Edad-Media Avicena

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8° CLASE (C)

Docente: Prof. Cecilia Raices Montero

LA EDAD MEDIA

Se conoce como Edad Media al periodo que se encuentra entre la Antigüedad y


la Modernidad. Los límites de estos mil años de historia fueron fijados por los
humanistas durante el Renacimiento, que establecieron como principio y fin de
esta división del tiempo histórico la caída de los imperios Romanos de Occidente
(476 dC) y Oriente (1453 dC) respectivamente.

La tradicional división de la historia en Edad Antigua, Edad Media y Edad


Moderna es posiblemente obra del Aleman Cristoph Keller (1638- 1707). Keller,
a diferencia de los Renacentistas, tomó como Edad Media la duración del
Imperio Romano de Oriente, es decir, desde la fundación de Constantinopla en
el año 330 dC hasta que ésta fue conquistada por los Turcos Otomanos en 1453.

Las diversas corrientes historiográficas posteriores a Keller mantuvieron la fecha


de finalización, pero variaron la de su inicio por el año 476 dC, cuando Odoacro,
Rey de los Herulos, depone a Rómulo Augustulo dando fin al Imperio de
Occidente. Se toma este hecho ya que marca la ruptura del mundo antiguo y los
reinos romano germánicos darán origen a los futuros estados europeos.

Con respecto al fin de este periodo, en la actualidad se toma el año 1492 ya que
el continente americano pasa a ser parte de la cultura occidental, que surgió
justamente en la Edad Media.

La Edad Media se caracteriza por:

• el Teocentrismo, la apoteosis y lucha de los monoteísmos abrahamicos,


que se verá expresado en las Cruzadas y la cultura monacal.
• El Feudalismo como sistema político, social y económico.
• La constitución definitiva de la sociedad patriarcal. Esto último es algo
fundamental que muchas veces es dejado de lado. La sociedad patriarcal-

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iniciada con la sedentarización y la domesticación- se termina de configurar
y se cimenta sobre los pilares de las antes mencionadas religiones y pasa
como “legado o influencia cultural” a otras regiones que tomaron contacto
con Europa.
• Singularidad territorial: La Edad Media es un concepto solo aplicable a la
“Europa Cristiana”.

La Edad media, haciendo una división interna simple, tiene tres períodos:

El primer período lo constituye el de los Reinos Romano Germánicos que


abarca del siglo V al siglo VIII y corresponde a la romanización o sincretismo
cultural que se da entre los diversos pueblos que ocuparan los territorios
de las antiguas provincias romanas (Reino Suevo de Gallaecia, Reino
Visigodo, Reino Ostrogodo, Reino de los Francos, entre otros)

El segundo período es la Alta Edad Media, que se da entre los Siglos IX y XI.
Las débiles monarquías germánicas darán paso al surgimiento del feudalismo
que será el sistema social político y económico característico del mundo
medieval. El territorio conocido como feudo era propiedad de un Señor Feudal.
Éste entregaba cierta cantidad de tierras a sus vasallos a cambio de que éstos
entreguen gran parte de las cosechas y presten fidelidad al Señor. Esta relación
se denomina vasallaje. La sociedad estaba completamente estratificada, pero no
es algo simple o lineal, ya que es una “estratificación atomizada” ya que muchos
señores feudales eran a su vez vasallos de otros señores más poderosos.

La clásica representación de la sociedad feudal es la siguiente pirámide:

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Por encima de cualquier Rey del periodo, estaba la Iglesia Católica, que más allá
de tener el poder espiritual, ejercía el poder temporal sobre las endebles y
atomizadas entidades políticas.

El tercer período lo constituye la Baja Edad Media, que transcurre entre los
siglos XII y XV y se caracteriza por la lucha contra el Islam expresada en las
Cruzadas, que fueron la lucha por la posesión de los “Santos Lugares”
materializada en la toma del Reino de Jerusalén. Es una época de crisis
productiva en el sector rural lo que genera un éxodo a las áreas urbanas.
Más allá de las pérdidas económicas, las malas cosechas llevaron a las
poblaciones a hambrunas y malas condiciones sanitarias que llegaron a su
clímax con la denominada “Peste Negra” que causó una hecatombe
demográfica.

La merma de la población y los productos fueron generando una nueva


visión de la economía y las relaciones que se desprenden de ella, por eso
este periodo se lo conoce como pre capitalista o de transición al
capitalismo.

Asimismo, en este periodo la autoridad regia comenzó a crecer frente a la


autoridad papal, sobre todo luego del Cisma de Occidente, dando lugar a Reinos
con mayor cohesión política. El claro ejemplo del fin del mundo medieval es la
unificación mediante acuerdos matrimoniales en la península ibérica, que tendrá
como punto apoteósico el matrimonio entre Fernando de Aragón e Isabel de
Castilla. Esta última financiará la expedición de Colón, la llegada de éste al
continente americano en 1492 significará el fin de una edad que de oscura sólo
tiene la fama y cuya luz se observara en el Renacimiento.

