Quizas en Otra Vida

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QUIZAS EN OTRA VIDA

“Varios dicen que el cielo es el límite y si tengo que


ir a ti por él lo hare…”
25 DE SEPTIEMBRE DE 2022
Melina Alumine Carcani
Prologo

“Desde niño crecí tras los muros de un inmenso


palacio, sin amigos, sin juguetes, sin poder
disfrutar mi niñez… desde mi corta edad tuve
que aprender a leer y escribir... no estaba mal
me ayudaría en un futuro... pero era un futuro
que yo no quería, aprender para que era cada u
tencillo, siempre tener buena postura, hacer
reverencia a todos los que llevasen una corona
en la cabeza por respeto. Pero... ¿y los
guardias? ¿y la gente del pueblo? ¿ellos no
merecen respeto también? Son preguntas que
no encontraron respuestas o al menos hasta que
lo conocí “

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Índice
PROLOGOI
IIII
IIVI
IIIXII
Escribir el título del capítulo (nivel 2)5
Escribir el título del capítulo (nivel 3)6

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I
Los primeros rayos del sol se reflejaban desde el horizonte, el joven príncipe abría sus ojos tras
el llamado de su fiel criada.

-Príncipe Noah, despierte- dijo la muchacha desde una esquina del cuarto.

-Un rato más-respondió el opuesto tapándose el rostro.

-Príncipe, su madre espera en el gran salón para hablar consigo.

El muchacho suspiro y destapo su rostro sentándose en la cama- ¿Por qué no me despertaste


como siempre? -pregunto extrañado.

-Ese es el problema cual la reina lo espera.

-Pero...-antes de poder hablar la muchacha se retiró sin decir más.

El joven extrañado por la situación se levantó en varios pensamientos distintos, al estar listo
camino por el palacio saludando a todos como siempre. Cuando llego su madre se encontraba
molesta, se acercó a ella solo para recibir una abofeteada de la mayor.

- ¿Qué sucede madre? -pregunto el muchacho tocándose el rostro confundido.

- ¿Que sucede, enserio me preguntáis eso? -soltó la mayor con firmeza y seriedad.

-No entiendo lo que está pasando, dime por favor a que se debe-dijo casi suplicando el
muchacho, las situaciones así lo tensaban demasiado.

- ¡Lo deberías saber bien!, ¿acostarse con alguien fuera del matrimonio? ¡¿y con una simple
criada mugrosa?!-el chico quedo en shock ¿de que hablaba su madre? Él nunca se había
acostado con una criada.

-Pero madre, ¿oís lo que dijisteis? Nunca me eh acostado con ninguna criada y menos me eh
acostado con alguien-dijo con firmeza el muchacho.

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- ¿Y Luna? Un guardia la vio dormir en tu cuarto hace unos días ¿Cómo explicáis eso? – la
mujer hizo una seña con la mano haciendo que unos guardias trajeran a la muchacha a la fuerza
donde estaban ellos- serás condenada a la horca, una arpía así no puede estar en mi palacio y
menos con vida.

- ¡Madre! -exclamo en un grito enfurecido el príncipe-la única condenada seréis tú, si no te


calláis de una veis.

- ¡¿Qué dijisteis?!-exclamo la mayor dándole una abofeteada al joven.

- ¡Paren! Su majestad lo lamento por alzarle la voz, pero yo no eh hecho nada, esa noche no
dormí en la habitación del príncipe solo estaba armando las cosas que el príncipe me había
pedido, yo en realidad salgo con alguien, él no me interesa y aunque sé que mis palabras no le
importan por favor no me condenéis a la muerte tengo a mis hermanos a cargo, si quiere
despídame no volveré a el palacio solo no la horca… por favor…-suplico la joven con lágrimas
en el rostro, sabía que la reina no le importaría pero no podía morir solo por un mal entendido,
sus hermanos solo la tenían a ella y a el tonto de su hermano pero él no hacía nada más que traer
problemas.
La reina permaneció en silencio unos segundos y asintió con la cabeza-Esta bien, te perdonareis
con la única opción que cambies de puesto en el palacio a partir de hoy trabajaras para mí así
podre tenerte más vigilada y la Srta. Epson estará contigo Noah.

