CSJN Cartellone C. Vialidad

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 9

Corte Suprema de Justicia de la Nación

José Cartellone C.C.S.A. c. Dirección Nacional de Vialidad • 12/08/2003

Publicado en: La Ley Online

Cita Fallos Corte: 326:2625

Cita online: AR/JUR/6607/2003

VocesVoces: CONTRATISTA - CONTRATO ADMINISTRATIVO - HECHO EXTRAORDINARIO -


IGUALDAD DE LOS OFERENTES - LICITACION PUBLICA - MAYORES COSTOS - NEGLIGENCIA -
OBLIGACIONES DEL CONTRATISTA - OBRA PUBLICA - RECURSO ORDINARIO DE APELACION ANTE LA
CORTE SUPREMA - RESPONSABILIDAD DEL COMITENTE
Cerrar

Hechos

Una empresa constructora, a la que se le había encomendado la realización de una ruta, promovió
demanda tendiente a obtener la nulidad de las resoluciones de la Dirección Nacional de Vialidad y
del Ministerio de Economía por las cuales se le rechazó el pedido de mayores costos que debió
afrontar para obtener el agua suficiente para ejecutar la obra, frente a la disminución
extraordinaria e imprevisible de lluvias en la zona, según alega. La Cámara, al confirmar la
sentencia de primera instancia, rechazó la demanda. Contra ese pronunciamiento, la actora
interpuso recurso ordinario de apelación. La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó el
fallo.
Sumarios

1 - Cabe confirmar la sentencia que rechazó los mayores costos reclamados por la firma actora -
derivados de la falta de agua en la zona de obra- toda vez que aquélla debió obrar con pleno
conocimiento de las cosas al celebrar el contrato -art. 902, Cód. Civil-, en cuanto la magnitud de
los intereses en juego le imponía actuar de modo de prever cualquier eventualidad que pudiera
incidir negativamente en el resultado económico del convenio, adoptando a ese efecto las
diligencias apropiadas que exigían las circunstancias de persona, tiempo y lugar -art. 512, Cód.
Civil-, y si incurrió en error en la interpretación de cláusulas contractuales -o de sus instrumentos
complementarios-, éste provendría -en el caso- de una negligencia culpable que impide su
invocación -arg. art. 929, Cód. Civil-.

2 - Si la decisión de la empresa contratista para la obtención del agua -en el caso, construcción de
represas- fue producto de su obrar discrecional, no puede generar consecuencias jurídicas como la
pretendida responsabilidad a cargo del organismo comitente, a los fines de obtener los mayores
costos que reclama, en tanto -inversamente a lo que afirmó en sede administrativa- no se aseguró
de hacer uso de todos los medios disponibles para obtener el agua necesaria para la construcción
de la obra encomendada.

3 - No corresponde aceptar el reclamo de mayores costos -en el caso, derivados de la obtención de


agua para la construcción de la obra-, si ellos tuvieron origen en la falta de previsión del
contratista, pues se atentaría contra el principio de igualdad de los oferentes que debe presidir
toda contratación administrativa.

4 - Cabe rechazar, a los fines del reclamo por mayores costos derivados de la obtención de agua
necesaria para los trabajos encomendados, las circunstancias extraordinarias e imprevisibles
invocadas por la contratista -escasez de lluvias-, si las dificultades experimentadas para aquel fin
resultaron fruto de su falta de diligencia, en cuanto no actuó con el cuidado que requería la
provisión de un elemento imprescindible para ejecutar la obra de la que fue adjudicataria.

TEXTO COMPLETO:

Buenos Aires, agosto 12 de 2003.

Considerando: 1°. Que la sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso


Administrativo Federal (fs. 786/790), al confirmar la sentencia de primera instancia (fs. 356/361),
rechazó la demanda (fs. 1/11) tendiente a obtener la nulidad de las resoluciones 2402/90 de la
Dirección Nacional de Vialidad y 767/94 del Ministerio de Economía.

