Este documento presenta un resumen de tres párrafos sobre la epistemología de las ciencias naturales. Explica que el conocimiento implica una relación entre un sujeto y un objeto, y que puede variar desde un conocimiento científico hasta uno no científico. Luego describe el conocimiento como un proceso que comienza con la experiencia y continúa con el pensamiento, dando lugar a conceptos, juicios y razonamientos. Finalmente, analiza los problemas de la gnoseología filosófica, en particular el problema del origen del conocimiento.
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Este documento presenta un resumen de tres párrafos sobre la epistemología de las ciencias naturales. Explica que el conocimiento implica una relación entre un sujeto y un objeto, y que puede variar desde un conocimiento científico hasta uno no científico. Luego describe el conocimiento como un proceso que comienza con la experiencia y continúa con el pensamiento, dando lugar a conceptos, juicios y razonamientos. Finalmente, analiza los problemas de la gnoseología filosófica, en particular el problema del origen del conocimiento.
Este documento presenta un resumen de tres párrafos sobre la epistemología de las ciencias naturales. Explica que el conocimiento implica una relación entre un sujeto y un objeto, y que puede variar desde un conocimiento científico hasta uno no científico. Luego describe el conocimiento como un proceso que comienza con la experiencia y continúa con el pensamiento, dando lugar a conceptos, juicios y razonamientos. Finalmente, analiza los problemas de la gnoseología filosófica, en particular el problema del origen del conocimiento.
Este documento presenta un resumen de tres párrafos sobre la epistemología de las ciencias naturales. Explica que el conocimiento implica una relación entre un sujeto y un objeto, y que puede variar desde un conocimiento científico hasta uno no científico. Luego describe el conocimiento como un proceso que comienza con la experiencia y continúa con el pensamiento, dando lugar a conceptos, juicios y razonamientos. Finalmente, analiza los problemas de la gnoseología filosófica, en particular el problema del origen del conocimiento.
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ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR
PEDAGÓGICA PÚBLICA “OCTAVIO MATTA CONTRERAS”
ENSAYO: EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS
NATURALES. ESTUDIANTE: TENORIO PÉREZ, MARIO. DOCENTE: Lic. VALENTÍN, FLORES TELLO. ÁREA: ÉTICA Y FILOSOFÍA PARA EL PENSAMIENTO CRÍTICO. INTRODUCCIÓN Conocer ha sido uno de los grandes temas de la filosofía de todos los tiempos, dilucidar en qué consiste el acto de conocer, ¿cuál viene a ser la esencia del conocimiento?, ¿cuál es la relación cognoscitiva que coexiste entre el hombre y las cosas que lo rodean?, ¿cómo comprobamos que lo que hemos entendido es verdad?, ¿es posible realmente conocer?, han sido algunas de las grandes preocupaciones de la humanidad desde tiempos inmemorables hasta hoy en día. Son muchas las definiciones que sobre el conocimiento existen, y hasta ahora no existe acuerdo en lo que respecta a lo que realmente sucede cuando se conoce algo. No obstante, podemos afirmar que el conocimiento, implica al menos: un sujeto de acción (observador, sujeto de conocimiento) un objeto referente estático. una relación de captabilidad o aprehensión entre sujeto y objeto, no en sentido unívoco sino direccionado, lo que genera múltiples observaciones o construcciones; e impide que podamos definir de manera unívoca el concepto de conocimiento. Es decir, el sujeto se pone en contacto con el objeto y obtiene una información acerca del mismo, y al verificar que existe coherencia o adecuación entre el objeto y la representación interna correspondiente, se dice que se está en posesión de un conocimiento. Dependiendo del grado de relación que se establezca entre los elementos que conforman el proceso de conocimiento se puede variar desde un conocimiento científico, hasta un conocimiento no científico. Este último vendría a estar conformado por los productos provenientes de la captación intuitiva, de la captación sensible. Son parte del conocimiento no científico; el vulgar y el empírico, al vulgar también se lo conoce como conocimiento común, de sentido común u ordinario. El conocimiento no científico normalmente no va más allá del fenómeno particular y, a menudo, está contaminado con cuestiones subjetivas, como creencias o mitos. En cambio, cuando se trata de conocimiento científico, muchos asimilan este concepto con el de ciencia, ya que éste posee elementos inherentes a la ciencia, como su contenido, su campo y su método, además del hecho de presentase como una manifestación cualificada, que lo distinguen de otros tipos de conocimiento. DESARROLLO.
EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS NATURALES
¿QUE ENTENDEMOS POR CONOCIMIENTO?
