Endechas Judeo Espanolas 1203916
Endechas Judeo Espanolas 1203916
Endechas Judeo Espanolas 1203916
OE-INVESTIGACIO
<8iNSTnvro 3
6 ARIAS Q
©MONTANO &
ENDECHAS
• EO-ESPAÑOI
EDICION REFUNDIDA Y AUMENTADA
TRANSCRIPCIONES MUSICALES
INDICES ANALITICOS
ESTUDIO LITERARIO
Capítulo primero
20 Como única excepción cabe citar Florence Whyte, Tlie Dance of Death
in Spain and Catatonía, 1933. Conozco, sólo, la reseña de P. Bohigas en la
RFE, XX, 1933, pgs. 75-78.
21 M. (L. Wagner, Caracteres generales del judeo español de Oriente. Ma
drid, 1930, p. 36. M. L. Ortega, Los hebreos en Marruecos, p. 167, dice:
«Jamás hablan los hebreos de la muerte, ni se comunican noticias de un falle
cimiento. Para este caso se valen de un signo hecho con la mano, que equivale
a decir: ¡Fulano... se mar.chó!» Véanse, también, las pgs. 231-232 de Wagner.
Creo que estas prácticas coinciden con los ritos de agregación al otro mundo.
Para Van Gennep son semejantes a los de adopción a un clan: extremaunción,
poner al muerto en tierra, no comer, tocar o citar nada de los difuntos, etc.
(Rites passage, p. 236).
Con estas interdicciones habría que relacionar los refranes judeo españoles :
Quien ve al gilerco, le queda el gesto y ¿Quién vido al gilerco y escapó?
(R. Foulché-Delbosc, Proverbes judéo-espagnols. RHi, II, 1895, p. 3S, nú
meros 1102 y 1106, respectivamente. Cito por la separata.)
8 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
23 Tan gran conocedor del mundo sefardí como es el profesor Paúl Béni
chou ha narrado las enormes dificultades que entraña la recogida de estos can
tos, e incluso llega a escribir: »Yo no lo he logrado nunca [transcribirlos] ;
mejor dicho, apenas me atreví a pedir tal cosa» (El cancionero lírico judeo
español de Marruecos. NRFH, XIV, 1960, p. 99).
23 Art. cit. nota anterior, p. 100.
Capítulo II
dio luto (hasta final del séptimo mes a partir del día de los
funerales) 13
*15. En Marruecos, el duelo se acompaña del ¡uo!, ¡uo!,
voz de tristeza, y se alquilan oyinaderas. El testimonio de Ortega
es preciso: «Antes, y aun hoy en algunas ciudades, existían pla
ñideras mercenarias que recitaban versos en la casa mortuoria y
saltaban en lúgubres danzas, como poseídas, mesándose los cabe
llos, arañándose el rostro y lanzando macabros lamentos. Ya esta
costumbre, que quizá fuera importada de España, va desapare
ciendo» 16. La duración del duelo es, en Marruecos, de ocho días.
33 T. Caro Baroja, Los vascos. San Sebastián, 1949, p. 345. Véanse las pá
ginas 342-349 de esta obra y la bibliografía de las notas (i y 7. En la antigua
literatura vasca existieron también las endechas, según los datos que agrupa
J. Gorostiaga en su Epica, y lírica vizcaína antigua. Bilbao, 1952, pgs. 57-62
(cinco fragmentos en total).
34 Molho, pgs. 182 y 267. También a mi me lo cantaron como endecha
en Tetuán.
35 Véase también el trabajo de J. Pérez Vidal, Endechas populares en
tristrofos monorrimos, siglos XE-XVI. I.a Laguna 1952, donde se recoge la
existencia de plañideras en Navarra y Extremadura (pgs. 9-10) y Canarias (pá
ginas 25-28). Sobre las endechas a la muerte de Guillén Peraza, véase la nota
56, pgs. 38-39, del mismo libro. Casas Gaspar publicó una monografía de con
junto sobre este tema, que se describe en la bibliografía (vid. sus pgs. 337 y ss.).
Capítulo IV
» Ib., p. 244.
10 Op. cit.. pgs. 67-71.
11 Acaso popular no sea la mejor adjetivación; sería mejor decir no lite
rario. Contraponiendo dos formas de manifestación: la oral y la escri-
t a . Así por ejemplo, David llora, la muerte de Absalón con estas palabras :
«¡Absalón, hijo mío! ¡Hijo mío, Absalón! ¡Quién me diera que fuera yo el
muerto en vez de ti! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!» (II Samuel, XVIII, 33 y
XIX, 4). No de otra forma llora una madre la pérdida de su hijo. Bien es ver
dad que la manifestación oral espontánea también puede llegar a ser motivo
literario, cfr.:
¡ Ay Muerte ! ¡ muerta sseas, muerta e malandante !
Matásteme mi vieja: ¡ matasses a mí enante !
(Buen Amor, 1520a-b.)
12 Por ejemplo, «se van los novios chiquitos» (o «los maridos chicos»)
aparece en las endechas II, III, IV, IX ; «mancebos y arasbas», en las I, II.
III, IV, VII (con alteración del sintagma) ; «y no crían sus hijos» (o «sus de
34' ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
seados»), en las II, IV, IX ; «vacian su luguare» (o «su casa»), en las II, IV, V,
VIII; «no hacen alegría», en las III, IV; «Los viene el dolor rabioso, / no
llevan cura ni melecina», con ligeras variaciones, en las IV, VI y VIH.
ENDECHAS Y TRADICIÓN LITERARIA PENINSULAR 35
25. Deberes para con el muerto (IV v20). Falta alg'o semejante
en los textos literarios. La petición de ropajes que hace el texto
es simbólica. Han de ser vestidos de pesar, de oínas, de mancilla,
de suspiro, de alcarja 'pena’... En definitiva, dolor por la ausen
cia. No otra cosa es el fin de toda esta suerte de endechas. El poe
ta parte siempre de este principio : el dolor consta (vid. § § a-c
de los planhs provenzales que cito en la página 32), la manifesta
ción personal de ese dolor, según sea el muerto, es lo que cada
Defunción requiere. He aquí anotada una diferencia fundamental
entre las endechas literarias y las populares: aquéllas más abs
tractas, éstas ceñidas a la verdad cotidiana. Olvidado el aconte
cimiento—-desusual, de importancia momentánea—en las primeras,
se olvida, también, el poema que trata de perpetuarlo ; en las se
gundas, endechas populares, hay un sentido más objetivado de la
realidad: el tiempo logrará borrar el dolor inminente; para en
tonces hagamos un vestido de pesar, de lamentos, de aflicción,
de suspiros y de penas.
Por lo demás, este vestido metafórico tiene sus antecedentes
literarios. Recordaría el capítulo III de la Epístola de San Pablo
a los Colosenses: . .
La desgraciada,
la mal lograda,
viuda os vea yo
a la madrugada.
(Cejador, t. II, p. 147. núm. 1245.) -1
FD S
15 sabios, rudos... sabios, ricos...
18 Muerte, dime lo que fazen dime, muerte, que se hazer.
20 desnudos todos, robados muy desnudos y robados
(Los versos 20-21 de FD están invertidos en S)
22 caídos son en pobreza son caydos en pobrezas
23 ... vale la riqueza ... valen las riquezas
(En S falta íntegramente la estrofa 4 de FD)
25 ... ganaron ... dexaron
29 que si... y si...
4» ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
hayan sido fundidas por los judíos marroquíes» 22. Creo que no
será necesario aclararlo más, pero insisto:
1. ° La endecha que nos viene ocupando consta, cuando me
nos, de dos fragmentos ; uno de ellos—los cuatro versos inicia
les—se había atribuido a Juan de Mena (Foulché-Delbosc, Val-
buena), a Palcmeque (Gallardo, Vendrell, Cañe, VII-D-4) o se
había transcrito sin nombre de autor (Cañe. VII-D-4, pliego gó
tico). La identificación de los viejos versos castellanos con los se
fardíes se hizo ya en 1952 (Cantos de muerte judeo-españoles,
«Clavileño», III, núm. 16, p. 35a).
2. ° El resto del cantar de la Muerte aparece como anónimo
en un plieg'o gótico, que publiqué en 1953 (Endechas, 1.a edic., pá
ginas 103-113), y que reimprimo ahora en las páginas 183 y ss.
3. ° En el mismo pliego gótico que perteneció a Salvá se pu
blicaron, con otro par de textos, los dos poemas que forman la
actual endecha judía. De aquí la necesidad de inferir que los ju
díos conocieron éste o un pliego semejante, ya que la unión de
los dos textos que hoy practican los judíos se había cumpli
do en la estrechísima selección del pliego gótico de 1530 (?).
En las páginas 148-149 del trabajo de Larrea se trata de ca
racterizar la endecha como género literario, pero se involucran
materiales muy diversos. No se puede tomar «como muestra e!
cantar de la muerte», que es literario y cuyas fuentes conocemos
bien. No en todas las endechas—como se dice en la página 149—
«ocurre que interviene siempre en ellas el sujeto que sufre la des
gracia» ; basta ver las que yo publico con los números III, IV,
VIII y IX. Tampoco es más cierta la afirmación de que sean
«siempre de estilo narrativo», al menos haría falta saber lo que
el señor Larrea entiende por él (véanse las endechas I, II, HL
IV, etc.). No se olvide que los cantos mortuorios sefardíes son
23 Vid. José Manuel Blecua, Cancionero de 1628. Madrid, 1954, pgs. 311-
315 y 315-316; Mekéndez Pelayo, Teatro Lope, Edic. Nac., V, p. 254; las pá
ginas 59-68 de este libro o Alonso-Blecua, p. 227, núm. 8. Muy poco antes
de la independencia de Portugal se publican en Lisboa (1637) unas Maravillas
del Parnaso, coleccionadas por J. Pinto de Morales, donde hay varias ende
chas (pgs. 23-26, 28-30, 47-50, 58-60, 61-64, etc., etc., edic. de 1943).
26 Por ejemplo, en La Dorotea (edic. Blecua, Puerto Rico-Madrid, 1955,
pgs. 232-235, 282-291, 294-301, 367-371) o en su teatro: La bella Aurora (Me
néndez Pelayo, Teatro Lope, Edic. Nac.. II, p. 245), Lo cierto por lo dudoso
(ib., IV, p. 296). Pedro Carbonero (ib., V, p. 207). etc.
2Í Edic. Mili.é, núms. 3. 30.
28 Edic. Astrana, p. 6.
29 Vid. la nota al núm. 8 de la Antología de Alonso-Blecua o las pági
nas 59 y ss., ya. citadas, de este libro.
30 Tesoro de la lengua castellana, edic. Riquer, pgs. 516a-517a.
31 Vid. E. Diez Echarri, Teorías métricas del siglo de oro. Madrid, 1949,
pgs. 211-212.
32 Arte poética española (tengo a mi alcance la edic. de Barcelona, 1759,
por la que cito), pgs. 67-68.
33 Op. cit., II, p. 292.
34 Sobre esta vitalidad, vid. M. T. Benardete, pgs. 122 v ss.
«COPLAS DE LA MUERTE» Y TRADICIÓN SEFARDÍ 55
anterior, pgs. 512-517) ; sin embargo, son muy viejas también las resistencias
contra ellas (ib., pgs. 518-523). Se da el hecho paradójico de que Fernando II
de Aragón sea llorado en una especie de endecha—con planto y todo—por To
rres Naharro (cfr. arriba, p. 23).
40 J. Pérez Vidal, Endechas populares en trístrofos monorrimos, siglos'
XF-XEI, La Laguna, 1952, pgs. 25-28.
41 Vid. nota 33, p. 28
42 La prohibición de las endechadoras entre ellos es más reciente : siglo xviii
en Salónica (vid. M. Molho, p. 174), y su desaparición en los albores del
siglo xx en Marruecos (cfr. pgs. 18-19).
43 Vid. Benardete, p. 123. Salvo pequeñas deficiencias, son octosílabas las
viejas endechas de Salónica recogidas por M. Molho en Cinq élégies en judéo-
espagnol. BHi, XLII, 1940, pgs. 231-235.
«COPLAS DE LA MUERTE» Y TRADICION SEFARDÍ 57
edición (ahora en las 9-16, § 5-8); en las pág'inas 22-26, 30-36 (aho
ra páginas 17-20, § 9-10; y 23-28, § 12-13), etc., etc., hablo de
cuestiones folklóricas ; las páginas 132-182 (ahora páginas 71-124)
encierran el estudio de la lengua de Larache, precisamente según
el texto de las endechas por mí recogidas.
cipe de dos campos y con la voz y el canto que eran los mismos
que los de sus convecinos los cristianos» 46*y, por último, como
fuente de una endecha pienso en alguna quina hebrea (pgs. 76-77
de la 1.a edic., 149-150 de ésta). Con respecto a esta cuestión me
interesa, sobre todo, la opinión de solventes hebraístas (Millas,
Gonzalo Maeso, Romano) 4r, que en críticas publicadas sobre mis
estudios sefardíes se han mostrado de acuerdo con mi forma de
tratar las cuestiones 48.
Púsoseme el sol,
salióme la luna;
más quisiera, madre,
ver la noche oscura.
1 Cito por Cbjador, t. II, pgs. 100-101, núm. 1189. El mismo Cejador
(t. IV, pgs. 188-189, núm. 2567) copia de la propia Flor de Linares una glosa
—del siglo xv, según él—que repite conceptos semejantes a los del poema:
Laín
¡ Oh, qué tristura tamaña 1
El esprito se me roba.
¿ Quién fizo tan mala trova ?
Un músico
Un home de la montaña,
Que es asaz endechador
Y palaciano además.
Laín
Non me la cantedes más;
Cantadme trovas de amor.
Ante esta escena, Menéndez Pelayo dudó. Su agudo olfato
crítico acertó a conocer la verdad, pero las palabras del texto le
fueron eng-añosas: «Esta composición tiene todo el corte popu
lar ; pero Lope de Vega era muy capaz de hacerla él mismo, y
parece que indica que la había hecho:
—¿ Quién fizo tan mala trova ?
—Un orne de la Montaña,
que es asaz endechador,
y palaciano además» 4.
No. Lope no la había escrito. Cuando él la recogió, la endecha ha
bía gozado ya de grande difusión. Hemos visto el texto de Juan
de Linares (1573) 5; hay una farsa pastoril impresa en Alcalá el
año mismo del Peregrino en la que una doncella recuerda nues
tros versos elegiacos :
Las que nacen sin ventura,
Como yo triste perdida 6.
