Tesis Doctoral

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TM

Z72O 1
FPs
2006
. V55
1020154692
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN
¡ESbPI
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
DIVISIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO

Í^OOEVS^
MAESTRÍA EN CIENCIAS CON OPCIÓN EN
PSICOLOGÍA DE LA SALUD

PREDICTORES EN EL CONSUMO DEL ALCOHOL


EN ESTUDIANTES DE PREPARATORIA

TESIS DE MAESTRÍA EN CIENCIAS

PRESENTA

LIC. MA ELENA VILLARREAL GONZÁLEZ

Director de Tesis

Dr. René Landero Hernández

Junio 2006
^0 2

FONDO
TESIS
1
o

- 'v
a - ' -,
SUßDIRECCIOM DE POSGRADO

L I C . MA. ELENA VILLARREAL GONZALEZ


PRESENTE-

Por medio de la preseme nos dirigimos a Usted para informarle que después de revisar sii
trabajo de Tesis titulada " PREDICTORES EN EL CONSUMO DEL ALCOHOL EN ESTUDIANTES
DE PREPARATORIA".

hemos resuelto hacerle saber que ha sido ACEPTADA para que usted pueda presentar su
Examen de Grado con la intención de titularse de la Maestría en
CIENCIAS CON OPCION EN PSICOLOGIA DE LA SALUD.

Le deseamos el mayor de los éxitos en la meta que se ha propuesto.

Sin otro particular por el momento, nos despedimos de Usted.

Atenla m e r¡ t e
"ALERE FLAMMAM VERLTA T1S "
Monterrey. N. L.. a 20 de j u n i o de! 200 6
COMITÉ ACADEMICO DE MAESTRIAS Y ESPECIALIDADES DE POSGRADO

Mutualísmo 110 Esq. Dr. Eduardo Aguirre Pequeño, Col. Mitras Centro, Monterrey, N.L., México, C.P. 64460
Tels. (8) 333-78-59, (8) 333-82-22 Ext. 115,116, 117 Directo y Fax (8) 348-37-81
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
SUBDIRECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO

MAESTRÍA EN CIENCIAS CON OPCIÓN EN PSICOLOGÍA DE LA SALUD

La presente tesis titulada "Predictores en el consumo de alcohol en estudiantes


de preparatoria" presentada por María Elena Villarreal González, ha sido
aprobada por el comité de tesis.

Aprobación de la tesis

Director de la tesis
Dr. René Landero Hernández

Revisora de tesis

Monterrey, N.L. junio de 2006


AGRADECIMIENTOS

En el camino de superar grandes retos para la realización de esta investigación,


han sido muchas las personas e instituciones que han contribuido en el
presente trabajo, y les agradezco de antemano por todo el apoyo recibido y
dedico los siguientes comentarios:

Deseo expresar mi agradecimiento por todas las facilidades otorgadas por los
directores, personal académico y administrativo de las escuelas públicas
seleccionadas para realizar este trabajo, así como a los alumnos de estas
instituciones, que participaron en esta investigación.

De igual manera agradecer a CONCACYT por el apoyo económico recibido


para realizar mis estudios de maestría y ia realización de esta tesis.

De manera especial, quisiera expresar mí agradecimiento al Director y tutor de


esta tesis al Dr. Rene Landero Hernández investigador de la Facultad de
Psicología UANL, por todas sus aportaciones científicas, y además reconocer
su trabajo y dedicación a la creación de un contexto científico y social en el que
las personas podamos aprender y mejorar en este campo.

Deseo hacer explícito mi mas profundo agradecimiento a los revisores de esta


tesis la Dra. Fuensanta López Rosales y el Dr. Víctor Padilla Montemayor
investigadores de nuestra escuela, por todas sus aportaciones y asesorías
recibidas para la realización de esta tesis, les reconozco todas las enseñanzas
que recibí de cada uno de ustedes.

En particular deseo agradecer enormemente al Director de la Facultad de


Psicología UANL, el Mtro. Amoldo Téllez López, por el valioso apoyo que me
brindo para realizar mis estudios de Maestría, así como es para mí un honor
que haya revisado esta tesis y externar una serie de sugerencias y aportaciones
muy valiosas.

Con estas palabras también deseo expresar mi más sincero agradecimiento a


todos mis maestros ya que de una u otra manera, me han ayudado, motivado y
apoyado para concluir mis estudios de maestría.

En especial deseo agradecer a la Mtra. Mónica González Ramírez por su


amistad así como por sus consejos, opiniones y apoyo constante a lo largo de
la realización de esta tesis.

Asi como a las alumnas que apoyaron en la aplicación de los instrumentos en


las escuelas y a todas las personas que de una u otra manera contribuyeron mi
más profundo agradecimiento.

Finalmente reservo estos últimos momentos de expresión profunda a mi familia


en especial a mi esposo Juan Carlos por todo el amor, comprensión y el apoyo
recibido para seguir adelante con mis estudios.

Al tesoro mas grande que es mi hijo Juan Carlos, deseo darte las gracias
infinitas por el amor y la paciencia que haz tenido, para comprender que en
ocasiones te eh sustraído tiempo, te quiero mucho, eres el motor que me
impulsa a seguir adelante.

Por ultimo deseo agradecer a mis hermanos: Chepina, Alfredo, Carmen,


Eduardo y Juany por todo el apoyo recibido de ustedes y adecuarse a mis
tiempos para convivir, así como a mis padres aunque físicamente no los tengo,
pero si, en mi pensamiento y mi corazón.
RESUMEN

El objetivo del presente estudio es Identificar de las variables de estudio cuales


son los factores predíctores en la frecuencia en el consumo de alcohol de los
estudiantes y si hay diferencia en el consumo entre hombres y mujeres, y entre
los estratos socioeconómicos. Se trabajó con una muestra representativa de
980 estudiantes bajo el método de muestreo aleatorio estratificado,
considerando la proporción de alumnos por semestre, grupos y turno, de la
muestra 498 son hombres y 482 mujeres, es decir 50.7% hombres y 49.1%
mujeres, la edad promedio es de 15.6 años. El estudio realizado es
correlaccional y se utilizaron cuestionarios de autoinforme. El análisis realizado
con la prueba de Kolmogorov-Smirnov nos muestra que no existe normalidad
en (as variables (K-S= .254, p= <.01), con base a lo anterior se decidió realizar
los análisis con pruebas no paramétricas. Se obtuvo una correlación
significativa para los hombres entre la frecuencia en el consumo familiar y el
consumo de los estudiantes (rs «.494, p= .001), así como entre la frecuencia en
el consumo de los amigos y el consumo de los estudiantes (rs=.539, p= .001).
En cuanto a las mujeres hay una correlación significativa entre la frecuencia en
el consumo familiar y el consumo de los estudiantes (rs =.528 p= .001), así
como en la frecuencia en el consumo de alcohol de los estudiantes y el
consumo de los amigos (rs=.481 p= .001).

Para conocer las diferencias del consumo de alcohol de los estudiantes entre
los diferentes estratos se utilizó la prueba U de Mann-Whitney; encontrando
diferencias significativas entre el estrato Medio y estrato Medio Alto (Z= -2.649,
p=.008); sin embargo, no hay diferencia significativa en el consumo de alcohol
entre hombres (Z= -1.032, p= .30), en cambio en las mujeres, si hay diferencias
significativas (Z=.2775, p=.006).
Palabras Clave: Consumo de alcohol, predictores y estudiantes.
ABSTRACT
The Objective is to analyze Identifying of the variables of study which are
the factors predictores in the frequency in the consumption of alcohol of the
students and if there is a difference between men and women consumption of
alcohol, and the socioeconomic status. We used a representative sample of 980
students under the method of stratified random sampling, considering the
proportion of students by semester, groups and turn. The sample consisted of
498 men and 482 women that is a 50.7% of men and 49.1% of women; the age
average was of 15.6 years. A correlational design was adopted and it was used
a self report questionnaires. The analyses made with the test of Kolmogorov-
Smirnov show to us that there is not normality in the variables (K-S= .254, p =
<.01), based on this we decided to make the analyses with nonparametric tests.
The Spearman's coefficient indicates a significant correlation for the men
between the familiar frequency of alcohol consumption and the consumption of
the students (rs = .494, p = .001), as well as a significant correlation between the
consumption of the friends and the consumption of the students (rs = .539, p
= .001). As for the women there is a significant correlation among the frequency
in the family consumption and the consumption of the students (rs =. 528 p =.
001), as well as in the frequency in the consumption of alcohol of the students
and the consumption of the friends (rs=.481 p =. 001).

In order to know the differences in the alcohol consumption of the students


between the different socioeconomic status the test U of Mann-Whitney was
used; finding significant differences between the socioeconomical middle stratus
and the stratum socioeconomical-middle high (Z = -2.649, p=.008); nevertheless,
there is no significant difference for alcohol consumption between men (Z = -
1.032, p =. 30), and women (Z-2775, p = .006).
Keywords: Consume of alcohol, predictores and students.
ÍNDICE

CAPÍTULO 1 10

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 10

1.1 INTRODUCCIÓN A L P R O B L E M A : 10

1.2 PLANTEAMIENTO DEL P R O B L E M A : 15

1.3 JUSTIFICACIÓN: 19

1.4 OBJETIVOS 21

1.4.1 OBJETIVO GENERAL: 21

1.4.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS: 21

1.5 HIPÓTESIS 22

1.5.1. HIPÓTESIS DE INVESTIGACIÓN: 22

CAPÍTULO 2 23

M A R C O TEÓRICO 23

2.1 CONSUMO DE A L C O H O L 23

2.2 LA ADOLESCENCIA EN EL CONSUMO DE A L C O H O L : 30

2.3 V A R I A B L E S SOCIODEMOGRÁFICAS EN EL CONSUMO DE


ALCOHOL 31

2.4 ENTORNO FAMILIAR EN EL CONSUMO DEL A L C O H O L 36

2.5 ENTRONO SOCIAL EN EL CONSUMO DE A L C O H O L 46

2.6 V A R I A B L E S PSICOLÓGICAS EN EL CONSUMO DE A L C O H O L 49

CAPÍTULO 3 58

MÉTODO 58

3.1. TIPO DE ESTUDIO: 58

3.2. MUESTRA: 58
3.3 I N S T R U M E N T O S P A R A L A R E C O L E C C I Ó N D E D A T O S : 58
3.3.1 ESCALA PARA MEDIR LAS VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS 59
3.3.2 ESCALA PARA EL CONSUMO DEL ESTUDIANTE 59
3.3.3 ESCALA PARA LA FRECUENCIA EN EL CONSUMO DE ALCOHOL DE LA
FAMILIA, AMIGOS ASI COMO DEL ESTUDIANTE 60
3.3.4 ESCALA PARA LAS ACTITUDES EN RELACION AL CONSUMO DE
ALCOHOL EN LOS ESTUDIANTES 60
3.3.5 ESCALA PARA FUNCIONALIDAD FAMILIAR 61
3.3.6 ESCALA PARA LA AUTOESTIMA EN LOS JÓVENES 61

3.4 P R O C E D I M I E N T O : 62

3.5 A N Á L I S I S D E L O S D A T O S : 63

3.6 A S P E C T O S ÉTICOS: 63

3.7 LIMITACIONES DEL ESTUDIO: 64

CAPÍTULO 4 65

RESULTADOS 65

CAPÍTULO 5 87

DISCUSIÓN 87

CAPÍTULO 6 91

CONCLUSIONES 91

REFERENCIAS 96

APÉNDICE 106

Lista de Tablas:
Tabla No 1. Análisis de consistencia interna de los Instrumentos 66
Tabla No 2. Análisis descriptivo de los niveles de la frecuencia en el consumo de alcohol de los
estudiantes (n=985) 66
Tabla No 3. Descripción de la frecuencia en el consumo de alcohol por sexo 67
Tabla No 4. Frecuencia con la que los estudiantes toman alguna bebida que contenga alcohol67
Tabla No 5. Frecuencia en tomar seis "bebidas" o más en una sola ocasión 68
Tabla No 6. Análisis descriptivo de la edad de inicio en el consumo de alcohol 68
Tabla No 7. Análisis descriptivo de la edad de inicio en el consumo de alcohol por sexo 69
Tabla No 8. Descripción del Consumo de Alcohol por Estrato Socioeconómico 69
Tabla No 9. Descripción de la frecuencia en el consumo de alcohol por sexo según la posición
socioeconómica 70
Tabla No 10. Análisis descriptivo de la Disposición de Dinero diario (n=967) 70
Tabla No 11. Análisis descriptivo de la Disposición de Dinero fin de semana (n= 944) 71

Tabla No 12. Disponibilidad de dinero por sexo 71


Tabla No 13. Coeficientes de Correlación de Spearman entre el consumo de alcohol de
estudiantes, edad y dinero disponible los fines de semana 72
Tabla No 14. Coeficientes de Correlación de Spearman por sexo en el consumo de alcohol de
estudiantes, edad y dinero disponible los fines de semana (n= 985) 72

Tabla No 15. Participar en accidentes automovilísticos después de ingerir bebidas alcohólicas73

Tabla No 16. Si el estudiante ha sufrido algún daño producto del consumo de alcohol 73
Tabla No 17. Análisis descriptivo de los niveles en el consumo familiar de alcohol 74
Tabla No 18. Frecuencia del nivel de consumo familiar de alcohol por sexo de los estudiantes 74
Tabla No 19. Análisis descriptivo de la frecuencia consumo de alcohol familiar, de los amigos y
estudiantes (n=980) 75
Tabla No 20. Descripción del consumo de alcohol familiar, amigos y de los estudiantes por sexo

<n=980) 76
Tabla No 21. Coeficientes de Correlación de Spearman por sexo, de la frecuencia en consumo
de alcohol de los estudiantes, del consumo familiar y el consumo de los amigos (n= 985) 76
Tabla No 22. Análisis descriptivo de los niveles de Funcionalidad familiar (n=985) 77
Tabla No 23. Análisis Descriptivo de Funcionalidad Familiar por sexo 77
Tabla No 24. Distribución de los niveles de Consumo de alcohol de los estudiantes y los niveles
de funcionalidad familiar 78

Tabla No 25. Distribución de los niveles de Consumo de alcohol de los estudiantes y los niveles

de funcionalidad familiar, por sexo 79


Tabla No 26. Distribución de los niveles de Consumo de alcohol familiar y los niveles de
funcionalidad familiar 79
Tabla No 27. Distribución de los niveles de Consumo de alcohol familiar y los niveles de
funcionalidad familiar, por sexo 80
Tabla No 28. Análisis descriptivo del tipo de familia de los estudiantes (n= 974) 81
Tabla No 29 .Distribución porcentual de los niveles de funcionalidad familiar y tipo de familia_81
Tabla No 30. Análisis por sexo de los Niveles de funcionalidad familiar y tipo de familia 82
Tabla No 31. Porcentaje de los niveles de consumo familiar y tipo de familia 83
Tabla No 32. Análisis Descriptivo general de Variables Psicológicas (n=985) 83
Tabla No 33. Análisis descriptivo de las variables Psicológicas por Sexo 84
Tabla No 34. Coeficientes de Correlación de Spearman entre el consumo de alcohol de los
estudiantes, las actitudes y la autoestima (n= 985) 85
Tabla No 35. Coeficientes de Correlación de Spearman por sexo entre el consumo de alcohol
de los estudiantes con las actitudes y la autoestima (n= 944) 85
Tabla No 36. Análisis de regresión (n = 944) 86
CAPÍTULO 1
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1 INTRODUCCIÓN AL PROBLEMA:

El interés por realizar este estudio surge debido a que nuestro país el problema
del consumo de alcohol en jóvenes y adolescentes se ha ido extendiendo a tal
punto que hoy debe ser considerado un problema de salud pública. Los jóvenes
inician el consumo cada vez a edades más tempranas, con mayor frecuencia e
intensidad y esto tiene serias implicaciones en las condiciones generales de
salud, ya que el uso o abuso del alcohol ha sido ampliamente asociado al
aumento de enfermedades gastrointestinales y cardiovasculares, problemas de
colesterol, accidentes de tránsito, muertes violentas, abuso y violencia sexual,
contagio de infecciones de transmisión sexual, embarazo adolescente (Julián,
1998 y Pérez, 1999, en Londoño, Garcia, Valencia y Vinaccia, 2005).

El alcohol es la sustancia más antigua conocida por el hombre. Su uso data de


por lo menos 6400 años antes de Cristo, en que se preparaban bebidas
fermentadas a partir de la miel, y luego de la cebada. La destilación del alcohol
habría sido descubierta en el Medio Oriente alrededor de 800 años antes de
Cristo. La palabra alcohol proviene del árabe y significa "espíritu finamente
dividido" (Florenzano, 2005). El consumo de bebidas alcohólicas es una
práctica arraigada en la cultura mexicana y su origen se remonta al periodo
prehispáníco. El alcohol ha estado vinculado a la vida religiosa, económica,
social y política de los pueblos que habitaron nuestro país. Pero también el
abuso y los problemas asociados son ya referidos en las primeras crónicas
coloniales, una vez que las restricciones con relación a las situaciones del
consumo fueron modificadas y que la tensión social se incrementó entre los
diversos grupos poblacionales.
Durante el período colonial las medidas adoptadas por las autoridades
incluyeron: la prohibición de la venta de bebidas embriagantes a los indios y la
sustitución de bebidas destiladas por fermentadas de menor graduación. El uso
de bebidas alcohólicas va estrechamente ligado a los acontecimientos sociales
de nuestra civilización desde tiempos inmemorables. Inmediatamente que el ser
humano es capaz, en su evolución adaptativa al medio, de descubrir una forma
de almacenar líquidos en un recipiente, comienza la historia de las bebidas
alcohólicas. Tan pronto como es descubierto el proceso de fermentación de
ciertos líquidos azucarados procedentes de algunos granos y frutos, comienza
el consumo de estas bebidas. El devenir histórico ha convertido al alcohol en
una sustancia ampliamente utilizada y con una enorme aceptación social,
presente en casi todos los rituales sociales vinculados a la cultura occidental.
Blum (1973, en Pons y Berjano, 1999) menciona que el alcohol es de hecho, la
primera droga de la que los textos históricos se han referido en términos de
abuso, varios miles de años antes de Cristo.

Berjano y Musitu, (1987, en Pons y Berjano, 1999) definen a la droga como toda
sustancia que cumple con los siguientes requisitos:

• Es administrada de forma voluntaria por la persona.


• A través de su consumo se pretende obtener una serie cambios físicos
y/o psicológicos.
• Como consecuencia del continuo efecto reforzante de los cambios
psicológicos derivados, puede provocarse en el consumidor una
situación de necesidad psicológica de seguir consumiendo la sustancia.
• El propio consumidor y la sociedad en la que se haya inmerso, perciben
el producto como capaz de provocar los efectos anteriormente citados.
En México se estima que existen más de 2.8 millones de personas con
síntomas de dependencia al alcohol, en Nuevo León se reporta que 1.9 millones
de personas consumen bebidas alcohólicas, de una población total 4; 080, 799
y la población total de jóvenes es de 484,697 en edades de 12 a 17 años de los
cuales 128,929 son jóvenes bebedores. Asimismo el consumo de alcohol esta
entre las cinco de las 10 principales causas de mortalidad en nuestro país.
Aunado a esto, se suman conflictos ocasionados por la violencia, la disminución
de la productividad y el deterioro en la calidad de vida individual y social
(SIS VE A, 2004).

Asimismo se ha encontrado que las lesiones son provocadas por accidentes de


tráfico y ocupan el tercer sitio dentro de las principales causas de muerte. El
total de Muertes por esta causa registrada en el país en 1997 fue de 14 543, lo
que representó la muerte Diaria de 40 personas y la pérdida de 454 903 años
Potenciales de vida. El 77 por ciento de estas Muertes ocurrieron en zonas
urbanas y carreteras, y la población más afectada fueron los varones de entre
15 y 29 años de edad. Ente 1993 y 1997 la tasa de mortalidad por Accidentes
de tráfico de vehículos de motor mostró un ligero descenso, al pasar de 16.2
por 100 000 Habitantes en 1993 a 15.4 en 1997. Dentro de los costos
económicos cabe destacar los costos indirectos generados por la pérdida de
productividad, sobre todo tomando en consideración que )a población más
afectada por los accidentes de vehículo de motor es la población joven. Se
estima que en nuestra zona metropolitana 539,301 personas circulan cada
semana, en diversos niveles de embriaguez, diariamente mueren en el país 40
personas por accidentes de vehículo de motor de acuerdo con estimaciones
recientes, anualmente mueren alrededor de 800 mil personas en el mundo por
accidentes de tráfico. Las enfermedades del corazón, los accidentes, la
patología cerebro vascular, la cirrosis hepática y los homicidios y lesiones en
riña, implica aislamiento social, pérdida de oportunidades laborales,
dependencia económica y sufrimiento moral, con las consecuentes
repercusiones en los ámbitos familiar y comunitario (Mora 2001, en Secretaría
de Salud, 2001).

