La Entrevista Su Aplicacion en El Ambito Educativo
La Entrevista Su Aplicacion en El Ambito Educativo
La Entrevista Su Aplicacion en El Ambito Educativo
DEFINICIÓN Y OBJETIVOS
A partir de las definiciones que se han dado en el primer capítulo de este libro sobre la
entrevista, tanto en general como en el ámbito de la psicología, la entrevista en el
contexto educativo se puede definir como la vista, concurrencia y conversación entre
dos o más personas para un fin determinado, relacionado con los procesos educativos y
de aprendizaje.
Normalmente, ese fin, como se verá más adelante, será informativo, o irá dirigido a la
resolución de un problema. Para Rodríguez Rivera (1986), la entrevista en el contexto
educativo es una conversación con un propósito que lleva a cabo el maestro o el
orientador con el alumno o sus padres, con el fin de conocerlos, guiarlos o prestarles
ayuda en la resolución de algún problema. Es un intercambio formal de información en
el que el alumno o sus familiares acuden a la escuela. Se trata, según López Larrosa
(2009), de un encuentro directo, que puede ser informativo (sin valoración positiva o
negativa), valorativo (cuando se expone un comportamiento determinado) o
demandante.
La entrevista educativa es semiestructurada y directiva; tanto al principio (fase social,
de recepción) como al final (despedida) se utilizan preguntas más abiertas y menos
dirigidas, pero en la fase central, de obtención de la información, se recurre a preguntas
cerradas y dirigidas a especificar la información que ya se ha obtenido o que se supone.
Además, la entrevista educativa cuenta con los siguientes propósitos:
Las directrices elaboradas por el Colegio Oficial de Psicólogos (1998) sobre el perfil del
psicólogo educativo en España permiten entrever los ámbitos de actuación
fundamentales de la entrevista en este contexto. El área fundamental en que se usa la
entrevista es la orientación educativa, aunque se pueden destacar otras áreas
relevantes. Y se ha de resaltar también que la entrevista se puede utilizar en todos
aquellos ámbitos en los que se desee obtener información de primera mano para
facilitar el aprendizaje y la educación que reciben los alumnos.
Por otra parte, los principales usuarios de este tipo de entrevistas son, por la institución
educativa, los profesores, tutores y orientadores, y, por parte del alumno, él mismo y
sus padres o tutores legales. Como ya se ha afirmado anteriormente, sobre todo en la
etapa de educación primaria, se considera más relevante la entrevista con los padres o
tutores legales del alumno, ya que debido a la corta edad del sujeto se puede tener
acceso a más información interaccionando con adultos que con él mismo.
Es importante destacar en este punto que los profesionales que realicen las entrevistas,
tanto a los alumnos como a sus familiares y profesores, han de poseer los conocimientos
necesarios sobre la técnica para poder utilizarla correctamente, tanto en el sentido
científico, es decir, para obtener y proporcionar la mayor información relevante posible
en relación con el problema que se estudia, como desde el punto de vista ético, para no
salirse nunca de los cauces de la buena educación, la confidencialidad y el rigor.
En la formación de los maestros y orientadores, como afirma López Larrosa (2009), una
de las cuestiones más difíciles es la de cómo entrevistarse con los padres. Se supone que
los profesionales tienen competencias para ello, pero también es cierto que no se les ha
formado sobre cómo hacerlo y desconocen algunas ideas útiles que pueden hacer
mucho más fácil ese contacto, limar asperezas y aunar esfuerzos, porque sobra decir
que el objetivo de padres y profesores es común y no es otro que el progreso y la
educación de los hijos.
Todo el mundo está de acuerdo en que la comunicación entre los profesores y las
familias tendría que ser fluida y basada en el respeto y en la mutua confianza. Pero esto
no sucede siempre así, existiendo quejas por ambas partes; algunos profesores perciben
como injerencia de los padres el interés en saber qué hacen sus hijos durante alrededor
de treinta horas a la semana, o se molestan por todo lo contrario, la despreocupación
total de los padres hacia las cuestiones educativas de los hijos.
