Queycomo Manifiesta Racismo 02-Web

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Reflexiones didácticas

en torno al racismo y
a la xenofobia en México
C UADERN I LLO 2

¿Qué es y cómo se
manifiesta el racismo?
Olivia Gall, Eugenia Iturriaga, Diego Morales y Jimena Rodríguez
Reflexiones didácticas
en torno al racismo y
a la xenofobia en México
CUADERNI LLO 2

¿Qué es y cómo se
manifiesta el racismo?
Olivia Gall, Eugenia Iturriaga,
Diego Morales y Jimena Rodríguez
Personas autoras: Olivia Gall, Eugenia Iturriaga,
Diego Morales y Jimena Rodríguez.
Coordinación editorial y diseño: Génesis Ruiz Cota.
Cuidado de la edición: Armando Rodríguez Briseño.
Imágenes y/o fotografías: Las imágenes utilizadas en este cuadernillo no tienen
fines lucrativos sino de divulgación, y son propiedad de sus personas autoras.
Las fuentes de consulta de cada una se especifican al final de esta publicación.

Con agradecimiento de carácter académico al proyecto PAPIIT-UNAM


IG300218, cuya responsable es Olivia Gall.

Primera edición: julio de 2021.

© 2021. Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación.


Dante 14, col. Anzures, alcaldía Miguel Hidalgo,
11590, Ciudad de México
www.conapred.org.mx

Se permite la reproducción total o parcial del material


incluido en esta obra, previa autorización por escrito
de la institución.

Ejemplar gratuito. Prohibida su venta.

Impreso en México. Printed in Mexico.


Índice

¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?................................................... 7

Racismo: una definición............................................................................. 8

El etnocentrismo como antecedente del racismo...................................... 11

Breve historia del racismo: un particular sistema


estructural de poder.................................................................................. 25

¿Qué es la discriminación y qué es la discriminación


racista o “racial”?....................................................................................... 33

Estereotipos, prejuicios y estigmas............................................................ 40

La representación racista de las mujeres indígenas en México.................. 44

¿Qué es la racialización, el racialismo y el colorismo?............................... 48

Racismos en el mundo.............................................................................. 55

Consideraciones finales............................................................................ 77

Actividades............................................................................................... 82

Bibliografía consultada............................................................................. 84
¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

Este cuadernillo está dedicado a explicar a profundidad qué es el racismo, cómo se


manifiesta, cómo funciona y mediante qué mecanismos se ejerce y reproduce en
nuestra sociedad. Un segundo objetivo de igual importancia es explicar lo que no es
el racismo. Existen fenómenos, como el etnocentrismo o la discriminación, que están
relacionados con el racismo y se suelen confundir con éste. También veremos cómo el
racismo es un sistema estructural de organización de la vida social y del ejercicio de
poder de unos grupos que se consideran racialmente superiores a otros. Este sistema
funciona de manera simultánea con otras formas de ejercer dominación, como las
de género o clase social, entre otras. Lo anterior es crucial, porque si creemos que
cualquier expresión o acto de discriminación, diferenciación, exclusión u opresión es
racismo, podemos perder la capacidad de identificar este problema social en su espe-
cificidad, señalarlo, denunciarlo y crear estrategias adecuadas para combatirlo.
Así, empezaremos este texto con un apartado en el que se define sintética y cla-
ramente qué es racismo. Posteriormente dedicaremos algunas páginas a contar los
antecedentes etnocéntricos del racismo, entendiendo el etnocentrismo como la ló-
gica que rigió parte importante de las relaciones de dominación entre los grupos
humanos desde sus primeros encuentros hasta la Ilustración. Después haremos una
breve historia del racismo, de sus lógicas específicas de clasificación y de creación de
desigualdades que iniciaron en la segunda mitad del siglo xviii y que han funcionado
en todo el mundo desde entonces.
Tras el repaso histórico, en el tercer apartado nos centramos en explicar qué es la
discriminación en general, qué es la discriminación racista y cómo ésta se relaciona
con otras formas específicas de discriminación. Es común que se piense que el ra-
cismo sólo existe cuando toma la forma de un acto discriminatorio. Sin embargo, el
racismo tiene que ver con una problemática social más compleja y profunda.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

Continuaremos este cuadernillo explicando qué son los estereotipos, prejuicios y


estigmas racistas, y veremos qué se entiende por cada uno de ellos, así como el papel
que juegan en la reproducción del racismo. Una vez comprendido lo anterior, abor-
daremos la temática de la racialización, el racialismo y el colorismo, como conceptos
fundamentales para comprender las discusiones contemporáneas sobre la compleji-
dad del racismo y sus matices.
Por último, presentaremos tres casos emblemáticos en la historia: el antisemitis-
mo, la islamofobia y la supremacía blanca. Estos casos, a pesar de ser distintos, tienen
en común la opresión y la dominación que unos grupos ejercen sobre otros a partir
de supuestas jerarquías raciales. La finalidad de analizar estos casos es ejemplificar el
racismo y comprender cómo éste es capaz de adaptarse a diversos contextos socio-
históricos.

Racismo: una definición


El racismo es una forma de pensar, sentir y actuar que se basa en una característica
específica de la diferencia humana a la que se ha llamado “racial”. Como vimos en el
Cuadernillo 1. ¿Existen las razas humanas?, desde mediados del siglo xviii la división
de la humanidad en “razas” ha sido uno de los medios más efectivos para establecer
jerarquías entre grupos humanos, pues falsamente plantea que hay “razas” inferiores
y superiores. Esta manera de clasificar a la humanidad ha contribuido fuertemente a
la creación de muchas desigualdades e injusticias, pues se ha interiorizado la idea de
que hay personas que valen menos debido a una característica biológica suya anclada
a su “naturaleza”.
El pensamiento racista ubica al cuerpo de las personas en un lugar definido de
acuerdo con su apariencia, pues sostiene que las características físicas o biológicas
de las personas están directamente asociadas a sus prácticas, a sus maneras de com-

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

portarse e incluso a su inteligencia. Esta forma de pensar y de actuar implica recha-


zo, jerarquización, dominación e inferiorización de unos hacia otros por cuestiones
supuestamente biológicas, estableciendo relaciones de poder y de dominación que se
manifiestan en prácticas y comportamientos considerados normales. Esto profundiza
las desigualdades y las justifica, pues pareciera que unos tienen el derecho a mejores
condiciones de vida que otros.
En la vida cotidiana podemos ver cómo el racismo es ejercido (pensado, sentido
y actuado) por personas concretas en contra de individuos o comunidades específicas.
Sin embargo, éste no sólo está presente en los actos particulares de algunas personas
a las que podemos identificar como racistas. El racismo tiene un alcance estructural,
es decir, va más allá de las acciones individuales. Decir que el racismo es un sistema
estructural significa que este modelo de entender la diferencia humana ha ordenado
a la sociedad, se ha filtrado en la construcción de las instituciones sociales (como la
familia o la escuela) y de las instituciones políticas (como el Estado y sus organismos
de gobierno) y se ha naturalizado en ideas, sentires y prácticas cotidianas. Por ello,
este sistema beneficia a ciertas poblaciones a las que considera racialmente superiores,
en menoscabo de poblaciones a las que inferioriza por su supuesta “raza”, teniendo
como efecto la reproducción continua de jerarquías y desigualdades entre poblaciones
y personas racializadas.1
El racismo se expresa de formas diferentes de acuerdo con la sociedad, el contex-
to y el momento histórico en el que se presenta. Durante el siglo xx hubo tres regí-
menes racistas —el nazi en Alemania (1941-1945), el apartheid en Sudáfrica (1948-
1990) y el régimen supremacista blanco de las leyes Jim Crow en algunos estados de
los Estados Unidos (1875-1964)— que son reconocidos tanto por su extrema vio-
lencia como porque fueron legalmente avalados. Hay otras e­ xpresiones de racismo,

1
En el apartado “¿Qué son la racialización, el racialismo y el colorismo?” de este cuadernillo te expli-
caremos a qué nos referimos con racialización.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

cuyas manifestaciones no son genocidas, legalizadas ni creadoras de una violencia


tan extrema, como por ejemplo la segregación anti-indígena en varios países andinos
o el que en Europa se considere a las y los magrebíes de segunda o tercera generación
como ciudadanas y ciudadanos inferiores. Existen otras manifesta­ciones racistas que
no son tan evidentes, pero dañan cotidianamente a grandes sectores de las socie-
dades contemporáneas, como por ejemplo las representaciones de lo indígena en la
televisión mexicana o los chistes y bromas sobre las personas afrodescendientes. Por
ello, tenemos que estar conscientes de la muy extendida presencia del racismo, de
las distintas formas en las que se manifiesta y de los múltiples mecanismos con los
que opera.
En las sociedades contemporáneas podemos observar dos formas en las que fun-
ciona el racismo: una manifiesta y otra latente (Restrepo, 2012). El racismo manifiesto
está conformado por enunciados y prácticas explícitamente racistas, que pueden ser
fácilmente reconocidas tanto por quienes las ejercen como por quienes las atestiguan
o son objeto de ellas. El racismo manifiesto es explícito, aunque a veces se pueda es-
conder en eufemismos. Un eufemismo es una palabra o una expresión utilizada para
sustituir a otra que socialmente se considera ofensiva. Los eufemismos sustituyen
términos que pueden resultar ofensivos o crear malestar en un grupo de personas, y
de esta manera la agresión o el desprecio puede pasar desapercibido.
El racismo latente opera sin que sea necesariamente percibido por las personas
involucradas. Este racismo, señala Eduardo Restrepo,

está arraigado en el sentido común y se ha naturalizado tanto que tra-


baja predominantemente desde el inconsciente, de forma soterrada pero
eficaz, en los procesos de diferenciación y los ejercicios de exclusión de
unas poblaciones o individuos con base en articulaciones raciales que
tienden a no aparecer como tales (2012: 128).

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

El racismo latente es silencioso pero efectivo, pues garantiza el mantenimiento


de una estructura creadora de desigualdades e inequidades que pasa desapercibida,
situando a las personas en lugares fijos. Por ejemplo, asumir como normal y natural
que las personas indígenas sean pobres y estén hechas únicamente para trabajar en el
campo y vender productos agrícolas en los mercados, o para elaborar artesanías en
condiciones precarizadas como única opción.
Tampoco hay que perder de vista que, en algunos contextos tanto coloniales
como marcados por una violencia racista deshumanizante, el racismo puede dirigir-
se hacia sí mismo o hacia la propia colectividad. Esto sucede cuando las personas­
que han sufrido racismo han interiorizado los estereotipos y los valores negativos so-
cialmente construidos en torno a ellas mismas y al grupo al que pertenecen. Esto se
conoce como endo-racismo, es decir, un racismo hacia adentro (Restrepo, 2012: 124).
Por ejemplo, en México es común el dicho “hay que mejorar la raza”. Cuando se dice
esto, lo que se entiende es que si tú eres moreno o morena “tendrías que casarte” con
una persona blanca o “güerita” para que tus hijas e hijos “te salgan bonitos”.
El racismo no es inherente a los seres humanos, sino que se aprende desde la in-
fancia, y puesto que es aprendido se puede desaprender. Está en nosotras y nosotros
luchar por una sociedad más justa, en la que el racismo sea desinstalado y erradicado
de nuestros pensamientos, nuestros actos y nuestro entorno.

El etnocentrismo como antecedente del racismo


Etnocentrismo es un concepto elaborado por la sociología y retomado por la antropo-
logía para dar cuenta de la recurrente tendencia entre los seres humanos a interpretar
y valorar toda la realidad humana a partir de sus propios parámetros culturales. A
partir del etnocentrismo se considera que la lengua, las costumbres, las tradiciones, la
religión y las creencias del grupo al que se pertenece son mejores. Esta interpretación

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

y la valoración que de ella se deriva suelen conducir a calificar como inferiores a los
Otros, los no nosotros, a su identidad y cultura.
Desde que en el continente africano surgió la especie Homo sapiens, a lo largo de
cientos de miles de años los seres humanos se organizaron en pequeños grupos ge-
neralmente llamados familias extendidas, clanes o tribus, cada uno de los cuales vivía
en algún territorio no muy extenso. Cada grupo intentaba sobrevivir gracias a que,
a lo largo y ancho del territorio que habitaba, cazaba animales y recolectaba plantas,
frutos y vegetales. Quienes lo integraban se protegían de las inclemencias del tiem-
po, guareciéndose en cuevas y cubriendo su piel con el pelaje de varios animales o
con tejidos provenientes del reino vegetal. Para subsistir, desarrollaban mecanismos
diversos, conscientes e inconscientes, que les aseguraran la sobrevivencia física y la
reproducción biológica.
En su territorio, cada grupo se encontraba con otros seres vivos: mamíferos, aves,
reptiles, peces, insectos, plantas, árboles, hongos, entre muchos otros. Sin duda, si se
comparaban los hombres y las mujeres con cualquiera de esos seres vivos, notaban que
había grandes diferencias. Quienes conformaban cada clan o tribu humana probable-
mente albergaban muchas preguntas acerca de dónde venían, quiénes eran, a dónde
iban, qué era lo mejor para ellas y ellos, qué les hacía daño, etcétera.
Al intentar dar respuesta a esas preguntas, cada clan fue creando su cosmovisión
inicial, su propia manera de ver y e interpretar el mundo tal y como lo conocían. Esto
fue tan importante para su supervivencia como su alimentación y su reproducción bio-
lógica. Así fueron estableciendo una serie de procesos compartidos, alrededor de los
cuales organizaron colectivamente sus maneras de ver, pensar, sentir, reaccionar y actuar
ante su mundo. Esto tanto en términos materiales (la fabricación y uso de artefactos)
como en términos de la construcción de creencias y valores que iban implantándose en
torno a rituales y costumbres y que se perpetuaban mediante un andamiaje de símbolos.
Pero ¿qué es un símbolo? Un símbolo o signo es algo que se emite para comu-
nicarse con otras personas y para que éstas reciban el mensaje y lo entiendan en la

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

forma en la que la persona emisora lo lanzó. Todo ello con el propósito de crear co-
municación y unidad en el grupo. La lengua, la vestimenta, los rituales religiosos, las
formas de comer, las costumbres en torno al parentesco o a la sexualidad, etc., están
compuestas precisamente de símbolos. Cuanto más se logre, dentro de un grupo, que
la emisión y la recepción de signos sea leída e interpretada de la misma manera, más
se conseguirá que cada uno de ellos se convierta en una convención social o código
comprendido y aceptado por el colectivo, que será heredado por él a sus nuevas gene-
raciones (Peirce y Welby-Gregory, 1977).

Representación etnocéntrica de la diversidad cultural


Una parte importante de la forma en la que cada grupo o tribu de ese enton

Imagen 1. Ante la vasta diversidad biológica y cultural humana, el etnocentrismo explica la tendencia
existente entre los grupos humanos a mirar el mundo de acuerdo con los parámetros de su propia reali-
dad y de su propia verdad cultural.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

Una parte importante de la forma en la que cada grupo o tribu de ese entonces
fue respondiendo a sus múltiples preguntas acerca del ser, la existencia y otras cosas
que le resultaban incomprensibles e incluso amenazantes fue la creación de sus
propias deidades. Para explicarse el universo que veían en el firmamento, el ori-
gen del mundo y de sí mismos, los fenómenos naturales o algún suceso frente al
que no encontraban respuestas construyeron divinidades y las vistieron de poderes
extraordina­rios, como los de crear la Tierra, crear a los hombres, las mujeres y a
todos los seres vivos, controlar los elementos, regir sobre el mundo de los muertos,
etc. Eso les proporcionaba un sentimiento de seguridad y protección, las y los hacía
poseedores de una mayor claridad acerca de su existencia y destino, y les otorgaba
cierta tranquilidad el creer que las fuerzas superiores que les habían creado velaban
por todas las personas y cuidaban de ellas. Así, cada grupo fue creando su propia
identidad colectiva o cultural.
En esa lejana época en la que inició la vida de nuestra especie era factible que
­l­os gru­pos humanos vivieran por varias generaciones sin encontrarse con otros grupos
humanos. A pesar de estar aislados, quienes integraban estas tribus categorizaban o ca-
talogaban a las cosas y a los demás seres vivos, lo que les permitía introducir cierta sis-
tematización en la organización de su vida y de su supervivencia: qué o quién es bueno
para nosotros y qué o quién es malo; para qué nos sirve esto y para qué lo otro, etcétera.
En algún punto del andar de una tribu a la que llamaremos “A”, apareció en la
cercanía otra tribu a la que llamaremos “B”. No debe haberle tomado demasiado
tiempo a “A” darse cuenta de que “B” era mucho más parecida a “A” de lo que lo eran
los mamuts, las víboras o las águilas. Tampoco debe haberle tomado demasiado tiem-
po a “B” darse cuenta de lo mismo. Los y las integrantes tanto de “A” como de “B”
eran, por ejemplo, seres erguidos que caminaban en dos pies, hablaban, usaban ropa,
hacían uso de instrumentos, tenían deidades, etc. Debe haber sido muy intrigante ese
encuentro. Había que apurarse a distinguir si el Otro, que se veía tan parecido, era
amigo o enemigo.

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

“A” y “B” ingresaron así a un territorio en el que la comparación entre ambos


se volvió la regla. Eran a la vez parecidos (pertenecían a la especie Homo sapiens) y
diferentes, porque su cultura era distinta. Fue la comparación lo que les permitió ir
tomando conciencia de sus propias identidades.

La identidad es la percepción colectiva de un “nosotros” relativamente


homogéneo (el grupo visto desde dentro), por oposición a “los otros” (el
grupo de fuera), en función del reconocimiento de caracteres, marcas y
rasgos compartidos que funcionan también como signos y emblemas,
así como de una memoria colectiva común (Fossaert, 1983: 94).

