Apunte Contemplación y Aplicacion Sentidos
Apunte Contemplación y Aplicacion Sentidos
Apunte Contemplación y Aplicacion Sentidos
LAS PETICIONES?
Un modo de hacerlo.
Este modo de orar se adapta bien a escenas bíblicas en las que hay personajes que
podemos ver o escuchar.
Los preámbulos habituales tienen aquí un mayor sentido:
Recordar brevemente la historia. Este pasaje de la historia evangélica no es una
imagen pía, sino el eco de una realidad vivida y releída: el Señor en la historia de los
hombres.
Fijar la atención en el lugar geográfico o simbólico (montaña, mar) o en el clima
humano (la Cena, la fiesta de pascua) donde tiene lugar el episodio.
La gracia que pedimos puede ser formulada en el sentido de: "conocimiento interno
del Señor para que más le ame y le siga ".
Más tarde: "Ver las personas, oír lo que hablan, mirar lo que hacen y sacar
provecho".
Consiste en un triple acercamiento a la escena para saborearla más profundamente, y
así, conocer mejor al Señor.
Ver las personas
Escuchar o considerar Lo Que Hablan
Considerar o mirar Lo Que Hacen
...y en cada etapa Reflexionar Para Sacar Provecho
c) Lo que hacen
Los gestos, actitudes, acciones, reacciones (verbos). Estas son acciones de Dios, o del
hombre (por lo tanto mías) para con Dios.
Puedo constatar su sentido, o algo mío, de mi deseo, de mi rechazo o descubrir ahí
todo un rostro de Dios. Lo toco con el dedo en lugar de hacer de ello una teoría!.
Tal vez haga míos estos gestos: "Extiende tu mano seca..." y me descubriré seco, con
un gran deseo de curación, paralizado o dando saltos, alrededor de "Jesús agotado del
camino, sentado al borde del pozo", con María que se inclina: "Aquí está la esclava del
Señor".
d) Reflexionar sobre mí mismo y sacar provecho. "Reflectir para sacar provecho", dice
Ignacio.
Cuando algo me impacta; pararme, quedarme ahí, saborear, dejar que resuene.
Reflexionar para sacar provecho: después de cada una dc las etapas, o al final, tomar
conciencia de lo que la visión de las personas, la escucha de las palabras o la atención a sus
gestos haya producido en mí: sacar provecho.
Reflexionar como ante un espejo: algo del misterio queda grabado, en mí, deja una
"impresión", un gusto, un sentimiento espiritual por lo que comprendo o conozco algo de
Dios, de su manera de actuar, o del hombre o dc mí mismo, ante Él.
Es posible que este "eco", este "reflejo" tenga lugar sin palabras por el momento, y
que sólo en cl diálogo final con cl Señor, o en la relectura, lo formularé con palabras.
Al final me entretengo con el Señor o con alguna de las personas.
Es posible que al re-tomar, al repetir un pasaje del texto, sienta paz al vivir la escena
de cerca, hasta cl punto que la contemple, no sólo gracias a la vista y al oído, sino también al
tacto, al olfato, al gusto. Todos mis sentidos oran, señal de que mi oración se ha simplificado,
unificado, que mi Cuerpo y mi ser dejan que la Palabra de Dios les hable.
En este modo de orar por los sentidos nuestra inteligencia, nuestra intuición teológica
y la fe de la Iglesia ofrecen buenas garantías en el uso de la imaginación.
Estar preocupado por cuestiones personales puede impedir la contemplación del
Señor. En ese caso sería mejor orar sobre mi vida o meditar un texto, en vez de orar "al
margen" de los problemas que me preocupan.
APLICACIÓN DE SENTIDOS
PREAMBULOS Y PUNTOS:
El primer punto es ver las personas con la vista imaginativa, meditando y contemplando en
particular sus circunstancias, y sacando algún provecho de la vista.
El segundo: oír con el oído lo que hablan o pueden hablar; y reflictiendo en sí mismo, sacar
dello algún provecho.
El tercero: oler y gustar con el olfato y con el gusto la infinita suavidad y dulzura de la
divinidad del ánima y de sus virtudes y de todo, según fuere la persona que se contempla,
reflictiendo en sí mismo y sacando provecho dello.
El cuarto: tocar con el tacto, así como abrazar y besar los lugares donde las tales personas
pisan y se asientan; siempre procurando de sacar provecho dello.
El Verbo ha tomado carne y cuerpo. Su palabra viva no puede llegar hasta nosotros
fuera de nuestras facultades humanas, incluso corporales, a través de las cuales captamos las
realidades espirituales.
La aplicación de sentidos es señal de una oración simplificada, que ha llegado al
corazón. Si es verdadera, nos dará paz, humildad y sencillez; si forzada, nos cansará y se
desviará.
Las repeticiones y la aplicación de sentidos nos unifican poco a poco. La persona
entera se recoge hacia lo esencial y coge un fruto maduro.
Dios responde a ella a la petición de la gracia: "conocimiento interno del Señor, para
que más le ame y le siga".