¿Cómo conocemos?, ¿qué conocemos?, ¿cómo se ordenan nuestros conocimientos? Estas son preguntas que se ha formulado la filosofía desde la antigüedad clásica. Más recientemente también algunas ciencias se han ocupado de este tema. La psicología ha realizado investigaciones acerca del modo en que los seres humanos configuramos experiencias, conceptualizamos, generalizamos, formulamos regularidades y construimos teorías. También la biología, la sociología, la antropología y la lingüística han hecho aportes a esta cuestión. Desde el punto de vista de la filosofía clásica, el conocimiento debemos entenderlo como proceso. Ese proceso se sustenta en dos grandes pilares. El primer gran pilar es la “experiencia”. Aun cuando el termino experiencia tiene otros significados, a los efectos de esta explicación la entendemos como “la aprehensión sensible de la realidad”; como un modo de conocer algo inmediatamente antes de todo pensamiento al respecto. Sin la experiencia no hay pensamiento posible. Este primer escalón en el proceso de conocimiento es de carácter concreto y sensible. Básicamente, cualquier conocimiento nuestro comienza con una sensación (de un color, una forma, un sabor, un sonido, etc.) y continúa en nuestra percepción, que es la integración, la organización de esa sensación. Después, mediante una representación, traemos a nuestra mente esa situación que, sin convertirse en una idea, se constituye en una imagen. A partir de aquí, el otro gran pilar, el pensamiento, elabora todo ese material sensible mediante procesos de generalización y abstracción. Produce ideas que se traducen en conceptos; excluye diferencias y retiene lo esencial. Esos conceptos, relacionados unos con otros, originan los juicios; el encadenamiento de juicios nos permite confeccionar razonamientos. Pero, además de esos procesos mentales existen otros que, basados en éstos, son más complejos. Por ejemplo, el “análisis” nos permite descomponer aquella realidad asimilada como un todo en sus partes constitutivas, mientras que la “síntesis” elabora la integración de los elementos en un proceso inverso al anterior. A partir de estas operaciones podemos clasificar, distinguir, ordenar, etc., en suma, podemos pensar para conocer aquello que se presentaba en principio como concreto sensible. De esta manera pasamos de un conocimiento experiencial y sensitivo a un conocimiento cualitativamente diferente: especulativo y abstracto. Así, teniendo en cuenta que el conocimiento es un proceso, en la actualidad el conocimiento puede ser entendido de la siguiente manera: “El conocimiento es una manera de relacionarse con la realidad, un modo de interpretarla, de dar cuenta de ella. Se expresa en proposiciones que describen objetos o estados de cosas que existen, que existieron o que podrían existir. Es decir que el conocimiento describe, explica y predice” (DIAZ, E. 1997) DESCRIBIR. Es enunciar las características de un objeto u estado de cosas, EXPLICAR. Es relacionar los motivos que producen o permiten un hecho, PREDECIR. Es anticipar un hecho antes de que se produzca, y retro decir es explicar cómo habría ocurrido en el pasado. Por ejemplo, un campesino describe las particularidades de ciertas tormentas que le tocó vivir, después establece relaciones entre la temperatura, la densidad de las nubes, el fuerte viento y la agitación de los animales en los minutos previos a aquellas tormentas. Finalmente, predice que dadas las condiciones (meteorológicas) reinantes, en ese momento, se está por desatar una tormenta similar a las que él experimento anteriormente. Éste es un ejemplo de conocimiento natural o de sentido común. Si se traslada el ejemplo de la tormenta al dominio del conocimiento científico los pasos perecen similares: un experto describe las características de las tormentas que suelen producirse en determinada época del año, luego explica las causas que provocan ese tipo de tormenta y, por último, predice que, dadas las actuales condiciones meteorológicas, en pocas horas más se producirá una tormenta semejante a las descriptas. LA PROBLEMATIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO. Al comienzo de la unidad, hemos afirmado que el conocimiento es una realidad sobre la cual la Filosofía problematiza. Es decir, que pregunta acerca de la esencia, posibilidad y origen del conocimiento humano. Por tal motivo, la rama de la filosofía que problematiza sobre el conocer se denomina gnoseología. La gnoseología es una disciplina autónoma que se ocupa de los diferentes accesos que el ser humano construye para entrar en relación con lo real; asimismo, problematiza acerca del conocimiento en sí mismo buscando siempre responder a la pregunta esencial “¿Qué es el conocer?”. A continuación, presentamos los diferentes problemas de la gnoseología, y en particular, el problema del origen del conocimiento humano. La teoría del conocimiento o gnoseología estudia las doctrinas filosóficas que abordan los problemas de Posibilidad: es un problema reflexivo y los filósofos se preguntan antes de entrar en contacto con el objeto de estudio ¿es posible conocer? 1) ORIGEN: Este problema inicia preguntándose si el principio del conocimiento está en la razón o en la experiencia. 