Unidad 2
Unidad 2
Unidad 2
La estructura de inicio:
Se refiere a la medida por la cual el líder puede definir y estructurar su
papel y los de sus subordinados, en la búsqueda del logro de la meta.
Incluye el comportamiento que trata de organizar el trabajo, las relaciones
de trabajo y las metas. El líder que se califica en estructura de inicio,
podría ser descrito como alguien que “asigna tareas particulares a los
miembros de un grupo”, “espera que los trabajadores mantengan
estándares definitivos de desempeño” y enfatiza el “cumplimiento de las
fechas límite”.
La consideración:
Se describe como la medida en la cual, es probable que una persona tenga
relaciones de trabajo, caracterizada por la confianza mutua respecto a las
ideas de los subordinados o interés por sus sentimientos. El grado en que
muestra interés por la comodidad, el bienestar, el estatus y la satisfacción
de los seguidores. Un líder con alta consideración podría ser descrito
como una persona que ayuda a los subordinados en sus problemas
personales, es amistoso y uno puede acercarse a él, y trata a todos los
subordinados como sus iguales.
La extensa investigación, basada en estas definiciones que los líderes con
altos índices de estructura de inicio y consideración (un líder “alto – alto
“) tienden a lograr un gran desempeño y satisfacción del subordinado, con
más frecuencia que aquellos que califican bajo ya sea en consideración,
estructura de inicio o en ambas dimensiones. No siempre da como
resultado consecuencias positivas a grandes tasas de ausentismo
injustificado y rotación, así como a los bajos niveles de satisfacción en el
trabajo de los trabajadores que desarrollan tareas rutinarias. En
conclusión, los estudios de Ohio State surgieron que el estilo alto – alto”
generalmente produjo resultados positivos.
En este apartado, se analizan los dos primeros enfoques que se usaron para explicar el
liderazgo. Las teorías de rasgos se enfocan en identificar los rasgos personales que
diferencian a los líderes de los seguidores. Los teóricos del comportamiento
examinaron el liderazgo desde una perspectiva distinta. Trataron de descubrir los
diferentes tipos de comportamiento de los líderes que producen mayor rendimiento
grupal en el trabajo. Ambos enfoques del liderazgo aportan lecciones valiosas a los
administradores actuales y futuros respecto del liderazgo mismo.
A principios del siglo xx, prevalecía la creencia de que los líderes nacen, no se hacen.
Se pensaba que ciertas personas poseen rasgos innatos que los convierten en líderes
exitosos. Un rasgo de líder es una característica física o de la personalidad que puede
usarse para diferenciar a los líderes de los seguidores.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, se emprendieron cientos de estudios para
identificar los rasgos de los líderes exitosos. Se descubrieron decenas de rasgo del
liderazgo. Sin embargo, el entusiasmo se vio sustituido en la posguerra por una crítica
generalizada. Los investigadores simplemente no podían descubrir un grupo constante
de rasgos que predijeran con exactitud cuáles individuos se convierten en líderes
organizacionales.
Investigación de rasgos contemporánea
En 1983, dos investigadores del comportamiento organizacional llegaron
a la conclusión de que podría ser incorrecto el análisis de rasgos realizado
con antelación. La aplicación de técnicas estadísticas modernas a una
antigua base de datos les permitió demostrar que gran parte del
comportamiento de un líder puede atribuirse a rasgos subyacentes
estables." Desgraciadamente, su método no les permitió identificar rasgos
específicos.
El rasgo representa una tendencia general que nos indica características de conductas
del sujeto que son relativamente permanentes.
El rasgo implica una configuración y una regularidad de conducta a lo largo de tiempo y
ante una situación.
Algunos rasgos pueden ser comunes a todos los individuos y otros pueden ser
exclusivos de un individuo. Ciertos rasgos pueden estar determinados por la herencia y
por el ambiente.
Cattell sostenía que todos los individuos poseen rasgos idénticos pero en distinto nivel
o grado, y por lo tanto no hay 2 individuos exactamente iguales.
La conducta de los individuos ante una situación dependerá de los rasgos de su
personalidad pertinentes a dicha situación, y de las variables que pueden intervenir
antes dicha situación.
Gracias a los aportes de Raymond Cattell hoy en día contamos con un test
psicométrico como lo es el 16PF, que permite determinar y conocer los 16 factores o
rasgos de la personalidad de un sujeto de manera clara y precisa.
