Actividad 8.
Actividad 8.
Actividad 8.
Señor estudiante llego la segunda actividad, que usted debe desarrollar entre el 24 marzo hasta
el 13 de abril 2020. Recuerde el día 13 abril comenzamos la lectura del 2 libro “50 COSAS QUE
DEBEMOS SABER DE GENETICA”
En una de sus formulaciones actuales más extremas y explícitas (6) se dice que
dado que los individuos tienen derecho a reproducirse (7), y dada la perspectiva de
un "mercado libre de técnicas genéticas y reproductivas", no debería existir
límite a la libertad reproductiva, incluyendo la ingeniería genética perfectiva y la
clonación. Cada individuo tendría derecho a reproducirse por el modo que
quisiera, eligiendo incluso la configuración genética de su descendencia,
plasmando en ello la visión que cada cual tenga sobre la clase de personas que
deben existir.(8)
Sin embargo, para Steinbock, más allá del principio de Feinberg, la paternidad
responsable debería incluir la obligación de asegurar un mínimo bienestar
(incluido el biológico) al niño que va a nacer. Los individuos deberían sopesar sus
intereses procreativos para que no colisionen con los intereses de sus futuros
hijos en cuanto a nacer en unas mínimas condiciones de salud biológica.
¿Tiene el feto el mismo estatuto moral que el niño ya nacido? (14) ¿En qué fase
de su desarrollo? ¿Son los fetos meras "cosas", disponibles por sus padres?
¿Debería respetarse la vida del feto aun a sabiendas de que el niño llevará una
vida incapaz de relación social, llena de dolor para él y la familia? Para algunos
autores, el feto es titular de un derecho firme a la vida sólo si posee la
potencialidad de convertirse en un ser autoconsciente, capaz de
autodeterminación y libre actuación, cosa que no se da en numerosas
enfermedades genéticas.(15)
Si el feto no tuviera un estatuto moral totalmente inviolable, ¿dónde se pone
el "límite de control de calidad"? ¿No estamos aquí incurriendo en una
"pendiente resbaladiza", en la que continuamente se nos van a filtrar juicios de
valor contaminados de prejuicios sobre lo que es la normalidad, y sobre lo que
es una "vida suficientemente digna" como para permitir su nacimiento?
¿Existe un derecho a tener un niño totalmente sano?
Aún más, el Estado podría estar interesado en fomentar al menos ciertos tipos de
selección prenatal sobre la base del ahorro que supondría para el sistema
sanitario evitar el nacimiento de individuos que durante toda su vida van a
demandar un uso intensivo o extensivo de tales recursos. (De hecho los
programas piloto de cribado de portadores sanos y de selección prenatal de la
fibrosis quística se basan en buena parte en tales presupuestos). En un sistema
que busca la racionalización de los recursos sanitarios, y que tiene a mano una
tecnología para evitar el nacimiento de individuos que se aparten de la
normalidad, no será fácil mantener la aceptación de los discapacitados cuando
tenemos medios para asegurarnos de que no existan. (25)
Independientemente de la existencia de programas gubernamentales, en una
sociedad formalmente democrática se podría crear un clima social por el que se
desanimara a las parejas a traer cierto tipo de hijos que se apartaran de ciertos
estándares. Los propugnadores de la autonomía de opciones reproductivas suelen
olvidarse del hecho de que las opciones se toman en contextos sociales
concretos, p. ej. "bombardeo publicitario" y clima mediático favorable a ciertas
opciones y estigmatizador de otras. La autonomía indiscriminada de los
individuos, no contrarrestada con otros valores éticos y sociales no garantiza la
moralidad de las acciones ni el nivel ético y de justicia de la sociedad. (26)
Los estudios sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) han revelado cómo la
polisemia de los conceptos de salud y enfermedad, y cómo su significado cambia
a menudo según el contexto social. La ambigüedad manifiesta de lo que pueda
ser el estándar de normalidad, junto con el olvido de consideraciones éticas y
sociales de primer orden y con las aspiraciones creadas por una eugenesia de la
normalidad podría dejar allanado el camino a la intervención de fuerzas
ideológicas. El grupo que tenga el poder de definir la normalidad o excelencia
humana podría intentar imponer de alguna manera sus conceptos. (29)
Pero, por otro lado, si se proclama que el feto, al menos a partir de algún
momento del desarrollo, tiene estatuto moral significativo, ¿estamos abocados a
protegerlo a toda costa, cualquiera que sean sus perspectivas patológicas, sobre
todo si entran en colisión con expectativas e intereses de la madre o de la
familia?(31)
Aunque no es el tema central de nuestro debate, diremos que esta técnica aún es experimental, y
que desconocemos si los niños nacidos con ella presentan o no más probabilidad de ciertos
riesgos. Ello plantea un problema ético al que quizá no se le está dedicando la atención que
merece, y es el de la moralidad de realizar auténticos experimentos con "material de verdad" que
se convertirá en personas, que obviamente no pueden dar su consentimiento. Se trata de una
dificultad específica de las tecnologías reproductivas, pero no deja de llamar la atención la
"ligereza" con la que se aplican ciertas técnicas incluso cuando no se han terminado de depurar en
modelos animales. (Por ejemplo, en relación la inyección intracitoplásmica de esperma, ICSI, un
estudio epidemiológico preliminar demostró que los donantes de esperma mostraban diez veces
más incidencia de una alteración cromosómica, que pudieron transmitir a sus hijos: estaríamos
ante un efecto disgenésico de una tecnología reproductiva que está intentando que ciertos
individuos que por naturaleza no pueden procrear, lo hagan. Pero en este caso puede que la
naturaleza tenga buenas razones "eugenésicas" para que en efecto, estos individuos no puedan
transmitir su anomalía a la descendencia).
