Lectura No.3
Lectura No.3
Lectura No.3
2021
DEDICATORIA
A Luis Alberto Fallas López, Ileana María Pérez Guzmán, Mónica Cristina Fallas Pérez y
AGRADECIMIENTOS
A mis asesores y profesores el Dr. Camilo Retana Alvarado, la Dra. Karen Poe Lang y el
M.Sc. Ernesto Calvo Álvarez, por sus valiosos apoyo, compañía y guía durante todo mi
proceso de investigación.
II
III
TABLA DE CONTENIDOS
Dedicatoria ............................................................................................................................. II
Agradecimientos .................................................................................................................... II
Lista de figuras......................................................................................................................IX
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................ 1
artístico.................................................................................................................................. 12
-La presencia del nuevo espejo: la pantalla del smartphone. A través del
-A través de los filtros de las realidades virtuales. A través del selfie de Leah
Schranger (2015)........................................................................................... 26
-“La estética del error”. A través del selfi de Alfredo Román Bulacio (2017)
...................................................................................................................... 32
IV
-El recurso narrativo de la apropiación digital en el selfi artístico. A través
...................................................................................................................... 43
-Recapitulación ......................................................................................................... 52
CAPÍTULO II: Las rupturas con la noción de autoría en el selfi artístico ......................... 55
-A través de la pantalla táctil. A través del selfi ,,My Only Dream Was About
-Recapitulación ......................................................................................................... 84
CAPÍTULO III: El rol del espacio virtual en la narrativa del selfi artístico y sus propuestas
V
-Dinámicas del arte fotográfico selfi en el espacio virtual de las redes sociales ...... 88
................................................................................................................................ 100
VI
RESUMEN
selfi en tanto práctica artística contemporánea en sus espacios de exhibición, tanto en las
redes sociales virtuales de sus productores como en plataformas web de instituciones del
arte contemporáneo. A partir de ello, se propone analizar los alcances técnicos, estéticos,
principal precisará del examen del papel de los recursos de producción y edición digital, de
la identificación del rol del espacio virtual en su narrativa y sus propuestas curatoriales.
Con esto no solo se pretende defender sus cualidades artísticas sino también la innovación
VII
ABSTRACT
practice exhibited on virtual spaces in social media platforms and web platforms of
contemporary art institutions. On this basis, this study aims to analyze the significance of
its emerging narratives. For this purpose, a careful analysis is conducted on the technical,
the selfie. As an imperative step, this research will require the evaluation of the role of
production resources and digital edition in the selfie making, the characterization of the
disruption of authorship, and the role of the virtual space in the narrative and curatorial
proposals of the selfie. The main purpose of this study is not only to defend the selfie as an
art form but also to introduce its narrative proposals as valuable innovations in the
photography genre.
VIII
LISTA DE FIGURAS
-Figura 2: Schrager, L. (2015). Sin título [fotografía digital]. Instagram. Recuperado de:
https://www.instagram.com/p/0QrcOimD9J/.......................................................................28
http://artecontemporaneoboliviano.blogspot.com/2017/11/que-es-una-selfie-v-bienal-de-
arte.html................................................................................................................................34
es-una-selfie-v-bienal-de-arte.html.......................................................................................38
de: https://www.lavanguardia.com/internacional/20161219/412734669340/atentado-
embajador-ruso-turquia.html.................................................................................................39
-Figura 6: Schrager, L. (2016). Sin título [fotografía digital]. Instagram. Recuperada de:
https://www.instagram.com/p/BFpFEtdGD2I/.....................................................................45
IX
-Figura7: “Neofina”. (2018). Is it art? [fotografía digital]. Instagram. Recuperada de:
https://www.instagram.com/p/BipqeFunJS1/?hl=es-la&taken-by=neofina........................49
-Figura 10: Walków, O. (2017). „My Only Dream Was About Being Beautiful, But It Was
-Figura 11: Moreira, M. (2017). Corporosus [fotografía digital]. Galería Saatchi de Arte
-Figura 12: González, G. (2017). Sin título [fotografía digital]. Graciela María González.
contemporaneo-boliviano-contextos-2/.................................................................................90
-Figura 13: Kumoloca. (2020). Sin título [fotografía digital]. Instagram. Recuperado de:
https://www.instagram.com/p/B7rAdNQIv9T/.....................................................................94
X
-Figura 14: Kumoloca [@kumoloca]. (23 de enero de 2020). Dentro de la caracola, el
https://www.instagram.com/p/B7rAdNQIv9T/.....................................................................95
-Figura 15: Kumoloca [@kumoloca]. (23 de enero de 2020). Sin título [imagen adjunta].
https://www.instagram.com/explore/tags/selfieart/...............................................................97
-Figura 16: Monroy, S. (2020). Sin título [fotografía digital]. Instagram. Recuperada de:
https://www.instagram.com/p/B-ilhm_A0PU/....................................................................104
-Figura 17: Saatchi Gallery. (2017). Sin título [fotografía digital]. Saatchi Gallery.
-Figura 18: Saatchi Gallery. (2017). Sin título [fotografía digital]. Saatchi Gallery.
-Figura 19: Saatchi Gallery . (2017). Sin título [fotografía digital]. Saatchi Gallery.
-Figura 20: Saatchi Gallery . (2017). Sin título [fotografía digital]. Saatchi Gallery.
XI
-Figura 21: Saatchi Gallery [@saatchi_gallery]. (23 de enero de 2020). Sin título
https://www.instagram.com/explore/tags/saatchiselfie/......................................................112
XII
1
INTRODUCCIÓN
cámara digital y expuesto, posteriormente, en una red social (Oxford, 2016). Nace en el
2002 en Australia del comentario que hace un hombre sobre un autorretrato suyo publicado
El selfi se convirtió en un fenómeno impulsado por las “masas” a partir del año
2010. Desde los inicios de esta década hasta la actualidad los avances en tecnología celular,
fotográfica incorporada y con conexión a Internet, han impactado no solo las formas de
consumo de productos y servicios, las relaciones interpersonales, las prácticas sociales, las
tareas cotidianas sino también la relación de las personas con las imágenes (especialmente
Twitter, WhatsApp o Tumblr. Estos sitios, mejor conocidos como redes sociales, han sido
los espacios en los que los selfis han logrado encontrar un terreno fértil para multiplicarse y
quizá su plataforma predilecta debido al protagonismo que en ella reciben las imágenes y
videos.Nunca antes se habían producido tantos autorretratos fotográficos como ahora. Para
evidenciar esto, el portal web en español del medio periodístico BBC Mundo, publicó el 9
para cuantificar la práctica del selfi. Se destacan estos números: alrededor de 1 millón de
selfis son publicados en las redes sociales por día en el mundo, 23.7 años es la edad
Instagram se identifican con el “hashtag” “#selfie” sin contar aquellas que no lo escriben.
Londres figura como la ciudad en la que más personas se toman selfis a nivel mundial y, en
cuanto a América Latina, destacan a Sao Paolo (Brasil), Monterrey (México) y San José
ámbitos como la Internet, las redes sociales y las nuevas tecnologías (en especial las de la
telefonía móvil) han provocado el comienzo de una nueva era, la “era postfotográfica”. Este
“segunda vida” o a la “vida online” y por los nuevos requerimientos de inmaterialidad (la
ruptura con los soportes físicos). En la era postfotográfica resaltan nuevos valores de
experiencia visual, pues todos son ahora productores gracias a las facilidades y
público.
postfotográfica, Fontcuberta (2016) subraya que las facilidades técnicas que ofrecen las
3
imágenes con los modelos tradicionales se están traduciendo en problemáticas para las
nociones de obra de arte fotográfica y de fotógrafo artista. Para este último, el mérito de su
también por los cambios, abandonan la contemplación pasiva para tornarse en coautores de
obras: las redes sociales recortan las distancias entre artistas y receptores para promover
ciclo constante.
profesionales artistas que han expuesto sus autorretratos (en conjunto con otras obras de su
portafolio) en redes sociales virtuales como Instagram con el “hashtag” “#selfie” (palabras
claves o etiquetas precedidas por un símbolo numeral que permiten identificar los selfies y
ser encontrados con mayor facilidad por otros usuarios a través del buscador); y en segundo
llevado a cabo en el espacio físico de esta institución sino que también permanece abierta
en su plataforma web en constante interacción con sus espectadores que, gracias a sus
dinámicas, pueden exponer también sus propios selfis. Se han organizado también Bienales
Nacional de Arte La Paz, Bolivia (2017) en las que estas imágenes y sus actores han
participado pero que a diferencia de la anterior no han sido trasladas a los espacios virtuales
4
(los cuales son sus predilectos). Los selfis que han ingresado a estos espacios en manos
profesionales de los fotógrafos artistas son los selfis que adquieren el adjetivo “artísticos”.
algunas narrativas emergentes del selfi artístico para valorar sus alcances técnicos,
examinar el papel de los recursos de producción y edición digital, por otra parte, se
dedicará a estudiar sus rupturas con la noción de autoría, y, finalmente, a identificar el rol
al ingreso del selfi en el escenario artístico fotográfico, sino también a las problemáticas
que estas imágenes han atraído consigo en torno al valor de los textos autofotográficos
como representaciones que, lejos de ser copias de una apariencia física huérfanas de sentido
Corporate and State Surveillance (2015); esta concibe al selfi como “una forma fuera de
carácter individual y moral.” (Giroux, 2015, p.158). En esta misma línea se posicionan
otros investigadores con un remarcado interés en devaluar esta imagen fotográfica. Toman
también protagonismo las concepciones del selfi como una práctica banal, sin profundidad
status social y sus relaciones sociales virtuales. No pueden negarse estas aseveraciones,
principalmente porque existen evidencias claras que las respaldan, sin embargo, tampoco es
factible insistir en que esto es sintomático y que la totalidad de las imágenes inscritas
dentro de este subgénero fotográfico coincidirán inevitablemente con este perfil. Por ello es
preciso iluminar las demás aristas del fenómeno y descentralizar sus problemáticas, un
Son cada vez más numerosos los investigadores que se desligan de propuestas como
algunos casos en los que se ha analizado y valorado la relación entre los selfis y el arte
estas imágenes optan por compararlas con obras ya reconocidas del autorretrato fotográfico
y del pictórico, lo cual ha reducido la amplitud de sus abordajes a lo que estas obras
limitan. Los aportes de estas propuestas son valiosos, pero no han recibido la
Olivera Ferreira Estudo da selfie como narrativa autobiográfica e testemunhal: O caso dos
refugiados sírios (Estudio del selfi como narrativa autobiográfica y testimonial: El caso de
los refugiados sirios) (2017) es una de la más cercanas a la presente. Ferreira analiza al
insistencia en enfocar el estudio en el diálogo que se propicia en las redes sociales a través
de selfis y el valor de la mirada del otro para completar actos de pronunciación. Se difiere
campo artístico ni han sido legitimadas como obras de arte, lo cual limita su alcance a un
6
fotográfico en las plataformas de las redes sociales virtuales como narración (en su caso,
receptores y sus necesarios diálogos con la realidad y con lo imaginario-virtual. Pese a estas
coincidencias es preciso señalar que no utiliza el término “selfi” para referirse a la imagen
fotográfica que estudia (aun cuando concuerda con el perfil de esta) así como tampoco
analiza el fenómeno en el arte (lo cual no era parte de sus fines), propuesta que esta
Como parte de los acercamientos teóricos hacia el selfi artístico (con respecto a las
imagen del artista en el Autorretrato con dos círculos de Rembrandt van Rijn y el ego-shot
Petra Cortright-selfie” (2014). Propone un vínculo entre el selfi y la obra artística desde
dos imágenes que, si bien están a siglos de distancia tanto temporal como estética, las une
del yo propia del trabajo del autorretrato artístico. Asimismo, revela particularidades del
lenguaje fotográfico de los selfis que sirven como punto de partida indagar de qué manera
investigación no se elaborará, sin embargo, una propuesta de análisis del selfi artístico al
pictóricos y fotográficos como lo hizo Castillo. Lo que busca es soportar esa afirmación a
7
partir del reconocimiento del mérito propio de sus artistas desde el contexto de la época en
ME, but not all of me: Examing the selfie phonomenon thorough an art historial lens.
(MIRENME, pero no todo de mí: Examinando el fenómeno del selfi a través del lente de la
historia del arte). Watson resalta de los selfis su valor narrativo, de performance, huella,
minuciosamente desde sus deseos e intenciones. Para ella este sería el principal lazo de
unión con sus predecesoras fotográficas y pictóricas y, por consiguiente, con el arte. Es
necesario señalar que su principal diferente con respecto a esta investigación es su concepto
se selfi pues afirma que obras como los autorretratos de Frida Kahlo (pintura) o los de
Cindy Sherman (fotografía) son también selfis. La concepción de este fenómeno no puede
separarse del medio que la captura (los teléfonos celulares inteligentes) y su espacio de
exposición (las redes sociales). Por otro lado, la autora califica desde una perspectiva
negativa que la representación o narración del yo en los selfis no sea cercana a una realidad
construcción.
este trabajo fue posible precisar un marco teórico base. Cabe subrayar que debido a la
cual se entretejieran una diversidad voces acorde con las posibles necesidades del análisis.
8
2005), Triquell (Imágenes que nos miran. Experiencia, visualidad e identidad narrativa,
2011), Warner (100 ideas que cambiaron la fotografía, 2012) y Mira (TIEMPO Y
2016), se extrae cómo, desde los inicios de la fotografía, artistas, lectores y otros
combinaciones constituyen lo que podría llamarse una “sintaxis visual fotográfica”. En las
camino de lectura o recorrido visual, una habitabilidad (del espectador en su espacio) y así
tradición del autorretrato fotográfico. De este retrato que compone el artista de sí mismo,
cabe rescatar para el análisis de los selfis sus valores significativos como un ejercicio de
como un espejo en el cual se activa el diálogo juego reflexivo entre el yo y el otro. Esto a
Plowman, Dimery, Gee, King, Laing y Fletcher (Fotografía. Toda la Historia , 2013),
9
personaje principal; todas particularidades compartidas con los relatos selfis (desde la
receptor, por su parte participa de un ejercicio interpretativo que fluctúa con la ambigüedad
de una propuesta narrativa que impide una inclinación por la estabilidad de una lectura
única, lineal y de cualidades homogéneas, una referencia al “pacto ambiguo” propuesto por
de Barthes (La muerte del autor, 1987) entorno a la “muerte del autor”: “se trata de quitarle
función variable y compleja del discurso” (Foucault, 1999, p.308). Asimismo, remplazar
una voz emisora por otras como: “¿Cuáles son los modos de existencia de este discurso?
