Glosario Final Niños

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GLOSARIO FINAL NIÑOS

OBJETIVO DE LA CATEDRA
 Brindar herramientas para el estudio de la constitución del
psiquismo infantil y sus posibles fallas.
 Conocer cómo se ordena la psicopatología infantil.
 Diseñar intervenciones adecuadas para el abordaje y la
transformación del sufrimiento subjetivo de niños y
adolescentes, así como también de los adultos a cargo de la
crianza de ellos.
CLINICA
La clínica es concebida como el espacio en el que las hipótesis
elaboradas se confrontan a partir de la asunción, por parte del
clínico, de un rol activo que le permita delimitar los observables
que van a conducir hacia el camino de la verificación o refutación
de las hipótesis. La clínica es la articulación entre lo universal (la
teoría, lo ya conocido) con la singularidad (el funcionamiento
psíquico, lo inesperado).
Es interesante pensar a la clínica en función de un trípode
operacional: clínica (relación teoría-práctica), técnica y teoría.
LO ESPECIFICO DE LA CLINICA CON NIÑOS Y
ADOLESCENTES
En la clínica con niños y adolescentes es importante partir de la
premisa de que no se trata de ajustar la clínica a la teoría. Esta
relación para nosotros es problemática porque lo que nosotros
vamos a empezar a problematizar acá es el niño y el adolescente
como objeto de estudio, y objetalizado. Es importante que esta
relación de teoría-clínica la problematicemos constantemente
porque es la clínica la que nos cuestiona desde sus enunciados.
El objeto que abordamos en la clínica es un objeto complejo y la
exposición tiene que ser lo más clara posible pero no siempre

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deviene simplificante. La curiosidad es producida por el enigma
(cuando uno escucha un paciente produce enigma, curiosidad).
El enigma implica la ruptura con las certezas previas (no
comprender).
Otra premisa importante que hace a las claves de la clínica con
niños y adolescentes es que tomando como eje la complejidad
del objeto podemos ver entonces que la clínica con niños y
adolescentes se va configurando como un campo complejo y
particular. Este campo está sujeto a coordenadas que marcan al
psiquismo en el niño como un psiquismo en estructuración.
Entonces la complejidad radica en pensar un psiquismo en
estructuración y pensar también que siempre se tienden a
intervenciones tendientes a la complejización del aparato
psíquico. Es decir, la idea de un aparato psíquico complejo, no
porque es niño es menos complejo. Lo intrapsíquico y lo
intersubjetivo serán dos ejes que no hay que desconocer en la
clínica con niños. Lo intrapsíquico (qué sucede adentro por
llamarlo de algún modo) y lo intersubjetivo, que será lo que se da
entre el niño y la madre, por ejemplo.
Privilegiando a autoras como Aulagnier y Bleichmar decimos que
la posibilidad de cercar en la clínica (ir bordeando), son
herramientas privilegiadas para pensar intervenciones acordes a
los tiempos de estructuración del aparato psíquico. Vamos a ver
que se trata de lograr mayores posibilidades de simbolización y
menores posibilidades de intromisión, en esta idea de redefinir el
método en relación al objeto. Método-objeto. En el caso de
aquellos momentos en los cuales la tópica todavía no se haya
constituida del todo, se tratará de intervenciones analíticas o
aquellas intervenciones que conserven la racionalidad del
psicoanálisis pero que tiendan a propiciar la complejización del
aparato. Bleichmar y Aulagnier lo que hacen es repensar los
esquemas del psicoanálisis para poder abordar la clínica, es
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decir criticar el concepto de icc, de interpretación, para ver cómo
se puede readecuar en relación al niño, por ejemplo.
La materia se basa en tres ejes fundamentales:
1. Demanda: lo vamos a trabajar con el trabajo con el niño y
con los padres, porque la complejidad de la clínica con niños
radica en el motivo de consulta. Es raro que haya demanda
espontánea en un niño. La demanda viene generalmente de
la escuela, los padres, es decir los otros. Esos otros son los
otros espacios por los que circula un niño. Lo que hacemos
es cuestionar la demanda para ver si es plausible o no de
intervención. En el caso del trabajo con los padres será para
nosotros un trabajo central, porque forma parte del
tratamiento con el niño. Nosotros iremos del eje que va del
motivo de consulta a la razón de análisis. La consulta por un
niño no implica necesariamente una razón de análisis. ¿Es
responder a la demanda de los padres? ¿O alojar eso y ver
qué se puede trabajar con ellos? Aliviar la angustia, por
ejemplo. Pensar en el trabajo con los padres, o quien
consulte, también es pensar el motivo de consulta.

2. Síntoma: cuestionaremos la noción de síntoma en sentido


tradicional del término. Cuando hablamos de lo psíquico en
el niño hablamos de tiempos lógicos y de tiempos de la
tópica psíquica. Bleichmar va a aportar una distinción bien
fenoménica entre síntoma y trastorno. El eje ordenador entre
síntoma y trastorno será la presencia o no de la represión
originaria.

3. Transferencia: trabajar la idea de transferencia en la clínica


con niños también implica trabajar el reverso de la
transferencia que es la resistencia. La transferencia en la
clínica con niños tiene particularidades, porque se
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desmultiplica; esto quiere decir que a veces hay
transferencia del niño y no de los padres, o transferencia de
los padres y no del niño. Y la resistencia viene por los
padres. Esta desmultiplicación de la transferencia tiene que
ver con la famosa transferencia múltiple que habla Mannoni:
la escuela, los padres, los otros del niño.
Otra cuestión interesante cuando hablamos de análisis con niños
es el juego y el dibujo. Serán indicadores de suma utilidad
porque han sido históricamente los medios para el acceso al icc
del niño, o a lo psíquico del niño. Por qué dibuja lo que dibuja,
qué dice de lo que dibuja. Klein instala la hora del juego. El juego
y el dibujo nos permite pensar ante qué tipo de organización
psicopatológica nos encontramos. Qué dice el niño cuando
juega.

SILVIA BLEICHMAR
Propuesta
En “sostener los paradigmas desprendiéndose del lastre”
Bleichmar dirá que lo que se juega no es sólo la práctica clínica,
sino que lo que corre riesgo son los enunciados teóricos del
psicoanálisis. “Corre el riesgo de sucumbir a una ideología”. No
es lo mismo una ideología que una posición teórica. El
psicoanálisis no es la ideología porque la dirección de un
tratamiento no es desde el ideal como lo fue durante muchos
tiempos para la APA. En este punto coinciden Aulagnier como
Bleichmar. “El psicoanálisis corre el riesgo de sucumbir no por
las fuerzas de sus oponentes ni por la racionalidad de sus
enunciados, sino por el riesgo del psicoanálisis de implosionar
por las contradicciones internas que encierra el psicoanálisis
(implosionar es explotar para adentro) ante la imposibilidad de
abandonar puntos de vista obsoletos y la recomposición de la
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verdad de sus enunciados”. En psicoanálisis el obstáculo que
impide actuar con libertad es el dogma. No hay LA clínica, EL
psicoanálisis, como si fuese la biblia. “Sostener los paradigmas
desprendiéndose del lastre” Bleichmar va a decir que es
importante liberarse del lastre psicoanalítico y sostener los
paradigmas del psicoanálisis, los conceptos prínceps. va a ser
necesario tomar los paradigmas del psicoanálisis (transferencia,
sexualidad infantil, icc), darles vuelta y sacudirlos un poco, para
dar una recomposición de los enunciados del psicoanálisis. Va a
decir que es importante trabajar la obra de Freud, sus
contradicciones, sus callejones sin salida, separando la teoría de
los elementos mistificados de la teoría. Trabaja su texto en
relación a tres ejes: el posicionamiento respecto a la obra de
Freud, la sexualidad infantil y el lugar del inconsciente.
En relación a lo expuesto anteriormente sobre la clínica,
Bleichmar hace un replanteo teórico-clínico entre este trípode.
Dirá que la clínica con niños y adolescentes es un espacio
singular en el campo terapéutico en la medida que integra los
tiempos de la constitución (instauración de la sexualidad
humana) donde se elabora un trabajo de reintegración del marco
conceptual (Freud) en función de la singularidad del caso. El
psiquismo infantil como un psiquismo en constitución, por
eso es necesario definir primero el objeto para poder pensar
el método.
Bleichmar tiene orientación kleiniana en un primer momento, y
luego se ve influenciada por el pensamiento Lacaniano, quien
cuestiona el paradigma kleiniano. Ninguno de los dos marcos
teóricos termina de darles respuesta por lo que trabajaría con
Laplanche. Propone cuestionar y redefinir los fundamentos del
psicoanálisis: someter las premisas de la clínica a un
reordenamiento metapsicológico; y redefinir la teoría en

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articulación con la práctica (primero cercar el objeto, luego elegir
el método).
Es importante pensar que Bleichmar concebía la importancia de
un “diagnóstico” para poder pensar en que momento de
constitución psíquica se halla el niño (¿es un síntoma o un
trastorno? ¿se instaló la RO?). Esto coincide con lo que
veníamos pensando acerca de definir primero el objeto (el niño)
para luego pensar el método (las intervenciones, las estrategias
clínicas) y también con el motivo de consulta y la razón de
análisis.
En cuanto a su concepción del psiquismo es muy preciso decir
que Bleichmar define al psiquismo como un psiquismo en
constitución. La clínica con niños apunta al abordaje de los
tiempos previos a la constitución del psiquismo. Lo psíquico
estaría constituido por una producción de subjetividad histórico-
social y también por el trabajo psíquico que hace el propio sujeto
(sujeto activo). El inconsciente no existe desde los orígenes, sino
que se funda a través de la interrelación con otro humano
(inscribe la pulsión y la representación).
La infancia será el tiempo de estructuración del aparato psíquico.
Es el tiempo de la vida en que se va a instalar lo pulsional, la
represión, los destinos de la sexualidad y la constitución de la
tópica psíquica. Concibe a la infancia como un tiempo
estructurante (tiempo lógico) y no como un tiempo cronológico.
Por eso también dirá que los tiempos de la infancia son
irrecuperables (en este tiempo se implantan las acciones
productoras del inconsciente y las intervenciones o no que
puedan producir neogénesis; habla de lo irrecuperable en el
sentido de que por ejemplo un niño que en su tratamiento tuvo
intervenciones infecundas como la medicación o el trabajo con
un fonoaudiólogo). Por eso pensará la idea de un diagnóstico