Paralelamente a las reacciones de curiosidad, intentos de acercamiento, estímulo a la


comunicación y muestras de hospitalidad, una de las reacciones humanas más frecuen-
tes ante el encuentro con la otredad es el miedo, el miedo al Otro. La mera existencia de
la otredad hace sentir amenazada la identidad propia. Tanto “A” como “B” temen que su
identidad se vea cuestionada, desmentida o incluso destruida por el Otro. Temen que
en la convivencia puedan quedar identitariamente desprotegidos y que sus valores, cos-
tumbres y rituales pierdan el sentido de verdad que cada uno de ellos les había otorgado.
Cornelius Castoriadis, famoso sociólogo y filósofo, plantea de la siguiente ma-
nera el dilema al que se enfrentaron “A” y “B”, que más adelante se ampliarían a “C”,
“D”, etc. Ante ese encuentro había tres posibilidades:

• Considerar al Otro como igual a nosotros; es decir, proceder diciendo “ellos


son culturalmente diferentes a nosotros, pero eso no los hace tener más o
menos valor que nosotros”;
• Considerar al Otro como inferior a nosotros; es decir, proceder diciendo “la
cultura de ellos, como no es tan buena ni tan verdadera como la nuestra, los
hace ser inferiores en valor a nosotros”;

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

• Considerar al Otro como superior a nosotros; es decir, proceder diciendo


“aunque nuestra verdad identitaria sea buena, debemos reconocer que la de
ellos es superior en valor a la nuestra” (Castoriadis, 2001: 21).

De estas tres posibilidades, la segunda —considerar al Otro como “inferior” a


nosotros— ha sido la más recurrente a lo largo de la historia, en todos los tiempos
y las culturas.2
Presentado en forma esquemática, el mecanismo básico de ese tan frecuente
proceder humano ha sido: si “A” es lo que nosotros somos, entonces “A” representa a
un conjunto social que vale mucho. Por lo que nuestro valor como “A” se convierte
en el prototipo mismo de lo que ya es valioso. Y si “A” es el prototipo mismo de lo
que vale, entonces “B” y después “C” o cualquiera que no sea “A” vale menos. Por
lo que, una vez que la otredad aparece en nuestro horizonte, tendemos a temerla y
rechazarla, a verla como incorrecta, falsa, negativa e incluso peligrosa. La recurren-
cia con la que se presenta esta posibilidad, como lo plantea Castoriadis, nos lleva a
concluir que estamos caracterizados por una “aparente incapacidad de constituir-
nos a nosotros mismos sin inferiorizar al Otro e incluso sin odiarlo” (Castoriadis,
2001: 22).
Es esta aparente incapacidad la que se conoce como etnocentrismo. Las raíces
etimológicas de esta palabra son: ethnos (pueblo), kentron (centro de un círculo for-
mado tirando alrededor una cuerda atada a un aguijón) e ismos (doctrina). Así, et-
nocentrismo significa “doctrina que pone al propio pueblo antes que todo”. También

2
La tercera posibilidad —considerar al Otro como superior a nosotros— implicaría una contradic-
ción lógica, ya que la consideración de lo “extranjero”, lo ajeno, lo “no yo” o “no A” como superior, gene-
ralmente no tiene razón de ser, porque implicaría que A le cediera al Otro (B) su lugar como centro de
referencia o de verdad cultural. Mientras que la primera posibilidad —considerar al Otro como igual a
nosotros— pudo haber ocurrido en contados momentos de la historia de nuestra especie, pero de ninguna
manera en la mayoría de ellos.

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

quiere decir forma de pensar, sentir y actuar, que hace que un pueblo vea, analice y
juzgue al mundo de acuerdo con los parámetros de su propia realidad y de su propia
verdad cultural.
Todo parece indicar que esta construcción etnocéntrica sigue siendo igualmente
crucial para los grupos humanos de hoy en día, por más complejas y diversas que sean
nuestras sociedades actuales.
A continuación, presentamos dos ejemplos históricos de etnocentrismo.

a) La península ibérica de la baja Edad Media

En la península ibérica de la baja Edad Media (siglo xiii al xv), la sociedad cristiana
tenía como Otros por excelencia a las poblaciones judías y musulmanas que ahí vivían.
Las judías llegaron a este territorio de manera gradual a partir del siglo ii de nuestra
era y se dispersaron por toda la península, mientras que las musulmanas, que llegaron
de África del norte, invadieron Al-Ándalus (hoy Andalucía) en el siglo viii y perma-
necieron ahí hasta principios del siglo xvii. Estos dos grupos no sólo eran religio-
samente diferentes de los cristianos, sino que tenían orígenes geográfico-culturales
distintos. Contra ellos, la política de los señores feudales se plasmó en un conjunto
de medidas de depuración, en función de un ideal étnico-religioso que le abriría la
puerta al futuro poder colonial de la Corona española (Stallaert, 2006: 27).
Las medidas en contra de la población judía fueron múltiples: se les prohibía, por
ejemplo, la posesión de tierras, pertenecer a algún gremio artesanal, y se les imponía
que vivieran en barrios separados llamados juderías. En el siglo xiv y principios del
xv la Corona y el Vaticano ofrecieron a las personas judías y musulmanas la con-
versión al catolicismo. Esto provocó revueltas entre los grupos cristianos, conocidas
como “anticonversas”. La principal de ellas, la de Toledo en 1449, fue seguida por el
establecimiento de los “Estatutos de Limpieza de Sangre”. Estos estatutos no tenían
que ver con las características biológicas de una persona o grupo, sino más bien con

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

su pertenencia étnico-religiosa. Impedían a cualquier varón ejercer un cargo político,


militar o eclesiástico si no demostraba, con documentos viejos de por lo menos dos
generaciones, provenir de una familia cristiana. En 1475, durante el reinado católico,
se creó el Tribunal de la Santa Inquisición Española. Uno de los fines expresos de este
tribunal fue perseguir a las y los judeoconversos, acusándoles de seguir practicando su
antigua fe. Finalmente, en 1492, se expulsó definitivamente de la península a todas
las personas judías.
Ahora bien, en el caso de la población musulmana de Al-Ándalus, tenemos que,
entre principios del siglo xiii y el siglo xv, los señoríos feudales más violentos contra
ella fueron Castilla y Aragón. La Iglesia, aliada a los señores feudales de algunos
reinos, dictó una serie de normas para impedir el contacto entre los cristianos y­
los musulmanes. Entre ellas estaban:

la obligación de que los mudéjares se distinguieran por sus vestidos y


peinados,3 […] el apartamiento de la vivienda en barrios específicos, las
morerías, […] la prohibición de que los cristianos consultaran a médicos
o tuvieran criados o amas de cría mudéjares. Se les vedó comer y beber
juntos, y otro tanto se hizo con lo referente a cualquier contacto sexual,
con durísimas sanciones para los infractores (Ferrer i Mallol, 1998: 443).

Además, la violencia popular contra las y los musulmanes, así como contra las y
los judíos, no cedía por parte de jóvenes, hombres del bajo clero, artesanos y cam-
pesinos, quienes actuaban con bastante impunidad y rara vez eran penados por ello.
Había una verdadera condescendencia pública con la violencia hacia ambos grupos.
Si bien la violencia del Tribunal de la Santa Inquisición contra las y los moros no
estaba de ninguna manera legalmente sancionada —como sí lo estaba en el caso de

3
A los musulmanes de esa región se les llamaba árabes, mudéjares, sarracenos o moros.

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

las comunidades judías o de las mujeres a las que se acusaba de brujería—, los inqui-
sidores muchas veces se extralimitaron en sus funciones en contra de las y los mu-
sulmanes, a quienes obligaban a convertirse o a sufrir actos violentos bajo la mirada
callada y cómplice de los Reyes Católicos: Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.
Además, entre los siglos xii y xvii, las guerras en contra de Al-Ándalus no cesaron,
concluyendo finalmente en 1609 con la derrota y expulsión de la península de todas
las personas practicantes del islam.

Auto de fe de la Inquisición española

Imagen 2. En la pintura Auto de fe de la Inquisición (1812-1819) de Francisco de Goya se aprecia un


juicio de la Inquisición mirado críticamente desde el siglo xix.

Estos son dos claros ejemplos de políticas y prácticas etnocéntricas aplicadas por
los poderes feudales y monárquicos que representaban al sector étnico-religioso ma-
yoritario y dominante en la península ibérica de la baja Edad Media en contra de dos
minorías vistas como los Otros diferentes y amenazantes.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

b) La Colonia en América

A raíz de la conquista europea sobre el continente americano en 1492 y a lo largo de


tres siglos, los pueblos colonizadores llevaron a cabo una política etnocéntrica en las
tierras conquistadas.
Cuando los grupos europeos llegaron a América ya llevaban varios siglos de en­
cuentros con pueblos diferentes a ellos. Por ejemplo, los egipcios, con los que se
habían topado desde la Antigua Grecia y desde la Antigua Roma; los chinos, que
Marco Polo encontró en sus viajes al Lejano Oriente a fines del siglo xiii; los judíos y
musulmanes de los que ya hemos hablado, y las poblaciones del África subsahariana.
En América los europeos se encontraron con unos nuevos Otros a los que no co­
nocían y a los que llamaron “indios”. Este apelativo se debió a que los primeros con­
quistadores estaban seguros de que habían llegado, por el oeste, a la India, por lo que
englobaron bajo el término de indios a todos los pueblos originarios de este continen-
te, sin tener en cuenta las diferencias geográficas, históricas, culturales, lingüísticas y
religiosas que había entre ellos.
No hay duda de que cada régimen colonial en América —el español, el por-
tugués, el británico o el francés— clasificó a pueblos originarios en una escala que
tomaba a la cultura occidental cristiana como modelo base y superior. La categori-
zación que se hacía de los Otros partía de la afirmación “no eres como yo y por tanto
eres inferior” (Mignolo, 2005: 43). Esta forma de clasificar no era nueva, dado que,
desde la mirada del pueblo dominante en turno, ya habían sido sometidos otros
pueblos no europeos.4
Es interesante observar que la Nueva España, colonia española, estuvo marcada
a partir de la segunda década del siglo xvi por una reflexión pública acerca de cuál

4
Algunos pueblos europeos también habían sido clasificados de manera etnocéntrica. Por ejemplo,
los ingleses consideraban inferiores a los irlandeses y escoceses; los francos a los bretones y vascos, etcétera.

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

debía ser la relación entre la Corona y “los naturales”. Este hecho se produjo en
sintonía con dos preocupaciones perennes de la monarquía conducida por los Reyes
Católicos: por una parte, mantener bajo un control paternalista a los naturales, hacia
quienes albergaban ciertas consideraciones morales; por la otra, mantener el interés
de la monarquía para salvaguardar a sus súbditos, garantizando así la continuidad de
los ingresos que fluían hacia la península ibérica desde tierras americanas.
Un importante ejemplo de esta reflexión fue la famosa Controversia de Vallado-
lid (1550-1551), en la que se confrontaron las opiniones de Juan Ginés de Sepúlveda
y de fray Bartolomé de Las Casas acerca de “los indios” (ver fragmento de la película
La controversia de Valladolid).5
La opinión de Ginés de Sepúlveda era que las personas nativas de América eran
bárbaras, y esa condición natural inferior concedía a los pueblos españoles el derecho
a hacerles la guerra. También sostenía que las y los indios eran no solamente seres
inferiores sino “seres sin alma”, “no racionales”, “sin conciencia”, “no plenamente hu-
manos”, y por ello pecadores e idólatras, incapaces de autogobernarse. Por ello, para
él, debían someterse ante los españoles, quienes se darían a la tarea de tutelarlos con
métodos duros si fuera necesario.
Bartolomé de Las Casas, que no tenía una formación académica, llamó la aten-
ción de la Iglesia y de la Corona española sobre la aterradora disparidad entre los
objetivos misionales del encuentro entre cristianos europeos y nativos del Nuevo
Mundo, así como de la brutal explotación de los segundos a manos de los prime-
ros. Demostró que los pueblos indios estaban conformados por seres “de razón” y
“con alma”, argumentando que, de lo contrario, no habrían podido construir sus
esplendorosas civilizaciones y ciudades precolombinas. Asimismo, sostuvo que di-
chas civilizaciones no habían sido más crueles ni menos racionales o viciosas que las
occidentales.

5
Película La Controverse de Valladolid (1992) del director Jean-Daniel Verhaeghe.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

La Controversia de Valladolid concluyó con Fray Bartolomé de las Casas


una victoria de Bartolomé de Las Casas sobre
Juan Ginés de Sepúlveda. Si este último hubie-
se triunfado, “los indios” de todos los territorios
americanos conquistados por la Corona espa-
ñola habrían sido considerados subhumanos, lo
cual habría conducido a su segregación, su es-
clavización y quizás su exterminio. El hecho de
que, afortunadamente, Las Casas haya ganado
este debate prohibió que se segregara y esclavi-
zara a las y los nativos. Se inició un camino de
asimilación, castellanización y catequización,
amparado en ciertas leyes que protegerían a
estos pueblos de muchas maneras. Esto de nin- Imagen 3. Fray Bartolomé de las Casas,
guna manera significó que las relaciones de las defensor de los indígenas en la Contro-
versia de Valladolid.
y los españoles con las y los “indios” de estos
territorios hayan dejado de estar regidas por el etnocentrismo español que se traducía
en dominación e inferiorización política, económica, social y cultural. Tampoco sig-
nificó que este etnocentrismo no haya sido profundamente cruel y explotador hacia
los nuevos súbditos americanos de la Corona.
Algo muy importante que ocurrió, no sólo pero sí particularmente en la Nueva
España, fue la construcción de relaciones sociales y culturales históricamente nuevas.
Algunas como producto de las mezclas paulatinas y desiguales entre las y los “indios”
con las y los “españoles”, que dieron lugar a la formación, primero incipiente y luego
cada vez más significativa, de un nuevo grupo al que se llamó mestizo; un término no
usado antes y que caracterizó a aquellas regiones como la Nueva España en las que
se impulsó mayormente la política de castellanización y catequización de los pueblos
originarios.

| 22 |
¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

En la América colonial también se produjo, a partir del siglo xvi, la esclavización


de muchos millones de personas provenientes del África subsahariana, que fueron
comerciadas sobre todo por los pueblos portugueses.
Algunas personas expertas en el tema sostienen que antes de la empresa del co-
mercio de esclavos, el concepto negros no existía y que éste nació en América (Quija-
no, 2000: 122). Agregan que al referirse a estas poblaciones con el apelativo “negros”,
fincado en el tono de su piel, se introdujo un criterio racial hasta entonces inexistente.
Sin embargo, esta opinión es cuestionable en dos sentidos:

1. En algunas partes del mundo se llamaba “negros” a las poblaciones


subsaharianas desde mucho tiempo atrás. Por ejemplo, en torno
al comercio árabe de esclavos del África subsahariana, ya se había
recurrido al término negros para designar a estos esclavos y a sus
pueblos. Este comercio había sido uno de los más importantes de
la Edad Media. Capturaban personas de varias regiones del África
noroccidental y oriental,6 llevándolas a las muchas regiones del
mundo musulmán, que en su momento de mayor auge se extendía
desde Al-Ándalus en la península ibérica hasta la  India  y China,
pasando por Medio Oriente. Algunos textos dejan testimonio de
las formas en las que los compradores de estas personas esclavizadas
en diversas regiones —por ejemplo, en el puerto de Cantón en el
siglo xii— se referían a ellas como “salvajes y demonios debido a
su aspecto físico” (Petré-Grenouilleau,  2003: 50). Ibn al-Nafis, un
famoso médico árabe del siglo xiii, describe a los zanj o “gente de
color negro” en los siguientes términos: “las características morales
que se encuentran en su mentalidad son próximas a las características

6
Kenia, Tanzania, Sudán, Eritrea, Etiopía.

| 23 |
Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

instintivas que se encuentran de forma natural en los animales” (Reid


y Lane, 2004: 166).
En opinión de María Elisa Velázquez, connotada etnohistoria-
dora especialista en estudios sobre poblaciones afrodescendientes, el
ya viejo apelativo de “negros”, reservado en América a las poblacio-
nes traídas como esclavas desde diversas partes del África subsaha­
riana,7 tenía que ver con el etnocentrismo español, que menospre-
ciaba los orígenes y las características particulares de cada uno de
estos pueblos, como una estrategia de olvido hacia su pasado, y a
que la esclavización mercantilista de estas poblaciones quería quebrar
sus identidades étnicas para explotarlas mejor. Entre estas caracte-
rísticas particulares estaban las geográfico-culturales, las étnicas, las
lingüísti­cas e incluso las fisionómicas: no todas las personas de piel
oscura tienen los mismos rasgos faciales y el mismo tipo de comple-
xión corporal (Velázquez, 2016).

2. El llamar indios y negros a las poblaciones nativas y a las provenientes


de África no tuvo que ver, por lo menos hasta mediados del siglo xviii,
con la idea de que los “indios” eran una raza, los “negros” otra raza y los
propios españoles integrantes de una tercera raza, la “blanca”. Llamar
“indios” y “negros” a estos dos diferentes grandes grupos humanos era
una forma generalizadora que no hacía justicia a las diferencias ni entre
todos los pueblos originarios de América ni entre las personas extraídas
de África como esclavas y pertenecientes a distintos pueblos. Esto
se debe al etnocentrismo de cada uno de los pueblos que conquistaron

7
En el caso de la Nueva España eran traídas desde Senegambia, África central y oriental, y culturas
diversas como los mandingos, los wolofs, los brans o los bantués.

| 24 |
¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

América, pero no a la existencia, en ese momento, del pensamiento y


la actuación racista. Aún no estaban dadas las condiciones que, a partir
de 1850, permitieron que el concepto raza y los dispositivos de poder
que lo rodearon se implantaran en Europa y el mundo.8
Esto no significa que la colonización etnocéntrica de América
no haya sido cruenta o que no haya sido una piedra de toque en el
posterior desarrollo del racismo. Sí lo fue, y profundizó y extendió
el poder político-cultural de las monarquías europeas en contra de
estos pueblos colonizados.