2°. Que mediante el contrato firmado el 21 de abril de 1987 (fs. 1294/1299, expediente
administrativo 461-8-1987), la empresa José Cartellone Construcciones Civiles S.A. acordó con la
Dirección Nacional de Vialidad (DNV) la ejecución de la obra "Ruta Nacional 79 -Provincia de La
Rioja- Tramo: Chamical-Casa de Piedra", que debía realizar en un plazo de treinta meses, "en un
todo de acuerdo con los planos, cómputos métricos, memoria descriptiva y pliegos de condiciones
y especificaciones que ha tenido a la vista al presentar su propuesta a la licitación pública 1821/87
efectuada el 6 de febrero de 1987" (art. 1°). Dichos documentos, conjuntamente con el "volante
N° 1" y diversas notas agregadas, formaban "parte integrante" de ese contrato (art. 2°).

3°. Que dicha empresa realizó diversas perforaciones, siete de ellas en la "zona de camino"
(definida por el perito como "faja de tierra adquirida o medida para la construcción de un camino
y sus obras complementarias", que "abarca el ancho de la cinta asfáltica y la banquina, la cuneta y
una franja de terreno hasta el límite de los terrenos aledaños, hacia cada lado del camino"; ver fs.
209vta.) y dos fuera de ella en el campo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) -
uno de los lugares contemplados en el pliego- sin haber hallado agua subterránea (fs. 44,
expediente administrativo T. I. 4011/89). Ante esa circunstancia, optó por la utilización de
represas, las que tampoco suministraron el agua necesaria para la ejecución de la obra. Decidió,
entonces, proveérsela del pozo del ferrocarril de la estación Chamical, ubicado a unos 3,8
kilómetros del lugar de la obra, lo que la llevó a afrontar gastos de transporte de equipo y de mano
de obra, y los mayores costos que ellos significaron. En ese contexto, la empresa solicitó la
modificación de los medios de aprovisionamiento de agua, la ampliación del plazo contractual y el
reconocimiento de erogaciones no previstas originariamente, con sustento en el acontecimiento
de origen natural, extraordinario, imprevisible e inevitable como lo fue la falta de lluvia a los
niveles históricos de la zona.

El reclamo fue rechazado por la resolución 2402/90 (19 de diciembre de 1990) de la Dirección
Nacional de Vialidad (fs. 414, expte. T. I. 4011/89). La resolución 767/94 (22 de junio de 1994) del
Ministerio de Economía (fs. 558/560, ídem) desestimó el recurso de alzada deducido contra
aquélla.

4°. Que la firma interesada promovió demanda (fs. 1/11) con el objeto de que se declarara la
nulidad de las referidas resoluciones. Sustentó su pretensión en el pliego general de condiciones,
en los arts. 7° y 8° de la "información adicional al contratista", en el "volante N° 1", en el art. 39 de
la ley 13.064, en el art. 12 de la ley 12.910, en diversas disposiciones provinciales y en los arts. 16 y
17 de la Constitución Nacional. Sólo demandó el reconocimiento de los mayores costos que debió
afrontar para obtener el agua suficiente que le permitiera ejecutar los trabajos encomendados.

