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UNIVERSIDAD DE OCCIDENTE DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA EXTENSIÓN

RETALHULEU, SUCHITEPÉQUEZ

PROFESORADO DE ENSEÑANZA MEDIA EN PEDAGOGÍA Y PSICOLOGÍA

CURSO: administración.

2202098017 Luis Ronaldo Chen Orozco

2202098036 Mónica Lisseth Ortega Linares

2202098021 Wagner Steven Quan Moreno

2202098007 Bárbara Alejandra Pérez Chim

2202098008 María Teresa lacayo

MAZATENANGO SUCHITEPÉQUEZ
Introducción
Una visión panorámica del impacto del desarrollo de la globalización (o mundialización) de la
economía sobre la salud humana en el ámbito mundial la ofrece en pocas palabras el Informe sobre
Desarrollo Humano 2001, publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Dice
allí:

«En distintas partes del mundo se aprecian niveles inaceptables de privaciones en la vida de
la gente. De los 4 600 millones de habitantes de los países en desarrollo, más de 850 millones son
analfabetos, casi 1 000 millones carecen de acceso a fuentes de agua mejoradas, y 2 400 millones
no tienen acceso a servicios sanitarios básicos. Cerca de 325 millones de niños y niñas no asisten
a la escuela. Además, 11 millones de niños menores de 5 años mueren cada año, es decir, más de
30 000 niños cada día, por causas que podían evitarse. Alrededor de 1 200 millones de personas
viven con menos de 1 dólar al día -dólar de Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.) en 1993-
y 2 800 millones con menos de 2 dólares al día. Esas privaciones no se limitan a los países en
desarrollo. En los países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico
(OECD), más de 130 millones de personas padecen pobreza de ingreso, 34 millones se encuentran
desempleadas y la tasa media de analfabetismo funcional de adultos alcanza el 15 %».1

Estos hechos pueden sintetizarse aún más, en una palabra: pobreza. Entonces la pregunta clave
es: ¿por qué? Mi respuesta: la globalización neoliberal; creación de la empresa capitalista, que
impone la flexibilidad laboral, da mayor poder a los empresarios; desestabiliza los sindicatos,
utiliza frecuentemente la corrupción y desmonta el estado de bienestar. Además de limitar la
soberanía de las naciones, fomentar el pensamiento único que imponen desde los medios de
comunicación masivos, y aspirar a la homogeneidad cultural, todo en un escenario de dirección
unipolar, con un gran caudillo, los EE.UU.

Esta catástrofe, sin que me considere «catastrofista», la caracteriza Dieterich en estos términos:
«Si se juzga la eficiencia de una economía en cuanto a su: 1. Tasa de crecimiento económico; 2.
La distribución de la riqueza; 3. La creación de empleos y, 4. La reducción de la deuda externa e
interna; entonces el balance en cada uno de estos parámetros es desastroso».2
Enfoque económico

El actual proceso de globalización constituye la principal tendencia mundial de nuestro tiempo.


Es un proceso primariamente económico.

En la industria, sin que la producción en masa se haya abandonado, se ha llegado a un enfoque


flexible, gracias a las nuevas tecnologías surgidas a fines del siglo (automatización, máquinas
multipropósito).

El modelo técnico-económico se resume en:

• amplia variedad de descubrimientos e inventos


• estos por el carácter polifacético de su aplicación, se han utilizado en casi todas las
esferas de actividad, y han revolucionado éstas,
• se busca una mejor adecuación entre los objetivos del capital con la situación existente
en los recursos naturales agotables y del medio, entre otros.

La globalización se caracteriza por la pretensión de concentrar aún más el poder económico y


político en el ámbito mundial. Esto ya ha ocurrido. Las estrategias y modelos de funcionamientos
de las empresas transnacionales se han modificado, la fusión de empresas predomina: Ciba-Geigy-
Sandoz = Novartis. Así controlan mejor la producción, los mercados, los recursos financieros y la
actividad de investigación y desarrollo a escala mundial.

Los adelantos cientificotécnicos más recientes, que conforman el nuevo paradigma, pueden
agruparse en 4 vertientes fundamentales:

• el surgimiento y desarrollo de la microelectrónica,


• los avances obtenidos en el campo de la biotecnología,
• la creación de los denominados nuevos materiales
• la aparición de nuevos patrones en materia de consumo de recursos energéticos.

