La Arqueologia Del Ser PDF
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La Arqueologia Del Ser PDF
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José Antonio Arribas. Epitafio. Óleo s/ temple, 99’5 x 122 cm., 1981.
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En la armonía de su desorden
Pablo Garcinuño
Conocer a una persona a través de los ojos de otro, igual que ocurre con algunos
parientes lejanos, no deja de ser un proceso de creación artística en sí mismo. Se
requiere oficio y paciencia para reconstruir el devenir de una vida, los atributos de un
ser al que tenemos que dar forma atendiendo al trazo de un pincel interpuesto. Pero
sobre todo se necesita confianza, tanto en el mensajero como, más importante aún, en
nosotros mismos. ¿Seremos capaces de conformar no al que fue, sino al personaje
que ahora es tras pasar por la mirada de un tercero?
En el caso que nos ocupa hablamos más de “redescubrir” que de “conocer”. Por méritos
propios, José Antonio Arribas (1943-2013) consiguió hacerse un hueco en el panorama
artístico, pero su desbordante capacidad creativa hace que sea difícil abarcar toda su
trayectoria en conjunto. Primero, por la naturaleza multidisciplinar de su obra (pintura y
escultura, claro, pero también dirección teatral y danza, poesía, crítica literaria,
restauración de obras de arte, etc.) y, segundo, por el número y la importancia de los
proyectos en los que se embarcó (desde la Bienal Internacional de Pintura ‘Ciudad de
Arévalo’, hasta la Asociación Cultural ‘El Terral’, por poner solo un par de ejemplos).
Con origen familiar en Palacios de Goda y afincado en Arévalo desde finales de los
setenta, Arribas fue un humanista que se empeñó en romper moldes y mover
conciencias durante toda su vida, hasta el final. En la última serie en la que trabajó,
cargada de una ácida crítica social y política, optó por el collage, una técnica a la que
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no había recurrido nunca. Es fácil imaginárselo lleno de inquietudes, impulsado por un
espíritu algo infantil que le empujó, de forma ininterrumpida, a explorar otras
realidades, a escapar de etiquetas.
Pero el proyecto ‘La arqueología del ser’ (en referencia a ‘La arqueología del saber’,
del filósofo francés Michel Foucault) va más allá de ordenar y clasificar. Se trata de
entender el archivo como algo vivo, como fuente creativa. Dar un paso más allá a la
hora de adecuar los espacios de trabajo de José Antonio Arribas (dos estudios
ubicados en Arévalo) para reelaborar todo tipo de objetos.
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replantearnos conceptos como memoria o autoría. Porque solo así, cuestionando lo
que creemos conocer, se pueden abrir nuevos caminos.
Juan Gil Segovia y Clara Isabel Arribas Cerezo1: Experimento fallido. Técnica mixta, 18 x 23 x 11 cm., 2017.
Fruto de esta iniciativa, que consiguió una de las becas de creación artística
contemporánea que convocó la Fundación Villalar Castilla y León en 2017 (primera
edición), también se han producido sorprendentes hallazgos. Salen a la luz ahora
numerosos dibujos que José Antonio Arribas creó en la década de los setenta (al principio
de su carrera) y que resultan muy valiosos para entender su trayectoria posterior.
José Antonio Arribas: Tres dibujos sin título. Grafito s/ papel Caballo, 19 x 14 cm. c/u, 1976-77.
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En adelante JGS y CIAC.
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Algunos años después, a finales de los ochenta, Arribas desarrolló un conjunto de
pinturas que se agrupan bajo el epígrafe de ‘Desastres iconográficos’. En ellas
aparecen figuras que simulan ser imágenes antiguas estropeadas por la mano del
hombre. Según el propio autor, es una forma de denunciar “el abandono, incuria y
malos tratos que se pueden apreciar en nuestro arte románico”.
Es el tipo de heridas que la negligencia, más que el tiempo, provoca en las cosas que
merecen la pena, como la obra de este artista inclasificable. Juan Gil Segovia y Clara
Isabel Arribas Cerezo han trabajado durante doce meses (y seguirán trabajando
mucho tiempo más, estoy seguro) para, como ya señaló Foucault, sacar a la luz los
márgenes de la historia reciente, esas zonas oscuras que son el contrapunto a los
grandes relatos históricos. Y el resto observamos lo que se nos descubre, lo que antes
estaba en penumbra y ahora brilla al verlo reflejado en los ojos del otro. Y nos
preguntamos si seremos capaces (ahora nos toca a nosotros) de dar forma, una forma
justa, al bello desorden que se nos regala.
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Pre-texto.
1
http://joseantonioarribas.weebly.com/
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es un primer archivo disponible on-line, el cual continúa existiendo
y es actualizado periódicamente. En aquel momento ambos tuvimos
claro que era necesario hacer algo más, se mostraba ante nosotros un
vasto y atractivo campo de estudio, pero también era necesario dejar
pasar el tiempo, tomar cierta distancia y poder superar el duelo. Si
bien en octubre de ese mismo año colaboramos en el homenaje que se
le realizó en Palacios de Goda (su pueblo materno), una iniciativa
que surgió de Francisco Martín Mínguez, Alcalde de la localidad, en
el que se dio su nombre al parque del municipio y se colocó un
recordatorio de su persona con azulejos en su casa materna.
Documento: Placa del Parque José Antonio Arribas en Palacios de Goda (Ávila).
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(Portugal), entre otras muchas. También ese mismo año tuvo lugar el
enterramiento de su taburete de pintor en el Museo-Mausoleo del Arte
de Morille.
