Anonimo - Fragmentos Gnósticos en La Obra de Migu - 230207 - 235044
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2. Se trata de la última Gran Guerra, que fue tan grande como la del Mahabharata, y más aún,
porque señala el final de los tiempos, de todo un Manvantara, cósmico y terrestre. Quien
pretenda considerar esa tragedia como una Guerra Mundial más, no ha entendido nada de lo
acontecido.
4. Le queda una última posibilidad: hacer reconocible al Enemigo, descubrirlo de una vez para
siempre, polarizando maniqueamente el Combate Cósmico entre dioses y demonios, entre luz
y sombra, entre fuego y hielo, "horbigerianamente", en ríos, mares de sangre, sabiendo que se
perderá aquí y ahora, para ganar allá y después, simultáneamente, en un mundo paralelo.
5. Poseyendo la verdadera Potencia de Odín, hará conocer a sus enemigos el fuego del cielo,
que estará a su servicio y azotará la tierra con más violencia que mil relámpagos (¿La bomba
atómica, el rayo de los platillos? ). Será Señor Supremo del mundo e instaurará en todas partes
las leyes de su Orden por Mil años.
6. Los miembros del Gobierno Invisible que controla a las más poderosas naciones de la tierra
exterior son impotentes ante los poderes del mundo interior. Los síntomas revelan que estarían
tratando de ajustarse a sus señales, porque el terror les obliga. Si así no fuera, ya habrían
hecho estallar la guerra atómica, que forma parte de sus planes de destrucción y dominio
planetario.
7. Por debajo de las aguas, quizás por donde termina la corteza del planeta, se desliza el
Cordón Dorado, la Áurea Catena, que conecta a los seres de una misma Raza del Espíritu, de
un mismo Astro, a través de todos los continentes de la tierra externa e interna y los hace
camaradas en una Guerra comenzada con la Creación. Aquí no puede haber defecciones ni
capitulaciones. No se cambia de lado en el Conflicto. Sólo existe un breve descanso en la
muerte, Porque los guerreros son eternos, inmortales.
8. Los cátaros eran vegetarianos, quemaban a los muertos, eran videntes y practicaban la
magia. Serían también dualistas, como los maniqueos y los gnósticos. Lucifer no era el
demonio para ellos, sino el portador de la luz, Lucibel. El demonio era Jehová, el demiurgo
creador de la actual tierra.
9. Las tres categorías en que el tantrismo kaula divide a la humanidad: pasu, virya y divya; o
sea, animal-hombre, héroe y siddha divino. La última categoría corresponde a la familia iniciada
kula, de los kaulas tantricos (hiperbóreos) y le está reservado el rito iniciático secreto de
Panchatattva. El siddha, u hombre-dios, es el liberado.
En la vorágine de los acontecimientos políticos, precipitados por el Destino y por las voluntades
directoras de las corrientes iniciáticas contrarias, todo se ha interpolado en su manifestación
visible, divulgándose una historia adulterada.
10. En el licor de la sangre espiritual, los arios reencontraban el origen divino, su memoria. El
soma daba la fuerza aria (Hvareno), abría el Vril, el Tercer Ojo, permitiendo ver a los
antepasados divinos, extra terrestres, de la Tierra Anterior y el Paraíso perdido.
11. Los trovadores germanos practicaban un culto ceremonial, llamado Minne-drinken, en el
que bebían en memoria del Amor, del recuerdo del Amor Eterno, de la Vida Eterna.
Seguramente se bebía el soma, la sangre mágica de la raza, donde circula el recuerdo de
Hiperbórea, de las sacerdotisas de cabellos dorados, de la eternidad de los hielos, de la
Estrella de la Mañana.
12. “Después que Jehová aprisionó a Adán y Eva en un mundo de miserias, Lucifer les aportó
la ciencia del bien y del mal, la gnosis salvadora y divinizante", dicen los gnósticos ophitas
(ophis quiere decir serpiente). Lucifer es el portador de la luz de la gnosis. El premio del
esfuerzo luciferino de la "emanación", del hombre semidivino, es su inmortalidad que, de algún
modo misterioso, beneficia a la Mónada, haciéndola más sabia. La inmortalización de la
"emanación" es, además, con el cuerpo, como lo afirmaban los Siddhas tántricos. El inmortal es
sacado de esta tierra con el cuerpo, en un Carro de Fuego, como Enoc.
La inmortalidad no es de todos. Deberá ser ganada en batalla despiadada, en cada uno de los
días de aquí abajo. Y es conquista de unos pocos vencedores.
14. En toda esta región sudeuropea se extendió una vez una civilización nórdico-germánica, de
tradición hiperbórea, con el "recuerdo del amor perdido", con su nostalgia y su Minne, la que
Roma cristiana odia desde lo más profundo de su alma semítica.
15. Cuando nosotros hablamos, por ejemplo, de la sangre, no nos referimos exclusivamente a
la sangre biológica, que circula por las venas del cuerpo físico. Pensamos en la sangre de
Paracelso, en la Luz Astral y también en la Memoria Akhasica, o etérica, de los indoarios. Esta
es la verdadera "memoria cromosómica" y no la bioquímica del presente. La sangre, en un
sentido espiritual y hermético, es el licor sagrado del soma, algo diferente a lo que nos enseña
la biología y la hematología de la ciencia del Kaliyuga; es el sol líquido, por donde circula la
memoria de los antepasados extra terrestres; es el Gran Recuerdo.
16. Una iniciación solar, viril, por oposición a la Iniciación Lunar, femenina, de la Madre, dada a
conocer por Diótima. Esta última iniciación es la del santo; no es la del mago; sostiene la
inmortalidad del Arquetipo en la Anacefaleosis y Apocatástasis paulistas, es decir, la salvación
de todos —o casi todos— en Cristo, al final de los tiempos, en un "Punto Omega", para usar el
término del evolucionismo (¿darwinista?) de Teilhard de Chardin. Propicia la prolongación de la
especie, la reproducción maternal, necesarias para la vida del Arquetipo-Incubo y vampírico,
eternizando esa Entidad por la pasividad y la fe de los esclavos que le sirven de alimento. De
un modo dudoso, por otra parte, pues no hay seguridad de que la Entidad, o Daimon, se
eternice así. En la Iniciación solar, viril, hiperbórea, luciferina, que es la del Mago, la del Siddha,
el hombre se hace semidivino y divino, en lucha aún con la Entidad, la Mónada. En la Iniciación
Lunar, un fantasma se eterniza ilusoriamente a nuestras expensas; en la Iniciación Solar, puede
que hasta se logre eternizar el fantasma, eternizándonos.
17. La involución es como una pesadilla. Seres aquí dejados en edades muy remotas,
introducidos voluntariamente, o por casualidad, desde otros mundos y tiempos paralelos, han
descendido hasta el animal, quizás hasta el vegetal, el mineral y aún más abajo en la vibración
de la energía. Los colores diferentes de las razas tienen que ver con una alquimia cósmica y se
comprenderán mejor haciendo referencia al color del aura, que los Siddhas y los Divyas
perciben. En el actual proceso de las mezclas, de hibridismo total de las razas, favorecido por
las oscuras potencias que se mueven en el nadir del Kaliyuga, se hace cada vez más difícil
poder alcanzar el número necesario de mutaciones que harían posible superar el drama de la
involución, acercándonos cada vez más, por el contrario, al eterno retorno de la Atlántida, cuya
catástrofe espantosa fuera producida, según Platón, precisamente por la mezcla de las razas,
de los semidivinos con el animal nombre, quizás con los animales y hasta con los robots. Es
decir, por el Pecado Racial, que afecta y destruye todos los colores alquímicos por igual,
produciendo los intocables, los monstruos, como en India, donde la mezcia de las castas no
favorece a ninguna, al destruir sus particulares iniciaciones, por confusión de la memoria
akhásika, de la "iniciación cromosomática", perdiéndose la Minne. la nostalgia del Amor Eterno.
18. En Hiperbórea, la Reina Blanca es otra cosa, es la Sacerdotisa-Maga, Hallouine, quien
entrega al héroe, al Virya, el Gral, por medio del Amor Mágico y lo transforma en Divya, en
Siddha inmortal.
19. Creemos necesario decirlo: Julius Evola, el más importante pensador italiano de estos
tiempos, el más profundo, tampoco alcanzó a liberarse de los límites que le impusiera su
nacimiento romano y su admiración por Rene Guenón —al que era muy superior—.
20. No todos esos batallones llegan ni cumplen su objetivo. Muchos caen en el camino, son
derrotados, se equivocan de fortaleza, extravían la ruta. Son los semi-hombres, los animales,
los simios, los perros, las arañas, los pájaros, las plantas y hasta los metales. En cada uno de
los derrotados, al fondo, hay una energía, una substancia divina del Urmensch, que es la
misma que ha llevado al hombre y que llevará al Superhombre al triunfo.
21. En el Hombre-Total, el animal estaba dentro. Todo eso ahora se pierde fuera, se dispersa.
Al comer la carne del animal, el hombre trata de apropiarse de la energía de los caídos, de los
derrotados, para seguir el combate y, todos juntos, alcanzar un día la conquista de la fortaleza
inmensamente lejana, en ese Círculo cuya circunferencia está en todas partes y su centro en
ninguna. Come también la planta y hasta el mineral, el oro y la plata, símbolos del sol y la luna,
que igualmente estaban dentro del Hombre-Total. El guerrero primitivo devora la carne de su
enemigo vencido, para apropiarse la energía primordial del Urmensch: Hvareno, o Victoria.
22. El pecado (para usar esta expresión) consiste en ir abajo, mezclarse con los inferiores, con
los elementanvesen, con los semi-hombres, con los semi-animales. Platón nos cuenta que el
hundimiento de la Atlántida se debió a la mezcla con las razas inferiores, al "pecado racial". Los
ángeles también se enamoraron de "las hijas de los hombres", según el Libro de Enoc. La
Biblia nos habla de los Sheidim, mitad hombre, mitad animal. Esaú sería uno de ellos, según
Robert Charroux. La mitología griega se refiere a las sirenas, a los centauros y a los faunos,
que seguramente existieron, como intentos y fracasos en el Combate Cósmico por la expresión
del Urmensch. Alguien se ha cansado, o bien, ha sentido la atracción del abismo, o se encontró
con la fuerza contraria del Gran Opositor que intenta impedir la expresión suprema del
Urmensch. La Fuerza del Mal, del Caos y de las Sombras.
23. Para descubrir que el catarismo coincide con la línea gnóstica, se debe recordar la
declaración del gnóstico Marción: "Cristo no tiene que ver nada con Jehová. El Antiguo
Testamento es inmoral. Cristo es hijo de un Dios de Amor desconocido. Todos los profetas,
hasta el mismo Juan el Bautista, son acólitos del dios falso, de Jehová".
24. Judíos y cristianos han hecho desaparecer, con la complicidad de los musulmanes, todos
los rastros del pasado más remoto y de la Atlántida que se encontraban en los documentos
egipcios y se han apropiado, vulgarizando y simplificando los símbolos, las leyendas y la
verdadera tradición.
25. En un momento tan crucial de la historia, volvemos a revivir estas cosas, a sabiendas de
que van contra la corriente que empuja al último abismo del Kaliyuga. Una Era se terminó y se
inicia otra en el ya cerrado universo del hombre.
27. El regreso al Hogar Perdido, a la Patria Nupcial, a la Estrella de la Mañana, son símbolos
de un proceso interior, alquímico, de transformación del ser involucionado, del animal-hombre
en semidivino y, luego, en divino. Un proceso de iniciación por grados en las transfiguraciones
del hombre terrestre en hombre celeste, inmortal.
28. Porque la tierra no podrá salir del abismo del Kaliyuga sin la ayuda del hombre divinizado.
El retorno se cumple en una Tierra paralela, análoga, compuesta por antimateria.