En el caso de la biotecnología, la evaluación de su impacto mundial (en especial en los países


subdesarrollados) solo puede avanzar muy preliminarmente, por las impredecibles consecuencias
de los múltiples cursos que pueden tener los descubrimientos en este campo.
Desde el punto de vista económico, las posibilidades abiertas por la biotecnología a las naciones
industrializadas (las cuales además de controlar ampliamente los novedosos descubrimientos,
pueden aplicarlos en gran escala) podrían resultar de muy adversas consecuencias para las naciones
subdesarrolladas. La obtención de producciones agrícolas con altos rendimientos y resistentes a
entornos inadecuados y la posibilidad de criar animales con condiciones óptimas, parecen
orientados a despojar a las naciones subdesarrolladas de sus últimos reductos de ventajas
comparativas, y de la producción de aquellos productos en que aún son importantes productores y
exportadores hacia los mercados mundiales.

Lo más valioso de los avances en biotecnología es que mediante ella la producción agropecuaria
podría alejarse de manera radical de las determinantes naturales (calidad del suelo, de las semillas,
de las razas de animales, régimen de lluvia, temperatura), que tanta incertidumbre encierran
siempre para este sector y que tanto pudiera influir en la alimentación humana.
Un balance general del progreso cientificotécnico permite concluir que las naciones del llamado
«primer mundo» han ganado una mayor independencia respecto al suministro y otras influencias
provenientes de las naciones subdesarrolladas. Por otra parte, las nuevas conquistas causarán un
retroceso (y no coyuntural, sino sostenido), de las posiciones de las naciones subdesarrolladas
dentro de la economía mundial, lo que acentuará la pérdida de capacidad negociadora, la tendencia
a las acciones individuales o descoordinadas por los países y, en definitiva, a una diferenciación
económica aún mayor, que será aprovechada por las potencias centrales y sus corporaciones
transnacionales para aplicar políticas que promuevan el establecimiento de relaciones selectivas.

En la situación descrita el hecho de ser la ciencia y la técnica el elemento más importante de


las fuerzas productivas, estas están monopolizadas por las naciones industrializadas y por sus
empresas transnacionales, que son las mayores inversoras en investigación-desarrollo y tienen el
mayor número de personal cientificotécnico. La inmensa mayoría de las patentes se registra en
esos países.

A propósito de esto, en el campo de los derechos de propiedad intelectual (de propiedad


industrial y de autor) las naciones dominantes han obtenido nuevos ámbitos jurídicos
internacionales. Las potencias económicas, en el marco de las negociaciones de la Ronda Uruguay
y de la instalación de la Organización Mundial de Comercio (OMC), introdujeron la idea de las
relaciones estrechas entre el comercio y los derechos de propiedad intelectual.
Detrás se escondía el reconocimiento de la importancia económica y política de estos derechos,
para ejercerlos como un arma de dominación y como un medio para obtener cuantiosos ingresos
por otorgamientos de uso de licencias y patentes.

Enfoque social

La pobreza es el problema social más importante e impactante en el inicio del siglo. Ella crece
en términos absolutos y relativos en un mundo que ha alcanzado grandes posibilidades de
producción material y cientificotécnica, capaz de elevar el nivel y la calidad de vida de la población
mundial.

La Cumbre del Milenio ha reconocido a la pobreza como un problema capital. Ella es la causa
de muchas otras calamidades. Es cita clásica remitirnos a Johan Peter Frank, que en 1790 afirmó
que «La miseria es la madre de todas las enfermedades».

La pobreza es la mayor fuente de inequidad. Universalmente presente, en América Latina se


manifiesta en todos los campos de la vida social, no sólo en el económico, también en la
distribución de las riquezas sociales, de las oportunidades, conocimientos, recursos, servicios y en
la participación en el poder y las decisiones colectivas. Para nuestra región, Franco ha dicho que:
«Si estos son perfiles de muchos años de historia, lo nuevo en realidad, parece ser, de un lado, el
crecimiento de las inequidades hasta límites incompatibles con la dignidad humana. Y por otro
lado la aceptación de la inequidad como un comportamiento casi natural e inevitable de la
racionalidad y el ordenamiento económico y politicosocial vigente.