Caraveo-Anduaga, Colmenares-Bermúdez y Saldívar-Hernández (1999)


mencionan que en México, las Encuestas Nacionales de Adicciones (ENA) han
permitido conocer que el tabaco y el alcohol constituyen las principales
sustancias cuyo consumo es objeto de abuso entre la población. En la primera
ENA (1988) se encontró que 5.9% de la población urbana de 18 a 65 años, en
todo el país, cumplió con el criterio diagnóstico de dependencia de la
Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10); ese porcentaje
correspondió, entre los hombres, a 12.5%, y entre las mujeres, a 0.6%. En la
Ciudad de México la prevalencia de dependencia al alcohol fue de 5.6%,
afectando a 11.3% de la población masculina y a 0.7% de la femenina. En la
segunda ENA (1993) la prevalencia de dependencia nacional fue de 9.4%, lo
cual representa un incremento de 3.5% en el lapso de cinco años. Entre la
población masculina, la prevalencia del síndrome de dependencia fue de
19.5%, con un aumento de 7%, y entre las mujeres el índice se duplicó
afectando a 1.2%.

En Nuevo León la población total es de 4; 080, 799 y la población de 12 a 65


años es 3; 007,548, la población de 12 a 17 años es de 484,697 y la tasa de
prevalencia de consumo 50.3 % de población y de 12 a 65 años. La estimación
es de 1; 840,619 bebedores en el estado tasa de prevalencia de consumo 24.9
% y la población de 12 a 17 años de jóvenes bebedores es de 128,929 jóvenes
(SISVEA 2004).

Por ejemplo en Estados Unidos en el 2001, encontraron que el alcohol esta


relacionado a los accidentes automovilísticos 41% de los accidentes estaba
involucrado el alcohol (U.S. Departament of trasportaron, 2002, en Helgeson,
2004). Y que este abuso del alcohol también tiene consecuencias económicas y
sociales, como perdidas de trabajo o perdidas en las relaciones sociales y esta
relacionado con conductas antisociales (Hull & Bond, 1986, en Helgeson 2004).
El consumo de grandes cantidades de alcohol es dañino para la salud, esto
esta asociado con el incremento de riesgo en las enfermedades de corazón,
cáncer, cirrosis, accidentes, homicidio entre otros (Rich-Edwards, Manson,
Henneckenes & Buring, 1995)

Bolet y Socarras (2003) afirman que el alcoholismo parece ser producido por la
combinación de diversos factores que ponen en riesgo la salud del joven
adolescente. El riesgo entendido como la probabilidad de aparición de un
acontecimiento desfavorable para la salud en una población o en un individuo, y
factor de riesgo a toda variable con la que el riesgo está vinculado. Diversas
transformaciones y cambios económicos, culturales y sociales han coincidido en
momentos determinados, provocando, entre otras cosas, un aumento de la
disponibilidad del alcohol, con variación no sólo de la cantidad, sino de la
calidad de las bebidas y un aumento en el consumo del alcohol por parte de los
jóvenes (Bolet, 2002).

Ramírez y Andrade (2005) Consideran que es necesario definir "Factores de


riesgo como aquellas circunstancias personales y sociales, que relacionadas
con las drogas aumentan la probabilidad que un sujeto se inicie en el consumo
de alcohol. Los factores de riesgo para tabaquismo y alcoholismo en los niños y
adolescentes son sexo, edad, nivel socio económico padres fumadores y
bebedores, hermanos mayores y amigos. Cuando se abordan factores de
riesgo indistintamente se esta hablando sobre exposición. La exposición a un
factor significa que una persona antes de manifestar un problema estuvo en
contacto con uno o más factores. Con frecuencia el contacto con factores de
riesgo para dolencias crónicas ocurre en un largo periodo de tiempo. El
consumo de tabaco, alcohol, son ejemplos. Hay muchas maneras diferentes de
caracterizar la intensidad de la exposición con el contacto como un factor de
riesgo: exposición una vez, dosis actual, dosis mayor, dosis acumulativa, años
de exposición.
El alcoholismo es una enfermedad que causa dependencia, y que se puede
adquirir por varias vías, y la adolescencia es una etapa difícil del desarrollo,
donde se pueden favorecer las conductas de consumo de alcohol, ya sea por la
reafirmación de la independencia, la virilidad, la libertad en la toma de
decisiones, o la imitación a los adultos. Rodrigo, Márquez, García, Mendoza,
Rubio, Martínez y Martín (2004) afirman que debe de tomarse en cuenta en la
adolescencia los valores individuales y el grupo de referencia a que pertenecen.
Salazar, Ugarte, Vásquez y Loaiza (2004) mencionan que la etapa de la
adolescencia se caracteriza por cambios drásticos y rápidos en el desarrollo
físico, mental, emocional y social, que provocan ambivalencias y
contradicciones en el proceso de búsqueda del equilibrio consigo mismo y con
la sociedad a la que el adolescente desea incorporarse. Por ello, los
adolescentes son una materia moldeable y receptiva que está muy abierta a las
influencias de los modelos sociales y de los entornos de vida que frecuentan.

1.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:

En este estudio nos planteamos la siguiente pregunta ¿Cuales son los


predictores en la frecuencia del consumo de alcohol en los estudiantes de

preparatoria?, a razón de que en nuestra sociedad el consumo de alcohol es un


hábito, y está culturalmente aceptado en la mayoría de los países. Por tanto, no
es solo un comportamiento individual, sino que se encuentra fuertemente
influenciado por normas sociales y por el contexto socioeconómico y cultural en
el que vivimos. Cambios en estos contextos se acompañan de cambios en el
uso/abuso de alcohol.

Martínez (2002) menciona que en los jóvenes el consumo de alcohol le puede


generar en consecuencias negativas derivadas de este consumo tales como:
alteraciones de las relaciones con la familia, compañeros y maestros, bajo
rendimiento escolar, agresiones, violencias, alteraciones del orden público y
conductas de alto riesgo, como conducir tras haber bebido, así como
actividades sexuales de riesgo que conllevan embarazos no deseados y
enfermedades de transmisión sexual. Los accidentes de vehículos a motor
constituyen la primera causa de muerte entre los hombres de 1-34 años y entre
las mujeres de 1-24 años.

Con independencia del grupo de edad, las tasas específicas son siempre más
altas en hombres que en mujeres, registrándose en ambos casos un período de
especial riesgo entre 15 y 24 años. Esta distribución, similar a la descrita en
otros países, señala a los "veinteañeros", especialmente hombres, como el
grupo de mayor riesgo de sufrir una lesión fatal por accidente de tráfico. El
consumo de alcohol puede ser el inicio de una secuencia de conductas
adjetivas. Secuencia que se inicia con las drogas legales y que puede terminar
con las ilegales. Cualquiera de estas sustancias, alcohol, tabaco, marihuana,
cocaína, puede funcionar como puerta de entrada al uso secuencial de otras
drogas.

El que adolescentes y jóvenes consuman alcohol con lleva un importante riesgo


tanto para la salud individual como para la salud pública, ya que el hecho de
consumir alcohol a temprana edad, como es en los jóvenes, aumenta la
probabilidad de que se mantenga o agudice este problema durante la vida
adulta y se pueda llegar a depender de la sustancia. Asimismo, el alcohol es la
puerta de entrada al consumo de otras sustancias psicoactivas y representa un
riesgo para la salud solo o en combinación con otros hábitos frecuentes en los
universitarios como el consumo de tabaco y la práctica de dietas inadecuadas
asociadas a enfermedades crónicas.

En el presente trabajo de investigación se estudiaron las siguientes variables y


de que manera estas se relacionan con la frecuencia en el consumo de alcohol
de los estudiantes, ya que observamos en los estudios realizados que los
diferentes autores que mencionan que estas son las que mejor predicen el
consumo de alcohol en los jóvenes.

Las variables estudiadas fueron:

Edad: Esta es una variable fuertemente asociada al consumo de drogas. Y


observaron que a los 15 años de edad, 50% de los estudiantes ya había
iniciado el consumo de alcohol.

Género: La evidencia epidemiológica nacional e internacional reconoce que el


uso ocasional o continuo de alcohol y tabaco, solos o combinados, permanece
obstinadamente común entre la gente joven, con mayor prevalencia de uso en
el sexo masculino

Tipo de familia: Esta variable consideramos que es de interés ser abordada


para ser analizada que relación guarda la frecuencia en el consumo de alcohol
con el tipo de familia.

Estrato socioeconómico: En algunos estudios se ha encontrado una relación


significativa entre el consumo de alcohol en la adolescencia y el nivel
socioeconómico.

Disponibilidad de dinero: Los hallazgos encontrados al respecto nos sugieren


que probablemente es la disponibilidad de dinero más que la clase social lo que
estaría propiciando la frecuencia en el consumo.

Accidentes automovilísticos: El riesgo de padecer un accidente aumenta por


la pérdida de reflejos, la desinhibíción, la sensación de control, la euforia y el
déficit perceptivo ocasionado por el alcohol. Según Romero (1994, en Espada,
Méndez, Griffin y Botvin 2003) hasta un 60% de los accidentes de tráfico se
explican por la combinación jóvenes-alcohol-fin de semana.
Frecuencia en el consumo del estudiante: En esta variable nos referimos a la
repetición en el consumo de ciertos tipos de bebidas que el joven consume.

Frecuencia en el consumo familiar: Existen numerosos factores propios del


ambiente familiar que pueden aumentar el riesgo de que un hijo consuma
alcohol.

Frecuencia en eí consumo de amigos: El adolescente comienza a participar


con su grupo de iguales, los cuales incidirán de forma importante en su
socialización. El muchacho se constituye con sus amigos en un grupo social
organizado que le permite satisfacer sus necesidades de afiliación y aceptación
por parte de los iguales.

Actitudes: Existen estudios que afirman que el medio en el cual se


desenvuelve el sujeto, así como las creencias o expectativas, actitudes, normas,
costumbres son detonantes en el consumo del alcohol.

Funcionalidad familiar: En el grupo familiar surgen conflictos entre padres e


hijos por el control de los recursos que el joven quiere o considera suyos. El
adolescente se siente con una autonomía e independencia cada vez mayores.

Autoestima: entendida como la imagen o percepción que cada persona tiene


sobre su valor y competencia como ser humano. El tener una imagen positiva
de sí tiene que ver con estar satisfecho y aceptarse como uno es, con sus
limitaciones y capacidades personales
1.3 JUSTIFICACIÓN:

El consumo de bebidas alcohólicas se encuentra presente a lo largo de la


historia de la humanidad y se asocia a situaciones en algunos casos a la
convivencia que ocurren en la vida cotidiana de muchas culturas. En México el
uso de bebidas alcohólicas es una práctica arraigada en la cultura y su origen
se remonta al período prehispánico. Las prácticas sociales más diversas están
impregnadas de alcohol, celebraciones, fiestas, primeras comuniones,
ascensos, separaciones, despidos, negocios, bancarrotas, grados, matrimonios,
banquetes, partidos, conquistas y demás, y todas van acompañadas de su
dosis de alcohol.

El adolescente que bebe a escondidas para ser como sus compañeros, el


universitario que lo vuelve un estilo de vida, hasta el adulto que acompaña
alegrías y tristezas con el trago, todos, alimentan una sociedad alcoholizada. Ya
que como bien se ha comentado a lo largo de este trabajo de que manera el
consumo de alcohol impacta en la salud de los individuos y de las familias, así
como en la productividad y en el desarrollo económico y en la calidad de vida. Y
sin dejar de lado, los costos y daños individuales, familiares y sociales que en
nuestro país origina el abuso de alcohol, y de que manera esto ocasiona un
grave problema de salud pública.

En México la magnitud del problema se pone de manifiesto en algunas


estimaciones que señalan que cerca del 6% de la población adulta es alcohólica,
lo que representa una cifra cercana a los dos millones de personas, las cirrosis
alcohólicas están entre las 10 primeras causas de muerte y más del 35% de los
accidentes de tránsito son causadas por el alcohol. Según datos
proporcionados por el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones
del Estado de Nuevo León (2004), casi 1.9 millones de personas consumen
bebidas alcohólicas en cualquier cantidad en Monterrey N. L., el 22.1 % es el
alcohol la principal droga más utilizada por los jóvenes, el 39 % iniciaron antes
de los 14 años, el 46 % empezaron entre los 15 y 19 años. El 84 % son
hombres; pero se ha incrementado la cantidad de mujeres alcohólicas en más
del 60% en los últimos cinco años (SISVEA, 2004).

En el presente estudio consideramos necesario investigar los predictores que


bien pudieran están asociados en la frecuencia en el consumo del alcohol, ya
que como se ha visto existen pocos estudios en México sobre este tema, los
que hay abordan sólo aspectos parciales de la problemática y existen escasos
estudios que han realizado análisis de regresión lineal como el que
pretendemos elaborar en esta investigación. Y estos resultados encontrados
serán útiles para que las instancias Gubernamentales y no Gubernamentales
encaminen sus esfuerzos en la elaboración de programas preventivos y de
intervención.
1.4 OBJETIVOS
Para estudiar los factores de riesgo en el consumo de alcohol de los
adolescentes se plantean los siguientes objetivos:

1.4.1 O B J E T I V O G E N E R A L :

Identificar de las variables de estudio cuales son los factores predictores en la


frecuencia en el consumo de alcohol de los jóvenes de preparatoria.

El objetivo general se desglosa en los siguientes objetivos específicos:

1.4.2 O B J E T I V O S E S P E C Í F I C O S :

1. Identificar cuales son las características de las variables


sociodemográficas y psicosociales de los sujetos de estudio.

2. Conocer la relación entre las variables sociodemográficas tales: como el


género, edad, posición socioeconómica y disponibilidad de dinero (entre
semana como el fin de semana) en la frecuencia del consumo de alcohol
en los estudiantes.

3. Conocer la relación entre las variables psicosociales tales como: la


frecuencia en el consumo familiar, frecuencia en el consumo de amigos,
actitudes hacia el consumo de alcohol, funcionalidad familiar, autoestima
con la frecuencia en el consumo del estudiante en relación a tipos de
bebidas.

4. Determinar los predictores en la frecuencia en el consumo de alcohol de


los estudiantes.
1.5 HIPÓTESIS

1.5.1. H I P Ó T E S I S D E I N V E S T I G A C I Ó N :

Las hipótesis que se plantearon para este estudio han sido:

1. Existe una mayor frecuencia en el consumo de alcohol en los hombres


en relación con las mujeres.

2. A mayor edad mayor frecuencia en el consumo de alcohol.

3. Existe diferencia en la frecuencia en el consumo de alcohol de los


estudiantes de acuerdo al estrato socioeconómico.

4. A mayor disponibilidad de dinero mayor frecuencia en el consumo de


alcohol de los estudiantes.

5. Existe asociación en la frecuencia del consumo familiar y la frecuencia en


el consumo de los estudiantes.

6. Existe asociación en el consumo de amigos y la frecuencia en el


consumo del estudiante.

7. Existe asociación entre las actitudes favorables hacia el consumo de


alcohol, y la frecuencia en el consumo de alcohol de los estudiantes.

8. Existe asociación entre la funcionalidad familiar y la frecuencia en el


consumo del alcohol de los estudiantes.

9. Existe asociación entre la autoestima la frecuencia en el consumo de


alcohol.
CAPÍTULO 2

MARCO TEÓRICO

2.1 CONSUMO DE ALCOHOL

El alcoholismo tiene una incidencia biológica, psicológica y social, constituye la


toxicomanía de mayor relevancia a escala mundial por su prevalencia y
repercusión. El alcohol, además de los numerosos problemas médicos que
produce, es también una fuente de problemas sociales. El peligro del
alcoholismo está presente por igual en todas las personas. La adolescencia es
considerada un factor de riesgo, donde se pueden favorecer las conductas de
consumo de alcohol, ya sea por la reafirmación de la independencia, la virilidad,
la libertad en la toma de decisiones, la creencia de determinados mitos o la
imitación a los adultos. El estrés, los factores genéticos y ambientales influyen
significativamente en el alcoholismo en general y en la recaída alcohólica.
Existe predominio del sexo masculino de esta afección, aunque es cada vez
mayor su adición por el sexo femenino y en jóvenes en general , se observa en
más del 16 % de las personas mayores de 65 años y se reporta una alarmante
incidencia mundial 1-6 (García, Gutiérrez, Lima, Aldana, Casanova y Álvarez,
2004).

El consumo de bebidas alcohólicas se encuentra presente a lo largo de la


historia de la humanidad y se asocia con mucha frecuencia a situaciones de
convivencia que ocurren en la vida cotidiana de muchas culturas. En México, el
uso de bebidas alcohólicas es una práctica sumamente arraigada en la
población general y su origen se remonta al periodo prehispánico, estando el
alcohol vinculado a numerosas actividades sociales, políticas, económicas y
religiosas en los diversos pueblos que han habitado y habitan este país (Tapia,
2001, en Vargas, Moreno y Alonso, 2005).
El alcoholismo es considerado un fenómeno universal, que constituye uno de
los primeros problemas de la salud pública en la mayoría de los países, como
cerca del 70% de la población mundial consume bebidas en diferentes
proporciones y el 10% se convertirán en alcohólicos en e( curso de sus vidas
(Martínez 2005) nos dice que existen más hombres que mujeres que consumen
alcohol, más del 50% de ellos tiene que oscilan entre los 15 y 28 años; la
conducta de estos enfermos afecta emocionalmente a sus familiares más
cercanos y más de 75 000 adolescentes se agregan anualmente a las primeras
etapas de la enfermedad.

Zamora (1993, en Rodríguez, 1999) define a los jóvenes como aquellos


individuos que habiendo superado fisiológica y psicológicamente la edad
adolescente y reuniendo, por tanto, las condiciones necesarias para
desempeñar las funciones propias de los adultos, carecen de las condiciones
suficientes para independizarse de su familia de origen, para organizar su
propio grupo doméstico.

Abreu, Fernández y Martín (1995) El alcohol lo definen como una sustancia


tóxica capaz de producir hábito en ciertas personas, que ocasiona a veces
daños irreparables en la salud del individuo y en la colectividad, si éste no
puede controlarse a tiempo. Los problemas relacionados con el alcohol y en
particular con su consumo excesivo figuran entre los principales de la salud
pública del mundo, y constituyen una grave amenaza para la salud, el bienestar
y la vida de la humanidad.

El alcoholismo ha sido definido por (Jenillek en Torres, Iglesias, Turro, 2000),


como una enfermedad que incluye todo uso de bebidas que causen daño de
cualquier tipo al individuo, a la sociedad o a ambos. Es actualmente la
toxicomanía de mayor relevancia a nivel mundial por su prevalencia y
repercusión biopsicosocial.

Pons y Berjano (1997) definen al consumo de alcohol como la utilización que se


hace de una sustancia en un determinado momento, y como consecuencia del
cual se experimentan unos efectos determinados. Está claro que el consumo de
alcohol se refiere al que realiza tanto el alcohólico, como el bebedor habitual,
sea éste moderado o abusivo, como el bebedor esporádico, como quien lo
hiciera por primera vez. Dicho de otra manera, el término consumo de alcohol,
en un sentido estricto, contempla únicamente la ingesta actual, aislada de otras
ingestas pasadas o futuras.

Bolet y Socarras (2003), afirman que la Organización Mundial de la Salud


(OMS) definen a el alcoholismo como un trastorno conductual crónico
manifestado por ingesta repetidas de alcohol, excesivas, respecto a las normas
dietéticas y sociales de la comunidad y acaban interfiriendo la salud o las
funciones económicas y sociales del bebedor; y que la ingesta diaria de alcohol
superior a 50 gramos en la mujer y 70 gramos en el hombre (una copa de licor o
combinado tiene aproximadamente 40 grs. De alcohol, un cuarto de litro de
vino30 grs. Y un cuarto de litro de cerveza 15 grs.