¿Cómo se sostiene, cómo puede circular, quién puede apropiárselo? ¿Cuáles son los
emplazamientos que en él se disponen para unos sujetos posibles? ¿Quién puede cumplir
que el texto se encuentra con otros textos y sus voces, estos lo confrontan, transforman,
juego de la escritura y expande sus posibilidades; sus cargas culturales se traducen en citas
que se entretejen con el “texto inicial” en un proceso inacabable que motiva una
Finalmente, para comprender los modos de recepción que han promovido los selfis
(más allá la contemplación pasiva) y que contribuyen a sus círculos de producción, así
como la figura de sus lectores en tanto coautores, se estudió las lecturas de Brea (El tercer
umbral. Estatuto de las prácticas artísticas en la era del capitalismo cultural, 2003) sobre
2003). Ambas propuestas permiten estudiar al selfi desde la especificidad del contexto
modelo propio de carácter cualitativo. La novedad del fenómeno selfi, de sus estudios (que
tampoco partieron de una metodología específica) y los aún impredecibles giros de sus
informacionales, 2005) puesto que el insumo teórico más importante de esta investigación
lo brindarán los mismos selfis artísticos (en un primer lugar, incluso sobre otras fuentes ya
consultadas). Este análisis posee la cualidad de no aferrarse a una estructura rígida lo cual
11
posibilitan estudiar tanto la propuesta estética de las imágenes (y de los espacios en los que
desde el marco conceptual resumido anteriormente para así elaborar una propuesta teórica
propia.
torno al fenómeno selfi desde la perspectiva artística. Procurará dirigir el entendimiento del
valor artístico de estas imágenes y sus formas narrativas emergentes en los méritos propios
de sus artistas sin recurrir a comparaciones que puedan reducirlas. Se promoverá el estudio
nuevos y más amplios caminos en el análisis de este fenómeno y los que vengan después
con él.
12
CAPÍTULO I:
artístico
Introducción
entender y representar la naturaleza y la humanidad; una invención sin la cual gran parte de
los avances en las distintas ramas del conocimiento no habrían sido posibles y sin la que el
mundo, tal como se conoce en la actualidad del siglo XXI, no sería el mismo. El inventor y
litógrafo de origen francés Joseph Nicéphore Niepce (nacido en 1765 y muerto en 1827)
había logrado capturar una imagen de su cámara obscura en la que se podía contemplar la
prolongada a la luz solar de una placa impregnada de betún de judea (sustancia parecida al
asfalto). Él llamó a este proceso “heliografía”.” (Lynn, Rodrigo & Rosales, 2007, p.15), un
dibujo hecho por la luz del sol que hoy se conoce como fotografía.
capturar sus propias imágenes. Tal fue el caso del químico estadounidense Robert
ilustración” (Plowman, Dimery, Gee, King, Laing & Fletcher, 2013, p.35) de la figura
refiere al tiempo de exposición (que precisaba ser extendido), hacían dudar de que fuera
posible utilizarlo para el retrato, sin embargo, en respuesta a esto, Cornelius demostró con
el suyo que era posible y además que podía ser mejorado y aprovechado. No hay en esta
realidad lo que buscaba con ella era explorar y demostrar las posibilidades técnicas de la
fotografía. Sin embargo, es gracias a la puerta que esta imagen abrió que el retrato y el
en artista fue evolucionando, primero como una experimentación, luego como una
intento de imitar las cualidades estéticas pictóricas. No sería muy tarde cuando sus artistas,
un lenguaje y estética propios, lejos de otras imitaciones, con la determinación de cavar con
sugería una ruptura con ideas y cánones anteriores sobre el autorretrato pero quizá la más
posibilitaron también su liberación de él, la acción clave de sus artistas al expandir los
convirtiera en narración.
autorretrato digital suyo con una descripción que finaliza señalando “And sorry about the
focus, it was a selfie” (“Y lo siento por el enfoque, fue un selfi”), como se señaló
14
anteriormente en esta frase se usa por primera vez el término “selfie” (contracción de la
palabra “self-portrait”, autorretrato en inglés) el cual luego identificaría una nueva forma
del autorretrato fotográfico que se extendería por todo el mundo. Los selfis, pese a las
limitantes impuestas por la tradición, han logrado elaborarse una naturaleza propia en lo
introducción en el mercado de los teléfonos celulares con una cámara instalada y con
los smartphones con cámaras frontales. La gran ola del fenómeno selfi llegó también al
escenario artístico; los artistas fotógrafos nacidos en la era digital-virtual o impactados por
ella infiltraron sus selfis como obras del arte contemporáneo provocando a la fotografía
fundamentales, sus cánones, sus obras y sus artistas. Aceptar estas imágenes y renovarse en
los terrenos que estas han fundado es motivo aún de extendidos debates que, sin embargo, a
medida que avanzan los selfis, cada vez se hace insuficiente su masa para ocultar los claros
¿Pueden los selfis, así como sus predecesoras, ser un soporte efectivo para la
narración artística? Cada vez se presentan más evidencias que sostienen la afirmación a esta
pregunta, sin embargo, es preciso subrayar que su particular naturaleza y sus dinámicas
internet, las lógicas de visionado y recepción de los relatos fotográficos dio lugar al
nacimiento de otros guiones para articular y dar sentido a la experiencia narrada de las
15
subjetividades contemporáneas” (Triquell, 2011, p.2). Las redes sociales y los smartphones
máscaras, disfraces, filtros, espejos, hibridaciones, lenguajes, para dotar de sentido a sus
fotográfica del selfi, las huellas que estos imprimen dejan de ser un ornamento secundario
de una forma narrativa propia del selfi artístico. El comienzo lo define su “instrumento de
escritura”, el smartphone.
ópticas fijas y zoom, trípodes, filtros, flashes, difusores, reflectores, entre otros le ofrecían
(aún para los artistas actuales) un sinnúmero de recursos para elaborar sus narraciones. El
conocimiento y destreza técnica con los que los aprovechaban diferenciaban y embellecían
su obra y exaltaban sus personajes y relatos. Pero el camino de muchos de estos fotógrafos
nunca fue lineal, cada giro de la tecnología fotográfica trajo consigo modificaciones en su
lenguaje que no tardaban en impactar también al arte; las migraciones hacia cámaras
provocaron a su paso serios debates que cuestionaban la maestría y artisticidad de las obras
que permitían ser permeadas por los cambios, pero al mismo tiempo se observaban con
ellas los muros derribados y las libertades adquiridas. El inicio de la era digital había
años sus ventajas y limitaciones fueron asimiladas y admitidas en el arte, pero un giro más
se dio con el cambio de siglo, uno aún inconmensurable en sus efectos y sin precedentes: la
primer teléfono móvil con una cámara incorporada. Su recepción inicial se dio con recelo,
especialmente por parte del gremio de fotógrafos. El aún joven dispositivo no competía con
la calidad de imagen que ofrecía la cámara réflex, así tampoco contaba con todos los
instrumentos precisos para solventar las necesidades estéticas básicas de los artistas
(Fontcuberta, 2016). Sin embargo, la considerable aceptación que tuvo dentro del público
de calidad sino también multiplicar sus aplicaciones y capacidades. Cabe destacar que
empresas como Samsung, Sony, Apple, Huawei, LG, entre otras, dedicadas a la producción
sectores de la economía global y, asimismo, en las esferas sociales y culturales. Ahora bien,
Joan Fontcuberta afirma que “se ha hablado mucho del impacto que la irrupción de
planteado este dispositivo hacen referencia en primer lugar a una migración hacia la
estabilidad de discurso; ahora, por el contrario, apuestan por una mayor visibilización e
interacción con los receptores por lapsos exploratorios cortos, lo cual les facilita el
la sencilla imitación de imágenes profesionales, en cortos pasos y con los filtros respectivos
es posible capturar fotografías de una calidad comparable con la de las cámaras réflex. El
smartphone con ello le exige a la fotografía artística dar un papel secundario a la belleza y
de sentido en las obras, ofrece un amplio abanico de posibilidades técnicas para que el
y se contrapone a una documentación para el recuerdo. Por otra parte, el mundo proyectado
por las pantallas de los smartphones puede ser comparado con un espejismo, simula la
realidad pero sus insumos son ilusorios; de ahí la inclinación por el uso de filtros, estos
La suma de todos estos cambios ha fundado una nueva cultura visual. El usuario del
pantalla, esta se ha convertido en una “prótesis” de sus propios ojos, sus manos y hasta del
habla. Las personas están cada vez más familiarizadas con el lenguaje fotográfico que estos
dispositivos han naturalizado y esto se traduce en nuevas formas de relacionarse con las
imágenes y con la realidad al punto de que “nuestra experiencia depende hoy tanto de la
realidad misma como de las imágenes que de esa realidad se han diseminado. Y como en la
caverna platónica, el mundo de las cosas nos parece abstracto y remoto, porque a lo único
que tenemos acceso inmediato es a sus sombras” (Fontcuberta, 2016, p.176). El peligro
latente es que las sombras que produzcan estos dispositivos obstaculicen considerablemente
automatizado exclusivo para el consumo de las masas y ha alcanzado los terrenos del arte
como instrumento para la narración fotográfica. La producción de selfis por parte de los
artistas ha sido una de las causas principales y esto se debe a que la evolución tanto de este
edición (con notables inclinaciones por las tendencias estéticas de la práctica selfi), y con la
cada vez más recurrente circulación de obras de arte en las redes sociales virtuales. Ahora
fotográfica? ¿Cómo logra solventar las necesidades artísticas pese a sus automatizaciones?
¿Por qué la cámara réflex no es una alternativa atractiva para las búsquedas narrativas del
selfi artístico?
situación ficticia. Un artista dedicado a la práctica selfi tiene un smartphone marca Huawei,
modelo Mate 10 Lite, este posee cuatro cámaras, dos frontales y dos traseras. Al ingresar a
permite ajustar el “nivel de belleza”, lo que en otras palabras quiere decir que difumina
detalles del rostro que disimulan imperfecciones de la piel, a lo cual se suma que ya la
rostro y espacio en el que se encuentre. Todos estos efectos son predeterminados, pero el
fotógrafo puede optar también por el modo profesional que le permite manipular el ISO, la
aceptables resultados (lo que en la cámara réflex requiere ciertos conocimientos y destrezas
20
de texto facilita la incrustación de palabras o párrafos sobre esta también (Huawei, 2019).
aplicaciones dedicadas a la fotografía, que pueden ofrecer otras opciones de filtros o efectos
exploración tanto de su propio cuerpo como del espacio en el que se encuentre, con ella
sino también en cuadros ficticios que facilitan su performance. Aunado a ello, puede
intervenir gráficamente su selfi lo cual lo hace permeable a otros lenguajes artísticos y por
ende a otros caminos de sentido. Si bien todo esto puede lograrse a través de la cámara
ofrece una vía directa, accesible y con mayores recursos inmediatos, lo cual evita el
objetivo de exposición se encuentra en las plataformas web, el vehículo más efectivo a sus
a internet (Tifentale, 2016). Los selfis son imágenes que circulan por las plataformas de las
redes sociales virtuales pero esta no es una acción pasiva; antes bien, los selfis procuran la
21
interacción con receptores y otras imágenes puesto que lo que ellos activen y depositen en
El smartphone es instrumento con una lista de usos y cualidades cada vez más
fotográficas con las comunicativas y sociales con miras hacia otras formas de alfabetización
convertirse en prótesis de capacidades físicas y sociales humanas. Pese a sus sombras, este
servicio del artista, en este caso, del fotógrafo de selfis. Superadas sus limitaciones por su
selfi artístico ya que su estructura narrativa se elabora en las redes sociales virtuales y a
entre realidad e ilusión (sin excluir otras dicotomías) cuya profundización podía conducir a
una confusión entre ambas fronteras (Fontcuberta, 2016). De igual forma era utilizado en
este género para involucrar directamente al espectador, hacerlo cómplice del artista,
reflejarse en el espejo y ser partícipe de intercambiar con él roles de personaje a través del
juego de la mirada. Los selfis han conservado esta herencia, los espejos son signos
frecuentes en sus narraciones artísticas y sus cargas similares. Sin embargo, estimulados
por la tecnología y el lenguaje “postfotográfico” a partir del cual producen sus obras,
artistas como la británica Amber Robson han promovido como recurso narrativo propio del
selfi la utilización de un nuevo espejo. Su reflejo abre para ellos una nueva ventana hacia
otras formas de relato, diálogo con el otro y performance, este nuevo espejo es la pantalla
del smartphone.
23
Robson en el 2017 (Figura 1.). En esta fotografía se observan en ella tres planos, en el
stick”, en su pantalla puede verse el primer plano del rostro de una mujer tapado hasta la
nariz con su mano izquierda (la cual se sostiene sobre una cámara); pertenece al segundo
plano la superficie del espejo en el cuál se mira la mujer, esta tiene una serie de papeles y
fotografías pegadas. Finalmente en el tercer plano, se observa el reflejo del resto del cuerpo
de la mujer (el cual está desnudo), un trípode y el espacio en el que se encuentran (en este
Para facilitar la lectura y análisis de este relato selfi (desde las intenciones de la
composición. Un solo un pequeño fragmento de la imagen está enfocado (el primer plano),
lo que resta de ella se conserva borroso lo cual dificulta la distinción de otros objetos y del
fondo. Esto alienta una primera posibilidad de recorrido visual que comienza en la pantalla
detalles), continúa hacia las zonas inferiores (el resto del cuerpo,) y finaliza en los bordes
laterales. Pose y mirada son premeditadas y estáticas, la segunda se dirige hacia la cámara
pero al ser tapada por la mano de la mujer parte importante de su expresión no es visible.