Otra realidad latinoamericana es el creciente deterioro del tejido social, entendido como «el
conjunto de fuerzas de cohesión y acción social, generadas por la vigencia de unos acuerdos y
motivaciones de convivencia basados en valores históricamente construidos, refrendados y
aplicados en un determinado grupo.

Aquí se sustituye solidaridad por competencia, lo colectivo por lo individual, lo público por lo
privado, lo inmediato utilitario por lo progresivo fundamental. Todo esto conduce al debilitamiento
de valores y prácticas que daban cohesión y sentido a la vida en sociedad y a su sustitución por
otras de signo contrario.
De modo globalizado también, la corrupción deviene de una aparición ocasional y punible, a
práctica cotidiana, no ya aceptada, sino exaltada.

La exclusión, según Fleury, es la no-incorporación de parte significativa de la población a la


comunidad social y política, donde se niegan sistemáticamente sus derechos de ciudadanía, como
la igualdad ante la ley, las instituciones públicas y se les impide su acceso a las riquezas producida
en el país y cada vez son más las exclusiones y los excluidos

Las migraciones no controladas, se sustentan en un marco de pobreza: a) la crítica situación del


sector agropecuario, con sus arcaicos sistemas de tenencia y explotación de las tierras, b) el
desempleo y subempleo urbano, c) catástrofes naturales y d) los conflictos bélicos y la represión
política.

La migración ilegal, el tráfico de emigrantes, tráfico humano, ha devenido en empresa


multinacional y multimillonaria. Me detendré a mencionarla en un espacio para mi cercano, lo que
llamo la frontera sur de los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.). En la frontera terrestre
EE.UU.- México, en el Estrecho de la Florida (separa Cuba de EE.UU.), en el Canal Viejo de
Bahamas (separa Haití de EE.UU.) y en el Paso de la Mona (separa República Dominicana de
Puerto Rico, EE.UU.), se producen cotidianamente tragedias humanas, cuando emigrantes ilegales
pretenden cruzar estos límites. Un caso particular lo presenta el tráfico ilegal fomentado desde los
EE.UU., y por su gobierno, al crear condiciones de excepción para los cubanos que llegan a su
territorio, y donde se les brinda protección, al amparo de una ley criminal, denominada Ley de
Ajuste Cubano, que otorga privilegios insospechados a estos emigrantes, cuando a los de otros
países se les persigue o deporta.

A lo largo de la frontera descrita, cientos de personas pierden su vida cada año ,volvamos a la
pobreza, que no es un fenómeno exclusivo de los países subdesarrollados. También hemos visto
elevarse las disparidades en la distribución del ingreso en el interior de la de las naciones del
«primer mundo», donde se habla de «bolsones de pobreza». De esta manera, la dinámica de la
globalización no solo está impulsando la aparición de mecanismos que inducen a la pobreza de
naciones subdesarrolladas, sino también a sectores numerosos de población de países
industrializados.
Otra visión de lo social en relación con la globalización nos muestra que lejos de apoyar la
distensión sociopolítica internacional se aprecia la aparición y desarrollo de movimientos sociales,
étnicos y religiosos que parecen la expresión de problemas latentes no resueltos, y que afloran al
atenuarse la confrontación este-oeste.

Además, la extensión y profundización de la pobreza aportan causas para formas de


movimientos sociopolíticos de distinto perfil en muy distintas partes del mundo.

Dicha en otras palabras, el mundo actual se distingue por la existencia de una amplísima
variedad de movimientos sociopolíticos en los cuales participan muy disímiles agentes y que hacen
muy difícil seguir las alianzas sociales y políticas que se han ido creando en torno a estos. Estos
movimientos no solo se ven influidos por distintos fenómenos y proceso que se dan en el ámbito
internacional, sino que a su vez influyen en su ulterior evolución.

Pero quizás la tendencia social de implicaciones más impredecibles sea la desintegración que
se manifiesta en muchas sociedades como resultado del entrelazamiento de los más diversos
fenómenos, procesos y tendencias.

Problemas como la violencia y la delincuencia, el narcotráfico y el abuso de drogas, el


terrorismo, el racismo y la xenofobia, la proliferación de sectas (seudo) religiosas y las variadas
formas de fundamentalismo, son algunas de las manifestaciones actuales que de hecho están
contribuyendo a la desintegración social.

