Masculinidad, Vinculo y Duelo Navarro 2014
Masculinidad, Vinculo y Duelo Navarro 2014
Masculinidad, Vinculo y Duelo Navarro 2014
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA
A53941
Comité Asesor:
2014
II
Resumen
Los procesos de duelo por pérdida de relación de pareja son fenómenos actuales y
cotidianidad de las personas y sus seres cercanos. Asimismo suelen correlacionarse con periodos
periodo de duelo por pérdida de relación de pareja (Moreira, 2011), lo cual se refleja en de
subjetividad en donde se analizan las dinámicas de los vínculos primarios; asimismo existen otras
aproximaciones que hacen énfasis en factores de tipo cultural y social. No obstante, son escasos los
estudios que intentan integrar ambas perspectivas y al mismo tiempo diferenciar el fenómeno por
condiciones de género. El presente documento intenta integrar ambas aproximaciones de tal forma
que se pueda comprender este fenómeno como subjetivo y social al mismo tiempo. Es decir,
pretende analizar la construcción social de la masculinidad y los vínculos primarios como recurso
para vislumbrar y delimitar los procesos de duelo desde una perspectiva dialéctica y compleja.
hombres que buscaron ayuda en los grupos de apoyo del Instituto Wëm tras perder una relación de
pareja significativa, de modo que es un diseño de estudio de casos en modalidad colectiva con una
aproximación crítica/constructivista.
III
Se analizó la historia vincular y las dinámicas de interacción con los seres amados en la
infancia y la vida adulta al mismo tiempo que se indagó sobre los diversos factores de socialización
construcción social de la interacción entre géneros y su incidencia en los procesos psíquicos del
duelo por pérdida de relación de pareja; por último se formulan una serie de conclusiones y
recomendaciones para brindar aportes teóricos y limitaciones en el estudio del tema. Se espera
haber posibilitado insumos para la creación de alternativas que ayuden a disminuir la violencia de
Agradecimientos
A Ruthman, José Manuel y Álvaro por conformar mi equipo asesor y acompañarme durante
A todos aquellos hombres que buscan ayuda y demás personas que forman parte del
Y por último, a todos aquellos seres queridos que estuvieron en el inicio pero que ahora por
diversas razones se han ido. Porque la vida inevitablemente conduce a la muerte, porque la muerte
Índice
Contenido
Justificación .......................................................................................................................................9
Marco de Referencia ........................................................................................................................11
Antecedentes ................................................................................................................................11
Marco Conceptual ........................................................................................................................17
Construcción de vínculos primarios .........................................................................................19
Las representaciones del Objeto y el Sí-mismo ....................................................................19
Narcisismo, cuido y afecto en los vínculos primarios. ..........................................................28
Violencia, abandono y rechazo en los vínculos primarios ....................................................31
Procesos de vinculación de pareja: amor, pérdida y duelo........................................................33
Inicio del vínculo de pareja ..................................................................................................33
Conceptualización y delimitación del vínculo de pareja .......................................................37
Sobre las dinámicas de la crisis y la vinculación de pareja. ..................................................40
Duelo ante la pérdida del ser amado .....................................................................................43
Subjetividad y construcción social de la masculinidad .............................................................47
Últimas implicaciones teóricas: el movimiento dialéctico del fenómeno estudiado .................52
Pregunta y problema de investigación ..............................................................................................55
Objetivos ..........................................................................................................................................57
Objetivo General 1 .......................................................................................................................57
Objetivos Específicos ...............................................................................................................57
Objetivo General 2 .......................................................................................................................58
Objetivo externo ...........................................................................................................................58
Metodología .....................................................................................................................................59
Estrategia Metodológica ...............................................................................................................59
Tipo de estudio .........................................................................................................................59
Diseño de Investigación ...........................................................................................................60
Selección de Participantes en la Investigación .............................................................................60
Técnicas e instrumentos de recolección de información ...............................................................64
VI
Anexos ...........................................................................................................................................310
Anexo 1: Reseña del Instituto WEM ..................................................................................310
Anexo 2: Guía de Grupo de discusión ................................................................................312
Anexo 3: Guía de Entrevista ...............................................................................................314
Anexo 4: Fórmula de Consentimiento Informado (para grupos de discusión) ....................321
Anexo 5: Fórmula de Consentimiento Informado (para entrevistas) ..................................327
9
Justificación
y separaciones. En el año 2010 hubo en promedio treinta y un divorcios diarios, once mil quinientos
en todo ese año, por lo cual se estima un incremento del sesenta y tres por ciento en comparación al
2001, es decir, un divorcio por cada dos matrimonios (Oviedo, 2011). Este incremento en la tasa de
separaciones y divorcios genera fuertes cambios en la vida diaria como la división de bienes,
alimenticias; los cuales se asocian con crisis personales e implican procesos de duelo por pérdida de
Por otra parte, la mayoría del corpus teórico, de la intervención psicológica clínica,
homologa los procesos de pérdida por separación del vínculo de pareja a los de pérdida por muerte
de una persona, al mismo tiempo que consideran que no hay diferencias significativas entre
hombres y mujeres. Lo anterior suele ser contradictorio ya que se ha determinado que estas crisis y
procesos se afrontan de distinta forma según factores culturales y sociales (Worden, 2002). Al
parecer son escasas las propuestas que integren las experiencias de duelo y pérdida acorde a la
Los resultados de trabajo del Instituto Wëm han mostrado que los hombres consultan
mayoritariamente por conflictos en relaciones significativas de pareja y de igual forma reflejan una
marcada dificultad para elaborar el duelo por pérdida del vínculo (Moreira, 2011). Se estima que
tres de cada cuatro llamadas a la Línea de Apoyo para Hombres, de dicho instituto, se centraron en
10
De acuerdo con R. Moreira (2011), muchos de los hombres que asisten a los grupos de
apoyo, aun estando separados, están en riesgo de ejercer violencia y presentar comportamientos
autodestructivos como ideación suicida, gestos suicidas, consumo de alcohol, consumo de drogas
Por lo tanto es necesaria la investigación de los procesos de duelo por pérdida de pareja que
enfaticen la construcción de la subjetividad y su relación con el género para poder crear nuevas
aproximaciones teóricas y prácticas las cuales permitirán atender y visibilizar las necesidades de
Marco de Referencia
Antecedentes
Las investigaciones que abordan el tema de pareja, se centran en tópicos asociados con
celos, violencia, divorcio y crianza de los hijos y poblaciones específicas como personas
que estudian la pareja en términos de vinculación, vivencia y duelo en la población general -mujeres
resoluciones míticas a los conflictos, el papel de los roles de género y la dimensión erótica de cada
uno de estos, y el papel del Tercero como generador de conflicto. Concluye que hay una marcada
diferencia en la vivencia erótica de cada miembro de acuerdo a su rol de género, una necesidad de
momentos se niegan las del otro, y una dinámica del ejercicio del poder desde la masculinidad por
parte del varón, en la relación. La vivencia de pareja entonces, no es igual en hombres y en mujeres,
dando pie a la importancia de indagar cómo es ésta según el género de la persona y la socialización
Barrios & Núñez (1997) también hacen visible la importancia de considerar el género al
analizar la vivencia de pareja. Realizaron entrevistas a profundidad con diez parejas adolescentes,
con edades entre los dieciséis y los diecinueve años para indagar las concepciones y prácticas entre
los géneros en relaciones de noviazgo. Encontraron que éstas no difieren mucho de las que
establecen personas adultas, pues contienen algunos de los mismos aspectos: la pareja como fuente
medio de autorrealización emocional; las desigualdades de género y el ejercicio del poder por parte
del varón en la relación; la falta de diálogo y comprensión mutua; y la idealización del otro.
Concluyen que, “cuando se conforma la relación de pareja cada miembro vive su propio proceso
de desarrollo y el de pareja, de acuerdo con las normas culturales y con el desarrollo personal de
cada uno(a)” (p. 3). Destaca la similitud encontrada en el estudio entre estas parejas adolescentes y
las de personas adultas, en aspectos ligados a la concepción y significado que cada miembro le
Siguiendo con estudios que analizan la pareja desde su dinámica vincular, Arce et al. (2006)
con base en la propuesta teórica de Lemaire (1986), reconocieron en el discurso de las parejas,
elementos que expresan la etapa en la que se encuentran, con el fin de estudiar dichas fases de
pareja y el papel que juega el amor idealizado en ellas. Encontraron que todas las parejas
estudiadas: a) iniciaron con el flechazo y las características de la primera etapa del amor -sensación
de amor a primera vista, erotización del cuerpo, alteración de la conciencia-; b) presentaron una
sensación de completitud en la que cada uno era salvador de la falta y la soledad del otro -en un
intercambio simbiótico-; c) tenían elementos propuestos por Lemaire en su teoría. Resaltan que “el
relación con las figuras parentales y la interacción con la cultura” (p.277); nuevamente surgen
13
pareja.
Brenes & Calderón (2006) crearon un manual a partir de las cogniciones, conductas y
sugieren que existe una dificultad en el reconocimiento de éstas y una tendencia hacia cambios en
cuanto a los roles de los hombres dentro de las mismas. Recomiendan las entrevistas
amplia sobre la pareja” (p.479) y mencionan que “a pesar de ser un tema de tanta importancia,
no se han desarrollado trabajos (…) con un énfasis en la vida de pareja” (p. 480). Llaman la
masculina, dos de ellos en hombres con orientación homosexual y otro más, desde el análisis de los
celos. Sandí & Venegas (2008) indagan la dinámica subjetiva de hombres celosos que ejercen
violencia hacia sus parejas; establecen la función que cumplen los celos, las reacciones que generan
y los factores que desencadenan la conducta violenta en estos hombres. Hallaron que en estos
pareja. Los celos, según los autores, vienen a ser una respuesta ante el temor, desde la masculinidad
hegemónica, de la pérdida de control hacia los demás. Mencionan que “estos hombres no se sienten
merecedores del cariño de su pareja, con lo cual la ambivalencia afectiva e inseguridad con
papel que juega la socialización masculina en los celos y recomiendan que se hagan estudios acerca
del tema de pareja, la socialización masculina y que se utilice una metodología grupal para abordar
Alfaro & Cabrera (2002) analizan desde la óptica psicosocial el proceso de construcción y
desarrollo del vínculo amoroso en parejas de hombres homosexuales. Dicen que a) existe una fuerte
idealización del otro y de la relación de pareja como fuente de estabilidad emocional –elemento
hallado en otros estudios reseñados y que parece ser algo característico del vínculo sin importar
simbiótico, con relaciones en las que el sexo tiene una gran importancia y en las que, una de las
principales causas de las crisis, es el dilema de la fidelidad. Concluyen que “el establecimiento de
la relación amorosa en las parejas gays masculinas se construye y desarrolla de manera similar a
la de cualquier pareja” (p.194). Guzmán & Méndez (2003) analizaron la construcción del vínculo
Nuevamente aparece una concepción idealizada de lo que es ser pareja en los hombres gay, con
sentimiento de incompletud perenne (…) heredado socialmente” (p.4). Encontraron que les es
difícil establecer los roles dentro de la pareja puesto que éstos tradicionalmente se han configurado
Enfocadas en el estudio de los procesos de duelo relacionados con la pérdida del vínculo
amoroso están las investigaciones de Sandoval (2009), Bonilla & Vargas (2009) y Alvarado (2002).
Sandoval (2009) explora la dinámica del duelo por fallecimiento de la pareja en hombres gay en
donde considera que la experiencia subjetiva de pérdida así como la dimensión social con familiares
y personas cercanas. Hizo entrevistas a profundidad con dos sujetos y encontró dos factores que
Bonilla & Vargas (2009) indagaron las estrategias de afrontamiento usadas por personas
adultas mayores ante la muerte del cónyuge. Algunos factores que facilitan el sobrellevar la pérdida
son: una autoimagen positiva; una concepción madura de lo que significa ser pareja -fuerte
profundizaron diferencias según el género de las personas entrevistadas. A pesar de que éste tipo de
investigaciones se centran en pérdida por muerte del cónyuge, plantean inquietudes en cuanto a qué
tan similar pueden ser las experiencias, vivencias y conclusiones en el caso de un proceso de duelo
Alvarado (2002) busca dar respuesta a estas incógnitas y elabora un estudio desde la teoría
psicoanalítica de las relaciones objetales en donde, mediante entrevistas a dos mujeres, buscan
comprender la experiencia subjetiva ante la ruptura del vínculo amoroso y analizar los procesos
mismas. Halló que: a) estas mujeres idealizan al objeto amado, sobre valorizan lo masculino y
negación y proyección; presencia de ira, temor, síntomas depresivos, y la negativa para aceptar la
ambivalencia de afectos hacia la persona amada lo cual genera temores y ansiedades. Esta
hombres en otro tipo de relaciones que no son la pareja (Ceciliano, 2007; Álvarez, 2006) y en otros
procesos de duelo que viven las parejas, como pérdidas de hijos o por enfermedad terminal o
16
privación de libertad (Gutiérrez, 2009; Córdoba & Rodríguez, 2008; Arguedas & Peralta, 2004;
Elizondo & Bonilla, 2003); o en el análisis de la vivencia de los hombres en otros contextos a la luz
de la masculinidad (Vargas, 2007; Calderón & Vargas, 2004; Contreras & Mora, 2003; Solano,
2003). Hacer una revisión exhaustiva de estos trabajos va más allá del alcance de ésta investigación,
no obstante se mencionan por ser acercamientos paralelos a algunos de los temas centrales del
presente estudio.
felicidad total en ésta, encargos que al momento de darse la finalización del vínculo
2. Hay una variedad de conflictos que surgen en la pareja, relacionados con la toma de
Falta analizar cómo influyen estos encargos en los procesos de pérdida del vínculo
amoroso.
4. Uno de los aspectos más conflictivos en las parejas estudiadas, es la vivencia de los
resulta la asunción de éstos por parte del hombre, pues ellos tienen vivencias de
dentro de sus relaciones de pareja, cómo es el vínculo que éstos establecen, ni mucho menos cómo
es la dinámica del proceso de duelo una vez que se ha dado la ruptura del vínculo. De acuerdo con
Alvarado (2002) “sería importante (…) realizar una investigación sobre cuáles son las estrategias
de elaboración de las pérdidas en la masculinidad, cómo se vivencia el duelo (…) sobre los
enriquecer los abordajes con hombres en torno a la vivencia de pareja y la experiencia de pérdida de
vínculo de pareja, más si se consideran los datos mencionados, relacionados con la afluencia de este
Marco Conceptual
Para entender la construcción y el devenir de los procesos de duelo por pérdida de pareja en
la edad adulta es necesario analizar primero la forma en que se entablan los vínculos en la infancia
ya que estos son modelos de interacción que se mantienen a lo largo de toda la vida (Kernberg,
1995). Analizar cómo se organizó el sujeto ante las experiencias de abandono y de gratificación
brinda elementos estructurales que permiten ubicar el origen y la dinámica de poder subyacente que
se encuentra en la construcción de los vínculos. De igual forma reflejan lo que S. Freud (1914b)
estrategias de supervivencia (Miller, 1984) y diferentes formas de lidiar ante las situaciones
conflictivas. Dichos episodios de malestar se consideran crisis que se presentarán durante el resto de
la vida del sujeto. Por lo tanto, los procesos de duelo por pérdida de pareja también son crisis que
reflejan el dolor humano y de forma directa están mediados por las dinámicas subjetivas para
consecuencia, el vínculo se encuentra atravesado por ideologías que reflejan las relaciones
históricas de poder entre diferentes grupos y géneros por lo que se considera que la dinámica social
también es dinámica individual ya que una sobrelleva a la otra. Sin embargo, sería erróneo plantear
que lo subjetivo no influencia ni transforma a lo social ya que el fenómeno debe de ser visto como
relaciones de pareja, el amor y la paternidad- lo cual a su vez cambian las condiciones sociales que
tradicionalmente como privados y subjetivos como las relaciones de pareja significativas, sus crisis
y el duelo.
19
La construcción de vínculos humanos son procesos que transcurren a lo largo del ciclo vital
de tal forma que son la introyección de los roles de interacción con los seres cercanos (Kernberg,
1995). Su conformación data desde los primeros momentos de la vida por lo que contienen
abandono en la infancia (Klein, 1937; Segal, 1988; Kernberg, 1995; Winnicot, 1956). Se utiliza el
término “Relaciones de Objetales” para definir el resultado psíquico de la construcción del vínculo
(Klein, 1937) de modo que son las representaciones mentales producto de la introyección y del
M. Mahler (1963) señala que, desde el nacimiento, el bebé carga libidinalmente este tipo de
relaciones y establece una dependencia simbiótica con la madre 1 . En dicha fase simbiótica se
experimenta una sensación de completitud y homeostasis, por parte del recién nacido, debido a las
Fase autista: inicia en los primeros tres meses de nacido por lo que se considera al
bebé como un organismo con respuestas instintivas y reflejas. De ahí que toda su
mediado por instancias psíquicas complejas. Este proceso psíquico se relaciona con
1
El concepto “Madre” hacer referencia a una función de cuido y protección del recién nacido no se refiere
directamente a un género es especifico (Palombo, Bendicsen & Koch, 2009; Winnicott, 1965)
20
Fase simbiótica: acontece después entre los dos a cinco meses de nacido y se
por ende surge la distinción entre el “Yo y no-Yo”. Se considera esta etapa como
(1965) en donde hace referencia al rol de la madre quien actúa como un espejo y le
narcisísticamente.
J. Bleger (1962) plantea el concepto “posición Glisco-cárica” para describir este periodo
como un estadio previo a la formación de la representación del Objeto en donde no hay diferencias
para el bebé entre lo que es la figura materna y él mismo. Es decir, el bebé no encuentra definición
ni delimitación de su ser tanto a nivel físico como psicológico por lo que se considera que todavía
1963).
Conforme pasan los meses el recién nacido empieza a cobrar mayor conciencia de su
entorno y del mundo exterior e inicia dos procesos de desarrollo fundamentales denominados como
“Separación e Individuación” (Mahler, 1963). El proceso de separación implica salir del estado de
21
fusión y simbiosis materno para diferenciarse de la madre, desarrollar sus propios límites y
memoria (Palombo, Bendicsen, & Koch, 2009)- de modo que esta etapa culmina con la creación y
delimitación de dos representaciones en el mundo interno que son el Sí-mismo (Kernberg, 1976) y
el Objeto de amor (Mahler, 1963). El otro proceso adjunto es el de individuación el cual conlleva el
crear y asumir la propias características relacionadas con la identidad y la autonomía por parte de
recién nacido; M. Mahler (1963) señala que este proceso implica la retención de dichas
M. Mahler (1963) propone una última fase dentro de su modelo para poder explicar el
origen al nacimiento psicológico del bebé y las etapas de internalización de Objeto de amor:
él de formas diferentes.
el Objeto amado.
Durante este periodo el recién nacido ubica al pecho materno como primer Objeto de amor,
el cual es concebido como fuente de nutrición, amor, calor y placer inagotable. M. Klein (1957)
señala que de forma conjunta inician procesos de identificación con el pecho, es decir, el bebé lo
percibe como Objeto perfecto. En consecuencia surge envidia primitiva hacia éste ya que no logra
llegar a tal grado de perfección idealizada -el recién nacido no se puede convertir en fuente de
donde por primera vez, se empieza a descalificar al pecho materno con el objetivo de minimizar la
A estos procesos M. Klein (1937) los organizó en dos “posiciones” psicológicas que
denotan la dinámica de relación del bebé con sus Objetos de amor, a continuación se describen:
Objeto malo y del Yo asociadas con la pulsión de muerte y lo aversivo. Por tanto,
psíquicos para lidiar con la ansiedad de modo que conllevan la creación consciente
en bueno y malo.
errores.
La palabra “esquizo- paranoide” viene del griego σχίζειν (schizein) que significa
percibe al ser amado como una amenaza y por ende se le divide para sobrellevar la
ansiedad.
mecanismo por lo que el Yo se fortalece al creer que puede proteger al Objeto ideal
inicio se utilizan defensas maníacas que son mecanismos psíquicos que tratan de
usados son:
desprecio-.
reconocer a la madre como Objeto total producto de las experiencias cotidianas, es decir, trasciende
la percepción de Objeto como pecho para llegar a entender al Objeto como una persona integrada y
diferenciada del Yo (Klein, 1957; Mahler, 1963). Se percibe al Objeto bueno y al Objeto malo
cual permite la reducción del mecanismo de escisión para lidiar con la ansiedad, asimismo, se inicia
el duelo y la nostalgia por la pérdida del Objeto ideal. Al integrar ambas representaciones de los
noción de perfección total con el Objeto (Lemaire, 1986; Klein, 1957; Segal, 1988). Aparece la
surgen intentos de reparación por parte del bebé hacia el Objeto amado. Al creer que sus propias
inicio del vínculo pueden resarcir el daño. Dentro del transcurso normal de este proceso, se espera
que el bebé sobrepase la ansiedad y recupere las relaciones con los Objetos mediante la reparación
De acuerdo con M. Mahler (1963), M. Klein (1937) y H. Segal (1988), se espera que al
final de ambas posiciones el bebé pueda: a) Lograr mayor diferenciación del Yo -advertir su propia
existencia separada los Objetos- con lo que adquiere la capacidad de respetar y amar a las personas
como seres diferenciados; b) Reconocer sus propios impulsos y fantasías para distinguir entre la
realidad externa y el mundo interno; y c) Consolidar la conformación del Superyó al ser compuesto
por objetos ideales y persecutorios. Por último este proceso se define como inacabado dado que la
integración de la representación del Objeto nunca será y ninguna posición puede ser reemplazada
depresiva- por lo general el bebé hace una regresión a la etapa Esquizo-paranoide y reexperimenta
Por otra parte, J. Bolwby (1969) plantea un modelo en que ha sido considerado por algunos
autores como una elaboración posterior de las posiciones de kleinianas (Palombo, Bendicsen, &
Koch, 2009) ya que caracteriza el proceso de apego, la separación y pérdida dentro del vínculo
materno. A continuación las fases planteadas (Bolwby, 1969; Bolwby, 1973; Bolwby, 1980):
separación y deseos por volver con la figura materna. Este modelo incluye muchas
ellos por lo que se considera defensa ante los sentimientos de pérdida generados en
primitivos y procesos psíquicos de defensa ante la ansiedad de la separación y la pérdida de ahí que
acontecen desde la infancia y algunos continúan como procesos psicológicos hasta el final de la
vida. Las fases propuestas por M. Mahler (1963) y D. Winnicott (1965) sugieren secuencialidad y
limitan el proceso a los primeros años de vida sin embargo dichos aportes se articulan a las
propuestas de M. Klein (1937) y J. Bowlby (1980) en donde las dinámicas con la figura materna se
reexperimentan a lo largo de todo el ciclo vital y durante todas las relaciones de Objeto. En
consecuencia los sujetos oscilan entre una posición/fase/etapa y otra por lo que las dinámicas
resultantes son elaboraciones adultas de las experiencias infantiles (Palombo, Bendicsen, & Koch,
2009).
28
Por último O. Kernberg (1976) retoma los aportes de M. Mahler (1963) y M. Klein (1957) y
elabora su teoría desde la construcción de la representación del sujeto y no del Objeto. Esto se debe
construcción de la subjetividad a través del Objeto y del mundo interno (Palombo, Bendicsen, &
Koch, 2009) y dejaban por fuera los procesos referentes a la representación del Sujeto. De tal forma
que O. Kernberg (1976) aplica los mismos procesos de la formación del Objeto –escisión,
idealización e identificación proyectiva entre otros- a las representaciones del sujeto a las cuales
Buenas y Malas disociadas de ahí que también pasa por procesos de integración de dichas
D. Winnicott (1956) define el concepto “figura materna” como una función psíquica que
posibilita el desarrollo del bebé en los primeros momentos de la infancia. De esta forma la madre se
encarga de facilitar un ambiente de sostén para que el bebé pueda diferenciarse como un ser
individual y separado. D. Winnicott (1965) define tres funciones maternas asociadas al cuido y al
objetal. Dichas funciones ayudan a la formación del Objeto y delimitan las interacciones sociales en
Para ilustrar lo anterior se utiliza la metáfora del espejo (Palombo, Bendicsen, & Koch,
2009) en donde la madre, a través de gestos, palabras y contacto físico, le refleja al bebé elementos
que aprueban o rechazan su actuar y sentir. De esta forma, el recién nacido ve en el rostro y la
interacción con la madre aquellas características deseadas y valorados por terceros en su propio ser.
29
Este proceso también es descrito por J. Lacan (1972) y lo define como “estadio del espejo” en
donde a través del deseo materno y la respectiva investidura libidinal el bebé puede atribuirle
“narcisismo secundario” (Freud, 1914a) ya que implican la investidura de libido del sujeto sobre el
Yo. A continuación se describe los momentos y dinámicas que subyacen a este proceso:
el bebé mediante afecto y cuido. Sin embargo dichas expresiones de afecto y cuido
hijo/a.
modelo de actuar, pensar y sentir creado por los progenitores, al cual el bebé intenta
adecuarse.
del yo es una especie de filtro sobre el cual parte de la libido del sujeto se
30
En síntesis, las diversas expresiones de afecto y cuido son elementos constitutivos del ideal
del yo y del narcisismo, de modo que son producto de la interacción social entre la función madre y
el bebé. Los roles y funciones que desempeña la madre condicionan la formación del mundo interno
y sus Objetos ya que la madre actúa como mediadora entre el niño y el medio en que se
desenvuelve (Winnicott, 1965). De tal forma, estos procesos se articulan e introyectan en la infancia
sin embargo, en la edad adulta, se repiten de forma continua (Freud, 1949), en especial en la
elementos que también constituyen la formación de vínculos de amor, de los Objetos y del mundo
interno. D. Winnicot (1965) plantea el concepto “madre suficientemente buena” para delimitar la
función madre que posibilita un ambiente de sostenimiento apto para el desarrollo, es decir,
describe a la madre que puede atender las necesidades del bebé, permitirles su expresión,
una madre “banalmente dedicada” (Winnicott, 1965) es aquella que no atiende de forma oportuna
las necesidades del bebé, lo cual se puede observar en situaciones de castigo físico, abandono,
Según A. Miller (1984) el castigo físico es uno de los fenómenos más comunes en las
desatención de necesidades infantiles sino que también despliega una ideología de dominación y
sometimiento de otro ser humano (Miller, 2001). Dicha ideología la denomina como “pedagogía
negra” (Miller, 1984) y se asocia con los significados y mensajes creados entorno a la violencia
infantil y la desatención de las necesidades por parte de los progenitores. A continuación las
características principales:
necesaria para el desarrollo de los niños/as. De ahí que cuando se ejerce el castigo
se mencionan frases como “por tu propio bien” para señalar lo normativo de esta
acción.
válida para los/as niños/as, por lo tanto se justifica su actuar bajo esta premisa.
32
propio malestar ya que la expresión del mismo trae consecuencias más dolorosas.
que se le prohíbe a la persona cuestionar, reclamar, juzgar u odiar a los padres por
El castigo físico trae consigo tres mecanismos psíquicos que posibilitan y articulan la
pedagogía negra dentro de los vínculos primarios (Miller, 2001). El primero de ellos es la
“represión del trauma”, la cual implica contención y traslado al inconsciente de los pensamientos,
reprimen estas escenas como un mecanismo de defensa y supervivencia para sobrellevar el castigo y
los abusos. El segundo de ellos es la “idealización del agresor” la cual se caracteriza por elevar a la
perfección las cualidades y sobrevalorar a quien agrede con el objetivo de evitar la ambivalencia
aversivas del agresor sobre el sujeto u otros Objetos del mundo externo, lo cual da soporte a la
Por último, A. Miller (2001) conceptualiza algunas consecuencias a nivel psicológico de las
dinámicas propias del castigo físico por lo que crea el constructo “Ceguera emocional” para
de la violencia infantil por lo que se desarrolla en la edad adulta: a) falta de empatía ante el
maltrato; b) escasa expresión de emociones ante la violencia infantil; c) incapacidad de atender las
necesidades de cuido y afecto en otros vínculos –hijos/as- ; d) difícil acceso a la integración de las
representaciones de las figuras de cuido. A. Miller (2001) utiliza la palabra “ceguera” para denotar
la incapacidad de valorar y establecer contacto, a nivel emocional, con el sufrimiento de otro ser
la vinculación cuando el bebé crece y establece relaciones de pareja. Dichas dinámicas se reeditan
en la interacción y el vínculo con la persona amada por lo que llegan a entrelazarse y a formar una
compleja red vincular que conlleva experiencias de cuido, afecto, rechazo, violencia y abandono
(Lemaire, 1986).
Los procesos de vinculación de pareja en la vida adulta son el retorno de las experiencias de
los vínculos primarios en la infancia (Lemaire, 1986) de ahí que transiten los mismos procesos de
“Este ideal, además de su parte individual, su parte social: es también el ideal común de
(Freud, 1914a)
proceso inconsciente que emerge de forma imprevista y ubica al sujeto como un ser deseante y en
falta. De tal modo, el sujeto anhela poder interactuar con la posible pareja e idealiza sus cualidades
al mismo tiempo que ignora otras posiblemente aversivas o displacenteras. Dicha idealización,
como proceso de construcción de pareja, comparte las mismas cualidades que las experimentadas en
los vínculos primarios por lo que es una identificación proyectiva de sus propios deseos y
S. Freud (1914a)
35
Según J. Lemaire (1986) y J. Puget (1998) el deseo será correspondido si ambas personas
pueden articular sus propias fantasías dentro de un mismo marco de interacción, esto es, si ambos
sujetos logran proyectar sus propios deseos, ideales yoicos y dinámicas vinculares primarias sobre
la otra persona y ésta a su vez corresponde con el mismo acto. Este fenómeno es definido como
“Se ama a aquello que hemos sido y hemos dejado de ser o aquello que posee
S. Freud (1914a)
se encuentran en juego, de ahí que es la condición Sine qua non para formar un vínculo de pareja y
al mismo tiempo se convierte en terrero del inconsciente que pautará las interacciones cotidianas.
incipiente relación por lo que acontece la siguiente etapa denominada “Luna de miel” (Lemaire
inagotable.
Durante este periodo se consolida la interacción desde la búsqueda del placer y la fantasía
de fusión y al mismo tiempo la pareja se define como “refugio” (Lemaire, 1986). De tal forma se
crea dependencia hacia el ser amado ya que es fuente de cuido, protección, afecto y reafirma los
enamorado es humilde. El que ama pierde, por así decirlo, una parte de su narcisismo, y
S. Freud (1914a)
experiencias vinculares primarias de dos sujetos diferentes de modo que ambas fantasmáticas
(Lemaire, 1986). Este momento de encuentro llegará cuando los sujetos hayan realizado el duelo
por las diferentes relaciones vinculares en la infancia, y les permita establecer vínculos más allá de
los primarios (Kernberg, 1995). Se ponen en juego los diferentes modelos parentales que cada
miembro ha internalizado durante la vida, lo cual incluye expectativas que tratan de reforzar al Yo,
regulatorio en busca del equilibrio ante las diferentes crisis e integraciones de la otra persona como
Objeto amado.
que J. Lemaire (1986) denomina como “Vínculo conyugal”, el cual es caracterizado por la
presencia de la pulsión de muerte y destrucción-. Es decir, este tipo de vínculo se caracteriza por la
habilidad de sobrellevar las experiencias dolorosas y frustrantes, ser capaz de sobrevivir a través del
tiempo y tener la intención de permanecer juntos de forma indefinida. Asimismo, J. Puget (1998)
denomina a éste como “Pareja matrimonial”, la cual es el vínculo de dos personas de diferente
sexo con espacios intersubjetivamente construidos de ahí que sea la confluencia de dos mundos
subjetivos diferentes que forman una estructura dinámica distinta a cada uno de los miembros.
Para diferenciar al Vínculo de pareja de otros tipos de vínculos se enuncian las siguientes
Cotidianidad: implica tiempo y espacios comunes cargados simbólicamente de ahí que son
Proyecto vital compartido: son planes y proyectos a futuro, catectizados por ambos
Relaciones sexuales: hace énfasis a la aceptación de la pareja como una persona diferente
exclusividad en la interacción.
El vínculo de pareja estudiado conlleva dinámicas diferentes a lo que pueden ser vínculos de
miembros.
vinculares primarias de dos sujetos diferentes. Ambas fantasmáticas encajan en un momento inicial
y dan la sensación y promesa de completitud a través de la pareja (Lemaire, 1986). Este momento
de encuentro llegará cuando los sujetos hayan realizado el duelo por las diferentes relaciones
vinculares en la infancia, y les permita establecer vínculos más allá de los primarios (Kernberg,
1995). Se ponen en juego los diferentes modelos parentales que cada miembro ha internalizado
durante la vida, lo cual incluye expectativas que tratan de reforzar al Yo, narcisísticamente
del equilibrio ante las diferentes crisis e integraciones del otro como objeto amado.
Por último, R. Sternberg (1990) plantea que los vínculos de amor están sujetados a una serie de
ser amado. Implica el acto de dar, recibir y compartir de forma constante de modo que
Pasión: implica el deseo de fusión y unión con la pareja por lo que se relaciona con la
amor como una “decisión” lo cual implica estar al lado del ser amado a pesar de las
Cada uno de estos elementos se encuentra en los vínculos de pareja, sin embargo su
dinámica tiende a cambiar conforme pasa el tiempo y aparecen nuevos momentos en el desarrollo
como la llegada de hijos/as o nuevos trabajos. Según el autor las relaciones de amor se pueden
configurar de formas muy diferentes en donde todas a las combinaciones son posibles, es decir,
pueden haber parejas con mucha intimidad pero poco compromiso y pasión o bien mucho
compromiso y poca pasión e intimidad y así sucesivamente. Lo anterior se ilustra con el siguiente
cuadro:
Por último, la teoría de Sternberg (1990) plantea los procesos de vinculación y amor como una
construcción de la pareja a lo largo del tiempo, lo cual los convierte en fenómenos dinámicos en
Después de las dos etapas anteriores –Flechazo y luna de miel- (Lemaire, 1986) la pareja pasará por
Cada vez es más difícil ocultar e ignorar las carencias y elementos aversivos en la persona
disociación.
o Cada persona intenta varios recursos como discusiones y quejas para poder cambiar
o Surgen promesas de cambio por parte de alguno de los miembros de la pareja, que
separación.
pareja, por lo general son intentos que tratan de sobrellevar el malestar producido dentro de la
Durante esta etapa surgen “colusiones o acuerdos colusivos” los cuales son alianzas inconscientes
que permiten mantener la fantasía de fusión de pareja (Lemaire, 1986), algunos ejemplos se
relacionan con la evitación de las discusiones, negación de los sentimientos mutuos y sublimación
de la libido en otras actividades y personas fuera de la relación como hijos/as, trabajo y amigos/as.