5°. Que para confirmar la sentencia de primera instancia, la Cámara juzgó que: 1) la discusión
central giraba en torno de determinar si se habían configurado las denominadas "dificultades
materiales imprevistas"; 2) el art. 39, apart. b, de la ley 13.064 asimilaba al supuesto de caso
fortuito o fuerza mayor a los hechos de origen natural extraordinarios y de características tales
que impidieran al contratista adoptar las medidas necesarias para prevenir sus efectos; 3) la
escasez de agua en la zona del camino -que no autorizaba por sí sola el deber de indemnizar los
mayores costos por parte del Estado- no era un acontecimiento extraordinario ni imprevisible para
los oferentes; 4) el pliego de especificaciones, la información adicional para el contratista y el
"volante N° 1" contemplaron las prevenciones que los oferentes debían tomar para la obtención
de agua; 5) tanto de los informes elaborados por el INTA como por el Servicio Meteorológico de la
Fuerza Aérea surgía que en ciertos períodos del año eran previsibles algunas disminuciones en los
registros pluviométricos; más aún, los períodos de precipitaciones se reducían a una temporada
comprendida entre los meses de marzo y diciembre y "por ende ni siquiera tiene sentido analizar
la influencia de las lluvias a fin de represar el agua"; 6) el perito sostuvo que pudo haber existido
error en la apreciación de los volúmenes de reservorios construidos, en la impermeabilización del
lecho de aquellos que no impidió la filtración, o en la cantidad de agua considerada como
necesaria para ejecutar la obra y, además, que la contratista consideró la posibilidad de obtener
agua por otros medios que no resultaron aptos para la ejecución de aquélla; 7) la demandante
debió prever este supuesto al momento de establecer los componentes integrantes del costo de la
obra conforme a los análisis de precios efectuados, lo cual no surgía de las constancias de la causa;
8) aquélla no podía pretender una indemnización que subsanara su negligencia; máxime cuando si
hubiera sumado el importe reclamado, su oferta habría sido superada por la propuesta de la
Empresa Capdevila Constructora S.A., que obtuvo el segundo lugar, con lo cual, de admitirse el
reclamo de la actora, se violaría el principio de igualdad de los oferentes; 9) del pliego
complementario de condiciones se desprendía que si en el curso de la ejecución de la obra las
fuentes de obtención de materiales elegidas por el contratista no proveían total o parcialmente los
materiales necesarios para la construcción, ese hecho no podía servir de base a reclamaciones por
reajuste de precios unitarios ni para negociar nuevos precios unitarios.

Impuso las costas a la parte vencida e incrementó los honorarios de los letrados de la parte
demandada.

6°. Que contra ese pronunciamiento, la firma actora interpuso recurso ordinario de apelación (fs.
800/802), que fue bien concedido (fs. 809) toda vez que se dirige contra la decisión definitiva
pronunciada en una causa en la que la Nación es parte indirectamente (Fallos: 303-1747) y el valor
cuestionado en último término supera el mínimo previsto en el art. 24, inc. 6, apart. a, del decreto
ley 1285/58, modificado por la ley 21.708, y la resolución 1360/91 de esta Corte.

7°. Que los agravios ensayados por la recurrente (cfr. memorial de fs. 816/830vta., replicado a fs.
834/841) pueden ser resumidos de la siguiente manera: a) de acuerdo con el pliego y con el
"volante N° 1", la perforación tendiente a obtener agua necesaria para la construcción de la obra,
así como las adicionales -y cualquier otro medio de captura del agua-, debían ser realizadas dentro
de la zona de camino, ya que la expresión "donde lo estime conveniente" no puede significar "en
cualquier lugar del país donde haya agua", sino que debe ser entendida como una referencia a
cualquier lugar conveniente dentro de aquella zona; b) no reclama nuevos precios ni reajuste de
los pactados, sino mayores volúmenes representados por los kilómetros de más que debió costear
para proveerse del agua; c) nueve de las diez empresas oferentes previeron el transporte de agua
de corta distancia; d) de saberse que el agua debía ser obtenida fuera de la zona de camino, los
precios habrían sido infinitamente superiores; e) existe responsabilidad del comitente en su
carácter de proyectista de la obra (art. 4°, ley 13.064); f) los montos de los honorarios regulados a
los letrados de la parte demandada resultan elevados y las costas deben ser distribuidas en el
orden causado.

8°. Que los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena fe y de acuerdo con lo
que verosímilmente las partes entendieron o pudieron entender, obrando con cuidado y previsión
(art. 1198, Cód. Civil), principio que es aplicable en el ámbito de los contratos administrativos
(Fallos: 305-1011, consid. 9° y sus citas, entre otros).