Conforme al espacio fotográfico se subraya que es cerrado debido a que se le otorga menos
este por parte del espectador. No hay abstracciones que impidan relacionar este espacio con
uno existente en realidad, sin embargo por falta de nitidez de este se dificulta su
observación. Las evidencias de una puesta en escena se reflejan en la selección del marco y
narración.
de este selfi. Son dos realidades que definen la identidad de esta mujer pero que no logran
armonizar cuando aparecen juntas. Esto es claro debido a la importante diferencia de sus
es la que está enmarcada en la pantalla del smartphone, pero con ella se infiltra una
sospecha: esa imagen es también un selfi y el rostro del selfi en repetidas ocasiones “no es
un rostro esencial, sino más bien un rostro construido, una máscara que es, en definitiva,
una imagen. El rostro deviene imagen, que a su vez en este caso se condensa y plasma en
25
una fotografía” (Triquell, 2011, p.6); es un rostro que pudo haber sido editado, filtrado o
maquillado para ser expresión de un estereotipo de belleza (y que aun así es parcialmente
ocultado por la mano que sale de la otra imagen). En el lado contrario del punto de enfoque
está el otro cuerpo. Este posa con la seguridad de que su desnudez está detrás de una tela
que difumina los detalles de su silueta y su forma, el trípode de la cámara lo recorre como
un esqueleto hasta unirlo con su rostro ausente (el del smartphone). Un pronunciamiento
posible de la voz de esta artista puede dirigirse hacia una crítica de los ideales de belleza de
la cultura occidental que promueven la producción de rostros maquillados en los selfis pero
discusión en torno a sus posibilidades y el contraste al ser “coordinada” con sus herencias
plantear al selfi de Robson estas preguntas: ¿qué papel tiene el espejo en la narración
una particularidad que trajo consigo el selfi a la fotografía es que el dispositivo que la
captura ha sido incluido como signo en sus espacios y una de sus cargas ha sido la de la
reflexión, sin embargo, a diferencia de los espejos reales, en este ya hay incorporados
ajustes previos que “embellecen” la imagen que se refleja en él. Estas singularidades son
enlaza al espejo (al real) con la verdad en este caso es respaldado sin embargo interrumpido
26
por la misma técnica fotográfica que realza la apariencia del rostro de la pantalla. Su reflejo
de la realidad del cuerpo de la artista es parcialmente ocultado para que no “le devuelva la
que se esconde detrás de las que se venden en la virtualidad de las pantallas; invita con su
mirada fija en ellos a que realicen el mismo ejercicio de “coordinación” entre sus dos
imágenes, sus dos realidades, entre sus dos personajes; el selfie stick, que complementa al
smartphone, no solo atrae esa mirada sino también la propia mano del espectador para que
narración este selfi parte del contexto cultural y social que rodea a la artista y sus
mundo real, pero sí en la conciencia de quienes se ven reflejados en él; este es un personaje
median hoy la visibilidad o la invisibilidad de los cuerpos y los rostros. Y así como sus
han motivado gran parte de los avances tecnológicos en las cámaras de los smartphones,
imaginarias. Los artistas aprovechan para las narraciones de sus selfies ambos recursos, sin
27
embargo, existe una inclinación hacia los filtros debido a que estos se acercan a la realidad
virtual (experimentable gracias a las plataformas web y a la redes sociales) en la que sus
imágenes circulan y a la que sus receptores han adaptado su vida cotidiana; de ahí que su
empleo puede garantizar de una mejor manera su lectura y su necesaria interacción. Esto ha
estas manifestaciones por faltar a una “documentación verdadera” y por una presunta
pérdida de criticidad frente a ciertas problemáticas sociales que incluyen dentro de sus
temáticas: “la tecnología digital provee calamidad para unos y liberación para otros. Se le
desenvolvimiento de propuestas como las de los selfis que lejos están de aferrarse a un solo
extremo: “No es realmente una elección entre realidad y ficción. Es que son ficciones que
misma, para entenderla debemos ficcionalizarla” (Zizek, s.f, citado por Triquell, 2011, p.2).
instrumento que permite acceder a la ventana del mundo virtual y sus innumerables signos
con la conciencia situada en la realidad para crear un “espacio híbrido”, “entre lo concreto y
lo imaginario” (Fontcuberta, 2016, p.73) en favor de una narración artística fructífera para
el selfi, pero cabe preguntarse, ¿qué valor adquieren estos filtros para quien se narra a
28
través de ellos; una distorsión, una corrección, un ocultamiento o una revelación? ¿Qué
Este es un selfi artístico sin título realizado por la artista Leah Schranger y expuesto
en la red social Instagram en 2015 (figura 2.). Pueden distinguirse en él dos planos, en el
primero, en el centro, se observa la figura distorsionada de una mujer en ropa interior negra,
sentada, que mira hacia la cámara; en el segundo plano se observa parte del fondo de la
habitación en la que se encuentra, allí la cama sobre la que está, una cortina y parte de la
29
pared. La iluminación es producida por fuente natural que proviene de la ventana la cual
elementos: la zona de enfoque es amplia lo que alude a una mayor profundidad de campo,
sin embargo el número de planos no sugiere una noción de perspectiva clara. En el centro
de la imagen se encuentra el punto de interés, las líneas curvas que deforman el cuerpo
generan un relevante punto de tensión, a partir de este, una primera suposición de recorrido
de lectura sugiere que la mirada se mantendrá circulando alrededor del centro en el mismo
sentido que sus líneas apuntan (las cuales se acercan a simular una espiral) esto evita lapsos
largos de distracción en otros puntos del fondo. Estos mismos elementos (la línea curva del
cuerpo especialmente) generan dinamismo en este selfi lo cual impide que su propia lectura
sea pasiva. Por último la pose del personaje de la mujer es premeditada con el fin de dirigir
composición sugieren que esta es cerrada, lo cual limita la habitabilidad del espacio por
fotográfico (en este caso el smartphone) genera un alto grado de abstracción, lo cual no
impide relacionar el lugar con una referencia a la realidad. La elección del lugar, la cama y
sus colores responden a una intencionalidad en la narración que permiten vislumbrar una
puesta en escena.
de mujeres en escenarios, vestuarios y poses que buscan, ya sea por decisión propia o por
30
menos visualmente) deseos sexuales de quienes reciben sus imágenes. El fotógrafo Joan
Fontcuberta, afirma que la llegada del smartphone podía traducirse para las mujeres en una
herramienta que por fin pudiera darles el poder de controlar su propia imagen, producirla y
esos filtrajes y puede pasar a construir sus propios modelos. Pero ¿realmente lo logra?, ¿o
autoridad falocrática? ¿Siguen las expectativas de la mujer formateadas por los fantasmas
ambas situaciones en las redes sociales por lo que ofrecer una respuesta única sería una
tarea complicada. Esta artista parte de esta problemática y para ello opta por la narrativa
selfi; el utilizar el smartphone le permite componer su relato con los mismos filtros que, en
este caso específico, distorsionan las figuras para simular una silueta delgada y esbelta
logra revertir sus efectos para evidenciar lo que su uso continuado y excesivo provoca
iluminación y tonalidad natural y favorable así como una puesta en escena y vestuario
recorrido del lector las mismas fluctuaciones que experimenta el cuerpo de la protagonista
que dirige su mirada hacia él para involucrarlo dentro del espacio. El dinamismo provocado
por la zona abstraída se percibe en toda la fotografía, las líneas curvas que forma dirigen
porque en ellas encuentran un vehículo idóneo para expresar sus propuestas narrativas
31
críticas dirigidas a la sociedad actual. Los receptores que navegan en las redes sociales
virtuales están familiarizados con el lenguaje visual de este dispositivo y con sus técnicas,
de ahí que le concedan una mayor atención a sus imágenes y una exploración más profunda
en sus significados. Conscientes de esto, Schranger y otros artistas de selfis, traen al campo
Estos receptores están habituados a los filtros, han adaptado su mirada a ellos y por esta
intervención. Por tanto, Schranger utiliza estos recursos para traducir una situación real y
revelar sus problemáticas en su relato, de otra forma el efecto podría no ser el mismo, al
menos en la plataforma en la que exhibió su selfi (Instagram). Por otra parte, es preciso
señalar que el filtro utilizado por la artista no fue producto del posterior proceso de edición,
sino que fue aprovechado en el momento de la toma; esto es posible saberlo debido a que el
a los ajustes previos que el usuario desee para que este pueda componer visualizando sus
efectos en tiempo real, entre ellos un filtro que estiliza la figura (el de este caso). Se facilita
con ello un ejercicio especular que permite a la artista explorarse y performar en la piel de
su personaje en su realidad virtual y así componer su narración con signos propios de esta
sin las limitaciones de una documentación mimética. En lugar entonces de leer estos filtros
ventanas hacia la vida virtual y sus conflictos los cuales cada vez tienen más incidencias en
de la realidad, defiende que esta posee un lenguaje visual propio, con elementos singulares
que lo diferencia de cualquier otro entre las imágenes. Afirma que estos elementos
justamente por razón de este no se les encuentra en el mundo real: “Son precisamente estos
elementos, que en una primera lectura podríamos considerar como ruidos, los que aparecen
manipulaciones provocadas por la tecnología que alteran la imagen que la cámara captura
de la realidad; ejemplos de ellos pueden ser los desenfoques, los reflejos, las
deformaciones causadas por las ópticas, los barridos, entre otros. Cuando estos ruidos se
manifiestan en la imagen contra los deseos de su autor se entienden como errores, caso
contrario, cuando son incitados por este desde una clara intención, adquieren una identidad
propia y por tanto se convierten en “signos” inteligibles y codificados. Aquí el papel del
fotografía o una señal: “en la medida que este nuevo código es compartido con el receptor,
es decir, es reconocido y aprendido por este, podemos afirmar que existe un auténtico
Este marco referencial permite concebir al selfi, en primer lugar, como una imagen
fotográfica que no es ni pretende ser una copia exacta de la apariencia física de su sujeto
quien es su propio autor. En gran parte de los escenarios en los que se desenvuelven,
solo aprovechan, para la composición de sus selfis, los usos tradicionales de las cámaras
digitales incorporadas en los teléfonos inteligentes, sino que también apelan a la gran
variedad de efectos visuales que las aplicaciones fotográficas de toma y edición digital y las
redes sociales virtuales les ofrecen. Estos efectos pueden entenderse desde la concepción de
Castelo también como ruidos que si han sido ocasionados a la luz de un propósito de su
interacción con otras personas permiten a los usuarios aprender a leer estos signos para
luego apropiarse de ellos, asimismo quienes reciben sus imágenes, si han vivido la misma
que se incorporan al lenguaje” (pp.22-23). Desde los primeros autorretratos fotográficos del
siglo XX, el uso de los dispositivos tecnológicos ha permitido a los fotógrafos explorar las
de leer la propia imagen. Con la llegada del smartphone, hubo muchos críticos de la calidad
destreza técnica, pero los artistas, gradualmente, abandonaron esas exigencias superficiales
para experimentar con esas “carencias” y extraer de ellas, a partir de la producción de sus
obras, signos valiosos y con ello promovieron una estética propia del smarphone. Pese a las
aún presentes críticas, artistas como el boliviano Alfredo Román Bulacio insisten en que
sus selfis sigan promoviendo esos signos y renovándolos. Procuran en su dispositivo lo que
34
precisamente por esto que este lenguaje fotográfico no permanece estático sino en constante
construcción.
Figura 3. Selfi realizado por el artista boliviano Alfredo Román Bulacio en 2017.
en Bolivia por el ya aludido artista Alfredo Román Bulacio (figura 3.). Es posible discernir
en la imagen un solo plano que aparenta representar una zona de piel humana con una
herida abierta ubicada en el centro de la imagen. En uno de los bordes inferiores (en el
centro) está escrita digitalmente, en caracteres blancos, la frase “Artista por necesidad”. Ha
sido iluminada con una fuente natural que ha evitado la presencia de sombras y por tanto de
altos contrastes y saturación. Si bien todo el cuadro se encuentra dentro del foco, una
posible precaria condición lumínica, una velocidad baja de obturación y un ISO alto
esta fotografía.
35
de un solo punto de tensión que corresponde a la herida, esta irrumpe la textura homogénea
del resto de la imagen. Se perciben dos puntos de atención: la herida y la frase escrita en
blanco, ambos en la zona central. Por el contraste de colores entre ellos dirigen una lectura
cerrada debido a que no hay un fondo, además no hay aperturas que sugieran un fuera de
campo, lo cual no facilita una habitabilidad por parte del espectador. Por razón de una
establecerse un lazo con un tiempo subjetivo que se aleja de una realidad inmediata.
Bulacio busca representar una herida que no es física, una que solo puede hallarse
colores opacos y detalles diluidos dificultan la tarea; con ello se simulan los procesos
difuminan la gravedad de una lesión. Una frase en blanco confiere una guía para la
indagación (“Artista por necesidad”) y abre una pregunta: ¿qué hiere o mutila el
identidad? Una crítica que Bulacio lanza a la profesión a la que se dedica y por la que ha
sufrido quebrantos que han dejado una marca dolorosa en la piel de su identidad; añade que
coincidirá con los motivos del artista, será inevitable involucrarse en el mismo ejercicio
¿Qué se oculta tras la mímesis y la belleza? ¿Por qué ha tratado este artista de
perforar la superficie aparente y burlar las automatizaciones del smartphone para narrar su
selfi? ¿En qué se traducen sus “errores técnicos”? Lo que al principio pueden parecer
operador, una lectura en su intencionalidad artística posibilita descubrir que en realidad son
las búsquedas del selfi por medio de su narrativa no se detienen en la apariencia, sus
collage el cual consiste en componer una fotografía a partir de fragmentos de otras. Estos
procesos también son conocidos como apropiaciones y en el caso del selfi son muy
recurrentes y parte de las herencias que aún conserva pero que al mismo tiempo ha logrado
37
teñir con tonos propios desde la particularidad de sus técnicas digitales. Ahora bien, como
recurso narrativo ¿qué valor concede a los selfis el acto de la apropiación? Todo dependerá
de las variables intenciones narrativas, sin embargo, coinciden gran parte de los casos con
las particularidades de la obra del artista boliviano Diego M. Verduguez (Figura 4.). En ella
y su performance, se recurre a otro rostro, otro cuerpo, otro escenario o hasta a otra voz
narradora. Rotos los vínculos forzosos con la mímesis, el artista altera su cuerpo
representado en el selfi, accede a otras figuras (provenientes de otras obras), extrae de ellas
las fragmentos necesarios y fusiona ambos en una sola composición; con esto reúne no solo
una sino varias voces que dinamizan el relato y abren distintos caminos de lectura para el
espectador. La fotografía original, ajena en un inicio pero luego adoptada por el artista,
abandona sus recorridos narrativos originarios para transitar otros nuevos; mantiene
algunas de sus cargas culturales e ideológicas pero al renacer en otro contexto será expuesta
a distintas miradas y lecturas que depositarán y despertarán en ella otros significados: “En
En el selfi artístico sin título del artista boliviano Diego M. Verduguez del año 2017
(figura 4.), una fotografía digital por un teléfono smartphone y una cámara digital DSLR, el
Ozbilici (2016) (véase figura 5.). Para efectos de este trabajo se analizarán ambas
Figura 5. Fotografía realizada por Burhan Ozbilici (2016) del asesinato del embajador ruso en
En esta imagen (Figura 4.) se muestran dos planos, en el primero pueden notarse las
figuras de dos hombres: uno de pie vestido con traje entero negro alzando su mano
izquierda y señalando hacia arriba con su dedo índice y con la otra mano, baja, sostiene una
pistola; el otro hombre, también con traje, yace en el suelo de lugar sin que pueda verse su
rostro. En el segundo plano, el del fondo, pueden notarse tres paredes blancas con tres
cuadros de fotografías de paisaje (uno por cada pared). La iluminación que presenta es
la óptica ni por edición que provoquen desequilibrio entre las formas o la distorsión de la
perspectiva, revela una amplia profundidad de campo en tanto pueden notarse con detalle
ambos sujetos, los objetos y el lugar en el que están. Los puntos de interés de la imagen
(ambos sujetos) se encuentran posicionados en las zonas que sugieren mayor fuerza visual,
esto determina que el recorrido visual inicie en la figura del hombre de la izquierda y
culmine en la del hombre yaciente. La pose de los sujetos no ha sido premeditada con
motivo de la presencia de la cámara sin embargo, la del rostro y mirada del hombre que está
de pie sí. Esta mirada se dirige hacia la misma dirección que señala el dedo de su mano,
esta puede expresar una emoción eufórica. Debido a la preponderancia de la figura del
acontece en ella (al estar en primer plano el punto de interés). Al no haber evidencias de
abstracciones se indica que el espacio de esta imagen parte y está sujeto fielmente a su
montaje que sugiere una ficción y por tanto la presencia de dos realidades distintas. El
recorrido visual reforzado por el uso de la ley de tercios permite que este sea visto por el
aquí! ¡Matáis a gente inocente en Alepo y en Siria!”, gritó el pistolero mientras efectuaba
un total de ocho disparos, primero al aire y luego a Kárlov” (Zambrana y Fernández, 2016).