Según varios autores (Lemaire, 1986; Campuzano, 1993) este proceso emerge a los años de
convivencia en pareja y puede tener varias causas las cuales se asocian al rompimiento de acuerdos
Cuando los acuerdos colusivos no son suficientes para mantener idealizado al ser amado se
pone en duda la fantasía de fusión y la convivencia se dificulta de ahí que surgen deseos en los
miembros de la pareja de separarse o terminar el vínculo. A esta reacción se le conoce como “crisis
Los procesos de crisis implican la pérdida del control y la ruptura en la cotidianidad de los
sujetos (Slaikeu, 1996), de ahí que emergen grandes montos de malestar y se altera el
funcionamiento psíquico, físico y social en las personas (Rocamora, 2012). A este fenómeno de
pareja I. Carursso (1989) lo denomina como “catástrofe del yo” ya que se caracteriza por la herida
apocalípticos, pérdida del Ideal del Yo y conflictos entre instancias psíquicas como el Superyó y el
Yo. Durante este momento los sujetos experimentan fuertes montos de agresividad, como un intento
desarrollo de los sujetos a lo largo del ciclo vital (Erickson, 1985) de tal forma que la superación de
elaboración del duelo ayuda a la integración del Objeto de amor y a asumir las propias carencias y
Se espera que en el desarrollo del vínculo de pareja cada miembro pueda integrar los
1986), en el que confluyen las dimensiones placenteras y aversivas del Objeto en una misma
representación.
Por último, la crisis de pareja pueden finalizar en tres posibles escenarios a los cuales se les
crianza de los hijos/as, actividades económicas y sociales de ahí que los miembros
reinicia una nueva idealización del ser amado y se aceptan e integran características
Las etapas planteadas anteriormente por J. Lemaire (1986) -flechazo, luna de miel,
conceptualizan los cambios en sus psicodinamias ante eventos críticos y de ruptura. El proceso de
duelo por pérdida de relación de pareja acontece cuando la diada no logra sobrellevar la crisis y la
vividas en los vínculos primarios, junto con las dinámicas de las crisis de la diada, configuran la
estudiado, de ahí que la palabra engloba de forma indiferenciada procesos y estados emocionales
diferenciación de este término a partir los conceptos en inglés de “Grief, bereavement y mourning”,
perdido.
La diferencia entre los procesos de duelo y las crisis psicológicas radica en las causas del
fenómeno estudiado ya que en las crisis el elemento central es el detrimento del control (Slaikeu,
1993) mientras que en los duelos el elemento central es la pérdida/muerte del ser amado (Worden,
2002). Ambos elementos se pueden traslapar en una misma experiencia, por ejemplo, un proceso de
duelo por pérdida de pareja puede implicar, en muchos casos, crisis psicológicas ya que se
menoscaba el control sobre situaciones como la convivencia. De forma antagónica no toda crisis
implica un duelo ya que la pérdida de control se puede dar de forma aislada sin una pérdida.
Los procesos de duelo comúnmente implican aceptación de lo perdido y una intensa carga
emocional relacionada con el dolor, tristeza, frustración y enojo (Fonegra, 2001). Los momentos
posteriores se asocian con el recordar las experiencias compartidas con el ser perdido, de ahí que
sean comunes las visitas a lugares habituales, búsqueda de fotografías y artículos que tienden a ser
atesorados y guardados. En algunas ocasiones las personas experimentan dificultades para aceptar
la pérdida y lograr la integración del Objeto, según Lemaire (1986) algunas posibles razones pueden
45
actividades y emociones asociadas al ser amado; I. Fonegra (2001) afirma que este instante es una
acción que ayuda al sujeto a dimensionar lo perdido ya que por lo general una pérdida sobrelleva a
otras pérdidas como proyectos en común, espacios cotidianos y estabilidad económica entre otras.
vida cotidiana de ahí que el sujeto toma una posición activa en donde le da un significado a la
pérdida y reinvierte, en forma de nuevos proyectos y otras actividades, los espacios que antes
compartía con el ser amado. I. Carusso (1989) lo define como “salida hacia adelante e
de pérdida.
elementos del mundo interno que contienen a los Objetos y al Sí-mismo. M. Klein (1957) indica
que el trabajo del duelo por el vínculo se hace en la posición depresiva ante la pérdida de la
relación de pareja y se pierde la expectativa de haber encontrado a una persona capaz de satisfacer
largo del tiempo en la interacción con el Objeto que ahora se ha perdido (Kernberg, 1995; Carusso,
1989). En este proceso emergen defensas maníacas, que son mecanismos puestos en práctica
46
durante la posición Esquizo-paranoide (Segal, 1988) y que retornan con el objetivo de evitar la
ansiedad ante la culpa por la pérdida y posibles ataques ambivalentes del Yo.
El proceso de elaboración del duelo concluye cuando la persona logra reorientar la energía
libidinal, depositada en el Objeto perdido, para invertirla en otros Objetos y actividades –incluido el
Sí-mismo-, por consiguientese construye una nueva forma de representación de ese Objeto, al que
procesos mediados por la sociedad y la cultura los cuales se relacionan con la expresión del
malestar y la simbolización del mismo. Según I. Fonegra (2001) la sociedad promueve rituales
culturales que posibilitan la expresión del dolor y por lo general se relacionan con la religión como
son los sepelios o los funerales, de ahí que la participación en los mismos se consideran recursos
factibles para sobrellevarla pérdida. En contraposición, S. Freud (1930) plantea que la cultura
también carga al sujeto con un monto considerable de represión ya que delimita tanto la expresión
malestar humano.
“mediadores del duelo” para delimitar las particularidades de los procesos de elaboración acorde a
características subjetivas, sociales y culturales como la naturaleza del apego, el tipo de pérdida,
rasgos de personalidad, grupos de apoyo y creencias religiosas. Cada una de estos mediadores
pueden facilitar o dificultar la expresión del malestar de ahí que condicionan de forma directa el
social, cultural y psicológica que data hace más de cuatro mil años de antigüedad caracterizada por
el ejercicio del poder y el control sobre las mujeres (Lerner, 1990). Conlleva a la asignación de
características y atributos al sexo biológico de los hombres y las mujeres, de tal manera que se crean
roles de interacción que están cargados de guiones y normas de comportamiento que corresponden a
la forma de ser percibido/a y tratado/a por los demás (Campos & Salas, 2002). Lo anterior tiene el
objetivo de marcar una diferencia simbólica la cual se encarna en formas de pensar, sentir, actuar
así como características externas que delimitan divergencia y contradicción (Connell, 2003), por
ejemplo, cuando un niño o niña nace se establecen una especie de señalización claramente
diferenciada en donde se le asigna cierto tipo de vestimenta, corte de cabello y juguetes entre otros.
“La manera como la sociedad nos enseña y nos dice a los hombres cómo tenemos que
comportarnos, qué tenemos que pensar y cómo tenemos que manejar nuestros
aprendemos desde que nacemos acerca de cómo debemos de comportarnos los hombres.”
(p. 28)
desde sus inicios (Lenner, 1990), se ha simbolizado a los masculino y al hombre como Ser superior
mientras que lo femenino y a la mujer como Ser inferior para reflejar esta dinámica de dominación
(Valdés & Olavarría, 1997). Según varios autores (Burin & Meler, 2004; Bourdieu, 2000) el
proceso inicial se centra sobre una dicotomía denominada como “diferencia sexual simbólica”, en
donde el patriarcado sitúa los géneros masculino y femenino como antagónicos. Aquello que es
actividad y lo público mientras que lo femenino se relaciona con lo opuesto, o sea la debilidad,
emocionalidad, pasividad y lo privado (Lagarde, 1990). E. Badinter (1993) señala que dentro de los
procesos de socialización de la masculinidad existe una ideología clara la cual exige el ejercicio del
poder y el sometimiento de otros por lo que al mismo tiempo sus atributos son considerados como
símbolos de poder.
atributos. Muchas de estas masculinidades igualmente se construyen con base en diferencias a nivel
de clase social, educación, orientación sexual y ubicación geográfica de ahí que delimiten las
relaciones de poder no solo en contraste a las mujeres sino que también entre los mismos hombres
Asociar la masculinidad con el poder de dominio y el control sobre las mujeres, sus
asume la posesión de los hijos/as y pareja de tal manera que se les considera el
49
principalmente-.
competitividad.
Violencia dirigida hacia las mujeres, los niños/as y hacia otros hombres.
constante demostración, es decir, los hombres durante toda la vida tienen que demostrar su
“hombría/virilidad” y autoridad sobre las otras personas (Gilmore, 1994). La estrategia más común
es la diferenciación y evitación del mundo simbólico femenino, esto es, evitar asumir cualquier
ahí que se crean los “rituales de virilidad” (Gilmore, 1994) que tienen el objetivo de probar a los
validación homosocial-. La mayoría de estos estos rituales incluyen prácticas que se asocian la
la salud propia, algunos ejemplos son la conducción temeraria y consumo desmedido de alcohol
(Rivas, 2005).
D. Gilmore (1994) plantea que este proceso se desarrolla de forma particular en cada
sociedad y cultura patriarcal, sin embargo suele tener elementos comunes en donde al rol masculino
Ser procreador: se relaciona con los encargos que Campos & Salas (2002)
describen sobre la vida sexual masculina, los cuales se asocian con a) siempre estar
50
listo para el sexo; b) tener erecciones siempre; c) durar mucho tiempo antes de
asume la mayoría de los gastos de los miembros del hogar. Este mandato se ve
cuestionado cuando la pareja gana más dinero que el hombre o bien cuando éste se
encuentra desempleado.
Burin & Meler (2004) afirman que la masculinidad y su proceso de socialización ocurren
desde los primeros instantes de la infancia, sin embargo aseguran que es un momento el cual está
orientado a la vivencia de la adultez ya que el ser niño se considera como antagónico y previo al ser
que para estas edades los sujetos habrán experimentado diversos rituales de virilidad, violencia y
centrismo como reacciones del mismo patriarcado ante el rompimiento de los mandatos de la
heteronomatividad emerge la homofobia, ante la demanda por la virilidad surge la misoginia y ante
enfrentado a la exclusión, aislamiento y agresión por parte de otros hombres y demás personas, de
ahí que se experimente grandes montos de culpa y vergüenza (Campos & Salas, 2002).
51
Por último, E. Badinter (1993) considera que el mundo de lo masculino se encuentra lleno
de prohibiciones y mandatos los cuales traen consecuencias nocivas para los hombres, de ahí que
plantea el concepto “mutilación del hombre” para describir cómo el sistema niega de forma
Badinter (1993) el estatus de poder, control y éxito que ostenta la población masculina implica
también una cuota de malestar ya que conlleva a la negación de las emociones y al deterioro tras
malestar de identidad que causa una doble violencia: la que agrede a los demás y la que
E. Badinter (1993)
Campos & Salas (2002) mencionan que las ansiedades y fantasías que colocan a los sujetos
en estados de desprotección, amenaza y miedo son negadas socialmente e intoleradas por los
mismos hombres. De ahí que se minimicen las crisis personales, en especial aquellas relacionadas
con los vínculos de pareja. Esto se debe a que en todo momento los hombres tienen que demostrar
ser fuertes y negar las emociones de modo que el resultado es “la angustia, dificultades afectivas,
Por último J. Vílchez Cambronero (s.f.) propone el concepto de “coraza emocional” para
describir el resultado de este proceso de socialización en los hombres, en donde las emociones son
percepción y la empatía hacia los demás y las emociones que las otras personas pueden
experimentar; b) pérdida del contacto con el cuerpo lo cual significa aumento de tensión muscular y
evasión de los conflictos de forma tal que se prescinde el hablar y comunicar el malestar; d) rigidez
en la forma de interactuar con las personas, es decir, actúan bajo un mismo canon de
rumiación entorno al displacer y aquello que se sale de su control ya sea en presente cercano o en el
pasado.
concepto de “dialéctica” para englobar y describir la vasta mayoría de sus dinámicas. Según A.
Merani (1968) los fenómenos psicológicos engloban en su totalidad las características de la fórmula
dialéctica planteada a sus inicios por el filósofo H. Hegel y elaborada posteriormente por otros
autores como K. Mark y T. Adorno. De tal manera, que la psicología como ciencia no conlleva a un
entendimiento aislado e idealista de los procesos sino que se nutre de la interacción entre elementos
históricos, sociales y culturales ya que el sujeto se encuentra inmerso en todas estas dimensiones y
realidades.
dos contrarios: a) “Tesis” que es una tradición o estatuto antiguo que organiza al sistema actual; y
“Síntesis” ya que trata de integrar ambos aportes y superar el estatuto anterior de la Tesis (Merani,
1968).
(Mahler, 1963) de tal forma que el sujeto introyecta diversas representaciones del
establecen las dicotomías asociadas a los géneros de tal manera que refleja las
propia contradicción –antítesis-, por lo tanto los procesos dialécticos describen el devenir de un
movimiento constante e infinito debido a los cambios continuos de entre tesis, antítesis y síntesis de
ahí que todo proceso no es universal ni rígido b) el fenómeno se entiende como histórico o
54
evolutivo lo que conlleva a sobre los antecedentes la oposición y conflicto c) la lucha de contrarios
La pareja es un tema recurrente de investigación, ya que es una de las formas más comunes
de vinculación entre las personas. Abundan en el contexto nacional las investigaciones en torno a
ella, por lo que se centran principalmente en la manera en que se conforman las parejas, las
dinámicas y las crisis de éstas (Ureña, 1993; Barrios & Núñez, 1997; Arce, Capella, Chinchilla &
Rodríguez, 2006; Brenes & Calderón, 2006; Sandí & Venegas, 2008); o con énfasis en la
conformación de parejas diversas (Alfaro & Cabrera, 2002; Guzmán & Méndez, 2003). También
duelo (Sandoval, 2009; Bonilla & Vargas, 2009), pero consideran la pérdida por muerte del
cónyuge. Solamente se encontró una investigación (Alvarado, 2002) que analizó el proceso de
Existen abundantes posiciones teóricas en torno a la pareja, algunas de ellas plantean que la
elección, dinámica y duelo por pérdida de la pareja están íntimamente ligados a las experiencias
tempranas de vinculación con las primeras figuras significativas y los roles de interacción
(Kernberg, 1995; Lemaire, 1986; Puget, 1998). Además señalan que la socialización de género
igualmente influye de manera significativa en éstos procesos (Campos & Salas, 2002; Valdés &
Olavarría, 1997).
Además, según W. Worden (2002) y R. Moreira (2011), la experiencia clínica muestra que
los hombres tienen mayor dificultad en la elaboración del duelo por pérdida de pareja, lo que
aumenta sus consecuencias negativas y deriva en muchas ocasiones en episodios de violencia hacia
vinculación y las características propias de la socialización masculina. Este estudio pretende hacer
¿Cómo es la dinámica subjetiva del proceso de duelo por pérdida del vínculo de pareja por
Objetivos
Objetivo General 1
en hombres adultos, para comprender la dinámica del proceso de duelo por pérdida del vínculo
Objetivos Específicos
1.1. Indagar la dinámica de los vínculos primarios para analizar la construcción de los
vínculos de pareja.
1.2. Reconstruir la historia de las relaciones de pareja para identificar el significado del
1.3. Conocer las reacciones precríticas y la manera en que estos hombres perciben la
1.4. Describir las ansiedades y fantasías presentes en estos hombres durante la separación
1.5. Identificar las defensas y los intentos de reparación utilizados para la elaboración del
Objetivo General 2
Objetivo externo
vinculación afectiva, para el abordaje de los procesos de duelo por separación en hombres, que
Metodología
Estrategia Metodológica
Tipo de estudio
L. Yardley (2004), asumen que el conocimiento es mediado por la subjetividad y al mismo tiempo
los mismos.
Para lograr esta aproximación, se buscó analizar los diferentes elementos asociados a la
experiencia del duelo por pérdida de pareja, la masculinidad y los vínculos significativos en los
hombres participantes. El análisis crítico, dentro de esta aproximación, implica ahondar en las
relaciones de poder y los procesos macro sociales para crear reflexiones teóricas sobre los
individuales (Marks & Yardley, 2004). Tiene una función reflexiva que promueve consciencia
Diseño de Investigación
(Cresswell, 2007 & Stake, 1998) lo que implica centrarse en la subjetividad, las experiencias de
vida y de pareja en hombres. Esta aproximación busca investigar de forma profunda y minuciosa las
con el objetivo de poder comprobar, contrastar efectos, relaciones y contextos en donde el mismo
fenómeno ocurre (Stake, 1998 & Cresswell, 2007). Es un diseño transversal ya que recolectó datos
en un solo momento y en un tiempo único; y narrativo, pues se recogió información sobre las
historias de vida y experiencias de los hombres que asisten a los grupos de crecimiento personal,
para describirlas, analizarlas y centrarse en un tópico común -la vivencia del duelo-. Hernández,
Fernández y Baptista (2006) indican que en un diseño de este tipo “el elemento clave de los datos
(p.702).
utilizará una perspectiva cualitativa, con diseño transversal narrativo y un alcance crítico/
constructivista.
de personas sino la composición de los grupos, ya que una mayor cantidad no supone más
redundancia o saturación” (Ito & Vargas, 2005; pp.32-33). Tampoco se busca la representatividad
de los casos, pues no se tiene la intención de generalizar los resultados; sino describir la
singularidad de cada uno de ellos desde su unicidad y peculiaridad (Rodríguez, Gil & García, 1999).
En un primer momento se llevó a cabo una preselección de doce posibles casos mediante la
referencia directa de los psicólogos que atienden grupos de crecimiento personal en el Instituto
Wëm. Por medio de dos sesiones de grupo de discusión en la que se trató temas generales del duelo,
se seleccionó cinco de ellos para el análisis individual de la dinámica del proceso de duelo; esta
selección final se hizo con los criterios de inclusión que se detallan más adelante.
Se profundizó la indagación de la dinámica subjetiva del duelo con cinco hombres, a partir
de la revisión de antecedentes (Sandoval, 2009; Bonilla & Vargas 2009; Alvarado, 2002) realizada
para este estudio, se determinó que este es el número de participantes recomendado cuando se
utiliza estudios de caso. Para la preselección, se escogió trabajar con doce hombres ya que es el
● Ser hombre y asistir a algún grupo de crecimiento personal del Instituto Wëm.
● Haber buscado la asistencia a los grupos, por haber vivido una situación de separación de
● Haber cumplido un tiempo de entre seis meses y hasta un año entre el rompimiento con su
● Percibir una afectación significativa en las diferentes áreas de su vida, producto del
caso fueron:
● Presentar una vivencia particular de elaboración del duelo: que se le haya dificultado, que
perciba que le esté afectando más de lo esperado por él, o que haya presentado una crisis
(Slaikeu, 1996) .
● Tener facilidad para recordar sus vivencias de la infancia temprana y su relación con sus
● Que tenga disposición y tiempo para asistir a las sesiones de entrevista requeridas.
● No tener certeza de que haya pasado por una experiencia de ruptura de vínculo amoroso en
Las variables socio demográficas tales como la condición económica y el nivel educativo
del problema.
Como se ha mencionado anteriormente, este estudio fue llevado a cabo en el marco de los
servicios que ofrece el Instituto Wëm por ser una institución con experiencia en el trabajo en
masculinidad. De esta manera, los hombres que participaron en la investigación fueron contactados
en los diferentes grupos de crecimiento personal que posee el instituto, a los cuales asisten hombres
de entre dieciocho y setenta años con problemáticas diversas en donde la ruptura del vínculo
● Masculinidad y Género.
● Psicoterapia de pareja.
● Psicoterapia individual.
El aporte de estos expertos fue la validación de las técnicas e instrumentos que se utilizaron
Diversos autores (Hernández, Fernández & Baptista, 2006; Ito & Vargas, 2005; Vázquez,
2006; Rodríguez, Gil & García, 1999), afirman que en investigación cualitativa la recolección,
sistematización y análisis de los datos no son etapas puras, sino que se encuentran traslapadas y
mezcladas en una constante interacción dialéctica. Dichas etapas, para efecto de este estudio, se
con la revisión de la información acerca del mismo y se hizo el diseño del estudio y de la
de los datos que dan sustento a la investigación. Para la recolección de datos se hicieron
La Fase de trabajo de campo se detalla en este apartado, mientras que las fases analítica e
asistencia del investigador a los grupos de crecimiento personal del Instituto Wëm, para conocer su
de los datos se realizó mediante la utilización de dos estrategias cualitativas -ver protocolos en
anexos-
65
Grupo de discusión
de discusión. En esos espacios se indagó, de forma general, aspectos propios de la dinámica del
proceso de duelo en la vivencia masculina y de la socialización de pareja en los hombres, así como
El grupo de discusión es una técnica utilizada para crear discusión en torno a un mismo
experiencias de cada uno de sus participantes, quienes comparten un tema y diversos elementos que
pequeño grupo de personas, e implica cierto grado de informalidad en el habla, pero al mismo
tiempo cierto grado de estructuración y facilitación provisto por quien investiga (Babbie, 2000).
También se utilizó como un paso previo a la entrevista personal debido a que la estrategia no aborda
temas que generen excesiva sensibilidad en los participantes (Mack et al, 2005).
tuvieron una duración de dos horas cada una -ver Guía de Grupo de discusión en Anexo 2-.
Entrevistas a Profundidad
Sommers- Flanagan, 2009) permitió ahondar en la temática a investigar. Esta técnica, de tipo
la vivencia misma, al configurar el pensamiento y la acción del sujeto (Galindo, 1998). Develó
además diversos aspectos de la vida del sujeto y los ubicó en una secuencia espacial, lo cual facilitó
la lectura de los datos y ahondó en aspectos propios de diversos momentos de la vida del
tema general y dejándose llevar por el discurso de éste. El investigador asume un papel directivo,
autores que ésta técnica facilita la obtención de una perspectiva interpretativa de las conexiones y
las relaciones entre los fenómenos, los eventos y las creencias de las que habla la persona. El
presente estudio contó con dos entrevistas por cada uno de los cinco participantes seleccionados; en
la primera se indagó la historia vincular y de pareja y en la segunda, la crisis por pérdida del
vínculo. Cada entrevista duró aproximadamente una hora y treinta minutos, no obstante el uso del
tiempo fue flexible dado la cantidad de entrevistas necesarias y las características de expresión
Vázquez (2006) propone, para la fase analítica de una investigación cualitativa, los
siguientes pasos: a) grabar los datos, b) escuchar y escribir la información -numerando y haciendo
comentarios al margen-, c) leer y organizar los datos, d) analizar los contenidos -construcción de
audio de las sesiones de grupo focal y de las entrevistas individuales; además durante éstas, se tomó
67
nota de la información que no quedó registrada en audio -respuestas corporales, gestos, lenguaje no
verbal-. Al finalizar cada espacio se hizo la transcripción de las grabaciones y procedió a incorporar
consiste en la observación y lectura de los datos con el fin de encontrar el tema emergente y
recurrente en los grupos focales –se da énfasis en temas latentes- ; al mismo se utilizará el análisis
narrativo (Reissman, 1993) que busca reconstruir la historia individual y autobiográfica de cada
uno de los casos para analizarlos y contrastarlos entre sí. Se llevará cabo una categorización sin
● Construcción de categorías: corresponde con lo que Rodríguez, Gil & García (1999)
de los objetivos planteados, categorías dentro de las cuales se puedan agrupar los datos;
excepción.
● La descripción de los resultados o disposición y transformación de los datos: una vez que
Validez y Confiabilidad
investigador para lograr captar, en toda su dimensión y riqueza, la experiencia de las personas
participantes. Asimismo implica poder garantizar que aquello que se observa y analiza es real y no
Para garantizar lo anterior se ejecutaron varios métodos de validez, los cuales se describen a
Validez de procedimiento: implicó escuchar los más posible y tratar de precisar las
intervenciones verbales de forma corta y directa para no influenciar el discurso libre del
hallazgos y las notas para luego compartirlas y discutirlas con colegas –en este caso aplica
en el equipo asesor-.
contenido por escrito a los participantes para que ellos puedan evaluar la fiabilidad de lo
análisis para contrastarlas y ver cuál de ellas explica mejor el fenómeno y sus dinámicas.
información de diferentes fuentes que giran entorno a un mismo fenómeno. Esto facilitó la
investigadores generen resultados equivalentes con datos de campo y análisis similares. Para
entrevista para mantener las condiciones en cuanto a la aplicación estricta de los protocolos,
de procedimiento” (Flick, 2002) ya que implica rigurosidad en la calidad del registro de los datos y
estandarización de la forma de proceder para tomar las notas y llevar los protocolos.
y la opinión de los expertos mediante chequeos cruzados de la información. Todo esto se hizo con
el apoyo del equipo asesor -que funcionó como un auditor externo (Hernández, Fernández &
(ver Anexos 4 y 5). Además, se usarán pseudónimos y se omitirán datos personales o rasgos de las
historias, que puedan hacer identificable la verdadera identidad de quien las aporta.
se manejará de forma cuidadosa y discreta, evitando que personas ajenas a este estudio tengan
acceso a ella. Los medios de recopilación de los datos (grabaciones y notas), serán destruidos una
La fase informativa (Rodríguez, Gil & García, 1999) de esta investigación, se hizo de dos
obtenidos. Esto se hizo agrupándolos en diferentes capítulos de acuerdo con cada uno de los
objetivos planteados, además de un apartado final que resumió las conclusiones, limitaciones y
los resultados, conocida como defensa de tesis, en la que, de manera breve y concisa, se expuso la
largo de la vida de los cinco participantes, asimismo describe, de forma breve, los acontecimientos
que pasaron durante la separación y pérdida del último vínculo de pareja por el cual se encuentran
en proceso de duelo.
Caso: Rolando
Infancia y Adolescencia
La familia de Rolando está conformada por su padre, su madre y un hermano mayor con el
que nunca ha tenido una buena relación fraterna. Además su padre tenía otros cuatro hijos que había
procreado en una relación previa, con los cuales mantiene una relación cercana y afectuosa. Hay un
72
mantuvo su padre.
La madre nunca impidió que Rolando mantuviera una relación cercana con sus medios
hermanos por lo que facilitó que él visitara y compartiera con ellos y sus familias. Esta actitud la
explica a partir de la forma de crianza que tuvieron sus padres y el machismo predominante en su
familia.
“Mi mamá fue criada a la antigua, el hombre podía hacer lo que le daba la gana y la
Rolando recibió afecto de su madre pero no de su padre por lo que describe su relación con
“(…) mi mama siempre nos decía que nos quería, nos abrazaba y nos besaba. Yo no
La relación con su padre era “fría y distante” por lo que la comunicación era escasa;
Rolando comenta que siempre sintió que su padre prefería a su hermano mayor, situación que le
“El hijo predilecto era mi hermano mayor, era el inteligente, el ingenioso (…) y yo era el
sorompo (…) duele saber que papá piense que uno es más tonto que el hermano, que papá
Rolando habla de cómo a él le correspondía trabajar para poder ir a estudiar y tenía que
hacerse cargo de múltiples labores pesadas dentro de su hogar, mientras que a su hermano todo se lo
facilitaban puesto que iba a la escuela y al colegio sin la exigencia de trabajar para ello.
colegio tranquilo, a mí me levantaban las tres de la mañana para ir a traer las vacas y
ordeñarlas. Después de que ordeñar las vacas tenía que llevarlas al potrero, luego me
llegaba a bañar y me iba al colegio a pie. No me daban plata para ir al colegio, era muy
poco. Si me iba en bus no podía comprarme nada, ni una empanada para pasar el día.
Tenía que regresar del colegio, quitarme el uniforme, tomar café, ir a recoger las vacas y
ordeñarlas de nuevo, y antes de que se fuera la luz del día tenía que cortar pasto y dejar
Esta pesada jornada laboral y de estudio la llevaba a cabo diariamente, desde el inicio del
colegio hasta que entró a la universidad. Rolando narra con tristeza como tenía que llevar a cabo
“(…) lloviera o no lloviera, nunca me compro una capa, me tenía que meter en una bolsa
tocaba ir a traer las vacas a las cinco de la mañana, no a las tres (…) los domingos me
Asimismo, al ser una jornada extenuante y de mucha exigencia física, no era extraño que
Rolando sufriera heridas producto de las diferentes labores que llevaba a cabo.
“(…) era chiquitillo y flaco. Me acuerdo de cargas de pasto que me echaba al hombro tan
pesadas que tenía que buscar una peña, para que me cayera en la espalda y llevármela, si
se me caía había veces que no las podía juntar. Eran tan pesadas que no me las
El hermano de Rolando no tenía esa carga de trabajo, lo que percibía como una preferencia
de sus padres hacia su hermano y como una forma de castigo de sus padres hacia él. Esto lo sentía
como un fuerte rechazo que, aunado a la falta de expresión afectiva que recibió, marcó su infancia
“De mi mamá recibí poco cariño. De mi papá no recuerdo nada, compartía con nosotros
los domingos en el estadio, nada más, no recuerdo un beso ni un abrazo (…) No concibo
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como alguien puede trabajar tanto tiempo y sólo te compre un pantalón y los zapatos
Ante esta escasa expresión afectiva, fue un tío paterno y una vecina de Rolando quienes
“(…) la vecina de la par, ella siempre nos regalaba un juguetito porque mi papá no nos
compraba (…) cuando llegaba a diciembre (…) luego me iba a la casa de mi tío a pasar
ratos de Navidad, jugábamos mucho y disfrutamos mucho. Hasta que llegó la época de
colegio en que teníamos vacas y mi hermano se iba a vacilar con ellos y yo me quedaba
atendiéndolas”.
Estas vivencias hicieron que Rolando construyera una estrategia en la que callaba y
escondía sus emociones pero al mismo tiempo consideraba al trabajo duro como la salida futura de
su condición de explotación.
“(…) me llegué a hacer una concha y con el tiempo no llegó a afectarme porque me
dediqué al estudio y hacer las cosas que tenía que hacer. Como si fuera un perro que uno
entrena (…) a callar y a hacer las cosas, me dije que yo no quería ser igual que mi papá y
que no quería trabajar en construcción. Me dije que me iba a despedazar la espalda para
ser lo que yo quiero para algún futuro darle algo mejor a mi hijo de lo que él me dio a
mí”.
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Rolando no tuvo pareja durante ese período debido a la doble jornada laboral durante toda
familia durante las madrugadas y las noches-. Los noviazgos, las amistades y las mujeres fueron
cosas desconocidas en esa época, situación que resiente aún hoy día.
“(…) tener novia no significaba nada porque nunca supe que era darle un beso a una
mujer, primero que nada nunca tuve plata; segundo tenía que entrar a siete y luego hacer
asignaciones porque tenía que estudiar. Era muy cansado porque tenía que levantarme a
las la mañana del día siguiente. No significaba nada, era una muchacha atractiva que las
A pesar que “se le movían las hormonas”, la timidez de Rolando nunca le permitió
acercarse a Saray, la compañera del colegio que siempre le gustó y ante la cual se sentía inseguro y
deseaba confesarle su interés. Una vez que Rolando terminó el colegio y se incorporó a la
primera pareja y su esposa durante tres años. Empiezan la relación siendo compañeros de un curso y
después de ese primer año la relación termina debido al miedo que tenía Amanda de llevarlo a
conocer a sus padres -era su primer novio-. Ante esta situación, Rolando se siente triste pero a la
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vez aliviado pues no tenía que mantener una relación y podía trabajar más tiempo para pagar sus
estudios.
Durante cuatro años Rolando se concentró en su carrera y sus trabajos, hasta que se
reencontró con Amanda y retomaron la relación. En ésta segunda oportunidad, Rolando sí se acerca
a la casa de ella e inician entonces una “relación formal”. Él siente en Amanda un gran apoyo ante
lo que era su vida, ya que nuevamente Rolando contaba con un estilo de vida cargado de
ocupaciones.
“Los primeros años lo llevaba a medio tiempo porque tenía que trabajar otros medios
tiempos, lo que tenía que haber hecho en tres años y medio lo hice en seis años. Lo que
fue el último año de la carrera, en donde se veían las materias más profundas, y el
internado, lo hice en tiempo completo y trabajaba en la noche, estudiaba desde las once
Rolando valoraba mucho el apoyo, el cariño y los detalles que tenía Amanda con él, de
manera que apenas termino la carrera se casó con ella y empezaron la convivencia, esto a pesar de
que él hubiera deseado esperar un poco más tiempo y disfrutar el ejercicio de su profesión antes de
casarse. Al año, refiere Rolando, la relación empezó a “enfriarse” y dejaron de compartir tiempo
“Me enamoré mucho de mi trabajo, será porque me acostumbré a trabajar mucho. Tenía
debido a la falta de tiempo en pareja, pero también dado que les fue imposible procrear a un hijo/a.
Además, para ese momento Rolando había conocido a Eva quien sería su segunda esposa.
Eva y Rolando se conocieron en el negocio de él, ella era una cliente que se acercó
buscando sus servicios. Rolando estaba casado con Amanda pero se sintió atraído hacia Eva, de
manera que ella fue el impulso para terminar ese primer matrimonio e iniciar una relación con ella.
La historia con Eva empezó cuando ella, en agradecimiento por curarle a su mascota le
regala una repostería hecha por ella. Esto resulta atractivo para Rolando, además del físico de Eva, a
tal grado que es un incentivo para iniciar un coqueteo. Ella tenía pareja de tal forma que la relación
se escondía de las demás personas, pero una vez que ella terminó con la anterior relación
mantuvieron contacto sexual y así, de acuerdo con Rolando, inició el vínculo de pareja.
apoya dándole comida y dinero debido a una situación económica que estaba viviendo. Después de
un año empiezan a convivir juntos; ambos acordaron que él se encargaba de proveer alimentos a la
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casa mientras ella se encargaba de los quehaceres domésticos. Rolando empieza, con el apoyo de su
pareja a crecer económicamente y a cambiar la manera de concebir el trabajo y el dinero por lo que
“Al lado de ella fui creciendo mucho en la parte económica, me apoyaba y estimulaba. Yo
no veía más allá de las narices, por lo que mi papá nos enseñó a nosotros que como uno
es pobre no tiene derecho a disfrutar cosas bonitas. Ella me apoyó y como el suegro
que sentía que con ella había mucha intimidad, mucho apoyo y mucho compromiso, además el
“Cuando yo la conocí era una persona muy especial, muy llena de Dios (…) dulce,
era increíble. Afortunadamente no había que irse a desahogar a la calle. Había que
ponerle mucho empeño para satisfacerla sexualmente. En la intimidad éramos una pareja
muy fuerte”.
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La crisis en la relación de pareja inició cuando Eva queda embarazada a los tres años
relación. El embarazo fue inesperado ya que ser madre no estaba entre los planes de Eva por lo que
ella empezó a rechazar al niño. Inmediatamente Rolando asumió el rol de cuido, encargándose
“Ella no quería ser madre, lo rechazó, lo quería abortar. Recién nacido el chiquito no
quería casi que ni atenderlo y yo empecé a asumir su rol. Hice funciones que no me
pañales(…) lo hacía con mucho gusto pero tenía que cerrar en ocasiones mi negocio para
llevarla a ella con el chiquito al pediatra (…) Para ella era una vergüenza que la vieran
enojo y frustración, “a veces daba ganas de agarrarla del pescuezo”, y fue el inicio de un proceso
“Siete años después del embarazo no volví a tener con ella a un contacto genital, ni un
abrazo. En el momento anterior a salir embarazada éramos sexualmente muy activos. (…)
Luego salió embarazada y nunca más me dejó volver a tocarla. (…) Ella empezó a
alejarse en todos los sentidos, no quiso ayudarme en los negocios, a raíz de eso contraté
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al hermano que al final me robó siete millones y medio, ahí fue donde empezaron las
dificultades económicas”.