Documento: Tumba del taburete de Arribas en el Museo-Mausoleo del Arte de Morille (Salamanca).
En 2017, ya con una cierta perspectiva, aunque con los dos estudios
que José Antonio Arribas poseía en el momento de su fallecimiento
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prácticamente intactos, hemos abordado la tarea de analizar, ordenar y
archivar los objetos y documentos de José Antonio Arribas, desbrozar
todo ese material intentando encontrar un sentido, tratando de
recuperar la memoria de un autor y reivindicando su figura. Nuestra
intención era -es- enfrentarnos a esta labor de manera creativa,
entendiendo el archivo como algo vivo, capaz de generar nuevas
propuestas, siendo conscientes de que somos dos artistas trabajando
con el legado de un tercer creador.
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la labor cultural desarrollada por Arribas y su influencia en la
nuestra, trazando conexiones con figuras como el poeta Celso Emilio
Ferreiro o el arquitecto Luis Cervera Vera, entre otros, además de con
la propia Universidad Complutense.
de bitácora digital.
2
http://laarqueologiadelser.blogspot.com.es/
13
- Una maqueta, única, original en soporte papel que pasa a formar
parte del archivo del proyecto.
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José Antonio Arribas. Su huella en Arévalo.
(…)
(Esta cita fue también introductoria para el trabajo que en año 1999 realicé para una de las asignaturas
del 4º curso de mi carrera universitaria. Fue un trabajo sobre su obra, gracias al que pude conocer de
primera mano al artista y la persona. Desde entonces además de admiración nos unió una estrecha
amistad).
Dicen que la historia de los pueblos es como una cadena en la que los hechos y
las personas que los llevan a cabo se suceden conectándose unos con otros, pero en la
que cada uno de esos eslabones es imprescindible para mantener la cadena unida. No
me cabe la menor duda de que José Antonio Arribas es uno de los eslabones
imprescindibles de la Historia reciente de Arévalo pues no puedo concebir el último
tercio del siglo XX y primeros años del siglo XXI sin su figura presente en todo lo
relativo al arte, la cultura y el patrimonio de Arévalo.
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un año después de su muerte organizó el Excmo. Ayuntamiento de Arévalo, como
homenaje al artista, donde se reunieron gran parte de esas piezas que hoy están en
colecciones particulares y otras que se encuentran en diferentes instituciones. Aún
así, es quizá Arévalo el lugar que mejor puede presumir de haber visto desarrollar
el carácter polifacético y de Artista en todos los sentidos, que José Antonio Arribas
encarnaba a la perfección. Escribo Artista con mayúscula pues considero que lo era,
y es que a mí siempre me ha gustado decir de él que encarnaba el ideal que en
otros tiempos se tuvo de artista humanista, es decir, aquel que domina varias
disciplinas de manera suficiente que puede ser calificado como experto en todas
ellas. Quizá el haber recibido formación en su juventud con los más destacados
maestros de esas disciplinas (restauración pictórica con Francisco Núñez de Celis,
dirección escénica con Adolfo Marsillach o crítica de Arte con Carlos Areán), unido
a sus capacidades innatas, dieron lugar a la mezcla perfecta, con resultados
evidentes.
Documento: Vista de la exposición “Arribas: 45 años de arte”. Iglesia de San Martín, Arévalo (Ávila), 2014.
No solamente se limitó a realizar en Arévalo gran parte de sus obras pictóricas, sino
que fue aquí donde desarrolló su faceta de director teatral, comisario de exposiciones,
jurado en certámenes artísticos, teatrales y literarios, siendo vecino de la localidad
gran parte de su vida, desde que en 1979 se trasladase desde Madrid para pasar aquí
el resto de sus días.
Su vinculación con Arévalo comienza desde su niñez cuando, como él decía, venía casi
a diario desde Palacios de Goda, donde pasó su infancia y donde descansan sus restos
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hoy. Venía al mercado, en bicicleta cada día al colegio y a todo lo que su pequeño
pueblo no podía ofrecerle, por ser Arévalo el centro de la comarca de la Moraña, al
norte de la provincia de Ávila, y cubrir las necesidades de numerosas localidades de la
zona, tal y como sigue siendo en la actualidad.
JGS y CIAC: Queso de Palacios. Técnica mixta. 15,5 x 14,5 cm., 2017.
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tuvieron ni el mismo éxito ni el alcance desde el punto de vista artístico que esas
seis primeras. Consiguió en estas bienales de pintura la asistencia de los artistas
más reconocidos del momento y logró acercar el arte del siglo XX a todo el
público, por lo que fueron consideradas un referente en el panorama cultural, no
solo regional sino nacional, con artistas que tenían ya en aquel momento una
amplia proyección internacional. Era difícil encontrar tantos y tan variados
artistas de primera fila en una ciudad tan pequeña en cualquier otro punto de
España. De haberse seguido organizando, podrían ser hoy envidiadas por
cualquier centro de arte de primera categoría. Manuel Viola, Antonio Saura, los
integrantes del grupo del que él mismo formaba parte (el grupo Trasgo), Angulo,
Betancourt, Pombo, Laxeiro, Luis Andrés Berrón, Emilio Prieto, Benjamín Palencia,
Totte Mannes, Luis Caruncho, Hsiao Chin, Waldo Balart, Elena Gago, David Arias,
Perellón, Antonio Suárez… y así podríamos dilatar esta lista envidiable, sin duda,
por cualquier museo de arte contemporáneo actual.