Cuadrado (2000) menciona que tras la ingesta de alcohol observamos que


entre los 15 minutos y la media hora se consiguen los mayores niveles de
alcohol en sangre, con un descenso lento posterior que dura varias horas. El
cuadro clínico va a depender, aparte de las diferencias individuales ligadas a la
tolerancia, de los niveles de alcohol en sangre o alcoholemia. En personas no
alcohólicas, concentraciones de 25 mg/dl producen hiperexcitabilidad del córtex
que se manifiesta por euforia, locuacidad, aumento de la sociabilidad,
incoordinación y dificultades de atención y concentración.
A concentraciones superiores a 100mg/dl, aparece disfunción vestibular con
nistagmus, diplopía, disartria y ataxia así como por afectación del sistema
nervioso autónomo, hipotensión e hipotermia. Por encima de 250mg/dl aparece
estupor, habla incoherente, vómitos y dificultades respiratorias. A
concentraciones de 400mg/dl, se entra en coma profundo, y con
concentraciones superiores a 5Q0mg/dl, muerte por parada respiratoria. En
ocasiones, tras la ingestión de pequeñas cantidades de alcohol, aparece
rápidamente una excitación extrema con conductas irracionales o violentas, que
suelen durar de minutos a horas y que se siguen de un estado de somnolencia
del cual el paciente se despierta sin recordar nada, constituyendo lo que se
denomina intoxicación atípica o idiosincrásica. Tras intoxicaciones agudas
severas la persona puede no recordar absolutamente nada de lo ocurrido
durante el episodio, se pueden dar cuadros depresivos, trastornos de ansiedad,
disfunciones sexuales y trastornos del sueño (Cuadrado, 2000).

Según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la OMS, para


definir el trastorno por dependencia de alcohol, se deben cumplir al menos tres
de los siguientes criterios durante un periodo de 12 meses:

• Deseo intenso de consumir como manifestación característica del


trastorno.
• Disminución de la capacidad para controlar el consumo.
• Síntomas somáticos del síndrome de abstinencia: temblores, náuseas o
sudoración.
• Tolerancia a niveles de alcohol que incapacitarían a un bebedor normal.
• Abandono progresivo de otras fuentes de placer.
• Persistencia en el consumo a pesar de sus consecuencias perjudiciales.

El diagnóstico de abuso de alcohol se reserva para los pacientes que: Nunca


han cumplido criterios de dependencia alcohólica. Consumen inadecuadamente
a pesar de las consecuencias perjudiciales de tal práctica. Si una persona sufrió
dependencia previamente y ahora reúne menos de tres criterios diagnósticos
del trastorno, se diagnostica como dependencia en remisión. La CIE- 10
denomina al abuso "consumo p erjudicial". Los criterios diagnósticos del abuso
de sustancias, según la DMS-IV (10) son:

• Consumo recurrente de sustancias, que da lugar al


incumplimiento de obligaciones en el trabajo, la escuela o en casa
(ausencias repetidas, rendimiento pobre, expulsiones, descuido
de los niños...).
• Consumo recurrente de la sustancia en situaciones en las que
hacerlo es físicamente peligroso (conducir un automóvil, accionar
una máquina...).
• Problemas legales repetidos relacionados con la sustancia
(arrestos por comportamiento escandaloso...).
• Consumo continuado de la sustancia, a pesar de tener problemas
sociales recurrentes o problemas interpersonales causados o
exacerbados por los efectos de la sustancia.

La intoxicación alcohólica aguda Se caracteriza por la presencia de signos


neurológicos dependientes del grado de ingesta alcohólica y de la
susceptibilidad individua:

• Alteraciones conductuales: desinhibición, descontrol emocional o


sexualidad inapropiada.
• Incoordinación motora, marcha inestable y trastornos del
lenguaje.
• Deterioro cognitivo, de la atención y de la memoria.
• Cuando la intoxicación es severa puede conducir a estados de
estupor, coma e incluso la muerte por depresión
cardiorespiratoria.
El síndrome de abstinencia del alcohol, es el conjunto de alteraciones que
aparecen tras la deprivación total o parcial de alcohol, en un sujeto previamente
alcoholizado. Está determinado por un brusco desequilibrio de la
neuroadaptación lograda. La adaptación semipermanente de receptores y
canales iónicos explicaría la hiperexcitabilidad desbordada o desequilibrio
químíco, en ausencia de alcohol, y la creciente gravedad de los sucesivos
síndromes de abstinencia, (fenómeno de Kindling). Se cree que la
hiperexcitabilidad de las neuronas podría favorecer su degeneración. Podemos
distinguir varios grados del Síndrome de Abstinencia al alcohol:

• Síndrome de abstinencia leve. Aparición de uno o más síntomas:


inquietud psicomotora, temblor distal, molestias gastrointestinales,
trastornos de memoria, necesidad imperiosa de beber o craving.
• Delirium tremens. Mayor intensidad de los síntomas de
abstinencia leve, crisis convulsivas generalizadas, ilusiones y
alucinaciones, agitación psicomotriz.
• Síndrome de Wernicke. Relacionado con déficit de vitamina B1,
se caracteriza por ser transitorio y cursar con confusión mental,
estrabismo por parálisis de la musculatura ocular, ataxia y
disminución del tono muscular e incontinencia de esfínteres.
Los criterios de abstinencia de alcohol según la DSMIV son:
• Interrupción o disminución del consumo de alcohol después
de su consumo prolongado y en grandes cantidades.
• Dos o más de los siguientes síntomas desarrollados horas o
días después de cumplir el criterio A
1. Hiperactividad autonómica.
2. Temblor distal de las manos.
3. Insomnio.
4. Náuseas o vómitos.
5. Alucinaciones visuales, táctiles o auditivas transitorias o
ilusiones.
6. Agitación psicomotora.
7. Ansiedad.
8. Crisis comiciales.
• Los síntomas de! criterio B provocan un malestar clínicamente
significativo o un deterioro de la actividad social, laboral, o de
otras áreas importantes de la actividad del sujeto.
• Los síntomas no se deben a enfermedad médica ni se
explican mejor por la presencia de otro trastorno mental.

Con respecto a la relación entre edad y consumo de alcohol, según la primera,


el alcohol acelera el envejecimiento cerebral, de modo que sujetos alcohólicos
muestran signos de atrofia comparables a los de sujetos no alcohólicos 20 años
mayores. Tradicionalmente se han encontrado datos según los cuales la mujer
es más sensible a los efectos deletéreos del alcohol que el varón en diversas
áreas, tales como la hepática y la cardíaca, y en lo que se refiere al
establecimiento de la misma dependencia, en la que la mujer quema más
deprisa que el varón.

En los últimos años diversos estudios han comprobado que esta afirmación es
válida también para los efectos del alcohol en el sistema nervioso central. Así,
las mujeres obtienen resultados similares en cuanto a afectación
neuropsicología y neuroestructural incluso con menos años de evolución y
menor cantidad de alcohol total ingerida. Aunque se ha hipotetizado que esa
mayor sensibilidad al alcohol responde a razones metabólicas (para una misma
cantidad de bebida, la mujer obtiene mayores concentraciones de alcohol en
sangre), lo cierto es que hay datos que corroboran que incluso controlando
dichas concentraciones, se produce daño diferencial hepático. Calvo (2005).
2.2 LA ADOLESCENCIA EN EL CONSUMO DE ALCOHOL:

Herrera y Cois. (2004) mencionan que la adolescencia es la etapa entre la niñez


y la edad adulta (de los 10 a los 19 años de edad), y que constituye una de las
etapas más vulnerables del ser humano para desarrollar costumbres y hábitos
de riesgo para su salud, entre los que destacan el alcoholismo.

Este periodo de la adolescencia se puede subdividirse en tres subetapas:


temprana, media y tardía Elliot y Feldman (1990, en Moreno 2004). La
adolescencia temprana abarca de los 10 a los 14 años aproximadamente y es
cuando se producen los principales cambios físicos y sociales que tienen lugar
con la llegada de la pubertad, se inicia la maduración y aparece un interés
creciente por los miembros del otro sexo.

Es precisamente este periodo en el cual enmarcamos nuestra investigación de


los 15 a los 17 años es el periodo que corresponde a la adolescencia media y
se caracteriza por el incremento progresivo de la independencia. Algunas
personas se incorporan al mercado laboral al final de esta etapa y pasan a
desempeñar roles adultos. Por la adolescencia tardía pasarían sólo aquellos
individuos que, debido al largo periodo de formación educativa o a otros
factores sociales, todavía no asumen los roles adultos Elliot y Feldman (1990,
en Moreno 2004). Cabe resaltar que estas edades son orientativas, dado que
existen diferencias individuales en el desarrollo. Esta transición implica cambios
físicos, cognitivos y sociales que la convierten en un periodo crítico para el
desarrollo del individuo.

Esta etapa de vida se crea y recrea en una cultura particular contextualizada


dentro de una más general. El joven maduro en su capacidad biológica
reproductiva, aún no se encuentra totalmente involucrado en los estándares
productivos de la sociedad. En esta transición biopsicosocial se crean espacios
y territorios para ¡nteractuar; es decir, se consolida la infraestructura de una
cultura adolescente inserta en un contexto socio histórico particular (Arteaga,
1996, en González 1999).

Rojas-Guiot y Cois. (1999), señalan la necesidad de conocer la evolución local


del problema y abordar en forma específica a la población estudiantil de
enseñanza media y media superior es importante, ya que la mayoría de las
personas empiezan a consumir sustancias psicoactivas en la adolescencia, y
entre los factores de riesgo que tienen estos jóvenes para consumirlas se han
identificado los siguientes: pertenecer al sexo masculino, asociarse con
consumidores de drogas, ausentarse frecuentemente de la percepción de falta
de afecto parental, poco apego y supervisión de los padres, prácticas de
manejo familiar incongruente, padres que consumen drogas o alcohol,
búsqueda y problemas emocionales y conductuales, entre otros.

2.3 VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS EN EL CONSUMO DE


ALCOHOL

Ramírez y Olivera (2003) encontraron en sus estudios relación entre los


problemas económicos, familiares, desocupación, orientación inadecuada,
fiestas sociales y costumbres ancestrales con el consumo de bebidas
alcohólicas.

Horton (1991, en Ramírez y Olivera, 2003) menciona que la limitación de las


oportunidades de educación, empleo, posición y aceptación social dan lugar al
abuso de alcohol en diversas circunstancias, considerándose importante las
medidas que puedan tomarse para mejorarlas. Por tanto será prioritario la
educación y la orientación adecuada para reducir la demanda de alcohol.

Herrera, Wagner, Velasco, Borges y Lazcano (2004) encontraron que los


varones, los estudiantes de preparatoria y universidad, y la edad así como los
que provienen del nivel socioeconómico alto y aquellos que viven en áreas
urbanas, mostraron mayores posibilidades de iniciar el uso de las drogas,
comparados con las mujeres, los estudiantes de secundaria, aquellos de entre
11 y 14 años de edad, los que provienen del nivel socioeconómico bajo y los
que viven en el área rural, respectivamente.

Herran y Ardila (2005) encontraron en sus estudios que el nivel socioeconómico


no estuvo relacionado con el consumo de alcohol, ni con el gusto manifestado
por las bebidas alcohólicas, ni la edad de inicio, así como ni con la frecuencia
en el consumo de alcohol

A la edad de 17 años, 60% de los varones había iniciado ya el uso de alcohol.


Sesenta por ciento de las mujeres había empezado a usar alcohol a los 18
años.
Martínez (2005) menciona que hay mas hombres que mujeres que consumen
alcohol en la mayoría de los países, aunque estas cifras se han estado
igualando durante los últimos años, en tal proporción que en algunas partes del
mundo llega a ser en la actualidad de tres hombres por una mujer, lo que refleja
un incremento evidente de sus cifras. También son frecuentes las conductas
antisociales, con mayor o menor degradación en la personalidad, así como la
propensión a cometer actos delictivos, afectación del orden social, conducir en
estado de embriaguez y otros delitos, los que se producen con mayor
frecuencia entre adolescentes y adultos jóvenes, que entre adultos de edades
más avanzadas.

Caballero, Madrigal, Villaseñor e Hidalgo (1999) Mencionan que el 35.7 % de


los adolescentes indicó haber consumido alcohol. Este consumo estuvo
asociado significativamente con la variable sexo por el mayor porcentaje de
varones (49.4 %) frente a las mujeres (21.5 %). La variable sexo también estuvo
asociada significativamente con el consumo de alcohol en todos los estratos
socioeconómicos. El mayor consumo correspondió al estrato alto (47.5 %), y el
menor al marginado (24.6 %). Se halló una relación significativa entre el
consumo y las variables edad (rango de 17.7 % a los 15 años, a 47.9 % a los 19
años).

En algunos estudios se ha podido constatar cómo los hombres tienen más


probabilidad en comparación a las mujeres para el desarrollo de una
drogodependencia y que los niños tienen más probabilidad de consumir drogas
que sus hermanas compartiendo aparentemente las mismas condiciones
familiares (Wit, Silverman, Goodstadt y Stoduto, 1995, en Martínez, 2001). La
evidencia epidemiológica nacional e internacional reconoce que el uso
ocasional o continuo de alcohol y tabaco, solos o combinados, permanece
obstinadamente común entre la gente joven, con mayor prevalencia de uso en
el sexo masculino, con mayor número de usuarios de alcohol que de tabaco y
mayor preferencia por el alcohol como droga de inicio en los estudiantes de 12
a 19 años de edad; así también, muestra que la edad de inicio es una variable
fuertemente asociada al consumo de drogas. Y observaron que a los 15 años
de edad, 50% de los estudiantes ya había iniciado el consumo de alcohol.

En algunos estudios se ha encontrado una relación significativa entre el


consumo de alcohol en la adolescencia y el nivel socioeconómico. En general,
los estudios coinciden en que las tasas más elevadas de consumo de alcohol
en la adolescencia se dan en las clases sociales media y alta (Brannen y Cois.
1994; Butler, 1982; Combs, Hales y Williams, 1980; Hendry Cois.., 1993; Leahy,
Steffenhagen y Levine, 1971; Schonfeld, 1967 en Moreno, 2004).

No ha sido hasta hace poco tiempo, tras observar como su consumo peligroso
entre los jóvenes se traduce en graves problemas sanitarios y sociales, tales
como los accidentes de tráfico, cuando un sector de la sociedad ha llegado a
identificar al alcohol como una droga, o al menos a dar una voz de alarma, con
objeto de desmitificar su consumo y advirtiendo de sus peligros (Berjano y
Musitu, 1987, en Mendoza, Carrasco y Sánchez 2003). De hecho, entre las
causas de mortalidad prematura entre los jóvenes destacan los accidentes de
vehículos de motor.

Casanova, Borges, Mondragón, Medina y Cherpitel (2001) mencionan que en


México, el abuso de alcohol es responsable de 9% del total de días perdidos
por problemas de salud. Uno de los problemas que se relacionan con este
consumo y que más hacen perder la salud son las lesiones debidas a
accidentes de vehículos de motor que es un 15%. Actualmente ha aumentado
el número de muertos por accidentes automovilísticos 40.8 relacionados con el
alcohol. La tasa de mortalidad por accidentes a una edad productiva es de 19.0
por 100,000 habitantes. Según las estadísticas de Secretaria de salud, de los
que murieron por accidentes el 43% falleció en accidentes de trasporte, la
mayoría en vehículos de motor. El 42.3% de los que murieron en accidentes
tenían entre 15 y 34 años de edad y la mayoría eran hombres el 78.5%. Esto
representa un elevado costo para el país por las repercusiones sociales que
tiene, tales como mortalidad prematura, incapacidades laborales y perdidas
económicas ocasionadas por los accidentes.

Mendoza, Carrasco y Sánchez (2003) afirman que el estudiar el consumo de


alcohol en la adolescencia es importante, no sólo porque las consecuencias
trágicas de su abuso se hacen visibles a corto plazo, sino porque es en estas
edades cuando suele adquirirse este hábito y es difícil de modificar una vez
establecido.

La complejidad y magnitud de los cambios que acontecen en la adolescencia


sitúan a ésta, tal como señalan diversos autores como Guthrie, Loveland-
Cherry, Frey y Díelman (1994, en Mendoza, Carrasco y Sánchez 2003), en un
período crítico, no sólo para el consumo de alcohol, sino para el desarrollo de
actitudes y de otras conductas relacionadas con la salud dieta, ejercicio físico,
prácticas sexuales, hábitos de seguridad vial, consumo de tabaco y de otras
drogas, entre otras.

Se encontró que el consumo tiende a ser mayor en los universitarios que en


otros grupos de jóvenes, incluyendo a quienes no asisten a la escuela, y que el
periodo de mayor consumo de alcohol es entre los 18 y 21 años de edad. Los
principales factores asociados con el consumo excesivo son al exposición a los
sucesos negativos de la vida, el estar motivado para tal consumo con el fin de
reducir la tensión y por otro lado las variables de personalidad, estilos de
atontamiento, historia familiar de consumo y otros factores contextúales. Por
ejemplo los niveles de consumo son más elevados cuando se bebe en grupo
que cuando se bebe solo, el contacto con amigos que se embriagan (Johnston,
Malley y Bachean 1975, en Mora, Natera y Juárez 2005).

Urquieta, Hernández y Hernández (2006) Informan que aquellos factores


económicos y sociodemográficos que influyen en la decisión de los jóvenes de
fumar o consumir bebidas alcohólicas en zonas urbanas marginadas de México;
confirman que ambas decisiones se relacionan en forma estrecha. La
existencia de otros jóvenes mayores que fuman o que ingieren alcohol se
asoció positiva y significativamente con la probabilidad de que los adolescentes
de 12 a 15 años consuman ambas sustancias. A mayor edad, la probabilidad de
consumir ambas sustancias adictivas es mayor, sobre todo en los hombres. Por
otro lado, los jóvenes que manifestaron vivir con ambos padres tuvieron menor
probabilidad de fumar o beber alcohol que aquellos que no vivían con ninguno y
concluyen que las decisiones de consumir tabaco o alcohol se relacionan de
manera recíproca, permiten identificar mejor los factores individuales y
familiares que inciden en la propensión de los jóvenes a fumar y consumir
bebidas alcohólicas.
2.4 ENTORNO FAMILIAR EN EL CONSUMO DEL ALCOHOL

Ramírez y Andrade (2005) mencionan que la familia, escuela y medio social son
tres elementos del sistema social que están en constante comunicación,
cualquier incidencia en alguno de ellos tendrá repercusión en el conjunto del
sistema, el primero y mejor agente de socialización lo constituye la familia a
partir de ella se desarrollan normas de conducta en su relación con los demás,
costumbres, valores dominantes de la sociedad, modelos en general y la
interpretación de los modelos en función a la clase social cultura y sub-cultura a
los que pertenece, haciendo que el adolescente aprenda y asuma roles,
hábitos, normas, costumbres, actitudes en general y tradiciones de la sociedad,
comunidad-grupo a través de una evolución del aprendizaje creciente llamado
proceso de socialización.

Pons (1998) afirma que indudablemente, la familia es el primer marco de


referencia en el que se inicia la socialización y, por lo tanto, la personalidad del
individuo. La familia se especializa en la formación de papeles para sus
miembros, más que en preparar las condiciones para la libre asunción de su
identidad. Además, la familia como socializador primario del niño, enseña
principalmente cómo someterse a la sociedad, al tiempo que deposita en éste
un elaborado sistema de restricciones y permisiones. La familia lleva a cabo la
enseñanza de los controles sociales mediante la administración de premios y
culpas, aplicables a las conductas que se ajusten o no a los criterios descritos
por la familia y la sociedad.

Martínez y Villar (2004) refieren que la familia es la principal influencia en los


primeros años pero que en la adolescencia son los grupos de la misma etapa.
Consideran que las habilidades de comunicación y el establecimiento de
normas en el hogar son recursos que se identifican como trascendentales para
el fortalecimiento de la autoestima y capacidad de enfrentamiento a los
problemas de la vida diaria, se les consideran como atributos valiosos que le
ayudan a los individuos a tomar decisiones y resolver los problemas con
asertividad, de las etapas de la vida la adolescencia representa una de las más
críticas por su carácter transcicional y sometimiento, a las influencias sociales,
internas y familiares que ejercen tanta presión en la satisfacción de sus
necesidades básicas y de realización que ponen en riesgo su estabilidad
emocional.

Pinto, Segovia, Zegarra, Ortiz, Camacho e Isidoro (2003) estos autores


mencionan que la familia tiene la tarea de preparar a sus miembros para
enfrentar cambios (crisis) que son producidos tanto desde el exterior como
desde el interior y que pueden conllevar a modificaciones estructurales y
funcionales. Las crisis no sólo se derivan de los eventos negativos, traumáticos,
desagradables, sino de cualquier situación de cambio que signifique
contradicción y que requiera modificaciones. Pueden estar relacionadas con el
tránsito por las etapas del Ciclo Vital. Estas crisis, llamadas normativas, son
derivadas del enfrentamiento a los eventos de vida tales como el matrimonio, el
embarazo o la jubilación, entre otros.