Luego de siete años de llevar la relación de pareja de esta manera, Rolando se muda a un
anexo de la casa. A pesar de salir del núcleo familiar, él continúa apoyándola económicamente y le
facilita un préstamo de dinero para que inicie un negocio. Ella se asocia con un hombre, con el que
empieza a salir, lo que desata en Rolando la sospecha de que ella podía tener otras parejas y lo
“El chavalo empezó a decirle que era una diva y que estaba muy jovencita y le llenó la
cabeza de humo. Después llegaba a la una o a las dos de la madrugada pero andaba con
el playo y yo decía -como es playo, no pasa nada. Pero luego me cayó la peseta, si el
relación de convivencia aunque ya no quedará relación afectiva alguna. Compartía con Eva los
espacios de alimentación y cuido de Paolo, su hijo; y estaba pendiente de cada cosa que ella hacía.
Fue hasta que Eva le dijo de frente que ya no lo quería y que hace muchos años había
dejado de hacerlo por lo que Rolando comprendió que la relación había terminado; hecho que
aceptó hasta que se dio cuenta que ella frecuentaba moteles con otros hombres.
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“(…) muy duro, fue un golpe muy fuerte. Fue como que te metieran la mano y te
arrancaran las vísceras estando vivo. Estaba en shock, pensé que todo se fue para la
mierda, que mi proyecto de vida y el hijo que tanto adoro tal vez me lo vayan a quitar.
Eso lo que más me duele, yo no la pudo tener amarrada de un pie y que me siga
queriendo”.
En ese momento inició un proceso de deterioro físico y emocional en Rolando. Perdió más
de cinco kilos, padeció de males estomacales, no dormía bien. Tenía sentimiento de enojo hacia sí
mismo y hacia ella, hubo un descuido general de su persona. Curiosamente, a pesar de la crisis que
“Nunca fallé en mi trabajo. Nunca mezcle mis problemas con el trabajo, cuando llegaba
Una vez que pasó este proceso doloroso y de crisis personal, Rolando empezó a abrir sus
horizontes a cosas nuevas, empezó a asistir a grupos espirituales y de apoyo emocional; a retomar
las amistades y las relaciones con su familia extendida. Además se ha dedicado a cuidar de su hijo,
compartir mucho tiempo con él y a recuperar espacios de entretenimiento que había dejado. Con
Eva mantiene una relación cordial centrada únicamente en aspectos relacionados con Paolo.
Al hacer una retrospectiva de sus relaciones, Rolando menciona que Eva, a pesar de haber
sido la segunda pareja en el tiempo, es la primera en cuanto a importancia ya que el apoyo que le
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brindó fue vital en determinado momento de su vida. Ahora quiere estar un tiempo solo sin
embargo dedica momentos a pesar en las cualidades de la pareja ideal para rehacer su vida.
“Busco una persona que me llene espiritualmente, que me apoye en todos los sentidos,
tanto emocional como espiritual y económicamente. Y el apoyo que ocupo con mi hijo”.
Caso: Eliseo
hijos de dieciocho, nueve y seis años; y dos hijas de diecisiete y cuatro años. Los mayores
Infancia y Adolescencia
Eliseo creció en un hogar compuesto por él, sus cinco hermanas, su padre y su madre; la
diferencia de edades entre las hermanas es de dos años, siendo el cuarto hijo. Cuando Eliseo tenía
seis años de edad, el núcleo familiar migró desde la zona costera hacia el centro del país en busca de
mejores condiciones de salud para su madre, quien padecía de asma. Las condiciones económicas
de la familia de Eliseo fueron de extrema pobreza, a tal grado que vivían “(…) debajo de la casa, en
una galera”.
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Debido a las carencias económicas, Eliseo no contó con juguetes sino hasta los diez años,
por lo que lo asociaba con ser “demasiado peleón” debido a que “no tenía nada que hacer”. La
relación con sus hermanas estaba marcada por sus propias travesuras, él les jalaba el pelo y las
molestaba por lo que nunca ha tenido una confianza profunda con sus hermanas, de las cuales las
dos mayores viven con sus padres y las restantes están ya casadas y con hijos.
De la relación de pareja entre sus padres la describe como de “carácter muy feo (…) se
ofenden mucho”; sus padres nunca se separaron y aún continúan juntos. Su padre fue una figura que
infundía miedo hacia todos sus hijos/as; se desempeñó en lo que respecta al aspecto económico,
Su madre tampoco constituyó una figura cercana ni de confianza para él; la manera en que
le expresaban amor y cariño en la infancia era a través de cuidados como la comida y otras labores
“(…) no, yo siempre he dicho que me gustaría que mis papás me dijeran –te amo-, la
verdad es que nunca (…) o sea, yo sé que me aman, pero yo sé que mis papás nunca me lo
El momento en el que se sintió más amado fue el día en que una tía política le regaló su
primer juguete -un carrito-. Al hablar acerca de la cantidad de tiempo que le dedicaba su padre a
pasar con él, cuando era niño, mencionó que era mínimo pues únicamente era en momentos de
con un castigo. De quien recuerda pasar mayor tiempo compartido es de un tío que siempre lo
Para Eliseo el ser cuidado es contar con las mínimas condiciones de vida -ropa, comida y
estudio-, sin embargo afirma que le hizo falta más contacto y cercanía afectiva con sus progenitores.
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“(…) Yo le agradezco a mi papá que nunca nos faltó la comida ni la ropa ni nada de eso,
pero como te digo, siento que en la parte afectiva faltó algo (…). Es que yo sé que me
quieren y me aman, pero que yo me acuerde, nunca hubo de eso, como le digo, quizá
Aún a pesar de que el castigo físico fue bastante recurrente en esos años Eliseo no se sentía
“(…) sin preguntar agarraba la tajona, es un palo con un mecate gruesote amarrado a la
punta, y me pegaba, me pegaba muy duro (…) no era que yo sentía que era rechazado, pero
sí sentía que mi papá era malo o algo así. A mis hermanas también les pegaba, pero tal vez
con menos dureza que a mí; a mí me pegaba con frecuencia y más duro (…)”.
Dicha violencia era bastante frecuente, casi todos los días, y con mucha dureza;
“(…) me agarraban de las manos y me decían -pedazo de huevón, para que aprenda- y
me daba; por cualquier cosa, mi mamá le decía -es que vieras que Eliseo no hace caso-
Ante las constantes situaciones y vivencias de castigo físico, Eliseo desarrolló varias
maneras de reaccionar. La primera de ellas consistía en considerar a la violencia como algo normal,
cotidiano e indoloro:
“(…) de tanto que me pegaban ya como que me acostumbraba y ya no me dolía. Una vez
me dieron y yo me estaba haciendo que estaba llorando pero yo no estaba llorando (…) y
me dieron todavía más duro y más duro, hasta que lloré, mi papá me decía –¿No está
llorando pedazo de huevón?- y me golpeó, hasta que lloré. Ya al final no lloraba, porque
ya no me dolía (…)”
“me iba para el cuarto o me iba para abajo y hasta que me pasara ya volvía (…)”. Eliseo
justificaba la violencia a través de comprender la manera en que sus padres actuaban, quitándoles
“(…) muchas veces no era culpa de mi papá, él trabajaba mucho (…) desde las cuatro de
la mañana que se iba, y llegaba a las tres y quizá tenía ganas de sentarse o de tomar café
contra mía. Como le digo, yo no le guardo rencor, yo lo veo así, tal vez descargaba
En su historia de pareja, Eliseo dice haber tenido cuatro relaciones significativas: Silvia,
donde al poco tiempo se involucra en una relación de pareja con Silvia, una mujer de veintinueve
años, casada. Ella se convierte en su primera experiencia de pareja, y es una relación caracterizada
“(…) me gustó mucho y teníamos el mismo horario (…) yo la invitaba a un helado o algo
así, y empezamos a salir, pero nunca tuve relaciones, solo besos y así (…)”.
Eliseo mantenía relaciones paralelas con otras mujeres, lo que conllevó el final de esa
relación luego de nueve meses. Su segunda pareja significativa fue María, a quien conoció mientras
estaba en la relación anterior. Después de seis meses de noviazgo deciden casarse por dos razones
principales: la experiencia sexual que habían tenido y la tentativa de salir de la casa de sus padres.
“(…) imagínese que con Silvia anduve más y con María menos, pero con María tuve
relaciones y con Silvia no, entonces me imagino que fue por eso (…) yo siento que no me
casé enamorado yo sentía atracción por ella pero, no estaba enamorado, apasionado por
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ella; duramos trece años casados y con tres hijos. Fue la persona a la que yo le hice más
Eliseo considera que no valoró el vínculo con María y que nunca le agradeció sino que
“(…) yo tomaba mucho y empecé a conocer mujeres (…) llegaba a las tres o cuatro de la
mañana, y entonces María me dijo -no, esto no es un hotel y se me va-, ella me decía
siempre que cambiara pero como uno estaba en esas cosas, no le importa si es buena o
Eliseo considera que la crisis de pareja se dio desde el comienzo ya que no pasaron mucho
convivencia.
“(…) El problema fui yo (…) nos disfrutamos muy poco, seis meses; después nos
casamos, y quedo embarazada (…) y ya no salíamos (…) entonces yo si salía y ella por
aparte. Luego muy rápido quedo embarazada (…) y yo continué saliendo solo (…) y me
Estando casado inicia una relación paralela con Dora, a quien conoció en el trabajo y con
quien empezó a compartir los fines de semana en las fiestas a las que asistía. Esta relación se
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mantuvo de forma paralela al matrimonio con María durante un año y medio. La relación terminó
cuando María descubrió la relación con Dora y lo puso a escoger. Eliseo finaliza la relación con
Dora, pero continúa saliendo los fines de semana hasta que María decide finalizar la relación.
Cuando termina la relación con María, Eliseo se fue a vivir a un apartamento y ahí conoce a
Yarlery con quien después de cierto tiempo inicia una nueva relación de pareja.
A los cuatro meses de ser pareja de Yarlery, Eliseo fue testigo de una discusión de Yarlery
con otro hombre y ella le confiesó que ese otro hombre es su pareja y que ella está con Eliseo por
Ante esta situación Eliseo se aleja de ella, volviendo luego de unos días, ya que Yarlery le
aseguró que ya no estaba con nadie más. Luego de ocho meses de ser pareja, ella quedó embarazada
y le dijo no saber de quién es el niño pues aún mantienía relación con el otro hombre. Eliseo se
“(…) ella llegó como a la una de la mañana, llorándome y se hincaba y me decía que ese
mae la había dejado botada (…) y se quedó conmigo y nació el bebé (…)”
Durante el embarazo, Yarlery hizo todo lo posible por abortar al bebé, se refería al niño en
forma despectiva y no quería verlo nacer. Ante esto Eliseo reaccionó de forma violenta en algunas
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ocasiones llegando a pegarle a su pareja. Con el segundo embarazo se repitió la historia y generó
“La relación siempre estuvo en crisis (…) nació y peleábamos constantemente (…) cuando
me dijo que no nos quería yo llamé un policía, un amigo, y el mae me mandó una unidad, y
cuando llegó la unidad se puso a llorar y a decir que la estaba maltratando y me sacaron a
mí. Yo me fui para donde una señora que es amiga mía pero yo no me lo podía creer (…)
Eliseo empezó a sentir que la relación estaba en problemas, y a pesar de todas las
“(…) yo llegaba del trabajo y llegaba a cocinar (…) me envolvió tanto ella (…) que yo
Eliseo comenta que la principal razón que lo mantuvo en la relación fue la parte sexual y la
atracción física de Yarlery; él se sentía admirado por tenerla a ella como pareja.
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“(…) la parte sexual (…) que tenía más cuerpo que todas las que había tenido, me
llamaba la atención (…) bonita de cara, bonita de que tenía más pechos(…) yo salía con
ella y me sentía orgulloso, que dijeran -¡que mujer más bonita andas!-(...)”
A pesar de los constantes conflictos y peleas con su pareja, siempre se mantuvo con ella
hasta el momento en que empezó a sospechar que Yarlery tenía una relación cercana con su
exnovio.
“(…) como que yo sabía que era él (…) Yo estaba en mi trabajo y pensaba que se estaba
En ese momento inició un proceso de celos y control hacia su pareja, la llevaba a trabajar a
su negocio para tenerla todo el día a la par, daba cantidades altas de dinero para mantenerla a su
lado. Eliseo dice que no estaba consciente de la problemática de su relación y que se mantuvo con
la idea de que todo iba bien, hasta que un día descubrió que Yarlery tenía una relación con otro
hombre.
“(…) está en la computadora y yo veo la foto del mae, estaba chateando con él (…)
entonces yo entro y ella cambia la página, yo le pregunto -¿Usted anda con Mauricio
verdad?-, ella me hace -No, nada que ver, no es con Mauricio con quien ando. Hay
alguien que me tiene ilusionada pero no es él- (…) Ahí fue donde empezó a deteriorarse
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más la relación.(…) Al tiempo me dijo - Ya no quiero nada con usted, y a partir de hoy
Eliseo no aceptó que la relación estaba por acabar y, a pesar que Yarlery le decía que ya no
quería estar a su lado, seguía en la casa, le compraba ropa y le daba dinero como una manera de
mantenerla a su lado. Describe esta situación como una obsesión en donde quería estar con ella.
“(…) obsesión, definitivamente sí, y eso me llevó a soportar, fui alfombra, fui de todo.”
Cuando Eliseo tomó la decisión de salir de su casa e iniciar el proceso de aceptación sintió
mucho dolor.
“(…) Me dolió mucho, me dolió mucho (…) yo siento que esa relación nació muerta, yo
la quise y de verdad me dolió mucho (…) en los primeros días pasaba a recoger a mis
hijos para llevarlos al kínder, pero yo no pasaba por ellos, yo pasaba para verla a ella
(…) yo sabía que estaba con ese mae; porque ya después de una semana el mae llegaba a
visitarla (…)”
“(…) Ella la cortó, diciendo que me dejaba porque yo la ahogué (…) que yo la celaba,
que nunca la dejé en paz, que nunca la dejé crecer como persona, que ella nunca pudo
dejaba (…)”
En principio negaba que la relación hubiera terminado y deseaba que la relación volviera a
ser lo que había sido. Le atormentaba la idea de volver a pasar por una situación de pérdida de
pareja nuevamente.
“(…) Pensaba que ojala no fuera cierto, que ojala fuera un sueño, que todo eso no hubiera
pasado, porque yo sentía que aún la quería (…) que era difícil empezar de nuevo con otra
persona y conocerse (…) pensaba que Yarlery iba a ser la persona que iba a estar conmigo
consideraba que con sus reacciones y con sus comportamientos la había alejado, que había sido él el
contradictorios pues en otras relaciones no había sido celoso y dice que desde un principio Yarlery
le dio razones para desconfiar. Esta disyuntiva le generó mucho miedo e inseguridad ante futuras
relaciones y fue una de las razones que lo llevó a buscar ayuda. Otras emociones que refiere sentir
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al momento de la pérdida fueron dolor, decepción, miedo y vergüenza; asimismo, comenta que su
“(…) fueron como dos o tres meses de dolor, bajé siete kilos, no comía porque no me
daba hambre (…) al principio no dormía bien, me despertaba, pensando en esas cosas, no
trabajaba y no me concentraba bien (…) me daba miedo, no aceptaba que estuviera con
Eliseo describe las actitudes que le han permitido sentirse mejor luego de haber finalizado
la relación. Para él ha sido clave aceptar la pérdida y vivir el dolor, “echar para adelante”, retomar
la relación con sus hijos, ir al gimnasio y, en general, dedicarse tiempo para sí mismo. Ahora, a
recuperado sus pasatiempos y sus actividades, las cuales había dejado de hacer por estar
controlando y vigilando a su expareja. Dice querer construir una relación agradable con Yarlery de
manera que puedan tener buena comunicación y negociar aspectos con respecto al cuido de sus
hijos.
La historia vincular de Eliseo es particular dado que ha tenido varios vínculos de pareja
paralelos; esto se correlaciona con la intensidad de los procesos de separación. Es hasta esta
segunda separación, que se permitió exteriorizar el dolor y darse un espacio de soledad para
“(…) los errores que cometí con María fue por fiestero y mujeriego (…) me queda de
experiencia que tengo que ser más selectivo y cuidadoso (…) ver si somos compatibles, no
caer tan rápido (…) con las dos exparejas fue muy rápido, con la primera seis meses y me
casé, y con lo otra casi de una vez ya estaba juntado, no me di tiempo de conocerlas más
(…) entonces ahora yo quiero que nos conozcamos más y ver si somos compatibles(…)”
Él se plantea la necesidad de tomarse más tiempo para sí mismo, para sus hijos y para
conocer y relacionarse con futuras parejas. Él desea mejorar su situación, cambiar su pensamiento
machista y sentirse mejor consigo mismo antes de involucrarse con alguien más, así también
empieza a cuidar de su salud y a dedicar tiempo para sí mismo para luego poder amar a otra
persona, pues considera que nunca ha amado a ninguna de sus parejas. Eliseo expresa una nostalgia
por la pérdida de la relación con María, mujer con la que él considera que se sintió realmente
amado.
Caso: Octavio
tres hijos varones de treinta, veintiocho y veinte años de edad producto de la misma
relación de pareja.
Infancia y Adolescencia
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Octavio creció en el seno de una familia numerosa conformada por su padre, su madre y
nueve hermanos. De ellos cuatro eran varones y seis mujeres con una distancia de dos años
aproximadamente entre cada uno; él es el séptimo de los nueve. La familia de Octavio vivía en uno
de los cantones más grandes del Área metropolitana y poseían grandes carencias económicas debido
“(…) era épocas muy duras en que todo costaba más y éramos más (…) costaba más la
parte económica, no teníamos casa propia entonces andábamos alquilando (…) todos
La relación con sus hermanos y hermanas es descrita como “buena” y eran los hijos/as
mayores quienes más se peleaban o discutían por cuestiones como ropa, artículos personales o
juguetes. Dice que lo más difícil de su niñez era las limitaciones económicas que vivieron conforme
crecían.
“Fue la parte más fea de la infancia (…) había muchas limitaciones económicas para ir a
En cuanto a sus padres, Octavio refiere que en general la relación con ellos era bastante
buena, con excepción de algunos momentos en que su padre se tornaba agresivo -con sus hermanos
mayores principalmente-. A él no lo agredía, pero refiere tenerle cierto resentimiento por las
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limitaciones económicas, ya que no pudo concluir el colegio por esta misma razón. Este
resentimiento que Octavio guarda hacia su padre se agudiza cuando se entera que éste tenía tres
“(…) mi tata tiene otra familia, porque la señora esa no se casó (…) tiene tres hijos con
esa misma señora y yo conocí a dos (…) me sentí como un perro (…) una vez le dije – Por
esa torta yo no pude ni estudiar, hubieron muchas limitaciones económicas (…) pero
parte de esas limitaciones era porque tenías otros hijos y nunca supimos- (…)”
correspondió a él, por ser el más allegado a su madre, darle la noticia. Al conocerse la noticia toda
la familia reaccionió negativamente hacia el papá, culpándolo de las carencias económicas al tener
que mantener trece hijos y dos esposas. La madre de Octavio, al enterarse de la vida paralela de su
esposo, le pidió que se fuera de la casa; pero luego lo volvió a recibir y así viveron juntos hasta su
muerte, hace dos años. Octavio percibió esta reacción de su madre como un acto de amor, mientras
Otra de las razones que llevan a Octavio a enfadarse con su padre fue el hecho de tener que
“andarlo jalando para todo lado, sacarlo de las cantinas”, y de ser testigo de varias infidelidades
de éste hacia su madre. En cuanto al afecto recibido, menciona que su madre lo chineaba bastante y
lo hacía a través de darle comidas y atenciones; mientras que su padre, a pesar de ser grosero, sí le
dedicaba afecto a través de tiempo y compañía. Refiere además que de sus hermanas mayores
recibía también afecto -“chineos”- y también algunos regaños; eran como “segundas mamás”.
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Para Octavio la forma en que su madre lo cuidaba, a través de chineos y atenciones -servirle
la comida, alistarle el café, acompañarlo al dormir- y preocupaciones por su bienestar, era algo que
lo hacía sentir valioso e importante. Incluso refiere que esos son los recuerdos más agradables y
valiosos que posee de su niñez. El cuido se convierte en un aspecto clave de su vida ya que para él
significa amor, cariño y protección, y cuando percibe carencia de cuido, se siente castigado y
rechazado.
aportar a su casa. Esto lo definió como un cambio cualitativo en su vida ya que adquirió nuevas
responsabilidades y mayores libertades. Menciona que nunca tuvo novia durante la adolescencia a
“En mi adolescencia yo no estaba muy entrenado para eso, era muy inocente en muchas
cosas, todavía yo a los dieciocho años no había tenido sexo. Siempre fui como muy
tranquilo. Yo me imaginaba que era bonito (…) tenía amigos que si tenían novia, pero a
mí no me salía nada”.
Octavio considera que lo fue difícil tener novia en la adolescencia debido a su inseguridad y
timidez así como no contar con la guía de una persona que le dijera como acercarse a las mujeres y
Octavio menciona cuatro parejas, de las cuales dos le son significativas. La primera de las
parejas significativas es su exesposa, Lidia, con quien empezó la relación a la edad de diecinueve
años, cuando ella tenía dieciséis; se conocieron en el barrio y comenzaron siendo amigos y luego
iniciaron una relación hasta que ella quedo embarazada y Octavio decidió casarse luego de un año
de noviazgo.
“Yo la andaba chineando de aquí para allá (…) cuando llegó el embarazo decidimos
casarnos, fue muy difícil porque no me aceptaron, todo me lo tiraron al suelo (…)
entonces ella decidió irse conmigo (…) Nos casamos, no fuimos a vivir donde mi mama”.
Durante esos primeros años de relación, Octavio se sentía seguro del sentimiento que
compartían y la aceptación que recibía por parte de Lidia. Además se sentía satisfecho por el cuido
La segunda relación significativa en la vida de Octavio se presentó cuanto este tenía treinta
y ocho años; ella se llamaba Sandra y eran compañeros de trabajo. Octavio menciona que fue una
relación meramente sexual y que ella insistió durante mucho tiempo hasta que él cedió.
“(…) ella pagaba todo. Me decía -Yo quiero estar con usted, tengamos sexo.- y yo le
decía -No, mire, yo soy casado tengo tres hijos.- (…) pero al tiempo caí (…) una vez ella
me dijo -¿Qué, usted es playo?- y yo le dije –No, te digo que tengo esposa y tres hijos (…)
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pero se lo voy a demostrar ¿Qué quiere hacer?- y ella me dijo -Yo pago un motel, yo pago
la fiesta- (…)”.
No obstante, Octavio acepta que, más allá del mero acercamiento sexual, había con Sandra
una cercanía afectiva basada en actos de cuido -apoyo en trabajos, regalos y detalles-, en especial en
“(…) esa mujer se paseó en mi vida (…) ella se enamoró de mí (…) ella tenía todo
montado, yo nada más fui a la acción.(…) ella muy enamorada me dice -Te amo, estoy
enamorada- y yo le dije, -Ya le demostré que no soy playo, fue la primera y última vez que
me la cojo- (…) luego empezó a llorar (…) agarró la factura y habló con mi esposa y le
dijo -Aquí estuve con su esposo y nos acostamos- (…). Ese día llegué yo a la casa (…) y
Después de ese episodio, la relación con Sandra terminó y al mismo tiempo inició la crisis
de pareja con su esposa Lidia que duraría varios años antes de la separación.
Para Octavio el amar y ser amado tiene que ver con seguridad, compañía y cuido. Incluso
con Lidia le brindaba todo esto, pues a pesar de las dificultades económicas en la que inició su
matrimonio y los esfuerzos laborales que tuvo q llevar a cabo para asegurar la manutención de su
La relación con Lidia se caracterizaba por ser amena y cordial, pero esto cambió una vez
la casa (…) cuando habían bronquillas siempre salía el tema ahí de esta mujer. Nunca
me pidió que saliera del trabajo, nunca me lo dijo pero si lo pensé. Me decía que me fuera
a acostar con la otra (…) Empezó a ser agresiva, ya después hasta me levantaba la mano
A través de los doce años posteriores la relación entró en crisis, Octavio menciona observar
solucionarlos.
“Ella ya no quería ni aplanchar ni nada, si teníamos sexo era por complacer nada
más(…) eso han sido los últimos doce años. Yo le dije a ella -si no perdonó para que
volvimos doce años, arrastrando eso-. Éstos doce años yo he tenido esta situación ahí
pegada”.
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Octavio menciona que fue el amor lo que llevó a mantenerse en la relación y a hacer
proveer económicamente y esperar un cambio que no se dio. El momento en que Octavio se dio
cuenta de la pareja estaba definitivamente en crisis, fue cuando hizo las tres mayores compras
posibles: le compró una casa nueva, le regaló un carro y le propuso renovar los votos matrimoniales
ante la iglesia católica. Octavio esperaba lograr resolver definitivamente el problema en la pareja y
“(…) El carro lo compramos y lo metimos al patio porque la choza es bien grande, son
mil metros; (…) pero ella no lo quería, me dijo que mejor lo vendiéramos (...) Yo me sentí
una reacción bonita, positiva, del esfuerzo, porque es un esfuerzo que hace uno.(…)
después de eso, se vendió el carro (…) a los meses, cuando ya teníamos la casa lista, le
digo –¿Por qué no nos casamos? Mi mamá quería que nos casáramos y su mamá
también- y ella me dijo -¿Qué me va a dar? quiero un crucero de luna de miel, quiero
anillos caros y fiesta de compromiso- yo estaba dispuesto a cumplir con los requisitos.”
fue cambiando radicalmente al punto de ignorar completamente a Octavio; conversaba por teléfono
y por computadora hasta altas horas de la noche. Luego Octavio encuentra una factura por un monto
alto de dinero y le pide una explicación a Lidia. Tras la confrontación Lidia decidió ir a dormir a un
cuarto aparte, le devolvió el anillo y un mes y medio después se fue a vivir fuera de la casa.
Ante estas situaciones Octavio se sentía impotente, frustrado, asustado y dolido. Tenía
miedo de perder a sus hijos puesto que, según él, Lidia les había dicho cosas negativas y se sentía
atormentado ante la posibilidad de que ella estuviera con otra persona. Ante el riesgo de perder la
103
relación con su esposa, Octavio siguió comprándole regalos y dándole dinero con el objetivo de
mantener a su lado.
“Le pagué las cuentas, porque eso la tenía muy estresada a ella (…) quería comprarla
madrugada, salía de mi cuarto e iba al de ella (…) estaba con los audífonos y el celular y
a pesar de que mis insistencia ella nunca quiso volver a dormir conmigo (…) Ya yo le
No fue sino hasta el momento en que Lidia le confesó que tenía una relación con otro
hombre, que Octavio se dio cuenta que ya todo había acabado. Se desarrolló en él una culpabilidad
muy grande pues consideraba que se merecía lo que estaba pasando al haberle sido infiel a su pareja
años atrás. No obstante, esa culpa decayó una vez que se enteró que muchos años atrás -quince
aproximadamente- Lidia le había mantenido una relación paralela con otro hombre.
Lidia que lo intenten de nuevo, pero ella le asegura que ya no lo ama y que únicamente lo aprecia
“(…) como si me hubiera pasado un tráiler por encima (…) con dolor, frustración,
desesperación, impotencia, fue fatal (…) me tiré al suelo, le dije -No siga con esa
relación, yo la perdono- (…) luego le dije -No me queda otra que irme. Ojalá que la
valía la pena y todo había terminado; paralelamente se desarrolló un fuerte resentimiento hacia ella
y una enorme preocupación acerca de la manera en que iba a enfrentar la vida con sus hijos en el
futuro. Tenía además pensamientos recurrentes acerca de la manera en que ella se estaba
Actualmente, Octavio dice haber logrado una convivencia estable y agradable con sus
hijos, ha mejorado la relación con algunas personas a su alrededor como su familia extendida, sus
amigos y sus compañeros de trabajo. Con respecto a Lidia comenta que no desea volver a tener una
relación con ella y se está preparando para mantener esa decisión en firme por si ella regresara en
algún momento.
“(…)El fin de año, que fue el primero que lo pasamos sólo, nos fuimos para la playa, mis
hijos, mis nueras y yo, (…) y me gustó (…) por decirte algo, fui al gimnasio, y me gusta el
gimnasio, ando mucho en moto; he conocido más gente, amistades, amigos; me puedo
Para Octavio la clave ha sido recuperar espacios que él mismo había ido cerrando durante la
relación y, lo que es más importante, volver a pensar en sí mismo y satisfacer sus necesidades sin
Caso: Roberto
Infancia y Adolescencia
La familia de Roberto está conformada por cuatro hermanos, Jessica, José, Carolina y
Camilo, y sus dos padres, él es el tercero de los hijos de la pareja. La hermana mayor y Roberto
nacieron dentro de la primera relación de pareja que tuvo la madre alrededor de los veinte años de
edad.
posteriormente la madre conoce a otro hombre, el cual sería su pareja y el padre de los tres hijos
menores. Según Roberto, este hombre lo adoptó a él como hijo y sería la pareja que mantendría la
La madre prefería no hablarle a Roberto acerca de su padre biológico por lo que lo llevaba
periódicamente a visitar a su madrina, quien era en realidad la hermana del padre biológico, es
decir, su tía. Las visitas tenían la finalidad mantener contacto con la familia paterna de Roberto y
llevarle noticias a su padre quien vivía mucho tiempo en el extranjero. De la misma forma Roberto
visitaba a la madre de su tía paterna de forma periódica sin saber que se trataba de su abuela hasta la
edad de ocho años cuando la madre le dice la realidad de sus familiares y conoce a su padre
Esta situación confundió mucho a Roberto cuando fue niño, al parecer la madre lo obligó a
guardar el secreto mientras él viviera en la casa. Al principio sintió culpa, ya que creía que estaba
engañando a su padre adoptivo, sin embargo conforme pasó el tiempo se fue acostumbrando a la
“Yo me sentí como extraño, yo decía –Qué raro tengo dos papás ¿Cómo será eso?- (…)
mi mamá me decía -Pero no diga nada- y yo siempre vivía con ese secreto; todavía ahora
Posteriormente, cada año Roberto iba a visitar a su padre biológico y recibía regalos de él,
generalmente ropa y dinero; comenta que nunca se creó una relación afectuosa con él, suele
compararla como un vínculo de amistad con transacciones materiales. No obstante dice que su
relación con sus abuelos paternos era mucho más estrecha debido a que ellos le daban mucho más
Durante la infancia Roberto peleaba y tenía muchos conflictos con su hermano José y su
hermana Jéssica; eran conflictos cotidianos con el objetivo de llamar la atención de la madre la cual
tenía a cargo a dos hijos recién nacidos. Cuando las peleas tenían lugar, la madre los regañaba y los
castigaba físicamente para que no se golpearan ni insultaran. Otro conflicto cotidiano ocurría
cuando el padre adoptivo de Roberto llegaba a la casa ebrio y peleaba con su madre; al parecer esta
situación fue común durante los primeros años de vida, sin embargo se aminoró conforme pasó el
tiempo.
107
“Cuando llegaba se armaba la de san quintín y peleaban mucho y se gritaban y todo (…)
mi tata era muy violento y hubo maltrato físico entre ellos (…) Era entre los dos, pero yo
Roberto dice haber estado muy cerca de sus familiares maternos y que en muchas ocasiones
algunos de estos, tíos y abuelo principalmente, permanecían un periodo viviendo en su casa debido
su tía y su abuela antes de la edad de nueve años, lo cual le dolió mucho debido a la cercanía de
La relación de Roberto con su madre la cataloga como distante, por lo general se remontaba
a poca expresión de afecto -no lo abrazaba, besada o manifestaba aprecio a él- y claras muestras de
actividades relacionadas con el cuido -cocinar, aplanchar, lavar y demás labores domésticas-
Mientras que la relación con el padre adoptivo era todavía menos afectiva e implicaba actividades
de proveedor económico. Son escasas las veces cuando Roberto compartía tiempo con sus padres,
sin embargo comenta que mucho del tiempo y afecto lo recibía de sus abuelos, tíos y primos
“Yo tenía un tío que era con el que íbamos a jugar mejenga, tío Roy y él nos quería
mucho; con él era el que nos íbamos a chirotear, y con los primos que nos íbamos a jugar
Roberto asegura haber tenido una infancia cómoda y sentirse muy seguro con sus padres,
para él fue importante saber que tenía un techo y comida disponible en cualquier momento, así
como que su familia estuviera unida a pesar de las disputas y enfrentamientos entre los miembros.
cual repercute en el cambio de residencia. En ese momento viven en un lugar con mayor espacio y
la familia se encontraba construyendo su casa propia. Esta situación hizo que Roberto tuviera que
empezar a trabajar en labores de construcción como peón después de las jornadas lectivas en el
colegio.
Roberto empieza a manifestar su gusto por las mujeres en los primeros años de colegio,
comúnmente formaba parte de diversos juegos en donde besaba a compañeras y las acariciaba; las
relaciones de noviazgo implicaban enviarles cartas a las novias, compartir espacios de ocio,
obsequiar regalos y comida, sin embargo eran inestables en el tiempo y de corta duración.
“Me acuerdo que jugaba con una chavalilla que era la que lo apretaba a uno y ya ella
En más de una ocasión Roberto se sentía frustrado al no poner salir o relacionarse con
ciertas mujeres por las que se sentía atraído; por lo general trataba de ser atrayente por medio de
sobresalir en las clases de educación física del colegio pero esto en la mayoría de las veces le
resultaba inútil.
109
El primer vínculo de pareja significativo para Roberto fue con Virginia, ella tenía veintitrés
demostradora. Al inicio Roberto la invita a salir y se da cuenta de que ella tenía una hija y que en
ocasiones esta situación le dificulta las salidas. Sin embargo al poco tiempo la pareja empieza a
frecuentarse más a menudo y Roberto decide presentarse ante la madre de Virginia como novio y
La relación de pareja entra en deterioro cuando ella comienza a ser celosa y a tratar de
controlarlo, al parecer no le gustaba que Roberto hablara con otras mujeres o que compartiera
salidas y fiestas con compañeros/as de trabajo. A pesar de esto Roberto siguió saliendo con sus
amigos e inclusive coqueteaba con otras mujeres. Al poco tiempo empezó a sentirse inseguro ya que
imaginaba que Virginia podía estar coqueteando con otras personas como él lo hacía.