2) ESENCIA: Es un problema que cuestiona la prioridad de uno de los elementos principales del proceso de conocimiento, el objeto o el sujeto. Posibilidades del conocimiento. DOGMÁTISMO: Corriente filosófica contrapuesta al escepticismo y al idealismo, presupone la supremacía del objeto respecto al sujeto, de la realidad de las ideas, de la naturaleza del espíritu. El Dogmatismo es una especie de fundamentalismo intelectual. Los dogmas expresan verdades ciertas, indudables que no son sujetas a cualquier tipo de revisión o crítica. Es una actitud natural y espontánea que se tiene desde que se es niño. Se cree que el mundo que existe es exactamente de la forma que lo percibimos. Se considera al mayor exponente del dogmatismo a Spinoza. ESCEPTICISMO: Es la facultad de oponer, de todas las maneras posibles los fenómenos y los noúmenos; y de ahí se llega, por el equilibrio de las cosas y de las razones opuestas, primero a la suspensión del juicio (epojé) y después a la indiferencia (ataraxia). Toma una actitud contraria al dogmatismo. Esta corriente tiene una posición que el sujeto no puede aprehender al objeto. "El sujeto cognoscente depende de una serie de factores que le impiden llegar al objeto." Además, se convierte en una tentación para el espíritu humano desde que reflexiona y abandona el terreno firme de las certezas de sentido común. Conduce a una desesperación intelectual. Se gesta en el siglo III a.C. con Pirrón de Elis y los pirronáicos que fueron llamados escépticos. Pirrón fue influido durante su expedición militar por la silenciosa sabiduría de los orientales. EMPIRISMO: corriente contraria a la racionalista; el empirismo sostiene que el conocimiento proviene de los sentidos, o sea, de la experiencia sensible. Es un movimiento filosófico que tiene muchas ramificaciones, el rasgo en común es admitir la experiencia como medio de conocimiento. Ahora bien, en el empirismo el papel de la inteligencia queda reducido al mínimo, más bien no se reconoce, aunque de hecho se emplee. Representado por John Locke (1632-1704), George Berkeley (1686-1753) y Hume (1711-1776). RACIONALISMO: corriente filosófica del S. XVII, dicho término hace referencia a cualquier posición u opinión que conceda primacía a la razón. Corriente que sostiene que el conocimiento verdadero y válido acerca de la realidad no procede de los sentidos, sino de la razón o del propio entendimiento. Es exactamente lo contrario al empirismo. Se comprende que el principal argumento del racionalismo sea la importancia del empirismo para explicar el conocimiento intelectual, y especialmente el conocimiento científico que rebasa manifiestamente los datos brutos. REALISMO: el realismo sostiene que podemos alcanzar la verdad por medio de la realidad, no niega la posibilidad del error, pero lo considera como un accidente o una anomalía. Lo que si admite es que el hombre tiene certezas legítimas. El realismo sostiene que espíritu humano puede conocer al ser “en sí”, y que la verdad consiste precisamente en la conformidad del juicio con la realidad. IDEALISMO: es una doctrina moderna, aunque se le atribuye a Platón. El idealismo se dirige en dos direcciones. La primera está representada por Hegel, la segunda por Fichte. Según Hegel, el idealismo se ha tomado como una de las numerosas tentativas hechas por el hombre para divinizarse, pues el poder de crear el mundo, que él atribuye al espíritu humano, es propio del espíritu divino. CRITICISMO: parte del periodo Ilustrado del S. XVIII, donde la razón ilustrada es crítica contra los prejuicios que la ciegan y paralizan; contra la tradición. Sus representantes: Emmanuel Kant (1724-1084); además Rousseau y Montesquieu. Esta postura, cuestiona también los problemas de posibilidad y de origen del conocimiento. Resumiendo, los principales problemas del conocimiento son tres: la posibilidad, el origen y la esencia. Las soluciones al problema de la posibilidad son el dogmatismo, que cree que el conocimiento pasa directamente del objeto estudiado al sujeto, porque éste tiene la capacidad de razonar; el escepticismo supone que no podemos conocer por el acercamiento del sujeto al objeto, tiene que ver con sus capacidades y éstas no lo posibilitan para que el acercamiento sea realmente verdadero; el subjetivismo limita la posibilidad de conocer la verdad de los objetos a la capacidad de los individuos o de la especie; el relativismo limita la posibilidad del conocimiento verdadero al contexto del sujeto; el pragmatismo niega la posibilidad de que exista un sujeto teórico y afirma que la posibilidad de un conocimiento verdadero de los objetos se da por la experiencia; el criticismo es una posición intermedia entre el dogmatismo y el escepticismo, tienen confianza en la razón pero acepta la duda del escepticismo sobre la posibilidad del conocer verdaderamente los objetos de estudio y proponer ir a las raíces del conocimiento de los objetos. TIPOS DE CONOCIMIENTO El conocimiento ha sido clasificado de múltiples maneras. el conocimiento científico, pero se analizarán también brevemente otras formas de conocimiento como el conocimiento natural, el religioso, el tecnológico y el filosófico, para establecer similitudes, diferencias y relaciones con aquél. El conocimiento natura Es el que se adquiere en forma espontánea e informal. Es imprescindible para la supervivencia humana en el medio natural y social, y se constituye sobre prácticas muy básicas que pasan a formar el llamado “sentido común”. El lenguaje natural es su vía de expresión y de transmisión. En cuanto a la integración del conocimiento científico con el natural, hay distintos modos de concebirla. Algunos sostienen la