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metapsicológico estructural para poder precisar en que momento
de la constitución psíquica está.
Represión originaria: operatoria real que tiene como
consecuencias; la fundación del aparato psíquico (la división
entre instancias y clivaje psíquico de los sistemas inconsciente y
preconsciente-consciente); permite la organización yoica; y el
sepultamiento del autoerotismo en el inconsciente. Se produce
en dos tiempos: pasivo (implantación) y activo (tentativa por ligar,
simbolizar lo que ingresa y reprimir el resto indomeñable). No es
sólo una opción teórica que sustenta la práctica en la posibilidad
no sólo de fundarse sino también de recomponerse ante
situaciones graves. Si operó (síntoma): encontraremos signos de
los diques anímicos (asco, vergüenza, pudor), renuncia al
autoerotismo (control de esfínteres), habría organización yoica; si
no operó (trastorno): descarga pulsional directa, masturbación
compulsiva, desorganización yoica, indiferenciación interno-
externo. Se constituye a partir del contra investimiento
proveniente del otro y del equilibramiento psíquico capaz de
impedir el ingreso de cantidades excitantes que puedan
desestructurar el aparato. Provoca un reordenamiento
representacional en el inconsciente, por ende, las condiciones
dadas para la emergencia del yo.
Doble conmutador: por un lado, el aspecto pulsante/sexualizante
(se implanta la pulsión desde su inconsciente) y, por otro lado, su
capacidad de trasvasamiento narcisistico (necesidad de que la
sexualidad ingrese coligada en el psiquismo del niño, es por
esto, que es pre requisito la capacidad materna de reprimir su
propia sexualidad pulsional para luego producir vías colaterales).
Narcisismo trasvasante: es un acto psíquico materno que se
puede ver de manera real en los primeros tiempos de la vida
psíquica, en los cuidados precoces. Refiere a la función
narcisisante del doble conmutador: la implantación de las vías
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colaterales de descarga del remanente excitatorio. Pasaje del
narcicismo secundario del adulto al narcisismo primario del niño.
Es importante delimitar si el hijo es reconocido por el adulto
como un pedazo de sí mismo (objeto parcial) o si puede ser
investido (objeto total).
Implantación: modo de inscripción de lo pulsional que conlleva un
movimiento constitutivo del aparato psíquico de origen
traumático, pero que es un traumatismo estructurante. Hay un
exceso de energía que el aparato psíquico no puede ligar, por
eso es trauma, y allí encontrará vías de descarga (colaterales)
para el drenaje de ese plus excitatorio. Refiere a la función
sexualizante del doble conmutador: implantación de la pulsión.
“El ingreso a la sexualidad es traumático”.
Intromisión: modo de inscripción de lo pulsional que supone un
traumatismo desestructurante. Frente al ingreso de la sexualidad
del otro, el aparato psíquico no tendría herramientas para
elaborar ese monto de excitación. No encontraría, ese monto
excitatorio, vías de ligazón.
Vías colaterales: parte de la función materna que oferta al niño
para lograr que ese aparato psíquico no quede en un más acá
del principio de placer. Es algo que va por fuera, por ejemplo, si
un bebé llora no es necesario que la madre lo acune, sino que
puede hacerle holding o handling. Forman luego una red/sistema
de ligazones que permitirá la constitución del yo. Pre requisito
para la instalación de la RO.
Metábola: noción para pensar que el inconsciente del niño no es
directamente el discurso del otro (Lacan). No hay continuidad ni
tampoco pura y simple interiorización, el niño no interioriza el
deseo de la madre, sino que entre estos dos fenómenos de
sentido (el comportamiento significativo del adulto y el
inconsciente en vías de constitución del niño) está el momento
en el cual se concibe al inconsciente como el resultado de un
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metabolismo extraño que implica descomposición y
recomposición. Se diferencia de la postura de la homotecia
estructuralista que plantea que algo del psiquismo del adulto se
inscribe tal cual en el psiquismo del niño.
Constitución del yo: la identificación primaria (narcisismo
primario) constitutiva del yo, instauradora del narcisismo residual
del semejante, es entonces el modo mediante el cual el sujeto se
precipita en la diferenciación tópica correlativa al abandono del
autoerotismo.
Neogénesis: apunta a entender al análisis ya no limitado a
encontrar algo existente sino como un dispositivo que conduce a
producir algo inédito. Alude a la posibilidad de inauguración de
las estructuras inéditas. Existen ocasiones en las cuales el
trabajo no se trata de analizar los fantasmas inconscientes sino
de establecer un verdadero proceso de neogénesis que pusiera
en marcha un funcionamiento estructural distinto. Es entonces
que decimos que se vinculan con las intervenciones
simbolizantes ligadoras que apunten a fundar lo que no estaba
previamente hecho, intervenciones que apunten a complejizar el
aparato psíquico.
Síntoma: conflicto entre instancias, solución de compromiso. En
el síntoma la intervención adecuada sería la interpretación (para
que haga efecto, debe haber algo reprimido). Significa que operó
la RO.
Trastorno: emergencias patológicas, que suponen una
satisfacción directa de la pulsión, y que se producen en tiempos
anteriores a la diferenciación entre los sistemas psíquicos, a la
instalación de la RO. No son abordables mediante el acceso a su
contenido inconsciente por asociación libre sino por múltiples
intervenciones tendientes a un reordenamiento psíquico;
proponer que la RO puede caer conlleva la idea de que puede
reinstalarse (neogénesis). El tipo de intervención adecuado son,
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entonces, las intervenciones simbolizantes ligadoras
(simbolizantes porque ligan afecto con representación). Significa
que no operó o hay fallas en la RO.
Dominancia estructural: a diferencia del determinismo
estructuralista (estructura homogénea) este término abre la
posibilidad de que uno pueda leer dentro de, por ejemplo, una
neurosis, fenómenos psicopatológicos que no son neuróticos en
sentido estricto, es decir, que puedan coexistir síntomas y
trastornos. Se piensa la idea de una dominancia a nivel de la
instalación de la tópica, pero esto, a diferencia del determinismo
estructuralista, no descarta que ciertos aspectos del
funcionamiento psíquico puedan no estar normatizados según la
dominancia de la estructura (ej.: trastornos con síntomas).
Analizabilidad: en primer lugar, resulta fundamental partir de la
premisa principal de que el inconsciente no esta fundado desde
los orígenes, es entonces, que las intervenciones serán acordes
a los tiempos de constitución de los aparatos psíquicos
(síntomas: interpretación; trastornos: intervenciones
simbolizantes ligadoras). En segundo lugar, es importante poder
delimitar las condiciones o pre requisitos para hablar de análisis
clásico: 1) el conflicto debe ser intersistémico e intrasubjetivo;
2) debe haber un sujeto capaz de posicionarse frente al
inconsciente; alguien que pueda hacer el trabajo de volver
consciente lo inconsciente; 3) debe haberse constituido y estar
en funcionamiento la represión (de todas formas, aunque no
estén dadas las condiciones de analizabilidad, las intervenciones
simbolizantes ligadoras en trastornos siguen siendo
psicoanálisis). Esto será fundamental para hablar del pasaje del
motivo de consulta (por lo que el paciente decide ir a consulta o
deciden llevarlo) a la razón de análisis (poder constituir un
funcionamiento estructural, del aparato psíquico, que no

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produzca tanto sufrimiento: neogénesis). Vinculado con la
estrategia de la cura.
Entrevistas preliminares: es fundamental sostener la premisa de
que primero es menester cercar el objeto para luego poder
establecer un método. Se debe poder pasar del motivo de
consulta a la razón de análisis. Esto supone reposicionar el
motivo de consulta en el marco de las determinaciones que lo
constituyen, lo cual implica la construcción a partir de la
metapsicología de un modelo lo más cercano a la realidad del
objeto que abordamos para poder proponer el método a seguir y
las formas que asumiera la prescripción analítica.
Estrategia de la cura: el primer paso es definir el tipo de tópica en
juego y desde ahí poder diferenciar entre trastorno y síntoma; el
segundo paso es explorar aquellos indicadores fundamentales
como la instalación o no del proceso primario o secundario o la
cuestión del lenguaje; el tercer paso expone la importancia del
planteamiento de hipótesis y su exploración (hacer biopsia).
Entrevista de binomio: este espacio sería de suma importancia,
ya que, en conformidad con una concepción exógena de la
psique, adquiere fundamental importancia las entrevistas de
“binomio madre-hijo”, “padre-hijo” que propone Silvia Bleichmar.
Estas entrevistas están destinadas a conocer las vicisitudes
históricas de la vida psíquica del niño, el objetivo consiste en
hallar aquellos momentos significativos que dan cuenta de los
modos con los cuales se van produciendo los intercambios
libidinales entre el adulto y el infans que, en función de la
metabolización que realizará este último, irán incidiendo en la
constitución de la tópica psíquica. Por ello, se diferencia, por un
lado, de la “anamnesis” que reduce la historia a la historia de la
enfermedad y no del sujeto psíquico; y, por el otro lado, de lo que
el estructuralismo ha denominado “la primera entrevista con el

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psicoanalista” cuyo centro está en la búsqueda de la significación
del síntoma en el deseo parental.
Por el contrario, desde la perspectiva que propone Bleichmar, la
significación del síntoma debe buscarse en los vericuetos del
inconsciente del niño. De esta manera, es necesario indagar con
la madre por separado, como fueron esos primeros encuentros.
Ya que nos brindaría nuevos elementos para comprender el
modo de funcionamiento de este psiquismo y en caso de ofertar
un espacio analítico, contar con herramientas para poder trabajar
con el niño y con sus padres. Se administra a lo último para que
su conocimiento no produzca excesos de sentido ni obstaculice
la observación de los espacios carentes de sentido en la
entrevista con el niño.
Juego
1. Bleichmar piensa al juego como producción simbólica que
favorece la simbolización.
2. Lo define como una producción subjetiva situada en un
campo de intermediación entre el espacio de la realidad y el
de las creaciones fantasmáticas singulares.
3. Posee una doble dimensión: del placer y la articulación
creencia-realidad.
4. Por medio de él se puede acceder al inconsciente, pero no
se interpreta el juego sino la presencia del inconsciente en
él.
5. Diferencia entre juego y pseudo juego (implica una certeza
delirante y descarga pulsional directa).
6. Es indicador de crecimiento psíquico.