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LA MUJER EN LA EDAD MEDIA: LA MUJER CUSTODIADA

Durante todo este período que abarca


desde el siglo V al XV, el dogma católico
tuvo una gran preponderancia tanto a nivel
político como a nivel dómestico. Los
preceptos religiosos establecían una serie
de normas que todos los individuos debían
acatar. Estas normas indicaban que el
comportamiento de la mujer de la Edad
Media debía caracterizarse, según los
preceptos de su sociedad, por la
Representación de mujeres medievales “sobriedad en el alimento, la modestia
del gesto, la parquedad en el uso de la
palabra, el abandono del maquillaje y de los adornos, la restricción de los
desplazamientos, el acceso limitado al mundo de la cultura y del trabajo”
(Duby y Perrot 1990: 108), lo que provocaba un alejamiento de la vida social y
una reclusión al mundo doméstico y que permitía que la mujer se dedique a
atender cuestiones espirituales. En esta época la mujer es considerada como un
ser tendiente a dedicar demasiada atención y cuidados al aspecto exterior de su
cuerpo, esto debido a que era concebida como de racionalidad inferior y carente
de firmeza. Sin embargo, la mujer (y especialmente la de posiciones sociales
elevadas) no debía descuidar algunas cuestiones básicas del aspecto exterior,
tal es así, que Francisco de Barberino recomienda a la mujer aparecer en público
con la indumentaria adecuada para reflejar su posición de poder y riqueza
familiar, para complacer al marido y respetar su condición social, pero todo ello
sin escándalo y con moderación (Duby y Perrot 1990). Esta descripción nos
hace pensar a la mujer del Medioevo como un objeto perteneciente a su
familia y su marido y que no es dueña de su cuerpo, el cual debe ser
deseable (sólo a los ojos de su esposo), eficiente e íntegro.

La situación de la mujer es aquella que algunos autores denominan como


“mujer custodiada”. Esto hace referencia a que las mujeres, tal como son
concebidas en la Edad Media, son inestables, mudables de cuerpo e
inquietas de alma, y por lo tanto, necesitan custodia. Esta custodia implica

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educar a las mujeres en los buenos hábitos necesarios para que se salve
su alma. Para ello, será necesario “reprimir, vigilar, enclaustrar, pero
también proteger, preservar, cuidar” (Duby y Perrot 1990: 110). Necesitan
ser protegidas durante todas las fases de su vida, por ser un tesoro frágil
y precioso, pero también necesitar ser vigiladas porque su
comportamiento puede ser peligroso. Las mujeres también pueden
autocustodiarse, a través del recato, la timidez y el temor. La vergüenza les
permitirá mantenerse sanas y salvas de sus propias tendencias hacia la
inestabilidad y la imperfección.

Como ejemplo de esta concepción acerca de la mujer podemos recurrir a los


escritos del Ménagier de París, un gentilhombre de esa ciudad que escribió un
manual con consejos para su joven esposa. En este escrito, daba instrucciones
de distinta naturaleza, desde cómo sacar las manchas hasta cómo comportarse
en público: “Has de saber, que, si deseas seguir mis consejos, deberás
considerar con gran cuidado lo que tú y yo podemos permitirnos de acuerdo a
nuestra posición. Cuida de estar vestida honestamente: no te pongas adornos
extravagantes y no lleves demasiadas, ni tampoco escasas, fruslerías. Y antes
de salir de tu alcoba y de tu casa, ten cuidado de que los cuellos de tu camisa y
de tu blanchet, cotte y surcotte no sobresalgan uno del otro, como les sucede a
ciertas mujeres ebrias, tontas o necias que no cuidan de su honor ni el recato de
la dignidad, suya o la de sus maridos, y que caminan mirando con ojos
extraviados y con la cabeza terriblemente levantada como un león y con los
cabellos desgreñados y fuera de la toca, con el cuello de sus camisas y cottes
arrugados, y que avanzan a la manera de un hombre y sin sentir vergüenza por
mostrarse ante la gente en esa forma chabacana (…). Cuando vayas a la ciudad
o a la iglesia, hazlo acompañada convenientemente por mujeres honorables,
según lo que corresponde a la posición, y huye de las compañías dudosas,
nunca permitas que una mujer de mala reputación sea vista contigo. Al caminar
mantén la cabeza erguida, ten bajos los párpados y no parpadees, mira en línea
recta delante de ti a una distancia de cuatro varas, sin fijar la vista en ningún
hombre o mujer ni a la derecha ni a la izquierda; no pasees la mirada por todas
partes, y en el camino no te detengas a hablar con nadie” (Power 1979:
133).También le da consejos a su esposa sobre cómo tratar a su marido: “… te

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aconsejo que confortes así a tu esposo cuando se desempeña en sus
actividades y que perseveres en ello; te aconsejo, también, que seas apacible
con él, y que recuerdes el proverbio campesino según el cual tres son las cosas
que ahuyentan al marido del hogar, a saber: las goteras en el techo, el humo en
la chimenea y una mujer regañona” (Power 1979: 139).

BELLEZA Y CUIDADO CORPORAL

Según Umberto Eco (2004), tanto durante


la Antigüedad como durante la Edad
Media “lo feo es una antítesis de lo bello,
una carencia de armonía que viola las
reglas de la proporción en las que se basa
la belleza, tanto física como moral, o una
carencia que sustrae al ser lo que por
naturaleza debía tener” (Eco 2004: 132).
Sin embargo, según este mismo autor, lo feo
puede ser representado de manera bella
mediante el arte. Asimismo, durante el
Medioevo se cree que todas las cosas-
animales, vegetales y minerales e incluso los
colores- tienen un significado sobrenatural,
Retrato de una dama (1463-1464),
positivo o negativo y que el mundo es
Rogier Van der Weiden. National
Gallery of Art, Washington DC. simplemente un libro escrito por Dios (Eco
2004). Es decir, la figura de Dios es
omnipresente, todo se explica en relación al ser todopoderoso y la religión
tiene un rol central en todos los aspectos de la vida de la gente de esta
época. Para el caso de la belleza, es considerada una cualidad de naturaleza
divina y se encarna en las doncellas, quienes representan no sólo la belleza sino
también la bondad (Rojas Zavala 2011). Podemos decir entonces que el
concepto de belleza durante la Edad Media trasciende la dimensión física de las
personas e involucra otros aspectos como por ejemplo la “perfección moral, las
altas cualidades espirituales y la armonía corporal” (Rojas Zavala 2011: 73), es
decir, la belleza se expresa en dos dimensiones: en la tangible y en la espiritual.
Según Tomás de Aquino (1225-1274), “para que haya belleza se requieren tres

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condiciones: primero la integridad o perfección: lo inacabado por ello es feo;
segundo, la debida proporción y armonía; y por último, la claridad, y así lo que
tiene un color nítido se le llama bello” (Romero 2014: 929).

