DIABETES

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DIABETES.

Criterios para el diagnóstico de la diabetes.

La DBT puede ser diagnosticada por tres métodos distintos, cualquiera de los cuales debe ser
confirmado en un día diferente a menos que la hiperglicemia sea inequívoca y se acompañe de
descompensación metabólica.

Los criterios para el diagnóstico de DBT en los adultos (con exclusión de las mujeres
embarazadas) son los siguientes:

1. Presencia de síntomas clínicos como poliuria, polidipsia y pérdida de peso inexplicable


acompañados de una elevación de la glucemia basal o superior a 200 mg/dl. En este
caso no se requiere que la glucemia sea obtenida en ayunas.
2. Aumento de la glucemia en ayunas con un valor igual o superior a 126 mg/dl.
3. Glicemia igual o superior a 200 mg/dl luego de 2 horas, de una carga oral con 75 g de
glucosa disuelta en agua (PTOG a las 2 horas).

En los niños, la DBT se manifiesta casi exclusivamente como del tipo 1 o insulinodependiente.
El diagnóstico de DBT en los niños se puede realizar mediante el primer criterio o mediante un
aumento de la glicemia en ayunas en más de una ocasión con un valor mayor o igual a 140
mg/dl y dos PTOG con por lo menos 2 valores por encima de 200 mg/dl. La presencia de
micosis oral en un niño mayor o micosis genital (balanopostitis o vulvovaginitis) en un
prepúber, debe hacer pensar en la DBT. Si se piensa en el diagnóstico deben solicitarse los
exámenes de laboratorio (glicemia, glucosuria y cetonuria) el mismo día dado que en
ocasiones los niños pueden volver cuando están con cetoacidosis o coma diabético.

Existen 2 categorías de sujetos que no cumplen con los criterios para el diagnóstico de la DBT
pero cuyos valores tampoco deben ser considerados normales.

 Pacientes con glicemia en ayunas mayor o igual a 110 mg/dl y menor a 126 mg/dl se
les asignó el nombre de “pacientes con glicemia en ayunas alterada”.
 Pacientes con glicemia mayor o igual a 140 mg/dl y menor a 200 mg/dl luego de 2
horas de una carga oral de 75 g de glucosa (PTOG a las 2 horas) sin olvidar que la
glicemia en ayunas es inferior de 126 mg/dl, se les asignó el nombre de “pacientes con
tolerancia a la glucosa disminuida”.

En conclusión:

 Glicemia inferior a 110 mg/dl normal


110 -126 mg/dl glicemia en ayunas alterada
Superior a 126 mg/dl se debe considerar el diagnóstico de DBT, que debe ser
confirmado con otro dosaje.

 PTOG a las 2 horas inferior a 140 mg/dl es normal


140 – 200 mg/dl tolerancia a la glucosa disminuida
Superior a 200 mg/dl diagnóstico provisional de DBT que
debe ser confirmado con otro dosaje.

La glicemia en ayunas alterada y la tolerancia a la glucosa disminuida no son entidades clínicas


per se sino factores de riesgo de DBT futura y, probablemente, de enfermedad cardiovascular.

EPIDEMIOLOGÍA.

La prevalencia de DBT es del 5 al 10%, es mayor entre los 60 y 70 años. El 90% de los DBT son
tipo 2 o no insulinodependientes y el 10% son tipo 1 o insulinodependiente.

El aumento de la mobimortalidad de los DBT se debe a las enfermedades cardiovascular y


renal. Dentro de éstas se incluyen la enfermedad coronaria, la vasculopatía periférica y la
nefropatía. La DBT duplica el riesgo de infarto agudo de miocardio, anula la protección
femenina de padecer IAM antes de la menopausia y provoca un riesgo 30 veces mayor de
desarrollar vasculopatía periférica.