Roberto, esta situación se agrava cuando había conflictos entre la madre y la hija. Roberto se
negaba rotundamente a convivir con ella y se sentía presionado, por lo cual, tras un tiempo decide
terminar la relación con ella y evitar frecuentarla en los diversos lugares de trabajo por lo que nunca
A los dos años de terminada la relación conoce a otra mujer llamada Marcela, quien sería su
segunda pareja significativa. En aquel momento Roberto había dejado su trabajo de display y había
pasado por otras profesiones relacionadas con la seguridad de locales por lo que obtuvo un trabajo
Roberto comenta no sentirse atraído por Marcela desde el inicio, sin embargo prueba salir
con ella en reiteradas ocasiones con lo cual su amistad e interés se asentó. En aquel momento
Marcela era madre de un niño pequeño de cinco años de edad y vivía con su madre y abuela. Al
cabo de un año de relación Roberto empiezó a tener problemas y diferencias con su suegra quien
una vez lo llamó al trabajo para insultarlo, esta situación lo molestó demasiado y fue causante de un
Roberto dice que esta relación de pareja para él no era de gran importancia, que
comúnmente la valoraba como pasajera y con poco futuro, de tal forma que a pesar de estar
vinculado más de un año con Marcela, salía con otras mujeres con las que se vinculaba
paralelamente.
Después del periodo de distanciamiento, Marcela decide convencer a Roberto para que
formalicen su relación, lo cual motiva a Roberto pedir condiciones como evitar contacto con su
suegra y demás situaciones que le resultaban incómodas. Poco tiempo después Roberto observa el
compromiso de Marcela y se empieza a apegar más a ella; decide hacer un préstamo y comprar una
casa para empezar a convivir juntos. Se acuerda que el hijo de Marcela, Rolando, sería criado por la
abuela.
Roberto se sentía inseguro al inicio de esta situación, sin embargo con el tiempo empezó a
confiar más en su pareja y a asumir más deudas para tener mayores comodidades -compra de
muebles y electrodomésticos-. A los pocos años Roberto y Marcela engendran a su único hijo al que
llaman Jesús, ambos se sienten muy contentos en ese momento y empiezan a dedicarle más tiempo
“También ella me dijo -¡Qué bendición, vamos a tener un hijo! (…) lo aceptamos muy
situación termina en su muerte y la obligación del cuido y crianza de Rolando –el primer hijo de
Marcela-. Al inicio hubo un gran choque entre Rolando y Roberto ya que el primero no obedecía las
reglas y demandas impuestas por el segundo. Roberto comentó que al no ser el padre biológico de
Rolando, no tenía el derecho de regañarlo o bien ponerle límites y reglas, ésta situación producía
“(…) entonces le decía a Marcela -Vea tenemos que cambiar con lo de Rolando-, ella me
decía -Sí, pero usted tiene que entender que él vivió allá y se le dieron muchos gustos-.”
Los reclamos posteriores a esta situación provenían de Marcela, quien se molestaba debido
a que Roberto “salía de fiesta” con sus amigos los viernes, a esto Roberto respondía de forma
evasiva e invitaba a Marcela a que hiciera lo mismo y cambiaran los roles, es decir, él se quedaría
algunos viernes con los hijos y ella saldría. A pesar de esta iniciativa los problemas continuaron y
Marcela empieza con nuevas solicitudes; en este momento ella quiere irse a vivir a un pueblo
cercano en donde se vivió cuando era niña, en ese lugar había una casa más espaciosa que le fue
112
heredada después de la muerte de su madre. Roberto no quería ceder debido a que eso implicó dejar
el lugar en donde viven y perder la cercanía con sus familiares y amigos de la localidad. Sin
embargo, al poco tiempo Roberto cedió esta condición y se fue a vivir al lugar donde Marcela
quería.
La situación se estabilizó conforme pasaron los meses, Roberto comenta que en ese
momento la cercanía afectiva, entre ambos, era constante. Posterior a la mudanza, Marcela decide
dejar de trabajar para criar a sus hijos hasta que fueran más grandes, a esto Roberto accede con
agrado. Al cabo de ocho años Marcela decide volver a trabajar y contratar a una persona para que
Cuando Marcela inicia con el nuevo trabajo, Roberto nota que ella empieza a cambiar su
“forma de ser”, por lo general se distanciaba cada vez más, lloraba de forma esporádica sin dar
explicaciones, su estado anímico era predominantemente triste y cada vez era más frecuente sus
salidas nocturnas y llegadas tardías a la casa. Esta situación preocupaba demasiado a Roberto, el
cual se preguntaba por la condición de Marcela sin llegar a una explicación satisfactoria; él sabía
que había una crisis en su relación de pareja pero no entendía las razones y aún menos sabía cómo
afrontarla.
“(…) ella empezó con el celular (…) a veces como a las once y media de la noche (…) y
yo le decía - Deja ese celular ¡no te deja tranquila! Apaga ese chunche-.”
Conforme pasaban los meses los reclamos de Roberto por el comportamiento de Marcela
eran cada vez más constantes y llenos de frustración; pensaba en la posibilidad de abandonar la
casa, poco tiempo después encuentra en su cama una nota de Marcela que le pide que se vaya de la
casa.
113
“(…) y a mí me agarró una cosa aquí, un frío y después como que me hervía la sangre,
una reacción ahí rarísima y me dije -¿pero qué es esto? ¡Esto no puede estar
sucediendo!-“
Después de esta situación Roberto empieza a tratar de llamarla y a buscarla para pedir
explicaciones, al cabo de unas horas logra contactarla y al llegar a la casa ambos tienen una
conversación al respecto. Roberto se da cuenta de que su pareja le reclama por el tiempo en que
convivieron, ella dice que él ya no le habla y que se han distanciado mucho, a estas quejas Roberto
confirma su intención por querer cambiar y hacer un esfuerzo para que funcione la relación. Ambos
acuerdan seguir juntos, sin embargo Marcela continúa llegando tarde a la casa y Roberto empieza a
sentirse cada vez más celoso y le reclama con mayor molestia. A los pocos meses, en la época de
Navidad, Roberto descubre en el celular de ella la foto de un hombre y escuchó una conversación de
Marcela con su hermana en donde le dice que ya no quiere vivir con él; después de esa situación
“(…) yo me di cuenta que había sido infiel y de ahí en adelante, ya pasaron los pleitos y
ahora sí quiero(…) no, ese mae no va a ser más que yo, yo la voy a conquistar de nuevo-”
Después de salir de su casa Roberto confirma que Marcela tiene una relación con otro
hombre, situación que lo aqueja fuertemente pero al mismo tiempo lo motiva a seguir tratando de
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acercarse y volver a encontrar la forma de regresar a su casa. Marcela dice no saber lo que quiere en
ese momento, sin embargo a los seis meses decide darle otra oportunidad y volver a intentar
convivir. Según Roberto la situación se repite de la misma forma, Marcela empieza a repetir los
mismos comportamientos que el año anterior, se muestra igualmente evasiva y llegaba tarde por las
noches; al poco tiempo Roberto se da cuenta de que Marcela tiene una relación con un hombre
Lo anterior motiva a Roberto a irse definitivamente de la casa en donde vivió, sin embargo se sentía
muy triste tras las separación, comenta que pensaba mucho en su expareja, dice que se sentía
traicionado, enojado, frustrado y que aún, meses después de los acontecimientos, mantenía la
“Me sentía muy triste (…) yo no fui un mae cabrón (…) pero mi proyecto de vida era
Durante los meses siguientes Roberto esperó que Marcela se acercara para pedirle volver,
sin embargo esto nunca sucedió. Comenta sentirse muy culpable por el fracaso de su proyecto de
relación y pensar constantemente en las posibilidades de volver y las implicaciones que esto le
traería, pensaba en que los problemas se hubieran podido resolver con una buena comunicación y
que al mismo tiempo ella era la culpable de todo, que ella había vuelto a ser la misma persona que
conoció al principio, es decir, una mujer que salía y tenía varias parejas.
Además esto le trajo problemas para dormir, pérdida del apetito y pérdida de peso; pensaba
en que Rolando había ganado el pleito que tenía con él durante años, es decir, que había logrado
separar a Marcela de él; por otra parte pensaba reiteradamente en su hijo Jesús, al cual no lo tendría
“Y con Jesús si sentía mucha tristeza, de tener que dejarlo sin un papá, sentía mucho
dolor (…) no iba a estar para muchas cosas con él (…) no lo iba a ver todos los días, no
lo iba a chinear y no iba a hacer un montón de cosas a su lado (…) toda la falta de amor
Roberto no aceptaba la pérdida de Marcela, aún esperaba que la situación se arreglara al año
de haber terminado con ella, recibió mucha ayuda y apoyo por parte de su familia de origen,
quienes lo acogieron en su casa. Igualmente compartía más tiempo con sus amigos cercanos y
Roberto dice tener dificultad para poder relacionarse con las mujeres, después de la ruptura
empezó a salir a clubes nocturnos y a bares con el objetivo de poder encontrar una pareja, sin
embargo no lo ha logrado. Comenta haber tenido sexo comercial con trabajadoras sexuales y
haberlo disfrutado; por otra parte dice haber encontrado mujeres dispuestas a vincularse con él pero
manifiesta haberlas rechazado a todas, dice no sentirse listo para entablar otra relación. En la
actualidad Roberto vive con sus padres y no mantiene comunicación ni contacto con Marcela ni con
Rolando, son escasas las situaciones en donde les habla, por lo general con el objetivo de lograr
Caso: Juan E.
religión católica y una hija de quince años y tres hijos de cinco, diez y once años.
116
Infancia y Adolescencia
sus padres biológicos -Ana y Eduardo- no querían asumir su cuido debido a que había sido
concebido dentro de una relación extramarital. Juan es el cuarto de cinco hijos por línea materna y
el tercero por línea paterna. Menciona que su padre nunca supo que su madre estaba casada con otra
“Mi mamá nunca le confesó a mi papá que ella era casada. Cuando yo nací (…) él se dio
cuenta de que ella era casada. Cuando fueron a darme los apellidos, le dijeron aquí no
hay un Juan E. Muñoz Cruz, aquí hay un Juan E. Saenz Cruz (…) papá se molestó
bastante porque sintió que mi mamá lo había engañado y mi papá jalo, me dejó (…) mi
mamá me tuvo que dejar con mi abuela porque no podía verme ni criarme. En otras
La madre asume el cuido de las dos hijas mujeres María y Joseline, de las cuales la primera
era la única hija que es considerada como “hija del matrimonio”. Los otros dos varones Marcos y
Enrique fueron criados por las familias paternas respectivas. Juan comenta que el caso de él es
diferente ya que tuvo que vivir en varias casas de familiares maternos, en específico de tíos y tías.
De esta situación se desprende el hecho de no tener los suficientes recursos económicos para poder
pagar un lugar para vivir. De sus dos hermanos por línea paterna -Donald y Mario- comenta que
fueron criados por el padre, el primero de ellos falleció a la edad de treinta y tres años por adicción
a drogas.
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“Vivimos toda una vida arrimados, muy pobres. (…) con mi tío, ahí vivían los primos, la
esposa de mi tío y así sucesivamente. Y después nos fuimos a vivir adonde mi tía, ahí
Durante su infancia trabajó para poder traer ingresos a su casa, desde los seis años trabajaba
vendiendo verduras, papel periódico, botellas y demás actividades. Al mismo tiempo estudiaba en la
escuela pero abandonó los estudios a la edad de dieciséis años para poder dedicarse a un trabajo
Juan E. comenta que nunca se relacionó con sus padres biológicos hasta entrada la edad
adulta, dice no sentir resentimiento por lo sucedido. En cuanto a su padre refiere quererlo mucho y
visitarlo ya que vive en el extranjero; respecto a su madre menciona convivir con ella pero no poder
expresarle afecto alguno ya que el rol de madre de cuido fue ejercido por su abuela.
“A mami no le siento ese cariño de hijo. Cuando digo mami relato a mi propia abuela, es
Además de las exigencias, del trabajo que realizaba, experimentó rechazo y violencia por
casi todas las personas con las que convivía. Menciona la humillación vivida por parte de los
primos y los tíos; la describe como abundante en aspectos relacionados con bienes materiales,
insultos y humillaciones.
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(…) me hicieron sufrir mucho. Mucha humillación. Yo iba a la escuela con ropa que ellos
me regalaban y me ridiculizaban con los amigos míos. (...) me recuerdo que por ejemplo
daban arroz y frijoles y huevo (…) cuando aparecía un pedazo de carne llegaba un David
Juan comenta que durante esta edad nunca se sintió amado, el afecto por parte de sus
familiares era escaso y solo se podía observar de parte de su abuela y su tía Zaida en momentos
esporádicos; por lo general la expresión de este afecto se manifestaba mediante las labores
domésticas –alimentación y lavado de ropa-. De igual forma menciona que nunca pasaban tiempo a
su lado, por lo general le hablaban y se acercaban cuando tenían que asignarle una tarea o trabajo a
realizar. Junto a lo anterior, también tenía muchas prohibiciones en su casa que limitaban las horas
de juegos y las personas con las que podía relacionarse; afirma haber vivido toda la infancia con
“Pasar conmigo era - vaya haga este mandado, vaya a tal lado, haga la tal cosa- Todo
era prohibido para mí. Jugaba vendiendo chayotes, vendiendo culantro, jugaba con las
botellas, jugaba con los carretones del supermercado. Ese era mi juguete (…) tenía un
amigo que se llamaba José, pero me prohibían tener amigos. Ya después de cierta hora yo
Por lo general el castigo físico era muy amplio y frecuente, era castigado prácticamente por
cualquier cosa que disgustara a su abuela o alguno de sus familiares; las acciones llevadas a cabo
incluían golpes con objetos, gritos, ofensas, jalones de orejas y demás. Comenta que le pegaban
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diariamente y que por lo general la abuela era quien ejecutaba el castigo. Juan piensa que el castigo
recibido le ha ayudado a mantenerse “en buenos pasos” y se compara con otras personas cercanas
“Hoy le agradezco al ser el Juan que soy. Veo ahora a mis compañeros de infancia, con
los que crecí (…) son personas que están perdidos en las drogas, el licor, abandonados y
no tienen en dónde caer muertos. Yo relato lo que mamá me decía y lo traigo a mi vida.”
prohibidos; a los trece años la abuela le da permiso para ir a una iglesia evangélica la cual describe
como “lo más bello de mi vida”. En este lugar conoce a personas de su misma edad y empieza a
sentirse amado y aceptado como nunca antes; este espacio lo anhelaba y perseguía con ahínco,
cuando la abuela le prohibió ir al culto de jóvenes, Juan habló con el Pastor y éste último convenció
En la misma época Juan entra al colegio y al final del curso lectivo abandona los estudios
debido a la cantidad de trabajo que asumía durante la tarde, hasta de dieciséis horas diarias, y la
asistencia al grupo religioso durante las noches. Conforme fue pasando el tiempo Juan empezaba a
tener más tiempo libre y a compartir más espacios con grupos de pares; las salidas comunes eran
A los quince años tiene su primera novia que describe como su “primer mujer en todo”, su
nombre es Karla. La conoce en la iglesia a la que asistía y luego empieza a visitarla con mayor
frecuencia a su casa. La abuela no puso objeción en que Juan empezara a tener novia ya que éste
quería casarse con ella y comprometerse a formar una familia. Karla fue la primera mujer con la que
Juan tuvo relaciones coitales, esta situación fue conflictiva para él debido a que entraba en
“Yo ni sabía cómo se hacía el amor, ella me agarró en un cafetal y me dijo acuéstese ahí
Cuando la suegra de Juan se da cuenta que éste había comprado algunas cosas para
amueblar la casa cuando se casaran -cama, refrigeradora y cocina- le revela que su hija no le fue
fiel, ya que en muchas ocasiones frecuentaba bares y besaba a hombres que no conocía. Esta
situación afectó fuertemente a Juan de tal forma que no quiso volver a ver a Karla y rompe su
“(…) yo agarré el bolsillo y me vine y la escuché cuando venía detrás mío y le digo -aquí
Karla se acabó todo, mucho me duele, porque usted está jugando conmigo, yo quería
A los tres años después Juan conoce a Marilyn mientras practicaba ciclismo, al inicio él no
creía que a ella le pudiera interesar, sin embargo ella empieza a frecuentar lugares en donde Juan
practicaba deporte. Posteriormente Juan decide buscar la manera de hablarle por lo cual decide ir a
la casa en donde ella estaba y en ese lugar le manifiesta su interés, el cual fue bien recibido. Marilyn
le da el número de teléfono a Juan para mantenerse en contacto debido a que vive en una zona
teléfono y al mes siguiente Juan decide ir a visitarla al pueblo donde vive y a pedir el permiso a los
padres para poder ser su novio. Después Juan se casa con Marilyn a pesar del rechazo de esta
situación por parte de la abuela. El matrimonio era una forma de vivir una vida que no podía tener
al lado de su abuela, era una forma de escapar ante tanto rechazo y violencia.
“El matrimonio era como mi carta de libertad como para poder salir del encarcelamiento
Vivieron seis meses en el área metropolitana, el ambiente no era favorable debido a que
Marilyn extrañaba a sus familiares. Al cabo de este tiempo Juan decide irse a vivir en el pueblo de
origen de su esposa, lo cual le trajo más problemas ya que el trabajo que tenía que realizar era muy
extenuante y mal pagado. Juan y Marilyn entran en conflicto dado que no podían ponerse de
acuerdo en donde vivir; esta situación dio como resultado la separación de la pareja. Juan vuelve a
vivir con su abuela después de seis meses de casado y continúa visitando a Marilyn
esporádicamente; a los dos años de separados nació la única hija del matrimonio. Durante este
tiempo Juan conoce a otra mujer con la cual inicia una relación de pareja, lo que lo motivó a poner
El nombre de la mujer con la cual hace pareja es Lidia, ella tenía dieciséis años y Juan
veintiún años en aquel momento. Se conocen por medio de la madre de Lidia quien le alquilaba un
apartamento a Juan y a Marilyn cuando ambos vivían en el área Metropolitana. Cuando Juan retorna
a vivir con su abuela decide invitar a salir a Lidia y empiezan una relación de novios al mes
después. Juan comenta que durante los cinco años de relación con Lidia nunca se separó de
Marilyn. Afirma que ambas mujeres sabían de la situación y esto no lo afectaba directamente salvo
“Ella quería que nos casáramos (...) A mí no me interesaba, sólo quería estar con ella
nada más.”
Al cabo de este tiempo Juan sentía celos respecto a Lidia, creía que ella le era infiel,
especialmente cuando la veía hablar con otros hombres, sin embargo dice que esto fue algo
cotidiano en todas las relaciones que tuvo durante esos años de vida. Cinco años después la relación
con Lidia acaba cuando conoce a otra mujer llamada Diana, la cual le da más “emoción a su vida”
ya que el vínculo con Lidia había dejado de ser intenso y no implicaba afecto para ambos.
“Se fue apagando el amor, ya era puro sexo. Ya no había aquello bonito, aquello tuanis.
Era sólo llegar y meterla y vámonos. Eso era todo. Por parte de ella yo creo que el amor
estaba todavía.”
123
Juan dice que mientras estuvo con Lidia se relacionó sexual y emocionalmente con otras
mujeres, sin embargo no se apegó con ninguna hasta la llegada con Diana. En aquel momento Juan
supermercados, conoció a Diana porque ella trabajaba con la competencia como demostradora de
productos. Ella había terminado recientemente una relación con su novio quien era chofer de bus,
sin embargo Juan desconfiaba de esto; hasta que un día la investigó y la siguió hasta encontrarla
“(…) Ya teníamos un mes de estar jalando. Yo sabía que ella estando conmigo se veía con
Al año Juan decide convivir con Diana, empezó quedándose un par de días a la semana y
luego, poco a poco, duraba más tiempo en la estancia; ella da a luz a dos hijos en los años
siguientes. Juan manifiesta, al día de hoy, no saber si es padre de esos dos hijos, ya que el tío de
Diana formó una secta en donde decía que era enviado de dios y en consecuencia todas las mujeres
“(…) practicaban una religión rarísima y llegaba un tío de ella. Y el mae hacía una
pantomima, decía que le entraba espíritus. Y entonces ellas tenían que ir a tener sexo con
el mae (...). Siendo la sobrina, el mae se las coje a todas. Hasta a la hermana se cogió. Él
decía que tenían que tener sexo con él porque era el enviado. Él tenía que depositar en
Al cabo de cinco o seis años de relación Juan decide dejar de convivir con Diana ya que la
situación de pareja se encontraba en crisis, no quiso darle sus apellidos a los hijos de Diana y
Juan conoce a Clara mientras iba en carro hacia su casa, él la notó desde lejos y se sintió
muy atraído hacia ella; le hizo un par de preguntas para iniciar la conversación y pedirle el teléfono.
Esta situación aconteció mientras Juan todavía vivía con Diana, posteriormente frecuentaron varios
lugares para verse “a escondidas”. Clara se había casado muy joven, a la edad de doce años, y
había convivido con su esposo por otros doce años, recientemente se había separado y
Clara nunca supo que Juan estaba comprometido en una relación con Diana hasta un día, en
donde la última la llamó para confrontarla e informarle de su situación con Juan, este
“Clara es la mujer que más infidelidades me ha aguantado. (…) Clara llevó mucho palo
conmigo. Se ha dado cuenta de unas cinco infidelidades, pero fueron mucho más.”
Al poco tiempo de terminada su relación anterior Juan decidió casarse civilmente con Clara
y empezar a convivir, al cabo de un par de años ambos acordaron que Juan viajara y trabajara a los
Estados Unidos para ganar más dinero y crecer económicamente. En ese lugar Juan conoce a
Verónica con quien se enamora y convive los tres meses de estadía en el extranjero, luego ambos
regresan a Costa Rica y continúan frecuentándose. Juan tenía dos relaciones de pareja paralelas en
125
aquel momento hasta que al poco tiempo fue descubierto por Clara y fue obligado a elegir entre las
dos.
Juan se siente más atraído por Clara y decide terminar su relación con Verónica quien ante
la decepción decide volver a los Estados Unidos para casarse y residir de forma permanente. Juan
siempre desconfió de Clara ya que consideraba al exesposo una amenaza, los celos empezaron a ser
Conforme pasaron los años Juan se involucró sexual y emocionalmente con otras mujeres
mientras convivía con Clara; hace un par de años conoce a Paola quien acepta la relación de pareja
a pesar que Juan conviviera con otra mujer. Hace seis meses Juan se divorcia de Clara, tras diez
años de relación, debido a los conflictos por las infidelidades descubiertas, el último incidente
ocurre cuando él llamó a Clara desde el teléfono de un hotel de playa y ella rastrea la llamada y
“Paola veía a donde yo lloraba por Clara. Y ella me decía –si tengo que hacer algo para
que ella vuelva con usted yo lo voy a hacer. Vuelva con ella-.”
Juan conoce a Paola en una pulpería que está administrando, dice que ella mostró interés
desde el principio a pesar de la diferencia de edades, él tenía treinta y siete años y ella dieciocho.
Después que ella lo llamó a su celular empiezan a frecuentarse en citas y viajes de trabajo a
diferentes provincias del país. Al poco tiempo de relación, Juan le regala una casa para que viva ella
con su hijo Elías que había nacido recientemente y poder visitarla más a menudo; en la actualidad
Juan afirma no haber dejado que Clara hiciera su “luto” por el matrimonio de doce años
con su exesposo Guido ya que se empieza a vincular con ella a tan solo semanas después del
divorcio y esto lo asocia con los sentimientos de inseguridad y celos que aquejaron todo el tiempo
en la relación. A Juan le molestaba ver a Guido entrar a la casa a visitar a los dos hijos del antiguo
matrimonio y conversar con Clara -Clara y Juan no tuvieron hijos en los diez años de convivencia-.
“Sus sentimientos están totalmente confusos, yo le pregunto -¿Qué siente usted por
Guido?- Y ella me dijo -No sé si lo quiero, lo extraño o me hace falta, no sé.- Para mí eso
Juan asegura que, a finales del primer año de convivir, Clara se dio cuenta de su relación
paralela con Verónica y desde entonces ha vivido múltiples reclamos y demandas asociadas con el
tiempo que él dedicaba a pasar con ella y la expresión de cariño y compromiso al matrimonio. Dice
que en diez años hubo varias separaciones en donde Juan se iba de la casa por un mes y luego
reconquistaba a Clara y le pedía volver a la casa -en varias ocasiones le pusieron medidas cautelares
pareja, sin embargo Juan nota la magnitud de la crisis hasta hace un año cuando descubre que Clara
le fue infiel. La situación inicia “por casualidad” cuando Juan le presta a Clara uno de sus carros
que tiene instalado un GPS, el cual le manda una señal si se desvía de la ruta; en esa situación ella le
127
había dicho que iba a visitar a su madre en el hospital. Sin embargo el GPS marcaba la dirección
hacia un motel, Juan decidió seguir el carro y vio a su esposa salir del lugar con otro hombre.
Poco después, en la noche, Juan confronta a Clara por lo acontecido y ella con mucha
vergüenza le promete nunca más volver a serle infiel, ambos quemaron las ropas que tenían puestas
ese día y tuvieron relaciones sexuales. Juan dice que el recordar esta situación lo llena de angustia y
molestia, ese recuerdo le ha costado mucho superarlo y todavía le genera aversión lo sucedido.
“(…) fue como León, como marcar la vara. Este es mi territorio, yo lo marco.”
Después de lo anterior Juan se siente triste, con ganas de llorar, desubicado y con dolor en el pecho,
pensaba en “llamar la atención” y planeaba quitarse la vida por lo que aceleraba su auto en la pista y
consumía altas dosis de pastillas. Esta situación le recuerda cuando era niño; las únicas veces en que
lo cuidaban era cuando estaba enfermo de gravedad, por ejemplo, cuando lo cuidaban por una
Juan dice haberse dado cuenta que su relación con Clara había terminado tan solo quince
días antes del divorcio, no obstante sostiene que su relación aún puede ser recuperada pero no
Posterior a los continuos reclamos y mutuos rechazos, Juan decide pedirle el divorcio a Clara y ella
acepta; el trámite tardó menos de una semana y al cabo de quince días Juan estaba saliendo de su
casa con la mitad de los bienes del matrimonio y camino a vivir con su madre biológica. Juan
describe que la relación con Clara ha cambiado mucho y la cataloga como “fría, seca y de solo
hablar lo necesario”.
128
“(…) y si yo me pongo a luchar y trato que vea los cambios en mi yo sé que yo puedo
recuperarla. Pero ahora hay algo dentro de mí que no me deja, que me dice que deje las
varas así (…) Hay algo que me dice -Si ella es suya va volver y si no es suya no va a
volver, déjela-.”
Lo único que extraña en este momento de la relación con Clara es el sexo, manifiesta que
esta mujer es la que más lo ha marcado en la vida y que le recuerda a su abuela debido q que de
Tras haber pasado varios meses del divorcio, Juan manifiesta sentirse culpable por todo el
sufrimiento que le ha hecho sentir a Clara y al mismo tiempo cree tener responsabilidad económica
sobre ella y los hijos que comparte con Guido. En ocasiones dice sentir ganas de conversar con el
Clara, mandarle mensajes o llamarla por teléfono para saber cómo se encuentra y oír su voz.
dedicado a pasar más tiempo con sus hijos provenientes de las relaciones anteriores.
Después del divorcio sigue frecuentando a Paola, sin embargo afronta una crisis con esta
pareja desde que se dio cuenta que ella se comunicaba y tenía visitas conyugales con un hombre que
se encontraba preso en la cárcel. Juan descubrió esta situación cuando le revisó el celular y los
mensajes a Paola.
Juan ha querido irse a vivir con Paola a la casa que él mismo le había comprado no obstante
ella le niega el acceso aludiendo al miedo a vincularse con un hombre como él quien ha tenido
varias relaciones con otras mujeres mientras se encuentra casado. A pesar de lo anterior Paola dice
129
amar y querer al Juan mientras que él dice sentirse confundido, desplazado y rechazado por la
“Yo le hablé, le dije que me iba a ir y ella me dijo -No se vaya, usted es como mi esposo
acostumbrada y no he estado con nadie, necesito cambiar esta actitud de parte mía-.”
En este momento Paola pidió a Juan un lapso de tiempo para decidir si dejarlo vivir en su
casa; él en cambio, ha prometido ser fiel y nunca volver a buscar a otras mujeres. Juan asegura que
ella ha sido su escapatoria en muchas ocasiones cuando la relación con Clara estaba en crisis pero
ahora se encuentra en un momento “difícil” en donde no quiere tener otra relación de pareja más
Diagrama 1
130
El presente apartado recoge el análisis de los cinco casos estudiados y los dos grupos de discusión
realizados durante la recolección de los datos. Los primeros cinco grandes apartados retoman de
forma minuciosa las experiencias de los casos en detalle y el último elabora una síntesis del material
A. Miller (1984)
necesariamente por la descripción y análisis de los diferentes patrones de interacción con otros seres
humanos (Kernberg, 1995), en la totalidad de los casos entrevistados se puede observar que dicho
proceso acontece dentro de la familia tradicional en donde tanto la figura materna como paterna
Eliseo
En los casos analizados el primer objeto de amor se instaura en la madre quien es la primera
figura de cuido, este vínculo se caracteriza por aportar elementos básicos de protección que se
educación.
Tradicionalmente la figura materna fungía roles diferentes a los del padre durante la
infancia, en su totalidad las madres cuidadoras eran amas de casa de clase media baja por lo cual la
presencia de ellas alrededor de sus hijos/as era constante y descrita como “cercana”. Sin embargo
esta cercanía no implicaba necesariamente atención, cuido y expresiones de cariño debido a que la
cantidad de hijos/as comúnmente sobrepasaba las cinco personas y el tiempo se dividía junto con
las labores y en muchas ocasiones alguna hermana mayor asumía el cuido de hermanos más
violenta, a los hermanos que no cumplían con los requerimientos-. La interacción con la madre
socializaba comportamientos tanto violentos como de cuido dentro del vínculo con sus hijos/as, por
un lado era capaz de proteger y cuidar al mismo tiempo que podía violentar y rechazar.
“(…) mi mama siempre me chineaba me decía - ¿papito que quiere?- y me daba comida,
bueno cuando había (…) siempre nos cuidó. De hecho la poquilla ropa que teníamos ella
nos la engomaba. (…) y sin embargo, la que me pegó fue mi mama, me dijo -papito pero
mire- y ¡plas!; siempre nos trataban así, con amabilidad. El castigo fue faja (…)
Octavio
En el caso del vínculo con el padre la relación es totalmente antagónica ya que permanecía
fuera de la casa la mayor parte del día y solo cumplía con el rol de proveedor. La expresión de
emociones y manifestaciones de cariño eran casi inexistentes hacia sus hijos varones y por lo
general era el encargado de ejercer los castigos ante faltas más graves.
En la mayoría de los casos la figura paterna era abandónica -se ausentaba por periodos
prolongados del hogar sin saber su paradero- y en otros era fuente de rechazo y desvalorización. Por
lo general se le tenía miedo a su presencia ya que era él quien los castigaba de formas más
frecuentes y violentas. El padre era una figura a la cual se hace referencia de formas ambivalentes,
por parte de los entrevistados, en muchas ocasiones se agradece e idealiza la función de proveedor y
“Yo le agradezco a mi papá que nunca nos faltó la comida ni la ropa ni nada de eso, pero
como te digo, siento que en la parte afectiva faltó algo (…) quizá porque a él le cuesta ser
afectivo.”
Eliseo
“(…) de las cosas que me duelen es que mi tata tomaba mucho, entonces a veces llegaba
a la casa y hacía unas cosas terribles. Cuando llegaba se armaba la de san quintín y
peleaban mucho y se gritaba y todo; mi tata era muy violento y hubo maltrato físico (…)
Roberto
brindada.
La madre cuida y rechaza de forma simultánea lo que genera una dinámica relacionada con
el “dar para recibir a la que se le va a denominar como “Quid pro Quo”. El niño podía esperar
cariño y afecto si se cumplían con las exigencias las cuales consistían básicamente en traer dinero a
la casa, no hacer reclamos o demandas y evitar conflictos con hermanos. Al responder a la pregunta
sobre si se han sentido amados por sus madres los entrevistados, en su gran mayoría, responden que
sí y que dicho amor es tangible y visible –la comida preparada, la ropa lavada, abrazos y besos-. Sin
embargo, comentan que la interacción no era constante y giraba en torno a labores domésticas, esto
134
implica que el cuido y afecto percibidos eran esporádicos y poco frecuentes en comparación a los
El vínculo hacia la madre se caracterizaba por una constante búsqueda de cariño y por
conformarse con expresiones escasas y aisladas. La dinámica “Quid pro Quo” queda configurada
de tal forma que el cuido y afecto es una transacción, una mercancía, la cual tiene un elevado precio
y se paga con trabajo duro y sometimiento ante las demandas del vínculo con la madre.
funciones meramente castrantes lo que elabora, en los vínculos con los hijos varones, características
de tipo paranoides en donde se teme y no se sabe que pueda suceder al estar en contacto con él. Los
entrevistados no saben que esperar de sus padres más allá de actos violentos o de rechazo, la
sospecha al posible abandono asoció al padre con la traición, el vínculo no tiene pautas claras en los
patrones de interacción.
negación del odio ante el padre y la idealización de su figura para intentar dar lógica y sobrevivir
Según A. Miller (1984) las necesidades afectivas de los niños que han sido violentados son
precariamente satisfechas, en muchos de los casos entra en juego lo que se denomina “pedagogía
negra” (Miller, 1984), en donde se le culpabiliza al niño o niña por la violencia que va a recibir y se
En resumen, el vínculo materno se configura entorno a la cercanía física con sus hijos y
brinda tanto elementos de cuido como de rechazo por lo que se desarrolla una dinámica Quid pro
Quo; mientras que el vínculo paterno se ordena en torno a la lejanía física y la escasa afectividad
135
con periodos recurrentes de violencia y rechazo lo cual gesta una dinámica paranoide en donde el
Ambos vínculos se reproducen de forma evidente dentro del grupo fraterno, es decir, las
hermanas reproducen roles propios de la madre y los hermanos roles cercanos a los del padre con lo
cual se instaura una matriz vincular que se replica de forma constante en la elección posterior de
Diagrama 2
136
Violencia y el Sí mismo
(p. 246)
A. Miller (1984)
En la totalidad de los casos la violencia recibida durante la infancia fue un hecho remarcado
y señalado de forma reiterativa. Los hombres comentan que fue constante recibir castigos tanto de
tipo físico, verbal -golpes, gritos, fajazos e insultos- y psicológico –humillaciones y chantajes- lo
objetivo de estos castigos era poder crear límites y reglas para los hijos/as cuando estos cometieran
alguna falta, sin embargo en muchas ocasiones estos eran acusados de injustos y sobre
dimensionados.
“(…) me pegaban casi que todos los días por lo mismo (…) por cualquier cosa mi tata me
pegaba y siempre me quedaban marcadas las líneas y yo me iba para el cuarto y hasta
que me pasara volvía (…) y me aislaba (...)y seguro de tanto que me pegaban me
acostumbraba y ya no me dolía”
Eliseo
137
Durante este proceso la violencia cumple un papel formador en las relaciones entre los
progenitores y el hijo, es parte de las transacciones diarias y se utiliza para comunicar malestar,
inconformidad y conflicto. Se convierte en parte de la mirada que los padres despliegan sobre sus
descendientes con lo cual se carga el deseo y la consecuente formación del Yo ideal (Freud, 1914a).