Los padres, por su parte, se quejan de la poca confianza que demuestran algunos
profesores respecto a su capacidad para educar a sus propios hijos. (Alfonso et al.,
2003), estas desconfianzas mutuas han de ir desapareciendo, pues profesores y padres,
están abocados a trabajar conjuntamente, cada cual desde su rol y asumiendo la
responsabilidad que les toca.
En los siguientes subapartados se van a analizar las herramientas más útiles que se
utilizan en la entrevista educativa, distinguiendo entre aspectos comunicativos y
relacionados con la interacción y aspectos referentes al proceso en sí. Se hace alusión a
las aportaciones realizadas por Llavona (1999), adaptándolas al ámbito educativo.
En esta primera etapa, es natural que los entrevistados se sientan superados y cohibidos
y afirmen que no se ven capaces de llevar a cabo la interacción con éxito. Es
responsabilidad del entrevistador tranquilizarles y hacerles ver que es labor suya, a
través de las preguntas que realizará, obtener la información necesaria. Por eso, son
necesarios la experiencia y el conocimiento de la técnica por parte del entrevistador.
Sobre esta base, se empieza a obtener la información, según Llavona (1999), siguiendo
un proceso de tres escalones:
Mantener el contacto visual, la posición erguida del cuerpo y siempre estando orientado
hacia el entrevistado, emitir elogios o aprobación a los comportamientos positivos,
mostrar interés por los problemas que pueda tener el entrevistado, realizar señales
verbales de aprobación («sí», «ya», etc.), mostrar comprensión ante lo que no es
positivo y, además, dejar traslucir una actitud espontánea, no artificial.
A pesar de que ya se ha hecho referencia en el apartado anterior a las fases por las que
pasa la entrevista en el ámbito educativo, en relación con la comunicación y la
interacción que en ellas se da, en este epígrafe se van a recoger los elementos que debe
contener la entrevista psicológica con los tres principales agentes del contexto
educativo:
El alumno, los padres y los profesores.
4.Pedir que describa las situaciones en que aparece el problema. Para conocer los
antecedentes y consecuentes del problema que se estudia. Si es una entrevista
vocacional, se sigue interactuando con el alumno para conocer los pros y los contras de
las distintas opciones que se tienen en cuenta.
5. Explorar otras áreas, relacionadas o no, con el problema. Es una parte fundamental
en la entrevista orientada a la resolución de problemas; se ha de consultar al niño sobre
cómo es su vida fuera del colegio: ambiente en casa —relación con los padres, relación
de los padres entre sí, relación con los hermanos, con los abuelos—, actividades
extraescolares, amistades, primeros escarceos amorosos, etc. Muchas veces el origen
de los problemas escolares está en otro contexto distinto.En el caso de entrevistas
vocacionales, se consulta sobre las expectativas de otros miembros de la familia,
amistades, etc., sobre las distintas opciones que contempla el niño.
6. Consultarle sobre sus gustos y aficiones, así como sobre las cosas que le disgustan.
Se le consulta sobre lo que se le da bien y lo que se le da mal, lo que le gusta y le
entretiene y lo que le disgusta y aburre. Así, se van a poder identificar actividades que
puedan actuar como reforzadores. Este apartado es especialmente relevante en las
entrevistas vocacionales, sobre todo en aquellas en que el entrevistado no tiene una
idea sobre qué es lo que quiere hacer en un futuro próximo, puesto que éste se puede
orientar en función de sus gustos y aficiones.
1.Presentación del terapeuta. Como en la entrevista con el alumno, pero con más razón,
puesto que el entrevistador puede ser desconocido para los padres. Se presenta
informando de sus datos personales y el cargo que ocupa en la estructura del centro
educativo.
