La Civilización Inca 4
La Civilización Inca 4
La Civilización Inca 4
La civilización incaica, también llamada civilización inca o civilización quechua, fue la última
de las grandes civilizaciones precolombinas que conservó su Estado independiente durante
la conquista de América. Esta pasó por tres etapas históricas, siendo la primera el Curacazgo
incaico (1197-1438), a través de la cual los quechuas consolidaron un Estado que logró
sintetizar los conocimientos artísticos, científicos y tecnológicos de sus antecesores tomando
como centro la ciudad del Cuzco. Posterior a ello, se da la segunda etapa, conocida
como Imperio incaico o Tahuantinsuyo (1438-1533), la cual recogió aquellos conocimientos
heredados y los potenció. Conforme se dio la expansión del imperio, este fue absorbiendo
nuevas expresiones culturales de los pueblos incorporados, llegando abarcar los actuales
territorios del Perú, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina y Colombia, constituyéndose así en el
Imperio más grande de la América precolombina. La conquista del Tahuantinsuyo, realizada
entre 1530 y 1540 por los españoles encabezados por Francisco Pizarro, puso fin al imperio y
con ello a la etapa de apogeo de la civilización incaica, dando lugar al nacimiento del Virreinato
del Perú. Sin embargo, focos de resistencia incaicos se mantendrían organizados en un Estado
denominado Incario de Vilcabamba (1533-1572), siendo esta última etapa de la civilización.
El desarrollo de la civilización incaica se basó en la agricultura que desarrollaron
mediante tecnologías avanzadas, como las terrazas de cultivo llamados andenes para
aprovechar las laderas de los cerros, así como sistemas de riego heredados de las culturas pre-
incas. Los incas cultivaron maíz, maní, yuca, papa, frijoles, algodón, tabaco y coca, entre otras.
Las tierras eran propiedad comunal y se trabajaban en forma colectiva. Desarrollaron también
una ganadería de camélidos sudamericanos (llama y alpaca). Por los excelentes caminos incas
(Cápac Ñan) transitaban todo tipo de mercancías:
desde pescado y conchas spondylus hasta sal y artesanías del interior. Las expresiones
artísticas más impresionantes de la civilización inca se edificaron durante su etapa imperial e
incluyen templos (Sacsayhuamán y Coricancha), palacios y complejos estratégicamente
emplazados (Machu Picchu, Ollantaytambo y Písac). En la actualidad, algunas costumbres y
tradiciones de la desaparecida civilización incaica prevalecen aun en los países que formaron
parte del Imperio incaico: Perú, Bolivia, Ecuador, norte de Chile y Argentina, y sur de Colombia.
Organización política[editar]
La jerarquía[editar]
Los cronistas españoles, cuyos escritos constituyen la fuente primaria de la historia inca,
interpretaron al sistema político de los incas según su concepción europeísta y occidental. Es
por eso que describieron al gobierno inca como una monarquía absolutista, a la cabeza del cual
se hallaba un solo soberano absoluto, el Inca. Sin embargo, los modernos estudios nos dejan
entrever que existieron dos gobernantes que ostentaron al mismo tiempo el mando.23 Uno
pertenecía a la parcialidad del Hanan Cuzco (Cuzco alto) y el otro a la del Hurin Cuzco (Cuzco
bajo). Esta dualidad del Hanan y del Hurin se daba también en los curacazgos, y se remonta a la
época preincaica; es pues, típica de la cosmovisión andina.4 Según Waldemar Espinoza
Soriano, si bien en el Imperio había dos administradores o jefes máximos, ello no significa que
existiesen dos monarquías paralelas, sino que solo había una, debidamente unificada. Los dos
gobernantes tenían sus bienes y posesiones de manera equivalente, aunque era el de Hanan el
que reunía más rango por ser el que manejaba la vida cívica, política, económica, social y
militar; por eso se le llamaba el Sapa Inca. El otro gobernante, el de Hurin, concentraba en su
persona el poder sacerdotal: era el Willaq Umu, y aunque era de menos rango, no por ello
dejaba de tener enorme influencia en las decisiones imperiales.5
La jerarquía imperial[editar]
El Sapa Inca o, simplemente, el Inca era el máximo gobernante, que compartía el poder con el
sumo sacerdote o Willaq Umu. Todos sus súbditos debían acatar con sumisión sus órdenes. El
símbolo de su poder era la mascapaicha, una especie de borla de lana roja que ceñía en la
cabeza. Ejercía las funciones de su gobierno desde el palacio particular que cada uno se hacía
construir en el Cuzco. Allí concedía audiencia todo el día y administraba justicia. Pero también
viajaba con frecuencia por todo el territorio de su imperio, llevado en andas sobre hombros de
cargadores, para atender personalmente las necesidades de su pueblo.6
Al Inca le seguían en jerarquía:
Organización administrativa[editar]
División territorial: Suyos o regiones[editar]
Artículo principal: Suyos del Imperio incaico
• Los puentes de piedra o puentes fijos, que se construían en medio de ríos de poco
caudal o quebradas angostas.
• Los puentes colgantes, fabricados de resistentes fibras de maguey, que soportaban
el peso de hombres y animales de carga.
• Los puentes flotantes o de oroyas, constituidos por grandes cestos o balsas sujetas
con gruesas sogas, que se extendían de una orilla a otra, donde los cabos se
sujetaban a peñascos o pilares. Para cruzar el río el viajante se subía a la balsa y
tiraba de la soga, hasta llegar a la otra orilla.
Los tambos[editar]
Un tambo era una construcción que servía de depósito de alimentos, vestidos, herramientas y
armas, que los incas hicieron construir a lo largo de los caminos que cruzaban el imperio, a fin
de que allí pudiesen descansar y reparar sus fuerzas los funcionarios, los ejércitos en campaña
y aun el mismo Inca con su séquito. Los viajeros particulares no podían participar de estos
beneficios pues estos estaban obligados a llevar alimentos de su propia tierra. Había tambos
aún en los lugares desiertos y cuando estaban cerca de algún pueblo tenían por objeto evitar
que el paso del ejército y los funcionarios no aumentara la carga tributaria al mismo. Los
españoles admiraron este sistema y lo aprovecharon.1920
Los chasquis[editar]
Para llevar las órdenes y disposiciones del Inca a todos los confines del Imperio en la menor
brevedad posible, existió un sistema de correo de postas denominado de los chasquis. Estos
eran jóvenes corredores apostados en los caminos y que se cobijaban en chozas. Cada puesto
estaba a una distancia prudencial del otro, aproximadamente de 1.5 km, pues decían que
aquello era lo que un joven podía correr con ligereza, sin cansarse. Cuando el encargado de
llevar el mensaje llegaba al puesto en donde terminaba, anunciaba su llegada por medio de
un pututo (trompeta hecha de concha marina), saliendo a su encuentro otro mozo, que
escuchaba el mensaje dos y tres veces, hasta memorizarlo exactamente y, a su turno, salía a la
carrera para transmitirlo al próximo puesto. Por ello el mensaje debía ser corto, concreto y muy
simple para evitar que se olvidasen. Otras noticias se transmitían por quipus o hilos con nudos,
sistema mnemotécnico cuyo significado solo lo podían descifrar las personas entendidas. De
ese modo, se llevaba a cabo una gigantesca carrera de postas que permitía que las órdenes,
noticias, mercaderías, etc., llegara a su destino con bastante rapidez. Se asegura que así se
conocían en Cuzco las noticias de Chile o Quito solo en el término de 15 días y aún menos; y
que el Inca recibía en su palacio cuzqueño pescado fresco desde la costa.1920
Organización militar[editar]
Véase también: Ejército inca
Instrucción premilitar[editar]
Todos los hombres eran preparados para la guerra desde muy jóvenes. Entre los 10 y 18 años
eran entrenados en el manejo de las armas y la lucha cuerpo a cuerpo. Todo ello se
complementaba con otras actividades físicas, como trepar cerros y cruzar ríos. Aprendían
también a espiar al enemigo, a imitar el grito de los animales y enviar mensajes con señales de
humo y el sonido de un tambor.21
Toda esta instrucción la recibían los muchachos como parte de su educación tradicional; en
períodos de conflicto, la preparación se realizaba en las fortalezas militares.
