Anexo I Secuencia La Lotería
Anexo I Secuencia La Lotería
Anexo I Secuencia La Lotería
Síntesis de la secuencia
Se trata de una secuencia que consta de varias etapas de trabajo. La duración prevista es
aproximadamente de doce clases y se sugieren para el primer bimestre de primer grado. Está organizada
alrededor de un juego de lotería convencional con los números del 1 al 90.
En una primera etapa se proponen una o dos clases en las que se trata de favorecer la circulación de
estrategias para localizar y controlar en los cartones los números cantados. Estas estrategias en términos de los
alumnos son llamadas “pistas”. En esta parte el juego es colectivo y los alumnos, organizados por parejas,
marcan en su cartón los números cantados.
En una segunda etapa los niños - también en parejas - deberán rotativamente “cantar” los números. El
objetivo es propiciar la circulación de estrategias para la interpretación, en términos de los alumnos: “dar pistas
para saber cómo se llama un número”. Entre las estrategias que se harán circular se priorizan las ligadas a la
utilización de los nudos (números “redondos”). Los niños, apoyándose en las relaciones entre la serie oral y la
escritura de los números, podrán, a partir de información dada por el docente y por sus pares, reconstruir los
nombres de los números.
En la tercera etapa se intenta generar condiciones más propicias para hacer circular los
conocimientos sobre interpretación y localización de números en aquellos niños que están menos avanzados.
Una de las condiciones que lo favorecen es el trabajo en grupos reducidos. Mientras, el resto de la clase,
continúa en las dos etapas anteriores o realizando otra actividad. En esta etapa se propiciará el análisis y la
circulación de “pistas”para saber cómo ubicar el número cantado en el cartón (primera etapa) y de “pistas” para
saber cómo cantar un número (segunda etapa). El trabajo en grupos reducidos y entre niños de niveles
próximos favorecerá el intercambio y la apropiación de estrategias nuevas. Posteriormente se vuelve a las dos
anteriores con la finalidad de que estos niños tengan oportunidad de utilizar, en la clase colectiva, aquello que
han podido aprender en las clases de grupos reducidos.
Luego, en la cuarta etapa, se propone la construcción de grillas para controlar qué números ya han
sido cantados. El objetivo es que los niños puedan producir y hacer circular estrategias para localizar en las
grillas los números a partir de analizar regularidades entre los mismos. Se propone inicialmente que escriban
algunos números del 1 al 90 en una grilla rectangular. Esta actividad tendrá diferentes fases. La primera será
una instancia grupal en la cual se explicitarán diferentes estrategias y relaciones que se pueden utilizar para
saber en qué casillero escribirlos. En la segunda y tercera fase se reutilizan las estrategias para completar la
grilla.
En la quinta etapa se organizan nuevas instancias de juegos de lotería, pero esta vez en grupos
pequeños. La intención es que los niños reutilicen lo aprendido en las primeras etapas y usen las grillas para
control de los números.
En una sexta etapa - nuevamente en grupos reducidos – se abordan los problemas de interpretación y
ubicación con los niños menos avanzados. Es similar a la tercera etapa, pero sobre las conocimientos de la
cuarta y la quinta.
Finalmente la séptima etapa es un espacio de sistematización de los nuevos conocimientos que han
producido.
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Este esquema se ha tomado de la Propuesta didáctica para primer grado elaborada por Cinthia Kuperman y
Claudia Broitman. Estas autoras han reformulado una secuencia producida originalmente en el grupo de
Investigación sobre Enseñanza del Sistema de Numeración, dirigido por Delia Lerner en la FFyL de la UBA y
que integra la programación UBACYT:
PRIMERA ETAPA2: “pistas para saber cómo localizar un número”
En esta etapa se organizarán las clases en torno al juego de la lotería de manera colectiva: cada pareja tendrá
un cartón. Se sugiere que los niños que integren las parejas tengan conocimientos numéricos próximos para
favorecer el intercambio de los mismos.
