Acción Social Max Weber
Acción Social Max Weber
Acción Social Max Weber
Se entiende por "acción " una conducta humana en la que el individuo, o individuos, que la
producen, la establecen con un sentido subjetivo. Para la sociología la acción social, se
refiere de manera general, al análisis del comportamiento humano en los diferentes medios
sociales. Y Max Weber define la acción social como cualquier tipo de proceder humano
orientado por las acciones de otro, las cuales pueden ser presentes o esperadas como
futuras.
El “ideal tipo” coincide con una «imagen mental obtenida por racionalizaciones de
naturaleza utópica», es decir, sin contenido empírico, que retoma la distinción kantiana
entre el “concepto” [verdad] y lo “real” [realidad]. Se trata así de evitar tanto la confusión
positivista entre verdad y realidad cuanto la dimisión conceptual del puro relativismo
empirista. En sus propias palabras:
«Se obtiene un “ideal tipo” al acentuar unilateralmente uno o varios puntos de vista y
encadenar una multiplicidad de fenómenos aislados –difusos y discretos – que se
encuentran en mayor o menor número y que se ordenan según los precedentes puntos de
vista elegidos unilateralmente para formar un cuadro de pensamiento homogéneo».
Weber crea distintos tipos ideales de acción social, y los relaciona con los tipos de
dominación y de administración del poder.
Hay una selección y elección de medio a fin de modo que el resultado obtenido coincida
con el fin buscado.
Para Weber es el tipo de acción que en el mundo moderno va a reemplazar a todas las
demás.
ACCIÓN TRADICIONAL:
Se la define como una oscura reacción a los estímulos habituales. No hay en ella una
elección de medio a fin, si no que se rige por un patrón costumbrista, o por ciertas normas
consuetudinarias. Se hace algo de la forma en que se ha hecho normalmente. El actor no
se interroga sobre la efectividad del medio. El ejemplo más claro es el de los rituales, que
no determinan una mejor obtención de los fines, sino que simplemente se los practica.
ACCIÓN EMOTIVA:
Es la acción que se orienta por los estados sentimentales y las pasiones de una persona,
amor, odio, venganza, etc. En realidad tanto esta acción como las tradicionales han sido
las típicas en la historia, siendo la racional con arreglo a fines la propia del mundo
moderno. Por debajo de ella, encontraríamos la acción no social. La locura de amor, o el
odio exacerbado pueden convertirse en emoción violenta, o alteración de las facultades
mentales, en las que se pierde el sentido de la acción.
Habermas opina que no hay mente, ni actividad intelectual sin un lenguaje previo. Si todo
ser humano nació en una comunidad lingüística, el lenguaje es, paradójicamente, anterior
al hombre, todo el que quiso decir algo ya tuvo que suponerlo. Habermas admite esta
independencia del lenguaje y elabora su teoría filosófica a partir de lo que él llama los
supuestos universales del habla: aquellos supuestos que debe considerar cualquier
hablante antes de emitir palabra, porque son “mandatos” del lenguaje. Estos supuestos
son ciertos en cualquier lengua, por tanto universales. Un hablante no puede dejar de
pretender, si es que quiere alcanzar un consenso comunicativamente:
2. Verdad para aquello que se dice. Para el contenido de lo que se dice en relación con lo
objetivo (si digo “esta mesa es verde” debe ser verde) o para las condiciones de existencia
de lo que se dice (si digo: “cierra la puerta” se presupone que la puerta estaba abierta).
3. Rectitud para su acto de habla en relación con un contexto normativo. Esto significaría lo
siguiente: todo hablante se atiene a un conjunto de normas aceptadas por todos. Si dice
“usted se calla” es porque debe estar autorizado a decirlo.
Estos cuatro supuestos: inteligibilidad, verdad, rectitud y veracidad, son los que forman la
base de validez del habla. Para Habermas, el uso primario del lenguaje sería el orientar su
empleo al entendimiento.
EL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO
Es una corriente de pensamiento propia de la sociología, la antropología y la psicología,
definida a partir del primer tercio del siglo XX. La premisa elemental es entender a las
personas como seres sociales que viven en interacción con el resto, y ver en los procesos
de interacción el peso relevante en la configuración del significado para el individuo y su
consecuente contribución a su personalidad.
Las personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras
personas a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas,
es decir, a partir de los símbolos. El símbolo permite además trascender el ámbito
del estímulo sensorial y de lo inmediato, ampliar la percepción del entorno,
incrementar la capacidad de resolución de problemas y facilitar la imaginación y la
fantasía.