PIERA AULAGNIER

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Propuesta: concibe la idea de la fundación del psiquismo en el
encuentro con el otro. No trabajó con niños, pero fue su
experiencia clínica con sujetos psicóticos la que la confrontó con
una insuficiencia de la teoría y la llevo a la reformulación de la
metapsicología arribando a un modelo teórico-clínico propio.
Identificó una escisión entre teoría y práctica. Su propuesta está
marcada por la teorización flotante que implica justamente
recuestionarse el analista todo el tiempo la teoría, es decir, la
escucha lleva a redefinir todo el tiempo a la teoría. La teorización
flotante apunta a interrogar el marco conceptual, a cómo el
analista recurre a la teoría para dar cuenta de cómo funciona el
aparato psíquico, pero es necesario el encuentro con la
singularidad. Debemos situarnos permanentemente en una
posición de interrogante a diferencia de dogma. Articulación
universal-singular.
El texto de Aulagnier, “sociedades en psicoanálisis”, no es
diferente al de Bleichmar, es decir que ambas van a tomar la
interrelación teoría-clínica. Aulagnier lo tomará desde otra
metapsicología; ella problematiza la clínica a través de la teoría.
Apuesta a la construcción conjunta del paciente y el analista, de
la creación compartida del análisis y no el dogmatismo. Dirá que
el porvenir del psicoanálisis permite también cierta
imprevisibilidad de su futuro. Porque es imposible formular un
pronóstico a largo plazo porque la tarea del clínico es romper el
dogmatismo, no transformar el psicoanálisis en una ideología y
romper con la repetición y la estereotipia. Cuando habla de la
imprevisibilidad de su futuro (del psicoanálisis) Aulagnier va a
rescatar tres puntos y va a tomar la idea de paradigma de Kuhn y
va a decir que, como todo paradigma, atraviesa periodos de
anomalías. Lo que hay que tomar son esas anomalías para que
no se convierta en un dogma. El riesgo del dogmatismo está
cuando se transforma en algo estereotipado. Estas anomalías
son: la trivialización de los conceptos freudianos, la interpretación
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aplicada y el a priori de la certeza. Dice Aulagnier que es
importante la cuestionabilidad periódica y el recuestionamiento
de la relación del analista con el saber. La cuestionabilidad
significa leer, releer, supervisar, supervisarse, autorizarse a
cuestionar un autor. Porque si no dice Piera que la teoría está al
servicio del dogma, y lo importante es que la teoría esté al abrigo
del dogma. Porque ahí es donde está en riesgo la fetichización
de los conceptos (cualquier concepto para todo uso, todo es
goce, todo es síntoma…).
Piera adscribe a un modelo teórico-clínico, que ella se basa en
la teorización flotante, que implica justamente recuestionarse el
analista todo el tiempo la teoría.
Psiquismo: fundación del psiquismo en el encuentro con el otro.
El inconsciente no se encuentra estructurado desde los orígenes,
sino que se da a partir del encuentro con el otro.
Violencia primaria: designa lo que en el campo psíquico se
impone desde el exterior a expensar de una primera violación de
un espacio y de una actividad que obedece a leyes heterogéneas
al yo. Es una acción mediante la cual se impone a la psique del
otro una elección, un pensamiento o una acción motivados en el
deseo del que lo impone pero que se apoyan en un objeto que
corresponde para el otro a la categoría de lo necesario. Se
impone desde el exterior a expensar de una primera violación de
un espacio. Conlleva un riesgo de exceso (pone en peligro el
derecho a un pensamiento autónomo) que no es necesario para
el yo. Opera en dos tiempos: discurso anticipatorio que le habla
al infans; y los tiempos de apropiación del infans de los
enunciados identificatorios. Estos dos tiempos darán lugar al
lenguaje fundamental.
Lenguaje fundamental: concepto de Piera mediante el cual le
pone nombre a los términos del lenguaje que sirven para poner
nombre a dos temas: a los afectos (permite nominarlos como
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sentimientos); y los términos que designan los elementos del
sistema de parentesco.
Violencia secundaria: se ejerce contra el yo, se abre camino a
través de la primera y representa un exceso perjudicial para el
funcionamiento del yo. Implica pensar únicamente lo que ya fue
pensado y autorizado por el otro, ese anhelo de que “nada
cambie”. Implica la exclusión del infans del orden de la
temporalidad, es decir, la imposibilidad de pensar una
representación que no haya sido pensada por la psique del otro.
Situación de encuentro: el ser viviente está en constante
situaciones de encuentro con el medio que lo rodea. Estos
encuentros serán generadores de tres tipos de producciones,
lugares de inscripción y procesos: originario, primario y
secundario. Cada uno de estos tendrá un modo particular de
actividad de representación.
Proceso originario: comienza a funcionar en el recién nacido a
partir de la necesidad de la psique de reconocer la cualidad
placentera o displacentera de los estímulos. Se rige por el auto
engendramiento que es la propia actividad de representación la
que crea el estado de placer y la que engendra el objeto
causante del mismo. La actividad que representa este proceso
es el pictograma: implica que no hay diferenciación entre zona-
objeto, si las marcas se instauran bajo el signo del placer y zona-
objeto (boca-pecho) se fusionan será pictograma de fusión; si
prevalece el displacer será pictograma de rechazo.
Proceso primario: se caracteriza por la relajación imaginaria de
deseos para evitar el sufrimiento producido por la ausencia del
vínculo inicial constituyente. Comienza a funcionar a partir de la
necesidad de la psique de reconocer la existencia de un espacio
separado del propio. La actividad preponderante es la fantasía.

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Proceso secundario: se caracteriza por la aproximación del niño
a una diversidad de acontecimientos sociales como el contacto
con pares, escolares, etc. La actividad preponderante es el
enunciado. Se origina el yo.
Espacio al que el yo puede advenir: es un espacio hablante.
Todo sujeto nace en un espacio hablante.
Microambiente: para que el yo advenga serán necesarias ciertas
condiciones ofrecidas por un espacio particular al que Piera
llama “microambiente familiar”. Este microambiente está
regulado y organizado por dos elementos esenciales: el discurso
y el deseo de la pareja parental. Ambos elementos brindarán
elementos psíquicos a una psique que está constituyéndose y
organizarán el espacio al que tal psique advendrá.
Portavoz: función reservada al discurso de la madre en la
estructuración de la psique. Refiere a un discurso que comenta,
predice a las manifestaciones del infans. Porta una voz que el
infans no tiene y también es el representante del orden exterior.
Sombra hablada: discurso pre existente que le concierne al niño,
precede a su nacimiento. Es hablado por la madre y está
constituido por una serie de enunciados testigos del anhelo de la
madre referente al niño. Existe la posibilidad de la diferencia.
Función de prótesis: marca de la actividad de la psique materna
sobre el objeto. Anticipa un moldeamiento de la psique, es decir,
que lo que la madre ofrece allí será luego demandado por el
niño.
Contrato narcisista: es un contrato que tiene como signatarios al
niño y al grupo. El grupo inviste libidinalmente al niño (catectiza
al infans como voz futura) a la que se le solicitará que repita los
enunciados y emblemas familiares que garanticen una
continuidad de la historia del grupo familiar. En cuanto al niño,
demandará que se le asegure el derecho a ocupar un lugar
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independiente del exclusivo veredicto parental, que se le ofrezca
un modelo ideal y conservar la ilusión de una persistencia
atemporal, el discurso del conjunto le ofrece al sujeto una certeza
sobre el origen, un acceso a una historicidad. La relación de la
pareja con el niño lleva la marca de las relaciones de la pareja
con el grupo.
Proceso identificatorio: saber del yo por el yo, polo estable de las
identificaciones. No se cierra nunca y ofrece al sujeto puntos de
reparo que le asignan un orden de parentesco y marcan un punto
de partida, un punto fijo, que posibilitará mantener el hilo de
continuidad de la historia.
Proyecto identificatorio: autoconstrucción continua del yo por el
yo.
Yo: comprende el conjunto de las posiciones y enunciados en los
que se ha reconocido. Estos podrán ser mantenidos o
rechazados. El yo entonces está constituido por una historia
representada por el conjunto de los enunciados identificatorios
de los que guarda recuerdo. Tiene dos componentes: identificado
(parte del yo compuesta por enunciados identificatorios acerca
del yo); identificante (función mental que trabaja sobre los
identificados apropiándolos o rechazándolos a los enunciados
identificatorios que recibe del otro; a mayor patología, mayor falla
de la función que lleva a una menor posibilidad de cuestionar los
EI de los otros). Neurosis: identificante e identificado están en
conflicto, pero esto no produce una ruptura en el Yo, se conserva
la indisociabilidad del yo. Potencialidad psicótica: identificante e
identificado están en conflicto y esto puede producir un
resquebrajamiento del yo. Psicosis manifiesta: identificante e
identificado están en conflicto y se ha producido un
resquebrajamiento del Yo.
Fondo de memoria: conjunto de representaciones que operan
como referencias identitarias. Garantiza la mismidad del Yo.
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Representaciones y afectos provenientes de lo vivencial de T0 a
T1. Gracias a este fondo podrá tejerse la tela de fondo de sus
concepciones biográficas. El fondo de memoria se diferencia del
fondo representativo. Tiene como función, entre otras, garantizar
el registro de las identificaciones esos puntos de certidumbre que
asignan al sujeto un lugar, en el sistema de parentesco en el
orden genealógico, y, por ende, temporal y, por otro lado,
asegurarle a la disposición de un capital fantasmático, al que
debe poder recurrir porque es el único que puede aportar la
palabra apta al afecto, introduciéndose allí la noción de lenguaje
fundamental. Articulación entre lo que permanece y lo que
cambia. El fondo de memoria tiene un rol preponderante y
determinante respecto a la relación que el sujeto podrá tener o
no con su propio pasado, con su infancia. Es importante que
exista el fondo de memoria por dos condiciones: primero el fondo
de memoria sirve como garante de las identificaciones del sujeto,
es decir puntos de certidumbre que le aseguran un lugar en la
genealogía, ¿qué soy para el otro? Es decir, garantizan lo que
sería la permanencia; sobre la permanencia viene el cambio
sería. Y en segundo lugar es importante porque justamente el
fondo de memoria es el que va a asegurar la disposición, dice
Aulagnier, del capital fantasmático que servirá como reserva. Es
decir, queda como en estado de reserva, al que el sujeto puede
recurrir frente a alguna embestida. Para afrontar la embestida
puberal el sujeto debe recurrir al fondo de memoria, ir a buscar
esos emblemas identificatorios.
Fondo representativo: conjunto de representaciones pictográficas
del proceso originario.
Matriz relacional: los primeros momentos donde se engarzan las
primeras identificaciones, esos significantes primordiales del
sujeto en relación al otro. Retoma la autora de la violencia de la
interpretación, para decir que la matriz relacional es aquello que
18
se construye en los primeros años de la vida psíquica que tiene
la función de ser depositario y garante del yo (posibilita el fondo
de memoria)

Potencialidad
Entonces, el concepto de potencialidad:
1. Marca los posibles del funcionamiento del yo y de las
defensas una vez concluida la infancia.
2. Se vincula también con la posibilidad de constitución de un
pensamiento autónomo en relación a la diferencia respecto
al pensamiento del otro (potencialidad neurótica: puede
cuestionar los EI de los otros, hay pensamiento autónomo;
en la potencialidad psicótica hay un PDP). El tipo de
potencialidad supondrá la articulación con la posición que el
niño va a asumir como investigador en T1 (teorías sexuales
infantiles) en relación a T0.
3. Se vincula con las posibilidades del yo para realizar el
trabajo de historización (principal actividad del psiquismo
yoico), el trabajo de revisión de los enunciados
identificatorios.
Se construye en el trayecto de T1 a T2, y T2 es el momento de la
adolescencia y donde más se tensionan estos enunciados
identificatorios y se produce una revisión de esos enunciados y
en principio propiciarían, a través del principio de permanencia y
de cambio, que se pueda producir algo nuevo.
Potencialidad neurótica
Ese trabajo de historización va de la mano con la conservación
de algunos elementos y la modificación de otros, pero siempre
de la mano con una cierta inscripción en una novela familiar, el
contrato narcisista, la posibilidad de un proyecto a futuro, la vía
exogámica, la inserción en la cultura, etc. En el caso de esta
19
potencialidad neurótica esto se puede producir sin que se
produzca un quiebre.
Siempre hay un intento por parte del yo de tener cierta
autonomía del pensamiento.
Potencialidad psicótica
A la pregunta por el origen (yo como investigador) no hay una
respuesta (falla en la función de portavoz) o hay una respuesta
enigmática o inelaborable por el yo, se responde con la
construcción de un pensamiento delirante primario que rompe
con la lógica del conjunto y que constituye, es el núcleo de la
potencialidad psicótica. Puede pasar que eso quede enquistado
porque en T2 no se produce una contradicción entre la historia
que se construyó el yo y la revisión de la historia, no va a parar
ese T2 en esas zonas siniestradas en torno al propio trayecto
identificatorio.