9°. Que con el objeto de examinar el primero de los agravios, es conveniente recordar que el art.
46 del Pliego de Especificaciones -Agua para la Construcción de la Obra, Especificación Especial,
apartado III "Obtención"- estableció que: "El Contratista deberá prever la ejecución de 1 (una)
perforación, para la obtención de agua y estará ubicada dentro de la zona de camino a una
profundidad donde haya cantidad y calidad adecuadas a las necesidades de obra y que podrá
cumplir en la construcción de la misma. Dicha perforación, con todo el equipo de bombeo (...)
serán transferidos a Vialidad Nacional una vez finalizada la obra, sin costo alguno para la
repartición. Los equipos y otros elementos destinados a la extracción de agua del subsuelo, en el
momento de pasar al poder de la Dirección Nacional de Vialidad, deberán encontrarse en perfecto
estado de funcionamiento" (fs. 153, expte. 461-8-1987).

A su vez, el "volante N° 1", apartado III "Propuesta" -cuyo carácter complementario del art. 46,
apartado III, del pliego de especificaciones fue reconocido expresamente por la firma actora (fs.
80, expte. T. I. 4011/89)-, da cuenta de una consulta formulada a la Dirección Nacional de Vialidad
en la que se puso de relieve que la zona de la traza presentaba una formación geológica tal que
tornaba improbable la obtención de agua en caudales mínimos, suficientes para las necesidades
de la obra y menos aún exenta de sales, y que la Dirección Provincial de Agua Subterránea de la
provincia había informado sobre la existencia de una perforación en la zona de Polco (ubicada a
unos 8 kms. de Chamical) que aparecía como "la única posibilidad aceptable para los
requerimientos de la obra".

En su "Respuesta" -que consta en el referido volante-, la Dirección Nacional de Vialidad hizo saber
expresamente que: "El contratista de esta obra deberá ejecutar, dentro de la zona de camino, una
(1) perforación para obtención del agua necesaria con el rendimiento y calidad adecuados para la
construcción de la misma. Si el rendimiento obtenido no resulta el necesario para la construcción,
el contratista deberá prever, donde estime conveniente, las perforaciones adicionales para
obtener el rendimiento de extracción de agua adecuado, para la terminación de las obras en el
plazo previsto y no dará derecho a ampliación del plazo fijado para la obra por esta circunstancia.
La perforación que se ejecuta dentro de la zona de camino [...] quedará de propiedad de la
Dirección Nacional de Vialidad y será entregada al distrito jurisdiccional una vez finalizada la obra.
Queda anulada de la documentación original toda disposición que se oponga a lo que establece
este volante N° 1" (fs. 283/285, expte. 461-8-1987; y fs. 182/184, expte. T. I. 4011/89).

De los términos de la referida consulta, de la respuesta dada por la Dirección Nacional de Vialidad
y de la ubicación de la localidad de Polco, cabe concluir que la única inteligencia posible de la
referencia al lugar donde el contratista "estime conveniente" no puede ser sino una alusión,
precisamente, a lugares ubicados fuera de la zona de camino.

10. Que, además, la interpretación sustentada por la apelante no condice con el comportamiento
asumido por ella misma durante la ejecución del contrato, toda vez que realizó dos perforaciones
fuera de la zona de camino, las que no podrían haber sido efectuadas sino dándole
encuadramiento a su conducta en los términos del "volante N° 1". Dicho de otro modo, si la
Cámara partió de una premisa equivocada -según se afirma en el memorial-, consistente en que la
actora debió realizar perforaciones adicionales aun fuera de la zona de camino, no se alcanza a
comprender por qué, entonces, ésta concretó dos perforaciones fuera de la referida zona, tal
como señaló a lo largo de todo el pleito (fs. 817; cfr. nota de pedido 471, del 13/2/1989, a fs.
43/49 del expte. T. I. 4011/89).