Con ello llegamos al núcleo duro del debate: lo que se plantea es si la naturaleza
humana, tal como la conocemos, tiene un estatuto moral tal que nos obligue a
respetarla y a no intervenir en ella tecnológicamente. (44) La cuestión sobre la
supuesta sustancialidad y normatividad del sustrato biológico humano está fuera
del alcance de esta charla, (45) pero quizá convenga dejar constancia de las
tremendas dificultades a que se enfrentan los sustancialistas, en constante
peligro de elevar a absolutos axiológicos ciertos rasgos de nuestra especie que
simplemente nos son más familiares por nuestra historia y nuestra experiencia. El
riesgo de circularidad argumentativa y petición de principio sólo se puede
romper recurriendo a criterios independientes de los hechos naturales que a su
vez declaren ciertos rasgos de la constitución biológica como una sustancia
humana normativamente vinculante. Descartando la salida teológica y la
decisionista, quedarían como criterios externos razones de tipo
consecuencialista, plasmadas esencialmente en la metáfora de la "pendiente
resbaladiza". Los criterios consecuencialistas de los sustancialistas ya no recurren
a una supuesta "santidad" de la naturaleza humana, sino que pretenden apuntalar
los fundamentos categóricos y los principios deontológicos bajo la perspectiva de
que ceder ahora un poco nos conduciría a aceptar más tarde lo intolerable. Con
ello, las éticas de la convicción llegan a cierto punto de contacto pragmático con
las éticas de la responsabilidad, más basadas en criterios prudenciales sobre las
consecuencias de las acciones.(46)
Tampoco podemos dejar que este debate quede "secuestrado" por el hecho de
que ciertas ideas eugenésicas se desarrollaran y aplicaran en el pasado en ciertos
contextos históricos (p. ej., nazismo), ni mucho menos por cierta literatura
antiutópica (Un mundo feliz, etc.). Lo que se discute aquí es la moralidad o no
de intervenir mediante ingeniería genética en el sustrato biológico humano, ya
que esta tecnología no tiene por qué estar relacionada con regímenes opresores
ni sociedades coercitivas.(47)
Para John Harris (que sigue en parte las ideas de Ronald Dworkin en el sentido de
que la constitución de EEUU es base suficiente para proteger la libertad de los
individuos en la elección de sus opciones reproductivas) existe un derecho de los
individuos, amparable legalmente, a reproducirse con los genes que cada uno
elija, y con los medios (incluida la clonación) que reflejen nuestra idea de la
clase de personas que deberían venir al mundo, aunque esto suponga pagar el
precio de que tengamos que soportar cierto grado de ofensa social por
contemplar elecciones con las que no estamos de acuerdo. (51) (Esta última parte
de la frase esconde probablemente el punto clave de las discrepancias de otras
propuestas, que precisamente se centran en las "ofensas sociales", ya que esta
expresión aparentemente inocente reserva toda la complejidad de dimensiones
simbólicas y culturales que no se pueden obviar precipitadamente).
Glenn McGee viene realizando desde hace tiempo una serie de penetrantes
estudios sobre los valores simbólicos puestos en juego por una hipotética
ingeniería genética de mejora.(54) En toda crianza y educación de los hijos, los
padres colocan una serie de esperanzas y aspiraciones más o menos implícitas,
que suelen presentar el lado oscuro de crear expectativas y presiones
conscientes e inconscientes en los hijos. El peligro de la ingeniería genética sería
que los padres pretendieran tener el derecho a aspirar de un modo sistemático y
tecnológico al hijo perfecto o al fruto de sus fantasías, coartando de esta forma
su libertad para el autodescubrimiento. Lo malo de la decisión paterna es que
tiende a prefigurar y condicionar la vida del hijo, en base a preferencias y modas
más o menos caprichosas del entorno social y político.
Pero para ello, hay que decidir nada menos que sobre la validez o no de las
normas, valores y derechos enfrentados que se supone que están en juego,
sabiendo que quizá es imposible una vuelta a un sistema absoluto (metafísico) de
valores, y que nos espera una búsqueda sin fin en el descubrimiento y
justificación de valores, ideales de vida, y propuestas de sentido. Y ello contando
con la implicación de toda la Humanidad, en un diálogo continuo que no debería
sino crecer hacia nuevas cotas de justicia.
Por eso el reto es realizar en plastilina las etapas del desarrollo embrionario de
embriología humana. Construir 5 preguntas con respecto a la lectura para que
sean analizadas desde el contexto de la creatividad.