En primera instancia es el maestro quien canta de a uno por vez algunos números que saca. No muestra las
bolillas. La intención de no mostrar el número apunta a enfrentar a los niños al problema de interpretar
(identificar) a partir del número “escuchado” a cuál número escrito corresponde dicho nombre. Recién mostrará
la bolilla y escribirá el número en el pizarrón luego del intercambio que se generó. Se dice a los niños que
busquen por parejas en sus cartones los números cantados
En este conjunto de clases se apunta a que los niños tengan la oportunidad de interpretar los números que
salen en las bolillas, además de que también pueden seguir ubicándolos en el cartón – como en las clases
anteriores. se propondrá la lectura de las bolillas por turno. Al igual que ha sido propuesto en la primera etapa,
se sugiere que las parejas se compongan por niños de niveles próximos ya que permite poner en consideración
saberes diferentes y exige a la vez ponerse de acuerdo, establecer criterios para poder interpretar el número.
Es importante comunicar a los niños una restricción del juego: no podrán decirse las cifras al cantar el
número. Esta restricción apunta a que los niños no puedan cantar sin decir el nombre del número.
Cuando la pareja saca una bolilla debe disponer de un tiempo para ponerse de acuerdo sobre cuál es
el número en cuestión. Mientras, se puede sugerir al resto de la clase que vaya mirando los números de su
cartón para anticiparse a saber que números tienen por si alguno de esos es cantado.
Es conveniente que la misma pareja luego del trabajo realizado sobre el proceso de interpretación de la
primera bolilla, tenga la oportunidad de sacar otra bolilla para poder reutilizar aquellos conocimientos que han
circulado a propósito de la anterior.
Es interesante reparar en las posibles discusiones que suscite la variedad de interpretaciones que
puedan ponerse en evidencia. Se sugiere que las primeras parejas que pasen no estén conformadas por niños
que ya tienen un dominio de la interpretación de los números en cuestión para que se pueda promover
discusiones y que circulen conocimientos. A partir de la segunda o tercera pareja, cuando ya se ha instalado
que el debate en torno a la interpretación es “parte del juego”, se podrán intercalar niños cuyos conocimientos
sean más avanzados y que avance el tiempo del juego.
Mientras la mayor parte de la clase continúa entre la primera y segunda etapa, grupos reducidos de hasta
cinco niños fuera de la clase irán realizando el trabajo que se propone en la tercera etapa.
TERCERA ETAPA: trabajo en grupos reducidos en torno a los problemas de las dos primeras
etapas.
La finalidad de esta etapa será ofrecer a los niños menos avanzados en la interpretación de números la
oportunidad de encontrar mejores estrategias para poder hacerlo. La idea es encontrar otro espacio y
condiciones para esta clase de trabajo. Pueden ser grupos rotativos.
Para ello se necesitarán las bolillas y las pistas que se hayan confeccionado en clase hasta el momento a
modo de referencia, también portadores que se han utilizando habitualmente. Si hubiera un portador que no fue
utilizado mucho hasta ese momento puede el maestro llevarlo y proponer su uso.
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Como momento inicial es conveniente que los alumnos se familiaricen con el juego de la lotería. Para ello será necesario
presentar las reglas y los materiales necesarios (cartones, bolillas y porotos o similar). Entre las reglas se aclarará cómo se
forma una línea y cuando se hace “bingo”. Entre los materiales es importante incluir gran variedad de portadores numéricos
que deberían constituirse progresivamente en fuente de consulta. (Se designa con el nombre de portador a cualquier objeto
cultural que presente números escritos o impresos en forma ordenada para fines sociales determinados, que pueda funcionar
en el ámbito del aula como fuente de información sobre aspectos específicos de los números y del sistema de numeración.
Ejemplos de portadores son el almanaque, la cinta métrica, las grillas numéricas de los juegos, la numeración de las páginas
de libros, guías telefónicas, etc.)