Breve historia del racismo: un particular sistema


estructural de poder

A diferencia del etnocentrismo que nació a la par del surgimiento de la especie huma-
na, el racismo nació y se desarrolló en forma paralela al surgimiento y desarrollo del
concepto biológico de raza, a la forma de clasificación y al ejercicio de poder asociado
a éste. Como lo planteamos en el Cuadernillo 1. ¿Existen las “razas humanas”?, a partir
de fines del siglo xviii este contundente sistema clasificatorio y jerarquizante se conci-
bió y constituyó como una de las maquinarias centrales del poder y la dominación glo-
bal, contribuyendo fuertemente a la creación de desigualdades entre grupos humanos.
En otras palabras, el racismo no podría haberse implantado antes de que se con-
sagrara el concepto de raza como un marcador moderno, que fue difundido en esa
época como algo científicamente probado, de diferencias de carácter innato —y por
tanto irremediable y determinista— entre los grupos humanos. Fue la aceptación

8
Ver Cuadernillo 1. ¿Existen las “razas humanas”? de esta serie.

| 25 |
Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

generalizada de la legitimidad de este concepto lo que condujo a la convicción de que


los seres humanos estamos divididos en distintas categorías raciales y de que la perte-
nencia de cada persona a una determinada raza —cuyas características son heredadas
a sus hijas e hijos— las coloca automáticamente en un lugar ya sea de superioridad o
de inferioridad frente a las demás.
Julio Arias y Eduardo Restrepo plantean que, a partir de la Ilustración, “lo bio-
lógico” (o lo referente a la “naturaleza”) fue presentado como un territorio objetivo,
científicamente comprobado y no sujeto a dudas o cuestionamientos, pero en realidad
se convirtió en un nuevo “artefacto cultural” de marcaje irreductible de la diferencia
(Arias y Restrepo, 2010: 55). Si bien previamente se pensaba que era fundamen-
talmente la pertenencia étnica de cada grupo humano, ligada a su credo religioso,
lo que dividía a los grupos entre superiores o inferiores, civilizados o bárbaros, fue
a partir del siglo xviii que se le empezó a dar más peso a la dimensión física de los
seres humanos. Lo humano fue visto como “dividido en una parte físico-material y
en ‘otra’, el alma, el espíritu, la razón, la mente, que aludía a una dimensión inmaterial
[moral] que daba sentido a lo humano frente a otros seres físicos” (Arias y Restrepo,
2010: 58). El pensamiento racial dividió estas dos partes del ser humano para luego
relacionarlas de nuevo, pero haciéndolo de tal manera que fue por primera vez “desde
la primera” que se empezó a “definir la segunda” (Arias y Restrepo, 2010: 58-59).
Este pensamiento se convirtió en una nueva forma de ver y regir las relaciones
sociales y también se instaló en las instituciones del Estado. Su argumento central
era que la “diferencia fisiológica”, alojada sobre todo en el tamaño del cerebro, y la
diferencia “biológica”, que se ve a simple vista en el aspecto físico, explican de manera
fehaciente la inferioridad o superioridad de las personas. Esa explicación se consti-
tuyó en una herramienta muy útil para los poderes que controlaban los procesos de
industrialización y para el imperialismo.
El racismo se instauró en ese momento como un sistema específico de ideas,
sentimientos y prácticas sociales y de poder, distinto del clasismo, el etnocentrismo,

| 26 |
¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

el sexismo o la discriminación (concepto que definimos en el apartado siguiente). Su


nacimiento no significó, sin embargo, que los demás factores socioculturales que mar-
caban la diferencia entre un Nosotros y un los Otros dejaran de existir o de pisar fuerte
como marcadores de la superioridad-inferioridad entre seres humanos diferentes. Sin
embargo, el marcador de la “raza” tomó la delantera a tal grado que los demás fueron
vistos como dependientes y subordinados a éste, y lo étnico o cultural empezó a ser
reinterpretado en términos de diferencia racial.
Las lógicas etnocéntricas culturalmente argumentadas de la inferiorización de
los Otros seguían estando y continúan siendo imbricadas en las lógicas y las prácticas
racistas. A veces no está claro cuál viene primero o es más determinante para el tipo
de inferiorización que cada pueblo sufre, porque, como escribe George Fredrickson,
especialista en la historia comparada del racismo:

Si pensamos en la cultura como históricamente construida, fluida, va-


riable en el tiempo y el espacio, y adaptable a circunstancias cambiantes,
cultura es un concepto antitético al de raza. Pero la cultura puede ser
reificada y especializada hasta el grado en el que se convierte en el equi-
valente funcional de la raza. Los pueblos o los grupos étnicos pueden
ser dotados con almas nacionales o con […] “espíritu de pueblo”. El
particularismo cultural determinista puede hacer con eficacia el trabajo
que le corresponde al racismo biológico (2010: 6-7).

Sin embargo, aunque esto sea cierto y esté muy presente, la modernidad nacida
hace casi dos siglos y medio convenció de que lo biológico explicaba lo cultural, lo
conductual y hasta lo moral. Impuso esa creencia y la convirtió en prácticas. Fue tal la
preminencia que se le dio al concepto raza que el médico y anatomista escocés Ro-
bert Knox, en su libro The Races of Men (1850), escribió: “Raza lo es todo, es un hecho
dado, el más extraordinario, el más completo, que jamás ha anunciado la filosofía. La

| 27 |
Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

raza lo es todo: literatura, ciencia, arte; en fin, de ella depende la civilización”. Al te-
ner como punto de partida esta idea, lo que Knox y muchos otros afirmaban era que:

a) Cada “raza humana” tiene características biológicas que no sólo la


hacen distinta a las demás “razas humanas”, sino que hacen de ella y de
quienes la conforman un grupo humano único, y naturalmente inferior
o superior, y
b) Las características de cada “raza” se reflejan en las mentes y los
comportamientos de las personas que la integran, traduciéndose en
su forma individual y colectiva de pensar, actuar y comportase, en su
inteligencia y capacidades, en su calidad cultural e incluso moral.

Fue sobre la base de esta creencia en la preminencia de lo biológico en el mar-


caje de la inferioridad de algunos grupos que se cometieron muchos actos racistas
en contra de diversas poblaciones en el mundo. La colonización de los países afri-
canos y asiáticos en el siglo xix se produjo en plena era del racismo científico, y fue
muchas veces justificada en términos raciales. Como lo dice Hannah Arendt en su
libro Los orígenes del totalitarismo, el imperialismo europeo necesitó inventar el ra-
cismo como la única explicación posible y la única excusa para su comportamiento
criminal. Estas empresas colonizadoras estuvieron acompañadas por una intensa
propaganda racista.
Varios países europeos, el Imperio otomano y los Estados Unidos procedieron
al “reparto de África” después de 1885. Una de las apropiaciones más brutales y ra-
cistas fue aquella de los belgas en el Estado Libre del Congo, donde impusieron un
régimen esclavista y genocida que basaba toda su actuación en el racismo anti-negro.
También en varios países de América Latina el desarrollo económico de amplias re-
giones que eran territorio indígena pasó por emprender las llamadas “guerras contra
el indio” de la segunda mitad del siglo xix, varias de las cuales se justificaban con

| 28 |
¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

el racismo. El ejemplo más conocido es el de la llamada Conquista del Desierto en


Argentina entre 1878 y 1885. Antes de lanzarse a esta “conquista”, considerada por
muchas personas como un genocidio, en el Congreso argentino se justificaba el “ex-
terminar a los indios salvajes y bárbaros de la Pampa y la Patagonia” con argumentos
que rezaban que la verdadera identidad nacional argentina se la daban al país las y
los inmigrantes europeos que “llegaron en barcos”. El ideario de homogeneización
nacional fue construir una nación blanca y europea y deshacerse de todos los compo-
nentes raciales y étnicos que no alimentaran ese ideario (Lenton, 2014: 88).
El genocidio nazi contra los pueblos judíos y romaníes o roma representa uno de
los actos más brutales y violentos del racismo científico. Las personas integran­tes
de los grupos roma fueron encarceladas, obligadas a trabajos forzados y masacradas.
También fueron llevadas a campos de exterminio. Los grupos nazis mataron a dece-
nas de romaníes en los territorios orientales ocupados por comunidades alemanas, y
miles más fueron asesinados en los campos de exterminio de Auschwitz-Birkenau,
Chelmo, Belzec, Sobibor y Treblinka. Aunque no se sabe con toda certeza cuántos y
cuántas romaníes europeos murieron en el Holocausto, se calcula que fueron exter-
minados entre 25 y 50% de ellos.
Los grupos nazis consideraban que las personas judías tenían un “genotipo” o
tipo genético inferior. Y se referían a ellas como “indeseables parásitas dignas sólo
de erradicación”. Dado el apego del nazismo a los principios del darwinismo social,9
es decir, que cada “raza humana” buscaba expandirse y dominar un planeta que era
finito, sostenían que las razas superiores no sólo tenían el derecho, sino la obligación,
de sojuzgar e incluso de exterminar a las inferiores. Para ellos, el pueblo judío era no
sólo una “raza”, sino que la creían dotada de una herencia inalterable, determinada
biológicamente. Creían además que la lucha de razas era coherente con las leyes de la
naturaleza. Por eso, para ellos, la lucha por la supervivencia y la dominación de la que

9
Ver Cuadernillo 1. ¿Existen las “razas humanas”?

| 29 |
Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

consideraban su propia raza (la “raza aria”) debía pasar por la confrontación militar
y, si era necesario, por el exterminio de algunas de las “razas” que ellos veían no sólo
como inferiores, sino también como indeseables para la humanidad.
Después de múltiples y cada vez más violentas acciones del régimen nazi en con-
tra del pueblo judío en los territorios ocupados por Alemania, en enero de 1942 se
reunió un grupo de representantes civiles, policiacos y militares del gobierno de Hitler
en lo que se conoce como la Conferencia de Wannsee, que fue coordinada por el más
alto oficial de las SS, Reinhard Heydrich.10 En ella se decidió la “solución final de la
cuestión judía”; es decir, el exterminio físico sistemático, planificado y calculado de
todas las personas judías de Europa, cuyo número los nazis calculaban en 11 millones.
Claro que, de ganar la guerra, los hitlerianos habrían intentado proceder al exter-
minio de toda persona judía en el mundo. Al final de la Segunda Guerra Mundial
los nazis habían logrado exterminar a una tercera parte del pueblo judío de todo el
planeta, es decir, seis millones de personas.
Cuando el mundo se enteró a cabalidad de las dimensiones genocidas —cien-
tíficamente concebidas, argumentadas, planeadas y ejecutadas— del Holocausto
de la Segunda Guerra Mundial, se horrorizó. Esto llevó a los primeros intentos
por erradicar la idea de la existencia de las “razas humanas” de las creencias, las
prácticas y las normas de las distintas sociedades nacionales y de la comunidad
internacional. Fue entonces cuando casi todos los países firmaron la Declaración
Universal de los Derechos Humanos (onu, París, 10 de diciembre de 1948). Al-
gunos años después, en 1965, fue firmada la Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial. Muchas otras con-
venciones o declaraciones de la Organización de las Naciones Unidas (onu) sobre
derechos humanos que fueron firmadas más adelante tocan el punto del racismo
como una realidad a erradicar.

10
Ver películas Conspiracy (2001) y The Wannsee Conference (1984).

| 30 |
¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

Es por ello que, como lo plantea Peter Wade (2014: 41), en la segunda mitad
del siglo xx el concepto raza empezó a perder su autoridad y se fragmentó. En las
ciencias de la vida este concepto ha sido desplazado por el de población, porque
la comunidad bióloga descubrió que la variación biológica y cultural humana no
­se divide en forma coherente entre las llamadas “razas”. En las ciencias sociales­
el concepto raza se fue viendo como producto no de realidades biológicas, sino de
construcciones socioculturales que parten de una idea social que lleva a prácticas
inferiorizantes. En el mundo político y de las políticas públicas de fines del siglo xx,
el concepto raza se volvió casi tabú

pues trae la mancha del nazismo, el racismo y la ciencia racial del si-
glo xix. [Por ello] […] ha sido reemplazado por el término “etnicidad”
(supuestamente purificado de las connotaciones biologizantes que ha-
bía cargado durante mucho tiempo). […] Ha quedado refraseado como
“diferencia cultural”, o como “diversidad cultural” (Wade, 2014: 45-46).

En la Europa de los años setenta del siglo xx surgió un fenómeno llamado


“racismo de la diferencia”, “neo-racismo” o “racismo cultural”, que consiste en discri-
minar, excluir o inferiorizar a las personas inmigrantes magrebíes, medio orientales,
caribeñas, latinoamericanas o provenientes del África subsahariana, no bajo el argu-
mento de que son “racialmente inferiores” sino de que son culturalmente diferentes a
las europeas, lo que hace difícil vivir en armonía con ellas. Este argumento parte del
supuesto de que es importante respetar a las culturas, empezando por la propia. Sin
embargo, ha desatado posturas nacionalistas que buscan defender la cultura a par-
tir de la expulsión o la segregación de las personas inmigrantes. Wieviorka (1992)
señala que detrás de ese nacionalismo se esconde un racismo clásico, es decir, una
argumentación que, por más que se disimule, sigue teniendo como fondo argumen-
tos biologicistas.

| 31 |
Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

En el año 2000 la ciencia genética logró finalmente secuenciar el genoma huma-


no, jugando con ello un papel fundamental en desmentir, con argumentos científicos
comprobables, la realidad de la existencia de “las razas” como entes biológicos sepa-
rados y radicalmente inferiores o superiores.11
A pesar de ello el racismo no ha muerto. No sólo eso, sigue vigente y haciendo
daño en casi todo el planeta, aunque en cada lugar, como ya lo dijimos antes, vivan
formas de racismo distintas a las de otros lugares. En las esferas populares o en el
lenguaje coloquial mucha gente sigue creyendo que los seres humanos realmente
estamos divididos en razas biológicamente determinadas. Sobre todo, mencionan
­a la caucásica o blanca, a la negra y a la amarilla. Pero si alguien menciona que el ape-
lativo de “raza roja” se ha usado para caracterizar a las y los indígenas del continente
americano, se suele aceptar que ese grupo sí es un grupo racial. Mucha gente tam-
bién cree que los pueblos judío y árabe son, cada uno, una raza. Y mucha gente dice
que, aunque ya se sabe que no es cierto que somos biológicamente diferentes, una
persona cuyo tono de piel es “rojo”, “negro”, “café” o “amarillo” en definitiva es —como
se dice en Estados Unidos— una persona “de color” y, por tanto, racialmente inferior.
Es por todo lo aquí planteado que George Fredrickson llama al racismo un
sistema estructural “carroñero”. Cada vez que lo creemos superado o desaparecido
en algún contexto, cada vez que lo creemos reemplazado por fenómenos que pasan
por otras lógicas, tristemente nos muestra su capacidad de renacer de sus cenizas.
Nos deja clara su habilidad para seleccionar y usar, en contextos sociohistóricos
específicos, ideas y valores que provienen de otros sistemas de ideas y creencias.
Nos demuestra cuán amplia es su plasticidad, que hace que pueda seguir viviendo
ya sea bajo las mismas caras o escondido tras máscaras que no por nuevas son menos
peligrosas.

11
Ver Cuadernillo 1. ¿Existen las “razas humanas”?

| 32 |
¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

¿Qué es la discriminación y qué es la discriminación


racista o “racial”?

En este apartado veremos qué es la discriminación en general y qué caracteriza a


­la discriminación racista. Como vimos en el apartado anterior, no todas las formas de
diferenciación, exclusión u opresión entre poblaciones se pueden caracterizar como
racismo, pues no están siempre basadas en la falsa creencia de la diferencia racial en-
tre seres humanos, sino en otras ideas acerca de la superioridad-inferioridad cultural,
étnica o religiosa. A continuación, revisaremos ejemplos de las muchas formas de
discriminación que pueden existir y que están fundadas en diversos sistemas estruc-
turales de poder.

Discriminación

Discriminar significa, en su sentido amplio: “diferenciar”, “distinguir”. Vamos a dar


dos ejemplos desde esta simple definición:

• Si tengo a la mano unos lentes y una engrapadora, seguramente llegaré a la


conclusión de que los lentes y la engrapadora son diferentes. Al decir esto
sólo estaré concluyendo que no son la misma cosa, y no estaré sugiriendo que
los primeros sean de ninguna manera mejores que la segunda, ni viceversa

• Si yo estoy ante un grupo de estudiantes entre quienes están Laura y Ramón,


puedo decir “ella es Laura, es mujer, tiene 20 años y nació en San Luis Potosí,
y él es Ramón, es hombre, tiene 19 años, y nació en Oaxaca”. Con ello
sólo estoy diciendo que Laura y Ramón no son la misma persona, que hay
diferencias entre ellos, pero no estoy sugiriendo de ninguna manera que una
o uno de los dos sea mejor o peor que el otro o la otra.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

Éstos son dos ejemplos de distinciones “neutras”. Sin embargo, cuando busca-
mos en el diccionario los sinónimos de “discriminar” nos encontramos con por lo
me­nos los siguientes seis verbos de carácter negativo y sólo con dos con carácter
neutro. Observa la Tabla 1.

