Jurisdiccion - All - Normas-De-Juri Sd-Internacional-Sistema-Argentino
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all-las-normas-de-jurisdiccic3b3n-internacional-en-el- 1
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Último acceso: 14 de agosto de 2016
I. Introducción
*
Profesora de Derecho internacional privado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Argentina.
1
Abreviaturas: CN: Constitución Nacional, CC: Código Civil, CPCCN: Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, CSJN: Corte Suprema de Justicia de la Nación, CNCiv: Cámara Nacional Civil.
2
En Argentina se utiliza el término jurisdicción internacional y se alude a la competencia para hacer
alusión al ejercicio de la jurisdicción en los casos internos; de allí que en nuestro país no suela utilizarse
la expresión competencia judicial internacional como se hace en otros lugares. Véase D.P. FERNÁNDEZ
ARROYO (coord.), Derecho internacional privado de los Estados del MERCOSUR, Buenos Aires,
2
determinar cuándo un juez tiene jurisdicción no resulta siempre sencillo y, además, los
criterios de atribución de jurisdicción suelen variar no sólo de país a país sino también a
lo largo del tiempo5.
En Argentina la competencia legislativa en lo atinente a la jurisdicción
internacional corresponde a la Nación como poder implícito en virtud del art. 75 inc. 32
de la CN. Las provincias, en virtud del art. 75 inc. 12 de la CN han delegado en el
gobierno federal la potestad de legislar en materia de fondo, y se han reservado la
facultad de legislar en materia procesal Ahora bien, una cosa son las normas de
jurisdicción internacional y otra las normas de competencia interna. Los criterios
atributivos de jurisdicción internacional deben ser fijados por leyes aplicables en todo el
territorio de la Nación y, por ende, las normas de jurisdicción internacional son normas
federales6, dictadas por el Congreso de la Nación. Las normas de jurisdicción
internacional no se encuentran reunidas por el momento en un cuerpo único sino que, en
realidad, están dispersas por todo el ordenamiento y así encontramos normas dentro de
diversas leyes de fondo. Ahora bien, que dichas normas estén en leyes de fondo no debe
llevar al equívoco de confundir la naturaleza eminentemente procesal que revisten las
normas de jurisdicción internacional.7 Por el contrario, las normas de competencia
Zavalía, 2003, p. 138 y A-L. CALVO CARAVACA / J. CARRASCOSA GONZÁLEZ, Derecho internacional
privado, vol. I, 5ª ed., Granada, Comares, 2004, pp. 71-72.
3
Más allá de que el tema de la jurisdicción involucre la potestad del poder público del Estado (de su
poder judicial) para resolver los casos, el concepto de jurisdicción podría ampliarse también al arbitraje,
ya que los árbitros en determinados casos gozan de la facultad de dirimir controversias de carácter
internacional y, en el caso argentino, tal facultad -como veremos luego- resulta autorizada por el art. 1 del
CPCCN. Véase S. FELDSTEIN DE CÁRDENAS, Reformas al Código Civil- Derecho Internacional Privado,
Buenos Aires, Abeledo Perrot, 1994, pp. 109-111, quien señala que la jurisdicción internacional indica no
sólo la facultad de los tribunales de un país para entender en una controversia, sino que también significa
el poder de un tribunal foráneo para dictar una sentencia en condiciones de ser reconocida y ejecutada en
otro país
4
La Sala B de la CNCiv. en autos “S.M., M. c/ A., P.C.”, (26/12/1997) sostuvo que “la jurisdicción
internacional es el poder que tiene un país, derivado de su soberanía, para resolver un caso de derecho
privado con elementos extranjeros, o un caso mixto con el cual el Estado que se atribuye aquélla
considera que tiene una relación relevante a esos efectos”, LL, 1998-D, p. 144. En el mismo sentido se
pronunció la CNCiv., Sala I, 21/11/2002, en “S., B.I. c. C., V. y otro s/impugnación de maternidad”,
quien señaló que “corresponde definir a la jurisdicción internacional como el poder que tiene un país,
derivado de su soberanía, para resolver un caso de derecho privado con elementos extranjeros, o caso
mixto, con el cual el Estado que se la atribuye considera que tiene una relación relevante a esos efectos y
que no debe ser confundida con la distribución de la competencia interna por razones de territorio.
Aunque por la carencia de normas sobre la jurisdicción internacional, por las deficiencias en la legislación
específica, una de las soluciones posibles a la que se acude sea a la proyección en el ámbito internacional
de las reglas de distribución de la competencia interna”, ED, t. 201, pp. 152-158.
5
Véase J. M. ESPINAR VICENTE, Ensayos sobre teoría general del derecho internacional privado,
Madrid, Civitas, 1997, pp. 137-138, esp. p. 153.
6
Véase W. GOLDSCHMIDT, Derecho internacional privado, 6ª ed., Buenos Aires, Depalma, 1988, pp.
462-463, A. BOGGIANO, “Conflictos de jurisdicción internacional ante la Corte Suprema de Justicia de la
Nación. Cuestiones federales de jurisdicción internacional”, ED, t. 62, p. 627 y M. E. UZAL, “Algunas
reflexiones sobre temas de derecho procesal internacional”, LL, 1998-E, p. 1077. En el voto en disidencia
al fallo de la mayoría de la CSJN en “Pacesetter Systems Inc. S.A. s/ pedido de quiebra por Pacesetter
S.A.”, (09/06/1994) el juez Boggiano sostuvo –refiriéndose al art. 2 inc. 2 de la ley de quiebras- que por
ser una norma de jurisdicción internacional, delimitadora de la soberanía de los jueces argentinos, revestía
naturaleza federal.
