Adminitracion
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RETALHULEU, SUCHITEPÉQUEZ
CURSO: administración.
MAZATENANGO SUCHITEPÉQUEZ
Introducción
Una visión panorámica del impacto del desarrollo de la globalización (o mundialización) de la
economía sobre la salud humana en el ámbito mundial la ofrece en pocas palabras el Informe sobre
Desarrollo Humano 2001, publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Dice
allí:
«En distintas partes del mundo se aprecian niveles inaceptables de privaciones en la vida de
la gente. De los 4 600 millones de habitantes de los países en desarrollo, más de 850 millones son
analfabetos, casi 1 000 millones carecen de acceso a fuentes de agua mejoradas, y 2 400 millones
no tienen acceso a servicios sanitarios básicos. Cerca de 325 millones de niños y niñas no asisten
a la escuela. Además, 11 millones de niños menores de 5 años mueren cada año, es decir, más de
30 000 niños cada día, por causas que podían evitarse. Alrededor de 1 200 millones de personas
viven con menos de 1 dólar al día -dólar de Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) en 1993-
y 2 800 millones con menos de 2 dólares al día. Esas privaciones no se limitan a los países en
desarrollo. En los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico
(OECD), más de 130 millones de personas padecen pobreza de ingreso, 34 millones se encuentran
desempleadas y la tasa media de analfabetismo funcional de adultos alcanza el 15 %».1
Estos hechos pueden sintetizarse aún más, en una palabra: pobreza. Entonces la pregunta clave
es: ¿por qué? Mi respuesta: la globalización neoliberal; creación de la empresa capitalista, que
impone la flexibilidad laboral, da mayor poder a los empresarios; desestabiliza los sindicatos,
utiliza frecuentemente la corrupción y desmonta el estado de bienestar. Además de limitar la
soberanía de las naciones, fomentar el pensamiento único que imponen desde los medios de
comunicación masivos, y aspirar a la homogeneidad cultural, todo en un escenario de dirección
unipolar, con un gran caudillo, los EE.UU.
Esta catástrofe, sin que me considere «catastrofista», la caracteriza Dieterich en estos términos:
«Si se juzga la eficiencia de una economía en cuanto a su: 1. Tasa de crecimiento económico; 2.
La distribución de la riqueza; 3. La creación de empleos y, 4. La reducción de la deuda externa e
interna; entonces el balance en cada uno de estos parámetros es desastroso».2
Enfoque económico
Los adelantos cientificotécnicos más recientes, que conforman el nuevo paradigma, pueden
agruparse en 4 vertientes fundamentales:
Lo más valioso de los avances en biotecnología es que mediante ella la producción agropecuaria
podría alejarse de manera radical de las determinantes naturales (calidad del suelo, de las semillas,
de las razas de animales, régimen de lluvia, temperatura), que tanta incertidumbre encierran
siempre para este sector y que tanto pudiera influir en la alimentación humana.
Un balance general del progreso cientificotécnico permite concluir que las naciones del llamado
«primer mundo» han ganado una mayor independencia respecto al suministro y otras influencias
provenientes de las naciones subdesarrolladas. Por otra parte, las nuevas conquistas causarán un
retroceso (y no coyuntural, sino sostenido), de las posiciones de las naciones subdesarrolladas
dentro de la economía mundial, lo que acentuará la pérdida de capacidad negociadora, la tendencia
a las acciones individuales o descoordinadas por los países y, en definitiva, a una diferenciación
económica aún mayor, que será aprovechada por las potencias centrales y sus corporaciones
transnacionales para aplicar políticas que promuevan el establecimiento de relaciones selectivas.
Enfoque social
La pobreza es el problema social más importante e impactante en el inicio del siglo. Ella crece
en términos absolutos y relativos en un mundo que ha alcanzado grandes posibilidades de
producción material y cientificotécnica, capaz de elevar el nivel y la calidad de vida de la población
mundial.
La Cumbre del Milenio ha reconocido a la pobreza como un problema capital. Ella es la causa
de muchas otras calamidades. Es cita clásica remitirnos a Johan Peter Frank, que en 1790 afirmó
que «La miseria es la madre de todas las enfermedades».
Otra realidad latinoamericana es el creciente deterioro del tejido social, entendido como «el
conjunto de fuerzas de cohesión y acción social, generadas por la vigencia de unos acuerdos y
motivaciones de convivencia basados en valores históricamente construidos, refrendados y
aplicados en un determinado grupo.