Los DBT tienen una incidencia de ACV y patología coronaria 2 a 6 veces superior a la del resto
de la población y la mortalidad por causa cardiovascular es 5 veces mayor en los DBT
comparada con los no DBT. El 45 % de los DBT tiene arterioesclerosis obliterante al cabo de 20
años de evolución y son frecuentes las amputaciones secundarias a úlceras y gangrena.

Factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad. Son los siguientes:

Antecedentes familiares
Alteraciones bioquímicas
Obesidad
Resistencia a la insulina en personas normales
Secreción de insulina disminuida en personas con alteración de la tolerancia a la
glucosa
Hiperlipidemias
HTA
Patología vascular periférica
Fármacos y tóxicos
Hiperuricemia
Factores ambientales y socioeconómicos
Sedentarismo
DBT gestacional.

PRESENTACIÓN CLÍNICA.

Los síntomas de hiperglicemia incluyen poliuria, polidipsia, pérdida de peso, a veces con
polifagia, visión borrosa, retraso en el crecimiento y mayor susceptibilidad a las infecciones.
Sin embargo, la mayoría de los pacientes DBT tipo 2 cursan en forma asintomática durante
gran parte del tiempo. El diagnóstico se realiza como consecuencia del hallazgo de valores
anormales de glicemia, debidos al daño secundario a la hiperglicemia crónica o, con menor
frecuencia, ante la aparición de cuadros graves de descompensación como el coma cetósico
hiperosmolar que pueden amenazar la vida del paciente. En el DBT tipo 1, los síntomas son los
habituales e incluso pueden comenzar con cetoacidosis DBT.

La hiperglicemia crónica de la DBT se asocia con un daño de largo plazo cuya manifestación
consiste en la disfunción y la falla de varios órganos, especialmente los ojos, los riñones, los
nervios, el corazón y los vasos sanguíneos. Las complicaciones de largo plazo incluyen la
retinopatía con riesgo de pérdida de la visión, la nefropatía con posibilidad de insuficiencia
renal crónica, la neuropatía periférica con riesgo de úlceras de los pies y amputaciones y la
neuropatía autonómica que puede causar disfunción sexual y síntomas cardiovasculares,
urinarios y gastrointestinales. Además, en estos pacientes son habituales las asociaciones con
HTA, alteraciones e las lipoproteínas, enfermedad periodontal y complicaciones por
arterioesclerosis como ACV, enfermedad arterial periférica y EC.

TRATAMIENTO.

Los objetivos del tratamiento consisten en :

 Normalización del metabolismo de los carbihidratos


 Prevención de las complicaciones multisistémicas agudas y crónicas de la hiperglicemia
 Reducción de la mortalidad por DBT
 Mantener una adecuada calidad de vida.

Se recomienda una mayor laxitud en algunos ancianos en quienes la expectativa de


complicaciones microvasculres es menor y el riesgo de hipoglicemias mayor o en aquellos en
quienes otra enfermedad condiciona el pronóstico. Es decir, hay que individualizar la meta del
tratamiento teniendo en cuenta la motivación y la capacidad del paciente, sus deseos y sus
características.

Prevención de patología cardiovascular. Se recomienda lograr el control y tratamiento de la


hipercolesterolemia y de la HTA, suspender el tabaquismo y reducir el peso. En pacientes con
DBT con enfermedad macrovascular evidente u otros factores de riesgo coronario, debe
indicarse aspirina a bajas dosis.

Prevención de la nefropatía diabética. Con el objeto de rastrear la nefropatía diabética se


recomienda realizar un examen completo de orina en oportunidad del diagnóstico y luego
repetirlo anualmente en los pacientes con DBT tipo 2 y después de la pubertad y de los 5 años
del comienzo de la enfermedad en los DBT tipo 1.