Tabla 1. Sinónimos de discriminar


DISCRIMINAR
De carácter neutro De carácter negativo
Diferenciar Excluir
Distinguir Distanciar
Marginar
Segregar
Separar
Hacer menos

Como podemos ver, en la lengua española y en muchas otras lenguas, hemos


construido histórica y culturalmente el verbo discriminar, el sustantivo discriminación
y el adjetivo discriminatorio(a) en torno a una connotación que implica otorgarle me-
nor o mayor valor a cada una de las cosas, personas o grupos humanos que estamos
comparando.
Hoy en día las convenciones sociales, lingüísticas y culturales en las que nos
movemos nos llevan a definir la discriminación como un acto o un conjunto de prác-
ticas concretas que niegan o limitan la igualdad de trato para una persona o grupo
de personas. Esto sucede sobre la base de su pertenencia a un colectivo que suele
ser víctima recurrente de por lo menos uno de los sistemas estructurales de opresión
que operan en una sociedad.
Los sistemas estructurales de creación de poder y desigualdad están incorporados
a las instituciones sociales —como la familia, la escuela, las Iglesias o los diferentes

| 34 |
¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

organismos del Estado— y naturalizan las diferencias. Así, la discriminación no se


explica sólo a través de las acciones e interacciones entre individuos, sino que funcio-
na fundamentalmente bajo el cobijo de estos sistemas estructurales o sistemas paraguas
como les llamaremos aquí, ya que cubren y respaldan formas de opresión específicas.
El patriarcado, el racismo y el clasismo son algunos de los más grandes sistemas es-
tructurales de opresión creadores y reproductores de desigualdades sociales.
Veamos tres ejemplos de discriminación o de desigualdad de trato, cada uno
de ellos derivado de un sistema paraguas específico de creación de desigualdad:

• A una mujer que tiene la misma especialidad y el mismo nivel de estudios


y de experiencia profesional que un hombre le pagan menos que a él en la
misma empresa por desempeñar el mismo cargo. Ese acto discriminatorio se
deriva del sistema patriarcal que rige las relaciones de género.
• Dos actores muy reconocidos han obtenido muchos papeles en películas o pro­­
gramas televisivos, pero el actor de tez clara generalmente obtiene el papel
principal como un hombre exitoso y el de tez oscura siempre representa al
delincuente, al trabajador poco calificado o a una persona de un barrio pobre.
Este acto discriminatorio deriva de un racismo estructural que ubica el tono
de la piel de las personas en actividades o roles de diferente jerarquía o valor.
• Un guardia de seguridad expulsa de un centro comercial a una persona a la
que a simple vista considera pobre, porque asume que no podrá pagar los
productos que ahí se venden y que, por lo tanto, está en ese lugar para robar.
Este acto de discriminación se explica por el clasismo.

Otros actos de discriminación comunes en nuestra sociedad son, por ejemplo:


negarle a una persona la entrada a un lugar por su pertenencia étnica, argumenta-
do que es un lugar exclusivo; no rentar una habitación a alguien porque es de otro
país, o expulsar a una persona adolescente trans de la preparatoria porque manifestó

| 35 |
Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

a­ biertamente su identidad de género. Si nos detenemos a pensarlo, cada uno de estos


actos se deriva de un sistema específico de organización social central a esa sociedad.
Por ejemplo, la división étnica, la división del planeta en países y nacionalidades, y
aquella que rige tradicionalmente las relaciones sexo-genéricas.

Aviso frecuente contra la discriminación en México

Imagen 4. En México, la discriminación está prohibida y es sancionada por el Consejo Nacional para
Prevenir la Discriminación (Conapred).

Sin embargo, no todos los actos que implican seleccionar a unas personas sobre
otras son producto de alguno de los sistemas de desigualdad social estructural. Por
ejemplo, si dentro de un grupo en el que la gente está en igualdad de circunstancias
Juan no invita a Pedro a su fiesta de cumpleaños porque éste no le simpatiza, o si
Ana prefiere ser pareja de Clarissa que de Rosa porque la primera le gusta más, estos
dos hechos no pueden ser catalogados como actos de discriminación en el sentido
que desarrollamos líneas arriba. El motivo es que ninguno de estos hechos se deriva
de alguno de los sistemas estructurales creadores de desigualdad social, económica,

| 36 |
¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

­ olítica o cultural en esa sociedad. Ninguno de ellos resulta en la anulación o elimina-


p
ción de los derechos de otra persona, sino que son meramente producto de elecciones
personales que todos y todas tenemos derecho a hacer, sin que por ello se nos consi-
dere personas discriminatorias.
Todas las personas podemos recibir un trato desfavorable bajo ciertas circunstan-
cias, pero hay grupos sociales que viven y luchan con algún tipo de discriminación
de forma continua y cotidiana. Cuando los actos de discriminación llegan a ser recu-
rrentes contra algún grupo en particular, se traducen en mayores grados de exclusión,
limitación y vulneración de las oportunidades y derechos de la gente que es parte
de ese grupo, perpetuando así las brechas de desigualdad ya existentes que nutren la
maquinaria estructural de la que son producto.12
Finalmente, el carácter sistemático de ciertas formas de discriminación se enraíza
en el actuar de las instituciones del Estado hacia los grupos que las sufren. Su exclusión
o inferiorización se vuelve entonces parte del sistema del ejercicio del poder, y no sólo
de las relaciones sociales. Y cuando esto ocurre se está lesionando en forma grave los
derechos, las prácticas democráticas y el bienestar social (Rodríguez Zepeda, 2006).
Así, la discriminación es un acto concreto, pero en él se expresan y se traducen
estructuras complejas. Por otra parte, varios de los grupos que sufren discriminación
no sólo la padecen en una de sus formas sino en varias. Debido a que en la sociedad
—cualquiera de la que hablemos— funcionan diversos sistemas de poder u opresión
de forma simultánea y profundamente interrelacionada, es frecuente que un acto de
discriminación singular combine motivaciones o expresiones que vienen, por ejem-
plo, de una combinación entre el racismo, el machismo y el clasismo, hasta el punto
en el que es difícil distinguir el origen del mismo.

12
En 2003 fue promulgada en México la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación,
que fue reformada en el 2014. En el artículo 1° define lo que en términos oficiales se entiende por dis-
criminación.

| 37 |
Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

La discriminación racista

Es aquella forma de discriminación que parte de la creencia o de la convicción de


que ciertas personas son inferiores porque forman parte de grupos “racialmente”
inferiores. Por racial se entienden diversas cosas. Entre ellas: considerar que el tono
de la piel y los rasgos faciales definen la pertenencia de las personas a una “raza” en
particular; creer que en el tono de piel se expresan diferencias genéticas esenciales y
deterministas; defender la idea de que la ascendencia, la genealogía y los oríge­nes
ancestrales están alojados en “la sangre”; o asumir que las personas pertenecientes a
ciertas “categorías” (geográficas, culturales, fisonómicas) son básicamente iguales
como, por ejemplo, los grupos “blancos”, “negros”, “indios”, “asiáticos” o “africanos”
(Wade, 2014: 35–36).
Como sucede con la relación entre la discriminación de género y el patriarca-
do, la discriminación racista sólo se explica y se puede dar como parte del racismo.
No hay duda de que cada acto de discriminación racista expresa, pone en práctica
y mantiene vivo el sistema de poder que es el racismo. Sin embargo, éste es mu-
cho más vasto y complejo, y no se limita a los actos de discriminación, sino que
los rebasa en sus dimensiones y expresiones. Pensemos en dos casos de genocidio
motivados por el racismo:13 el primero contra el pueblo judío por parte del nazismo
en la Segunda Guerra Mundial y el segundo contra el pueblo maya ixil por parte
del gobierno militar guatemalteco en los años ochenta del siglo xx. La esencia de
este tipo de fenómenos es mucho más avasalladora y destructora del grupo social

13
El genocidio es un acto o conjunto de acciones realizadas con la intención de destruir, total o par-
cialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, y que implica acciones como la matanza y lesión
grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo; el sometimiento intencional del mismo
a condiciones de existencia que conduzcan a su destrucción física, total o parcial; o medidas destina-
das a impedir nacimientos en el seno del grupo y/o traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo
(Aizenstatd, 2007).

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

racializado al que se pretende exterminar que los actos de discriminación racista


en general.
Como vemos, no es lo mismo la discriminación de género, de clase o por orienta­
ción sexual que la discriminación racista; pero, como ya lo hemos dicho, varios tipos
de discriminación suelen funcionar de forma conjunta en algunos escenarios particu-
lares. Por ejemplo, si una mujer es pobre y lesbiana, pero además tiene la piel oscura,
es muy probable que sea víctima de una discriminación múltiple por motivos de clase,
género, orientación sexual y racista. Otro ejemplo, las mujeres indígenas en México
pueden sufrir cuatro tipos de discriminación: la de clase, la étnica, la de género y la
que las considera como parte de una “raza” inferior. En este caso, cada una de las
formas de discriminación que ellas suelen padecer no sólo se superponen, sino que
además se establecen bajo una lógica que hoy se conoce como “interseccionalidad”.
Cuando esto sucede decimos que estas formas de discriminación no sólo se suman,
sino que se multiplican dando por resultado altos grados de sufrimiento e inferiori-
zación (Platero Méndez, 2014).

¡Ojo!

En este cuadernillo insistimos en hablar de discriminación racista y no de dis-


criminación racial. Esto se debe a que consideramos que:

El término discriminación racial es erróneo, se basa en la idea de que la gente es


objetivamente parte de una “raza” y que es la pertenencia objetiva de algunas
personas a una raza inferiorizada la que explica que dicha discriminación se
dirija en su contra.
El término discriminación racista es más preciso y correcto, ya que denota
una forma de discriminación, producto de un sistema estructural de poder

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

llamado racismo, que ya hemos definido aquí, pero que no está basado en nin-
gún tipo de realidad fehaciente y objetiva. Además, este término permite dejar
claro que las y los actores que ejercen esta forma de discriminación son racistas.

Estereotipos, prejuicios y estigmas

El racismo como sistema se reproduce a partir de diversos mecanismos. Por un lado,


el funcionamiento de las instituciones sociales y políticas que busca mantener a los
sectores o grupos de poder en su interior en posiciones de ventaja, en detrimento de
los sectores desposeídos u oprimidos. Por otro lado, todas las personas que formamos
parte de estas instituciones —aunque tengamos voluntad, criterio y agencia propia—
reproducimos muchas de esas relaciones de desigualdad, sin cuestionarnos en el día a
día el papel que jugamos en el sistema del racismo.
Tres de las formas más claras por las que las personas reforzamos el racismo en
nuestra sociedad parten del uso acrítico de los estereotipos, los prejuicios y los estig-
mas. Cada uno de estos conceptos son centrales para comprender cómo se reproduce
y ejerce el racismo en la vida cotidiana y en los medios de comunicación. Los tres
están unidos y muchas veces se confunden o se utilizan como sinónimos. Por ello
­en este apartado vamos a explicarlos de forma concisa y con ejemplos sencillos.
Además, es importante decir que la identificación, cuestionamiento y análisis
crítico de los estereotipos, estigmas y prejuicios, a través de la educación formal y no
formal, es una de las principales estrategias para desinstalar paulatina pero certera-
mente al racismo de nuestras sociedades y comunidades.

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

Estereotipos

Son un conjunto de ideas simplificadoras, exageradas y generalizadas sobre un gru-


po determinado. Estas ideas frecuentemente no representan toda la complejidad del
grupo y se espera que sean ciertas:

• Las personas británicas son muy puntuales.


• Los hombres afrodescendientes son violentos.
• Las mujeres son muy sensibles.
• Las personas indígenas viven en zonas rurales y tienen poca educación
escolarizada.
• Las personas judías son ricas.

Cuando se tiene la oportunidad de confrontar el estereotipo con la realidad como,


por ejemplo, encontrarse con una persona británica que llega tarde o con una judía
que es pobre, es frecuente escuchar “¡qué raro…!” antes de cambiar la idea establecida.
De esta manera, la evidencia se convierte en la excepción que confirma la regla.
Los estereotipos son una estructura de pensamiento que comprende las imágenes,
creencias, juicios, símbolos y opiniones de cómo son los Otros. A través de ellos crea-
mos modelos de referencia, aspiración o rechazo. Por eso pueden ser tanto positivos
como negativos. Como vimos en las frases anteriores, los estereotipos simplifican, ho-
mogeneizan y generalizan características de individuos, sociedades, culturas o naciona-
lidades. No dan cuenta de la complejidad ni mucho menos de la totalidad de los grupos
a los que hacen referencia. Por eso pueden ser peligrosos, pues hacen pasar como ver-
daderos aspectos muy simplificados o falsos de la realidad. Así, cuando los estereotipos
son despreciativos o inferiorizantes pueden fundamentar actos de discriminación.
Es importante decir que la fuerza de los estereotipos racistas está en su repetición.
Éstos permanecen a través del tiempo, aunque las coyunturas históricas cambien.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

Los medios impresos desde el siglo xix hasta los digitales del siglo xxi, así como las
bromas, los chistes y los refranes populares mantienen vivos a los estereotipos. Por
ejemplo, la representación de la población indígena en México ha cambiado muy
poco desde el siglo xix a la fecha, pues se les sigue estereotipando como personas
flojas, sucias y poco inteligentes.
Los estereotipos racistas cumplen una función muy importante en la reproduc-
ción del racismo, pues funcionan como modelos que guían las conductas hacia otros
grupos y pueden servir para justificar actos discriminatorios.

Prejuicios

Se refieren a las percepciones, valoraciones o actitudes producto de las reacciones


afectivas o emocionales que tenemos frente a los estereotipos. Por eso estos dos con-
ceptos van de la mano y muchas veces se confunde su significado. Utilicemos los
mismos ejemplos del punto anterior, pero ahora con referencia a los prejuicios:

• Las personas directivas de una empresa suelen contratar a personas británicas


pues confían en que siempre llegan a tiempo a su trabajo.
• Cuando un hombre afrodescendiente camina por una acera, una persona que
viene en el sentido contrario siente miedo y se cambia a la otra acera.
• En una oficina los empleados dudan de las decisiones de la jefa, porque
siempre sospechan que éstas están marcadas sobre todo por la emotividad.
• Una persona lee en el periódico una nota acerca de una joven indígena
graduada de posgrado con honores en Harvard y reacciona diciendo: “¡Seguro
que esa mujer no es indígena!”
• Una familia judía inscribe a su hijo en una escuela primaria pública, y el
personal directivo les pregunta: “¿Por qué lo inscriben en esta escuela si a
ustedes les alcanza y hasta les sobra para pagar una escuela privada?”
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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

Los prejuicios expresan sentimientos que pueden ir desde la simpatía y el agrado


hasta el rechazo, miedo y odio. Estos sentimientos influyen en formas de pensar y, por
supuesto, en las conductas. Por ello, el prejuicio guiado por un estereotipo negativo
puede detonar actos de discriminación y violencia.

Estigmas

Los griegos utilizaban la palabra estigma para referirse a signos corporales con los cua-
les se intentaba exhibir el bajo estatus social o la poca calidad moral de una persona.
Por ejemplo, cierto tipo de cortaduras o quemaduras indicaban que una persona era es-
clava, criminal o traidora, y de esta forma la población podía identificarlos fácilmente.
En la actualidad la palabra es utilizada en un sentido parecido. Con ella se hace
referencia a un atributo profundamente deshonroso y desacreditador (Goffman,
1989). El estigma varía en función del contexto social en que se presenta. El medio
social establece las categorías de las personas a las que se marca con un estigma que
las ubica como no deseables. Cuando una persona tiene una característica que ha sido
estigmatizada se le convierte en un ser contaminado, que por lo tanto merece ser me-
nospreciado o excluido. El portador de un estigma se convierte en alguien manchado,
que puede ser víctima de rechazo, desprecio, miedo e incluso odio.
Veamos ahora, con un ejemplo, la relación entre estereotipo, prejuicio y estigma.
En México, como se vio anteriormente, los estereotipos sobre las personas indígenas
señalan a éstas como flojas e ignorantes. Eso conlleva a prejuicios que las colocan, por
ejemplo, en puestos de trabajo poco calificados. En Yucatán, donde se conservan los
apellidos mayas, éstos se han convertido en un estigma (una forma de identificar a
las personas provenientes del pueblo maya). Muchas personas han castellanizado sus
apellidos o han buscado casarse con quienes no tengan apellido maya para no heredar
ese estigma a sus hijas e hijos.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

La representación racista de las mujeres indígenas


en México
Es importante detenernos y analizar las representaciones que circulan a través
de imágenes a nuestro alrededor, precisamente porque éstas se difunden con
mucha facilidad y gran alcance en los medios de comunicación, con una fuerte
carga de significados que tienden a reproducir estereotipos y prejuicios hacia
poblaciones determinadas.
En México, una de las repre-
sentaciones más estereotipadas y
repetitivas es la que se ha hecho de
las mujeres indígenas. En esta repre-
sentación se cruzan de forma muy
estrecha diversos estereotipos asocia-
dos al género, la etnicidad, la “raza”
y la pobreza. Estos estereotipos no
sólo se presentan juntos al momento
de construir la representación de la
mujer indígena, sino que también se
conjugan y tejen en una sola repre-
sentación generalmente despectiva.
Imagen 5. María Elena Velasco, en su papel
Veamos por ejemplo a uno de los
de la “India María”.
personajes más emblemáticos del cine
y la televisión mexicana, y una de las pocas representaciones mediáticas de las
mujeres indígenas en los años sesenta: la “India María”. En diversas películas y
programas televisivos, aunque la trama variara, su personaje siempre era el mis-
mo: María Nicolasa Cruz, una mujer de origen rural, analfabeta, que vivía en la

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

pobreza, pero casi siempre era alegre, trabajadora, optimista, ingeniosa y noble.
Su vestimenta de colores brillantes, su pelo largo oscuro peinado en trenzas
y su forma de hablar español con un estereotipado acento de los pueblos na-
huas del centro del país revelan su supuesta identidad indígena al espectador.
Por esta razón, su personaje está construido para ser maltratado, humillado
o segregado por los personajes no indígenas con los que comparte escenas.
O también para que los personajes que aparecen con ella traten de aprove-
charse de su nobleza e ignorancia. Si bien ella representaba papeles de las
más diversas ocupaciones, uno de sus roles más frecuentes era el de campesina,
artesana y trabajadora del hogar.
Existen trabajos como el de Séve-
rine Durin y Natalia Vázquez (2019)
en el que se ha analizado con dete-
nimiento cómo se representa a las
trabajadoras del hogar en la época del
auge de las telenovelas mexicanas
de los años sesenta y setenta y has-
ta los 2000. Este análisis coincide en
apuntar que estos personajes son fre-
cuentemente mujeres de origen rural,
­indígena y pobre, que han migrado a
la ciudad en busca de trabajo. Muje-
res que dan vida a los estereotipos co-
munes de tener por nombre “María”,
vestir una indumentaria tradicional,
peinarse con trenzas, ser humildes,
ignorantes, analfabetas y aprove­ Imagen 6. Silvia Derbez en la telenovela
chadas, pero también ser sujetas casi María Isabel, 1966.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

­ asivas de violencia y de abusos constantes. Otro aspecto común en estas tele-


p
novelas es que la vía de la movilidad social para ellas no es el trabajo arduo que
realizan, sino el tener romances o casarse con sus empleadores, representados
como hombres “blancos” citadinos y de clase media-alta.