Mediante la violencia los padres comunican que es lo que quieren de sus hijos/as, cómo quieren que
proceso de individuación (Mahelr, Pine & Bergman, 1975) y del Sí-mismo (Miller, 2001). A
continuación algunas características de las representaciones del Sí-mismo del niño violentado.
Diagrama 3
relacionados con momentos lúdicos -salidas a lugares y juegos-, de conflicto fraterno -peleas entre
hermanos- o de situaciones en donde tienen diversas necesidades sin ser satisfechas. El Sí-mismo
malo es aquel que disfruta o posee cierto grado de libertad en sus acciones, al mismo tiempo que se
enfrenta ante condiciones adversas o personas rivales. Esta posición es penalizada por las figuras de
cuido y por lo general se humilla y degrada con el objetivo de someter al niño a sus deseos y
138
demandas. Este es el punto central de la pedagogía negra (Miller, 1984) el cual consiste en alienar
al niño para que piense que sus propios deseos, motivaciones e intereses son erróneos y denigrantes,
se perfila al infante como “originariamente malo” el cual debe de ser corregido mediante la
violencia.
bueno es sumisa ante la autoridad y trabaja para los deseos de los padres, en esencia se establece un
“(…) era una máquina, vaya, venga, haga, tome. No había nada (…) me sentía con
Juan E.
“Yo era muy desobediente con mi mamá, llegaba de la escuela y me iba a mejenguear,
cuando ella me decía que no (…) iba a una finca con un amigo y nos íbamos a cortar
guayabas, y mi mamá me regañaba (…)un día mi mamá me iba a pegar y yo le quité con
Eliseo
Los casos se identifican, en su mayoría, con el Si- mismo malo de forma sistemática debido
a la frecuencia del castigo recibido y se desarrolla una dinámica expiatoria, de forma muy semejante
a las figuras de mártires religiosos, en donde se paga las faltas con dolor y sumisión lo cual trae la
promesa posterior de beneficios de cariño, cuido y bienestar. Esta situación se articula con la
139
negación del dolor y la frustración del ser castigado y se obliga a agradecer a los padres por tratar
Los entrevistados tratan de cumplir esta fantasía de forma ambivalente; desde su mirada
como adultos admiten haber sido víctimas de violencia pero al mismo tiempo la justifican y
naturalizan, era una lucha para poder identificarse y llegar a ser el Si –mismo bueno aunque esto
signifique reprimir su propio enojo y malestar. Esta situación trae consigo repetidas manifestaciones
de ambivalencia hacia el objeto de amor por lo que las personas entrevistadas afirmaron como
“Hoy le agradezco lo que sufrí (…) Veo ahora a mis compañeros de infancia, con los que
crecí (…) son personas que están perdidos en las drogas, el licor, abandonados y no
tienen en dónde caer muertos. Yo relato lo que mamá me decía y lo traigo a mi vida.”
Juan E.
El significado de ser amado era ser violentado, ya que el mismo maltrato era una forma de
adaptar al niño a la vida e integrarlo al mundo, los entrevistados refieren haber sido niños que
sufrieron mucha violencia y que reprimieron su propio malestar como estrategia de supervivencia.
“(…) al final yo no lloraba, porque no me dolía (…) luego analice que muchas veces no
era culpa de mi papá (…) yo no le guardo rencor, porque yo lo veo así porque tal vez él
Eliseo
Acorde a S. Freud (1910) el ideal del yo es un modelo al cual el sujeto trata de amoldarse y
es construido por los progenitores y por la sociedad misma; en estos casos la violencia media la
construcción de dicho modelo basado en la negación del sufrimiento y de las necesidades de cariño
y cuido. La idealización del Yo resulta inalcanzable ya que deja de lado aspectos inherentemente
humanos como la resistencia a la violencia, el abuso y al sometimiento ante los deseos del otro.
Tratar de alcanzar este ideal cobró grandes montos de energía psíquica por lo que a mayor
idealización del Yo más represión del malestar y por ende más síntomatología neurótica –
dinámica vincular de la vida adulta. La violencia se convierte en un acto continuo en donde el dolor
Juan E. y Eliseo comentaron que el castigo recibido era tan frecuente que el mismo dolor
era “normal”, las opciones se limitaban a resistir el mismo y a intentar encubrir la falta que era
castigada.
llorando pero yo no estaba llorando y una hermana dice- papi vea, Eliseo se está riendo-
y me dieron todavía más duro y más duro, hasta que lloré (…)Ya al final no lloraba,
porque no me dolía ”
Eliseo
El naturalizar la violencia implica apreciarla como necesaria para la educación de los niños
y niñas por tanto se convierte en un modo frecuente de transacción entre los padres y el hijo/a. A
continuación se plantean la dinámica de dos roles dentro de la interacción vincular que se catectizan
y erotizan.
142
Rol/posición del agresor: es quien ejerce violencia hacia otra persona y su contenido
Rol/posición del agredido: consiste en resistir actos violentos propiciados por los seres
Consecuentemente dar y recibir violencia simboliza ser amado y amar pero al mismo
tiempo conlleva a la relación, al apego y al compromiso por un vínculo. Al inicio de la infancia los
entrevistados experimentaron la posición del agredido, sin embargo esto cambia en distintos
momentos, en especial al relacionarse con hermanos de edades cercanas en donde los conflictos
Estos hombres comenzaron a ejercer roles que eran antes propios de los padres, por lo
deseo propio –en los primeros años de vida se evidencia en las relaciones fraternas, cuando un
hermano golpea y toma provecho del otro-. Esta situación adquiere complejidad conforme pasa el
tiempo ya que ambas posiciones –agresor y agredido- pueden ser vividas de forma simultánea en
una misma relación de Objeto e inclusive pueden variar en la frecuencia y permanencia a lo largo
de tiempo.
143
“Peleaba mucho con mi hermano menor (…) le decía tonto o que no servía o alguna cosa
Roberto
agredido, como el incitador de la agresión y por ende responsable de su propio dolor y de “obligar”
a los padres a realizar tan incómoda y penosa acción -quien es agredido es concebido como agresor
Las consecuencias psicológicas de este proceso vivido durante la infancia han sido
ampliamente documentadas por A. Miller (2001) y hacen referencia a dos mecanismos producidos
Negación: Hace referencia a negar y minimizar el dolor sufrido por la violencia, se intenta
Idealización: Se exalta y crea cualidades positivas sobre la figura del agresor con el
objetivo de disociar y proyectar los elementos aversivos sobre el Yo y sobre otras personas
y situaciones.
agresor -la prohibición de expresar odio y malestar- son elementos comunes en la dinámica de la
violencia en la infancia (Miller, 1984) y tienen como objetivo lograr la supervivencia del infante
ante la violencia. Las consecuencias observadas en los casos analizados se asocian con el
Capacidad empática: les es difícil entender y sentir lo que sus hijos/as y pareja pueden
comportamientos autodestructivos-.
de los participantes del estudio, en especial se puede apreciar como retorna lo reprimido en las
diferentes relaciones de pareja que acontecen durante la adolescencia y la etapa adulta (Lemaire,
1986). Es posible que dicha repetición de los roles y las dinámicas sean un intento de elaboración
fallida del trauma de haber sido violentado de ahí que la reproducción de la violencia puede tener
dos objetivos a nivel psíquico: a) la descarga abreactiva de los sentimientos reprimidos –frustración,
miedo y tristeza- b) restituir el control y así poder dar un desenlace diferente a la escena
traumática2.
2
Cuando las escenas traumáticas de violencia infantil aún permanecen reprimidas no se consolida desenlaces diferentes y por lo tanto
no se elabora la experiencia.
145
“Mi tata es de los que se golpea y despedaza, y yo era así, yo me golpeaba con algo y lo
agarraba a patadas”
Eliseo
De los cinco casos estudiados se destaca el de Juan E. por sufrir una situación de violencia
mucho más intensa y frecuente que el resto de los demás. Este tipo violencia trascendía a otros
niveles y prácticas. Las formas de violencia más comunes eran de tipo verbal o física, pero en este
“Mi mamá (…) no me daba amor, no me daba cariño, el amor de ella era porque me
daba de comer, porque me lavaba la ropa. (…) Ella me quemaba, cuando estaba
haciendo el arroz, lo hacía en leña y me decía -venga maricón para que aprenda- y me
Juan E.
somete a consideraciones el uso ni los medios para castigar al infante. Se considera como un acto
inflexible que no toma en cuenta las consecuencias de tipo físico y psicológico y va más allá de
como única finalidad destruir a la otra persona. Juan E. considera a este tipo de violencia como
146
recursos personales necesarios para poder superar una situación altamente agravante.
cuido, siempre se anteponían ante los deseos de otras personas y de forma premeditada se le
excluía.
“(…) recuerdo que por ejemplo me daban arroz y frijoles y huevo (…) cuando aparecía
Juan E.
real academia de la lengua española, 2001) la palabra marginal evoca los límites y lo secundario de
cuando Juan se autodenomina como “arrimado”, es decir, sus intereses, su placer y desarrollo se
encuentran ubicados al margen, siempre a misericordia y bondad de otras personas cercanas de las
cuales recibe violencia y cuyos deseos e intereses se sobreponen ante los propios.
147
“(…) me hicieron sufrir mucho. Mucha humillación. Yo iba a la escuela con ropa que mis
primos me regalaban (…) pero luego ellos mismos me ridiculizaban con los amigos míos.
(...)”
Juan E.
violencia, por lo general se le prohibía a Juan E. tener amigos y compartir momentos con ellos. No
existió la posibilidad que surja la figura que A. Miller (2001) denomina como “testigo auxiliador”,
es decir, el cuidador no brinda el espacio ni la oportunidad para que otra persona pueda ayudar a
sobrellevar la violencia y brindar un punto de apoyo que podría variar el significado de lo que es ser
amado y amar.
ambivalencia hacia la figura cuidadora –se reprime el odio sentido y se idealiza al agresor- y de
igual forma existe mayor dificultad en consolidar e integrar una representación del Sí-mismo
estable –se autoevalúa como una persona merecedora de castigos y difícilmente se considera una
Se observó que los hombres que viven mayor gravedad y frecuencia de violencia infantil
desarrollan una imagen más disminuida y devaluada del Sí–mismo así como una construcción
narcisista pobre por consiguiente son escasas las cualidades positivas y elementos que constituyen
el proceso de autoestimación.
Resumen 1
148
149
del Objeto.
S. Freud (1910)
Las relaciones de pareja reviven las dinámicas iniciales de los vínculos primarios (Lemaire,
1986 y Puget, 1998) y por lo general constituyen una amplia red vincular en donde los fantasmas y
fantasías de cada individuo se entrelazan y forman así una compleja red de significados dentro de
En casi la totalidad de los casos analizados las relaciones de pareja significativas acontecen
pareja en los periodos previos y fueron escasos los episodios en donde se compartía afecto y
contacto erótico.
150
“(…) tener novia no significaba nada porque nunca supe que era darle un beso a una
mujer hasta después de la adolescencia (...) primero que nada nunca tuve plata ¿Cómo la
invitaba a comer aunque sea una empanada en la soda? Segundo tenía que entrar a siete
y luego hacer asignaciones porque tenía que estudiar. Era muy cansado porque tenía que
levantarme a las la mañana del día siguiente. No significaba nada, era una muchacha
Rolando
La interacción con las mujeres provenía de los grupos de pares -compartían espacios
empezaron a trabajar; tenían que desplazarse a mayores distancias y contaban con mayor ingreso
económico por lo cual había mucho menos control por parte de los padres. Según Lemaire (1986) el
proceso de elección de pareja también pasa por componentes sociales de ahí que estos procesos
conllevan vincularse con personas de la misma clase social y nivel educativo -denomina como
“homogamia”-. En consecuencia las mujeres con las que establecen vínculos de pareja tienen
características y viven momentos similares a los propios en cada uno de los casos.
trabajo y la universidad- y empiezan a frecuentarse por mayor tiempo. En este momento todas las
personas entrevistadas vivían con sus padres y se encontraban deseosos de poder establecer nuevos
abrazos y palabras lo cual fue tan abrumador que por primera vez en la vida estaban ante un vínculo
íntimo en donde recibían más afecto que violencia; la aceptación también jugó un papel importante
“El que ella me aceptara sin esa seguridad económica es un apoyo enorme (…) ver que
Octavio
Las vivencias subjetivas dentro de la adolescencia tienen un carácter formador al igual que
las experiencias infantiles (Sullivan, 1974), estos casos posibilitaron nuevas formas de interacción
dentro de los vínculos de amor y plantearon la afectividad más allá de la violencia y su continua
represión.
comenzaron a idealizar el hacer la vida junto a su pareja mujer; según J. Lemaire (1986) y J. Puget
(1994) la idealización es un proceso inicial dentro de la relación de pareja y por lo general conlleva
entrevistados la idealización implicó aludir a la pareja como totalmente buena e incapaz de ser
violenta o aversiva con la cual se pueden fusionar bajo la promesa de nunca sufrir y vivir una vida
hedonista.
placentera sino que de igual forma construyeron una fantasía entorno a la “fuga” de la familia de
152
origen y escape de la violencia vivida en la infancia y la reciente adolescencia. El tener una pareja y
un proyecto en común era una forma, socialmente justificada, de salir de la casa y poder acceder a
nunca tuvieron en los años anteriores. La pareja es considerada como un “refugio” (Lemaire, 1986)
el cual tiene el objetivo de proteger a sus miembros en situaciones amenazantes que provienen del
“El matrimonio era como mi carta de libertad como para poder salir del encarcelamiento
en que me encontraba.”
Juan E.
producto de la infancia y al mismo tiempo los entrevistados asumieron la reparación de ella como
muestra de amor. Es decir, ambos seres pactan repararse el uno al otro, reparar un daño que no han
Freud (1914a) menciona que dentro del proceso de idealización se enriquecen elementos del
fortalecen así pues tener una relación de pareja afianzó algunas fantasías de omnipotencia durante
este proceso –se creía que al lado del ser amado se puede lograr éxito en cualquier proyecto-.
3
El término reparación hace referencia a concepto de M. Klein (1937) en donde se le brinda amor y
cuidados al Objeto con el objetivo de que este olvide el dolor y el daño recibido.
153
del resto de la familia. Decide llevarse a vivir a Lidia con él y buscar un mejor trabajo.
“(…) fue muy difícil porque no me aceptaron, todo me lo tiraron al suelo, la suegra y mi
cuñado (…) Cuando yo llegué a pedir la mano me dijeron –no ¿cómo usted los va a
Octavio
y Eliseo cuando se vinculan con mujeres que han tenido hijos/as y viven con otros
familiares como tíos/as o abuelos/as. En estos casos se refleja la presión y las difíciles
condiciones difíciles que tiene que afrontar una mujer jefa de hogar por lo que ellos
decidieron convivir con sus parejas para mejorar su entorno económico y así amortiguar
“(…) tenía miedo al futuro por todos los problemas que ella tenía pero la verdad es que a
un domingo yo le dije a mi mama que me iba a llevar las cosas y ahí dormimos un tiempo
en la cama mía (…) fuimos a un pueblito y compré unos muebles (…) mandé a hacer los
Roberto
Vincularse simbolizó un acto de “rescate” del ser amado y se esperó que esta muestra de
amor trajera consigo una recompensa constituida por actos de cuido y afecto. Estos casos reflejan el
retorno de la dinámica “Quid pro Quo” propia de la infancia en donde el niño se sometía ante las
demandas de la figura cuidadora con la promesa que dicho sometimiento lo haría merecedor de
cariño y protección. La fantasía de “salvar” a su pareja de las condiciones que la atrapan no es más
que una elaboración omnipotente y mesiánica del Quid pro Quo en la edad adulta de ahí que los
participantes vieron como heroico ir a convivir con su pareja a pesar las dificultades que esto
conllevó.
exigencias que conllevan la cotidianidad como los conflictos de pareja, llegada de los hijos/as y
deudas económicas. Estas nuevas situaciones emergieron al poco tiempo de convivir, mostraron
vínculo 4.
4
Este tema será tratado en el próximo capítulo
155
El caso de Juan E. remite a procesos psíquicos un poco diferentes al resto de los casos
inicio debido a las condiciones en que se cría –abandono, marginalidad vincular y violencia
extrema-.
Las dinámicas de los vínculos de pareja, en el caso de Juan, se ven permeadas por una
constante búsqueda de la libertad mediante la fuga de los vínculos. Su vínculo primario, relación
con su abuela materna, se caracterizó por la explotación y la sumisión total al deseo de ella. A Juan
“Pasar conmigo era -vaya haga este mandado, vaya a tal lado, haga la tal cosa-. Todo
era prohibido para mí. Jugaba vendiendo chayotes, vendiendo con culantro, jugaba con
las botellas, jugaba con los carretones del supermercado. Ese era mi juguete.”
Juan E.
único que podía hacer era resistir, no podía esperar más que castigo y rechazo de su madre.
“(…) me pegaba mucho, me agredían, me gritaban. (…) Una vez me llevaron a donde mi
abuela paterna (…) y me van sirviendo aquel plato con huevos, papas, carne y todo. Y me
cinchonearon todo en la casa, que porque me había comido todo (…) porque es una mala
Juan E.
Con la llegada de las primeras relaciones de pareja Juan E. descubre que el vínculo tiene la
capacidad de ser mucho más nutritivo afectivamente. Llega vincularse con otras mujeres pero de
forma inconsciente asocia el vínculo con llegar a vivir la misma dinámica que con su abuela
materna por lo que teme quedar atrapado en una situación de violencia extrema.
Tras el rompimiento con Karla, se hace evidente la dinámica que va a construir con sus
parejas posteriores la cual consiste en crear nuevos vínculos de pareja paralelamente para huir de
Ante la vinculación crea una fantasía de fuga, una especie de puerta o salida que le permita
seguir disfrutando del cuido y afecto del estar vinculado sin considerarse atrapado o dominado por
el ser amado.
Su primera fantasía de fuga acontece al casarse con Marilyn, él afirma que sabía que esa
relación iba a ser de corta duración ya que le dice a su abuela materna que volvería a vivir con ella a
los seis meses posteriores -algo que ocurre efectivamente-. Al inicio de los vínculos Juan
experimentó plenitud, cuido y amor, sin embargo cuando empezaba a vivir episodios monótonos y
conflictivos buscaba esa sensación de protección y cuido en otras mujeres con las cuales terminaba
vinculándose.
El resultado de este proceso fue una vinculación múltiple de pareja a lo largo de la vida
adulta; Juan E. estaba en búsqueda de una nueva pareja de forma constante -podía mantener hasta
157
cinco relaciones al mismo tiempo-. La nutrición afectiva de un vínculo no era suficiente, Juan
buscaba varias parejas para poder subsanar aquella violencia vivida en la infancia y la adolescencia,
sin embargo ante cualquier señal de violencia o conflicto él tendió a huir ya que lo asoció con la
explotación y el daño gestados en el vínculo materno del cual no pudo escapar; no había pareja que
lo hiciera sentir satisfecho por mucho tiempo, no existía la posibilidad de acceder a la fantasía de
general el compromiso y proyectos en común varían, Juan E. busca lo opuesto a lo que vivió en el
A continuación se presenta una imagen que grafica las relaciones múltiples de parejas
Diagrama 4
5
Juan convivió con la mayoría de las mujeres con las que se apegó, tuvo cuatro hijos y se casó civilmente dos
veces. En la mayoría de los casos no mantiene contacto con las exparejas, salvo aquellas con las que tiene
hijos y aún paga pensión. Visita esporádicamente a sus hijos e hijas.
158
(1993) y la describen como la como una defensa ante la fusión con el Objeto de amor, sin embargo
no precisa cuales son las causas subyacentes a dicha defensa ni las implicaciones que tiene dentro
del proceso de idealización. El caso de Juan E. puede dar explicaciones a algunos de estos puntos
pendientes:
aparición de otras personas que puedan brindar cuido y afecto –testigo auxiliador- Ante tal
carencia psíquica surgió una necesidad compulsiva por obtener cuido y afecto de fuentes
2. Se le teme de forma paranoide al ser amado ya que la violencia infantil recibida no era
formador y anuncia la entrada a escena de nuevas dinámicas (Lemaire, 1986). Cada individuo
aporta elementos propios de su subjetividad y su historia vincular para hacerle frente a esta
situación.
En este capítulo se analiza las diversas reacciones precríticas que se construyeron dentro de
los vínculos de pareja al mismo tiempo que se indaga su relación con la historia vincular primaria
El término Precrisis fue creado por Lemaire (1986) para indicar aquel momento en donde la
dinámica de pareja pasa por un periodo de cambio, la idealización como proceso empieza a decaer y
aversivos en sus parejas que generan malestar en la relación. En muchas ocasiones se vincula con
para llegar a acuerdos, poca expresión de afecto y distanciamiento por parte de sus parejas-. Otra
serie de elementos que emergen se asocian también a las exigencias que sus parejas les hacen y que
Lo anterior desgasta los ideales con los que se inició la convivencia de pareja así como las
y rescate de la pareja-. Se desvanece el deseo de fusión con el Objeto (Lemaire 1986, Puget 1998) y
“Se puso a llorar, le dije que por mi trabajo tal vez no le dedicaba tanto tiempo. (...)
Trataba de que comiéramos juntos, la esperaba. Al final le dije que mejor nos
separáramos, que ella siga su camino y yo seguiré con el mío (…) No tuvimos hijos, yo
creo que eso fue una de las partes que nos separó un poquitillo (…)”
Rolando
Ante la eventual crisis estos hombres intentaban estabilizar las dinámicas vinculares de
pareja y retornar a los primeros procesos de idealización y anhelo de fusión. Son actos inconscientes
que se tramitan de formas tan diversas –palabras, gestos y miradas- que pasan por la expresión
verbal así como por el cuerpo. Es un intento de retorno al Status Quo de la relación y contención de
la inminente crisis ya que se enfrentan ante un contenido altamente reprimido, el cual es el fracaso
La situación se torna mucho más compleja ya que estos procesos también acontecen de
forma simultánea en el psiquismo de sus parejas mujeres. Cada miembro de la relación pondrá en
acción sus propias dinámicas inconscientes que interactúan y se significan de forma paralela
(Lemaire 1986, Puget 1998). Los siguientes apartados son la descrición de las reacciones precríticas
Negación y Seudonegación
mecanismo de defensa ante un contenido reprimido, es el rechazo de un hecho que se impone desde
el mundo exterior. La negación de la cercana crisis es una reacción precrítica común y conlleva un
estado pasivo ante la situación, el contenido sigue siendo reprimido y por lo tanto permanece
situación, niegan rotundamente el malestar e inclusive suelen proyectarlo en sus compañeras -no
visualiza la posible crisis de la pareja, la propia participación y autoría, por lo general conlleva
“Pues yo realmente la amaba, yo traté e hice muchos cambios; salía del brete y me iba
para la choza, salíamos a comer todos los fines de semana para que ella no hiciera nada,
Octavio
participantes evitan hablar del problema ya que no entienden completamente sus orígenes y
dinámicas. La reparación vuelve a remitir a la dinámica Quid pro Quo, en donde el rol de proveedor
Diagrama 5
Ante la situación de precrisis, los participantes esperaban que sus intentos de silenciar el
malestar y dedicarse a proveer fueran suficientes. Estos eran los únicos medios de reparación o
soluciones previas al desencadenamiento de la crisis sin embargo fueron insuficientes para evitar la
llegada de la misma. A pesar de lo anterior, dichos intentos sirvieron como acuerdos colusivos
(Lemaire 1986) que retrasaban la llegada de la crisis por meses, años e inclusive lustros.
por parte de las parejas mujeres hacia los hombres, al parecer ellas podían verbalizar mucho más
Se forma una dinámica cíclica en donde la pareja trata de volver a procesos de idealización
pero al no conseguirlo se acentúan las reacciones precríticas y la violencia del uno hacia el otro. Es
importante resaltar que este mecanismo es el más utilizado al inicio de la precrisis de pareja por
parte de los hombres, por lo general el malestar no es nombrado y en la mayoría de las ocasiones se
intenta reprimir.
164
Diagrama 5
distancian de forma progresiva, esto implica menor tiempo de contacto el uno con el otro y mayor
tiempo invertido en otras actividades – trabajo, cuido de los hijos/as o amigos/as.- Se comunican
cada vez menos, las expresiones de afecto disminuyen y el interés por las actividades y necesidades
de la pareja escasea.
Detrás de esta reacción los hombres esperan poder mitigar el conflicto y disminuir las
transacciones de violencia en el vínculo -algo que efectivamente ocurre-. Sin embargo las
consecuencias que conlleva este acto impactan en la relación de forma perjudicial, según R.
Sternberg (1990) muchas de las crisis de pareja influyen en elementos como la pasión y la
intimidad, es decir, la cercanía, la expresión de deseos, necesidades y la unión con la otra persona
disminuyen. En consecuencia R. Sternberg (1990) llama a este tipo de relación, caracterizada por la
distancia y pérdida de interés, como “amor vacío” -el motivo de la unión de la pareja reside
165
confianza-.
“ (…) ella decía que yo era poco comunicativo, que yo me esperaba para mañana lo que
puedo hacer hoy. (…) Tenía que ir a fincas a hacer trabajos, me iba a las tres de la
venía como dos horas de viaje en doble tracción, con malos climas. Llegaba, me bañaba y
Rolando
disminuirían los problemas y el daño causado dentro del conflicto de ahí que los participantes
esperaban que “con el tiempo las cosas mejoraran”. El carácter pasivo contrasta mucho con las
reacciones de las parejas mujeres, ya que en muchos momentos ellas optaban por verbalizar el
ejemplifica claramente lo que V. Satir (1986) define como “causalidad circular”, es decir, la
dinámica es un sistema que se alimenta a sí mismo conforme va pasando los ciclos cumplidos, las
acciones de uno de los cónyuges alimentan las acciones, fantasías y miedos de la otra persona y así
acontece sucesivamente hasta que el sistema colapse y se necesiten nuevas formas de interacción.
166
Diagrama 6
Esta situación se concretiza con la presencia de celos por lo que los hombres entrevistados
mencionaron que temían perder el amor de sus parejas durante este periodo. Ocurre posteriormente
al alejamiento y pérdida de interés por parte de sus parejas mujeres de ahí que en muchas ocasiones
ellas dejan de hacer demandas y acceden a la misma dinámica que sus contrapartes masculinas.
inseguridad en la precrisis, temían que la pareja tuviera una relación con otro hombre. Al inicio
dicho temor paranoide se consolidaba en ideas recurrentes acerca del comportamiento de su pareja;
empezaban a indagar los momentos en que estaba fuera de la casa, las comunicaciones que
evidencia el carácter proyectivo y especular del mismo. Por lo general, el Tercero era fantaseado
como un hombre que se “aprovechaba de los problemas de pareja”, le daba aquella cercanía y
atención que no era provista por el cónyuge; era visto como una especie de invasor o estratega que
aparecía como un buen amigo de la pareja y que progresivamente adquiría el cariño, acentuaba el
“(…) ella quiso trabajar otra vez (…) ella lloraba mucho y yo le decía que no era para
tanto y ella me dijo que se sentía como muy feliz pero muy triste (…) y siguió ahí con lo
mismo, con el mismo patrón, (…) y yo pensaba que era raro y la notaba distante y yo
pensaba que algo le pasaba a esta chavala y ahí fue donde pensé que le estaban
Roberto
El Tercero era una especie de enemigo a derrotar y con el cual se debía de competir;
muchos hombres trataron de acercarse más a sus parejas, pasaban menos tiempo fuera de la casa,
asumían labores domésticas, le daban más dinero a sus compañeras para gastos personales y
Muchas de las características que envolvían la imagen del Tercero hacían referencia a la
propia falta de los hombres entrevistados, es decir el Tercero lo definían como aquella persona que
más empatía.
Otras cualidades: mayor poder económico, mejor desempeño sexual y mejor habilidad de
persuasión.
reactiva” (Freud, 1905), en donde los propios contenidos reprimidos del Sujeto se transforman en
lo contrario y posibilitan la interacción con el mismo. La propia falta se proyecta sobre el Tercero el
Se teme que el Tercero pueda ocupar el propio lugar en la relación con el ser amado, la falta
habría sido fantaseada en torno a los momentos en que se le hizo daño a la pareja –desprecio,
Tercero y emergen fantasías de omnipotencia así como de destrucción del mismo con el objetivo de
“recuperar” a su pareja.
169
Diagrama 7
Los hombres hacen referencia a una serie de actividades que realizaban al lado del ser
amado que se caracterizaban por ser exclusivas 6 –caricias, besos, sobrenombres y relaciones
persona amada de modo que eran símbolo inconsciente de la fantasía de fusión y completitud.
Durante el periodo previo a la crisis los hombres comentan percibir algunos cambios
importantes en dichas actividades que realizaban junto a su pareja, en la mayoría de los casos se
66
R. Sternberg (1986) las define como “rituales entrañables” los cuales son gestos exclusivos que solo se
realizan con el ser amado y no involucran a terceros.
170
besos-.
crea una especie de vaivén de los mismos en donde existen temporadas con mucha actividad y otras
con poca.
“(…) cuando yo me di cuenta de eso yo le hago a Clara el amor toda la noche. Ella
quemó la ropa que andaba, el calzón, el pantalón todo lo que andaba el día que fue infiel.
Ella no me quería ver la cara. Ella lo asumió con arrepentimiento y estoy seguro que ya
no más (…) - fue como un león, como marcar la vara. Este es mi territorio, yo lo marco.”
Juan E.
En el caso anterior el mensaje trasmitido por Juan E. es muy claro ya que el acto sexual era
un símbolo de fusión con el ser amado, una promesa de remediar el distanciamiento y solventar la
inminente crisis.
tradicionalmente planteado por S. Freud (1895) en la casuística sobre la histeria; los síntomas y el
malestar hablan a través del cuerpo y su relación es simbólica. Suelen haber momentos en donde la
171
dinámica de pareja se expresa por cansancio físico, dolor muscular, cefaleas y enfermedades de
gastrointestinales.
lenguaje no verbal en donde se intenta trasmitir el malestar por medio del cuerpo; dichos mensajes
son una simbolización de la ruptura de las fantasías originadas en la idealización inicial. El cuerpo y
la interacción misma representan un indicador del estado de las dinámicas de pareja, la forma que
reflejan las estrategias de expresión del malestar y resolución del conflicto mismo.
172
vinculación paralela con otras mujeres fue una situación vivida comúnmente en momentos previos a
la crisis de pareja. La relación con sus parejas se caracterizaba por ser distante y con escasa
comunicación; en muchos casos se prolongaba por mucho tiempo. Cuando esto ocurría algunos
participantes buscaban excusas para poder frecuentar a otras mujeres y pasar más tiempo fuera de la
casa. Esta situación era común y en muchas ocasiones se repetía de la misma forma en el caso de
sus pareja -ellas buscaban igualmente a otro hombre-. Este fenómeno se describe de forma amplia
por Campusano (1993) en donde la dinámica resultante se configura a modo de un triángulo –matriz
El caso de Juan E. ilustra esta dinámica ya que cuando había problemas con Clara, él
frecuentaba y nutría la relación con Paola, salían de forma más frecuente y pasaba más tiempo fuera
de casa - Juan no visualizaba la posibilidad de terminar con las relaciones de pareja, casi en la
totalidad de los casos la decisión de finalizar el vínculo residía en las mujeres-. Por lo general esta
dinámica implicaba la construcción de una red amplia de vínculos en donde ambos miembros
Diagrama 8
Los diferentes elementos del vínculo –pasión, compromiso e intimidad- (Sternberg, 1986)
se construyen de forma diferente en cada uno de los vínculos de la matriz, lo que produce variedad
e interdependencia. Es decir, hay vínculos destinados a ser cargados con pasión –amor romántico-,
vínculo de mayor duración en el tiempo es el más cargado con compromiso – parejas como Paola,
Clara y Marilyn-.
Diagrama 9
articula en el caso de Juan E. de forma que cada persona tiene por lo menos a un tercero/tercera el
cual le oculta a su pareja. Juan le oculta a Clara la relación con tres mujeres mientras que Paola y
esperar que las mujeres lo nombraran, en ningún momento asumían roles proactivos dirigidos hacia
el cambio, se fugaban y refugiaban en otros vínculos con mujeres hasta el momento en que la
“Después yo entro a trabajar y le dedicaba mucho tiempo. Ella me decía que yo no tenía
tiempo para ella y que no le sacaba ratos, que no le demostraba que la quería, que no le
demostraba que ella para mí era importante (...) casi todo el proceso de los diez años que
Juan E.
El proceso que antecede al rompimiento duraba meses e inclusive años, son escasas las
situaciones en donde se realizaban acciones concretas para asumir la falta, en muchas ocasiones se
centraban en identificar a los terceros con quienes sus parejas frecuentaban para luego forzar a
Los acuerdos colusivos son definidos por J. Lemaire (1986) como aquellas dinámicas
pareja de forma mutua; son psicodinamias que están orientadas a mantener la fantasía de fusión con
paralelos por parte de los hombres. Estas situaciones implicaron la desidealización del vínculo e
investiga los acontecimientos para entender las dimensiones de la situación. Esto trae consigo
mucho malestar que se evidencia en las reiteradas discusiones, gritos, insultos y demás -la fantasía
En la mayoría de los casos, los hombres piden perdón a sus parejas e idean escusas para
poder justificar la situación; muchas de estas van orientadas hacia el exterior y tratan de
visualizarlas como parte de la crisis de pareja por lo que es común escuchar frases como “es que
ella se metió”, “me sentía muy solo y no sabía qué hacer”, “fui un tonto no supe valorarte”.
daño causado a su pareja; esto implica una serie de acciones y comportamientos que se describen a
continuación.
