Cross My Heart 01
Cross My Heart 01
Cross My Heart 01
Katie Klein
Corrección:
Aldebarán majo2340 TwistedGirl
Recopilación y Revisión:
Dark&rose
Diseño:
Dark&rose
Capítulo 2 Capítulo 18
Capítulo 3 Capítulo 19
Capítulo 4 Capítulo 20
Capítulo 5 Capítulo 21
Capítulo 6 Capítulo 22
Capítulo 7 Capítulo 23
Capítulo 8 Capítulo 24
Capítulo 9 Capítulo 25
3
Capítulo 10 Capítulo 26
Capítulo 11 Capítulo 27
Capítulo 12 Capítulo 28
Capítulo 13 Capítulo 29
Capítulo 14 Capítulo 30
Capítulo 15 Capítulo 31
Capítulo 16
1
Traducido por *ƸӜƷYosbeƸӜƷ*
N
unca desestimes el poder de la escarcha. Es el Kinder 101, realmente
Exprime una cantidad inimaginable de pegamento para cartulina.
Vuelca un montón de brillo en la parte superior. Sacúdela. Y deja
secar. La escarcha es como... pequeños puntos de brillo atrapados en
un tubo. Un milagro en un frasco. Porque la escarcha puede utilizarse en
cualquier trabajo en proceso a ese siguiente nivel. Esconde la más evidente de
las imperfecciones, trabaja para sacar lo mejor de todo. Toma lo común y lo
convierte en algo interesante y hermoso.
Digno de preservar.
—Perfecto.
Las palabras de color rosa brillan bajo la empañada lámpara tipo araña chapada
en oro, dando la bienvenida a los invitados en la oficina principal. Le doy un
golpecito al borde de la cartulina, y algunas chispas de escarcha caen, haciendo
Fricciono mis manos juntas, luego las froto a través de mis jeans. Mal paso.
Froto mis pantalones con fuerza. Cuando esto no funciona, saco un rodillo de
pelusa en miniatura de mi bolso, retiro la capa de adhesivo y lo paso por mi
regazo hasta que estoy libre de brillo.
—Te creo.
—No sé por qué no venden chalecos antibalas. Dios sabe que necesitas uno 6
para entrar y salir a salvo.
—Buenos días, Jaden. Buenos días, Savannah. ¿Qué están salvando esta vez? —
pregunta.
—Suena como una buena causa —responde él—. Como siempre. ¿Qué están
rifando?
—Una “A” en su clase de Gobierno Americano —se queja Savannah con los
brazos cruzados. Casi puedo leer su mente: Porque esa es la única manera de
obtener una “A” en su clase. Lo que no es del todo cierto... porque yo tengo
una. De hecho, es seguro decir que he obtenido puras Aes en todas las clases
del Sr. Connelly.
—Sí, bueno, menos mal que existen leyes para esa clase de cosas. Así que…
compraré mi ticket —continua, alcanzando su billetera— esperando que gane
un Fit.
Savannah suelta una risita, girando la cabeza y tapándose la boca para ocultar
su sonrisa.
—Los niños de Bangladés nos lo agradecen. —Ella retira su cabello rubio por
encima del hombro.
—¿Jaden?
Me enderezo.
—¿Te veré en la tutoría de esta tarde? —dice desde el otro lado del rebosante
pasillo.
La Sra. Tugwell no dirá que llego tarde, pienso. Ella nunca dice que llego tarde.
Ningún profesor me dice que llego tarde. Jamás. Me deslizo dentro del salón de
clases y cierro las puertas, facilitando su cierre con mi mano. Sin embargo, cada
cabeza se voltea cuando el cerrojo chasquea. Siento mis mejillas arder y me voy
de puntillas hasta mi asiento en la parte de atrás del salón tan discretamente
como puedo.
—Verdaderamente.
La Sra. Tugwell es, al menos, fornida. Ella en realidad es bastante grande, y pasa
la mayor parte de su tiempo sentada en su silla detrás de su escritorio.
Realmente no camina... más bien se contonea, y el suelo debajo de ella tiembla
cuando se mueve. Sus gafas están, al menos, treinta años pasadas de moda, y
los mismos cristales son probablemente de hace décadas, debido a que usa las
mismas faldas a cuadros que se inflan en su cintura… todos los días... con sus
zapatillas de deporte.
Es una buena profesora, me gusta, pero cada año, cuando un nuevo grupo
idiota de estudiantes ingresa… me refiero, “remolcador” no suena igual que
Tugwell 3. Pero eso no parece disuadir a algunas personas.
9
Mi maestra sacude la cabeza, pero aún así, estoy casi segura de que se le forma
una pequeña sonrisa mientras vuelve su atención a la pizarra. Doy un suspiro de
alivio rápido. No llegar tarde.
—Avancemos. Esta asignación no será entregada hasta dos meses, pero eso no
significa que deban esperar hasta el último minuto. Ustedes y su pareja
deberían hacer planes para encontrarse tan pronto como puedan, luego a
intervalos regulares hasta que esté hecho. Les sugiero que se reúnan antes de
que finalice este día, así pueden decidir en qué obra literaria se centrarán.
Encontraran la lista de obras aceptadas en el paquete de información sobre sus
escritorios.
Echo una hojeada a las paginas azules, pasando mi dedo por encima, sobre la
grapa de la esquina superior izquierda, luego levanto mi mano.
3
Remolcador en inglés es “Tugboat” semejante al apellido de la profesora “Tugwell”.
—Tres minutos… —mi voz se apaga. Antes de que yo llegara a clases. Las
parejas ya estaban elegidas. Forcé una sonrisa de disculpa—. Lo siento. No
estaba aquí.
—Sé que no estabas, así que tuve el placer de asignarte una. — Ella sonríe a
sabiendas, y me siento de nuevo, el corazón golpeteándome rítmicamente en el
pecho, a la espera, mientras ella se toma su tiempo, estudiando su libro de
calificaciones, extendiendo el suspenso tanto como puede manejar, hasta que
finalmente—: Usted y Parker van a trabajar juntos.
Parker.
Parker Whalen.
Parker Whalen.
Echo otro vistazo rápido en dirección de Parker. Esta vez nuestros ojos se
encuentran. Se encajen en los míos, y yo titubeo ante su ceño fruncido,
sonriendo vacilante; su mirada dura y latente; su tranquila intensidad mientras
chisporrotea a través de mis venas, dejando mi cuerpo entero punzando con
desconcierto. Es como si me odiara ya, y aún no he hecho nada. Me revuelvo en
mi silla, incómoda. Sólo después de lo que parece digno de una eterna
incomodidad soy capaz de apartar los ojos, en encogiéndome más en mi
asiento mientras abro mi cuaderno a una página en blanco.
2
Traducido SOS por LizC
12
N
o vuelve a entrar en mi mundo hasta el almuerzo.
―Hombre, te lo digo, no eran nada para ti. ¡Hey! —La voz familiar cantó en mis
oídos, feliz de verme.
Tony se encoge de hombros, incapaz de mirarla a los ojos. Espero que sea a
causa de sus sentimientos reprimidos hacia ella. No creo que Savannah pudiera 13
ser más obvia. No creo que él pudiera ser más ajeno.
―Sí, le ganamos a North Central noventa y cinco a sesenta y ocho ―dice Blake.
―Oh, Dios mío, hubiera deseado muchísimo haber podido estar allí ―le dice
Savannah a Tony―. Es que estaba tan lejos para conducir, y mis padres son
como... ugh.
―Odias el baloncesto.
Tony se echa a reír, cayendo hacia atrás en su silla, como si fuera la cosa más
divertida que ha escuchado durante todo el día. Algunos de los estudiantes más
jóvenes en una mesa alejada se detienen a mirarnos, escrutándonos.
―Lo hacíamos. Más o menos. Tuve que pasar por la oficina así que tuve que
15
llegar a clase tarde ―murmuro―. Las parejas ya se habían elegido. ―Me encojo
de hombros. No es como si hubiera tenido una opción, ni nada como eso.
―Sí. Lo hizo ―contesto, con una mirada ceñuda hacia él―. Y no la llames “La
Remolcadora”. Es infantil. Y grosero.
―Jaden tenía que hacerlo. Quiero decir, no hay una persona en esta escuela
que realmente lo quiera como pareja ―dice Ashley naturalmente, sacando una
cucharada de yogurt―. Él es un fenómeno. Sólo Jaden es lo suficientemente
buena para no dejar que algo como eso le moleste.
―No sabemos si alguna de esas cosas son ciertas ―digo, sin dejar de
masticar―. ¿Y es sólo porque viste de negro y maneja una moto? Quiero decir,
ni siquiera lo conocemos.
Mis oídos reaccionan ante esto. No por lo que dijo sobre Parker, sino por
mencionar a Vince, porque creo que se refiere a Vince De Luca, y si ese es el
caso…
―Lo hicimos ―dice Blake―. Estaba con los chicos. Te juro que sólo estuvimos
allí durante unos, como quince minutos. Como mucho. Pregúntale a Tony.
―Tú sabes que no me gusta ese tipo ―le recuerdo. Pongo mi sándwich en la
parte superior de mi bolsa; mi apetito había desaparecido misteriosamente.
―Sí, bueno, no me gusta mucho Parker Whalen ―responde Blake con frialdad.
―Parker ―digo en voz alta, cruzando en frente de un Volvo rojo. Ata las
correas de su casco por debajo de la barbilla, luego monta la moto, utilizando
sus piernas para retirarse del espacio.
―¡Parker Whalen!
Los ojos de todos están fijos en mí, eso parece, a medida que ondeo, entrando 17
y saliendo entre los coches en torno a grupos de amigos que han dejado de reír
y charlar para preguntarse qué es exactamente lo que estoy haciendo. En el
momento siguiente, da vuelta al encendido, y le da revoluciones un par de
veces. Las explosiones atronadoras sacuden mis tímpanos, vibran en la tierra
debajo de mí, palpitando. Sale a toda marcha del aparcamiento, los neumáticos
chirriando, sin voltear ni una vez hacia mí.
Vislumbro a aquellos que aún me lanzan una sonrisa rápida. Todo está
absolutamente bajo control. Parker Whalen no me está evitando. No a
propósito, de todos modos.
3
Traducido por: Gry
M
e siento a la mesa, observando como mi próximamente sobrino
oficial, Joshua, mete profundamente su mano dentro de su tazón de
plástico de dinosaurios, agarrando y triturando. La avena gotea por
los laterales y cae en la bandeja de su trona.