30. La gran iniciación hiperbórea, reencontrada, la acción de los Guías ocultos, que no se
muestran sino a los Maestros más altos de la Orden, dirigiéndoles. Isis, la Virgen Negra, hace
nuevamente su aparición silenciosa y triunfal.
31. Toda la civilización naufraga en el maquinismo torpe y crudo, que infesta la tierra, en la
esclavitud del hierro, del electrón, de la electrónica, del protón, de la cibernética, en el reinado
de las masas, de la explosión demográfica, de "lo humano, demasiado humano", del animal-
hombre, de lo amorfo, del burocratismo y del colectivismo demoníacos. No hay ya modo de
salirse de esto por medios humanos o puramente terrestres.
32. De haberse impuesto el nuevo estilo, la usura de la sociedad de consumo no habría logrado
su apogeo alucinante. El capitalismo y el comunismo marxista, dos antinomias aparentes, que
se apuntalan entre sí, complementándose en la destrucción de lo divino y lo humano, porque se
asientan en las mismas bases racionalistas, habrían llegado a desaparecer sin ruido ni
escándalo, sin presentar resistencia. O jamás se habrían producido.
33. Mas, para poder continuar con el Opus, hay que poseer el "acero de los sabios", la Espada
de la iniciación, la Lanza del Longino, el Azufre Incombustible. Es decir, un principio inalterable,
que no se enciende, que se conserva a través del cambio de estado y que, llegado el momento,
es la semilla de un nuevo desarrollo. El semen preservado, no eyaculado. Esto corresponde a
la tercera parte del opus alchimicum, a la ópera roja, o Rubedo, donde se sobrepasa la
condición de apertura extática.
34. En la muy hermética y antigua iniciación tántrica existen dos caminos. Ambos caen bajo el
signo de Síva-Lucifer, de Abraxas. Uno corresponde al ser que aspira a sobrepasar la
condicionalidad humana, rigiéndose por el principio luminoso sativa. Es el indicado al tipo
espiritual-divino, Divya; será el Siddha-Divya. Aquí se aconseja la yoga tántrica puramente
simbólica, excluyendo la posesión física, real, de la mujer, en el coito mágico llamado Maithuna.
La posesión es mental, de la Amada Muerta. Unión en el cuerpo sutil, astral, en el espíritu
únicamente.
El otro camino tántrico, llamado de la Mano Izquierda, es el del ser que aspira a la expansión
pasional por medio del ardor del fuego, para poder sobrepasar también su condicionalidad. Se
lo indica para el tipo heroico, Virya; el héroe será un Siddha-Virya. En este "camino húmedo" se
aconseja un contacto físico, real, con la mujer, en el acto sexual Maithuna, haciendo un empleo
mágico del sexo y de Bundy, el semen, que no debe eyacularse en el acto.
35. Ambos caminos van siguiendo la línea sivaista, la de los Siddhas, que se inmortalizan con
sus cuerpos.
36. Puede que sea el Cuerpo Astral que se materializa, se hace visible, aunque no tocable (noli
me tangere), con materia inmortal, de Luz Roja, de Vajra, pudiendo residir y pasar a varios
"mundos paralelos", a varias tierras a la vez.
37. El Húmedo, es el tántrico-alquímico de la Mano Izquierda, diremos, y puede tomar toda una
vida. La transmutación de los metales internos y externos es lenta. La Sóror Mística pasa los
ingredientes, se los entrega al adepto en su cuerpo y desde su cuerpo, en transferencia,
vibración, individualización conjunta y progresiva, real y simbólica, mágica en todo caso, en un
Amor sin amor, con un fuego helado, en el Laboratorio Secreto, en la Alcoba Mágica, hasta que
ambos son mutados, interpenetrados, desposados, eternos.
38. Estos caminos son muy diferentes al camino ritualista de la religión devocional, o de la
práctica de la Yoga Bhakti, de la filosofía Vedanta, y su fusión y pérdida en el samadhi, o
éxtasis místico. Esta palabra sánscrita se descompone en sam que significa con y adhi, Ser
Primordial: Fundido en el Ser Primordial.
El éxtasis tantrico, sivaísta, es una tensión suprema que rompe las condicionalidades del
animal-hombre y se incluye dentro de una personalidad o Individualidad Absoluta. Es un vórtice
de energía, casi nietzscheano, llamado en sánscrito Kayvalia, no significando fusión ni pérdida,
sino diferenciación suprema.
39. Aquel que ha llegado al estado humano y no trata de sobrepasarlo, es como quien se
suicida. Es necesario ir primero al fondo de la propia naturaleza y jamás volver atrás, porque
sería cavar su propia tumba.
40. Su única ética: sobrepasar los límites y cortar los lazos, destruir todo par de opuestos que
caracterice el pasu, al hombre-animal corriente, inferior, burgués, por así decirlo. Vencer la
piedad, la idea judeo-cristiana del pecado. Vencer el miedo, aplicando el "Doble Mudra", Vara-
Mudra "que destruye el miedo y concede favor". Destruir los lazos de la familia: "Un Virya no es
esposo, padre, etc."
41. “Un asesino y un anarquista, dirigidos por la senda justa, iluminados por la recta doctrina,
tienen más probabilidades de superar la condición humana del pasu que un tibio", dice la tantra
Kaula. Más que un burgués acomodadizo. Sin embargo, se ven claramente los peligros de este
camino tremendo de superación y mutación nietzscheanas del hombre. Es un avanzar por el
filo de la navaja.
42. Es la Resurrección de los Cuerpos, de la Carne, la que no es para todos sino para los
Viryas, los héroes. Los Siddha-Divya, los Magos divinos del Cordón Dorado, los hiperbóreos,
han eternizado ya su cuerpo aquí; ellos no mueren.
43. El animal hombre, el pasu, muere para siempre. Sus vehículos sutiles no van al Walhalla de
las Walkirias, sino al Niflheim, el Hades nórdico, lugar oscuro, como el Schéol de los hebreos,
tal vez los "hoyos negros" del firmamento, que todo se lo tragan.
45. Sigfrido se baña en la sangre del dragón muerto y así se transforma su carne en inmortal,
haciéndose invulnerable, cambiando de color y consistencia. Pasa a ser de Vajra, materia
imperecedera, incorruptible y roja, en el proceso tántrico-alquímico de la Rubedo que adviene
tras la Albedo y la Nigredo.
46. En la Tantra es la unión sexual de Siva y Shakti que da origen al universo, en el Maithuna,
coito mágico, en el “Amor sin amor", Siva debe mantenerse impasible y sólo Shakti tendrá que
agitarse, actuar. Toda la creación nace de aquí, en sus aspectos estéticos, dinámicos, estables,
inmateriales, materiales, conscientes e inconscientes. Las formas de la Creación son las
diferentes posturas del juego sexual de Siva y su Shakti, como pueden verse en los muros de
los templos de Kajuraho. La Esposa, Ella, es activa; Siva, El, mantiénese lejano, concentrado
en sí mismo, adentro y afuera, gozando y aparte del goce, para siempre ya, abrazado por su
Shakti y abrazándola, intocado dentro del frenesí de la Amada, del fuego y la pasión. Así debe
ser en principio también para el hombre semi-divino, donde existe la semilla-Siva, que ha sido
oscurecido, "identificado" parcialmente por la pasión de la Shakti externalizada, de carne y
hueso, perdido e incorporado en el amor físico, seducido, arrastrado, envuelto en el no-yo de la
Creación. La Yoga-Tantra viene también en su ayuda. Ha sido preparada parcialmente unos
seiscientos años después del comienzo de nuestra Era para su uso en el Kaliyuga, o Edad
Oscura, cuando el cuerpo se hizo duro, espeso, y cuenta como el único instrumento de
salvación, de liberación, que posibilita el retorno al estado sivaísta, hiperbóreo.
47. En una familia polar, el elemento sibílico, pítico se incorpora en la Yogini iniciadora del
Sadhaka, en el amor mágico de la iniciación de la Tantra Kaula, la más secreta y que habrá de
transmutar al Sadhaka en Siddha.
48. El Tantrismo es una doctrina que viene incluida en la revelación de los orígenes y
únicamente se codifica en un sistema apto para la realidad del Kaliyuga, cuando el acontecer lo
hace necesario.
49. Es necesario recordar lo que Gurdjieff decía del hipnotismo occidental: "Es sólo un
balbuceo primario de una ciencia enormemente desarrollada en Mongolia, en el Tibet" y en la
región rusa donde él, Stalin y Rasputín se habían criado. Y aún ese Hipnotismo era únicamente
un retazo de algo más antiguo y desconocido.
50. Es el "Ultimo Batallón", que entrará en combate, en una vibración más alta de la energía,
cuando se vea como inevitable la imposición universal de la sombra, de la esclavitud, de la
desintegración del planeta. Para los cátaros, el demiurgo de la tierra involucionada se llamó
Jehová. El sería, entonces, el "Príncipe de la Esclavitud", que aspira a eternizarse a través de
sus acólitos, en un mundo de esclavos.
51. Cuando la Ciudad era visible y los divinos y semidivinos convivían con los mortales, el Vril,
órgano que permitía comunicarse con el mundo suprasensible, ese poder fulgurante, estaba
también activo en el cuerpo de los habitantes de esa tierra. Con él se podía ver la Ciudad y
entrar en ella. El Vril desaparece junto con Agarthi. También se sumerge en la raíz del Eje Polar
del Árbol de la Vida, de la Columna Vertebral. Pero volverá a la superficie, junto con la Ciudad y
con el retomo de la Edad Dorada, tras la desaparición de la Tierra Oscura.
52. En la tierra de Apulia, en Andria, donde es difícil llegar, he ido a ver el Castillo cósmico de
Federico II de Hohenstaufen, Castel del Monte. Este Mago-Emperador (1194 - 1250) fue la
última esperanza de los cátaros sitiados en Montsegur. No pudo ir en su ayuda, porque él
mismo alcanzaba ya su fin y el de sus grandiosos sueños, tan parecidos a los de Julián el
Apóstata, de instaurar en la tierra visible el Imperator Mundi, la ciencia hiperbórea y solar, el
Soberano conectado a los poderes divinos, invisibles, por oposición a los sacerdotes lunares de
la "religión cardíaca" de Roma.
53. El destino de estas gigantescas empresas pareciera ser la pérdida de la batalla material
para poder tener éxito en la tarea espiritual de mantener viva la ardiente semilla que hará
posible un nuevo resurgimiento.
54. Al igual que las ruinas de Montségur, Castel del Monte es monumento maldito hoy; ambos
son luciferinos. En verdad, son unas "puertas" de salida, de escape, de paso a los otros
mundos, a la tierra interior, creadas completamente por la magia de una ciencia superior y
antigua, la del Cordón Dorado, venida desde la Atlántida e Hiperbórea; tal vez, desde otros
astros.
56. Los Iluminados de Baviera están metidos en el centro de los acontecimientos. De ahí
vendrá el término de "Iluminismo" y de "Siglo de las Luces". Las tácticas y la organización de
esta Logia fueron seguidas exactamente por Marx y Lenin. Los Iluminados hablaban de dos
generaciones, por lo menos, de una "dictadura feroz", antes de poder imponer el gobierno sin
gobierno de la "igualdad", "fraternidad" y "libertad"; el "reino de la razón".
También Napoleón es iniciado en la Fraternidad de los Iluminados de Baviera, además de otras
Logias. Así se explica su ascensión meteórica.
57. Todo movimiento que aspire a restaurar un tipo de iniciación hiperbórea y un poder terrestre
conectado con las Fuerzas del Cordón Dorado, deberá hallarse dramáticamente en conflicto
con las corrientes y organizaciones que hoy manejan la tierra.
58. La bolchevización mundial, el último peldaño de la involución del Kaliyuga: el imperio
mundial de los esclavos, el Reino de los hombres-hormigas. En un sistema como el
bolchevique, donde todo se centraliza bajo la dirección del Estado, quien controla el Estado, lo
controla todo. Las democracias ya no sirven como sistema de control planetario, en un mundo
donde la explosión demográfica y la revolución tecnológica materialista son las coordenadas
fundamentales.