Psicosis manifiesta
Si ese trabajo de revisión de T2 si va a parar a la zona
siniestrada, donde no hubo respuestas a la pregunta por el
origen y donde se constituyó ese PDP, se puede producir un
quiebre y la ruptura de eso enquistado y producirse una psicosis
manifiesta, un delirio sistematizado
En la psicosis manifiesta, identificante e identificado están en
conflicto y se ha producido un desgarro entre ambos
componentes del Yo. La prohibición recae sobre toda la postura
deseante que no ha sido legitimada por el otro. En la psicosis
hay una imposibilidad de constituir y catectizar ideales, porque
no puede catectizar ninguna potencialidad en su Yo que le
asegure un futuro posible. Hay una prohibición sobre toda
postura deseante que no ha sido impuesta por el deseo de una
instancia exterior. Al no poder historizar, no puede proyectarse a
20
futuro. Entonces nos preguntamos… ¿por qué en la psicosis no
hay posibilidad de historización? No hay una puesta en lugar de
los posibles relacionales, es decir, hay una zona siniestrada
(concepto para nombrar la ausencia de ciertos enunciados
identificatorios; que el sujeto no ha recibido por parte del otro)
donde se tratará de nombrar la ausencia de determinados EI que
no ha recibido del otro ya que el relato sobre el origen no puede
quedar en blanco. Pero ¿cómo se nombran estos EI ausentes?
En un momento, será necesaria la construcción de un
suplemento que suplante aquello que ya no está. Teoría de los
orígenes que suplanta lo que no está, trata de llenar esa zona
siniestrada: pensamiento delirante primario (es un enunciado o
una teoría que el niño se ve obligado a construir, cuando al
interrogarse sobre el origen en este tiempo que es investigador,
se encuentra con un vacío, no hay un anclaje en el cual
sostenerse. El yo se va a pensar como auto engendrado: si se ve
obligado a construir una versión que dé cuenta de su origen)
¿Por qué el delirio sería el espacio de autonomía que se puede
encontrar en la psicosis? El delirio no se va a ajustar al discurso
del otro, se presenta como una diferencia respecto del
pensamiento del otro, el delirio supone un psiquismo activo,
trabajando. No es la repetición del discurso del otro. Espacio de
autonomía, aunque tiene el costo de la locura, supone
sufrimiento.
¿Qué características deben darse para el pasaje de una
potencialidad psicótica a una psicosis manifiesta?
1. El relato sobre el origen ha quedado en blanco (P.D.P.).
Catástrofe que ya tuvo lugar. Zona siniestrada.
2. Prohibición sobre toda postura deseante que no ha sido
impuesta por el deseo de una instancia exterior. Alienación
del pensamiento. Constitución de la potencialidad psicótica.

21
Automutilación de la actividad de pensar. Puede mantenerse
como un collage superficial.
3. Develamiento o telescopage: situación o acontecimiento que
confronta al Yo con una autorrepresentación que se le
impone con carácter de certeza. Imagen de sí mismo que le
devela "el horror de una imagen ignorada".
Autonomía del pensamiento: En la adquisición de la autonomía
del pensamiento podemos pensar el papel de las teorías
sexuales infantiles (T1) ya que cobra una enorme importancia la
respuesta frente a la pregunta por el origen (el descubrimiento de
la mentira). La actividad de pensar es el logro más grande e
importante para la economía psíquica del Yo, es un instrumento
fundamental para ocultar, mentir, engañar. Se sitúa entre T1 y T2
donde ya advino el yo. Es una condición vital para el
funcionamiento del yo que implica que pueda dejar de ser
coautor y devenga autor de su propia historia. Cuando hablamos
de riesgo de exceso, hablamos de alienación del pensamiento.
Lo vinculamos a la adolescencia porque es el momento en donde
se cuestiona la omnipotencia del discurso parental.
- Yo hablado/yo hablo
⮚ toda actividad de pensamiento autónoma no está atravesada
por la repetición, sino por la creación, lo cual implica la
posibilidad de pensar en diferencia con la madre, de
cuestionar los enunciados parentales que hasta entonces se
sostienen, generando, de esta manera, un pasaje del “yo
hablado” al “yo hablante”. Lo que se espera es que el
paciente pueda modificar su funcionamiento psíquico en
función de la singularidad de su historia, de su problemática
a fin de alcanzar un objetivo: reforzar la acción de la pulsión
de vida a expensas de la pulsión de muerte. El final del
proceso implica, entre otras cosas, la posibilidad para el Yo
de no seguir gastando su energía en reprimir lo que el Yo
22
fue, y, a la inversa, que ese mismo Yo acepte transferir
exclusivamente al futuro la posibilidad y el anhelo de actuar
sobre una realidad del mundo que encuentra y encontrará.
¿Cómo se pasa de un yo hablado a un yo hablante? En
relación con los 2 componentes del yo ¿Cómo se produce
en el niño la caída de que el otro sabe todo? ¿Cómo se
constituye en el niño la autonomía del pensamiento? Nos
referimos a pensar de modo autónomo como pensar en
diferencia con la madre. El niño y adolescente podrán
revisar y cuestionar el discurso del otro, las voces arcaicas
que lo han constituido. Así da cuenta de la parte del yo
identificante (yo hablo) a diferencia del yo identificado (me
hablan)
- Yo identificante (yo hablo) en donde T1 y T2 son
tiempos privilegiados para cuestionar al Otro. En T1 el
niño deviene investigador, va a necesitar modificar la
relación que tenia con el portavoz y el cuestionamiento
lleva a encontrar enunciados identificatorios en el grupo
más allá de la pareja parental. Cuestionar los
enunciados y encontrar otra versión. En la psicosis hay
violencia primaria, sino es autismo. La violencia
secundaria atenta contra el yo al que la violencia
primaria dio origen. La violencia secundaria implica el
deseo de que nada cambie por parte de los padres u
otros, que el niño solo se autorice a pensar aquello que
fue pensado y validado por el Otro, lo cual lo deja en
condición de repitente. En la psicosis se obstaculiza la
posibilidad del pensamiento autónomo, el pensamiento
es del orden de la repetición.
- En el yo identificado (me hablan) es el quedar
identificado a los enunciados que el Otro ofrece y van a
construir el yo. Permiten una continuidad en el orden
23
temporal. Los primerísimos intransformables
permanecen como anclajes mínimos necesarios para
seguir siendo el mismo.

Primeros encuentros: el análisis se caracteriza por una situación


de encuentro que se da entre alguien que pide querer hablar de
sus sentimientos (analizante) y, por otro lado, alguien a quien se
le supone un saber sobre el deseo inconsciente (analista). Debe
preservarse una relación de intercambio.
Entrevistas preliminares: tienen la función de iniciar al paciente
en análisis. Es un momento preparatorio. Habla de encuadre del
dispositivo, duración de las entrevistas, honorarios, etc. El
analista acá deberá decidir: resolver si es necesario o no un
tratamiento; si se va a hacer cargo o no del mismo; los
movimientos de apertura.
Movimientos de apertura: refiere al encuadre y a los modos en
que el analista entablará el diálogo. El objetivo es reducir los
movimientos de resistencia. Refiere a las manifestaciones que
pueden ser tomadas por el paciente como positivas, en tanto
invitación a investir al analista y al espacio. En psicosis implica
posicionarse desde un lugar que no obture las posibilidades de
análisis (un SSS que genere clausura). En el neurótico se trata
de reencontrar una historia que había construido en su infancia y
permitirle modificarla. En la psicosis se trata de construir por
primera vez ciertos blancos que habían existido en su historia.
Transferencia: entiende la situación analítica como una situación
de encuentro organizada a partir del intercambio de sentido y
afecto. Establece una analogía entre el analista y analizado con
la relación portavoz e infans; la ilusión transferencial con la
violencia primaria y la ilusión mortífera con la violencia
secundaria.
24
Riesgo de exceso: es la no modificación del statu quo original, es
decir, como la reproducción de ese anhelo de que nada cambie
de la relación transferencial. Se vincula con el abuso de la
transferencia que marca a toda práctica que amenace confirmar
la legitimidad de la ilusión que hace sostener que el analista no
puede esperar oír nada nuevo.
Ilusión mortífera: creer que el análisis se extenderá para toda la
vida y por eso esta destinado a caer esta idea de perpetuar el
análisis. Preservar el anhelo de que la experiencia analítica tiene
un fin es condición de inicio. Puede afectar la autonomía del
pensamiento.
ADOLESCENCIA (AULAGNIER; DE TEORICOS)
Aulagnier concibe a la adolescencia como un tiempo de
transición, un tiempo de “tareas reorganizadoras” entre las que
destaca particularmente un trabajo determinante del éxito o
fracaso de dicha transición adolescente en su conjunto. Ese
trabajo consiste en esencialmente “poner en memoria y poner
en historia” (para que un tiempo pasado pueda seguir
existiendo psíquicamente en y por esta autobiografía; es
necesario un mínimo de anclajes estables que permitan la
permanencia). Esta continuidad psíquica se da en una
autobiografía que es obra del yo. Ese yo que solo puede ser y
devenir prosiguiendo su trabajo de historiador desde el principio
al fin de su existencia en una escritura autobiográfica
interminable en la que todos los capítulos anteriores acabados
pueden estar sujetos a modificaciones parciales en un
permanente trabajo de construcción y reconstrucción del pasado
vivido.
Este trabajo, dirá Piera, es necesario para orientarnos e investir
ese momento temporal inasible que definimos como presente.
Para poder sostenerse todo sujeto necesita un conjunto mínimo
de anclajes (certezas) garantizados por la memoria. Dos de esas
25
certezas son: ser autor de su historia y que las modificaciones a
la que dicha historia está sujetan, no pondrán en peligro esa
parte permanente y singular que debe transmitirse de capitulo a
capitulo.
Este tiempo se vincula también con que en la infancia el niño
deberá seleccionar y apropiarse de aquellos elementos que
constituirán un fondo de memoria, material que será soporte de
sus composiciones biográficas. Este fondo aporta el tejido que le
asegura que lo modificable y lo ya modificado de sí mismo, en su
devenir, no lo transformen en un extraño, garantiza su mismidad.
Asegura dos exigencias indispensables para el funcionamiento
del yo: garantizarle en el registro de las identificaciones esos
puntos de certidumbre que asignan al sujeto un lugar en el
sistema de parentesco; y asegurarle la disposición de un capital
fantasmático que aporte la palabra apta al afecto.
Durante la adolescencia se reformula la pregunta acerca de la
posición identificatoria del yo. Una crisis de adolescencia puede
transformarse en una crisis psicótica cuando alguna experiencia
devela al yo una catástrofe identificatoria que ya tuvo lugar
(develamiento o telescopage).
La adolescencia es el momento en el que el yo podrá
reconocerse como historiador de su propia historia, subrayando
que el trabajo de historización del tiempo vivido, cuya cara oculta
es el proceso identificatorio que supone un investimiento del
tiempo pasado, es la condición para la instalación de una
investidura del tiempo futuro (proyecto). La adolescencia
entonces en tanto giro y encrucijada identificatoria da cuenta de
la necesidad del yo de modificar la dependencia con el
pensamiento parental en vinculación con el pasaje de un “yo
hablado” a un “yo hablo” de modo tal que el grupo social se
emplaza como referente identificatorio que oferta una versión
sobre el origen, escenario para el investimiento del tiempo futuro.
26
El campo del psicoanálisis con niños y adolescentes nos
confronta con los problemas específicos del trabajo con sujetos
en procesos de estructuración psíquica. La adolescencia alude al
tiempo en el cual se despliegan los modos de definición que
llevan a la asunción de la identidad sexual mas o menos estable
y a la recomposición de las formas de la identificación, las cuales
se desanudan de las propuestas de los adultos significativos de
la primera infancia, para abrirse a modelos intergeneracionales.
Estos procesos psíquicos que forman parte de la adolescencia
se ponen en marcha a partir de la entrada en la pubertad con los
concomitantes cambios físicos, incidiendo en la recomposición y
reensamblaje de la instancia yoica. Esta etapa pone a prueba el
yo en tanto en su función defensiva como en la capacidad para
procesar, ligar y simbolizar las representaciones traumáticas que
comienzan con el embate puberal, pero que se continúan con las
identificaciones, des identificaciones, salidas exogámicas, el
consecuente hallazgo de objeto con la reformulación de las
instancias ideales, el desasimiento de la autoridad parental,
como grandes tareas a elaborar por parte del yo.
A su vez la adolescencia es el tiempo de conquista del
pensamiento autónomo. Vinculamos a la adolescencia con la
autonomía del pensamiento porque justamente es un momento
que viene a cuestionar la omnipotencia del discurso parental. El
adolescente cuestiona esa omnipotencia, pero para cuestionar la
omnipotencia del discurso parental debe encontrar fuera otros
enunciados identificatorios que le sirvan de referente. Estos lo
son, por ejemplo, un ideal, un grupo de música, un equipo
deportivo. Parecen alternativas donde el sujeto apoya
identificaciones secundarias sobre la base de las primarias.
Aparece el conflicto identificatorio entre el yo y los ideales. Es
una salida que no es sin conflicto.