Mis dos hermanos mayores se materializan desde la sala de estar, aun con la
ropa del trabajo, sus calcetines blancos están manchados de barro, y su corto
cabello castaño, aplastado contra sus cueros cabelludos: lo que generalmente
llamamos “cabeza de casco”.
—Pásame esos —pide Phillip, mi otro hermano, asintiendo hacia los frijoles
cocidos.
—De ninguna manera. Eso es lo último que necesitas —digo, rodando los ojos.
Phillip se sube las mangas de su camisa, por encima de los codos, frunciendo el
ceño.
—Sólo dámelas.
Mi papá, una versión más vieja y canosa de Daniel, está sentado en su silla a la
cabeza de la mesa, acercándose más cuando mamá entra con los panecillos. No
sabría señalar cuando fue que aparecieron los cabellos grises y las arrugas
alrededor de sus ojos, es como si siempre hubieran estado ahí pero yo nunca lo
noté, o como si hacerse abuelo de alguna manera provocara los cambios
automáticamente.
Cada asiento de la mesa está ocupado, y Joshua está sentado en su trona entre
mi mamá y Sarah: es una cena típica en la casa McEntyre. Hay siete de nosotros
en total. Mamá y papá, por supuesto; Daniel, Sarah y Joshua, quiénes ocupan el
dormitorio del medio de arriba; yo; y Phillip, que es más joven que Daniel por
dos años, y dos años más grande que yo. Un verdadero hijo mediano. No
somos nada sin una casa llena.
—Bien —responde Daniel—. La casa de Oak Street está casi lista para ser
pintada.
Ella pincha una chuleta de cerdo con su tenedor, y le pasa el plato a Sarah.
Me aclaro la garganta.
Y es a causa de esto, que mamá y yo somos las que cambiamos las bombillas
quemadas; reemplazamos los escalones del frente después de que Daniel
atravesara uno, partiéndolo completamente por la mitad; y usamos un
destornillador de cabeza plana para abrir las ventanas cerradas por la pintura de
los vecinos anteriores a nosotros. Es por eso que, incluso después de vivir en
nuestra casa Victoriana restaurada—donde nada está restaurado—durante
varios años, sólo puedo conseguir agua fría usando una llave inglesa. E incluso
entonces no hay garantía de que sea capaz de apretar el tubo lo suficiente para
que el grifo no gotee, lo que es una verdadera molestia a las dos de la mañana,
cuando me despierto con un incesante: drip… drip… drip…
—Lo sé… es sólo que… ha estado en tu lista por un tiempo, y se está volviendo
un poco difícil abrirla con la llave inglesa que me prestaste…
—Es el pintor con mi presupuesto —explica—. Tengo que atenderlo. —Se para
y sale del cuarto, presionando el teléfono en su oído justo antes desaparecer—.
Casas McEntyre —dice con tono de negociador amistoso.
—¿De quién se supone que esperas tú una llamada? —le pregunto a Phillip.
—No es de tu incumbencia.
—Ja. Ja. Como sea, nos topamos la semana pasada. Visitaba a sus padres.
Decidimos encontrarnos la próxima vez que viniera a la ciudad —explica él—.
Eso es todo.
—¿Por qué tiene que llamarte, entonces? —pregunta Sarah—. ¿Por qué no la
llamas tú?
22
—¡Lo hice! —contesta Phillip, encuadrando los hombros—. Le dejé un mensaje.
Ahora espero a que me responda.
Sarah se ríe.
—Bien si no tienes noticias de ella antes de este fin de semana podrías llamarla
de nuevo.
—¿Qué?
—¿Decirles?
—Ah. ¡Ah!. Sí. Seguro. —Se vuelve hacia nosotros—. Daniel y yo queríamos
contarles que ya pusimos una fecha. —Sus mejillas se ruborizan.
Sonrío.
ZZZ
Al día siguiente me encuentro en el vestíbulo justo antes de que la escuela
termine. Una ventaja de mi trabajo de ayuda en la oficina durante la última hora
4
Rolodex: Agenda rotativa, usualmente utilizada para guardar números de negocios.
Estoy examinando una foto de Blake y mía en la fiesta de promoción del año
pasado, la primera de nosotros formalmente juntos, cuando noto un
movimiento al final del pasillo. Mi corazón comienza a correr, y me presiono
fuertemente contra las taquillas, el metal se siente frío contra mis piernas. Es
Parker, inclinándose sobre la fuente de agua. La ventilación se enciende, el
zumbido rebota en las paredes de cemento mientras termina, y lo miro
limpiarse la boca con su mano antes de desaparecer dentro del baño de los
chicos.
25
Me evitó en inglés, y nunca respondió la nota que le pasé preguntando qué
obra literaria deberíamos escoger para nuestro proyecto. No volvió a aparecer
hasta el almuerzo.
Sin pensarlo, cierro de golpe la puerta de mi taquilla y corro detrás de él, mis
Mary Janes taconean contra las baldosas, mi mochila y mi bolso balanceándose
detrás.
Hago una pausa durante un instante en la puerta del baño, vacilando. Esto
puede ser un error muy grande, pero carezco de opciones en este momento. Lo
necesito. Es hacerlo ahora o morir intentándolo.
Parker cierra el grifo, luego sacude las manos, rociando el espejo con diminutas
gotas de agua.
—No tengo ningún problema, señorita McEntyre —dice, sus palabras llenas de
sarcasmo.
Dejo caer mis brazos, encogiéndome. ¿No es eso lo que todos piensan? Cuando 26
no respondo, sacude la cabeza.
—No pretendo saberlo todo sobre ti —le espeté—. Ya entendí que no debo
gustarte o algo…
—¿Te importa?
—No es gracioso. Puedes no querer una buena nota en este proyecto, pero yo
sí.
5
Liga Ivy: se le denomina así a 8 universidades privadas del noreste de EEUU, se caracterizan por su
excelencia, y admisión selectiva. La comprenden: las universidades de Harvard, Brown, Columbia, Cornell,
Pensilvania, Princeton, Yale y Dartmouth College.
Giro sobre mis talones y huyo del baño. Inhalo profundamente, buscando aire
fresco: desesperada. Desesperada por que alguien me explique qué es lo acaba
de pasar. Porque alguien venga y me diga que hacer sobre Parker Whalen,
porque nuestro futuro no parece prometedor. Sacudo mis manos, tratando de
reprimir la frustración acumulada en mi interior, y me trago un grito primitivo.
28
4
Traducido por CyeLy DiviNNa
29
E
xactamente a las tres en punto estoy sentada en una de las mesas
redondas en medio de la biblioteca, justo en frente de una larga
ventana situada entre filas y filas de estanterías metálicas repletas de
libros obsoletos. Aunque mi corazón martillea con satisfacción, me
obligo a no levantar la cabeza cuando una mochila cae haciendo un ruido sordo
en el suelo, ni cuando alguien se sienta justo enfrente de mí. Una nueva ola de
ira surge, sobrante de nuestro encuentro anterior.
—Lo siento. Supuse que se trataba de una reunión informal. No pensé que
tendrías en cuenta las tardanzas. Oh, espera. No sabrías nada de eso, con tu
fuente infinita de tarjetas “pases de salida gratis” y todo eso.
Parker resopla.
—Uhm, sí, está bien. Así que seleccionaremos algo que no hayamos leído.
—¿Estás dando a entender que por lo general haces proyectos sobre libros que
ya conoces? —pregunta.
Aprieto los dientes, haciendo caso omiso de esto. Solo está tratando de
provocarte.
—No.
Me burlo. ¿Por qué está haciendo eso? Arrogante. Pensando que me conoce.
—Por favor —dice, poniendo los ojos en blanco—. Una chica Senior en la
preparatoria… un poco… “aficionada a los libros" supongo que podría decirse… 31
—Me puedes llamar empollona si quieres —le interrumpo—. No me ofendes.
—No… no una empollona, pero si “estudiosa”… No es que sea una cosa mala,
así que no te pongas toda hostil conmigo, ¿de acuerdo?
—Sólo estoy diciendo que no puedes esperar que me crea que no has leído uno
de los romances más grandes de todos los tiempos de la literatura. Incluso si tu
maestro de décimo grado de Honor no te lo asigna, lo leerás por tu cuenta.
—Está bien, lo que sea —digo, dándome por vencida—. ¿Qué tal Jane Eyre?
—Libros que no has leído… Déjame ver —escupe los nombres—. El Guardián
entre el Centeno. El Color Púrpura. El Señor de las Moscas. —Me mira, por
debajo de sus pestañas—. ¿Estoy acertando?
—La Jungla. 1984… Básicamente cualquier cosa en esta lista que no sea un
romance es lo que no has leído. Así que podemos saltarnos a Austen, la
mayoría de las comedias de Shakespeare, las hermanas Bronte...
Me burlo.
—Sí, soy consciente de ello. Gracias. Sólo que no entiendo por qué es tan difícil
creer que una persona puede amar a alguien tanto que se vuelva loco.
—Porque eso es… no es… —Me estrujé el cerebro, luchando por encontrar la
palabra adecuada—… normal. —Poco convincente. Pero es lo mejor que puedo
hacer, a pesar de todo.
—Mira, tanto como te gustaría, no voy a sentarme aquí y discutir contigo toda
la tarde. Elige un libro, y comencemos desde allí.
¿Cómo es que hemos tenido Inglés juntos todo el año y nunca le he puesto una
onza de atención? La idea de los dos sentados en una biblioteca discutiendo
sobre Jane Austen es ligeramente humorística. Es chocante, incluso, porque él
nunca me ha dicho una palabra antes. Solo asumo… Tal vez—sólo tal vez—hay
la más mínima posibilidad de que él tenga más que decir lo que pensaba.
—Está bien. Una vez más. —Repite el gesto y abre los ojos. Los cierra de nuevo.
—¡El libro! Acabas de elegir uno, y ahora vas a elegir otro. ¡Eso no es justo!
Quiero saber cuál era. —No es hasta después de decir las palabras que me doy
cuenta de lo infantil que debo sonar.
—Sólo hazlo.
Recorre con su dedo, arriba y abajo de la página. Se detiene, entonces abre los
ojos, examinando el título.
—¿Lo leíste?
Sacudo la cabeza.
—No. ¿Tú?
—No.
—¿Qué? —pregunta.
—Nada —le contesto, poco a poco volviendo la atención hacia el libro. ¿Jade?
Eso sería como un apodo. Nunca he tenido un apodo.
Pero él es persistente.