En términos políticos y económicos, los primeros siglos de la Edad Media


constituyeron un período de crisis. En estos períodos, las sociedades suelen
buscar refugio en el conocimiento de valores estables y eternos, es decir, en
ideas de seguridad y estabilidad. Esto también conlleva un cierto repudio a
concepciones relacionadas con lo corpóreo y lo mundano. Algunos autores
como Boercio sostenían que la belleza externa “es efímera como las flores
de primavera” (Eco 2004) y pensaban que la única belleza que perduraba
era la espiritual. Esto es porque durante la Edad Media la dimensión
espiritual –en consonancia con las posturas del cristianismo- estaba en
primer plano de los cuidados, no así la dimensión física. Es decir, lo
importante era la salvación del espíritu y el cuidado corporal, la vestimenta
y la estética eran consideradas como cuestiones totalmente frívolas. Es
más, si una mujer se sabía bella pero sólo se dedicaba a una contemplación
narcisista, no generaba mayores problemas. La situación imperdonable y
condenable la constituye la utilización de esa belleza para la seducción, ya que
se transforma en la encarnación del Mal (Duby y Perrot 1990).

Posteriormente, con la influencia de las ideas del islamismo, comenzaron a


preocuparse por la belleza y el cuidado corporal.

Canon de belleza femenino

¡Ay, Dios! ¡cuan hermosa viene doña Endrina por la plaza!


¡Qué talle y qué donaire! ¡que alto cuello de garza!
¡que cabellos, que boquilla, que color, que buen andanza!
Con saetas de amor hiere cuando los sus ojos alza.
Juan Ruiz, Libro de Buen Amor (1330)

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Como hemos visto, la Edad Media abarca
desde el siglo V hasta el XV, por lo que es
dificultoso establecer un único canon de
belleza. Sin embargo, un ideal que sí se
mantuvo a lo largo del tiempo es la
blancura de la piel, que representa la
pureza y constituye un signo de distinción.
Además, como en muchos contextos
socioculturales, la blancura implica que la
mujer permanece a resgurado en su hogar
y que no necesita trabajar a la intemperie.
La figura de la mujer nórdica toma un papel
relevante y constituye los ideales a
Retrato de joven dama (1465), de
Antonio Pollaiuolo. alcanzar por la mujer medieval: blancura en
la piel ya mencionada antes, largo cabello
rubio, cuerpo delgado con extremidades largas, fino cuello y pechos
pequeños. El rostro tenía que ser ovalado, las mejillas sonrosadas, frente
ancha, los ojos y nariz pequeñas, cejas poco pobladas y los labios
carnosos y rosados y dientes blancos y fuertes. Una mujer agradable
tendría que tener un mentón redondeado y con un hoyuelo. La mujer,
además, debía ser modesta y sobria, con gestualidad moderada; por
ejemplo; sonreír sin mostrar los dientes en lugar de reír, tener los ojos
entrecerrados, llorar sin hacer ruido ni agitar las manos. En contraposición,
la fealdad se manifiesta en “excesos de pilosidad, en el color de la piel, o en el
trabajo del tiempo que marca las arrugas y blanquea los cabellos” (Duby y Perrot
1990: 526).

Las costumbres de vestimenta reflejan códigos colectivos que dan forma a las
ideas que circulan en la mentalidad de los hombres y mujeres de determinada
sociedad acerca de cómo los individuos quieren ser representados de acuerdo
a los distintos patrones de cada época. En la Edad Media, los códigos de
vestimenta de las mujeres estaban relacionados con el pudor y el recato, dado
que, según la tradición judeo-cristiana- el cuerpo femenino era considerado
instrumento de provocación y sujeto de castigo divino.

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Estereotipo de belleza masculina

Las representaciones de figuras masculinas aristocráticas durante la Edad Media


tienden a resaltar los símbolos de virilidad, como por ejemplo los músculos
voluminosos y bien marcados. Es muy común hallar representaciones de
hombres vinculados al mundo militar: caballeros, guerreros, cruzados. El cuerpo
del hombre era concebido como algo bello y digno de admiración, en
contraposición con el cuerpo de la mujer, que debía permanecer protegido de
las miradas. Estas representaciones muestran hombres altos, esbeltos, de
espaldas anchas, fuertes y elegantes. Ellos también (aunque en menor medida)
cuidaban su apariencia utilizando tintes naturales para cubrir las canas y
recurrían a remedios naturales contra la calvicie.

Prácticas de higiene o ausencia de ellas

Los estándares de higiene y aseo durante la Edad


Media eran distintos a los actuales. Sólo las familias
más adineradas y privilegiadas contaban con baños
en los domicilios, y se bañaban sólo unas pocas
veces al año en tinas con agua caliente. El resto de
la gente podía asistir a los baños públicos o bañarse
en los ríos.

Las viviendas poseían letrinas que consistían en


palcos que se asomaban a la calle, a través del cual
todos los desperdicios eran arrojados a ella. Si las
viviendas no poseían letrinas, los desechos eran Letrina en castillo medieval.
recogidos en bacinicas y arrojados por las ventanas,
por lo que los transeúntes comenzaron a utilizar sombreros de alas anchas por
obvias razones. Un estudio científico multidisciplinario arrojó que la ciudad
inglesa de York de los siglos IX y X constituyó un entorno no muy agradable para
habitar, debido a la presencia de varios cientos de especies de moscas,
parásitos corporales, ausencia de pavimentación, gran cantidad de material
orgánico en descomposición, presencia de animales como cerdos y gallinas,
disposición precaria de las aguas residuales y uso de pozos negros abiertos
(Reklaityte 2004:231).

