Algunas Sugerencias Prácticas Sobre Cómo Estudiar La Biblia-1

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ALGUNAS SUGERENCIAS PRÁCTICAS SOBRE CÓMO ESTUDIAR LA BIBLIA

Jim George, Th.M

Una de las búsquedas más nobles que un hijo de Dios puede emprender es llegar a conocer y
entender mejor a Dios. La mejor forma de lograrlo es mirar atentamente el libro que Él ha escrito, la
Biblia, que comunica lo que Él es y su plan para la humanidad. Si bien existen diversas maneras de
cómo podemos estudiar la Biblia, una de las técnicas más fáciles y eficaces para leer y comprender
la Palabra de Dios incluye tres pasos sencillos:

a. Primer paso. Observación: Qué dice el pasaje?

b. Segundo paso. Interpretación: Qué significa el pasaje?

c. Tercer paso. Aplicación: Qué haré al respecto de lo que el pasaje dice y significa?

La observación

Es el primer y más importante paso en el proceso. Cuando leas el texto bíblico, debes mirar con
atención lo que dice y cómo lo dice. Busca:

1. Términos, no palabras. Las palabras pueden tener muchos significados, pero los términos son
palabras usadas de manera específica en un contexto específico. Por ejemplo, la palabra tronco
podría aplicarse a un árbol o a una parte del cuerpo. Sin embargo, cuando lees “ese árbol tiene un
tronco muy largo”, sabes con exactitud lo que la palabra significa y eso la convierte en un término.

2. Estructura. Si buscas en tu Biblia, verás que el texto tiene unidades llamadas párrafos. Un párrafo
es una unidad completa de pensamiento. Puedes descubrir el contenido del mensaje del autor si
observas y comprender cada párrafo.

3. Énfasis. La cantidad de espacio o el número de capítulos o versículos dedicados a un tema


específico revelará la importancia del mismo.

4. Repetición. Esta es otra manera en que el autor demuestra que algo es importante. Una lectura de
1 Corintios 13, donde en apenas 13 versículos el autor usa 9 veces la palabra “amor”, nos hace saber
que el amor es el punto central del texto.

5. Relación entre las ideas. Presta mucha atención, por ejemplo, a ciertas relaciones que aparecen
en el texto:

- Causa y efecto: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en
el gozo de tu señor” (Mt. 25.21)

- Si y entonces: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y


buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y
perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2 Cr. 7.14)
- Preguntas y respuestas: “Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente” (Sal. 24.8)

6. Comparaciones y contrastes. Por ejemplo: “Oísteis que fue dicho a los antiguos... pero yo os
digo...” (Mt. 5.21)

7. Estilos literarios. La Biblia es literatura, y ls tres tipos principales de literatura bíblica son el
discurso (las epístolas), la prosa (la historia del Antiguo Testamento) y la poesía (los Salmos). Es
muy útil tener en cuenta la forma literaria a la hora de leer e interpretar las Escrituras.

8. Ambiente. El autor tenía una razón o una carga particular para escribir cada pasaje, capítulo y
libro. Asegúrate de captar el ánimo, el tono o la urgencia con la que escribió.

Después de considerar estos aspectos, estarás listo para plantear las preguntas clave:

Quién? Quiénes son las personas que menciona este pasaje?

Qué? Qué sucede en este pasaje?

Dónde? Dónde tiene lugar esta historia?

Cuándo? En qué momento (del día, del año, de la historia) sucede esto?

Formular estas cuatro preguntas clave puede ayudarte a extraer los términos e identificar el
ambiente. Las respuestas también te ayudarán a usar tu imaginación para recrear la escena acerca de
la cual estás leyendo.

Cuando te hagas estas preguntas e imagines el suceso, tal vez surjan nuevas preguntas de tu propia
iniciativa. Hacer esas preguntas adicionales para la comprensión facilitará la construcción de un
puente entre la observación (el primer paso) y la interpretación (el segundo paso) del proceso de
estudio bíblico.

La interpretación

Es descubrir el significado de un pasaje, la idea o el pensamiento principal del autor. Responder las
preguntas que surgen durante la observación te ayudará en el proceso de interpretar. Hay 5 pistas
que pueden ayudarte a determinar cuáles son los puntos principales del autor:

1. Contexto. Cuando lees el texto, puedes responder el 75% de tus preguntas acerca de un pasaje.
Cuando se lee un pasaje se observa el contexto inmediato (el versículo anterior y el siguiente) y el
más amplio (el párrafo o el capítulo que precede o sigue al pasaje que estudias).
2. Referencias cruzadas. Deja que las Escrituras se interpreten a sí mismas. Es decir, que otros
pasajes bíblicos arrojen luz sobre el pasaje que estudias. Al mismo tiempo, ten cuidado de no dar
por sentado que una misma palabra o frase significa lo mismo en dos pasajes diferentes.

3. Cultura. Puesto que se escribió hace mucho tiempo, debemos entender la Biblia, a la hora de
interpretarla, desde el contexto cultural del autor.

4. Conclusión. Después de responder tus preguntas para comprender el pasaje a través del contexto,
de las referencias cruzadas y de la cultura, puedes hacer una declaración preliminar acerca del
significado del pasaje. Recuerda que si tu pasaje incluye más de un párrafo, tal vez el autor presente
más de un pensamiento o idea.

5. Consulta. Leer libros como comentarios y obras de eruditos bíblicos puede ayudarte a interpretar
las Escrituras.

La aplicación

Es la razón por la cual estudiamos la Biblia: queremos que nuestra vida cambie, ser obedientes a
Dios y ser cada vez más como Jesucristo. Después de haber observado un pasaje, y de haberlo
interpretado o entendido lo mejor posible según nuestra capacidad, debemos aplicar su verdad a
nuestra propia vida.

Será provechoso que te plantees las siguientes preguntas sobre cada pasaje de las Escrituras que
lees:

1. Cómo afecta mi relación con Dios la verdad revelada allí?

2. Cómo afecta esta verdad mi relación con otros?

3. Cómo me afecta a mí esta verdad?

4. Cómo afecta esta verdad mi respuesta al enemigo, Satanás?

El paso de la aplicación no termina simplemente respondiendo estas preguntas. La clave es poner


en práctica lo que Dios te ha enseñado a través de tu lectura. Aunque en un determinado momento
podrías no aplicar de manera consiente todo lo que has aprendido en el estudio bíblico, sí puedes
aplicar algo. Y cuando te propones aplicar una verdad en tu vida, Dios bendecirá tus esfuerzos
transformándote a la semejanza de Jesucristo.

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