El modelo define la existencia de cuatro posibles estilos de dirección que indican el nivel de
control que un directivo ejerce sobre los subordinados, y que se denominan:
Ordenar (E1) se caracteriza por dar instrucciones específicas y
supervisar de cerca el desarrollo del trabajo.
Persuadir (E2) se caracteriza por explicar a los subordinados las
decisiones ya tomadas por el superior, a la vez que explica las
ventajas y/o la facilidad de cumplir con lo que se les pide.
Participar (E3), caracterizado por que el mando comparte sus
ideas con sus subordinados y por facilitar el diálogo para llegar a
una decisión acordada en conjunto y a una planificación también
conjunta.
Delegar (E4) se caracteriza por dejar al subordinado —visto
como colaborador— las decisiones sobre cómo actuar para lograr
los objetivos de la institución en general y de su puesto de trabajo
en particular.
Estos estilos implican una integración de dos dimensiones de conducta del líder, que
son la conducta de tarea y la conducta de relación (similares a las definidas por las
investigaciones de la Universidad de Ohio). Una definición clásica de la dirección la
considera como trabajar con y mediante personas y grupos para alcanzar las metas de
la organización.
Así, estos estilos se forman por una determinada combinación de los elementos de
tarea (alcanzar los objetivos de la organización, el cumplimiento de los plazos, etc.) y
de relación (cuidar los aspectos emocionales del trabajador en su puesto y en la
interacción con el mando y con otros compañeros).
Esas dimensiones de conducta se consideran independientes, por lo que cada estilo
incluye una cantidad alta o baja de tarea y de relación. Así, Ordenar implica una alta
tarea y baja relación, Persuadir se caracteriza por una alta tarea y alta relación,
Participar incluye alta relación y baja tarea y Delegar manifiesta baja conducta de tarea
y baja conducta de relación.
Antes que todo aclarar que hay la falsa creencia de que un líder solo nace y que jamás
puede hacerse. Esta hipótesis es totalmente absurda y no tiene fundamento. Si
aprendemos a andar, hablar, trabajar… ¿cómo no vamos a aprender a liderar?
Esta frase atañe más bien a una incapacidad de autosuperación personal por parte de
la persona que lo dice, porque es más fácil decir: “no se puede cambiar” y quedarse
tirado en el sofá, que levantarse, salir a la calle y mejorar en todo lo que te propongas.
Un líder o nace o se hace, eso está garantizado y todo lo demás simplemente son
excusas. Procedamos a ver las clases de líder que hay.
Liderazgo Autoritario o autocrático
Este tipo de liderazgo se caracteriza por el líder que trata de mantener el cumplimiento
de objetivos a través de una autoridad rigurosa. En este tipo de liderazgo los
trabajadores o miembros que siguen al líder suelen seguir al pie de la letra las ordenes
sin derecho a reclamos o explicaciones. Este tipo de liderazgo suele crear notorios
conflictos en el equipo de trabajo, creando de esta manera un ambiente de tensión y
nerviosismo. Los líderes que mantienen un liderazgo autoritario suelen ser suplantados
rápidamente por otro líder que sea más acorde a los a los requerimientos y demandas
de la organización y del grupo.
Líder democrático
Es aquel que, sin perder el control, da lugar a la comunidad para que participe en
cuestiones relacionadas a la política. Además, a la hora de tomar decisiones, el líder
tiene en cuenta las opiniones de la comunidad liderada.
Es por esto que lo que suele hacer es presentar varias opciones frente a un
determinado problema y promover el intercambio de idea entre los diversos sectores y
que aquí se decida cuál es la mejor salida. De esta manera, el líder democrático
transmite una imagen más permisiva, abierta al diálogo y de un individuo que se
preocupa por los problemáticas de terceros.
Liderazgo Complaciente
En este tipo de liderazgo nos encontramos con el líder que intenta tener la aprobación
de todos o de estar bien con todos. Este caso resulta favorable para el líder en una
etapa inicial. Pero Suele ocurrir, en este tipo de liderazgo, que los trabajadores o
seguidores del líder suelen abusar de la confianza y muchas veces se sienten cómodos
y seguros porque saben que a cada demanda o requerimiento que hagan tendrán una
aprobación casi segura por parte del líder. Los que no están de acuerdo con este tipo
de liderazgo son por lo general las personas que están altamente comprometidas con
la organización como gerentes y altos ejecutivos que ven en este tipo de liderazgo
estados de comodidad que van en contra de los cumplimiento de metas, logros y
objetivos de la organización
Liderazgo por Conveniencia
Este tipo de liderazgo se caracteriza por el líder que persigue sus objetivos personales
antes que los objetivos del grupo o de la organización. No le interesa nada más que
salir siempre con un beneficio personal. Es común que este tipo de líder no sea
aceptado en un equipo u organización ya que la forma que toma las decisiones suele
generar mucha desconfianza en los demás miembros del equipo.
