Artículo 1, Cuestión 1, Sobre La Verdad
Artículo 1, Cuestión 1, Sobre La Verdad
Artículo 1, Cuestión 1, Sobre La Verdad
✤ Argumentos a favor
๏ 1. Dice Agustín [5], en el libro de los Soliloquios, que lo verdadero es lo que es.
๏ 2. Uno que respondía decía que se identifican [6] en los sujetos, pero son
diferentes en la razón.
๏ 3. Todas las cosas que difieren ante la razón, lo son de manera que una de
ellas puede entenderse sin la otra.
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• De modo ninguno puede entenderse el ser, si se separa lo verdadero,
que si se entiende es precisamente por ser verdadero.
• Pero no puede ser disposición del ser, ya que es una disposición que
no corrompe totalmente.
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• Ni difieren en algunas diferencias, que convendrían necesariamente en
un género común.
✤ Argumentos en contra
• Y esto es falso.
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๏ 3. Según Boecio, en el libro De hebdomadibus [17]: son diversos el ser y lo que
es en todas las creaturas.
• Y dice el Comentarista, en el mismo libro [19], que todas las otras cosas
se dicen por la información del ser, es decir, son posteriores al ser.
๏ 5. Las cosas que, en común, se dicen de la causa y de los causados, son más
uno en la causa que en los causados.
• Por tanto, con mucha más razón, estas cuatro cosas deben distinguirse
en las creaturas por algo más que por la razón.
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✤ Respuesta [20]
• Por ello, es preciso que todos los otros conceptos del entendimiento se
formen como adición al ser.
• Con esto prueba el Filósofo, en Metafísica III [23], que el ser no puede
ser género.
๏ Dícese, en conformidad con esto, que algunas cosas se añaden al ser en cuanto
expresan un modo del mismo ser que no se expresa con el mismo nombre de
ser.
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• Exprésase con el nombre sustancia cierto modo especial
de ser.
๏ Si el modo del ser se toma del segundo modo, es a saber, según el orden de
uno a otro, puede ser, a su vez, de dos modos.
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• Dícese algo [27] como otra esencia.
• Sólo puede darse esto, si, por naturaleza, algo conviene a todo
ser.
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• Y esto es lo que lo verdadero añade al ser: la conformidad o
adecuación de la cosa y del entendimiento, de la que se sigue el
conocimiento de la cosa, como se dijo.
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• Y Agustín, en el libro De vera religione [39]: La verdad es aquello
por lo que se muestra lo que es.
• En este caso, las cosas que difieren por la razón son de manera que
una se entiende sin la otra.
• De otro modo, puede tomarse que algo se entiende sin otro que no
existe.
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• No es, por ello, forzoso que quien entiende la razón del ser, entienda la
razón de lo verdadero, como tampoco que quien entiende el ser,
entienda el entendimiento agente, si bien nada puede entenderse sin el
entendimiento agente.
• Del hecho de que las cosas que son causa de que otras sean, son seres
en grado sumo y las que son causa de la verdad son verdaderas en
grado sumo, el Filósofo concluye que es el mismo el orden de una cosa
en el ser y en la verdad.
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๏ 7. A lo séptimo ha de decirse que lo verdadero no se extiende a algo más que
el ser.
• Por donde es patente que todo lo verdadero es, en cierto modo, ser.
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porque, aunque las personas se distinguen realmente una de otra, no se
distinguen realmente por la esencia. Por ello, tampoco la verdad, la cual se
apropia a la persona del Hijo, se distingue del ser, que es cosa dela esencia.
Tercero, aunque el ente, el uno, lo verdadero y lo bueno están más unidos en
Dios que en las cosas creadas, no es necesario que también se distingan en las
creaturas, por distinguirse en Dios. Acaece en aquellas cosas que no son por
naturaleza una sola cosa realmente, como la sabiduría y la potencia, que,
siendo una sola cosa en Dios, se distinguen realmente en las creaturas; sin
embargo, el ente, el uno, lo verdadero y el bien son realmente una sola cosa
por naturaleza. Por tanto, son realmente una sola cosa donde se dan, aunque
sea más perfecta la unidad con que se dan en Dios, que la que se da en las
creaturas.