7
En “Exportadora Buenos Aires S.A. –EBASA- c/ Holiday Inn´s Worlwide Inc”, (20/10/1998), la CSJN
sostuvo que las normas de jurisdicción internacional revisten naturaleza federal, aun cuando estén insertas
en un cuerpo normativo de derecho común, LL, 2000-A, pp. 404 ss. Véase A. DREYZIN DE KLOR / A.
3
interna se encuentran en los códigos de procedimiento de cada una de las provincias que
componen el país.
Vale decir que, por una parte, nos encontramos con normas de jurisdicción
internacional desperdigadas por todo el ordenamiento normativo argentino (lo mismo
sucede en materia de derecho aplicable) y, por la otra, no todas las cuestiones o materias
poseen normas de jurisdicción internacional, con lo cual ante ese vacío o carencia
resulta necesario efectuar una labor integradora. Así, se ha sostenido que ante la
carencia de normas de jurisdicción internacional en la fuente interna deberían aplicarse -
por mayor proximidad analógica- las normas de jurisdicción internacional del tema en
cuestión contenidas en los tratados internacionales ratificados por la Argentina; si ello
no resultare posible por no existir normas específicas de jurisdicción internacional, la
alternativa sería recurrir a las normas nacionales de competencia territorial interna (art.
5 CPCCN) y a la jurisprudencia de la CSJN sobre la temática8.
juez extranjero. (…) Para que exista razonable jurisdicción ejercida por un tribunal
nacional debe existir una genuina y substancial conexión entre el caso y el tribunal. La
jurisdicción exorbitante y abusivamente ejercida por los tribunales de un país
compromete su responsabilidad internacional.” 11
La doctrina ha juzgado que no existen foros exorbitantes dentro del
ordenamiento argentino; por otra parte, los tribunales suelen no asumir jurisdicción si
no existe una conexión estrecha del caso con el foro12.
Ejemplos de foros razonables en el sistema argentino son los del domicilio del
demandado, el foro de la autonomía de la voluntad de las partes, el del lugar de
cumplimiento de los contratos, entre otros.
Los foros generales son aquellos que adoptan como pauta o criterio para
establecer la jurisdicción del juez un elemento que aparece presente en todos los
supuestos o casos, vale decir, independientemente de cual sea el objeto del proceso. Así,
el ejemplo emblemático es el del foro del domicilio del demandado. Atribuir
jurisdicción a los jueces del país en que el demandado tiene su domicilio garantiza, para
éste, que podrá litigar en el país en que se supone que cuenta con los elementos para
defenderse en juicio; desde otra óptica, generalmente el demandado contará con bienes
en su domicilio, razón que le posibilitará al actor que, al incoar la demanda ante los
jueces de tal lugar, la sentencia que se dicte –en el caso de resultarle favorable- pueda
ser ejecutada en dicho país.
En el ordenamiento argentino el domicilio es un criterio determinante de
jurisdicción internacional en supuestos de tutela (arts. 400, 401, 403 CC13), separación,
divorcio y nulidad de matrimonio (art. 227 CC), alimentos (art. 228 CC14), contratos
11
ED, t. 127, p. 602 y A. BOGGIANO, (nota 8), t. I, pp. 800 ss., esp. pp. 839, 841 y 844.
12
Véase M. C. FEUILLADE, Competencia internacional civil y comercial, Buenos Aires, Ábaco, 2004, pp.
317-318, quien afirma que la exorbitancia no está dentro de las características del sistema argentino de
competencia judicial internacional. Señala el autor que del análisis por él realizado “se constató que no es
punto de contacto en las normas de competencia judicial argentinas la nacionalidad del demandante o del
demandado, ni la presencia o introducción de bienes del demandado, con excepción de la competencia
exclusiva que territorialmente pueda corresponder, ni la mera presencia o residencia ocasional, ya sea del
demandante o el demandado en el territorio nacional, ni la presencia comercial del demandado sin que el
litigio esté vinculado a la actividad, ni el lugar de firma de los contratos cuya competencia general se basa
en el lugar de cumplimiento, ni las designaciones unilaterales de tribunal competente que puedan hacerse,
ni cualquier tipo de asignación que el demandado hubiese hecho en el territorio nacional”.
13
La jurisdicción en estos casos está basada en el domicilio de los padres. Así el art. 400 CC dispone que
el discernimiento de la tutela corresponde al juez del lugar en que los padres del menor tenían su
domicilio, el día de su fallecimiento; el art. 401 CC establece que si los padres del menor tenían su
domicilio fuera de la República el día de su fallecimiento, o lo tenían el día en que se trataba de constituir
la tutela, el juez competente para el discernimiento de la tutela será, en el primer caso, el juez del lugar de
la última residencia de los padres el día de su fallecimiento, y en el segundo caso, el del lugar de su
residencia actual. El art. 403 CC contempla la hipótesis del discernimiento de la tutela de los expósitos o
menores abandonados: en tal caso tendrá jurisdicción el juez del lugar en que tales personas se
encontraren.
14
El art. 22 establece que “serán competentes para entender en los juicios de alimentos: 1) el juez que
hubiere entendido en el juicio de separación personal, divorcio vincular o nulidad; 2) a opción del actor el
juez del domicilio conyugal, el del domicilio del demandado, el de la residencia habitual del acreedor
alimentario, el del lugar de cumplimiento de la obligación o el del lugar de celebración del convenio
5
(art. 1215 y 1216 CC), sucesiones (art. 3284 y 3285 CC), concursos y quiebras (art. 3 de
la ley 24.522).