completa continuidad entre una y otra forma de conocer, otros en cambio marcan radicales diferencias. Una solución permite reconocer coincidencias y continuidades, así como diferencias y discontinuidades. Mientras que el conocimiento natural tiende a ser rígido y responde a estereotipos, el conocimiento científico es crítico. Muchas de las creencias ordinarias se ven cotidianamente refutadas y cierta cerrazón, ligado a veces a prejuicios y a economías de esfuerzos, no dan cuenta de las discrepancias. El conocimiento filosófico y tecnológico La filosofía produce un conocimiento de difícil delimitación dado el amplio campo de problemas que abarca y la diversidad de modalidades y criterios que se han desarrollado a través de su historia. Pretende ser un saber general, que fundamenta y evalúa los distintos productos y actividades humanas. Es el conocimiento más abarcador. Toma todo como objeto de estudio. Incluso la nada, a la que entifíca. Según Aristóteles, es el saber de los principios y las últimas causas. Al ser un saber sin supuestos, no parte ni llega a causas intermedias. Gran parte de los conocimientos filosóficos son conocimientos de segundo nivel o metateóricos: aquellos que no tratan problemas relativos a un campo determinado de la realidad, sino que se ocupan de problemas acerca del conocimiento. Todo lo que se refiere a la verdad de una teoría, su fundamentación teórica y empírica, su coherencia, su estructura, su poder explicativo y predictivo es siempre metateórico. Es metódico y además teoriza el problema del método. No usa el método estadístico. Ciertas temáticas son también teóricas, sólo que, de un amplio grado de generalidad y abstracción, como la antropología filosófica, la metafísica y algunos desarrollos de la ética normativa. Son muchas las disciplinas que integran la filosofía y aunque muchas veces se identificó a la epistemología con la filosofía de la ciencia, pero en sentido estricto, la epistemología sólo toma los problemas relativos al conocimiento, mientras la filosofía de la ciencia incluye otras cuestiones, como las ontológicas y las éticas. Del mismo modo que las ciencias, las disciplinas filosóficas han cambiado a lo largo de la historia, fusionándose algunas veces y bifurcándose otras. En algunos casos, ciertas disciplinas que en el pasado integraban la filosofía fueron convirtiéndose en ciencias. Tal es el caso de la lógica, que, desde sus orígenes, con la obra de Aristóteles, hasta finales del siglo pasado fue parte de la filosofía, para terminar en la actualidad constituyendo una ciencia formal, muy cercana en métodos y contenidos a la matemática. Si bien la filosofía pretende configurar sistemas de conocimiento que en tanto tales estén formados por enunciados verdaderos y fundados, su metodología difiere de las ciencias. Por un lado, no se requieren procedimientos de contratación de las afirmaciones con la información empírica, y por otro lado no hay un conjunto unificado de procedimientos que constituyan la metodología filosófica. No deriva en tecnología. Es útil para la vida, para la formación personal y actualmente constituye una disciplina profesional como cualquier otra. Se basa en la razón, pero también en la intuición. Debe fundamentar debidamente lo que afirma con rigor racional. Entre las metodologías utilizadas se pueden mencionar la deducción, el análisis conceptual, la intuición y la analogía. a. Por un lado, se trata de evitar o prevenir determinados hechos b. También se busca modificarlos y controlarlos La técnica constituye un ámbito de conocimiento que tiene una finalidad práctica, porque pretende actuar sobre la realidad. Hay técnicas muy variadas y de muy antigua data que recorren las distintas culturas desde los tiempos prehistóricos, tales como la alfarería, el curtido de pieles, la preparación de alimentos y la agricultura. La tecnología es un tipo especial de técnica, aquella que adopta la metodología científica y que presupone conocimientos científicos. El discurso técnico y tecnológico es en parte informativo y en parte prescriptivo, ya que produce reglas para generar cursos de acción. Las acciones que se prescriben pueden tener tres finalidades muy conectadas entre sí: c. Por último, se trata de crear determinados productos o artefactos. Por ejemplo, una técnica preventiva seria la que utiliza la agrotécnica para evitar la degradación de los suelos o en la medicina las estrategias para evitar la propagación de una enfermedad o de una epidemia. En cuanto a técnicas de control y modificación, pueden citarse las de dragado de ríos para controlar su cauce o reglas de política económica para disminuir el desempleo. La ingeniería civil y electrónica ejemplifican las técnicas de producción de artefactos y entidades tales como un edificio, un puente o un televisor. La importancia de la tecnología en nuestra cultura y en el desarrollo del conocimiento son bien conocidas. El poder que este conocimiento ha generado y la cultura tecnológica que se instaló en las últimas décadas es tema de permanente reflexión. Los cambios sociales que la tecnología es capaz de generar son debatidos desde diferentes perspectivas y modelos políticos. La relación entre ciencia y técnica es estrecha y variada. En algunos casos, la técnica ha tenido su propia historia, como en el caso de la navegación, la agricultura y la producción textil, que tardíamente se conectaron con la ciencia, recibiendo de ella los conocimientos