59. El contacto con los dirigentes secretos, que lo deciden todo y que no se dejan ver en la
superficie del poder político de ese tenebroso mundo, es con el Superior Invisible, llamado
"Príncipe de la Esclavitud".
60. Para que esa energía espiritual pueda irrumpir en el mundo donde reina la entropía,
venciendo la decadencia y la muerte, requiérese de mentes y personalidades semidivinas que
la reciban y la proyecten aquí con desprendimiento. Es un trabajo de dioses, o semidioses, que
no podremos saber si se ha llevado a cabo alguna vez. Los Guías no actúan directamente,
teniendo que depender para su acción de los de "aquí", quienes, a menudo, son arrastrados
por sus pasiones, o por meras "creaciones mentales", fantasmas de la mente y del yo. Y fallan.
Por otra parte, las fuerzas contrarias poseen el dominio casi total de las palancas de la Historia.
El Dios de los Perdedores ha tenido siempre la extraordinaria posibilidad de transformarse en
Dios de los Vencedores. En este Eon aún no lo ha conseguido. Sin embargo, un día lo logrará.
61. El Cuarto Estado, tras los fracasos de restauración de la Edad Dorada, será el del dominio
de lo colectivo, de los esclavos de la máquina, del hierro, de los hombres de hierro, de los
autómatas, de la burocracia planetaria, de los "robots", de la destrucción del alma viva de la
tierra. Todo Rey o Mesías mundial que se produzca en esta época, por medio de la contra-
iniciación, no será más que un Golem, una falsificación, desconectado de los verdaderos Guías
de Hiperbórea y de la realeza divina.
62. Sólo por el Espíritu y el Poder de la Magia, vencedores de la entropía, podrá superarse el
Kaliyuga, remontando la involución. Sólo por el hombre inmortalizado.
64. En toda la historia de la Creación no hay más que una Guerra, una Gran Guerra, que aún
no termina.
65. El lector intuitivo podrá captar lo que se oculta. Sabido es, también, que todo libro o
documento verdadero ha sido hecho desaparecer a su debido tiempo en la historia conocida de
los hombres. Es la gran conspiración.
El Último Avatara
66. Es el Misterio del Tulku, del budismo tántrico tibetano y del Boddhisatva, que no encarna en
uno, sino en varios. De un Dios, o Ser Liberado, que vuelve a la tierra voluntariamente para
ayudar al hombre a transmutarse en ser divino. Pero no a todos los hombres, solamente a los
héroes, a los viras, a los semi-divinos involucionados. Nunca al animal-hombre. Contra este
divino esfuerzo de alquimia espiritual, luchan los Elementarwesen, los elementales
demoniacos, las fuerzas del mal y del caos.
67. ¡Y pensar que toda esta maravilla de símbolos, de misterios, de leyendas, de sabiduría
hiperbórea, ha sido adulterada, al igual que la Cabala Orfica, por una tribu de bastardos y
esclavos, para ser puesta al servicio de un terrible sentimiento de "pecado racial", en el
cumplimiento de los fatídicos designios de un Arquetipo Planetario, del Señor de las Tinieblas y
del Caos, del Amo de las Sombras, que han llamado Jehová...!
68. La encarnación del Señor de las Tinieblas no se cumple a través de una raza, sino de una
antirraza y de una contrainiciación.
69. En el misterio de ese pacto con una entidad no humana, que lo necesita, porque
únicamente a través de él podrá cumplir sus fines de disolución y caos, empujando hacia la
nada y llevando a la consumación su Guerra contra los representantes de la otra luz. El les
dará el mundo material, como lo prometiera, siempre que cumplan con sus leyes, en especial
con las disposiciones que atañen a la antisangre. Y le rindan culto y sacrificios. Pues aquel Ser
Sombrío vive de estos sacrificios y se alimenta con las vidas de los siervos. El pacto deberá
incluir la cláusula de no-eternidad, de no-inmortalidad, permitiendo únicamente el triunfo en el
reino de la materia más densa, del poder de esa materia.
70. Hay otras armas, que no solamente destruyen el cuerpo físico. Y es allá donde se ganará
realmente la guerra, o se perderá.
71. En la Iglesia de Roma, llamada Católica, sólo perdura un ritual sin alma en la misa, como
cáscara litúrgica que ya no alcanza al Símbolo, que no lo toca, no lo pone en acción.
72. El lado más esotérico del hinduismo se halla en el Tantrismo, especialmente en la Orden
Kaula, o Kula.
73. El "Cuerpo Astral" no llega a ser consciente del mismo modo a como nosotros lo somos
aquí, en este mundo donde nos movemos con el vehículo físico. Por ello, deberíamos decir que
el Cuerpo Astral, como lo seguiremos llamando, que el Eydelon, que el Huaiyuhuen, existe
solamente en potencia, virtualmente, debiendo nosotros crearlo, "inventarlo", es decir, pasarle
la conciencia de nuestro yo terrestre, hacerlo consciente, que es lo mismo, aunque con una
conciencia integrada, diferente. Con una conciencia doble, la "de allá" y la "de acá". Es éste el
trabajo de una vida, aquí en la tierra: Inventar el cuerpo astral, crearlo, pasándole nuestra
conciencia, o, mejor dicho, pudiendo llegar a vivir conscientemente en él —con esa doble
conciencia—. Así se sobrevivirá a la muerte. También se podrá morir cuando uno quiera... Y al
morir, no perder la conciencia "de acá..."
74. Este trabajo de construir puentes entre tres y más cuerpos, que están en usted, que son
usted mismo de algún modo, sólo puede hacerse aquí en la tierra. Cuando lo haya logrado,
será un Pontífice, es decir, un puente entre los mundos, sus mundos.
75. No hay otra manera de alcanzar la inmortalidad, la que no es para todos, sino para unos
pocos capaces de librar este combate, el verdadero Combate, esta guerra, la verdadera Gran
Guerra. Por eso, los que aquí vamos somos guerreros de una Orden sin tiempo, sin edad...
Usted está siendo traído a este combate por su propio destino, por su cuerpo astral, que le
pide, le exige que lo lleve a la vida consciente, que lo conecte con Otro Cuerpo de una gnosis
divina, superior.
76. El cuerpo astral tiene idéntica forma al físico, aunque en blanco y negro, digamos,
encontrándose como al otro lado de un espejo. No todos lo poseen; fue patrimonio de los arios
y se ha atrofiado, como el Vril. Sólo los viras pueden resucitarlo.
77. El cuerpo físico es el hijo de la madre; mas, el cuerpo astral es el "hijo del hombre". Usted
tendrá que darlo a luz. ¿Ve usted? Se ha llamado a Kristos el "Hijo del Hombre"; porque Kristos
es el cuerpo astral, que debe nacer, resucitar, dentro de nosotros mismos. Es el Hijo de la
Inmortalidad, de la Eternidad... Por ahora, no es más que una nebulosa, un fantasma informe,
una sombra atrofiada, que le está pidiendo a gritos que lo vuelva a la vida, que lo resucite, que
le dé una forma, su forma, que le dé un Rostro. Pero no se olvide, el cuerpo astral, el Hijo del
Hombre, del guerrero, no es igual a usted, sólo en parte se le parece, porque tendrá dos
rostros, mejor dicho, sólo una mitad de su rostro será igual al suyo; la otra mitad será igual al
de un ser que aún no aparece en su vida... Como ya podrá entender, todo esto es un combate
definitivo, esencial, y los que conmigo van son mis guerreros; porque nuestra Orden es una
Orden Guerrera, la más antigua, la más sagrada.
78. Es ésta la muerte mística de los antiguos Misterios y de las iniciaciones. Por esto los arios
son los nacidos dos veces; es decir, los Iniciados, los que han muerto aquí a voluntad y ya no
mueren en la muerte física natural, porque entonces viven en su cuerpo astral, en el Hijo que
dieran a luz: El Hijo del Hombre.
79. Mientras viví en Suiza, se publicó en ese país la lista de los masones helvéticos más
importantes. Y en ella aparecía el profesor Jung.
80. Jung define el inconsciente como "la matriz de todos los fenómenos diferenciados, religión.
música, arte, etcétera". Lo que tampoco nos dice nada. Lo hemos venido discutiendo desde el
comienzo de esta obra y no vamos a insistir. Toda la terminología jungueana, prestada o
derivada del psicoanálisis, deberá ser reemplazada por la legendaria y hermética, si es que
queremos llegar a alguna parte.
81. La iniciación puede reabrir el tercer ojo, transformar al héroe en gigante, al vira en divya,
para seguir usando los términos del esoterismo tántrico. En superhombre, en Sonnenmensch.
Cortar la corriente lunar, para volver a ser solares (del Sol Negro.) Recuperar el Vril.
82. Un iniciado, que desea entregar su vida a la aventura que aquí hemos descrito, al Trabajo
de la Inmortalidad, deberá sacrificarlo todo, en especial su vida personal, la de los sentidos y
del sexo; siendo el sexo lo más importante. Se trata de transmutar las fuerzas, las energías.
Jung lo ha explicado en sus estudios sobre la Alquimia. De todas las energías de que el
hombre dispone, no hay otra que se compare en poder y misterio a la del sexo. Tan poderosa
es que sólo ella puede crear nueva vida, reproducir nuevos seres en la carne. Y cuando no
reproduce la materia física, también puede dar vida al Hijo de la Muerte, al Hijo del Hombre, al
Cuerpo Astral. Transmutando, sublimando. Porque lo que hoy se llama libido, en el lenguaje
legendario es Kundalini, la Serpiente de Fuego, Quetzalcoatl, la Serpiente Emplumada, que
vuela y puede hacer volar.
La castidad del iniciado nada tiene que ver con el sentido judeo-cristiano del pecado, el odio y
el resentimiento de los esclavos. La tierra actual deberá ser transmutada, la naturaleza
transfigurada, el Crepúsculo de los Dioses dar paso a la Resurrección de los Dioses. Y esto es
otra cosa. Es una transmutación alquímica, una sublimación, una espiritualización de la
materia. Mas, no es para todos, únicamente para el iniciado, para el ario, en el centro de una
jerarquía de castas.
83. La Mujer-Maga es en verdad la Walkiria, que en algún lugar fuera de este universo nos
entregará la Copa del Grial, llena hasta los bordes del licor de la Vida Eterna.
85. En el amor arquetípico, tántrico, esto se reproduce, pasando a ser la mujer la activa y el
hombre el pasivo. Es el Maithuna, o coito mágico, donde la mujer iniciada, la yogini, se mueve,
se agita. El hombre iniciado, el sadaka, el héroe, permanece inmóvil, lejano, extático, sin
eyacular el semen afuera (Bundi), solamente adentro, para impregnarse a sí mismo y quedar
incincta del Hijo de la Muerte, del Hijo de la Eternidad, del Hijo del Hombre, del Cuerpo Astral,
como se ha dicho.
86. Hemos tratado de revelar la posibilidad existente para el iniciado de dar a luz su propia
inmortalidad, su Cuerpo Astral, su Hijo del Hombre, cuando, por la Iniciación de A-Mor, ha
quedado incincta de la Amada, en una suerte de partenogénesis iniciática. Otro tanto pasaría a
la Mujer superior (no a Eva), a Lilith, a Allouine, pudiendo quedar incincta de un "Ángel",
también por Amor Mágico, por Iniciación de A-Mor, en el contacto telepático, astral, con el
Amado. Y así Ella dará a luz el verdadero Hijo de la Mujer, algo que existía adentro, en
potencia, virtualmente.
87. Este maravilloso camino de A-Mor es esencialmente viril. Sólo los héroes podrán enfrentar
las pruebas que la Amada pone a sus elegidos para entregarles la Copa del Grial, plena hasta
los bordes con el Licor de la Inmortalidad: Soma, Ambrosía, Amrita, Ahorna. Llena, en verdad,
con la sangre azul de los hiperbóreos, de los arios, de los Nacidos Dos Veces y que los
Minnesánger beben en el rito de la Minnetrinken, dentro del Círculo de la Mánnerbunde.