—Nada. Es sólo que… me llamaste Jade. Fue sólo… extraño, eso es todo.
No me importa.
—No. Está bien. —Me aclaro la garganta, dando a entender que volvamos a la
tarea en cuestión—. Bueno de todos modos, yo no calificaría a esto como un
romance. Aquí dice: “marcado por la tragedia”. Eso no puede ser bueno.
Contengo la risa.
—Por supuesto que sí. Viniendo de alguien que piensa que el amor puede
realmente conducir a la gente a cometer crímenes atroces —murmuro, sigo
estudiando la solapa de la copia.
Parker se pone de pie, arrojando su bolsa sobre su hombro, de pie es más alto
que yo por varios centímetros, y yo soy una de las chicas más altas de todo mi
curso.
—No te preocupes. Estoy seguro de que con todo lo que prácticas para tu
futuro en concursos de Miss América, tienes el éxito asegurado.
—Yo no estaba preocupada por mí —le digo con sorna. Y no tengo planes de
convertirme en Miss América.
ZZZ
La cena terminada, los platos lavados. He jugado con Joshua, quien ahora está
bañado y en la cama. Mi tarea ha terminado, y estoy lo suficientemente
intrigada por mi encuentro con Parker a principios de semana que quiero
empezar de inmediato Ethan Frome. Es un libro fino, por lo que he visto, así que
probablemente no me llevará mucho tiempo terminarlo.
Sarah ya está vestida para irse a la cama―con pantalones de franela color rosa
y una camisola de manga larga― y en la mano una revista. Una corriente de
aire frío desde el pasillo la sigue al interior. Me estremezco.
—No tardaré mucho tiempo. Sólo necesito una opinión. —Sarah se sienta en el
borde de mi cama. Que se hunde bajo ella, y me acerco, envolviendo la estrecha
manta alrededor de mis hombros—. Estoy tratando de elegir las invitaciones —
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continúa—. Dime lo que piensas. Honestamente.
Vuelvo al principio.
Sarah se ríe.
—Me imagino —digo con una sonrisa. Me gustan mis dos hermanos… tanto
como a una hermanita puede gustarles, supongo. Ahora que somos más
mayores, cuando no están atormentándome (Phillip), o siendo totalmente
sobreprotectores conmigo (Daniel), todos nos llevamos muy bien—. ¿Cuáles
son tus favoritas?
—No soy del tipo de chica de letra cursiva, supongo —ella suspira—. No sé por
qué me estoy decidiendo por algo tradicional.
Me río.
—Lo sé, pero ya sabes cómo es… vestido blanco… invitaciones en cursiva. —Ella
se encoge de hombros.
Las cosas iban muy bien. Pero entonces, después de un año o así, se quedó
embarazada. Hubo un enorme shock. No se casaría con Daniel, lo que enfureció
a sus padres. Ellos decidieron que no pagarían para que ella terminara la
escuela, ni su apartamento. El problema no era Daniel, explicó más tarde, lo que
pasa es que ella siempre quiso la boda perfecta para empezar bien las cosas.
Daniel la amaba, y ella lo amaba, pero pensaron que si estaban destinados a
estar juntos, se amarían el uno al otro tanto después de que tuvieran a su bebé.
Sin embargo, la dura prueba cambió a Daniel, y es por esto que sé que espera
más de mí; él no quiere que cometa los mismos errores que él cometió. Ya que
Sarah se ríe.
Ella sonríe.
—Eres dulce, Jaden. Siempre sabes qué decir para hacerme sentir mejor.
Debería haberte hecho principal dama de honor en lugar de a mi hermana.
Ella suspira.
—Es por eso que ella permanece tan lejos como sea posible.
Se encoge de hombros.
—Sí.
—¿Y Sarah? Si quieres utilizar letra cursiva, utiliza letra cursiva, ¿de acuerdo? Se
trata de tu boda: no dejes que nadie más te diga cómo planificarla.
—De nada.
Suspiro y cierro el libro, pensando en todo lo que acabo de leer: sobre el amor y
el anhelo, y la imposibilidad de guiarse por sentimientos románticos. Es una
terrible historia, por lo que ocurre… o no ocurre. 40
Apago mi lámpara, sumiendo la habitación en la oscuridad. Mis pensamientos
giran y me mantienen despierta, aunque trato de forzar el sueño. No estoy
segura de cuando finalmente sucede, de cuando me deslizo en la inconsciencia.
Sin embargo, sueño. Sueño con Ethan y Mattie y lo que podría haber sido.
5
Traducido por clau12345
41
—O
dio a Zeena Frome. —Lanzo la bolsa de papel con mi
almuerzo sobre la mesa de picnic frente a Parker. Una brisa
fría pellizca mi cuello descubierto. Levanto el cuello de mi
chaqueta, deseando haber traído una bufanda.
Una expresión de sorpresa cruza por su rostro; hay una mirada tenaz en sus
ojos.
—Porque ella es una farsante. Quiero decir, no hay absolutamente nada malo
en ella. Ya sabes, ¿verdad?
—Sí.
—Sé que eres una intelectual asidua y todo, pero tenía la impresión de que
tenía una semana para leerlo.
Sus ojos se ponen vidriosos, como si estuviera trabajando horas extras para
evitar que se muevan.
—Lo entiendo. Es horrible. Termina con las sacudidas de cabeza. Puedes ser
más específica.
—Creo que para eso es que estaba Mattie —interrumpe Parker. Resalta un
pasaje de su libro de texto, marcas de color amarillo brillante cruzan la página.
—Sí, bueno, ya no. Se da cuenta de que algo está pasando entre Mattie y Ethan,
y decide echarla.
—Tiene sentido.
Yo hago una mueca, la confianza deslizándose de mí. ¿Es eso lo que estoy
diciendo?
—Dios, haces que suene tan mal. Y no, esa no es la tragedia. No toda, al menos.
Cuando Ethan está llevando a Mattie a la estación se dan cuenta de que no
pueden vivir el uno sin el otro, así que deciden quitarse la vida. Se deslizan por
un precipicio, dirigiéndose directamente a este enorme árbol. Los golpea, pero
no los mata. Quiero decir, los deja echo polvo a ambos… Ethan queda con una
cojera y Mattie queda inválida... todos enfermos y feos... y nunca adivinarás lo
que Zeena hace…
—¿Qué hace Zeena? —pregunta Parker, aunque es obvio que él está tratando
de molestarme.
—Ella sigue como si nada malo ocurriera con ella en el mundo y comienza a
cuidar de Mattie. Quiero decir, realmente. ¿Ella estaba prácticamente en su
lecho de muerte, necesitando a algún pobre contratado que la cuidara y de
repente está lo suficientemente bien como para cuidar de sí misma y de todos 44
los demás? Es trágico. Eso es todo.
Me burlo, y luego pongo mis ojos en blanco. ¿No ha escuchado nada de lo que
he dicho?
Se encoge de hombros.
—¡Por supuesto que no! —Pienso en lo que está diciendo—. Um, bien... Sí,
supongo que Mattie y Ethan están juntos al final, pero no como ellos quieren.
¿Te imaginas ver a la chica que amas sufriendo durante el resto de su vida a
causa de una estupidez que hiciste?
Doy un mordisco a mi emparedado, sintiendo el frío por primera vez desde que
empezamos a hablar. Me estremezco, un escalofrío sube de golpe por mi espina
dorsal y miro a través del patio vacío.
—De todos modos, la historia suena bien —dice Parker, pasando a la siguiente
página de su libro de texto, sus hombros relajados.
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La brisa helada despeina mi cabello, soplando un mechón perdido hacia mi
cara. Lo retiro con mis dedos.
—Yo pregunté.
—No —responde.
Suelto un suspiro.
Meto la mano en mi bolsa de papel marrón y saco una bolsa plástica de Sun
Chips. Se arruga y chirrea entre mis dedos mientras separo los extremos para
abrirla. Tomo una y le paso la bolsa a Parker. Me mira por un momento,
deliberando, antes de extender una mano hacia ella. Sus dedos rozan los míos
cuando toma la bolsa. Están helados, pero puedo sentir un destello de energía 46
pasar entre nosotros y lucho contra el impulso de tocarlo de nuevo, para probar
que es sólo mi imaginación.
ZZZ
Savannah se encuentra conmigo en el vestíbulo, en nuestra mesa, al final del
último período. Ignoro su expresión sombría mientras examino mi cartulina,
que, después de una semana, ha perdido algo de su brillo rosado. No hemos
hablado desde temprano esa mañana y ya lo eché de menos en el almuerzo...
—No está mal. —Hace una pausa antes de continuar y, con un silencio atípico,
es difícil no saber exactamente lo que vendrá después—. Nosotros, eh, te
extrañamos en el almuerzo.
—Sí. Tenía algunas cosas que hacer —explico, tratando de mantener mi tono
tan alegre como fuera posible.
—Es sólo este proyecto. Estamos haciendo finalmente algunos avances y quiero
continuar…. ya sabes... mientras dure. Supongo que me visteis sentada junto a él
hoy.
—¿Como qué, Savannah? ¿Qué se dice acerca de él? Es probable que no sea
nada que no haya oído antes. Te olvidas de que no tengo una opción aquí. Él es
mi compañero. Tengo que pasar tiempo con él si vamos a conseguir hacer esta
cosa. Tú tienes un compañero. Tú lo sabes.
Veo a la misma pandilla de chicas de segundo año del almuerzo pasar por el
vestíbulo. Esta vez no se detienen a mirar o susurrar. No se dan cuenta de que
estoy allí. Es como si, cuando estoy con Parker, fuera alguien de quien vale la
pena hablar. Sola, soy Jaden McEntyre, impulsando otra campaña a favor los
derechos humanos. Trago saliva.
—Está bien, Jaden. ¿De acuerdo? No tengo un problema contigo y Parker, pero
probablemente deberías hablar con Blake.
—No hay absolutamente nada de qué preocuparse. Esto es... literatura. Eso es
todo.
Savannah se pone de pie, agarra su bolso y lo tira por encima del hombro.
—Está bien. Solo mantén informado a Blake, ¿ok? Realmente no quiero quedar
atrapada en el medio de esto... sea lo que sea. —Ella se da vuelta y se va,
dejándome sola en la mesa salvando a los niños de Bangladesh, por mí misma.
6
Traducido por clau12345
E
l lunes por la tarde, cuando abro la puerta de mi casillero justo antes
del campanazo final, me sorprendo de ver una pequeña tarjeta blanca
con una nota escrita, revoloteando hasta llegar al suelo. Me agacho a
recogerla, le doy vuelta, examino las palabras escritas en letra oscura
cuadrada: Zeena apesta.