que les permitieron convertirse en tecnologías. En otros casos, fue a partir de los avances científicos que fueron surgiendo campos tecnológicos nuevos, como ciencia aplicada primero y como tecnología después. Cabe señalar que entre ciencia aplicada y tecnología hay solo una diferencia de grado que tiene que ver con su mayor o menor autonomía y en un continuo de modalidades. La tecnología hace permanentes aportes a la ciencia, por un lado, a través de planteo de nuevos problemas, y por el otro, aportando nuevas herramientas de exploración científica, como los radares, los microscopios, los telescopios y un sinnúmero de sofisticados recursos para ampliar la observación y la experimentación. En algunos casos, los cambios en los instrumentos de observación generaron verdaderas revoluciones científicas. Está el famoso ejemplo del telescopio de Galileo y sus adversarios que se negaban a mirar a través de él. Como dice Galileo en el Mensajero de los Astros, la observación de montañas en la luna confirmaba “la antigua opinión pitagórica de que la luna es (…) como otra tierra” y refutaba la división aristotélica de un mundo supralunar, eterno e incorruptible y otro sublunar imperfecto y temporal. En cuanto a las reglas tecnológicas, comparten con las normas éticas y jurídicas el carácter de discurso prescriptivo o directivo, pero difieren de aquellas en cuanto a que tiene carácter instrumental. Su forma es la siguiente: “para lograr el fin A, deberá efectuarse el procedimiento B”. Son condicionales que conectan medios con fines, cuyo valor es la eficacia, y no la verdad. Son ejemplos de las reglas técnicas las oraciones prescriptivas que establecen procedimientos relativos a cómo reparar un reloj o un mueble, y son tecnológicas aquellas que, por ejemplo, indiquen cómo preparar un campo antes de la siembra, cómo recaudar impuestos o cómo resolver un conflicto en un grupo de su trabajo”. La importancia de la tecnología en nuestra cultura y en el desarrollo del conocimiento son bien conocidas. El poder que este conocimiento ha generado y la cultura tecnológica que se ha instalado en las últimas décadas es tema de permanente reflexión. Los cambios sociales que la tecnología es capaz de generar son debatidos desde diferentes perspectivas y modelos políticos. EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO. Es una modalidad de conocimiento cuyos orígenes se remontan a la antigüedad del siglo VI a.C. con las matemáticas de Tales y Pitágoras, la física y biología de los jónicos, la historia de Heródoto y Tucídides. Un florecimiento importante ocurrió en el denominado período helenístico, en la Alejandría de los siglos III a.C. a III d.C. que permitió la confluencia del pensamiento especulativo y teórico de los griegos con los conocimientos prácticos de otras culturas como la egipcia. Tuvo grandes figuras como Arquímedes, Euclides, Herón en física y en matemáticas y destacados biólogos y astrónomos. Pero la ciencia moderna surge con figuras tan significativas como Galileo y Torricelli, en el siglo XVII. Su característica principal fue la confluencia del pensamiento teórico con la observación y experimentación empírica. Se puede caracterizar a la ciencia, de manera muy general, por algunos rasgos compartidos por las distintas disciplinas científicas, y que constituyen valores o ideas regulativas. Lo que caracteriza a la ciencia es la búsqueda de la verdad, esto significa que cualquier otro fin estará subordinado a este fin principal que es el acceso al conocimiento. Para continuar con las características del conocimiento científico vamos a adherirnos a los enunciados presentados por Esther Díaz quien al respecto considera los siguientes rasgos de la ciencia: “I- CLARO Y PRECISO: El conocimiento científico se expresa mediante proposiciones que deben cumplir con ciertos requisitos, que lo distinguen del conocimiento de la vida cotidiana. El lenguaje debe ser claro y preciso, sin vaguedades, valoraciones ni ambigüedades. II- PROVISORIO: Otra característica del conocimiento científico es la provisoriedad Ello corrobora que el éxito de una teoría no está asegurado a futuro. CORRIENTES EPISTEMOLÓGICAS. Para Esther Díaz la Epistemología es la ciencia lo que la crítica de arte al fenómeno estético. El artista produce obra de arte, el crítico la analiza. El científico produce teorías y prácticas científicas, el epistemólogo reflexiona sobre ellas. Dentro del ámbito de la Epistemología coexisten dos importantes corrientes o líneas de pensamiento sobre la ciencia: 1.- “Línea fundadora”. Denominó “línea fundadora” a los primeros epistemólogos modernos y a sus seguidores. También utilizo la expresión “concepción heredada”, denominación acuñada por Hilary Putnam. Esta corriente sostiene la ahistoricidad, forzocidad, universalidad, formalización y neutralidad ética del conocimiento científico. Escuela Anglosajona 2.