-Pero madre-no pudo terminar su oración por la interrupción de la mayor.

-No se habláis más de este tema-la mujer levanto su cabeza y se retiró.

La joven quedo con la cabeza baja y soltó un fuerte suspiro-con su permiso príncipe- hizo 8una
pequeña reverencia y se retiró.

Una vez que la joven se retirara el castaño suspiro y camino hasta su alcoba destinado a
practicar violín era lo único que lo distraía por horas y lo podía sacar de todas sus
preocupaciones, cuando la melodía comenzaba a sonar solo era él y aquella sonora melodía en
el mundo. Apartando cualquier tipo de inquietud o estrés de encima y no solo a el si no a los
mismos trabajadores la melodía de aquella canción compuesta por el mismo príncipe era tan
cálida y suave que hasta incluso se podían quedar dormidos de la relajación que transmite. Al
llegar a su aposento se destino a ir directamente hasta ese instrumentó tan hermoso y
reconfortante, lo coloco en su hombro agarrándolo con firmeza y sosteniendo el arco en la otra
mano comenzó a tocar la melodía, Cerro sus ojos y se dejo llevar por el sonido de la música se
sabia de memoria aquella canción al tal punto que sueña con ella.

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Unas horas pasaron y cuando sintió que estaba completamente relajado termino su melodía
dejando el instrumento en su lugar y el arco al lado sonrió y se acerco al ventanal para ver
aquella hermosa vista del rio Agamoc hace varios años no iba y le gustaba la idea de poder ir a
refrescarse un día. La puerta se abrió de un golpe se giro para ver a su hermano entrar y cerrar la
puerta de la misma forma.

-¿Que sucede Félix?- pregunto acercándose a su hermano.

-No puedo-se quejó el menor con un puchero.

-¿Qué no puedes?-pregunto el mayor mientras miraba seriamente al menor.

-No puedo tocar el piano aun no me salen las melodías-dijo rendido tirándose a la cama del
mayor quien se sentó al lado.

-Es cuestión de practica a mi me costo 6 años aprender a manejar el violín adecuadamente-


animo el mayor.

-Lo se pero yo llevo ya 2 años ¡y aun nada!-se reincorporo y suspiro-creo que tirare todo por la
borda.

-Si quieres te ayudo, se tocar el piano solo que me atrae más la hermosa melodía del violín-
expreso el mayor obteniendo una sonrisa emocionada del menor.

-¿Harías eso por mí?

-Claro hermano para eso estáis la familia- dijo con una sonrisa cálida recibiendo un abrazo del
contrario el cual fue correspondió.

-Gracias Noah-dijo por ultimo y se levantó- debo ir a mis clases de esgrima luego nos vemos-
luego de decir sus palabras se retiró de la habitación.

Ii

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La tarde caía lento, el atardecer parecía tardar años en llegar, no sabría decir si era la ansiedad
de aquel chico pelinegro o la desesperación de su hermana en que el muchacho llegara.

- ¡Por dios Alex! ¿Dónde estabas? Le estaba por decir a Jacob qué te vaya a buscar-exclamo la
muchacha al ver a su hermano entrar a la casa.

- ¿No crees que, si mandas a un guardia real, vayan a pensar que hice algo malo? - dijo en tono
burlón el mayor.

-Eres un idiota…no sé cómo aun los guardias no te dijeron nada…-respondió la muchacha en un


suspiro pesado dándose la vuelta para servir la comida.

- ¿En qué te ayudo? -dijo acercándose a su hermana, sabía que se había alejado mucho de su
familia, pero desde que falleció su madre ya nada era igual, su hermana entro a trabajar al
palacio y él se metió en varios problemas. No por robar, pero si por tener otra perspectiva de la
vida, siempre solía discutir con las personas de su alrededor solo por compartir su opinión, en
una época donde la visión diferente era criticada ¿Qué sería de un hombre que le atrae su mismo
sexo?