11. Que, asimismo, la inteligencia del contrato que postula la recurrente no fue la que ella sostuvo
en sede administrativa. En efecto, allí admitió que ante la consulta planteada a la Dirección
Nacional de Vialidad acerca de "la ubicación del pozo tenida en cuenta por el proyectista (a efectos
de calcular la distancia media del transporte del agua), su rendimiento y calidad del agua a
obtener", la respuesta del organismo "no aportó la precisión requerida", sino que "más bien se
limitó a insistir sobre la perforación en la zona de camino". De la misma manera, descartó la oferta
de utilizar el pozo ubicado en la localidad de Polco (al que ya se hizo referencia), habida cuenta de
la "gran distancia de transporte" (fs. 200/204, expte. T. I. 4011/89; y fs. 7/11, expte. 5712/90). No
sólo la recurrente advirtió la falta de claridad en la redacción del "volante N° 1" -a punto tal que
alude a la perforación "sin ubicación definida" (fs. 202, expte. T. I. 4011/89; y fs. 9, expte.
5712/90)-, pese a lo cual no solicitó aclaración alguna; sino que, más aún, "teniendo en cuenta las
estipulaciones" del referido volante y del pliego, acudió a la utilización de represas, en tanto
comportaban "el medio más utilizado en la zona por los lugareños para satisfacer las necesidades
para el uso humano y animal" (ver notas 479 y 471, a fs. 1/4 y 43/49, respectivamente, del expte.
T. I. 4011/89) y con sustento en que "(...) al poder construir[las] distribuidas a lo largo de la traza
por las condiciones topofísicas del terreno, resultan cortas las distancias de transporte, y menor
por lo tanto el costo del agua. En base entonces al uso de agua de represas, el contratista presentó
la oferta más económica" (ver reclamo a fs. 200/204, expte. T. I. 4011/89, y a fs. 7/11, expte.
5712/90).

De esas afirmaciones surge que la apelante tuvo en cuenta, dentro del marco normativo que ahora
interpreta de un modo distinto, la posibilidad de transportar agua desde puntos ajenos a la zona
de camino, que finalmente descartó por sus costos y no por no hallarse prevista en las
disposiciones aplicables.

12. Que en el memorial se señala, en refuerzo del argumento examinado, que la comitente no
pudo razonablemente entender que la distancia que debía recorrerse para el transporte del agua
era de libre elección para los oferentes, pues de haber sabido aquéllos que el agua debía ser
obtenida fuera de la zona de camino, los precios habrían sido "infinitamente superiores", a punto
tal que nueve de las diez empresas oferentes previeron sólo el transporte de agua de corta
distancia.

La comparación a la que acude la recurrente sirve, precisamente, para desechar su razonamiento.


En efecto, si una de las empresas oferentes, Capdevila Empresa Constructora S.A., previó en la
conformación de su oferta el costo del transporte del agua tanto para regado como para la
elaboración de hormigones, paquete estructural, subrasante, etc. (ver peritaje de fs. 198/228, en
especial fs. 202vta./203 y 204vta./205), es claro, entonces, que no resultaba "imposible", que la
comitente hubiera entendido que aquéllas podían elegir el lugar que estimaran "conveniente" de
donde extraer el agua necesaria para la ejecución de la obra. Por otra parte, la oferta presentada
por la firma recién citada permite apreciar -en sentido contrario a las afirmaciones de la apelante-
que la inclusión del costo del transporte del agua desde lugares ubicados fuera de la zona de
camino no provocaba necesariamente el incremento del precio de la oferta a niveles
"infinitamente superiores" (ver cuadro comparativo confeccionado por el perito ingeniero a fs.
290/291).
13. Que, para ejecutar la obra, la empresa actora decidió utilizar el sistema de represas, ya que -
según dijo- de las opciones enumeradas en la información adicional para el contratista sólo se
podía constituir una oferta con el agua de represas (fs. 202, expte. T. I. 4011/89; y fs. 9, expte.
5712/90). En ese sentido, sostuvo que ante la falta de agua demostrada con las perforaciones en la
zona de camino y fuera de ella, quedaba como única alternativa viable y permitida la construcción
de represas, las que una vez montadas tampoco suministraron el agua necesaria atento los bajos
registros pluviométricos advertidos a partir de abril de 1988 (ver demanda, fs. 4/4vta.). Afirmó,
asimismo, que esa situación había repercutido negativamente en la ejecución de los trabajos,
"haciéndose más grave aún, ante la imposibilidad de obtener agua por medio de las perforaciones
realizadas a lo largo de la traza" (ver nota de pedido 471, fs. 46, expte. T. I. 4011/89). En particular,
argumentó que "la falta de agua subterránea fue observada en las perforaciones efectuadas en las
progresivas 6500, 21000 y 56000 de la II sección; 0,000; 1850; 5800 y 7000 de la sección I y dentro
del campo del INTA" y que ello la "obligó a recurrir como única fuente de abastecimiento a las
represas ubicadas y a ubicar en la zona de camino, las que no resultaron suficientes por sí solas
para cubrir todas las necesidades de las obras debiéndose recurrir a Chamical para cubrir el
déficit" (fs. 487, expte. T. I. 4011/89). Sólo ante la falta de resultado útil de aquel sistema -elegido
como antes se dijo con el objeto de acortar distancias y reducir costos- decidió transportar agua
desde la estación ferroviaria de Chamical.