88. Hiperbórea no se incluye totalmente en un tiempo histórico; se sitúa fuera de la Respiración
de Brahma, de la Creación demoníaca del Demiurgo Jehová.
89. Es el Amor de la Eternidad, de la Inmortalidad. Porque sólo existe una Ella hiperbórea para
un El hiperbóreo en todos los universos y más allá de ellos. Y es crimen y suicidio espiritual
traicionar a la Amada Eterna.
90. Sólo si él vence, si da a luz el Hijo de la Muerte, si se eterniza, revistiendo su Cuerpo Astral
de materia inmortal, imperecedera, de Vajra, si con el arma en la mano fuerza la salida, estará
en condiciones de poder resucitarla, de retornarla a la vida, de hacerla también inmortal. Ella
partió desposada y con un rostro para su alma. El rostro del Amado, debiendo continuar el
camino de su iniciación, de su inmortalización, sola al otro lado, pero telepáticamente unida a
él, como su Walkiria. Ahora le espera en el Walhalla, para curar sus heridas y reconstruir sus
cuerpos destrozados, si él muere en el combate. También para entregarle la Copa del Grial, de
la Vida Eterna, llena hasta los bordes con el licor de la Inmortalidad.
91. Ellos no son creadores, sino meros copistas, ladrones inclinados a la falsificación, el drama
de los viras hiperbóreos aquí introducidos, caídos, aprisionados, será siempre el mismo y
obedece a un móvil: arriesgarlo todo para presentar el combate al Enemigo en su propio
territorio, pudiendo ganar la Guerra desde dentro. Estos héroes han comprometido la pérdida
de sus almas hiperbóreas para destruir la pesadilla del Demiurgo, su falsificación, su
mezcolanza. Ellos intentan volver el mundo a la pureza original, transmutar la tierra, transfigurar
la naturaleza corrompida, adulterada por el Demiurgo Jehová, por el Señor de las Tinieblas,
que, a su vez, pretende ir extendiendo su gangrena, su infernal copia, su máquina de los
retornos, su respiración, su sueño "evolutivo". He aquí la Gran Guerra.
92. A lo que los viras despiertos aspiran, los arios, los hiperbóreos, es a salirse de la creación
demiúrgica, de todos sus yugas, incluyendo el Satya-Yuga, la Edad Dorada, a pasar más allá
de sus Arquetipos, a redimir la Creación, arrebatándosela al Señor de las Tinieblas,
transmutándola.
93. La primera partición acontecida en ese Universo "más allá de las estrellas", donde "son
otras las leyes, o no hay leyes", habrá tenido por esencia y compulsión la Gnosis, la aspiración
a un Rostro. Después de la intervención del Demiurgo y de su plagio en el Reino de las
Sombras, además de esa compulsión, se ha recibido una orden de guerra y los héroes (Eros),
los Siddhas hiperbóreos han entrado escindidos al Universo de pares de opuestos del
Demiurgo Jehová, para combatir y rescatar a los camaradas prisioneros, al mismo tiempo que
destruir la creación diabólica del Señor de las Tinieblas, transmutándola, conjuntamente con la
resurrección del vira.
94. Cuando los divyas abandonan la primera Hiperbórea, cuando El y Ella penetran en la
creación demiúrgica, por algún resquicio, por la puertaventana de Venus, adquieren un cuerpo
de materia terrestre, mientras se atrofian sus cuerpos de materia espiritual. Han forzado, sin
embargo, una mutación en el cuerpo animal, en el instrumento robótico de tierra al tener que
utilizarlo. Son los viras, los héroes legendarios.
95. Si en eones de tiempo le es dado a El encontrarse con Ella, El lo sabrá, porque adentro de
sí mismo algo se enciende: ese embrión de alma-recuerdo, al que dará un Rostro, el del cuerpo
terrestre de Ella, si es capaz de A-Marla con el A-Mor Mágico que se enseñara en la Hiperbórea
Polar, en el Satya-Yuga, dando así a luz el Hijo de la Minne, de la nostalgia y del recuerdo de
ELELLA, del ansia. El Hijo del Hombre.
Muchas veces le habrá sido dado encontrarla en el peregrinar de las rondas del Eterno
Retorno, con un mismo rostro, sin saber inmediatamente que era Ella, hasta que la Nota vibre
en su más prístina pureza y el Rostro sea fijado para siempre por la Nostalgia, por la
perseverancia con la que El lo ha soñado, lo ha inventado: su Flor Inexistente, la cosa
contemplada, al borde ya del naufragio y de la total desesperanza. Entonces, ya no habrá más
que una Ella para El, y un El para Ella, en el combate de todos los mundos, de los soles y las
tierras.
¡Oh Dioses!, quizás aquí se encuentre la razón más íntima de todo el Misterio de ese Drama
Hiperbóreo de la separación. Esas almas im Nebel; masculino absoluto una, femenina absoluta
la otra. Ellas no tenían rostros. Sólo entrando a combatir en el mundo mezclado y corrompido
del Señor de las Tinieblas, sólo reencontrándose y A-Mándose transfigurarán este mundo,
obteniendo como premio un Rostro. La Individualidad Absoluta, la Resurrección: NOS.
Como héroes han penetrado a un universo donde los "muertos entierran a sus muertos",
arriesgando perder hasta su inmortalidad en el sueño y el olvido del samsara, de avidya,
existiendo apenas entre esas chispas dispersas, inventadas por el Demiurgo, ensayos de ideo-
plasma, animales-hombres, robots, máquinas estelares. Y han caído aún más abajo al cometer
el pecado racial de mezclar su sangre hiperbórea con la de las hijas sudras de la tierra, del
animal-hombre. Y su combate se ha hecho aún más dramático, más difícil, más desesperado,
cuando se produce la Traición Blanca y algunos siddhas hiperbóreos se pasan al Enemigo. Han
llegado a creer en su engaño evolutivo. Son ellos los que revitalizan su plan galáctico, entrando
a colaborar con Jehová y sus jerarquías de Manus y de Aiones satánicos, con sus arquetipos,
sus iglesias y organizaciones, sus democracias, sus komintern. Empujan la ilusión, la pesadilla,
con renovado brío, hacia un abismo de plomo.
Mas, si el vira hiperbóreo triunfa, porque ha hecho de su emblema el "honor que se llama
lealtad", no sólo habrá dado un Rostro a su alma, sino que también a ese Alguien que se
quedara esperando como al borde de una Fuente, reintegrándose, sin ser absorbido, pudiendo
salirse para siempre del mundo de los Arquetipos y de las Ideas-Plasmas, pasando más allá,
hacia un sueño no soñado ni por los más grandes Peregrinos del Ansia. Habrá derrotado al
Demiurgo Jehová y a su corte de "traidores blancos", transmutando su creación, su plagio.
96. Tras la partición de ELELLA y ELLAEL, a medida que El y Ella se alejan, a través de
estrellas y constelaciones, donde la manifestación ilusoria del Demiurgo se reproduce y se
repite en el ideoplasma, en los infinitos pares de opuestos, porque a mayor distancia de la
respiración primera el número aumenta, hasta hacerse incontable en el Kali-Yuga, la Minne
hiperbórea se obnubila. Cada vez más espeso, más sombrío, el Demiurgo imprime las formas
recortadas de sus minerales, vegetales, animales y simios-hombres. Sin la ayuda de los divyas
traidores, de la caída y de la mezcla de muchos otros, habría sido incapaz de dotar de energía
y conciencia a sus robot-golem. El Demiurgo moviliza sus legiones arquetípicas,
angélicas,contra el héroe hiperbóreo para impedir que pueda cumplir ese "sueño no soñado ni
por los más grandes utopistas".
A medida que se desciende en la expiración, disminuyendo la energía, aumenta la cantidad
junto con la densidad. Es el mundo gregario del Demiurgo-Jehová. Hay Dioses y Diosas
hiperbóreos, divyas que se aventuran a descender tan bajo, para imprimir dolorosamente su
sello en ese plasma demiúrgico, en esa expiración por ellos no producida, en esa Maya, para
intentar revertiría, transfigurarla, al mismo tiempo que buscan lo que extraviaran. Dioses
hiperbóreos encarnados tan abajo, tan oscuro y que han perdido a veces la memoria del
origen, la razón de la aventura heroica del combate, en la mezcla con los hijos de los hombres,
en el contacto con los animales, los minerales y las plantas,corrompidos por el Demiurgo
satánico. Los robots que El formara.
Y es aquí, en estos oscuros planos de la manifestación, en las edades donde como un río
circula el tiempo, donde el héroe hiperbóreo, el hombre divino, podrá derrotar al Señor de las
Tinieblas, inmortalizándose al recuperar su Ella. Resucitando, naciendo otra vez, haciéndose
un Aryo. Porque únicamente aquí le es posible desposarse doblemente, dentro y fuera de su
alma, dándole el Rostro de carne, inmortalizado en Vajra, con el Vril, al parir el Hijo del Hombre.
Sólo aquí el vira se habrá personalizado, haciéndose consciente de Sí-Mismo, alcanzando la
Individualidad Absoluta. El sadhaka y su yogini, unidos y separados para siempre, ELELLA y
ELLA-EL nuevamente, pero con el Rostro del Hombre y la Mujer Absolutos, camaradas, a-
mantes, salidos, escapados ya del Círculo de los Círculos. Juntos a Aquel que se quedó
esperando en el límite del tiempo. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis: la Runa Hagal. La Estrella
Doble de la Mañana, el Sol Negro, el Rayo Verde.
Sólo aquí en la tierra se entrega la posibilidad de cumplir ese rito iniciático venido de la
Segunda Hiperbórea Polar, del Satya-Yuga, de la Edad de Oro: la Iniciación de A-Mor,
enseñada por las Magas Hiperbóreas y que dona la inmortalidad de la Personalidad Absoluta,
la recuperación del Dios y de la Diosa con un Rostro para el héroe y su Walkiria. Sólo para los
divinos elegidos, para los divyas y los semidivinos viras es posible esta Iniciación de A-Mor, el
ritual del Panshatattva, el Sadhana, la acción sincronística de desposarse dentro y fuera. Allá,
en el más lejano Norte -que hoy es el más lejano Sur— en los oasis del hielo, en el Monte de la
Revelación, junto al Sol Negro de la medianoche polar.
Sólo a las dos primeras castas (que en la Hiperbórea polar fueran una: ativarná) les es posible
el segundo nacimiento de la Iniciación de A-Mor, Únicamente a los divinos y semidivinos
exiliados en esta tierra. Nunca al sudra, al chandala, al animal-hombre, al número, a la
cantidad.
¿Por dónde entran a este mundo adulterado los divyas hiperbóreos? Lo hemos dicho: por la
Ventana de Venus. Por la Estrella de la Mañana, Oiye-hue, Phosphoro, Lucifer. Por ahí entran
Arbaris (Avris) y Allouine, en busca de conquistar sus Rostros. ¿Por dónde salen los héroes
triunfantes, por dónde se escapan del Círculo de los Círculos, abriéndose paso con las armas
en las manos? Por la Estrella de la Tarde, Yepun, Esper o Esperas, el hermano de Atlas, la
Estrella Vesperal. Por Wotan, con Wotan.