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Los baños públicos eran frecuentados por hombres y mujeres y algunos eran
tapaderas de burdeles, por lo que
no era bien visto asistir a ellos.
Algunos médicos sostenían que
los baños no eran buenos para la
salud, dado que abrían los poros y
eso permitía el ingreso de malos
vapores que producían
enfermedades; mientras que otros,
como Avicena, consideraban que
Baños públicos medievales.
el baño frecuente prevenía
infecciones. El gusto por los baños, los afeites y los perfumes aparece gracias a
la influencia de las culturas de Oriente. Fragancias exóticas elaboradas a partir
de almizcle, ambar gris, civeta y castor llegaron de la mano de los Cruzados.

Para ocultar los hedores se utilizaban distintos tipos de perfumes y esencias.


Utilizaban flores como lavanda, rosa, manzanilla y margarita. Para higinizarse
utilizaban jabón, que era fabricado de manera casera, pero también en pequeñas
factorías de Italia y España. Como desodorante se utilizaban especias: almizcle,
clavo, nuez moscada, cardamomo, rosas, escaramujos, violeta y raíz de lirio
macerado.

Consejos de belleza

Como hemos visto, existe abundante literatura del medioevo que describen
cómo una mujer debería ser y actuar. Recatada, tímida, modesta, dedicada
al cuidado del alma y no del cuerpo. El cuerpo de la mujer era considerado
como fuente de pecado, por lo que debía ser mostrado y adornado lo
menos posible. Sólo podía adornarse y maquillarse para atraer y conservar
a su marido o para asistir a una boda o una fiesta, donde podía demostrar
su elevada posición social. Una mujer sana, atractiva y deseable era
aquella que poseía una piel blanca libre de manchas y pecas, con poco
maquillaje de labios y mejillas. Según Romero del Castillo (2013), en la Edad
Media, jactarse de tener un cuerpo bello o renegar de la desproporción, la
fealdad o de alguna dolencia es pecado, como así también lo es el uso de

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productos de belleza. Constituye un pecado principalmente porque ofende
a Dios ya que él ha creado ese cuerpo y debe ser aceptado tal cual es, lo
que lo embellece es la oración y no el maquillaje. En el tratado del siglo XV
dedicado a la educación femenina Castigos y dotrinas que un sabio daua a sus
hijas, se les recuerda a las mujeres que deben ser aseadas y condena a las que
quieren parecer más jóvenes de lo que son. Además, postula que las mujeres
casadas tienen una responsabilidad moral y social, porque “una mala
administración de ingresos puede conducir a problemas económicos y al
comportamiento inmoral del marido” (Romero 2013:108).

Encontramos información acerca de cosméticos y cuidados de belleza en


escritos de distinta naturaleza: tratados médicos, religiosos y manuales para
mujeres. Trotula de Salerno (1110-1160), considerada una de las primeras
mujeres médicas ginecólogas escribió en su libro Trotula Minor: “Contra las
quemaduras solares, echad raíces de lirio limpio y triturado. Luego tomad una
onza de polvo de masilla, plomo blanco y grasa de cerdo y dejad que se prepare
con agua de rosas. Debe notarse que esto es bueno para la piel quemada, las
fisuras de los labios y cualquier tipo de pústulas de la cara, y también para tratar
y prevenir las excoriaciones. Por la noche, la mujer debe untarse con esta grasa
frente al fuego, para que por la mañana se haya liberado de las aflicciones
mencionadas. Esto eleva la piel y la embellece hermosamente. La grasa no
necesita ser removida por la mañana con lavados, ya que su aplicación no altera
el color de la piel”. También recomendaba mantener estos consejos en secreto
para que la mujer que los aplicara no sea acusada de vanidosa. Veremos más
acerca de la vida de esta gran mujer en la sección de Mujeres Relevantes.

Antes de la aparición de las grandes obras acerca de la medicina estética, los


consejos y recetas eran elaborados por mujeres conocedoras de las propiedades
de las hierbas locales. Estos recetarios eran transmitidos luego de madre a hija.
Además, los grandes tratados de medicina y cirugía de la Edad Media, también
incluían consejos de belleza e incluso afrodisíacos. Los primeros tratados
dedicados a los cuidados de belleza exclusivamente fueron creados a partir del
siglo XIII. Ejemplos de ellos son Régime du Corps del médico italiano
Aldobrandino de Siena, Chirurgia Magna de Lanfranco de Milán y de Ornatus
Mulerium, editado en Inglaterra.

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En los libros de economía doméstica podemos encontrar los ingredientes para
preparar todo tipo de pócimas, ungüentos, infusiones y cremas. Los
ingredientes de origen vegetal eran obtenidos de los jardines y los campos.
Algunos provenían de lugares más lejanos, como por ejemplo el aloe, que era
importado desde Oriente. Se utilizaba como incienso y su resina se utilizaba en
la preparación de perfumes. El sándalo, también traído desde Oriente, se
utilizaba como ungüento aromático. También se utilizaba la lavanda, la rosa, el
clavel y el azahar para la fabricación de perfumes.

También solían utilizarse materias primas de origen animal, que lograba un


producto pastoso y de mal olor. De la sepia (una especie de calamar) utilizaban
su carne y sus huevos. Otros animales utilizados eran el coral, los huevos de
gallina, de golondrina, de cuervo y también los de las hormigas. De Oriente
importaban el almizcle, sustancia grasa de fuerte olor que se encuentra en una
bolsa glandular de un mamífero de la familia de los cérvidos semejante a la
cabra, llamado almizclero, que vive en las montañas del Asia Central (Romero
2013). Como emulsionante solían utilizar grasa blanca de perro y bilis de carnero.
El sebo de carnero, la grasa de cerdo y los huevos de cuervo se utilizaban para
teñir el pelo de negro. Para hacer crecer el cabello, utilizaban recetas que
incluían excrementos de animales.