Los foros especiales, por el contrario, son aquellos que se establecen teniendo en
mira la materia, las específicas características de la cuestión regulada. Dicho de otro
modo, estos foros sólo atribuyen competencias para determinadas demandas en razón
del objeto material del litigio y su vinculación con el foro15. Si bien estos foros son
específicos con respecto a una materia determinada, el legislador no deposita en todos
los foros especiales la misma carga valorativa y, por ende, encontraremos foros neutros
y foros de protección16.
Por regla, estos foros especiales son concurrentes con los demás foros que
existan en los demás Estados con los cuales el caso de DIPr se vincule. Es un foro
especial en el sistema argentino, por ejemplo, el del lugar de cumplimiento o ejecución
de los contratos.
Los foros concurrentes son aquellos que han sido establecidos por el legislador
con respecto a ciertos supuestos, en los cuales se admite la posibilidad de que tribunales
foráneos conozcan sobre el mismo caso sobre la base del mismo o de un foro distinto de
jurisdicción.
En el ordenamiento argentino de fuente interna, la jurisdicción contractual está
contenida en las normas generales de los arts. 1215 y 1216 del CC, de los que surge que
para nuestro país son competentes para entender en litigios contractuales
internacionales, los jueces del lugar de cumplimiento o ejecución del contrato
(entendido como el lugar de realización de cualquier prestación derivada del contrato) 17
y los del domicilio o residencia del demandado. La norma atribuye jurisdicción para los
“contratos en general” sin especificar nada más, de modo que ante la presencia de un
contrato específico y la ausencia de una norma de jurisdicción internacional para ese
supuesto particular, caben aplicar los arts. 1215-1216 CC.
Se trata de normas de carácter procesal incluidas en un código de fondo, que
operan bilateralmente porque se utilizan tanto para saber si los jueces argentinos están
dotados de jurisdicción internacional en los casos concretos, cuanto para juzgar si los
jueces extranjeros que han dictado sentencias cuyo reconocimiento se pide en nuestro
país, poseen o no jurisdicción desde el punto de vista argentino18.
alimentario si lo hubiere y coincidiere con la residencia del demandado, si se planteara como cuestión
principal”.
15
M. VIRGÓS SORIANO / F. J. GARCIMARTÍN ALFÉREZ, Derecho procesal civil internacional. Litigación
internacional, Madrid, Civitas, 2000, p. 101.
16
Véase D.P. FERNÁNDEZ ARROYO (coord.) (nota 2), pp. 158-159. En la normativa vigente, por ejemplo,
no encontramos normas que consagren foros de protección en materia de consumidores o de trabajadores.
17
A. BOGGIANO (nota 8), t. II, pp. 252-254.
18
Véase CNCom., Sala E, “Trigo Corporation c/ Cristalerías de Cuyo S.A.”, (17/07/1998), en donde el
tribunal sostuvo que “en virtud de la exigencia del art. 517 inc. 1 del Código Procesal, tanto el domicilio
del demandado como el lugar de cumplimiento de las obligaciones son foros aptos como criterios de
atribución de competencias reconocidos por las normas argentinas de jurisdicción internacional (arts.
1215 y 1216, Código Civil) desde el punto de vista patrimonial, en acciones de naturaleza contractual”,
LL, 1999-F, p. 778.
6
Estamos ante una jurisdicción múltiple que no identifica al juez de ningún país
propio o extranjero en concreto, sino que da en abstracto las pautas para ubicarlo y,
además, prevé más de una posibilidad (lugar de cumplimiento, domicilio o residencia
del deudor), con lo cual hay una multiplicidad o concurrencia de jurisdicciones. Eso
significa que los citados artículos sirven no sólo a los efectos de la jurisdicción directa
sino también de la indirecta (vale decir, para que el tribunal argentino a quien se le pide
el reconocimiento de una sentencia ya dictada en el extranjero, decida si proviene de un
tribunal a quien nosotros consideramos competente)19.
Los arts. 1215 y 1216 del CC otorgan jurisdicción a los jueces del lugar de
cumplimiento del contrato. Existe, en materia contractual, un paralelismo entre forum e
ius ya que la norma sobre derecho aplicable a los contratos internacionales en sus
aspectos sustanciales (validez, naturaleza y obligaciones de las partes) con contacto
argentino establece que se rigen por el derecho del lugar de cumplimiento (arts. 1209-
1210 CC). Sin embargo, “lugar de cumplimiento” es calificado de distinta manera a los
efectos del derecho aplicable y de la jurisdicción internacional. El lugar de
cumplimiento desde el punto de vista del derecho de fondo aplicable al contrato debe
ser definido de acuerdo a los arts. 1212-1213 del CC que proporcionan calificaciones
autárquicas20. Con respecto a la calificación de lugar de cumplimiento desde la óptica de
la jurisdicción internacional, la jurisprudencia sostiene un criterio amplio de “lugar de
cumplimiento”; así, la CNCom., Sala E, en “Antonio Espósito e Hijos c. Jocqueviel de
Vieu” (10/10/1985)21, la CNCom, Sala C, in re “Quilmes Combustibles c/Vigan S.A.
s/ordinario” (05/03/1991)22, la CNCom., Sala E, en “INTA S.A. c/ MCS Officina
Mecánica S.P.A.” (14/19/1993)23, la CSJN, en “Exportadora Bs. As. S.A. (EBASA) c/
Holiday Inn’s Worldwide Inc.”, (20/10/1998)24 y la CSJN en autos “Sniafa S.A.I.C.F. e
I. c. Banco UBS AG” (14/09/2004)25 han sostenido que por lugar de cumplimiento debe
entenderse “cualquier lugar de cumplimiento (o ejecución) del contrato”.
