Tema 9 Trastornos Del Pensamiento

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PSICOPATOLOGÍA MS.c Lindsay V.

Aguilar Vargas
TEMA Nro. 9

TRASTORNOS DEL PENSAMIENTO

INTRODUCCION

Los trastornos del pensamiento se estudian a través del discurso del sujeto, que
es como toman forma. Los trastornos del pensamiento son aquellos que suponen
una merma en el juicio, así como una alteración en la forma de pensar, en la
lógica del propio pensamiento o en el contenido del mismo.

La historia de los trastornos formales del pensamiento aparece ineludiblemente


ligada a la historia de la descripción psiquiátrica de la esquizofrenia.

El pensamiento es entendido como una función cognitiva superior, mediante el


pensamiento formamos conceptos, resolvemos problemas, tomamos decisiones y
emitimos juicios; aunque a lo largo del tiempo se ha evidenciado que no se puede
llegar a una única definición de pensamiento.

DEFINICION

El pensamiento —dice Manuel de Vega— es una actividad mental no


rutinaria que requiere esfuerzo. Ocurre siempre que nos enfrentamos a una
situación o tarea en la que nos sentimos inclinados a hallar una meta u
objetivo, aunque existe incertidumbre sobre el modo de hacer lo. En estas
situaciones razonamos, resolvemos problemas, o de modo más general
pensamos. El pensamiento implica una actividad global del sistema
cognitivo, con intervención de los mecanismos de memoria, la atención, las
representaciones o los procesos de comprensión; pero no es reductible a
éstos. Se trata de un proceso mental de alto nivel que se asienta en
procesos básicos, pero incluye elementos funcionales adicionales, como
estrategias, reglas y heurísticos (De Vega, 1984).

Entendemos por pensamiento al flujo de ideas, símbolos y asociaciones dirigidas


hacia un objetivo, y que se expresan a través del lenguaje (pensamiento discursivo
verbal) o a través de la acción (pensamiento práctico). Podemos, entonces,

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entender como pensamiento normal, aquel en que el observador puede seguir la
secuencia verbal o ideacional del discurso, que respeta las reglas fundamentales
de la lógica y que cumple un objetivo o meta. Se desprenden de esta descripción
distintos niveles para analizar el pensamiento: estructura o curso formal del
pensamiento; el contenido del pensamiento; la velocidad del pensamiento; y el
control del pensamiento. Para observar la estructura del pensamiento, es necesario
poner atención al uso que el paciente da a las palabras, su concordancia con usos
gramaticales, y los principios lógicos inherentes al discurso como son el orientarse
a una meta y respetar el principio, por ejemplo de no contradicción.

TRASTORNOS DEL PENSAMIENTO

DEFINICIÓN

Son trastornos del razonamiento y suponen deficiencias en la inferencia deductiva,


inductiva y de solución de problemas. Frecuentemente se asocian los trastornos
formales del pensamiento con los trastornos del discurso o el “habla
desorganizada”. Por tanto, para su estudio debemos partir del lenguaje que
expresa el sujeto en condiciones de diálogo o de monólogo, así como en la
modalidad oral o escrita.

CLASIFICACIÓN

Clásicamente, los trastornos del pensamiento se han dividido en trastornos del


curso y trastornos del contenido del pensamiento, si bien algunos autores (Pérez
Retuerto y cols., 2007) añaden un tercer grupo: los trastornos de la vivencia del
pensamiento, estos serán explicados a continuación.

1.- TRASTORNOS DEL CURSO DEL PENSAMIENTO

El curso del pensamiento se podría definir como la manera en que la persona


une ideas o asociaciones, o la manera en que uno piensa. Lo que se evalúa es,
pues, el curso con el que fluye el pensamiento, es decir, cómo el paciente formula,
organiza y expresa sus pensamientos.

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El pensamiento normal se manifiesta con un lenguaje coherente, que es claro,
fácil de seguir, lógico, con capacidad de síntesis y de dirigirse hacia un
objetivo determinado. En cambio, en los trastornos del curso del pensamiento
aparece una dificultad o imposibilidad de seguir el discurso del paciente.

Los trastornos del curso del pensamiento se pueden subdividir en trastornos de la


velocidad y trastornos de la forma propiamente dicha.