- “Línea crítica” o Epistemología alternativa o critica. Es la corriente que afirma la responsabilidad moral, el origen época, contingente, sesgado, interpretativo y atravesado por lo político-social de ese conocimiento. Escuela Francesa. Epistemología Ampliada: es una categoría utilizada por Esther Díaz para referirnos a la visión crítica del conocimiento científico. Además, la filósofa argentina sostiene que: “En la construcción del conocimiento incide la integridad de la máquina social. Esto vale tanto para quienes “cortan” hacia el interior de la ciencia como para quienes “cortan” hacia el entorno. También existen disciplinas preocupadas por los contextos no científicos de las investigaciones. Sus estudios se dirigen hacia los factores específicamente políticos-sociales relacionados con las empresas científicas, manteniéndose en el extremo opuesto al internalismo”. DIAZ, E. (2010) Entre la Tecno-ciencia y el Deseo. APROXIMACIÓN AL ESTUDIO DE LA CIENCIA. En lo escrito anteriormente trabajamos los conceptos de epistemología y hemos insistido en los tipos de conocimientos, sobre todo en el conocimiento científico y cuáles son sus características sobresalientes. Ahora vamos a avanzar en el estudio de la ciencia. Partiremos de la siguiente pregunta: “¿Qué es ciencia?” Históricamente, este tipo de conocimiento tuvo sus orígenes en Grecia, hacia el siglo VI a.C., en las colonias jonias de Asia Menor, primero en forma de conocimientos de matemáticas y astronomía, y luego en forma de cosmologías nuevas que sustituyeron (en sus métodos, pero no en sus objetivos) a las viejas cosmogonías, tanto griegas y egipcias como babilónicas y hebreas. A este primer nacimiento se añadió, en el siglo XVII, también en occidente y en la cuenca del Mediterráneo, el segundo y definitivo surgimiento de la ciencia, gracias a la renovación del modelo astronómico del mundo por obra de Nicolás Copérnico y, luego, a la aplicación del método matemático a los fenómenos físicos de la naturaleza, obra de Galileo. Estos autores y quienes siguieron apoyándose en su modelo de investigar dieron origen a lo que se denominó entonces “ciencia nueva” y posteriormente “ciencia moderna”, la cual, con la síntesis posterior de la mecánica clásica de Newton, que supuso su culminación, se constituyó en modelo de conocimiento científico, o de ciencia, para toda la civilización posterior. Cuatro son los períodos que suelen destacarse como característicos de la aparición y constitución histórica de la ciencia: 1) El paso de las primitivas cosmogonías (babilónicas, egipcias, hebreas y griegas) a las nuevas cosmologías, iniciadas por el pensamiento racional de los jonios del Asia Menor, hecho que supone el surgimiento de la filosofía en el siglo VI a.C.; 2) la aparición de la tradición geocéntrica y geo estática por obra de Platón y Aristóteles y, sobre todo, de la astronomía y la física aristotélicas. 3) la crisis y crítica (según algunos, gradual a partir de la Edad Media) de las ideas aristotélicas, en la denominada revolución científica, a comienzos de la era moderna, con el establecimiento del paradigma de la mecánica de Newton; 4) las modificaciones de este mismo paradigma, y por lo mismo, de la mecánica clásica y del modelo clásico de ciencia, por obra de la teoría de la relatividad especial de Einstein, en cosmología, y la nueva física cuántica, en lo relativo a la constitución de la materia. Las características básicas de que goza la ciencia son las mismas que se atribuyen al conocimiento científico, ya que, en definitiva, el conocimiento científico es el resultado de la actividad científica y esta es la actividad humana que lo produce. Sólo a ellos se aplica la noción de episteme, tal como se denominaba al verdadero saber entre los griegos, por oposición a la mera opinión, que se consideraba conocimiento impropio o saber infundado. No obstante, debe reducirse a su justa medida el valor de verdad de la ciencia. Así, la filosofía de la ciencia resalta el aspecto de provisionalidad del conocimiento científico e insiste en que la ciencia es sobre todo aquella actividad racional que consiste en proponer teorías provisionales, a modo de conjeturas audaces, a partir de los problemas que surgen de nuestra adaptación al medio, para 29 someterlas a la prueba del experimento, contrastándolas con los hechos, a fin de descubrir su posible falsedad. De aquí que lo que caracteriza al desarrollo de la ciencia no sea precisamente la acumulación de conocimientos, sino la “indagación de la verdad persistente y temerariamente crítica” (POPPER). Nuestra actual comprensión de lo que es la ciencia, en tanto paradigma de un verdadero conocimiento, tiene su nacimiento básicamente en la modernidad. Ésta, con Galileo a la cabeza, desplazó el antiguo concepto de ciencia hacia otras bases, iniciando una nueva época en la cual prevalece la idea de método. Methodos es un concepto griego que aludía a un “camino por medio del cual aproximarse a lo que debe conocerse”, y, en su sentido moderno (sobre todo desde Descartes), adquiere el significado de un concepto unitario que, más allá de las peculiaridades del ámbito estudiado, implica la exclusión del error mediante verificación y comprobación. Así, la tendencia fundamental del pensamiento moderno es la identificar el saber, el conocimiento propiamente dicho, con lo comprobable y, por lo tanto, la verdad con la certeza. Esto es lo que posibilita, a partir del innegable avance de las ciencias naturales desde el siglo XVII, la reducción de la verdad al método, entendida aquélla como algo que, allí en el mundo, se presta a la mirada total y abarcadora, y comprendiendo a éste como objetividad y experimentación. Sin embargo, cabe preguntar: ¿podemos, hoy, seguir concibiendo la ciencia de este modo?; y si, así lo hacemos, ¿cómo conceptualizar, entonces, el estatus epistemológico de las ciencias sociales?; ¿son propiamente científicas? (PARDO, R 1997) Una ciencia es una agrupación o conjunto de conocimientos científicos