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Como director teatral destacaría su labor en
“Bodas de Sangre” de Federico García Lorca.
Logró una puesta en escena excepcional
contando con la dificultad de hacerlo con actores
aficionados a los que moldeó y llevó a su
terreno, el artístico, recreando sobre el
escenario un ambiente pictórico evidente con
referencias a uno de sus artistas predilectos,
Goya. El Duelo a garrotazos o la Gallina ciega son
ejemplos claros que aparecieron reproducidos
de manera plásticamente identificable en esa
obra. El cartel de “No hay entradas” en las dos
funciones que se representaron en el Cine Teatro
Castilla de la localidad y la crítica favorable de
público y medios corroboraron el éxito de dicha
Documento: Diseño del cartel de la
dramatización que es hoy todavía recordada por obra de teatro “Bodas de Sangre”
muchos por lo excepcional de su ejecución. realizado por Arribas.
Durante varias ediciones fue jurado y posteriormente miembro del comité de selección
en el Certamen de Teatro de Aficionados de Arévalo, donde su acertado criterio quedó
evidentemente probado dado el éxito de dicha convocatoria, y que tras su muerte no
ha vuelto a celebrarse como tal.
Documento: Carteles del Certamen de Teatro de Aficionados de Arévalo diseñados por Arribas.
En sus últimos años, además de realizar exposiciones propias, como la que dedicó al
Centenario de la publicación del Quijote, en 2005, comisarió varias citas colectivas.
Precisamente vinculado con ese gusto y pasión por la literatura que siempre tuvo,
realizó numerosas colaboraciones literarias en prensa, en catálogos de exposiciones,
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en jornadas y conferencias y en la revista cultural de la Asociación La Alhóndiga, La
Llanura, en la que tenía sección propia mes a mes. Dentro de su producción literaria,
además del libro Alcaraván y Asfalto, que realizó junto a su compañero de grupo,
Javier Serna Avendaño en el año 1978 en Madrid, por su vinculación con esta zona
destacaría el artículo que realizó para la publicación del libro Ávila durante la Guerra
de la Independencia de la Institución Gran Duque de Alba en el año 2010 donde en el
capítulo X bajo el título “Retazo histórico. La huella de la guerrilla en Arévalo y Palacios
de Goda” encontramos un artículo que recoge las más destacadas referencias
históricas que se conservan de ese periodo en nuestra zona. En el año 1990 colaboró
también en el libro “Palomares de Palencia” de Ángel Cuesta Calvo. Dentro de este
mismo campo, el literario, participó como jurado y colaborador en numerosos
certámenes convocados por el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio de Arévalo.
Su última muestra individual en Arévalo fue “El alma de la materia o el sueño de José
Antonio Arribas” en 2010. Utilizó para portada de su catálogo una imagen a la que
tenía mucho apego, él mismo dormido junto al ángel del paso procesional de la
Oración en el huerto que él mismo restauró. Una imagen que muestra lo que él sentía
cuando pintaba, el arte le embaucaba en un sueño que solamente era capaz de liberar
a través del uso y la plasmación de la materia, una materia que fue representando y
utilizando de diferentes maneras pero con gran maestría en toda su producción
artística con muchos y muy variados resultados.
Documento: Fotografía utilizada para la portada del catálogo “El alma de la materia o el sueño de José
Antonio Arribas”. Autor desconocido, s. f.
Dentro de las exposiciones colectivas destacaría “Panorama pictórico siglo XX- XXI
ayer, hoy… y mañana” en el año 2004, en la que volvió a retomar el espíritu de las
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bienales, consiguiendo aglutinar en Arévalo la obra de artistas que habían estado
vinculados a él durante su vida, como Viola o Díaz Caneja, los miembros de su grupo
Trasgo (Manuel Lacarta, Vicente Mateo, Javier Serna Avendaño, Vidal Jiménez y él
mismo) pero también de otros artistas nuevos, de los que él decía que aprendía
constantemente y que aportaban una nueva visión a su propia obra. Más de 30 artistas
reunidos en la iglesia de San Miguel, un marco que él consideraba incomparable por la
presencia del retablo del siglo XVI que le fascinaba. Fue una muestra excepcional que
hizo que Arévalo volviera a ser, una vez más de su mano, un referente para todos
aquellos que, de una manera u otra, se consideren vinculados al arte en el amplio
sentido de la palabra.
Tras ésta comisarió otras muestras que pudieron verse de nuevo en la Iglesia de San
Miguel, como “6 pintores uruguayos en Arévalo” en 2006, “6 pintoras actuales, 6
criterios estéticos” en 2007, inició un acuerdo de colaboración del Excmo.
Ayuntamiento de Arévalo con la Universidad Complutense de Madrid para llevar a
cabo la muestra “Retratos del Zoo” y continuó con su propia producción
reconduciéndola por otras vías que, como él decía, “estaba descubriendo,
aprendiendo y experimentando”. Eran una especie de collages en las que de nuevo el
artista introdujo la literatura dentro de su obra. Estas últimas producciones pudieron
verse en su exposición póstuma, organizada por la Asociación cultural La Alhóndiga y
el Excmo. Ayuntamiento de Arévalo gracias a la iniciativa y colaboración de sus hijos,
Clara Isabel y José Antonio y de su yerno, Juan Gil Segovia, bajo el título “Abstracto
1974-2013. José Antonio Arribas”, en la que se recogía gran parte de la producción
abstracta del artista a lo largo de su carrera incluyendo su serie “Pinturas Rojas” y
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muchos de los dibujos y apuntes más íntimos que no habían sido expuestos nunca
con anterioridad.