En materia matrimonial la norma de jurisdicción internacional del art. 227 del
26
CC establece como foros concurrentes para dirimir las acciones de separación
personal, divorcio y nulidad, así como las que versaren sobre los efectos del
matrimonio, los del último domicilio conyugal efectivo o los del domicilio del cónyuge
19
El art. 517 inc. 1 del CPCCN establece que para que la sentencia extranjera sea ejecutoria en la
República debe emanar de “tribunal competente según las normas argentinas de jurisdicción internacional
(…)”. Ello, agregado al resto de los requisitos referidos a que debe tratarse de un fallo pasado en
autoridad de cosa juzgada, que sea consecuencia del ejercicio de una acción personal o real sobre un bien
mueble, si éste ha sido trasladado a la República antes o después del proceso, que haya habido debida
citación de la parte demandada y se haya garantizado su defensa, que reúna los requisitos de toda
sentencia en el país en que se la dictó, que se encuentre autenticada conforme a nuestra ley nacional, que
su contenido no afecte los principios de orden público del ordenamiento argentino y que no sea
incompatible con otra sentencia pronunciada con anterioridad o simultáneamente por un tribunal
argentino.
20
Véase MA. E. UZAL (nota 8), pp. 18-22.
21
LL, 1986-D, p. 49.
22
Revista de Derecho Bancario y de la Administración Financiera, n° 3, 1991, p. 626 y en ED, t. 150, p.
304.
23
ED, t. 157, pp. 124 ss, con nota de E. MARTORELL.
24
LL, 2000-A, pp. 404 ss. con nota de C. IUD y ED, t. 186, pp. 288 ss. con nota de R. RAMAYO.
25
ED, 22/03/2995, pp. 5-6.
26
Véase CSJN, “Gay, Camilo y otros v. Shaban, Imad Mahmoud Mohammad y otro”, (19/08/1999), JA,
2000-II, p. 123.
7
demandado.27 El art. 227 también se aplica para a las relaciones patrimoniales de los
cónyuges.
El art. 228 regula la jurisdicción para temas de alimentos disponiendo que podrá
juzgar tales causas el juez de la separación, divorcio o nulidad (inc. 1) y, a opción del
actor, el juez del domicilio conyugal o del domicilio del demandado, el de la residencia
habitual del acreedor alimentario, el del lugar de cumplimiento de la obligación o el del
lugar de celebración del convenio alimentario si lo hubiere y coincidiere con la
residencia del demandado, si se planteare como cuestión principal (inc. 2). Fácil es
advertir que la persona que peticiona los alimentos cuenta con un repertorio amplio de
foros alternativos ante los cuales puede plantear su reclamo. Esta norma se considera
justa para el alimentado; sin embargo, no se debe caer en la probable situación de
indefensión del alimentante. Como observa Boggiano, el art. 228 en principio “no
debería hacer temer el forum shopping” porque el art. 166 CC indica cuál debe ser la ley
aplicable. Sin embargo, como bien lo advierte el autor, el “forum shopping que alienta
el art. 228 puede conducir a un abuso de difícil corrección”28.
En casos de transporte marítimo hay que diferenciar en el art. 614 de la ley de
navegación 20.094 dos normas de jurisdicción internacional. Específicamente en
contratos de utilización de buques, el primer párrafo del art. 614 dispone que los
tribunales argentinos son competentes para conocer en los juicios derivados de los
contratos de utilización de buques, cuando las obligaciones respectivas deban cumplirse
en nuestro país, “salvo la opción que tiene el demandante por los tribunales del
domicilio del demandado”. Vale decir que cuando las obligaciones se cumplan en
nuestro país, el actor puede optar entre incoar su demanda ante los tribunales argentinos
o ante los jueces del domicilio del demando, sea este domicilio argentino o extranjero.
El segundo párrafo, al que nos referiremos luego, otorga a los tribunales argentinos
jurisdicción exclusiva.
Centremos nuestra atención ahora en los foros exclusivos. La característica de
exclusividad del foro se presenta cuando en ciertas materias el Estado no admite otra
jurisdicción que la de sus propios órganos jurisdiccionales. Ahora bien, los foros
exclusivos de jurisdicción internacional se caracterizan por ser foros excepcionales,
especiales y por tanto de interpretación restrictiva.
Así, por ejemplo, en materia de ausencia y presunción de fallecimiento, el juez
del último domicilio argentino del presunto fallecido tiene jurisdicción internacional
exclusiva para declarar la presunción de fallecimiento (art. 110 CC). La doctrina
sostiene la exclusividad de la jurisdicción argentina en caso de último domicilio en
27
Véase B. PALLARÉS, Derecho internacional privado matrimonial, Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni,
1988, p. 79. Téngase en cuenta que en el caso “Jobke c. Neidig” (09/05/1975) la CSJN determinó que, en
aquellos supuestos de no haber mediado en la Argentina el último lugar de efectiva e indiscutida
convivencia de los cónyuges, había jurisdicción concurrente de los jueces del último lugar de efectiva
convivencia de los cónyuges en el extranjero, del domicilio del demandado al momento de ser entablada
la demanda, del domicilio de los dos cónyuges separados y, a falta de certeza sobre el domicilio del
demandado o de las partes, los jueces del lugar de sus residencias. Véase ED, t. 62, pp. 287ss., con
comentario de W. GOLDSCHMIDT, “Jurisdicción y carga de la prueba en matrimonios internacionales”, y
LL, 1975-D, pp. 328 ss. con nota de A. BELLUSCIO, “Examen de la competencia del juez extranjero para
decretar el divorcio de matrimonio extranjero”. Antes de la reforma de la ley 23.515 (ley que introduce al
art. 227) regía la norma del art. 104 de la ley 2393 que establecía la jurisdicción exclusiva de los jueces
argentinos en causas de divorcio o separación de matrimonios con último domicilio conyugal en la
Argentina.