—¿Y? —repite, sin quitar los ojos de su libro de texto, tan poco descriptivo que
comienzo a preguntarme si esto, el que yo esté aquí, es un error.
—No fue romántico, eso es seguro —digo—. Odie que Ethan se mantuviera
caminando de puntillas alrededor de sus sentimientos. Si la amas: díselo. —
Tomo una hoja en blanco y coloco la fecha en la parte superior.
—No creo que fuera tan fácil para él —dice Parker—. El hombre ya estaba
casado... y tú no vas por ahí con sentimientos hacia tu ama de llaves cuando
tienes una esposa.
—Supongo que no —le digo, haciendo una pausa por un momento—. Pero
sabes... Zeena no era mucho una esposa. Quiero decir, ella estaba enferma todo
el tiempo y gastando dinero en tratamientos médicos que ni siquiera
necesitaba. Es tan obvio que estaba celosa. ¿Y la forma en que sólo se levantó y
se hizo cargo de Mattie como si no pasara nada con ella? ¡Me molestó
muchísimo! Quiero decir, si ella hubiera hecho su trabajo en primer lugar, nada
de eso hubiera ocurrido. Ethan probablemente no se habría enamorado de
Mattie.
—No creo que ella ayudase. —Escribo algunas notas en mi papel, grafiando
rápidamente—. Vamos a repasar nuestras impresiones de hoy y tal vez en uno o
dos días podamos encontrarnos de nuevo aquí y trabajar en nuestros temas. —
Me detengo. Quizá Parker no ha venido a la biblioteca para hablar de Ethan
Frome hoy. Tal vez está ocupado. Tal vez tiene otros planes—. A menos que ya
sabes, sea mejor en otro momento —añado rápidamente.
—Está bien. Por lo tanto... ¿Qué piensas de Ethan? —pregunto, mirándolo con
cautela.
—Lo sé. Quiero decir, odio que él y Mattie no pudieran estar juntos. Ellos
merecen ser felices, ¿sabes? —Pienso un momento antes de continuar—. No
puedo imaginar no estar con la persona que amas. Y luego no ser capaz de
decirle a la gente acerca de tus sentimientos. Apestaría.
51
—Sí —responde—. Pero es más que eso. Él fue inteligente. Tenía planes. Quería
salir de la ciudad y realmente ser alguien. Entonces sus padres se enferman y
tiene que volver a casa y cuidar de la granja. Cuando finalmente mueren, se
siente solo por lo que se casa con Zeena para que lo acompañe. Todo es frío y
triste. No sé. Tiene que ser malo para un hombre que se quería mucho a sí
mismo y terminó sin nada.
—¿Qué?
—¿Hacer qué?
—Enamorarse de Mattie.
—Porque no creo que lo hiciera. No creo que se pueda controlar algo como
enamorarse.
52
¿Cómo podría ser incontrolable algo así como enamorarse?
Mi corazón palpita fuerte una o dos veces con esto, mi interior está
revoloteando. La idea de que Parker Whalen siquiera pensara en enamorarse de
esta manera... acerca de que sea algo grande… es sólo que... no es una actitud
típica de chico, supongo. Se inclina hacia adelante, un rastro de su colonia o de
algún tipo de aerosol corporal, se cierne en el aire entre nosotros. Es muy
atractivo y me encuentro moviéndome más cerca de él, a la deriva, como si
fuera una especie de agujero negro, succionándome hacia dentro. Me aclaro la
garganta, tratando de ignorar esto, curioso.
Tan pronto como las palabras escapan de mis labios, me arrepiento de haberlas
dicho. Ni siquiera es de mi incumbencia, no es algo que necesite saber. Sólo me
—Nah.
Parker resopla.
—Enamorada —aclaro.
Me olvidé de Blake. Una inhalación brusca. Por supuesto que estoy enamorada
de Blake. Aunque… nunca le he dicho que lo amo. Tampoco él nunca me ha
dicho que me ama. Estoy segura de que lo amo... pero entonces, ¿significa que
estoy enamorada de él? ¿Hay alguna diferencia?
—Te pregunté si alguna vez habías estado enamorada, y dijiste que no.
—Si realmente amas a alguien no deberías tener que pensar nada. Deberías
querer decirlo. No es difícil.
—Bien, entonces. —Pongo los ojos en blanco y finjo escanear mis notas. Por el
rabillo del ojo puedo ver a Parker mirándome con una de esas sonrisas
sarcásticas estampada en su rostro, como si él malditamente lo supiera todo. Y
detrás de nosotros, el clack, clack, clack, del teclado llena mi cabeza con su
desagradable traqueteo. Mi cuerpo se tensa—. ¿Por qué estás haciendo eso? —
pregunto, nerviosa, con la cara encendida.
—¿Qué?
Aprieto los puños bajo la mesa, las uñas perfectamente cuidadas mordiéndome
las palmas. Le lanzo una mirada terrible, mis ojos entrecerrados.
—Sí… No... Quiero decir... —No sé qué decir. Dejo escapar un suspiro de
frustración.
—En serio —digo—, entonces dime, Parker. ¿Por qué sigo con él? Por favor.
Ilumíname. —Pongo los ojos en blanco para darle más efecto. No hay manera
de que Parker Whalen pueda saber lo que me está provocando.
—Sí.
—Blake es aburrido.
—Exactamente mi punto.
Me aclaro la garganta.
7
Traducido por Pimienta (SOS) y dark&rose
L
o que está ocurriendo entre Parker y yo no existe fuera de la biblioteca,
o de nuestro proyecto. Tras mis conversaciones con él, creo que tal vez
algo va a cambiar o va a ser diferente, que va a reconocer mi presencia,
pero me encuentro que cuando llega inglés al día siguiente, las cosas
vuelven a ser como siempre. No es que espere que salte de su asiento o
cualquier otra cosa, y no debería importarme, pero un pequeño saludo, o una
sonrisa, sería agradable.
Sin embargo, Parker sigue siendo tan inaccesible como siempre, un muro de
piedra impenetrable.
***
El jueves por la tarde estoy trabajando en una de las oficinas con la secretaria
del consejero, que está fuera en una conferencia. Es casi la hora de que suene la
campana final, cuando me dice que va a la sala de trabajo para dejar algo y
tomar un descanso.
Tengo por lo menos cinco o diez minutos, quizá más, por lo que me deslizo en
silencio dentro de la oficina del consejero. La sala está oscura y sombría,
iluminada sólo por el débil resplandor de un día nublado, a través de las
persianas baratas y las ventanas de plástico. Los archivadores de metal altos
están de pie detrás de la puerta, la llave de plata sobresale de la cerradura. Me
acerco y, agito la mano, lentamente, girándola. El bloqueo hace clic cuando
abre, el ruido suena a través de la oficina vacía. Aguanto la respiración y miro
hacia la puerta. Estoy sola. La fotocopiadora sigue zumbando y escupiendo
páginas.
Leo rápidamente:
Trabajo para calmar mi pulso acelerado, mi corazón zumba. ¿Los rumores que
flotan alrededor de él? Parece que algunos de ellos son verdad.
Dos familias, una que lucha por mantenerse en pie, horarios agitados, boquillas
rotas y tablas del suelo astilladas…
Suspiro.
Suspiro.
—No puedo creer que él no vaya a comer esto más —se queja Sarah—. Es así,
nos encontramos con esta gran rutina, y al segundo que nos sentimos cómodos
tira todo por la ventana. Él amaba la papilla.
—Hola, mamá.
Otro suspiro.
Ella gira el temporizador y abre la puerta del horno. Una ráfaga de aire caliente
llena la habitación.
—Oh, ya sabes —dice ella, sacando la bandeja con sus guantes de horno—. No
eres realmente del tipo de sentarte a esperar. Prefieres estar allí consiguiendo
que las cosas se hagan.
—Lo que está diciendo es que eres como la malcriada de esta familia, que tiene
problemas con el control —anuncia Phillip, entrando en la cocina—. ¿Está la 62
cena lista?
—Lo que él está tratando de decir, y no muy bien —añadió, lanzando una
mirada seria a Phillip—, es que tienes una actitud de “tomar las riendas”. Piensa
en esto: ¿cuándo fue la última vez que no estuviste planeando un evento para
recaudar fondos, ni buscando una solución, ni sensibilizando sobre algo?
—¿Tienen algún tipo de conferencia de familia acerca de mí o algo así? ¿Es esto
una intervención?
—Cállate, Phillip.
—¡Ay! —Él se tambalea, y una de las bandejas se desliza de sus manos. Una
docena de cubitos de hielo caen al suelo, haciéndose añicos.
—Él dijo que era una obseso del control —digo, avergonzada—. Y una
malcriada.
64
8
Traducción SOS por Paaau
S
i estás desesperado por comer pizza en Bedford, ve a Guido’s. El
restaurante, ubicado justo en Main Street, es un establecimiento
destartalado, un tugurio que debería haber sido declarado insano hace
décadas. Aun así, es el único local de pizzas en el pueblo, y por lo tanto
un lugar muy frecuentado. Esto complace a Papa Guido—cuyo nombre real es
Don Smith—quien no tiene problemas en hacer un perfecto idiota de sí mismo,
incluso dejándose crecer un innecesario bigote espeso y negro y diciendo “oh”
y “ah” como sufijos para cada palabra, sea o no Italiana. Por ejemplo, el viernes
por la noche, mientras Blake, Ashley, Savannah, Tony y yo entrabamos en el
restaurante ya lleno, él nos saludó con un enérgico:
Obligo a mis labios a convertirse en una sonrisa cortés mientras Blake toma mi
mano y nos conduce a través del restaurante. Hacemos nuestro camino entre
las mesas cubiertas con telas de tablero de ajedrez, rojas y blancas, cada una
adornada con rosas rojas de seda en un florero transparente de la tienda de un
Dólar, y con servilletas arrugadas y migajas de pizza.
—Sabes que esa es la razón de por qué nunca la ves aquí, ¿verdad? —dice
Savannah.
La primera vez que los noté—sus ojos, quiero decir—me recordaron a estas
aguamarina que vi en un viaje al Museo de Historia Natural en Hamilton. Me
quedé de pie ahí, parada por un tiempo, viendo la gema cambiar ante cada
pestañeo: de celeste a gris claro, hasta casi quedar sin color, dependiendo de la
luz. Ni siquiera sabía que era aguamarina; al principio pensé que era un
diamante. Era hermosa, de todos modos, y la recordaba cada vez que los ojos
de Blake brillaban así.
