Este documento resume los conceptos clave de la conducta humana y sus elementos constitutivos para el derecho penal. Explica que la conducta humana puede manifestarse a través de la acción u omisión y que ambas formas pueden constituir delitos. Define la acción como un acto positivo y la omisión como un acto negativo de no hacer algo que se tiene el deber de hacer. Además, destaca que para que haya conducta debe haber voluntad y manifestación externa de esta, y que sólo los hechos humanos voluntarios son jurídicamente relevant
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Este documento resume los conceptos clave de la conducta humana y sus elementos constitutivos para el derecho penal. Explica que la conducta humana puede manifestarse a través de la acción u omisión y que ambas formas pueden constituir delitos. Define la acción como un acto positivo y la omisión como un acto negativo de no hacer algo que se tiene el deber de hacer. Además, destaca que para que haya conducta debe haber voluntad y manifestación externa de esta, y que sólo los hechos humanos voluntarios son jurídicamente relevant
Este documento resume los conceptos clave de la conducta humana y sus elementos constitutivos para el derecho penal. Explica que la conducta humana puede manifestarse a través de la acción u omisión y que ambas formas pueden constituir delitos. Define la acción como un acto positivo y la omisión como un acto negativo de no hacer algo que se tiene el deber de hacer. Además, destaca que para que haya conducta debe haber voluntad y manifestación externa de esta, y que sólo los hechos humanos voluntarios son jurídicamente relevant
Este documento resume los conceptos clave de la conducta humana y sus elementos constitutivos para el derecho penal. Explica que la conducta humana puede manifestarse a través de la acción u omisión y que ambas formas pueden constituir delitos. Define la acción como un acto positivo y la omisión como un acto negativo de no hacer algo que se tiene el deber de hacer. Además, destaca que para que haya conducta debe haber voluntad y manifestación externa de esta, y que sólo los hechos humanos voluntarios son jurídicamente relevant
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Unidad de aprendizaje 3
Tema 2
LA CONDUCTA HUMANA: ACCIÓN Y OMISIÓN
1.- La conducta humana.
Aplicando la teoría del delito, para el examen de un delito concreto, será necesario previamente comprobar la existencia o no de acción u omisión, es decir la conducta humana para posteriormente proceder al análisis de los demás elementos del delito. La conducta humana o comportamiento humano se constituye en la base de toda reacción jurídico penal, a la que, agregados los otros elementos, se convierte en delito. No pueden constituir delitos el pensamiento ni las ideas de un individuo en tanto no se traduzcan en actos externos, tampoco un hecho humano en el que no intervino la voluntad. No se debe confundir conducta con “hecho”, el hecho es el género, comprende hechos humanos (voluntarios e involuntarios) y hechos naturales (en los que no intervienen las personas), en cambio la conducta es algo más específico, es un hecho humano voluntario. No constituyen conducta los hechos de los animales, ni los fenómenos de la naturaleza, por mucho que puedan ocasionar resultados lesivos. Tampoco se puede decir que una persona jurídica asuma conductas, pues no existe voluntad individual, esa facultad psíquica individual. La conducta humana se puede manifestar de dos formas: mediante un hacer, en actos positivos o acción en sentido estricto, o mediante un no hacer, en actos negativos u omisión; ambas formas relevantes para el D. Penal, ya que se estará frente a delitos de acción o delitos de omisión. El hombre observa una conducta cuando quiere hacer o no hacer algo y su voluntad se manifiesta en el mundo exterior. La conducta es voluntad humana exteriorizada. Mediante la acción se vulneran normas prohibitivas. Con la omisión se vulneran normas imperativas, que mandan u ordenan acciones y cuya omisión puede producir resultados lesivos. La omisión no es un simple no hacer nada, sino un no hacer una acción que el sujeto está en el deber de hacer, es decir hay una infracción de un deber jurídico de hacer algo, no realizar una acción esperada por el ordenamiento jurídico. El deber jurídico puede ser genérico o específico. Finalmente, no debe confundirse acción con resultado, la acción es la manifestación de la voluntad, el resultado su consecuencia. Muñoz Conde señala “No es lo mismo ‘producir’ que lo ‘producido’.” No toda acción produce un resultado. 2.- Elementos En la conducta (acción u omisión), se han de observar dos elementos: a) Voluntad del autor. b) Exterioridad o manifestación de la voluntad al mundo exterior. Es decir, un aspecto interno que implica ideación de la actividad que se transferirá al mundo exterior, posibilidad de prever el desarrollo de la acción o en su caso de la omisión en el mundo exterior y, un aspecto externo consistente en la manifestación de esa ideación, revelación al mundo exterior incidiendo en él, trascendencia de la voluntad al mundo exterior, con una finalidad para los finalistas.