-En madurar, eres dos años mayor que yo y aun no maduras ¿Por qué no te buscas una esposa?
Deberías empezar formar una familia. No podre mantener a esta familia por siempre-la chica
soltó un largo suspiro y miro al mayor-Alex, no podre estar aquí siempre, quiero crear mi
familia con Jacob… tú me lo haces difícil en este momento.

-No quiero casarme, no quiero estar aferrado a una familia, solo me importa esta y estoy harto
que me vivas reprochando todo, si seré dos años mayor, pero al menos se disfrutar la vida y no
trabajar para personas que tiene todo servido, y lo único que te devuelven es con un miserable
dinero, pero sin un poco de respeto- atacó el mayor molesto- Además no me atraen las mujeres
¿Qué será de mi en este mundo hipócrita e injusto?- termino de decir, agarro su bolso y salió de
la casa dando un portazo.

Salió caminando molestó, estaba harto de que su hermana le reprochase todo lo que hacía, si
bien era el mayor no le gustaba serlo, ya estaba en la edad de buscar esposa algo que no quería,
además ningún hombre podría coquetear con otro sin saber su gusto, seria vergonzoso y hasta
criticado.

Fue hasta la cabaña del lago, ahí solía pasar sus días solo, si bien la cabaña estaba algo
inestable, Alex la había adornado a su modo. Dejo sus cosas en la cabaña, camino hacia el

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muelle con su libreta y pluma, allí se dedicó a escribir su libro y algunos poemas cortos, lo que
solía hacer para generar dinero, no era mucho, pero servía para sobrevivir.

La noche era tranquila y calurosa, apenas empezaba la primavera, las noches se acortaban y
refrescaban tras un inmenso día de calor, algo que a Alex le gustaba y no solo a él, pues dentro
del palacio el corazón del joven príncipe ansiaba en conocer el mundo, poder hacer una hoguera
en el bosque y azar carne, juntos a sus amigos, algo que nunca podría hacer o ese era su
pensamiento.

La puerta de la habitación se abrió de repente, dejando ver la figura seria de una mujer mayor,
era la Sra. Epson.

- ¡Joven príncipe despertáis ya! -la mujer camino hasta las ventanas y abrió las cortinas
haciendo que los rayos del sol entrasen en toda la habitación. Camino hasta el armario para
buscar la ropa del príncipe y dejarlas en un costado de la cama.

- ¿mmm?... Sra. Epson son las 5:55am es muy temprano para levantarme~-dijo refregándose los
ojos, el príncipe nunca se levantaba a esa hora, ya que su rutina empieza a partir de las 9:00 am,
pero claro la Sra. Epson es conocida por criar grandes y fuertes reyes y reinas, por ejemplo, su
madre la reina Beatriz III, tenía otras ideas para educar a los jóvenes.

- ¿Príncipe os acabo de oír quejarse? Un príncipe empieza su rutina antes que el sol salga, y en
este caso ya ha salido, le aconsejáis que se vistáis y vaya al gran salón, la primavera empezó y
es momento de buscar una buena esposa para que puedan reinar juntos-la mujer enseño una
pequeña, pero sería sonrisa y se retiró.

A lo lejos se pudieron oír, los tacones de la mayor alejarse cada vez más, el joven se vistió y
camino hacia el gran salón como aquella mujer se lo había indicado. Una vez allí, varias
sirvientas llegaron con distintos tipos de copas, cubiertos, servilletas, flores, etc. El banquete de
primavera seria en unos días y como heredero al trono debía elegir las decoraciones para dar
una buena impresión ante las princesas.

El joven largo un pequeño suspiro y enderezo su postura-Para empezar las flores serán tulipanes
y margaritas, los cubiertos de oro blanco por supuesto, las copas serán de vino blanco y
margarita, los platos blancos con detalles de flores alrededor si se trata de una fiesta de
primavera será igual a la temática- luego de elegir todas las cosas del banquete, las muchachas
se retiraron solo faltaba elegir un atuendo adecuado y Noah sabia a quién pedir ayuda.