En esta parte cada niño saca por turno una bolilla e intenta interpretarla. Los demás deben estar
atentos para dar su opinión o bien dar pistas para ayudar a la interpretación. Cuando los niños sacan una bolilla
es necesario anunciar a los demás que se “dará tiempo para pensar”, el maestro puede escribir el número que
salió en una hoja para que los demás interpreten ese número y emitan opiniones al escuchar cómo lo nombra el
compañero.
Posiblemente en clases anteriores hayan circulado estrategias - , como contar desde uno, el uso de
algunos portadores-. Será necesario en estos momentos retomarlas. Se podrán ajustar las pistas e incorporar
nuevas que será interesante, en otro momento, comunicarlas al resto de la clase.
Otra cuestión interesante a abordar en estos encuentros, será una “preparación” para las clases
siguientes, de tal modo que estos niños con anterioridad al resto de la clase, conozcan por ejemplo la grilla de
control o discutan algunas regularidades de la misma3.
Será interesante que los niños que han trabajado en esta etapa, puedan reutilizar lo aprendido en nuevas clases
de la segunda etapa.
En esta etapa los niños no jugarán a la lotería sino que elaboran una grilla como la que se utiliza
habitualmente para control en los juegos convencionales. La grilla se incorpora al juego de modo que cuando
sale un número, los alumnos deben escribirlo en dicha grilla que originalmente está vacía. El problema apunta a
que los alumnos avancen en el estudio de las regularidades de los números del 1 al 90 apoyándose en las
características de la grilla. La organización rectangular de la misma y la ubicación de los nudos a la izquierda en
la primera columna favorece el análisis en términos de las semejanzas en las escrituras numéricas de los nudos
y de los números de una fila que corresponden a la misma decena. Otra regularidad que se ve favorecida por la
disposición de los números en columnas es que ayuda a establecer comparaciones entre las escrituras de los
diferentes números que tienen las mismas unidades.
El docente les cuenta a los alumnos que en los juegos de lotería se usa una grilla con los números
ordenados cuya función es controlar qué números ya han salido. Para ello, a medida que van saliendo se
anotan en la grilla. Muestra la grilla vacía colgada en el pizarrón y comenta que la irán completando. El maestro
dará la información sobre cuál es el número más grande y cuál el más chico en la lotería y los ubica en la grilla.
El maestro propone ubicar diferentes números. Se les explica a los alumnos que todos los números
serán anotados con lápiz negro ya que es muy probable que haya diferentes propuestas y que tengan que
discutir un poco hasta llegar a establecer la ubicación de algunos números. El maestro propone un número, lo
anota en el pizarrón y da un tiempo para que los niños piensen dónde ubicarlo. Repite esta situación dos o tres
veces. A medida que los niños proponen dónde lo ubicarían, el maestro los anota en la grilla que está en el
pizarrón. Después de dos o tres números – cuyo rango irá decidiendo, pero que en principio podrían ser un
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Se sugiere que haya proximidad entre esta etapa y la siguiente para que los niños puedan verdaderamente
reutilizar lo aprendido en la cuarta etapa.
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En el caso en que en el aula se haya utilizado como portador una grilla de números, a partir de esta etapa no
debería estar presente.
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En esta fase será necesario disponer de una grilla rectangular realizada en cartulina o papel afiche con cien
casilleros. Es importante que el primer casillero esté vacío o tapado con una cruz de tal manera que queden los
nudos a partir de la segunda fila, en la primera columna. Cuando el maestro ubica el noventa, tacha los
siguientes reiterando que es el mayor posible.
número de un dígito, otro de la segunda decena y otro de la tercera-, abre la discusión sobre las ubicaciones de
los números y las estrategias utilizadas por los niños.
Este proceso se repite para nuevos números. Por ejemplo, 5, 16, 20; 30; 32, 35, etc. Se trata de que
haya algunos muy pequeños que permitan que se utilice el conteo para su localización (tales como 5 y 16) .
Otros serán nudos, de tal manera que sean útiles para los siguientes (tales como 20 y 30) y números que
podrán ubicarse a partir de los anteriores (por ejemplo 32 y 35 contando desde el 30). El maestro pedirá
justificaciones después de haber ubicado cada número, por ejemplo: “¿por qué creen que va ahí?, ¿todos están
de acuerdo?”