José Antonio Arribas: Os malvados, outra vez. Collage y pintura s/ cartón, 54’5 x 42 cm., 2012-13.
Paró ahí, o más bien, tuvo que parar ahí, porque su capacidad creadora hubiera
dado para mucho más, estoy segura. Dejó un hueco insalvable en la Plaza del
Arrabal, su plaza, esa plaza en la que algunos cuando vamos echamos de menos
22
esas gafas en su frente, ese cigarro liado y ese improperio matutino que…
constituían también el alma del Artista.
Documento: Fotografía de José Antonio Arribas en su estudio. Clara Isabel Arribas Cerezo, 1999.
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Tomando la cita que él mismo eligió para su presentación en el catálogo de la
exposición “Panorama pictórico siglo XX y XXI. Ayer, hoy… y mañana” concluyo este
breve repaso por lo que ha sido su aportación al panorama cultural arevalense,
enviándole, desde estas líneas, mi más sincero agradecimiento por haber compartido
tiempo y espacio conmigo. Hay veces en que no sabemos lo afortunados que somos de
vivir el momento que vivimos con las personas que a él pertenecen y en el lugar en el
que estamos, yo me considero inmensamente afortunada de haber compartido ciudad
y parte de mi tiempo con este Artista y Amigo.
Leonardo
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LOS DESASTRES ICONOGRÁFICOS DE ARRIBAS: LA MIRADA
POSMODERNA SOBRE EL ARTE TRADICIONAL
Fernando Romera
25
Nada descubriremos si teorizamos ahora sobre el icono. Un signo que más o menos
imita la realidad y que pretende significar algo no muy distinto de ella, debería
crear pocos conflictos intelectuales. Sin embargo, a poco que repasemos la historia
de la humanidad, estos iconos han servido a la humanidad de base para no pocos
conflictos y algunos que aún se generan. Porque, a pesar de su aparente sencillez,
el icono es un peligro semiótico. Lutero y los herederos de los pastores
protestantes sabían de los peligros de acercarse a la representación de la belleza
en demasía: la belleza y su representación, cosa de los católicos del sur, era un
peligro moral y teológico porque lo sensual, lo que procede de los sentidos de
manera esencial, es de origen pecaminoso. Claro que, por estos pagos, la belleza y
su representación ha tenido sus momentos. La belleza es un don, recordaba
Claudio Rodríguez, y como don se ha tenido siempre, pues bien se entendió en esta
Castilla de escasa tentación sensorial que la belleza no está en las cosas, sino en el
ojo que las contempla. Más aún cuando el icono tuvo una significación que hoy nos
está más o menos vedada, esta belleza aparece aún más oculta, como las riquezas
de esas películas de serie B en que el héroe debe encontrar algún resorte para abrir
la puerta a la cámara oculta que encierra los tesoros. Así ocurre con el secreto de
esos iconos que nos hablan en un lenguaje que nos es vedado.
Cuando llega nuestro tiempo, y entendamos por él no la modernidad que arranca del
Humanismo, sino la contemporaneidad que surge del postromanticismo y la
vanguardia, todo ello termina privado del sentido elemental de la iconografía antigua.
No es que no interese, sino que se aprecia más desde la arqueología que desde el
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significado. El icono, fundamentalmente el medieval, abandona su sentido inicial. Nos
dice más hoy una imagen de una talla románica en un museo que en una iglesia. Y de
hecho, durante el siglo XX buena parte de estas imágenes sucumbieron por el peso del
olvido o de la modernidad. Las pinturas que han sobrevivido lo han hecho, en muchos
casos, bajo altares barrocos, bajo tablas del XVIII o, sencillamente, ocultos bajo una
buena capa de cal, cuando no de olvido. Hoy me entero de que han robado una portada
románica de un templo soriano del siglo XI. Alguien lo tendrá de pórtico de su casa, a
saber dónde, sin comprender qué significaba la orientación de un templo y sus portadas,
de la decoración de cada una o de la falta de decoración. El objeto, por sí solo, se
convierte en el altar del templo de uno mismo. O bien hemos perdido el sentido o el
icono pasa a significarnos a nosotros mismos, a ser parte del templo de uno mismo.
José Antonio Arribas: Románico II. Óleo s/ temple, 122 x 100 cm., 1988.
27
Pero queremos hablar de la obra de Arribas, concretamente de los cuadros que
intituló como Desastres iconográficos. Bajo este título es fácil pensar en una crítica
a la destrucción sistemática del patrimonio pictórico que, no nos cabe duda, la hay.
O en un mero intento de metapintura, de un cuadro dentro de otro cuadro. Pero la
pura representación de la imagen antigua crea un proceso semiótico cuyo sentido
es totalmente nuevo. Arribas sabe que hay un nuevo ojo tras la vanguardia que no
identifica lo que los iconos representan y, lo que es más, importa más bien poco: el
desastre iconográfico no es tanto la pérdida del patrimonio histórico, sino la
imposibilidad de comprensión y la nueva manera de entender lo que es bello en el
pasado sin el “lastre” de tener que entenderlo.
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José Antonio Arribas: Proceso para una recuperación XX. Óleo s/ temple, 72 x 100 cm., años 90.
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modernidad. No olvidemos que el grupo Trasgo, al que Arribas pertenece como
miembro fundacional, busca una salida al arte de vanguardia. Lo que viene a ser
reclamar el derecho fundamental del arte a no verse obligado a transformar nada.