28
A. BOGGIANO (nota 8), t. I, pp. 961-962. Véase también B. PALLARÉS, “Efectos patrimoniales del
matrimonio”, en: D. P. Fernández Arroyo (coord.) (nota 2), p. 798
8
Argentina y señala que debe afirmársela con el objetivo de proteger la estabilidad de las
relaciones jurídicas preexistentes (por ejemplo, el vínculo matrimonial disoluble por
nuevo matrimonio luego de la muerte presunta declarada)29.
Sin embargo, en el supuesto de que el ausente tenga bienes en nuestro país (foro
internacional del patrimonio), los tribunales argentinos tienen jurisdicción internacional
concurrente (art. 16 de la ley 14.39430). En este caso, los tribunales argentinos serían
concurrentemente competentes no sólo con los jueces extranjeros del último domicilio
del ausente, sino también con la de los jueces de los lugares donde el ausente tenía
bienes31. No debe perderse de vista que la asunción de jurisdicción internacional de los
jueces argentinos basada en la existencia de bienes del ausente en el territorio de nuestro
país, a la hora de su reconocimiento extraterritorial puede correr el riesgo de ser
desconocida si, por ejemplo, la legislación del Estado en el que el ausente poseía su
domicilio o residencia tiene una norma que señala que sus tribunales son los únicos con
jurisdicción para entender en el caso. En tal supuesto, la sentencia de los jueces
argentinos -con jurisdicción en base al foro de patrimonio- puede tener escasas
posibilidades de ser reconocida en el país del domicilio del ausente32.
Tal como señalábamos ut supra al referirnos al contrato de transporte marítimo,
el art. 614 segundo párrafo de la ley 20.094 atribuye jurisdicción internacional exclusiva
a los tribunales argentinos en aquellos contratos de fletamento total o parcial, o de
transporte de carga general o de bultos aislados en un buque cualquiera, o de personas y,
en general, en todo contrato en que el transportador asuma la obligación de entregar los
efectos en destino. A pesar de que el art. 614 no dice a qué lugar de destino se refiere,
cabe concluir que la entrega debe haber tenido como destino la República Argentina. La
norma claramente establece que es nula toda cláusula que establezca otra jurisdicción
que la de los tribunales argentinos33. Cuando el destino es un puerto extranjero, afirma
Boggiano, es imposible entender que existe jurisdicción exclusiva de los tribunales
argentinos sino que habrá que reconocer, en el caso, jurisdicción a los tribunales
extranjeros del puerto de destino y también a los tribunales foráneos a los cuales las
normas del país de destino les reconozcan jurisdicción internacional34.
29
Véase A. BOGGIANO (nota 8), t. I, pp. 643-644 y M. J. A. OYARZÁBAL, Ausencia y presunción de
fallecimiento en el derecho internacional privado, Buenos Aires, Ábaco, 2003, p. 43-44.
30
La citada norma dispone que será competente para declarar la ausencia el juez del domicilio o, en su
defecto, el de la última residencia del ausente. Si éste no los hubiere tenido en el país, o no fuesen
conocidos, lo será el del lugar en que existiesen bienes abandonados, o el que hubiese prevenido cuando
dichos bienes se encontraren en diversas jurisdicciones.
31
M. J. A. OYARZÁBAL (nota 29), p. 44.
32
M. J. A. OYARZÁBAL (nota 29), p. 82.
33
Véase CSJN, “Compte y Cía., Miguel c/ Ibarra y Cía” (16/11/1936), LL, t. 4, p. 925.
34
A. BOGGIANO (nota ), t. II, p. 537.
9
35
Véase A. RODRÍGUEZ BENOT, Los acuerdos atributivos de competencia judicial internacional en
Derecho comunitario europeo, Madrid, Beramar, 1994, pp. 39 ss.
10
exclusiva36. Claro está que esta restricción solamente operará para las controversias de
naturaleza societaria porque, para aquellos litigios de índole internacional originados en
un contrato, por ejemplo, la sociedad encuadrada en la hipótesis del art. 124 podría
prorrogar válidamente la jurisdicción. De lo dicho se desprende la necesidad de calificar
el tipo de controversia (si societaria o contractual) a los efectos de su prorrogabilidad.
Si las partes no prorrogan la jurisdicción en aquellos asuntos en los que se
permite tal facultad, deben aplicarse las normas de jurisdicción internacional en materia
societaria. El problema es que la ley de sociedades comerciales 19.550 no contiene
ninguna disposición de modo que, ante tal carencia, habrá que recurrir a la aplicación
analógica de otras normas. Veremos más adelante con qué normas puede cubrirse tal
vacío.
36
A. BOGGIANO (nota 8), t. II, pp. 211-217. El autor señala que “tal como rige actualmente el art. 124,
sería incongruente que sólo se admita la aplicación del derecho argentino a la sociedad contemplada por
dicha norma y que, por otro lado, se admita la jurisdicción extranjera para dirimir cualquier controversia
societaria. (…) el art. 124 impone un forum causae exclusivo y excluyente del art. 1 del CPCCN, del art.
5, inc. 11 del mismo código y el art. 118, primer párrafo de la ley de sociedades comerciales”, p. 217.
Véase del mismo autor, “Jurisdicción internacional sobre sociedades constituidas en el extranjero”, ED, t.
111, pp. 970 ss.
37
Se entiende que los no residentes en el país también podrían prorrogar la jurisdicción. Así lo entienden,
entre otros, J. D. RAY, Derecho de la navegación, t. I, Buenos Aires, Abeledo Perrot, 1992, p. 671, A.