27
Es sobre la base de los objetos del pasado que enviste el
presente. La libido va hacia atrás y hacia adelante. Por eso va a
decir que el yo (esto es muy importante) tiene la tarea de
construir(se) un pasado. Cuando la apuesta causal fracasa (de
construirse un pasado) algo se detiene (puede ser un momento
de inhibición, etc.). Lo importante es ayudar al adolescente en
ese pasaje de “construye tu futuro” (que sería el mandato social,
el ideal) a “construye tu pasado”, hace esa sustitución, y con ese
pasado investirás tu futuro. Si caemos en el mandato “construye
tu futuro” estaríamos respondiendo a la demanda parental. O
respondemos al ideal parental o se labura con el adolescente en
la puesta de su propio deseo; la dirección de un tratamiento va
en esa línea. El deseo es lo que se singulariza de un sujeto, lo
propio de cada quien. trabajo de historización está a cargo en la
adolescencia, pero desde la infancia.
Para tomar las identificaciones que ocurren en la adolescencia
deben servirse de aquellos puntos que se dieron en la infancia: el
cuerpo sexuado, la identificación sexuada, la elección de objeto.
Hay sujetos que responden porque hay un capital previo
fantasmático, simbólico, imaginario, que posibilita sortear la
envestida puberal (los cambios del cuerpo) y hay sujetos que
responden de otro modo frente a ese envestida puberal.
La encrucijada en este T2 para un sujeto es poder hacer esa
verificación del relato de los orígenes con el discurso compartido
y también hacer la propia elección, ahí aparece el
cuestionamiento en el discurso parental, la autonomía de
pensamiento.
Winnicott
Winnicott decía que no había que descalificar la “rebeldía
adolescente”, sino que, frente a eso, hay que acompañarla. La
idea no es que haya cárcel, sino carceleros, es decir, alguien que

28
acompañe ese proceso. La función tiene que ver con los padres
y también el grupo sociocultural, el contexto, la salida exogámica.
Hay diferentes dificultades que se plantean en la adolescencia.
Por un lado, para el joven, para encontrar un espacio propio. Y
por el otro lado, para los adultos, para dar respuestas apropiadas
frente a este movimiento de cambio.

MELANIE KLEIN
Es la representante de la escuela inglesa. Desarrolla una
concepción endogenista acerca del psiquismo: el psiquismo está
presente desde los orígenes (no habla de otro en la constitución
psíquica). Además, homologa el psiquismo del niño al del adulto.
La única diferencia entre estos es en relación a la técnica: en el

29
niño será el juego y el dibujo la vía de acceso a lo inconsciente
del niño como sustituto de la asociación libre en el adulto.
Busca la inclusión de niños pequeños en el dispositivo analítico a
partir de la concepción endógena del psiquismo y, por lo tanto,
de la idea de la existencia del inconsciente desde los orígenes.
El análisis del juego les permitirá entonces el acceso a las
experiencias más profundamente reprimidas del niño
(interpretarlo produce el alivio de la angustia). Dirá además que
existe en el niño la conciencia de enfermedad.
Transferencia: hay transferencia negativa y positiva, ambas se
instalan de inmediato y es la negativa la que hay que usar para
trabajar además de la positiva. Se instala una verdadera neurosis
de transferencia. Además, postula la idea de un superyó
temprano. En el dispositivo reduce al mínimo la participación de
los padres (pueden ser un obstáculo).
Educación (diferencia con Anna Freud): Klein cree que la tarea
analítica y educativa se anulan entre sí. Expone que el analista
no puede adoptar un papel de educador porque estaría al
servicio de la represión. Lo importante es que el analista no
represente un agente educativo que diga lo que el niño tiene que
hacer (esto es una fantasía que muchas veces los padres
tienen). Critica el período preparatorio de Anna Freud.
Juego: considera al juego como la técnica privilegiada para
acceder al inconsciente del niño (asociación libre en el adulto). El
niño por tener la capacidad de simbolización tempranamente
puede expresar fantasmas, deseos, ansiedades, mecanismos de
defensa, relaciones de objeto a través del juego (juego como
interpretable). Además, expone que el juego tiene efectos
terapéuticos y que es un indicador que el niño no juegue. Le
atribuye importancia al contenido del juego (diferencia con
Winnicott).

30
ANNA FREUD
Anna Freud es la representante de la escuela de Viena. Ella dirá
que no hay transferencia en la clínica con niños (sólo la positiva
en forma de confianza indispensable porque para ella se trabaja
con los padres vivos, reales y concretos). Otra idea importante
de Anna Freud es la relación que establece entre psicoanálisis y
educación (con el fin de “educar la pulsión”).
Entonces postula que el trabajo con niños supone la incumbencia
de los padres, educadores o analistas. Toda intervención
conlleva una dimensión pedagógica ya que el niño es visto como
inmaduro y dependiente con un yo débil y endeble. El analista
debe encarnar frecuentemente al superyó.
Transferencia: requiere de un vínculo cariñoso previo (alianza
configurada por métodos pedagógicos) mediante el cual la
transferencia positiva, en forma de confianza, pasa a ser
indispensable, mientras que la transferencia negativa debe ser
eliminada. El analista se coloca como guía para que el niño
aprenda a dominar su vida instintiva. No se establece una
neurosis de transferencia (los padres son aún objeto de amor
real del niño). Para Anna, el análisis del niño conlleva influencias
educativas. A su vez propone que en el niño no hay conciencia
de enfermedad, la idea de analizarse, la confianza en el analista
y la voluntad de curarse, lo que no permite un verdadero análisis.
Juego: medio auxiliar utilizado en el análisis.
MAUD MANNONI
Mannoni es una autora de corte lacaniano. Su premisa principal
es la idea del psiquismo del niño como réplica del deseo del otro.
A su vez, le da importancia al contexto que rodea al niño. Dirá
que todo sujeto está marcado por la relación real que tiene con
sus padres y, por lo tanto, toda demanda de análisis debe ser

31
situada en el plano fantasmático de los padres para luego ser
comprendida en el nivel del niño.
Dirá que en el análisis no podemos apartar a los padres del
tratamiento en tanto el niño esta inmerso en un discurso
colectivo. Lo central del análisis es poder situar si el niño es
capaz de asumir su propia historia. Es importante que el niño
pueda diferenciarse y asumir esa trama de engaños en la cual
está inserto. Los padres siempre están implicados en el síntoma
que trae el niño a consulta.
Transferencia: desarrolla la idea de transferencias múltiples ya
que el discurso que se dice es siempre un discurso colectivo. La
idea de las transferencias múltiples responde a la idea de que en
el síntoma del niño interfieren múltiples problemáticas: con los
padres, con la escuela, con otras instituciones que atraviesan al
niño.
- la polivalencia discursiva.
En el análisis con niños, se ponen en juego MÚLTIPLES
TRANSFERENCIAS: la del analista, la de los padres y la del
niño. En la medida en que la enfermedad del niño es el soporte
de la angustia de la pareja parental, las reacciones de los padres
forman parte del síntoma del niño, y, por consiguiente, de la
orientación de la cura.
Cuando ingresa un niño a la consulta, ingresa con otros
significativos en su constitución, padres, hermanos, escuela, etc.
El lugar que se le da a cada uno dependerá de nosotros, del
lugar de los demás en esta constitución.
El niño enfermo forma parte de una angustia parental. Sugerirle a
uno de los padres que su relación con el objeto de sus cuidados
corre el riesgo de ser cambiada implica suscitar reacciones de
defensa y rechazo, toda demanda de cura del niño, cuestiona a
los padres. Toda demanda de curación de un niño enfermo
32
hecha por los padres debe situarse ante todo en el plano
fantasmático de ambos y luego debe ser comprendida en el nivel
del niño. LA CONDUCCIÓN DE LA CURA SE REALIZA
MEDIANTE UN JUEGO DE TRANSFERENCIAS RECÍPROCAS.
Los padres siempre están implicados en el síntoma que trae el
niño, allí se encuentran los mecanismos de resistencia: el anhelo
icc de que nada cambie
Síntoma: Mannoni expone que el niño es síntoma de la pareja
parental; el síntoma es la manifestación de un conflicto entre los
padres. El niño se desarrolla como soporte de la pareja parental
y es en la medida en que el niño porta y soporta que con su
síntoma da cuenta de aquello que “no marcha” en el ambiente en
el cual se haya inserto. El niño se haya inscripto en un discurso
colectivo que abarca los padres, el analista, las instituciones
(relación con contrato narcisista).
Entrevista con el psicoanalista: dirá que la función del analista es
la de restituir al sujeto, como don, su verdad. El analista no es ni
director de conciencia ni educador, su rol es permitir que la
palabra sea. El objetivo es el surgimiento de niño como ser
autónomo, no alienado con los padres. Una consulta
psicoanalítica solo tiene sentido si los padres están dispuestos a
despojarse de las máscaras, a reconocer la inadecuación de su
demanda y a cuestionarse en cierta forma.
Juego: es entendido como simbolismo a descifrar sobre el que se
puede intervenir.
DONALD WINNICOTT
Donald Winnicott tiene una posición teórica respecto al
surgimiento del psiquismo en la cual expone una teoría del
desarrollo: el pasaje de la dependencia (pasando por una
dependencia relativa) a la independencia.