El ejército[editar]
Todos los hombres entre los 25 y los 50 años estaban obligados a servir en el ejército. Cada
provincia del imperio debía aportar una cuota de reclutas según su población, los que servían
por riguroso turno e iban comandados por sus respectivos jefes, no siendo mezclados, sino que
permanecían bajo el mismo comando.
La mayor parte de los soldados eran campesinos (solo la guardia del Inca reinante estaba
compuesta por combatientes de oficio, casi todos de origen noble).
El servicio de armas, uniforme y rancho, estaba admirablemente organizado. De trecho en
trecho en los principales caminos que recorrían, se aprovisionaban en los tambos que hacían las
veces de verdaderos cuarteles de abastecimiento y nada tenían que sacar de los pueblos ni
exigir provisiones a sus habitantes.
La jerarquía[editar]
Las tropas estaban divididos en grupos de 10, 100 y 1000 soldados o aucarunas, cada una de
las cuales estaban mandada por el chuncacamayoc, el pachacacamayoc y
el huarangacamayoc, respectivamente. El jefe supremo del ejército era el Inca, pero el jefe
ejecutivo era un pariente más cercano de su entera confianza, su príncipe heredero o cualquier
otro príncipe; era llamado el Apuquispay, cuyo nombre sugiere el modo de impartir órdenes
mediante una trompeta. También eran altos jefes los hermanos, tíos y otros parientes cercanos
del Inca que tuviesen grandes condiciones guerreras, incluidas la valentía y la habilidad.22
Métodos de lucha[editar]
Pese a contar con un ejército formidable, los incas intentaban primeramente el sometimiento
voluntario y pacífico del pueblo que querían conquistar. Previamente enviaban embajadas con
ricos presentes, con lo que buscaban demostrar a dicho pueblo todas las ventajas que sacarían
si aceptaban la dominación inca. Si este ofrecimiento era rechazado, entonces entraba en
acción el ejército. Para tal efecto, aislaban al enemigo y luego procedían al ataque. Lo iniciaban
lanzando proyectiles con sus hondas, estólicas y arcos; luego venía el combate cuerpo a
cuerpo, en el cual los incas eran expertos. Estos entraban en batalla dando terribles alaridos y
usaban con destreza sus mazas, hachas, lanzas y porras.26
Organización social[editar]
El Aillu[editar]
Artículo principal: Aillu
Clases sociales[editar]
• Nobleza:
o La realeza o la corte imperial, conformada por el Inca (el monarca o rey),
la Coya (esposa principal del Inca) y los príncipes legítimos o auquis.28
o Nobleza de Sangre, conformada por los descendientes de cada Inca,
quienes integraban los ayllus reales o panacas. Ejercían las más altas
funciones, como funcionarios imperiales, gobernadores, generales,
sumos sacerdotes, etc.29
o Nobleza de Privilegio, cuyos miembros no pertenecían a la familia real,
sino que eran nacidos del pueblo, pero que por sus grandes servicios
prestados al Estado (en las guerras, en el culto religioso, en las obras
públicas, etc.) habían alcanzado tal jerarquía. Tal era el caso de los jefes
militares, los sacerdotes y las acllas o escogidas.29
o Nobleza de las nacionalidades derrotadas, es decir, los curacas y sus
parentelas que conformaban la aristocracia regional y local.30
• Pueblo:
o Los artesanos, es decir, los que hacían trabajos artesanales: los
orfebres, plateros, tejedores, olleros, chicheros, carpinteros, ojoteros.
Los más reputados eran los orfebres y plateros de la costa (como los
chimúes), así como los tejedores de tejidos finos de la región del Collao
(cumbicamayocs).31
o Los mercaderes, que era una clase muy especial dentro las poblaciones
costeras, que se ocupaban del trueque y del intercambio. Tal es el caso
de los tratantes o comerciantes chinchanos y los del extremo norte del
imperio (costa del actual Ecuador), donde eran conocidos
como mindalás. Fueron los españoles quienes le dieron el nombre de
“mercaderes”, concepto ajeno a la mentalidad indígena, que desconocía
el uso de la moneda.32 Controlaban el comercio del spondylus, estaban
exonerados de los trabajos comunales y públicos, aunque tributaban en
especie tanto a su curaca como al Estado imperial.33
o Los hatunrunas, que quiere decir hombres grandes, conformaban la
gran masa del pueblo que se dedicaba a las labores agrícolas y
pastoriles, aunque también prestaban su trabajo en las obras públicas.
Vivían agrupados formando parte de los ayllus. De entre ellos se elegían
a los soldados, a los mitmas y a los yanas. Eran los verdaderos
sustentadores del imperio.34
o Los pescadores, vivían a lo largo del litoral, en pueblos separados de
las aldeas campesinas y sin poseer tierras de cultivo, formando una
clase social distinta. No solo pescaban, sino que cazaban aves y
cosechaban eneas que usaban como materia prima para sus
embarcaciones y chozas. Salaban los pescados y los intercambiaban
con otros productos.35
o Los mitmas o mitmaqkunas, llamados también mitimaes, eran aquellos
pobladores quechuas enviados a colonizar los nuevos territorios
conquistados y formar así una barrera contra las poblaciones fronterizas
todavía no dominadas por los Incas. Había otro tipo de mitmas, los de
las etnias sometidas, que como castigo a su rebeldía, eran enviados a
zonas distantes de su lugar de origen, para ser sometidos a vigilancia.
Este último tipo de mitimaes aumentó en los años inmediatamente
anteriores a la conquista española.3637
o Los yanas, eran prisioneros de guerra o bien solo simples individuos
desarraigados de sus ayllus por capricho del Inca o del curaca para
ejercer como siervos, en tareas domésticas, agrarias y pastoriles. El Inca
solía donar yanacunas a los altos dignatarios, a los jefes guerreros y a
los curacas. El estatus del yanacuna era de por vida y lo transmitía a sus
descendientes. De acuerdo a quien sirviera recibía diversos nombres.