14. Que al celebrar el contrato la parte actora debió obrar con pleno conocimiento de las cosas
(art. 902, Cód. Civil), pues la magnitud de los intereses en juego le imponía actuar de modo de
prever cualquier eventualidad que pudiera incidir negativamente en el resultado económico del
convenio, adoptando a ese efecto las diligencias apropiadas que exigían las circunstancias de
persona, tiempo y lugar (art. 512, Cód. Civil; doctrina de Fallos: 300-273), y si incurrió en error en
la interpretación de cláusulas contractuales -o de sus instrumentos complementarios-, éste
provendría de una negligencia culpable que impide su invocación (arg. art. 929, Cód. Civil; Fallos:
303-323 y 316-382).

15. Que, como se vio, la empresa recurrente prefirió acudir al mecanismo de represas en lugar de
hacer perforaciones adicionales en los términos del "volante N° 1", en lugares en los que podía
hacerlas con probabilidad de obtener agua en la cantidad y con la calidad necesarias para la
ejecución de las obras, tales como Polcos, Chamical y Los Filtros (ubicada, esta última, a 3 km del
lugar de las obras) para la captación de agua (fs. 188/190 y 465, expte. T. I. 4011/89).

Dicha decisión, producto del obrar discrecional de la firma recurrente, no puede generar
consecuencias jurídicas como la pretendida responsabilidad a cargo del organismo comitente, en
tanto, inversamente a lo que aquélla afirmó en sede administrativa, no se aseguró de hacer uso de
"todos los medios disponibles" (ver nota de pedido 471, del 13 de febrero de 1989, fs. 43/45,
expte. T. I. 4011/89).

Por el contrario, la falta de previsión, por parte de la apelante, del costo de transporte de agua
para la construcción resultó equivocada (ver aclaraciones formuladas por el perito a fs. 277), error
que tiene encuadramiento en dos disposiciones que conducen a desestimar su pretensión. De un
lado, en el art. 22 del pliego complementario de condiciones, que asigna responsabilidad exclusiva
a los oferentes en la elección de las fuentes materiales que "usará en la obra, cuando realiza su
oferta" (fs. 51, expte. 461-8-1987). Y, de otro lado, en el art. 39 de la ley 13.064, que desecha toda
posibilidad de indemnización al contratista cuando los perjuicios sean ocasionados "por culpa del
contratista, falta de medios o errores en las operaciones que le sean imputables", regla que fue
incorporada expresamente en el art. 13, inc. 1, del pliego complementario de condiciones (fs. 39,
expte. 461-8-1987).