Imagen 7. Adela Noriega en la telenovela Imagen 8. Saby Kamalich en la telenovela


María Isabel, 1997. Simplemente María (Perú), 1966.

La reproducción de esta repre-


sentación estereotipada de la mujer
indígena en la televisión mexicana,
en sus telenovelas y películas, es una
tradición de casi 70 años que repite
de forma automática una misma ima-
gen y una misma historia que muy
Imagen 9. Victoria Ruffo en la telenovela
Simplemente María (México), 1989. pocas veces ha permitido mostrar la

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

profundidad y complejidad de los per-


sonajes que interpretan.
Parte de esta tradición es que
siempre han sido mujeres no indíge-
nas las escogidas para representar a las
mujeres indígenas en papeles protagó-
nicos. Además, en el caso de los me-
lodramas amorosos, las actrices prota-
gónicas supuestamente indígenas que
representan a trabajadoras del hogar
tienen un aspecto físico característi-
co del modelo aspiracional de belleza
occidental, y fueron seleccionadas así,
con la intención de que las personas
espectadoras de estos programas se Imagen 10. Yalitza Aparicio en la por-
sintieran atraídas e identificadas con tada de ¡Hola! en 2019.
sus personajes.
En este contexto se debe entender
la polémica que generó la nominación
al Óscar de la actriz Yalitza Aparicio
por la película Roma en 2017. Cuan-
do fue nominada como mejor actriz
principal, diversas declaraciones en
medios de comunicación considera-
ron que no merecía el reconocimiento,
pues su actuación respondía a que es-
taba interpretando su papel “natural”
de trabajadora indígena del hogar. Imagen 11. Yalitza Aparicio en 2019.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

Sin embargo, Yalitza Aparicio era una maestra de preescolar antes de con-
vertirse en actriz.
Cuando Yalitza apareció en las portadas de las revistas de moda, se dijo
también que la ropa de marcas de lujo no se le veía bien por su tono de piel o su
“tipo de belleza”, y que mejor debía portar un estilo más tradicional o cercano
a los trajes indígenas.

¿Qué es la racialización, el racialismo y el colorismo?

Éstas son tres palabras que se escuchan con frecuencia cuando hablamos de racismo.
Es importante entender que la racialización, el racialismo y el colorismo no significan
lo mismo que racismo, pero los tres son conceptos que ayudan a entender los matices
de este fenómeno tan complejo.

Racialización

Una de las definiciones más útiles de este concepto es “la producción social de los
grupos humanos en términos raciales” (Campos, 2012). La racialización es un forma
muy particular y específica de ver y etiquetar los cuerpos de las personas en términos
de “razas”. Esto quiere decir que los grupos humanos son concebidos como si cada
uno de quienes los habitan perteneciera a una misma “raza”. Así, cuando una persona
ve a otra a la que asume perteneciente a una “raza” específica y le asigna estereotipos
que concuerdan con dicha generalización, la está racializando.
Más allá de un acto de clasificación individual, la racialización es un proceso
social mediante el cual los países y las sociedades se estructuran, determinando que

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

en su interior existen ciertas divisiones raciales entre sus grupos, y que éstas los carac-
terizan y explican en gran parte las diferencias y las desigualdades que existen entre
ellos. Cada país tiene un modelo de racialización distinto que responde a su confor-
mación, su historia y su identidad, y que inicia a finales del siglo xviii y principios del
xix. Como podrás ver en el Cuadernillo 4. Mestizaje y racismo en México de esta serie,
en nuestro país la racialización giró en torno a la construcción de la identidad nacio-
nal como “mestiza”, producto de la mezcla de dos “razas”: la indígena y la española,
vista como blanca. De esta forma, se le asignó una categoría de carácter racial a cada
uno de los sectores de la población vistos como “no mestizos”: blancos, negros, ama-
rillos, indígenas y otros.
De la misma forma, cuando escuchamos hablar de racialización de la pobreza, ra-
cialización del crimen, racialización del espacio, entre otros muchos ejemplos, nos en-
contramos ante una explicación de diversos fenómenos sociales en términos raciales,
o a partir de las características supuestamente raciales de las poblaciones implicadas
en los mismos. Incluso si sabemos que la división racial de la humanidad no tiene un
fundamento biológico válido, al ser los grupos sociales concebidos y tratados de facto
como “razas”, se han creado desigualdades reales que son consecuencia del proceso
de racialización. Si a un grupo social se le ha categorizado como una “raza” y ésta se
considera inferior (por ejemplo, que tiende a la criminalidad, ignorancia, vagancia,
etc.), se le discriminará, restringiendo sus oportunidades y su acceso a derechos y
servicios, lo que finalmente creará profundas brechas de desigualdad con otros grupos
considerados racialmente superiores en la misma sociedad.
A continuación, presentamos algunos ejemplos de racialización:

• En México la población indígena ha sido históricamente racializada,


porque en el fondo se asumió por mucho tiempo que todas las personas
que pertenecen a cualquiera de los pueblos originarios del país son
biológica o esencialmente iguales. Esto contribuyó, y sigue contribuyendo,

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

a que se englobe a todas ellas en la misma categoría étnica, sin decir


explícitamente que también se le ve como una categoría racial. De este tipo
de categorización fueron derivadas muchas políticas públicas que buscaban
atender a la población “indígena” sin tomar en cuenta su diversidad cultural
y sus diferentes condiciones sociales.
• En Estados Unidos hay una violencia policiaca muy marcada hacia la po­
blación afrodescendiente porque este grupo ha sido fuertemente estig­ma­
tizado como pobre, violento y de raza claramente inferior. Recientemente,
el 25 de mayo de 2020, George Floyd fue detenido en la ciudad de Mineá­
polis como sospechoso de llevar consigo un billete falso y fue asfixiado hasta
la muerte por un oficial de policía. La institución policiaca de ese país es
conocida por el perfilamiento racial que hace de la población afrodescen­
diente, cosa que se traduce en un racismo “anti-negro”, manifestado
claramente en los altos índices de encarcelamiento y la asimetría de las
sentencias que esta población recibe en comparación con la población
considerada “blanca”. Este perfilamiento es una forma de racialización que
asume que cualquier persona de tez oscura es más proclive, por motivos
raciales, a cometer ­un delito.
• En los aeropuertos internacionales es mucho más frecuente que se proceda a
hacer revisiones exhaustivas a personas que, a discreción de las y los agentes
migratorios, parezcan musulmanas por su apariencia, su forma de vestir, el
idioma que hablan o su nacionalidad. Esto sucede porque se considera que
todas las personas musulmanas —concebidas como parte de la supuesta “raza
árabe”— representan una posible amenaza terrorista.

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

Racialismo

Alejandro Campos (2012) señala que el racialismo es uno de los principales resul-
tados de los procesos de racialización o, lo que es lo mismo, una muestra de su efi-
cacia en la producción de la realidad social. El racialismo implica el tratamiento de
las tipologías raciales como sentido común. Se materializa en la percepción de las
razas como evidentes y tangibles.
Este particular principio de dar significado y orden a la biodiversidad humana, a
través de categorías raciales a las que dota de objetividad, está en la base de:

a) Las ideologías y prácticas racistas. Partiendo de un racismo clásico


o cultural, este principio lleva a quienes lo postulan a actuar en
consecuencia, lo que se puede traducir, por ejemplo, en conformar
organizaciones neonazis o en proponer la aprobación de leyes que
normen la expulsión de ciertas personas inmigrantes.
b) Algunas corrientes actuales de la investigación académica, el activismo
político y el diseño de políticas públicas antirracistas. Éstas sugieren que:

• Ciertos sectores de la academia han criticado la tesis de que la raza


solamente es una construcción social. Argumentan que el concepto
raza se institucionalizó a tal punto que se tradujo en categorías
sociales reales que fueron naturalizadas, vistas como evidentes por
sí mismas y, por lo tanto, tendientes a permanecer. En consecuencia,
para esta corriente es indispensable pensar y explicar la realidad en
términos de diferencias raciales (Campos, 2012: 190).
• Una parte del activismo antirracista de algunos países que se ha
manifestado durante las últimas décadas. Éste ha defendido, en la
organización de su agenda política, que las razas deben ser vistas

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

como un principio de asociación y de creación de identidades; un


espacio de reconocimiento, identidad, asociación y emancipación
(Campos, 2012: 190-191).
• Una corriente internacional, con repercusiones regionales y
nacionales, de construcción de políticas públicas cuya intención es
revertir prácticas históricas de discriminación racial. Esta corriente
explica parte de la desigualdad en términos de categorías raciales
—afrodescendientes, eurodescendientes, asiáticos, indígenas,
etcétera— que compiten por recursos. Este modelo toma a las ra­
zas como indicadores para focalizar sus estrategias redistributivas
hacia las “razas” inferiorizadas (Campos, 2012: 191-192).

Colorismo

El colorismo —formado a partir de las palabras color y racismo— fue acuñado en


1983 por la escritora afroamericana y feminista Alice Walker. Por colorismo, Walker
quería hacer referencia al hecho de que, entre más oscura era la piel de una persona
negra, más sujeta a prejuicios estaba, y que entre más clara fuera su piel y más finos los
rasgos de su rostro, más apreciada y aceptada socialmente sería. Un ejemplo de ello
es que las y los esclavos negros en Estados Unidos podían ocupar distintas posiciones
dependiendo en parte de su tono de piel. Había una tendencia, entre las y los “due-
ños” de esclavos, a escoger a las personas de tez más clara para las labores domésticas.
Hoy en día, aunque con algunas variantes, esta tendencia sigue vigente en la sociedad
estadounidense, como se puede apreciar entre las y los presentadores de noticias de
muchos canales de televisión.
Podemos definir colorismo como los estereotipos, los prejuicios y las actitudes
discriminatorias en contra de las personas que se construyen o se ponen en práctica

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

basándose únicamente en su color o tono de piel. Es una de las formas en las que se
manifiesta el racismo y tiene sus particularidades.
El colorismo opera en dos niveles: uno tiene que ver con la existencia de razas
y con asociar el tono de la piel a una supuesta “raza” y el otro funciona dentro de lo
que se supone es una misma “raza”. En este sentido, las personas pertenecientes a la
misma “raza” que tienen la piel más clara y/o rasgos corporales asociados a la belleza
occidental, como la delgadez, la nariz fina y el cabello lacio, se verán beneficiadas con
mejores oportunidades laborales, educativas y salariales. Donde más se ha hablado
de colorismo ha sido en sociedades como la estadounidense o la brasileña, donde la
“raza” se considera una noción objetiva. En países como México, donde la población
no se identifica con una raza, también se puede ver una preferencia por un tono de
piel más claro, sin que éste sea asociado necesariamente a una identidad racial o a
categorías raciales.
En el marco de los países occidentales —en África, América, Europa y parte
de Asia— que suelen ser sociedades racistas que valoran los rasgos europeos como
los realmente bellos y deseables, podemos ver al colorismo como un sistema de
aceptación. Las cremas aclaradoras y los tratamientos para alaciar el cabello son
estrategias que mujeres y hombres se ven orillados a utilizar para no ser excluidos
de ciertos espacios sociales. Si analizamos el cine hollywoodense, podremos ver
cómo las mujeres afroamericanas que no tienen facciones finas y un tono de piel
claro suelen ocupar posiciones sociales poco reconocidas, mientras que las de tez
más clara y con rasgos afilados representan a personajes con posiciones más privi-
legiadas en la escala social. Esto no borra los estereotipos racistas que siempre han
rodeado a este grupo.
En las telenovelas y películas mexicanas sucede algo similar: los personajes exito­
sos son generalmente de tonos claros de piel, mientras que los delincuentes son more­
nos o de piel oscura. El colorismo en México no se da únicamente en los medios de
comunicación, sino que se presenta también en la vida cotidiana de las familias. Néstor

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

Braunstein, un psicoanalista argentino que lleva muchos años trabajando en México,


narra cómo sus pacientes, pertenecientes a la clase media de la Ciudad de Méxi-
co, mencionan recurrentemente el peso del tono de la piel en sus historias personales.
Cómo, por ejemplo, el ser morenos o de tez clara les ha dificultado o facilitado el acceso
a ciertos espacios e incluso a determinadas parejas. Una persona incluso le manifestó

Proyecto “Humanae” de Angelica Dass

Imagen 12. “Humanae” es un proyecto fotográfico antirracista de la artista Angelica Dass, en el que bus-
ca evidenciar que no existen dos tonos de piel iguales entre la gran diversidad de seres humanos, incluso
entre personas que se han considerado tradicionalmente como parte de la misma “raza”.

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

que seguiría en una relación que la lastimaba con tal de permanecer unida a una per-
sona güera, argumentando “nunca volveré a conseguir otra así” (Braunstein, 2001: 55).

Racismos en el mundo
En los apartados anteriores hemos aprendido qué es el racismo, cómo surge y cómo
ha operado y sigue operando. Lo hemos caracterizado como un sistema estructural
que produce y reproduce la desigualdad entre las personas, entre las sociedades y en-
tre las naciones, dando cobijo a múltiples injusticias.
En este apartado vamos a esbozar y caracterizar tres manifestaciones del ra-
cismo que hunden sus raíces en la intolerancia europea hacia los Otros. Decidimos
ocuparnos del antisemitismo, la islamofobia y la supremacía blanca. Mucha gente
piensa que los dos primeros no son formas de racismo sino de intolerancia religiosa.
Sin embargo, en la era moderna esto no se verifica como su lógica absoluta o cen-
tral, que es más bien racista. Además, en los últimos años hemos visto un reposi-
cionamiento de estos racismos a nivel global, tanto en los discursos políticos como
en las políticas que diversas naciones han implementado para concitar unidad en
tiempos de crisis.

El antisemitismo

La animadversión contra los y las judías tiene una muy antigua raíz en el viejo mun-
do. Un proceso puede ser ubicado como el punto central del inicio de la intolerancia
hacia este pueblo: el surgimiento del cristianismo. El nacimiento, auge y consolida-
ción del cristianismo fue clave en la segregación y persecución que este pueblo sufrió
en tiempos pre-modernos.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

El cristianismo fue un movimiento religioso perseguido por Roma en los prime-


ros dos siglos de existencia de este credo. Sin embargo, por procesos que no mencio­
naremos aquí, en el año 380 el emperador Teodosio estableció que la religión del
Imperio era exclusivamente la cristiana (Von Hellfeldt, 2009). Esta conversión deter-
minó que, en adelante, toda organización política, en la Europa dominada por Roma
(ya fuera en reinos, imperios o repúblicas), se identificara como cristiana. El imperio
romano cayó definitivamente en el siglo iv, y el cristianismo se extendió a confines
que no había alcanzado bajo el dominio de Roma. Para el año mil, casi toda Europa
era cristiana.
Alrededor del siglo i, los distintos territorios que hoy conocemos como Oriente
Medio (como los actuales Siria, Líbano, Jordania, Palestina e Israel) fueron conquis-
tados por Roma. Estos territorios tenían un valor estratégico para el imperio romano
y constituían una gran concentración poblacional, por lo que eran vitales desde el
punto de vista comercial. Además, en ellos vivían culturas y pueblos muy antiguos
que opusieron resistencia ante la anexión romana. En el año 66 de nuestra era hubo
una rebelión en la provincia romana de Judea que derivó en una tremenda represión
por parte de Roma. En el año 70, en esta campaña militar las fuerzas romanas des-
truyeron el templo de Jerusalén y varias de las fortalezas de la región. A esa represión,
que se conoce como la primera guerra judeo-romana, le siguieron dos episodios de
resistencia y conquista conocidos como la segunda (115–117 d. n. e.) y tercera guerra
judeo-romanas (132–136).
El imperio romano decidió, como represalia a las continuas resistencias, tensiones
y levantamientos, obligar a la población judía a dispersarse fuera de las provincias de Ju­-
dea y Galilea. Con ello, a partir del siglo ii, los hebreos perdieron un importante te­rri­­
torio propio y fueron obligados a vivir en situación de diáspora, que significa “disper­
sión de grupos humanos que abandonan su lugar de origen” (Diccionario rae). A
partir de entonces, el pueblo judío se fue asentando en territorios lejanos. Primero la
península ibérica, Egipto y algunas zonas de Medio Oriente, y más adelante los terri­