Cuando lo hacían en beneficio de personas o familias, se los llamaba
yanas o yanacunas; cuando estaban al servicio del Inca y del Estados,
se los denominaba yanayacos o yanayacocunas.38
o Las mamaconas o acllas, mujeres que desde temprana edad eran
reclutadas de todo el imperio para ser internadas en los acllahuasis. Allí
se dedicaban a la fabricación de textiles, la preparación de bebidas para
los ritos, y otras labores; algunas eran seleccionadas para convertirse en
las esposas secundarias del Inca o para ser entregadas como premio a
los curacas y jefes principales.39
o Las pampayrunas o mitahuarmis eran mujeres que por mandato del
Estado estaban obligadas a ejercer la prostitución, pero fuera de las
poblaciones, en el campo. Se trataba de mujeres prisioneras, capturadas
en las guerras. Así se pretendía evitar que hubieran violaciones u otro
tipo de acoso de parte de los jóvenes solteros hacia las muchachas o las
mujeres casadas.40
o Los piñas o pinas, eran prisioneros de guerra, que estaban en el último
escalón de la pirámide social del Imperio. De acuerdo a Waldemar
Espinoza, estaban sometidos a la esclavitud, pero solo al servicio del
Inca y del Estado imperial; no había piñas al servicio de particulares. Se
los destinaba a las plantaciones de coca (cocales) en la ceja de selva,
donde el trabajo era muy extenuante.33 Sin embargo, no se puede
considerar esclavista al Estado inca, pues el número de esos piñas era
ínfimo en comparación con el número total de la población.
Economía[editar]
La economía incaica estaba basada en la previsión y planificación de todas las etapas del
proceso productivo. En el Tahuantinsuyo, nada estaba fuera del control permanente y directo del
Estado, que, haciendo suyas las experiencias tecnológicas y culturales desarrolladas por las
culturas preincas, organizó un aparato productivo, fundamentalmente agrícola, que dio solución
a los problemas de alimentación, vestido, vivienda y seguridad social de una población cada vez
más numerosa.1
No hay consenso en cuanto al cálculo sobre el número de pobladores que albergaba el imperio
inca a la llegada de los españoles. John Rowe lo calculó en seis millones; por su parte, Noble
David Cook (1981) lo elevó a nueve millones. Otros investigadores dan cifras menores.41
El trabajo[editar]
• El ayni.- Consistía en la ayuda mutua o recíproca que se prestaban las familias que
componían el aillu, principalmente en las labores del campo. Cuando un miembro
del aillu no podía labrar su parcela, venía otro a ayudarle en esa labor; luego aquel
devolvía el favor de similar manera.
• La minca.- Consistía en el trabajo en masa que realizaban los ayllus para cultivar
las tierras del Inca y del Sol o cuidar sus rebaños. El Inca y los sacerdotes les
proporcionaban todo lo necesario: herramientas, vestidos, bebidas, etc.
• La mita.- Era el trabajo obligatorio y por turno que debían prestar por tres meses al
año los varones de 25 a 50 años de edad en las grandes obras públicas: caminos,
puentes, templos, palacios, fortalezas, el laboreo de las minas, el cultivo de la coca,
el servicio militar, y también servicios como el de los chasquis y el de la guardianía
de los puentes.
Agricultura[editar]
Artículo principal: Agricultura incaica
Fueron más de 200 las variedades de papas cultivadas, que
constituyen el mayor aporte de los pueblos andinos a la alimentación mundial.
Los incas se valieron de varias técnicas para ganar terrenos de cultivo (andenes, camellones,
hoyas, pozas secas), así como usaron y ampliaron los sistemas de riego heredados de las
culturas preincaicas (acueductos y canales). Todo ello se amplía en la sección de Tecnología
agrícola.
Se estima que los incas cultivaron más de ochenta especies vegetales, entre ellas especies
alimenticias como la papa, el camote, el maíz, el olluco, la oca, la quinua, el ají, el tomate,
el maní, el pallar, la palta, la yuca y el frijol. Es de destacar la papa, cuya domesticación ha sido
el gran aporte de la civilización andina para la alimentación mundial. Cultivaron más de 200
variedades de papa. Se las consumía sancochadas, con cáscara y todo, y también se las
sometía a procesos de conservación, obteniendo la papaseca y el chuño.44
El maíz, domesticado en el Antiguo Perú de manera independiente con respecto a México, fue
también la base de la alimentación y era comido en muy variadas formas: tostado (cancha),
sancochado (mote) y en una especie de pan llamado tanta. Sus hojas eran consumidas como
legumbres y de sus granos hacían también la famosa chicha o acja, la bebida preferida del
Imperio.45
Cultivaron también plantas industriales como el algodón y el magüey. Del algodón hicieron
tejidos. Del maguey aprovecharon sus fibras para hacer sogas resistentes y calzados. Otras
plantas cultivadas fueron la tabaco (sairi) y coca (cuca) para uso ritual y medicinal.
De acuerdo a los cronistas, las tierras del Imperio se dividían en tres sectores:46
• Tierras del Sol, destinadas a la obtención del alimento necesario para la ofrenda de
los dioses y para el sustento de la clase sacerdotal encargada del culto.
• Tierras del Inca o del Estado, destinadas a proporcionar alimento al Inca, su familia,
la nobleza y los funcionarios. De estas tierras se sacaba también alimento para la
gente que trabajaba al servicio del Inca, para los ejércitos en campaña y para ayudar
a los pueblos que por alguna catástrofe perdían sus cosechas. Estos alimentos se
guardaban en los graneros. Tanto las tierras del Sol como las del Inca eran
trabajadas en comunidad por el pueblo.
• Tierras de las comunidades, eran de mayor extensión destinadas a los ayllus para
que obtuvieran su sustento. Cada año se hacía el reparto de estas tierras entre los
hombres y mujeres aptos para realizar las labores agrícolas. Cada hombre casado
recibía un tupu (o topo), otro por cada hijo varón y medio tupu por cada hija mujer.
De acuerdo a las informaciones del Inca Garcilaso, un tupu era igual a una fanegada
y media (2880 m²) y representaba una extensión de tierra donde se podía sembrar
un quintal de maíz (46 kg).47 En realidad, según la opinión de Baudin, un tupu era el
lote de terreno necesario para cultivar lo suficiente para una familia sin niños. Su
extensión debía variar según la clase de tierra.
Sin embargo, el sistema de propiedad de la tierra era mucho más complejo. Había también
tierras que eran de propiedad de los ayllus reales y de las panacas; otras que eran destinadas
para sustentar a las huacas en el mantenimiento de su culto; otras que estaban en posesión de
los curacas regionales o locales.4849
Ganadería[editar]
Artículo principal: Ganadería incaica
Pesca[editar]
Los habitantes de las costas del Pacífico y de las riberas del lago Titicaca se dedicaban a la
pesca. De ella obtenían alimento, material para fabricar objetos como peines, agujas y abono
para la tierra. Para pescar usaban anzuelos, redes, canastas y arpones. En la costa usaban
desde remotos tiempos el famoso caballito de totora, que era un haz de juncos dispuestos en
forma de cigarro, sobre el cual montaba el pescador, que para impulsarse usaba un pequeño
remo. Se dice que esta peculiar embarcación fue trasplantada por orden del inca Pachacútec a
las orillas del lago Titicaca, donde a partir de entonces se usan las ya tradicionales balsas de
totora.