Si la vanguardia estaba agotada y los viejos iconos artísticos han perdido su
sentido, parece complicada una salida al arte. Y, como ya explicaba Félix de Azúa, la
mejor forma de ultramodernidad es aplicar esa mirada moderna, teórica,
vanguardista, al arte clásico: ”Cuando ya tienes el ojo moderno, el ojo teórico, es
importante aplicarlo a la pintura antigua, a la escuela iconográfica, al arte
egipcio…“1. Y en esas nos encontramos con las obras de Arribas. Un ojo moderno
aplicado a la iconicidad histórica que, al igual que la vanguardia, se encuentra en
una decadencia histórica. Así, ese proceso semiótico, creemos, busca ser una
interpretación y esa salida a la vanguardia que reclamaba el grupo Trasgo y que
tuvo otras muchas puestas en escena a lo largo de los años 80 y 90. Pero eso es ya
otra historia que habrá que contar en otro momento.
José Antonio Arribas: Meditación. Proceso para una restauración XI. Óleo s/ temple, 72 x 100 cm., 1990.
1
Léase la entrevista que se le hizo en El Cultural de El Mundo con fecha de 11-1-2013 y que puede leerse
en https://www.elcultural.com/revista/letras/Felix-de-Azua/32126. (Recuperado el 21-5-2018).
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Ante la orla del tiempo
1
Michel Foucault
1
Michel Foucault: La arqueología del saber, Siglo XXI, México, 1979, p. 222.
2
Vista Oral (Maite Muñoz y Alicia Escobio.): “Empacho, obsesión y otros (necesarios) males de archivo”
en A*Desk (en línea), 8 de enero de 2018. Recuperado de http://a-desk.org/magazine/empacho-obsesion-
y-otros-necesarios-males-archivo/ (31 de agosto de 2018).
31
objetos y documentos, también puede (¿debe?) significar interpretar ese
material. La cuestión de la objetividad siempre planea sobre el tema
del archivo, y aparentemente esta se debe buscar, pero ¿no se pierde
desde el mismo momento en el que se elige tal o cual materia en lugar
de la otra o la de más allá? El archivo podría incluso plantearse como
un acto creativo: “el gesto de creación más genuino, más coherente, no
consiste en fabricar imágenes, sino en saber asignar su sentido a las
existentes, despertándolas de su somnolencia”3.
Archivo y arqueología
Esta región privilegiada, lugar físico antes que otra cosa, nos remite
a la raíz del concepto de archivo, según Derrida:
3
Joan Fontcuberta: La furia de las imágenes. Notas sobre la Postfotografía, Galaxia Gutenberg,
Barcelona, 2016, p. 128.
4
En realidad hablamos de dos casas-estudio; una buhardilla a la que después se sumó una amplia
vivienda ubicada en un edificio construido a finales del siglo XIX de estilo tímidamente modernista.
5
Jacques Derrida: Mal de archivo. Una impresión freudiana, Trotta, Madrid, 1997, p. 10.
32
Documento: Vista parcial del estudio de José Antonio Arribas. 2017.
33
hace aparecer las reglas de una práctica que permite a la vez a los
6
enunciados subsistir y modificarse regularmente” .
6
Michel Foucault: op. cit., p. 221.
7
Ibidem, p. 223.
8
Ibidem, p. 201.
34
tiempo, seguramente consideraría inverosímil. La vertiente expositiva de
esta pieza se materializa mediante la propia cinta magnetofónica abierta,
mostrando esta, la lista manuscrita y un código QR que enlaza a la
plataforma digital en la que está alojada esa lista de canciones.
JGS y CIAC: Las canciones de mi vida (1943-1959). Objeto y aplicación web, 2017-18.
9
Imma Prieto: “El espíritu de un tiempo que está por venir (Daniel G. Andújar en documenta 14)” en
campoderelampagos.org (en línea), 9 de julio de 2017. Recuperado de
http://campoderelampagos.org/critica-y-reviews/9/7/2017 (31 de agosto de 2018).
35
sacar a la luz lo que está oculto, pero también se hace necesario un
cambio de enfoque, tal y como apunta Foucault: “hace ya mucho tiempo
que los historiadores localizan, describen y analizan estructuras, sin
haberse preguntado jamás si no dejaban escapar la viva, la frágil, la
estremecida "historia"”10. Respecto a “cómo acercarnos al relato que se
supone nos introduce en lo sucedido en el pasado”, quizá lo más
adecuado sea hacerlo de varias formas, desde múltiples frentes, como el
“recurso al índice, a los sistemas modulares, a la fotografía objetiva,
a la colección, la acumulación, la secuencialidad, la repetición, la
serie”11 , instrumentos recurrentes en el trabajo de quien se ha
acercado al concepto de archivo que estamos manejando. Este
posicionamiento, inspirado por Foucault, hunde sus raíces en tres
proyectos intelectuales desarrollados en las primeras décadas de siglo
XX: “The Arcades Project”, de Walter Benjamin, “Atlas Mnemosyne”, de
Aby Warburg, y las series fotográficas de August Sander12, e inspiraron
a artistas posteriores como Gerhard Richter, On Kawara, Christian
Boltanski, Hanne Darboven o Bernd y Hilla Becher, entre otros.
10
Michel Foucault: op. cit., p. 19.
11
Anna Maria Guasch: “Los lugares de la memoria: el arte de archivar y recordar” en Materia nº 5, 2005,
p. 157.
12
Ibidem, p. 160.
