Sobre La División de La Gramática en Morfología y Sintaxis

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NOTAS

SOBRE LA DIVISIÓN DE LA GRAMÁTICA


EN MORFOLOGÍA Y SINTAXIS

La división tradicional de la gramática en morfología y sintaxis


ha sido sometida en los últimos tiempos a críticas muy serias y
persistentes que han creado gran confusión en los estudios lingüísticos
llegando a hacerse difícil delimitar los campos respectivos de las dos
ramas de la gramática y sembrando la duda sobre si es siquiera
legítimo utilizar tal división en los estudios de lenguaje. Parece pues
conveniente examinar brevemente el problema y determinar si la
partición morfología-sintaxis sigue siendo válida y en qué términos.
Como el problema que nos planteamos es uno de los que en los
últimos años ha preocupado en grado considerable a los lingüistas
que lo han examinado desde muy diversos puntos de vista, esta nota
sólo pretende ofrecer un breve sumario de algunas de las opiniones
autorizadas al respecto, aclarar algunas ideas que contribuyan a la
mejor inteligencia del problema y proporcionar algunas orientaciones
bibliográficas a quienes deseen examinar más de cerca esta cuestión.
Como muy bien lo expresa Harri Meier (v. Bibliografía), el pro-
blema que nos ocupa no se planteó para la gramática clásica y para
la lingüística moderna en su primera fase: lo morfológico y lo sin-
táctico estaban en ellas perfectamente delimitados y a nadie se le
ocurría dudar de la validez, legitimidad o utilidad de tal división.
Pero al introducirse a finales del siglo pasado los criterios psicológicos
y funcionales (Wundt, Paul, Delbrück) * y al ampliarse considera-
blemente el campo de la lingüística con el examen de lenguas funda-
mentalmente divergentes de las indoeuropeas la segura bipartición de
la gramática comenzó a hacerse problemática. De una parte el fácil
análisis formal se embrolló con la introducción de criterios psico-

1
"Foi urna maneira nova de ver [la de la tendencia psicológica o funcional]
que nos revelou um aspecto desconhccido da Hnguagem, e um método apto a
dcsfazer um exagerado formalismo gramatical, mas é também urna tendencia
que frequentemente tcm levado os estudos lingüísticos, e os da sintaxe em especial,
a bcira da anarquía terminológica" (MEIER, 122).
"La novedad de estas definiciones [las de Wundt, Paul, Delbrück] consiste
en que, en vez de hablarnos de juicios, se nos habla de representaciones, y,
por tanto, la mirada se centra no ya en la lógica sino en la psicología" (DÍEZ, 247).

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funcionales: lo que la morfología tradicional había considerado como


perteneciente a una misma categoría con atención exclusiva a la
forma, se fraccionó en numerosas categorías, atendiendo a funciones
diversas o a los diferentes contenidos psicológicos que se descubrían
bajo una misma forma lingüística; se rompió así la unidad de las
categorías tradicionales en una multiplicidad a veces excesiva de
matices psicológicos y funcionales que con frecuencia resultaban en
abierta contradicción con las funciones ordinariamente asignadas a
las varias categorías y cuya clasificación se vacilaba en asignar a la
morfología o a la sintaxis 2 .
De otra parte, el estudio de numerosas lenguas puso en claro
que para la explicación de éstas resultaba inadecuada la gramática
extraída del indoeuropeo y mostró que la preferencia dada a la
morfología en la lingüística clásica e indoeuropea (preferencia que
respondía bien a la gran riqueza morfológica de las lenguas a las
que se había aplicado) no podía seguirse manteniendo para el estudio
de lenguas en que (como en el chino) la morfología se reducía casi
a nada, mientras que la sintaxis surgía como la parte fundamental
en el análisis de cualquier idioma 3 . Se llegó pues así, como dice Diez
Echarri, al resultado de "que aquel primer capítulo de la gramática
[... ] que fue durante tantos siglos un capítulo de morfología y que
en el último tercio del xix se había convertido en un capítulo de
fonética, pasa a ser ahora un capítulo de sintaxis". La cuestión se
complicó además con el problema de la palabra, porque fundándose
la justificación de la morfología como parte más o menos indepen-
diente de la gramática en la necesidad de estudiar la palabra aislada
y sus accidentes gramaticales, al ponerse en duda, como se ha puesto
repetidamente por la lingüística moderna, la existencia de la palabra
como categoría lingüística real y autónoma, la morfología perdía su
punto de apoyo fundamental 4 .