4 Op. cit., p. xc.
5 De la comedia de Lope sólo sabemos que es anterior a 1604, ya que figu
ra en la lista del Peregrino en su patria (primera edición!.
6 Gallardo, t. I, col. 703.
BUENANDANZA DE UN TEXTO ANTIGUO 63
De jome mi padre
lleno de amargura,
niño delicado,
pobre y sin ventura u.
10 Cejador, t. II, pgs. 153-154, núm. 1.256, que cita este pliego, nos da el
lugar (Burgos) pero no la fecha de impresión. Los versos a que aludo en el
texto son:
El mismo texto aparece en los Cancionerillos de Praga (RHi, LXI, 1924, pági
na 395, núm. 13).
11 Ib., t. I, p. 216, núm. 786.
12 En el Cancionero de Barbieri (1890), p. 182b, núm. 358, figura una en
decha pastoril en la que hay versos que parecen proceder de la elegía que co
mento :
Uno de los versos del estribillo reza: Pues nací tan desdichado.
BUENANDANZA DE UN TEXTO ANTIGUO 65
14
O triste! mejor me fuera
que nunca fuera nasqida:
a lo menos non oviera
la muerte tan conosgida;
cuytada e triste seyendo,
en mi fortuna pensando,
mi cuyta e dolor plañiendo...
(Foulché-Delbosc, I, 555a.)
16 T. I, núrn. 274. Esta misma forma tiene el refrán que cita Correas, pá
gina 510. En la p. 50 del Cancionero llamado flor de la rosa, lo recogió Daniel
Devoto (Buenos Aires, 1950).
17 Creo que la hipótesis que apunto en la nota 15 se refuerza con
este enunciado de hechos: dos estrofas de Santillana encierran numerosos
motivos de la endecha ; Gómez Manrique en la elegía que dedica a su tío tiene
varios motivos que acaso se relacionen con esta misma endecha. No sería ex
traño que Manrique, excelente conocedor de la poesía de Santillana, evocara en
68 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
ESTUDIO LINGÜÍSTICO
47. En las páginas que siguen trato de recoger una muestra del
habla de Larache, según la manifiestan mis endechas. No preten
do que este espécimen sea el único en que se refleje el estado ac
tual del dialecto. Mis aspiraciones son mucho más modestas:
obtener la «instantánea lingüística» de un hablante reputado como
buen conocedor del dialecto. Esto es todo. La fonética es la que
habitualmente se oye; el léxico es muy otro. La tradición litera
ria pesa hasta mantener voces que hoy ya no son comprendidas.
Me fijo en el habla de Larache porque sólo pocas veces me per
mitió la fortuna recoger oínas en Tetuán. Hubiera habido mani
fiesta desproporción en las consideraciones de hoy.
He transcrito las nueve primeras endechas porque son las que
—por hoy—no tienen documentación literaria. A otras tres su ori
gen y una tradición sostenida o muy cercana las mantiene sin gran
des alteraciones en su morfología y en su léxico. En cuanto a
las VII b, X y XII c, véase la indicación de la p. 153; de todos
modos no pueden desdeñarse en un estudio de fonética descriptiva.
En la transcripción fonética, salvo ligeros cambios (s en vez
de c), sigo el alfabeto de la «Revista de Filología Española» (II,
1915, pgs. 374-376).
TRANSCRIPCIONES FONETICAS
Texto I
malogrado mwéro1
malogrado ya so morÍE1
maiko b tódóz dwélo
kwando so gwárdBnl do Ib lúz dol dÍE||
o malogrado mwéroi
do ormósB frénto1
maiko b tódóz dwélo
kwando no ÉlxádrEl naide de su xénto||
malogrado mwéro1
10 do óxos pintados1
maiko e tódóz dwélo
kwando no so kázn1 i d^xn un deseado ||
malogrado mwéro1
do kárB plntádni
15 maiko b tódóz dwélo
kwando no tráo1 Ib nóbjn b su kwázE|¡
y ayúzo1 y ayúzo |
y anda al sol no sb1íe|
y anda al- agíls négrn
sqz tosas- a todóz darÍE|
25 laz tósaz de mansétoz- j argázÜEs|
30 y ái lóz nidarálasj
yo ma érE da laz fijep kasádss
no érn da ambidjárma|||
Texto II
a Ib tj^rB irÍB)
kón dolor laróbBrÍB|
yó lnróbo y B Ib tj^rni
la ka sjémbrB snn bjéna)
5 ke la púdrB lós sus pánós
i nó su armosB frépta|
la púdra sus papos'
yó sa lós pudrarÍB'
y a esa mBnsébo bonito
10 y ó no le daxBrÍB||
y a Ib tj^rn tr'iB
la ka sembrái da trigo)
se bá lo nóbjc sikíto
i no krínn sus- ixós||
15 a Ib tj^rB irÍB|
la ka sembrái sabádn
ke la púdra lós sus pápós
j nó su karB pintádn))
a Ib tj^rB irin)
20 kón dolor laróbarÍE]
yo tBróbo a Ib tj^rB]
y a esa ixo tBm bwéno
yo nó lo daxBrÍB||
i si esta dolor fwé tnp gránda'
25 doblárlo b1 pazáraj
8o ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
si mál dürmjérp
la mi mádra am bwéstre áldE)
30 kobrjésamez 1e mi kára
kon- al bel o da lóz mEnsébóz- j arázbBs||
si maj durmjérB
Ib mi mádra am bwastróz brásós
kobizémaz Ib kárB
3ñ kon- Si bélo da Iqz mElográdós|||
Texto III
yá EmEnéSa' yá EmEnaOiE]
los ke lós pxká Ib imv^rta
nó SEdórmÍEíi|
yá smunéGa an- esa kámpo|
5 letBntáitóz Ies kamádus
yEs^r yápto||
yá BmEnéOa1 yá EmEna6ÍE|
yá smunéfia i kó™ muso pazáraj
lebuntá lóz murídoz bwénós
10 purustár- an suz lugwáras||
ágela l la agen
bastidos kó“ muSo pasáraf
ka ói sa dapárta
da su káze i su lugvváru||
5 ágela i la ágen
bastidos
•
kónm muses- oínesl»
pare il g'ólpa rebjóso]
no eyó kure ni mela0íne||
ágela! la ágen
10 bastidos kó“ muse mensíej
sa feá™ mosítoz- j erázt>es|
no ásan- elagrie||
ágela' la ágen
bastidos kó™ muso sóspiro|
lo sa bán lóz nóbjós Sikítós
i no kríen- e sus- íxós||
ágela! la ágen
bastidos
' kónm muse alkárxe!
• '
su bán lóz nóbjós sikítos
20 i báOjen su kwáse|||
Texto V
ni ándn ni pnréSa1
ni la béo komo salín
ka ln tj^fB í6o morádn
por sjémpra i tóete Ib bte|¡
5 si subjérnz mi mádra
y al kámpo por 1b nrenárre
pragúnte b los korentádós
kómo as- al trago da Ib retámnl
nmárgo i préto||
10 nr ánde ni peréSa
ni la tiéo di komo solín|
y entra móntos- i bayas
ai seskóndÍB¡|
élxemí1 ófàdòsi
grandaz da kBstín|
lóa sakaten sóraádós
por todo Ib bÍB||
éxemí1 orados1
10 grandaz ...