Aquí se sustituye solidaridad por competencia, lo colectivo por lo individual, lo público por lo
privado, lo inmediato utilitario por lo progresivo fundamental. Todo esto conduce al debilitamiento
de valores y prácticas que daban cohesión y sentido a la vida en sociedad y a su sustitución por
otras de signo contrario.
De modo globalizado también, la corrupción deviene de una aparición ocasional y punible, a
práctica cotidiana, no ya aceptada, sino exaltada.
A lo largo de la frontera descrita, cientos de personas pierden su vida cada año ,volvamos a la
pobreza, que no es un fenómeno exclusivo de los países subdesarrollados. También hemos visto
elevarse las disparidades en la distribución del ingreso en el interior de la de las naciones del
«primer mundo», donde se habla de «bolsones de pobreza». De esta manera, la dinámica de la
globalización no solo está impulsando la aparición de mecanismos que inducen a la pobreza de
naciones subdesarrolladas, sino también a sectores numerosos de población de países
industrializados.
Otra visión de lo social en relación con la globalización nos muestra que lejos de apoyar la
distensión sociopolítica internacional se aprecia la aparición y desarrollo de movimientos sociales,
étnicos y religiosos que parecen la expresión de problemas latentes no resueltos, y que afloran al
atenuarse la confrontación este-oeste.
Dicha en otras palabras, el mundo actual se distingue por la existencia de una amplísima
variedad de movimientos sociopolíticos en los cuales participan muy disímiles agentes y que hacen
muy difícil seguir las alianzas sociales y políticas que se han ido creando en torno a estos. Estos
movimientos no solo se ven influidos por distintos fenómenos y proceso que se dan en el ámbito
internacional, sino que a su vez influyen en su ulterior evolución.
Pero quizás la tendencia social de implicaciones más impredecibles sea la desintegración que
se manifiesta en muchas sociedades como resultado del entrelazamiento de los más diversos
fenómenos, procesos y tendencias.
«¡ha surgido últimamente, después del 11de septiembre, un nuevo frente que no imaginábamos,
porque la globalización era para nosotros un movimiento esencialmente económico y desde el 11
de septiembre la globalización ha adoptado en cierta medida, o ha abierto un frente militar! Es
decir que esta vez EE.UU. ha decidido dotar a la globalización de lo que podríamos llamar su
aparato de seguridad. La globalización ya no es solo un proceso, sino que ahora es un proceso,
pero amparado, protegido y a veces precedido por este aparato de seguridad militar».
Pero a esta ofensiva en el frente militar, se suma la ofensiva ideológica. Esto se da en el campo
de la manipulación de las masas, mediante el uso de las nuevas tecnologías de la información
(Internet) y la ofensiva cultural norteamericana. EE.UU. posee prácticamente el monopolio
universal sobre la noticia, que frecuentemente fabrica (mentira reciente: Cuba produce y exporta
elementos para la práctica del bioterrorismo). Aunque luego hubo un desmentido, por la tenaz
resistencia y diáfana respuesta cubana, muchos no conocen la segunda parte y la idea quedó
sembrada: bioterrorismo a la cubana. Cuba, peligro para la seguridad nacional.
Del mismo modo que nos venden Mc Donals y Coca Cola, nos venden las privatizaciones, los
gobiernos de extrema derecha, la flexibilidad laboral, el desmontaje de la seguridad social y las
elecciones «libres y democráticas» (otra mentira algo menos reciente: George W. Bush ganó la
elección presidencial en la Florida).
El nuevo contexto internacional tiene como otras de sus tendencias políticas la aparición y
desarrollo de nuevas formas de injerencismo: En Cuba luchamos entre otras cosas con las leyes de
EE.UU. conocidas como Helms - Burton y Torricelli, que se aplican transnacionalmente
sancionan-do a países, empresas o personas que comercian con Cuba, o disposiciones del ejecutivo
de ese país que dan apoyo financiero a pequeños grupos de sus seguidores políticos dentro del
país.
Asistimos pues, a un momento de importantes agresiones al principio del respeto de la soberanía,
la autodeterminación, la independencia y la no injerencia en los asuntos internos de los países.