33
Transferencia: en la consulta, el consultor debe ofrecer un
encuadre humano desde un lugar afectivo que le permita al niño
expresar su sufrimiento. El terapeuta no debe deformar el curso
de los acontecimientos. Utiliza la confianza que el paciente tiene
o tuvo con los padres para la mejoría de los mismos. La piensa
desde la regresión, lo cual supone, en el marco de un análisis, un
retorno al estado de dependencia para luego trabajar y sostener
un espacio de independencia. La regresión es un fenómeno
normal a partir del cual se protege al self. La regresión (esta
regresión al narcisismo primario) le permitiría poder sobrellevar
los progresos a partir de las nuevas posiciones que va tomando.
Juego
Para Winnicott el inconsciente NO está presente desde los
orígenes.
Entiende al juego como constitutivo (a diferencia de Klein que
plantea la tópica ya instalada). Así, el juego corresponde al
campo de la salud y de lo universal. A su vez, propone que el
juego es el heredero del objeto transicional, ocupa el lugar que
este anteriormente ocupaba ya que: tiene un lugar y un tiempo
(lugar potencial); ocupa un lugar fundamental en la constitución
psíquica; posibilita el pasaje de un estado de dependencia
absoluta a un estado de dependencia relativa; y corresponde al
campo de lo universal.
Entonces, el juego será una actividad creadora, una situación
donde se utilizan símbolos, una actividad que genera placer. Dirá
que NO importa el contenido, sino que lo que importa es el jugar,
el hacer, habitar este espacio de juego. El juego del garabato es
una técnica útil para establecer contacto con un paciente niño, es
un juego espontaneo.
El interés de Winnicott recae en dar cuenta de cómo se organiza
el desarrollo emocional del niño a lo largo de un estado de
34
dependencia absoluta a un estado de independencia relativa.
Ocupará un lugar esencial la figura de otro que posibilitará la
organización y desarrollo psíquico del sujeto en tanto ejerza una
función materna.
Define a la psicoterapia como la superposición de dos zonas de
juego: la del paciente y la del terapeuta. Dos personas que
juegan juntas. El tratamiento entonces debe encauzarse en
posibilitarle al niño jugar. La condición de la cura: generar un
espacio de juego allí donde inicialmente no se lo encuentra.
El analista se coloca como madre suficientemente buena que
implica que el analista deberá desarrollar la paciencia, tolerancia
y confianza propia de una madre, ofreciéndole la posibilidad al
niño de atender todas sus necesidades; no dejarlo caer, sostener
su confianza porque justamente el juego se sostiene en la
confianza que el paciente deposita sobre el analista.

Semejanzas con Klein:


1. Utilizan el juego en el análisis y coinciden en que tiene
efectos terapéuticos.
2. Juego como actividad privilegiada en niños.
3. Que el niño no juegue es un indicador importante.

ARMINDA ABERASTURY
Pionera del movimiento psicoanalítico argentino. Se diferencia
del marco teórico de Aulagnier (está mas vinculada a Klein), esta
diferencia podemos verla en la postura de Piera acerca de la
35
teorización flotante mientras que Aberastury propone una serie
de datos que no deben faltar en la entrevista principal y nos dan
una idea prínceps. Es decir, la diferencia está en que Aberastury
de alguna manera habla de una entrevista estructurada, no darle
libertad al paciente, pero recopilar datos que no puede faltar, a
diferencia de Piera que habla de no estructurar las entrevistas.
Entrevista inicial con los padres
En esta entrevista se propone un primer encuentro con los
padres, sin el hijo por el que se consulta, pero que debe estar
informado del mismo. Se propone evitar caer en un interrogatorio
que haga sentir a los padres enjuiciados sino por el contrario se
trata de aliviarles la angustia y la culpa que les despierta la
problemática del hijo (debemos hacernos cargo del problema o
síntoma). Con la ilustración de varias consultas, da cuenta del
sentido de la indagación de los elementos que propone indagar.

Datos básicos a obtener:


1. Motivo de consulta: el escollo inicial más difícil para los
padres es hablar de lo que no anda bien en y con el hijo.
Tenemos que tratar de disminuir el monto de angustia inicial
y se logra haciéndonos cargo del conflicto. Estos datos
luego serán comparados con los obtenidos durante el
análisis con el niño.

2. Historia del niño: acá es importante recaudar varios datos


acerca de la historia del niño, como por ejemplo…

 Como la madre sobrellevo el embarazo.


 El parto.
 La lactancia (reflejo de succión, como fue el ritmo de
alimentación).
36
 Su concepto acerca de la maternidad.
 Cómo lo calmaba cuando el niño lloraba y como
reaccionaba cuando el rechazaba el alimento.
 Cómo aceptó el bebe el cambio del pecho a la
mamadera y luego a otros alimentos.
 Su primera palabra.
 A qué edad caminó por primera vez (si se caía mucho).
 Aparición de las primeras piezas dentales.
 Enfermedades, operaciones o traumas.
 Juegos predilectos del niño.
 A qué edad comenzó la escolarización y los motivos.

3. Un día de su vida: la reconstrucción de un día de la vida del


niño debe hacerse mediante preguntas concretas que nos
oriente sobre experiencias básicas de dependencia e
independencia. Podemos preguntar: quién lo despierta y a
qué hora, si se viste solo, quien lo viste, quien lo lleva a la
escuela, etc.

4. Relaciones familiares: consignar la edad, la ubicación


dentro de la constelación familiar, si los padres viven,
profesión de los mismos, que hacen en sus días, la
sociabilidad de ellos.

EL ESPACIO AL QUE LA PSICOSIS PUEDE ADVENIR

37
La conducta y el discurso materno marcan como ella se revela
ante el infans. Puede haber: un no deseo de un hijo o un parto
que no dio ningún tipo de placer.
La falta de un deseo de hijo podemos verla en relación a cinco
puntos:
1. Fracaso de la represión en el discurso materno
2. Exceso de violencia que ella origina.
3. La prohibición de pensar.
4. El pasaje del pensamiento delirante primario a una teoría
delirante primaria sobre el origen.
5. Referente que ese pensamiento debe encontrar en lo real
para que la potencialidad psicótica no se manifieste.

TRANSFERENCIAS
Definición general: vía de acceso al inconsciente. Reediciones de
mociones y fantasías que afloran inevitablemente en el curso del
análisis y que presentan como rasgo esencial la sustitución de la
persona por el médico.
La cuestión acerca de la transferencia plantea poder dar cuenta
de distintos abordajes:
1. Debate Klein-Anna Freud
Melanie Klein sostenía la posibilidad de sostener una verdadera
neurosis de transferencia ya que creía que el inconsciente
estaba presente desde los orígenes. Homologaba el psiquismo
infantil al del adulto donde la diferencia radicaba únicamente en
la técnica (juego en el niño; asociación libre en el adulto).
Anna Freud, por otro lado, no creía que el psiquismo infantil era
igual al del adulto y sostenía que no era posible la transferencia
en el análisis (tendría una tarea pedagógica). A su vez, evita la
transferencia negativa y dirá que tampoco es posible implantar
38
una neurosis de transferencia ya que los objetos aún están
presentes en la realidad.
ANA FREUD: 
 No es posible establecer una “neurosis de transferencia”.
 Entiende a la “transferencia positiva” como condición previa,
y a la “transferencia negativa” como un obstáculo.
 Superyó NO ORGANIZADO
MELANIE KLEIN:
 Es posible establecer una “neurosis de transferencia”.
 Entiende a la transferencia positiva y negativa como
condiciones para la neurosis de transferencia.
 Superyó ORGANIZADO

2. Winnicott
Hablara de la regresión en relación a la transferencia. Plantea
que el analista se postula como madre suficientemente buena a
disposición del lugar que necesita darle el paciente.
La regresión como una vuelta al momento en el que el sujeto no
pudo beneficiarse de la situación (poder ofertarle en el análisis
las condiciones favorables). La familia también se pone a
disposición del analizado ya que el ambiente impacta en el
psiquismo en constitución.
Propone una clínica activa donde hay transferencia con el niño
(depende de la confianza del paciente en el encuadre y en la
técnica analítica). La transferencia se ubica en una zona de
superposición (paciente-analista).
WINNICOTT:
 Piensa a la transferencia a partir de la REGRESIÓN: lo cual
supone, en el marco de un análisis, un retorno al estado de
dependencia para luego trabajar y sostener un espacio de
independencia, que el paciente puede acceder a algo del
orden de lo novedoso
39
 La psicoterapia se da en la superposición de 2 zonas de
juego, la del paciente y la del terapeuta es decir tenemos 2
personas que juegan juntas. 
 La tarea ante un paciente que no juega es llevarlo de un
estado de no poder jugar a uno que pueda hacerlo. 
 Si la excitación física o comportamiento instintivo (Pulsional)
resultan evidentes cuando un niño juga el juego se detiene.

3. Mannoni
Como ya hemos visto, Mannoni plantea al niño como síntoma de
la pareja parental (aquello que no marcha en el ambiente). Habla
también de un discurso colectivo en el cual el niño se ve inmerso
y plantea que el psicoanálisis de niños involucra el
establecimiento en el espacio clínico de transferencias múltiples.
Lo central es situar al niño en asumir su propia historia
diferenciándose de la trama de engaños de la pareja parental.
MANONI:
 Transferencias múltiples (analista, niño, padres). El discurso
que se dice siempre es un discurso colectivo.
 Que el niño sea síntoma de la pareja parental implica que se
encuentra inserto en un discurso. Viene a dar cuenta de
aquello que no funciona en la pareja.
 Las resistencias estarán del lado de los padres (deseo de
que nada cambie), ya que cuando el niño mejora rompe con
el equilibrio que hasta ese momento se había logrado.

AULAGNIER:
ILUSIÓN ANALÍTICA: 
 En todo proceso analítico se pone en juego una “ILUSIÓN” y
EXPECTATIVA a nivel de la transferencia: esto ocurre en la
medida en que existe un otro a quien se le supone un saber
acerca de las significaciones de sus pensamientos y deseos
que se le expresan.

40
 Se trata de una ilusión necesaria para el desarrollo de la
experiencia, que, sin embargo, a veces puede desembocar
en consecuencias que invertirán el fin al cual dicho proceso
apuntaba. En este caso, la transferencia se pondrá al
servicio de un deseo de muerte del Yo por el Yo, que se
realizará a través del “deseo de no desear pensar más”, de
la tentativa de imponer silencio a esa forma de actividad
psíquica constitutiva del Yo.
ABUSO DE TRANSFERENCIA:  
 El analista “encarna” ese lugar de sujeto supuesto saber, es
decir, ofrece la idea al analizado de que todo aquello que
pensó sobre sí mismo ya fue pensado por el analista.
 Si el analista posee la totalidad de lo pensable y nada de lo
que el analizado ofrezca será nuevo para él, entonces –a
juicio del analizado- poco importa lo que él diga). Entonces,
algo que era una ILUSIÓN ÚTIL porque ponía en marcha la
transferencia se transforma en una ILUSIÓN MORTÍFERA 
que priva al analizado de todo interés por la búsqueda  de
pensamientos nuevos y de representaciones perdidas.

MOVIMIENTOS DE APERTURA
La iniciación de una experiencia acogida benevolente del
analista, la posibilidad de la instalación de la transferencia y
posibilidad de construcción de la demanda en el sentido de
construcción de la razón de análisis, pero queda claro en
Bleichmar que la constitución de la razón de análisis es un
trabajo compartido, no es algo que el sujeto trae, él trae una
consulta/sufrimiento, pero las entrevistas preliminares apuntan a
construir una razón de análisis, que eso sea ocasión para la
instalación de un enigma que motorice el trabajo investigativo
que el analista implica, y esto no puede hacerse sino es gracias
a la intervención del analista y la instalación de ese enigma es

41
indisociable de la instalación de algo del orden de la
transferencia.