BOGGIANO (nota 8), t. II, p. 538.
38
Véase M. J. A. OYARZÁBAL, El contrato de seguro multinacional, Buenos Aires, Ábaco, 1998, p. 150.
11
internacional el art. 1 del CPCCN así lo autoriza ( siempre que no exista jurisdicción
argentina exclusiva sobre el caso o que la prórroga no esté prohibida por ley). El
problema acerca de la posibilidad de prorrogabilidad lo ha suscitado el art. 16 de la ley
de seguros 14.418 que declara que “es admisible la prórroga de la jurisdicción dentro
del país”. Tal disposición no debe ser interpretada como prohibitiva de la prórroga a
favor de tribunales extranjeros39 ya que la norma no dice que “la prórroga es admisible
sólo y exclusivamente dentro del país”. Por ello, y máxime si no viola la prohibición de
la norma de policía del art. 12 de la ley 12.98840, debe ser admitida. Así, el acuerdo
podrá ser efectuado antes de suscitada la controversia (ya como una cláusula del
contrato o por separado) o con posterioridad al litigio.
A falta de prórroga válida y como el Código de Comercio ni la ley de seguros
tienen una norma específica sobre jurisdicción internacional en materia de seguros,
habrá que estar a lo dispuesto por los arts. 1215 y 1216 del CC.
bastaría para desvirtuar su eficacia42. Claro está que habrá que evaluar si tal acuerdo no
ha sido fruto del error de una de las partes (provocado por la conducta de la otra) o de
fraude o si la situación de disparidad en el poder negociador ha colocado a la parte débil
en una condición tal que le impide o le dificulta gravemente su posibilidad de defensa
en juicio (con lo cual se violaría en este último supuesto el derecho de defensa en
sentido procesal consagrado en el art. 18 de la CN). Así, se ha señalado que en un
contrato por adhesión, todo acuerdo de elección de foro debe someterse, sobre la base
del art. 1071 del CC, a un control de razonabilidad43.
1. Foro de patrimonio
En los casos sucesorios la norma del art. 3284 del CC determina que tienen
jurisdicción los jueces del último domicilio del causante44. Se ha entendido que esta
jurisdicción no puede juzgarse como exclusiva y excluyente sino que, por el contrario,
debe concurrir con los jueces de los lugares en los cuales se encuentren situados bienes
del causante45. Ahora bien, esta “jurisdicción con base patrimonial” encuentra sustento
en el art. 16 de la ley 14.394. Esta norma es para caso de ausencia con presunción de
fallecimiento pero podría, por aplicación analógica en las causas sucesorias, ser aplicada
sustentando así un foro de patrimonio46. Si el causante tenía su último domicilio en el
extranjero, pero existen bienes inmuebles o muebles de situación permanente en la
Argentina, la jurisprudencia se encuentra dividida en cuanto a la posibilidad de atribuir
jurisdicción internacional a los tribunales de nuestro país. La Cámara de Apelaciones,
Sala 1ª de Bahía Blanca en “Yarza Vidaor, Eustacio s/sucesión” (25/06/1965)47
determinó la jurisdicción de los jueces argentinos por existir bienes en nuestro país, a
42
A. BOGGIANO (nota 8), t. I, pp. 282-285.
43
Véase M. S. NAJURIETA, “Prórroga abusiva de la competencia en un contrato de adhesión”, ED, t. 181,
pp. 301 ss. y M. DE LOS Á. NAHID CUOMO / M. DE LAS M. RODRÍGUEZ GIAVARINI, “La prórroga de
jurisdicción en contratos internacionales: el supuesto de los contratos de adhesión”, ED, 08/03/2004, pp.
1-8.
44
El art. 3285 CC dispone que si el difunto no hubiese dejado más que un solo heredero, las acciones
deben dirigirse contra el juez del domicilio de este heredero. Esta norma otorga jurisdicción el juez del
domicilio del heredero único, pero tal jurisdicción no exclusiva sino concurrente con la del juez del
último domicilio del causante. Véase J.R. ALBORNOZ, “Sucesión hereditaria”, en: D.P. Fernández Arroyo
(coord.) (nota 2), p. 857.
45
Véase SCProv. Bs.As, “Enrique Bayaud s/ suc.”, (25/03/1981), ED, t. 94, pp. 602-613, nota de W.
GOLSDCHMIDT, “¿Hereda la francesa adoptada en Francia por adopción simple el inmueble argentino del
hermano de su madre adoptante?” y “Mandl, Fritz, A.M. s/ suc.”, ED, t. 95, pp. 185 ss. Véase
“Himmelspacher, Carlos E.”, (31/07/1968), JA, 1968-V, pp. 342 ss., donde la CSJN consideró que había
jurisdicción argentina en razón del fuero de patrimonio.
46
A. Boggiano (nota 8), t. I, pp. 1080-1081. En opinión del autor, ante la carencia de normas que
indiquen específicamente diversos foros concurrentes para juicios sucesorios, el procedimiento analógico
que debería hacerse recurriendo a las normas de jurisdicción internacional en materia sucesoria de los
Tratados de Montevideo ya que dichas normas (art. 66 del Tratado de derecho civil internacional de 1889
y art. 63 del Tratado de 1940) abren tantos foros sucesorios como lugares de radicación de bienes
hereditarios existan.
47
LL, t. 120, pp. 100 ss. Véase el comentario de W. GOLDSCHMIDT, “paso jurisprudencial hacia el
tratamiento unitario de la herencia en el derecho internacional privado”, pp. 103 ss.