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

torios que hoy conforman la Gran Bretaña, Italia, Portugal, Holanda y Europa cen-
tral y oriental, siempre conservando una memoria colectiva y un apego a su identidad.
A partir del siglo iii, entre las múltiples doctrinas y versiones que fueron avaladas
en concilios y edictos papales empezó a circular la idea de que el pueblo judío en su
conjunto había sido el culpable de la muerte de Jesucristo. Esta idea era histórica-
mente falsa pues fue el imperio romano asentado en Judea quien decidió crucificar
al profeta judío Jesús. Sin embargo, tuvo tal fuerza que marcó el señalamiento, hasta
hoy vigente, del pueblo judío como un pueblo deicida (es decir, asesino del hijo de
Dios padre) y predominó durante buena parte de la Edad Media, distribuyéndose en
distintos países y reinos. Esta convicción estuvo en el corazón de lo que se conoce
como antijudaísmo o judeofobia: el odio religioso pre-moderno al pueblo judío. Así,
en el mundo cristiano las comunidades judías fueron portadoras forzadas de ese es-
tigma deicida. Las consecuencias de ello fueron la fuerte intolerancia y la frecuente
violencia hacia ellas, siempre sospechosas de una tan profunda maldad inherente, que
no sólo no fueron capaces de reconocer en Jesús al hijo de Dios, al Mesías, sino que lo
asesinaron, lo cual los convertía, a los ojos cristianos, en la encarnación de Satanás.
Otra de las consecuencias fue el aislamiento en barrios o pueblos especiales en los que
vivió por siglos la población judía; un aislamiento impuesto desde afuera o decidido
desde dentro como mecanismo de protección.
Por siglos la aversión hacia las poblaciones judías dispersas se mantuvo. En este
cuadernillo hemos detallado cómo el naciente Reino de Castilla y Aragón expulsó
al pueblo judío de España en 1492. Lo interesante aquí es que la violencia hacia las
y los judíos tenía distintas motivaciones y la “raza” no fue una de ellas hasta que se
configuró el racismo científico. Ya en el siglo xix, y con el auge del racismo científico,
se repensó al pueblo judío como una “raza”: la semita. Recordemos que la idea de
“raza” transitó de lo cultural a lo biológico en esta época y ello permitió establecer
que las distinciones entre las supuestas “razas” eran insalvables, además de alertar
del riesgo de la “mezcla racial” como un acto degenerativo. Este cambio supuso una

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

actualización de la histórica aversión hacia los y las judías e implicó el paso de la


aversión por cuestiones etnocéntricas hacia la aversión e inferiorización racista. De
esta forma, el antisemitismo es una expresión moderna del antiguo antijudaísmo
( Jerade, 2018). 
La revolución francesa permitió la “emancipación” de las y los judíos y su partici-
pación en procesos políticos. Durante el periodo revolucionario se reconocieron y con-
cedieron derechos civiles y políticos a los judíos y las judías que vivían en esta nación,
a los que se empezó a considerar ciudadanos en igualdad de derechos (Hobsbawm,
2013). Sin embargo, esto no fue suficiente para revertir siglos de animadversión, y a
nivel popular el pueblo judío siguió siendo visto con desconfianza y con sospecha.
Hacia finales del siglo xix, el antisemitismo estuvo presente en dos situaciones
que demostraron lo arraigado que estaba, no sólo entre las clases populares sino tam-
bién en las clases dominantes de Francia y Rusia.
La primera de estas situaciones fue el conocido Caso Dreyfus, en el que se acusó
falsamente a un militar francés judío de pasar clandestinamente información al ene-
migo alemán. Una vez más surgía la duda sobre la lealtad que este pueblo (imaginado
como un conjunto homogéneo) tenía hacia las naciones donde vivía. En un juicio su-
mario, se encontró culpable a Dreyfus, por lo que se le degradó y aprisionó. Sólo con
la presión de intelectuales como Émile Zola en la prensa parisina fue que el antisemi-
tismo fue expuesto no sólo en este caso particular, sino como un fenómeno racista in-
crustado en la sociedad y en las instituciones del Estado. Dreyfus fue absuelto porque
se descubrió que el verdadero espía era un capitán francés no judío. Este caso muestra
el profundo sentimiento antisemita que ha acompañado a la modernidad europea.
El otro evento es un poco más complejo, pero muestra cómo la difamación del
pueblo judío y la circulación de rumores y falsedades sobre éste han sido hasta hoy
utilizadas para transmitir creencias que incitan a la violencia y al racismo hacia
quienes lo conforman. En 1898, el servicio secreto ruso solicitó a Golovinski, un

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

Degradación de Alfred Dreyfus e­ scritor de propaganda zarista,14 que hi-


ciera un folleto que afirmara que existía
una conspiración judía secreta para do-
minar al mundo. Este panfleto lleva por
título Los protocolos de los sabios de Sion.
En él se aseguraba que esta supuesta
conspiración, encabezada por los viejos
dirigentes de ese pueblo, tenía como ob-
jetivo proteger y expandir los intereses
del pueblo judío, pasando por encima de
los intereses de cada Estado-nación. Lo
que cuenta este panfleto fue desmentido
a partir de los años veinte del siglo xx
como un falso documento, construido
Imagen 13. Pintura de Henri Meyer sobre la de-
gradación de Alfred Dreyfus en París en 1894. para influir en el zar ruso en contra de
un tipo de modernización política, eco-
nómica y social que pondría en riesgo al zarismo15 al permitir el desarrollo de toda
la agenda republicana de separación de poderes y de instauración de derechos civiles
y políticos, al estilo francés (Eisner, 2005). Este panfleto colocaba a las y los judíos
a la cabeza de esta supuesta conspiración porque en Europa y Rusia, en ese mo-
mento, solía acusarse a las personas judías de controlar las dos ramas más peligrosas
de una transformación moderna incompatible con la Rusia zarista: el comunismo

14
Golovinski plagió el panfleto Un diálogo en el infierno entre Montesquieu y Maquiavelo que el escritor
francés Maurice Joly había hecho para denunciar a Napoleón iii en la década de 1860 (Eisner, 2005).
Golovinski adaptó el libelo que originalmente hacia una crítica al autoritarismo imperial de “Napoleón
el chico”.
15
El panfleto de Golovinski fue reimpreso en diversas lenguas y para 1920 algunos periódicos como
el London Times investigaron su veracidad, concluyendo que carecía de ella y que la única función del
panfleto había sido la difamación y la construcción del pueblo judío como una amenaza (Eisner, 2005).

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

y el capitalismo financiero. Este folleto fue incluido por el empresario antisemita


estadounidense Henry Ford en un libro que él editó llamado El judío internacional,
que se distribuyó en muchos países. De esta manera, lo afirmado en Los protocolos
de los sabios de Sion encontró tierra fértil en muchas sociedades donde el imaginario
antisemita estaba presente, por lo que mucha gente halló en ello la evidencia y la
confirmación de que el pueblo judío realmente quería controlar al mundo y tenía
todo el poder para hacerlo. Los estereotipos que este libro generó y fundamentó
alimentaron aún más los prejuicios, acrecentando el miedo, el rechazo y la violencia
antijudía de carácter racista.
Como ya dijimos líneas arriba, los estereotipos ancestrales de riqueza, avaricia,
endogamia y deslealtad con los que se caracterizaba al pueblo judío fueron con-
vertidos por el racismo científico o clásico en rasgos supuestamente biológicos de
toda esta población. Para los recalcitrantes nacionalismos de inicios del siglo xx, el
pueblo judío era visto como una doble amenaza: por un lado, de carácter biológico
o de degeneración del cuerpo nacional y, por el otro, de degeneración cultural y
económica, armada de un supuesto programa de infiltración en las altas esferas del
poder global.
Con este contexto en mente, podemos comprender cómo fue que el nacionalso-
cialismo construyó al pueblo judío como un enemigo “interno” de la Alemania nazi,
pues, por un lado, se montó en las ideas de la ciencia racial y, por el otro, revitalizó los
prejuicios y estereotipos históricos que ha padecido esta población. El Holocausto
fue una de las mayores tragedias y atrocidades de la humanidad.
El antisemitismo ha seguido vigente y está extendido en el mundo hasta nuestros
días. Tras la derrota de la Alemania nazi y la difusión de los horrores del Holocaus-
to, el antisemitismo religioso y racializado tuvo un repliegue. Sin embargo, el anti­
semitismo actual sigue sosteniendo la creencia de que el pueblo judío controla los
hilos del poder global. Actualmente, algunas izquierdas coinciden con las tesis
­
derechistas del antisemitismo moderno que caracterizan a los grupos judíos como

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

inmensamente poderosos (Postone, 2006: 99). Esta postura ha contribuido a que el


antisemitismo moderno sea adoptado por movimientos globalifóbicos que gozan de
gran legitimidad entre la izquierda. Cuando éstos la adoptan, contribuyen paradóji-
camente a colocar a todas y todos los judíos en un lugar de vulnerabilidad, fabricado
de ese material que hace que se les generalice como sólo y esencialmente personas
poderosas y victimarias imperialistas.
El estado de Israel nació en 1948 tras una decisión mayoritaria en la onu de
que el pueblo judío, tan perseguido por siglos y víctima del cruento genocidio nazi,
tuviera un Estado-nación propio. Esta decisión fue inicialmente impulsada por el
“movimiento sionista”, nacido en Europa central a fines del siglo xix. Sionismo es
sinónimo de creer que el pueblo judío tiene derecho a un Estado-nación propio e in-
dependiente y de luchar por ello. Tras la búsqueda en varios lugares del mundo —por
ejemplo, la Unión Soviética y Argentina— de un territorio apto para que este nuevo
país se asentara, la decisión fue que lo hiciera, como lo pedía el movimiento sionista,
en la antigua Judea. En este territorio habitaba un número importante de pobla-
ción árabe (1 400 000) y de población judía (500 000), que había estado inmigrando
desde Europa central y oriental desde fines del siglo xix, debido al fuerte antisemi­
tismo que ahí reinaba. Este territorio estuvo controlado por el imperio otomano des-
de principios del siglo xvi hasta el final de la Primera Guerra Mundial (1918). A
partir de entonces, pasó a formar parte del imperio británico, bajo el nombre de Man-
dato británico de Palestina, que fue oficialmente creado en 1922. El 29 de noviembre
de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas discutió el llamado Plan de
Partición de esas tierras y adoptó al respecto la Resolución 181,16 recomendando el
establecimiento de dos Estados —uno árabe y uno judío— en el área que el Mandato
de Palestina ocupaba. Al Estado judío se le dio el nombre de Israel y al Estado árabe
el de Palestina.

16
Esta resolución contó con 33 votos a favor, 13 en contra y 10 abstenciones.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

El Plan de Partición entre Israel y Palestina fue construido en forma relativa-


mente equitativa en términos de asignación de territorio y de derechos, tomando
en cuenta el tamaño de la población que habría de vivir en cada lado. Hay que
considerar que en octubre de 1922, los británicos elaboraron el primer censo de
la región, que arrojó que había población musulmana, cristiana, judía, drusa y
de otras religiones.17 Para 1931 se hizo un segundo censo.18 Ya no hubo más cen-
sos, pero las estadísticas se conservaron mediante el registro de los nacimientos, las
defunciones y la inmigración. En  1945, un estudio demográfico mostraba que la
población era ya de 1 764 520 habitantes, comprendiendo 1 061 270 (60.14%) de
musulmanes, 553 600 (31.37%) de judíos, 135 550 (7.68%) de cristianos y 14 100
(0.79%) de otras religiones.
A Israel se le asignó el 55% del territorio (14 100 km²), con una población de
500 000 judíos y 750 000 palestinos. Al Estado palestino se le asignó el 44%
de dicho territorio, en el que vivían 650 000 palestinos —musulmanes y cristianos—
y 10 000 judíos. E​ l 1% del anterior Mandato británico le fue asignado a Jerusalén y
su área circundante (700 km²), que vivirían bajo el control de la onu. Esto debido
a que Jerusalén es una importante ciudad santa para el mundo cristiano, judío y
musulmán.
El 15 de mayo de 1948, el Primer Ministro de Israel, David Ben-Gurión declaró
la existencia de Israel. En su primera declaración garantizó los derechos civiles para
todos los habitantes de su territorio, fueran ellos árabes o judíos. «Llamamos a los
árabes que viven en el Estado de Israel para que preserven la paz y participen en la

17
757 182 habitantes, de los que 78.03% eran musulmanes sunitas; 0.02% eran musulmanes chiitas;
11.06% eran judíos; 9.64% eran cristianos; 0.92% eran drusos, y el restante 0.29% eran samaritanos, ba-
haríes, hindúes y sijs. La presencia de estos dos últimos grupos religiosos estaba relacionada con la propia
presencia del ejército británico en la zona. Ver <https://archive.org/stream/PalestineCensus1922/Palesti-
ne%20Census%20%281922%29#page/n7/mode/2up>.
18
En 1931 la población había aumentado a 1 035 821 habitantes, de los cuales el 73.63% eran mu-
sulmanes, 16.85% judíos, 8.82% cristianos y el resto drusos, baharíes, samaritanos y sin religión.

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

Mapa de Oriente Medio

Imagen 14. Este mapa muestra la localización de Israel en Medio Oriente.

construcción del Estado, siendo reconocidos como ciudadanos de pleno derecho, con
opción a ser representados en todas las instituciones provisionales y permanentes».19
Sin embargo, la creación de este Estado desató la guerra. A partir de entonces surgió
en la región un agudo conflicto entre Israel y Palestina, entre Israel y varios países
árabes vecinos, así como entre el pueblo palestino y algunos de estos países árabes.
Estos conflictos no han sido solucionados, sino que se han ido profundizando y com-
plejizando en forma creciente. A partir de 1948 ha habido varias guerras entre Israel
y alguno o varios de estos países. Cada una de ellas tuvo sus particularidades, pero es
posible decir que dos de sus causas centrales fueron que estos países no querían ver
instalarse en la región un Estado judío y que el territorio asignado por la partición
para el pueblo palestino se volvió botín de guerra para todas las partes.

19
Algunos otros políticos judíos declararon que querían que a la larga Israel fuera tan judío como
Inglaterra era inglesa.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

El 16 de mayo de 1948, un día después de la creación del Estado de Israel, cinco


países árabes le declararon la guerra. Tras esa guerra, que trastocó las intenciones pa-
cificadoras del Plan de Partición, Israel, Egipto y Jordania invadieron gran parte del
territorio asignado a Palestina. Durante esta guerra, que se prolongó por varios meses
y que Israel ganó, cuatro quintas partes de la población palestina que vivía del lado
israelí huyó o fue expulsada. Este éxodo se conoce como la Nakba, cuya traducción
es “catástrofe” o “desastre”. De forma paralela, las comunidades judías que habitaban
desde hacía siglos en los países árabes (cerca de medio millón de personas), incluyen-
do los de África del Norte, se vieron obligadas a emigrar hacia Israel o hacia Europa
o los Estados Unidos.
En 1967, tras años de conflictos, Egipto le declaró la guerra a Israel. Esta guerra
se conoce como “la guerra de los seis días”. Tras su inesperado y contundente triunfo,
Israel invadió la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén —que habían sido ocupa-
dos por Egipto y Jordania años atrás—, además de la península egipcia del Sinaí y
­los Altos del Golán que le pertenecían a Siria. Todos estos territorios —salvo la pe-
nínsula del Sinaí que fue devuelta a Egipto en 1979— siguen ocupados militarmente
por Israel hasta la fecha. Los palestinos y sus descendientes que no emigraron de sus
territorios en 1948 (alrededor de 150 000) viven en Israel y tienen la nacionalidad
israelí. A partir del término de la guerra de 1967 Gaza y Cisjordania son conocidos
como “los territorios ocupados”. Tanto en esos territorios como entre los miles de
palestinos que vivían en Jordania se formó la Organización para la Liberación
de Palestina (olp), cuyo líder fue Yasser Arafat.
En septiembre de 1993 Yitzhak Rabin, el Primer Ministro socialdemócrata
israelí, y Yasser Arafat lograron concretar la firma de los Acuerdos de Oslo, que
implicaban el reconocimiento del Estado de Israel por parte del liderazgo palesti-
no y el reconocimiento de la olp por parte de Israel. Sin embargo, en 1995 Rabin
fue asesinado por un ultraderechista israelí, enemigo de la paz. Si bien hasta ese
momento las corrientes de centro y de centroizquierda habían gobernado en forma

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

mayoritaria Israel, a partir de 1995 la derecha y la extrema derecha, apoyadas sobre


todo por los sectores más conservadores de los Estados Unidos, lo han gobernado.
A lo largo de este mismo periodo, el extremismo islámico de Hamás en Gaza y de
Hezbollah en Líbano también se ha agudizado, apoyado por los regímenes de Irán
y Siria. Y ya en el siglo xxi surgieron grupos extremistas islámicos como Al Qaeda
e Isis.

Mapa del proceso de ocupación de territorios palestinos por el Estado de Israel

Imagen 15. Proceso de ocupación de los territorios palestinos tras siete décadas de conficto con Israel.