A las 9:30 am, el príncipe y su fiel guardia cabalgaban en el pueblo camino a la sastrería, al
llegar ambos hombres bajaron, pero antes de entrar el joven príncipe se quedó observando un
mural, se acercó para observar cada pequeño detalle de este. Era un paisaje de un barco en alta

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mar, aunque con un detalle en particular, había dos hombres besándose en el medio del barco
con todas las miradas de rechazo sobre ellos… ¿Qué quería decir el dueño del dibujo?, Noah
busco entre los marcos del dibujo hasta encontrar la peculiar firma, aunque estaba borrosa se
alcanzó a leer un nombre “Alex Winter” ¿Winter? ¿Cómo Luna Winter? El príncipe se quedó
arrodillado mientras miles de pensamientos caminaban en su mente hasta se llamado por su fiel
guardia.

- ¡Joven príncipe! -exclamo su guardia, haciendo dar un salto al joven-lo siento alteza, no fue mi
intención alzarle la voz-dijo apenado el mayor.

-no te preocupes Jacob- dijo con una sonrisa, levantándose de donde estaba- ¿Entramos?

-claro, majestad-dijo mientras observaba la pintura que se le hacía muy familiar, se quedó
observando un minuto más y entro detrás del príncipe.

Luego de unos minutos ambos hombres salieron del lugar, caminaron hacia una librería para
retirar un libro que el joven había encargado días atrás. Al entrar se encontraron a un hombre
pintando un mural en la biblioteca, ambos miraron al muchacho y luego a la bibliotecaria que se
acercaba.

-Su majestad, es un placer tenerlo aquí devuelta- dijo la mujer con una hermosa sonrisa en su
rostro- díganme, ¿En que los puedo ayudar?

-Venimos a retirar el libro, que su majestad encargo días atrás- hablo el mayor de ambos
acercándose a la mujer.

- ¡Jacob! Tanto tiempo ¿Cómo esta Luna? - la mujer tomo las manos del guardia con una
sonrisa enorme.

-Bien por suerte, vendré algún día con ella para que poder charlar-respondió amable el
muchacho.

-Ojalá así sea-la mujer miro al príncipe asustada e hizo una reverencia rápido-lo siento príncipe
ante mi falta de respeto, espero pueda perdonarme-dijo la mujer enderezándose de apoco, la Sra.
Mantur era una mujer de 78 años que aún no se retiraba por su pasión a los libros y por la
inseguridad que le generaba dejar a su nieta a cargo.

-Que idiotez…-murmuró un pelinegro agachado en la pintura, llamando la atención de todos en


la habitación.

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- ¿Sucede algo Alex? –pregunto la mayor, mirando al joven que se levantaba y daba la vuelta
para verlos.

-Solo me parece injusto que tenga que agacharse sabiendo que está mal de la espalda solo para
mostrar “respeto” a una persona solo por tener un objeto brillante sobre la cabeza-largo sin más
el menor, dejando confundido al príncipe y enojado a su cuñado.

- ¿Alex que dices? Él es un príncipe, hay que respetarlo- dijo la mujer intentando calmar la
situación.

-Solo digo que es una pérdida de tiempo respetar a alguien, que solo causara ruinas en el pueblo
o mandara a gente a la horca injustamente, todos los de la realeza son unos mentirosos y faltan
el respeto, incluso a los que están detrás de ellos para saber si necesitan la más mínima cosa y
solo lo devuelven con un miserable dinero que apenas alcanza para una porción de comida.

- ¡Alex Winter, queda arrestado por faltar el respeto a la realeza! -exclamo el guardia
acercándose a su cuñado para agarrarle el brazo-aprende a callarte cuando tienes que parar-
susurro en el oído del joven.

- Alto…-hablo el príncipe acercándose a ambos sujetos-no lo arrestes el dice la verdad, la


realeza se trata de mentiras e injusticias solo para su propio beneficio… e incluso mis padres
han hecho eso- trago duro y miro al joven- me gustaría comprarle un dibujo, si es posible.

Jacob soltó al joven y volvió acomodarse detrás del príncipe, que se había perdido en los ojos
del joven, esos ojos color verde que llamaban tanto la atención, bajo la mirada a sus labios
admirándolos con determinación y por último un escaneando a todo el cuerpo del joven
apreciando cada detalle como esas manchas de pintura que no saldrían de su ropa.