Según se señala en un artículo del periódico español El País, esa fue la frase que pronunció
Karlov en la inauguración de una exposición fotográfica. Los motivos de este sujeto para
41
cometer este “acto terrorista” contra ese diplomático se conjeturó que respondieron al
ruso (Zambrana y Fernández, 2016). Pero lo que se mira en esta fotografía no es un retrato
de este “terrorista” sino el selfi del artista Diego Verduguez. Este fotógrafo, gracias a la
original y con ello logra, por un momento, engañar al espectador y hacerle creer que la
este recurso a la manera de un disfraz que subvierte la realidad de la primera imagen y que
al mismo tiempo oculta el contexto de la suya. El análisis formal de este selfi resulta
irrupción de la de Verduguez tiene una fuerte presencia pese a lo poco que abarca del
espacio. El rostro de Verduguez, fractura fuertes vínculos de esta imagen con la realidad de
ese acontecimiento y con el contexto político del que proviene; la expresión de su gesto, el
de la mano que señala el cielo, esto se entiende como un signo de profesión de fe al Islam)
que sean índices de escenarios externos permiten a este artista neutralizar el sentido inicial
este fotógrafo boliviano concuerde de alguna forma con el del “terrorista” en el sentido en
que lo emite como denuncia contra los conflictos sociales de su contexto y por razón de una
pronunciamiento frente a una realidad social que lo confronta y para ello utiliza como
soporte este selfi que aprovecha, gracias a la tecnología y edición digital, el recurso de la
postfotográficas como los selfis al arte ha sido la que subraya Fontcuberta (2011): “se
(p.3). Este artista es muestra de ello, ha tomado la imagen de otro para intervenirla y
un escenario físicos para relatar en la piel de un personaje; Verduguez hizo lo mismo pero
fotógrafo permite que las costuras de esta apropiación sean poco discernibles, aun así
siempre es necesario que no se borren del todo pues el espectador debe también recorrer las
Dos realidades se unen en la narración compuesta por este artista boliviano, una
personaje protagonista, sus voces distantes se mezclan pero el entorno y demás actores
cuenta del “engaño” del montaje encuentra a su vez una invitación de este artista: así como
él intervino esta fotografía, identificándose de algún modo con ella, desplazando el rostro
del sujeto principal por el suyo y adaptando su discurso a su propia narración, también
puede hacerlo él desde sus singularidades. Como así lo sugiere Fontcuberta (2016), este
La búsqueda de la hibridación
Es, por el contrario, una superficie mestiza, resultado de las inevitables hibridaciones que
El campo del internet es cada vez más abierto y amplio, en él conviven un gran
encuentro (como por ejemplo las redes sociales virtuales) estas imágenes son incitadas a
artísticos. Los artistas inmersos en las dinámicas de las plataformas web son estimulados
manifestación en la que están especializados, esto no solo multiplica las lecturas que podrá
Los selfis son parte de las nuevas manifestaciones artísticas que precisamente se
enriquecen en estas hibridaciones motivo de su activo tránsito por las redes sociales
virtuales y sus constantes interacciones con diversidad de públicos. Los artistas como la
estadounidense Leah Schrager, que dedican sus esfuerzos a su producción para satisfacer
los puentes que las técnicas digitales facilitan hacia sus procesos. Una de las razones que
motivan estas mixturas se relaciona con las búsquedas de los selfies de signos provenientes
44
significados. Específicamente, en el caso del sujeto protagonista de los selfis (la propia
sociocultural (cada vez más relacionadas con el mundo virtual). Las cualidades
la imagen recorrer caminos de sentido más allá de los límites de lo concreto y alcanzar a
penetrar la propia subjetividad; por tanto “esta ruptura es mucho más que estilística o
estética: instaura una nueva relación entre el arte y la realidad, sus objetos y sus imágenes,
y exige una mirada liberada” (Verlaine, sf, citado por Heinich, 2017, p.33).
45
través de pinceladas que difuminan sus figuras. Pueden discernirse en ella dos planos, en el
primero se observa el reflejo de la figura borrosa de una mujer desnuda que sostiene un
plano se identifica el fondo de una habitación, conformado por una pared blanca y una
debido a que pueden percibirse detalles del fondo. La iluminación es artificial. Su calidad
es media y no produce sombras intensas ni un alto contraste. Hay una inclinación hacia los
puntos de tensión son generados por los contrastes de color (especialmente los del cuerpo
de la mujer), los cuales dirigen un recorrido de lectura del centro al resto de la imagen. Las
“pinceladas” que abstraen las figuras conceden dinamismo a este selfi, lo libera de su
espejo), lo que provoca que su mirada se dirija hacia el espectador. Sin embargo, los
detalles de su rostro han sido borrados, de ahí que no pueda conjeturarse cómo es. Se añade
Al navegar por los perfiles públicos de la red social Instagram pueden encontrarse
han sido intencionalmente procurados por la artista con el fin de imitar este estilo de selfis
crítica con la que interviene la imagen. El “pincel” digital diluye parcialmente esta figura
Pero, ¿quién motiva esta censura? ¿La acción de la mujer que se mira a sí misma en el
espejo o la del “otro” que la mira a través del smartphone? ¿Por qué razones? ¿Por un
prejuicio moral, por un acto de liberación, por violencia? El espejo complica una respuesta
definitiva, por este el espectador no se mantiene estático en una sola posición crítica,
asimismo, las zonas abstraídas abarcan un espacio considerable que añade complejidad. La
artista evidencia en su obra no solo su estudio de las puestas en escena y performance que
47
se presentan en esta red social sino también los conflictos internos que provocan estas
imágenes en sus consumidores y sus detractores. ¿Qué ha hecho posible esta lectura?
concreta, sino también sus tonalidades subjetivas. Asimismo, aportan ambas a una estética
particular del selfi pese a sus propias cargas. La cámara del smartphone da soporte a la
interviene al diluir y abstraer los detalles que dan nitidez, estilizan y mantienen estática y
pasiva esa realidad, con lo que la despojan de su frágil apariencia y revelan sus efectos en la
rostro pueden provocar, a su vez, en los espectadores un ejercicio reflexivo sobre su propia
frente al otro.
sus imágenes, borrar información o introducir otros caracteres; esto produce distorsiones de
formas y de color así como pérdidas de zonas de la composición. Esta es una práctica
artística de la informática ya conocida como glitch: “una irrupción que aleja un objeto de su
48
forma y discurso ordinario, hacia las ruinas del significado destruido” (Menkman, 2011,
p.340); con ello se “muestra como la destrucción puede convertirse en la creación de algo
original” (Menkman, 2011, p.341). En redes sociales es recurrente el encuentro con selfis
elaboradas con estas irrupciones digitales; artistas como la francesa “neofina” (en
Instagram) son constantes en su aprovechamiento debido a los significados que dotan a sus
narraciones.
información” de un selfi podría traducirse en una ruptura, pero ¿con qué? No solo con una
momento de la toma, sino también con las ataduras de la documentación realista y con una
Como se ha insistido, los selfis se recrean en terrenos en los que lo real y lo imaginario
convergen. De ahí que los artistas procuran siempre caminos estéticos que les permitan
acceder a ambos para la construcción de su narración. Esta es una alternativa que les facilita
fotográfico, es una posición recurrente leer el borrar como una acción que puede aludir a
una ocultación tras la abstracción, especialmente de signos que tienen una “función
primaria” y cuya ausencia podría ocasionar una redirección relevante en la lectura del
espectador. Se propone problematizar esta conjetura con las siguientes preguntas a la obra
de “neofina”: ¿puede admitirse que estas intervenciones sean concebidas como revelaciones
Figura 7. Selfi post-producido con la técnica glitch por la artista francesa “neofina” en 2018
plano medio corto de la parte superior del cuerpo de una mujer vestida con una blusa negra
con figuras animales blancas. La mujer toca una parte de su rostro con su mano izquierda
mientras mira hacia la cámara. El cuello y la cara de la mujer están distorsionados mientras
que gran parte de la blusa, mano y brazo que son visibles presentan nitidez y definición. No
hay deformidades en la figura por razón del ángulo de perspectiva (fue capturada desde el
imagen, aparenta ser una pared blanca y con textura, y se encuentra dentro del foco; en el
lado izquierdo se puede percibir sobre ella la sombra de la mujer. Sobre la totalidad de la
50
imagen puede notarse la presencia de un filtro digital que añade líneas curvas y distorsión
de color.
un fondo liso para resaltar la figura de la mujer. En cuanto al tiempo fotográfico se destaca
(signos como la distorsión notable en el rostro son incompatibles con la referencia real).
edición digital para generar distorsiones (en este caso glitches) que, en una primera lectura,
preciso entenderlos como constituyentes del ser humano. No es casual la búsqueda del
glitch en la cara de la artista, la mirada y las expresiones faciales son quizá uno de los
propia; estos rastros son materializados por la artista en una sola máscara que protagoniza
que este personaje se está mirando en un espejo, sin embargo, sin la presencia del objeto en
más, terminará siendo él quien toque su rostro para confirmar las mismas huellas, pues en
¿Revela u oculta borrar parte del texto fotográfico de estas narraciones selfi?
a través de actos y formas externas. Por el contrario, si se entiende que esta identidad es
artistas que narran estos selfis han estudiado y manipulado su imagen (física e imaginaria) a
producción artística a través de maleables recursos narrativos y estéticos como el glitch los
cuales no solo materializan esas operaciones híbridas en busca de la identidad sino que
también provocan en el espectador, a través de signos que aluden al espejo y sus efectos, un
Recapitulación
digital en la narrativa propia del selfi artístico a partir del análisis de las obras de cinco
artistas. En cuanto a los recursos de producción se extrae, (según los hallazgos en los selfis
lenguaje propio del selfi, asimismo facilita su vital encuentro con los espectadores en los
selfies como signo, coinciden sus productores con Robson (2017) en depositar en ella las
activo. Con el selfi de Schrager (2015) fue posible estudiar el recurso de los filtros
digitales (disponibles en el momento de la toma), estos, lejos de lecturas que concluyen que
un necesario puente entre el mundo físico y el virtual para acercarse a sus espectadores y a
del “error” en la composición de los selfis artísticos, lo cual es legible en obras como las de
53
Bulacio (2017), con ello se insiste en una estética propia del selfi con huellas evidentes del
dispositivo (smartphone) que lo ha producido. Artistas como Bulacio (2017), ante el nuevo
En relación con los recursos de edición digital (a partir de lo analizado en los selfis
en una alternativa narrativa valiosa para la fotografía selfi. Al ser adaptada a su lenguaje
introducir otras voces (de otras obras) en sus relatos y entretejer contextos, discursos y
Schrager (2016) los efectos de las interacciones entre disciplinas artísticas en las redes
smartphone las propicia gracias a sus aperturas en edición digital y por ello los artistas
logran teñir sus relatos con matices narrativos externos, esto amplían el número de lecturas
el uso de la técnica informática glitch (al “borrar información” del código de sus imágenes)
con el propósito de acceder a las narraciones que procuran alcanzar los tejidos subjetivos de
Las rupturas que estos artistas han introducido en la fotografía artística selfi
selfi; los artistas cada vez se alejan más de los espacios tradicionales de producción y
este trabajo.
55
CAPÍTULO II:
Introducción
Con el análisis de la obra del artista Diego M. Verduguez (Figura 4.) y su acto
cómo la práctica artística del selfi procura, a través de estos recursos, desestabilizar la
persiste en la crítica cuestionar a las producciones que la incorporan y sobrepasan con ella
producción para refutar los condicionamientos que la pregunta por el autor exige a sus
de este detonante, en este segundo capítulo se estudiarán las rupturas con las nociones de
autoría tradicionales que corresponden a la singularidad de las narrativas del selfi artístico.
Se perfilará la figura del artista de selfis, las dinámicas de intercambio en las redes sociales,
sus fracturas con la tradición del autorretrato fotográfico? Un concepto de autoría que parta
que sea necesario analizar lo autoral desde dos lugares distintos (pero conectados
estrechamente entre sí): en el artista que genera la primera imagen (esta posiblemente sea la
internet y sus dinámicas, se incita a estudiar la producción de estas imágenes desde límites
construcción narrativa sino un colectivo: “La idea del creador como genio individual tiende
ruptura inicial de la que parte el análisis de este segundo capítulo. Autorretratos pictóricos y
como una manipulación digital o incluso como una contestación (un selfi en respuesta)
de la mediación de la tecnología del smartphone. Los cada vez más difuminados límites
entre creadores y lectores facilitan que prácticas artísticas como las de los selfis expandan
57
signos y su superposición.
El @fotógrafoartista de #selfis
“¿Quién ha producido esta obra?” Esta es una de las primeras preguntas con las que
artística en general), un paso que se presume necesario para facilitar sus propósitos. Sin
Hoy en día sabemos que un texto no está constituido por una fila de palabras, de las que se
desprende un único sentido, teológico, en cierto modo (pues sería el mensaje del Autor-
Esta búsqueda del lugar original del proceso de escritura, de la producción de una
(proceso que debe ser constante). Otros autores insisten en cuestionar el propio uso de la
palabra “artista” de acuerdo con las tesituras del contexto actual en el que se inscriben las
No existen más los “artistas”, como tal. Tan solo hay productores, gente que produce.
Tampoco hay propiamente “autores”, cualquier idea de autoría ha quedado desbordada por
decimos que solo hay productores sentimos la necesidad de hacer una puntualización: hay
58
productores, sí, pero también ellos (nosotros) mismos son en cierta forma “productos”
(Brea, 2003,p.120).
autor/artista, al menos para el caso del selfi, cierra parcialmente para su análisis la
visibilidad de sus dinámicas de narración en las redes sociales, en tanto que se ignora una
voz protagonista (más no la única) cuya intervención es relevante. Por otro lado, el
para mantener activa su construcción (si esta se detiene el selfi acaba invisible), a la vez
que impide la minimización de la labor de todos ellos al conferir a cada uno su lugar de
selfis). En esta misma línea, con la propuesta de Brea (2003) se sugieren dos aspectos
esenciales que pueden incorporarse al estudio en torno a la práctica artística del selfi:
pronunciarse sobre sus productores en plural y en primera persona (nosotros). Desde una
pluralidad se admite que no es solo uno su autor sino varios quienes lo construyen, y que
que esto afecte su diálogo. Al admitirse, además, esta “pluriautoría” en tanto “nosotros
vinculen su propia imagen con el reflejo de su espejo, intercambien roles con sus
lenguaje y narrativa.
de sus actores, sin que se exalte la labor de alguno de ellos sobre otra. Se insiste en que no
puede desprenderse su pregunta del análisis de las obras, sin embargo, esta no debe
acapararlo ni dirigir una búsqueda hacia un significado último, a un solo origen o a una
permite visualizar las posibilidades del selfi como práctica artística y las rupturas que le han
consentido diferenciarse de sus predecesoras. Dos son los lugares donde esta “pluriautoría”
de los selfis se recrea: en los artistas que detonan una primera composición (esta incluso
pudo haber partido de otro selfi) y en los lectores que se apropian de ella y la reconfiguran.