Un clima familiar donde la violencia doméstica y los conflictos paternos filiales


son permanentes o donde la falta de una autoridad eficiente para normar es una
constante, produce una desestabilización mayor en el adolescente, que
atraviesa por una etapa de cambios que le acarrea confusiones. Asimismo,
existen factores cotidianos en la vida familiar que no permiten un desarrollo
equilibrado del niño y del adolescente, privándole de la seguridad y confianza
necesaria para afrontar las dificultades, lo que conduce a conformar una
personalidad refractaria al afecto, temerosa a sufrir nuevas decepciones, y por
ende, propensa a adoptar actitudes defensivas. Es de interés determinar qué
aspectos en particular caracterizan las dísfunciones de las familias de los
jóvenes que ya presentan algunas manifestaciones de inestabilidad, como lo
son, por ejemplo, los desórdenes de conducta. (Pinto, Segovia, Zegarra, Ortiz,
Camacho e Isidoro, 2003).

Frauenglass y Cois. (1997, en Rodrigo y Cois., 2004) afirman que determinados


ambientes familiares pueden favorecer las conductas de riesgo en los
adolescentes. Aspectos como la accesibilidad de los padres, escasa presencia
física y la falta de supervisión de éstos, acompañada por una ausencia de
comunicación con los hijos en relación con las actividades de la vida diaria, se
asocian a una mayor tendencia a relacionarse con iguales conflictivos y a
realizar conductas de riesgo o de carácter antisocial (Dishion y Cois. 1996, en
Rodrigo y Cois., 2004).

Asimismo, Martínez y Robles, 2001 Pons y Berjano, 1997 en Rodrigo y Cois.


2004) mencionan que un mayor apoyo percibido de la familia se asocia a un
menor consumo de alcohol que las drogas en el adolescente, incluso cuando su
grupo de iguales presenta un consumo extremo, es necesario identificar en que
tipo de familia se esta desarrollando el joven.

En el grupo familiar surgen conflictos entre padres e hijos por el control de los
recursos que el joven quiere o considera suyos. El adolescente se siente con
una autonomía e independencia cada vez mayores. En cierto sentido, el papel
del adolescente resulta ser conflictivo, a veces se espera que adopte un papel
adulto y otras veces un papel infantil, su papel subordinado lo hace responder
en ocasiones con agresividad abierta y a veces encubierta. Esta situación
produce un alejamiento de sus padres y así el joven toma a sus compañeros
como marco de referencia, por lo que tiende a adoptar las normas y criterios de
sus compañeros. Los adolescentes forman grupos de iguales, los cuales le
ofrecen seguridad y satisfacen alguna necesidad, de modo que puedan
participar sin una tensión indebida.
Por su parte Newcomb y Félix-Ortiz (1992, en Anicama, Mayorga y Hinostroza,
2004), afirman que la exposición ai uso de drogas entre ellas el alcohol, entre
padres y hermanos y la presión social para usar drogas parece jugar un rol
crítico en la iniciación y continuación del uso de drogas en la adolescencia,
pudiendo ésta última influenciar en el hecho de probar y consumir, al generar la
percepción de que el uso de drogas es normal.

Kohn, Levav, Alterwain, Ruocco, Contera y Della (2001) mencionan que


numerosos factores propios del ambiente familiar pueden aumentar el riesgo
que corre su hijo de tener problemas conductuales o emocionales. La disfunción
familiar, la presencia de conflictos entre los padres, la disrupción de la
Interacción entre padres e hijos y la presencia de factores que interfieren con la
crianza de los hijos pone en peligro el desarrollo social y emocional del niño en
general. Está demostrado que el conflicto entre los padres, junto con los
sucesos vitales adversos, coloca a los hijos en mayor riesgo de sufrir problemas
emocionales. Factores que menoscaban el desarrollo de una sana interacción
entre padres e hijos han sido documentados en progenitores con problemas de
alcoholismo y son los que más influyen en la conducta de los hijos,
especialmente de los varones.

En términos de interacción familiar, si el adolescente percibe un ambiente


caótico, poco estable y punitivo, así como conflictos generados al interior de la
familia, es más probable que busque, por medio de los amigos, situaciones que
le ayuden a resolver y enfrentar estos problemas, además de los propios de la
adolescencia. Rojas-Guiot y Cois. (1999). Esta búsqueda de soluciones lo
pueden conducir a consumir alcohol o drogas y, en general, a exhibir conductas
que impliquen un riesgo constante para su seguridad física y emocional.

En un estudio que realizaron con jóvenes consumidores y no consumidores de


drogas y alcohol, Maltzman y Schweiger (1991, en Rojas-Guiot y Cois.
1999),observaron que los usuarios tenían relaciones familiares más
disfuncionales, debido a que existía menos cohesión entre los miembros y una
menor participación en actividades sociales, culturales y recreativas,
satisfactorias y mutuamente compartidas.

Estos autores concluyeron que una característica de estas familias es la falta de


apoyo emocional entre sus miembros. Respecto a la relación entre la familia y
la escuela, Pons y Cois. (1997, en Rojas-Guiot y Cois. 1999), realizaron una
investigación con estudiantes españoles, y encontraron que los que han
consumido drogas se sentían más desadaptados en su medio familiar y escolar
que aquellos que no eran consumidores

Landero (2001), nos habla de que existen diferentes tipos de familias, en


algunas existen aquellas que son monoparentales, es decir, en las que existió
una disolución del vínculo existente, ya sea este en madres solteras, viudas,
divorciadas, independientemente de los motivos que hayan existido para esta
disolución y en base a esto las clasifica a las familias en:

• Familia Nuclear:
• Familia extendida o ampliada:
• Monoparental "simple" encabezada por mujer: una mujer sin conyugue o
pareja y sus hijos viviendo en el hogar.
• Monoparental "simple" encabezada por hombre: un hombre sin conyugue
o pareja y sus hijos viviendo en el hogar.
• Hogar no familiar:

Midanick (1983, en Natera y Cois., 2001), encontraron que existen diferentes


tipos de estudios acerca del alcoholismo, uno de ellos es el de este estudio,
25% de una muestra de 1 772 sujetos de población general informó tener por lo
menos un pariente de primer grado con problemas de alcoholismo.
A partir de esta misma muestra, Harford (1991 en Natera y Cols.2001),
encontraron que existe una relación positiva entre el historial familiar biológica
de consumo de alcohol y la prevalencia de alcoholismo en los parientes de
primer grado. Más recientemente, estudiaron la historia familiar positiva (HF+)
biológica y medioambiental por medio de una encuesta nacional representativa,
donde encontró un mayor efecto de los factores genéticos entre los hombres
que entre las mujeres.

Beardslee, Son y Vaillant (1986, en Natera G. 2001) notifican que 26% de las
personas expuestas al alcoholismo parental durante la infancia presentan con
posterioridad este problema, mientras 9% de las personas sin historia familiar
de alcoholismo reciben un diagnóstico de dependencia al alcohol.

Cutrona y Cois. (1994, en Natera y Cois., 2001), no informan asociaciones


significativas entre el alcoholismo de alguno de los padres biológicos y la
probabilidad de desarrollar el síndrome de dependencia o patrones de abuso de
alcohol. Se consideró historia familiar de consumo negativa (HF) cuando el
entrevistado notifica haber vivido con padres abstemios o cuyo consumo era
ocasional, mientras que la historia familiar de consumo positiva se determina
con base en los reportes de consumo frecuente y consuetudinario de los
padres.

Rojas-Guiot y Cois. (1999), destacan en sus estudios el que los alumnos que
consumen tanto drogas como cantidades importantes de bebidas alcohólicas
parecen estar más distanciados de sus familias, puesto que salen menos a
pasear juntos y ayudan menos en las labores de su casa. Del mismo modo, un
número inferior cumple con las normas paternales y muestran un reducido
interés en apegarse a las mismas.

Cabe destacar que independientemente de si lo han consumido o no, una gran


parte (40%) manifestó que dentro de su núcleo familiar no existen reglas claras
hacia el consumo de alcohol, aspecto que subraya la importancia que tienen los
padres en definir abiertamente los parámetros que guíen las acciones de sus
hijos ya que, a esta temprana edad, cualquiera puede ser vulnerable en cuanto
a incurrir en conductas socialmente inaceptables. Maltzman y Schweiger (1991,
en Rojas-Guiot E, y Cols.1999), observaron que los usuarios tenían relaciones
familiares más disfuncionales, debido a que existía menos cohesión entre los
miembros y una menor participación en actividades sociales, culturales y
recreativas, satisfactorias y mutuamente compartidas. Los autores concluyeron
que una característica de estas familias es la falta de apoyo emocional entre
sus miembros.

El sistema familiar, por otro lado, juega un papel fundamental para explicar la
aparición de numerosas conductas desadaptativas en los hijos. Los padres,
intencionadamente o no, son la fuerza más poderosa en la vida de sus hijos
Silverman (1991 en Pons y Borjano, 1997). La influencia de otros contextos
sociales (medios de comunicación, grupo de iguales, escuela) pasa
normalmente por el tamiz de la familia, que puede tanto amplificar como
disminuir sus efectos e influencias, sean estos positivos o negativos.

Las investigaciones de Elzo y Cois. 1987; Cano y Borjano, 1988 (en Pons y
Borjano, 1997) encuentran que a medida que el adolescente va percibiendo un
mayor deterioro de las relaciones con sus padres, se incrementa la probabilidad
de que sea un consumidor abusivo de bebidas alcohólicas. Aunque los
resultados de estos trabajos no permiten establecer una relación causal entre
clima familiar y consumo de alcohol, sí que muestran claramente que la
percepción negativa de las relaciones familiares aparece acompañada de
mayor cantidad de consumo. Por tanto, cabe pensar que las dificultades en la
relación familiar actúen como predisponente del uso excesivo de bebidas
alcohólicas.
Muchos estudios han señalado que tanto la ausencia de una disciplina familiar
ha sido asociada a la etiología del abuso de drogas en la adolescencia. Kandel
y Andrews (1987, en Muñoz 2001) encontraron que factores como la ausencia
de implicación maternal, la ausencia o inconsistencia de la disciplina parental y
bajas aspiraciones de los padres sobre la educación de sus hijos, predecían su
iniciación en el uso de drogas. Se confirmó que los principales factores de
riesgo familiares para explicar el consumo de drogas legales eran la ausencia
de normas familiares sobre el uso de drogas, los conflictos entre los padres y el
adolescente y el consumo de alcohol por parte del padre.

Rojas-Guiot, y Cois. (1999) mencionan que a mayor cantidad de factores de


riesgo a los que esté expuesto el individuo, más probabilidades habrá de que
consuma drogas. De esta forma, el entorno social en el que se ubica el
fenómeno del consumo de drogas, como la familia, las creencias, las actitudes,
las normas, las costumbres y, en general, el medio en el cual se desenvuelve el
sujeto, son variables que ayudan a comprender y a explicar esta problemática.

Se ha encontrado que la supervisión parental o conocimiento que tienen los


padres sobre la actividad cotidiana de sus hijos adolescentes (dónde están, qué
hacen, con quién, etc.) está inversamente relacionada con diferentes conductas
de riesgo, como el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas Stice (1995, en
Martínez Álvarez 2003).

Puntualizando lo anterior el conocimiento que tienen los padres sobre la


actividad cotidiana de sus hijos adolescentes (dónde están, qué hacen, con
quién, etc.) está inversamente relacionada con diferentes conductas de riesgo,
como el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas (Stice y Barrera, 1995;
Jackson, Henriksen, Dickinson y Levine, 1997; Gosselin, Larocque, Vitaro y
Gagnon, 2000; DiClemente y Cois. (2001, en Martínez, Fuertes, Ramos, y
Hernández 2003).Como muestra, en el trabajo de DiClemente y Cois. (2001, en
Martínez, Á., Fuertes, Ramos y Hernández, 2003) se comprobó que los
adolescentes que percibieron menos control parental tenían una mayor
probabilidad de haber consumido marihuana y alcohol.

El género parece influir sobre los patrones de comunicación de progenitores y


adolescentes. Los estudios indican que las chicas suelen hablar con sus
progenitores más que los chicos. Además, tanto unos como otras en general
se comunican con mayor frecuencia con sus madres, con la excepción de
algunos temas como la política que aparecen con más frecuencia en la
comunicación con el padre Soller y Bagi, (1985, en Parra, y Oliva, 2002)
subrayan que al mismo tiempo, las madres son percibidas como más abiertas,
comprensivas e interesadas en los asuntos del adolescente, y suelen iniciar con
más frecuencia intercambios comunicativos con sus hijos e hijas (Lanz, Lafrate,
Rosnati, y Scabini, 1999; Marta, 1997; Noller y Callan, 1990, en Parra y Oliva,
2002).

Es interesante lo que observaron Rojas-Guiot, y Cois. (1999), que en una alta


proporción de casos, estos jóvenes toman bebidas alcohólicas en sus hogares,
aunado a lo anterior, declararon que este consumo se presenta con la
aceptación parental; especialmente un número mayor de los que beben altas
cantidades han tenido contacto con el alcohol por medio de sus padres, lo que
sugiere que existe un ambiente que favorece el consumo de bebidas
alcohólicas al haber cierta tolerancia social hacia esta conducta, ya que en
diferentes núcleos sociales, como la propia familia y el grupo de amigos, forman
parte de las celebraciones y festividades cotidianas de estos estudiantes,
quienes en su mayoría son menores de edad. La adolescencia, como objeto de
estudio, ha sido abordada por diversas ciencias y disciplinas y desde los más
diversos enfoques.

Santo-Domino (2002) menciona que existen situaciones y factores en el ámbito


familiar que por sí mismas suponen condicionamientos negativos para el
desarrollo personal, y que además comportan una elevación del riesgo de
desarrollar abuso y dependencia del alcohol y de otras sustancias,
potenciándose por tanto posteriormente en sus efectos negativos en los jóvenes
después adultos. Entre otros factores conocidos como influyentes, esta la
existencia de alcoholismo en el ámbito familiar es también de los más
frecuentes. El riesgo de los hijos de alcohólicos para desarrollar trastornos de
abuso y dependencia de sustancias, debe considerarse en principio relacionado
con el alcoholismo parental, si bien la existencia de otra psicopatología
existente en los padres, puede jugar también su influencia. Las influencias del
alcoholismo parental, hacen referencia a aspectos físicos, aspectos
psicológicos y aspectos sociales de la descendencia. En ella, la disfunción
familiar se traduce en consecuencias adversas, tanto educativas, como
intelectuales y sociales, como por ejemplo mayor proporción de adolescentes
con consumo de alcohol y otras sustancias.

Numerosos investigadores han considerado a la familia como uno de los


factores explicativos más importantes en el desarrollo de estos
comportamientos en los hijos adolescentes. En este sentido, en diferentes
trabajos empíricos se ha destacado que la calidad de la comunicación entre
padres e hijos, es uno de los factores familiares más claramente vinculados a
este tipo de comportamientos en la adolescencia. Así, se ha observado que los
adolescentes implicados en comportamientos delictivos informan de un
ambiente familiar negativo caracterizado por los problemas de comunicación
con los padres Cernkovich y Giordano (1987, en Jiménez, Estévez y Musitú
2004) Loeber, Drinkwater, Yin, Anderson, Schmidt y Crawford (2000, en
Jiménez, Estévez y Musitu, 2004).
Por el contrario, la comunicación familiar abierta y fluida, es decir, el intercambio
de puntos de vista entre padres e hijos de forma clara y empática, con respeto y
afecto, tiene un efecto de protección frente a la implicación en comportamientos
de carácter delictivo (Buist y Dekovik, 2004; Kerr y Stattin, 2000; Stattin y Kerr
(2000, en Jiménez, Estévez y Musitu, 2004).
Fuentes, Métrico y Bernabé (2003) nos mencionan que la calidad de las
relaciones afectivas de los adolescentes con sus padres es una continuación de
los vínculos de apego establecidos durante la infancia. Los adolescentes que
establecieron vínculos seguros con sus padres probablemente serán capaces
de iniciar adecuadamente nuevas relaciones sociales fuera de la familia
(amigos, compañeros y primeras relaciones de pareja). Pero se ha comprobado
que los adolescentes que mantienen los lazos afectivos con los padres estos
continuaran siendo una de sus principales fuentes de apego y apoyo emocional
(Laible, Cario y Raffaelli 2000, en Fuentes, Métrico y Bernabé 2003).

Esta claro que existe una mayor frecuencia de conflictos entre madres y
adolescentes que entre padres y adolescentes aunque se ha comprobado que
las madres continúan siendo durante la adolescencia, al igual que lo fueron
durante la infancia, una fuente de apoyo emocional para sus hijos mas
importante que los padres (Collins y Russell, 1991, en Fuentes, Métrico y
Bersabé 2003).

2.5 ENTRONO SOCIAL EN EL CONSUMO DE ALCOHOL

Mora, Natera y Juárez (2005) mencionan que en México el interés por abordar
el estudio de los factores que inciden en el consumo de alcohol en población
escolar, surge a partir de un fenómeno observado intencionalmente, que es el
incremento en el abuso del alcohol en la población menor a los 30 años. En
México los estudios realizados en la población escolar de enseñanza media y
media superior, ha permitido encontrar que este abuso incrementa el riesgo de
experimentar con otras drogas, principalmente en el caso de los hombres y de
incurrir en prácticas riesgosas en sus contextos sociales.
En estas culturas adolescentes confluyen tres entornos emocionalmente
significativos: la familia, los amigos, la escuela y otras esferas sociales que las
sustituyen: por ejemplo: la banda, la calle, los medios masivos de
comunicación. Entre las vicisitudes del proceso de la adolescencia, la definición
de la identidad biopsicosocial va dando paso a la incursión de posteriores
etapas de vida. Todos estos pasos, algunos simultáneos otros diferidos, van
configurando el propio devenir del adolescente.

La conducta de consumo de alcohol en los adolescentes esta determinada en


gran medida por el contexto interpersonal en el que se desenvuelve. El hecho
de aceptar o rechazar el consumo de alcohol y otras drogas puede estar
vinculado con todo un cúmulo de factores que engloban no soio al propio
individuo y sus características personales, sino también a todo lo que acontece
en cada uno de los contextos que se desarrolla Becoña, 2000; Triana y Rodrigo
(1998, en Carrasco, Barriga y León, 2004).

Martínez Hurtado (2005) menciona que de los factores de influencia de riesgo y


protección de los individuos relacionados con el uso de drogas, enfatízan que
en la adolescencia son los grupos de la misma etapa. Consideran que las
habilidades de comunicación y el establecimiento de normas en el hogar son
recursos que se identifican como trascendentales para el fortalecimiento de la
autoestima y capacidad de enfrentamiento a los problemas de la vida diaria, se
les consideran como atributos valiosos que le ayudan a los individuos a tomar
decisiones y resolver los problemas con asertividad.

Robledo, García, Rubio y López (1996) mencionan que a medida que aumenta
la edad y la frecuencia del consumo, éste se traslada al entorno de amigos. Los
jóvenes buscan su identidad y construyen su personalidad entre sus iguales, el
grupo. Por esto, esta etapa es especialmente vulnerable a la influencia tanto
positiva como negativa del grupo y de ahí la necesidad de trabajar con estas
edades, habilidades de toma de decisiones y de saber enfrentarse a la presión
del grupo. Por otro lado las pandillas o grupos actuales, se caracterizan, a
diferencia de las tradicionales (definidas por una cierta estructuración y
fidelidad), por ser más abiertas, flexibles, e informales, sirviendo de marco de
encuentro e intercambio, Esta flexibilidad, este estar y no estar, permite a los
jóvenes aguantar en el grupo más tiempo, y no hay que olvidar que es en el
grupo, el marco en el que se produce un mayor consumo.

Pons y Berjano (1997) el adolescente comienza a participar al principio de esta


etapa con su grupo de iguales, los cuales incidirán de forma importante en su
socialización. El muchacho se constituye con sus amigos en un grupo social
organizado que le permite satisfacer sus necesidades de afiliación y aceptación
por parte de los iguales. La subcultura del grupo refleja inevitablemente la
sociedad adulta y refuerza la mayoría de sus valores. El muchacho va a poner
en práctica en el grupo de iguales las normas dominantes de la moralidad
adulta. Este hecho es un aspecto importante dado que el chico imita sobre todo
a los individuos con significado social.

