Trabajo Final Derecho Penal 2
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Por otra parte, el artículo 11 dice que los delitos que consistan en la producción
de un resultado se entenderán cometidos por omisión solo cuando la no evita-
ción del mismo equivalga, según el sentido del texto de la ley, a causarlo, por
infringir un especial deber jurídico del autor.
Sí, en el artículo 11, el cual dice que “son delitos las acciones y omisiones dolo-
sas o imprudentes penadas por Ley”.
b) Cuando el emitente haya creado una ocasión de riesgo para el bien jurídica-
mente protegido mediante una acción u omisión precedente.
1. Los propios se refieren a actos que son exigibles a una persona conside-
rando que son acciones salvadoras orientadas por criterios de solidari-
dad.
2. Por su parte, los delitos por omisión impropios son aquellos en los cua-
les se le exige a una persona que evite un resultado, que pudiera preve-
nirse.
ANALISIS
Sobre los objetivos y los subjetivos en el injusto
SANTIAGO MIR PUIG
Catedrático de Derecho penal de la Universidad de Barcelona
Para Santiago Mir Puig , la distinción entre los elementos objetivos y los
subjetivos es necesaria para justificar el desvalor de la acción típica. Partícipe
de la corriente finalista, propone encontrar el desvalor de la acción en la
peligrosidad ex ante de la conducta, mientras que el desvalor del resultado se
podría constatar ex post en el peligro corrido por el bien jurídico.
Cuando Welzel abandonó la separación tradicional de la parte objetiva en el
injusto y la parte subjetiva en la culpabilidad, la distinción entre lo objetivo y lo
subjetivo no desapareció, sino que se trasladó al injusto mismo. Sin embargo,
¿cómo fundamentan los elementos objetivos y subjetivos el desvalor de la
acción?
«…la razón primera que fundamenta la prohibición de una determinada
conducta–es decir, lo que mueve al legislador a querer prohibirla– es una
característica externa de la misma, su peligrosidad ‘ex ante’ para el bien
jurídico. De ahí que, aunque sólo pueden prohibirse conductas voluntarias y en
la medida de su voluntariedad, lo que ha de decidir a prohibirlas no es su
contenido psíquico negativo, sino su peligrosidad externa.»
En otras palabras, si la conducta no es peligrosa por sí misma (‘ex ante’), no
importa cuán voluntaria haya sido. Sólo a partir de esta peligrosidad se puede
entender que se deba prohibir, como intencional y a veces a pesar de la falta
de su intencionalidad.
«…La voluntad que aquí importa es la orden mediante la cual el cerebro activa
los músculos dando lugar a una determinada conducta, a conciencia de su
significado» ¿Se podría demostrar la señal cerebral en el proceso? Si se
prescinde del significado de la conducta, y no se puede demostrar un proceso
interno físico-anímico, ¿se debe absolver a todos in dubio pro reo? En esta
disyuntiva, una conducta así no podría atribuirse a persona alguna, a pesar de
que objetivamente se pudiera relacionar: por lo que él sentido de la acción no
se puede dejar fuera.
Tal vez el problema es querer reducir el injusto al «desvalor de la acción» y que
el Derecho penal sólo prohíba conductas y no resultados. No compartimos
particularmente esta opinión, sino que sostenemos la necesidad de la
peligrosidad objetiva de la conducta, además de un desvalor fundante de una
acción voluntaria.
De esta manera, sería posible resolver el sentido de la acción: el desvalor de la
acción se evidencia en la peligrosidad ex ante de la conducta prohibida, y se
funda en la voluntariedad de su realización o en su acontecer vía imprudencia;
por otra parte, el desvalor del resultado es una consecuencia del peligro corrido
efectivamente por el bien jurídico, el cual se demuestra ex post.
Aún así, Mir Puig insiste, «…la norma sólo puede prohibir lo que sus
destinatarios pueden hacer, y lo que los ciudadanos pueden hacer son sólo
conductas. El resultado separado de la conducta no es el hacer ni forma parte
de él sino que consituye un efecto del hacer. El desvalor del resultado es la
razón primera de la prohibición, presupuesto de la misma, pero ello no supone
que integre su objeto…»
Sin embargo, y sin conceder la postura aquí sostenida, el autor también
apunta «…la relevancia jurídico penal de un hecho depende tanto de que
infrinja una prohibición como de que realice un tipo penal. Sin el resultado
típico, el posible injusto carecerá del primer presupuesto de la infracción penal:
la tipicidad penal.»