Ambas figuras activan y reactivan a estas imágenes en el escenario de las redes sociales,
propiciadoras no solo de sus encuentros sino también de estos intercambios (de ahí que sea
indispensable para el análisis que se contemplen todas estas dinámicas desde este espacio).
La primera figura autoral a delinear es la del artista que detona el primer selfi. Para
ello es preciso partir de un ejemplo de la red social Instagram. “kumoloca” es una fotógrafa
de esta plataforma que dedica su portafolio a sus obras selfi. Así como otros productores,
tras un nombre de usuario precedido por el símbolo “@”, @kumoloca se presenta ante
otros. El “@” forma parte del lenguaje de esta red social, facilita no solo a lectores y a
dinámicas de intercambio visual y textual que allí acontecen (este símbolo convierte su
nombre en un enlace directo hacia su perfil). Son poco frecuentes los casos en los que un
60
artista revela su nombre real, aun cuando no hay limitantes para ello. Asimismo, pese a que
mismos de modo que existan pocas pistas hacia su identidad verdadera (especialmente la
precisa de una “parcial anonimidad” que difumine los vínculos con la realidad y facilite
obras), por otra parte, estas incógnitas sugieren a los lectores que tienen una mayor libertad
de los selfis).
que sus obras comprenden se extiende más allá de estos marcos y es preciso que recurra a
otros instrumentos para potenciar esta cualidad. Quien visita el perfil de @kumoloca
encuentra una especie de galería digital que consta de tres columnas con una cantidad
numerosa de selfis. Una línea narrativa y estética conecta una composición con la otra y, en
algunos casos, se valen de tres o más cuadros para construir una sola imagen, una práctica
que ha ganado popularidad entre usuarios de Instagram y que permite experimentar estos
selfis desde diferentes cuadros (por sección individual o en conjunto) y distancias, esto
significación.
Existe en estos perfiles de Instagram otra sección en la que pueden observarse (en el
mismo formato de galería) todas las imágenes en las que el artista ha sido etiquetado (a
través del símbolo “@”). Este es un espacio manipulado por los lectores (el artista solo
puede eliminar cuadros, pero esto no garantiza que no vuelvan a aparecer), pues son ellos
61
quienes publican las imágenes que se mostrarán aquí con una planificación previa de su
orden y formato (individual, dípticos, trípticos o una imagen formada por un conjunto de
cuadros). Si bien sobre esto se realizarán los análisis correspondientes más adelante, cuando
se explore la figura del lector, es relevante mencionarlo aquí puesto que el artista debe
provocar que esta sección de su perfil no termine vacía (la narración de sus selfis se
alimenta de estas respuestas). Este objetivo lo incita a insertar en sus obras detonantes
estéticos que motiven a los lectores a responder con otro selfi, esta acción precisa de un
profundo estudio de sus intereses y sus reacciones ante ciertos signos. Otro importante
elemento se suma a estas dinámicas y no puede ser evadido por el artista pues forma parte
del lenguaje de sus propias fotografías y del espacio en el que se exhiben y circulan; el
símbolo “#”.
los códigos promovidos por Instagram para simplificar los procesos de búsqueda y de
página en específico sino a todas las publicaciones que lo utilicen como etiqueta para
“@kumoloca”; esta artista aprovecha tanto el “#selfie” como el “#selfieart” (a estas pueden
sumarse otras palabras relacionadas a otros aspectos narrativos y estéticos de estas obras)
para explorar las imágenes que se publican bajo el nombre de estas etiquetas podrán
encontrar los selfis de esta fotógrafa (al lado de los de otros productores) y comenzar
procesos activos de recepción e intercambio. Estos distintivos son utilizados para que los
selfis sigan determinados caminos de exhibición y alcancen las pantallas de usuarios con
intereses que coinciden con las temáticas, narrativas y estética tratadas y, especialmente,
62
con su práctica artística de modo que participen de su configuración. Es preciso que esta
minucioso que requiere un estudio previo del comportamiento de los lectores meta y sus
inclinaciones en esta plataforma virtual. Instagram facilita para ello datos cuantitativos que
revelan estas tendencias, el artista tendrá para ello que ejercitar su correcta lectura.
que muestra la imagen completa, una descripción de ella (esto puede consistir solo en el
nombre de la obra y, o las palabras con los símbolos “#” o “@” para etiquetar a otros
artistas o categorías) y un espacio para comentarios y reacciones de los lectores (solo ellos
la fotografía, sino que cada uno de los elementos visuales o textuales que eventualmente se
suman tienen una intervención relevante en ella y pueden incluso alterar de forma
Instagram, se precisa tanto de la acción del artista como la del lector, sin embargo, si el
El primer rostro de esta “pluriautoría” del selfi debe buscarse en las redes sociales
anonimato” la red social pretende liberar a sus obras de las ataduras de la autenticidad que
cierran su escritura a las otras voces que la complementan. Estos artistas han adaptado su
sus signos (visuales y textuales) para expandir sus posibilidades de lectura en estos
63
espacios. Así como otras manifestaciones del arte contemporáneo, en el caso de la práctica
La obra misma alcanza a identificarse con su efecto de recepción, con su propio eco en el
tejido social –y de hecho hace tiempo que muchos artistas centran su trabajo de
obra es su propio impacto, en el lugar mismo de su recepción pública (Brea, 1996, p.4).
exclusiva a la producción para la galería del museo, sino que, por el contrario, procuran con
insistencia diseñar para sus obras caminos de distribución en las redes sociales con el fin de
que estas alcancen las galerías virtuales de los lectores. Para que sus selfis habiten estas
tanto por el lenguaje de las redes sociales (“#” y “@”) como por la “traducción” de los
filtros estéticos del smartphone. Con cada una de las dinámicas mencionadas se pretende
evidenciar esta redirección de los propósitos de la exhibición artística y cómo “(…) el arte
formas de ser que son múltiples, relacionales e interconectadas” (Morse, 2018, p.2).
La mirada, la lectura “(…) es reivindicada no solo como actividad, sino como una
actividad creadora”. “¿Quién está siendo retratado y quién lo está retratando? ¿El fotógrafo
o yo?” (Zamora, 2008, p.239). Este es uno de los cuestionamientos en los que el espectador
del autorretrato especular se sumerge y a partir del cual activa múltiples caminos de lectura.
que la distancia entre la obra, el artista y quien la contempla se reduzca en tanto que este, al
verse involucrado directamente gracias a la presencia del signo del espejo, logra atravesar
pasiva a esta forma de participación no es una novedad, pero la llegada del selfi a la escena
la experiencia estética (en el caso específico del arte selfi e incluso en el de otras
experiencia visual” y señala como parte esencial del mismo el hecho de que: “la imagen
centralizados. Hoy todos producimos imágenes espontáneamente como una forma natural
productores la experimentación, y con ello han adquirido nuevas habilidades que no solo
Las redes sociales han contribuido, al lado del smartphone, a propiciar esta
participación activa del lector. Se han convertido en una ventana directa a las galerías de
arte virtuales. Por ellas las pantallas de los dispositivos de los lectores pueden tornarse en
los marcos de cada una de estas obras, una cercanía que no solo permite explorarlas con
mayor libertad (en cualquier momento o espacio) sino también el poder involucrarse y
contribuir en su relato sin ningún impedimento. Estas plataformas, además, gracias a las
65
prosperara, y a que su segundo actor obtuviera las herramientas necesarias para alcanzar un
papel protagonista en ella. Ahora bien, ¿qué otras particularidades definen la figura del
moran en dos mundos distintos: el físico real y el virtual. La segunda vida que
imaginarios (en numerosos casos incluso con notables evasiones de su realidad física) y se
(e incluso fuera de ellos) también muda por causa de su nueva relación con la imagen:
(…) los simples usuarios inventan una nueva categoría de fotografía: la fotografía
conversacional. Las fotos pasan a actuar como mensajes que nos enviamos unos a otros.
Antes la fotografía era una escritura, ahora es un lenguaje. Nos comunicamos con fotos, y
además lo hacemos con total naturalidad, como si la fotografía rebasase el estadio del texto
impreso para conquistar el estadio del lenguaje oral (Fontcuberta, 2016, p.119).
Estas “conquistas” del smartphone lo han convertido en una extensión de estos lectores y
su pantalla en una prótesis no solo de su habla sino también de su visión. De ahí sus
impulsos por experimentar la vida física a través de los filtros de este dispositivo, inclusive
el arte. Por ello, no es extraña la visita al museo con el smartphone en mano y con su
cámara activa, pues su lectura de cada obra depende de él, aun cuando las fotografías y
videos resultantes no sean consumidos después (en muchos casos así sucede a menos que
contemporáneos para adaptar sus producciones a los marcos de sus ventanas y alcanzar no
artistas en Instagram, una manipulada por los lectores. Esta es una de las evidencias más
escenario de las redes sociales virtuales. Como se subrayó, cada una de las imágenes que
alimentan este espacio es producida por aquellas personas que responden a un detonante
estético depositado en alguno (o varios) de los selfis expuestos por el artista. Estas
respuestas pueden darse de dos formas: pueden apropiarse de la obra original e intervenirla
a través de distintas técnicas o producir una propia con visibles conexiones con la del artista
(estás pueden ser a través de palabras antecedidas por los símbolos “@” y “#” o de signos
única mediada por los lectores, existe a su vez otra al abrir y ampliar cada obra realizada
por los artistas. Esta consiste en un cuadro blanco en el que estos usuarios pueden escribir
comentarios a través de palabras simples, de los símbolos “@” y “#” o de íconos gráficos
expresar una emoción), alimentos, animales, objetos entre otras imágenes. Estos elementos
pueden ser incorporados a la narración de un posterior selfi del artista por medio de
fotografía inicial. Ahora bien, para poder ejemplificar estas formas de producción conjunta
entre espectadores y artistas se analizará parte de los recorridos de dos selfis de Instagram
67
(no puede ser de forma completa debido a que su “escritura” permanece abierta). Antes es
preciso recalcar que no se pretende generalizar para todos los casos un camino único, los
factores mencionados pueden introducir variaciones que provocarán que cada narración
tome una dirección distinta, sin embargo, esto no afectará la observación de la operaciones
La artista estadounidense Leah Schrager exhibe sus selfis en Instagram desde dos
perfiles; @onaartist y @leahschrager. Sin embargo, cada uno de ellos sirve a su producción
primer perfil señalado comienza el recorrido de cada uno de sus selfis; cabe apuntar que
este no contiene ningún enlace directo que permita a quienes lo visiten dirigirse al segundo.
Se estudiará en él los primeros pasos de la escritura de su selfi artístico Who’s for dinner?
(Figura 8.)
68
@lectores/productores (2018)
Figura 8. Selfi de 2018 de la artista Leah Schranger titulado Who’s for dinner?
zona central, se representa a una mujer desnuda que tapa con sus brazos parte de su cuerpo
y su mirada se dirige hacia el smartphone. En el segundo, se revela parte de una cocina y,en
el tercero, a través de una ventana, se observa un espacio externo donde se encuentran unos
árboles. No hay zonas con un desenfoque notable, esto facilita el reconocimiento del
espacio y su recorrido visual. La pose y mirada de la mujer no son naturales, han sido
comprendido por la fotografía como la zona (en blanco) intervenida por los lectores, esto
69
realidad. La nitidez de los tres planos facilita habitabilidad por parte del lector. Ahora bien,
del segundo espacio que complementa la narración fotográfica es preciso resaltar que lo
componen los comentarios de los lectores, los cuales pueden presentarse como palabras,
con enlaces “@” y “#” o con emoticones (íconos gráficos). Esta zona, a diferencia de la
anterior, no permanece estática ni uniforme, debido a las constantes modificaciones que las
signos gráficos (la mayoría realizados por hombres) en expresar de forma ofensiva un
mujer que desnuda su cuerpo y posa ante miles de seguidores. Cada motivación varía desde
patrocinio por parte de esta red social o de otras empresas para vender algún producto o
servicio (un perfil que corresponde al actualmente llamado “influencer”). Schrager, por su
parte, lanza con este selfi un “anzuelo” estético como detonante para provocar la escritura
del otro protagonista de su narración. Quienes consumen estas imágenes en su mayoría son
verse en la figura 8 (en el espacio de los comentarios, el cual es solo un extracto de más de
dos mil), fue exitoso. Los demás signos de la composición señalados es preciso no
incluirlos en esta primera interpretación puesto que aún sus cargas están incompletas sin la
incorporación de la voz del lector. A continuación se analizará una segunda etapa de “vida”
(2018)
una pregunta sino una respuesta: “@onaartist and followers” (@onaartist y sus seguidores).
El primer señalamiento que justifica esto refiere a los tres tipos de signos incorporados a la
gusta”, representados con un corazón, y de comentarios), todos realizados por los lectores
infundado o forzado sino de la propia realidad virtual y física que trasgreden incluso los
propios imaginarios.
significación que había comenzado y para trazar uno nuevo. Ahora, sumados estos signos a
los ya señalados previamente, el análisis puede partir de una propuesta estética y narrativa
más sustancial (más no completa aún pues los procesos de construcción siguen latentes). El
cámara, diseña un recorrido para su imagen y, desde ella, un discurso en el que su voz es
protagonista como una revelación de que ha roto las cadenas que la han atado a ciertos
estereotipos y a los círculos culturales del machismo. Sin embargo, así como sucede en la
desestabilizar y silenciar estas voces para revertir sus propósitos, relativizar y trasgredir su
relato. Desde esta posición, se intuye que la artista pretende criticar esto al incorporar las
rechazo la intervención del otro, evidencian cómo su herida alcanzó con éxito el miedo, la
en la cual son valorizadas por el número de “me gusta”, comentarios y seguidores sin
importar sus intenciones verdaderas. En el primer selfi, la artista lanza una pregunta, recibe
por parte de sus espectadores masculinos una afirmación que provoca que la segunda
cuestionamiento: ¿de quién ha sido soporte el cuerpo fotografiado? ¿Qué voz, qué escritura
es la que resuena?
tradicionalmente sus antecesoras recorrían. Como se pudo observar a través de los selfis de
dado otras tonalidades a su quehacer, entre ellas el ingenio para diseñar para sus obras
caminos hacia su necesario encuentro con el lector del mundo virtual, con sus lecturas e
intervenciones. Los fotógrafos envueltos en la práctica del selfi y familiarizados con las
con el otro uno de lo de sus valores primordiales y la clave para el enriquecimiento de sus
narraciones. Estos propósitos los incitan a componer “espacios vacíos” en sus imágenes e
incluir detonantes estéticos para con ello provocar a los “segundos autores” a activar su
proponer otro relato. El objetivo principal no consiste en obtener un selfi “completo” (esto
creativas por parte de sus múltiples autores. En palabras de Fontcuberta (2016): “el autor
nos ceda cotas de participación porque nos necesita como actores del dispositivo conceptual
directamente en la composición por parte de los lectores (por acción fotográfica o gráfica),
anteriormente, las formas de participación frente a estas fotografías son múltiples y varían
según las particularidades e intenciones de los distintos actores y su relación con los
dispositivos tecnológicos y las redes sociales, lo que a su vez significa para sus narraciones
una diversidad de caminos de escritura. Ahora bien, cuando los artistas lo propician (e
incluso cuando no), los lectores van más allá de dejar en sus cuadros su impresión por
medio de comentarios o “me gusta”, el recorrer la obra a través de una pantalla táctil
despierta en ellos un sentir de apropiación que los impulsa a accionar su propio dispositivo,
imagen.