13
2. Foro de garantía
nuestro país que debería soportar injustificadamente un proceso en jurisdicción extraña, lo que
comprometería la garantía de defensa en juicio consagrada en el art. 18 de la CN.” En el mismo sentido,
véase el comentario a este fallo de G. BIDART CAMPOS, “El proceso concursal de deudores domiciliados
en el exterior que no tienen bienes en el territorio argentino”, ED, t. 159, pp. 58 ss. El criterio de
“Pacesseter Systems Inc.” fue seguido por la CNCom., Sala D, en “Proberan Internacional Corp. S.A. s/
pedido de quiebra por Braticevich, Jorge”, (13/04/2000), LL, 2001-B, pp. 101-103 y por la CNCom., Sala
E, en “Collectivemind Inc. S.A. s/ pedido de quiebra por Transearch S.A. Arg. S.A.”, (03/09/2004),
sumario en http://www.csjn.gov.ar. Véase sobre este último fallo el comentario de M.B. NOODT TAQUELA
/ J.C. CÓRDOBA, DeCITA, n° 3, 2005, pp. 531-532. En “Transportadora Coral”, ED, t. 155, pp. 270-272,
la CNCom., Sala A (09/12/1992), rechazó la solicitud de concurso preventivo de una sociedad constituida
en el extranjero en razón de que la deudora no poseía bienes de capital en Argentina; lo único que existían
eran créditos con lugar de cumplimiento en nuestro país.
54
Véase CNCom., Sala B, “Belforte Uruguay S.A. s/ concurso preventivo s/ incidente de nulidad”
(06/04/2003), LL, Suplemento de concursos y quiebras, 28/08/2003, pp. 22-26. Vid. el comentario de este
caso por M. B. NOODT TAQUELA, DeCITA, n° 1, 2004, pp. 369-370.
55
A. BOGGIANO (nota 8), t. II, pp. 911-912.
56
Véase A.A.N. ROUILLON, “Cuestiones de derecho internacional privado en la ley concursal argentina
24.522”, en: Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, 2000, pp. 1-23 y l fallo
de la CNCom., Sala B, “Austral Bank internacional s/ pedido de quiebra por Caramschi, José”,
(20/10/1999), ED, 187, pp. 197 ss., con nota de J. A. LORENTE, “¿Sólo un acreedor ‘local’ puede pedir la
quiebra de un deudor domiciliado en el extranjero?”. Compárese esta opinión con la de M. B. NOODT
TAQUELA, “Concursos y quiebras”, en: D. P. Fernández Arroyo (coord.) (nota 2), p. 1375.
57
Por domicilio debe entenderse la sede social inscripta en el pertinente organismo de control (Inspección
General de Justicia o de personas jurídicas según corresponda, de acuerdo a cada provincia).
58
Véase CNCom., “Quilpe S.A.”, (31/03/1977), LL, 1977-B, p. 248. El concepto de domicilio social ha
sido interpretado como la localidad indicada en el contrato social o estatutos, aun cuando la misma no
coincida con el lugar en donde se localiza efectivamente la administración o explotación principal.
15
3. Forum causae
normas pueden resultar aplicables en forma analógica. Ante tal carencia normativa en
orden a la jurisdicción internacional puede utilizarse el procedimiento del forum causae
y atribuir jurisdicción internacional para dirimir controversias societarias a los jueces
del país cuyo derecho rige la sociedad; estos serían, en principio, los jueces del lugar de
constitución (art. 118, primer párrafo, norma de conflicto que indica como aplicable la
ley del lugar de constitución de la sociedad). Esto puede complementarse, por otra parte,
con las normas de competencia territorial interna en materia societaria contempladas en
el art. 5, inc. 11 del CPCCN63. Las reglas allí establecidas “pueden ser consideradas de
aplicación concurrente con el art. 118, primer párrafo de la ley 19.550”64.
Tampoco encontramos normas de jurisdicción internacional de fuente interna
que indiquen los tribunales competentes para regir controversias sobre cheques. La ley
de cheque 24.452 –como su antecesor, el decreto ley 4776/63- carece de norma y por
tanto el vacío debe ser suplido de alguna forma. Algunos consideran que deben
aplicarse las normas de jurisdicción contractual de los arts. 1215-1216 del CC65; otros
opinan que puede constituir una opción recurrir a la norma de competencia territorial
interna del art. 5 inc. 3 del CPCCN66. Finalmente, hay quienes apoyan que la
jurisdicción internacional en materia de cheque debe ser deducida de la norma del art. 3
de la ley de cheque que dispone, para todos los aspectos del cheque, la aplicación de la
ley del domicilio del banco girado. En opinión de Boggiano67, cabe admitir la aplicación
analógica concurrente de las normas del art. 3 de la ley de cheque 68 con el art. 35 del
Tratado de derecho comercial terrestre internacional de Montevideo de 194069 y así
atribuir jurisdicción a los jueces del domicilio del banco pagador (art. 3) como a los
4. Forum necessitatis
del domicilio conyugal) y el art. 90 inc. 9 del CC (que señalaba que la mujer casada
tenía el domicilio del marido, aun cuando se encontrare en otro lugar con autorización
suya). La actora demandó ante los tribunales los tribunales argentinos y el demandado
opuso excepción de incompetencia argumentando que su domicilio estaba en Génova
(Italia) y por tanto que eran competentes los jueces de tal lugar. El juez de primera
instancia rechazó la excepción, mientras que la Cámara de Apelaciones, por el
contrario, declaró la incompetencia de los jueces argentinos. Llegado el caso a la CSJN,
ésta consideró que los tribunales argentinos tenían jurisdicción en base a distintos
fundamentos. En lo que aquí interesa debe resaltarse, por una parte, que el máximo
tribunal calificó el domicilio conyugal como el lugar de la última, efectiva e indiscutida
convivencia de los cónyuges y, por otra, que aplicó el criterio jurisprudencial75 según el
cual, aun cuando no estuviere caracterizada una típica cuestión de competencia, la Corte
debía intervenir si se llegara a producir una efectiva denegación de justicia por la
declaración de incompetencia de los jueces a los que se sometiera el caso. Incluso, la
intervención de los jueces argentinos se fundamentó en la necesidad de controlar la
garantía de defensa en juicio comprometida y por tanto, impedir una probable
denegación internacional de justicia, inaceptable a la luz del derecho internacional. La
Corte realizó en abstracto un análisis de la probable consideración del juez extranjero
sobre su propia jurisdicción y el eventual resultado negativo de la jurisdicción foránea,
lo cual llevaría a que la actora quedara privada internacionalmente de justicia si no se
abría la jurisdicción argentina76. Vale decir que un eventual conflicto negativo de
jurisdicción podría llegar a poner en peligro el derecho de defensa en juicio de los
derechos sustanciales de la actora.