Enfoque político
Tal tipo de asociación entre una gigantesca potencia industrial, tecnológica y financiera, con
países que padecen un alto grado de pobreza, subdesarrollo y dependencia financiera respecto a
instituciones que están bajo la égida de Estados Unidos, que controla, rige y decide el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y otras,
impone tales condiciones de desigualdad, que solo implicará la absorción total de la economía de
los demás países de América Latina y el Caribe por la economía de los Estados Unidos».17
Es obvio que este acuerdo se propone en el momento de mayor debilidad política (mundo
unipolar hegemónico) y económico (deuda externa) de los países de América Latina. El mismo
comprometerá el futuro de la región y de sus pueblos.
Otro elemento necesario a tener en cuenta es el problema de los diferentes niveles de desarrollo
entre los países. Hasta hace pocos años en todo esfuerzo multinacional de cooperación se aceptaba
dar un trato preferencial a los países menos desarrollados. El neoliberalismo abandona este criterio,
se postula la reciprocidad (entiéndase también todos neoliberales), con una sola diferencia que los
plazos sean ligeramente diferentes.
Añado, respecto al ALCA, que tomemos nota de un objetivo más no declarado: minar y
paralizar la integración económica latinoamericana.
Enfoque de salud
Aunque puede pensarse que hasta aquí no he tratado el tema de salud, opino que todo el tiempo
si he tratado sobre salud.
Cuando se piensa en salud hoy es obligado pensar, analizar, comprender, las palabras clave de la
salud humana y los sistemas de salud actuales: pobreza, globalización, neoliberalismo,
inequidades, exclusión, deterioro del tejido social, migraciones, movimientos sociopolíticos,
terrorismo, deuda, privatizaciones, libre comercio...
El siglo XXI comenzó con los que algunos consideraron un documento aparentemente
sorpresivo, pero no fue sorpresa para los más avisados, como Navarro, Hernández Álvarez, un
grupo de la Fundación «Oswaldo Cruz» y ALAMES/IAHP. Se trata de lo que llamo Informe
Brundtland 2000.20-24
El Informe es un esfuerzo notable, realizado por expertos, conocedores sobre todo de las
políticas del Banco Mundial, con el que han trabajado, y apoyado por la experiencia de un notable
sanitarista propulsor de la reforma neoliberal.
No es pues sorpresa el cambio de política que se aprecia en lo que a la OMS respecta. Se
defiende la eficiencia económica, sobre la equidad social. Se atribuye a los servicios de salud éxitos
que no se fundamentan. Navarro hace certera critica a esta posición.25
Las ideas que el Informe presenta están lejos de los puntos de vista que aquí se han expuesto en
los párrafos anteriores: lo económico, lo político, lo social, lo cultural, no es pertinente en el
análisis de la situación de salud y los sistemas de salud. Lo pertinente es quien paga por los
servicios, concluyendo que deben pagar todos (equidad financiera se llama esto). La pregunta es
¿cómo pagan los pobres?, que son muchos, la mayoría.
En fin se defienden posiciones conservadoras, se abandonan las ideas que surgieron al llamado
de Alma - Atá.
Es un informe que apoya las reformas que han impuesto el Fondo Monetario Internacional y el
Banco Mundial, la Reforma Neoliberal, ya hoy bien conocida por su fracaso.
La OMS se ha alineado con la corriente globalizadora neoliberal, pero podemos pensar que
todos somos parte de la OMS; trabajemos para modificar esa situación.
Cabe hacer patente que la economía global ha dado lugar a importantes ventajas como la
especialización y el dinamismo en el libre intercambio de bienes y servicios, la fluidez en el
movimiento del trabajo, el aprovechamiento de las economías de escala y el aumento en la
promoción de las inversiones.
Hoy sería casi imposible comprender la actividad y la naturaleza de las relaciones en otros
ámbitos, como el político, el social, el militar e incluso el cultural si no es a la luz de la economía
global. En pocas palabras, nuestra visión del mundo ha cambiado de forma radical e inevitable a
raíz de su advenimiento.
1) La economía global ha experimentado una serie de cambios significativos en los últimos años.
A pesar de los desafíos y las incertidumbres, el crecimiento económico se ha mantenido en muchas
partes del mundo.
Sin embargo, existen algunas preocupaciones que merecen atención. Una de ellas es la creciente
desigualdad económica, tanto a nivel nacional como internacional. La brecha entre ricos y pobres
se ha ampliado en muchos países, lo que genera tensiones sociales y políticas.