13
Anna Maria Guasch: El arte en la era de lo global. 1989-2015, Alianza, Madrid, 2016, p. 301.
36
recuerdos. Y lo hace mediante la narración. Pero en ningún caso se trata
de una narración lineal e irreversible, sino que se presenta bajo una
forma abierta, reposicionable, que evidencia la posibilidad de una
lectura inagotable. Lo que demuestra la naturaleza abierta del archivo a
la hora de plantear narraciones es el hecho de que sus documentos están
necesariamente abiertos a la posibilidad de una nueva opción que los
seleccione y los recombine para crear una narración diferente, un nuevo
14
corpus y un nuevo significado dentro del archivo dado” .
14
Anna Maria Guasch: op. cit., p. 158.
37
Un texto sobre otro texto, sobre otro texto…
JGS y CIAC: Palimpsesto II (La Anunciación del Otoño). Collage s/ tela, 30 x 20 cm., 2017.
38
La idea de textos superpuestos conlleva también una superposición de
contextos y significados, generando uno (un contexto, un significado)
híbrido, y en constante cambio, como la vida misma. Esto es una realidad,
por ejemplo, en lugares con un largo pasado, los pueblos y ciudades con
siglos de historia. En España, y en la vetusta Europa en general, es una
constante, y Arévalo no es una excepción. Como consecuencia de ello, y ante
la falta de un presente y un futuro prometedor, Arévalo muestra síntomas de
ser un lugar obsesionado con su propio pasado. Por ello, no resultaría raro
que un proyecto como este pudiera surgir en este contexto. Sin embargo, es
este un pasado esquilmado, filtrado, cegado por el esplendor de los lejanos
siglos XV y XVI (con mención especial para nuestro tocayo Fray Juan Gil) y
por algún leve destello en el siglo XIX, concretamente cuando le fue
concedido el título de Ciudad en 189415, motivo de orgullo todavía hoy, a
pesar del tiempo transcurrido y el declive acaecido. Sin embargo, la
glorificación de las obras mudéjares como patrimonio único y el entusiasmo
generalizado por el pasado glorioso de la villa es bastante reciente, como
demuestra el derribo del Palacio Real en una fecha tan cercana como 1976
“Víctima del desprecio por el patrimonio histórico-artístico y de la
especulación”16. Paradójicamente, el desaparecido edificio da nombre hoy a
la plaza en la que estaba situado y en la que se encuentra el Ayuntamiento.
15
Ricardo Guerra, Carlos Oviedo, Ricardo Ungría, Pablo Delgado y Pedro C. Del Río: Arévalo y su tierra
a la luz de ahora, con mirada de siglos, Arévalo, 1993, pp. 48-49.
16
Ibidem, p. 119.
17
Michel Foucault: op. cit., p. 39.
18
https://feriadeartedearevalo.weebly.com/
39
considerada parte de la tradición ferial local19 (incluso habiendo sido la
única feria de arte contemporáneo celebrada en Castilla y León durante el
año 2010, tras la desaparición de ARCALE y Art/Salamanca); la Bienal de
Arévalo (a pesar de ser citada en la enciclopedia Espasa20) ha sido
lacerantemente destruida y olvidada; las escasas muestras de arquitectura
contemporánea de calidad existentes son aquí ignoradas21; y artistas de
vanguardia que residieron aquí, como Maruja Mallo, no han sido tenidos en
cuenta. El caso de la artista gallega y su conexión arevalense fue
rescatado por Adolfo Yáñez en 2003 en su artículo “Maruja Mallo o el placer
de la provocación”22 y en 2011 en su libro “Heterodoxos y olvidados”23, en
el que narra las vidas y milagros de personajes relacionados con la
provincia de Ávila y que cumplen los dos requisitos que forman el título de
la obra. En ella habla, entre otros/as, de esta artista de la vanguardia
española de los años 20-30, exiliada durante las primeras décadas del
franquismo y que regresó a España en 1965 para convertirse en musa de
nuevas generaciones de creadores. Esta última instancia es relatada por
Yáñez, según comenta, basándose en los relatos de personas que la trataron
en esa etapa, como su "entrañable amigo" José Antonio Arribas. La relación
de Mallo con esta provincia surge de la casualidad de que fuera destinada
como maestra en Arévalo en tiempos de la II República, dedicándose por un
tiempo a enseñar a la juventud local y a escandalizar a la conservadora
población adulta, por ser mujer, soltera, trabajadora, artista, libre e
independiente, y atreverse, entre otras cosas, a ir en bicicleta al
instituto. Es conocida la performance que llevó a cabo en Arévalo:
19
Ricardo Guerra Sancho: “El puente de las ferias” en Diario de Ávila, 3 de mayo de 2017, p. 48.
20
Carlos Areán: “Artes Plásticas” en VV.AA: Enciclopedia Espasa Universal Ilustrada Europeo
Americana, Suplemento anual 1987-1988, Espasa-Calpe, Madrid, 1991, p. 40.
21
Como la fábrica de la Harinera Vilafranquina, obra de Juan Villena (1987), un “edificio significativo
que incorpora un cierto clasicismo monumental”, ejemplo de la influencia de las corrientes posmodernas
en la arquitectura de Castilla y León. Arturo Caballero Bastardo: Arte Contemporáneo Castilla y León. I
Desarrollo Histórico, Dirección General de Planificación y Ordenación Educativa, Consejería de
Educación, Junta de Castilla y León, 2007, p. 98.