3
Véase por ejemplo DE BOER, pág. 18: "Est-ce que une construction comme
Romam conderc représente le meme 'cas' que Romam iré? Morphologiquement:
oui. Syntaxiquement: non. Dans les deux expressions nous avons affaire a un
aecusatif morphologique. Dans Romam condere, ect aecusatif morphologique re-
présente en méme temps un aecusatif syntaxique. Mais dans Romam iré, l'accusatif
morphologique représente un directif syntaxique".
* "Había, por tanto, una hipertrofia morfológica, analógica o como se le
quiera llamar; y había una endemia sintáctica. Ahora, con la reacción promovida
por Ries y por Brugmann, y con la primordial atención que la mayor parte de
las escuelas modernas conceden a la sintaxis a expensas de la morfología, nos
exponemos a caer en el mismo defecto ya señalado, sólo que de signo contrario:
a un predominio casi absoluto de la morfología amenaza suceder un predominio,
también absoluto, de la sintaxis" (DÍEZ E., pág. 239).
* Véase, p. ej. PITTMAN pág. 199: "In view of the difficulties of finding an
operational definition for the term 'word' which would be uscful in any language,

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Resumida así muy brevemente la historia del problema, parece


justificado concluir que la raíz de la confusión está, de una parte,
en la mezcla de diversos puntos de vista (formales y funcionales) y
en la herencia de la gramática clásica que pretendía validez universal
para sus categorías particulares, lo que llevó, por reacción excesiva,
a negar toda validez a dichas categorías y a tratar de desecharlas
completamente, una vez que se comprobó su inadecuación para explicar
todos los hechos lingüísticos. Contribuye, además, a embrollar la
cuestión la frecuente confusión, característica de ciertas formas del
idealismo, entre los distintos niveles de abstracción, o incluso entre
la realidad, el objeto mismo del estudio y las construcciones mentales
por medio de las cuales se analiza y explica dicho objeto. No es por
ello sorprendente que Hjelmslev y su escuela nieguen la legitimidad
de la división de la gramática. Por eso Llórente Maldonado, que
parece seguir en general a Hjelmslev, sin aceptar consecuentemente
el extremado idealismo del maestro danés, hace afirmaciones contra-
dictorias que demuestran sus vacilaciones y que se da cuenta, quizás
no muy claramente, de las dificultades que el idealismo introduce
en el problema, como las de este pasaje de Morfología y sintaxis,
pág. 129: "Para nosotros no hay límites entre la morfología y la
sintaxis; sin embargo, reconocemos la necesidad de estructurar de
alguna manera el estudio gramatical con arreglo a cualquiera de los
criterios existentes para hacer distinciones dentro del hecho gramatical
y dentro del fenómeno lingüístico en general; división de la gramática
que responde más a una necesidad metódica que a una realidad
intrínseca". Pero es obvio que cualquier división, no ya de la gra-
mática sino del fenómeno lingüístico en general (y aun de cualquier
fenómeno) responde a necesidades metódicas de su estudio y no a
su realidad intrínseca, pues es dudoso que aun el más ingenuo de los
gramáticos tradicionales hubiera pensado que la morfología y la
sintaxis u otras divisiones cualesquiera de sus tratados eran realidades
distintamente sentidas y autónomamente actuantes en el fenómeno
lingüístico, en el habla corriente de las personas. Si el peligro de la
confusión idealista a que venimos refiriéndonos no estuviera acechando
siempre para contribuir a confundir los conceptos, no serían necesarias
observaciones tan juiciosas como las de E. Pulgram (cit. por Llórente
Maldonado, Morfología y sintaxis, pág. 177, nota 21): "Of course
it will be always necessary to keep in mind that these branches of
linguistic work are divisions of convenience, and that, basically,
language is one and indivisible".
Pero a pesar de todos los ataques que la división tradicional de
la gramática ha debido soportar en años recientes, parece evidente que

and in view of the fact that I believed thc distinction betwccn morphology and
syntax hung ultimately on the definition of 'word', I was much inelined to
ignore or avoid the terms".