2. Pedir la opinión de los padres sobre el problema/motivo de la entrevista. Consultar
a los padres por el motivo de la visita; o bien el entrevistador recapitula la conducta
problema, o bien les pide directamente su opinión sobre el posible problema.
3. Descripción de las conductas más relevantes que motivan la entrevista. Una vez
consultada la opinión de los padres sobre la conducta problema —puede ser que ellos
no la consideren problemática, que no vean nada malo en el comportamiento de su
hijo—, se les pide que describan cuáles son esas conductas y en qué situaciones
aparecen, o las describe el propio entrevistador, para que sean conscientes del
problema que existe.
4. Descripción de otras áreas, independientemente de que sean problemáticas o no.
Fundamental; conocer el rendimiento escolar anterior del niño, las relaciones con sus
padres, hermanos y otros familiares, la alimentación, el régimen de sueño, las
actividades extraescolares, amistades, etc., para conocer, como se decía en el caso
anterior, si el origen de los problemas en el ámbito escolar se encuentra en otros
aspectos de la vida.
5. Establecimiento de orden de prioridad entre las conductas que pueden ser
problemáticas. Se establece un orden entre las conductas más relevantes y las menos;
lógicamente, las primeras conductas que se han de eliminar son las agresivas y/o
autolesivas.
12. Determinar los objetivos que se desea conseguir. De forma conjunta, decidir qué se
quiere conseguir, de forma realista y a corto, medio y largo plazo.
13. Habilidades y limitaciones del niño. Ha de conocerse qué se le da bien al niño, qué
se le da mal, qué le gusta y le disgusta. Esto es fundamental en la entrevista orientativa
o vocacional, porque esas potencialidades van a ser las que se aprovechen para sugerir
y encaminar al niño hacia unos determinados estudios y/o profesión.
14. Tipo de reforzadores que se pueden utilizar para el niño. Con la información
obtenida en el apartado anterior, y utilizando el principio de Premack, se podrán
seleccionar aquellos recursos, tanto materiales como sociales, que podrán emplearse
para reforzar las conductas positivas del niño.
15. Recapitulación y conclusiones. Para terminar, se ha de hacer un resumen de todo lo
analizado durante la entrevista, buscando el acuerdo de los padres, estableciendo las
conclusiones e intentando el compromiso de todos los agentes implicados en la mejora
del desempeño del niño.
b) Elementos que se han de incluir en la entrevista a profesores
No se puede terminar este apartado sin hacer referencia al tercer usuario fundamental
de este tipo de entrevista, que son los profesores. Normalmente, uno de esos
profesores, gracias a su formación, puede ejercer el papel de orientador, con lo que
duplicaría sus funciones. Pero, en otros casos, tanto en entrevistas educativas y de
resolución de problemas en el aula como en entrevistas orientativas y vocacionales, otro
profesional necesitará obtener información acerca de alguno de los alumnos, con lo que
el papel del profesor es fundamental como enlace y fuente de información entre el
entrevistador y analista y el niño o adolescente.
Al igual que en los subapartados anteriores, se puede establecer una serie de fases por
las que ha de pasar la entrevista a los profesores, que se presenta a continuación.
1.Presentación del profesional. Es importante que el profesor conozca quién le está
entrevistando y cuál es la razón de ese encuentro. Como la formación recibida por
ambos profesionales es similar, el grado de conocimiento será más elevado, con lo que,
presumiblemente, será más fácil llevar a cabo una interacción fructífera.
2. Planteamiento del problema/objeto de la entrevista. Se proporcionan más datos
sobre el motivo de la entrevista, que puede ser obtener información sobre un
niño/adolescente, intentar resolver un problema que haya surgido en el contexto
escolar o prestar ayuda en la orientación del alumno.
4. Pedir que describa las situaciones en que aparece el problema. Si es una entrevista
sobre un problema concreto, se le pide información sobre él.