3.- Clases de omisión
La omisión puede ser de dos clases: omisión propia y omisión impropia. a) La omisión propia o pura consiste en la mera infracción del deber jurídico de actuar, configura los delitos de omisión pura o propia, que se encuentran establecidos en el Código Penal. b) La omisión impropia o comisión por omisión configura los delitos de omisión impropia o comisión por omisión. Consiste en la imputación de un resultado prohibido a una conducta omisiva en base a los siguientes presupuestos: producción de un resultado prohibido, causalidad hipotética y posición de garante. Es decir la omisión se relaciona con un resultado prohibido, pero en el tipo penal no se menciona de manera expresa la forma omisiva, se debe efectuar una interpretación para equiparar a la forma activa descrita en la ley; luego se analizará la causalidad hipotética, es decir si el sujeto pudo evitar el resultado y finalmente la posición de garante implica la obligación de impedir el resultado por los deberes jurídicos que asumió el sujeto o le correspondían por su cargo o profesión. El Código Penal boliviano establece esa previsión en el Art. 13 Bis. - Fuentes de la posición de garante: En los delitos de omisión impropia será necesario ver de dónde surge el deber del sujeto. En la doctrina surgen dos teorías: la teoría formal y la teoría de las funciones. - La teoría formal reconoce tres fuentes: la ley (de donde surgen deberes de protección como del padre al hijo, de vigilancia a terceros y el control de las fuentes de peligro), el contrato (cuando surgen obligaciones establecidas en éste) y por último el actuar precedente peligroso (si su actuar precedente ha generado o aumentado el riesgo de producir un resultado). - La teoría de las funciones recoge dos fuentes: El deber de custodia de determinados bienes jurídicos (por vinculaciones familiares, comunitarias o voluntarias de protección) y el deber de aseguramiento de una fuente de peligro. 4.- Ausencia de acción o causas de exclusión de la acción y de la omisión. Es importante efectuar una valoración de los hechos o reducir la conducta a su función negativa para determinar la existencia o no de acción u omisión, ya que existen determinados casos que penalmente no se consideran conducta, pese a intervenir una persona humana: a) Fuerza física irresistible. (Vis absoluta) Es un acto de fuerza proveniente del exterior, de terceros o de fuerzas de la naturaleza y que actúa materialmente sobre el agente. No se puede prever. b) Movimientos reflejos y fisiológicos. Respuestas motrices suscitadas por estímulos externos que el agente no puede dominar, o movimientos instintivos de defensa no controlados por la voluntad. No existe ideación (Epilepsia) c) Estado de inconsciencia absoluta o total. Los hechos que se realizan no dependen de la voluntad, por tanto, no pueden considerarse acciones penalmente relevantes. Sueño, sonambulismo, hipnosis en determinados casos. En consecuencia, faltará voluntad y con ello la acción u omisión como conducta cuando no haya habido ideación para la actividad o inactividad, hechos involuntarios o que no se puedan prever. Pero también no habrá conducta si no hay trascendencia de esa voluntad al mundo circundante del autor, cuando no se ha manifestado, lo que queda circunscrito en la mente de aquél no es jurídicamente relevante, no se castigan los pensamientos (“cogitationis poena nemo patitur”). A partir de las consideraciones anteriores, se observa claramente que toda la construcción teórica relativa a la acción se refiere al Derecho Penal de acto, no al Derecho Penal de autor, ya que solamente la conducta humana, traducida en actos externos puede ser calificada, tipificada como delito y generar una reacción penal, es necesario que el sujeto sea autor de un hecho (voluntario), se le sancionará en su caso por lo que hizo, no por lo que es.