Hemos estado saliendo durante meses, ¿y nunca hemos dicho “te amo”?
Y luego Parker está ahí, en la mesa con nosotros, su voz haciendo eco en mi
cabeza: diciendo que Blake y yo, sólo estamos juntos porque es conveniente:
porque estoy demasiado asustada a lo desconocido para romper con él. Me
siento agradecida a nuestra camarera, quien regresa con nuestras bebidas, feliz
por la interrupción.
—El agua es buena para ti —le recordé—. No quieres saber cuántas calorías
inútiles hay en tu soda.
—Jaden tiene una opinión respecto a las sodas —explica Blake, a nadie en
particular.
—El agua es la mejor opción. Y perdonen si pienso que las gaseosas coloreadas
artificialmente no son buenas para sus cuerpos —les digo, sacando mi pajita del
papel y colocándola en mi copa.
Un coro de “ooh” estalla. Me río, y choco los cinco con Ashley a través de la
mesa.
—Sabes, eso no me hace sentir mal, porque es la mejor temporada que hemos
tenido.
—Ya está bien, chicos. ¿Blake? ¿Tony? Son increíbles. Directo a los Regionales.
Quizás incluso a los Estatales —digo, interrumpiendo su pequeña batalla—. De
todas formas. Les emocionará saber que hemos recaudado hasta el momento
500 dólares con nuestro sorteo.
—¿Estás segura que no tienes algún tipo de acuerdo excepcional con Parker
Whalen? —pregunta Tony.
Mis mejillas enrojecen. ¿Por qué soltó eso? Pellizco mi cara, tratando de parecer
asqueada.
—No.
—¿Qué?
—Parker. Quiero decir, ¿es tan extraño como lo parece de lejos? Porque ya
sabes, no creo que alguna vez haya escuchado al chico hablar, y tuvimos como,
dos clases juntos el semestre pasado.
—Sí —respondo.
—Bien.
—Lo que estoy diciendo es que si el chico trata de hacer algo estúpido, es mío
—explica Blake.
No puedo poner mi dedo en ello… algo está mal con su sonrisa. No es correcta:
es dura, y hace que mi piel cosquillee.
Él se encoge de hombros.
—Está bien, Jaden —dice él, poniendo un beso rápido en mi sien—. Todo lo
que estoy diciendo es que si pone una mano sobre ti, es mío.
9
Traducción SOS por Susanauribe y Adrammelek
E
l lunes, me precipito a través de la cafetería antes de que Savannah o
Blake o cualquier otra persona llegue, compruebe por encima de mi
hombro, rogando que nadie me haya seguido.
―Oye ―digo, deteniéndome justo en frente de él, sin aliento. Un débil viento
pasa entre nosotros, moviéndome las páginas de su cuaderno.
―Oye.
Sin vacilar.
―Claro.
Levanta la mirada hacia mí, con los ojos estáticos, con una expresión imposible
de leer.
―Así que, ¿tus amigos te están dando problemas? ¿Tenemos que ocultarnos
ahora?
―No ―dije, un fiero rubor se arrastra a través de mis mejillas mientras le doy
las instrucciones―. ¿Por qué lo preguntas?
―Sí ―responde.
―Genial. ―Doy un paso, lista para salir, pero antes recuerdo―. Oh, esto es para
ti. ―Abro mi bolsa marrón del almuerzo y saco una bolsa adicional de Sun
Chips que puse esa misma mañana. La tiro sobre la mesa frente a él. Una oferta
de paz.
ZZZ
Deambulo a la cocina por la tarde, donde mamá está sentada a la mesa del
desayuno sosteniendo a Joshua y hojeando una revista. La decepción se
desvanece rápidamente cuando le pregunto lo mismo de todos los días.
―Jaden… cariño.
―Mira, mamá, sé lo que vas a decir. Él tiene una reputación. Supone problemas.
Vive en el lado equivocado de la ciudad… sí, ya sabes, que ni siquiera vive en la
ciudad. Lo he oído de todo, ¿de acuerdo?
Su cabeza sigue sacudiéndose, como si me dijera que no, que ella no aprueba
esto―no lo aprueba en absoluto.
Abro la puerta y Parker está de pie frente a mí. El aire frío de invierno se
precipita hacia dentro, haciendo que se me ponga la piel de gallina. Aprieto mi
suéter sobre mí, abrazando mis codos. ¿Cómo puede sentarse afuera en estos
días?
―Hey ―murmura.
Sonrío.
―¿Mamá? ―digo.
Mi madre está sentada exactamente como la dejé, salvo que esta vez lleva, una
sonrisa visiblemente falsa. Amigable para los negocios.
―Lo mismo digo. ¿Jaden me dijo que están trabajando en un proyecto juntos?
Me encojo de hombros.
―Es un proyecto bastante grande. Sobre Ethan Frome. Es por eso que somos
compañeros.
―Gracias, pero mi papá es probable que me esté esperando cuando salga del
trabajo.
―Muy bien, entonces ―dice, lamiendo la punta de su dedo―. No dejen que los
entretenga.
―¿Sí?
Resoplo.
—Okay, Parker, voy a pretender que no acabas de admitir que fantaseas con mi
habitación.
—¿No somos un poco mayores para estar escondiéndonos aquí? ¿No estás
tratando de tener tus siete minutos conmigo? —pregunta.
Pero la idea de pasar siete minutos a solas en una armario con Parker… me
estremezco pero un es un cálido estremecimiento, y no estoy segura de que
pueda pasar estando tan cerca del helado tercer piso. Entierro el pensamiento,
mientras seguimos hacia la parte de atrás, pasando una larga fila de ropa y 77
pasando por encima de mis zapatos. No necesito encorvarme para pasar por la
puerta, pero Parker, unos cuantos centímetros más alto, sí.
—Sabes, estaba bromeando sobre la cosa de los siete minutos —dice cuando
llegamos arriba.
—Como si fuera a creer eso. Acabas de admitir que fantaseas con mi habitación.
Me encojo de hombros.
—Si lo está, no quiero saberlo. Quiero decir, escucho sonidos divertidos de vez
en cuando, pero nunca he visto nada extraño. Si está embrujada, lo que sea que
la esté embrujando no parece importarle que estemos aquí.
Parker deambula hacia una ventana, donde yo he apoyado un viejo puf rosa y
apilado unos cuantos libros junto a una lámpara de Las Princesas de Disney.
—Hay otro grupo de escaleras, así que puedes llegar aquí desde el pasillo. Mi
mamá iba a convertir este espacio en una habitación extra o algo así. Algo más 78
que no se terminó. En verdad puedes entrar aquí desde la azotea. —Señalo la
ventana—. Hay un gran roble justo a la izquierda, te lleva a la segunda planta.
Hay un dormitorio allí, y escalas hacia arriba. Solía hacerlo todo el tiempo.
—Esto no es restauración.
—Pero pensé…
—Casi me siento mal por mi mamá, ¿sabes? —digo finalmente—. Quiero decir,
se supone que este iba a ser su proyecto. Es como cuando nos mudamos, dimos
unas cuantas capas de pintura en las paredes y por el exterior y eso fue todo. Sé
que ella tenía grandes planes para este lugar —continúo, evaluando mi
habitación: la alfombra azul y el marco de mimbre blanco de mi cama, la misma
colcha arrugada de color azul cielo desde que tenía once—. Ella quería volver a
teñir los suelos. Modernizar la cocina. Siempre vio cuanto potencial tenía, y aquí
estamos años después y está virtualmente sin cambiar. —Las palabras salen,
una después de otra. Es como si no pudiera detenerlas. Éstas palabras… nunca
las había dicho es voz alta. Ni a Savannah, ni a Ashley, ni a Blake. Y no sé que
me hizo elegir a Parker. Que me hizo decirlas ahora, cuando estaba
perfectamente feliz mintiéndolas dentro.
—Bien —respondo, fingiendo una sonrisa, regresando las cosas a la forma que
eran, la forma en que deberían ser—. Entonces. Ethan y Mattie. ¿Qué sabes
sobre el intento de suicidio? —pregunto, volviendo toda mi atención hacia
Ethan Frome y su tragedia.
—Zeena sigue controlando a Ethan, sin embargo. Porque incluso mientras bajan
la colina, él gira bruscamente cuando ve el rostro de ella.
—Es casi como si ella ni siquiera los dejará morir en paz juntos —confirmo—.
Ella todavía tiene el poder.
—¿Qué?
—Cuan rápido Ethan fue capaz de levantarse y seguir adelante con su vida
cuando se dio que no murieron. Fue como… Oh Mattie no lo logramos. Mejor
voy a alimentar a mi caballo, quiero decir, ¿qué fue eso?
Parker se encoge.
—No lo sé. Sólo asumí que él se resignó al hecho de que ya que el suicidio no
iba a funcionar, él y Mattie no eran almas gemelas.
—Tal vez él tuvo un cambio de corazón. Tal vez su amor por ella era más
grande que eso. Él quería lo mejor para ella, incluso si eso significaba seguir
adelante sin él. 81
Siento un inesperado movimiento en mi estómago, observándolo. Oyéndolo.
—¿Qué?—pregunta, curioso.
Él está haciendo esto, sonreír, quiero decir, cada vez más. Tengo que admitirlo,
medio me gusta. Niego con mi cabeza, riendo en respuesta, sorprendida. No es
suficiente decir que cada vez que su boca se abre algo sorprendente, intuitivo y
brillante sale; que él me sorprende cada día.
—Sí.
82
10
Traducido por Josez57
83
P
arker ya está en su escritorio, revisando sus notas, cuando entro al
salón de clases al día siguiente. Como de costumbre, no levanta la
cabeza cuando camino por el pasillo a mi asiento. Coloco los libros en
la parte superior de mi escritorio, echo un vistazo hacia él, y luego
miro hacia otro lado deprisa. La Sra. Tugwell se mueve del atril, sus
zapatos tenis gimiendo bajo su peso, y comienza a escribir términos literarios
en la pizarra. La miro por un momento, escuchando el ruido chirriante del
marcador antes de mirar a Parker una vez más. Esta vez lo miro fijamente,
deseando que se dé la vuelta hacia mí.
¿Qué es esto, de todos modos? Puedo hablar con él en el almuerzo, darle mis
patatas fritas, hacer planes para verlo, invitarlo a mi casa y mostrarle el tercer
piso. Podemos hablar sobre el amor y el suicidio... ¿Pero no puede siquiera
reconocer mi existencia fuera de Ethan Frome?
