La conversación espiritual es una herramienta para fomentar el discernimiento comunitario mediante tres rondas de escucha activa y reflexión. La primera ronda involucra compartir pensamientos y sentimientos en relación con preguntas planteadas. En la segunda ronda, los participantes comparten sus impresiones de lo escuchado. La tercera ronda busca discernir la guía del Espíritu Santo. El objetivo es fortalecer la unión entre los participantes mediante una escucha receptiva que priorice la voz del Espíritu
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La conversación espiritual es una herramienta para fomentar el discernimiento comunitario mediante tres rondas de escucha activa y reflexión. La primera ronda involucra compartir pensamientos y sentimientos en relación con preguntas planteadas. En la segunda ronda, los participantes comparten sus impresiones de lo escuchado. La tercera ronda busca discernir la guía del Espíritu Santo. El objetivo es fortalecer la unión entre los participantes mediante una escucha receptiva que priorice la voz del Espíritu
La conversación espiritual es una herramienta para fomentar el discernimiento comunitario mediante tres rondas de escucha activa y reflexión. La primera ronda involucra compartir pensamientos y sentimientos en relación con preguntas planteadas. En la segunda ronda, los participantes comparten sus impresiones de lo escuchado. La tercera ronda busca discernir la guía del Espíritu Santo. El objetivo es fortalecer la unión entre los participantes mediante una escucha receptiva que priorice la voz del Espíritu
La conversación espiritual es una herramienta para fomentar el discernimiento comunitario mediante tres rondas de escucha activa y reflexión. La primera ronda involucra compartir pensamientos y sentimientos en relación con preguntas planteadas. En la segunda ronda, los participantes comparten sus impresiones de lo escuchado. La tercera ronda busca discernir la guía del Espíritu Santo. El objetivo es fortalecer la unión entre los participantes mediante una escucha receptiva que priorice la voz del Espíritu
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LA CONVERSACIÓN ESPIRITUAL
Lo que es:
Es un instrumento para animar el discernimiento comunitario.
Lo entendemos como un intercambio con tres características:
Escucha activa. Escucha receptiva. Compartir lo que nos toca más hondamente.
La escucha, por tanto, es el centro del proceso sinodal. Se trata
de una escucha compartida, porque una Iglesia sinodal es una Iglesia que escucha. Por esta razón es una gracia que pone en juego nuestra propia conversión, nuestra capacidad para salir de nuestro propio amor, querer e interés. Es decir, nos exige ser capaces de dejar de lado, poner entre paréntesis nuestras propias ideas u opiniones y abrirnos, disponernos a centrar nuestra atención en el otro: en el hermano o hermana y en el querer del Espíritu que habla a través de todo el grupo.
Pasos (Después de haber hecho un rato De oración), tres
rondas:
» Primera: Cada uno comparte el fruto de su oración (pensamientos
y sentimientos) en relación a la o las preguntas planteadas. Lo hace libre y abiertamente. Solo se escucha y se atiende cómo el Espíritu Santo actúa en cada compartir (sin juzgar y dejando de lado lo que opino...).
» Segunda: Los participantes comparten (reflejan) lo que más les
impresionó de la primera parte. Se dialoga pero manteniendo la tensión espiritual. Me puedo preguntar: ¿Qué me ha impresionado más de lo escuchado?, ¿qué siento como preocupación común, dónde experimento armonía? , ¿qué emociones o sentimientos siento, qué ideas se me ocurren? » Tercera: Los participantes reflexionan sobre lo que se suscitó dentro de ellos y en la conversación y qué les afectó más profundamente. Nos podemos preguntar: qué está diciéndonos el Espíritu? ¿Cómo o hacia dónde nos está guiando?
En definitiva,
Se trata de: 1ra ronda: Compartir y escucha activa; 2da ronda:
Reflejar: ¿Qué me ha impresionado más de lo anterior y cómo me siento?; 3ra ronda: Sentir el Espíritu: ¿A dónde está guiando el Espíritu?
Dos notas a tener en cuenta
Terminada la primera y la segunda ronda ayuda dejar un par de
minutos en silencio para que resuene lo escuchado. A continuación cada miembro del grupo escribe en su cuaderno la luz, la sugerencia o moción que más le haya llegado de todo lo escuchado.
Cada grupo debe elegir un animador/a del grupo y un
secretario /a para compartir en la plenaria por dónde el Señor ha movido al grupo.
Lo que busca:
Busca detectar y considerar los movimientos espirituales,
tanto de uno mismo como de los demás participantes.
Su objetivo es elegir el camino de la consolación que fortifica
la fe, la esperanza y la caridad. Tiene como fruto el fortalecimiento de la unión de ánimos (aunque puede no darse la unanimidad de opinión). Su práctica hace que el grupo crezca en facilidad para discernir y descubrir cómo se mueve el Espíritu de Cristo en el grupo.
La conversación espiritual precisa y al mismo tiempo crea un
ambiente de confianza y de apertura en nosotros y en los demás.