Particular atención merece el terrorismo. No con la óptica que lo ha enfocado la Administración


Bush, de los EE.UU., que combate el terrorismo con terrorismo, en este caso un terrorismo de
estado. Lo que hace por sí mismo en Afganistán o con el apoyo al Estado de Israel en sus prácticas
genocidas contra el pueblo palestino. Todo tipo de terrorismo, de gran magnitud o pequeña escala
debe ser combatido y condenado, pero en primer término el terrorismo de estado. La guerra no
parece la mejor forma. Es necesario ir a las causas y erradicar esas causas. Son entre otras
probables, las que he estado mencionado antes, en especial la pobreza y la exclusión.

El enfoque desacertado de cómo enfrentar el terrorismo ha tenido un efecto peculiar, después


del abominable crimen del 11 de septiembre. Los movimientos progresistas, la corriente
antineoliberal, la que hicieron posible las batallas cívico política de Seattle, Quebec, Génova,
Davos, Praga, Washington y el Foro de Porto Alegre, han sido fuertemente reprimidas. El terror
sobre New York se ha extendido, en diversas formas de terror, el más generalizado, forzando un
pensamiento único, difundido por los medios de comunicación masiva.

De modo muy claro describe Ramonet esta situación:

«¡ha surgido últimamente, después del 11de septiembre, un nuevo frente que no imaginábamos,
porque la globalización era para nosotros un movimiento esencialmente económico y desde el 11
de septiembre la globalización ha adoptado en cierta medida, o ha abierto un frente militar! Es
decir que esta vez EE.UU. ha decidido dotar a la globalización de lo que podríamos llamar su
aparato de seguridad. La globalización ya no es solo un proceso, sino que ahora es un proceso,
pero amparado, protegido y a veces precedido por este aparato de seguridad militar».

Ha surgido desde el 11 de septiembre, y en particular en el seno de la actual administración


norteamericana, la tentación de querer resolver los problemas políticos y sociales que se plantean
en el mundo con soluciones militares». Cuando, efectivamente, una parte de la administración
norteamericana habla ahora de guerra fría, nosotros sentimos que lo que está empezando es un
nuevo macartismo, donde todo aquel que proteste contra la globalización ya va a ser identificado
como un adversario de la civilización occidental, o como un aliado objetivo del terrorismo, un
terrorismo que hay, evidentemente, que condenar de la manera más explícita .Nosotros pensamos
que los atentados del 11 de septiembre son doblemente criminales; criminales evidentemente, por
las víctimas que ha producido, pero criminales también porque le han ofrecido, como en una
bandeja, a la parte más conservadora de la administración norteamericana, un pretexto para lanzar
esta ofensiva y abrir este frente militar.

Pero a esta ofensiva en el frente militar, se suma la ofensiva ideológica. Esto se da en el campo
de la manipulación de las masas, mediante el uso de las nuevas tecnologías de la información
(Internet) y la ofensiva cultural norteamericana. EE.UU. posee prácticamente el monopolio
universal sobre la noticia, que frecuentemente fabrica (mentira reciente: Cuba produce y exporta
elementos para la práctica del bioterrorismo). Aunque luego hubo un desmentido, por la tenaz
resistencia y diáfana respuesta cubana, muchos no conocen la segunda parte y la idea quedó
sembrada: bioterrorismo a la cubana. Cuba, peligro para la seguridad nacional.
Del mismo modo que nos venden Mc Donals y Coca Cola, nos venden las privatizaciones, los
gobiernos de extrema derecha, la flexibilidad laboral, el desmontaje de la seguridad social y las
elecciones «libres y democráticas» (otra mentira algo menos reciente: George W. Bush ganó la
elección presidencial en la Florida).

La homogeneidad cultural (patrón EE.UU.) se convierte en un valioso objetivo del actual


proceso de globalización. Se propone la incorporación de valores de la cultura occidental a todos
los pueblos del mundo, procurando convertirlas en clientes de las naciones del primer mundo. Así
encontramos desde los modelos o políticas económicas únicas (diseño Fondo Monetario
Internacional) y prototipos sociopolíticos, hasta formas de vestir y comer. El paradigma de la
globalización cultural resulta culturalmente de generador no solo por el hecho de ser más impuesto
que propuesto, ni tampoco porque no obedece a una dinámica específicamente cultural (sino más
bien económica - política), y ni siquiera porque sus modelos dominantes tengan más la forma que
la materialidad de la chatarra y el plástico, del éxtasis artificial y la droga sintética; su efecto más
perverso reside en paralizar la diversidad cultural y la misma sustancia intelectual que posee toda
producción de cultura. Ya que las culturas solo existen y subsisten en el intercambio cultural».14