10a ...
por ...
drtÍB Ib xénta|
ké nagra mBnzie|
diÓÍB Ib xénta1
ké negre mBnzÍB|
86 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
Ib rópB da páskwB
SBkáilü Él solara|
no masçi da le tjçfe
sobra su çrmose fréntgl
ka çi sa daspárta
da su kwasB i da su xénta¡|
5 nô masçi da le tjçre
sobra sus- çxôs pmtàdôs|
sa bán lôz nobjôs sikitôs1
no kríen suz desaádós|¡]
ANÁLISIS LINGÜÍSTICO
FONÉTICA
El acento
Las vocales
El yeísmo
61. La -l- española se pronuncia siempre y: yamáta (Use),
y áai t o (III6), yeta n (VI4), y ó r a n (VII a5), y é b a
(VIII9); lo mismo que en Tetuán y e b á il a (Bueso, 10),
yáma (ib., 25), ayára (ib., 35), kabáyg (CN, 3, 5),
y é b a n (ib., 42), etc.
Cuando esta y va precedida o seguida de i, desaparece:
man Sí a (HJn, etc.), pqrtío (VIS), ka^tía (VII a2),
b í a 'villa’ (VII a4>32); a í 'allí’ (V1S). La y de o y i n a (VIIIj
no procede de y, vid. p. 10 y § 52 (p. 92), aunque resulta difícil ex
plicar su mantenimiento. En Tetuán sebía (Bueso, 2, 7), o rita
'orillita’ (CN, 4), a i (ib., 30), d a i 'de allí’ (Herm., 66). Los
mismos hechos están atestiguados por Benoliel, XIII, p. 225.
Wagner, p. 225, y Bénichou, p. 213, § 9. La articulación de la l ha
sido minuciosamente estudiada por A. Alonso ; al establecer unas
conclusiones sobre el yeísmo entre los judíos, dice que «del mis
mo siglo [xviii], o a lo más de la segunda mitad del anterior,
es la aparición del yeísmo judeo-español, pues es posterior a la
fijación del ladino en la escritura rabínica» (La «LL» y sus alte
raciones en España, y América, en los «Estudios dedicados a Me-
néndez Pidal», II, p. 82).
96 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
El seseo
Tratamientos consonanticos
6 Benoliel anotó ya: «si en ciertas ciudades, Tánger, por ejemplo, las
palabras y las sílabas son escrupulosa e integralmente pronunciadas, en otras,
como Tetuán, las consonantes finales son generalmente mudas por completo,
quiero decir que no son, como en Andalucía, sustituidas por aspiraciones»
(XIII, p. 213, § 4).
ANÁLISIS LINGÜÍSTICO 99
Fonética sintáctica
MORFOLOGIA
Morfología nominal
71. El indefinido naide (Is) coexistía en el s. xvi ai
lado de nadie, como puede verse en H. Keniston, The syntax of
Castilian prose (1937), p. 617. Como rasgo del habla vulgar está
muy extendido por la Península (Asturias, Salamanca, Sierra de
Gata, Murcia, Cádiz, Granada) y por América (Nuevo Méjico,
Puerto Rico, Santo Domingo, Costa Rica, Chile), según datos
recogidos por Rosenblat, pgs. 150-151.
El imperativo
El pretérito
80. La desinencia de la segunda persona del plural del preté
rito es -tis en vez del castellano -steis: d e x ó t i s (VIS), vid.
Bénichou, pg’s. 234-6. En Bosnia, tomatis es segunda persona
del singular, según Baruch (p. 143); en Salónica, tomóles, y en
Sarajevo, tumatis. La oposición singular / plural se hace en estos
sitios mediante la palatalización de -v final (sing. - tes / pl. - tes),
que adquiere así valor fonológico. En mi endecha no se ve clara
mente si dejatis es singular o plural: en el v. 6, dejéis supone un
pronombre de cortesía, Vos : sin embargo, en el v. 7, aparece
contigo y este dejatis, que puede ser Vos (como se sabe de Ma
rruecos) o Tú (como en Oriente). Creo que esta alternancia
(Vos / contigo) muestra la coexistencia de dos normas—la dia-
«02 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
Alternancias vocálicas
82. En kobrjés ames (II30) no hay inflexión de la vocal
radical por la yod siguiente. En la endecha II8, pu tiraría ofre
ce, de una parte, cambio de conjug-ación podrir > pudrer (Beno-
liel, XIII, p. 355) y, de otra, inflexión de la vocal radical mo
tivada por las formas con yod. Xo hay disimilación de la primera
í:en díala (VII a13).
SINTA XIS
En el escaso material que son estas nueve endechas, anoto :
87. El pronombre los se emplea como dativo de per
sona: los tjéno (VI3. Bibliografía para el loísmo en Ro
senblat, p. 137, § 57) y reproduciendo un antecedente femenino:
lo s a f u m ár a [a la ropa] (VII a36) 8: ninguno de estos usos
coincide con las normas de Benoliel, XIV, p. 142.
88. El posesivo precedido de artículo: l ó s s u s p á -
nos (II17), lós s it s - oros (VI13), la mi mádra
(VI15,10). (Es rasgo éste que se da en Constantinopla, en las en
dechas tetuaníes y en el occidente peninsular; vid. Rosenblat,
p. 141, y las adiciones de Zamora, Dial. G- Galán, p. 157.)
89. Falta el artículo tras la preposición a-, a true
nos marídqs (VIII,), rasgo arcaico, como es sabido (vid.
Menéndez Pidal, Cantar de Mió Cid, § 1092); precedido de la
preposición de, valor partitivo, aparece en da la t j c r a
(IX1>5), motivo abundante en las regiones de dialecto leonés
(R. Menéndez Pidal, El dialecto leonés, § 24(; P. Sánchez Se
villa, El habla de Cespedosa de Tornes, en el límite de Sala
manca y Avila. RFE, XV, 1928, p. 245; A. Zamora Vicente.
El habla de Mérida y sus cercanías, 1943, p. 44) y en América
LÉXICO
Voces árabes
Voces hebreas
92. Los hebraísmos no son más abundantes que las voces
árabes. Alguno de ellos se documentaba ya en la Península antes de
la diáspora (vid. Vocabulario'). Mis endechas atestiguan los siete
siguientes: a-jamí o aljamí (VII a9, bx; VII ax), del heb. D'fiSH
[há/ámím] 'sabios'; arón (XI b144), heb. 'ataúd’ ;
cajale (VIIIJ, del heb. Stp [ ká h á 1 ] 'comunidad’; jupa
(III1T), heb. HSH [huppá] ’nupcias’; sábbay (V,o) o sabbá
(XII c34) 'día festivo’, del heb. [sabbát] ; jorbán
(VII b8), heb. hor bán , pronunciación sefardí de pin
[hurbán]; y tefel-lime (X8), del heb. p¡>pn [ te f i 11 i n ] ,
'filacterias’.
CONCLUSIONES
las pgs. 40-42 (§ 28). A las citas literarias allí aducidas podría
añadirse la que sigue:
Murió luego Don Miguel
El Segundo, mal logrado,
Que con la teta en la boca
Fue defunto y enterrado.