A través de enormes espacios de tiempo, de kalpas, manvantaras y yugas, la memoria del
héroe hiperbóreo es ya apenas un débil eco que a veces resuena como el cuerno de Siegfried,
herido de muerte en el bosque de encinas patriarcales. La memoria de la sangre, la Minne
hiperbórea se ha borrado casi en los abismos del Kali-Yuga. Es por esto que se hace necesaria
la venida de algunos Liberados que aquí descienden, como Avatar, en los instantes más
críticos, en el interludio del Sandhya, o del Sandhyansas que ellos transmutan en el Yuga
Hiperbóreo de los Héroes. Traspasan su fuego por unos intensos y cortos períodos, para
estremecer al Universo del Demiurgo y espantarlo. El Avatar despierta la Memoria de la Sangre
Hiperbórea, destruye las sombras del ensueño de Maya, del samsara, agita las almas de los
héroes, y les lleva nuevamente al Combate de su Gran Guerra. Danzando como Shiva Nataraja
les recuerda su patria divina, la Primera Hiperbórea. Es éste el sacrificio del Avatar, su
descenso, que aquí viene a ayudar a los suyos, imprimiendo su sello arquetípico hiperbóreo, de
fuego mítico, en el plasma demiúrgico, adquiriendo por un cortísimo tiempo su forma humana, y
así regenerándolo; porque con su encarnación hace posible una alquimia de transmutación y el
retorno, la vuelta a Hiperbórea de sus guerreros más leales. Los verdaderos arios, los elegidos.
97. Como todas las cosas que suceden del "quinto plano de la manifestación hacia abajo",
cuando ya la expiración se ha hecho débil, encontrando, además, esa extraña fuerza enemiga
que lo adultera todo, conjuntamente con el Yuga de Kali, con la sombría Edad del Hierro,
también la creencia en la reencarnación ha pasado a ser una fantasía más, diabólicamente
falseada por las mentes inferiores, la superstición y la ignorancia. Lo qué debió comprenderse
simbólicamente, ha venido a ser tomado al pie de la letra, de modo que, conjuntamente con el
exoterismo cristiano y su inmortalidad para todos, compone la religión y la fe de las masas.
Está hecha para ellas. Un exoterismo gregario, un "opio para el pueblo".
99. No hay inmortalidad para todos, sólo para unos pocos. La mayoría son "muertos que
entierran a sus muertos". Y la reencarnación, así entendida, es lo mismo que si no existiera.
Porque el que reencarna, no lo recuerda, por la razón de que no hay nada individuado que
reencarne, que pueda recordar, que tenga memoria. Y si la tuviera, no reencarnaría, sólo
retornaría -y un número limitado de veces- porque habría tomado el Sendero Deva-Yana. A no
ser que sea un Boddhisatva, un Tulku, un Avatar, que vuelve a voluntad y que no usa un solo
cuerpo, sino muchos.
101. El hombre tendido está como muerto. Podría pensarse que Kali lo ha sacrificado de
verdad. No es así, pues la muerte es sólo aparente, correspondiendo a la muerte mística de la
Iniciación, ya explicada. Y esa Mujer-Diosa representa al cuerpo astral del vira, a su Ella
recuperada, el Linga-sárira. Es la Hija-Hijo del hombre, recuperada y con un Rostro, que ha
muerto al hombre natural para dar vida al homo de coelo, eterno, resucitado, con materia
inmortal, de vajra roja. Es también la rubedo de la Alquimia, la opera rosa. Y todo re-unido por
ese Cordón Dorado, que no se cortara, al tercero —que es el sexto, lo hemos visto— a la
persona, que ha adquirido una personalidad, un rostro: NOS, el Hombre-Total, la Mujer-Total, el
Hombre y la Mujer Absolutos.
102. La misma guerra es librada aquí y allá, en más de un mundo, y lo perdido aquí es ganado
allá.
103. Afirma el Rig Veda que ni los Dioses, en el más alto cielo, saben cómo ha sucedido esa
tragedia, esa pesadilla de locura de la Creación del Demiurgo.
105. Al Samadhi vedantino, que es una trampa introducida en la India ya mezclada por la
Traición Blanca y por la sugestión del Demiurgo, deberá oponérsele el Kaivalya tántrico ario, es
decir, la separación absoluta del Mago, la Personalidad Absoluta, la inmortalidad con un Rostro,
por oposición a la fusión y disolución.
106. El Génesis, en su origen, antes de ser expurgado y falseado en su más profundo sentido.
Ahí, en el Paraíso, en Para-desha, en el Monte de la Revelación, en el Meru, había un Árbol
con Manzanas de Oro, poseedor de la Ciencia del Bien y del Mal. El Árbol capaz de entregar la
Inmortalidad y de hacer a los héroes como Dioses y más que Dioses.
107. Lo que en verdad fuera esa Columna sólo se puede entrever por el verdadero nombre del
Dios-Siddha Hiperbóreo, que aparece en las sagas nórdicas: ER, IR. Quiere decir Poder. La
Columna fue así un poder que poseían los Hiperbóreos, los divyas, los siddhas, que pierden al
mezclarse con "las hijas de los hombres". Con este poder les era dado mantener abierta la
Ventana de Entrada, la Puerta de Salida, en la Estrella, la conexión con la Primera Hiperbórea.
Era el Vril, una suerte de Rayo que se proyectaba desde el entrecejo y que ha quedado
reducido a una pura virtualidad en las glándulas pituitaria y pineal, calcificadas en el Kali-Yuga.
108. Las Runas son también mortalmente odiadas por los representantes del Kali-Yuga, por el
animal-hombre, por los esclavos de la Atlántida y por los acólitos del Príncipe de las Sombras,
de la esclavitud, de la mentira y de la fealdad.
109. Los signos de las Runas son únicos entre los alfabetos mágicos, con perfiles agudos,
simétricos, se parecen sólo al cuerpo de los divyas hiperbóreos. Los ejercicios rúnicos, la yoga-
rúnica del cuerpo, impregnan su materia de vibraciones mágicas. Quien conozca su Runa,
adquiere el poder de la disolución y reintegración de la materia, de la muerte voluntaria y de la
resurrección. Podrá hacer vibrar su Nota en la tonalidad más alta. Salirse, así, del Círculo de
los Retornos.
110. El término vira; empleado a menudo en este libro y en "El Cordón Dorado", pertenece al
tantrismo y se refiere a una fuerza viril, heroica, que actúa a contracorriente y que posee el
saddhaká, o iniciado tántrico. Por esto pasa a ser sinónimo del héroe que combate por
reinvertir el proceso de la entropía de la involución en el plano donde actúa el Demiurgo
Jehová, saliéndose del Círculo de los Círculos, del Eterno Retorno, hacia "algo no soñado ni
por los más grandes utopistas". El mayor peligro para la fuerza del vira se encuentra en el
miedo y el deseo. El vára-mudra destruye el miedo y el deseo, y concede el favor hiperbóreo.
111. Asgard es entonces el Himmelsburg, el Castillo del Cielo, donde Wotan y sus Walkirias aún
preservan las Runas sacras, para entregarlas, junto con su secreto, a los héroes que luchan
por inmortalizarse, a los vira que se transmutarán en divyas.
112. La "sangre de los héroes llega más cerca de Wotan que la plegaria de los santos". El
héroe guerrero necesita en especial del honor y de la lealtad, del poder de la fe —
Glaubenskraft—, perseverando en la fe, hasta que el Vril "cree la cosa contemplada".
113. Así, el Árbol está simbolizando el descenso del UR-Mensch (el Siddha hiperbóreo) en la
materia terrestre, en los reinos más duros y espesos. De cabeza hacia abajo, como la Runa
YR. Muerte del Espíritu en la materia. Desaparición momentánea del Siddha-divya. Pero del
divya que desciende, que involuciona, junto con expirar tiene en sí el poder de retornar,
resucitar. Este poder está oculto en su propia fisiología hermética, embrionaria. Únicamente ha
perdido la memoria, la sabiduría. Deberá despertarla.
Hemos visto que el vira exiliado posee más de un cuerpo. Los mundos (cielos en la
terminología gnóstico-cátara), por los que transita combatiendo se hallan dentro del cuerpo del
Arquetipo-Manu, servidor del Demiurgo, también un Góttlicher Makrokosmos.
Dentro del Círculo de los Círculos todo se repite, como los ecos de una nota arquetípica. Así, el
cuerpo del divya estará compuesto de tantos otros cuerpos como los planos de materia-
espiritual y materia-material por los que atraviesa al entrar en el mundo del Demiurgo. Por ello,
el cuerpo de materia terrestre deberá poseer en sí el "órgano" apropiado para conectarse con
el "cuerpo astral", embrionario por atrofia y olvido, pudiendo ser capaz de recrearlo, resucitarlo,
"inventarlo", además de inmortalizarlo, uniéndolo con un cuerpo mental aún más sutil. En el
cuerpo astral también se encuentra otro "órgano" (clave) que hace posible unirse con su
Mónada, con "Aquel que se quedara esperando al borde de una Fuente". Ese "órgano" es la
Runa Thor, a la que corresponde la letra Th del nombre Thule, la Runa del Regreso (con un
Rostro) a la Hiperbórea Celeste, preservando el "yo", para no ser absorbido por la "inspiración"
y devorado por el Demiurgo, Señor de las Tinieblas. Así, el hombre renace en varios mundos a
la vez. Cada mundo estaría representado por uno de sus cuerpos (Castillos), hallándose
presente en todos, aun sin saberlo, pues tiene conciencia de uno sólo, del de la tierra, del
Gerdasburg. Sólo al encontrar la clave para desarrollar su Linga-Sarira, o cuerpo astral, el
guerrero de Wotan podrá abrir la puerta que comunica con el plano mental, pudiendo vivir en
más de dos mundos. Se ha hecho ubicuo.
114. La fuerza de las Runas produce vibraciones en el cuerpo astral, pasando a ser mediadora
entre los planos del espíritu, del alma y del cuerpo. Centros proyectores de estas fuerzas son
también los chakras, vórtices de energía luminosos. La magia de las Runas activa las
vibraciones de estos centros. Sus ruedas se ponen a girar como swastikas, vertiginosamente. A
cada rueda, o chakra, corresponden ciertas Runas. De igual modo, a cada chakra astral,
corresponde un órgano nervioso en el cuerpo físico, un plexus, una glándula, con sus
secreciones internas dirigidas por los vórtices astrales. Cuando las Runas activan las
vibraciones astrales de los chakras, conectándolos entre sí, posibilitan la conciencia de esos
centros de luz; porque esas "ruedas" también son centros virtuales de una conciencia diferente.
115. El plan diabólico se dirige a producir nuevamente el monstruo del hombre de Neanderthal.
116. También los divinos, los Dioses Hiperbóreos, que han entrado a combatir dentro del
Universo recurrente del Uno, Jehová, del Señor de las Tinieblas, han quedado prisioneros de
su Eterno Retorno, debiendo aceptar su ley kármica, cíclica.
118. De allá han venido los hiperbóreos, entrando a este Círculo de los Círculos por un
"repliegue topológico", por la "Ventana de Venus", o por un "clic" de la Mente. Sin ese recuerdo,
sin esa memoria, todo se habría perdido para siempre. Allí, frente al Gral, escuchando la propia
sangre, su música, junto al Fuego, los hiperbóreos cumplían con el rito de la Minne-trinken,
bebían su sangre, preservando la memoria del origen, para así darse ánimo en la increíble
aventura aquí emprendida, en este exilio en la materia, en esta guerra sin cuartel contra el
Enemigo que —se sabe— les va cercando. Y porque el tiempo se acelera en estas regiones,
que se harán sombrías y heladas. Las Hagedissen, las Vírgenes del Sol Negro, exhortan a los
héroes a apresurar la Boda, el Matrimonio Mágico, junto al Fuego. Ellas son las Esposas del
Fuego.
119. La vida y la muerte dentro de la tierra del Demiurgo. La forma del divya, del Urmensch, del
Hombre Original, le es aportada por la Runa. Es ella la que se imprime aquí. Se halla ahora en
el mineral, como aspiración tal vez inalcanzable. Y afuera se reproduce, en tanteos, en
ensayos, o copia del Demiurgo, completamente fracasados, como el mono y el hombre de
Neanderthal. Y el cuerpo de dos brazos, de dos piernas, de una cabeza, de cinco dedos, sólo
es una máquina, la reproducción de un Arquetipo copiado por el Demiurgo-Jehová y proyectado
por su "respiración" en su Universo recurrente. Para trabajar con esa máquina, en este espeso
mundo, su mal plagiador no necesitará "bajar'. Bastará con ese golem, con el hombre de
Neanderthal y su lenta e imposible evolución e involución, a través de eones de tiempo y de
tremendos desastres. El que lo está utilizando, no tiene prisa. En verdad está jugando,
danzando dentro de su Maya-Ilusión.