La globalización avanza también a favor de la tesis de la soberanía limitada. Esto es tomado


con suspicacia y cierto rechazo, pero de hecho ya van sistematizando violaciones de la soberanía
al amparo de órganos internacionales o alianzas militares. La idea de soberanía limitada, junto al
hecho de que se propugna la corresponsabilidad de todos los países ante los problemas mundiales,
ha delimitado que los países subdesarrollados hayan reparado en que las nuevas condiciones
internacionales no hayan traído un cambio favorable para su situación, sino que más bien se aprecia
el aumento de las disparidades Norte-Sur, así como la imposición a las naciones subdesarrolladas
de nuevas obligaciones internacionales que no toman en cuenta su nivel de desarrollo relativo u
otras especificidades.

El nuevo contexto internacional tiene como otras de sus tendencias políticas la aparición y
desarrollo de nuevas formas de injerencismo: En Cuba luchamos entre otras cosas con las leyes de
EE.UU. conocidas como Helms - Burton y Torricelli, que se aplican transnacionalmente
sancionan-do a países, empresas o personas que comercian con Cuba, o disposiciones del ejecutivo
de ese país que dan apoyo financiero a pequeños grupos de sus seguidores políticos dentro del
país.
Asistimos pues, a un momento de importantes agresiones al principio del respeto de la soberanía,
la autodeterminación, la independencia y la no injerencia en los asuntos internos de los países.

Enfoque político

En la desesperación de enormes e impagables deudas, en una total dependencia económica,


pescando en el río revuelto de la corrupción, bajo amenazas, una corriente anexionista recorre
América Se va instrumentando un acuerdo de libre comercio. Para Cuba, es absolutamente claro
que el llamado Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en las condiciones, plazo,
estrategia, objetivos y procedimientos impuestos por los Estados Unidos, conducen
inexorablemente a la anexión de América Latina a Estados Unidos.

Tal tipo de asociación entre una gigantesca potencia industrial, tecnológica y financiera, con
países que padecen un alto grado de pobreza, subdesarrollo y dependencia financiera respecto a
instituciones que están bajo la égida de Estados Unidos, que controla, rige y decide el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y otras,
impone tales condiciones de desigualdad, que solo implicará la absorción total de la economía de
los demás países de América Latina y el Caribe por la economía de los Estados Unidos».17

La agricultura, la producción de los propios alimentos en América Latina, se enfrenta a una


agricultura norteamericana subsidiada en 80 000 millones de dólares por año. La seguridad
alimentaria de América Latina se perderá, junto con el cultivo de maíz, trigo, arroz, soya y otros
granos. Seguiremos como suministradores y reserva de materia prima, y mano de obra barata, con
el desempleo incrementado por la instalación en nuestro suelo de industrias automatizadas, por
demás en buena medida contaminantes. Es ilusorio pensar en más puestos de trabajo.
Martínez expresa su criterio en términos claros: El ALCA no es más que un proyecto
norteamericano para crear un Acuerdo de Libre Comercio entre la economía de EE.UU., la más
rica y poderosa del planeta, y las economías latinoamericanas y caribeñas, subdesarrolladas,
endeudadas, dispersas y cuyo Producto Interno Bruto, sumado, es casi 10 veces inferior al de
Estados Unidos. Podemos decir en una primera aproximación que no es, ni más ni menos, que el
proyecto de integración entre el tiburón y las sardinas.
Más adelante añade: Las razones para el ALCA no son las opciones latinoamericanas, o
caribeñas, ni las supuestas ventajas de la integración económica, sino realmente los apetitos
estratégicos de dominio norteamericano sobre la región ante la competencia con otros rivales en
el mundo desarrollado actual y también las propias debilidades latinoamericanas que están
presentes aquí».18

Es obvio que este acuerdo se propone en el momento de mayor debilidad política (mundo
unipolar hegemónico) y económico (deuda externa) de los países de América Latina. El mismo
comprometerá el futuro de la región y de sus pueblos.