Existen algunos aspectos relativos al papel del entrevistador, del niño y de los padres (o
familiares) antes y durante la entrevista. Por ello, Castro y Barrasa (2012) identificaron
los siguientes problemas:
En el entrevistador:
Falta de competencia en los aspectos fundamentales de la técnica de entrevista
Falta de competencia social
Prejuicios ante determinadas personas
Experiencia previa en casos similares
Visiones negativas sobre los padres
En el niño:
Edad y desarrollo evolutivo que impidan obtener información relevante
Sentimientos de temor, cohibición ante el entrevistador, por su presencia, por sus
métodos de recogida de información.
Miedo a expresar problemas y preocupaciones
Vergüenza a quedar señalado por sus compañeros
En los padres:
Ideas erróneas sobre la educación y el papel de los padres y escuela.
Ideas erróneas sobre el calendario evolutivo, cosas que pueden o no hacer los niños
a su edad.
Escaso interés por la educación y dedicación de su hijo en la escuela.
Falta de colaboración con los profesores.
ACIERTOS Y ERRORES
ᴪ Saludarse y presentarse.
ᴪ Mostrar cercanía con el consultante, esto puede ser estableciendo contacto visual o con
un poco de lenguaje corporal como asentir con la cabeza.
ᴪ Tener al alcance información pertinente acerca del consultante que pueda usarse en la
entrevista.
ᴪ Hacer partícipe a los padres, maestros y alumnos en la búsqueda de la solución, o sea,
no monopolizar la entrevista ni la intervención.
ᴪ Resaltar aspectos positivos de los alumnos.
ᴪ Cuando se realicen compromisos en alguna de las sesiones estas deben ser por escrito
en la medida de los posible.
ᴪ Mostrar disponibilidad para ayudar y visibilizarlo con los alumnos que a veces dudan del
propósito del psicólogo.
Asimismo existen errores típicos en el entrevistador que les sucede incluso a los más
experimentados.
Es en este escenario que se emplea la entrevista teniendo como fin detectar necesidades de
acompañamiento, posibilitando que el profesional que realiza la entrevista obtenga
información relevante sobre el estudiante, así como también, de la problemática, dificultad
o necesidad que lo ha llevado a solicitar ayuda. Si en el área de salud mental se pide que los
pacientes revelen algo de sus emociones y su vida personal (Morrison, 2015), en el área
educativa, pedimos que el estudiante nos cuente de su trayectoria académica, tratando de
explorar cómo sus emociones y su vida personal, afectan sus aprendizajes.
Si bien el foco es en el trayecto recorrido desde que ingresa al sistema de educación formal,
establecemos la relación con el contexto en que vive, con las experiencias previas y
situaciones personales pasadas y sus emociones actuales. Tal como recomienda Morrison (2015)
es importante tratar de obtener la historia y el relato cómo lo siente la persona, esto permitirá
tener mayor claridad de las necesidades del estudiante. Pero ¿qué preguntamos en la primera
entrevista? ¿en qué nos enfocamos? Debemos tener claro que el centro es el aprendizaje
del estudiante, por lo que las preguntas que realizamos deben dar cuenta de su proceso
formativo. La apertura de la entrevista tampoco debe ser ambigua, pronunciando frases
generales o de doble sentido. La entrevista comienza por donde comienza el entrevistado.
Hay que tener en cuenta todo lo que puede haberle costado decidir la entrevista y lo
que puede significar como factor de humillación y menoscabo para él(Bleger, 1964, p. 18).
Entonces, es importante que comencemos con preguntas abiertas, esto nos permitirá
identificar dificultades y las potencialidades que ha tenido durante el trayecto formativo, por
ejemplo, indagar en qué le ha costado y que le ha sido fácil al estudiante durante sus
estudios secundarios y universitarios o en qué factores lo han ayudado o le han impedido
aprobar determinada asignatura. Las dificultades pueden corresponder a etapas anteriores,
por ejemplo, durante la educación primaria o secundaria.