Pero he aquí que algo enorme acontece, fuera del sueño de ese Jugador diabólico. Alguien se
ha introducido en este Círculo de los Círculos, por alguna "puerta" o "repliegue", quizás por una
estrecha "ventana". La Puerta, o la Ventana de Venus, o bien por un "clic" de la Mente. Un
Derrotado, o un Héroe, venido de un Universo completamente distinto, portando consigo el
original divino, hiperbóreo, de la forma, que el Demiurgo corrompiera y el poder de las Runas,
desciende a este mundo, dándole otro cariz y dirección a todo el proceso de repetición
mecánica, pudiendo hasta redimir la materia, transfigurarla, produciendo una mutación que
alcanzaría al núcleo central del Fuego Tectónico. Entra, así, en guerra total con Jehová, su
Eterno Retorno y sus Arquetipos.
120. En todo caso, el mal, la verdadera derrota se produciría en el olvido del origen divino y del
objetivo último del combate, en la asimilación con el animal-hombre, con el sudra, en la caída
en el sueño y la conformidad, cogido para siempre en los engranajes del Eterno Retornó y
destrucción final en la Nada. Absorción en el Arquetipo, en el Demiurgo, en el Uno. Llegar a ser,
después de todo y de tanto, nada más que el alimento del Arquetipo, de Jehová.
121. Ellos residen en la Asgard celeste, en Agartha, en la Tierra Interna o en ese mundo que
pertenece a la "otra mitad de nuestros sentidos". Son los divyas. Luego vienen los viras, los
semidivinos, los héroes, mitad Dios, mitad hombre, los que aún pueden transmutarse en
divyas, en el Ser-Total, en el Hombre Absoluto, en el Sonnenmensch. Y la tercera humanidad
de los animales-hombres, los descendientes del Neanderthal, la más numerosa, que aumenta y
aumenta, poblando la tierra hasta sus últimos confines. Sirve de ejército al Demonio, al
Demiurgo, siendo, además, su alimento al final del Manvantara.
La Hiperbórea a que ahora nos referimos, la terrestre, la polar, el Mitgard de los Aryos, la Tierra
del Medio, está habitada por los héroes semidivinos, siendo el reflejo, la sombra dorada de la
Asgard extraceleste, hecha a su imagen y semejanza. Aquí, Wotan se ha encarnado en Rama,
ha tomado su forma heroica y luminosa.
Y como único medio de alcanzar la salida del Retorno, las Sacerdotisas del Sol Negro, de la
Media Noche Polar, enseñan el Culto del A-Mor Mágico y desposan al A-Mado para que pueda
dar a luz su propio Hijo del Hombre, su vehículo indestructible de la eternidad, el que no podrá
ser devorado por el Arquetipo, por el Demiurgo, porque se ha construido en el Fuego de Vajra
roja, con la alquimia rúnica de Wotan y del Árbol Iggdrasil. Con El volverá a salir de todo esto,
del Círculo de los Círculos, por la Puerta de Venus. Y habrá redimido a la tierra, transfigurado la
naturaleza, sobrepasado el Kali-Yuga... y todos los Yugas.
122. Los signos característicos de los Hiperbóreos son los siguientes: Inmovilidad,
impasibilidad, calma interior, serenidad, gloria, victoria, terribilidad. Cuando el Rey actúa, lo
hace como el rayo, extendiendo el cetro y proyectando la Runa SIEG. La Blitzkrieg. Estos son
los signos de los inmortales.
Mas, para que el aryo-hiperbóreo lo sea realmente no basta con el primer nacimiento, necesita
de la iniciación, debiendo pasar por la muerte mística, naciendo una segunda vez. Sólo
entonces habrá resucitado y será inmortal.
123. He aquí la historia que seguramente se contaba en el Génesis, antes de ser mutilado y
transformado por la gran conspiración del Señor de las Tinieblas. Junto al Árbol, Allouine
enseñó a Arbaris el Amor Inmóvil, en la contemplación de su cuerpo desnudo; pero sin tocarla,
sin poseerla en el contacto de los cuerpos materiales, que crean el hijo de la carne y de la
disolución. Ella despertó sus chakras, sus manzanas de oro, en el Árbol del Paraíso, en cuyo
tronco se encontraba reclinada. Y él se transmutó en divya, cortando sus cadenas, despertando
a Allouine de su sueño. Fue más que un Dios, con la sabiduría del A -Mor Mágico, que está
inscrita al otro lado de los astros, como el nombre del Gral.
Entonces, Avris fue AR-BA-RIS. AR, quiere decir: "Custodia el Fuego Eterno", el de los AR-yos;
BAR, "Confía en el Dios que está dentro de ti"; IS, "Domínate a ti mismo y así controlarás los
poderes del Enemigo".
Los Siddhas hiperbóreos no procreaban hijos de la carne. Moldeaban, plasmaban sus propios
cuerpos. Sólo con el "pecado racial", con la Eva terrestre, se suceden las generaciones de la
tierra y se sumerge Paradesha, desaparece el Jardín de las Manzanas de Oro, se apaga la
Columna de Fuego, se oscurece el Vril, se atrofia el Ojo del Dragón, muere Allouine, se hunde
la Atlántida-Hiperbórea.
124. Los Siddhas hiperbóreos pretendieron organizar el mundo en los primeros Yugas,
arrebatándoselo al Demiurgo. Ayudaban a los héroes a recuperar su divinidad total, por medio
de la iniciación. A los pueblos de color, a los humanos, les entregaban la felicidad terrestre,
organizándolos en castas, en varna. (Los hiperbóreos eran ativarna, más allá de la casta, del
color). Utilizando sus facultades mecánicas en labores útiles, pensaban, quizás, producir por
medio de la alquimia del color una mutación mágica en los pueblos semianimales, que pudiera
llevarlos, de algún modo, a una transfiguración. Les traspasaron una partícula de inmortalidad,
al mismo tiempo que espiritualizaban la tierra, arrancándola de las garras del Señor de las
Tinieblas.
125. El Campo de Batalla, además de la tierra, iba a ser ahora el interior del héroe, del vira,
divino sólo a medias.
126. Cuando es el matriarcado el que se impone, los cultos se centran en la Luz del Año, en un
simbolismo de la naturaleza posthiperbórica, en el fuego puramente material, en las
ceremonias de la luz en el solsticio de invierno, que inspiran la creencia matriarcal de la
reencarnación. La religiosidad devocional, la yoga Bhakti, el Samadhi vedantino de la fusión en
el Ser primordial, en el Uno, el acento en el chakra Anahata del corazón. Lo máximo que se
podría alcanzar es al chakra Sahasrara, con el mantra SAHAM: "Yo soy tú". (El Andrógino). La
iniciación patriarcal hace uso de la Raja-Yoga, la Yoga Tántrica, con el Kayvalia en lugar del
Samadhi, la absoluta separación, la personalidad absoluta, la individuación, pasando más allá
del chakra Sahasrara, hacia Sunya, el Vacío, el Nirvana, saliéndose hacia algo jamás soñado,
ni por los más grandes Peregrinos del Ansia. Con el mantra opuesto a SAHAM: HAMSA. HAM
es Shiva, SA es Parvati. El y Ella separados y unidos para siempre, unidos en la separación.
Este es el Camino de los Guerreros y las Walkirias de Wotan. No existe reencarnación, sino
inmortalidad, salida. Salto dentro de una Flor Inexistente.
El sol que hoy alumbra la tierra, es un nuevo sol, surgido con la desaparición de Asgard y la
precipitación en el mundo de la materia espesa, con el declinar de la energía de la Expiración.
La naturaleza también es otra. Tenían razón los románticos alemanes al creer, con Novalis, que
la naturaleza podría ser modificada, espiritualizada, por medio de su Idealismo Mágico.
Regenerada, transmutada, transfigurada, arrancada del dominio de la Respiración cíclica del
Demiurgo por el combate sincronístico y el sacrificio del héroe hiperbóreo.
127. Tanto el Hombre de Neanderthal como el de Aurignac son creaciones robóticas y fallidas
del Demiurgo, circunscritas a la ley cíclica de la evolución e involución dentro del Eterno
Retorno, de su expiración e inspiración. El Hombre del Cromagnon, cuya aparición repentina es
un misterio, corresponde a la entrada de los hiperbóreos.
129. Porque una vez existió otra Luz, una Luz que no cambia, la del Sol Negro Antiguo, polar, a
través de la cual es posible salirse, dar el salto, hacia la Flor Inexistente del Rayo Verde. Y ese
Sol Negro no es otro que la Puerta de Venus. Es Lucifer, el verdadero Guía del Retorno a
Hiperbórea, en el otro extremo, opuesto al Cristo de la Luz cambiante del Nuevo Sol, de la
muerte y disolución.
130. Así, el vira tántrico tiene posibilidades que quizás no se den para ningún otro en el
sucederse de los Yugas. Puede llegar a ser totalmente consciente del Misterio y, de ese modo,
abrir paso a su "yo" por un camino que no ha sido transitado ni por los Dioses, en todas las
Edades de este Universo cerrado. Y ello porque el Camino no existe; el héroe lo "hace al
andar", lo inventa, lo abre a los golpes de su Espada. Es un Camino Inexistente, una Flor
Inexistente. No existe, porque conduce a algo que tampoco existe: un Sueño nunca soñado ni
por los más grandes Peregrinos de la Nostalgia. Más allá del Círculo de los Círculos, de los
Dioses, de los Arquetipos y de las estrellas. En la pura inexistencia del Rayo Verde.
Sólo los héroes tienen esta posibilidad, los semidivinos, los que de este modo nacieron; pero
no todos la realizan. Es muy difícil. El héroe tendrá que arriesgarlo todo, su muerte física y
espiritual, su despedazamiento, la tortura, la traición, la soledad última. Y sin soltar jamás la
Espada deberá mantenerse firme, inquebrantable, resistiendo las angustias y los dolores hasta
el final, hasta la última prueba, hasta la última duda, cuando haya creído que todo fue en vano,
que nada ha sido cierto, que sólo su mente, sus creaciones mentales le han llevado a ese fatal
trance y al desplomarse del Universo sobre su entero ser despedazado.
Si el Héroe pasa por esta prueba, si logra sobrellevarla, al otro lado, en el Walhalla de Wotan,
su Walkiria, junto con el Padre de los Héroes reunirán sus pedazos dispersos, resucitarán su
gloriosa carne, ahora de Vajra Roja, inmortal, permitiéndole partir hacia una región a la que sólo
su Walkiria podrá seguirle, parque "ella es su única compañía y ya no tendrá otra, ni siquiera
dentro de ese sueño jamás soñado...". Su Camino no tiene nombre, es el Camino Inexistente
del Rayo Verde.
131. Y la forma, la única forma, en que este espantoso designio pueda llevarse a cabo, es
respetando el Pacto de Anti-Sangre, el ritual de la sangre mezclada, de la sangre impura.
Porque es éste también el fluido a través del cual el Príncipe de las Tinieblas se opone a los
Divinos del Rayo Verde, preservando su "memoria", sus "archivos de la sombra",
comprometiendo en la iniquidad a sus "elegidos".
132. Y así acontecerá otra vez, cuando la tierra vuelva a ser destruida muy pronto, al final del
Kali-Yuga. Cuando un nuevo experimento del Demiurgo se repita en el Eterno Retorno, con la
proyección de otro Manu. Y los divinos hiperbóreos deban entrar nuevamente a combatir,
haciendo uso de las Runas.