Los ingredientes de origen mineral eran reducidos a polvo y se mezclaban con


otras sustancias de origen vegetal y animal, y se utilizaban no sólo para
embellecer sino también para curar algunas patologías. En el Lapidario, tratado
editado en España que contiene cientos de recetas de belleza, recomiendan el
uso de margul, un mineral que, según el recetario, deja la piel pura y reluciente.
En la misma obra se recomienda también la piedra de nombre muruquid. Es una
piedra dura, liviana de peso y de color pardo, tirando a bermejo, con la que debe
lavarse “todo el cuerpo para que le limpie de toda la suciedad, además con ella
se adelgaza la piel y hácelo de buen color“ (Romero 2013: 954). Otro mineral

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recomedado es la piedra arábiga, que tiene una consistencia similar al marfil y
que se utilizaba para obtener un rostro terso.

En los escritos de Hildegarda de Bingen (1098-1179) se presentan las


indicaciones para obtener un
rostro fresco: “Tómese un
puñado de tila y uno de romero,
otro de serpol y otro de tomillo;
límpiese bien, tómese también
un quinto de puñado de hinojo,
con lo que se conseguirá una
cara resplandeciente. Deben
recogerse las hierbas al
amanecer para que no pierdan
su fuerza” (Romero 2013: 112).
En otro escrito de esta misma
naturalista alemana,
encontramos recetas para
fabricar cremas y ungüentos a
base de hierbas y árboles
disponibles en la región:
milenrama (Achillea millefolium),
Hildegarda de Bingen.
caléndula (Calendula officinalis),
haya (Fagus sylvestris) y celidonia (Chelidonium majus), cuyos principios activos
siguen siendo aprovechados en la actualidad.

Como se mencionó anteriormente, la piel blanca y libre de manchas


constituyó el ideal de belleza femenina. Un primer paso es protegerla del
sol. Las marcas en el rostro producto de enfermedades como la viruela,
eran ocultadas con productos como la cerusita o albayalde, un compuesto
a base de plomo, que, como sabemos hoy en día, es altamente tóxico. Para
blanquear el rostro también solían usar sanguijuelas o vasos de vidrio que
creaban un efecto vacío al disminuir la presión sanguínea. Otra receta para
eliminar imperfecciones indica utilizar jugo de fresas o frotarse el rostro
con un cristal de amatista húmedo para eliminar las rojeces. Otro

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ingrediente muy utilizado es la harina de trigo, que debía utilizarse –según
Dies de Calatayud (siglos XIV-XV)- de siguiente manera: “Tomad media
libra de blanco de trigo candeal y blanco de avena y de arísaro, dos onzas
de cada; y una libra de blanco de sigairón y un poco de alcanfor y media
onza de raíz de urchilla seca y otro tanto de perlas; y buen cristal quemado,
y coral blanco, media onza de cada; y un cuarto de onza de polvo de vidrio;
y una onza de mármol; y la misma cantidad de yeso claro quemado. Lo
reducís todo a polvo y lo pasáis por un fino cedazo de lino, y os lo ponéis
según se ha dicho más arriba. Y si os untáis la cara después con un poco
de bálsamo la tendréis siempre joven y de bello color, y no os envejecerá
ni se os arrugará” (Romero 2013: 954).

Para lograr un color rojizo para los labios, mezclaban vino con cera de
abejas. Otra manera natural de lograr esa coloración, era frotando limón
sobre los labios, lo que estimula la irrigación sanguínea y logra el color
deseado. También se lograba la coloración deseada en los labios por
medio del uso de un alga llamada fuco.

Los productos eran brindados por vendedores ambulantes que se acercaban a


las ciudades ofreciendo bálsamos, hierbas y artículos de tocador.

Cabello

Durante la Edad Media, las


mujeres acostumbraban a
llevar el pelo largo, a veces
trenzado. Desde mediados
hasta el fin de la Edad Media,
el cabello era considerado un
rasgo erótico (y por lo tanto,
indecoroso), por lo que se
utilizaba cubrirlo con algún
Damas luciendo “tocados de cuernos”, el peinado de tipo de velo. La mujer podía
moda. mostrar su cabeza
descurbierta sólo frente a su marido (Romero 2014). En general, el cabello se

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llevaba recogido y con algún tipo de tocado, de
los cuales existió una gran variedad (cintas,
flores naturales, diademas, guirnaldas, tocado
de cuernos, etc.)

El canon de belleza imperante exigía una


frente amplia y despejada, por lo que
muchas mujeres optaban por rasurarse el
nacimiento del cabello para dar la
impresión de una amplia frente, lo que a su
vez daba una imagen de rostro más largo y
Elizabeth Woodville (1437-1492).
estilizado. Otra práctica implicaba la
Reetrato en el que se puede
apreciar la frente amplia. depilación completa de las cejas por medio de
tiras impregnadas en resina.

En el tratado De Ornatu Mulierum, Trótula de Salerno recomienda que para


aclarar el cabello, se lo debe lavar con una preparación compuesta por cenizas
de hojas de parra, paja de cebada, regaliz, y pan porcino. Otro truco muy popular
para aclarar el cabello consistía en remojarlo en vino blanco y miel durante una
noche. Encontramos en el escrito El sueño de Bernat Metgé (editada entre 1396
y 1399) una receta para aclarar el cabello: Con el deseo de que sus cabellos
negros parezcan hilos aúreos, muchas veces con azufre, otras con aguas,
jabones y lejías de cenizas, heces de vino griego o de retama, y también con
grasa de serpiente y de codorniz, o con los propios rayos del sol, la cuestión
es que los convierten en el color que desean” (Romero 2013: 957). Para impedir
la aparición de canas, vemos en el Lapidario que se recomienda la utilización de
un mineral denominado batocita. Ese escrito nos explica la forma de utilización;
debe molerse la piedra, luego colocar su polvo en agua y por último utilizar esa
agua sobre el pelo cano, remojando un peine en la preparación y colocándolo
sobre el cabello. La costumbre de cubrir las canas era practicada tanto por las
mujeres como por los hombres.