En este contexto, las derechas israelíes que han estado en el poder durante las
últimas dos décadas han ido desarrollando políticas represivas y racistas en contra
de la población palestina de los territorios ocupados. Éstas incurren, por ejemplo, en
juzgar a las palestinas y los palestinos de los territorios ocupados a través de una ley
militar, mientras que a las colonas y los colonos judíos que viven en ellos se les juzga

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

por la ley civil israelí. Por otra parte, bajo la protección del gobierno y del ejército
de Israel, los asentamientos judíos en Cisjordania están creciendo y acaparando, a
través de la compraventa, las tierras palestinas.
Como ya dijimos, el sionismo, como fue concebido en sus orígenes en los siglos
xix y xx, es la defensa del derecho del pueblo judío a tener un Estado-nación propio.
Sin embargo, dentro del sionismo existen hoy varias tendencias políticas, tanto de
izquierda como de centro y de derecha o de extrema derecha. Si bien hay un acuerdo
entre todas estas corrientes del sionismo en cuanto a que el estado de Israel debe
existir en su región histórica, hay múltiples diferencias entre ellas que las enfrentan.
Por ejemplo, los gobiernos israelíes más conservadores no han sido respaldados por
el conjunto de la población judía de Israel ni de la que vive en otros países. Aquella
que sí los ha apoyado es cuestionada y combatida día a día por grandes sectores de
judías y judíos en Israel y alrededor del mundo.
Gran parte de las diferencias entre las distintas corrientes tiene que ver con la
política a seguir con respecto al territorio y al pueblo palestino. Por ejemplo, mientras
hoy las derechas en el poder pretenden poblar la casi totalidad de Cisjordania con
colonos judíos, las izquierdas exigen que Israel devuelva al pueblo palestino los terri-
torios que se anexó tras la guerra de los seis días y que se garantice por fin la existencia
de dos Estados-nación en igualdad.
Así como existen varios sionismos, hay también varios tipos de “antisionismo”.
Dentro de estos últimos, existen varias corrientes. Una de ellas es la más extremista,
ya que pelea porque el Estado de Israel deje de existir, que sea literalmente borrado
del mapa. Esta postura está representada sobre todo por el gobierno iraní, el gobierno
sirio, Hamás desde Gaza y Hezbollah desde el Líbano. Otra de ellas, que representa
a la mayoría de los antisionistas, considera que el sionismo es “la justificación ideo-
lógica de la agresión imperialista del Estado de Israel contra los palestinos y de la
limpieza étnica que se practica en Gaza y Cisjordania” (Martínez, 2014). Esta forma
de ver al sionismo no es imparcial, ya que: a) no considera que el propósito original

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

del sionismo fue darle un hogar nacional a un pueblo que llevaba varios siglos de ser
perseguido en diversas partes del mundo y b) no da cuenta de los debates y conflictos
existentes entre aquellos que defienden la existencia del Estado de Israel.
Una parte de esta corriente antisionista procede de la misma forma que la intole-
rancia religiosa judeófoba medieval y el antisemitismo moderno, que han construido
al pueblo judío como si fuera homogéneo y como si estuviera caracterizado por rasgos
negativos: ser deicida o hijo de Satanás, ser de una raza que había que eliminar porque
representaba la degeneración de la humanidad, controlar el poder financiero y polí-
tico del mundo, ser desleal a los intereses de los países que le dieron ciudadanía, etc.
¿Qué ocurre cuando una crítica que se autonombra antisionista y que pretende ser de
naturaleza política es en realidad racista? ¿Cómo discernir entre una justificada crítica
política al agresivo colonialismo creciente de los gobiernos israelíes en el poder y una
crítica antisemita a Israel o al pueblo judío? Cuando el antisionismo procede bajo la
misma lógica generalizadora que el antisemitismo —ver a la totalidad del pueblo ju-
dío como aliado incondicional del colonialismo israelí, como una unidad sin matices,
dotada de una sola forma, una sola ideología y una sola postura política (Butler, 2003:
19-21)— cae en el terreno del racismo. No ve que el pueblo judío no se define ni por
Israel o por el sionismo, ni por el antisemitismo, sino que va más allá de ellos, y debe
ser visto como una compleja identidad histórica y culturalmente cambiante.
Hoy en día, muchos antisemitas esconden su racismo antijudío tras un discurso
antisionista que en apariencia no es racista porque es sólo político y básicamente de-
fensor de los derechos de los palestinos. Esta postura es tan errónea y racista como lo
es la de quienes ven antisemitismo en cualquier crítica que se le haga a Israel, aunque
ésta no sea antisemita.
Así, si bien los propósitos del sionismo de derecha y los del antisionismo anti-
semita son aparentemente opuestos, son igualmente insostenibles. Ambos abonan a
excluir, discriminar y violentar, obstaculizando las soluciones y prolongando el sufri-
miento del pueblo palestino, así como el riesgo de que muchos judíos en el mundo

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

sean víctimas de discursos y prácticas antisemitas. Hoy, en pleno siglo xxi, hemos
visto el resurgimiento del racismo antisemita en distintas latitudes. Éste ha ido desde
la reimpresión de Los protocolos de los sabios de Sión, pasando por la profanación
de cementerios judíos con esvásticas y lemas antisemitas,20 hasta la violencia terrorista
en sinagogas y otros lugares (Levin, 2019).

La islamofobia: la sombra del terrorismo

La islamofobia es un concepto de configuración reciente. Si bien los fenómenos agru-


pados bajo ese término son mucho más antiguos, ésta tiene sus raíces en una larga
tradición europea de ver y percibir al islam y todo lo relacionado con esta religión
como un enemigo cultural y religioso (Bravo, 2010). La islamofobia asigna a la perso-
na que es leída o vista como musulmana, lo sea o no, diversos estereotipos y prejuicios
que no se corresponden con la amplia y diversa realidad del islam en el mundo, ni con
la cultura de los muy diversos pueblos que practican esta religión a lo largo y ancho
del orbe. Crea así una visión simplista y reduccionista de la diversidad de los pueblos
y las culturas que practican el islam.
De acuerdo con datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (acnur, 2017), más de mil ochocientos millones de personas se iden-
tifican con esta religión, que abarca diversos pueblos como el árabe,21 el magrebí, el
egipcio, el indonesio, entre otros. Las personas musulmanas que viven en estos países

20
La esvástica es la cruz gamada que los nazis utilizaron como su emblema. Si bien es un símbolo
muy antiguo que se ha presentado en diversas culturas, su apropiación por los nazis la ha convertido en
un símbolo del racismo.
21
Corresponde aquí explicar algunos términos que suelen confundirse: 1) La religión es el islam. 2) A
quienes practican el islam se les llama musulmanes. La palabra mahometanos es errónea. 3) El árabe es un
grupo humano que proviene de la península arábiga, y también es una lengua. Es decir, puede haber árabes

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

tienen culturas, lenguas y tradiciones distintas. Además, los regímenes políticos que
gobiernan estos Estados-nación van desde dinastías casi absolutas como la de Ara-
bia Saudita hasta repúblicas laicas como la turca o la indonesia. Si bien en muchos
de los países con población mayoritariamente islámica las mujeres carecen hoy en
día de muchos de los derechos consagrados en el sistema internacional de derechos
humanos, en otros —como Pakistán— hay mujeres que han llegado a ser jefas de Es-
tado. Es cierto que existen grupos musulmanes fundamentalistas religiosos que han
emprendido, a través de la violencia terrorista, una guerra santa —el yihad—22 contra
Occidente y contra los musulmanes que no piensan como ellos, y que su propósito
es imponer la ley sharia.23 Sin embargo, estos grupos no representan ni religiosa ni
políticamente a las grandes mayorías islámicas.
Como se puede ver, el mundo del islam es sumamente complejo. Sin embar-
go, la islamofobia omite esta complejidad y está cargada de estereotipos y prejuicios
que encasillan a los y las practicantes del islam como terroristas en potencia y como
irremediablemente misóginos. Por eso insistimos de nuevo en que estas ideas son
reduccionistas y omiten intencionalmente la enorme diversidad de personas, pueblos,

c
ristianos, ateos y de otras denominaciones religiosas. 4) El islamismo es una opción política que busca in-
cidir en la toma de decisiones a partir de los mandatos propios de la religión. Algo así como la democracia
cristiana en los países occidentales. Sin embargo, los estereotipos y los prejuicios racistas han simplificado
y reducido toda esta complejidad, construyendo a esta población como un todo homogéneo y enemigo del
occidente cristiano (De Prado, 2018).
22
Yihad es un término árabe que significa “guerra santa”. Aunque en los últimos decenios se le vin-
cula directamente al fundamentalismo religioso y al terrorismo, su origen filosófico y religioso alude a “la
lucha interior por ser mejor”. Es decir, es un ejercicio interno por ser más merecedor de la gracia de Dios
(De Prado, 2018).
23
La ley sharia es un cuerpo legal sancionado bajo criterios propios de la religión musulmana. Sin
embargo, no es una ley homogénea ni una que se aplique en todos los países donde se profesa la fe mu-
sulmana. Los discursos racistas de Occidente utilizan la sharia como un sinónimo de imposición cultural
total. Argumentan que un objetivo del islam es imponer esta ley de manera estricta y así coartar las liber-
tades civiles de los países occidentales, incluyendo la intolerancia religiosa, la sumisión de las mujeres y
la pena de muerte. Lo que se busca con estos argumentos sesgados es promover el prejuicio islamófobo.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

Una manifestación de islamofobia culturas, escuelas religiosas y pro-


gramas polí­ticos que se identifi-
can realmente con el islam.
En el siglo xxi la islamofo-
bia ha tenido un auge inusitado,
muy distinto a la vieja tensión en-
tre el cristianismo y el islam de-
sarrollada desde la Edad Media.
Muchos medios de comunicación
sesgan los reportajes informativos
que hacen sobre el islam, y mu-
chas películas y series de ficción
Imagen 16. Protestas contra la llegada de refugiados del  construyen a sus personajes mu-
mundo islámico en República Checa, 2015.
sulmanes como peligrosos. Así, la
reproducción de los estereotipos y prejuicios racistas islamófobos se potencia, dada
la globalización mediática.
En Europa ya sonaban las alarmas de que este fenómeno iba en aumento desde
los años ochenta, cuando, en plena Guerra Fría, el Medio Oriente era un tablero más
en el juego por la hegemonía de uno u otro bloque. Sin embargo, el ataque de Al Qae-
da del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos fue el evento que galvanizó a la
islamofobia a nivel mundial. Aunado a la narrativa de la guerra contra el terrorismo,
el auge de las telecomunicaciones y las famosas tic (tecnologías de la información
y de la comunicación) han permitido y fomentado una circulación de estereotipos y
prejuicios racistas en contra del islam y de las y los musulmanes y árabes.
Esto ha sentado las bases para que, a nivel inconsciente, la gente identifique al
islam como una amenaza. Y si, además del mundo del cine, consideramos las com-
plejidades de la geopolítica, veremos que estas representaciones han incidido en hacer
aceptable una construcción del islam, de las y los musulmanes y de las y los árabes

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

como una amenaza que se cierne sobre los modos de vida occidentales. En algunos
países europeos se han organizado agrupaciones como Patriotas Europeos contra la
Islamización de Occidente (pegida, por sus siglas en alemán), que se levantan en
contra de una supuesta “islamización de Europa”. Actualmente el capítulo alemán de
dicha organización es el más nutrido del continente. Pero lo importante aquí es seña-
lar que la islamofobia funciona a partir de construir al islam y todo lo relacionado con
éste no sólo de manera reducida y homogénea, sino sobre todo como una amenaza
para nuestra seguridad y nuestro estilo de vida.
Considerando lo hasta aquí expuesto, es posible identificar a la islamofobia como
un racismo cultural o de la diferencia, ya que ésta no se basa en la argumentación
biologicista del racismo clásico. Es decir, para la mente islamófoba el rechazo al islam
(y por extensión a las y los árabes) no es sólo un tema religioso. La cuestión reside en
que se ha construido a las personas musulmanas como tan radicalmente diferentes a
las occidentales que no sólo se considera que son incompatibles con ellas y sus socie-
dades, sino que son también una amenaza para ambas.

La supremacía blanca en Estados Unidos

El supremacismo blanco es una ideología racista. Como todos los racismos, varía de
acuerdo con los contextos nacionales, pero en general esta creencia promueve la idea
de que sólo la “raza blanca” puede ser la autoridad política, económica, social y cultu-
ral que debe predominar, incluso por la fuerza, sobre aquellos “elementos no blancos”
que existan en el seno de las sociedades. Cohen y Blanco (2017) establecen cuatro
ideas centrales de la supremacía blanca:

• Los blancos deben dominar a las otras “razas”.


• Los blancos deben vivir sólo en sociedades de blancos.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

• La cultura de los blancos es esencialmente superior al resto de las culturas.


• Los blancos son genéticamente superiores a cualquier otro grupo humano.

Protestas racistas en Estados Unidos, 1959

Imagen 17. Manifestación en contra de la integración racial en la ciudad de Little Rock, Estados Uni-
dos, en 1959.

A partir de lo anterior, podemos entender al supremacismo blanco como una


postura cultural, ideológica y política que se construye para mantener y ampliar los
privilegios de la “raza blanca” y perpetuar las desigualdades entre ellos y las “otras ra-
zas”. Los movimientos supremacistas blancos creen que la lucha de diversas minorías
e identidades por sus derechos y por obtener justicia supone una amenaza al modo

| 72 |
¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

de vida de la “raza” y la “cultura blanca”. Es más, llegan a argumentar que ahora son
ellas y ellos, “los blancos”, quienes son objeto de persecución, proscripción y violencia.
Incluso han fabricado una “teoría de la suplantación”, en la que exponen la puesta
en marcha de un supuesto proceso de genocidio (sic) de las poblaciones blancas, las
cuales serán sustituidas por el empuje de la inmigración de personas no blancas en
sus comunidades.
Esta ideología sostiene que ahora existe un “racismo a la inversa”, en el que las
sociedades blancas son las víctimas. Sin embargo, resulta importante aclarar que
el racismo a la inversa no existe, porque para que exista racismo es condición nece-
saria que quienes lo ejerzan estén en posiciones estructurales de poder, a partir de las
cuales puedan fijar las identidades de los Otros y determinar y organizar las acciones
en su contra.
Si bien el racismo no es exclusivo de la derecha política (Geulen, 2009), sí hay
una mayor prevalencia del supremacismo blanco entre los conservadurismos y de-
rechismos. En las sociedades que fueron construidas históricamente como blancas,
suelen ser grupos de la extrema derecha los que se vinculan con posturas radicales
antiinmigración y de ensalzamiento de sus identidades nacionales basadas en la su-
puesta jerarquía entre las “razas humanas”.
En los últimos años, Estados Unidos ha sido uno de los países que más ha vis-
to la multiplicación de grupos organizados de supremacismo blanco (splc, 2019).
Durante el gobierno demócrata de Barack Obama (2009–2017), distintas personas
de ámbitos rurales y urbanos que se identifican como de “raza blanca” fomentaron
la creencia de que existía una gran conspiración dirigida desde el Ejecutivo para
“arrebatarles sus derechos”. Acusaban también al presidente Obama de no ser esta-
dounidense sino musulmán y de tener tendencias comunistas. Distintas milicias se
han organizado desde entonces a través del internet, creando su propio ecosistema,
contenidos noticiosos no corroborados e incluso sesgados y falseados.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

El surgimiento del Tea Party,24 un ala de derecha radical en el Partido Republi-


cano marcó el inicio de una inclusión cada vez más constante de narrativas cons­
pirativas y noticias sesgadas en el debate público estadounidense. A partir de algunas
­personalidades de este segmento político se establecieron redes de comunicación
entre el Partido Republicano y otras agrupaciones de extrema derecha, disper­­sas en
todo el territorio estadounidense y con agendas segregacionistas y abiertamente
­racistas. Lemas como el de Sarah Palin “Don’t Retreat, Reload ” (No retrocedan, recar-
guen) hacían alusión a la organización de milicias armadas que, como dijimos, desde
entonces han ido al alza.
En 2016, la elección presidencial en Estados Unidos confirmó un corrimiento
hacia la extrema derecha en aquel país. El régimen de Donald Trump (2017–2021)
agudizó dramáticamente los discursos y las políticas xenófobas y racistas. Hagamos
un breve repaso de las políticas y prácticas racistas que enarboló y puso en marcha
ese gobierno:

a) Estigmatizó, desde su campaña para la candidatura del Partido


Republicano, a la migración mexicana en particular y latinoamericana
en general, además de prometer un infranqueable muro en su frontera
sur, que habría de ser pagado en su totalidad por México.
b) Prohibió, ya en el gobierno, el ingreso a los Estados Unidos a las y los
ciudadanos de siete países de mayoría musulmana, por considerarlos una
amenaza terrorista. Esto fue totalmente arbitrario, puesto que no había

24
Taxed Enough Already o “Basta de más impuestos”. El uso de ese acrónimo es simbólico, refiere
a los inicios del movimiento independentista estadounidense, en particular al evento del Motín del té
(Boston Tea Party), ocurrido en 1773 en Boston cuando unos colonos vestidos como indígenas protes-
taron lanzando al mar todo un cargamento de té dirigido a Inglaterra. Protestaban contra la imposición
de la Ley del té que gravaba la importación de este producto. Hay un juego de palabras en el movimiento
surgido en 2008, pues refiere al evento del siglo xviii y lo incorpora como lema político.

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

evidencia de grupos terroristas activos en Estados Unidos provenientes


de esos países. En cambio, sí había conflictos sociales que, en algunos de
ellos, provocaron una emigración masiva.
c) Impuso políticas de deportación con métodos cada vez más amenazan­
tes, arbitrarios y violentos hacia las personas indocumentadas de Mé­
xico y Centroamérica. Ha tratado de forma cada vez más violenta a ­
las personas solicitantes de asilo y refugio, entre las cuales se cuentan
miles de familias separadas, así como niñas, niños y adolescentes
menores no acompañados, a quienes se ha aislado en campos de detención,
en condiciones que ponen en riesgo su salud física y mental.
d) Se negó reiteradamente a condenar a las organizaciones supremacistas
blancas, que bajo su régimen han pasado más allá de lo que la pri­mera
enmienda de la Constitución de los Estados Unidos les permitía,
en términos de libertad de expresión. En años recientes pasaron
frecuentemente a la acción violenta contra minorías “raciales”, cosa
que el gobierno no castigó sino incluso promovió. En 2020, en el
contexto del primer debate entre los dos candidatos a la presidencia
del país, Trump volvió a negarse a condenar a estas milicias, y en
cambio les mandó el mensaje “Stand back, and stand by” (“Tranquilas
pero firmes”).