176
Pago material: acceder a todas las demandas y deseos materiales que la pareja pida. No se
Pago de espacio y límites: Los hombres dejan de lado comportamientos asociados con el
Pago en violencia: Se asume como castigo toda aquella violencia proveniente de la pareja
relacionada con insultos, gritos e inclusive golpes. Los hombres no hacen nada para limitar
tres veces de la casa, (…) pero cuando habían bronquillas siempre salía el tema de esta
mujer (…) empezó a ser agresiva, ya después hasta me levantaba la mano, yo mejor me
Octavio
resuelto los problemas si se encuentra conviviendo con su pareja bajo el mismo techo, los hombres
creían que cualquier salida de la casa desencadenaría una eventual crisis y agotaría los recursos de
Este tipo de acuerdo cambia conforme pasa el tiempo, por lo general los hombres pasan de
una a otra estrategia para poder probar su eficacia y ver si esto resuelve el conflicto. Cada uno de
“La última vez cuando volví yo le dije -se acaba esto… porque ya yo no ando con ella-
Octavio
En ninguno de los casos, en donde los hombres tuvieron vínculos paralelos, se logró la
reparación del Objeto y la reidealización del vínculo, la duración de este proceso varía
Muchas de las reacciones precríticas han sido descritas como cíclicas y secuenciales,
además son paralelas y de duración variable –utilizadas por meses y hasta por años- de modo que
no todas son experimentadas por los participantes y en muchas ocasiones retornan en su uso
El término reparación fue planteado por M. Klein (1937) para definir aquella acción
destinada a subsanar el daño hecho hacia el Objeto de amor; implica actos de cuido y protección
178
con el fin de guardar la integridad del mismo. Son demostraciones de amor que están cargadas de
La posibilidad de reparación es una gran interrogante dentro de cada uno de los casos
analizados, al parecer los hombres acceden a estas acciones al poco tiempo de estar en convivencia
y consideran que hay algo “que se le debe” a la pareja y que posiblemente explique las nuevas
“(…) me dediqué a comprar el amor de ella, le pagué las cuentas, porque eso la tenía
muy estresada a ella (…) ni comprándola. Ella dormía en el cuarto, y yo dormía en otro
(…) le digo – ¿Qué haces?- ella dice -¡Nada! salga de aquí, salga no quiero estar con
usted-, yo le digo -Venga, vamos para la cama-, ella dice -No, no quiero estar con usted-
Octavio
La reparación implica al mismo tiempo delimitar las coordenadas de aquello que es dañado
o la forma en que se daña; en muchos de los casos se desconoce por completo la falta y se procede a
reparar con la esperanza que cualquiera de estas acciones frene la crisis y el conflicto. Los datos
sugieren que el daño repercute necesariamente en los patrones de interacción así como en el cambio
daña aquel sentir de unidad y confianza. Se puede evidenciar en múltiples situaciones como
aquella persona que puede hacerse cargo de proteger y cuidar. Esta es una de las situaciones
que se manifiestan inicialmente en los casos analizados y por lo general es constante hasta
el final de la relación.
Violencia y destrucción hacia el ser amado: no solo carece de cuido y afecto sino también
es decir, no solamente se trata de acceder a una casa, automóvil u otros bienes materiales sino que
se trata de cargar con significado aquello logrado. Es la construcción de una fantasía heredada desde
Por lo tanto, aquello que se daña también es de carácter simbólico e intersubjetivo, el acto
de agresión y daño es un acto de destrucción que se relaciona de forma dialéctica con lo que se
construye. Después de los procesos de idealización del noviazgo e inicios de la convivencia entran
lucha constante por construir una intersubjetividad que corresponda a las fantasías, miedos y
Según J. Lemaire (1986) y J. Puget (1998) este proceso conlleva a la crisis de la pareja y la
decir, volver a encontrar en la pareja aquellas cualidades ideales que le den valor al Objeto y hagan
deseable volver a convivir. En la totalidad de estos casos este proceso nunca se dio, por lo general la
precrisis se consolidó por mucho tiempo y los diversos intentos de reparación no posibilitaron la
Surgen las siguientes preguntas ¿Qué sucede que ninguno de los casos logró reparar o
palear la crisis en la pareja? ¿Por qué el proceso de reidealización no aconteció? ¿Es posible la
reparación de un vínculo de pareja cuando han acontecido grandes daños hacia quien se ama?
exterior y material, es decir, apuestan a reparar mediante dinero, mediante aislamiento e inclusive
del estudio buscaron dar aquellas cosas que ellos consideraban como reparadoras pero de su propia
subjetividad y momento de vida. El hecho de dar bienes materiales puede referir al malestar y
tensión generados por ser el proveedor, el hecho de aislarse y brindar espacios sin hablar puede
tomó en cuenta la subjetividad y el aporte simbólico de la pareja mujer. Se trató como una especie
de ensayo y error en donde se hacían diferentes intentos esperando que alguno reparara la pérdida
de confianza, la violencia ejercida y demás. Se esperaba que ella simbolizara de la misma forma y
181
le diera el mismo valor a aquellas cosas que ellos hacían de ahí que la dificultad residiera en que los
“(…) nunca lo acepté, yo dormía aparte y ella me lavaba y todo, ella dormía con los
maquillaje profesional (...) como comprándola, así y todo (…) yo seguía mendingándole
cariño, ella salía, y yo salía (…) pero ya no salía en paz porque yo me imaginaba que
andaba con alguien (…) estaba esperando algo que no iba a llegar (…)
Eliseo
precrisis ya que los hombres no lograron mayor cercanía con sus compañeras, hubo mayor
violencia y distanciamiento lo que terminó por acentuarse y dejar de lado las acciones reparatorias.
Las secuelas se aprecian en la forma en que los participantes perciben estas situaciones ya que en un
inicio no hay consciencia suficiente del problema y la demanda por lo que tras no encontrar
El vínculo de pareja es un espacio habitual para que retornen fantasías y escenas reprimidas
(Lemaire, 1986) lo cual se refleja al desplazarle a la pareja mujer parte de los patrones de
182
infancia se replica en la edad adulta adentro del vínculo de pareja. Cada una de las reacciones
Parte de las secuelas de la violencia infantil se asociaron con la negación del malestar
vivido lo que evolucionó en una precaria expresión de emociones en la edad adulta, esta situación
pareja o bien se utilizaron otras vías de expresión a nivel inconsciente como rituales entrañables y
regalos materiales. Los hombres trataron de reprimir el malestar y silenciarlo como una forma de
primero hace referencia a la infancia y el segundo relata una escena de convivencia en pareja de la
edad adulta.
“Cuando me pegaban como que llegué a hacer una concha y con el tiempo no llegó a
afectarme porque me dediqué al estudio y hacer las cosas que tenía que hacer. Como si
fuera un perro que uno entrena (…) callar y hacer las cosas”
Rolando
“(…) ella me echó de la casa, yo me pasé a la parte de arriba del consultorio. Mientras
me acomodaba, saqué un préstamo al banco para hacer la casa nueva para que ella
183
hiciera un negocio de medicina alternativa (…) callaba esperando que algún día ella
cambiara.”
Rolando
Ambas escenas reflejan una misma dinámica ante el ser amado, por lo general se reprimía la
relacionadas con lo económico y profesional. Queda claro que la expresión de afecto es escasa y en
El poco interés a las necesidades del otro y el aislamiento son otros elementos asociados a
la dinámica infantil ya que son consecuencia de la limitada habilidad empática desarrollada. Según
capacidad de expresión y reconocimiento del daño vivido. Por lo que cuando se llega a la edad
adulta la violencia -dentro del vínculo de pareja- no se percibe como aversiva o dañina y no pueden
De forma similar la ambivalencia hacia las figuras de cuido se elabora en la edad adulta
mediante las vinculaciones paralelas y la paranoia por una tercera persona. La obligación para el
niño consistía en idealizar al agresor a pesar del daño recibido lo cual era una tarea imposible dado
esto fue el mecanismo de proyección, en donde todo aquello aversivo del ser amado tenía que
contenidos sobre la imagen de un Tercero o sobre otro vínculo con otra mujer. Lo anterior se refleja
cuando la totalidad de los hombres hicieron elaboraciones en donde transferían la “culpa” o razón
184
de fracaso a otra persona –se consideraba al vínculo de pareja como víctima de la intromisión y
“(…) cuando me pegaban sentía como que mi papá era malo; después comprendí que él
no lo era (…) me di cuenta que él no tenía la culpa (…) porque yo era muy desobediente
con mi mamá.”
Eliseo
“El problema fui yo, el matrimonio lo disfrutamos muy poco (…) con la otra mujer nos
conocimos en el trabajo y a mí me gustó (…) pero un día mi esposa me pescó (…) fue
Eliseo
Por último se perfila que dicha reedición de las dinámicas infantiles acontecen en la vida
adulta de pareja debido a los fuertes montos de represión que traen intrínsecamente y la consecuente
otras vivencias traumáticas –hacer consciencia mediante la palabra de aquello que se ha callado-.
Resumen 3.1
185
Resumen 3.2
186
187
cambios y puntos de ruptura de diferentes psicodinámias así también implica restructuración pero al
mismo tiempo caos y catástrofe. La crisis conlleva al agotamiento de los recursos personales,
amenaza la integridad y el bienestar al mismo tiempo que asegura el desarrollo del Sujeto y sus
En el presente capítulo se analiza la dinámica que acontece durante los periodos críticos en
los hombres del estudio, se describe el proceso de pérdida y destrucción de lo cotidiano así como la
Este periodo, en la totalidad de los casos, es cargado con grandes montos de significado por
lo que ha sido descrito como un punto de quiebre en donde la cotidianidad cambia bruscamente.
“(…) en mi vida no había experimentado algo tan feo, una tristeza tan grande; una
desilusión; no quería hacer nada. El problema es que se encierra uno en ese bache y no
quiere salir usted de ese hueco; porque le falta esa otra persona (…)”
Eliseo
recinto familiar de ahí que frecuentemente se escuchan frases como “ya no te quiero”, “váyase a
vivir a otro lado”. Las diferencias de la crisis y los procesos précríticos son la apreciación subjetiva
que hacen los hombres sobre la capacidad de controlar la convivencia de pareja, es decir, el
que la pareja “siga viviendo bajo el mismo techo” que ellos. Al caducar esta fantasía de control los
hombres ingresan en procesos cargados de malestar y disforia que acorde a Slaikeu (1996)
Crisis individuales: aparece a nivel subjetivo en la herida narcisista y los ideales del yo se
Crisis Laborales y con otros vínculos: acontece al poco tiempo de iniciada las dos crisis
no elaborados por consiguiente algunas de las situaciones más comunes son los
sentimientos de culpa por la pérdida de una relación de pareja anterior, por la pérdida de
“Me afectó todo (…) estaba inseguro, inestable, sin un norte, emocionalmente como me
siento ahorita, decaído, sin ganas. (…) me acordé de lo que pasó con Marylin y Clara y
Juan E.
hombres del estudio tratan de minimizar el malestar subjetivo y darle continuidad a sus vidas como
si se tratara de un hecho sin importancia o de poca gravedad. Algunos evitaban hablar de esto con
sus familiares y amigos; otros se dedicaban a evitar el contacto y expresión de emociones como el
actos y comportamientos autodestructivos que ponían en riesgo su propia integridad como el alto
“(…) todo lo que yo he vivido y ni siquiera mi mamá, ni mi papá ni mis hermanas se han
Eliseo
fantasea con la capacidad de hacerle daño, de igual forma se introyecta esta fantasía de destrucción
sobre el Sí-mismo y se trata de derrumbar aquello de carácter subjetivo que le recuerda el vínculo
que lo une con la pareja. Al inicio no existe la aceptación de la crisis y del problema de modo que la
fantasía de omnipotencia facilita desviar la atención sobre el dolor y focalizarse en las represalias.
“(…) y yo pensaba que era raro y la notaba distante y yo pensaba que algo le pasaba a
esta chavala (…) y yo decía que si tenía que irme me iba; yo decía eso, como macho (…)
Roberto
191
Carusso (1989) define a este proceso como “catástrofe del Yo”, el cual es un periodo en donde las
En los casos analizados resalta la forma drástica y dramática en que irrumpe este proceso en
sus vidas de modo que se carga de grandes montos de violencia y su cotidianidad cambian de forma
tajante. Para muchos de los entrevistados la ruptura implicó no tener un lugar en donde vivir,
escases de dinero y demás limitaciones materiales, igualmente implicó conflictos con terceras
personas.
mantener un trabajo, continuar con estudios y otras metas que deseaban para un futuro. Es un
proceso nihilista de destrucción y vacío de todas aquellas representaciones que formaban parte del
mundo interno de estos hombres. La destrucción no fue progresiva sino que fue total y devastadora
hasta cuestioné seguir con la vida, porque pensé que ella era mi vida. Todo lo que
tenemos es por ella; mis hijos, el progreso económico, la casa y todo, los nietos, todo
Octavio
192
Los hombres experimentaban culpa, vergüenza e ira por lo que muchos de ellos se
reprocharon esta situación e intentaron volver al estado anterior. En algunas ocasiones llamaban a
sus exparejas, hablaban con sus hijos e hijas y realizaban varios acercamientos para poder volver a
Esta situación se prolonga por mucho tiempo –meses- y trae consecuencias a nivel somático
que simbolizan la pérdida del ser amado de ahí que al dimensionar el quebranto del vínculo estos
hombres también pierden el apetito, el sueño, peso corporal y cabello; su estado de ánimo decae -
aparecen alergias. Tanto el cuerpo como las representaciones psíquicas mueren lenta y
Acorde a J. Lemaire (1986) y J. Puget (1998) la pareja nutre de forma sustancial la imagen
que tiene el Sí-mismo de su propio Yo, es decir, eleva la autoestimación (Freud, 1914a) pero al
disminución de este sentimiento: el enamorado es humilde. El que ama pierde, por así
decirlo, una parte de su narcisismo, y solo puede compensarlo siendo amado.”(p. 10)
S. Freud (1914a)
193
1989), por tanto es la pérdida de un sinnúmero de elementos que fueron construidos durante mucho
tiempo en conjunto con la pareja. Se pierde gran parte del mundo interno y al mismo tiempo de
aquello que es intersubjetivo como los proyectos de vida, la fantasía de simbiosis y completitud, la
La desorganización del Yo fue tan desbordante que regresa al sujeto a estadios primitivos
de vinculación como la posición Glisco-cárica planteada por J. Bleger (1962), en donde no existe
diferenciación entre el Sujeto y el Objeto de amor. En la mayoría de los casos no se sabe cuáles
fueron las causas, se gestan explicaciones y se cree saber lo que la pareja puede pensar ante la
separación. Lo inestable e inesperado de la crisis trae consigo el paso de un estadio a otro de forma
sucesivamente.
La totalidad de casos presentan grandes montos de culpabilidad a los pocos días de iniciado
el proceso de separación de ahí que remarcan y rumean la propia falta y se especula sobre cuáles
fueron las razones por las que se dio la separación. En la mayoría de los casos surge angustia ante la
pérdida y le atribuyen la causa de este proceso a situaciones como relacionarse con otra mujer en
La separación es interpretada como el castigo por haber hecho daño a la persona amada y
“(…) prácticamente cuando me lo dijo por teléfono, que se iba de la casa (…) me monté
un vacío y pensé - tome por hijo de puta- porque lo primero que se me vino a la mente fue,
ojo por ojo, clavo saca otro clavo; (…) honestamente me sentía culpable (…)”
Octavio
donde al no obedecer los deseos y demandas de la madre o el padre se sufre del dolor. Casos como
Eliseo y Juan E. parecen indicar que a mayor violencia vivida en los vínculos primarios mayor es la
instancia psíquica del Superyó (Freud, 1923) y emergen en la edad adulta al convertirse en
en capítulos anteriores la violencia se naturaliza e introyecta siendo esta una especie de penitencia a
pagar, para ser cuidado y protegido se tiene que sobrellevar el daño físico.
En síntesis, la catástrofe del Yo resalta por la psicodinámia del malestar en donde se calla
autodestructivos. No solo se revive la pérdida y el daño actual con la expareja sino que también
proyecta las pérdidas y daños hechos al Si-mismo desde la infancia. El siguiente esquema describe
la dinámica caótica de este proceso de crisis en donde se transita de uno a otro estadio, la forma no
Diagrama 10
196
gama de sentimientos, fantasías y ansiedades que experimentaron los casos estudiados de ahí que
implicó la lucha dialéctica entre el amor –pulsión de vida- y el odio –pulsión de muerte- presentes
de forma constante no solo durante la precrisis sino dentro de la misma crisis y el proceso
posterior de elaboración del duelo. Retrata los intentos de re-idealización del vínculo y un
proceso sobre el segundo la crisis tendría una resolución que permitiría el retorno a la
convivencia y perduraría la vida de pareja (Lemaire, 1986). Los casos analizados describen
un estado de enamoramiento y representan a la pareja como “el amor de la vida”, “la única
que lo acepta como es”, “por quien daría todo”. Los hombres expresan gratitud y
dependencia hacia el ser amado y ansiedad ante la pérdida al mismo tiempo, por lo tanto
(1937)-.
los hombres del estudio experimentan enojo y se articula la fantasía de omnipotencia y daño
amado que consolidaba la imagen narcisista ahora cumple la función opuesta, según
Carusso (1989) “la supervivencia del otro es una ofensa narcisista” y por consiguiente la
herida narcisista. Si este proceso perdura el desenlace llevaría a la muerte del vínculo y al
Klein (1937)-.
expresa la escisión y la regresión a estadios anteriores de modo que los sentimientos de amor y odio
pueden ir y venir en intervalos de días e inclusive horas. El producto es el malestar por tratar de
integrar una situación psíquicamente ambigua -no saben si percibir a la expareja como fuente de
los hombres, de forma progresiva, comienzan a desplazar toda su energía hacia otros vínculos
negativa de un posible acercamiento o colusión de pareja. Por lo tanto empiezan a dedicar más
tiempo al cuido y a la atención de los mismos, por lo general la mayoría de los vínculos elegidos
son los hijos e hijas y algunos miembros de la familia de origen los cuales se caracterizan por haber
recibido cuotas significativas de agresión y haber estado en conflicto por mucho tiempo.
198
“Después de eso me encontré una hermana mía (…) teníamos dos años de no hablarnos y
eso todas mis hermanas se comunicaron conmigo; ahora llevamos una relación (…)”
Octavio
ya que al no poder fusionarse con la pareja se buscan Objetos substitutos a los cuales catectizar o re-
catectizar. En el caso de los hijos e hijas la reparación y el acercamiento toma una psicodinamia
más compleja ya que los hombres homologan el malestar de los hijos/as –por la separación de sus
padres- al malestar propio que se experimentó en la infancia. La reparación del vínculo con los
hijos/as simboliza la propia reparación deseada por los hombres hacía si mismos durante la infancia
“Me preocupaban mis hijos, me sentía triste, porque yo pensé que yo los amaba (…) yo
me di cuenta que estando en la relación yo no los valoré tanto como los valoro ahora.
Entonces me daba por pensar de que no iban a estar conmigo siendo tan pequeñitos (…)
Entonces yo decía -aquí yo tengo que mejorar- (…) no quiero que mis hijos sufran como
Eliseo
199
lugar particular en la dinámica ya que en varios casos –tanto la madre como el padre- trataban de
socavar información sobre la expareja y al mismo tiempo los descalificaban en sus acciones. Los
hijos/as eran un terreno común en la disputa en donde los padres trataban de convencerlos sobre la
culpabilidad del progenitor contrario por lo que de esta forma se accedía a parte de la fantasía de
“(…) los primeros días pasaba a recoger a mis hijos para llevarlos a la escuela, pero yo
no pasaba por ellos, yo pasaba para verla a ella y ver que hacía, estaba obsesionado (…)
la ex les dijo a ellos que me dejaba porque yo la ahogué, que yo la celaba, que nunca la
dejé en paz, que nunca la dejé crecer como persona, que ella nunca pudo trabajar porque
Eliseo
La pulsión de muerte se elabora en varios escenarios de modo que al inicio se trata de dañar
también se destina hacia la expareja y posteriormente hacia terceros como familiares o bienes
en el siguiente capítulo.
200
La cristalización de la crisis
A este punto se ha analizado el periodo agudo de la crisis, en donde los hombres perdieron
diagrama retrata la secuencia del proceso vivido por los hombres antes, durante y después de la
separación de pareja.
Diagrama 11
El punto más alto del diagrama refleja la intensidad de los síntomas y del malestar sin embargo la
dinámica se caracteriza por ser mucho más irregular y presentar periodos de mejora momentánea así
como de recaída.
Diagrama 12
201
La palabra crisis viene del griego κρίσις (Krinein) y su significado se relaciona con la
ruptura y el cambio de las cosas (Rocamora, 2012), dentro del proceso se espera que el curso del
malestar se aminore conforme pasa el tiempo y a su vez se pueda hacer ajustes que eviten futuros
conflictos y retornar así al momento previo del quiebre (Slaikeu, 1996; Rocamora, 2012 y Lemaire,
1986). Acorde a lo observado en los casos, este periodo tiene la singularidad de ser prolongado y
El resultado de este proceso revela la prolongación del malestar por periodos alarmantes
que van desde meses que pueden sumar más de un año de ahí que la mayoría de los hombres
esperaban que la crisis terminara por sí sola, no pedían ayuda ni tampoco hacían cambios ante los
acontecimientos
Diagrama 13
anterior pretende ilustrar como las dinámicas de pareja iniciales –idealización y luna de miel- se
202
comportamiento y por lo general esto los llevó a soportar grandes montos de malestar.
Los hombres no gestionaron su crisis hasta que fueran muy graves los daños o si estuviera
en riesgo la vida de ahí que en muchas ocasiones el deterioro físico era evidente e inclusive algunos
traían consigo diagnósticos relacionados con episodios leves de depresión, estrés y ansiedad de
y gástricas.
“(…) fueron dos o tres meses de dolor, bajé siete kilos (…) yo no comía porque no me
daba hambre, yo no lo podía creer (…) me daba miedo, no aceptaba que ella estuviera
Eliseo
“(…) me dolió, me tire al suelo (…) era pura frustración, dolor e impotencia (…) le suda
a uno el cuerpo, le sudan las manos, un ardor en el estómago, bilis, una ansiedad de
Octavio
“Mi estado físico se deterioró, al poco tiempo perdí catorce libras de peso, me daba
diarrea, comía y tenía que ir al baño, pasé mucho tiempo así.(…) No dormía bien, cuando
203
Rolando
la crisis en su apogeo por mucho tiempo hasta que llegó a escena una nueva pareja mujer; en esa
anterior sugiere que los recursos utilizados para sobrellevar la crisis emergen de terceras personas y
de momentos imprevistos, al parecer casos como el de Juan E. retratan poca elaboración del proceso
en consecuencia sustentan la represión del malestar que deviene del dolor de la pérdida. Esta
situación se puede asociar con los altos índices de riesgo de muerte y daño que viven los hombres
204
cuando se encuentran separados en comparación a los que están casados o tienen una pareja
Las crisis humanas son procesos de adaptación que fortalecen al sujeto y promueven la
resultados serán más devastadores y dañinos que las causas que lo iniciaron.
Resumen 4.1
205
Resumen 4.2
206
207
de la vida cotidiana
desde hace un siglo atrás (Freud, 1917b), sin embargo la palabra tuvo primero su asidero en la
sociedad y la cultura por lo que su significado y connotación tienden a variar de idioma a idioma.
(Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, 2001), sin embargo engloba otros
psicológico, según W. Worden (2002) estas dimensiones pertenecen a las palabras en inglés
Grief: esta palabra denota el dolor y el malestar que experimenta la persona al darse cuenta
de la pérdida de aquello que se ama. Es la catarsis inicial que en la mayoría de los casos se
concatena con las reacciones de la crisis de pareja por separación. Se diferencian de la crisis
utiliza el término “Duelo” o “Periodo/Proceso de duelo” para indicar este aspecto del
fenómeno estudiado.
comúnmente están delimitadas por rituales y pautas culturales. El término suele ser
duelo” para hacer referencia a este proceso y señalar el carácter activo del mismo.
209
El proceso de duelo se caracteriza por la posición del sujeto ante su malestar, las acciones,
ansiedades y fantasías que este asume en los diferentes momentos (Worden, 2002). El curso de este
características dialécticas ya que tiene una serie de elementos contrarios que dan sentido de
fusión en la pareja así como todos aquellos elementos cargados subjetivamente durante el
vínculo. Por ejemplo, la renuncia a concretizar proyectos comunes que quedaron pendientes
circunstancias que han cambiado recientemente. Por ejemplo, el nuevo rol de paternidad y
vínculo de pareja. Por ejemplo, la anuencia por agradar a la pareja y obtener su perdón, la
resistencia a realizar nuevos proyectos de vida de forma individual y los intentos de volver
elementos, es decir, un vaivén en las reacciones, fantasías y ansiedades. Esta situación refleja
también el concepto de crisis ya que pasa de un estado previo, en relativa estabilidad, a uno en
constante movimiento y cambio para luego volver a estar en un proceso de estabilidad (Slaikeu,
configuración es progresiva y constante. Para ilustrar lo anterior se propone como metáfora las
Diagrama 14
Al analizar al espectro se nota que no hay un único color, sino varias intensidades del
mismo; y permite ver cómo, de forma progresiva, un color se puede degradar en otras tonalidades
hasta alejarse del color inicial. De forma similar las acciones, estados emocionales, fantasías y
ansiedades se comportan en los procesos de duelo, es decir, son continuos que van, de forma
efecto su transformación. Por ejemplo, en el caso de las fantasías de omnipotencia, el sujeto pasa
por un momento inicial en donde busca nuevas parejas para luego, en otro momento, aislarse y
renegar del vínculo; de ahí que ambas formas son manifestaciones diferentes de una misma defensa
se encuentra en constante cambio, solamente se puede contrastar dichos procesos desde sus
extremos y contrarios. Por lo tanto a cada uno de estos extremos se les ha denominado como
“Polaridades” ya que se contrapone el uno con el otro y muestran una dirección contraria en la
Diagrama 15
decidido disponerlos en dos grandes Polaridades, en donde la primera tiene características de tipo
estas polaridades tiene elementos centrales que identifican logros o condiciones alcanzadas como la
El espectro del proceso del duelo por pérdida de pareja: La polaridad maníaca y
compulsiva
pérdida de aquello con lo que se guarda un vínculo en común. En la totalidad de los casos dicha
aceptación pasa por dos momentos cualitativamente distintos, el primero de ellos se ha denominado
se ha vivido en separación –por semanas o hasta meses que superen la suma de un año-. Los
hombres aceptaron la pérdida inicialmente de forma racional y la asociaron a sucesos como la firma
del divorcio, el retiro de todas las pertenencias de la casa donde convivían o una nueva relación de
pareja con una mujer. La apreciación es enteramente intelectual, aún continúan las fantasías de
omnipotencia y las defensas maníacas por lo que la expresión del malestar y la catarsis no
El inicio del proceso de duelo ocurrió desde la negación de cualquier emoción que indicara
vulnerabilidad y malestar, durante la separación se empieza a anticipar este proceso pero se hace
desde la omnipotencia. En todos los casos fue la pareja mujer quien decidió terminar con la
convivencia, la ruptura se consideró como desprecio o traición por parte de ella por lo tanto la
propia supervivencia y el control sobre las emociones eran demostraciones del triunfo personal ante
“(…) fui al gimnasio, andaba mucho en motocicleta, conocí a más gente (…) no quería
tener una relación de ningún tipo con la ex (…) yo quería que volviera y viera que soy
Octavio
Esta polaridad del proceso de duelo tiene cualidades maníacas y compulsivas ya que trae
consigo un amplio repertorio de defensas que se repiten de forma apremiante para evitar el malestar
y el dolor de este proceso. Tras la pérdida y la sensación de vacío del mundo interno (Carusso,
1989) algunos hombres trataron de buscar un vínculo de pareja casi que de forma inmediata,
frecuentaron bares y centros nocturnos para sentir que la situación “ya había pasado”. El concepto
de pareja como refugio (Lemaire, 1986) se ilustra en estos casos y sugiere que la compulsión a la
Junto a la búsqueda inmediata de una nueva pareja se articulan otras fantasías en donde los
hombres acceden a tener contacto erótico con mujeres pero al mismo tiempo evitan vincularse
afectivamente, creen que si se sienten “enamorados” e idealizan a una mujer se verán envueltos en
una posición vulnerable que los haría repetir la historia que vivieron recientemente con su expareja.
Lo describen como una “medida de seguridad” y lo demuestran en poco interés por compromisos,
palabras de desprecio y rechazo hacia la nueva pareja; estos comportamientos de tipo misógino son
“(…) en ese momento no tenía muchas amistades porque solo estaba en la casa; pero
después empecé a mensajear y a salir con chicas (…) no quería enamorarme por lo que
214
me pasó con la ex (…) me podían llamar pero no me comprometía con ellas porque creía
que eran peligrosas (…) había más apertura al mundo, era el inicio.”
Octavio
otras mujeres es una estrategia para no apegarse en una relación de pareja de modo que la constante
rotación refleja la resistencia al enamoramiento, sentir afecto y recibir cuido. Este escenario sirve
recalca desinterés y despreocupación por lo que pudiera hacer la expareja pero en la cotidianidad
mantienen el interés y tratan de monitorear lo que hace al preguntarle por ella a los hijos e hijas,
visitar el hogar en donde viven y ofrecer favores como pintar la casa o reparar una gotera. De forma
incongruente mantienen todavía interés pero lo niegan en ese momento, muchas de las
preocupaciones oscilan entorno a lo disposición de la expareja a iniciar una nueva relación con otro
hombre, algunas de las preguntas que realizan a los hijos e hijas son: “¿Tu mamá sale mucho de
casa? ¿A qué horas sale? ¿Sale sola o con las amigas? ¿Habla/mensajea mucho por teléfono?
¿Pasa mucho tiempo en la computadora? ¿Qué hace con todo el dinero que le doy a ustedes?
donde, al igual que en la precrisis, se le teme a un posible Tercero –otro hombre- el cual tiene las
mismas características que las planteadas apartados anteriores. Es posible que la compulsión por la
búsqueda de una nueva pareja sea contenido proyectado a modo de “celos proyectivos” en donde se
especula y asume que la expareja realiza lo mismo que ellos hacen –salidas por la noche y visitas a
215
Por último esta condición de manía y compulsión se prolongó por periodos variables y
sirvió como único recurso para sobrellevar el inicio del duelo, la mayor dificultad reside en que este
posibilitan espacios para el trabajo reflexivo en donde se pueda resignificar y traer a la consciencia
“Aceptación total” y acontece en circunstancias muy claras y poco variable ya que en la totalidad
de los casos sucedió cuando los hombres vieron que la expareja tenía una nueva relación de amor.
Literalmente al “observarla” con otro hombre -tomada de la mano o dándole un beso- los
Al parecer este tipo de aceptación solo aconteció a través de la vista ya que ellos se mantuvieron
incrédulos ante comentarios de terceros y frases que ellas mismas decían: “Ya no te quiero” “Lo
nuestro terminó” “Lo mejor es que cada quien siga su propio camino”.
“(…) nunca lo acepté, yo dormía aparte y ella dormía con los chiquitos (…) la metí a un
curso de maquillaje profesional (…) yo sabía que salía a las tres del curso y cuando ella
teníamos nada (…) ella salía y yo salía pero yo no salía en paz porque yo me imaginaba
que andaba con alguien (…) yo siempre pensé que era con ese mae porque a mí se me
metió en la cabeza (…) hasta que un día la seguí y la vi besándolo a la entrada de un bar.
Eliseo
racionalización alguna y la expresión de emociones ocurren por primera vez en el ámbito público, al
esto algunos de ellos lloraban en público de forma imprevista –labilidad emocional-, empezaban a
conversar más ampliamente con sus amigos sobre el tema y recordaban de forma nostálgica
momentos agradables que pasaron junto a ella. Se denomina como “total” debido a que integra
elementos tanto del pensamiento como del afecto de ahí que incluye la verbalización de aquello que
Parte del contenido reprimido se hace consciente, en especial aquel que describe el interés
que aún mantenían por ella después de la pérdida por tanto la aceptación total permitió que los
hombres renegaran de lo perdido, los ubica en una posición diferente en donde la culpa tuvo un
perdido”, algo apreciado que se ha ido por su negligencia y por no expresar su deseo de volver.
Los hombres hicieron un recuento de la propia historia para poder entender en cual instante
aconteció la pérdida por lo que la conclusión, en la totalidad de los casos, reveló que fue hace
previamente, en ese momento los hombres utilizaron su energía en poder dar una explicación a la
expareja, destinaron tiempo a imaginar cómo habría hecho el Tercero para seducirla y de forma
noches y decía -¿Cómo le estarán haciendo el amor? ¿Dónde estará?(…) Seguro le está
Octavio
esta situación es bastante distintiva y plantea las siguiente interrogantes ¿Qué simboliza el observar
a la expareja con otro hombre? ¿Por qué los hombres aceptan completamente la pérdida hasta ver
esta escena? ¿Por qué el rechazo previo concretizado en palabras y actos no es suficiente para
información al sujeto sobre la situación, es posible que responda a las preguntas que se formaban
durante la separación “¿Me habrá olvidado todavía?”, “¿Podrá querer a otro hombre después de
mí?”. Es común observar que los hombres trataban de predecir el curso de los sucesos y las
emociones de la expareja, se considera que muchas de las indagaciones hechas a los hijos /as y el
control ejercido trataban de dar respuesta a estas preguntas pero no lo lograban completamente. Las
218
palabras previas y el rechazo de la expareja no fueron suficientes para que llegara la aceptación
total, por lo general permitían la especulación y en muchas ocasiones los hombres lo asumían como
mentira.
Por lo tanto el ver a la expareja con otro hombre se puede considerar como una especie de
mensaje nunca antes dicho en donde los elementos que lo constituyen son el cuerpo y su uso como
el besar, el tocar y andar de la mano en público. Al ver esto, los hombres dicen que “no queda
duda” de las emociones y acciones de la expareja, la pérdida se asocia al verse desplazados por otra
persona y observar que comparte las mismas muestras de cariño que antes les eran exclusivas. El
expresar afecto hacia la nueva pareja en espacios concurridos reafirma el carácter público del
mismo y demuestra también lo explícito del comunicado por lo que es asumido como definitivo y
formal. El cuerpo y su uso son la letra con la que se escribe el mensaje y el ver que otro hombre
“(…) yo creía que tenía a otro y casualmente me lo comentaron mis hermanas y mi mama
(…) creía que eran mentiras, muchas veces uno no cree o no hace caso (…) al día
después que los vi la busqué y la enfrenté, le pregunté -¿Qué pasó? ¿Cómo que tienes
otra pareja? ¿Cómo me mentías en la cara? ¿Has tenido sexo con él? Tanto engaño que
hiciste, tantas cosas que le dijiste a los hijos, mejor hubieras sido honesta- (…) ella me
dijo -Estoy siendo honesta, ese hombre lo conocí estando fuera de la casa, después de que
a terminar así? ¿Por qué me haces esto? ¿Y qué va a pasar con nuestros hijos y nuestros
nietos qué?”(…) yo me le hincaba, le lloraba, ella me decía que no me pusiera así, que a
Octavio
219
Por último se ha decidido utilizar la categoría “Catalizador del duelo” para describir al
Tercero y las dinámicas anteriormente explicadas, el concepto se toma de la química y del proceso
llamado catálisis el cual es la aceleración de una reacción química con el ingreso de un elemento
el caso del duelo, la presencia de un Tercero como alternativa de pareja, aceleró el proceso de
condición depresiva-. La evolución de cada caso fue distinta, los tiempos de permanencia en cada
polaridad variaron enormemente, sin embargo queda claro que tras la llegada del catalizador el
proceso cambia tajantemente y lo perfila hacia nuevas reacciones que conducen a la integración y
elaboración de la experiencia de pérdida; por lo general hace que los hombres renuncien a la
fantasía de fusión con la expareja y obliga a reinvertir dicha energía psíquica en otras actividades y
personas.