Para evitar la caída del cabello, se recomendaba frotarse la cabeza con un polvo
de alas de abejas, de nueces asadas y de cenizas de erizo; otra receta

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recomedaba la utilización de una preparación a base de excremento de cabra y
aceite eneldo.

Depilación

En la Edad Media, se pensaba que la mujer con mucho vello tenía un origen
diabólico, por lo tanto se trataba de eliminar todo rastro de pelo de sus cuerpos
(Romero 2013). La depilación mediante la cal o la pez griega era la metodología
más común, aunque también se usaba sulfuro de arsénico, cenizas y cal hervida
en aceite. Otras recetas curiosas las encontramos en Flores del Tesoro de la
Belleza, en donde encontramos recomendaciones de uso de una pócima “que
se preparaba a base de ratas pequeñas ahogadas, que una vez secas y
quemadas se convertían en un polvo fino que, hirviéndolo en agua eliminaba el
vello por contacto” (Romero 2013: 971).

Moda

Durante la Edad Media, la diferencia entre ricos y pobres era muy pronunciada.
Para poder manifestar su poder, los ricos poseen numerosas armas y se visten
con suntuosos ropajes. Usan oro, joyas y piedras preciosas y sus vestimentas
son de color púrpura. Obtener ese color a partir de pigmentos minerales y
vegetales es muy costoso, por lo tanto, quien lleva telas de esa tonalidad, debe
ser rico. En contraposición, los pobres llevan ropas pálidas y modestas. Sus
telas no han sido teñidas y mantienen su color natural y están raídas y gastadas
por el uso.

***

MUJERES RELEVANTES: TROTULA DE SALERNO

Durante la Edad Media, el ejercicio de la Medicina estaba restringido


exclusivamente a los hombres. Las mujeres sólo podían realizar tareas
relacionadas con la obstetricia y el cuidado de los niños. La Escuela de Salerno
(Nápoles) es una de las pocas instituciones que hacia la Alta Edad Media
“permite el libre acceso de la mujer a la formación médica y a su titulación y no

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limitaría su campo de acción a las enfermedades
de la mujer y el cuidado de los lactantes, sino que
la ampliaría al ejercicio de la medicina general”
(García 2009: 31). Dentro de esa Escuela se
destacará Trotula, especialmente en el área de la
Ginecología y la Obstetricia. Fue además una de
las primeras mujeres en ocupar una cátedra de
Medicina en dicha Escuela. No ha quedado
mucha documentación que de cuenta de su vida,
pero varios autores sostienen que fue la esposa
Trotula de Salerno.
de un médico, Johannes Platerius. Trotula ejerció
intensamente la medicina y la docencia, publicó el tratado de Obstetricia más
famoso de la Edad Media: De Pasionibus mulierum curandorum, conocido como
Trótula Maior, que fue material de estudio hasta el siglo XVI. Otra obra de Trotula
es De Aegritudium curatione o de Ornatu mulierum (Trótula Minor), en la cual
aconseja a las mujeres acerca de cuestiones de higiene, recomienda ejercicio
regular, una dieta equilibrada y masajes con aceites y brinda unas recetas de
cosmética.

Sus teorías médicas fueron muy avanzadas para su época, ya que hablaba del
control de la natalidad y de que la infertilidad podía deberse tanto a la mujer como
al hombre. Estableció que la menstruación no convertía a la mujer en venenosa,
como se vení a sosteniendo desde la Antigüedad.

Trótula formó un grupo de mujeres médicas de distintas partes del continente,


que llegaban hasta Salerno para formarse con esta gran profesional. También
se preocupó por la relación médico-paciente y por aliviar los dolores del parto.

Cuestionario Taller:

1- ¿Qué significa el término “mujer custodiada”?


2- ¿Cómo debía comportarse una mujer de la Edad Media?
3- ¿Cuál es el canon de belleza femenina medieval?
4- Caracterice las prácticas de higiene de la Edad Media

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5- ¿Cómo llevaban el cabello las mujeres de la Edad Media?
6- Enumere tres ejemplos de componentes vegetales, tres de componentes
animales y tres de minerales, utilizados en las formulaciones cosméticas
de la Edad Media.

Referencias bibliográficas:

Eco, Umberto (2004) Historia de la Belleza, Barcelona, Lumen.

Duby, G y Perrot, M (1990) Historia de las Mujeres en Occidente, Tomo 2.


Edad Media, Madrid, Taurus.

Garcia, Margarita del Valle (2009) Trótula de Salerno. Publicación oficial


SEDENE N°29.

Power, Eileen (1979). Gente de la Edad Media. Editorial Universitaria de


Buenos Aires.

Rojas Zavala, Constanza (2011). “De Forma et Virtute”. Una aproximación al


concepto de belleza en la doncella medieval durante el siglo XII. Revista
Electrónica Historia del Orbis Terrarum.

Reklaityte, Ieva (2004). Las condiciones higiénico-sanitarias en las ciudades


europeas: Introducción al análisis. Saldvie N°4.