Otro elemento necesario a tener en cuenta es el problema de los diferentes niveles de desarrollo
entre los países. Hasta hace pocos años en todo esfuerzo multinacional de cooperación se aceptaba
dar un trato preferencial a los países menos desarrollados. El neoliberalismo abandona este criterio,
se postula la reciprocidad (entiéndase también todos neoliberales), con una sola diferencia que los
plazos sean ligeramente diferentes.

Añado, respecto al ALCA, que tomemos nota de un objetivo más no declarado: minar y
paralizar la integración económica latinoamericana.

Enfoque de salud

Aunque puede pensarse que hasta aquí no he tratado el tema de salud, opino que todo el tiempo
si he tratado sobre salud.

Cuando se piensa en salud hoy es obligado pensar, analizar, comprender, las palabras clave de la
salud humana y los sistemas de salud actuales: pobreza, globalización, neoliberalismo,
inequidades, exclusión, deterioro del tejido social, migraciones, movimientos sociopolíticos,
terrorismo, deuda, privatizaciones, libre comercio...

El siglo XXI comenzó con los que algunos consideraron un documento aparentemente
sorpresivo, pero no fue sorpresa para los más avisados, como Navarro, Hernández Álvarez, un
grupo de la Fundación «Oswaldo Cruz» y ALAMES/IAHP. Se trata de lo que llamo Informe
Brundtland 2000.20-24

El Informe es un esfuerzo notable, realizado por expertos, conocedores sobre todo de las
políticas del Banco Mundial, con el que han trabajado, y apoyado por la experiencia de un notable
sanitarista propulsor de la reforma neoliberal.
No es pues sorpresa el cambio de política que se aprecia en lo que a la OMS respecta. Se
defiende la eficiencia económica, sobre la equidad social. Se atribuye a los servicios de salud éxitos
que no se fundamentan. Navarro hace certera critica a esta posición.25

Las ideas que el Informe presenta están lejos de los puntos de vista que aquí se han expuesto en
los párrafos anteriores: lo económico, lo político, lo social, lo cultural, no es pertinente en el
análisis de la situación de salud y los sistemas de salud. Lo pertinente es quien paga por los
servicios, concluyendo que deben pagar todos (equidad financiera se llama esto). La pregunta es
¿cómo pagan los pobres?, que son muchos, la mayoría.

En fin se defienden posiciones conservadoras, se abandonan las ideas que surgieron al llamado
de Alma - Atá.
Es un informe que apoya las reformas que han impuesto el Fondo Monetario Internacional y el
Banco Mundial, la Reforma Neoliberal, ya hoy bien conocida por su fracaso.

Ahora se empieza a hablar de una «tercera generación de reformas». No es vendible lo anterior.


«Mejorar el desempeño» es por tanto la expresión clave y la razón de ser de este informe. Esto se
declara así, textualmente (p. XIV). La cuestión es ¿a qué costo social?

No creo que el informe refleje la posición de la corriente mayoritaria de sanitaristas, de aquellos


que luchan por mejorar la salud de los pueblos, porque los sistemas sean de cobertura y
accesibilidad total, para toda la población.

La OMS se ha alineado con la corriente globalizadora neoliberal, pero podemos pensar que
todos somos parte de la OMS; trabajemos para modificar esa situación.

Cabe hacer patente que la economía global ha dado lugar a importantes ventajas como la
especialización y el dinamismo en el libre intercambio de bienes y servicios, la fluidez en el
movimiento del trabajo, el aprovechamiento de las economías de escala y el aumento en la
promoción de las inversiones.

Hoy sería casi imposible comprender la actividad y la naturaleza de las relaciones en otros
ámbitos, como el político, el social, el militar e incluso el cultural si no es a la luz de la economía
global. En pocas palabras, nuestra visión del mundo ha cambiado de forma radical e inevitable a
raíz de su advenimiento.

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Comentarios

1) La economía global ha experimentado una serie de cambios significativos en los últimos años.
A pesar de los desafíos y las incertidumbres, el crecimiento económico se ha mantenido en muchas
partes del mundo.

Sin embargo, existen algunas preocupaciones que merecen atención. Una de ellas es la creciente
desigualdad económica, tanto a nivel nacional como internacional. La brecha entre ricos y pobres
se ha ampliado en muchos países, lo que genera tensiones sociales y políticas.

Además, la globalización y la interdependencia económica hacen que la economía mundial sea


vulnerable a los choques externos. Crisis como la reciente pandemia de COVID-19 han tenido un
impacto significativo en la economía global, afectando a diferentes sectores y países de manera
desigual.