organizados entre sí sistemáticamente, es decir, ordenados de tal forma que unos se demuestran a partir de otros, referidos a cierto objeto cuya identificación y cuyos límites dependen de la actividad científica. Es un conocimiento que busca ser preciso, es decir, lograr claridad mediante la utilización de un lenguaje propio y apropiado, como así también busca en lo posible medir los fenómenos a los que se refiere (utilizando diferentes unidades: el gramo, el metro, la caloría, los grados, los índices económicos, etc.). Asimismo, podemos decir que se trata de una actividad metódica (recopila datos, contrasta y saca conclusiones) que busca asegurar la seriedad el trabajo científico. La ciencia parte del hecho de que hay que buscar la razón de las cosas, buscar las causas. De esta manera, la ciencia actual es realista, busca una respuesta real a un porqué también real; de hecho, la ciencia investiga las razones reales de un sistema. La ciencia, como sistema, es la racionalización de lo real. La ciencia parte de que las razones de las cosas están en las cosas, y el sabio las arrebata de las cosas por medio de la abstracción (ARISTÓTELES). Clasificación de las ciencia Cuando se trata de clasificar las ciencias se acostumbra a tomar como referencia cuatro criterios: 1) el objeto de estudio, 2) los métodos, 3) la clase de enunciado 4) el tipo de verdad. Al hablar de objeto de estudio, nos referimos al sector o ámbito de la realidad Estudiada. Los métodos se relacionan con los distintos procedimientos, tanto para el logro de conocimiento como para su justificación y puesta a prueba. El tipo de enunciados alude a la diferencia entre proposiciones analíticas o formales, vale decir, aquellas vacías de contenido, y sintéticas, a saber, las que se refieren de algún modo a sucesos o procesos fácticos. Finalmente, acerca del criterio referido al tipo de verdad involucrado en estos enunciados, diremos que mientras a los primeros les corresponde una verdad necesaria y formal, relacionada con la coherencia lógica, en el caso de los segundos su verdad será contingente y fáctica, dependiente de su verificación empírica. Partiremos de una clasificación de las ciencias que se fundamenta en esos dos aspectos como criterios (objeto de estudio y métodos de la ciencia) según los cuales están clasificadas las ciencias: formales y fácticas. Las ciencias formales son la matemática y la lógica, pues su objeto de estudio se caracteriza porque solo tiene existencia ideal, no existe en la realidad espaciotemporal: tanto los signos del lenguaje matemático como los del lógico no refieren a una realidad extralingüística, sino que son vacíos de contenido. Cabe aclarar que estos objetos o signos formales pueden ser “interpretados” estableciendo correspondencia con los hechos y, entonces ser aplicados a la realidad empírica. Obviamente, los enunciados de este tipo de ciencias serán analíticos dado que básicamente, constituyen relaciones entre los signos vacíos de contenido empírico. El método será la demostración lógica: deducir un enunciado de otros por inferencias lógicas. Y, finalmente, la verdad de las ciencias formales ha de ser necesaria y formal (coherente y no contradictoria). Por otro lado, están las ciencias fácticas, aquellas que, como la física y la química, tienen como objetos de estudios entes materiales (hechos, procesos) y se refieren, por lo tanto, a la realidad empírica. Sus enunciados son proposiciones sintéticas y, por lo tanto, su método no podrá ser otro que el de la contrastación empírica 31 (mediante observación y experimentación) para constatar si estos enunciados son verdaderos o falsos; de ellos resulta siempre una verdad contingente, fáctica y provisoria. Dentro de las ciencias fácticas suele trazarse una división entre dos tipos de ciencias: las naturales y las sociales. Tal distinción se fundamenta en el objeto de estudio (la naturaleza o el hombre respectivamente) y sobre todo, acerca del tipo de conocimiento involucrado con ellas. Respecto de esto último, hay quienes descalifican la cientificidad de las ciencias sociales al argumentar que ellas nunca pueden alcanzar metodológicamente la “objetividad” de las naturales, dando por sentado, desde ya, que la “cientificidad” de un conocimiento queda acotada a la posible y rigurosa aplicación del método de las ciencias naturales, y reduciendo, de modo híper positivista, verdad y racionalidad a método. Los contextos de producción del conocimiento científico Las cuestiones relacionadas con la producción, la validación y la utilización del conocimiento científico presentan aspectos diferenciados, situación que ha llevado a muchos pensadores a trazar una distinción entre los llamados contextos de descubrimiento, justificación y aplicación de las teorías. DIMENSIONES ÉTICAS DE LA CIENCIA El doble objetivo de la ciencia tiene un carácter ético. Es decir, el objetivo teórico (conocimiento de la naturaleza en toda su amplitud: la naturaleza propiamente dicha, como así también quienes habitan en ella) se relaciona con la búsqueda de la verdad y exige una actitud de objetividad, y el objetivo práctico (dominio controlado de la naturaleza) se relaciona con la consecución de medios que hacen posible una vida más humana, o sea, con el servicio a la humanidad. La pregunta que surge es acerca de la relación existente entre los valores científicos y los valores humanos que dan sentido a la vida, y, por ende, allí se