El espectro del proceso del duelo por pérdida de pareja: la polaridad depresiva.
tiende a orientarse primordialmente en esta polaridad, por lo general muchas de las defensas
maníacas caen en desuso y el sujeto se ve envuelto en una encrucijada por adaptarse a las nuevas
En la mayoría de los casos los hombres cesan de buscar una nueva relación de pareja y de
vincularse de forma múltiple con varias mujeres además dejan de frecuentar bares y centros
nocturnos por lo que se aíslan socialmente. El deterioro físico y el desgaste psicológico también se
acentúan en esta condición por consiguiente el consumo de drogas aumenta, hay ideación suicida,
220
labilidad emocional y alteración de los ciclos de sueño y apetito. De igual manera la dinámica del
malestar tiende a cambiar de modo que se verbaliza con mayor frecuencia y se utiliza la energía
malestar tiende a aumentar por lo que la expresión y verbalización de mismo fue un recurso viable
“(…) después de ese momento pude hablar más fácilmente (…) y me dije -No me queda
otra que irme, está bien- (…) las cosas dolían más porque me dejaba sentirlas.”
Octavio
compulsión la energía estaba dirigida hacia el mundo externo y se evitaba el contacto con la
situación de malestar mientras que en este momento la energía se dirige hacia el mundo interno lo
que propicia mayor contacto con la experiencia de pérdida. La descatectización del mundo externo
y la pérdida de las defensas maníacas hacen que el sujeto se encuentre en un periodo de aislamiento
y anhedonia por lo que la vulnerabilidad al daño se puede concretizar en episodios de “acting out”
a pedir ayuda y a buscar otros recursos para sobrellevar el malestar de ahí que la totalidad de ellos
acudieron al Instituto Wëm. Durante este periodo comentan percibir diferencias tajantes en el
trascurso del proceso del duelo de ahí que, en la mayoría de los casos, la expresión del malestar
pasó por la búsqueda y articulación de nuevas explicaciones que dieran sentido a los
221
dimensiones.
“Y una señora fue que me dijo que fuera a Wëm y yo empecé a ir (…) al inicio nada de lo
que me pasaba tenía sentido para mí (…) pero después de hablarlo tanto empecé a
entender mi errores y en lo que había metido la pata (…) eso me dio tranquilidad y paz.”
Eliseo
El trascurso de esta polaridad permite que los hombres ahonden en el significado y las
causas de la pérdida lo cual posibilitó la elaboración posterior del duelo. Algunas de las
hombre provee materialmente y asume que por esto es amado. Lo definen como
“comprar” amor y describen cómo esta condición está presente dentro de las relaciones
Sobre el desinterés hacia los problemas de pareja: asociado a lo anterior hicieron énfasis
en el acto de llevar dinero a la casa y las escasas manifestaciones de afecto hechas hacia
sus seres queridos. Hablan de cómo “compraban las soluciones”, es decir, ante cualquier
demanda o problema ellos daban dinero o bienes materiales con el objetivo de que esto
que guardan ante los problemas de pareja y de forma similar lo asociaron con la
que ejercieron durante la convivencia de pareja por lo que hicieron consciencia de formas
psicológica.
relacionadas con el miedo a no volver a encontrar una pareja o alguien que volviera
la mirada de los hombres hacia su propia condición subjetiva, sus emociones, sus fantasías y sus
ansiedades. Lo anterior contrasta ampliamente con el inicio del proceso en donde la mirada residía
en las circunstancias externas al igual que en las situaciones que vivían otras personas como sus
posterior de elaboración del duelo y asimismo posibilita mayor consciencia y “claridad” en las
dinámicas de reparación y culpa experimentadas. Con el paso del tiempo ambas dinámicas
varios actores –el mismo sujeto, la pareja, otras personas y el trabajo- de ahí que la lógica de la
anterior contrasta con el inicio del proceso en donde se asumía la autoría total de la pérdida y se
“(…) al inicio daba todo por volver con ella y que me perdona (…) creía que todo era
culpa mía (…) Una amiga mía me dijo que fuera a Wëm y que ahí me iban a ayudar. Al
poco tiempo de estar en los grupos fue cuando comprendí que tenía que curarme y
sanarme yo primero (…) y que nada podía hacer para que ella cambiara de decisión.
Empecé a ver las cosas diferentes, no todo era culpa mía, tuve que tomar decisiones para
Rolando
Durante esta polaridad el principio de realidad (Freud, 1911) se antepone ante el principio
del placer debido a la llegada a la consciencia de nuevo contenido, en efecto, muchas de las
fantasías y ansiedades previas decaen y en su lugar aparecen nuevos elementos a los cuales se
elaboraciones e insights gestados en esta polaridad lo cual se traduce en la renuncia a la fantasía del
Por último esta polaridad es igualmente paradójica que la anterior debido a que la expresión
del malestar y la reflexión en torno a la pérdida posibilitan procesos posteriores que alivian el dolor
causa que muchas de las representaciones del mundo interno y del ser amado se escindan y
desorganicen igualmente. Cada una de las polaridades reflejan el proceso de escisión y los diversos
intentos de estructuración de la experiencia de pérdida por lo que se tomó como base los conceptos
dinámica del movimiento dialéctico intrínseco. Por lo tanto el devenir del proceso de duelo es la
lucha dialéctica de cada una de estas polaridades que engloban dentro sí fantasías, pulsiones,
los casos analizados, el proceso acontece en periodos variables y la conclusión del mismo solo se
puede observar una vez alcanzados la mayoría de los Criterios de resolución que se describirán en
la presente sección.
De igual forma el proceso de Elaboración del duelo está íntimamente ligado al término
“Integración” el cual es planteado por M. Klein (1937) para indicar la incorporación de elementos
aversivos y placenteros dentro de una misma representación del Objeto amor. En los casos
también trae consigo a varias representaciones del mundo interno del sujeto. El momento inicial de
“(…) después de esto aprendí muchas cosas (…) creía que podía andar con otra mujer y
que mi ex no podía salir con otro hombre (…) ahora me pregunto ¿Soy más que esa
mujer? ¿Qué tengo yo que ella no? Tanto puede ella como yo (…) aprendí a quitar esa
parte de mí (…) hay personas que me dicen que no soy machista. Si solo supieran lo que
Juan E.
La integración aconteció en Juan E. al aceptar que la expareja tiene una relación con otro
hombre y que la vinculación de pareja no es capaz de garantizarle la certeza de nunca ser dañado
transformación de una creencia, ansiedad o fantasía y en su lugar acontece una elaboración que
“(…) después de ver todo este me doy cuenta que si quiero tener una pareja tengo que
tratarla bien, chinearla (…) que en muchas ocasiones descuidé la relación y por eso
Juan E.
226
Esta síntesis instaura nuevas formas de aproximarse ante personas a eventos que alguna vez
maníaca pero al mismo tiempo no se paraliza por la ansiedad paranoide ante la llegada de un
Se muestra el siguiente cuadro para ilustrar las diferentes dinámicas, fantasías y ansiedades
presentes en cada una de las polaridades y las integraciones logradas por los casos estudiados.
Diagrama 15
que el sujeto adquiere la capacidad de expresar las emociones y deja de lado la represión de
significado entorno a las maneras en que los hombres expresan el malestar así como
explican las causas de la pérdida. Promueve la expresión emocional y alivia algunas de las
representaciones del Sí- mismo, lo hace más funcional y mejor preparado para sobrellevar
observar cuando los hombres desvían su energía hacia otros proyectos y renuncian a
Catectización contra Descatectización del mundo externo: La síntesis se produce una vez
sensación de malestar.
228
Principio del Placer contra Principio de Realidad: se renuncia a realizar las fantasías de
movimiento, por esta razón nunca podrá considerarse agotado o finalizado. Lo que es la síntesis o la
infinito y en espiral ascendente lo que significa que los sujetos pueden volver a experimentar cada
una de las polaridades en una nueva crisis por pérdida de relación de pareja. Acorde a E. Erickson
(1985) el curso del desarrollo del sujeto se da a lo largo de toda la vida y el motor de dicho
desarrollo son las crisis, así pues las pérdidas del ser amado traen consigo la posibilidad de
elaborar estas experiencias de duelo el resultado será la cristalización de la crisis en donde el sujeto
se habitúa al malestar, se exacerban la sintomatología neurótica y se vuelve más vulnerable ante las
demandas externas.
229
Los procesos de duelo son encuentros con la muerte y la destrucción (Carusso, 1989) pero
al mismo tiempo conllevan su opuesto que es la vida y la creación; varios autores (Fonegra 2001;
Worden 2002; Bravo, 2000) han señalado que dicho proceso llega a su elaboración cuando se
supera el periodo de crisis y se reorganiza la vida cotidiana. Lo anterior significa que el sujeto
reconstruye su entorno como un intento de reparación tras la pérdida del ser amado de ahí que al
En los casos de duelo por pérdida de relación de pareja el encuentro con la muerte es muy
irreversible y definitiva sin embargo esto no sucede en los procesos de duelo por pérdida de
pareja ya que es común observar que muchas parejas se reconcilian y vuelven a convivir
230
después de periodos de crisis. Por lo tanto no existe certeza total en cuanto a la pérdida se
refiere.
con su expareja debido a que aún guardan obligaciones en común como la crianza de los
hijos/as y deudas. Se diferencia del duelo por un fallecido ya que aquello que se pierde aún
Las características anteriores marcan una diferencia tajante en el encuentro con la muerte de
ahí que posiblemente no guarden relación cercana con los demás procesos de duelo salvo aquellos
que I. Fonegra (2001) ha denominado como “duelos por un desaparecido” los cuales retratan la
un naufragio, en una excursión en la montaña o tras un desastre natural. Según esta autora, el duelo
por una persona desaparecida es de más difícil elaboración y de mayor duración a través del tiempo
(Fonegra, 2001) de modo que su causa reside en mantener la esperanza en que algún día retorne el
ser amado.
duelos por pérdida de pareja ya que ubica al sujeto en una condición de espera incierta pero al
varias de las situaciones los hombres del estudio abordaron este tema y aseguraron que la
posibilidad de volver a tener una relación con la expareja puede ser viable sin embargo afirmaron
que esta expectativa los mantendría todavía inmersos en el proceso de duelo y malestar.
“(…) antes pensaba en la posibilidad de volver con la ex (…) yo no puedo decir de esa
agua no beberé pero si sigo esperando no podré avanzar ni rehacer mi vida (…) ya está
231
definido de parte mía porque yo ya viví el luto (…) dejé de mendigarle amor (…) es difícil
empezar de nuevo con otra persona (…) antes pensaba que la ex iba a ser la persona que
Eliseo
ubicar al sujeto en una condición pasiva, retardó la elaboración del duelo y prolongó la crisis. Al
parecer la elaboración del duelo requiere trascender esta condición y tomar una actitud más activa
en donde la esperanza sea desplazada por la pulsión de muerte. Es decir, los sujetos realizaron actos
como quemar y deshacerse de objetos que le recordaban el vínculo perdido para integrar y
evitaron frecuentar lugares y actividades que acostumbraban hacer con la expareja así como
En síntesis, los procesos de duelo por pérdida de relación de pareja guardan características
distintivas en cuanto al encuentro con la muerte y la esperanza de recuperar lo perdido por lo cual la
elaboración del duelo se consolidará al sustituir la esperanza –pulsión de vida- por la pulsión de
muerte. El renunciar a la esperanza implica abrir paso para la reorganización de la vida cotidiana y
nuevos procesos de integración. Al igual que varias de las versiones del mito griego de Pandora y el
ánfora la esperanza puede ser considerada un bien o mal dependiendo de contexto y la espera que
Los procesos de duelo por pérdida de pareja en la edad adulta repiten una serie de
violencia infantil configuró fuertemente la relación con el ser amado y al mismo tiempo delimitó la
que se consideraron el único medio para ser socializado. En la edad adulta la dinámica se
expresión de odio o resentimiento hacia quien los agredió. En la edad adulta se elabora al
ejercer violencia hacia sus hijos, hijas y su pareja mujer de ahí que justifiquen sus
la representación del Sí-mismo ya que los padres adjudicaron las causas del maltrato
cuando eran niños. Se gesta la dinámica Quid pro Quo en donde para ser merecedores de
amor tienen que sobrellevar la violencia y sucumbir a las demandas del ser amado. En la
233
edad adulta esta dinámica se reelabora por medio de la culpa ante la pérdida y las
Dificultad para atender y cuidar del vínculo de amor: La única forma encontrada para
sumisión ante las demandas de los progenitores por esta razón, en la edad adulta, los
Poca expresividad de emociones: Cada vez que los hombres manifestaron el malestar o
búsqueda de posibles soluciones y la poca verbalización del malestar ante la pérdida del
vínculo.
capacidad de comprender y reconocer las emociones así como el malestar en las otras
hacia sus hijos, hijas y parejas al ejercer violencia ni tampoco expresaron el malestar en
Las consecuencias anteriores impactan directamente en la elaboración del proceso del duelo
en la edad adulta ya que se ha observado que los casos que han vivido más violencia infantil
234
también han sido los que más defensas maníacas utilizan durante la separación y la pérdida, de
forma simultánea, también son los casos cuyos procesos de elaboración toman mucho tiempo en
resolverse. Entre más violencia vivida más consolidados están los mecanismos de represión,
idealización, erotización y naturalización de la violencia por lo tanto hay mayor dificultad para
poder asumir el propio malestar y el curso de la crisis. De igual forma los casos de mayor violencia
infantil también son los que más incurren en comportamientos autodestructivos en los periodos de
crisis en la edad adulta y al mismo tiempo son los que más carecen de estrategias de autocuidado en
El caso que mejor ilustra lo anterior es el de Juan E. quien sufrió de violencia extrema y
en la edad adulta, expresar el malestar y asumir el periodo de dolor por lo que elaboración y
resignificación de la experiencia de pérdida suele ser escasa. Cada vez que había crisis y pérdida de
pareja Juan E. evitaba el malestar al vincularse con otras mujeres lo cual reiniciaba procesos de
“(…) quiero formar una familia y un hogar (…) yo quiero ser fiel. Ya me estoy hartando y
cansando de esto (…) yo quiero a alguien en mi vida. Yo agradecería que fuera una
persona como la ex (…) tener estabilidad, sentirme en paz, tranquilo de poder andar con
mi esposa y poder presentarla (…) llorar lo que tenga que llorar, dar todo lo mejor de mí
Juan E.
235
poco sustentable a nivel teórico ya que estos procesos psíquicos se repiten en todos los seres
humanos a lo largo de la vida. Mucho del malestar ante la pérdida puede ser elaborado años después
o bien mantenerse reprimido de por vida, así también la experiencia de pérdida se continúa
resignificando a lo largo de los años, en especial, con la llegada de nuevas experiencias de pérdida
de seres amados. Se ha observado que durante la última experiencia de pérdida muchos de los casos
recordaron situaciones similares del pasado en donde también perdieron una relación de pareja
integraron contenido de las experiencias previas, de tal forma que el proceso de duelo por la última
A pesar de lo anterior hay elementos teóricos que pueden delimitar etapas alcanzadas como
experimentar afecto y cercanía hacia un vínculo tras un periodo de duelo. Este concepto ha sido
figura de cuido por tal razón este elemento teórico también puede ejemplificar las diferentes
“Con la ex no hay relación sentimental después de la demanda (…) solo una relación de
padres que cuidan a sus hijos (…) y yo me alegro de que ella ahora tenga pareja, ella
Eliseo
236
Al preguntarle a Eliseo sobre el final del proceso afirma no sentir los mismos montos de
ansiedad y malestar que sintió al inicio de la pérdida igualmente comenta que ahora puede acercarse
a su expareja y no sentir “deseos de estar con ella”, ni culpa ni arrepentimiento por el pasado. Al
parecer los cambios giran en torno a un estado emocional en relativa tranquilidad y estabilidad así
reacciones ante una crisis de tipo psicológico las cuales disminuyen en intensidad acorde a la
Diagrama 16
El cuadro anterior ilustra cómo la crisis inicia con la pérdida del vínculo de pareja para
luego manifestar todas las reacciones de malestar y posteriormente terminar con la elaboración del
Por lo tanto el retorno a la vida cotidiana y el desapego pueden ser los indicadores del final
del periodo de ruptura marcado por la crisis y al mismo tiempo delimitar criterios de resolución e
momento:
237
nuevo oficio, búsqueda de un nuevo trabajo y demás. Cada uno de estos proyectos se
que no hay sensación de apego ni se espera cuido o protección por parte de ella.
consiguiente cesan las preguntas hacia los hijos e hijas que tienen como finalidad el
No todos los casos alcanzaron la totalidad de los puntos anteriores debido a que los procesos
maníacas también varió en los casos de tal forma que quienes más las utilizaban elaboraron menos
contenido.
malestar y periodos de duelo que a su vez son “oportunidades” para que emerja contenido
inconsciente y se fortalezca al Yo. En efecto la palabra Crisis en mandarín (Wéijī) ilustra esta
situación ya que está formada por dos caracteres (危機) que significan “oportunidad y amenaza”
de forma simultánea (Slaikeu, 1996). Por lo tanto los procesos de duelo se pueden considerar como
una “ventana de oportunidad” y al mismo tiempo un “momento de amenaza” para las personas
por lo que este proceso se condiciona por la posición del sujeto ante su malestar y la capacidad de
“(…) he terminado dos relaciones muy fuertes con parejas de mucho tiempo e hijos (…)
lo que me ayudó fue ir hablar de mi problema en los grupos y comprender los errores que
cometí (…) me queda de experiencia (…) que tengo que ser más selectivo, cuidadoso, ver
si se da con otra persona, ver si somos compatibles (…) es agarrar coraje y tomar el
Eliseo
Resumen 5.1
240
Resumen 5.2
241
Resumen 5.3
242
243
La subjetividad es construida a través de los vínculos y patrones de interacción con los seres
amados (Kernberg, 1995), de igual forma dichos patrones traen consigo la ideología del sistema
patriarcal por lo que tienen el objetivo de replicar sus dinámicas en todos los ámbitos de relación
humana lo cual incluye a los vínculos de amor y a la convivencia en pareja. De tal forma, la
cual acontece al inicio en la familia y de forma posterior continúa en los grupos de pares e
instituciones sociales. Este proceso procura que las personas repliquen un modelo dicotómico
patriarcal en donde a los hombres adquieren roles y patrones de interacción muy bien delimitados.
En el presente capítulo se analiza los diversos aspectos que socializan el significado de ser hombre
y su relación con los vínculos de amor para poder identificar las diversas dinámicas que acontecen
S. Freud (1914a)
al hombre adulto como superior a la mujer (Badinter, 1993) por lo que los encargos y rituales de
virilidad que se realizan suelen ser expresiones de la confirmación de esta creencia (Gilmore, 1994).
De esta forma lo masculino se interpreta como aquello que es más fuerte y más racional (Campos &
Salas, 2002; Bourdiue, 2002) de ahí que se utilice la violencia hacia los niños varones como un
“Me golpeaban de niño para hacerme hombre (…) para que sea fuerte y que después no
llore.”
Los participantes comentaron que conforme iban creciendo se les daba menos cariño y se
les golpeaba más y que dicha violencia debía de ser asumida desde el silencio ya que cualquier
queja o resistencia les causaba mayores castigos y humillaciones. Por lo tanto, la violencia y la poca
245
expresión del malestar son símbolos de la fortaleza del ser hombre, su racionalidad y su control.
Estas manifestaciones también se pueden observar con las descripciones de los grupos de pares
hostigamiento escolar.
Para vincularse con otras personas, en especial en grupos de pares, los hombres debían de
otros pares como estrategia de supervivencia y aceptación dentro del grupo. El enojo era la única
emoción permitida ya que se suele asociar a la violencia y el aislamiento era el último recurso a
“En mi casa me pegan muy duro (…) también tenía que defenderme en la escuela porque
ahí también me daban duro (…) al final de la vida uno tiene que hacer cayo y dejar de
los obligaba a soportar grandes montos de violencia infantil por lo que no es de sorprender que esta
misma dinámica se encuentre presente en los grupos de pares y en los procesos de socialización de
género fuera del hogar. En consecuencia ambas dinámicas se refuerzan mutuamente y configuran
con limitada capacidad de expresión de emociones y con tendencias a aislarse socialmente cuando
el dolor es abrumador.
Esta experiencia de violencia de igual forma configuró a instancias psíquicas como el ideal
del yo (Freud 1914a) ya que reflejaron la mirada y el deseo no solo de los grupos de pares sino de
246
los mismos progenitores sobre el sujeto. De tal forma, este ideal fue la fuente narcisista y de
características son asociadas con lo femenino y transgreden la dicotomía que asocia al hombre con
Por otra parte el vínculo de pareja con el sexo opuesto y la interacción con las mujeres se
socializa de forma diferente desde iniciada la infancia, por lo general los padres mencionan una
serie de exigencias previas que los hombres tienen que cumplir para poder “tener novia o esposa”;
esto se asocia con los roles del ser proveedor y ejercer el control sobre decisiones relacionadas con
“Cuando le pregunté a mi papá cómo era tener novia él me dijo –Primero trabaje y tenga
“Yo sabía que no podía tener novia porque no tenía dinero para invitarla a salir”
“Para casarse hay que tener dinero (…) y casarse es la licencia para tener sexo”
247
Muchas de las citas anteriores aluden al trabajo y al proveer a otras personas como requisito
para el contacto erótico y afectivo con una pareja mujer. Acorde a lo planteado por E. Fromm
cariño a través del pago material. Esto correlaciona fuertemente con la dinámica del Quid pro Quo
de los vínculos primarios en donde el cuido y el afecto se consiguen a través de someterse a las
“En una cultura en la que prevalece la orientación mercantil y en la que el éxito material
las relaciones amorosas humanas sigan el mismo esquema de intercambio que gobierna
E. Fromm (1966)
ya que también hay procesos de selección del ser amado en donde se buscan características y roles
igual forma condiciona a los hombres a buscar ganar más dinero y establece la creencia de que el
mismo es suficiente para mantener un vínculo con una mujer de por vida (Badinter, 1993).
“Mis papás me dijeron que buscara a una mujer que me hiciera caso (…) trabajé mucho
para que no le faltara nada en la vida pero eso no valió de nada al final porque ahora las
organización que oriente las dinámicas de interacción entre la pareja. De tal forma, cada paradigma
está atravesado por ideologías y creencias que tratan de dar un significado a las acciones y
emociones experimentadas (Badinter, 1993) que de igual forma reflejan diferentes espacios de
socialización y discursos sobre lo que es el rol de los hombres y la amplia gama de masculinidades
subyacentes.
cuanto se refiere a los vínculos de amor con una pareja mujer, a continuación se describe cada uno
de ellos:
Modelo Familiar Romántico: Expresa los ideales de instituciones sociales y del amor
de forma frecuente. Se construye un ideal en donde el hombre será servido por todos los
miembros de la familia y amado por proveer y ejercer el control (Badinter, 1993; Gilmore,
1994). Este paradigma es de carácter público ya que es validado por instituciones religiosas
y por figuras legales. El placer y el amor vienen del compromiso hacia sus parejas y el
249
correspondiente éxito material que lo respalda por tanto el consolidar este modelo
“El hombre es el que tiene que llevar la comida y la mujer estar en la casa. Jamás le
decían que hay que serle fiel a la pareja, que había trabajar mucho y darle lo mejor a la
esposa y a los hijos (…) yo los metí a escuelas privadas, a ella le compré carro (…) un
grupos de pares durante la adolescencia y la edad adulta por lo que cada experiencia sexual
considera como una especie de “cacería” en donde el contacto con el cuerpo de la mujer
una familia o convivir de forma permanente con una sola mujer. El placer y el erotismo son
250
prioritarios pero solo se validan mediante el contacto con el cuerpo de la mujer de ahí que
privados. Este paradigma, al ser socializado principalmente dentro de los grupos de pares,
genera mucha validación homosocial (Valdés & Olavarría, 1997) por lo que es un
continuación se citan algunas frases dichas por los participantes para ilustrar.
Al parecer existe una división tajante en la forma de vincularse con las mujeres en cuanto
relación de pareja se refiere, asimismo el planteamiento anterior coincide con lo propuesto por S.
Freud (1912) sobre el antagonismo entre la cultura y la vida pulsional del sujeto en donde se
“degrada” la elección del Objeto de amor. Esto es vincularse con una mujer desde posiciones
diferentes en relación al placer y al compromiso, por ejemplo varios participantes mencionan que
hay mujeres para “casarse”, “de una sola noche”, “para tener hijos” y demás.
Al contrastar cada uno de estos paradigmas se observa que son mutuamente excluyentes
ambos, es decir, los aceptaban como modelos válidos pero al mismo tiempo rechazaban elementos
de éstos por lo que se asumen de forma conveniente al contexto social en donde se encuentren en
ese momento.
El trabajo psíquico que realizan los hombres se relaciona con la integración de esta
contradicción y dar respuesta a preguntas como ¿Qué significa ser buena pareja, buen amante?
¿Cómo se ama a una mujer? No obstante la integración de ambos modelos nunca se logró previo al
edad adulta con los nuevos cambios en los roles de género que se gestaron durante los años de
convivencia. Al inicio se socializaba a los hombres para esperar de sus parejas pasividad,
aislamiento y obediencia sin embargo esto contrastó con la nueva dinámica que acontecía durante la
convivencia en donde las mujeres asumieron un rol más activo e independiente, por ejemplo, la
políticos o comunales.
“Es que antes aguantaba más la mujer porque tenía que hacer lo que el hombre decía
(…) a la mujer la golpeaban y le daban duro (…) el hombre era el que tenía el derecho
“En ese tiempo la sociedad indicaba que la mujer tiene que estar en la casa (…) el
hombre era el que tenía que salir a trabajar y proveía todo lo demás. Contrario a lo que
pasa actualmente, ellas se han ido superando, han estudiado. Ahora ellas han adquirido
ciertos beneficios que no tenían en ese momento. Consiguen trabajos que en ocasiones
son mejores de los que consiguen un varón. Esa era la diferencia que habría en ese
tiempo respecto al actual. Ahora hay mujeres que manejan taxi y trabajan en lo que sea.”
253
parecer surge malestar en los hombres al no saber cómo interactuar con sus parejas por consiguiente
donde los hombres temían perder su pareja o bien que esta se “enamorara” de otro
hacía su compañera sentimental por lo que las quejas se asociaban a la estancia de la mujer
en el hogar, a su forma de vestir para salir de la casa y a los espacios de ocio que compartía
domésticas ya que la mayoría de los hombres pretendían que sus parejas, además de
hogar.
Expresión de afecto y comunicación: Las parejas mujeres exigían mayores espacios para la
desatender esta demanda y a trabajar para proveer mejor. Se aislaban y evadían los
espacios para conversar ya que los relacionaban con conflictos que eran difíciles de
resolver.
“Me excedí dando dinero (…) solía pensar que estaba a mi servicio, le exigía mucho (…)
hágalas, ya sabe que tiene que hacer las cosas- (…) a veces no estaba hecha la comida y
esperando que hiciera todo lo demás pero no arrancaba y le daba largas (…) Cuando ya
comenzaba a discutir, porque no hacía las cosas, yo me iba al cuarto y no le hablaba más
Cada uno de estos conflictos se asocia a las manifestaciones de poder y control para las
cuales los hombres fueron socializados por lo que el malestar generado emergía al tratar de
sustentar esta posición. No mantener la condición de poder hacia la pareja compromete a los
hombres con los mandatos de la masculinidad hegemónica (Connell, 2003) por lo que ellos
conflicto las mujeres opusieron resistencia y plantearon a sus parejas nuevas demandas; lo anterior
es la génesis del conflicto que articuló los procesos de desidealización previos a la crisis de pareja y
su pérdida.
A pesar del cambio en el rol de sus parejas, los hombres no cambiaron la forma de
interactuar por lo que recurrieron a los antiguos recursos de aislamiento y negación de malestar
donde las mujeres desempeñaran un rol más activo por lo que la resistencia al cambio se asocia con
la culpabilización de las mujeres, es decir, los hombres adjudicaban, durante el periodo de crisis y
convivencia, la responsabilidad del conflicto hacia sus parejas ya que este cambio no era previsto en
condición de privilegio de los hombres exige al mismo tiempo malestar ante la incertidumbre de
demostración de la misma lo que a su vez es el foco de su carencia y dolor (Gilmore, 1994; Rivera-
Medina 1991).
La masculinidad herida
La pérdida de vínculo de pareja llega tras un periodo prolongado malestar ante la separación
por lo que se experimenta al inicio desde la omnipotencia y la negación del dolor. Como se
sujeto del malestar a nivel narcisista sin embargo no perduran durante todo el proceso de duelo y
considerada por los entrevistados como un símbolo del fracaso que a su vez se relaciona con el
cuestionamiento de las características que conforman la identidad del ser hombre como su virilidad,
fortaleza y poder.
“Cuando yo tuve que salir de la casa me sentí defraudado, con dolor (…) creía que yo
era culpable (…) pensaba en qué diría la gente de mí (…) me daba miedo que dijeran que
La pérdida de la relación simbolizó para los hombres una posición en donde no pueden
ejercer el poder sobre la pareja y la consecuente pérdida de control sobre los hijos e hijas. Lo
anterior implica un nuevo escenario nunca antes vivido en donde la actuación7 de la masculinidad
entra en crisis y contradicción ya que el rol de los hombres cambia de forma tajante. Se mantienen
roles y mandatos como el proveer pero otros quedan limitados como la territorialidad, el poder y el
control. Los participantes percibieron como “injusta” esta condición ya que se veían obligados a
dar dinero pero no obtenían a cambio los privilegios comúnmente relacionados como la obediencia,
(Badinter, 1993) y así mismo consolida la construcción del narcisismo en los hombres ya que
contribuye a la formación del ideal del Yo. Socialmente se idealiza la representación del hombre
cuya fortaleza deviene de la resistencia al dolor, por lo tanto la construcción de este hombre ideal se
generan. Durante la pérdida los hombres recurrieron a la violencia como un recurso común para
7
El término “actuación” hace referencia a los aportes de R. Connell (2003) en donde las masculinidades son
puestas en escena de roles y significados asociados al ser hombre.
257
Se considera que la violencia hacia sí mismo, hacia los seres amados y hacia terceras
personas se utilizó como un recurso de reparación ante la herida narcisista y la identidad masculina
asociada a lo hegemónico ya que esto convocó diversas defensas maniacas como las fantasías
entre pares. Se utilizaba la violencia como un recurso para volver al status quo anterior y al mismo
Por último los hombres idealizaron y visualizaron al modelo evasivo como alternativa a la
vinculación de pareja por lo que muchos buscaron contacto erótico de forma compulsiva y múltiple
con otras mujeres con el objetivo de reparar el daño narcisista hecho a su propia masculinidad
hegemónica. Como se explicó en capítulos anteriores, los hombres evitaban idealizar y apegarse a
potenciales parejas en ese momento, por lo que se consideraba a las mujeres como “peligrosas”
“(…) y salí con varias mujeres, una vez fui a un salón e hice amistad con una muchacha,
nuevo (…) al más mínimo detalle en donde sentía que estaba fallando terminaba
“Hay tanto miedo de volver a vivir lo mismo (…) siento que uno se vuelve más detallista y
vinculación y la pérdida
El cuerpo de las mujeres adquiere una connotación especial dentro del Patriarcado ya que se
asocia a la propiedad privada y a su consumo como mercancía (Arroba, 1996) de ahí que a lo
mediante la vinculación de pareja, el sexo comercial y el acoso sexual callejero entre otros. El
acceder al cuerpo de las mujeres es un marcador de virilidad en la sociedad ya que es asociado a los
el cuerpo de la mujer en donde se degrada y escinde la elección del Objeto de amor, por ejemplo se
puede observar que los entrevistados categorizan a las mujeres y a la interacción desde varios
puntos o condiciones.
259
Mujer para casarse: se busca a una mujer virgen o que no haya tenido muchas
experiencias de relación de pareja previas. Tratan de encontrar a una persona con la cual
puedan tener hijos/as, adquirir deudas económicas e iniciar otros proyectos a largo plazo.
sexual, por consiguiente se espera encontrar a una pareja la cual no quiera compromisos a
mediano o largo plazo –convivencia e hijos/as-. Es destinada para el placer pero al mismo
de pareja.
Mujer para comprar sexo: la relación está únicamente destinada al acto coital por lo que el
Mujer para acosarla en espacios públicos: hace referencia al acoso sexual callejero en
donde los hombres esperan manifestar violencia sexual hacia las mujeres. No hay intentos
de entablar una conversación o bien el pagar por sexo por lo que la interacción se
Todas estas categorías tienen en común el contacto físico o visual lo cual se manifiesta al
tocar, besar y ver el cuerpo femenino. De tal forma, el cuerpo de las mujeres y la interacción con
mismo es un marcador de vinculación o de relación que al mismo tiempo implica una dimensión de
posesión o propiedad, es decir, dentro del Patriarcado se enseña a los hombres a “comprar” el
cuerpo de las mujeres pero al mismo tiempo a categorizarlo y a delimitar su interacción acorde a lo
pagado. Por ejemplo, el sexo comercial implica un flujo limitado de dinero por lo que la interacción
260
solo acontece por periodos cortos y el concepto de pertenencia o posesión solo remite al espacio del
tiempo comprado –una noche o unas horas-; otro ejemplo diferente trascurre cuando los hombres
eligieron a una mujer para convivir y formar una familia, por lo general ellos ejercieron el rol de
posesión de la pareja implicó la totalidad de los espacios de la interacción –de por vida-.
Diagrama 17
los cuales se encuentran dentro de la primera categoría denominada “mujer para casarse”. Las
insistencia y búsqueda de una pareja con poca experiencia sexual se asocia a la territorialidad en la
masculinidad hegemónica, en donde se considera a la mujer como aquella propiedad que debe de
ser protegida pero al mismo tiempo debe de cumplir con los ideales de la virginidad y pureza.
261
“La exigencia de que la novia no traiga al matrimonio el recuerdo del comercio sexual
con otro hombre no es más que la aplicación consecuente del derecho de propiedad
Freud (1917a)
El patriarcado organiza a los géneros en dicotomías (Bourdieu, 2000) por lo tanto a la mujer
se le asocia dentro del campo de la inexperiencia sexual y al hombre dentro de su opuesto –la
experiencia sexual previa-. S. Freud (1917a) afirma que el tabú de la virginidad trata de establecer
una garantía social sobre la procedencia del cuerpo de la mujer ya que se espera que el rol del
sexualidad. Por lo tanto, la presencia de una historia pasada y otro hombre fractura la dinámica
monitorear y controlar por parte de los hombres, sin embargo permanecen latentes durante un
tiempo variable hasta la llegada de un Tercero quien entablaría una nueva relación de amor con la
expareja.
Cuando lo anterior sucede, emergen nuevas dinámicas asociadas a la expresión del malestar
forma recurrente que mucho del malestar provenía de los pensamientos repetitivos asociados a
“Cuando me di cuenta no podía dormir (…) solo pensaba en lo que ella podía estar
“Me sentía como un idiota ¿Cómo no lo vi antes? ¿Cómo dejé que se metiera este
“Es una pesadilla, pensaba en cómo le estaban haciendo el amor, cómo la besaba, qué le
decía (…).”