134. La raza blanca fue poseedora del Vril y de una condición especial para percibir el espacio
en tres y cuatro dimensiones, cosa que el animal-hombre, el sudra de los pueblos de color, no
posee. La posibilidad de recuperar aquellas cualidades de la raza blanca original se haría
efectiva únicamente por una "alquimia del regreso", yendo hacia atrás, con la mezcla
consciente del semiblanco con el más blanco, por una eugenesia estricta en los matrimonios y
en la progenie, hasta lograr el punto exacto de la transmutación, donde todo dependerá de la
magia o del milagro de la nueva encarnación de un espíritu que hará realidad la recuperación
del Poder perdido, del Vril y de las cualidades de la visión que aún existían en la Segunda
Hiperbórea Polar.
135. Desde niño, por instinto al comienzo, jamás he rendido culto a esos "padres de la patria",
ni a sus instituciones masónicas. Ya lo dije en "Ni por Mar ni por Tierra", hace más de treinta
años. Ellos dividieron este continente del sur en más de veintiún países de opereta, aislándolo
para que así pudiera "cocerse en su propio mestizaje", en su propia oscura salsa bastarda de
marranos y negros traídos del África como esclavos por los sucios encomenderos. Ya sabemos
cómo el masón Bolívar inventó Bolivia, una suerte de Tibet sin lamas y sin Tibet. Sin
atumarunas ya. Bolivia, hasta en el nombre procede de Bolívar. Y así nació este nacionalismo
sudamericano, sin destino, sin base alguna, sin raíz auténtica.
136. El único remedio, el remedio radical para la curación de la humanidad sufriente es: el
quebrantamiento de la servidumbre del interés del dinero. Este quebrantamiento significa la
única posible y definitiva liberación del trabajo productor de las potencias del dinero que
dominan secretamente el orbe. El quebrantamiento de la servidumbre del interés significa la
restauración de la libre personalidad, de la salvación del hombre de la esclavización y también
de la fascinación mágica en que su alma fue enredada por el consumismo.
137. El Vira dispone, así, de una fuerza viril, heroica, que actúa a contracorriente. Es la fuerza
que posee el Saddhaka, o iniciado tántrico. Sinónimo del héroe, combate por reinvertir el
proceso de la entropía, de la involución, que es un resultado de su entrada en el Universo del
Demiurgo-Jehová. Y se sale del Círculo del Eterno Retorno, para siempre. Únicamente retorna
a voluntad, como Avatar, como Tulku.
138. Dentro de un Linaje Hiperbóreo, de una Casa de Familia, con uno que llegue, que ejecute
la Melodía hasta su consumación, que dé a luz el Hijo del Hombre, que construya su Eidelón,
su Cuerpo Astral y con él se salga, bastará para que todo el Linaje participe de la Resurrección
y del retorno a Hiperbórea.
139. Para el Vira, para el guerrero de Wotan, el entrar aquí a combatir es una obligación de
honor y lealtad. Únicamente así podrá luchar contra la creación demoníaca del Señor de las
Tinieblas, llegando a transmutarla, a transfigurarla. Y hasta el sexo le habrá servido, como
medio de arrebatarle algunos Pasu al Demiurgo, transmutándolos en Viras, por medio de este
sacrificio tántrico, por así decir. Esta es la Gran Guerra.
140. Partiendo del plomo, la Piedra Philosophal permite remontarse hasta el aurum potabile,
hasta la Edad Dorada, de Saturno y Rea, hasta el Satya-Yuga, enderezando la Lanza-Eje polar.
El camino pasa por la Nigredo, la muerte mística, hasta la Albedo, la resurrección de los
Segundos Nacidos, de los arios de la raza blanca, hiperbórea, para alcanzar al fin la Rubedo, el
Rojo de la Materia Inmortal de Vajra, del Caballero de Rojo, de las Plumas del Ave Fénix, del
Pájaro que no existe. Es ésta la Danza del Ave del Paraíso, de mis "Visitas de la Reina de
Saba", la Flor Inexistente, la Inmortalidad, que hay que crear, inventar, la materialización con
Vajra del Cuerpo Astral. La Resurrección del Hijo del Hombre y de la Eternidad.
141. Un juego de espejos infinitos, en el plagio del Demiurgo, hacia abajo y hacia arriba. La
muerte para el ario, para el Vira es renacer a una nueva vida, con el Cuerpo de Vajra inmortal.
Se trata de pasar más allá del Arquetipo, de escaparse por la Puerta de Venus de las garras del
Demiurgo, que ha aprisionado a los guerreros arios, a los exiliados, con el Eterno Retorno de lo
Mismo, con la pesadilla de su Maya-Ilusión.
142. Esos rollos de pergaminos decían que él era Señor de una Orden de las Capas Negras,
Blanca y Roja. Todo el proceso alquímico del Arte Real de la Transmutación, así resumido. La
Capa es el Manto de Repanse de Schoye, es la Tarnkappe de Siegfried y la Túnica de Neso.
Es el Cuerpo Astral, la inmortalización y materialización del Cuerpo Astral.
143. Es el mal del "desliz" a través de la Ventana, de una "bilocación espacio-temporal", hacia
este plano de la manifestación, donde rigen los Arquetipos y el Demiurgo Jehová, constructor
de golems. El mal consiste en un "clic" mental que ha hecho posible el aprisionamiento y la
mezcla de los divinos hiperbóreos. La derrota en un combate cósmico, la pérdida de una gran
batalla, en una Guerra que aún no termina.
144. Consiste el Asag en acostarse desnudos, en un mismo lecho, con la amada, pasando allí
una noche sin tocarse. A veces, se pone una espada desenvainada entre ambos, como en el
Asag de Tristán e Isolda. Esta prueba de iniciación de los trovadores se diferencia del coito
mágico-ceremonial tántrico, Maithuna, en que el Asag es casto, pudiendo formar parte del
tantrismo de la Mano Derecha y el Maithuna pertenece al Tantrismo de la Mano Izquierda,
donde se posee físicamente a la mujer, pero sin eyacular el semen (Bundi), sin llegar al
orgasmo por parte del iniciado hombre, del Sadhaka; por lo menos, al orgasmo físico. Se trata
de evitar la creación de un hijo externo, de la carne, invirtiendo el proceso. En lugar de ser la
mujer la preñada, es el hombre quien queda incincta de un "hijo interior", dando vida al Cuerpo
Astral, que no es hijo de la vida, de esta vida, sino Hijo de la Muerte; de la Muerte Mágica, en
esta vida, para poder vivir más allá de la muerte. El Hijo del Hombre. Es decir A-Mor, sin
muerte, inmortalidad. De este modo se cumple también la cosmogonía tántrica y cátara, donde
todo se ha invertido y el creador activo, el fecundador, no es él, sino ella, la Shakti, la
contraparte femenina de Shiva.
145. En el momento actual del Kali-Yuga, el cuerpo se ha materializado lo suficiente como, para
no poder encontrar una salida más que haciendo uso de su propia materialidad, o sea, del
Tantrismo de la Mano Izquierda y del Maithuna. Su técnica fue descrita como "cabalgar el tigre",
lo que también podría llamarse "marchar por el filo de la espada". Si uno se cae, el tigre lo
devora.
146. La Alquimia es una ciencia de la Segunda Hiperbórea; ciencia de la Atlántida, que tiende a
restaurar lo perdido. Es ya una ciencia y un camino de regreso.
148. Parece el amor profano y el culto del cuerpo físico del hombre y la mujer, esa aberrante
historia de nuestros días. Se ha inventado el amor del occidente cristiano, hecho para el
animal-hombre, para el pasu, anejo de todo simbolismo superior. Se ha perdido el duro y frío
camino, el fuego polar de un culto mágico, de una iniciación secreta que, practicada por un vira
y su yogini, por un guerrero y su Walkiria, les transmutaría en Dioses inmortales. Y en más que
Dioses.
149. Es en la sangre del alquimista donde se produce la transmutación, porque ahí está el
plomo, el azufre, el arsénico, el cinabrio. Y por medio de la compulsión del Mercurio, que circula
en la sangre de la soror.
150. Hay una ciencia antigua, una técnica hiperbórea que hace posible retornar al Vira a su
origen divino, que perdiera en un combate, o situación desconocida, que aquí hemos venido
descubriendo. Esa otra ciencia se preserva gracias al Cordón Dorado de una Memoria de la
Sangre Aria, que aún no se rompe. El camino de esta ciencia es retrógrado, hacia atrás, hacia
el origen polar. Es el de la Swastika Levógira.
La mutación que se pretende es la del Vira en Divya, en el ser divino que fuera. Y esto se logra
con la resurrección del Cuerpo Astral, del Hijo del Hombre. Algo que sólo los Viras pueden
lograr, pues sólo ellos tienen Cuerpo Astral en potencia, virtual, porque únicamente ellos fueron
Cuerpo Astral en el origen, en Hiperbórea. El resto no. Son sólo Pasu, animal-hombre, esclavos
de la Atlántida, productos "sueltos" de una evolución, siembra planetaria, golems, robots de un
Demiurgo.
151. Nos desagrada tener que referirnos a Cristo, aunque sea al Kristos de la Atlántida.
Jesucristo es un judío que ha estado estropeando el mundo por los últimos dos mil años, sea
con el cristianismo militante, catolicismo o protestantismo, sea con el rosacrucismo, con la
teosofía o cualquier secta ocultista de Occidente.
152. Coniuctio, Maithuna, al parecer con los cuerpos físicos, pero en control de sus esencias:
semen, bundi y rajas. Está destinado a reactivar los chakras y a dar vida al cuerpo astral, que
será el hijo de este coito mágico, alquímico, en que se transmutan los metales del Vira.
153. El "Rosarium Philosophorum", con estos dos últimos grabados pareciera estar señalando
la posibilidad de un inicio del opus por medio del Tantrismo de la Mano Izquierda, con un
Maithuna real, en cuerpo físico, para luego alcanzar las zonas simbólicas y espirituales del
Tantrismo de la Mano Derecha, donde el Maithuna se continúa en el cuerpo astral de los a-
mantes, —con alas— en un mundo paralelo y mental, donde los órganos materiales del cuerpo
físico ya han sido transmutados en otros distintos. No habría así contradicción entre las dos
corrientes. El héroe tántrico, el iniciado de A-Mor, puede seguir cualquiera de los dos caminos,
el "húmedo" o el "seco", recorriéndolos por separado, o ambos a la vez, según mejor convenga
a la "memoria de su sangre".
155. Ha despertado también la Voz, la Minne hiperbórea y posee ya el Vril. Su sangre es pura,
su doble sangre, la física y la astral. Esto no se logra por un proceso temporal, de preparación
por grados, dentro del tiempo terrestre, sino por un rayo, como en los "fulguradores". Es suceso
atemporal, que adviene cuando la sangre ha sido purificada por medio de prácticas especiales,
por esa Alquimia Grálica, cambiando el metabolismo biológico y psíquico. Se ha transmutado el
plomo. El "órgano" del Vril, perdido por la raza blanca hiperbórea, se ha recuperado.
156. La energía capaz de producir todo esto se encuentra en la raíz espiritual de Bundi, cukra,
ese fluido luminoso que se conforma materialmente en el semen, tan terriblemente poderoso
como para poder dar vida al hijo de la carne. En la mujer se "plasma" en el óvulo fertilizado y es
rajas. Pero ambos pueden remontar hasta su cauce espiritual esta energía. El hombre por la
práctica del Vrajoli-mudra y la mujer por la de Amaroli-mudra. Al unirse espiritualmente estos
dos "espermas", en lugar del fugaz placer físico, sukha, se produce el "orgasmo extático", que
no tiene fin: Aropa. Rajas ha transmutado la sangre del Vira en fuego y en cukra la de la yogini.
La "congestión astral" transmuta los cuerpos y produce la tran-substanciación de la sangre.