Puede ocurrir que algunos miembros de la pandilla consuman alcohol, incluso


que en ocasiones lo hagan de manera excesiva. Entonces, otros miembros que
hasta el momento no consumían de manera habitual, pueden comenzar a
hacerlo, llevados por la necesidad de adaptarse a la nueva circunstancia social,
representada por el grupo. Esto lo han aprendido de la sociedad adulta a través
de la familia, la escuela. A este respecto, las bebidas alcohólicas serían para el
adolescente un vehículo que le permitiría la entrada en un mundo hasta
entonces reservado y le haría al mismo tiempo partícipe de otra cultura Biron,
Huerre y Reymond, (1979, Pons y Berjano 1997).

Sánchez (2002) Afirma que actualmente el alcohol se ha convertido en la droga


mas consumida y es la sustancia que provoca los mayores problemas sociales
y sanitarios. El contexto en el cual se desenvuelven las relaciones de los
jóvenes con el alcohol se caracteriza en lo fundamental por la asociación que
establecen entre el consumo de alcohol y la diversión. Esta asociación es tan
intensa que para amplios sectores de jóvenes, el alcohol se ha convertido en un
elemento central en sus actividades. La Centralidad que el uso del alcohol ha
adquirido como referente cultural para muchos adolescentes y jóvenes se ha
visto favorecida por la existencia de un contexto social generalmente
banalizador de los efectos asociados al uso de esta sustancia y por la
instauración de una imagen normalizada de las mismas, de tal forma que una
mayoría de jóvenes, al igual que sus padres, consideran como algo natural
permanecer consumiendo alcohol con los amigos.

2.6 VARIABLES PSICOLÓGICAS EN EL CONSUMO DE ALCOHOL

La vida de los adolescentes escolarizados trascurre en buena medida


ajustándose a los horarios y a las actividades de sus respectivos centros de
estudios ya que una considerable proporción de su tiempo diario lo dedica a la
vida académica. Por ello, no debe de extrañar que sea un contexto donde se
pueden manifestar de forma precoz los problemas ligados al consumo de
alcohol. Por otro lado, las experiencias escolares de los adolescentes influyen
en aspectos tan diversos como sus relaciones con los demás o su vida familiar
ya afectiva. Algunos estudios ponen de manifiesto que hay una relación entre
las experiencias que los chicos vivencian en sus centros educativos y el
desarrollo de su autoestima (Aaro, Laberg y Wold, 1995, en Carrasco, Barriga y
León 2004).

González y Rey (2006) Además las relaciones interpersonales con los amigos
juega un papel muy importante en la autoestima para lograr estar bien consigo
mismo y con las demás personas; consideran que al tener una buena
autoestima tratan bien a las personas que los rodean y no hacen criticas de los
demás; saben lo que es bueno para ellos y lo que no lo es. En cambio, quien
consume alcohol es porque no están bien con ellos mismos y por lo tanto
abusan de los demás. Asimismo, existe un compromiso tácito de no
consumirlas con la gente que se estima, y tal parece que los adolescentes que
lo hacen son quienes no se sienten queridos por sus amigos.

Kohn, Levav, Alterwain, Ruocco, Contera y Della (2001) afirman que está
demostrado que el conflicto entre los padres, junto con los sucesos vitales
adversos, coloca a los hijos en mayor riesgo de sufrir problemas psicológicos y
emocionales. Factores que menoscaban el desarrollo de una sana interacción
entre padres e hijos han sido documentados en progenitores con problemas de
alcoholismo y son los que más influyen en la conducta de los hijos,
especialmente en los varones.

Becoña (2002) afirma que la actitud es un elemento previo a la intención


conductual y a la conducta. De ahí que el que una persona tenga una actitud
favorable hacia el consumo de drogas favorece que dicho consumo se
produzca. Jessor y Jessor (1977) y Jessor Cois. (1991, en Moreno, 2004)
encontraron que la persona formaba su actitud sobre las drogas a partir de la
observación de las conductas de sus padres sobre el consumo de alcohol y
medicamentos, de la interpretación que hacían de la conducta de sus padres
sobre el consumo de esas sustancias, de la observación del consumo entre su
grupo de iguales y de la interpretación de las actitudes y normas de! grupo de
iguales. En función de todo ello la persona se formaba una actitud hacia el
consumo o no consumo de drogas.

Una actitud favorable hacia las drogas incrementa la probabilidad de probar las
mismas; una actitud desfavorable facilita una baja probabilidad de prueba. Algo
que caracteriza el consumo de alcohol en la adolescencia, y que lo diferencia
del consumo en la edad adulta, es la actitud de los jóvenes hacia esta
sustancia. El consumo de alcohol en general, y en concreto las borracheras,
tiene connotaciones positivas para los adolescentes. De hecho muchos
adolescentes beben deliberadamente para emborracharse (Elzo, 1999; Hendry
Cois., 1993 en Moreno, 2004). Así, en palabras de Gofton (1990, en Moreno,
2004:34) "Muchos ven el alcohol como la principal droga para alterar el estado
de ánimo, y buscan y esperan emborracharse a lo largo de una sesión de fin de
semana.

El rango de bebidas consumidas, y su forma de consumo indica claramente que


los jóvenes bebedores lo ven de esta forma. Muchos dicen que beben por "su
fuerte efecto" y que ellos elegirían una bebida por su potencia". Asimismo Neve,
Lemmens y Drop (1997, en Natera-Rey y Cois., 2001) señalan que las
diferencias en el consumo de hombres y mujeres están relacionadas con las
actitudes hacia los roles de género. En un estudio de seguimiento de una
muestra de 1328 sujetos, encontraron que las actitudes tradicionales hacia los
roles de género se asocian con bajas tasas de abstinencia y alta frecuencia de
consumo fuerte en la población masculina y con altas tasas de abstinencia y
menor consumo entre las mujeres.

Sandoval, Lanigan y Gutiérrez (2000) informan que el consumo de bebidas


alcohólicas es parte integrante del estilo de vida de muchos países, llegando en
ocasiones a ser más "normal y deseable" que el no consumo. Como parte de
esta aceptación se han desarrollado diferentes actitudes ante la ingestión de
alcohol con diversos grados de tolerancia sociocultural y la aparición de
creencias erróneas que al promover dicho consumo interfieren con la eficacia y
eficiencia de las estrategias de información, educación y comunicación en salud
acerca del alcohol y el alcoholismo.

Mora y Natera (2001) mencionan que las actitudes han sido una de las
variables psicosociales que más se han utilizado en la investigación sobre
adicciones en población escolar; no obstante, se ha encontrado que las
actitudes tienen escaso valor predictivo en el consumo de alcohol, siendo más
determinantes las variables como sexo y cantidad de problemas asociados. Aun

154692
cuando las expectativas se relacionan con las actitudes, pero a diferencia de
éstas, son creencias que tienen un componente de causa-efecto por ejemplo,
algunas personas consideran que beber alcohol les ayuda a tener valor para
enfrentar situaciones difíciles.

Algunos autores señalan que las diferencias en el consumo de hombres y


mujeres están relacionadas con las actitudes hacia los roles de género. Neve,
Lemmens y Drop (1997 en Natera-Rey y Cois., 2001).

Mora y Natera (2001) encontraron que las actitudes tienen escaso valor
predictivo en el consumo de alcohol, siendo más determinantes las variables
como sexo y cantidad de problemas asociados. Aun cuando las expectativas se
relacionan con las actitudes, pero a diferencia de éstas, son creencias que
tienen un componente de causa-efecto por ejemplo, algunas personas
consideran que beber alcohol les ayuda a tener valor para enfrentar situaciones
difíciles. Las evidencias que sugieren su utilidad en la explicación del uso y
abuso de alcohol están ampliamente documentadas. El estudio de las
expectativas, conjuntamente con otras variables, como sexo, peso, talla, edad
del consumidor, ocasiones y circunstancias de consumo, puede contribuir a un
mayor conocimiento en la problemática de adicciones.

Osorio, Ortega y Pillon (2004) mencionan en su estudio dirigido a determinar las


actitudes y uso de sustancias psicoactivas en estudiantes de educación básica,
y diversificada en planteles públicos y privados, administrado a una muestra de
seis mil seiscientos noventa y siete estudiantes de todo el país, pudo observar
que los datos revelan abuso considerable de sustancias psicoactivas lícitas
(alcohol y tabaco) e ilícitas (cocaína, bazuco y marihuana), por lo que ha
aumentado su incidencia en Venezuela, especialmente en la edad de quince
años. En la etapa de los 13 a 14 años se inicia el consumo de alcohol y tabaco
en el 82,9% de la población general objeto de la pesquisa. En el caso de los
jóvenes adolescentes escolares, índica una prevalecía de un 23,8% para el uso
de alcohol.

El conjunto de creencias acerca de la salud y el consumo se encuentran


estrechamente relacionadas con la actitud positiva o negativa hacia el mismo,
pues si las expectativas de los adultos hacia los efectos del consumo son
positivas y agradables, se aumenta la probabilidad de que los jóvenes adopten
estas mismas creencias llevando a que estos se expongan más fácilmente a
situaciones de abuso (Carmona y Chávez, 1991 en Londoño, García, Valencia y
Vinaccia, 2005).

Rojas-Guiot y Cois. (1999) afirman que el medio en el cual se desenvuelve el


sujeto, así como las creencias o expectativas, actitudes, normas, costumbres
son detonantes en el consumo del alcohol.

Mora y Natera (2001) definieron las expectativas como "la anticipación de una
relación sistemática entre eventos u objetos en una situación futura", es decir, si
ciertos eventos son registrados, en consecuencia, ciertos eventos son
esperados. Las expectativas se refieren a las creencias individuales sobre los
efectos esperados del consumo de alcohol y son un constructo teórico
importante ya que permite vincular las experiencias tempranas con el alcohol y
las decisiones que se tienen a futuro sobre el consumo de esta sustancia.

Harter (1985, en Moreno, 2004), influida por las ideas de Rosenberg, considera
la autoestima como el sentido general de valía que tiene una persona, dicho de
otro modo, el grado en el cual el individuo se gusta a sí mismo como persona.
Según esta autora la autoestima representa una proporción de los éxitos del
individuo entre sus pretensiones. De este modo, el nivel de autoestima
dependerá de en qué medida los dominios de éxito de una persona se
corresponden con las aspiraciones de éxito que esta persona posee, así, por
ejemplo, si los éxitos percibidos de una persona son iguales o mayores que sus
pretensiones, dará como resultado un alto nivel de autoestima.

Por el contrario, si las pretensiones de éxito de una persona exceden bastante


el nivel actual de éxitos, el resultado será una baja autoestima. La autoestima
es una abstracción que el individuo hace y desarrolla de sí mismo, acerca de
sus atributos, capacidades, objetos y actividades que tiene o desea alcanzar;
esta abstracción consiste en la idea que la persona posee sobre sí misma
Coopersmith, (1976, en González C. 1999).

Para Rosenberg (1965, en González C. 1999) considera que la autoestima es


una actitud positiva o negativa hacia un objeto particular. La autoestima es una
construcción psicológica que resulta de la auto evaluación del sí mismo y con
relación a los demás; su entorno sociocultural. Y dado que el ser humano
comienza a desarrollarse en torno a un grupo familiar de referencia o quien lo
represente, es que la dinámica y las relaciones que se establecen en éste
influyen en la consolidación de la autoestima.
Los resultados presentados por González (1999) evidencian la importancia que
tiene el afecto de ambos padres en la autoestima de los adolescentes. Ahora
bien, el percibir como afectuosas a las figuras paternas no se logra
abruptamente, deviene de un proceso paulatino para que los hijos adolescentes
puedan sentir la convicción de que así son y por tanto percibirlos como tales.

Riquelme, Fraile y Pimenta (2005) señalan que la autoestima, aunque parezca


un posicionamiento aislado, no puede entenderse sin el componente social, por
eso la comunicación, principalmente de la afectividad y las emociones, es clave
en la formación de los valores de la autoestima, tanto positiva como negativa.
La autoestima es entendida como la imagen o percepción que cada persona
tiene sobre su valor y competencia como ser humano. El tener una imagen
positiva de sí tiene que ver con estar satisfecho y aceptarse como uno es, con
sus limitaciones y capacidades personales, en cuanto a su apariencia física,
conducta y emociones. Esto permite confiar en las propias capacidades y a la
vez confiar y valorar a los otros. El tener una autoestima positiva es una
variable importante para lograr adecuada adaptación social y mejor manejo en
la vida. La autoestima se aprende, fluctúa y la podemos mejorar. Es a partir de
la niñez cuando empezamos a formarnos un concepto de cómo nos ven
nuestros padres, maestros, compañeros y las experiencias que vamos
adquiriendo. La autoestima se basa en la valoración dependiente de los adultos
significativos que son principalmente los padres y luego los profesores. No así
en la pubertad, donde es importante la valoración de las capacidades
personales y la conformación del propio valor a través de la opinión de los
pares. La autoestima se asienta no sólo sobre la base de la valoración que uno
tenga de sí (su atribución interna) sino también en la imagen social, es decir, en
cómo cree el sujeto que opinan de él los demás.

Santo-Domingo (2002) menciona que el nivel de autoestima, tan importante en


el adolescente, es otro rasgo que puede asociarse el desarrollo de abuso de
alcohol en los jóvenes. Es difícil conocer el valor predictivo de este rasgo, ya
que el mismo abuso de alcohol se asocia con baja autoestima. Parece que el
nivel de autoestima bajo es más predicativo del abuso de alcohol en mujeres
que en hombres. También se asocian las percepciones de la competencia con
el abuso de alcohol: el consumo pesado de alcohol por el joven se asocia
inicialmente con percepciones elevadas de autoeficacia, lo que ocurre tanto en
el hombre como en la mujer. El uso del alcohol, se integra tanto en las
expectativas de competencia y autoeficacia personales, como en las
expectativas del efecto del alcohol para las estrategias de enfrentamiento de
situaciones.

En este sentido la bebida social predice el consumo de alcohol, y el consumo


de alcohol como forma de escape en determinadas situaciones. El proceso de
la individuación en el contexto familiar se relaciona tanto con el uso y el abuso
del alcohol, como con la abstinencia y sobriedad respecto al mismo. Situaciones
y conflictos que amenazan o disminuyen la cohesión y la integración familiar se
asocian con aumentos en el consumo del joven, mientras situaciones que
hacen posible los procesos de individuación entre las diversas generaciones, se
asocian con menor consumo de alcohol. De novedades y excitaciones, y con
ella fomentando la desviación social. Esta característica de desviación y
antisocialidad es muy importante entre el abuso de alcohol en la descendencia
de alcohólicos, sobre todo entre los descendientes masculinos.

Sánchez (1999) afirma que existe una diferencia entre la autoestima personal y
la autoestima colectiva, la autoestima personal es aquella en que las personas
se esfuerzan por mantener, proteger y reforzar una imagen positiva de sí
mismas. Así, parece ser que las personas con alta autoestima personal tienden
a dejarse influir por el sesgo de autoenaltecimiento (pensamientos positivos
poco realistas, ilusión de control y un optimismo poco realista acerca del futuro).
Las personas se evalúan a sí mismas a partir de los éxitos y fracasos
cotidianos, en comparaciones sociales con los demás y en comparaciones con
sus propios parámetros internos.

Una característica común a los distintos instrumentos de medida de la


autoestima personal es su carácter individualista, centrada en las auto
evaluaciones del individuo acerca de sus atributos personales, tanto en el
ámbito privado valores, metas, ideas, emociones, etc., como en el interpersonal
atractivo, reputación o popularidad. Y la autoestima colectiva como aquella que
incluye aspectos de carácter social o colectivo, es decir, los que se derivan de
la pertenencia a grupos o a categorías sociales género, raza, religión,
ocupación, etc. Así, mientras nuestra identidad social se refiere al modo en que
las personas consideran los grupos sociales a los que pertenecen, la
autoestima colectiva se refiere a la evaluación que hace el propio individuo y a
la percepción de la evaluación que hacen otros acerca de esos grupos.
García y Carrasco (2003) indican que las variables psicosociales
específicamente son las que mejor predicen el consumo de alcohol que esta en
relación con el nivel de impaciencia y el rendimiento académico. Se obtuvieron
diferencias significativas entre consumidores y no consumidores de alcohol en
las dimensiones de impaciencia, hostilidad, rendimiento académico y
satisfacción con los estudios, en el sentido de que los jóvenes que consumen
alcohol diaria o semanalmente presentan, respecto a los no consumidores,
mayores niveles de hostilidad e impaciencia, menor rendimiento académico y
menor satisfacción respecto a los estudios.
CAPÍTULO 3
MÉTODO

3.1. TIPO DE ESTUDIO:

En este estudio se busca ver la relación que existe entre los factores de riesgo
como aspectos sociodemográficos, familiares, sociales y variables psicológicas
como actitudes y autoestima en relación con el consumo de los alumnos, en
una población escogida al azar y en un solo momento, se utiliza un cuestionario
de 83 ítems para recopilar la información y determinar si existen correlaciones
entre ellos, por lo que el estudio se puede ubicar como correlacional.

3.2. MUESTRA:

Se trabajó con una muestra representativa de 980 estudiantes de 2

preparatorias públicas una ubicada en el Municipio de San Nicolás de los Garza

N.L. y la otra en el Municipio de Apodaca, N.L., se trabajo bajo el método de

estratificada probabilística, considerando la proporción de alumnos por

semestre, grupos y turno, de la muestra 498 son hombres y 482 mujeres, es

decir 50.7% hombres y 49.1 % mujeres, con edad promedio de 15.6 años.

3.3 INSTRUMENTOS PARA LA RECOLECCIÓN DE DATOS:

Para la recolección de datos es un instrumento con 83 ítems con preguntas


previamente recodificadas en las que hay ítems para medir variables
Sociodemográficas, consumo del estudiante, familiares y amigos así como las
variables psicológicas.

3.3.1 ESCALA PARA MEDIR LAS VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS

Dentro de este grupo de variables se midieron aspectos como la edad, género,


posición socioeconómica, y disponibilidad de dinero para la semana o el fin de
semana, en el cual el estudiante tenía que responder de manera directa cada
una de las preguntas.

3.3.2 ESCALA PARA EL CONSUMO DEL ESTUDIANTE

Lo que medimos fue en cuanto a frecuencia como en cantidad del alcohol, se


miden aspectos como el consumo que hacen los jóvenes y para esto se utilizó
la escala de audit. (Alcohol Use Disorders Identification Test) está basado en un
proyecto de la OMS de colaboración entre seis países (Australia, Bulgaria,
Kenya, México, Noruega y USA) que fue posteriormente estandarizado por
Saunders y Cois. (1993). Ha sido validado en nuestro país por Rubio (1998). Se
trata de un cuestionario auto administrado que consta de 10 preguntas. Las 3
primeras hacen referencia a la cuantificación del consumo alcohólico (cantidad,
frecuencia), de la 4 a la 6 comportamiento o actitud ante la bebida, de la 7 a la 8
reacciones adversas y las dos últimas problemas relacionados con el consumo
de alcohol.

El cuestionario investiga los hechos durante el último año. Las ocho primeras
cuestiones tienen 5 posibles respuestas, que se puntúan de 0 a 4 y las dos
últimas 3 posibles respuestas que puntúan 0-2-4. El rango es de 0 a 40. Una
alta puntuación en los ítems 1 a 3 sugiere consumo peligroso de alcohol, si está
se da en los ítems 4 a 6, posible dependencia alcohólica y si se da en las
cuestiones 7 a 10 consumo perjudicial. La alfa de Cronbach es de 0,8.
Siguiendo los criterios de la OMS sobre problemas relacionados con el
consumo de alcohol, si se establece un punto de corte 11 la sensibilidad es de
0,84 y la especificidad de 0,71. Si el punto de corte se sitúa en 13 la
sensibilidad es de 0,7 y la especificidad de 0,78.

3.3.3 ESCALA PARA LA FRECUENCIA EN EL CONSUMO DE


ALCOHOL DE LA FAMILIA, AMIGOS ASI COMO DEL
ESTUDIANTE

Asimismo, para medir el consumo de alcohol se utilizó El INFLUCOL de Pons y


Berjano (1999) de la Universidad de Valencia, el instrumento original consta de
42 ítems tipo Likert con 4 alternativas de respuesta de 1 a 4, que mide la
frecuencia del consumo respecto al tipo de bebidas del papá, mamá, los
hermanos, amigos y/o compañeros de clase, así como de ios estudiantes de la
muestra. El instrumento se rediseño y se hizo una adecuación a nuestro país
del tipo de bebidas más comunes, además se modificó en su organización y
presentación de los ítems, quedando 14 bebidas posibles de consumo con 4
opciones de respuesta (de 1=nada a 4=mucho) en cada apartado, para evaluar
el consumo del papá, la mamá, los hermanos, amigos y/o compañeros de clase,
y de los mismos estudiantes, quedando de 70 ítems el instrumento general. En
este estudio se analizaron por separado, la frecuencia en el consumo familiar
(la suma del consumo de papá, mamá y hermanos) con 42 ítems; el de los
amigos con 14 ítems, y de los estudiantes (14 ítems).