Liderazgo Independiente
Este tipo de líder se caracteriza por hacer ser autosuficiente, suele hacer las cosas de
manera aislada. Para que una organización crezca tiene que haber una interacción
entre líderes y seguidores. Este tipo de líder no suele durar mucho en la organización
ya que no garantiza el éxito al equipo. Este tipo de líder suele crear un ambiente de
desorden, confusión, caos y desmotivación que no van de acuerdo con los objetivos y
metas que persigue la organización.
Liderazgo Comprometido
Este es el tipo de liderazgo que necesita toda organización. En este tipo de liderazgo,
el líder está comprometido con pasión y vocación con las responsabilidades que tiene a
su cargo . Las personas que siguen a este tipo de líder suelen sentir compromiso,
seguridad, propósito y satisfacción. Todos estos sentimientos positivos se dan porque
perciben en el líder claramente su propósito y visión con el equipo y con los objetivos
de la organización.
Líder nato y entrenado
La gente que nace con un “Don” no solo nace así sino que también se entrena de
sobremanera. Un corredor de maratón ganador no se pone simplemente a correr
maratones y a los dos días gana récords mundiales. Sino que entrena día tras día y el
ser “nato” no es un condicional extremo. Es decir, nacer con una habilidad más
desarrollada solo te ayuda en los principios, hasta el nivel que alcanza tu habilidad,
cuando superas ese nivel entonces ya solo cuenta el entrenamiento.
Luego hay casos excepcionales dónde también hay muchísimo entrenamiento y que el
líder nato es tan bueno que bate hace historia. Véase los deportistas CR7 o Roger
Federer. ¿Creen ustedes que estos 2 atletas serían los mismos sin un entrenamiento
adecuado y a veces un esfuerzo extra?. Pero su habilidad les ayuda a tener un
rendimiento por encima de los demás.
Lo cual no significa que nadie pueda ser un líder extraordinario en lo suyo si no es que
nace con esa habilidad. Eso es totalmente falso. Si te entrenas y te esfuerzas llegarás
a ser más bueno que la mayoría de líderes natos, todo se basa en saber que puedes
cambiar y mejorar constantemente y con esfuerzo todo es posible.
Uno de los problemas más frecuentes que presentamos los seres humanos
es el control de nuestras emociones, si eres egoísta contigo mismo tenlo
por seguro que nunca sabrás cuales son, te aconsejo que hables con tu yo
interior y le preguntes, en cualquier situación: ¿hice lo correcto? Analiza
la pregunta sin egoísmo y tendrás la respuesta correcta. Pero no solo
porque tengas la respuesta, todo está solucionado, No señor, esa respuesta
es la tienes que trabajar; si lo hiciste mal decir: tratare y me esforzare para
que no suceda de nuevo, y si la respuesta estuvo buena, decir: que bien
pero la próxima vez lo intentare hacer mejor. El éxito está en comenzar
siendo honesto y justo contigo mismo.
3.-Ser aprendiz
Estar abiertos siempre a aprender y desarrollarse. Muchos líderes creen que deben
fingir que lo saben todo para no perder prestigio. Precisamente ésta es una parte
esencial del modelo que predican, la apertura a nuevos sistemas, la innovación y la
creatividad son la base para el desarrollo de cualquier organización actual y
los líderes son los primeros que deberán apuntarse a “aprender” continuamente. Un
consejo: trata de enriquecer tu léxico, esto a la vez te vuelve interesante y elegante.
4.- Disposición a los cambios
El líder eficaz trabaja inmerso en el cambio en vez de resistirse a él. Quizás el cambio
será la única constante en el futuro y el líder debe aceptar como un reto el trabajar en
continuo avance y aprendizaje.
