Rousseau
Rousseau
Rousseau
En este sentido, Rousseau encuentra que hay dos elementos que operan como basamento de la ley
natural, dos principios que son anteriores a la razón producto de la sensibilidad.
Tanto para Hobbes como para Locke, la ley natural les es dada a los hombres por medio de la razón, para
Rousseau es producto de la sensibilidad, el no dañar a otros, por ejemplo, no es producto de la razón,
sino que de la sensibilidad.
En síntesis, la ley natural debe estudiarse a partir de la naturaleza humana, y no como han hecho Hobbes
y Locke a partir de la ley natural.
Estos dos principios producto de la sensibilidad, anteriores a la razón son por un lado el amor de sí mismo,
que es aquello que nos conduce a nuestra propia conservación. Por el otro, la piedad, que es aquello que
conduce a la preservación del resto de la especie, es decir, la repugnancia que nos produce el sufrimiento
del otro.
Para Rousseau no hay justo ni injusto, malo ni bueno, no hay propiedad, no hay sociedad, no hay artes, no
hay industria, En este punto es muy similar al estado de naturaleza que describe Hobbes a excepción del
hecho de que no hay guerra, la insociabilidad natural es aún más radical que la del propio Hobbes, el
estado de naturaleza es un estado de soledad, no hay guerra ni paz porque lo que no hay es una relación
duradera.
Entonces ¿Por qué los hombres luchan por la obediencia como si estuvieran luchando por la libertad?
La experiencia no es suficiente para salir de conjeturas e hipótesis, es una historia hipotética acerca del
origen de la historia. Los hechos relatados son huellas históricas, nos mantienen dentro de la historia. Hay
que salirse de la historia para ver su surgimiento. Quizás nunca haya existido pero es necesario plantearlo
como hipótesis. Es una suerte de utopía invertida, es una idea de proyección al pasado con la idea de un
estado natural original. Es necesario siempre tener presente la condición natural del hombre y la causa de
su desnaturalización para comprender el presente y poder transformarlo. El hombre moderno está en el
centro de su interrogación filosófica.