Para la pesca más prolongada usaban balsas de madera impulsadas por una vela de fibra de
algodón, con las que se atrevían a incursionar más adentro del mar.
Comercio y navegación[editar]
La balsa Kon-tiki, expuesta en un museo. Es similar a las
embarcaciones usadas por los incas.
Entre los incas, y en general en todas las culturas andinas, se empleó el comercio de trueque y
el intercambio, que consiste en el cambio que hace un individuo de los productos que le sobran
por otros que, a su vez, necesita. Así, por ejemplo, los habitantes de la costa intercambiaban
sus productos (pescado seco, conchas, etc.) con el de los habitantes de la sierra (alimentos,
lana, etc.).
Había en la costa una clase dedicada exclusivamente al trueque y el intercambio a larga
distancia, a cuyos miembros los españoles les dieron el nombre de “mercaderes”, concepto
ajeno a la mentalidad indígena, que desconocía el uso de la moneda. Se ha investigado el caso
específico de los “mercaderes” o tratantes de Chincha: sabemos que la administración inca, al
conocer que el valle de Chincha se hallaba tan poblado al punto que no podía satisfacer la
alimentación de todos sus habitantes, decidió dividir a su población económicamente activa en
tres grupos: agricultores, pescadores y “comerciantes”. Estos últimos ascendían a seis mil. Otros
tratantes o “mercaderes” de importancia eran los de la costa del actual Ecuador. Uno de los
productos más preciados del intercambio comercial era la concha spondylus.53
En sus viajes marítimos, dichos “mercaderes” llegaron a regiones costeras tan alejadas como
Panamá y Costa Rica, y posiblemente hasta las costas del sur de México.54 Para cubrir esas
rutas usaban resistentes balsas de madera impulsadas a vela; se afirma también que, hacia
1460, el entonces príncipe Túpac Yupanqui organizó una nutrida expedición de balsas que
descubrió unas misteriosas islas llamadas Auachumbi y Ninachumbi, que se ha querido
identificar con las islas Galápagos, la isla de Pascua e incluso con la lejana Polinesia.55
No existía la moneda; sin embargo, se tiene evidencia de que algunos productos hacían las
veces de moneda, como por ejemplo, el ají, la sal, el maíz, el algodón, la coca, plumas de aves y
conchas marinas. Se mencionan también hachas pequeñas o tumis. El que vendía recibía en
pago cualquiera de estos productos. Cuando compraba, pagaba a su vez con los referidos
productos.
Artes[editar]
Arquitectura y urbanismo[editar]
Artículo principal: Arquitectura incaica
Tres fueron las grandes características de la arquitectura inca: solidez, sencillez y simetría.56
Las construcciones del pueblo fueron rústicas; en cambio, las realizadas por el Estado inca para
las funciones de la administración, la defensa y el culto fueron complejas y monumentales. Esta
arquitectura pública tiene un estilo altamente funcional que se distingue principalmente por sus
técnicas avanzadas de planificación territorial, y el refinado uso de la piedra. En la costa el
material preferente era el adobe. Se mencionan tres momentos en esta arquitectura: el ciclópeo
o el de las grandes piedras; el poligonal o de las piedras de muchos ángulos; y el imperial, con
sus piedras en forma de sillares rectangulares o cuadrados. Hasta hoy causa asombro el
tamaño de las piedras en algunos edificios, y el ensamblado de piedras de diferente forma y
tamaño (alguna de hasta de doce ángulos), sin usar argamasa y que encajan tan perfectamente
que entre sus junturas no pasa ni una hoja de papel.57 En cuanto al plano, los edificios son de
base rectangular y de un solo piso; característica netamente inca son los vanos de forma
trapezoidal.58
Los ejemplos más típicos de esta arquitectura se encuentran en la ciudad que fue la capital de
los incas, Cuzco, donde destacan Sacsayhuamán y el Coricancha. Otros complejos importantes
fueron las de Písac, Ollantaytambo y Machu Picchu.
Machu Picchu fue descubierto científicamente en 1911 por el estadounidense Hiram Bingham;
sin embargo, el peruano Agustín Lizárraga ya había llegado al sitio 9 en 1902, 9 años antes que
Bingham. Está ubicada a casi 2400 metros de altura, en la provincia de Urubamba,
departamento del Cusco, en pleno Andes Amazónicos. Se trata de un conjunto de edificaciones,
palacios, torreones (sunturhuasis), miradores, depósitos, lavaderos y terrazas agrícolas, que se
elevan entre las montañas Machu Pichu (sabio que come coca) y Huayna Pichu (joven que
come coca). Es sin duda una de las realizaciones más impresionantes de la arquitectura e
ingeniería a nivel mundial. Pocas obras como esta muestran tanta armonía con el entorno
natural. Fue construido, según algunas hipótesis en el gobierno del Cápac Inca Pachacútec y
Mama Anahuarque, en el siglo XV.59 Actualmente es uno de los sitios antiguos más importantes
del mundo y el principal destino turístico del Perú. En 1983, fue incluida por la Unesco en la lista
del Patrimonio de la Humanidad.60
Sacsayhuamán, es un extenso complejo arquitectónico situado a menos de un kilómetro del
Cuzco, conformado por tres murallas en zig zag, levantadas con bloques ciclópeos de granito,
que se conservan en muy buen estado. Actualmente esta constituido por tres baluartes de
mampostería de piedras enormes, pero en su momento de esplendor tenía edificaciones
mayores y otras construcciones menores en su cima, que fueron destruidas por los españoles.
Estos desconocían su verdadera función y la llamaron “fortaleza”, es decir, le atribuyeron una
función militar; sabemos ahora que lo más probable es que haya tenido una función religiosa
(templo del Sol) y científica (observatorio astronómico), y/o administrativa.61
El Coricancha, que significa recinto de oro, era el principal templo del Sol situado en el Cuzco,
que está construida con mampostería de piedra encajada cuidadosamente sin argamasa
(simulando una mazorca de maíz). Interiormente se dividía en varias habitaciones con
hornacinas destinadas a las ofrendas o las imágenes: la principal estaba dedicada al Sol, con
paredes recubiertas con planchas de oro; y la segunda, dedicada a la Luna, cubierta con
planchas de plata; y otras había para Huiracocha, el trueno y el relámpago, y los dioses de las
provincias sometidas por los incas, aparte de las habitaciones de los sacerdotes y las
mamaconas.62 Sobre sus muros se eleva actualmente el Convento de Santo Domingo.63
Entre otros templos importantes que se conservan, cabe citar la de la Casa del Sol en la isla
del lago Titicaca; y el templo de las Tres Ventanas en Machu Picchu. En cuanto a los palacios,
se destaca el de las Ñustas, también localizado en Machu Picchu; el Amarucancha y
el Colcampata, en el Cuzco.
También es representativa de la arquitectura inca el complejo de Tambo Colorado en Pisco y el
sector Inca de la Huaca "La Centinela" centro administrativo de los chinchas en Chincha, ambas
en departamento de Ica.