En este contexto, la cooperación internacional se ha vuelto cada vez más importante para
abordar los desafíos económicos globales. Los países necesitan trabajar juntos para encontrar
soluciones comunes y promover políticas que impulsen el crecimiento inclusivo y sostenible.

Por otro lado, la tecnología y la automatización también están cambiando la economía global.
Si bien esto ha llevado a mejoras en la eficiencia y la productividad, también ha dado lugar a la
pérdida de empleos en algunos sectores. Es necesario encontrar un equilibrio entre la adopción de
nuevas tecnologías y la protección de los trabajadores.

En resumen, la economía global sigue presentando desafíos y oportunidades. Es fundamental


abordar temas como la desigualdad económica, fortalecer la cooperación internacional y adaptarse
a los cambios tecnológicos para construir una economía global más fuerte y equitativa.
2) La globalización económica, con su interconexión de mercados y flujos de capital en todo el
mundo, ha dejado una profunda huella en la salud pública a nivel mundial. En su vertiente positiva,
ha permitido una difusión más rápida y amplia de avances médicos y tecnológicos, posibilitando
un acceso más amplio a tratamientos médicos de vanguardia y a innovaciones farmacéuticas. Esto
ha contribuido al prolongamiento de la vida y a una mejora en la calidad de la atención médica en
muchas partes del mundo. Sin embargo, la globalización también ha desencadenado una serie de
desafíos de salud pública que trascienden las fronteras nacionales. La movilidad acelerada de
personas, bienes y servicios entre diferentes regiones ha proporcionado el terreno ideal para la
propagación rápida y global de enfermedades infecciosas. La pandemia de COVID-19 ha sido un
ejemplo impactante de cómo un virus puede expandirse velozmente por todo el mundo, desafiando
las capacidades de los sistemas de salud y poniendo de manifiesto la necesidad de una respuesta
global coordinada. Además, las diferencias económicas significativas entre países han exacerbado
las disparidades en el acceso a atención médica de calidad. Si bien la globalización ha traído
avances médicos a muchas áreas, las naciones con economías más frágiles a menudo luchan por
proporcionar servicios de salud adecuados para sus ciudadanos. Esta situación subraya la
importancia de abordar las desigualdades económicas y de salud en un contexto global. En
resumen, la globalización económica ha alterado fundamentalmente la forma en que abordamos la
salud a nivel mundial. Si bien ha ofrecido avances médicos notables y mejoras en la atención,
también ha planteado desafíos cruciales, como la propagación de enfermedades y la desigualdad
en el acceso a la atención médica. Abordar estos problemas exige una colaboración global más
estrecha y enfoques integrales que consideren tanto los aspectos económicos como los de salud
pública. En última instancia, el diálogo y la cooperación internacional son fundamentales para
navegar por las complejidades de la globalización y su impacto en la salud humana.

3). La globalización económica ha demostrado cómo la salud humana está intrincadamente ligada
a una amplia gama de factores que trascienden las fronteras nacionales. Esta interconexión se
manifiesta de diversas formas en el ámbito de la salud, evidenciando que la dinámica global tiene
un profundo impacto en el bienestar de las personas en todo el mundo. Uno de los aspectos más
notables es la producción y distribución internacional de alimentos y productos. Mientras que esto
puede brindar una variedad de opciones en la dieta, también puede influir en la calidad de la
nutrición y la exposición a sustancias químicas potencialmente dañinas. Además, el intercambio
económico global puede desencadenar consecuencias en la salud mental. La competencia en un
mercado globalizado puede generar un estrés considerable en los individuos y sociedades, ya que
las preocupaciones laborales y la incertidumbre sobre el futuro se intensifican. Este estrés puede
contribuir a problemas de salud mental y emocional que tienen ramificaciones profundas en la
calidad de vida. La relación entre la globalización y la salud también se refleja en la propagación
de enfermedades. Los patrones de viaje y comercio modernos facilitan la rápida diseminación de
enfermedades infecciosas, lo que hace que la cooperación internacional sea esencial para detectar
y controlar brotes a nivel global. La pandemia de COVID-19 es un recordatorio vívido de cómo la
salud pública puede verse comprometida por la interconexión global. En última instancia, esta
interacción compleja entre la globalización y la salud destaca la necesidad de una cooperación
internacional efectiva. Establecer estándares y regulaciones comunes se vuelve crucial para
abordar cuestiones emergentes de salud y garantizar que todos los individuos, independientemente
de su ubicación, tengan la oportunidad de disfrutar de una buena salud. La colaboración en la
investigación médica, la atención médica y la adopción de políticas de salud basadas en evidencia
se convierten en imperativos para abordar los desafíos planteados por la globalización. En última
instancia, esta compleja relación requiere una acción conjunta y concertada para garantizar que la
globalización beneficie a la salud de todos en el mundo.
Conclusiones:

Por lo tanto, el enfoque económico proporciona una lente analítica a través de la cual podemos
comprender cómo se asignan los recursos escasos para satisfacer necesidades ilimitadas en una
sociedad. Desde las teorías clásicas de oferta y demanda hasta las perspectivas más modernas de
economía conductual, este enfoque nos ha brindado herramientas poderosas para analizar y tomar
decisiones informadas sobre cuestiones económicas. Sin embargo, es crucial reconocer que el
enfoque económico no debe considerarse de manera aislada, sino en conjunción con
consideraciones sociales, políticas y de salud para lograr un desarrollo equitativo y sostenible.

En resumen, el enfoque social nos permite entender cómo las interacciones humanas, las
normas culturales y las estructuras sociales influyen en la forma en que las personas experimentan
la vida en sociedad. A través de la sociología, la antropología y otros campos afines, hemos
explorado las complejidades de la identidad, la desigualdad, la justicia y la dinámica de grupos en
diferentes contextos. Al integrar este enfoque con consideraciones económicas, políticas y de
salud, podemos aspirar a construir comunidades más inclusivas y empáticas que aborden los
desafíos del mundo actual de manera más completa.

Por otro lado, el enfoque político es esencial para comprender cómo se ejerce el poder, se toman
decisiones y se establecen las reglas en una sociedad. La ciencia política y el análisis de políticas
nos permiten explorar las dinámicas gubernamentales, la participación ciudadana y la formulación
de leyes que dan forma a nuestras vidas colectivas. Sin embargo, es importante recordar que el
enfoque político está intrínsecamente vinculado a los enfoques económicos, sociales y de salud.
La interacción de estos enfoques influye en la dirección que toma un país en términos de desarrollo,
equidad y bienestar general.

De igual forma, el enfoque de salud es fundamental para comprender cómo se preserva y


promueve el bienestar físico, mental y social de las personas. La medicina, la salud pública y la
psicología son algunos de los campos que nos permiten abordar cuestiones de enfermedad,
prevención, acceso a la atención médica y calidad de vida. Al integrar este enfoque con
consideraciones económicas, sociales y políticas, podemos aspirar a sistemas de salud más
eficientes, equitativos y centrados en el ser humano, mejorando así la calidad de vida de las
poblaciones y fortaleciendo el tejido social en su conjunto.
2) La Globalización Económica por su naturaleza de la ley del más fuerte en el manejo de los
mercados, favorece fundamentalmente a las empresas industriales, comerciales y financieras de
los países desarrollados, en desmedro de las incipientes industrias de los países subdesarrollados.
Como consecuencia del dominio de las grandes empresas transnacionales, éstas imponen sus
precios y la empresa de los países subdesarrollados que no están preparadas para competir en el
mercado, entraron en crisis y desaparecieron, provocando la desocupación masiva y la pobreza de
la población, es decir se provocó el inicio de la crisis Económica que todos estamos padeciendo.
La privatización de las empresas del Estado que es uno de los argumentos de la política de turno
para reactivar la Economía, debe ser estudiada en forma integral (Educacional, Social y
Económicamente) y no sólo buscar un alivio en la Caja Fiscal como hasta ahora se ha hecho. El
beneficio de la privatización debe servir para levantar los estándares de vida de la población,
promoviendo las pequeñas industrias o microempresas que son las que están solucionando parte
de la crisis económica, y no maltratarlas por parte del Estado hasta desaparecer.

3) La Globalización Económica es un fenómeno de carácter Mundial que se presenta como


consecuencia del triunfo de Capitalismo Neo Liberal frente al Sistema Socialista, estableciendo
como regla de juego mundial de la Economía, la Libertad de Empresa privada, caracterizada por
la Apertura de los Mercados y bajo el imperio de la Ley de la Oferta y la Demanda.

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