3.3.4 ESCALA PARA LAS ACTITUDES EN RELACION AL CONSUMO


DE ALCOHOL EN LOS ESTUDIANTES

El instrumento que se utilizó para medir las actitudes en relación al consumo del
alcohol en los jóvenes, se diseñó un instrumento de 8 preguntas con escala
Likert, con 3 alternativas de respuesta (de 0=casi nunca a 3= casi siempre).
3.3.5 ESCALA PARA FUNCIONALIDAD FAMILIAR

En lo que se refiere a la funcionalidad familiar elegimos el instrumento APGAR,


que consta de 5 preguntas con escala Likert, El cuestionario APGAR Familiar
(Family APGAR) fue diseñado por Smilkstein, Ashworth, Montano, (1982) para
explorar la funcionalidad familiar. Se trata de un cuestionario que puede
administrarse tanto por el entrevistador como ser cumplimentado directamente
por la persona entrevistada. Consta de 5 cuestiones, con tres posibles
respuestas cada una, que se puntúan de 0 a 2. Su rango es por tanto de 0 a 10.
Es una herramienta útil para detectar disfunción familiar. Se ha utilizado en
diversos estudios, para la valoración familiar en casos de alcoholismo, infección
HIV, depresión y embarazos en adolescentes. Se ha propuesto una puntuación
> 6 como funcional y < 6 como disfuncional. En algunos casos, se valora de 0 a
2 como disfunción grave y de 3 a 6 como leve. No parecen influirse los
resultados por el nivel cultural del entrevistado y se ha utilizado desde edades
tan tempranas como los 10-11 años. En la validación española la fiabilidad test-
retest es superior a 0.75. Posee una consistencia interna de 0.84 (Smilkstein,
Ashworth y Montano, 1982).

3.3.6 ESCALA PARA LA AUTOESTIMA EN LOS JÓVENES

Para medir autoestima se utilizó la Escala de Rosemberg (1965), Vázquez,


Jiménez y Jiménez (2004) mencionan que el objetivo de esta escala es evaluar
el sentimiento de satisfacción que una persona tiene consigo misma. Este
instrumento consta de 10 ítems generales que puntúan de 1 a 4 en una escala
tipo Likert. El rango del cuestionario es de 10 a 40, con una puntuación tanto
mayor cuanto mayor es la autoestima. El punto de corte en la población adulta
es de 29. La fiabilidad test-retest es de 0,85 y el coeficiente alfa de consistencia
interna es de 0,92.
3.4 PROCEDIMIENTO:

Se trabajó con 2 preparatorias ubicadas en la zona norte de Monterrey


N.L., el haber elegido a estas preparatorias fue por conveniencia del
investigador, para la primera preparatoria, se seleccionaron 12 grupos de un
total de 68 grupos, compuesto cada grupo por 42 alumnos aproximadamente,
del Primer Semestre se eligieron 5 grupos, del Tercer Semestre se eligieron
otros 5 grupos y de Cuarto Semestre los dos grupos únicos de este semestre,
arrojando un total de 498 alumnos, y para la Preparatoria siguiente, se
seleccionaron 13 grupos de un total de 80 grupos, compuesto por 45 alumnos
de cada grupo aproximadamente, se trabajo con Primer Semestre con 8 grupos,
y para el Tercer Semestre se trabajo con 5 grupos, arrojando un total de 482
alumnos, en total de las 2 Preparatorias se trabajo con 980 alumnos, a los
cuales se les aplico el instrumento conformado por 83 ítems, la aplicación de
este instrumento en la población nos llevo un tiempo de una semana
aproximadamente aplicando en los 2 turnos.
3.5 ANÁLISIS DE LOS DATOS:

En el análisis de los datos encontramos que para la frecuencia en el consumo


familiar se obtuvo un coeficiente de .92 en el alfa de Cronbach, en la escala de
frecuencia en el consumo de amigos se obtuvo un coeficiente de .93, en la
escala de frecuencia en el consumo del estudiante se obtuvo un coeficiente
de .89, en actitudes = .85, en autoestima = .78 y en funcionalidad familiar = .80.,
logrando un adecuado nivel de confiabilidad.

3.6 ASPECTOS ÉTICOS:

Se solicito por escrito el consentimiento de las autoridades correspondientes de


la institución y área en la que se llevo a cabo el estudio. En él se les explico a
los jóvenes que los propósitos de realizar este tipo de investigación es
encaminar los esfuerzos de las instancias gubernamentales y no
gubernamentales en realizar programas que beneficien a la sociedad para
detectar los índices y las variables que están asociadas al consumo de alcohol
y que el instrumento esta diseñado de tal manera que no se solicita su nombre,
dirección o teléfono esto con el fin de guardar la confidencialidad de la
información, se les explico que también tienen todo el derecho a negarse a
participar en esta investigación y que ellos se hacen acreedores de recibir
información y atención a sus inquietudes.
3.7 LIMITACIONES DEL ESTUDIO:

Al aplicar el instrumento con jóvenes estudiantes nos enfrentamos a una serie


de limitaciones que a continuación se enumeran:

• El trabajar con una muestra representativa sólo de 2 preparatorias de la


Zona Norte del área metropolitana de Monterrey N.L.
• El que se trabaje solamente con el auto reporte de los estudiantes.
• El trabajar con jóvenes estudiantes de 14 a 24 años.
• El que en algunos grupos haya estado presente el maestro del grupo.
• La aplicación de este instrumento en ocasiones era previo al descanso o
bien la salida y esto ocasionaba que en ocasiones tenían prisa por
contestar de manera rápida el instrumento.
• El que este instrumento hay sido aplicado en el salón de clases.
CAPÍTULO 4
RESULTADOS

La muestra de 980 estudiantes de 2 preparatorias del área metropolitana de


Monterrey, tienen una edad promedio de 15.6 años con una desviación
estándar de .84; con una edad mínima de 14 y máxima de 24 años. De los
cuales 498 son hombres (50.7%) y 482 mujeres (49.1%), en algunos cuadros
puede variar la muestra total debido a que existen valores perdidos.

En primera instancia se procedió a realizar los análisis de consistencia interna


de los instrumentos. (Ver tabla No 1). En la escala de la frecuencia en el
consumo familiar se obtuvo un coeficiente de .92 en el alfa de Cronbach, en la
escala de frecuencia en el consumo de amigos se obtuvo un coeficiente de .93,
en la escala de frecuencia en el consumo del estudiante se obtuvo un
coeficiente de .89, en actitudes = .85, en autoestima = .78 y en funcionalidad
familiar = .80. Los datos anteriores nos indican que los instrumentos utilizados
tienen un nivel adecuado de confiabilidad. Posteriormente se procedió a
verificar la normalidad de las variables con la prueba de Kolmogorov-Smirnov,
encontrando que no existía normalidad (K-S= .254, p= <.01), debido a esto se
decidió realizar los análisis con pruebas no paramétricas.
Tabla No 1. Análisis de consistencia interna de los Instrumentos

Instrumento Consistencia Interna

Frecuencia en el consumo familiar .92

Frecuencia en el consumo de amigos .93

Frecuencia en el consumo del estudiante .89

Actitudes .85

Autoestima .78

Funcionalidad familiar .80

La variable frecuencia en el consumo del estudiante se clasificó en 3


niveles con base a los valores originales de la frecuencia en el consumo de
alcohol, ver tabla No 2, que son de 1 a 14 con percentiles de 0 a 33 para el
primer grupo de no consumo, para el segundo grupo de consumo bajo de 14.01
al 16 con percentiles de 33 a 66 y para el tercer grupo de consumo medio de
16.01 al 56, con percentiles de 66 a 100, en la tabla No 2 podemos observar
que 479 estudiantes son no consumidores de alcohol, es decir un 48.6%, 206
jóvenes están en el consumo bajo con un 20.9%, y en el consumo medio son
300 estudiantes con un 30.5%.

Tabla No 2. Análisis descriptivo de los niveles de la frecuencia en el


consumo de alcohol de los estudiantes (n=985)

Nivel de consumo Frecuencia Porcentaje


No consumo 479 48.6

Bajo 206 20.9

Medio 300 30.5

En la tabla 3 se presentan los datos descriptivos de la frecuencia en el consumo


de alcohol de estudiantes por sexo, la media para hombres es de 16.8 y la
mediana de 15.0 (D.E.=4.79), y para las mujeres la media es de 16.4 y la
mediana de 15.0 (D.E.=4.51), de tal manera que los puntajes son similares en
el consumo del alcohol tanto para hombres como para mujeres.

Tabla No 3. Descripción de la frecuencia en el consumo de alcohol por


sexo

Media Mediana D. E. Rango medio

Hombres (n=498) 16.80 15.00 4.79 500.69

Mujeres (n=482) 16.42 15.00 4.51 479.90

En la tabla No 4 se presentan los análisis de frecuencia en tomar bebidas que


contengan alcohol en los estudiantes, estos datos corresponden a la pregunta
No 1 del instrumento audit., como podemos observar 599 estudiantes nunca
consumen bebidas alcohólicas que representan un 60.8%, y una o menos
veces ai mes son 299 estudiantes con un 23.2%, y de 110 estudiantes el 11.2%
caen en cuanto a el consumo de 2 a 4 veces al mes, sujetos que consumen
bebidas alcohólicas de 2 a 3 veces por semana son 40 que representa el 4.1 %,
y 7 estudiantes contestaron que consumen 4 o mas veces por semana que
representa el .7%.

Tabla No 4. Frecuencia con la que los estudiantes toman alguna bebida


que contenga alcohol

Frecuencia Porcentaje

Nunca 599 60.8

Una o Menos Veces al Mes 229 23.2

2-4 Veces al Mes 110 11.2

2 o 3 Veces por Semana 40 4.1

4 o mas veces por Semana 7 .7

Total 985 100.0


En cuanto a la frecuencia en tomar seis "bebidas" o más en una sola ocasión,
esto corresponde a la pregunta No 3 del audit., observamos en la tabla No 5
que 801 sujetos que equivale al 81.3% nunca han tomado seis o mas bebidas
en una sola ocasión, y 132 sujetos el 13.4% han tomado seis bebidas o más en
una sola ocasión mensualmente, y semanalmente 48 sujetos el 4.9% has
tomado 6 bebidas o mas en una sola ocasión, y 4 estudiantes han tomado a
diario o casi a diario seis bebidas o más en una sola ocasión.

Tabla No 5. Frecuencia en tomar seis "bebidas" o más en una sola ocasión

Frecuencia Porcentaje

Nunca 801 81.3

Mensualmente 132 13.4

Semanalmente 48 4.9
A diario o casi a Diario
4 .4

Total 985 100.0

En la variable edad de inicio en el consumo, se encontró que la media en el


inicio en el consumo de alcohol es de 14.00 y la mediana de 14.00 (D.E.=1.41)
ver tabla No 6.

Tabla No 6. Análisis descriptivo de la edad de inicio en el consumo de


alcohol

(N= 520) Media Mediana D.E. Rango

Edad de inicio 14.00 14.00 1.41 9


En la tabla No 7 se observa la edad de inicio en el consumo de alcohol por sexo,
los hombres tienen una media de 13.88 y una mediana de 14.00 (D.E.=1.43), y
las mujeres una media de 14.13 y una mediana de 14.00 (D.E.=1.38).

Tabla No 7. Análisis descriptivo de la edad de inicio en el consumo de


alcohol por sexo

Edad de inicio Media Mediana D.E. Rango

Hombres (n=267) 13.88 14.00 1.43 9

Muieres (n=251) 14.13 14.00 1.38 7

En la tabla No 8 se muestran los datos descriptivos en cuanto al


consumo del estudiante, según la posición socioeconómico, para el estrato
Medio, la media de consumo es de 16.4 y una mediana de 14.0 (D.E.= 4.40) y
para el estrato Medio Alto, tenemos una media es de 17.1, y una mediana de
15.0, (D.E.=5.41). Se encontraron diferencias significativas entre estratos
socioeconómicos con la prueba U de Mann-Whitney (Z= -2.649, p=.008).

Tabla No 8. Descripción del Consumo de Alcohol por Estrato


Socioeconómico

Media Mediana D.E. Rango


Medio
Estrato Medio (n=762) 16.46 14.00 4.40 480.80
Estra. medio Alto (n=223) 17.14 15.00 5.41 534.68

Como podemos observar en la tabla No 9 la frecuencia en el consumo de


alcohol por sexo, para los hombres del estrato medio la media es de 16.71 y la
mediana de 15.00, (D.E.=4.51), y en el estrato medio alto la media es de 17.11
y la mediana de 15.00 (D.E.=5.62). Asimismo, podemos observar la frecuencia
en el consumo de alcohol en mujeres, para el estrato medio la media es de
16.21 y la mediana de 14.00 (D.E.=4.28), y para el estrato medio alto la media
es de 17.21 y la mediana de 15.00 (D.E.=5.22).

Tabla No 9. Descripción de la frecuencia en el consumo de alcohol por


sexo según la posición socioeconómica

Hombres Media Mediana D. E. Ran. Medio

Estrato Medio (n=381) 16.71 15.00 4.51 246.02

Estrato Medio Alto (n-117) 17.11 15.00 5.62 260.82

Mujeres

Estrato Medio (n=377) 16.21 14.00 4.28 232.82

Estrato Medio Alto (n=105) 17.21 15.00 5.22 272.67

Al hacer la comparación del consumo de los estudiantes por estrato


socioeconómico con la U de Mann-Whitney por sexo no se encontraron
diferencias en el consumo de alcohol entre los hombres (Z= -1.032, p= .30), en
cambio en las mujeres, si hay diferencias significativas (Z=.2775, p=.006).

En lo que respecta a la variable de disposición de dinero diario que tienen los


jóvenes, podemos observar en la tabla No 10 que la media es de $33.60 y la
mediana de $25.00 (D.E.=29.10), el rango es de $350.00 pesos diarios para sus
gastos.

Tabla No 10. Análisis descriptivo de la Disposición de Dinero diario


(n=967)

Media Mediana D.E. Rango

Disposición de dinero 33.60 25.00 29.10 350


En relación a la disposición de dinero para el fin de semana que tienen
los jóvenes se muestra en la tabla No 11, la media es de $90.17, la mediana de
$50.00 (D.E.=105.89), el mínimo es 0 pesos y el máximo 1,200 pesos (Ver tabla
No 11).

Tabla No 11. Análisis descriptivo de la Disposición de Dinero fin de


semana (n= 944)

Media Mediana D.E. Rango

Disposición de dinero 90.17 50.00 105.89 1,200

En esta tabla No 12 podemos observar la disponibilidad de dinero diario y fin de


semana por sexo, la disponibilidad diaria en ios hombres la media es de 33.73 y
la mediana de 30.00 (D.E.=29.3), con un rango de 350, y para las mujeres, la
media es de 33.57 y la mediana de 25.00 (D.E.=28.95), con un rango de 250;
en cuanto a la disponibilidad de dinero para el fin de semana, la media para los
hombres es de 94.79 y la mediana de 50.00 (D.E.=120.79), con un rango de
1,200 y, para las mujeres la disponibilidad de dinero para el fin de semana, la
media es de 85.77 y la mediana de 50.00 (D.E.=87.78), con un rango de 500.

Tabla No 12. Disponibilidad de dinero por sexo

Hombres Medía Mediana D.E. Rango


Dispos. Diario 33.73 30.00 29.3 350

Dispos, fin de semana 94.79 50.00 120.79 1200


Mujeres

Dispos. Diario 33.57 25.00 28.95 250

Dispos, fin de semana 85.77 50.00 87.78 500


En la tabla No 13 podemos observar el análisis realizado con la correlación de
Spearman y encontramos que hay relación significativa entre la edad con el
nivel en el consumo de alcohol del estudiante (rs =.240, p= .001), y la edad con
la disponibilidad de dinero (rs =.123, p= .01), así como entre el nivel de consumo
de alcohol de los estudiantes con la disponibilidad de dinero para el fin de
semana (rs=.220, p= .001).

Tabla No 13. Coeficientes de Correlación de Spearman entre el consumo


de alcohol de estudiantes, edad y dinero disponible los fines de semana

(n= 985) Edad en años Dinero fin de Consumo


cumplidos semana del estudiante

Edad en años cumplidos TOO TÍ23 240

Dinero fin de semana .123 1.00 .220

Consumo del estudiante .240 .220 1.00

El análisis realizado con la correlación de Spearman por sexo y encontramos


ver la tabla No 14 que en los hombres hay relación significativa entre la edad
con el nivel de consumo de alcohol (rs =.279, p= .001), así como en el nivel de
consumo de alcohol con la disponibilidad de dinero para el fin de semana
(rs=.188, p= .001). En cuanto a las mujeres encontramos también una relación
significativa entre la edad con el nivel en el consumo de alcohol (rs=.191
p= .001), así como en el nivel de consumo de alcohol con la disponibilidad de
dinero para el fin de semana (rs=.255 p= .001).

Tabla No 14. Coeficientes de Correlación de Spearman por sexo en el


consumo de alcohol de estudiantes, edad y dinero disponible los fines de
semana {n= 985)

Hombres Edad en años cumplidos Dinero fin de semana


Consumo del estudiante .279 .188
Mujeres

Consumo del estudiante .199 .255


En el análisis de la frecuencia en participar en accidentes automovilísticos como
consecuencia de ingerir bebidas alcohólicas, 36 sujetos dijeron que si (3.8%) y
924 sujetos dijeron que no (96.2%) (Ver tabla No 15).

Tabla No 15. Participar en accidentes automovilísticos después de ingerir


bebidas alcohólicas

N= 960 Frecuencia Porcentaje

Si 36 3.8

No 924 96.2

En el siguiente análisis de frecuencia observamos que 67 estudiantes han


sufrido algún daño producto del consumo del alcohol (6.9%) y el 93.2% no ha
sufrido ningún daño (918). Ver tabla No 16.

Tabla No 16. Si el estudiante ha sufrido algún daño producto del consumo


de alcohol

Daño producto del consumo Frecuencia Porcentaje

Si 67 6.9

No 918 93.2

Por lo que respecta a la variable frecuencia de consumo familiar de alcohol, se


clasificó en 3 niveles: bajo, medio y alto, en el nivel bajo, encontramos una
frecuencia de 384 (39.0%), en el nivel medio una frecuencia de 294 (29.8%) y
para el alto una frecuencia de 307 (31.2%), ver tabla No 17.
Tabla No 17. Análisis descriptivo de los niveles en el consumo familiar de
alcohol

Nivel de consumo (n=985) Frecuencia Porcentaje

Bajo 384 300

Medio 294 29.8

Alto 307 31.2

Por lo que respecta al nivel de consumo familiar de alcohol, por sexo de los
estudiantes (tabla No 18), observamos para los hombres en el nivel bajo un
44.6%, en el medio un 29.7%, y en el nivel alto un 25.7%; y en las mujeres, el
nivel bajo de consumo familiar un 33.4%, para el consumo familiar medio un
29.7%, y para el nivel alto en el consumo familiar un 36.9%.

Tabla No 18. Frecuencia del nivel de consumo familiar de alcohol por sexo
de los estudiantes

Hombres Frecuencia Porcentaje

Bajo 222 44.6

Medio 148 29.7

Alto 128 25.7

Total 498 100.0

Mujeres Frecuencia Porcentaje

Bajo 161 33.4

Medio 143 29.7

Alto 178 36.9

Total 482 100.0


En la Tabla No 19 se pueden observar los datos descriptivos del consumo de
alcohol familiar, de los amigos y de los estudiantes; para el consumo de la
frecuencia en el consumo familiar (papá, mamá y hermanos) un puntaje
promedio de 49.70, para el consumo de los amigos una media de 20.87, y una
media de 16.62 para el consumo del estudiante.