Romero del Castilo, María del Pilar (2013). Tesis doctoral: los afeites femeninos
en la Edad Media española. Estudio Léxico.

https://www.infobae.com/mix5411/2018/06/27/horrores-higienicos-de-la-edad-
media-como-vivia-la-gente-sin-banarse/

https://www.daiquirigirl.com/trucos-de-belleza-medievales/

https://www.muyhistoria.es/curiosidades/preguntas-respuestas/icomo-se-
arreglaban-las-mujeres-medievales#

66
9° CLASE (A)

Docente: Dra. Farmacéutica María Lía Gonzalez

AVICENA

Biografía: Viajero infatigable de Asia central y Persia


Nacido en 980 (año 370 de la Hégira) en Afshana provincia de Jorasán
actualmente Uzbequitan cerca de Bujará , sus padres eran musulmanes
A los diez años había terminado ya los estudios escolares y podía recitar de
memoria todo el Corán. A los dieciséis sus conocimientos de medicina eran tan
completos que se le encomendó cuidar de la salud del propio emir de Bujara,
cuya curación abrió al joven facultativo las puertas de la célebre biblioteca del
emir, conocida con el nombre de "Santuario de la sabiduría".
Hacia los dieciocho Avicena estaba ya familiarizado con toda la ciencia filosófica,
la lógica, la física, las matemáticas, la geometría, la aritmética, la astronomía, la
música, la medicina y muchas otras disciplinas .
Logra curar al sultán samánida de Bujara, el príncipe le abre su biblioteca .
En 1014 (405) se marcha de Rayy y se establece cerca de Hamadán. Es llamado
para que cuide al príncipe Shamsodawlah, enfermo. El emir le nombra visir
(primer ministro).
En Ispahan, última etapa de la tumultuosa odisea de Avicena, el filósofo pasa los
últimos catorce años de su vida bajo la protección del príncipe Alaodawlah.
Durante una campaña de Alaodawlah contra Hamadán, Avicena es atacado por
una enfermedad intestinal.
Muere el primer viernes del mes de Ramadán del año 428 de la Hégira, agosto
de 1037, a la edad de 57 años Según los cálculos del erudito iraní Said Nafissi,
Avicena escribió 456 libros en árabe y 23 en persa.

67
En medicina: otras disciplinas y obras
Fue el primero en describir correctamente la anatomía del ojo humano. La
exposición que hace de su funcionamiento es bastante similar a lo que hoy
sabemos del mecanismo de la vista.
- Explicó con precisión el sistema de los ventrículos y de las válvulas del
corazón.
- Describió la viruela y el sarampión e hizo un análisis de la diabetes.
- Concibió la hipótesis de que en el agua y en la atmósfera existían
organismos minúsculos que transmitían ciertas enfermedades infecciosas.
- Elaboró además procedimientos de diagnóstico: observaciones relativas al
pulso del que encontró 60 variantes simples y 30 complejas.
- Ideó el método de percusión: diagnóstico de enfermedades internas
mediante golpes dados con el dedo en el cuerpo del paciente.
Dedicó toda su vida y su actividad, ya se trate de medicina o de filosofía, de
poesía o de música, de pedagogía o de sociología, a un solo objetivo: hacer que
los hombres sean mejores y más felices. Tal era para él la finalidad de la filosofía.
Su primera obra monumental fue “el canón de la medicina”. La segunda obra
enciclopédica de Avicena lleva el título de Kitab al-Shifa (Libro de la curación).
Porque si el Canon estaba destinado a la curación del cuerpo, en al-Shifa se
trata de la curación del alma.
Ibn Sina elabora una teoría en la cual el concepto de los elementos simboliza las
cualidades de masa y energía al mismo tiempo y su interrelación. Así establece
no solo la unidad entre los órganos y las funciones del cuerpo sino además la
adecuada relación espacio-temporal entre el organismo y el mundo exterior.
El corazón no es solamente el corazón estructural descripto por los anatomistas,
sino el centro de las emociones, la regulación térmica, el sueño y el metabolismo.

Aguas perfumadas

Algunas aguas perfumadas producidas por destilaciones primitivas, se usaban


en Persia antes del nacimiento de Avicena. Por lo tanto, la destilación que
produce tanto aguas florales como aceites esenciales puros, es probable que
haya sido perfeccionada por Avicena para la producción específica de aceites
esenciales.

68
Manuscritos arábigos de aquellos tiempos muestran dibujos de alambiques
cuyos principios básicos permanecen iguales hoy en día a pesar de los adelantos
modernos de la tecnología del diseño.
Al poner en práctica su sistema terapéutico, Avicena estableció hospitales y
adelantó los procesos de filtración, sublimación y calcinación que son
indispensables para la obtención de aceites esenciales puros.
La importancia de Avicena para la historia de la Aromaterapia es de índole
triple, pues no solo:
- describió con exactitud muchos cientos de plantas y sus utilidades,
- estableció instrucciones tan exactas sobre el modo de dar los masajes,
que podrían utilizarse hoy en día como manual de enseñanza,
- sino que se le reconoce como el descubridor del método de destilación
de los aceites esenciales de las plantas.
Avicena fue alquimista y las rosas tenían una importancia muy específica en los
experimentos alquímicos. Las rosas blancas y las rojas tenían una importancia
simbólica diferente.
Se colocaban en un matraz o alambique y se calentaban junto con otras
sustancias. Las rosas calentadas de este modo, producían cierta cantidad de
agua de rosas con una cantidad muy diferente de aceite de rosa o ATTAR,
flotando sobre la superficie.
Las plantas medicinales descriptas por Avicena son aproximadamente 800 , pero
no han podido ser identificadas.
Entre las que podemos identificar encontramos la manzanilla, la lavanda, la rosa
y el limón. Todas ellas muy valiosas en el ámbito de la aromaterapia y los
masajes.

El masaje
Avicena escribió lúcidas descripciones de las técnicas de masaje, describiendo
por ejemplo, la fricción vigorosa para producir calor y rubor localizados y golpes
suaves para ablandar los cuerpos duros.