Si bien se dice que Trump es más el síntoma que la enfermedad, el apoyo que tuvo
y las organizaciones que surgieron y se consolidaron bajo su mandato han mostrado
hasta qué punto el racismo supremacista blanco estadounidense es, en esa sociedad,
un fenómeno importante, peligroso y arraigado. La elección de 2020 en Estados
Unidos convocó a una cifra récord de votantes, porque la ciudadanía de este país se
posicionó claramente ya sea a favor o en contra de Trump y de lo que él representa.
Ambos candidatos recibieron más votos que nunca. A pesar de la clara victoria de Joe

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

Biden, Trump no sólo recibió más votos populares que en 2016, sino que estos votos
representaron poco menos de la mitad de las y los electores, quienes se mostraron a
favor de sus políticas, muchas de ellas racistas, xenófobas, nacionalistas y autoritarias.
Si bien los tres casos que hemos presentado para ilustrar diferentes tipos de ra-
cismos en el mundo tienen distintos referentes y distintos procesos históricos y ge-
nealogías, todos son muestra de cómo el racismo busca diferencias insalvables que
permitan establecer jerarquías entre los diversos grupos humanos. Todos ellos nos
muestran cómo el racismo se adapta a los contextos, moldea sus propios términos y
se incrusta en las sociedades de manera manifiesta y latente.
Hoy el mundo se encuentra nuevamente en una gran incertidumbre. Diver­
sas crisis han golpeado al planeta en los primeros veinte años de este siglo. Algunas
son de carácter regional, como la “primavera árabe” del año 2011 o la violencia del
crimen organizado en México y Centroamérica desde 2006. Otras son de carácter
global, como la gran crisis económica de 2008, la inminencia del colapso climático y
ambiental y la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. Todas han afectado a millo-
nes de personas que han visto reducida o restringida su calidad y dignidad de vida,
cuando no han sido abiertamente violentadas y perseguidas.

Consideraciones finales
En los últimos años hemos presenciado en el mundo un auge de las posturas polí-
ticas de derecha, y con ello un resurgimiento del racismo abierto. La ideología, las
prácticas y hasta las legislaciones racistas y xenófobas han vuelto en forma agresiva a
la escena pública. Hoy el racismo se ha vuelto parte importante del discurso político,
incluso en países en los que esto no había ocurrido. Las manifestaciones abierta-
mente racistas han ocasionado que, en diversas sociedades, grandes sectores de la
población estén cada vez más vulnerables y amenazados por las consecuencias de

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

este fenómeno. El miedo, propagado en muchos discursos políticos y reproducidos


en los distintos medios de comunicación, ha sido utilizado para exagerar la necesi-
dad de “defendernos” de “los Otros”, y así impulsar y validar aberrantes actos racistas
y xenófobos.
El racismo está sustentado en una creencia falsa: la existencia de razas humanas
y la superioridad de unas sobre otras. Si esta creencia ha penetrado con tanta fuerza
en el mundo es porque ha contribuido en forma muy eficaz a justificar y a hacer
operativa la dominación de unos sobre otros. Este sistema de acciones, pensamientos
y sentimientos tiene en su fundamento una teoría racial sobre la diferencia humana.
Las categorías raciales que están en la base de esta teoría tienen una historia cargada
de explotación, opresión e injusticia. El uso normalizado e institucionalizado de cate-
gorías raciales define y fija a las personas en lugares específicos, separando y creando
barreras entre los seres humanos. Como un sistema de diferenciación, jerarquización
y dominación, el racismo ha caminado de la mano de estas categorías, dejando mar-
cas y haciendo daño a sociedades y cuerpos. Estas marcas son profundas lesiones a
la integridad y la dignidad de todas las personas que han sido racializadas hacia la
inferioridad.
Dependiendo de los lugares y periodos históricos donde nos ubiquemos, las he-
ridas y agravios a las personas racializadas hacia la inferioridad toman formas dis-
tintas. Por eso decimos que hay que hablar de racismos en plural, puesto que este
fenómeno se ha manifestado de formas diversas según los contextos. La desigualdad
y el dolor que ha generado el racismo y su sistema de opresión hace imprescindi-
ble su combate. La gran pregunta es cómo enfrentarlo de manera integral, eficaz
y profunda.
Dentro de los movimientos antirracistas del mundo hay consenso en que: a)
las razas no existen como entes biológicos, sino que son construcciones sociales;
b) las desigualdades y el sufrimiento que produce el racismo no se pueden borrar sólo
porque hoy sepamos que no existen las “razas humanas”, biológicamente hablando,

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

y c) muchas personas pertenecientes a grupos, a los que se ha considerado “razas”


inferiores, al día de hoy viven las consecuencias de esa clasificación y jerarquización.
Los frentes de lucha antirracista se desarrollan en ámbitos muy diversos, que
van desde organismos internacionales, instituciones del Estado, organizaciones de
la sociedad civil, hasta personas en el plano individual. Algunos de estos frentes son:

• El reconocimiento, en cada lugar, del racismo ahí operante; de sus lógicas y


de sus consecuencias para las poblaciones racializadas hacia la inferioridad.
• La visibilización de las distintas formas que tiene el racismo manifiesto y
latente en la vida de cada sociedad.
• La identificación y el cuestionamiento de los estereotipos y prejuicios racistas
personales y colectivos que inciden en el entorno inmediato de las personas.
• La plena garantía de los derechos civiles, políticos, sociales y económicos,
culturales y ambientales para las personas que pertenecen a grupos racializados
hacia la inferioridad.
• El reconocimiento constitucional de los pueblos étnicamente diferenciados,
y la garantía de ser considerados sujetos de derecho colectivo en el marco de
las legislaciones multiculturales.
• El desarrollo y la implementación de políticas públicas que fomenten
condiciones y oportunidades para alcanzar la igualdad sustantiva en contextos
de desigualdad estructural.
• El dotar a las instituciones públicas y privadas con mecanismos para prevenir,
sancionar y prohibir la discriminación racista.
• El fomento a una educación, formal e informal, a partir de valores antirracistas.

Muchas luchas y políticas antirracistas han coincidido en estos caminos. Sin


embargo, la manera de combatir el racismo en cada lugar depende de procesos his-
tóricos, contextos y actores en juego. Hay que tener presente que el racismo de cada

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

país se ha construido y ha operado con esquemas de racialización y categorías racia-


les que no necesariamente se replican en otros países. Si la lucha antirracista de un
país quiere ser eficaz y profunda debe responder a la configuración específica que el
racismo ha adoptado en este contexto nacional. Por ello también debemos hablar de
antirracismos en plural.
Entre otras cosas, los antirracismos divergen en torno al uso del concepto raza.
A este respecto, contrastaremos únicamente dos casos: los Estados Unidos y México.
En los Estados Unidos los movimientos antirracistas reivindican el concepto
raza como la categoría central de análisis y de acción política. Esto sucede en todos
los ámbitos de lucha, que van desde la academia y el activismo hasta las políticas
públicas y las agendas políticas. Reivindicar la pertenencia a razas les ha permitido
evidenciar las brechas sociales y económicas existentes, así como crear fuertes iden-
tidades raciales para emprender y fortalecer sus luchas. Por ejemplo, el movimien-
to afrodescendiente en los Estados Unidos parte de autonombrarse representante
de la “raza negra” para luchar contra el racismo, porque en la sociedad estadouni-
dense se han institucionalizado a tal grado las categorías raciales que prácticamente
nadie puede sustraerse de ellas. Identificarse con una determinada raza es algo co-
mún en la sociedad estadounidense, en la que se habla de “raza blanca”, “raza negra”,
“raza asiática”, “raza nativa americana” e incluso “raza hispana”. La pertenencia a
determinada raza es señalada en los documentos oficiales, en los censos, en los regis-
tros médicos y en muchos otros espacios. Es por ello que al movimiento antirracista
afroamericano le resulta políticamente útil posicionarse desde la categoría “raza”.
En México, a diferencia de Estados Unidos, la población no se identifica fá-
cilmente con la pertenencia a una “raza”. La pregunta “¿de qué raza eres?” le suena
extraña a la mayoría de las personas, pues el concepto raza no forma parte de la vida
cotidiana, ni de los trámites administrativos de las y los mexicanos A diferencia de
otros países que basaron su identidad nacional en una “raza pura”, en México se
exaltó la mezcla biológica y cultural como algo positivo e indispensable para alcanzar

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

el ideal nacional. Las políticas culturales y los discursos promovidos por el Estado
mexicano se basaron en el ideal del mestizaje (entre indígenas y españoles) como
esencia de la identidad nacional. Como proyecto, la identidad mestiza unificaría al
país, convirtiendo a su población en un grupo homogéneo desde el punto de vista
biológico y cultural.
El proyecto del mestizaje fue un proyecto racial que buscaba en el discurso y a
través de una política educativa tornar a la población mexicana en la mejor síntesis de
dos mundos. Esta forma de plantear la nación mexicana promovió la negación
del racismo, pues ¿cómo un país podía ser racista si era orgullosamente producto de
una mezcla? Por ello, visibilizar el racismo en México ha sido difícil. Se ha tenido
que develar que, bajo el manto mestizante, ha operado un racismo encubierto que
no institucionalizó las categorías raciales para definir a los grupos poblacionales
del país. Por eso no es habitual que la población se identifique como perteneciente
a alguna “raza”, pero sí que considere que una tez más clara, que esté más cerca
de la fisionomía europea, es mejor. El hecho de que la gran mayoría de la población
mexicana se identifique como mestiza no significa que no exista el racismo hacia los
pueblos y comunidades indígenas y afrodescendientes, e incluso en el seno mismo
de la amplia mayoría llamada mestiza. El racismo existe, está presente y es indispen-
sable combatirlo.
El antirracismo mexicano, como todos los antirracismos del mundo, no debe per-
der de vista la configuración histórica y contextual que el racismo ha adoptado en el
país y sus distintas regiones. Las luchas antirracistas mexicanas tienen la oportunidad
de hacer frente al racismo, sin reproducir la falsa creencia de que los seres humanos
pertenecemos a razas distintas y sin imponer categorías raciales con las que la pobla-
ción se reconoce fácilmente. Teniendo la posibilidad de hacerlo de otra manera, ¿qué
utilidad tendría encarar el racismo mexicano utilizando la categoría raza como eje de
acción política?

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

Debemos darnos a la tarea de visibilizar, problematizar, cuestionar e impugnar las


ideas y prácticas racistas que se propagan en nuestras sociedades y exigir a cada país
que emprenda acciones de manera decidida para erradicar el racismo. Cada quien,
desde sus entornos y posibilidades, deberá hacer su parte para denunciar, combatir
y derrocar este sistema de dominación que tanto daño ha hecho a la humanidad.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

Actividades

Actividad 1

Lee los siguientes encabezados de notas periodísticas de México y distingue si en


ellos se expresa el racismo, discriminación racista u otros tipos de discriminación.
Puedes consultar las respuestas al final de este cuadernillo.

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

Actividad 2

Mira a la persona en la siguiente fotogra-


fía (imagen 18). En una hoja de papel es-
cribe cuál crees que es su nombre, lugar de
nacimiento, ocupación, lugar de residencia,
lugares que frecuenta, cómo se divierte y
una breve historia sobre su vida.
Puedes consultar la identidad de la
persona al final del cuadernillo.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

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wikipedia.org/wiki/Caso_Dreyfus#/media/Archivo:Degradation_alfred_
dreyfus.jpg>.
Imagen 14. Google.com (2020). Oriente medio. <https://www.google.com/
maps/place/Oriente+Medio/@25.9043566,25.7853248,4z/data=!3m1
!4b1!4m5!3m4!1s0x157ec4658142ffb7:0xa5b8320215ea72c!8m2!3d29.29852
78!4d42.5509603>.
Imagen 15. Elordenmundial.com (2018). Siete décadas del conflicto israelí pales-
tino. <https://elordenmundial.com/mapas/siete-decadas-de-conflicto-israeli-
palestino/>.

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

Imagen 16. Wikipedia.org (2020). Hombre con un cartel donde se muestra una mez-
quita  con el signo de prohibición, durante las protestas contra la llegada de
refugiados del mundo islámico a Ceské Bedejovice, República Checa (2015).
<https://es.wikipedia.org/wiki/Islamofobia#/media/Archivo:IV%C4%-
8CRN_14-03-2015_10.JPG>.
Imagen 17. Wikipedia.org (2020). Little Rock integration protest.jpg <https://
commons.wikimedia.org/wiki/File:Little_Rock_integration_protest.jpg>
Imagen 18. Wikipedia.org (2020). Francisco Toledo 2005 (cropped) <https://
commons.wikimedia.org/wiki/File:Francisco_Toledo,_2005_(cropped).jpg>.

Créditos de detalles de imágenes


utilizadas en portada

Imagen 1. Rodríguez Puerta, Alejandro (2019). Etnocentrismo: historia, caracterís-


ticas, tipos, ejemplos. Lifeder.com. <https://www.lifeder.com/etnocentrismo>.
Imagen 2. Wikipedia.org (2020). Auto de fe de la Inquisición, visto por  Francis-
co de Goya. <https://es.wikipedia.org/wiki/Inquisici%C3%B3n_espa%
C3%B1ola#/media/Archivo:Francisco_de_Goya_-_Escena_de_Inquisici
%C3%B3n_-_Google_Art_Project.jpg>.
Imagen 3. Wikipedia.org (2020). Fray  Bartolomé de las Casas  fue el princi-
pal defensor de los  indios  en la Junta de Valladolid. <https://es.wikipedia.
org/wiki/Junta_de_Valladolid#/media/Archivo:Fray_Bartolom%C3%A9_
de_las_Casas.jpg>.
Imagen 4. MercadoLibre.com.mx (2020). Imagen Señal Letrero Auto Adheri-
ble 22.8x15.2cm No Discriminación <https://listado.mercadolibre.com.mx/
industrias-y-oficinas/letrero-no-discriminacion>.

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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

Imagen 10. Hola.com (2020). Yalitza Aparicio aparece en la portada de ¡Hola Mé-
xico! <https://us.hola.com/es/celebrities/2019022121453/yalitza-aparicio-
portada-hola-mexico-entrevista/>.
Imagen 13. Wikipedia.org (2020).The traitor: Degradation of Alfred Dreyfus, degrada-
tion in the Morland Court of the military school in Paris. <https://es.wikipedia.
org/wiki/Caso_Dreyfus#/media/Archivo:Degradation_alfred_dreyfus.jpg>.
Imagen 14. Google.com (2020). Oriente medio. <https://www.google.com/
maps/place/Oriente+Medio/@25.9043566,25.7853248,4z/data=!3m1
!4b1!4m5!3m4!1s0x157ec4658142ffb7:0xa5b8320215ea72c!8m2!3d29.29852
78!4d42.5509603>.
Imagen 16. Wikipedia.org (2020). Hombre con un cartel donde se muestra una mez-
quita  con el signo de prohibición, durante las protestas contra la llegada de
refugiados del mundo islámico a Ceské Bedejovice, República Checa (2015).
<https://es.wikipedia.org/wiki/Islamofobia#/media/Archivo:IV%C4%-
8CRN_14-03-2015_10.JPG>.
Imagen 17. Wikipedia.org (2020). Little Rock integration protest.jpg <https://
commons.wikimedia.org/wiki/File:Little_Rock_integration_protest.jpg>

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Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la xenofobia en México

Respuestas

Actividad 1

1. “Lanzan plátano a Dani Alves y el jugador del Barza se lo comió”. En la


primera nota podemos observar un acto racista, pues el plátano aventado
hace alusión a la supuesta condición primitiva y animal (primate) de las
personas afrodescendientes. Como vimos, en el proceso de construcción
de la Otredad, se puede llegar a deshumanizar a una persona o a un grupo
específico. En este caso, al jugador de futbol se le compara con un animal por
el estigma que representa su tono de piel.
2. “Polémica por niña rubia que pide limosna en Guadalajara se aviva”. En la
segunda noticia podemos ver racismo, ya que, al parecer, nos es imposible
creer que una persona blanca pueda estar pidiendo limosna. Esto debido
a que tenemos interiorizada la idea racista (estereotipo) de que entre más
morena sea su piel, más pobre será la persona. En este caso en particular, el
prejuicio hacia la niña hizo que la gente se preocupara más por ella que por
los miles de niños de piel más morena que también piden limosna. Es decir
que el problema principal no fue que una menor pidiera limosna, sino que
ésta era blanca.
3. “¿Infancia trans en cdmx? Nueva aberración e infamia de la ‘ideología de
género’”. Esto es un ejemplo de discriminación por identidad de género,
porque afirma que el reconocimiento, en la Ciudad de México, de los niños
y las niñas trans es una aberración. Esta afirmación no tiene un componente
racista evidente en el titular.
4. “A falta de perros, niños indios son nuestras mascotas: Martínez Soriano”.
Este titular es racista porque recurre a la lógica de deshumanizar para
inferiorizar al Otro, en este caso, a la niñez indígena. Esto se asimila a lo que
se presenta en la nota número 1.
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¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?

5. “Rigoberta Menchú es expulsada por error de un hotel en Cancún”. Éste


es un caso de discriminación racista porque además de prohibirle el acceso
a un establecimiento a una mujer indígena violando el derecho a la no
discriminación, lo hacen con base en su apariencia, rasgos fenotípicos y
vestimenta.
6. “El Congreso de Yucatán rechaza otra vez el matrimonio igualitario”. Éste es
un caso de discriminación por orientación de sexual, porque en México todas
las personas tienen los mismos derechos humanos, como lo es el derecho a
casarse y tener una familia, independientemente de su orientación sexual.
Esta afirmación no tiene un componente racista evidente en el titular.

Actividad 2

Francisco Toledo (1940-2019). Es uno de los artistas mexicanos contemporáneos


más reconocidos en el ámbito internacional. Fue impresor, dibujante, pintor, escultor
y ceramista. Su obra está presente en museos de México y otros países de América y
Europa tales como: el Museo de Arte Moderno de México, el Museo de Arte Con-
temporáneo de Oaxaca, el Museo de Arte Moderno de París, el MoMA de Nueva
York, el Museo de Arte Moderno de Filadelfia, la Galería Tate de Londres y los
Kunstnernes Hus de Olso, Noruega, entre otros.

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Reflexiones didácticas
en torno al racismo y
a la xenofobia en México
CUAD ERNI LLO 2

¿Qué es y cómo se
manifiesta el racismo?

¿Qué es y cómo se manifiesta el racismo?


Reflexiones didácticas en torno al racismo y a la
xenofobia en México, se terminó de maquetar en
julio de 2021 en la Ciudad de México.
Reflexiones didácticas
en torno al racismo y
a la xenofobia en México
C UA DERNI LLO 2

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