Hoy, la tecnología digital está acentuando la fractura entre imagen y soporte, entre
deviene hoy información en estado puro, contenido sin materia, visualidad sin sostén físico
Las pantallas táctiles de los smartphones son una de las optimizaciones más
apreciadas por sus usuarios. Estas, sin embargo, no son una novedad, desde la década de
móvil esta necesidad nace debido a las limitaciones de las teclas y de la calidad de imagen
74
sido posible observar y experimentar la evolución de estos modelos con respecto a esta
superior en muchos casos a otros artefactos destinados a fines similares, entre otras
aparatos. En este contexto, sin embargo, las imágenes solo podían ser manipuladas a través
accesibilidad de los programas utilizados para este fin. La llegada de los sensores táctiles a
también la posibilidad de palpar la imagen con una mayor libertad de movilidad. En la era
«La realidad virtual es una realidad que podemos tocar y sentir lo mismo que ver y oír con
los sentidos reales, y no sólo con el ojo y el oído de nuestra mente. Ahora podemos añadir
“la mano de la mente” a nuestro pensamiento». Las compañías siguen apostando por
presentar sus productos bajo la idea del tacto como el sentido integrador (Kerkhove, 1999,
Es necesario aclarar que esta nueva materialidad adquirida por la imagen fotográfica
perceptiblemente distinta a la física, pero no por ello menos significativa para los millones
de usuarios de las redes sociales alrededor del mundo. El palpar una fotografía digital, o en
este caso un selfi, a través de estos sensores, transforma la experiencia estética y la relación
con las imágenes. Anteriormente, las lecturas eran exclusivamente visuales (en caso de la
fotografía digital) y el contacto entre lector y obra, como se señaló antes, se daba a través
smartphones, las pantallas táctiles permiten a los lectores evadir ciertas limitantes de las
cual no solo amplía sus posibilidades de lectura sino también despiertan en ellos un nuevo
sentir de apropiación.
La cercanía entre la obra selfi y su lector, el poder explorarla con detalle y libertad,
palpar cada una de sus zonas, la invitación presente de los artistas y las facilidades que
proporcionan las redes sociales, incitan a que la labor del lector se extienda más allá de una
sensibilidad de la pantalla del smartphone se suma a las principales motivaciones del salto
con otras ya señaladas) que estos nuevos lectores se ven estimulados hacia la producción
visual. Con todo esto, ¿qué ocurre cuando artistas como Olá Walkow (Figura 10.)
aprovechan las galerías virtuales interactivas de los museos para exponer sus obras,
especialmente cuando estas son visitadas desde las pantallas sensibles de los smartphones?
el fin de justificar lo planteado se analizará una de las obras de esta artista y la respuesta de
A través del selfi ,,My Only Dream Was About Being Beautiful, But It Was Hurting Me….I Had
Figura 10. Selfi de la artista polaca Olá Walków “,,My Only Dream Was About Being Beautiful,
Este es un selfi compuesto por la artista polaca Olá Walków en el 2017. Su título
traducido al español es “Mi Único Sueño Fue Ser Hermosa, Pero Eso Me Estaba
Hiriendo….Tuve Que Hacerlo…” (“,,My Only Dream Was About Being Beautiful, But It
primer plano es del cuerpo desnudo de una mujer (de parte de la zona del pecho al lado
superior de sus labios), en cuyos senos hay unas marcas azules que simulan las que se
realizan para las cirugías plásticas. El fondo se encuentra fuera del enfoque por lo que no es
78
posible distinguir con claridad sus elementos, sin embargo, podría referirse a una
habitación puesto que se observa la posible figura de una parte de una cama.
Las líneas dibujadas en los senos de la mujer son las de mayor resalte visualmente y
determinantes del recorrido de lectura de esta imagen por parte del lector. La pose es
performada y se dirige hacia la cámara con sostén del brazo izquierdo, la expresión de este
pose permite inferir que este espacio es una puesta en escena y no una elección aleatoria.
“Mi Único Sueño Fue Ser Hermosa, Pero Eso Me Estaba Hiriendo….Tuve Que
Hacerlo…” es la frase que titula este selfi y permite a sus lectores descubrir un primer
la autora relata desde su propia voz los sacrificios físicos y psicológicos a los que se
someten un sinnúmero de mujeres para alcanzar un ideal de belleza por presiones sociales.
Las líneas trazadas en los senos de Walków son señales que centran la lectura sobre su
cuerpo y, si bien el desenfoque del fondo y el poco espacio que abarca impiden recorrer y
revelada por el gesto de su boca demuestra el tono en el que pronuncia el título de su selfi.
voces. La ausencia de la mirada busca en las lectoras un ejercicio no solo de reflexión sino
también en el cual complete con sus propios ojos el rostro fotografiado y explore las
captura la escena se extiende fuera del marco hacia el lector y futuro colaborador como una
pantalla sensible permite para su obra no solo una mayor intimidad con su lector, sino
blanco (su antecesoras también los contemplaban), sino en que la acción de su lector ya no
construcción de su composición sino su vida como imagen; los selfis que no consiguen
Con estas primeras consideraciones presentes cabe dirigirse ahora al otro lado del
espejo de este selfi, el que ha accionado el lector/productor estimulado por los vacíos
estéticos y narrativos y por la pantalla táctil con la que ha explorado la obra. Entre otros
posibles selfis que han continuado la línea del relato de Walków, se encuentra en la galería
virtual en la que expuso (en el sitio web de la galería londinense Saatchi), específicamente
en la zona dispuesta para las imágenes de los lectores/productores (sus respuestas a las
invitaciones de las distintas propuestas de los artistas), el selfi de una joven inglesa al que
tituló Corporosus. La lectura de esta fotografía permitirá visualizar mejor no solo las
estrategias de la artista para persuadir a su colaborador sino también para comprobar los
efectos de este nuevo modelo de visionado de las imágenes en redes sociales y otras
plataformas virtuales.
80
Este es un selfie producido por María Elisa Moreira, una asistente virtual de la
2017. Como ya se señaló, esta fotografía, en conjunto con otras, formó parte de la
exhibición en el sitio web, en la página destinada a las respuestas visuales del público a las
obras. Pueden observarse en el encuadre de la imagen tres planos, el primero es uno medio
del cuerpo de una mujer, esta mira hacia la cámara, está vestida pero uno de sus senos está
descubierto, cubre parte de este con dos dedos de su mano derecha. En el segundo plano se
aprecia una cortina, parte de la decoración de una habitación. El tercer y último plano es
81
poco visible, responde al exterior del lugar en el que se encuentra la joven abierto gracias a
una ventana.
solo parte del espacio superior como fondo. En cuanto a la pose y mirada debe subrayarse
que son performadas y se dirigen hacia la cámara; tanto los ojos de la mujer como sus
dedos son puntos de atención relevantes para determinar la dirección de lectura del
espectador. En relación al espacio fotográfico de esta narración se señala que parte de una
referencia real de un lugar interior, posiblemente de una habitación. El fondo ocupa poco de
la imagen y no es profundo, esto impide de forma parcial una habitabilidad pero facilita una
autora. Para poder visualizar esto es preciso rescatar ciertas anotaciones sobre la técnica y
narrativa. Uno de los aspectos más relevantes a señalar es la pose y la mirada en ambas
del lector sobre los senos de su cuerpo. La primera los muestra marcados con unas líneas
azules, trazos habituales de los médicos como un esquema antes de una intervención
quirúrgica estética. Uno de sus brazos sostiene la cámara del smartphone, gesto que en la
práctica selfi procura ser una forma de establecer un contacto más íntimo con el lector. Es
preciso recordar que aunque no esté presente su signo como elemento de la composición,
estas imágenes sostienen en sí mismas las cargas simbólicas de un espejo y uno de sus
82
caso del selfi, sus productores se extienden más allá de las posibilidades visuales, la
pantalla táctil del smartphone permite a sus obras evadir los límites de su naturaleza digital
y alcanzar un acercamiento físico-virtual por medio del tacto directo con el lector.
brazo mostrada, lo cual no solo se traduce en una invitación al juego reflexivo sino a
uno de sus senos desnudos, posiblemente para sentir los trazos que Walków tenía en los
En adición, cabe señalar también otro signo relevante, Moreira, como coautora de
esta narración, completa el rostro que Walków dejó parcialmente oculto. La ausencia de su
más sencillo adoptar su disfraz pues hay menos elementos físicos que fijen esta figura a una
identidad única. Para la narración de este selfi la incorporación de esta expresividad facial
abre otras posibilidades de lectura y estimula nuevos ejercicios reflexivos. Moreira amplía
performance con la mirada, la cual, en el juego teatral del selfi, alimenta no solo su
significación, sino también la invitación para que los próximos lectores/productores que
comprender una de las formas en las que la práctica artística del selfi enriquece su
producción a través de la acción del lector de las redes sociales. El nuevo modelo de
visión sino también el tacto de quienes la consumen. Gracias a este dispositivo sus
imágenes adquieren una nueva materialidad la cual ya no obedece a leyes físicas sino a las
desde lo práctico (para lo cual deberá habituarse al lenguaje fotográfico que rige en las
redes sociales, una de las bases principales de sus procesos comunicativos), hasta sus
Esta no será una tarea exclusiva para los aludidos: los artistas interesados en producir desde
y para estas plataformas también precisarán adoptar tales medidas; asimismo, deberán
colaboración (con los lectores) y con ello abrir para sus obras los caminos precisos para su
construcción.
solo las provocadas por la inmaterialidad de la fotografía digital sino también las que la
tradición institucional ha promovido por medio de sus rituales de exhibición artística en los
nulas. No se quiere afirmar con esto que la cooperación del lector no ha existido en
periodos anteriores del arte, pues de hecho ha existido siempre, pero sí se insiste en que las
participación que realmente tienen una atribución visible en la producción artística actual y
ya no se encuentran al margen del cuadro del artista sino en comunión con su labor
creativa.
84
Recapitulación
(…) los usuarios han ido escalando posiciones, llegando a formar parte del núcleo central
del proceso creativo de algunas de las producciones más punteras de los últimos tiempos.
cooperación creativa que dinamitan las viejas categorías de autor, obra y público receptor
con las nociones tradicionales de autoría planteados por la fotografía selfi a su llegada a los
escenarios artísticos contemporáneos. Para tal propósito fue preciso partir de necesarias
ellas se subraya la contemplación de lo autoral desde dos lugares distintos (de igual
relevancia y necesariamente dependientes uno del otro); desde la figura del fotógrafo-artista
mediación de la tecnología (smartphones) y las redes sociales virtuales. Por otro lado, se
señala como primera ruptura, la legitimación de la pluriatoría del selfi como parte de las
Al analizar la figura del artista productor de selfis se insiste en que la pregunta por
plural (es necesario que la labor creativa sea realizada por más de un productor,
práctica); asimismo la necesidad de que adopte un parcial anonimato para así facilitar a los
performance que alimenta las narraciones colectivas del selfi. Por otro lado, se insta a no
privilegiar la acción del artista sobre el lector, pues en el caso de estas fotografías, ambos
productores han sumado a sus aprendizajes y habilidades el uso del lenguaje propio de las
redes sociales (los íconos llamados “emoticones” y las palabras precedidas por los símbolos
“#” y “@”) lo cual, en conjunto con los filtros estéticos promovidos también por estas,
constituye un conjunto de herramientas de traducción para sus obras con el fin de que estas
alcancen los precisos procesos de interacción e intervención liderados por los lectores.
lectores se unen a los artistas en la narración artística. Las barreras técnicas que impedían
estas posibilidades han sido reducidas gracias a los avances de esta tecnología. A la vez, las
factores han contribuido a que el acercamiento estético de los lectores se extienda hacia la
necesidades de sus relatos, insertan en sus obras detonantes estéticos y vacíos narrativos
traducidos al lenguaje fotográfico de los lectores con ayuda de los filtros de la realidad
virtual y sus imaginarios. Las redes sociales se convierten en espacios de exhibición cuya
curaduría no solo depende de los artistas sino también de los lectores; de hecho, del
selfi.