(Bartolomé de Torres Naharro, Muerte
de Fernando V El Católico, apud. Duran,
Romancero, BAAEE, XVI, p. 78b.)
LOS TEXTOS
Texto I
(Larache)
Malogrado muere,
malogrado ya se moría,
maique a todos duele
cuando se guardan de la luz del día.
5 Malogrado muere
de hermosa frente,
maique a todos duele
cuando no aljadra naide de su gente.
Malogrado muere
10 de ojos pintados,
maique a todos duele
cuando no se casa y deja un deseado.
Malogrado muere
de cara pintada,
15 maique a todos duele
cuando no trae la novia a su casa.
Ya limpié mis ojos
con su ajuar y su alaría ;
corren desmandadas,
20 cuando se guardan de las alegrías.
Y ayujo y ayujo,
y ande el sol no salía,
y ande el aguila negra
sus voces a todos daría,
25 las voces de mancebos y argasbas.
128 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
(Larache)
A la tierra iría,
con dolor l’arrobaría ;
yo l’arrobo y a la tierra,
la que siembra sin bienes;
5 que le pudra los sus paños
y no su hermosa frente;
le pudre sus paños,
yo se los pudrería,
y a ese mancebo bonito,
10 yo no le dejaría.
Y a la tierra iría,
la que sembráis de trigo ;
se van los novios chiquitos
y no crían sus hijos.
15 A la tierra iría,
la que sembráis cebada,
que le pudra los sus paños
y no su cara pintada.
A la tierra iría,
20 con dolor l’arrobaría.
Yo t’arrobo a la tierra
y a ese hijo tan bueno
yo no lo dejaría.
Y si este dolor fue tan grande,
25 doblarlo ha el pesare,
134 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
(Larache)
Ya amanece, ya amanecía,
los que los pica la muerte,
no s’adormían.
Ya amanece en ese campo,
5 levantaivos las quemadas
y a hacer llanto.
Ya amanece ya amanecía,
ya amanece y con mucho pesare:
levantad [a] los maridos buenos,
10 para estar en sus lugares.
Ya amanece con mucha mancilla,
se van los maridos chicos
y no hacen alegría.
Levantay por la mañana,
15 levantay con mucho sospiro,
se van mancebos y anasbas,
ni jupa ni cirios.
Copiada en Alonso-Blecua (núm. 494, p. 223), PTJE (núme
ro 245. p. 192) y THD (núm. CCCLXVIII, p. 768).
* * *
Métricamente, consta de versos de 4 a 10 sílabas, con predo
minio de los octosílabos (7 versos) ; los de nueve sílabas, que les
siguen numéricamente, son cuatro; el resto, tetra, penta. exa,
hepta v decasílabos, figuran sólo con uno o dos.
«38 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
(Larache)
Háganle, le hagan
vestidos con mucho pesare,
que hoy se departe
de su casa y su lugare.
5 Háganle, le hagan
vestidos con muchas oínas,
para el golpe rabioso
no halló cura ni melecina.
Háganle, le hagan
10 vestidos con mucha mancilla :
se van mocitos y arasbas.
no hacen alegría.
Háganle, le hagan
vestidos con mucho sospiro,
15 se van los novios chiquitos
y no crían a sus hijos.
Háganle, le hagan
vestidos con mucha alear ja,
se van los novios chiquitos
20 y vacian su casa.
Incorporada a la Antología de Alonso-Blecua (núm. 195. pá
gina 224) y a PTJE (núm. 246, p. 192).
repetido cuatro veces más), octo (cinco versos, con una sola re
petición) y eneasílabos (seis versos diferentes).
La estrofa, frente a todo lo que venimos observando, es de
una rigurosa unidad: son cuartetas en las que riman los versos
pares en asonancia; cada una de estas cuartetas tiene rima propia.
La distribución ae los versos es muy variada, aunque parece tener
alguna causa orientadora: todas las estrofas comienzan con un
verso exasílabo y otro eneasílabo 1; el tercer verso tiene ocho
sílabas en tres casos 2, siete en uno y seis en otro; el cuarto verso
también es variable: dos veces exa, dos octo y una eneasílabo. Las
estrofas III y V son idénticas.
* * *
(Larache)
♦ * *
1'42 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
(Larache)
(Larache)
Aljami, honrados,
grandes de Castilla,
los sacaban jorreados
por toda la villa.
5 Lloren las señoras,
las que tienen razón,
por la casa santa
que era nuestro valor.
Ajamí, honrados,
10 grandes de Castilla,
los sacaban jorreados
por toda la villa.
Decía la gente :
¡ qué negra mancilla !
15 Mataban a los chiquitos
los enfilaban en lanzas,
salían sus madres
gritando como las cabras ;
deshonraban a las arasbas,
20 mataban a los mancebos.
Dicía la gente:
¡ qué negra mancilla !
—«La ropa de Pascua
sacada al solare,
25 con la pez y la resina,
mi madre, lo safumare.
148 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
Y escribey su nombre
y en vuestro ¡umbrale.
Cuando tengáis deseo,
30 mi madre, venid a mirarme.
Cuando queráis vender mis ropas
no las vendáis en esta villa :
lo mercarán mis iguales,
lo sacaran en ajuar y en arjadía,
35 lo mirará mi madre,
se le doblará el pesare.»
Texto VII b *
(Tetuán)
Ajami honrados,
de honra y famadía,
los yevan zorreados
y arrastrados por la vía.
Y, al primer precio,
mi madre, le carteare;
35 y al que se los venda,
no pase por la tu cave.
Y oren, y oren, etc.
Y al que se los venda,
no pase por la tu caye,
no sea que los vea mi madre,
40 le da dolor al corazón.
Y oren, y oren los señores,
los que tienen razón,
por la caza santa
y el jorbán de Sión.
E11 Larrea, Cañe. (núm. 171, pgs. 270-271) hay un texto muy
parecido a éste. Sin embargo, ni ése, ni el 170 del mismo editor,
ni el XX (p. 113) de Martínez Ruiz (Alcázar), se asemejan de
masiado a la endecha VII (versión a) que he transcrito en páginas
anteriores. No obstante, debo señalar que los textos de Tetuán y
de Lar ache han contaminado la elegía del Templo y Ruina de Je-
rusalén con una endecha privada, según queda dicho, mientras que
El guerús ['destierro’] de Alcázar mantiene su exclusivo carácter
de lamento nacional.
Como este texto tetuaní 110 se transcribe fonéticamente, use
los signos normales para reflejar la pronunciación. El no trans
cribir esta endecha se justifica por la homogeneidad que presentan
todos los demás poemas, procedentes de Larache.
* * *
(Larache)
(Larache)
No me echéis de la tierra
sobre su hermosa frente,
que hoy se desparte
de su casa y de su gente.
5 No me echéis de la tierra
sobre sus ojos pintados ;
se van los novios chiquitos,
no crían sus deseados.
(Tetuán)
1 Cfr. Leo Spitzer, El sintagma «Valencia la bella-». RFH, VII, 1945, pá
ginas 275-276.
Texto XI a
(Tetuán)
llamaime a mi mujer,
mi mujer y mi nombre bueno,
135 decilda que su pendón
se la echaré en el suelo».
—«¿Quién es ésa que así llora
con dolor de corazón?,
¿así mesa sus cabellos
110 y hace grande extremición?»
—«Esa era una bien casada
si bien la oyistis decir,
quebrado se l’ha el espejo
en que se solía vestir.