En este contexto, la cooperación internacional se ha vuelto cada vez más importante para
abordar los desafíos económicos globales. Los países necesitan trabajar juntos para encontrar
soluciones comunes y promover políticas que impulsen el crecimiento inclusivo y sostenible.
Por otro lado, la tecnología y la automatización también están cambiando la economía global.
Si bien esto ha llevado a mejoras en la eficiencia y la productividad, también ha dado lugar a la
pérdida de empleos en algunos sectores. Es necesario encontrar un equilibrio entre la adopción de
nuevas tecnologías y la protección de los trabajadores.
3). La globalización económica ha demostrado cómo la salud humana está intrincadamente ligada
a una amplia gama de factores que trascienden las fronteras nacionales. Esta interconexión se
manifiesta de diversas formas en el ámbito de la salud, evidenciando que la dinámica global tiene
un profundo impacto en el bienestar de las personas en todo el mundo. Uno de los aspectos más
notables es la producción y distribución internacional de alimentos y productos. Mientras que esto
puede brindar una variedad de opciones en la dieta, también puede influir en la calidad de la
nutrición y la exposición a sustancias químicas potencialmente dañinas. Además, el intercambio
económico global puede desencadenar consecuencias en la salud mental. La competencia en un
mercado globalizado puede generar un estrés considerable en los individuos y sociedades, ya que
las preocupaciones laborales y la incertidumbre sobre el futuro se intensifican. Este estrés puede
contribuir a problemas de salud mental y emocional que tienen ramificaciones profundas en la
calidad de vida. La relación entre la globalización y la salud también se refleja en la propagación
de enfermedades. Los patrones de viaje y comercio modernos facilitan la rápida diseminación de
enfermedades infecciosas, lo que hace que la cooperación internacional sea esencial para detectar
y controlar brotes a nivel global. La pandemia de COVID-19 es un recordatorio vívido de cómo la
salud pública puede verse comprometida por la interconexión global. En última instancia, esta
interacción compleja entre la globalización y la salud destaca la necesidad de una cooperación
internacional efectiva. Establecer estándares y regulaciones comunes se vuelve crucial para
abordar cuestiones emergentes de salud y garantizar que todos los individuos, independientemente
de su ubicación, tengan la oportunidad de disfrutar de una buena salud. La colaboración en la
investigación médica, la atención médica y la adopción de políticas de salud basadas en evidencia
se convierten en imperativos para abordar los desafíos planteados por la globalización. En última
instancia, esta compleja relación requiere una acción conjunta y concertada para garantizar que la
globalización beneficie a la salud de todos en el mundo.
Conclusiones:
Por lo tanto, el enfoque económico proporciona una lente analítica a través de la cual podemos
comprender cómo se asignan los recursos escasos para satisfacer necesidades ilimitadas en una
sociedad. Desde las teorías clásicas de oferta y demanda hasta las perspectivas más modernas de
economía conductual, este enfoque nos ha brindado herramientas poderosas para analizar y tomar
decisiones informadas sobre cuestiones económicas. Sin embargo, es crucial reconocer que el
enfoque económico no debe considerarse de manera aislada, sino en conjunción con
consideraciones sociales, políticas y de salud para lograr un desarrollo equitativo y sostenible.
En resumen, el enfoque social nos permite entender cómo las interacciones humanas, las
normas culturales y las estructuras sociales influyen en la forma en que las personas experimentan
la vida en sociedad. A través de la sociología, la antropología y otros campos afines, hemos
explorado las complejidades de la identidad, la desigualdad, la justicia y la dinámica de grupos en
diferentes contextos. Al integrar este enfoque con consideraciones económicas, políticas y de
salud, podemos aspirar a construir comunidades más inclusivas y empáticas que aborden los
desafíos del mundo actual de manera más completa.
Por otro lado, el enfoque político es esencial para comprender cómo se ejerce el poder, se toman
decisiones y se establecen las reglas en una sociedad. La ciencia política y el análisis de políticas
nos permiten explorar las dinámicas gubernamentales, la participación ciudadana y la formulación
de leyes que dan forma a nuestras vidas colectivas. Sin embargo, es importante recordar que el
enfoque político está intrínsecamente vinculado a los enfoques económicos, sociales y de salud.
La interacción de estos enfoques influye en la dirección que toma un país en términos de desarrollo,
equidad y bienestar general.