, los “nuevos ricos”. A la vez hubo una disminución de la población
agrícola y un aumento de la clase obrera y de los empleados en el sector terciario
(comerciantes, cuadros medios y administrativos de bancos y empresas,
funcionarios). Esta creciente masa de empleados componía la parte ascendente de
los asalariados de clase media, cuyo tipo de vida y condiciones de trabajo los
distinguían de la clase obrera.