La Cigarra y La Hormiga
La Cigarra y La Hormiga
La Cigarra y La Hormiga
Actividad
Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío intenso del invierno. Los árboles se habían
quedado sin hojas y del cielo caían copos de nieve, mientras la cigarra vagaba por campo,
helada y hambrienta. Vio a lo lejos la casa de su vecina la hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.
– Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes mucha comida
y una casa caliente, mientras que yo no tengo nada.
– Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías
mientras yo cargaba con granos de trigo de acá para allá?
b) Bailar
c) Cantar
d) Trabajar
b) que cante
b) tiene comida
c) tiene frío
d) b y c son correctas
a) trabajo
b) comida
c) casa
d) a, b, y c son correctas
a) trabajar más
d) a, b, y c son correctas
La fábula “La cigarra y la hormiga”
Era un verano muy caluroso, probablemente uno de los más calientes de las últimas décadas.
Quizá por eso, la cigarra decidió dedicar las horas del día a cantar alegremente debajo de un
árbol. No tenía ganas de trabajar, solo le apetecía disfrutar de sol y cantar, cantar y cantar. De
manera que así pasaba sus días, uno tras otro.
Uno de esos días pasó por allí una hormiga que llevaba a cuestas un grano de trigo muy
grande, tan grande que apenas podía sostenerlo sobre su espalda. Al verla, la cigarra se burló
de ella y le dijo:
– ¿Adónde vas con tanto peso? ¡Con el buen día que hace y con tanto calor! Se está mucho
mejor aquí, a la sombra, cantando y jugando. ¿Acaso no quieres divertirte?, se río la cigarra.
La hormiga se detuvo y miró a la cigarra, pero prefirió hacer caso omiso de sus comentarios y
continuar su camino en silencio y fatigada por el esfuerzo. Así, pasó todo el verano, trabajando
y almacenando provisiones para el invierno. Y cada vez que veía a la cigarra, ésta se reía y le
cantaba alguna canción de aires burlones:
– ¡Qué risa me dan las hormigas cuando van a trabajar! ¡Qué risa me dan las hormigas porque
no pueden jugar!
Así pasó el verano y las temperaturas empezaron a bajar. En ese momento, la hormiga dejó de
trabajar y se metió en su hormiguero, donde se encontraba calentita y tenía comida suficiente
para pasar todo el invierno. Entonces, se dedicó a jugar y cantar.
Sin embargo, el invierno encontró a la cigarra debajo del mismo árbol, sin casa y sin comida.
No tenía nada para comer y estaba helada de frío. Fue entonces cuando se acordó de la
hormiga y fue a llamar a su puerta.
– Amiga hormiga, sé que tienes provisiones de sobra. ¿Puedes darme algo de comer y te lo
devolveré cuando pueda?
– ¿Crees que voy a darte la comida que tanto me costó reunir? ¿Qué has hecho holgazana
durante todo el verano?
– Pues ahora, yo como tú puedo cantar: ¡Qué risa me dan las hormigas cuando van a trabajar!
¡Qué risa me dan las hormigas porque no pueden jugar!
Y dicho esto, le cerró la puerta a la cigarra. A partir de entonces, la cigarra aprendió a no reírse
del trabajo de los demás y a esforzarse por conseguir lo que necesitaba.
Reflexiona:
¿Qué debió haber hecho la cigarra durante el verano para no pasar penurias en el invierno?