Tabla No 19. Análisis descriptivo de la frecuencia consumo de alcohol


familiar, de los amigos y estudiantes (n=980)

Media Mediana D. E. Rango


Consumo familiar 49.70 47.00 9.07 70.00

Consumo de Amigos 20.87 18.00 7.52 42.00

Consumo del estudiante 16.62 15.00 4.66 37.00

En esta tabla No 20 podemos observar la frecuencia en el consumo familiar de


alcohol, de los amigos y de los estudiantes, por sexo, para el consumo familiar
en los hombres la media es de 49.08 y la mediana de 46.00 (D.E.=9.42), en las
mujeres la media es de 50.34 y la mediana de 48.00 (D.E.=8.65). En cuanto a la
frecuencia en el consumo de los amigos, para los hombres la media es de
20.80 y la mediana de 18.00 (D.E.=8.10), en las mujeres la media es 20.96 y la
mediana de 19.00 (D.E.=6.90). Respecto a frecuencia en el consumo de los
estudiantes, la media en los hombres es de 16.81 y la mediana 15.00
(D.E.=4.79), y para las mujeres, la media es 16.43 y la mediana de 15.00
(D.E.=4.51).
Tabla No 20. Descripción del consumo de alcohol familiar, amigos y de los
estudiantes por sexo (n=980)

Hombres Media Mediana D. E. Rango

Consumo Familiar 49.08 46.00 9.42 70

Consumo de Amigos 20.80 18.00 8.10 42

Consumo del Estudiante 16.81 15.00 4.79 37


Mujeres
Consumo Familiar 50.34 48.00 8.65 59

Consumo de Amigos 20.96 19.00 6.90 41

Consumo del estudiante 16.43 15.00 4.51 29

En el análisis realizado con la correlación de Spearman por sexo, ver tabla No


21, encontramos que en los hombres hay relación significativa entre la
frecuencia en el consumo familiar y el consumo de los estudiantes (rs =.494,
p= .001), así como entre la frecuencia en el consumo de los amigos y el
consumo de los estudiantes (rs=.539, p= .001). En cuanto a las mujeres,
encontramos una relación significativa entre la frecuencia en el consumo
familiar y el consumo de los estudiantes (rs =.528 p= .001), así como en la
frecuencia en el consumo de alcohol de los estudiantes y el consumo de los
amigos (rs=.481 p= .001).

Tabla No 21. Coeficientes de Correlación de Spearman por sexo, de la


frecuencia en consumo de alcohol de los estudiantes, del consumo
familiar y el consumo de los amigos (n= 985)

Hombres Frecuencia consumo familiar Frecuencia consumo de


amigos
Consumo del estudiante .494 .539
Mujeres

Consumo del estudiante .528 .481


En cuanto a la variable funcionalidad familiar, los puntajes originales se
clasificaron en 3 niveles de acuerdo a los criterios del autor Smilkstein (1982),
con base a las respuestas de los estudiantes, se clasificaron en: funcionalidad
familiar (7 a 10) un porcentaje de 76.6, y para la disfunción familiar leve (3 a 6)
un porcentaje de 19.1 y en cuanto a la disfunción familiar grave (0 a 2) el
porcentaje fue de 4.3 (ver tabla No 22).

Tabla No 22. Análisis descriptivo de los niveles de Funcionalidad familiar


(n=985)

Niveles de Funcionalidad Frecuencia Porcentaje

Funcionalidad Familiar 755 76.6

Disfunción leve 188 19.1

Disfunción grave 42 4.3

A continuación en la tabla No 23 podemos observar el análisis descriptivo de la


variable Funcionalidad Familiar, por sexo, la media general es 7.78 (D.E.=2.32),
para los hombres la media es 7.88 (D.E.=2.16) y en las mujeres la media es
7.71 (D.E,=2.44).

Tabla No 23. Análisis Descriptivo de Funcionalidad Familiar por sexo

Media Mediana D.E. Rango


Medio

Funcionalidad Familiar 7.78 9.00 2.32 10

Hombres (n=498) 7.88 9.00 2.16 10

Mujeres (n=482) 7.71 9.00 2.44 10

En la tabla No 24, podemos observar la distribución de frecuencias observadas


en los niveles de Consumo de alcohol de los estudiantes y los niveles de
funcionalidad familiar. Para evaluar la asociación entre estas variables se aplicó
la prueba Chi cuadrada, y se encontró una asociación significativa entre los
niveles del consumo del estudiante y los niveles de funcionalidad de familiar
(Chi2 =28.35, gl=4, p=.000).

Tabla No 24. Distribución de los niveles de Consumo de alcohol de los


estudiantes y los niveles de funcionalidad familiar

Nivel de consumo Niveles de Funcionalidad Familiar


Funcionalidad Disfunción Disfunción Total
Familiar Leve grave

No Consumo 40.3 7.1 1.2 48.6

Bajo 16.0 4.0 .9 20.9

Medio 20.3 8.0 2.1 30.5

Total 76.6 19.1 4.3 100.0

En la Tabla No 25 podemos observar la distribución de frecuencias observadas


en los niveles de Consumo de alcohol de los estudiantes y los niveles de
funcionalidad familiar por sexo de los estudiantes. Para evaluar la asociación
entre estas variables se aplicó la prueba Chi cuadrada, los resultados nos
indican que no hay asociación en los hombres, entre los niveles de consumo del
estudiante y los niveles de funcionalidad de familiar (Chi2 =7.407, gl=4, p=.116),
en cambio en las mujeres, si hay asociación significativa entre los niveles del
consumo del estudiante y los niveles de funcionalidad de familiar (Chi2=23.164,
gl=4, p=.001).
Tabla No 25. Distribución de los niveles de Consumo de alcohol de los
estudiantes y los niveles de funcionalidad familiar, por sexo

Hombres Niveles de Funcionalidad Familiar


Funcionalidad Disfunción Disfunción Total
Familiar Leve grave

No Consumo 39.4 7.0 1.2 47.6

Bajo 15.7 4.0 .6 20.3

Medio 23.1 7.2 1.8 32.1

Total 78.1 18.3 3.6 100.0

Mujeres

No consumo 41.5 7.1 1.2 49.8

Bajo 16.4 3.9 1.2 21.6

Medio 17.6 8.7 2.3 28.6

Total 75.5 19.7 4.8 100.0

En la tabla No 26, tenemos la distribución de frecuencias observadas en los


niveles de Consumo de alcohol familiar y los niveles de funcionalidad familiar.
Para evaluar la asociación entre estas variables se aplicó la prueba Chi
cuadrada, los resultados nos indican una asociación significativa entre ellas
(Chi2 =28.93, gl= 4, p=.000).

Tabla No 26. Distribución de ios niveles de Consumo de alcohol familiar y


los niveles de funcionalidad familiar

Consumo familiar Funcionalidad Familiar


Funcionalidad Disfunción Disfunción Total
Leve Grave
Familiar
Bajo 32.6 5.5 .9 39.0

Medio 23.2 5.5 1.1 29.8

Alto 20.8 8.1 2.2 31.2

Total 76.6 19.1 4.3 100.0


En la Tabla No 27 se presenta la distribución de frecuencias observadas en los
niveles de Consumo de alcohol familiar y los niveles de funcionalidad familiar,
por sexo de los estudiantes. Para evaluar la asociación entre estas variables se
aplicó la prueba Chi cuadrada, los resultados nos indican una asociación
significativa en los hombres (Chi2 =9.948, gl=4, p=.041), así como entre las
mujeres (Chi2 =18.501, gl=4, p=.001).

Tabla No 27. Distribución de los niveles de Consumo de alcohol familiar y


los niveles de funcionalidad familiar, por sexo

Niveles de Consumo Niveles de Funcionalidad Familiar


Familiar
Funcionalidad Disfunción Disfunción Total
Leve grave
Familiar

Hombres

Bajo 36.7 6.6 1.2 44.6

Medio 23.7 5.2 .8 29.7

Alto 17.7 6.4 1.6 25.7

Total 78.1 18.3 3.6 100.0

Mujeres

Bajo 28.4 4.4 .6 33.4

Medio 22.8 5.6 1.2 29.7

Alto 24.3 9.8 2.9 36.9

Total 75.5 19.7 4.8 100.0

Respecto al tipo de familia al que pertenecen los estudiantes, en este estudio


encontramos que el 85.3% son familias nucleares conformadas por padre,
madre e hijos, el 4.2% son familias extendidas o ampliadas que son familiares
nucleares y algún otro familiar, el 10.5% corresponde a las familias
monoparentales, en donde los hijos viven sólo con el padre o la madre y, el
2.1% corresponde a estudiantes que viven en hogares no familiares (p.e. en
casas de asistencia, con amigos o solos), 11 casos (1.1% no contestaron la
encuesta), ver tabla No 28.

Tabla No 28. Análisis descriptivo del tipo de familia de los estudiantes


(n= 974)

Tipos de Familia Frecuencia Porcentaje

Nuclear 814 85.3

Extendida o ampliada 40 4.2

Monoparental 100 10.5

Hogar no familiar 20 2.1

En la tabla No 29, se presenta la distribución de frecuencias observadas en los


niveles de Consumo de alcohol familiar y los niveles de funcionalidad familiar.
Para evaluar la asociación entre estas variables se aplicó la prueba Chi
cuadrada, los resultados nos indican que no hay asociación significativa entre
los niveles de funcionalidad familiar con el tipo de familia, en la muestra
completa (Chi2 = 9.055, gl=4, p=0.60).

Tabla No 29 .Distribución porcentual de los niveles de funcionalidad


familiar y tipo de familia

Nuclear Extendida o Mono Total


Nivel
Ampliada parental

Funcionalidad Familiar 66.4 3.8 7.3 77.5

Dtsfunción Leve 15.6 .4 2.3 18.3

Disfunción Grave 3.4 .0 .8 4.2

Total 85.3 4.2 10.5 100.0


En la Tabla No 30 se presenta la distribución de frecuencias observadas en los
niveles de Consumo de alcohol familiar y tipo de familia, por sexo de los
estudiantes. Para evaluar la asociación entre estas variables se aplicó la prueba
Chi cuadrada, los resultados nos indican que en los hombres si hay asociación
entre estas variables (Chi2 =10.692, gl=4, p=.030), a diferencia de las mujeres
(Chi2 =2.572, gl=4, p=.632).

Tabla No 30. Análisis por sexo de ios Niveles de funcionalidad familiar y


tipo de familia

Niveles de Funcionalidad Tipos de familia


Familiar
Nuclear Extendida o Mono Total
Ampliada parental

Hombres

Funcionalidad 68.5 3.9 6.4 78.8


Familiar

Disfunción Leve 15.3 .4 2.1 17.7

Disfunción grave 2.5 .0 1.0 3.5

Total 86.2 4.3 9.5 100.0

Mujeres

Funcionalidad 64.5 3.7 8.4 76.6


Familiar

Disfunción Leve 15.7 .4 2.6 18.7

Disfunción grave 4.1 .0 .6 4.7

Total 84.3 4.1 11.6 100.0


Se procedió a realizar análisis con la prueba Chi cuadrada con el nivel de
consumo familiar y tipo de familia, podemos observar que no hay asociación
significativa entre los niveles de la frecuencia en el consumo familiar con el tipo
de familia (Chi2 = 1.237, gl = 6, p=.872). En base a estos datos que nos hablan
de que nos hay asociación no se realizaron análisis por sexo. Ver tabla No 31.

Tabla No 31. Porcentaje de los niveles de consumo familiar y tipo de


familia

Consumo familiar Nuclear Extendida o Mono- Total


ampliada parental

Bajo 33.0 1.4 4.4 38.8

Medio 25.7 1.4 2.8 29.9

Alto 26.6 1.5 3.2 31.3

Total 85.3 4.2 10.5 100.0

Podemos observar en la tabla 32 los datos descriptivos de las variables


psicológicas estudiadas, la funcionalidad familiar tiene una media de 7.78
(D.E.=2.31), la autoestima 32.62 (D.E.=4.87) y las actitudes 11.35 (D.E.=4.15).

Tabla No 32. Análisis Descriptivo general de Variables Psicológicas


(n=985)

Media Mediana D. E. Rango

Funcionalidad Familiar 778 9^00 Z31 10

Autoestima 32.62 33.00 4.87 30

Actitudes 11.35 10.00 4.15 24

Presentamos los datos descriptivos por sexo de las variables psicológicas (ver
tabla No 33), en cuanto a la funcionalidad familiar la media para los hombres es
de 7.88 (D.E.=2.16) y en las mujeres una media de 7.71 (D.E.=2.44), en cuanto
a la autoestima, en los hombres la media es de 32.82 (D.E.=4.76) y en las
mujeres de 32.44 (D.E.=4.96), y respecto a las actitudes, los hombres tienen
una media de 12.09 (D.E.=4.36) y en las mujeres la media es de 10.55
(D.E.=3.67).

Tabla No 33. Análisis descriptivo de las variables Psicológicas por Sexo

Media Mediana D.E. Rango Medio

Hombres (n=498)

Funcionalidad Fam. 7.88 9.00 2.16 483.86

Autoestima 32.82 34.00 4.76 500.15

Actitudes 12.09 10.00 4.36 541.79

Mujeres (n=482)

Funcionalidad Fam. 7.71 9.00 2.44 497.36

Autoestima 32.44 33.00 4.96 480.53

Actitudes 10.55 9.00 3.67 437.51

Asimismo, se hizo una comparación por sexo del consumo de alcohol de los
estudiantes con la autoestima, funcionalidad familiar y las actitudes con la
Prueba U de Mann-Whitney; no se encontraron diferencias con autoestima (Z= -
1.088, p= .277) ni en funcionalidad familiar (Z= -1.016, p=.310), sin embargo, en
las actitudes si hay diferencia significativa (Z= -5.901, p= .001).

En la tabla No 34 se presentan los resultados de la correlación de Spearman,


los cuales nos indican que hay una correlación significativa entre la autoestima
y el consumo de alcohol de los estudiantes (rs = -.114, p= .001), asimismo,
entre las actitudes y el consumo de alcohol de los estudiantes (rs =.436,
p= .001). por otro lado, existe una relación entre las actitudes y la autoestima de
los estudiantes (rs = -.246, p= .001).
Tabla No 34. Coeficientes de Correlación de Spearman entre el consumo
de alcohol de los estudiantes, las actitudes y la autoestima (n= 985)

Consumo del Actitudes Autoestima


Estudiante

Consumo del estudiante 1.00 .436 -.114

Actitudes .436 1.00 -.246

Autoestima -.114 -.246 1.00

Observamos en la tabla No 35 los resultados de la correlación de Spearman por


sexo y nos indica que en los hombres hay una correlación signiticativa entre la
autoestima y el consumo del estudiantes (rs =.-121, p= .001), asimismo entre
las actitudes y el consumo de los estudiantes (rs =.472, p= .001),a mayor
consumo de los hombres estudiantes mayores actitudes favorables hacia su
consumo y en la mujeres, se encontró también una correlación significativa
entre la autoestima y el consumo de alcohol de ellas rs= -.099, p= .031), y entre
las actitudes y el consumo de los estudiantes (rs =*.389, p= .001).

Tabla No 35. Coeficientes de Correlación de Spearman por sexo entre el


consumo de alcohol de los estudiantes con las actitudes y la autoestima
(n= 944)

Actitudes Autoestima

Consumo Hombres (n= 498) -472 ~121

Consumo Mujeres (n= 482) .389 -.099

Por último, se procedió a realizar el análisis de regresión múltiple para


determinar los predictores del consumo de alcohol de los estudiantes de la
muestra.
Los resultados de la regresión inicial en la muestra de estudiantes fueron los
siguientes. Se obtuvo un coeficiente R múltiple de .688, que significa la
correlación existente entre todas las variables consideradas; este coeficiente
elevado al cuadrado dió como resultado el valor del coeficiente de
determinación múltiple de .473, el cual es utilizado para evaluar la bondad de
ajuste del modelo; puede decirse con base en ello, que el conjunto de variables
independiente explican el 47% de la varianza del consumo de los estudiantes.
Por otro lado, se evaluaron los otros estadísticos del modelo (t de Student, la
colinialidad y el aporte de cada predictor), se encontró que en dos de las
variables criterio: edad y actitud, los resultados de la t de Student aunque fueron
significativos (p<.01); los valores de tolerancia fueron menores de .73 y el índice
de condición tuvo valores mayores de 20.0, lo cual indica problemas de
colinealidad. Portal razón, se decidió eliminarlas del modelo.

Posteriormente, se volvió a "correr" la regresión múltiple con las dos variables.


Los resultados obtenidos se pueden observar en la Tabla 36. El coeficiente de
determinación múltiple se redujo a R 2 = .407, los resultados de la t de Student
fueron significativos, así como las correlaciones, el índice de tolerancia fue
de .812 y el índice de condición 13.7. Se puede decir que los dos predictores
finales explican e! 40.6% de la varianza de la variable dependiente (consumo de
los estudiantes).

Tabla No 36. Análisis de regresión (n = 944)

C o n s u m o Est. (VD) R B Beta T

Constante 2.089 3.269**

Consumo familiar .543*** .196 .382 13.995***

Consumo amigos .537*** .230 .372 13.622***

* p<.05 ** p<.01 "*p<.001 R = .638, R2 = .407, R% = .406 F = 336.59, gl = 2, p<.001

(VD) Variable dependiente: Consumo de Jos estudiantes


CAPÍTULO 5
DISCUSIÓN

Encontramos en la literatura revisada que los hombres tienen más probabilidad


en comparación a las mujeres para el desarrollo de una drogodependencia y
que los niños tienen más probabilidad de consumir drogas que sus hermanas
compartiendo aparentemente las mismas condiciones familiares. Martínez
(2005) menciona que hay mas hombres que mujeres que consumen alcohol en
la mayoría de los países, aunque estas cifras se han estado igualando durante
los últimos años, en tal proporción que en algunas partes del mundo llega a ser
en la actualidad de tres hombres por una mujer, lo que refleja un incremento
evidente de sus cifras.

En un estudio realizado en el 2001 en Estados Unidos con una muestra


representativa de 8,000 personas de 12 años en adelante, encontraron que el
55% de los hombres y el 42% de las mujeres habían consumido alcohol en el
mes anterior, entre las personas de 12 y 17 años de edad, la tasa tanto para
hombres como mujeres es la misma (17%). (National Household Survey of drug
abuse, en Helgeson, 2004), en la muestra completa al definir el consumo de
bebidas de 5 o mas en una ocasión en el pasado mes, reportaron que los
hombres consumen dos veces mas que las mujeres, 28% para hombres y el
13% para los hombres

En el presente estudio con una muestra representativa de 2 preparatorias


encontramos que la edad de inicio en el consumo para los hombres la media
es de 13.8 y para las mujeres la media es de 14.1, de tal manera que los
puntajes son similares en el consumo del alcohol tanto para hombres como
para mujeres, y en cuanto a la frecuencia en el consumo de alcohol de los
estudiantes, para (os hombres encontramos una media de 16.8 y para las
mujeres 16.2, lo que nos hace ver que en ambos grupos la frecuencia es similar.
La evidencia epidemiológica nacional e internacional reconoce que el uso
ocasional o continuo de alcohol solos o combinados, permanece entre la gente
joven, con mayor prevalencia de uso en el sexo masculino, y mayor preferencia
por el alcohol como droga de inicio en los estudiantes así también, muestra que
la edad de inicio es una variable fuertemente asociada al consumo de drogas
(Wit, Silverman, Goodstadt y Stoduto, 1995 en Martínez, 2001), estos autores
observaron que a los 15 años de edad el 50% de los estudiantes ya había
iniciado el consumo de alcohol, en esta muestra se encontró que le edad de
inicio en el consumo de alcohol es de 13.8, Encontrando que se "inician" (o sus
padres los inician) desde la edad de 1 año hasta de 19 años, argumentando
algunos jóvenes que sus padres en su casa o en festividades sociales desde
pequeños les daban a beber alcohol. Rojas-Guiot, y Cois. 1999, mencionan que
en una alta proporción de casos, los jóvenes toman bebidas alcohólicas en sus
hogares, declararon que este consumo se presenta con la aceptación parental;
especialmente un número mayor de los que beben altas cantidades han tenido
contacto con el alcohol por medio de sus padres, lo que sugiere que existe un
ambiente que favorece el consumo de bebidas alcohólicas al haber cierta
tolerancia social hacia esta conducta, ya que en diferentes núcleos sociales,
como la propia familia y el grupo de amigos, forman parte de las celebraciones
y festividades cotidianas de estos estudiantes, quienes en su mayoría son
menores de edad.

Por otro lado los estudios en relación a la posición socioeconómica se ha


encontrado que las tasas más elevadas de consumo de alcohol en la
adolescencia se dan en las clases sociales media y alta (Brannen y Cois. 1994;
Butler, 1982; Combs, Hales y Williams, 1980; Hendry Cois.., 1993; Leahy,
Steffenhagen y Levine, 1971; Schonfeld, 1967 en Moreno, 2004), en este
estudio encontramos que existen diferencias significativas entre el estrato
medio y alto en cuanto al consumo del alcohol, presentándose con mayor
frecuencia entre el estrato medio alto, tenemos una media es de 17.1, y para el
estrato Medio, la media de consumo es de 16.4,se confirma lo dicho por estos
autores.