Es de destacar el sentido urbanista que dieron los incas a sus obras públicas. El plano de sus
ciudades estaba basado en un sistema de avenidas que convergían en una plaza abierta
rodeada de edificios administrativos y religiosos. Además, supieron convertir en habitables
terrenos naturalmente inhóspitos, cuando en Europa no existía nada que se le equiparara, pues
la geografía europea es benigna para la habitabilidad del hombre (ni las montañas, ni los
bosques, ni la altitud de los terrenos alcanzan las dimensiones que el antiguo hombre peruano
tuvo que vencer para realizar sus proezas de arquitectura y urbanismo). El ordenamiento
territorial y urbano obedecían a una planificación y a un razonamiento lógico que hasta el día de
hoy puede observarse en los restos arqueológicos. Mientras tanto en la España de su apogeo
mundial (siglo XVI) no era posible ver el final de una calle, sin que se atravesaran otras. El
ordenamiento urbano llamado "moderno" no llegaría a Europa sino varios siglos después.
Otros logros destacables incluyen la construcción de puentes colgantes a base de sogas
(algunos de casi cien metros de longitud), los extensos caminos empedrados que comunican la
variada geografía andina, los canales de regadío y acueductos.
Piedra de Saywite.
Conopa incaica, con figura de camélido.
En escultura, los incas hicieron muchos trabajos bien elaborados. En su mayoría fueron hechos
en piedra, pero también lo hicieron en metales como el oro y plata, así como en madera.
Representaron figuras antropomorfas (humanas), zoomorfas (animales) y fitomorfas (vegetales),
de diversos tamaños, desde miniaturas hasta representaciones en tamaño real. Existe también
alguna representación monumental, como la del felino de Qenko.64
Algunas representaciones escultóricas están talladas sobre la roca madre (como en Machu
Picchu) o sobre grandes piedras (Saywite); es decir se hallan asociadas a las grandes
construcciones arquitectónicas. En algunos casos se ven representaciones de cerros, escalas y
acueductos, de posible simbolismo ritual.65
En estatuaria, se mencionan estatuas de los incas de tamaño natural, llamadas guaoquis; así
como una presumible representación del dios Viracocha, hecha en piedra, que se hallaba en el
templo de Cacha, de la cual se conserva su cabeza en el Museo de América (Madrid), mientras
que el resto del cuerpo está en el Cuzco.66 De hecho, no existen más estatuas conservadas,
pues sin duda fueron destruidas por los españoles al considerarlas ligadas a la idolatría.
Otras piezas escultóricas son de pequeño tamaño, de uso ritual:65
Pintura[editar]
Artículo principal: Pintura incaica
La pintura como arte fue ampliamente practicada por los incas, aunque sin alcanzar los niveles
de las culturas preincaicas, como la nasca y la moche.
Esta expresión artística fue realizada principalmente sobre murales y mantos, de los cuales solo
se conservan algunas trazas.
Orfebrería y platería[editar]
Textilería[editar]
Artículo principal: Textilería incaica
Música y danza[editar]
Los incas conocieron solo los instrumentos musicales de viento. Usaron flautas en diversas
variedades, como las quenas, antaras y otras, así como los pututos (trompetas hechas de
conchas marinas). También instrumentos de percusión como las tinyas o tambores. La música
incaica era de cinco notas fundamentales, es decir, era pentatónica, en vez de la música de
siete notas que hoy usamos.
Las labores agrícolas se hacían generalmente al son de la música y canto para darles ritmo y
compás. La danza era ejecutada por grandes masas humanas y tenía preferentemente un
carácter religioso. Había danzas totémicas destinadas a dar culto a los tótems u antepasados
epónimos; danzas solemnes como las realizadas en las grandes fiestas religiosas como el Inti
Raymi; danzas dedicadas a los muertos; danzas en conmemoración de hechos históricos;
danzas guerreras y danzas de alegría (Kashua).
Momificación[editar]
Según Del Busto, se considera a la momificación como un arte porque buscó la belleza de los
reyes incas y de los nobles fallecidos, ya que los incas consideraban necesaria la conservación
de sus cuerpos para asegurar la buena fortuna a su linaje.77
Cuando el Inca moría, su cuerpo era embalsamado de acuerdo a determinados ritos. Se usaba
una sustancia llamada isura, que se extraía de una planta de la selva. El cadáver momificado,
llamado mallqui, permanecía sentado en el mismo trono en el que había gobernado,
conservando todos los atributos de su dignidad y recibiendo el homenaje conmovido de sus
súbditos, que los consideraban “vivos”. Cada panaca se encargaba de cuidar a su momia
respectiva, dándole los honores y servicios que habían recibido en vida, y perpetuando su
historia. Los mallquis, trasladados en literas, concurrían a todas las ceremonias que se
celebraban en la plaza del Cuzco y recibían la reverencia del pueblo.78
Cuando llegaron los españoles, todas esas momias reales fueron escondidas. Según el Inca
Garcilaso, Juan Polo de Ondegardo descubrió cinco de ellas, “tres de reyes y dos de reinas.”
Algunas se hallaban en buen estado de conservación.79
Literatura[editar]
Artículo principal: Literatura incaica
Literatura cortesana[editar]
Llamada así por haberse realizado en la corte de los Incas, era la literatura oficial y su ejecución
estaba encargada a los amautas o profesores y a los quipucamayocs o bibliotecarios, que
usaban el sistema mnemotécnico de los quipus o cordones anudados. Tres fueron los géneros
principales que cultivaron: el épico, el didáctico y el dramático.
• El género épico está representada por los poemas que expresaban la cosmología
del mundo andino (mitos de la creación, el diluvio, etc.), así como las que relataban
el origen de los incas (leyendas de los hermanos Ayar, de Manco Cápac y Mama
Ocllo, etc.).
• El género didáctico abarcaba fábulas, apólogos, proverbios y cuentos, ejemplares de
los cuales han sido recogidos modernamente por diversos estudiosos.
• El género dramático, que a decir del Inca Garcilaso, abarcaba comedias y tragedias,
buscando similes con la cultura occidental.80 En realidad, se trataban de
representaciones teatrales en donde se mezclaban danza, canto y liturgia. Se afirma
que el famoso drama Ollantay, cuya versión escrita data de la época colonial,
tendría un núcleo fundamental de origen incaico y una serie de interpolaciones
posteriores enderezadas a amoldarla al teatro hispano.
Literatura popular[editar]
Es la que surgió espontáneamente en el pueblo y en el campo. Abarca masivamente el género
lírico, es decir, composiciones poéticas que estaban unidas a la música y la danza, y que por lo
general eran entonadas en grandes masas corales, alternándose hombres y mujeres. Estas
manifestaciones formaban parte del quehacer cotidiano. Funerales, fiestas, nupcias, peleas,
guerras, etc. estaban enmarcados en una ritualización expresada a través del arte. Son dos sus
manifestaciones principales:
Ciencia y tecnología[editar]
La etnia inca, al igual que otras culturas andinas contemporáneas, no hicieron grandes aportes a
las ciencias y tecnologías. Lo que hicieron fue recoger y aprovechar todo el legado cultural
de civilización andina, que se remonta a Caral, es decir al 3000 a. C. Al momento de fundarse el
imperio inca, las diversas ramas de las ciencias como la astronomía, las matemáticas y la
medicina, así como las variadas tecnologías aplicadas en la agricultura, la hidráulica y la
arquitectura, ya estaban inventadas, experimentadas y desarrolladas hasta su máxima
perfección. El mérito de los incas fue aprovechar costumbres, conocimientos y técnicas
milenarias, haciendo alguna que otra contribución, y luego, con ese sustento, crear un Estado
imperial cuyo fin era la unificación del mundo andino, pero cuya consolidación definitiva se vio
truncada por la invasión española.82
Hay que señalar además que lo que llamamos conocimientos científicos en el Perú antiguo
corresponden en realidad a una etapa precientífica, por la que también pasaron otras grandes
civilizaciones del mundo. Se trataba de saberes empíricos, que se consolidaron a través de
milenios de experiencia, y que tuvieron un carácter eminentemente práctico. No hay evidencia
que alguna vez el hombre del Perú prehispánico haya hecho reflexiones teóricas ni
formulaciones matemáticas. Es de destacar también que en todos los dominios de la ciencia y
técnica se inmiscuía la magia y la religión. Es solo con la revolución científica ocurrida en
Europa a partir del siglo XVII que se puede hablar con propiedad de un desarrollo científico en el
mundo.83
Medicina[editar]
Cráneos incas con señales evidentes de trepanación.