También un control estricto de la glicemia. Otro punto importante consiste en el control de


HTA. Restricción de la ingesta de proteínas en la dieta.
El paciente con DBT debe saber que es posible que el control adecuado de la glicemia
prevenga un daño mayor por nefropatía y que la HTA y la ingesta excesiva de proteínas
agravan el daño. También debe conocer los signos de infección urinaria, consultar al médico si
aparecen y conocer el tratamiento de la enfermedad renal terminal (diálisis-trasplante). Es
importante educarlo para que evite las drogas potencialmente nefrotóxicas como los AINES.

Prevención de la retinopatía diabética. Se recomienda la realización de oftalmoscopia con


dilatación a cargo de especialista. En los DBT tipo 1 debe indicarse anualmente después de los
5 años del comienzo de la enfermedad y no antes de la pubertad. En el caso de los DBT tipo 2,
la oftalmoscopia debe realizarse en el momento del diagnóstico y después, una vez al año.

La proteinuria y la HTA son factores asociados con la retinopatía, como así también la
presencia de hiperlipemia.

Otras complicaciones oculares de la DBT consisten en la aparición de cataratas y de glaucoma.


El paciente debe conocer el riesgo de pérdida total o parcial de la visión y consultar ante
cualquier síntoma relacionado. Debe conocer la necesidad de realizar controles oftalmológicos
anuales y los factores agravantes de la retinopatía, que consisten en la realización de ciertos
ejercicios físicos como el levantamiento de pesas con los miembros superiores, el embarazo, la
HTA y la proteinuria.

Prevención de la neuropatía diabética. Esto condiciona una disminución de la sensibilidad y


secundariamente, un traumatismo silente de los pies que predispone a úlceras plantares
neuropáticas o deformidades y amputaciones.

Se recomienda el rastreo de la neuropatía mediante el examen físico de los pies en cada visita.
Se deban buscar callos plantares, pérdida del reflejo del tendón de Aquiles y disminuci´çon de
la sensibilidad vibratoria con el diapasón.

Para evitar las lesiones en los pies se recomienda explicar cómo realizar el cuidado de sus pies.

Actividad física, educación y dieta. Junto con el tratamiento farmacológico son los pilares
fundamentales del tratamiento de la DBT.

Actividad física: mejora la sensibilidad periférica a la insulina, mejora la tolerancia a la glucosa


en algunos individuos, se suma a la dieta para promover la pérdida de peso y para mantenerlo,
disminuye los factores de riesgo coronarios, puede disminuir la dosis de insulina y de
medicación oral, aumenta la capacidad de trabajo, enriquece la calidad de vida y mejora la
autopercepción de salud y bienestar.

Educación: el apciente debe estar alerta a signos de hipoglicemia durante y después de la


actividad física, tener siempre caramelos a mano para utilizarlos en caso de hipoglicemia y
evitar la deshidratación mediante la ingestión de líquidos cuando realiza ejercicios intensos o
hace calor. Es importante considerar la actividad física del paciente DBT como un arma
fundamental en la prevención y tratamiento inicial y a largo plazo de la DBT, e indicarla como
si se prescribiese una medicación. No debe tomarse al tratamiento de la DBT como una
restricción sino como un cambio en los hábitos de vida que consiste en pasar de una vida
sedentaria a la incorporación de la actividad física como práctica sistemática y de la ingesta de
alimentos ricos en grasas y calorías a la adecuación de la cantidad de calorías según el peso
con la elección de alimentos más convenientes.

Dieta: no existe una dieta específica para los pacientes con DBT. El objetivo es lograr un peso
adecuado y mantenerlo a largo plazo. La alimentación debe ser balanceada en HC, grasas,
proteínas y fibras. Se recomienda evitar carbohidratos de rápida absorción como los dulces.

Las dietas hipocalóricas y la pérdida de peso aumentan la sensibilidad a la insulina y mejoran la


glicemia a corto y largo plazo. Mediante las pérdidas moderadas de peso, sin tener en cuenta
el peso inicial, se reduce la HTA, la dislipidemia y la hiperglicemia.

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