Martínez y Villa (2004) refieren que la familia es la principal influencia en los


primeros años pero que en la adolescencia son los grupos de la misma etapa,
la adolescencia representa una de las más críticas por su carácter transcícíonal
y sometimiento, a las influencias sociales, internas y familiares que ejercen
presión en el estudiante. El sistema familiar, por otro lado, juega un papel
fundamental para explicar la aparición de numerosas conductas desadaptativas
en los hijos. Los padres, intencionadamente o no, son la fuerza más poderosa
en la vida de sus hijos Silverman (1991 en Pons y Borjano, 1997).

En el presente estudio encontramos que existe una correlación significativa


entre la frecuencia del consumo familiar y el consumo de los estudiantes así
como, una correlación significativa entre el consumo de los amigos y el
consumo de los estudiantes.

La influencia de otros contextos sociales, medios de comunicación, grupo de


iguales, escuela, pasa normalmente por el tamiz de la familia, que puede tanto
amplificar como disminuir sus actitudes, efectos e influencias, sean estos
positivos o negativos.

Becoña, (2002) afirma que la actitud es un elemento previo a la intención


conductual. De ahí que el que una persona tenga una actitud favorable hacia el
consumo de drogas favorece que dicho consumo se produzca. En este estudio
encontramos que si hay una diferencia significativa y en cuanto a las actitudes
en los hombres presentan una media de 12.09 y las mujeres la media es de
10.55. Jessor y Jessor 1977 y Jessor Cois. 1991, (en Moreno, 2004) donde
encontraron que la persona formaba su actitud sobre las drogas a partir de la
observación de las conductas de sus padres sobre el consumo de alcohol y
otras drogas, de la interpretación que hacían de la conducta de sus padres
sobre el consumo de esas sustancias, de la observación del consumo entre su
grupo de iguales y de la interpretación de las actitudes y normas del grupo de
iguales. En función de todo ello la persona se formaba una actitud hacia el
consumo o no consumo de drogas. Esta actitud esta en relación con la
autoestima Harter (1985, en Moreno, 2004), Según esta autora la autoestima
representa una proporción de los éxitos del individuo entre sus pretensiones. De
este modo, el nivel de autoestima dependerá de en qué medida los dominios de
éxito de una persona se corresponden con las aspiraciones de éxito que esta
persona posee, así, por ejemplo, si los éxitos percibidos de una persona son
iguales o mayores que sus pretensiones, dará como resultado un alto nivel de
autoestima, en los resultados de este estudio detectamos que hay una
correlación significativa entre la autoestima y el consumo de los estudiantes (rs
=.-114, p= .001), asimismo entre las actitudes y el consumo de los estudiantes
(rs =.436, p= .001), a mayor consumo de los estudiantes mayores actitudes
favorables hacia su consumo y menor autoestima.
CAPÍTULO 6
CONCLUSIONES

Una gran cantidad de estudios relacionados con el consumo de alcohol hacen


referencia a factores de carácter Social y Psicosocial como elementos
preponderantes en la etiología de esta problemática, así lo señalan las
investigaciones realizadas por innumerables autores como Mora 2001; Bolet y
Socarras 2003; Rodrigo, y Col 2004; Salazar y Col.2004: Brannen y Cois. 1994;
Butler, 1982; Combs, Hales y Williams, 1980; Hendry Cois..., 1993. En el
presente estudio hemos constatado la supremacía de estas variables de índole
psicosocial respecto a variables netamente psicológicas como lo son la
autoestima y la actitud. Por lo que confirmamos lo dicho por García y Carrasco
(2003) los cuales sugieren que las variables psicosociales específicamente son
las que mejor predicen el consumo de alcohol.

No obstante, parece ser que aun no queda claro como es que operan algunas
de las variables de carácter social ya que en ciertos estudios (Brannen y Cois.
1994; Butler, 1982; Combs, Hales y Williams, 1980; Hendry Cois.., 1993; eía,
Steffenhagen y Levine, 1971; Schonfeld, 1967 en Moreno, 2004) se menciona
que las tasas más elevadas de consumo de alcohol en la adolescencia se dan
en las clases sociales media y alta, mientras que otras investigaciones, Horton
(1991, en Ramírez y Olivera, 2003) mencionan que la limitación de las
oportunidades de educación, empleo, posición y aceptación social dan lugar al
abuso de alcohol en diversas circunstancias. Los hallazgos encontrados en
nuestro estudio con respecto a esta disyuntiva apuntan a que a mayor estrato
socioeconómico se incrementa la frecuencia de consumo de alcohol, por lo que
se rechaza la hipótesis nula referida a este rubro. No obstante habría que
considerar que en nuestra muestra estudiada no existe una marcada diferencia
de posición socioeconómica ya que los encuestados pertenecen a clases
sociales media y medía alta.

Por otra parte y considerando la variabilidad de los hallazgos documentados


con respecto a posición socioeconómica se analizo una variable común a
ambas clases sociales reportadas la cual fue la disponibilidad de dinero del
adolescente durante el fin de semana encontrando una relación significativa
entre disponibilidad de dinero y frecuencia de consumo en ambas clases
sociales, lo cual confirma la hipótesis de investigación que se realizo al respecto
la cual proponía que a mayor disponibilidad de dinero, mayor consumo de
frecuencia de alcohol en los estudiantes. Los hallazgos encontrados al respecto
nos sugieren que probablemente es la disponibilidad de dinero más que la clase
social lo que estaría propiciando la frecuencia en el consumo. Por lo que
consideramos el ampliar el abordaje de esta variable de disponibilidad
económica en futuras investigaciones

Con respecto a genero, los hallazgos documentados sugieren que hay mas
hombres que mujeres que consumen alcohol en la mayoría de los países,
Martínez,(2005); SISVEA, (2004), es importante aclarar que estos estudios
fueron realizados con población adulta, por lo que respecta a los resultados
reportados en la presente investigación se realizaron con estudiantes de
preparatoria en donde encontramos que no hay diferencia significativa en el
consumo de alcohol entre hombres y mujeres rechazándose la hipótesis de
investigación la cual afirmaba que existe una mayor frecuencia en el consumo
de alcohol en los hombres en relación con las mujeres. Los resultados
obtenidos en este trabajo podrían darnos a entender la gestación de un cambio
generacional con respecto al consumo por lo que consideramos pertinente la
realización de estudios longitudinales, así como trabajos en donde se investigue
como se comporta esta variable (inicio de consumo) en diferentes rangos de
edades.
Lo anterior evidencia que no todos los consumidores son iguales y que es
preciso atender diferencialmente a los grupos poblacionales y es necesario
diseñar programas de intervención de acuerdo a las características de los
jóvenes, así como el nivel de consumo y el tipo de consumidor, bajo la premisa
de que la mayor efectividad en la prevención se alcanza cuando se interviene a
mas temprana edad, pues una vez iniciada el consumo de alcohol ocurre un
aumento escalonado en la frecuencia e intensidad de la ingesta de alcohol
Colder, Campbell, Ruel, Richardson y Flay (2002, en Londoño y Vinaccia 2005)

En relación a la edad de inicio en el consumo las investigaciones consultadas


indican que la edad de inicio de consumo se presenta a los 15 años Wit, y
Col.1995 en Martínez, 2001; o bien a los 17 años Herrera, y Col 2004. Los
datos recabados en este trabajo de nueva cuenta nos proporcionan otros
indicadores esta vez respecto a la edad de inicio de consumo ya que el
promedio de edad es de 13.62 años. Es preocupante la edad de inicio reportada
en este estudio, debido a que partimos del hecho de que estos adolescentes
son menores de edad. Esta diferencia en cuanto a edades de inicio de consumo
en relación a los estudios reportados podría sugerir el realizar este tipo de
investigaciones en nivel secundaria ya que a esta edad los adolescentes se
encuentran todavía cursando este nivel por lo que habría que recabar datos al
respecto que nos proporcionaran indicios importantes en torno al consumo en
este rango de edad (educación secundaria) que sirvan para orientar
científicamente la planeación de los múltiples programas de prevención de
alcoholismo en todos sus niveles.

El mayor grado de influencia dentro del ámbito psicosocial respecto al consumo


de alcohol esta representado por factores de carácter familiar Frauenglass y
Cois. 1997, en Rodrigo y Cois., 2004; Dishion y Cois. 1996, en Rodrigo y Cois.,
2004; Martínez y Robles, 2001 Pons y Berjano, 1997 en Rodrigo y Cois. 2004.
En referencia a tales factores, en nuestro estudio fueron confirmadas las
hipótesis de investigación que sostenían que existe asociación en la frecuencia
del consumo familiar y la frecuencia en el consumo de los estudiantes así como
también en la hipótesis que expresa que existe asociación en el consumo de
amigos y la frecuencia en el consumo de los estudiantes. Consideramos
necesario el remarcar que no solamente se confirmaron dichas hipótesis sino
que también se concluyo que las variables frecuencia en el consumo familiar y
frecuencia en el consumo de amigos fueron los predictores que explicaron en
mayor medida el porcentaje de varianza de la variable dependiente con un
40.6%.

Por otro lado, aun y cuando variables como actitud y autoestima fueron
ligeramente significativas los bajos índices de colinealidad obligaron a sacarlas
del modelo explicativo por lo que aun y cuando se rechazan las hipótesis nulas
con respecto a estos factores al ser relegadas del modelo pierden validez
predictiva centrándose esta en la frecuencia en el consumo familiar y de amigos.

Teórica y empíricamente el consumo de alcohol no es un factor aislado, se ha


visto que aunado al consumo de esta droga están las relaciones sexuales sin
protección, la conducta antisocial o delincuente, la conducta suicida y se han
incrementado de manera importante en nuestro país conductas violentas y
delitos, un creciente número de adolescentes embarazadas, el que cada vez
más adolescentes han intentado quitarse la vida, por todo esto nos debe llevar
a diseñar programas de prevención integrales, que considere el entorno global
del adolescente y no únicamente el consumo de sustancias. Este planteamiento
adquiere mayor relevancia y urgencia si se considera que los indicadores de
intento suicida señalan que la población femenina se ve más afectada por esta
problemática que por el propio consumo de drogas ilegales o médicas.

Es necesario que se hagan investigaciones con muestras diferentes de jóvenes


para tener una visión más amplia de este fenómeno y de esta manera enfocar
los trabajos de prevención y de investigación, a las situaciones específicas en el
consumo de alcohol del estudiante, en la frecuencia del consumo familiar y de
amigos, que contribuyan a que joven consuma alcohol, en razón a que la
muestra estudiada en 2 preparatorias no podemos generalizar a todos los
jóvenes de Monterrey, N.L. y su área metropolitana.
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APÉNDICE

UNIVERSIDAD AUTONOMA DE NUEVO LEÓN


FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Este es un cuestionario ANÓNIMO, cuyas respuestas no te comprometen en nada. Tan sólo
queremos conocer tu opinión. Por ello te pedimos que te fijes bien en las instrucciones y leas
detenidamente cada pregunta. En caso de que no comprendas bien alguna consulta a la persona que te
esta aplicando la encuesta. Recuerda que TODAS LAS RESPUESTAS SON CONFIDENCIALES.
Responde, por favor con la mayor sinceridad. MUCHAS GRACIAS POR TU COLABORACIÓN.
(Lo que esta en color gris es de uso exclusivo del personal de Investigación)

Favor de contestar las siguientes preguntas:

VI.- ¿Cual es el semestre que cursas?:

V2. ¿Que edad tienes? 15 (Número de años cumplidos)

De las siguientes cuestiones marca con X según sea tu caso:


V3. Sexo: 1 1) masculino 2) femenino

V4.- Marca con una X ia(s) opción(es) según sea tu caso, en relación a con quien vives en tu casa (parientes y no):
Papa Mama Papa y Mama Hermanos Abuelos Tío(a) Primos(as)
Otros?

V5.- ¿De tas opciones que siguen escoge la que tú consideras existe en tu hogar, en cuanto al nivel económico?:
1) Bajo 2) Medio Bajo 3) Medio 4) Medio Alto 5) Alio

V6.-¿Cuánto dinero te dan tus papas para gastar diario? S

V 7.-¿Cuánto dinero te dan tus papas para gastar el fin de Semana (sábado y Domingo) ? $

A continuación encontraras una serie de preguntas relacionadas con el consumo del alcohol. Marca
con una X las respuestas que consideres adecuada. Contesta haciendo referencia al último año.

V8. ¿ Con que frecuencia tomas Nunca una o menos 2 • 4 veces al mes 2 o 2 o 3 veces 4 ó más veces por
alguna "bebida"que veces al mes por semana semana
contenga alcohol?
V 9 . ¿Cuántas "bebidas 1 02 3 ó 4 5 ó 6 7a9 10 ó m á s
a l c o h ó l i c a s " t o m a s t e d u r a n t e un

día típico e n el q u e h a z b e b i d o ?
VIO. ¿ C o n q u e frecuencia lomas Nunca Menos d e una vez Mensualmente Semanalmente A diario o casi a

seis "bebidas" o más en un sola al mes diario


ocasión?

V i l . ¿ C o n q u e frecuencia en el Nunca Menos d e una vez Mensualmente Semanalmente A diario o casi a

ú l i i m o año haz sentido al m e s diario


incapacidad d e parar d e beber

una vez q u e había c o m e n z a d o ?

V I 2 . ¿Con que frecuencia Nunca Menos de una vez Mensualmente Semanalmente A diario o casi a
durante el último a ñ o no pudiste al mes diario
hacer lo q u e normalmente se

esperaba d e ti debido a la

bebida?

V I 3 . Durante el ú l t i m o año. ¿con Nunca Menos de u n a vez Mensualmente Semanalmente A diario o casi a

q u e frecuencia necesitaste t o m a r al m e s diario


:
alguna "bebida alcohólica" por la
:
m a ñ a n a p a r a poder ponerte en

f u n c i o n a m i e n t o d e s p u é s d e una

noche d e haber b e b i d o m u c h o ?
U Í! Í&SSsfisa»?** • ««íísJSpB!
V I 4 . Durante el último año ¿con Nunca Menos de una vez Mensualmente Semanalmente A diario o casi a

que frecuencia te sentiste al mes diario

culpable o con remordimientos

d e s p u é s d e haber bebido?

V 1 5 . D u r a n t e el ú l t i m o año, ¿en Nunca Menos de una vez Mensualmente Semanalmente A diario o casi a

cuántas ocasiones n o f u i s t e capaz al mes

|
< ,
d e recordar lo q u e le había

pasado la n o c h e anterior por

haber estado b e b i e n d o ? ; /

V16.-¿Tu u otra persona ha No Sí. pero no en el Si, el último a ñ o

s u f r i d o algún d a ñ o c o m o último año

consecuencia de que bebiste?

V I 7 . ¿Algún pariente, amigo, No Sí, p e r o no en ei Sí, el último a ñ o

m é d i c o o profesional d e la salud ú l t i m o año


te ha e x p r e s a d o su preocupación : .. • •
p o r tu bebida o te ha sugerido

dejar d e b e b e r ?

Señala por favor, el consumo que observas en T U F A M I L I A , de las siguientes bebidas, marca con
una X la respuesta elegida en cada una de las tres casillas correspondiente Lo que esta en color gris
es de uso exclusivo del personal de Investigación

1 - Nada 2 - Poco 3 = Bastante 4 = Mucho

Tipo de Bebidas PADRE MADRE HERMA NOS/A S

V'18.-Cerveza 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

V19.- Vino 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4
V20.- Tequila 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

V21.-Coolers 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

V22.-Brandy 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

V23.-Wisky 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 H B ^ P ' -

V24.-Cuba 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

V25.-Vodka Tonic 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

V26.-Piña Colada 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

V27.-Vampiros 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

V28.-Margarita 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

V29.-Perro Salado 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

V30.-Paloma 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

V 31.-Desarmador 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4

A h o r a debes de c o n t e s t a r lo q u e observas en T U S A M I G O S O C O M P A Ñ E R O S D E C L A S E , y

m a r c a con una X en relación al tipo de bebida q u e c o n s u m e n :

1 f 7 = Pnrn — Mucho
- Nada 3 = Bastante

Tipo de Bebidas Nada Poco Bastante Mucho

V32.-Cerveza 1 2 3 4

V33.- V i n o 1 2 4
3 .
V 3 4 . - Tequila 1 2 3 4
V35.-Coolers 1 2 3 4

V36.-Brandy 1 2 3 4

V37.-Wisky 1 2 3 4

V38.-Cuba 1 2 3 4

V39.-Vodka Tonic 1 2 3 4

V40.-Piña Colada 1 2 3 4
V 4 1 .-Vampiros 1 2 3 4

V42.-Margarita 1 2 3 4

V43.-Perro Salado 1 2 3 4

V44.-Paloma 1 2 3 4
V45.-Desarmador 1 2 3 4
Ahora debes de contestar lo que observas en T I M I S M O , en relación al tipo de bebida que

consumes, y marca con una X, en relación al tipo de bebida que consumes.

I = Nada 2 = Poco 3 = Bastante 4 = Mucho

Tipo de Bebidas Nada Poco Bastante Mucho

V46.-Cerveza

V47.- V i n o

V48.- Tequila

V49.-Coolers

V50.-Brandy

V 5 1 .-Wisky

V52.-Cuba

V53.-Vodka

Tonic

V54.-Piña Colada

V55.-Vampiros

V56.-Margariia

V57.-Perro

Salado

V58.-Paloma

V59.-Desarmador
A continuación encontraras una serie de frases. Te pedimos que des TU OPINIÓN sobre cada una
de ellas, marca con una X el número que exprese mejor tu forma de pensar.

Totalmente Bastante Bastante Totalmente

de Acuerdo de Acuerdo En Desacuerdo en

uerdo

V60.-EI alcohol ayuda a solucionar los


1 2 3 4
problemas

V61.-Los jóvenes que toman (cerveza o

vino) son más atractivos(as) para sus 1 2 3 4

amigos(as)

V 6 2 . - L o s jóvenes que toman (cerveza o

vino) en sus reuniones la pasan mejor que los 1 2 3 4

que no toman

V63.-EI beber alcohol ayuda a ligar 1 2 3 4

V64.-EI beber alcohol ayuda a hacer más


1 2 3 4 m m
amigos(as)

V65.-EI tomar (cerveza o vino) evita ser


1 2 3 4
rechazado por los amigos

V66.- Es normal beber alcohol a partir de


1 2 3 4
cierta edad

V67.- El tomar bebidas alcohólicas hace que


1 2 3 4
uno se sienta bien.

De las siguientes preguntas marca con una X según los siguientes criterios que tú consideras:

I = Casi Nunca 2 - A veces 3 = Casi

Siempre

V68.- ¿Estás satisfecho(a) con la ayuda que recibes

de tu familia cuando tienes un problema?

V69.- ¿Conversan entre ustedes (familia) los

problemas que tienen en casa?

V70.- ¿Las decisiones importantes se loman en

conjunto en la casa?

V71.- ¿Estás satisfecho(a) con el tiempo que tu

familia y tu pasan juntos?

V72.- ¿Sientes que tu f a m i l i a te quiere?


En seguida encontraras una serie de frases en las cuales se hacen afirmaciones relacionadas
Con tu forma de ser y de sentirte. Después de leer marca con una X la opción de respuesta que
consideres más apropiada.

Muy en En desacuerdo De acuerdo Mu y de

desacuerdo acuerdo

V73.- Siento que soy una persona digna de 1


aprecio, al menos en igual medida que los

demás.

V 7 4 . - M e inclino a pensar que, en conjunto

soy un(a) fracasado(a).

V75.- Creo que tengo varias cualidades

buenas.

V76.- Puedo hacer cosas tan bien como la

mayoría de la gente.

V77.- Creo que no tengo muchos motivos

para sentirme orgulloso (a) de mi.

V78.- Tengo una actitud positiva hacia m i

mismo (a).

V 7 9 . - En general estoy satisfecho (a) de

mi mismo (a).

V80.-Desearía valorarme más.

V 8 1 . - A veces me siento verdaderamente

inútil

V82.- A veces pienso que no sirvo para

nada.

V83.- Haz participado en algún accidente automovilístico por problemas de bebidas alcohólicas

SI NO

¡ANTES DE ENTREGAR EL CUESTIONARIO. F A V O R DE REVISAR QUE ESTE C O M P L E T A M E N T E

CONTESTADO!

¡GRACIAS POR TÚ TIEMPO!

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