Continúo mirándolo. Mírame, Parker. Mira. Hacia. Mí, ruego en silencio. Nuestros
compañeros se escabullen rápidamente dentro del salón, el último saltando a
su asiento justo antes de la última campana. Cuando el sonido se detiene,
Parker mueve su cabeza hacia mí, atrapando mi mirada. Él mira hacia otro lado,
Mis entrañas giran en una ráfaga de emoción, y sofoco la risa que brota en mi
interior.
ZZZ
El jueves, justo antes del almuerzo, abro mi taquilla y descubro otra nota blanca.
Le doy la vuelta: “Biblioteca: 3:00”, y un signo de interrogación. 84
―¡Hey!
―¡Blake! ¡Hey! ―respondo, girando sobre mis talones. Mi corazón bombea con
rapidez en mi pecho. Meto mi pelo detrás de las orejas, con la esperanza de que
no haya visto la nota, ni lo que decía, para que no pregunte qué significa,
porque no estoy del todo segura de que le guste lo que tengo que decir y no
creo que pueda mentirle. Mantener mis encuentros con Parker en secreto era
una cosa. Mentir sobre eso en la cara de Blake es otra. Fuerzo una sonrisa—.
Almuerzo. ¿Estás listo?
―Exactamente.
Suspiro.
―Nada… es sólo... uno de esos días ―explico, mirando por la ventana hacia el
cielo oscuro, sombrío, los árboles desnudos, sus ramas danzando—. De todos 85
modos, tengo esta cosa contra el invierno. Es como... si se terminara la vida
después de navidad o algo así. No hay nada que esperar. Los días son cortos y
fríos... nunca nieva aquí. Es que… es mi estación menos favorita, eso es todo. Me
deprime.
Parker se reclina hacia atrás en su asiento y cruza los brazos, las comisuras de su
boca retorciéndose hacia arriba. Acabo de ver el más mínimo rastro de un
hoyuelo en la mejilla izquierda.
Me las arreglo para responder con una media sonrisa, con la cara enrojecida
mientras la temperatura se eleva.
―No puede ser ―dice entre dientes, moviendo la cabeza con incredulidad—.
Nunca me lo hubiera imaginado. Tienes todo ese acto de “la vida es perfecta,
ven a salvar al mundo conmigo” perfeccionado. ¿Quién habría pensado que
podrías necesitar algo de terapia?
―Lo dices como si hubiera algo más grande y mejor de lo que hay ―dice
Parker, mirándome de cerca.
―Todo es mucho peor porque hace frío y está oscuro, y los problemas parecen
no tener fin ―puedo confirmar. Pienso en esto por un momento: sobre Ethan, y
lo amargo y triste que su entorno era… y como todo estaba cubierto de nieve, y 86
como Mattie y su tiempo juntos era lo único que esperaba.
―¿Qué ocurre?
―Oh, Dios mío. ―Quito mi cabello de mi cara y cierro los ojos—. Dime que hoy
no es jueves ―casi susurro.
―¿Qué reunión?
¿Cuándo fue la última vez que siquiera miré mi agenda? Mi cerebro está
arruinado. No desde el almuerzo, por lo menos. No podía haberlo hecho. Pasé
toda la tarde caminando entre la niebla, pensando en una cosa: ver a Parker. Y
mira lo que pasó. Estaba tan malditamente distraída que me perdí el encuentro
más importante de toda la semana. Parker Whalen no debería tener este tipo de 87
efecto en mí.
―Creo que estás siendo un poco dura contigo misma ―dice Parker.
―No. No lo soy ―le contesto con dureza, enfadada con él por arruinar mi
horario completo, pero más enojada conmigo misma por dejar que sucediera—.
No debes comprometerte para hacer algo y luego abandonar a todo el mundo.
Las personas confían en mí.
―Mira, Jaden ―dice él, reclinado en su asiento, con voz tranquila—. Es una
reunión. No es el fin del mundo.
Es fácil para él decir eso. Él no hace nada. No tiene ni idea. Alzo mi mochila
sobre el hombro, mis manos temblorosas.
―Jaden…
88
11
Traducción SOS por Jo y Vannia
—¿H
ay correo para mí?
Sonreí. Los viernes son los días lentos de Sarah—sin clases, y clínica hasta el
almuerzo.
—Lo haría, pero viene un amigo para trabajar en un proyecto —explico. Sarah
se dirige al armario donde mi madre guarda la comida de bebé de Joshua, y
saca un frasco de banana.
—¿Es el chico Parker del que todo el mundo ha estado hablando? —pregunta.
La puerta suena al cerrarse.
—Daniel.
—No era una pelea. Era una discusión —dice—. Por lo que escuché, este Parker
tiene un pasado oscuro, y no quiero a Jaden involucrada con gentuza tan cerca
de la graduación.
—Lo que mamá no sabe —continuo, distrayéndolas del sonido—, es que Parker
es un chico agradable. Tiene buenas notas… él es sólo… callado. Se mantiene en
sí mismo. Sí, puede que tenga un pasado oscuro. Me refiero a que, quién no,
—Mira, solo quería decir que siento lo que pasó ayer. Ya sabes, uh, irme
temprano.
Se encoge de hombros.
Y entonces mis ojos se plantan en él, y lo puedo ver. Realmente ver. La chaqueta
de cuero y los jeans oscuros son tan oficiales en su vestir que ya casi ni los noto.
Hoy, por otro lado, está usando azul: una polo azul claro, de cuello alto que
complementa su piel oliva. Se me corta la respiración, enviando mariposas a la
boca del estómago. Es hermoso. Lo es… no puedo siquiera describirlo. Es
brillante y alegre y tan poco típico de Parker que parpadeo un par de veces,
intentando encontrarle el sentido.
Parker me sigue, con las manos metidas dentro de sus bolsillos, mientras
regreso a la cocina. Mi mamá está de vuelta en su silla de costumbre, Joshua
está amarrado en su sillita alta, y Sarah sentada a su lado, dándole papilla de
banana en la boca con la cuchara. Golpea alegremente la bandeja de su sillita.
—Gracias.
Otra vez, noto a Parker riendo detrás de mí mientras subimos las escaleras,
92
viendo las fotografías familiares.
—Fue octavo grado —digo, como si lo explicara todo—. Fue un año duro para
mí.
—Puedo verlo. De hecho siento un poco habérmelo perdido. —Fija sus ojos en
mí, y estos brillan contra el azul de su polo.
—Hiciste eso la última vez que estuve aquí —dice, apuntándolo con la cabeza.
—Oh. Lo sé. Es solo esta cosa rara. Lo puse después de que nos mudamos. Para
motivarme. Sin embargo, después de que envié mi solicitud, empecé a tocarlo
cada vez que entro o salgo de la habitación. Buenas vibras. Ya sabes.
—Oh. Bueno. En ese caso, no es una opción. Voy a entrar. —Me aclaro la
garganta—. Sabes, es algo raro —continúo, cambiando de tema—, tomamos
muchas de las mismas clases, pero no estamos juntos en ninguna.
—¿Qué tiene eso de raro? —Se detiene—. Espera. ¿Cómo sabes qué clases
tengo? —pregunta, mirándome sospechosamente.
Me sacudo mentalmente. ¿Cómo sabría yo que clases tiene él? ¿Con quién
hablaría para siquiera saberlo? Me esfuerzo por formular una respuesta decente,
algo que no sea verdad. Pero al final esto resulta inútil.
Una ligera sonrisa aparece mientras Parker mastica, haciendo ruidos de crujidos
fuertemente.
—Pensé que los expedientes de los estudiantes estaban fuera del alcance —
dice, con la boca llena. Por supuesto que lo están. Toso en mi puño.
—Sabes que eso es ilegal, ¿cierto? —Una gran sonrisa atraviesa su rostro,
iluminando sus ojos. Y de nuevo me sorprendo por la forma en que brillan, por
lo diferente que se ven reflejados en azul. Me obligo a alejar el pensamiento. Él
no tiene ojos brillantes.
—Sí. Vi tus calificaciones. Y sí, lo creas o no, no soy la única en esta habitación
que podría ser dirigida a una escuela de la Liga Ivy. —Eso es verdad, en todo
caso.
—¿Por qué no? Tus calificaciones son estelares. Estás en clases avanzadas.
Probablemente podrías entrar a cualquier universidad que quisieras.
—Tal vez, pero ¿por qué no quieres? Ir a la universidad es la manera más rápida
de salir de este pueblo.
95
—Tal vez me gusta estar aquí —argumenta, hojeando las páginas.
—Sin ofender, pero realmente no te ves como el tipo de chico que quiere
quedarse por aquí después de la graduación.
—¿Justo en ese momento? Cómo, ¿qué te vas con la toga y birrete puestos? —
bromeo, sonriendo.
Se encoge de hombros.
12 97
—E
l partido del viernes, ¿cierto? ¿Aún podemos organizar
nuestra mesa? —pregunta Savannah cuando me siento
durante el almuerzo del lunes.
Blake pone sus brazos a mi alrededor, acercándome. Mis ojos van a la deriva
hacia la ventana por pura costumbre. Y ahí está Parker. Él me sonrió antes,
cuando le lancé una bolsa de patatas Sun Chips y un refresco. Pero incluso eso
no es propio de mí. Siempre regaño a Blake y a Savannah acerca del azúcar que
Se volvería loco si lo supiera. Parker se nutre del lema de ‘estoy bien’. Saber que
alguien siente lástima por él, bueno, probablemente lo pondría furioso. Esa es la
razón de por qué traigo refrescos y bolsas de patatas fritas extras a la escuela
todos los días, y por qué actúo como si no fuera gran cosa.
—¿Qué? Lo siento.
—Sí. —Unto una zanahoria fría en la salsa. Cruje bastante mientras la muerdo.
Me disculpo de nuevo, limpiando una gota de salsa de mi dedo.
—Está bien. No, Ashley, no he tenido noticias de Harvard. Pero no es gran cosa.
Puedes preguntar. O mejor aún, cuando me entere ustedes serán los primeros
en saber, lo prometo.
—Es sólo que sabemos lo importante que es para ti —explica Ashley—. Estamos
preocupados.
Me burlo.
Esta es la Jaden que ellos quieren: la organizadora, la líder, la jefa del proyecto.