A) Trastornos de la velocidad

Se registra la cantidad y la velocidad de los pensamientos. Sus principales


trastornos son los siguientes:

- Taquipsiquia o pensamiento acelerado.- El desarrollo del pensamiento es


más rápido de lo normal. Se aprecia una mayor tensión del pensamiento y
más espontaneidad. Los pacientes verbalizan un alto número de vocablos
por unidad de tiempo. Aparece también una disminución del período de
latencia de respuesta. El paciente tarda menos tiempo de lo normal en
responder a las preguntas, pudiendo incluso comenzar la respuesta antes de
haber acabado la pregunta. Existe un aumento en la cantidad de habla
espontánea, y puede haber un cambio rápido de un tema a otro. Se puede
observar principalmente en los episodios maníacos, y en algunos trastornos
por abuso de sustancias.
- Fuga de ideas o pensamiento ideofugitivo.- Sucesión de asociaciones
múltiples por la que el pensamiento parece saltar bruscamente de una tema
a otro. El flujo de palabras es casi continuo. Existe distraibilidad y se cambia
de tema ante cualquier estímulo externo, aunque pueda ser irrelevante, de
manera que prácticamente no se concluye ninguna idea. El paciente habla
sin cesar, estableciendo escasas pausas, sin parecer cansarse. Aparece una
exagerada capacidad asociativa (facilidad asociativa), saltando de una idea
a otra con excesiva facilidad (pensamiento saltígrado) o incluso pueden
aparecer asociaciones de ideas por asonancia de palabras (el solo sonido de
una palabra provoca una asociación con otra palabra fonéticamente
parecida) o por cambio en el sentido de una palabra, o también por estímulos

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externos (mobiliario de la habitación, etc.). Se observa preferentemente
asociado a taquipsiquias severas y aparece sobre todo en los episodios
maníacos, secundario a algunos tóxicos, y también en los síndromes
maniformes de etiología médica, si bien en este último caso no se suele
observar la pureza ni la riqueza asociativa propia del episodio maníaco
primario.
- Bradipsiquia o pensamiento inhibido.- El desarrollo del pensamiento es
escaso y está retrasado. El discurso es más lento de lo normal. El paciente
habla poco y da la impresión de que le cuesta pensar. Existe un aumento en
el período de latencia de respuesta y un retraso y/o dificultad en la asociación
de ideas. Sin embargo, no tiene por qué existir simplismo argumental. Es
posible observarlo principalmente en los episodios depresivos, en algunos
trastornos por abuso de sustancias (o en su abstinencia), en algunas
enfermedades no psiquiátricas y también como efecto secundario de algunos
fármacos.
- Bloqueo del pensamiento.- Es la interrupción súbita del curso del
pensamiento, antes de completar una idea, sin que exista razón alguna
aparente que lo explique, al menos para el observador externo. Aparece una
parada en el discurso, perdiéndose la idea directriz. El paciente puede referir
incapacidad para recordar lo que estaba diciendo o lo que quería decir. Se
da especialmente en la esquizofrenia (muchas veces de manera secundaria
a la presencia de alucinaciones o de seudoalucinaciones auditivas), si bien
también puede darse incluso en sujetos normales en situaciones de
ansiedad.

B) Trastornos de la forma propiamente dicha

Se evalúan la direccionalidad y la continuidad del pensamiento. Los trastornos más


significativos son los siguientes:

- Pensamiento circunstancial.- La información dada es excesiva,


redundante. El lenguaje es prolijo, existe dificultad para seleccionar las ideas
y no puede discernirse entre aquello que es esencial y aquello que es