pues en su primera parte consagra l principio del domicilio como determinante de la competencia; esa
normativa determina una ‘jurisdicción internacional exclusiva de los tribunales nacionales’ para l caso de
domicilio conyugal argentino. Diversas razones fundamentan el principio señalado, entre las cuales
adquiere singular importancia el hecho común y corriente de la inmediata promoción del juicio de
divorcio o la separación de hecho, lo cual aproxima a los cónyuges a una efectiva defensa de sus
derechos, especialmente en lo que concierne al aspecto probatorio, así como facilita la aplicación por el
juez de las normas, ideas y creencias que son propias del lugar de la ‘última convivencia efectiva de los
cónyuges’, especialmente en cuanto concierne a los efectos personales del divorcio.”
75
Ya en el caso “Vázquez, Miguel s/ carta de ciudadanía” de 07/10/1940, (Fallos: 188.77), la CSJN había
sostenido que “la intervención de la Corte Suprema en un caso de competencia negativa es procedente a
los efectos de evitar la efectiva denegación de justicia, aun cuando no se hallaren reunidos los requisitos
que caracterizan a las contiendas de competencia que le corresponde dirimir”.
76
A. BOGGIANO (nota 8), t. I, p. 242, ha sostenido que “la sentencia conjuga admirablemente el principio
de derecho internacional público que proscribe la denegación internacional de justicia con el principio de
derecho constitucional argentino de la defensa en juicio”. El autor señala que en el caso “Vlasov” la Corte
redefinió el concepto de domicilio conyugal a los fines de la ampliación del art. 104 de la ley 2393 y que
tal reestructuración normativa permitió respetar el “foro de necesidad argentino” aventando una posible
denegación de justicia. “No puede decirse que la Corte aplicó en “Vlasov” la norma como era, sino como
ella estimó que debería ser”. Véase A. BOGGIANO, Derecho Internacional A. D. 2000, Buenos Aires, la
Ley, 2000, p. 22
19
Puede suceder que, aun existiendo una norma que atribuya jurisdicción
internacional a los tribunales argentinos para decidir un caso, nuestros jueces estimen
que existe un foro extranjero más apropiado para resolver ese supuesto particular y que,
como consecuencia de ello, consideren que el foro argentino es un forum non
conveniens.
El forum non conveniens no se encuentra receptado en el ordenamiento
argentino, como sí sucede en otros países79. Sí lo preveía el proyecto de ley argentina de
DIPr de 199980, línea que no ha seguido el proyecto de código de DIPr de 2000.
Con relación a su compatibilidad con el sistema normativo de nuestro país, se ha
sostenido que no existe obstáculo para que el juez declare que el foro argentino es un
foro no conveniente frente a otro extranjero81. Así, por una parte, el demandado deberá
probar que el foro argentino es manifiestamente inapropiado frente a un foro extranjero
y, por otra, habrá que analizar -entre otras cosas- las circunstancias procesales del caso,
la proximidad de las partes, de las pruebas, los gastos, la probabilidad de auxilio
procesal internacional82.
77
Véase M. E. UZAL (nota 8), pp. 24-25.
78
M. C. FEUILLADE (nota 12), p. 204 y p. 317.
79
Véase sobre el tema en este número de DeCITA el trabajo de A. M. GARRO, “Forum non conveniens:
disponibilidad y adecuación en los foros latinoamericanos desde una perspectiva comparada”. Asimismo,
D. P. FERNÁNDEZ ARROYO, “Aspectos generales del sector de la jurisdicción internacional”, en: D. P.
Fernández Arroyo (coord.) (nota 2), pp. 165-167 y A. DREYZIN DE KLOR / T. SARACHO CORNET, Trámites
judiciales internacionales, Buenos Aires, Zavalía, 2005, pp. 86-88.
80
El art. 6 establecía: “Un tribunal argentino competente podrá, excepcionalmente y a petición de parte,
declinar su competencia si estima que las autoridades de otro Estado son más adecuadas para resolver el
litigio.”
81
Véase la opinión de M. A. CIURO CALDANI, “Una nueva concepción normológica de la ciencia del
derecho internacional privado”, ED, t. 48, pp. 5-23, esp. pp. 21-22. y de M. C. FEUILLADE (nota 12), pp.
45-46, quien señala que la institución podría ser instaurada mediante una reforma legislativa del CPCCN.
82
A. BOGGIANO (nota 8), t. I., p. 298.
20
85
Véase J. R. ALBORNOZ / P. M. ALL, Comentarios al Proyecto argentino de código de derecho
internacional privado, en http://www.jus.gov.ar