115 Esa es una bien casada
si bien la oyistis nombrar,
que se le ha quebrado el espejo
en que se solía mirar».
Aquí la oyáis llorar,
150 de su madre es el pesar.
—«Llamaime ahora a los míos,
amigos y compañeros,
que me velen esta noche,
la postrera en el suelo».
155 —«¿Para qué quieres que te velen
aquí en el suelo ?
Cuando ellos murieren,
tú no los velarás a ellos».
¡Ay que árbol tan florido,
160 como el azahar y flor,
batallando con el Huerco
no se muda su color!
—«Basta de tantas palabras,
basta de tantas mancillas :
165 si un alma has de llevar
antes de que amanezca el día,
i68 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
* * *
lo mismo ocurre con las dos letras que facilita Martínez Ruiz (Al
cázar, pgs. 120-122) : una de 81 y otra de 60 versos. Conocemos,
pues, nueve transmisiones distintas de un mismo cantar en el que,
aparte discrepancias grandes o pequeñas, se puede seguir el pro
ceso de tradicionalización de un antiguo texto literario. Tampoco
las versiones de Alcázar tienen grandes diferencias en cuanto al
léxico del texto ; sin embargo, presentan alteración del orden de
algunos fragmentos del poema.
Texto XI b *
(Tetuán)
1 ... convidas,
4 altas voces
6 ... por tu vez una
8 del rey
12 y el señor
13 ... güehpedano
15 ... g'üehpedano
16 ... menos ser.
22 y le dirás [digas
24 para eya
28 ... ensarsar,
30 tiraré mi pie...
31 ... sean...
33 ... tengo...
38 ... señor ré
39 ... voy a...
41 ... encubrir
51 ... de hablar a cuentra...
56 sepas...
57 y ese...
60 sepas...
62 ... tan amarga
63 aposante cabayero
67 aposante cabayero
72 ... despartidor
82 ... a gran señor
89 Y aunque...
93 ... quieres...
94 que te haré...
105 Y alsara...
106 hirióle y hermosos...
107 ... demandara...
108 ... antojos:
—Daime, madre, unos antojos
109 (igual al de L.)
—¿Para qué quieres antojos
y que sean cristalinos ?
—Triste de mi mocedad,
ya no veo con los ojos,
111 darle...
112 —Yamaime...
115 ... será ...
120 y ay qué...
124 y [ni?] menos la su...
127 ... he de yevar
132 y antes que arraye el solé.
133 Yo le pido de mercó
134 ... fuera la mía.
135 Yo le pido ...
144 la echada en el arón
147 ... y en la fuesa
148 ... tus...
149 ... así
151 que se mesa...
152 y hace...
TEXTO XI 175
Texto XIc
(Lar ache)
20 no se demude su color?»
—«Dime, madre, mis antojos,
mis antojos cristalinos;
triste de mi mocedade,
ya no veo y con los ojos.
' 25 Llamaisme afuera a los míos
amigos y compañeros,
que le velen esta noche,
la última de la mía».
—«¿Pa qué quieres que te velen
30 amigos y compañeros?,
cuando ellos se murieren,
tú no los velarás a ellos».
—«Llamaime ahora a los míos,
mis hijos y mi mujer,
35 los pasaré yo una renta
lo mejor que pueda ser,
como son de gente noble
no vengan a menester».
* * *
Las notas que exige el texto son distintas a las que hemos con
siderado hasta ahora. Hace falta ver cómo se relacionan las na
rraciones impresas en el primer tercio del siglo xvi con otras de
época próxima a la suya. Unas cuantas referencias nos podrán
servir de elementos de comparación. Importa ver cómo un texto
literario de honda tradición hispánica se ha incrustado en los can
tos orales judeo-españoles y ha tenido allí la próspera vida que
atestigua el conocimiento actual de los hechos; junto a estas no
tas, externas al poema, colocaré otras, resultantes del cotejo de
mi endecha con las de Tánger y Alcázar y con el pliego del si
glo xvi, con objeto de identificar las formas adulteradas por la
transmisión oral.
v. 5: mal transmitido en Alcázar A; falta en Alcázar B.
vv. 7-8 y 74-75: También en la Danza de la Muerte hay unos
TEXTO XI 177
Dize el portero
Señor tiene combidados,
10 no vos puede responder:
tales son los hospedados,
no se puede más hazer.
Si es cosa no forçosa,
yo la libraré con vos
15 y si es cosa premiosa
yo le llamaré par Dios.
Dize la muerte
Entra tú con priessa fuerte
y dezir le has de mi parte
que yo soy la triste muerte
20 a la qual no hallan arte.
Y que ordene bien su alma,
y que más no se detenga,
TEXTO XI (APÉNDICE) 185
Responde el portero
[col. b] 25 Entraré a mal de mi grado,
pues forcado es de llamar
aquien me ouo criado,
el me auia de honrrar.
Lloraré toda mi vida
30 como hombre sin ventura
su rebatosa partida
por la mi desauentura.
Continúa
Por tanto te adereqa
como hombre libre y cuerdo
acuesta tú la cabeqa,
60 pensarás en buen acuerdo
que ayer entre dos alúas
en la gloria más alta
hazían los ángeles saluas
que viues vida sin falta.
Dize la muerte
Sabed que soy mandadero
del rey mayor de justicia
TEXTO XI (APÉNDICE) 187
Dize el cauallero
Aposenta, cauallero,
si quieres tomar del vino
o si quies ser medianero
de escusarme este camino ;
85 darte [he] de mis heredades,
tú serás mi partidor,
aue agora piedades
destos de mi derredor.
Dise la muerte
No te digo buen christiano
90 si lo bien quieres oyr
quel rey alto soberano
te manda luego partir
y que serás con los justos
en su santo parayso
95 que passaron tales gustos
en su mayor gradauiso.
Dhe el cauallero
Dime tú ya por exemplo
aqué lugar yré, amigo.
Cerca es del grande templo
100 del señor dios tu postigo
donde van los limosneros
que los pobres consolauan;
188 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
Dize la muerte
105 Mando vos sacar razones
ni excepciones fintosas,
ca ami no son deffesiones
necessarias tan fermosas;
delibrad vuestra hazienda
110 que saber que nos tardamos
y dexad esta viuienda
porque con tiempo vayamos.
Dize el cauallero
Y pues que solos dos mijos
desto no puedo lleuar
115 dexad me hablar [a] mis hijos
y quiero los castigar,
pues que les dexo assaz
conque viuan ensalmados,
que lo partan con gran paz
120 como o/ubres mucho onrados.
Continúa
¿ Do la mi noble mug-er ?
Venga aquí mi buena dueña
y dezirle como ayer
tenía pendón en seña ;
125 y verá en gran ayna ,
por el su mal nascimiento
rescebir a tal disciplina
por el mi fallecimiento.
TEXTO XI (APÉNDICE) 18g
Continúa más
Allegad vos para mi
130 dadme para siempre paz
que déla que 110 temí
[col. b] ya entristece mi haz.
¡ O muger, y quánta llaga
lleuo por desamparar
135 a vos, mas no sé qué haga :
no me dexan más estar!
Continúa
Ued, muger, si es graw duelo
quanto en vno trabajamos
que no nos pone consuelo
140 para que no nos partamos.