Notas
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desarrollo de la cuestión se verifica un proceso de penetración y
de integración de la totalidad. La pregunta por la verdad se
propone desde la realidad del ente, y el ente se comprende
desde el acto de ser: «nomen ente ab actu essendi sumitur» (ad
3). Por ello la cuestión se centra en la relación entre el ente y su
verdad, lo verdadero. La entidad precede la verdad, la
adecuación del entendimiento por medio del juicio la constituye,
el conocimiento subsiguiente la manifiesta. Es una en el
entendimiento divino, es múltiple en los entendimientos creados.
Por ello la verdad es eterna, es inmutable, es esencial vista
desde Dios, y es temporal, cambiante, histórica, desde la
comprensión de los entes. En su origen, como el ser, toda verdad
viene de Dios y procede del Espíritu Santo. La verdad está
también en los sentidos, pero sólo de modo material, en cuanto
está en relación al entendimiento. Por ello el sentido no puede
decirse falso, la falsedad es exclusiva del entendimiento no
adecuado a las cosas. El drama del hombre, desde esta
perspectiva, consiste en que, siendo apto para la verdad,
destinado a conocerla, a poseerla y testimoniarla, la ignore, no le
conceda el puesto que le compete y quede prisionero de la
falsedad. «Tenemos que amar tanto la verdad cuanto al hombre.
Pero debemos amar la verdad más que al hombre. Pues al
hombre tenemos que amarlo principalmente por la verdad y por la
virtud. La verdad es el mejor amigo al cual se debe honor y
reverencia. La verdad tiene “algo de divino”, porque en su origen
y principalmente se encuentra en Dios. Por ello [Aristóteles]
concluye que es sagrado rendir honor a la verdad y preferirla a
los amigos» (In Ethic. I lectio 6 n.77-78).
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[3] La pregunta del artículo. La cuestión se abre con la pregunta por la verdad en
toda su amplitud. La cuestión de Tomás, Quid est ventas? se presenta al hombre,
cuyo entendimiento está inclinado por su naturaleza a la verdad y con amor
connatural a la verdad. El ser humano es capaz de la verdad y por ello su destino
es buscarla y alcanzarla. La inclinación a la verdad se da en todo ser humano,
antecede todo conocer concreto y dura toda la vida. Pilato hace esa misma
pregunta a Cristo (Jn 18,38), el cual no le da respuesta. Tomás interroga por la
verdad como teólogo, al cual compete la comprensión de la realidad a la luz del
misterio de Dios (Summa 1 q.1 a.7: omnia autem pertractantur in sacra doctrina
sub ratione Dei). La pregunta por la verdad es ya, de suyo, una pregunta que de
modo implícito se refiere a Dios. Tomás afirma con rotundidad que todo
conocimiento es de algún modo un conocimiento de Dios: Ornnia cognoscentia
cognoscunt implicite Deum in quolibet cognito (De Veritate 22, 2 ad 1). En
definitiva, Dios es la verdad fontal, de la cual procede toda otra verdad. Pero la
verdad explícita acerca de Dios no se le da por naturaleza al hombre; en cambio
se le da, como pedía Lessing, la inquietud por indagarla. La verdad es el bien del
entendimiento, el fin del universo. Por ello se puede definir al hombre como el
ser que busca la verdad (Lides et ratio, n.l. 28). Toda la cuestión tiene su centro en
Dios, el Dios de la verdad primera y fontal, de la verdad eterna e inmutable,
causa de toda verdad. La búsqueda de la verdad es una búsqueda implícita de
Dios, y toda verdad, venga de donde viniere, afirma Tomás más adelante
siguiendo al Ambrosiaster, procede del Espíritu Santo. A pesar de ello Dios es
siempre misterio, un Deus absconditus para el hombre en camino. Por ello Tomás
no parte del concepto de Dios para llegar a la verdad, sino del ente y de su
propiedad de ser verdadero, para apartarse del error y ponerse en camino hacia
Dios. No se trata sólo de dar sentido a la vida humana, sino de fundarla en la
verdad absoluta. Por ello ésta es una cuestión, siempre abierta, una cuestión
disputada, que espera una respuesta.
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[6]Mencionan la misma distinción PHILIPPUS CANCELLARIUS,
Summa de bono (ms. Vat. lat. 7669, f.2rb) y ALBERTUS, De bono
I q.1 a.8 (ed. Col. XXVIII p.15).
VIII 29M).