86
sido la sensibilidad de la pantalla de los smartphones al tacto. Se redefine con este avance
realidad virtual, que involucra a sus intérpretes en una suerte de visionado que supera las
estimulan sus actos apropiacionistas y su intervención sobre las narraciones de las obras. Se
insiste en que la búsqueda de la respuesta del lector de la obra de arte no es una novedad,
sin embargo, en el escenario del fenómeno del selfi, su labor se torna vital para los procesos
de una galería ahora son acciones notables no solo en los recorridos narrativos de las obras
profundidad el rol de los espacios virtuales en las narrativas del selfi artístico. Para esto se
los campos virtuales en los que transita el arte fotográfico contemporáneo (en el específico
del selfi), la transición de las galerías físicas a las redes sociales (u otras plataformas de la
CAPÍTULO III:
El rol del espacio virtual en la narrativa del selfi artístico y sus propuestas
a la curaduría contemporánea
Introducción
En el pasado análisis fotográfico del selfi de la artista Leah Schranger Who’s for
dinner? (Figura 8.), se propuso no partir de un marco de la composición que admitiera solo
desde uno más amplio que incluyera la sección dedicada a las intervenciones gráficas de los
lectores (texto y otros símbolos). Aquí cabe señalar que la red social Instagram (donde se
encuentra expuesta esta obra) evita la separación absoluta de ambas zonas en el momento
del visionado individual con el fin primordial de incentivar la interacción entre sus
usuarios, lo cual, a su vez, alimenta los procesos narrativos de los selfis. Esta adición al
proceso de análisis fue clave para descifrar los caminos de construcción de sentido trazados
por los autores de la obra descrita (Schranger y sus lectores) y confirmó la necesidad de
dirigir los esfuerzos de la presente investigación hacia un estudio más profundo en torno al
rol del espacio virtual y sus distintas lógicas curatoriales en la narrativa del selfi artístico.
selfi (en tanto manifestación artística) a los procesos curatoriales tradicionales conforme a
etapas creativas.
de sus operaciones como alimento para su narrativa ha favorecido un análisis crítico más
provechoso de las obras referidas. Una mayor profundización sobre esto augura el
encuentro con algunos de sus principales alcances curatoriales y, con ellos, nuevas
propuestas en favor del arte fotográfico contemporáneo. Para este último, la pertinencia de
los propósitos expuestos halla justificación en la necesidad de respuesta ante las críticas
sociales
artístico
Bienal de Arte Contemporáneo Contextos, exhibió Qué es una selfie?. Los propósitos de
abogaban (y abogan aún) por el carácter banal y narcisista de la práctica selfi, con el fin de
explorar a profundidad sus distintos relatos identitarios y sus abordajes culturales, sociales
estéticas así como de un texto curatorial inicial que limitara su proceso creativo. La
89
probablemente todavía subsiste esa obsoleta idea de que el arte es una actividad de algunos
‘elegidos’ por las musas” (Garavito, 2017, citado por Manjón, 2017). Pese a esta negativa,
confirmar las posibilidades estéticas y narrativas de los selfis más allá de los prejuicios
existentes en esta Bienal, aunque no numerosos, cabe resaltar la elección de exponer las
obras impresas y montadas sobre las paredes blancas de las galerías del museo, sin
excepciones digitales ni como parte de instalaciones más complejas (ver la Figura. 12).
90
Bolivia, 2017.
selfi. Cabe notar, en primer término, que cada una de las fotografías seleccionadas no fue
catalogada como autorretrato sino como selfi. Esta apertura de la curaduría debe percibirse
Ahora bien, pese a que estos alcances prometen al selfi una favorable bienvenida a
este escenario artístico institucional, pronto se ven limitados debido a un estudio superficial
recepción de una obra fotográfica impresa, el selfi, por el contrario, es ajeno a esta
cual exige ser una intervención visible. La ausencia en las redes sociales y de una
estimulación eficaz dirigida a los participantes para recorrer la galería a través del
smartphone (con sus implicaciones prácticas), se unen a los anteriores síntomas para anular
las dinámicas de la pluralidad autoral y con ellas los círculos de construcción en los que el
selfi debe involucrarse para subsistir como imagen y relato. Al final, pese a las intenciones
de las reseñas textuales, ante el recuestionamiento sobre “¿qué es una selfie?”, la respuesta
sugiere valores discursivos posibles vinculados con arte, sin embargo, dentro de las
de su legibilidad artística. Los selfis son imágenes nacidas en la era digital, lejos de los
paradigmas de la materialidad física, sin embargo, aunque esta afirmación no revele ningún
adaptar sus marcos a los moldes heredados de sus predecesoras pero, ¿qué limitaciones hay
en estos procesos de “ajuste”? El espacio de exposición cuyo diseño omita o reduzca las
oportunidades de encuentro e intercambio entre los autores del selfi (artista y lector)
prescribe una narrativa estéril. En suma, el concebir este espacio como ajeno o de fácil
92
jóvenes obras artísticas selfi han experimentado tales efectos al ingresar a galerías físicas o
específico de las distintas elecciones sobre el espacio de exhibición de las obras selfi y sus
recorridos); tampoco se insinúa con los señalamientos de los “desaciertos” una generalidad,
pero sí se busca partir de este caso para comprender cómo las carencias encontradas por los
selfis a su llegada a las distintas galerías institucionales los han dirigido a la configuración
transgredir los vínculos artísticos de la tradición? El habitar las redes sociales virtuales e
sus composiciones en estas operaciones de la era digital les impediría aliviar sus ansiedades
estéticas y narrativas (también adquiridas a través de las vivencias virtuales), de aquí surge
las distintas dinámicas creativas, con la indispensable colaboración del lector productor:
93
(…) la mejor realización crítica de las prácticas simbólicas en este espacio ha sido y es la
participación ecuánimes, en las que todo agente partícipe lo fuese al mismo rango, en el que
narrativa” del selfi en el campo de las redes sociales y sus propuestas a la curaduría
Figura 13. Primera sección del selfi de la artista mexicana Kumoloca publicado en Instagram
(2020).
95
Figura 14. Extensión del selfi de la artista mexicana Kumoloca publicado en Instagram (2020).
posible apreciar que sus obras no acaban su relato en los marcos de la imagen, aprovechan
el espacio virtual en el cual han sido expuestas y allí extienden su narrativa. Artista y
96
lectores intervienen ese espacio mediante una serie de operaciones curatoriales, el selfi
El selfi de Kumoloca (Figuras 13 y 14), examinado a través del smartphone (de ahí
Esta es una representación de la figura de la artista sobre una caracola de mar, concuerda
con referencias de la realidad física pero con distorsiones que la abstraen. La segunda
sección (Figura 13) es utilizada por la productora como un espacio para revelar algunos
esbozos de sentido detonantes de su obra, estos han sido descritos mediante palabras y
Figura 15. Extensión del selfi de la artista mexicana Kumoloca publicado en Instagram
(2020).
Cada hashtag (#) es un enlace hacia otro espacio o galería virtual de exhibición,
seleccionó veinte a partir de sus necesidades narrativas y de las de sus coproductores. Cada
uno de estos hashtags abrirá para su obra un camino distinto de significación y una
extensión de su relato. En la figura 15 es posible observar qué ocurre cuando el lector elige
accionadas por el mismo detonante. Estas, aunque aparenten diferencias, están conectadas
entre sí por sus productores y lectores. El selfi de Kumoloca circulará por esta galería y
radica en que cada acción de los seguidores por medio de palabras, emoticones o un “me
consecuencia, del proceso narrativo. Como se observa en la figura 14, Kumoloca aprovecha
A estos argumentos es preciso sumar la relevancia del papel del smartphone en las
de los usuarios de las redes sociales virtuales consumen su contenido a través de las
estos dispositivos, sino también a la naturaleza táctil y móvil del visionado que proponen a
obras y una relación más íntima que trasciende los límites físicos, lo cual invita a los
enriquecerse en nuevos espacios de producción, donde el papel del autor se traslada de una
individualidad a una “esfera pública participativa” (Brea, 2003) en la que lectores y artistas
creativa de los lectores. Como inseparables colaboradoras, las redes sociales como
Instagram ofrecen una plataforma que no solo facilita cada una de estas gestiones artísticas
una regularidad cada vez más oportuna, sin embargo, aún se aferran a ciertos
planteamientos que parten de realidades y operaciones del arte propios de los espacios
físicos de exhibición, esto condena a las obras nacidas en los entornos virtuales a ignorar su
naturaleza y mutilar sus narraciones, especialmente, cuando son aisladas “de su proceso
periodo de cuarentena que obligó a acelerar los procesos de digitalización y las migraciones
hacia los entornos virtuales y con ello la adaptación o hasta hibridación con el smartphone
(entre otros dispositivos electrónicos). Con la imposición del lema “Quédate en casa”, los
del contacto físico lo cual desencadenó serias crisis que alcanzaron también al arte. “El
empujón, inesperado, lo está dando el COVID-19, tal vez porque, aunque su naturaleza sea
por los cuerpos que por las pantallas. Y está revolucionando las dos dimensiones que
constituyen nuestra frágil realidad” (Carrión, 2020). Infectado, el museo sufrió las
exigencias del mundo virtual, el público “avatar” y las nuevas dinámicas de consumo y
pandemias similares o más críticas que la causada por el COVID-19. Ante este panorama
incierto y con heridas latentes ¿es posible un camino favorable a través de la propuesta
artística selfi
su tonalidad paulatinamente, desde una mención indiferente o burlesca hasta una seria
oportunidad. Distintos investigadores han abordado los efectos del fenómeno en las
influenciados por los avances tecnológicos de los dispositivos de creación de imágenes, las
década de 2000” (Hakim, 2017, p.82). Para ellos, el selfi no solo ha modificado los
métodos de consumo ya instaurados sino que también ha propuesto uno propio, uno que
trastoca “la función, la relación y la dinámica entre el público y la obra de arte” (Hakim,
previamente filtrada, experimenta cada espacio y obra. Es necesario acotar que sus
probable que los trasladen a sus recorridos en el museo, especialmente, porque nunca se
naturaleza dual de los receptores y las nuevas herramientas que cargan los impulsa a
en la búsqueda de comprender una obra de arte desde un cierto punto de vista filosófico,
102
ideológico o estético, sino que abarca un tipo diferente de interacción en la que las obras de
arte se utilizan como fondos que atienden a la necesidad de tomar selfies (Hakim, 2017,
p.84).
La búsqueda de los receptores en cada obra se dirigirá hacia los signos, significados,
que satisfagan los vacíos de sus narraciones identitarias. Sus actos de lectura e
interpretación se traducen en “un gesto de apropiación, una forma de poseer el arte a través
de su imagen. Los selfis permiten a las personas tejer objetos del museo en su propia
identidad” (Kozinets, Gretzel y Dinhopl, 2017, p.4). La galería, por su parte, adopta una
nueva función, su espacio se convierte en el escenario para los performances del selfi.
social, han acondicionado sus espacios para propiciar la práctica selfi. Las motivaciones las
que se multiplicarán en las redes sociales virtuales. Los museos no han sido la excepción:
“Las políticas de los museos se están moviendo hacia la provisión de experiencias más
participativas para adaptarse a la tendencia social de tomarse selfies” (Johnson et al., 2015,
citado por Kozinets, Gretzel y Dinhopl, 2017, p.6), “(…) la toma de selfies otorga mayor
importancia a los espacios de la galería que nunca. El núcleo de estas etapas es permitir que
el yo sea el foco de la mirada” (Kozinets, Gretzel y Dinhopl, 2017, p.8). Las nuevas
competencias lectoras de sus visitantes, mediadas por la tecnología, apelan a una relación
con la espacialidad distinta, una más íntima y significativa. Las superficies neutras o vacías
deben abandonar las cualidades de un mero fondo, cargarse, y convertirse en una extensión
necesario generar un ambiente que estimule la constante interacción entre obras, personas y
103
En el marco del COVID-19 y la cuarentena obligatoria, los museos han urgido sus
mudanzas hacia las sedes virtuales, previamente, algunos de ellos apostaron por una de las
estrategias más efectivas: fomentar dinámicas de intercambio de los selfis producidos por
sus visitantes en las redes sociales a través de hashtags (#). “#Museumselfie”, “#artselfie”,
obras, curadores, artistas y lectores. Un número aproximado de 81.500 usuarios (al mes de
agosto de 2020) han utilizado el primer hashtag con el fin de participar de estas
virtual) ha sido una de las instituciones que ha abrazado esta iniciativa, incluso optó por
Figura 16. Extensión del selfi de la usuaria de Instagram Sarah Monroy (2020).
sus obras de arte preferidas a través de los hashtags (#) señalados. Sarah Monroy, usuaria
de esta red, propuso un selfi que alude a la pintura Los amantes del artista surrealista René
reinterpretar su discurso cultural y crítico en el contexto del COVID-19. Así como Monroy,
otros lectores se alejan de una copia “perfecta” e inclinan sus esfuerzos hacia la reescritura
en primera persona de los relatos a la luz de sus propias realidades. Los alcances de estos
intercambios permiten a los museos acceder a los nuevos ambientes artísticos, comprender
105
sus dinámicas, participar de ellas, actualizarse y enriquecer sus posibilidades, y, sin duda,
La llegada del fenómeno selfi ha trastocado los rituales de la visita al museo. Los
recorridos por las obras y sus espacios, necesitan apropiarse de ellos, tornar la cámara hacia
protagonista:
lo tanto ella misma una forma de producción (...) “producción secundaria” (Hakim, 2017,
p.89)
contemplativo, persiste en el smartphone del lector. Las aperturas curatoriales, con un cada
vez mayor respaldo institucional, han permitido a los museos convertirse en espacios
(sitios web y redes sociales). La práctica artística del selfi persigue estas oportunidades para
inalterables.
Los investigadores que alimentaron las previas propuestas (Hakim (2017), Kozinets,
Gretzel y Dinhopl (2017)) delimitaron sus exploraciones a los efectos del fenómeno en el
consumo de las obras de arte en los museos. Si bien en sus objetivos no manifestaron un
106
función y el significado simbólico de una obra de arte, ¿en qué medida influye esta
producida por un artista en la escena del arte contemporáneo (…)? (Hakim, 2017, p.89).
Narrativas tradicionales imbricadas con las hipermedia, discursos mediáticos mediados que
van más allá de su sede física para acercarse a sus públicos utilizando todo tipo de
plataformas digitales, desde los ordenadores de sobremesa hasta los smartphones, sin
olvidar soportes analógicos como el libro y todo tipo de productos de mercadotecnia. A esa
diversidad, que aúna la sede física con todo tipo de soportes digitales y analógicos, es a lo
p.120).
estudio profundo de la figura del lector en tanto coproductor y, conforme a ello, fomentar el
desarrollo de nuevas competencias que permitan a sus agentes dialogar con la pluralidad de
sus necesidades estéticas y narrativas las cuales poseen estrechos vínculos con la de los
artistas. Gracias a las aperturas actuales, las obras inscritas dentro de la práctica selfi
107
sus diversas extensiones. Tal ha sido el caso de la exhibición From Selfie to Self-Expression
general y, como aliciente, se les propuso explorar las posibilidades estéticas y discursivas
estereotipos superficiales limitantes (Saatchi Gallery, 2017). Los organizadores del evento
procuraron habilitar tanto la sede física como la virtual de la galería londinense, decisión
física) se dispusieron 10 salas, dos de ellas con exclusiva dedicación a los selfis producidos
por artistas contemporáneos, los cuales fueron expuestos a través de proyecciones digitales
en constante transición (véase Figura 17). Por su parte, la siguiente sala fue preparada para
ingresaban en ella consistía en tomarse selfis mientras eran fotografiados por otras cámaras
Figura 17. Sala en Galería Saatchi dedicada a la exposición de obras selfi de artistas
Figura 18. Sala en Galería Saatchi dedicada a la participación de los visitantes (2017).