Obsérvese el crecimiento del tejido óseo alrededor del corte, lo que indica que el paciente
sobrevivió a la operación.
La medicina que se practicó en el incanato, estaba íntimamente ligada a la religión. El
doctor Hermilio Valdizán ha determinado una serie de enfermedades que conocieron los incas y
los tratamientos que aplicaron a cada una de ellas. Los curanderos o médicos incaicos se
llamaban hampi camayocs.84
Los incas llegaron a realizar intervenciones quirúrgicas, como trepanaciones, con el propósito de
eliminar fragmentos de huesos o armas, que quedaban incrustadas en el cráneo, luego de
accidentes o enfrentamientos bélicos. Algo que ya hacían, siglos atrás, los paracas. Uno de los
instrumentos utilizados en la cirugía incaica, fue el tumi o cuchillo de metal en forma de "T". Se
desconoce que es lo que utilizaban como anestesia, aunque algunos suponen que se usaba la
coca. También usaron gasas y vendas.
El Inca Garcilaso de la Vega asegura que efectuaban la sangría para curar diversas dolencias,
así como que usaban purgantes y vomitivos para la expulsión de parásitos y otros humores.85
Su farmacopea contaba con numerosas hierbas medicinales y plantas alucinógenas, de la costa,
sierra y selva.86 Particularmente muy estimadas fueron las hojas de la coca y el tabaco. También
usaron medicinas de origen animal (como el sebo) y mineral.
En muchos lugares del Perú todavía existe la figura del curandero y el hierbero, que siguen
utilizando los tratamientos heredados de la época prehispánica, a base de hierbas y otros
productos, lo que constituye la llamada medicina folklórica. Lamentablemente, en la mayoría de
los casos se trata de una herencia ya borrosa y lejana de los grandes conocimientos del pasado,
atenuados y mermados por la Conquista española, la llamada "extirpación de idolatrías" católica.
Las épocas colonial y republicana continuaron este desarrollo de la destrucción cultural y
progresiva eliminación de los conocimientos ancestrales.
Matemáticas[editar]
Conocieron el sistema decimal, que lo aplicaron a la estadística de los quipus y a la
organización. También tuvieron grandes conocimientos de agrimensura, es decir, la medición de
tierras. En el arte de construir debieron también aplicarse conocimientos científicos, si se tiene
en cuenta los imponentes y bien ensamblados que son algunos edificios,
como Sacsayhuamán y Machu Picchu, que indudablemente requirieron de una cuidadosa
programación y cálculos físicos y matemáticos.
Astronomía[editar]
Intihuatana en Machu Picchu.
La astronomía mereció especial atención porque se relacionaba con las labores agrícolas y su
división se marcaba con una fiesta especial. Observaron pacientemente al Sol y determinaron
los solsticios y los equinoccios. Para tal efecto utilizaron columnas de piedra levantadas en las
partes altas del Cuzco. Al observatorio solar llamaron Intihuatana (quechua: inti watana, “donde
se amarra al Sol”), que consistía en una columna de piedra levantada sobre un círculo de este
material, que se hallaba en algunos lugares destacados, tales como los patios de los templos o
edificios religiosos, y siempre expuestos a la proyección de la luz solar.
El año estaba dividido en 12 lunas de 30 días cada una, más una serie de días
complementarios. A cada luna o mes le correspondían festividades religiosas acompañadas de
ceremonias específicas. Según Guaman Poma de Ayala, el calendario de ceremonias y
festividades se dividía de la siguiente manera:
Historia[editar]
El que hacía de historiador entre los incas era el amauta, un funcionario adscrito a la corte del
Inca, cuyo papel era equivalente al de un maestro y cronista. Este amauta conservaba la
memoria de los hechos gloriosos del Inca y de sus antepasados (que figuraban en la lista
del Cápac cuna). Todo lo registraba, tanto las ordenanzas y prohibiciones imperiales, como las
guerras y victorias de los reyes incas. Al no contar los incas con escritura, estas tradiciones se
trasmitían de manera oral. Pero algunos cronistas afirman que esta memoria se guardaba
también a través del sistema de los quipus, cuerdas de algodón de colores diversos y con nudos
desplegados a intervalos, de los que si se tiene certeza que se usaban en la contabilidad. El
experto en estos quipus se llamaba quipucamayoc.88
Metalurgia[editar]
Tecnología agrícola[editar]
Trabajo de la piedra[editar]
La piedra de los doce ángulos.
En la sección de arquitectura ya mencionamos la impresionante técnica del trabajo de la piedra
para las edificaciones. Contrasta los resultados soberbios con la humildad de los instrumentos
usados. En esta técnica lítica se puede distinguir tres momentos: la extracción de la piedra, el
traslado y su asentamiento. En el trabajo en las canteras usaban las mismas técnicas que han
usado otras grandes civilizaciones: se introducían cuñas de madera en incisiones hechas en la
roca, que luego mojaban, de modo que cuando se dilataba la madera se quebrantaba la roca.
Luego se cortaba y labraba la piedra por sus cuatro lados. Otro problema complicado era el
traslado del bloque. Se debieron usar rodillos de madera y sogas, bajo exclusiva tracción
humana, pues no contaban con animales de tiro. Pudieron así mover bloques de hasta 100
toneladas. Un vestigio del esfuerzo realizado es la célebre piedra cansada, que se quedó a
medio camino. Finalmente, venía la colocación de las piedras en la edificación, para lo cual
debieron usar planos inclinados y terraplenes. Los instrumentos usados eran palancas de
madera resistente (como de chonta) y sogas de magüey. Lo asombroso es que lograban que las
piedras talladas encajaran a la perfección unas con otras, pese a que eran de distintos tamaños
y con varios ángulos.98
Quipu incaico
Los incas contaron con un ingenioso registro numérico a base de cuerdas y nudos
llamado quipus. Los nudos indicaban los números, del uno al diez, y el color del cordón u otros
detalles indicarían el tipo de bienes registrados, aunque hay que destacar que esto último no era
una regla común sino que tendía a variar. El encargado de elaborar e interpretar el quipu era
el quipucamayoc. El quipu es una herencia cultural milenaria, pues en Caral se descubrieron
quipus de 5000 años de antigüedad.99
Dos probables formas de comunicación ideográfica fueron los tocapus y los quillcas:
• Los tocapus o tocapos son recuadros en sucesión, cada uno de los cuales tienen un
diseño particular, a manera de figuras heráldicas. Suelen aparecer pintados en los
vasos o queros y en los tejidos incas. Se ha postulado que se traten de signos de
una escritura fonética, aunque otros consideran que son de la época colonial, y por
tanto, serían solo diseños artísticos influenciados por la cultura occidental.100
• Quillca es una palabra quechua que indicaría un diseño pintado. Los españoles lo
tradujeron como escritura, aunque en realidad se tratarían de diseños pictográficos
realizados sobre peñas (petroglifos), pero no de símbolos fonéticos.100
Religión[editar]
Artículos principales: Religión incaica y Mitología incaica.