Luego de que los niños han ubicado cinco o seis números y discutido sobre las estrategias posibles,
propone registrarlas, por ejemplo:
- “contar desde 1”,
- “contar desde otro número que ya salió”,
- “escribir en la primera columna 10, 20, 30, 40, etc.y luego usarlos para contar desde allí,
- etc.
Luego propondrá ubicar grupos de dos o tres números cercanos o relacionados entre sí por alguna de
sus cifras, por ejemplo 15,16 y 17; o 22, 32 y 42 o bien 45, 55 y 57. Los escribe en el pizarrón diciendo cuáles
son o proponiendo que algún alumno los lea y luego de que los niños los ubicaron organiza el trabajo colectivo
de discusión.
❑ Segunda Fase: trabajo con las grillas pequeñas (una por niño).
En esta fase las grillas son individuales y se les propondrá a los alumnos que trabajen en parejas
ayudándose y discutiendo estrategias y ubicaciones.
En primer lugar será necesario evocar conjuntamente las estrategias utilizadas en clases anteriores para
ubicar los números en la grilla grande. Luego, se propondrá completar una grilla individual y pequeña en las que
ya están escritos los números 1 y 90. Se les dice a los alumnos que primero deberán copiar los números
escritos en la grilla colectiva. Esta actividad de copiado es un problema para los alumnos pues deberán
controlar que se trata de la misma posición en ambas grillas. Posteriormente se discutirá acerca de cómo darse
cuenta “si se copiaron bien”, permitiendo la aparición y reutilización de ciertas relaciones entre los números tales
como el rol de los nudos, el números con cual empiezan, el número con el que terminan, etc.
Cuando los niños han finalizado la tarea de copiar los números aparecidos ya para la grilla grande, el
docente anuncia que va a cantar tres nuevos números que no han sido ubicados aún y los va a escribir en el
pizarrón. Cada pareja decidirá donde lo tiene que poner. Finalmente se tratará de organizar un espacio colectivo
de debate y circulación de estrategias de localización priorizando aquellas que permiten ir progresivamente
abandonando el conteo desde uno e incorporando relaciones entre los números.
Los números para ubicar nuevamente combinan pequeños, nudos y números vinculados entre sí. Por
ejemplo: 5, 8 y 10; 20, 30 y 50; 22, 24 y 26; o bien 34, 44 y 54, etc.
Luego de que los niños han ubicado varios números se establecerán acuerdos acerca de la validez de
la ubicación y de las estrategias usadas antes de confrontar con otros.
En esta fase los alumnos reutilizando los conocimientos de las fases anteriores completan la grilla. El
maestro interviene favoreciendo la circulación de las estrategias y de las relaciones numéricas puestas en
juego.
SEXTA ETAPA: trabajo en grupos reducidos en torno a los problemas de la cuarta y quinta etapas.
La finalidad de esta etapa será ofrecer a los niños menos avanzados en la localización de números la
oportunidad de encontrar mejores estrategias para poder hacerlo. Pueden ser grupos rotativos de hasta seis
niños. Se necesitarán las bolillas, las grillas individuales y el cartel realizado en la etapa anterior.
Cada niño saca por turno una bolilla e intenta interpretarla. Luego todos marcan el número en sus grillas. Se
dará tiempo para pensar dónde va el número. Se podrán ajustar las estrategias de localización e incorporar
nuevas que será interesante, en otro momento, comunicarlas al resto de la clase.
Cuando el docente considera que todos los niños han avanzado en la interpretación y en la localización de
números, propone un momento de trabajo de revisión y sistematización de lo aprendido. Para ello lee los
carteles de las diferentes etapas con las pistas y con los consejos para ubicar números en la grilla para ayudar a
recordar lo aprendido. A partir de los registros anteriores se confecciona colectivamente un nuevo cartel con
los conocimientos relativos a los números que han circulado a lo largo de este juego.