109
esfuerzos dedicados para que las proyecciones de las obras fueran consecuentes con su
diseñaron ambientes habitables, favorables para la interacción entre visitantes y obras. Por
toma de sus selfis, avivaba los actos performáticos y el juego con los espejos (los cuales
además eran pantallas digitales), dos procesos de suma riqueza para el tejido de los relatos
selfi. Los smartphones cumplieron un rol clave, mediar todos los intercambios y fungir
como los “puentes” hacia la continuación de la exhibición en las sedes virtuales (gracias a
dirigida al público y a los artistas; es decir, con su participación se reafirmó el uso del
perfiles de redes sociales. En el primer portal virtual reservaron una de las páginas para
exponer todos los selfis de quienes acudieron al llamado de la convocatoria inicial, de los
Figura 19. Sala virtual de la Galería Saatchi dedicada exhibición de obras destacadas de
cargar sus propias selfis, lo cual extendió el espacio de exhibición y los círculos narrativos
de las obras publicadas (véase figura 20). Una exploración detenida de la galería permite la
ubicación de signos que enlazan los caminos de construcción entre selfis y sus intercambios
Figura 20. Sala virtual de la Galería Saatchi dedicada exhibición de los selfis de los
seguidores en sus dinámicas curatoriales (véase figura 21). A través de los #hashtags
vincularon los tres espacios (la sede física, el sitio web y el perfil de Instagram) y con ello
facilitaron el tránsito narrativo y estético de las obras y sus extensiones (compuestas por los
selfis. Cabe rescatar que fue aquí donde los organizadores percibieron una participación
112
creativa mayor y más fructífera. Esta es la única sala que permanece abierta al público y sus
Figura 21. Sala virtual de la Galería Saatchi dedicada exhibición de los selfis de los
exposiciones virtuales y la pretensión de que las obras digitales se adecuen a sus moldes; en
una dura lección para aquellas instituciones que subvaloraron las actualizaciones y
traslados hacia el mundo virtual y el estudio de sus dinámicas y lenguajes (en el específico
de las manifestaciones artísticas que comparten estructuras narrativas similares a las del
selfi). La crisis reveló dónde se encontraban los instrumentos necesarios para combatirla, en
Recapitulación
La llegada de fenómeno selfi a los museos (tanto como método de consumo así
artísticos. Resonantes crisis como la de la pandemia del COVID-19 en el año 2020, han
La cantidad de galerías que han abierto sus puertas a los selfis artísticos aumentaron
consecuentes con su naturaleza digital ni con las necesidades de sus productores. Los
autoría del selfi obedece a una pluralidad: sus círculos narrativos fecundan gracias a las
El espacio fotográfico de los relatos selfis se ha visto limitado dentro de los marcos
activar, para cada una de sus obras, círculos narrativos inagotables que se tornan posibles
preparación de los terrenos de sus imágenes de modo que sean sensibles a los diálogos,
de estos señalamientos se justifica en las propias propuestas curatoriales del selfi a los
museos pues sus raíces emergen de este complejo de operaciones creativas, en dirección a
un ideal de “esfera pública participativa” (Brea, 2003), asequible por las posibilidades
técnicas del smartphone y las plataformas virtuales así como por el lenguaje llave de todas
(nacidas en los ambientes virtuales) el fenómeno selfi se plantea como una propuesta
curatorial fundamentada en sus propias dinámicas narrativas en redes sociales. Para los
visitantes de las galerías físicas, esta práctica postfotográfica propone una transición de la
exhibición se torna en escenario para sus actos performáticos los cuales alimentan sus
las plataformas virtuales se proponen desde un marco estratégico consecuente con el perfil
solución a las carencias que enfrentan las sedes físicas. La promoción de #hashtags como
“#Museumselfie” y “#artselfie” son parte de las operaciones más efectivas, abren para los
museos salas virtuales de encuentro y diálogo entre artistas y lectores que favorecen su
no obstante, ninguno de ellos sería viable sin el @coautor como gestor protagonista y el
ingresar al escenario de las artes es agitar los modelos más rígidos de la tradición que aún
impermeabilizan las paredes del museo y cuestionarlos frente al espejo de la pantalla táctil.
CONCLUSIONES FINALES
esta investigación partió del propósito de analizar los alcances técnicos, estéticos,
papel de los recursos de producción y edición digital en pos de una narrativa propia del
lugar vital de encuentro para sus productores (gracias también a las plataformas virtuales).
La pantalla del smartphone adopta para los artistas el papel de un nuevo espejo ante el cual
poder performar sus personajes y el de un signo permeable a las distintas cargas simbólicas
ampliado el abanico de posibilidades técnicas para la producción, entre las más relevantes
los filtros digitales, necesarios para la “traducción” estética y conceptual de las narraciones
y para estrechar los vínculos entre realidad y ficción virtual hacia un acercamiento a los
diferenciación estética, lejos de los rígidos estándares de calidad y belleza, los artistas han
procurado para sus imágenes resaltar la huella del “error” de la cámara del smartphone, de
Como parte de los recursos estéticos y narrativos más valiosos de los procesos de
edición digital del selfi se destaca a la apropiación. Los artistas logran a través de ella (en
una suerte de collage digital) incorporar distintas voces a su narración, avivar los
y externos. Hacia fines similares, los productores también aprovechan las herramientas de
mímesis y diversifican las posibilidades del recorrido interpretativo. Estos diálogos entre
en la manipulación de los códigos de las imágenes para borrar, sustituir o agregar extractos
maestría técnica, la memoria y la materialidad, para diferenciar a sus obras y fecundar otras
vertientes narrativas.
El segundo capítulo inclinó el estudio hacia los cuestionamientos y rupturas con las
escenarios artísticos contemporáneos. Al analizar los caminos narrativos de las obras selfi
se identificó lo autoral desde dos lugares distintos, desde las figuras del fotógrafo-artista y
del lector, sin desvincular ni priorizar una labor sobre otra, especialmente en el espacio de
las redes sociales. De aquí la necesidad de utilizar de concepto de “pluriautoría” pues son
numerosas y diversas las voces que pueden narrar un solo selfi. A partir de esto, la primera
“pluriautoría” como parte del proceso de producción artística del selfi y su promoción en
los distintos espacios de creación y exhibición. Los @artistas de selfis se pronuncian desde
una pluralidad y en primera persona (nosotros) para avivar el juego reflexivo, además,
lenguaje de las redes sociales (el los #hashtags, emoticones y @arrobas) así como el de los
filtros estéticos del smartphone, conforman parte de las nuevas habilidades de los
productores, son la clave para escribir o traducir sus obras y alcanzar el diálogo con los
lectores/productores y su intervención.
intervención y la narración (en el caso del selfi), fue motivado por la tecnología del
deslizamientos, cada vez con menos pérdidas de calidad de las imágenes. La pantalla táctil
suerte de materialidad que permite a los lectores un acercamiento más íntimo con las obras
perceptible en la exhibición. Para el selfi, en cambio, la acción del @lector es vital y debe
exhibición virtual en las narrativas del selfi artístico y sus propuestas curatoriales. Se
identifica en la red social Instagram, una particularidad de los procesos de producción del
selfi: la extensión de su espacio narrativo más allá de los márgenes fotográficos. Artistas y
narrativos; claves para la composición de los selfis. Un mediador imprescindible para ello
es el smartphone pues facilita el acceso a las plataformas y a los lenguajes empleados (el
como método de consumo, los selfis han agitado los modelos tradicionales curatoriales (en
de las mudanzas hacia los entornos digitales ha tornado los prejuicios en reflexiones sobre
escenarios donde obras, artistas y lectores participen en un mismo círculo creativo. Insisten
en trasladar sus procesos de extensión a las galerías para materializar la escritura de cada
efectivos hacia las sedes virtuales a través de las pantallas de los smartphones y del
lenguaje de los #hashtags. Su estrategia procura ser consecuente con el perfil de las
Los selfis han saltado de las pantallas de los smartphones a las galerías de arte (y
viceversa), ¿qué significa esto para el arte fotográfico? Que ahora dispone de otras puertas
para abrir, de otros espacios para explorar (y dónde explorarse) y de otras voces para su
expresión. Los selfis introducen en el escenario artístico nuevos espejos que reflejan cómo
para la fotografía la “transformación es vida” (Brossa, s.f, citado por Fontcuberta, 2016,
p.240).
121
EL SELFI ARTÍSTICO
Mi investigación sobre los selfis nació a raíz de una experiencia en mi trabajo como
fotógrafa retratista. Una familia me solicitó una breve sesión como regalo para su hija.
Avanzado el proceso, se me acercó la madre para observar las fotografías en las que ella
figuraba. Sorprendida, me reclamó: “esa no soy yo”. En ese momento, sujeta a mis
refería y alegué que era imposible que la cámara pudiera mentir sobre su realidad física.
Mis dudas aumentaron conforme reflexionaba sobre sus palabras y me propuse indagar en
“correctos” pues eso siempre “garantizaría” la “calidad” de mi trabajo. Cada uno de mis
prejuicios los alimenté con estudios externos que calificaban el tomarse selfis como una
fenómeno selfi encontré una noticia inesperada: “Los selfis han llegado al museo”. La
novedad y el peso de los discursos de las obras que vi inscritas como selfis artísticos me
llevó hacia las voces de otros investigadores tanto de las ciencias sociales como de las artes,
A través del lente fotográfico me propuse resolver los vacíos de los análisis de las
distintas investigaciones que elegí como mis primeras guías. Sin embargo, al enfrentarme a
Para mis marcos teóricos y metodológicos fue necesario abandonar modelos tradicionales,
suficientemente flexible y amplio para las posibles mutaciones de mi objeto de estudio. Mis
reflexiones iniciales me permitieron entender la relevancia de las obras como mayor fuente
conceptuales necesarios para un análisis formal técnico fotográfico y, con él, activar las
efectiva de todas sus dinámicas narrativas fue facilitado por una cuenta en la red social
Instagram que abrí. A través de esta ventana no solo pude dedicarme a la observación de
los selfis artísticos sino también a involucrarme directamente en sus círculos de producción.
sus intercambios (incluso con selfis propios). De haberme mantenido distante, no habría
y profesional aún persisten los prejuicios sobre todo aquello que se aleje de los modelos
deseo expresar que sea necesario desestabilizar los pilares de la fotografía, sin embargo, no
deben obstaculizar nuestra mirada ni entorpecer nuestro caminar hacia delante, menos aún
ante los nuevos panoramas de la era digital en los cuales el protagonismo de la fotografía
no solo ha trastocado la cultura visual sino también las esferas comerciales, tecnológicas y
sociales.
Así como si fuera un selfi, insistiré en que este proceso investigativo no culmine
futuras manifestaciones de los selfis y sus variantes. A los fotógrafos los insto a que no se
BIBLIOGRAFÍA
Barthes, R. (1987). La muerte del autor. En Barthes, R. El susurro del lenguaje (pp.65-71).
Barcelona: Paidós.
Benjamin, W., Weikert, A. E., & Echeverría, B. (2003). La obra de arte en la época de su
http://laselecta.org/archivos/joseluisbrea/Elinconcienteoptico.pdf
Brea, J. L. (2003). El tercer umbral. Estatuto de las prácticas artísticas en la era del
https://previa.uclm.es/profesorado/juanmancebo/descarga/docencia/movimientos/3u
mbral.pdf
Castelo, L. (2005). Usos no normativos del lenguaje fotográfico. (Tesis doctoral en Bellas
https://ebookcentral-proquest-com.ezproxy.sibdi.ucr.ac.cr
Carrión, J. (29 de marzo de 2020). La biología está acelerando la digitalización del mundo.
https://www.nytimes.com/es/2020/03/29/espanol/opinion/coronavirus-revolucion-
digital.html?fbclid=IwAR1oRSulzR_Y7QEBHK9F2fvrzkroYKTkKdiKEemmBAu
3hp6jl0suvGDPCrc
64.file:///C:/Users/Sofia/Downloads/DialnetDeRembrandtAlSelfieTecnologiaTrans
parenteYHerramie-5580552.pdf
Danto, A. (2003). Después del fin del arte. El arte contemporáneo y el linde la historia.
Fernández, C. (2014). Prácticas transmedia en la era del prosumidor: Hacia una definición
https://www.redalyc.org/pdf/935/93530573004.pdf
http://bdtd.ibict.br/vufind/Record/UTP_92eb987f8d05074a106c83b8718e0664
Vanguardia.
Gutenberg.
Barcelona: Paidós.
http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/09528822.2015.1082339
http://journal.isi.ac.id/index.php/IJCAS/article/view/1967/645
https://consumer.huawei.com/es/phones/mate10-lite/
Kozinets, R., Gretzel, U., & Dinhopl, A. (2017). Self in Art/Self As Art: Museum Selfies
https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2017.00731/full
http://institucional.us.es/fedro/uploads/pdf/n13/lozano.pdf
Lynn, Rodrigo & Rosales. (2007). Fotografía. Manual básico de blanco y negro. Ciudad
Universitat Jaume I.
https://www.eldeber.com.bo/escenas/La-Bienal-Contextos-se-inaugura-hoy-con-la-
selfie-como-tema-principal-20171106-0080.html
Menkman, R. (2011). Glitch studies manifesto. Video vortex reader II: Moving images
https://pdfs.semanticscholar.org/0732/56f0c90a712365890f379f7dc55bd1377f3e.pd
https://core.ac.uk/download/pdf/32326637.pdf
128
Moreno, I. (2013). Genoma digital del museo. En Bellido, M. (Ed.), Arte y museos del
siglo XXI: entre los nuevos ámbitos y las inserciones tecnológicas (pp.119-135).
http://ebookcentral.proquest.com/lib/sibdilibrosp/detail.action?docID=3222538.
Oxford University Press. (2016). Oxford Dictionaries. Reino Unido. Consultado en:
https://en.oxforddictionaries.com/.
Recuperado dehttp://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150
807_finde_selfies_estadisticas_lb.
Plowman, Dimery, Gee, King, Laing & Fletcher. (2013). Fotografía. Toda la
transición. En Bellido, M. (Ed.), Arte y museos del siglo XXI: entre los nuevos
UOC. Recuperado de
http://ebookcentral.proquest.com/lib/sibdilibrosp/detail.action?docID=3222538.
https://www.saatchigallery.com/selfie/
Tifentale, A. (febrero de 2014). The Selfie: Making sense of the “Masturbation of Self
http://d25rsf93iwlmgu.cloudfront.net/downloads/Tifentale_Alise_Selfiecit pdf
https://static1.squarespace.com/static/5623280de4b08ff533eaa145/t/5988bf3febbd1
a1db1a2cce1/1502134080276/Tifentale_Alise_Selfie_Routlege_draft_as_of_11_09
_2016.pdf
Triquell, A., & Prácticas de oficio. (2011). Imágenes que nos miran. Experiencia,
content/uploads/2012/04/artic51.pdf
Warner, M. (2012). 100 ideas que cambiaron la fotografía. Barcelona, España: Editorial Art
Blume.
Watson, B. T. (2014). LOOK AT ME, but not all of me: Examining the selfie phenomenon
https://static1.squarespace.com/static/546fe922e4b07d8202b7f2b7/t/552b5c94e4b0
31351c1cc4af/1428905108315/Look+At+Me%2C+But+Not+ALL+Of+Me.pdf
https://elpais.com/internacional/2016/12/19/actualidad/1482164655_166781.html.