Los incas adoraban al dios sol al que llamaban Inti, así como a la luna y a los fenómenos
naturales.
La cosmovisión andina fue de carácter politeísta, animista y totémica. En los andes vivieron gran
cantidad de creencias, cada cual con un componente étnico. Se creía en la existencia de tres
mundos: superior (Hanan Pacha), medio (Kay Pacha) e inferior (Uku Pacha); y en un dios
creador Viracocha.
El culto quechua, era presidido por el Inca, considerado hijo del sol y asistido por los siguientes
personajes:
• Wiracocha: fue una divinidad panandina, de origen preinca. Era un dios adorado por
la nobleza cusqueña.
• El Sol (Inti): fue el dios oficial en el Tawantinsuyo, difundido por el inca Pachacútec.
• La Luna (Mama Killa). Diosa del cielo y las estrellas, protectora de las mujeres
(coyas y acllas) y esposa del dios Inti.
• Pachacámac: fue el dios más importante de la costa central.
• Illapa: dios del rayo.
• Pachamama: madre tierra.
• Mama Cocha: madre de los lagos.
• Coyllur: diosa de las estrellas.
• Apus: dioses de las montañas, los montes tutelares.
Festividades[editar]
Fiesta del Inti Raymi en la actualidad, en la explanada del
Sacsaihuaman.
• Inti Raymi (en quechua, fiesta del Sol), la fiesta más solemne, que se efectuaba
durante el solsticio de invierno, en homenaje al Sol, dios y padre de los fundadores
del imperio. A ella acudían los dignatarios de todo el país, ataviados con el mayor
lujo que le fuera posible. El Inca presidía la ceremonia en una explanada de la plaza
del Cuzco, esperando la aparición del Sol. El inca elevaba dos grandes vasos de oro
con chicha, y mientras invitaba al Sol con el de la mano derecha, del otro vertía
pequeñas cantidades en los vasos de sus parientes.101
• Cápac Raymi, la fiesta principal del Sol, que se realizaba en el mes de diciembre. Se
sacaban en procesión las imágenes del Sol guardadas en el Coricancha, así como a
las momias de los incas. Se hacían muchas ofrendas de oro, plata y spondylus, así
como sacrificios de niños y de camélidos. Se realizaba también la ceremonia
del Warachikuy.102
• Capac cocha, que podría traducirse como «obligación real», se realizaba entre abril
y julio, en honor al dios Viracocha. La ceremonia incluía fiestas y ofrendas de
reconocimiento y de gratitud. Desde las cuatro direcciones del Tahuantinsuyo los
poblados enviaban uno o más niños al Cusco, para, luego de las ceremonias allí
oficiadas, regresar y ser ofrendados a huacas o santuarios locales.
• Citua, era la fiesta solemne celebrada el primer día de la luna después del
equinoccio. Era considerada como un sacrificio de expiación general. El pueblo se
preparaba con un ayuno de 24 horas y con una continencia escrupulosa. Hacían una
especie de pasta mezclada con sangre, sacada de entre la nariz y las cejas de los
niños con la que se frotaban el cuerpo, previamente lavado, operación con la cual
creían precaverse de toda clase de enfermedades. Frotaban igualmente con la
misma pasta los umbrales de las casas. El sumo sacerdote hacía la misma
operación en el Coricancha y en los palacios.103
Véase también[editar]
• Quechuas
• Imperio incaico
• Mitología incaica
• Cápac Ñan
• Literatura incaica
Referencias[editar]
1. ↑ Saltar a:a b Valcárcel, 1964a, p. 35.
2. ↑ Rostworowski, 1999, pp. 251-256.
3. ↑ Vergara, 2000, p. 23.
4. ↑ Rostworowski, 1999, pp. 210-211.
5. ↑ Espinoza, 1997, p. 297.
6. ↑ Del Busto, 2011, pp. 51-54.
7. ↑ Del Busto, 2011, p. 67.
8. ↑ Vergara, 2000, pp. 24-25.
9. ↑ Saltar a:a b Del Busto, 2011, p. 69.
10. ↑ Saltar a:a b Del Busto, 2011, p. 70.
11. ↑ Kauffmann, 2002b, pp. 689-690.
12. ↑ Valcárcel, 1964a, pp. 40-41.
13. ↑ Del Busto, 2011, p. 75.
14. ↑ Kauffmann, 2002b, p. 693.
15. ↑ Kauffmann, 2002b, pp. 695-698.
16. ↑ Del Busto, 2011, pp. 127-130.
17. ↑ Unesco (21 de junio de 2014). «Sites in Latin America and Germany inscribed on World
Heritage List». Unesco.org (en inglés). Consultado el 19 de noviembre de 2017.
18. ↑ Del Busto, 2011, pp. 130-132.
19. ↑ Saltar a:a b Del Busto, 2011, p. 135.
20. ↑ Saltar a:a b Kauffmann, 2002b, p. 703.
21. ↑ Del Busto, 2011, p. 114.
22. ↑ Del Busto, 2011, pp. 114-115.
23. ↑ Del Busto, 2011, pp. 116-119.
24. ↑ Del Busto, 2011, p. 119.
25. ↑ Del Busto, 2011, pp. 119-120.
26. ↑ Del Busto, 2011, pp. 122-123.
27. ↑ Espinoza, 1997, pp. 275-276.
28. ↑ Del Busto, 2011, pp. 51-55.
29. ↑ Saltar a:a b Del Busto, 2011, p. 56.
30. ↑ Espinoza, 1997, p. 276.
31. ↑ Espinoza, 1997, p. 283.
32. ↑ Rostworowski, 1999, p. 230.
33. ↑ Saltar a:a b Espinoza, 1997, pp. 283-284.
34. ↑ Rostworowski, 1999, pp. 236-241.
35. ↑ Rostworowski, 1999, pp. 242-243.
36. ↑ Del Busto, 2011, pp. 59-61.
37. ↑ Rostworowski, 1999, pp. 244-247.
38. ↑ Espinoza, 1997, pp. 287-291.
39. ↑ Rostworowski, 1999, pp. 249-250.
40. ↑ Espinoza, 1997, pp. 295-296.
41. ↑ Kauffmann, 2002b, p. 682.
42. ↑ Del Busto, 2011, p. 81.
43. ↑ Del Busto, 2011, pp. 81-82.
44. ↑ Espinoza, 1997, pp. 132-134.