16. Que, por otra parte, tal como correctamente señaló la Cámara a quo, de aceptarse la
pretensión que sustenta la recurrente se atentaría contra el principio de igualdad de los oferentes
que debe presidir toda contratación administrativa (Fallos: 316-382). En efecto, Capdevila Empresa
Constructora S.A. fue la única firma interesada que previó en su oferta el costo del transporte
tanto para el regado como para la elaboración de hormigones, en tanto que la empresa
demandante -y otras cinco oferentes- tuvieron en cuenta los equipos sólo para el regado sin haber
considerado el transporte del agua (ver peritaje, en especial fs. 204vta./205).

Quedó demostrado que si al importe cotizado por la empresa actora se le sumara o bien el valor
del insumo agua obtenido por el perito o bien el valor de ese insumo cotizado por la firma
Capdevila, en ambos casos el importe obtenido sería superior al que presentó dicha empresa. Por
ello, en palabras del perito, el "resultado final del concurso hubiera sufrido alteraciones para el
caso de haber tenido en cuenta la empresa José Cartellone S.A., el valor del insumo agua para el
total de la obra" (ver contestaciones de fs. 290/ 291).

17. Que, en suma, las dificultades experimentadas en la obtención del agua, lejos de haber sido
provocadas por las circunstancias extraordinarias e imprevisibles alegadas por la parte actora -esto
es la escasez de lluvias-, resultaron fruto de su falta de diligencia. Ello es así, en la medida en que
no actuó con el cuidado que requería nada menos que la provisión de un elemento imprescindible,
para ejecutar la obra de la que fue adjudicataria. Debió exigirse a sí misma una mayor prudencia -
propia de la trayectoria y experiencia en el mercado que ella admitió- de una magnitud que no
autorizara la formulación de ningún reproche acerca del cumplimiento del contrato (arg. arts. 512,
902 y 929, Cód. Civil).

18. Que, por lo demás, la pretensión de la recurrente resulta, al menos, un tanto confusa, si no
contradictoria, pues si bien en el memorial afirma categóricamente que "no reclama nuevos
precios unitarios ni reajuste de los pactados" (fs. 821vta.), en sede administrativa, contrariamente,
solicitó "la aplicación de los nuevos precios unitarios presentados por nuestra nota de pedido 479,
a partir del 1/11/88" (ver nota del 24 de agosto de 1989, a fs. 197/198, expte. T. I. 4011/89). Tal
verificación conduce al rechazo del agravio por aplicación del art. 22 del pliego complementario de
condiciones, en tanto dispone que si "en el curso de la construcción las fuentes elegidas no
proveen total o parcialmente, los materiales necesarios para la construcción, ese hecho no será
base de reclamaciones por reajuste de precios unitarios ni para negociar nuevos precios unitarios"
(fs. 51, expte. 461-8-1987).
19. Que en lo que concierne a la alegada responsabilidad del comitente en su carácter de
proyectista (art. 4°, ley 13.064), dicho argumento debe ser desestimado por extemporáneo en
tanto sólo fue introducido en el memorial presentado ante esta Corte sin que hubiera sido
propuesto a los jueces de las instancias anteriores (art. 277, Cód. Procesal Civil y Comercial de la
Nación).

20. Que las críticas relativas a la imposición de las costas y a la regulación de los honorarios de los
letrados de la parte demandada no son concretas ni razonadas, por lo que, al resultar
insuficientes, debe declararse desierto dicho capítulo del recurso (art. 280, Cód. Procesal Civil y
Comercial de la Nación).

Por ello, se confirma la sentencia apelada. Con costas (art. 68, primera parte, Cód. Procesal Civil y
Comercial de la Nación). - Carlos S. Fayt. - Augusto C. Belluscio. - Enrique S. Petracchi. - Eduardo
Moliné O'Connor. - Guillermo A. F. López. - Adolfo R. Vázquez. - Juan C. Maqueda.

CERRARCERRAR
Condiciones de uso y políticas de privacidad
Aviso de cierre de sesiónAviso de cierre de sesión La Ley online
Pulse el botón Continuar para mantener activa su sesión de La Ley online o la misma se cerrará en
1 minuto

También podría gustarte