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accesorio, expresándose todo con la misma importancia. Aparece una
pérdida de la capacidad de dirigir el pensamiento hacia un objetivo. El
paciente incorpora detalles excesivos, innecesarios, irrelevantes, con
múltiples incisos y comentarios aclaratorios y con evidentes dificultades para
llegar a la idea final, aunque si se le deja hablar lo suficiente, sí que llega a
alcanzarlas, a diferencia de lo que ocurre en el pensamiento tangencial. Se
distingue también de la pobreza del contenido del habla, ya que en el
pensamiento circunstancial el paciente tiende a dar todo tipo de detalles.
Puede también aparecer un exceso de frases hechas, de salutación o de
cumplido, así como un cierto toque pedante en la conversación. Es un
trastorno relativamente inespecífico; se observa en algunos pacientes con
epilepsia, esquizofrenia, retraso mental, algunas personalidades obsesivas,
deterioros cognitivos leves e incluso en personas catalogadas como
normales.
- Pensamiento distraído.- El paciente se para en medio de una frase o idea
y cambia el tema en respuesta a estímulos inmediatos.
- Pensamiento tangencial.- Consiste en una incapacidad para la asociación
de pensamientos dirigidos a un objetivo. El paciente responde de una forma
oblicua a aquello que se le pregunta. En él se pierde el hilo de la
conversación. Hay una falta de relación entre la pregunta y la respuesta dada.
El paciente se pierde en divagaciones, continuando con pensamientos
divergentes inducidos por estímulos externos e internos irrelevantes. En
respuesta a una pregunta, el paciente da una respuesta relacionada con la
temática general, pero que de hecho no responde a la pregunta formulada.
El paciente responde, pues, de manera oblicua, tangencial o incluso
irrelevante. No se llega al objetivo final (a diferencia del pensamiento
circunstancial, donde después de muchos rodeos sí que pueden llegar a la
idea final). Se da principalmente, pero no de manera exclusiva, en algunas
esquizofrenias. Hay que diferenciarlo de las pararrespuestas, o respuestas
provocativamente erróneas (en el pensamiento tangencial las respuestas son
involuntarias) que guardan, sin embargo, alguna relación con el sentido de la

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pregunta y que muestran que la esfera de conceptos adecuados ha sido
captada por el sujeto. Por ejemplo: ¿Cuántos dedos tiene una mano?, Seis;
¿De qué color es el caballo blanco de Santiago?, Verde. Las pararrespuestas
son un síntoma característico del síndrome de Ganser.
- Pensamiento perseverante o perseveración.- Consiste en la repetición de
la misma respuesta ante diferentes preguntas; el paciente es prácticamente
incapaz de cambiar las respuestas. En él se repiten, fuera de contexto,
palabras, frases o ideas. Le es imposible cambiar el marco de referencia. Así,
un tema concreto puede aparecer intrusamente en el discurso aunque no se
relacione con el marco de referencia. El paciente tiende a permanecer fijado
a unas cuantas ideas que se reiteran con imposibilidad de establecer un
curso fluido. Se detiene de forma continuada en los mismos conceptos y da
respuestas persistentes a pesar de que puedan aparecer nuevas preguntas
o estímulos. Suele existir además una escasez ideativa. El oyente percibe,
pues, un lenguaje pegajoso y poco vivaz, con numerosas repeticiones. El
resultado final es un deterioro en la eficacia de la comunicación.
- Disgregación.- Existe una pérdida de la idea directriz como consecuencia
de la rotura de las asociaciones normales, fluyendo los pensamientos sin
conexión lógica. El paciente se desliza de un tema a otro, pudiendo o no
haber relación aparente entre ellos. Pueden aparecer fragmentos sin
aparente relación los unos con los otros, o una deformación sintáctica que
contiene sólo una mezcla de palabras o sílabas, o una falta de coherencia a
pesar de existir una construcción gramatical aceptable. El pensamiento no se
ve influido por los estímulos externos y adquiere un matiz autónomo. El
resultado final es que el contenido se vuelve absurdo, incomprensible. Se da
de forma especial, pero no exclusiva, en la esquizofrenia.
- Incoherencia.- Alteración extrema en la construcción de frases que hacen
que el lenguaje sea incomprensible. Hay quienes lo consideran el grado
extremo de otros trastornos del pensamiento y del lenguaje (disgregación,
descarrilamiento, etc.), en el momento que se pierde cualquier posible
coherencia o conexión lógica entre las diferentes palabras de una frase. El