La chica con quien pueden contar para estar detrás de una colecta para
recaudar fondos para un orfanato en México, o una campaña de brazaletes para
crear conciencia sobre el glaucoma. La Jaden que salta de una causa a otra, y a
otra, y a otra. No quieren a la Jaden intranquila. La que se preocupa
constantemente de Harvard y su futuro. No quieren a la Jaden que desperdicia
su tiempo preocupándose por un chico que, en su opinión, no vale la pena. No
quieren a la Jaden que se pregunta acerca de Parker Whalen, mantiene secretos
sobre él, y a menudo es alcanzada por pensamientos sobre él. La Jaden
propensa a miradas vacías y lejanas.
ZZZ
El gimnasio está lleno el viernes por la noche. Por alguna extraña razón la
comunidad siempre ha apoyado al equipo de baloncesto, pero las cosas se
amplificaron hace dos segundos, cuando Tony consiguió una canasta de 3
puntos, y pone a nuestro equipo a la delantera. Apenas logro escuchar mis
pensamientos con todos los gritos, sin contar el hecho de que Savannah,
sentada a mi lado, casi me arranca el brazo con su tirón de emoción.
—No tengo cinco dólares conmigo ahora, pero enviaré a Ray en algunos
minutos para comprarnos una papeleta —dice ella.
—¡Están jugando realmente bien hoy! —concuerdo, gritando por encima de las
pisadas contra las gradas, la multitud cantando, zapatillas nuevas chirriando
contra el suelo del gimnasio.
Continúa animando a Tony mientras abro el bolso negro del dinero y comienzo
a contar billetes de cinco y diez dólares. En pocos segundos la multitud está de
pie, los gritos reverberando—amplificados—consumiendo nuestro pequeño
gimnasio.
—No puedo creer que hayamos vendido tantos boletos —reflexiono, pasando
los billetes—. Debemos haber hecho unos mil dólares sólo esta noche.
—No puedo creer la cantidad de gente que vino a ver a nuestro equipo perder
—responde Savannah—. ¿No tienen algo mejor que hacer un viernes en la
noche, que aparecer en un partido de baloncesto de una secundaria? Quiero 101
decir, he visto algunas personas que ya se han graduado. ¿Cómo triste es eso?
Miro a mi derecha donde Vince De Luca, el más infame de esos graduados, está
atrayendo la atención de la gente.
—¿Qué?
Escaneo el gimnasio.
—¿Quién?
—¿Quién crees?
Él está parado en la salida al otro lado del final del gimnasio, desvaneciéndose
en el fondo; esperando en la puerta mientras la gente entra y sale; inclinado
contra la pared, las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta de cuero.
Incluso desde esta distancia sus rasgos oscuros son llamativos. Él parece…
peligroso… pero no de una manera intimidatoria o aterradora. Es más como si
supiera algo. Algo que yo no sé. Como si tuviera algún conocimiento secreto
sobre la vida y vivir, y si simplemente lo siguiera, yo también podría aprender
un poco de eso.
—¿Qué?
—¿Quién?
—Tú lo eres —respondo, forzando una sonrisa hacia Blake, que apareció en
nuestra mesa sin advertencia. Su cabello está húmedo. Gotas de sudor sobre su
frente y goteando de su mejilla—. ¿Puedo conseguirte una toalla? —pregunto.
—¿Savannah? —pregunta.
—No creo que Ashley esté aquí —reflexiono, mirando a mi alrededor. Paso la
señal de salida rápidamente, y de alguna manera evito a Parker.
—Podemos llamarla al móvil. No creo que esté haciendo nada. Y si Tony va, yo
voy —dice Savannah.
Blake asiente.
Sonrío, y, sin pensar, vuelvo a mirar hacia la salida. Pero Parker se ha ido. Ha
desaparecido. Escaneo la multitud, inspeccionando las caras borrosas. Cuando
104
no lo veo, muerdo mi labio inferior, mi corazón yendo más despacio.
—Vamos. No puedes decirme que no está sucediendo algo entre ustedes dos.
No eres para nada tú misma últimamente, y todos lo saben. ¿Entonces algo de
esta locura que te está pasando tiene que ver con el hecho de que podrías
sentir algo por Parker Whalen? —dice secamente, su voz más baja.
Me burlo de eso.
13
Traducido por alexiia☮♪
—D
ios, mis padres me van a matar —murmura Savannah,
comprobando la hora en su teléfono móvil. Blake abre la
puerta de Guido’s para mí, Tony y Savannah, salimos al
gélido aire de la noche.
—Pensé que ibas a hablar con ellos acerca de tu toque de queda —le digo,
mientras Blake se mueve furtivamente a mi lado, envolviendo sus brazos
alrededor de mi hombro y atrayéndome más a él—. Sabes, ya eres una senior y
pronto vas a ir a la Universidad, de todos modos.
Incluso con la luz de la calle, débil y difusa, puedo decir que está poniendo los
ojos en blanco.
Tony se acerca, indeciso. Arrastrando los pies. Él abre la boca para hablar, y
luego la cierra. Se aclara la garganta y lo intenta de nuevo.
Se ríe.
—¿Hasta cuándo?
—Hasta que uno de los chicos casi lo golpea en la práctica el otro día diciendo
que si él no salía con ella alguien más lo haría.
—Eso significa que realmente mañana podría ser soleado. —Por fin. Sonrío.
—Así que, ¿cuándo tendré una verdadera cita contigo otra vez? —pregunta en
108
voz baja, envolviéndome con sus brazos.
—Cuando quieras.
—Bien, porque está ese lugar en Hamilton del que me habló mi hermano. Iba a
hacer una reserva para nosotros dentro de unas pocas semanas.
—Sí —afirma.
Me río.
—Tomará alrededor de una hora llegar allí. ¿Tus padres no se molestarán por
que vayas tan lejos?
—Preguntaré, pero estoy segura de que todo está bien. Quiero decir,
prácticamente te adoran.
Él sonríe.
—Por ahora.
—Está bien. Te llamaré más tarde, entonces —dice, dando un paso atrás.
—Está bien —contesto, tirando de mi chaqueta cuando una brisa fría pasa entre
nosotros. Quito el cabello de mis ojos cuando Blake abre la puerta de su SUV y
se sube dentro. No me muevo hasta que está completamente fuera de la vista…
las luces traseras desapareciendo a medida que hace un giro a la derecha fuera
de la ciudad.
Mientras espero, reviso mis mensajes. A medida que tecleo la contraseña, oigo
un ruido lejano, como un trueno. Echo un vistazo en el espejo retrovisor ya que
el ruido se hace más fuerte. Me volteo en mi asiento, reposicionándome, y veo
una brillante motocicleta familiar cruzar el aparcamiento, deslumbrando a
medida que pasa por debajo de la farola.
—¿Estás dando a entender que no tengo nada mejor que hacer un viernes por
la noche que seguirte?
Incluso en la oscuridad, con sólo la luna, una farola y el letrero de Guido´s con
luces fluorescentes iluminando el aparcamiento, puedo decir que Parker está
sonrojándose.
¡Uf! ¿Cómo pudiste decir eso? Me grito a mí misma. Es tan irrelevante. Y ahora
él sabe que estábamos hablando de él, y que es posible que yo piense...
Alzo las cejas. Suficientemente predecible como para que él fuera a buscarme.
Una sonrisa maliciosa cruza su cara, sus ojos encontrando los míos. Brillan,
conocedores.
—Yo no dije que fuera la primera vez que haya pasado por aquí.
—Noche libre —dice, exhala. Cambia de tema—. Así que... ¿la pizza estuvo
buena?
—Sabes, eso no es muy cortés. Aquí estoy, ofreciéndote pasar un buen rato, ¿y
tienes el descaro de hacer preguntas?
—¿Tiene este condimento algo que ver con Mattie Silver o Ethan Frome? —
digo, preguntándome si lo que quiere saber es cómo me siento realmente
acerca de ese plato de encurtidos roto.
Me mira extrañamente.
—Podría hacer más frío —razona—. Además, el frío es bueno. Te recuerda que
estás vivo.
Sacudo la cabeza.
Las señales rojas de advertencia parpadean ante mis ojos. No. Esto no es una
buena idea. No sólo es Parker Whalen... es Parker Whalen y su moto. Si mis
padres se enteraran de esto, me matarían. Si Blake se enterara de esto, mataría
a Parker. Daniel... Savannah... si me subo en la moto y me alejo con Parker
Whalen, y alguien se entera, voy a estar tan completamente jodida.
—No estás asustada, ¿verdad? —Se burla, la cabeza inclinada hacia un lado, una
sonrisa tirando de sus labios.
—No tengo miedo —murmuro, casi para mis adentros. Sin embargo, no
extiendo la mano ni lo tomo.
—No te preocupes: no puedo ser visto contigo más de lo que tú puedes ser
vista conmigo. Es tarde. Es de noche. Los cascos nos cubren. No puedes pedir
mucha más seguridad que esa.
Frunzo el ceño. ¿Parker no puede ser visto conmigo? ¿O no quiere que lo vean
conmigo? Muerdo mi labio inferior. Jesús, Jaden, ¿realmente importa?
—Ah. Ya veo.
—¿Qué?
—Acabo de recordar con quién estoy hablando, es todo. Sabes, todo el mundo
conoce a Jaden McEntyre: segura, aburrida, no sale de su zona de confort...
—No estoy en una zona de confort. —La ira despierta en mis entrañas huecas, y
siento el peso de su mirada. No hay nada que me haga recuperar la cordura.
—Pruébalo.
Vuelvo sobre mis talones, abro la puerta de mi coche y apago el motor. Cierro
las puertas, meto las llaves en mi bolso y luego le arrebato el casco, frunciendo
el ceño.
114
14
Traducido por dark heaven
―A
dmítelo ―Parker se burla, empujándome con su codo―.
Te lo pasaste muy bien.
Él se inclina, acercándose a mí, sus ojos como negro líquido y su ardiente voz.
―Sabes, para ser alguien que supuestamente tiene toda su moral bajo control,
sucumbes horriblemente rápido a la presión de grupo.
―Cállate. ―Pero estoy a punto de atragantarme con las palabras, sin aliento,
sus ojos, con mirada ardiente, fijos en los míos.
―No.
―¡No!
―Deberías salir más a menudo ―dice, más tranquilo―. Necesitas vivir un poco.
Estás
demasiado segura.
El aparcamiento está vacío. Incluso las luces de neón de Papa Guido están
apagadas por la noche. Estamos realmente, y verdaderamente solos.
―Mi familia piensa que soy una obsesa del control ―le confieso.
