Cuestionario Sobre Doctrina de Dios y Declaraciones Doctrinales
Cuestionario Sobre Doctrina de Dios y Declaraciones Doctrinales
Cuestionario Sobre Doctrina de Dios y Declaraciones Doctrinales
La Ley
A. Aceptacion demostrada por el lugar asignado en el templo.
- Tablas de la Ley preservadas en el arca del pacto
- Libros de la Ley guardado por los levitas al lado del arca
- Escrituras encontradas en el templo en días de Josías
B. Aceptacion demostrada por el reconocimiento de su autoridad
- Ley para leer en presencia del pueblo cada siete años
- El pueblo era instado a obedecerla
- El rey tenía que tener una copia por medio de la cual regulara sus desiciones
- Josue era obligado a leerla
- Base del juicio de Dios a los reyes
- El cautiverio de Israel y Judá fue causado por la desobediencia a ella
- Reconocida por los cautivos que regresaron
Los profetas
A. Aceptacion demostrada al ser colocados en igualdad con la ley
B. Aceptacion demostrada por la referencia de Daniel a las declaraciones
profeticas preservadas en libros
15.¿Puede un libro ser genuino en cuanto a su autoría y aún no ser creíble en cuanto
a su contenido? Ilustrar.
Un libro puede ser auténtico en cuanto a su autoría y aún no ser confiable en lo
que hace a sus contenidos. Por ejemplo, entre las obras de ficción tenemos las de
Dickens,
Shakespeare y Cervantes con evidencia indiscutible de su autoría. Nadie que tenga
inteligencia, sin embargo, intentaría establecer la credibilidad de sus narraciones.
Ellas son reconocidas universalmente como ficción. ¿Es éste el caso de la Biblia, o
es al mismo tiempo genuina y cierta?
A. En relación con Dios: infinito, soberano, triuno, santo y amante. «En el año que
murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas
llenaban el templo. Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con
dos cubrían sus rostos, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro
daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra
está llena de su gloria» (Is. 6:1-3; cp. Dn. 4:35; 2. Co. 13:14; He. 1:10-12).
«Tal descripción de la Deidad está tanto más allá de la concepción del hombre
como están los cielos por encima de la tierra. Ningún hombre, ni ningún número de
hombres, inventó jamás un Dios tal como éste» (A. W. Pink, The Divine Inspiration
of the Bible, p. 40).
C. En relación con el sistema del mundo: malo y que se opone a Dios. «No améis al
mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del
Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne,
los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del
mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre» (1. Jn. Jn. 2:15-17; cp. Gn. 6:5; Stg. 1:13-15).
«El hombre considera al pecado como una desgracia y aun busca minimizar su
enormidad...
Pero la Biblia, como no lo hace ningún otro libro, despoja al hombre de toda excusa
y enfatiza su culpabilidad» (A. W. Pink, The Divine Inspiration of the Bible, p. 43).
1. De Sus palabras. «Y les dijo: Éstas son las palabras que os hablé, estando aún con
vosotros; que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la
ley de Moisés, en los profetas y los salmos. Entonces les abrió el entendimiento
para que comprendiesen las Escrituras» (Lc. 24:44, 45; cp. Mt. 5:18; 15:3, 6; Lc.
24:25-27; Jn. 10:35).
«Dondequiera que nuestro Señor hacía referencia a las Escrituras, invariablemente
lo hacía en términos calculados de tal modo que inspiraran la mayor confianza en
cada palabra. Y todo el registro de Su vida fracasa en proveer una simple excepción
a esta regla» (S. Collet, All About the Bible, p. 9%).
Cristo habló acerca de los libros del Antiguo Testamento como «las Escrituras», las
cuales «no pueden ser quebrantadas». También habló acerca de la verdad «aún
por ser revelada» y dio instrucciones concernientes al Espíritu Santo por
intermedio de quien se iba a dar esa revelación.
2. De Sus obras. «Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas
que oís y veis. Los cojos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos
oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el Evangelio» (Mt.
11:4, 5).
«El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha
enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de
corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel»
(Is.61:1; cp. Jn. 10:38; 14:11).
El testimonio de las palabras de Jesús acerca de la inspiración de las Escrituras es
respaldado y suplementado por el testimonio de Sus obras. Los reclamos que Él
hizo en cuanto a Su autoridad divina fueron verificados por estas credenciales de
Su poder divino.
A diferencia de la manifestación general de Dios en el curso de la naturaleza y los
hechos ordinarios de la Providencia, la revelación especial es milagrosa en su idea
misma. El hecho de la presencia de Dios y Su acción más inmediata en conexión
con la doctrina cristiana cobra significado para los sentidos mediante las obras de
poder sobrenatural. Estas obras, como se ve en su fruto, corroboran la evidencia
provista por la doctrina misma. Los milagros son auxilios para la fe. Tienen un
efecto decisivo para convencer a aquellos que están impresionados por la
evidencia moral. Jesús hacía mucha referencia a ellos.
Los milagros y la doctrina son formas de evidencia que se respaldan mutuamente.