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discurso se vuelve ininteligible. Por lo tanto, existe a la vez una falta de idea
directriz global y también una ausencia de conexión significativa lógica entre
las diversas palabras. El lenguaje no es gramaticalmente (a diferencia de la
disgregación, que puede mantener cierta construcción gramatical) ni
semánticamente correcto. La capacidad comunicativa es mínima y el
lenguaje nada comprensible. Puede asociarse a trastornos del lenguaje
como neologismos, paralogismos, o ensalada de palabras. Es también propio
de la esquizofrenia, si bien tiene que diferenciarse de la incoherencia que a
veces puede aparecer en cuadros confusionales o también otros cuadros
psiquiátricos, como el síndrome de Ganser.
- Alogia.- Es uno de los clásicos síntomas negativos de la esquizofrenia; se
expresa como un importante empobrecimiento del pensamiento y de la
cognición. Los procesos de pensamiento parecen vacíos, lentos y rígidos.
Existe una dificultad en generar temas y en dotarlos de una información
adecuada, de manera que el discurso del paciente aparece empobrecido y
vacío de contenido. Se manifiesta de dos maneras: Pobreza del lenguaje o
del habla (lenguaje vacío y no fluido). Existe una disminución de la cantidad
del habla espontánea, siendo las respuestas breves, poco fluidas,
fragmentarias, vagas y no elaboradas. Es raro que se proporcione
información adicional que no haya sido específicamente preguntada. El
paciente puede incluso no hablar si no se le pregunta y responder sólo con
monosílabos (sí, no, etc.), e incluso algunas preguntas se pueden quedar sin
respuesta. No se ha de confundir la alogia con la parquedad (baja fluidez
verbal con una información adecuada) y la reticencia (evitación activa a dar
información en general o sobre temas específicos, aunque se conteste a
todas las preguntas).
- Pobreza en el contenido del pensamiento (lenguaje vacío fluido).- Existe
una disminución en la calidad del pensamiento. El lenguaje es adecuado en
cantidad (la fluidez verbal se halla preservada) y las respuestas
suficientemente largas, pero proporcionan escasa información. El lenguaje
tiende a ser vago, repetitivo, impreciso, abstracto y estereotipado. El paciente

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puede hablar de forma fluida durante un rato, pero sin dar la información
adecuada para contestar a la pregunta que se le formula.

2.- TRASTORNOS DEL CONTENIDO DEL PENSAMIENTO

El contenido se podría definir como aquello que la persona verdaderamente piensa


sobre algo, como ideas, creencias, preocupaciones, obsesiones, delirios, etc. No
todas estas ideas son patológicas:

- Preocupaciones.- Son temas predominantes en el pensamiento del


paciente, que habitualmente se reflejan en el lenguaje espontáneo. Son
normales en situaciones de estrés.
- Ideas fijas.- Se trata de ideas que pueden ser falsas, pero que son
corregibles y reversibles, de manera que pueden ser cambiadas bajo un
razonamiento adecuado, a diferencia de la manera que pueden ser
cambiadas bajo un razonamiento adecuado, a diferencia de la ideación
delirante. El sujeto no las siente como extrañas o patológicas. No tienen una
gran carga afectiva sobreañadida. Con frecuencia aparecen en la vida diaria,
generalmente por falta de información adecuada sobre el tema al que
responde la idea.
- Ideas sobrevaloradas.- Son ideas que ocupan un lugar central en la vida de
la persona, con marcado tono afectivo y con un significado propio, en torno
a las cuales gira la conducta del paciente. No son extrañas al Yo y se
entienden en función de la situación biográfica de la persona. Existe una
importante implicación emocional en las ideas. Sin embargo, se trata de
creencias y no de convicciones. Se podría afirmar que se trata de
afirmaciones exageradas por parte del paciente, mantenidas con una
persistencia más allá de lo razonable. El sujeto mantiene estas ideas más a
partir de sus sentimientos que por la razón objetiva, y orienta su conducta a
partir de estas ideas. Éstas suelen ser psicológicamente comprensibles, de
temas relativos al honor, a la afirmación social, etc. El paciente no las
reconoce como absurdas (a diferencia de la mayoría de las ideas obsesivas)
y sí pueden ser rebatibles con una argumentación adecuada (a diferencia de