Ala muerte prometí
heredades con buen viso
y en todo consentí,
ella jamás nunca quiso.
Continúa el cauallero
145 Para esto, amig’a mía,
el remedio que aquí veo,
pues el duelo vos castiga,
vos ponelde buen asseo,
y rog'ad, como yo hag'o,
150 al señor dios piadoso
que comigo hagays pago
ff. 2 v., col. a] por el su nombre precioso.
Dize la muger
¡O marido, mi corona,
ala muerte no ay mañas!.
igo ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
Dize el marido
Ya muger no nos conuiene
ala muerte más rogar,
que la veo donde viene
muy apriessa me leuar.
165 Tente vn poco, si te plaze,
yo haré mi oración
al señor dios, pues le plaze
de complir su intención.
Continúa más
¡O mi bien, muger señora,
170 perdonadme porque os dexo!
Antes de pequeña hora,
veredes vn gran aquexo.
Ya no veo de mis ojos,
dolor de mi mancebía,
175 dadme acá vnos antojos,
sí querrá dios que vería.
Continúa
Señora, muger leal,
hijos, yernos y criados,
destos que por mi gran mal
[col. b] 180 viuiréys amanzillados,
hazed todos como yo :
contra dios alead las manos,
TEXTO XI (APÉNDICE) 191
Continúa su oración
Señor, las tus bondades,
criador que me formaste,
195 mayores son que mis males.
Señor, pues que me criaste,
guárdame que yo no vea
por tu nombre soberano
lo que nunca ver dessea
200 todo buen fiel christiano.
Fin
Pues heres tú, poderosa
210 muerte, que a leuar me vienes,
yo hize vna fea cosa
en leuar a tantos vienes
que jamás desde pequeño
trabajé por más subir,
215 que jamás tomé engeño
para poder bien viuir.
Texto XII a
(Tetuán)
Ya crecen las hierbas
y dan de color ;
ya crecen las hierbas
y dan amarillo:
5 los más de la gente
vive con suspiro.
Mi bien y no más,
mi cirio pascual,
semana y sabá.
10 Parióme mi madre,
crióme mi tía,
púsome por nombre
niña sin fortuna :
cuando yo nací
15 nació la tristura.
Parióme mi madre,
crióme mi tía,
púsome por nombre
niña sin fortuna ;
20 con hierbas del campo
hizo cuna y cuna.
Cuando yo nací
en una noche escura,
ni gallo cantaba
25 ni el perro ladraba.
194 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
sino l’aguililla
negras voces daba
Transcrita en PTJE (núm. 253, pgs. 197-198).
Texto XII b
(Larache)
Parióme mi madre
en una noche oscura,
ponime por nombre
niña y sin fortuna.
Ya crecen las yerbas
y dan amarillo,
triste mi corazón
vive con sospiro.
Ya crecen las yerbas
10 y dan de colores,
triste nací yo,
vivo con dolores.
Texto XII c *
(Tetuán)
Ya crecen las hierbas
y dan de color,
y este mi corazón
lo vive con dolor.
5 Ya crecen las hierbas
y dan de verdura,
y este mi corazón
yeno de tristura.
Parióme mi madre,
10 crióme mi tía,
parióme mi madre
en una noche oscura;
ni gayo cantaba,
ni perro ladraba,
15 sino era mi tía,
negras voces daba.
Parióme mi madre,
crióme mi tía,
con hierbas del campo
20 púsome cama y cuna;
púsome por nombre
niña y sin fortuna.
Parióme mi madre,
crióme mi tía,
25 y en aquel navio
mi bien se embarcó:
vicios y regalo
con él lo(s) yevó,
ansias y cuidado(s)
30 a mí me dejó.
Mi bien y no más,
mi cirio pascual,
mi antorcha ecendida
semana y sabbá.
35 Parióme mi madre,
crióme mi tía,
púsome por nombre
niña y sin fortuna.
Parióme mi madre
40 una noche oscura,
ni perro ladraba,
ni gayo cantaba,
si no era mi tía,
negras voces daba.
* * *
(Larache)
Así como las dos endechas anteriores nos han permitido ver la
difusión entre los judíos de antiguos textos españoles, la que ahora
me ocupa va a servirnos para considerar la suerte de un poema mo
derno: setenta años son pocos, muy pocos, para la elaboración de
la poesía tradicional. Don Juan Menéndez Pidal publicó en el Al
manaque de la Ilustración [Española y Americana'] para el año de
1889 (Madrid, 1888) un poema, Lu.v aeterna, que tuvo especial fortu
na. En septiembre de 1901, la Revista de Artes y Letras (tomo II,
número 38) «dió a conocer la notación musical de la melopeya con
que se canta Lu.v aeterna en Asturias» 1 y el mismo poeta supo que
su poemilla era popular en el Bierzo, de donde publicó una ver
sión 2 y—podríamos añadir—debió gozar de especialísimo favor,
pues en Zaragoza lo conocen gentes de más de setenta años y la
misma observación recojo en Granada. Se ha publicado un texto
¡Años enteros
con mis recuerdos sólo
55 por compañeros!
Al amor de la lumbre,
buscando abrigo,
creerás, estando sola,
que estás conmigo.
60 Recuerdos importunos
de mis canciones
fingirán en tu oído
débiles sones...
¡Eco apagado
65 del canto de la dicha
que se ha alejado!
Vísteme de mortaja
la ropa toda
80 que en el arca tenía
para mi boda;
y después que me hubieres
amortajado,
quítame estos corales
85 que Juan me ha dado,
aoa ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
la candileja
120 que ardió toda la noche
de lucir deja.
Al volver de la ronda
los rondadores,
murió la pobre niña
soñando amores.
130 Cuando moría,
en las cumbres lejanas
amanecía.
TRANSCRIPCIONES MUSICALES
Es una nueva satisfacción colaborar otra vez con D. Manuel
Alvar, quien ha considerado que su reedición aumentada de las
Endechas judeo-españolas se vería enriquecida con las transcrip
ciones musicales de algunas de ellas. Como en el núm. 1 de la
presente colección, Cantos de boda judeo-cspañoles, el propio se
ñor Alvar nos ha facilitado la cinta magnetofónica de la que he
mos transcrito estas cuatro endechas.
Están las piezas que a continuación se transcriben muy firme
mente construidas desde el punto de vista melódico. En contra
de lo que cabría esperar en composiciones de este estilo, funda
mentalmente plañidero, no existen apenas los adornos, y en ab
soluto las fermatas libres. Se trata de armazones melódicos muy
sobrios en los que, a lo más, unos mordentes indecisos hacen
oscilar la voz coincidiendo con el acento de la última palabra
llana de la estrofa. No difieren estas melodías en sus característi
cas de aquéllas con las que se cantan algunos de los romances de
tema triste que, sin ser propiamente endechas, suelen entonarse
en las mismas ocasiones que éstas. Unicamente alguna lentitud
en el apenas marcado ritmo confiere a las melodías un carácter
acorde con su finalidad.
En cuanto a la transcripción, desde el punto de vista formal,
hemos de indicar que, dado que la melodía sirve de sustento a mu
chas estrofas, en las que no siempre es uniforme la distribución
notas — sílabas, hemos optado (y éste será siempre nuestro criterio
en casos análogos) por transcribir la melodía independientemen
te, habiéndose de considerar la letra que figura en ellas, y que
es la de la primera estrofa de cada endecha, como simple botón
de muestra de la ejecución de dichas melodías.