habla, entonces de la dimensión ética en torno a la ciencia. Una de las corrientes de pensamiento considera que la ciencia es algo independiente a los factores personales y subjetivos que se asocian con los valores; por tanto, la actividad científica es una empresa libre de valores. Sin embargo, como actividad humana dirigida hacia objetivos, debe incluir algún tipo de valores: al menos, aquellos que se refieren a sus objetivos y a los medios necesarios para alcanzarlos. ALGUNAS TEORÍAS EN CIENCIA EL FALSACIONISMO COMO CRITERIO DE DEMARCACIÓN CIENTÍFICA: KARL POPPER. Para Popper podrán formar parte de la ciencia sólo aquellas afirmaciones pasibles de refutación, o también, “falsables”. Esto significa que afirmaciones provenientes de la religión o la astrología no podrán ser científicas ya que no es posible pensar ninguna experiencia u observación que las haga falsas; cualquier suceso puede ser explicado desde su punto de vista. La intención popperiana no es sólo dejar fuera del ámbito de lo científico a la religión y a la astrología (considerándolas como pseudo ciencias), sino establecer un criterio de demarcación que pudiera dejar afuera a estas disciplinas y también al psicoanálisis y al marxismo. El criterio falsacionista no considera las afirmaciones que no sean científicas como afirmaciones sin sentido, sólo sostiene que no podrán reclamar legítimamente pertenecer al corpus de la ciencia. En cuanto al origen del conocimiento, éste no comienza con la observación sino con una “conjetura” o “hipótesis”. Esta conjetura puede ser de cualquier naturaleza (verosímil, fantasiosa, etc.) ya que, ésta será contrastada empíricamente y está comprobación empírica es la que decidirá su corroboración o su falsación (y su eventual abandono, en este último caso). La postura popperiana entra en conflicto con el inductivismo, el cual sostenía que el origen del conocimiento partía desde la experiencia y obtenía leyes, en cambio, desde la perspectiva de Popper se parte de una teoría o conjetura y la instancia empírica (la experiencia) operará como “elemento de control”. El esquema es, entonces, el someter a refutaciones todas las afirmaciones. Las que no “resisten” son eliminadas por no ser científicas. Por ello el requisito para que estas conjeturas sean consideradas parte de una teoría científica será su condición de falsabilidad. Popper denomina a su teoría “racionalismo crítico”, apuntando, por un lado, a su carácter profundamente antiempirista y, por otro, a la limitación impuesta por la instancia de la crítica implacable a la cual debe ser sometido todo enunciado falsable. PARADIGMAS Y RUPTURAS: THOMAS KUHN. En 1962 Kuhn publica La estructura de las revoluciones científicas, obra mediante la cual señala que en la reconstrucción del quehacer científico no deben perderse de vista dos cuestiones: que la ciencia tiene una historia que surge como resultado de una práctica colectiva y no de meras individualidades. La comunidad científica: es necesario definir qué es lo que el propio Kuhn entiende por comunidad científica. Este grupo está constituido por científicos de una determinada disciplina que han compartido un aprendizaje, que tienen formas similares de entender y resolver los problemas que la investigación diaria les plantea y a los que un lenguaje común les permite comunicarse entre sí sin riesgo a ser malentendidos. Esta comunidad no sólo tiene a su cargo la producción de nuevos conocimientos en el área correspondiente a su especialidad, sino que también le corresponde el entrenamiento y formación de los nuevos profesionales. Los científicos comparten toda una serie de conocimientos, pero también una variedad de prácticas educativas, metodológicas y de comportamiento que los identifica como miembros de un grupo determinado. 36 La función del paradigma: Kuhn dice que una comunidad científica es tal en la medida en que comparte un paradigma. Bajo este concepto se encierra la idea de que el paradigma es: modelo de acción, metodología de investigación y, sobre todo, una manera de ver el mundo. De esta manera, la noción kuhniana de paradigma excede el concepto tradicional de teoría científica y funciona como un conjunto de prácticas y categorías compartidas por un grupo de científicos en un momento dado y que les permite a éstos organizar y conocer el mundo de una determinada manera. Mientras este modelo de trabajo y de ver la realidad esté vigente, es el período llamado por Kuhn de ciencia normal. CONCLUSIONES A lo largo del último siglo la cantidad de corrientes filosóficas en torno a cómo enseñar Ciencias, o lo que es la Ciencia en sí misma, han sido muy prolíferas. En las siguientes líneas se resume el pensamiento de los filósofos más desatacados del Siglo XX, en cuanto a epistemología se refiere, y sus teorías sobre el pensamiento científico. Thomas Kuhn: Sustitución del Paradigma por otro de modo radical, repentino e irracional. Las teorías son entramados conceptuales. La Ciencia es una sucesión de periodos de Ciencia normal. Son relevantes los conocimientos previos. Karl Popper: Falsacionismo, la Ciencia opera por falsación, no por inducción. Imre Lakatos: Universalidad. Las ideas previas del alumno cuentan en su aprendizaje. Stephen Toulmin: Ecología conceptual, todos los alumnos saben algo, aunque no sea pertinente en ese momento o para un tema concreto. Paul Feyerabend: El método científico no es generalista, debería ser anarquista y no racionalista.