[14] Cf. G. DE SITYRESW, Introductiones in logicam (ed.
Grabmann, Sitzungsber. d. Bayer. Akad. der Viss. Philos. hist.
Abt. 1937, Heft 10 (München 1937), p.86, 24; y Aristóteles, Topic.
V 2 (130a34) y De soph. elench. c.3 (165b15).
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[17] Ed. Peiper, p.169, 26.
[18] Prop.4.
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añadido al uno, otros trascendentales, el de la verdad, la bondad
y la belleza, que eran ante todo atributos de Dios. Tomás opta por
la vía de la distinción de razón con fundamento real. Una serie de
objeciones, que tienen su origen en Agustín, en Boecio, y en
Aristóteles, presentan la identidad entre los dos conceptos, el del
ser y el de la verdad del ser. Otra serie de objeciones tiene en
cuenta el peligro de la separación entre la verdad y el ser, la total
diversidad. La genialidad de Tomás es haber encontrado el punto
medio, distinción sí, pero sólo de razón; tautología no, desarrollo
explícito de lo que queda implícito en el ente. El camino recorrido
por Tomás se presenta como el camino regio que Kant deseaba
para la ciencia, un sendero lleno de luz.
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apertura, como quodammodo omnia (De anima III 8:
341a21). El alma puede establecer una relación positiva de
conveniencia por medio de sus facultades, entendimiento
cognoscente, y voluntad apetente. Por ello:
a’) todo ente es amable y apetecible, como una perfección en
acto que atrae la voluntad, y por ello es bonum, tiene razón de
fin.
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[23] Metaph. III8 (998b22).
(73b5ss).
componitur cum quis et fit aliqua aliquod» (ms. Paris B.N. lat.
7625 A. f.7rb).
por ejemplo, Super Sent. I d.34 q.3 a.1 arg.4; ib. d.35 a.l obi.4. Tal
vez se refieren a Aristóteles, Ethic. VI 1 (1139ª10) o a Isaac, Liber
de Definicionibus (ed. Muckle, p.303 y 330). Cf. por el contrario,
Tomas, Super Boet. De Trin. q.5 a.3 (entre las tachaduras, ed.
Decker, p.231) donde está expresamente, «Dice, por ello, Algazel
que la ciencia es la asimilación del que sabe a la cosa sabida, y
el Filósofo, en XI de la Metafísica, que el entendimiento entiende
según la asimilación del inteligible». Cf. Algazel, Metaph. p.I, tr.3
sent.2 (ed. Muckle, p.64); Aristóteles, Metaph. XII 8 (1076b20).
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[32] IIc.5 (ML 32,889). Cf. nota 2.
I pars. 88.
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[40]C.31 (ML 34,147), se halla literalmente en Summa fr.
Alexandri, lugar citado.
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10. Verum est declarativum et manifestativum esse (HILARIUS,
De Trinitate V,3: ML 10,131C).
11. Veritas est qua ostenditur id quod est (AUGUSTINUS, De
Vera religione, 36: ML 34,151).
12. Veritas est secundum quam de inferioribus judicamus
(AUGUSTINUS, De Vera religione, 31: ML 34,147).
En este grandioso panorama de la verdad pueden tener cabida
tanto los aciertos que preceden la búsqueda de la ratio veri y son
los que prevalecen en los principios de la filosofía, o pueden ser
los que recurren a la manifestación y presencia como ocurre con
los modernos, cuando el giro antropológico ha dado la
preferencia al conocer sobre el ser. Heidegger ha llevado al
extremo esta tendencia en sus obras acerca de la verdad. Tomás
mantiene su equilibrio, y no obstante comience con el concepto
primario del ente, lo más notorio, no cae en las redes de la
inmanencia, ni la dictadura del a priori, tan de moda a partir de
Kant.
Hoc est ergo quod addit verum supra ens, scilicet conformitatem,
sive adaequationem rei et intellectus, ad quam conformitatem, ut
dictum est, sequitur cognitio rei.
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adaequatio rei et intellectus; 3) verdad fenomenal: adaequatio rei
et intellectus.
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INSULts, Regulae de sacra theologia 25 (ML 210,633 B); li… es
del componente: Aristóteles, Metaph. V, 9 (1017a22 y 31), como
refiere ToMÁs, In Sent. III d.6 q.2 a.2.
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