22
Adolfo Yáñez: “Maruja Mallo o el placer de la provocación” en Revista Cultural de Ávila, Segovia y
Salamanca nº 45, abril de 2003, pp. 14-15.
23
Adolfo Yáñez: Heterodoxos y olvidados, Cuadernos del Laberinto, Madrid, 2011, pp. 213-226.
40
acto solemne, giró por el altar mayor y salió del templo saludando sin
reparo a los vecinos. «Las beatas –comenta la pintora– me miraban como a
24
un ángel de Fray Angélico»” .
25
Documento: Fotografía de la inauguración de la exposición “Panorama Pictórico Siglo XX-XXI”.
Iglesia de San Miguel, Arévalo (Ávila). Autor desconocido, 2004.
24
José Luis Ferris: Maruja Mallo: la gran transgresora del 27, Temas de Hoy, Madrid, 2004, p. 195. La
frase de la cita en primera persona atribuida a la propia Maruja Mallo está recogidas en Carme Vidal:
Maruja Mallo, Edicions A Nosa Terra, Vigo, 1999, pp. 54-55.
25
De izquierda a derecha y de arriba abajo: Manuel Lacarta, Eduardo Naranjo, Andrés Barajas, Balazor
(Emilio Prieto Ortiz), Ricardo Sánchez, Carmelo San Segundo, Florencio Galindo, Jerónimo Salinero,
Francisco Aparicio, Rubén García Pérez, Arturo Martínez, Luis Caruncho, Juan Gutiérrez Montiel, Vidal
Galicia, Sonsoles Arroyo, Mayte Gento, Daniel Merino, José Antonio Arribas, José Sánchez-Carralero,
Vicente Mateo, Félix de la Vega, Ángel Cuesta Calvo, Miguel Alberquilla, Fernando Segovia, Graciela
Rundie, y Clara Isabel Arribas Cerezo.
41
Pero existen más paralelismos entre Maruja Mallo y José Antonio Arribas,
ambos se trasladaron de Madrid a Castilla, aunque en épocas muy distintas,
y los dos cambiaron de estilo al marchar a Arévalo, ya que ambos se
interesaron por “construcciones rurales o edificaciones campesinas”26,
pasando progresivamente, en el caso de Arribas, de la abstracción de las
“Pinturas Rojas” al hiperrealismo de las “Fachadas Castellanas”.
26
José Luis Ferris: op. cit., p. 199.
42
José Antonio Arribas: Fachada Castellana XIII. Óleo s/ temple, 80 x 60 cm., años 80.
27
http://joseantonioarribas.weebly.com/bienal-de-areacutevalo.html
43
hasta la edición de 1989. Esta Bienal fue precursora (al menos en
estas tierras) de una tendencia hoy bastante extendida, casi una moda,
la de realizar proyectos de arte contemporáneo en el medio rural, una
mezcla de tradición y vanguardia que, aunque a veces no termina de
encajar, puede ofrecer interesantes resultados. Gracias a dicha Bienal
han pasado por Arévalo figuras de primer nivel como los escritores
José Hierro, Raúl Chávarri, Fernando Ponce o Manuel Conde (a los que
Arribas invitó a dar conferencias en distintas ediciones) y los
artistas Oswaldo Guayasamín, Antonio Saura, Benjamín Palencia, Manuel
Viola o Luis Caruncho, entre otros muchos.
Documento: Fotografía de José Hierro y José Antonio Arribas en la VI Bienal Internacional de Artes
Plásticas Ciudad de Arévalo. Autor desconocido, 1989.
28
Raimundo Moreno Blanco: “Iglesia de San Martín” en José Luis Gutierrez Robledo (Dir.) Memoria
mudejar en La Moraña, ASODEMA-Proyecto LEAL, Ávila, 2011, p. 181.
44
“Devolver la memoria”, una publicación sobre aquella restauración, una
intervención arquitectónica en la que se eliminaron elementos del
siglo XVIII y se añadió un cubo del siglo XXI (descontextualizado cual
ready-made duchampiano tal vez) a la derecha de la entrada principal,
nada más y nada menos que para albergar el baño del nuevo y flamante
centro cultural. José Antonio Arribas se preguntaba al respecto en el
año 2011: “¿cómo justificar la demolición de una capilla del s. XVIII,
en la Iglesia de San Martín, y la cubrición, "a posteriori", de toda
la fachada original (en un neomodernismo a lo cafre) con loseta de
piedra artificial en desdoro de todo su carácter y estilo?”.
JGS y CIAC: Devolver la memoria (detalle). Libro intervenido, 28 x 22 cm. (cerrado), 2017.
45
El propio Foucault, aunque se vale del libro como soporte, pone en
cuarentena la idea encorsetada que de ello podemos tener:
Nosotros también nos valemos de él, estas páginas son una muestra, y,
del mismo modo, también cuestionamos sus límites como unidad
conceptual, la intervención sobre “Devolver la memoria” es un ejemplo
de que “las márgenes de un libro no están jamás neta ni rigurosamente
cortadas”, incluso años después de que tal libro esté acabado y
publicado este puede modificarse infinitamente. Del mismo modo, también
nos remite, de nuevo, a la idea de un texto sobre otro texto, sobre
otro texto… Pero, no contentos con “Devolver la memoria”, en el “Libro
del centenario”, editado por la Cámara de Comercio de Arévalo en 2011,
reescribimos la historia arevalense de los últimos 100 años, tachando
(aunque pudiéndose leer todavía) parte del texto, dejando al
descubierto tan solo determinadas palabras, generando una narración
paralela pero siendo perceptible aún, cual palimpsesto, el texto
original, dejando al lector la decisión de qué clase de lectura quiere
realizar.