Hemos de añadir aún una observación de tipo general, cuya
208 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS
Mi
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* Texto en p. 161.
TRANSCRIPCIONES MUSICALES 211
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LENTO J = 69
114, 115, 116, 117, 118, 119, 120, Cepeda y Guzman, C. A. de: 65 n. 12.
121, 124, 146, 150, 162, 168, 172 y Cercamon: 32 (17).
n. 3, 177. Cervantes: 12, 26, 91 (49).
Benzaquén, S.: 69 n. 1. Cigala: 32 (17).
Berceo, G. de: 29, 118. ClImaco, San Juan: 178.
Besso, H. V.: XVII, 120, 122, 181. Cordova, S.: 199 n. 3.
Blecua, J. M.: XVII, 22, 42 n. 21, Corominas, J.: 10 n. 6, 120.
54 ns. 25, 26 y 29, 60, 128. 137, Correas, G.: 18 n. 5, 67 n. 16, 118,
139, 159. Cota, R. de : 114.
Bohïgas, P.: 7 n. 20. Covarrubias, S. de : 12. 18 n. 5, 26
Bonilla, A.: 11 n. 17. n. 27, 54, 59 (41).
Borja, F. de: 40 (27). Crews, C. M.: XIV, XVIII, 96 (63),
Born, B. de: 32 (17), 33. 102 (8(5), 115, 116, 117, 120, 122,
Breyseda: 31 n. 5. 146.
Cuervo, R. J.: 104 (89).
Cadiz, D. de: 14 n. 30.
Calanson: 32 (17). Danon, A.: 3 ns. 4 y 5, 4 n. 6, 102-
Canellada, M. J.: 112, 120. (84).
Camera, F.: XVII, 113, 114, 118, Dauzat, A.: 13 n. 25.
119, 123, 124. Davalos, L.: 22.
Capdeuil: 32 (17). David, rey: 33 n. 11.
Caramuel: 54. Devoto, D.: 58 n. 48, 67 n. 16.
Carballo, A.: 53 n. 24. Diaz-Plaja, G.: 4 n. 9.
Carbonell, P. M.: 42 (29), 178. Diaz Rengifo, J.: 54, 65 n. 12.
Carmona, B.: 4. Diez Echarri, E.: 54 n. 31.
Caro Baroja, J.; 27 n. 31, 28 n. 33. Dozy, R.: 13 ns. 31 y 34.
Carriazo, J. de M.: 23 n. 21. Duran, A.: 23, 120.
Carvajales : 21. Durandarte : 12.
Casares, J.: 10 n. 11.
Casas, P. las : 11. Encixa, J. del: 46 (81), 51 (34, 35),
Casas Gaspar, E.: XVIII, 25 n. 25, 112, 1S3, 184.
27 n. 31, 28 n. 35, 122, 136 n. 2. Enrique [IV]: 21, 25 n. 26, 42 (29),.
Cassuto, U.: 6 n. 19. 178.
Castaneda, V.: 61 n. 3. Eptrofo : 31 (15).
Castillo, D. del: 22 n. 19, 3a (20) Espinosa, A. II.: XVIII.
y n. 13, 37 (21, 22), 39 (27). Esteve : 33.
Castro, A.: 9 n. 3, 10 n. 7, 20 n. 10. 'Ezra, A. ibx; 150.
123.
Castro, A. de: 13. Faidit, G.: 32 (17), 33.
Cejaeor y Frauca, J.: XVIII, IS Fancelli, D.: 28.
n. 5, 42 (28), 60 n. 1, 64 n. 10, 65 Earache, L. : 69 n. 1.
n. 13, 121, 122, 180. Federico de Portugal: 40 (27), 179..
INDICE DE NOMBRES 217
f conservada: 97 (66).
oína
fonética sintáctica: 93-4 (55), 97 (67).
etimología : 9-10 (5) ;
98 (70), 99 (71-73).
referencias a la voz: 9-10 (5).
fugacidad de las cosas: 46 (30).
oyinaderas: vid. plañideras.
departe: 117 (s. v.), 140. (Vid. des famado: 118 (s. v. famadía).
parte.) fazede: 100 (78).
departir: 117 (s. v. desparte). fazer las guayas: 24.
deseado, -s: 117 (s. v.), 131, 160. firmosa.: 177. (Vid. ermosa, hermosa
desmandadas: 93. frente.)
desorraban: 93, 97 (67). fuesa: 118 (s. v.).
desparte: 117 (s. v.), 160. (Vid. de
parte.)
despartido: 177. galut: 118 (s. v. jorbán).
desseado: 117 (s. v. deseado). gavilane: 91-2 (50), 136.
gavilán pintado: 136.
dichoso: 121 (s. v. novios).
gente: 94 (56).
dicía: 96 (62), 102 (82).
gritería.: 111 (s. v. alaría).
dillenmek: 116 (s. v. del-leare).
guay: 25 n. 26. (Vid. guayar, gua
yas.)
endecha, -s: 9 (4, 5), 10 (5, 6), 11 y
guayar: 25 (13). (Vid. guay, guayas.)
ns. 12 y 15, 12 y n. 24, 13, 15 n. 33,
guayas: 24. (Vid. guay, guayar.)
16 n. 39; passim. (Vid. endicha.)
güerco: 118 (s. v. huerco).
endechadera: 9-10 (5), 25 (13).
guerús: 153.
endechado : 12 n. 24.
güeso: 93.
endechar: 9 (5) y n. 1, 10 (5), 11, 12.
endeita (gall.): 12.
endicha: 9 (4), 10 n. 5, 16 n. 39. (Vid. haham (ruin., tur.): 111 (s. v. ajamí).
endecha.) hahátn: 111 (s. v. ajamí).
endit (fr.): 13. hahamim: 111 (s. v. ajamí).
enfilaban: 117 (s. v.), 151. hahán: 111 (s. v. ajamí).
entestinas: 117 (s. v. estantinas), 146. hajamín: 149. (Vid. aljamí.)
ermosa: 93. (Vid. firmosa, hermosa harír (ár.): 113 (s. v. arjadía).
frente.) ha^ám (heb.): 111 (s. v. ajamí),
escribeis: 101 (78). (Vid. háxámím.)
escriber: 100-1 (78). h á y a m i m (heb.): 104 (92). (Vid.
escribey: 100-1 (78). ajamí, aljamí.)
escribí: 100 (78). h ■ d ■ r (ár.): 104 (91).
escribir: 100-1 (78). hermosa frente: 160. (Vid. ermosa,
espartición: 177. firmosa.)
espartidu: 117 (s. v. desparte). horbán (heb.): 104 (92). (Vid..
estantinas: 92 (53), 117 (s. v.), 146 jorbán.)
estantinos: 92 (53), 117 (s. v. están- hospedados: 177.
tinas), 146. huerco: 118 (s. v.), 180.
estentina: 92 (53). (Vid., estantinas.) huespedades: 177.
estentinos: 92 (53), 117 (s. v.), 146. huespedanos: 177.
huppá : 104 (92), 138. (Vid. jupa.)
famadía: 118 (s. v.), 153. huppáh (heb.): 119 (s. v. jupa).
228 ENDECHAS JUDEO-ESPAÑOLAS