157. Dando vida al cuerpo astral, revistiéndolo luego con Vajra; desmaterializando el cuerpo
físico, a su vez revestido de Vajra, y reabsorbiéndolo en el cuerpo astral, se obtiene un solo
cuerpo; pero también se tiene dos (los gemelos) inmortales, capaces de autorregenerarse, de
vivir en el tiempo y fuera del tiempo. Un vehículo apropiado para el Tulku y su combate de dos
y más mundos.
Manú
158. Una suerte de Robot, de Máquina Cósmica, un Golem, que ha perdido el control y ha
intentado crear por su cuenta, "a su imagen y semejanza". Aconteciendo algo así como si sobre
una bella pintura de Leonardo se hubiera sobrepuesto una monstruosidad de Picasso. De
modo que la existencia de todo el Universo mecánico, de la materia visible, sería una mala
copia hecha sobre una hermosa tela original por un plagiador satánico.
159. Contra estas huestes demiúrgicas deberá combatir el Héroe. Además deberá luchar contra
los seres que el Demiurgo creara, los robots genéticos, los "repliegues psíquicos" de Jehová.
160. El día en que todos los Dioses sean liberados y redimidos por el combate de los Héroes,
el Demiurgo desaparecerá para siempre, tocado por su propia destrucción, en el Big Crunch de
su propia inspiración mecánica, inevitable, devorado por su hambre; o bien, succionado por la
Implosión Divina.
162. Las religiones, las prácticas esotéricas, las yogas de la India post-védica han pretendido
encontrar una solución en el aniquilamiento del "yo", por medio de ascetismos y tormentos de
todo orden, para volver a fundirse en el Alma impersonal, universal, en el Uno, en Brahma, en
lo indiferenciado, en eso que también han llamado Dios. Generaciones de ascetas y de santos
cristianos han trabajado en la destrucción del "yo". En la India son los vedantinos de
Shankaracharya y los yogas Bahktis, valiéndose del Samadhi, que en sánscrito significa,
precisamente, "unido con el Ser Primordial", como ya hemos dicho.
Este camino y concepción deberán partir del supuesto de que el "yo" es una caída, que la
personalidad es un "pecado", que hay que corregir, redimir. Y hasta cierto punto tendrían razón,
en el sentido de que el "yo" y la individualidad nacen como algo único en todo el Universo, y,
quizás, en todos los Universos; algo impensado, jamás soñado y que ha sido hecho posible por
la encarnación de una Divinidad, de un Ser de espíritu puro, en el mundo de la carne, corrupto
por el Demiurgo.
163. Habrán derrotado la estrategia del Demiurgo, redimiendo y transfigurando solidariamente
a la Naturaleza, a los Aiones, en especial a Saturno-Satanás, destruyendo a Jehová-Jahvé,
disolviéndolo en su Nada.
164. La mayor parte del mundo se halla hoy perdida en una animalidad sin retorno. Y la verdad
es que al Avatara esto no le preocupa ya. El número de los héroes que se fueran con El han
dado casi cumplimiento al Destino, Ellos ya no están aquí, se salieron. Sólo los pocos
prisioneros que aún puedan liberarse importan.
165. El sexo es la corrupción de Kundalini, la punta visible de su Iceberg, arma poderosa del
Demiurgo. Obliga a algunas yoginis tántricas a la actualización de su cognocimiento, con el
deseo de poseer su poder y alcanzar la sublimación de su cuerpo por ese Fuego, al cruzar por
sus llamas, atravesando por su hoguera transmutante. Aceptan su karma. Esa herencia
genética particular de su cuerpo, o predestinación biológica que las impulsa a perder la
virginidad física, debiendo cognocer el orgasmo físico, para no perderse en la prosecución de
su Destino de Sacerdotisas del Sol Negro y de la Religión de A-Mor.
Deberán, por ello, ser despertadas a la vida del sexo físico y del placer orgásmico, únicamente
por su A-Mado. O en su defecto, o ausencia, por el Inca en Machu Picchu, por el Hierofante, o
por el Maestro. Mas, nunca sin A-Mor. Para luego cicatrizar la herida, pudiendo retornar en un
esfuerzo supremo a la castidad, a la virginidad mágica, que no ha sido perdida, alcanzando un
estado orgásmico continuo, de tipo sobrenatural.
Es éste el Camino Húmedo del cognocer femenino, el Camino de las Lágrimas y de la Mano
Izquierda de la Iniciación Tántrica. Sólo para algunas Sacerdotisas-Magas de la Orden Negra.
Pero también existe el Camino Seco, de la Mano Derecha, de las Walkirias que no requieren
del paso doloroso del despertar y cognocer del sexo físico ni de sus alteraciones profundas, de
sus fuegos y tormentos. Esas mujeres divinas llegan aquí por un muy corto tiempo, como
liberadas de antemano, de regreso, debiendo alcanzar por otros medios, aun cuando siempre
por A-Mor, ese estado de orgasmo continuo y permanente del alma, más allá del orgasmo
físico, que nada deja.
166. Tampoco el cristianismo judío cree realmente en supervivencia de ninguna clase, aunque
diga y predique lo contrario, afirmando una absurda inmortalidad del alma para todos (como si
todos tuvieran un alma). El cristianismo es la más malvada de todas las religiones conocidas,
realizando su ansia desmesurada de poder material por medio de la hipocresía y el engaño,
siendo sus dignatarios los verdaderos "fariseos", en el más estricto sentido que ellos han dado
a este vocablo.
La inmortalidad no es democrática ni colectiva. Sólo pueden alcanzarla conscientemente los de
origen divino, en un Combate aristocrático, en una Guerra muy dura y en la que muy pocos
vencen.
167. La yoga tántrica es un camino surcado por peligros mortales, por el filo de una espada. El
Sadahka y su Yogini deberían practicar el Maithuna una sola vez y tras larga preparación
"idealizante". Luego se alejarán, separados y unidos para siempre, como Hombre y Mujer
Absolutos. Mago y Maga. Existen dos caminos tántricos, el de la Mano Derecha y el de la Mano
Izquierda: Dakshinadhara y Vamagara. Ambos llevan al mismo fin, aun cuando el segundo
podría personalizar mayormente, más luciferinamente, por los mayores dolores y combates, por
los peligros mortales a que expone al oficiante, o iniciado Kaula. Equivalen estas disciplinas a
los caminos "Seco" y "Húmedo" de la Alquimia.
168. El héroe re-nacido se ha hecho inmortal con un cuerpo glorioso, de Vajra, de materia
indestructible.
170. Mas, antes de la separación deberá cumplirse un último ritual de esta maravillosa
Iniciación: el Intercambio de Corazones. Significa dar un Rostro al alma, porque el rostro de la
amada queda grabado en el shakra Anahatha, del Corazón. Se lleva a cabo por un beso
profundo, intenso, en que Ella espira (y expira) dentro de El (muere místicamente en El) y El en
Ella.
171. Es en la lucidez suprema del Maithuna, o del Asag, en el orgasmo interior, extático, en ese
estado orgásmico permanente, continuo, de todo el ser, en la Implosión que viene a significar la
reabsorción, la reversión hacia dentro de Bundi, de la eyaculación seminal depositándose en el
mar de la propia sangre, donde se alcanza el éxtasis supremamente lúcido, la super-conciencia
del Kaivalia, que nada tiene que ver con el sueño del Nirvana, con la pérdida del Samadhi, ni
con la inmersión en el Inconsciente Colectivo, ni con el cambio del centro de la individualidad
hacia un punto equidistante entre la conciencia y lo inconsciente, que sería el Selbst de Jung.
Es el Kaivalia, algo diferente, es el éxtasis tántrico, un estado máximo del Yo, refortalecido por
el fuego y la luz radiante del Purusha, que ha venido a cruzar de parte a parte, derrotando al
Arquetipo, incapaz ahora de disolver el Yo del Héroe, vencedor del Maithuna y del Asag,
transmutado en Dios consciente de Sí Mismo, individuado, personalizado, con el Rostro de la
A-Mada, además del Suyo propio.
173. Quien logró salirse de la Prisión demiúrgica, venciendo, se halla en el Nirvana, en Sunya,
algo semejante al Vacío, pero que en verdad es el Yo Absoluto. Todos los conceptos del
budismo han sido traspolados y falseados. Como hemos dicho, Buda fue un guerrero de la
casta Shastriya, de los príncipes, y en nada parecido al santón pacifista y antirracista en que la
India vedantina y dravidia, la India mestiza, lo ha transformado, al paso de los milenios. Si el
Liberado vuelve, es un Avatara. Lo hace a voluntad, para ayudar a los camaradas que aún
permanecen prisioneros, los de su misma estirpe, que han sido envueltos por las redes de la
Maya demiúrgica.
176. He aquí algo diabólico, espantoso, una involución que ya parece imposible de poder
detener. Estudiando las abejas, las hormigas, en especial la vida—si así se pudiera llamar— de
las termitas, nos espantamos pensando dónde podría llegar el hombre, los animales-hombres,
y junto con ellos los Viras prisioneros, los Dioses involucionados. Allí se acabó toda
individualidad y hasta la inteligencia y libertad personales. Sólo hay trabajo continuo,
reproducción y muerte. Sacrificio obligado y miseria de muchos para la infelicidad de todos. Al
final, alimento del Demiurgo. Mas, ¿habrá sido siempre así en las termitas? Se presiente
también allí como una inteligencia inicial, que alguna vez fue, como un primer impulso que
planificó esa organización perfecta, tal vez de un solo individuo, o de una élite, que luego
desapareciera, perdurando nada más que el automatismo. Es posible que las termitas, las
hormigas, las abejas, en muchos millones de años, en otros Manvantaras, hayan sido también
Dioses, seres divinos, hechos prisioneros por el Demiurgo, involucionando en lo que
actualmente son.
177. El Demiurgo no podrá impedir la Resurrección del Héroe, pues carece de fuerza y
capacidad en contra del Espíritu.
178. El Héroe tendrá que marchar por el filo de la navaja, venciendo al sexo físico y
sobrepasando al pensamiento racionalista, antes de poder alcanzar el Continente sumergido de
la Atlántida, la Hiperbórea recuperada, descubriendo las entradas a la Tierra Hueca, interior, en
los Oasis de la Antartica, o en el Monte Melimoyu. Tendrá que resucitar el cerebro antiguo para
reencontrar el conocimiento de las Runas y el Poder Odil, que lo llevarán al triunfo y a la
Resurrección, mutándose en Hombre-Absoluto.
179. Un gran Jefe Guerrero, el depositario de la tradición, del Espíritu de una comunidad de
sangre. Pero Manú es una Divinidad que vuelve al reiniciarse un nuevo Ciclo de la
Manifestación, a encarnarse otra vez en el hombre. Viene como Legislador y Padre de una
Raza-Raíz. (De allí el "Código de Leyes de Manú"). Y es un hombre, una Divinidad hecha
hombre; es el hombre que vuelve, "que vendrá" después de la catástrofe, del Crepúsculo de los
Dioses y los Héroes, en el Eterno Retorno. El Avatara ha cerrado un Ciclo, un Gran Ciclo, en
este caso; Manú viene a abrir un nuevo Manvantara. Y entrega sus Leyes. Nosotros, los que
hemos luchado junto al Ultimo Avatara, debemos ahora combatir hasta el final por el Hombre
que Vendrá, que retornará algún día, por Manú, para que la esperanza de derrotar
definitivamente al Demiurgo no se pierda, dando fin al Eterno Retorno. Será, así, una nueva
posibilidad, un nuevo Ciclo recurrente de la Lucha, cuando otra vez un Dios desciende (un
Divya, Wotan) para dividirse en toda una tribu, en una raza, en un ejército, tras haber roto su
Huevo primigenio.
180. Nuestra Lucha es en más de un plano, como lo fuera la de los Dioses, nuestros ancestros,
que llegaron aquí a combatir. Es simultánea, solidaria, "sincronística". Porque nosotros somos
esos Dioses que descendieron al pesado y tenebroso mundo del Demiurgo, para tratar de
arrebatárselo. Seguiremos sus ejemplos, aun cuando veamos oscurecerse cada vez más el
horizonte.
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