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lo que ocurre con las ideas delirantes). No son tampoco necesariamente
patológicas.
- Ideas obsesivas Son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos repetitivos,
no deseados e irracionales, que el paciente reconoce (aunque a veces no
completamente) como absurdos e irracionales, que se imponen al paciente y
que crean una gran ansiedad. Por tanto, son pensamientos intrusos,
parásitos, repetitivos y egodistónicos. Escapan al control del Yo y el paciente
intenta luchar contra ellos (para lo cual pueden aparecer rituales), si bien la
mayoría de las veces sin éxito. Según la forma, las obsesiones se pueden
dividir en impulsos, representaciones, temores, ideas o dudas obsesivas. Los
contenidos más frecuentes son de contaminación, dudas, somáticos,
necesidad de simetría, agresivos, sexuales, religiosos y del paso del tiempo.
Son propias del trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
- Ideas fóbicas.- Existe un temor angustioso y un miedo excesivo, anormal y
persistente provocado por un objeto o situación en teoría no peligrosas.
Existe una reacción desproporcionada con la causa que las provoca, y la
relación objeto-situación con la respuesta de miedo resultante es irracional.
El sujeto también critica lo absurdo de su reacción. Son ideas incontrolables
por la voluntad, que provocan la huida o la evitación del objeto o situación
temida. Aparecen ante la presencia del objeto fóbico (a diferencia de la
obsesión, que puede aparecer también en ausencia de objeto). Son propias
de las fobias.
- Pensamiento mágico.- Creencia que las palabras, ideas o acciones pueden
determinar o impedir un suceso por medios mágicos, sin tener en cuenta las
leyes de la causalidad lógicas. Se dan en el TOC, en el juego patológico, en
algunas esquizofrenias y también en algunos sujetos normales.
- Ideas delirantes.- Delirar significa etimológicamente “salirse del surco”. La
ideación delirante es uno de los pilares de la psicopatología clásica.

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3.- TRASTORNOS DE LA EXPERIENCIA (VIVENCIA DEL YO) DEL
PENSAMIENTO

También denominados trastornos de la propiedad del pensamiento (Higueras y


cols., 2005), son experiencias de difícil exploración y objetivación. En ellos el mundo
interno del paciente se escapa de su control, de manera que éste pierde su
propiedad privada, ya que el paciente tiene la sensación que puede ser percibido o
manipulado por terceras personas. Su examen adecuado requiere no sólo la
respuesta afirmativa del paciente a la pregunta, sino también una descripción de la
experiencia por parte del entrevistado. Todos ellos son fenómenos característicos
(pero no exclusivos) de la esquizofrenia. Las alteraciones más importantes son las
siguientes:

- Difusión o divulgación del pensamiento.- El paciente experimenta que


sus pensamientos se difunden fuera de su mente, de manera que pueden ser
captados por otros. El paciente nota como si los demás pudieran conocer lo
que él piensa. Es una experiencia pasiva, en el sentido de que no es
deseada, sino experimentada. En esta línea, el paciente puede también
referir sonorización del pensamiento, percibiendo de forma verbalizada su
propio pensamiento.

- Inserción o imposición del pensamiento.- El paciente carece de sentido


normal de posesión de sus pensamientos, que no son suyos y que se
experimentan como extraños. Han sido insertados en su interior mediante
algún mecanismo (telepatía, ordenadores, etc.), de manera que está
pensando no lo que él desea sino lo que otros quieren.

- Robo del pensamiento.- El paciente cree que alguna fuerza externa le ha


sacado los pensamientos de su cabeza, de manera que no tiene
pensamientos. Es también una experiencia pasiva, experimentada, aunque
no deseada, pero a diferencia de la difusión, hay una experiencia de robo
real, que puede llegar a ocasionar explicaciones delirantes.

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- Lectura del pensamiento.- El paciente vivencia que los demás conocen
sus pensamientos o que pueden leer su mente.

BIBLIOGRAFÍA

- Beloch Amparo. Sandin Bonifacio. Ramos Francisco. Manual de


Psicopatología. Volumen I. Mc Graw Hill. España.
- Vallejo Ruiloba Julio. (2011). Introducción a la Psicopatología y a la
Psiquiatría. Elsevier España, S.L. Es una publicación MASSON. 7ma.
Edición.

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