MOVIMIENTOS DE APERTURA: 
 Son las acciones que llevará a cabo el psicólogo para iniciar
un análisis , guiándose por la información obtenida en
entrevistas preliminares. 
 Los movimientos de apertura cuando se trata de una
neurosis tendran que ver con el manejo que el analista haga,
en transferencia, de los tiempos de las intervenciones, las
interpretaciones, sostener el silencio, etc. 
 Entendiendo al análisis como una construcción de a 2 con el
sujeto.

BLEICHMAR:
 El análisis transcurre en transferencia. 
 Es impensable un producto analítico en el cual el niño no
establezca algún tipo de interrogación sobre sus síntomas y
en relación a esto, una demanda.
ESPACIO PARA LA NEOGÉNESIS Y LA SIMBOLIZACIÓN

- ADOLESCENCIA.
EL T2 EL ADOLESCENTE COMO HISTORIADOR: Posibilidad
de distanciarse o no de los enunciados identificatorios. Habla del
trabajo psíquico, de la singularidad de ese tiempo en la
organización y la relación con el origen. Es la adolescencia,
tiempo marcado por una encrucijada identificatoria, giro
identificatorio. No es lo mismo pensar los tiempos, recorrido
identificatorio que 3 modos de escritura, son lógicas diferentes
que dan cuenta de la actividad de representación, proceso
originario, proceso primario, proceso secundario.
POSIBLES RELACIONALES: la adolescencia supone 2 etapas.
1) constitución del fondo de memoria que da permanencia
42
identificatoria. 2) puesta en lugar de los posibles relacionales
(hacia lo exogámico). La posibilidad de investimiento (su rigidez
o no) en los nuevos objetos, dependerá de la represión. Aparece
la pregunta por el ser, quién quiero ser. Si el fondo de memoria
conserva traumatismos, el yo puede armarse de defensas para
ganarse estabilidad, lo cual no implica traumatismos elaborados,
quedando más pobre a la posibilidad de realizar nuevas
relaciones. Investir nuevas experiencias, lo expone al riesgo de
resonar con una zona siniestrada.  Para que el sujeto tome
ideales del yo más allá de las figuras parentales primero tiene
que existir las figuras parentales para que el sujeto pueda
comparar las figuras identificatorias parentales por llamarlo de
algún modo, pero para después poder comparar con otros
referentes identificatorios.
FONDO DE MEMORIA: puntos de referencia del pasado sobre
los que se construye la historia. Tiene que ver con la singularidad
del sujeto que hace identificaciones. No son anclajes originarios
sino que son posteriores al complejo de edipo. Es lo reprimido
(representaciones de lo histórico-vivencia) de la infancia. Algunas
cosas quedan más o menos metabolizadas. El fondo de
memoria, el entretejido, lo necesario para la constitución del
fantasma del sujeto.
CONTRATO NARCISISTA: Este contrato tiene como signatarios
al niño y al grupo social. Desde su llegada al mundo e incluso
antes de la misma, el grupo catectiza al infans como voz futura,
le ofrece y anticipa un espacio para él en tanto éste repita los
enunciados que engloba. Se instaura, así, un pacto de
intercambio: mientras el grupo social garantiza un lugar para el
nuevo miembro, este nuevo miembro se compromete a repetir el
discurso del conjunto social. Por lo tanto, el CONTRATO
NARCISISTA es una especie de contrato entre el niño y el
conjunto social en el que está inmerso, mediatizado por los
propios padres.
PROYECTO IDENTIFICATORIO: Es la autoconstrucción
continua del yo por el yo, necesaria para que esta instancia
pueda proyectarse en un movimiento temporal, proyección de la
43
que depende la propia existencia del yo. Supone un acceso a la
temporalidad y a la historización. La entrada en escena del yo es
la entrada en escena de un tiempo historizado.
Es YO es comprendido como EL SABER DEL YO SOBRE EL
YO, lo cual supone que el YO dispondrá de un saber sobre el Yo
futuro, sobre el devenir del yo.
El PROYECTO es la CONSTRUCCIÓN DE UNA IMAGEN IDEAL
QUE EL YO SE PROPONE A SÍ MISMO. La posibilidad del Yo de
catectizar emblemas identificatorios que dependen del discurso
del conjunto y no ya del discurso de un único otro se
corresponde con la declinación del Complejo de Edipo. Antes de
la disolución del Complejo de Edipo, el niño buscará modelar su
imagen ideal futura en función de un orden que no responde a la
castración: “cuando sea grande, me casaré con mamá  y
poseeré todos los objetos que existen”. Sin embargo, a partir de
la declinación del Complejo de Edipo y de la consecuencia
instalación de la castración, nuevas referencias van a modelar la
imagen a la que el Yo espera adecuarse: “cuando sea grande,
voy a ser médico, abogado, padre”.
De cualquier modo, ENTRE EL YO Y SU PROYECTO (o entre el
YO ACTUAL y el YO FUTURO) siempre debe persistir UN
INTERVALO, UNA DIFERENCIA: lo que el Yo piensa ser debe
siempre presentar una carencia, una falta que implica la
INSTALACIÓN DE LA CASTRACIÓN.

- Potencialidad y manifestación.
POTENCIALIDAD: son los posibles del yo en relación a sus
posiciones identificatorias. Se construye en el tránsito de T1 a
T2, puede ser neurótico, psicótico, polimorfo.
sintomáticos que son la perversión, ciertas formas de
somatización, la toxicomanía, la relación pasional o alienante.
POTENCIALIDAD NEURÓTICA: los indicadores de
potencialidad neurótica suponen la posibilidad de cuestionar los
enunciados ofrecidos por el otro. Supone la conquista de un
pensamiento autónomo. Predominio del principio de realidad  si
44
el principio de placer está articulado a la caída de la
omnipotencia parental y propia. Este tiempo coincide con la
operatoria de la represión secundaria. En la neurosis constituye 
las teorías sexuales infantiles que caen sobre la represión. En la
psicosis el niño también va a ofrecer una respuesta frente a lo
que había quedado en blanco, no van a ser teorías sexuales
infantiles, sino el pensamiento delirante primario.

POTENCIALIDAD POLIMORFA: las piezas del yo parecen bien


encastradas, pero el constructor no reconoce en el cuadro que
de ellas resulta el modelo que se suponía habría de reproducir.
El paso de esta potencialidad al estado manifiesto producirá esos
cuadros

POTENCIALIDAD PSICOTICA: No se trata de una potencialidad


latente que sería común a todo sujeto, sino una organización de
la psique que puede no dar lugar a síntomas manifiestos pero
que muestra, en todos los casos en que es posible analizarla, la
presencia de un pensamiento delirante primario enquistado y no
reprimido. Este quiste puede hacer estallar su membrana para
derramar su contenido en el espacio psíquico: CUANDO ESTO
OCURRE SE PASA DE LO POTENCIAL A LO MANIFIESTO.

PASAJE DE POTENCIALIDAD PSICOTICA A


POTENCIALIDAD MANIFIESTA: Ocurre en el momento de la
adolescencia en que el sujeto descubre que, en su recorrido
identificatorio pasado, nunca había encontrado …. que le
hubiesen asegurado el carácter autónomo, inalienble de una
parte de sus experiencias identificatorias en el registro de lo S y
que le hubiese garantizado su parte de libertad en la elección de
sus objetos, metas y deseos.

TELESCOPAGE o DEVELAMIENTO. Una situación, una


experiencia, un acontecimiento que confronta de manera
imprevista al yo con una auto-representación que se impone a él
como certeza. Le devela el horror de una imagen ignorada por él.
45
- Indicadores clínicos de trabajo adolescente y el contrato
narcisista:
1. Indicadores clínicos que refieren a la constitución de la
tópica son Tiempo y Espacio, son del orden del
investimiento, el espacio supone la distancia con el cuerpo
del otro y la noción de tiempo a partir de la presencia y
ausencia de otro.
2. Los indicadores de potencialidad neurótica suponen la
posibilidad de cuestionar los enunciados ofrecidos por el
otro. Supone la conquista de un pensamiento autónomo.
3.  Predominio del principio de realidad  si el principio de
placer está articulado a la caída de la omnipotencia parental
y propia. Este tiempo coincide con la operatoria de la
represión secundaria. 
4. En la neurosis constituye  las teorías sexuales infantiles
que caen sobre la represión. En la psicosis el niño también
va a ofrecer una respuesta frente a lo que había quedado en
blanco, no van a ser teorías sexuales infantiles, sino el
pensamiento delirante primario.

-REPRESION ORIGINARIA:
La R.O. sepulta en el inconsciente los representantes primarios
de la oralidad, analidad, del autoerotismo. La tópica se funda a
partir de la operatoria de la R.O. ¿Cuando se produce? No solo
con el destete(7m) el niño sigue usando mamadera, chupete (la
pulsión oral sigue ahí) .
 Entre los 2 y 3 años que coincide con la escolarización
socialmente se empieza a pautar el abandono de éstos modos
de satisfacción directo: "basta chupete, mamadera". Pautaciones
que el adulto hace desde sus aspectos yoicos, narcisisticos y
superyoicos va produciendo en el YO DEL NIÑO UNA FUERZA
(por temor a perder el amor). El niño tiene que rehusarse
46
concientemente, voluntariamente, a estos modos de satisfacción
pulsional. (Un trabajo que el yo hace de manera conciente,
intencional, voluntaria).
En los primeros tiempos el niño puede controlar esfínteres pero
eso no implica que la r.o. haya operado y que los representantes
de la oralidad,analidad hayan caído en el ICC.

¿Cuando sabemos que esto se produce? Por apres coup, a


posteriori. Indicadores: pudor, asco, vergüenza, culpa. 
(precursores de la ética, Bleichmar)
Hay un tiempo anterior a la represión originaria que tiene que ver
con el autoerotismo, zonas erógenas, instalación de la
sexualidad. Implica que aquello que nunca fue conciente y no va
a serlo.
 La represión secundaria, sepulta el complejo de Edipo, las
mociones incestiosas. Es el retorno de lo secundariamente
reprimido, siempre es fallida, lo sabemos por sus efectos. La
represión es un mecanismo de defensa qué opera de manera
ICC pero es necesario que haya un primer tiempo donde el niño
decida abandonar modos de satisfacción, el niño está haciendo
un esfuerzo de rehusamiento (en el plano del yo y conciente,
voluntad conciente).
La R.O. es un ordenador que va a dar cuenta de tiempos de
organización de la psique. La represión no es mítica ES REAL,
cercable, historizable, rastreable a partir de sus efectos.

INDICADORES CLÍNICOS DE LA REPRESIÓN ORIGINARIA:


Diferenciación yo-no yo.
Construcción de diques anímicos.
Control de esfínteres.
Lenguaje gobernado por la lógica del conjunto social.
Presencia de estabilidad temporal y espacial.
Posibilidad del niño de inscribirse en una genealogía (por
ejemplo, explicar por qué su tío es su tío).
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-JUEGO
“El juego nos permite ver la constitución subjetiva del niño y
también puede servir como técnica para explorar y poder
intervenir o establecer algún tipo de ligazón, o intervención
simbolizante, que vaya en pos de la complejización del aparato”.