29
Michel Foucault: op. cit., pp. 36-37.
46
JGS y CIAC: Libro de Arévalo (detalle). Libro intervenido, 21 x 24 cm. (cerrado), 2017-18.
30
José Antonio Arribas Cerezo, Clara Isabel Arribas Cerezo y Juan Gil Segovia: “José Antonio Arribas:
Abstracciones y últimas experimentaciones” en Abstracto 1974-2013: José Antonio ARRIBAS, Arévalo,
Excmo. Ayuntamiento de Arévalo y La Alhóndiga, Asociación de Cultura y Patrimonio, 2013, p. 2.
47
José Antonio Arribas: Recupere la vergüenza. Collage y pintura s/ cartón, 54’5 x 42 cm., 2012-13.
Todo esto no es más que una pequeña muestra de las obras que hemos realizado, de
los documentos que hemos encontrado y de las relaciones que hemos trazado.
Algunas más se han podido ver en la colectiva “9 de nueve”, exposición de los
proyectos ganadores de las Becas de Creación Artística de la Fundación
Villalar-Castilla y León, en su primera convocatoria (2017-2018), que tuvo
lugar en el Espacio Cultural de las Cortes de Castilla y León (Valladolid) entre
el 13 de septiembre y el 18 de octubre de 2018. En ella, además de “La Arqueología
del Ser”, estuvieron presentes los proyectos de Mayte Santamaría (Burgos), Yago
Ferreiro (León), Javier Ayarza (Palencia), Andrea Ruano (Salamanca), Raquel
Bartolomé (Segovia), Gloria Rubio Largo (Soria), Elisa Rodríguez (Valladolid)
48
y Antonio Guerra (Zamora). Con ella termina la primera vida de este proyecto,
ahora comienza la segunda, en la que seguiremos haciendo arqueología del ser y
en la que mostraremos los resultados de esta labor en otros lugares.
Documento: Vista de la exposición colectiva de los proyectos ganadores de las Becas de Creación
Artística de la Fundación Villalar-Castilla y León en su primera convocatoria (2017-2018), Espacio
Cultural de las Cortes de Castilla y León (Valladolid), 13 de septiembre al 18 de octubre de 2018.
49
Comenzábamos este texto con una cita de Foucault (no podía ser de otra
forma) y terminamos con otra de Georges Didi-Huberman, para cerrar el
círculo que forman el juego de referencias que hemos utilizado para el
título de este texto:
31
Georges Didi-Huberman: Ante el tiempo. Historia del arte y anacronismo de las imágenes, Adriana
Hidalgo editora, Buenos Aires, 2011, p. 31.
50
INÉDITOS
51
Documento: Fotografía de José Hierro y José Antonio Arribas en la VI Bienal Internacional de Artes
Plásticas Ciudad de Arévalo. Autor desconocido, 1989.
José Antonio Arribas: Génesis, Óleo s/temple, 2 piezas de 100 X 103 cm., 1979.
Documento: Texto parcialmente inédito1 de José Hierro sobre las Pinturas Rojas de Arribas, s.f.
1
Parte de este texto apareció en José Antonio Arribas, Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de
Ávila, 1981, p. 4. En dicho catálogo aparece también la imagen de la obra Génesis de Arribas.
52
53
Documento: Fotografía de Vicente Mateo y José Antonio Arribas bajo el Arco de “Alcocel”, Arévalo
(Ávila). Fernando Martín Manjón, 2007.
54
55
56
Documento: Fotografía de José Antonio Arribas y Luis Cervera Vera en la Iglesia de Santa María la
Mayor del Castillo, Arévalo (Ávila). Autor desconocido, s. f.
2
Cubierta de CERVERA VERA, Luis. José Antonio Arribas (Edición bilingüe), Madrid, edit. Fernán-
Gómez, 1987 (Col. Arte Español Contemporáneo nº37).
57
Índice de textos:
Índice de obras de Juan Gil Segovia y Clara Isabel Arribas Cerezo (JGS y CIAC):
58
Índice de documentos:
Fotografía utilizada para la portada del catálogo “El alma de la materia o el sueño de José
Antonio Arribas”. Autor desconocido, s. f. 20
Fotografía del Grupo Trasgo. Autor desconocido, s. f. 21
Fotografía de José Antonio Arribas en su estudio. Clara Isabel Arribas Cerezo, 1999. 23
Fotografía de Arribas en su estudio. Autor desconocido, s. f. 25
Vista parcial del estudio de José Antonio Arribas. 2017. 33
Fotografía de Vicente Mateo y José Antonio Arribas bajo el Arco de “Alcocel”, Arévalo
(Ávila). Fernando Martín Manjón, 2007. 54
Texto inédito de José Antonio Arribas, s. f. 55
Fotografía de José Antonio Arribas y Luis Cervera Vera en la Iglesia de Santa María la
Mayor del Castillo, Arévalo (Ávila). Autor desconocido, s. f. 57
59
laarqueologiadelser.blogspot.com
joseantonioarribas.weebly.com
alcaravanyasfalto.weebly.com
Textos: Rafael Ángel García Lozano, Pablo Garcinuño García, Mª del Carmen
Martín Alonso, Fernando Romera Galán y Juan Gil Segovia y Clara
Isabel Arribas Cerezo.
ISBN: 978-84-09-05529-6
Depósito Legal: AV 90-2018
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