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mantiene su vigencia y que difícilmente hay quien (aun negando


expresamente tal clasificación) pueda eludir su utilización en la
práctica. Lo que se comprueba son diferencias de grado: sin que nadie
haya sostenido la independencia absoluta de los dos aspectos, unos
apenas mencionan su pertenencia a un mismo dominio (la gramática)
y otros acentúan tal solidaridad hasta negar formalmente la posibi-
lidad de separar la morfología y la sintaxis sin que en la práctica dejen
de utilizar tal división. Al respecto son muy ilustrativos los siguientes
pasajes de Llórente Maldonado: "Pero quien mejor ha visto el carácter
unitario del lado gramatical del lenguaje y la imposibilidad de dis-
tinguir, dentro de la gramática, una morfología y una sintaxis, ha sido
Hjelmslev, el gran lingüista danés, cuya concepción de la unidad e
indivisibilidad de la gramática resumimos a continuación" (pág. 121).
Véase, sin embargo, lo que, realizando tal resumen, dice Llórente
más adelante (pág. 123): "cuando la gramática estudia la primera
clase de combinaciones, podemos calificarla de m o r f o l ó g i c a ;
cuando estudia la segunda clase, podemos calificarla de s i n t á c -
t i c a " . Y más adelante: "Permítasenos apuntar la distinción que
nos parece más acertada [ . . . ] : la distinción entre el estudio de las
p a l a b r a s como categorías morfo-funcionales y el estudio de las
c o m b i n a c i o n e s de l a s c a t e g o r í a s morfo-funcio-
n a l e s , constituyendo grupos de palabras, es decir, s i n t a g m a s
y o r a c i o n e s o p r o p o s i c i o n e s " . Es difícil ver aquí en dónde
reside la diferencia con la división tradicional, y es evidente, en
cambio, que se utiliza la clasificación morfología-sintaxis (aunque
degradando los términos a meros adjetivos) en forma esencialmente
igual a la de la gramática tradicional.
La necesidad y legitimidad metodológicas de la división gramatical
que nos ocupa se pusieron de presente muy bien en el VI Congreso
Internacional de Lingüistas (París, 1948) y en el VIII (Londres, 1952).
En cuanto a la posición de los congresistas de París es sin duda
correcta la conclusión que extrae Diez Echarri (pág. 262): "La
encuesta a que acabamos de aludir [en el VI Congr. Intern. de
Lingüistas] ha demostrado que, después de un período de vacila-
ciones y de intentos frustrados para estructurar la gramática, sigue
siendo válida la ordenación tradicional". En efecto, la mayoría de los
congresistas respondieron positivamente, con más o menos reservas,
a la cuestión que les fue planteada en los siguientes términos: "Peut-on
poser une définition universellement valable des domaines respectifs
de la morphologie et de la syntaxe?" (véase la relación del rapporteur
B. Trnka en las actas del congreso citado) 5 . En cuanto al Congreso de

5
Algunas de las respuestas, según el relato de Trnka:
"La morphologie est la syntagmatique et la paradigmatique des signes qui

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Londres, Diez Echarri resume su posición en los siguientes términos:


"La mayor parte de los congresistas de Londres manejan los tópicos
de morfología y sintaxis sin hacer concesiones a la lingüística con-
temporánea, enemiga de la discriminación tradicional; nos hablan
de los aspectos m o r f o l ó g i c o y s i n t á c t i c o con la misma
naturalidad de siempre, sin aparentes reservas mentales" (art. cit.,
pig. 240).
Debemos, pues, concluir que la división tradicional de la gramá-
tica está justificada y debe mantenerse corrigiéndola en algunos
aspectos y enriqueciéndola con algunos conceptos nuevos, como lo
dice H. Meier: "Parece-nos que o fim da lingüística deve ser salvar
os dois pontos de vista [el formal y el psicológico-funcional] justi-
ficados em si e enriquecé-los mutuamente, em lugar de os prejudicar
com polémicas ou confusóes" (pág. 122).