MELANIE KLEIN:
Su principal aporte al psicoanálisis fue su
CONCEPTUALIZACIÓN DEL JUEGO, el cual será comprendido
por ella del siguiente modo:
Como el EQUIVALENTE DE LA ASOCIACIÓN LIBRE EN LA
PERSONA ADULTA: los niños no pueden asociar libremente de
la misma manera que un adulto (no porque les falte la capacidad
para poner sus pensamientos en palabras, sino porque la
angustia se resiste a las asociaciones verbales), de modo que no
se puede obtener suficiente material únicamente por la palabra.
Como el medio más adecuado de expresión para el niño: por
medio del mismo, el niño podrá expresar fantasías, experiencias,
intereses, ansiedades y demás contenidos.
Como el medio más adecuado de acceso al inconsciente: a
través de la escena lúdica, como se mencionó previamente, se
podrán descubrir fantasías, ansiedades, modos defensivos, el
tipo de relación de objeto, entre otras cuestiones.
Postula una analogía entre el lenguaje propio del juego y el
lenguaje propio del sueño, por lo tanto, el juego deberá ser
analizado del mismo modo que se analiza un sueño. Es
necesario estar atento a aquello que se repite, que insiste.
Por otro lado, KLEIN propone la construcción de una “CAJA DE
JUGUETES” que deberá contener esencialmente juguetes
pequeños, simples y no mecánicos, ya que su número y variedad
permitirán al niño expresar una amplia serie de fantasías y

48
experiencias. Sitúa la importancia de que CADA NIÑO tenga su
propia caja de juguetes.
Muchas veces los niños llevan sus propios juguetes, y, además,
los juguetes no son el único requisito para un análisis del juego:
a veces, en el juego, el niño asigna roles al analista y a sí mismo,
como por ejemplo el juego del doctor y el paciente, de la escuela,
de la madre y el hijo, etc.
A partir del uso que haga el niño del CONTENIDO Y DE LA
ESCENA MISMA DEL JUEGO, el ANALISTA realizará sus
interpretaciones acerca de la manifestación del contenido y/o
conflictiva inconciente del sujeto. El ANALISTA se sitúa en el
lugar de INTERPRETANTE, y debería permitir que el niño
experimente sus emociones y fantasías tal como ellas se
presentan.
Otra cuestión importante en la TÉCNICA DEL JUEGO ha sido
siempre el ANÁLISIS DE LA TRANSFERENCIA: en la
transferencia con el analista, como sabemos, el paciente repite
emociones y conflictos anteriores.

DONALD WINNICOTT:
el juego es un HEREDERO DEL OBJETO TRANSICIONAL, es
decir, ocupa el lugar que anteriormente este ocupaba, PORQUE:
Tiene un lugar y un tiempo. No se encuentra adentro ni afuera, o
sea, no es una realidad psíquica interna. Se encuentra fuera del
individuo, pero no es el mundo exterior.
Es del orden de lo constitutivo, ocupa un lugar importante en la
constitución psíquica (no lo entiende como técnica).
Posibilita un pasaje de un estado de dependencia absoluta a un
estado de independencia relativa, y
Corresponde al campo de lo universal.   
Añade, además, que el juego es del ORDEN DE LA SALUD (en
este punto, coincide con KLEIN): facilita el crecimiento, conduce
a relaciones de grupo, puede ser una forma de comunicación en
psicoterapia. De hecho, cuando un paciente no puede jugar, nos

49
encontramos con un importante indicador clínico a ser estudiado
y tenido en cuenta en el análisis.
WINNICOTT define a la PSICOTERAPIA como la
SUPERPOSICIÓN DE DOS ZONAS DE JUEGO: la del paciente
y la del terapeuta. Está relacionada con dos personas que juegan
juntas. En otras palabras, el tratamiento debe encauzarse a
posibilitarle al niño jugar. Por consiguiente, la condición de la
cura está guiada por esta cuestión: en generar un espacio de
juego allí donde inicialmente no se lo encuentra. EN EL MARCO
DE ESTE DISPOSITIVO ANALÍTICO, el autor sostiene que las
interpretaciones se deben dar en ciertos momentos, y en un
principio, deben ser mínimas. Si se desea avanzar con la
psicoterapia, el juego mutuo que se da en este espacio debe ser
espontáneo, no de acatamiento, y es fundamental, que el
ANALISTA se comporte como una “MADRE
SUFICIENTEMENTE BUENA” (aquella que, en un primer
momento, ilusiona, y en segundo momento, desilusiona): esto
implica que el analista deberá desarrollar la paciencia, tolerancia
y confianza propia de una madre, ofreciéndole la posibilidad al
niño de atender todas sus necesidades; no dejarlo caer, sostener
su confianza. Porque JUSTAMENTE el juego se sostiene en la
confianza que el paciente deposita sobre el analista.
Winnicott piensa a la transferencia a partir de la REGRESIÓN: lo
cual supone, en el marco de un análisis, un retorno al estado de
dependencia para luego trabajar y sostener un espacio de
independencia, que el paciente puede acceder a algo del orden
de lo novedoso.
No le confiere tanta importancia AL CONTENIDO DEL JUEGO, lo
importante para él, es que el niño juegue. Tiene importancia el
juego en sí mismo, y no su contenido.
Si la excitación física o el compromiso instintivo resultan
evidentes cuando un chico juega, el juego se detiene o por lo
menos queda arruinado.

EL JUEGO DEL GARABATO:


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El juego del garabato es un método para establecer contacto con
un paciente cuando este es un niño. Es un juego reglado que
pueden jugar dos personas. La razón de que tenga valor para la
consulta terapéutica es que el consultor utiliza los resultados de
acuerdo con lo que, según ha averiguado, el niño quiere
comunicar.
Una vez que llegar el niño, en el momento indicado, le digo
“Juguemos a algo. Te mostraré a qué me gustaría jugar a mí”. En
la mesa, que hay entre el niño y yo, tengo papel y dos lápices.
Primero tomo algunas hojas de papel y las rompo por la mitad,
dando así la impresión de que lo que vamos a hacer no tiene
ninguna importancia desmesurada, y luego empiezo a explicar:
“Este juego, que a mí me gusta, no tiene reglas. Simplemente
tomo y lápiz y hago esto…” y probablemente mirando hacia otra
parte hago un trazo a ciegas. Continúo entonces con mi
explicación: “Me dirás a qué se parece esto que yo hago, o si
puedes lo conviertes tú en alguna cosa; después tú harás lo
mismo para mí, y veré si puedo hacer algo con lo tuyo”. Si el niño
en vez de dibujar quiere charlar, o jugar con los juguetes, o hacer
música, o corretear por la pieza, me siento en libertad de
amoldarme a sus deseos. A menudo en una hora ya hay veinte o
treinta dibujos hechos por ambos, cuya significación fue
haciéndose más y más profunda, y el niño la siente parte de una
comunicación importante.

BLEICHMAR:
“Lo lúdico, en tanto espacio simbólico de placer, generador de
sentido, que debe ser sometido a la prueba de la palabra cuando
de analizar se trata...El inconsciente es aquello que, por estar
exento de toda intencionalidad, se ve cerrado a la comunicación.
Si por medio del juego se puede acceder a algo del inconsciente,
no es entonces el juego mismo lo que se interpreta, sino la
presencia en él del inconsciente”.

51
Bleichmar dice que no es el objeto lo que importa, sino el exceso
del objeto. No es el juego lo que se interpreta (como hace Klein)
sino lo que hay o no de icc en él.
se debe diferenciar juego de pseudojuego. El pseudojuego
significa un “como si”, que no corresponde a un juego. Y también
simbolización y sexualización porque en el juego también está la
pulsión, se enlaza, engarza significante y pulsión. El juego liga la
pulsión con el lenguaje, con el significante.
La función del analista es otra, no es aquel que interpreta todo el
tiempo. Sino, es ver qué dice el niño cuando juega, qué dice el
niño cuando dibuja, qué dice el niño del dibujo, de lo que modela.
Cuándo para de jugar y cuándo no
El juego en su carácter de producción simbólica, en sus
relaciones con otros procesos de constitución de la
simbolización, requiere que nos posicionemos en la intersección
de dos ejes: el del placer, al cual remite “lo lúdico” y el de la
articulación creencia-realidad, que lo ubica en tanto fenómeno
del campo virtual. Constituye un sector importante del amplio
campo de las formaciones de intermediación, intermediación
entre el espacio de la realidad y las creaciones fantasmáticas del
sujeto.
Modo de funcionamiento que no puede sostenerse más que en el
plano de la creencia, que implica cierto clivaje longitudinal del
psiquismo con previo establecimiento de dos planos que se
despliegan.
Prerrequisito de clivaje psíquico, en términos que posibilitan el
despegue de un espacio de certeza y otro de negación, teniendo
como sustento la represión originaria. Si este clivaje no se
realiza, el pseudo juego es la realización de un movimiento de
puesta en acto en el mundo de una convicción delirante, que no
sólo da cuenta del fracaso parcial de la función simbólica en el
sujeto sino también se torna irreductible al proceso de
comunicación, cerrado a todo intercambio.
El juego, como puesta en escena de una fantasía, no puede
hacerlo sino por medio de ciertos niveles de deformación en los
cuales aquello reprimido emerja y al mismo tiempo se encubra, al
52
igual que ocurre con el sueño. Como toda actividad sublimatoria
es posible en tanto haya transmutación de meta y de objeto.
Concebimos a la función simbólica no constituida como efecto de
la ausencia del objeto, sino de un exceso.
Lo que posibilita la simbolización no es la ausencia del objeto,
sino el plus que genera en tanto objeto paradojal, aplacatorio de
la necesidad y suscitador de libido.
Si la función simbólica se establece entonces por el hecho de la
existencia en el psiquismo de la implantación de la sexualidad
humana como plus de placer.  Lo sexual sublimado,
desexualizado, tiene un lugar princeps a posteriori en el
establecimiento del juego, dando cuenta a la vez de los modos
mediante los cuales podemos cercar metapsicológicamente la
aparición de actividades compulsivas cuya ganancia de placer
directo no pueden llevar a ser confundidas con el juego en el
sentido estricto.
En el juego de niños que han sido sometidos a traumatismos
reiterados vemos emerger fragmentos de lo real vivido sin
metabolización ni transcripción, ante los cuales es necesario más
que interpretarlos restituirlos en su carácter simbólico a través
del establecimiento de formaciones de transición. En este
sentido, considerar la intervención del analista como meramente
lúdica es insuficiente, debe ser restituido el VALOR DE LA
PALABRA como modo de simbolización dominante en la función
analítica.
Cuando hablamos del juego en tanto vía de acceso al
inconsciente, sabemos que se trata del juego en análisis y no del
juego en general.
Tomado el juego debe ser siempre enmarcado, por un lado, por
la palabra hablada que abre el rumbo de lectura que posibilita el
acceso al sentido, y por otro, del conocimiento singular de la
historia y de las vicisitudes del sujeto que JUEGA.

ANNA FREUD:

53
 Uso de recursos auxiliares técnicos: dibujo, fantasía,
sueños, trabajo con padres.
 El objetivo del analista es: analizar y educar.

54

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