El Inductivismo

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El inductivismo

el conocimiento científico se caracteriza por derivarse a partir de los


hechos por ello alcanzamos un punto en el que se le dedica una atención
detallada a la naturaleza de los hechos y observaciones experimentales,
estos hechos pueden llegar a ser estimados como la base de la cual se
deriva el conocimiento científico, sin embargo estos hechos no se
establecen de forma directa y segura por lo tanto se puede suponer que
se pueden establecer hechos apropiados en ciencia y la cuestión a tratar
sería la de cómo se puede derivar el conocimiento científico a partir de
esos hechos.
Decir que la ciencia se deriva de los hechos se puede interpretar como que
el conocimiento científico se construye, primero estableciendo los hechos
y después edificando la teoría que se ajusta a aquellos hechos.
La ciencia no puede derivarse de los hechos si cuando se habla de derivar
se interpreta como deducir lógicamente. primero que todo consideremos
algunas leyes científicas de nivel inferior como "todos los metales se
dilatan al ser calentados" o "los ácidos ponen rojo el papel de tornasol".
Estos son ejemplos de enunciados universales y que se refieren a todos los
acontecimientos de un tipo particular. El conocimiento científico tiene
enunciados de este tipo, pero la situación es muy distinta cuando se trata
de enunciados observacionales que constituyen los hechos que sirven
como prueba a las leyes científicas generales. Aquellos hechos
observables o pruebas experimentales son afirmaciones especificas acerca
de un estado de cosas en un tiempo específico y los filósofos denominan a
estos enunciados singulares, ahora supongamos que tenemos a
disposición un gran número de hechos de ese tipo como la bese desde la
que queremos derivar un conocimiento científico. Entonces ¿Qué tipo de
razonamiento lógico nos puede conducir desde los hechos como premisas
hasta las leyes científicas que se intentan derivar como conclusiones? Para
ver esto se puede tomar el ejemplo de la dilatación de los metales, este
razonamiento se puede esquematizar tal que así:
Lo anterior no llega a ser un razonamiento que sea lógicamente valido ya
que carece de las características básicas de un razonamiento de aquel tipo
y lo que se quiere explicar aquí es que no es verdad que, si los enunciados
que constituyen las premisas son verdaderos, entonces la conclusión
también deba ser verdadera. Por más observaciones que se tengan de
metales dilatándose, no existe una garantía lógica de que alguna de las
muestras de metal no se contraiga en alguna ocasión al calentarse.
Los razonamientos de este tipo vienen de un numero finito de hechos
específicos hasta una conclusión general. A estos suele llamárseles
razonamientos inductivos para poder distinguirlos de los razonamientos
lógicos y una de las características que diferencia estos dos es que cuando
se pasa de enunciados acerca de algunos acontecimientos de un tipo
particular a enunciados acerca de todos los acontecimientos, van más allá
de lo que dicen las premisas. Esto hace que las leyes científicas vayan más
allá de la cantidad finita de la evidencia observable que puede soportarlas
y por esta razón es por la cual nunca pueden ser probadas en un sentido
de ser deducidas lógicamente de dicha evidencia.
El conocimiento científico debe de entenderse como un derivado de los
hechos y este derivado se debe comprender en un sentido inductivo más
que deductivo. Las características de un buen razonamiento inductivo son
de gran importancia ya que no están del todo justificadas todas las
generalizaciones que se pueden llegar a hacer a partir de los hechos
observables, algunas pueden ser demasiado apresuradas o basadas en
insuficiente evidencia y así parece como cuando se le atribuye
injustamente a un grupo étnico basándose en algún tropiezo desagradable
pero ¿Bajo qué circunstancias precisamente es lícito aseverar que una ley
científica ha sido "derivada" de un número finito de pruebas
observacionales y experimentales?.
El primer intento de respuesta a ello consiste en la exigencia de que para
que este justificada la inferencia inductiva desde los hechos observables
hasta las leyes se deben satisfacer las siguientes condiciones:
• El número de enunciados observacionales que constituyen la base
de una generalización debe ser grande.
• Las observaciones se deben repetir en una amplia variedad de
condiciones.
• Ningún resultado observacional aceptado debe entrar en
contradicción con la ley universal derivada.

Esta respuesta al problema puede ser correcta. Sin embargo,


supone cierta dificultad en el caso de una versión suficientemente
fuerte de la afirmación de que el conocimiento científico debe
derivarse de los hechos por inducción. Pero el verdadero problema
esta al preguntarse como se justifica a si mismo el conocimiento al
que recurre cuando se juzga si una circunstancia es o no relevante
para el fenómeno que se esta investigando. Si se exige que se llegue
a ese conocimiento por inducción el problema se vuelve recurrente
ya que los nuevos razonamientos inductivos requerirán ellos
mismos que se especifiquen las circunstancias relevantes y así
sucesivamente.
Cada razonamiento inductivo involucra llamar a un conocimiento
previo, que requiere un razonamiento inductivo que lo justifique,
que a su vez implique una llamada a otro conocimiento previo y así
como una cadena sin fin por lo tanto el que todo conocimiento se
justifique por inducción es algo que no puede cumplirse.

La posición de que el conocimiento científico se deriva de los


hechos observables por algún tipo de inferencia inductiva es una
postura que se denomina inductiva e inductivista. Ya se ha señalado
que esto trae consigo problemas que le son inherentes de manera
particular el problema de establecer una generalización que
constituya una buena inferencia inductiva pero también existen
otros problemas de esta postura inductivista.
Uno de esos problemas consiste en que a medida que se reflexiona
sobre el conocimiento científico contemporáneo se debe admitir
que gran parte de el se refiere a lo inobservable tales como
protones, electrones, genes y moléculas de ADN, etc. Por lo tanto,
el razonamiento inductivo parece que no puede proporcionar
ningún conocimiento de lo inobservable.

Otro problema tiene origen en el hecho de que muchas de las leyes


científicas toman la forma de las exactas que se formulan
matemáticamente. En comparación con la exactitud de esta s leyes,
tenemos la inexactitud de toda medición que constituya una
evidencia observable.

Un tercer problema para el inductivismo es el chasco filosófico que


se denomina problema de la inducción y que surge para todo el que
suscriba la opinión de que el conocimiento científico en todos sus
aspectos debe ser justificado apelando a la lógica deductiva y
derivándolo de la experiencia.

Otro problema básico con las interpretaciones según las cuales los
argumentos inductivos conducen a la verdad probable en ves de a la
verdad y esto surge cuando se trata de precisar cuan probable es
una ley o una teoría a la luz de la evidencia especificada.

La idea de que la colección de hechos puede y debe tener lugar


antes de la adquisición y aceptación de todo conocimiento no
soporta el análisis. Las leyes y teorías que constituyen el
conocimiento científico derivan por inducción a partir de una base
de hechos suministrada por la observación y la experimentación.
Una vez que se cuenta con ese conocimiento general se puede
recurrir a él para hacer predicciones y dar explicaciones.
La concepción inductivista básica de la ciencia tiene algunos méritos
aparentes ya que su atractivo parece residir en el hecho de que
proporciona una explicación formalizada de algunas de las
intuiciones comunes acerca de las características peculiares del
conocimiento científico, esto es, de su objetividad, confiabilidad y
utilidad pero aunque pueda parecer atractiva la posición
inductivista necesita una matización severa y en el peor de los casos
termina siendo totalmente inadecuada.

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