-Am.… lo del dibujo podría considerarlo, dependiendo de que lo quiera, claro- soltó el mayor
con nerviosismo por la mirada del príncipe.

-Mmm… ¿puedes hacer un retrato? – pregunto desviando la mirada.

-Claro, aunque necesitaría estar junto a esa persona para hacerlo… las fotografías no muestran
todo como lo puedes hacer de cara a cara-levanto la cabeza y lo miro- ¿El retrato seria suyo? ¿O
de algún familiar?

-Am… mío y de mi caballo si es posible- dijo con firmeza el príncipe.

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-Claro, dígame cuando le gustaría que haga el retrato, así lo puedo hacer… y hay que arreglar el
lugar donde quiera que sea, aunque es un retrato el fondo de la pintura también es importante.

-Oh claro, mmm… me gustaría que sea en el viejo muelle dicen que es hermoso en esta época
del año- respondió sonriendo.

-Mmm… me gusta la idea, ahí tengo mi estudio, aunque no es oficial…-soltó una leve risa y
miro a la Sra. Mantur- Sra. Mantur ya eh terminado espero que os gustáis tanto a ti como a Mia.

-Claro que me gusta y sé que a Mia le gustara también, ¿ahora dime joven cuanto es? – pregunto
la mujer buscando su monedero.

-No es necesario, usted me ha criado como un hijo, nunca le podría cobrar algo como esto-
respondió Alex, si bien era hermano de Luna, cuando su madre había entrado a trabajar al
palacio solo tuvo la oportunidad de llevar a uno de sus hijos, dejando a Alex con la señora
Mantur, haciendo que esta se convirtiera en una figura materna para el joven y su hija Mia una
hermana para toda la vida.

-Ay, Alex, por favor déjame recompensarte-suplico la mujer.

-Mmm…Mia me dijo que comerían puchero esta noche, una buena porción lo recompensaría
todo- dijo con una enorme sonrisa, los pucheros de la mayor eran los mas ricos de todo el
pueblo.

-Hecho, te esperaremos a las 8:00Pm, se puntual no querría que se te enfrié la comida- la mujer
sonrió inmensamente y abrazo al más alto- gracias, Alex, siempre pensare que fue un milagro
tenerte a mi cuidado y poder crear un hombre respetuoso, amable y fuerte como tú.

-Gracias a ti madre- el joven abrazo fuerte a la mujer sintiendo como por sus mejillas caían las
lágrimas y los sollozos de la Sra. Mantur al oír por primera vez después de tantos años, que la
palabra “madre” salía de la boca del joven para referirse a ella.

Luego de unos segundos ambas personas se separaron mientras sonreían, Alex se dio la vuelta
para observar al príncipe y suspirar.

- ¿Príncipe, le parece bien mañana pintar el retrato? – soltó el joven mirando los ojos del menor.

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-mmm, claro ¿a las dos de la tarde le parece bien? – dijo mientras observaba el rostro del mayor
de nuevo, recorriendo cada rincón de su rostro, cada línea de expresión, sus pequeños pero
hermosos ojos color verde azulado, su enrulado cabello pelinegro peinado hacia un lado, sus
finos, pero delicados labios y por último su hermosa sonrisa. Pero más allá de su físico,
admiraba su forma tan correcta y a la vez tan vulgar de hablar, su hermoso talento con el arte y
aunque el mayor demostraba un cierto rencor a la realeza, el príncipe quería conocerlo mejor.

-Claro, solo sea puntual a las cinco de la tarde tengo un compromiso-respondió Alex para luego
guardar sus cosas en un estuche de caoba-Nos vemos mañanas joven príncipe.

-Claro no vemos mañana-dijo con una sonrisa por último para luego retirarse con su guardia.

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Iii

La noche cayo rápidamente Alex no volvía a su casa hace ya varias horas, pero le importaba
muy poco el regresar en ese momento estaba en la puerta de la casa de la Sra. Mantur,

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