5.-Tener visión
El buen líder tiene una visión clara de lo que puede y quiere conseguir la organización y
la transmite. No se trata de mejoras incrementales sino de saltos hacia adelante en la
práctica, los procesos y las posibilidades. Necesita para ello emplear la lógica, la
imaginación y la inspiración. Los buenos líderes tienen ideales para el futuro; estos
ideales ayudan a desarrollar una dinámica de progreso y mejora hacia el objetivo.
6.-Ser consciente de la realidad presente
Para dirigirse hacia el ideal se ha de tener muy claro dónde se está situado en el
presente. Reconocer los puntos débiles de un proceso, las dificultades y los medios de
que se dispone, han de servir para producir un desarrollo activo. La tensión que se
genera y que redefiniremos como la energía que nos impulsa fuera de la “zona de
confort” hacia una zona desconocida para lograr hacer realidad la visión, se llama
“Tensión creativa”, definida así por Peter Senge. En ningún caso es provechoso
considerar esta tensión como un motivo para rebajar los objetivos, pues esto llevaría a
una regresión en lugar de un progreso.
7.-Tener una escala de valores
Rasgos como la “integridad” y la “ética” son valores que el grupo percibe como muy
importantes a la hora de considerar a un líder.
8.-Ser buen comunicador
Ser capaz de transmitir clara y congruentemente un mensaje. Expresarse de forma
nítida y sencilla, de forma que los demás puedan comprender que se les dice y que se
espera de ellos. (leer un poco sobre “La comunicación efectiva”)
9.-Pensar positivamente
Ver las posibilidades, afrontar los problemas como retos, tener una visión positiva de
las cosas y buen sentido del humor ayudan a mantenerse centrado en los objetivos, a
pesar de las dificultades.
10.-Ser entusiasta
Es una cualidad contagiosa que atrae a los demás y ayuda a soportar situaciones
complicadas y a seguir confiando en lograr el éxito en lo propuesto.
11.-Ser inteligente
En realidad las anteriores cualidades pueden ser trabajadas y desarrolladas, son
habilidades que todo líder debe intentar implementar para ser eficaz, pero ésta última
se refiere a ser jefe de personas. Ahí es donde juega su papel
la Inteligencia Emocional; la capacidad de comprender a los demás; saber qué los
motiva, cómo operan, cómo relacionarse adecuadamente con el grupo, reconocer y
reaccionar ante el humor, el temperamento y las emociones de los otros, es el
catalizador que propicia sacar lo mejor de cada miembro del equipo e impulsarle a la
acción.
Es necesario dejar libertad al músico para que se deje fluir con su instrumento, lo cual
no quiere decir que no tengas que planificar, organizar, gestionar, planificar, asesorar,
controlar, una cosa no es independiente de la otra. A esta pequeña libertad es lo que
muchos jefes conocen como delegar. Entonces...
¿Qué es delegar?
Hoy en día existen muchos miedos a la delegación y se hace un mal uso de ella.
Muchos directivos, jefes creen que delegar es que el trabajador realice más tareas u
otras nuevas, sin explicarle detalladamente qué es lo que tiene que hacer. Los miedos
que hay alrededor de esta función están a la vista en muchas empresas.
Miedo a perder poder, miedo a que me puedan quitar el puesto de trabajo, miedo a que
piensen que "yo no hago nada", miedo a perder prestigio, miedo al qué dirán, miedo a
que lo haga mejor que yo, miedo a perder el tiempo... Todos estos temores son
ridículos, no sirven de nada. Nadie te va a quitar tu puesto de trabajo siempre y cuando
lo hagas bien y te recicles continuamente. El poder no se pierde porque alguien
delegue, al menos que tu definición de poder sea diferente a la mía. Nadie podrá
pensar que no haces nada por delegar, tú delegas unas tareas que los trabajadores
pueden hacer, tú tienes otras como jefe que eres, por supuesto que si no haces nada
claro que te podrán decir todo lo que quieran porque será verdad. El miedo más ridículo
es el de perder el tiempo, ¿realmente piensas que es perder el tiempo dedicar unos
minutos al trabajador a explicarle detalladamente qué es lo que tiene que hacer y
cómo? Si dedicas este tiempo a esto a la larga ganarás mucho más para otras cosas
muy importantes también. Primero que al explicarlo detalladamente el trabajador sabrá
cómo debe de hacerlo, con lo cual ahorraréis tiempo los dos, no tendrá que ir a que se
lo revises cada dos por tres ni tendrá que repetirlo en caso que esté mal. Además, tú
tendrás tiempo para dedicárselo a otras tareas de tu puesto de trabajo.