forment le mot, tandis que l'objet de la syntaxe est les symagmes (groupes de
mots, phrases, groupes de phrases, etc.)" (M. BERCSLAND, pág. 23).
"LE CERCLE LiNcuismuE DE PRACUE souligne la grande différence dans les
rapports entre la morphologie et la syntaxe dans les divers types de langues. Les
langucs indo-européennes, qui ont gardé la vieille structure, présentent une dif-
férence tranchée entre la morphologie et la syntaxe, tandis que, dans les langues
comme le ture ou le basque, cette différence cst moins nette et, dans le type
linguistique representé par le chinois, elle disparait presque entiérement. II en est
ainsi si nous ne considérons pas la dérivation et l'onomatologie comme parties de
la morphologie. Si nous les y comprenons, il faut admettre que la différence entre
la morphologie et la syntaxe est univcrselle" (pág. 24).
"M. KURYLOWICZ (Cracovie) souligne égalementc le fait que la morphologie
cst subordonnée a la syntaxe, car les parties principales du langage (le substantif,
l'adjectif, le verbe, l'adverbe) déduisent leur contenu sémantique de leur emploi
syntaxique. La syntaxe qui traite de la réalité linguistique est dejinicns de la
morphologie. C'cst une science que s'occupe des oppositions (des rapports) exístant
entre les mots en tant que membres d'une structure (proposition, groupe de mots).
La tache de la morphologie cst 'd'établir les oppositions (les rapports) existant,
soit entre les mots en tant que membres d'une classe définie par la fonction
syntaxique primaire de ses membres (substantifs, adjectifs, etc.), soit entre les
elasses elles-mcmes' " (págs. 20-21).
"M. PISANI (Milán) remarque que la definition de la morphologie et de la
syntaxe ne peut pas étre formulée a priori, c'est-a-dire qu'il est impossible de la
fonder sur la nature de l'objet que nous définissons, mais seulement a poiteriori,
c'est-á-dire qu'clle repose sur une convention pour laquelle il cst tres difficile
d'arriver á un accord general" (pág. 19).
"M. NIEDERMANN (Neuchátel) determine les domaines respectifs de la mor-
phologie et de la syntaxe de la facón suivante: 'Les formes et les fonctions des
diverses catégories de mots étant étroitement solidaires, il n'est pas legitime, en
bonne méthode, de les traiter séparément, en assignant l'étudc des premieres i
la morphologie et celle des secondes á la syntaxe. II faudrait, des lors, que la
morphologie s'occupát des unes et des autres et que la syntaxe se cantonnát dans
l'étude de la structure de la phrase et des rapports des phrases entre elles""
(págs. 19-20).

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Porque, como dice Pittman, pág. 199, "no es bueno, sin embargo,
abandonar las viejas denominaciones si ellas pueden servir en el
desarrollo continuo de nuestra ciencia".
En cuanto a la delimitación de los campos respectivos de la
morfología y la sintaxis 6 , tal vez resulte adecuada la propuesta del
mismo Pittman, pág. 200, que tiene la ventaja de establecer tal
delimitación desde un punto de vista estrictamente estructural: "With
that [el uso de 'word root' en vez de 'word'] as starting point, it is
possible to make a tight structural definition of the morphology of
a language as 'the set of structural signáis wich relates its word roots
(and/or their expansions) to one another in substitutions', and the
syntax of a language as 'the set of structural signáis which relates its
word roots (and/or their expansions) to one another in sequences''
(pág. 200). Y para obviar las dificultades que ofrece la clasificación
de las funciones o significados de diversos miembros de la estructura
morfológica o sintáctica de la lengua parece conveniente aceptar la
propuesta de Bernard Pottier y asignar tal clasificación a la semán-
tica funcional T.

José J. MONTES G.
Instituto Caro y Cuervo.

BIBLIOGRAFÍA

a) OBRAS CONSULTADAS:
BOER, C. DE, Morphologie et syntaxe, en Cahicrs Ferdinand de Saussure, núm. 6
(1946-1947), págs. 5-25.
DÍEZ ECHARRI, E., Los dominios de la morfología y de la sintaxis, en Archivum,
II (1952), págs. 232-262.

* Otras propuestas sobre la discriminación de los campos respectivos: "La


morfología examina los materiales, sin preocuparse del uso que se les ha de dar,
aunque adelantando qué destinos puede tener cada uno; y la sintaxis los considera
ya en la totalidad de la obra, con el destino que actualmente tienen, y sin pensar
que pudieron aplicarse a otro distinto" (DÍEZ ECHARRI, pág. 249). "Creemos que
se podía ya sentar provisionalmente esta conclusión: debe estudiarse el proceso
de declinación y el proceso de conjugación en ambas partes: en la morfología de
una manera teórica, limitándose a dar los tipos de una y otra — declinación y
conjugación —; en la sintaxis, de una manera práctica, estableciendo los usos
y funciones de esos mismos tipos de accidentes nominales o verbales" (id.,
págs. 252-253).
1
"La 'sémantique fonctionnelle' est done l'étude de la substance portee par
des formes au niveau du fonctionnement de la langue" (B. POTTIER, pág. 236).
Como puede verse por las transcripciones de Díez Echarri hechas en la nota
anterior, éste considera que el estudio de las funciones que comportan las formas
lingüísticas compete a la sintaxis.

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b) OTRAS OBRAS:

CHOMSKY, NOAM, Logical syntax and semantics: Their linguistic relevance, en


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