“(…) antes quería recuperarla pero cuando los vi juntos sabía que había perdido la
batalla, él me ganó”
La llegada del Tercero y el contacto físico/erótico con la expareja trajo nuevos elementos y
dimensiones a la pérdida, por lo general los hombres consideraron a su expareja, a sus hijos/as y su
antigua residencia como su propio territorio de modo que la presencia de un Tercero fue
interpretada como una “invasión” o “robo” de aquello que se posee. El hecho que otro hombre
conviva con la expareja e interactúe con sus hijos/as simbolizó la usurpación de roles hegemónicos
como el rol de proveedor que ejerce el poder de dominio y control. De igual forma, se interpretó
como una “derrota” ante las expectativas de volver a restablecer el vínculo de pareja perdido ya
físico/erótico con la expareja. Los hombres no pudieron convencer a sus exparejas de abandonar la
su relación con el Tercero por tanto las ansiedades paranoides y la impotencia sustituyeron a las
En síntesis, los hombres del estudio delimitaron los vínculos de pareja significativos a
través del contacto con el cuerpo de las mujeres que a su vez eran considerados mercancías que se
Tras la pérdida y la llegada del Tercero, la mayoría de los hombres comenzaron un periodo
diferente en la etapa del duelo caracterizado por espacios de reflexión, la expresión del malestar y
duelo por lo que el modelo evasvio de vinculación fue asumido durante este periodo.
ilusionaba (…) tenía miedo que me volviera a pasar (…) que me echaran de nuevo la ley y
“Yo estaba más quejoso, más selectivo (…) quería adivinar lo que ellas quieren de uno, si
era dinero, si era algún favor (…) creía que ellas estaban para ver que agarraban.
“Una vez llevé a dos chavalas hasta la casa y no pasó nada (...) un tiempo atrás, cuando
quería satisfacer sexualmente, iba y le pagaba a otra chavala para evitar el riesgo de
involucrarme de nuevo.”
265
La llegada del Tercero consolidó la herida narcisista la cual se trató de sobrellevar mediante
la vinculación con nuevas parejas. Interactuar con mujeres era símbolo de virilidad por lo que el
cortejo y las experiencias sexuales se definían como una “competencia” ante el Tercero. Dicha
competencia es una dinámica común entre los grupos de pares de hombres (Valdés y Olavarría,
1997) por lo que los condiciona a buscar elementos comunes que verifiquen la propia virilidad. Por
lo tanto, la llegada de nuevos vínculos implicó el retorno del mandato de territorialidad y un nuevo
escenario para sobrellevar la pérdida y la herida narcisista. Fue común observar la preocupación de
los hombres por ridiculizar al Tercero en sus conversaciones con sus amigos y personas cercanas al
mismo tiempo que hacían alarde de su condición de soltería y cortejo, al parecer el vincularse y
evitar el compromiso eran formas “venganza” dirigidas hacia la expareja por haber elegido a un
“Yo tenía que ser más hombre (…) hablaba con mis amigos sobre la tontera que hizo ese
mae al irse con mi ex (…) alardeaba mucho, creía que ser soltero era lo mejor que me
ya que de forma paralela anhelaban elementos del vínculo perdido. Por lo general, el modelo
evasivo decayó con el tiempo debido a que no cumplía con todas las expectativas, deseos y
mandatos a nivel subjetivo y social, por ejemplo se observó que muchos hombres manifestaron el
deseo de terminar la búsqueda y cortejo para dedicarse a una relación de pareja estable en el tiempo
Con forme pasó el tiempo, los hombres restructuraron una nueva experiencia del vínculo de
pareja por lo que emergió un nuevo modelo o paradigma de vinculación que es la síntesis de los dos
modelos descritos anteriormente. Este nuevo modelo surgió a partir de las experiencias de
vinculación posteriores a la pérdida y forman parte del contenido integrado de la elaboración del
pareja como refugio, fuente de cariño y cuido, asimismo se busca la exclusividad por lo que
nombra de diferentes formas, por ejemplo, al inicio se le llama noviazgo pero conforme
uno de los miembros de la pareja tienen domicilios diferentes, por lo general no planean
tener hijos/as, comprar una casa o adquirir una deuda en común. El convivir es considerado
adquieren responsabilidades pero son a corto plazo y conciernen a espacios de ocio –pago
Preocupación por las crisis de pareja: se considera a la relación de pareja como un vínculo
certezas relacionadas con amor romántico y la propiedad del ser amado, en consecuencia
reacciones precríticas.
267
cual se refleja cuando las parejas mujeres comparten los gastos que conlleva el pasar tiempo
deudas o negocios.
sistemática en la mayoría de los casos estudiados. Durante la convivencia emergió la crisis de pareja
y por lo general los hombres la relacionaron con las situaciones de violencia, poder de dominio y
control hacia los seres queridos. Por lo tanto, evadir la convivencia en el vínculo refleja las nuevas
configuraciones de este modelo en donde los hombres temen repetir los mismos patrones de
“Ahora que tengo pareja es mejor que cada uno esté en su casa (…) no quiero volver a
convivir porqué ahí fue cuando se echa todo a perder (…) mejor de novios y cada quien
en su casa (…)”
hegemónica cambia de forma sustancial por lo que constituye una posible salida y construcción de
una nueva cotidianidad basada en modelos emergentes de masculinidades alternativas. Por ejemplo,
tras la pérdida de pareja muchos de los hombres entrevistados empezaron a hacerse cargo de las
labores domésticas en sus nuevos domicilios, del régimen de visitas a los hijos/as y de otras
actividades que comúnmente se asociaban al quehacer femenino, asimismo, dentro del cortejo y la
búsqueda de pareja, muchos abandonaron el rol de proveedor y compartieron los gastos en común.
268
Por último, la pérdida de pareja implicó una crisis en la convivencia entre los géneros, lo
cual posibilitó la creación de nuevos modelos de interacción, sin embargo es ilusorio plantear que
nuevas manifestaciones de territorialidad, poder de dominio y control en los hombres que se han
culpabilización de la mujer así como la exigencia del control de gastos y detalles en los que se usa
la pensión alimenticia.
experiencia de crisis que conlleva. La pérdida crea una herida en el narcisismo masculino, el cual
es socializado mediante los mandatos de la masculinidad hegemónica, por lo que elementos como la
omnipotencia y la territorialidad también entran en crisis y en duda por los mismos hombres.
roles de género los cuales fueron asociados por los hombres con la llegada de conquistas de varios
derechos de las mujeres y políticas destinadas a la equidad de género. Durante este proceso los
cambios son diversos y pueden ir en diferentes direcciones, sin embargo el elemento común es el
retorno a una nueva cotidianidad lo cual implica transformación en las interacciones con las
personas cercanas, en especial, con los seres amados –parejas, amigos/as e hijos/as-.
269
entorno a la experiencia del vínculo, su pérdida y los roles masculinos, por lo que este fenómeno no
social del sujeto. En los capítulos anteriores se describió como los procesos de duelo son
construidos a través de la interacción con otros seres humanos por lo que las dinámicas subjetivas
hombres y la búsqueda de ayuda para sobrellevar lo perdido. Los participantes comentaron que en
el pasado las experiencias de duelo por pérdida del vínculo de pareja eran poco frecuentes y por lo
pérdida de pareja y separación han aumentado en la última década (Oviedo, 2011) por lo que parte
de este proceso se refleja dentro de los grupos de hombres del Instituto Wëm, los cuales actuaron
posibilitó la ruptura con dinámicas tradicionales relacionadas con el malestar ya que facilitó la
hombres tras la pérdida de una relación de pareja, así mismo fue un espacio para la deconstrucción
“(…) muchas cosas cambiaron cuando empecé a venir a Wëm (…) cuando hablé enfrente
de los demás y luego escuché me di cuenta que no estaba solo (…) que no soy el único que
tiene este tipo de problemas (…) entonces empecé a relajarme y a seguir viniendo (…)
todo eso me ha ayudado porque el centro de atención soy yo y lo que siento en este
momento. (…) ahora tengo amigos (…) este proceso aquí en Wëm me ha ayudado a
sentir más, ser menos machista y a entender mejor a las personas (…)”
Wëm en relación a otros grupos de pares tradicionales descritos por los entrevistados.
hegemónica tradicional.
Grupos de pares dentro del Instituto Wëm: las prácticas de violencia en la interacción
física. Se validaba el espacio para poder hablar sobre diversos problemas, en especial, sobre
Asumir el proceso de duelo desde la grupalidad fue una segunda escena de la socialización
de género ya que la dinámica se articuló desde otros puntos de interacción masculina, por
promovieron otros elementos como la solidaridad y la fraternidad entre pares. Los hombres
comentan que al ser escuchados, verbalizar el malestar y no ser penalizados por esto transformó los
recursos utilizados para sobrellevar el duelo; al parecer la identificación con otros hombres en
expresión.
W. Worden (2002) plantea que el duelo contiene mediadores los cuales son factores tanto
de apoyo- que facilitan o dificultan la experiencia y elaboración del duelo. De igual forma la
interacción del grupo de pares y la construcción de las masculinidades subyacentes son elementos
que se articularon como mediadores en los procesos de duelo de los hombres ya que posibilitaron
nuevas estrategias para la resolución de la crisis y de los problemas emergentes, por ejemplo, los
sus prioridades, en particular, aquellas relacionadas con el ejercicio de la paternidad con régimen de
visitas, la interacción con la expareja para la firma del divorcio o la división de los bienes
gananciales.
grupos de pares en donde se practican los principios de hermandad, afecto o cordialidad entre
“hermandad” implica concebir a los pares como seres similares que comparten un mismo origen y
por ende una vivencia subjetiva cercana, por lo que esto se refleja en la concientización de la propia
de los unos con los otros. En síntesis la Fraternidad hace referencia a cuido esencial (Boff, 2002)
que ejercen los hombres entre pares al conocer sus propias condiciones de género y el malestar
compartido.
“(…) un compa del grupo me dio posada en la casa por unos días (…) me decía –mae,
usted va salir de esta- (…) eso me ayudó mucho, ver como lo recibían cuando uno se
llegaba al grupo.”
Anteriormente los hombres fueron socializados bajo el principio de destrucción (Boff &
Muraro, 2004), el cual consiste en hacer daño y dominar en las relaciones con las personas y el
medio ambiente. Al parecer el espacio grupal ayudó a reconfigurar las formas de interacción con los
personas y el entorno de los participantes por lo que fue un intento de integración con el principio
opuesto, tradicionalmente asociado con lo femenino, que es el cuido y la preservación (Boff &
por lo que es un reflejo de la crisis de la convivencia y los diferentes roles de género en la sociedad.
De forma conjunta este proceso psíquico incluye transformaciones en los roles de interacción y la
malestar y prácticas de cuido hacia otras personas. El duelo se interpreta como un momento y una
invitación para construir nuevos significados entorno al ser hombre en donde se trascienda la
Conclusiones
La violencia infantil refleja una ideología de dominación propia del patriarcado, en donde el
maltrato no va dirigido únicamente al género femenino. En la totalidad de los casos, los hombres
fueron víctimas de violencia con una finalidad muy clara, la cual es conformar la masculinidad
hegemónica y delimitar los patrones de interacción entre géneros. Acorde a esto, la violencia es
La violencia debe de ejercerse: igualmente es una pauta para obtener respeto y valía dentro
La violencia debe de resistirse: se relaciona con los rituales de virilidad y el riesgo para
En cuanto a los roles de los cuidadores se concluye que no existen diferencias marcadas en
expresiones de afecto y cuido. La madre proporcionó cariño y afecto de forma esporádica mientras
que la figura paterna se caracterizó por la escasa emocionalidad y abandono de sus hijos/as. De tal
forma, la violencia es un elemento que aconteció frecuentemente en la vinculación primaria con las
figuras de cuido, por lo que ante cualquier incumplimiento de las demandas parentales se castigó
277
con el intento de limitar, humillar y denigrar al infante. En consecuencia las necesidades afectivas y
simbolizaron como fuente de afecto y cuido. El sometimiento a la voluntad de las figuras de los
vínculo – delimitaron las representaciones del Sí –mismo y el aislamiento del infante. A mayor
violencia infantil vivida se observó que más pobre es la construcción narcisista cuando adulto y más
agravantes eran las consecuencias producto de la represión del trauma –menor capacidad empática,
Por último, se denota como lo subjetivo es construido socialmente, de ahí que las primeras
del patriarcado los cuales denotan un uso excesivo de violencia como recurso socializador de los
futuros vínculos.
Las primeras experiencias de pareja en la edad adolecente y adulta delimitaron nuevos modelos
“fantasía de fuga y de omnipotencia” en donde los hombres esperaron adquirir más libertades y
experimentar más cariño y cuido que el brindado por los padres en la infancia -el vínculo se
forma, la convivencia inicial en pareja fue significada como un “rescate” de las condiciones
adversas que rodeaban al ser amado –embarazo no planeado, problemas económicos y violencia
intrafamiliar- por lo que se consideró como un acto de amor el sobrellevar la situación y se esperó
que esto fuera meritorio de afecto –dinámica adulta del Quid pro Quo-.
pareja en la edad adulta. El miedo a ser atrapado y violentado por la figura del cuidador emerge
como miedo a vincularse de forma permanente con una pareja por lo que se realizan conductas con
La mayoría de las reacciones precríticas configuraron una dinámica cíclica de ahí que se
Asimismo, la construcción de las reacciones precríticas se sustentó sobre una dimensión simbólica
en donde el lenguaje verbal escaseaba de ahí que dicho mensaje fue transmitido mediante el cuerpo
y diversas acciones que fueron interpretadas de forma heterogénea y ambigua en cada uno de los
casos.
Alejamiento y pérdida del interés: la pareja compartió cada vez menos espacios en
paralela se creó una fantasía paranoide en donde entró a escena un Tercero quien es otro
fusión.
Fuga del vínculo: consistió en entablar vínculos de pareja paralelos con otras mujeres con
por haber dañado al ser amado las cuales se concretizaron al acceder a las demandas
Por lo general los hombres no percibieron la crisis de pareja en sus momentos iniciales ya
que las diferentes reacciones precríticas como el aislamiento y la negación ayudaron a ocultar e
Por último, la reparación del vínculo de pareja no aconteció en ninguno de los casos ya que
muchos de los intentos no incluyeron la colaboración del ser amado o por lo menos alguna
silencio. Mucha de la energía psíquica fue desviada hacia conductas autodestructivas lo que trajo el
deterioro progresivo y prolongado de los hombres. Los fuertes montos de culpa y pensamiento
rumiativo en torno a la pérdida se asociaron a las escenas vividas de violencia infantil en donde el
maltrato hacia sí mismos se justificaba y se evaluaba como necesario para volver a ser amado.
El periodo de crisis trajo consigo grandes montos de ambivalencia hacia la pareja de ahí que en
caótico y oscilante.
Por otra parte, el malestar vivido por los hijos e hijas al ver que sus padres se separan fue
homologado al propio malestar vivido por los hombres durante la infancia y los episodios de
violencia infantil. Los intentos de reparación y cuido hacia los hijos e hijas fueron una elaboración
de los hombres ante la ruptura de la relación de pareja, esto se asoció a las secuelas de la violencia
infantil en donde a los hombres se les obligó a soportar el maltrato y a esperar que esto fuera
suficiente para evitar futuras agresiones y resolver los conflictos. Lo anterior aumentó la
vulnerabilidad y el malestar ya que no posibilitó la gestión de los recursos personales para disminuir
el daño.
Por último, es importante denotar que la pasibilidad y el deterioro gestados dentro de este
proceso responden de forma directa a las dinámicas de propias de los vínculos primarios y de la
violencia infantil debido a que estos hombres fueron socializados para resistir la violencia bajo
cualquier circunstancia. Es así, como las crisis no son gestionadas ni prevenidas ya que la
281
defensas, fantasías y ansiedades las cuales contienen opuestos que ubican al proceso en un espectro
con dos polaridades. Cada una de estas polaridades implica una posición ante el malestar, la
evitar el malestar pero al mismo tiempo aumentan el deterioro físico y psicológico del
El proceso de elaboración del duelo fue la síntesis del movimiento dialéctico del encuentro
de las dos polaridades. Implicó la integración del contenido en las presentaciones del Sí – mismo y
el Objeto por lo que conllevó a la reorganización del estado de crisis en que se encontraba el sujeto.
Igualmente, el duelo es un proceso dual que requirió asumir la pulsión de muerte y de vida de forma
vida después de la pérdida de pareja y sobrepasar las fantasías y esperanzas de reparación y retorno
pérdida ya que pasó por dos momentos en donde el primero –“aceptación parcial/racionalizada”-
abreacción y a mayor contacto emocional. La llegada del Tercero –nueva pareja de la expareja-
facilitó la aceptación emotiva de la pérdida al mismo tiempo que aumentó el malestar y la crisis. Se
consideró al Tercero como un catalizador del proceso de duelo debido a que tras su llegada se
Otros elementos importantes fueron las experiencias de violencia infantil ya que trajeron
violencia obstaculizó la expresión del malestar en los duelos posteriores y aumentó el uso de
Por último, no es posible delimitar una finalización del proceso de duelo de pareja debido a que
suele ser elaborado durante toda la vida en especial con la presencia de nuevas experiencias de
pérdida de pareja. Sin embargo hay criterios que pueden señalar la finalización de la crisis
Sobre las masculinidades, su socialización y el duelo por pérdida del vínculo de pareja
ejercicio de la violencia tanto a lo interno de la familia de origen como a lo externo con los grupos
de pares. La dinámica resultante obligaba a los hombres a resistir, ejercer y guardar silencio ante la
través de discursos hegemónicos de poder de dominio en donde el vincularse se asoció con el acto
Se observaron dos modelos/paradigmas de vinculación los cuales son esquemas que orientaron
Modelo evasivo: se caracteriza por evitar el compromiso de la convivencia con las parejas,
asimismo busca el contacto erótico/coital y establecer vínculos múltiples y paralelos con las
cuestionaron debido a que no fueron suficientes para sobrellevar y organizar la convivencia con sus
parejas. Lo anterior fue asociado, por los hombres, a cambios en los roles de género de las mujeres,
los cuales se caracterizaron por mayor acceso al trabajo remunerado, oportunidades de estudio
284
masculinidad de los hombres de ahí que ejercieron varas manifestaciones de violencia –hacia sí
mismo, a los seres queridos y a terceras personas- como una estrategia para poder reparar dicha
El duelo y la pérdida se asocian al contacto con el cuerpo de las mujeres ya que la interacción
con el mismo es considerada un marcador de vinculación para los hombres. Como resultado se
tiende categorizar a las mujeres y la interacción con su cuerpo –mujeres para casarse, para
frecuentar esporádicamente, para comprar sexo y para acosar en espacios públicos-. La llegada de
un Tercero –hombre con quien la expareja inició una nueva relación- se asoció al cuestionamiento
la dimensión del cuerpo de la mujer, su uso y goce por parte de otro hombre, por consiguiente se
Lo anterior sugiere una especie de retrato filogenético en la especie, en especial en los hombres
muerte, es decir, el perder una relación de pareja y ver ocupado su lugar implica la derrota la cual
debe de ser actuada mediante comportamientos autodestructivos que lleven al deterioro y al riesgo.
Por otra parte, durante el periodo de elaboración del duelo hay claras evidencias de la migración
los hijos/as y labores domésticas, no obstante también surgieron micromachismos (Bonino, 1991)
que son nuevas formas de ejercer el poder y control hacia las mujeres.
Por último, los cambios producidos en los procesos de duelo y crisis de pareja posibilitaron que
los hombres pidieran ayuda y buscaran sobrellevar el proceso mediante los grupos de pares en
Instituto Wëm. Lo anterior promovió la fraternidad y solidaridad entre ellos lo cual llevó al cuido y
protección entre iguales al conocer su propia condición de género y malestar compartido. El grupo
de pares fue un escenario de socialización que actuó como mediador del duelo ya que modeló
Recomendaciones
cada hogar, de ahí que la detección oportuna de situaciones abusivas es imperante para poder
se involucre a varios grupos regionales más allá de las tradicionales instituciones gubernamentales,
dentro de este proceso ya que esto aumentaría la participación de la sociedad civil en general y
infantil en donde se utilice medios masivos de comunicación como la radio, la televisión y la prensa
escrita. Se recomienda abordar temas relacionados principalmente con las secuelas de la violencia
para las personas menores de edad así como las creencias y mitos asociados al castigo físico como
una forma de educación y socialización. Además dichas campañas podrían incluir temas
pedagógicos como las alternativas al castigo físico, las formas de denunciar los abusos, los tipos de
Dado que el rol desempeñado por los padres fue descrito, por los entrevistados, como
“abandónico y altamente violento” se debe de priorizar el trabajo con los hombres y el tema de
paternidad en los diferentes escenarios educativos, laborales y de salud como la escuelas, colegios,
287
donde los hombres se involucren en la crianza de sus hijos e hijas y al mismo puedan aprender
Otro escenario a trabajar reside en los grupos de pares en la infancia, los cuales también
hegemónica. Comúnmente suele denominarse como acoso escolar, riñas o choteo y el escenario
más común es dentro de los centros educativos. De tal forma, se recomienda trabajar este tema
desde un enfoque de masculinidad y prevención de la violencia pero orientado al trato con los
semejantes dentro de las escuelas y colegios, de ahí que es importante crear espacios para la
las diversas intervenciones con los padres, sus hijos y grupos de pares una vez detectada la
violencia infantil. En todos los casos es necesario crear espacios de reflexión en torno a las propias
Pedagogía Negra (Miller, 1984)-. Lo cual implica el análisis colectivo de las causas del
hombres.
periodo de crisis, pérdida y duelo de relación de pareja, de ahí que muchos de ellos experimentaron
salud a nivel integral ya que existen índices que sugieren una brecha a partir del género en Costa
Rica (Ávila et al, 2010). Es necesario implementar un plan de acción en el sistema de salud a nivel
comunitario en donde se promueva la salud mental y el autocuidado ya que los procesos de pérdida
y separación son cada vez más comunes en todas las zonas del país (Oviedo, 2011) y por lo general
son sobrellevados por los hombres desde la soledad y el aislamiento. En cuanto a la detección de
esta problemática se puede utilizar varios entes gubernamentales como el Patronato Nacional de la
Infancia y los juzgados de violencia doméstica para captar la población general de hombres que
viven una crisis, de modo que se les posibilite recursos y espacios para promover la salud
comunitarios en donde los diversos actores puedan gestionar recursos y proveer de atención a los
De modo que la población en general pueda visibilizar el tema de la crisis como materia de salud
pública y al mismo tiempo se pueda generar procesos educativos que motiven a más hombres a
Por otra parte, es importante apoyar las iniciativas de organizaciones como el Instituto Wëm
trabajo comunitario. Por lo tanto, se recomienda fortalecer a esta institución y difundir su propuesta
en los entes gubernamentales y demás instituciones que atienden hombres en crisis y duelo con el
objetivo de concientizar a los funcionarios/as, brindar un mejor servicio y movilizar recursos para
Por último, durante el análisis del proceso de duelo sobresalió la dinámica de la negación
del malestar y los comportamientos autodestructivos en los hombres de modo que se recomienda los
siguientes puntos para el trabajo de esta temática en espacios para la atención del duelo y la crisis:
Permitir espacios para la reflexión y la expresión del propio malestar y las emociones
Delimitar las diversas formas de violencia que se consideran “comunes o normales” dentro
Fortalecer el trabajo entre pares ya que esto recrea espacios de socialización de género que
hombres y su relación con los procesos de socialización masculina pero extrapolándolos en otras
demás situaciones de pérdida. Asimismo, se podría ampliar la población de estudio a lugares fuera
del área metropolitana y a grupos de edades diferentes como niños, adolescentes y adultos
mayores.
De igual forma, surge la interrogante sobre cómo serían estos procesos de duelo y
separación de pareja, en los hombres, si no hubieran asistido a los grupos de crecimiento personal
del Instituto Wëm. Por lo tanto, se recomienda realizar estudios con población y circunstancias
similares pero variando la condición de asistencia a los grupos para poder establecer luego
similitudes y diferencias en tanto al procesos sobrellevados con otros recursos más allá de los
doméstica desde la perspectiva subjetiva de los hombres ya que estos casos suelen asociarse con
periodos de crisis y separación en la pareja. También estudiar las secuelas de estos procesos en los
seres cercanos como los hijo/as puede ayudar a ampliar el entendimiento de las dimensiones de las
diversas aristas como la construcción de nuevas masculinidades, periodos de separación con los
hijos/as y las experiencias subjetivas en relación a la figura del padre agresor. El estudio de estos
Por último, a nivel metodológico se recomienda utilizar estudios longitudinales ya que son
escasas estas aproximaciones metodológicas y a su vez podrían ayudar a delimitar mejor la relación
causal existente entre los procesos de duelo de la edad adulta y las secuelas de la violencia infantil
experimentada en la infancia. También se sugiere incluir a las parejas mujeres o a sus hijo/as dentro
de la unidad de análisis ya que pueden aportar datos para la reconstrucción de las dinámicas de
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Editorial Paidós.
Anexos
Pareja y Sexualidad -Wëm- es una organización que se ha dedicado por más de once años al trabajo
con hombres en temas relacionados con la masculinidad, pareja y sexualidad. La palabra “Wëm” se
Se funda en el año 1999 como parte del interés académico relacionado con la condición de
género de los hombres en Costa Rica y su vínculo con temáticas como la violencia doméstica, la
experiencias de trabajo con hombres acontecen con la creación de la Línea de Apoyo para Hombres
–ApH-, la cual tiene la función de brindar apoyo, asesoría y contención emocional a hombres que se
Tras la consolidación de la línea, Wëm empieza a impartir talleres destinados a los hombres
que llamaban en busca de ayuda, se empiezan a trabajar temas relacionados con el manejo del
Posteriormente, en el año 2003 se crean grupos de hombres destinados a la reflexión y apoyo mutuo
prevención de la violencia, la creación de una cultura de paz, paternidad y salud masculina. La línea
ApH atiende en promedio 20 llamadas diarias, además se cuenta con nueve grupos de crecimiento
para vivir la masculinidad en hombres en Costa Rica ante situaciones como la violencia doméstica,
cierre:______________
Número de Participantes:____________
Facilitador:_____________________________________________________
Observador:____________________________________________________
¿Cómo nos dice la sociedad que tiene que darse una relación de pareja entre un hombre y una mujer
adultos?
cierre:______________
Número de Participantes:____________
Facilitador:_____________________________________________________
Observador:____________________________________________________
¿Cuáles son los problemas más frecuentes que viven los hombres en sus relaciones de pareja?
¿Cómo hacen los hombres para volver a relacionarse con otras mujeres después de la pérdida?
314
cierre:______________
entrevista:_____
Entrevistadores:___________________________________________________________________
Contexto familiar
Experiencias de afecto
¿Había otras personas aparte de mis padres de las cuales recibía afecto? ¿De quiénes y cómo?
¿Qué tan seguro me sentía con mis padres y las personas que me cuidaban?
¿Cuáles eran las razones por las cuales creía que me rechazaban o abandonaban?
Adolescencia
¿Tuve novias, amigas con derecho, alguna mujer que me interesaba en esa edad, cómo era esa
¿Tuve alguna decepción amorosa, rompimiento, frustración en relación a las relaciones amorosas en
la adolescencia?
…cómo fueron?
¿Podría describir las relaciones de pareja más importantes que ha tenido durante su vida?
● Tipo de vínculo (matrimonio, noviazgo, amistad con derecho, amor platónico u otros)
● Tiempo de duración.
cierre:______________
entrevista:_____
Entrevistadores:___________________________________________________________________
¿Cuándo fue que usted notó que había cambios en la forma en que se relacionaban usted y su
pareja?
¿En algún momento su pareja le hizo reclamos o le manifestó algún malestar referente a su relación
de pareja?
¿Cuándo se dio cuenta que había un problema con su relación de pareja? ¿Cómo fue que se dio
¿Desde cuándo cree que había problemas en su relación de pareja? ¿Qué tipos de problemas había?
¿En esos momentos en que habían cambios, como se sentía usted? ¿Qué pensaba? ¿Qué hacía?
Pérdida y duelo
319
¿Quién terminó la relación, en qué términos se dio la ruptura, cuánto tiempo duró el proceso de
ruptura?
…usted mismo?
…su expareja?
…sus hijos(as)?
¿Qué ha hecho para sobrellevar estas emociones? (depende de las emociones que han dicho).
¿Cómo cree usted que ha influido la separación de su pareja, inmediatamente después del
rompimiento, en…
Masculinidad, vínculo y duelo: Experiencia subjetiva ante la pérdida por separación de sus
parejas mujeres, en hombres que asisten a grupos de crecimiento personal en el Instituto WEM.
A. PROPÓSITO DEL PROYECTO: Esta investigación es realizada por Esteban Navarro Díaz,
estudiante de Licenciatura en Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR). Por medio de este
estudio, se pretende obtener información acerca de la manera en que los hombres viven el
rompimiento de pareja y como les afecta en su vida. Para ello, es de suma importancia obtener
información respecto a algunos aspectos de su historia como la relación con sus padres y las parejas
que haya tenido, así como la forma en que se dio la última separación y cómo les ha afectado.
B. ¿QUÉ SE HARÁ?: Para cumplir con los objetivos de la investigación, ésta se divide en dos
partes:
A. Se hará dos reuniones grupales con 12 hombres, con una duración de 2 horas y en las cuales
se hablará acerca de la manera en que los hombres nos hacemos pareja de las mujeres y cómo
una manera más profunda su experiencia de rompimiento de pareja, la historia de la relación con su
padre y madre y la historia de sus diferentes relaciones de pareja. Dicha entrevista tendrá una
Tanto las reuniones grupales como las entrevistas, serán grabadas con el propósito de registrar de
manera exacta y veraz la información facilitada por los participantes. Apenas se utilice la
información obtenida a través de las grabaciones de audio, las notas y entrevistas, se procederá a
eliminarlas.
Para esta ocasión se le solicita su participación en la parte A de la investigación, esto es, en las dos
reuniones grupales que serán llevadas a cabo. Se solicita su participación dado que su experiencia
como hombre que ha pasado por una separación de pareja es muy valiosa y puede aportarle mucho
a la investigación.
Tome en cuenta que en caso que usted así lo decida, podrá retirarse en cualquier momento de la
investigación.
C. RIESGOS:
1. La colaboración en este estudio no implica riesgos directos para usted, no obstante, cabe la
posibilidad de que al hablar de situaciones que han podido resultar dolorosas, usted reviva los
sentimientos que tuvo en ese momento y sienta la necesidad de una intervención de apoyo más allá
profesional en psicología para que de manera gratuita le brinde el espacio de contención psicológica
ningún beneficio directo, más allá del de aclarar algunos elementos para comprender aún mejor su
experiencia de vida y de pareja. Asimismo, colaborará para que otros hombres se puedan beneficiar
E. Antes de dar su autorización para este estudio, usted debe haber hablado con Esteban
Navarro y deben haberle contestado satisfactoriamente todas sus preguntas. Si quisiera más
información más adelante, puede obtenerla llamando a Esteban Navarro al número de teléfono
8879-4739, de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 4:00 p.m. Para cualquier consulta adicional puede
F. Usted recibirá una copia de esta fórmula firmada para su uso personal.
discontinuar su participación en cualquier momento, sin que esta decisión afecte la calidad de la
publicación científica o ser divulgados en una reunión científica pero de manera anónima.
CONSENTIMIENTO
brindado la oportunidad de hacer preguntas y éstas han sido contestadas en forma adecuada. Por lo
tanto, accedo a participar como sujeto de investigación en las reuniones grupales que forman parte
de este estudio
______________________________________________________________________
fecha
________________________________________________________________________
______________________________________________________________________
_________________________
NUEVA VERSIÓN FCI – APROBADO EN SESION DEL COMITÉ ÉTICO CIENTÍFICO (CEC)
CELM-Form.Consent-Inform 06-08
327
Masculinidad, vínculo y duelo: Experiencia subjetiva ante la pérdida por separación de sus
parejas mujeres, en hombres que asisten a grupos de crecimiento personal en el Instituto WEM.
A. PROPÓSITO DEL PROYECTO: Esta investigación es realizada por Esteban Navarro Díaz,
estudiante de Licenciatura en Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR). Por medio de este
estudio, se pretende obtener información acerca de la manera en que los hombres viven el
rompimiento de pareja y como les afecta en su vida. Para ello, es de suma importancia obtener
información respecto a algunos aspectos de su historia como la relación con sus padres y las parejas
que haya tenido, así como la forma en que se dio la última separación y cómo les ha afectado.
B. ¿QUÉ SE HARÁ?: Para cumplir con los objetivos de la investigación, ésta se divide en dos
partes:
A. Se harán dos reuniones grupales con 12 hombres, con una duración de 2 horas y en las
cuales se hablará acerca de la manera en que los hombres nos hacemos pareja de las mujeres y
una manera más profunda su experiencia de rompimiento de pareja, la historia de la relación con su
padre y madre y la historia de sus diferentes relaciones de pareja. Dicha entrevista tendrá una
Tanto las reuniones grupales como las entrevistas, serán grabadas con el propósito de registrar de
manera exacta y veraz la información facilitada por los participantes. Apenas se utilice la
información obtenida a través de las grabaciones de audio, las notas y entrevistas, se procederá a
eliminarlas.
Como recordará, usted participó en dos reuniones grupales que consistían en la parte A de la
investigación. Para esta ocasión se le solicita su participación en la parte B de la misma, esto es, en
las dos entrevistas individuales que serán llevadas a cabo. Se solicita su participación en este
segundo momento, dado que su apertura para hablar de sus experiencias y la facilidad con que lo
hizo durante las reuniones anteriores pueden aportar en gran medida a profundizar los temas
Tome en cuenta que en caso que usted así lo decida, podrá retirarse en cualquier momento de la
investigación.
C. RIESGOS:
1. La colaboración en este estudio no implica riesgos directos para usted, no obstante, cabe la
posibilidad de que al hablar de situaciones que han podido resultar dolorosas, usted reviva los
sentimientos que tuvo en ese momento y sienta la necesidad de una intervención de apoyo más allá
profesional en psicología para que de manera gratuita le brinde el espacio de contención psicológica
ningún beneficio directo, más allá del de aclarar algunos elementos para comprender más mejor su
experiencia de vida y de pareja. Asimismo, colaborará para que otros hombres se puedan beneficiar
E. Antes de dar su autorización para este estudio, usted debe haber hablado con Esteban
Navarro y deben haberle contestado satisfactoriamente todas sus preguntas. Si quisiera más
información más adelante, puede obtenerla llamando a Esteban Navarro al número de teléfono
8879-4739, de lunes a viernes de 8:00 a.m. a 4:00 p.m. Para cualquier consulta adicional puede
F. Usted recibirá una copia de esta fórmula firmada para su uso personal.
discontinuar su participación en cualquier momento, sin que esta decisión afecte la calidad de la
publicación científica o ser divulgados en una reunión científica pero de manera anónima.
CONSENTIMIENTO
brindado la oportunidad de hacer preguntas y éstas han sido contestadas en forma adecuada. Por lo
tanto, accedo a participar como sujeto de investigación en las reuniones grupales que forman parte
de este estudio
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fecha
332
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______________________________________________________________________
________________________
NUEVA VERSIÓN FCI – APROBADO EN SESION DEL COMITÉ ÉTICO CIENTÍFICO (CEC)
CELM-Form.Consent-Inform 06-08