45. ↑ Del Busto, 2011, pp. 145-146.
46. ↑ Del Busto, 2011, pp. 137-138.
47. ↑ Vega, 1976a, p. 219.
48. ↑ Rostworowski, 1999, pp. 280-261.
49. ↑ Espinoza, 1997, pp. 181-182.
50. ↑ Vergara, 2000, pp. 62-66.
51. ↑ Vergara, 2000, pp. 4-5.
52. ↑ Kauffmann, 2002b, p. 736.
53. ↑ Rostworowski, 1999, pp. 230-234.
54. ↑ Del Busto, 2011, p. 141.
55. ↑ Del Busto, 2011, pp. 40-41.
56. ↑ Del Busto, 2011, p. 179.
57. ↑ Del Busto, 2011, pp. 179-181.
58. ↑ Vergara, 2000, p. 85.
59. ↑ Kauffmann, 2002c, p. 948-959.
60. ↑ Ministerio de Cultura del Perú. «Santuario Histórico de Machu
Picchu». www.cultura.gob.pe. Consultado el 5 de noviembre de 2017.
61. ↑ Longhena y Alva, 2008, pp. 68-71.
62. ↑ Vergara, 2000, p. 87.
63. ↑ Longhena y Alva, 2008, p. 64.
64. ↑ Longhena y Alva, 2008, p. 73.
65. ↑ Saltar a:a b Kauffmann, 2002c, p. 888.
66. ↑ Vergara, 2000, pp. 95-96.
67. ↑ Kauffmann, 2002b, p. 830.
68. ↑ Saltar a:a b Vergara, 2000, p. 94.
69. ↑ Del Busto, 2011, pp. 182-183.
70. ↑ Kauffmann, 2002c, p. 890.
71. ↑ Del Busto, 2011, p. 183.
72. ↑ Saltar a:a b Vergara, 2000, p. 96.
73. ↑ Vega, 1976a, p. 261.
74. ↑ Saltar a:a b Del Busto, 2011, pp. 186-187.
75. ↑ Espinoza, 1997, pp. 267-268.
76. ↑ Del Busto, 2011, p. 186.
77. ↑ Del Busto, 2011, pp. 192.
78. ↑ Del Busto, 2011, pp. 192-193.
79. ↑ Vega, 1976a, pp. 273-274.
80. ↑ Vega, 1976a, p. 114.
81. ↑ Vega, 1976a, pp. 114-116.
82. ↑ Espinoza, 1997, pp. 415-416.
83. ↑ Cabieses, 1980, pp. 127-129.
84. ↑ Del Busto, 2011, pp. 105-106.
85. ↑ Vega, 1976a, pp. 108-109.
86. ↑ Espinoza, 1997, p. 418.
87. ↑ Del Busto, 2011, p. 103.
88. ↑ Saltar a:a b c Del Busto, 2011, p. 104.
89. ↑ Kauffmann, 2002b, p. 730.
90. ↑ Kauffmann, 2002b, pp. 730-731.
91. ↑ Kauffmann, 2002b, pp. 731-732.
92. ↑ Pease, 1992, pp. 79-80.
93. ↑ Saltar a:a b Kauffmann, 2002b, p. 732.
94. ↑ Pease, 1992, p. 80.
95. ↑ «Sabías que Moray era un laboratorio de investigación inca». www.ciencias.pe. 13 de
mayo de 2016. Consultado el 3 de noviembre de 2017.
96. ↑ Espinoza, 1997, pp. 252-254.
97. ↑ Espinoza, 1997, p. 255.
98. ↑ Del Busto, 2011, pp. 87-88.
99. ↑ Shady et al., 2009, p. 34.
100. ↑ Saltar a:a b Kauffmann, 2002b, p. 810.
101. ↑ Vega, 1976b, pp. 46-48.
102. ↑ Kauffmann, 2002b, p. 806.
103. ↑ Vega, 1976b, pp. 96-98.
Bibliografía[editar]
• Del Busto, José Antonio (2011). Perú incaico (2.ª edición). Lima: Empresa Editora El
Comercio S.A. ISBN 978-612-306-034-3.
• Cabieses, Fernando (1980). Historia de la ciencia y tecnología en el Perú (1.ª
edición). Lima: Editorial Juan Mejía Baca.
• Espinoza, Waldemar (1997). Los incas. Economía, sociedad y Estado en la era del
Tahuantinsuyo (3.ª edición). Lima: Amaru editores S.A.
• Vega, Inca Garcilaso de la (1976a). Aurelio Miro Quesada, ed. Comentarios reales
de los incas 1. Caracas: Biblioteca Ayacucho. ISBN 84-660-0135-2. Archivado desde el
original el 24 de octubre de 2017. Consultado el 23 de octubre de 2017.
• — (1976b). Aurelio Miro Quesada, ed. Comentarios reales de los incas 2. Caracas:
Biblioteca Ayacucho. ISBN 978-9972-40-218-0.
• Kauffmann, Federico (2002a). Historia y arte del Perú antiguo 4 (1.ª edición). Lima:
PEISA / Diario La República. ISBN 9972-40-212-6.
• — (2002b). Historia y arte del Perú antiguo 5 (1.ª edición). Lima: PEISA / Diario La
República. ISBN 9972-40-212-6.
• — (2002c). Historia y arte del Perú antiguo 6 (1.ª edición). Lima: PEISA / Diario La
República. ISBN 9972-40-212-6.
• Longhena, Maria; Alva, Walter (2008). Perú Antiguo. Los incas, hijos del Sol (1.ª
edición). Barcelona: Ediciones Folio S.A. ISBN 978-84-413-2424-4.
• Pease, Franklin (1992). Los Incas (2.ª edición). Lima: Fondo Editorial de la PUCP.
• Rostworowski, María (1999). Historia del Tahuantinsuyu (2.ª edición). Lima: IEP
Instituto de Estudios Peruanos. ISBN 978-9972-51-029-8.
• — (2004). Incas (1.ª edición). Lima: Biblioteca Imprescindibles Peruanos. Empresa
Editora El Comercio S.A. ISBN 978-612-4069-47-5.
• Shady, Ruth; Cáceda, Daniel; Crispín, Aldemar; Machacuay, Marco; Novoa, Pedro;
Quispe, Edna (2009). Caral. La civilización más antigua de las Américas: 15 años
develando su historia (1.ª edición). Lima: Zona Arqueológica Caral-Supe / Ministerio
de Cultura del Perú. ISBN 978-612-45179-0-7.
• Valcárcel, Luis E. (1964a). Historia del Perú Antiguo, a través de la fuente
escrita 1 (1.ª edición). Lima: Editorial Juan Mejía Baca / Editorial Universitaria.
• — (1964b). Historia del Perú Antiguo, a través de la fuente escrita 2 (1.ª edición).
Lima: Editorial Juan Mejía Baca / Editorial Universitaria.
• — (1964c). Historia del Perú Antiguo, a través de la fuente escrita 3 (1.ª edición).
Lima: Editorial Juan Mejía Baca / Editorial Universitaria.
• Vergara, Teresa (2000). Historia del Perú: Tahuantinsuyo: el mundo de los incas (1.ª
edición). Lima: LEXUS editores. ISBN 9972-625-35-4.