La obtención de los aceites esenciales


Los Aceites Esenciales son esencias vegetales naturales líquidas extraídas
de las raíces, tallos, madera, corteza, hojas, flores, frutos y semillas de las

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plantas, que contienen sustancias aromáticas con propiedades
terapéuticas. Estos aceites provienen de diferentes partes de la planta.
Dependiendo del tipo de planta en cuestión, los aceites se concentran en un
lugar distinto. El método de extracción ideal también varía en función de cada
planta.
 PRENSADO EN FRÍO: Utilizado para la extracción de aceite esencial de
cítricos, se prensa la cáscara de la fruta y se separa el aceite del agua por
medio de un centrifugado.
 MACERACIÓN: Se coloca en un recipiente 1 parte de la planta y 2 partes
de un aceite natural básico (de almendra o de girasol). Posteriormente, se
calienta esta infusión a fuego lento durante 3 horas. Finalmente, se filtra y
exprime.
 DESTILACIÓN: Se lleva a cabo en un Alambique, donde se produce una
mezcla de aceite y vapor que al condensarse se separan dos productos:
Aceite esencial y agua vegetal.
 ENFLEURAGE: Se impregnan las sustancias aromáticas en grasa para
recubrir las flores y absorber sus esencias, posteriormente se lava con
alcohol para eliminar las esencias absorbidas y obtener el aceite esencial.
 EXTRACCIÓN CON DIÓXIDO DE CARBONO: Se usa un tanque de acero
inoxidable, se le introduce Co2 para aumentar la presión. Cuando el Co2
se somete a altas presiones, se liquidifica, actuando como un solvente que
permite extraer los aceites esenciales.
 EXTRACCIÓN CON SOLVENTES: Solventes como el hexano y el alcohol
etílico son usados para extraer el aceite esencial de flores como el jazmín,
rosa, mimosa y otras que no pueden destilarse con calor ya que se
oxidarían.

Siglo X: el arte de la destilación


El primer aceite esencial que Avicena destiló fue el de la apreciada rosa, que
usaba en afecciones de la piel.
En el siglo X la medicina herbal adquirió gran importancia. La humanidad no
disponía de otra arma defensiva contra infecciones, más que plantas medicinales
y sus extractos. La eficacia de las plantas aromáticas de Avicena en la
prevención de las epidemias se confirma con la maceración que hacían en

70
vinagre con algunas plantas aromáticas como absenta, clavo, lavanda ,menta,
etc.
Se impregnaban el cuerpo para prevenir el contagio producido por las
enfermedades de los moribundos y los cuerpos de los difuntos.
Esencias
Son sustancias aromatizantes. Pueden proceder de Fuentes naturales :
Los aceites esenciales de origen natural a su vez pueden proceder del reino
animal, como el almizcle (cabra), el castóreo (castor), la civeta (gato) y el ámbar
(esperma de ballena).
Hay una gran variedad de esencias de origen vegetal y se encuentran en
diversas partes de la planta: flores, frutos, semillas y raíz.
Síntesis química (no aceites esenciales): Las esencias de origen sintético
suelen ser productos orgánicos tales como hidrocarburos, alcoholes, aldehídos,
cetonas, ésteres alifáticos y aromáticos.
 Se trata de mezcla de compuestos orgánicos en una base de aceite
neutro (maíz, girasol) con un olor característico, por lo general agradable,
utilizados en perfumes y productos perfumados de consumo, como
cosméticos, detergentes, suavizantes para tejidos y otros productos
domésticos. Las fragancias proporcionan un aroma fresco y placentero
para el consumidor, o enmascaran olores desagradables.
 Los perfumes son mezclas de sustancias odoríficas de origen natural
(aceites esenciales) o sintéticos.
 Productos orgánicos, a fin de lograr una composición estética capaz de
impresionar a nuestro olfato, transforman en placer el acto de respirar.
 Son mezclas de distintas graduaciones de alcohol en agua y esencias
(generalmente de origen sintético), conservadores, antioxidantes y otros
componentes.
 Según la concentración alcohólica y de esencia, van desde aguas de
colonia hasta extractos.
 Ningún perfume tiene menos de 20 a 30 componentes. Algunos perfumes
contienen más de 100 esencias diferentes.

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¿Qué tipo de problemas cutáneos tienen su origen en los ingredientes
de fragancia?

Los problemas más comunes relacionados con los ingredientes de esencias, ya


sea mediante el uso de perfumes o productos de consumo perfumados (aceites
para masajes), son las alergias e irritaciones cutáneas.
Las mismas son producidas por los componentes alergénicos presentes en los
aceites esenciales y las esencias sintéticas.
Estas últimas presentan mayor probabilidad de producir irritaciones cutáneas o
alergias, debido a la cantidad de componentes de la formulación.
La reglamentación Internacional sobre alérgenos reglamenta los porcentajes de
alérgenos permitidos en las esencias. De este modo, establece dos niveles:
• Para esencias presentes en productos que se dejan largo tiempo sobre la
piel (ej: perfumes ) y
• para esencias presentes en productos que están en breve contacto sobre
la piel (ej: jabones líquidos ).

ROTULADO DE PRODUCTOS COSMÉTICOS


INCI NAME:
 International Nomenclature of Cosmetic Ingredients
 FRAGRANCE: SINTÉTICA ( NO ACEITE ESENCIAL )
 Ej: Esencia de canela ( Fragrance )
 Rótulo: CON ACEITE DE CANELA?
 EJ : Rótulo : INCI NAME CINAMMON OIL : ACEITE ESENCIAL (PURO)
DE CANELA

***

Cuestionario Taller:

1. ¿Cuáles fueron las disciplinas en las que Avicena se especializó?


2. ¿Cuál fue la actividad más relevante que desarrolló por la cual se le conoce
hoy en día?
3. ¿Qué tipo de flores empleaba para sus experimentos de alquimia?

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4. ¿Describir las técnicas que consideraba importantes por sus efectos sobre la
piel?
5. Describir los métodos de extracción de aceites esenciales.
6. Describir de qué origen pueden ser los aceites esenciales y sus diferencias
con aquellos elaborados mediante síntesis química.
7. Describa algunos de los problemas cutáneos que pueden sobrevenir con la
aplicación de algunas fragancias
8. Existen reglamentos internacionales para el porcentaje de esencias que
deben tener los productos. ¿Por qué?

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