―¿Por qué?
Trago fuertemente.
―Sí, pero tienes tanta razón, ¿sabes? Soy aburrida... y predecible. Y sí, soy
segura. Todos y todo a mi alrededor es seguro. Mis decisiones son totalmente
calculadas.
―Eso no es del todo cierto. Porque esta noche… eso fue bastante impredecible.
No pensé que te arriesgarías. Con presión de grupo y todo.
―Sí, bueno, no debería haberlo hecho ―le digo, mi expresión seria―. Si mis 117
padres se enteran de que monté por la ciudad en la parte trasera de una
motocicleta contigo, enloquecerán. Estaré castigada por siempre. ―En el
momento en que lo dije en voz alta, inmediatamente me arrepentí de mis
palabras. Me mordí el labio inferior, deseando poder retirarlas, reunirlas, y
meterlas ordenadamente de vuelta al interior. ¿Qué pasa con Parker Whalen
que me hace ser tan directa?
―¿Honestamente?
―Honestamente.
―De ti. Pero eso es porque no creo que ellos sepan que conduces una
motocicleta ―explico―. Y porque no te conocen, por supuesto.
―Sabes, la gente dice mucho acerca de ti a tus espaldas. Me gustaría que por lo
menos aclararas algunos de los rumores. Son molestos.
―La gente cree lo que quiere creer. Eso no es algo que pueda cambiar, quiera o
no quiera.
―¿Por qué?
―¿Cómo qué?
Él resopla.
―Sí.
Él pone los ojos en blanco y exhala lentamente. Después, se detiene por unos
instantes, pensando, jugando con la manga de su chaqueta.
―Michigan ―murmura.
119
―¿Por qué estás aquí?
―Parker.
Suspira.
―Tengo tiempo.
―Está bien. Bueno. Estoy, eh, acá porque mis padres se divorciaron. Viví con mi
mamá por un tiempo. Pero hace unos años empezó a salir con este hombre... un
total idiota. Hubo algunos problemas... y me enviaron a vivir con mi papá, al
cual no había visto en años, y que no se quiere hacer cargo de mí.
―Sí.
―¿Por qué?
―¿Qué rumor?
Se encoge de hombros.
―No.
―No.
―¿Estás mintiendo?
―Sí, bueno, es una pérdida de tiempo. Cuantas más mentiras dices tienes más
historias que recordar. Créeme es más fácil sólo ser honesto.
―Está bien. Entonces... ¿Cómo es... vivir con tu papá? ―preguntó finalmente.
Duda un momento.
―Lo siento ―le digo. Porque lo hago. Porque no sé qué más decir. Porque sé
que esto no cambia las cosas, pero no importa, es lo mejor que puedo hacer.
―Ya sabes la respuesta a eso ―me recuerda, una pizca de diversión en sus
ojos.
Él resopla.
―Bueno, uno: puedes ir a una estatal. Dos, podrías aplicar para becas. Tres,
podrías buscar un trabajo en la escuela, o conseguir un trabajo de tiempo
parcial fuera del campus...
―Como si tuviera tiempo para eso ―le contesto, poniendo los ojos en
blanco―. Y
―Es fácil para ti decirlo. Tus padres pueden permitirse el lujo de enviarte a una
escuela de la Liga Ivy.
―Solicité becas para ayudar. Y la única razón por la que mis padres pueden
pagar por la Universidad de Harvard es porque tengo dos hermanos mayores
que pasaron de la educación superior ―le informo.
Mis dos hermanos se fueron a trabajar para mi papá tan pronto como se 122
graduaron de la secundaria. Aunque mi mamá quería que probaran por lo
menos dos años, los dos clamaron que la universidad no era para ellos; ellos
podrían hacer un mejor aprendizaje de papá y continuar con su empresa
cuando se retirara. Siempre habrá necesidad de una nueva construcción, dijo
Daniel. Por defecto, acumulé todo lo que mis padres habían ahorrado para la
universidad de sus hijos. Esto hace que entrar en la Universidad de Harvard sea
vital. En términos de educación, soy todo lo que a mis padres les queda.
―No sabes nada de mi vida ―dice Parker, su tono de voz afilado―. Quizás a
veces la hierba es más verde.
―¿Así que sólo vas a huir? Tendrás que conseguir un trabajo. Vas a tener que
encontrar un lugar para vivir. ―Mi tono se eleva por instinto, enojada, aunque
no estoy tratando de empezar una pelea. No puedo entender por qué Parker va
a tirar todo por lo que ha trabajado cuando es tan obvio que le importa.
―¿Y piensas que no me di cuenta de todo eso ya? Puede que no sea un
fanático del control, pero tengo un plan.
Él mira hacia otro lado por un momento, mirando por la ventana, y un pesado
silencio cae entre nosotros. Entonces... él se da la vuelta... nuestros ojos se
encuentran... y me sonríe.
Es tanto dulce como misteriosa, una sonrisa muy bonita, realmente. Mi labios se
separan y mi corazón se acelera, lentamente comenzando a descongelarse. Mi
mente se rebela y mi ira hierve a fuego lento, disipándose. Giro mi rostro,
odiándolo por hacerme esto, por tener este tipo de control sobre mí. Y la cosa
es, que él probablemente no se da cuenta de lo que está haciéndome cada vez
que me mira de esa manera.
―Me encanta que estés preocupada por mí, Jade, pero no soy un proyecto.
123
Trago saliva mientras me libera.
―No dije que lo fueras. ―Estuve a punto de atragantarme con mis palabras,
permitiéndome respirar.
―¿De verdad? Porque está empezando a parecerse eso. ―Su tono es ligero
mientras él dice esto, casi bromeando, como si estuviera burlándose de mí por
preocuparme por él―. Y no te estaba llamando una obsesa del control
―continúa―. Creo que tienes suficientes preocupaciones sin necesidad de
añadirme a la lista.
Me hago hacia delante para girar el calentador. Los dígitos verdes en mi reloj
están cerca de la medianoche. Reviso mi teléfono móvil para estar segura.
―No lo sé.
―Sé que lo haces. ―Él busca la manija de la puerta, tirando de ella―. Gracias
por dejarme tomar prestado el calentador ―dice, sonriéndome.
Veo que se pasa los dedos por el cabello, se ata su casco, y enciende el motor.
Antes de que se retire del espacio, le ofrezco un pequeño saludo. Él asiente en
respuesta.
ZZZ
Antes, pensé que Parker y yo éramos los únicos en todo el mundo despierto.
Sin embargo, tan pronto como me deje entrar y cerré la puerta delantera, me
doy cuenta de cuan equivocada estaba. Mortalmente. Equivocada.
―¿Jaden?
Mi madre aparece en la puerta que conduce a la sala, con los brazos cruzados 125
sobre el pecho. Aunque no lo he visto muchas veces (y como consecuencia de
las transgresiones de Daniel y Phillip más que de las mías), ella tiene la
“mirada”. Grita desaprobación. Su boca apretada en una línea fina y firme,
agudizada por las características que le dan las sombras de la lámpara junto a
las escaleras. Quiero derretirme, desaparecer entre las grietas de las tablas del
suelo.
―No dije que lo hicieras. Te pregunté dónde estabas ―repite ella con calma.
Me aclaro la garganta.
―Salí con Blake y Savannah después del partido ―digo, luchando por
mantener la calma en mi voz. No es una mentira total.
―¿En serio?
―Porque Blake llamó. Quería asegurarse de que llegaste a casa bien. Imagina
su sorpresa cuando le dije que no estabas acá todavía. Estaba seguro de que te
fuiste cuando él lo hizo.
―Me dijo que lo llamaras cuando llegaras ―me informa―. Dudo que él
pensara que sería a estas alturas, sin embargo.
―Lo llamaré. ―Avanzo hacia las escaleras―. Es probable que ni siquiera esté
dormido.
―Eso fue hace más de una hora ―dice mamá antes de que pueda subir―. Voy
a volverte a preguntar, ¿Dónde estabas?
―¿Amigos?
―Amigo.
―¿Qué amigo?
Por supuesto, quiere más detalles. Me pregunto por qué no está dormida como
un padre normal. Me pregunto por qué Blake me llamó cuando estuve con él,
como, quince minutos antes. Me pregunto por qué es tan importante que
Parker Whalen sea mi amigo, y que me guste pasar tiempo con él. Dudo antes
de responder, a sabiendas de que esto se
―Parker.
―Él iba por Guido cuando me iba, y reconoció mi auto. Nos pusimos al día
hablando en el aparcamiento ―hable con rapidez. Las palabras volaban de mi
boca, una tras otra―. Eso es todo, lo juro.
―Saliendo con un tipo del que tu padre y yo no sabemos nada excepto lo que
hemos escuchado...
―El punto es ―continuo más tranquila―, que no sabes nada de él. Nadie lo
hace. Él no es un tipo malo con una horrible reputación, mamá. No lo es. Él es
inteligente. Tiene cosas que decir... y lo que me molesta más es que nadie
quiere escucharlo. Ellos hacen lo mismo que estás haciendo ahora mismo:
asumiendo lo peor.
Lágrimas saladas pican en mis ojos y estoy triste de nuevo. Triste por Parker. Por
nosotros. Por todos los que no le darán una oportunidad. Porque él vale eso,
por lo menos. Él es un tipo decente, que merece algo mejor que todo esto.
No llores.
Me burlo.
128
―¿Qué? ¿Estás incluso escuchando lo que estoy diciendo? ―pregunto.
―Pensé que esto era sobre mi futuro ―le contesto con frialdad, ahogándome
con las palabras.
Pongo los ojos en blanco, moviendo la cabeza. No puedo creer incluso que esto
esté pasando. No sé cómo explicarlo mejor. No sé cómo puedo hacer que se dé
cuenta de que está siendo demasiado crítica sobre Parker, ella y todos los
―Bien.
Y por la mañana, cuando abro las persianas, las mismas nubes grises invernales,
densas y opacas, como todos los días antes de este.
129
15
Traducido por Simoriah
―Estás mintiendo.
―Lo sé.
―Es complicado.
―Tienes que jurar... esto no sale de nosotras dos. ―Analizo el ocupado pasillo,
buscando curiosos.
―¿Qué sucede?
―Es esta cosa con Parker ―confieso, sacudiendo la cabeza. No puedo creer
que esté admitiéndolo en voz alta. Sólo lo hace más real, y en este punto no
estoy segura de que pueda manejar lo real. 132
―¿Qué hay con él? ―curiosea Savannah.
―Bueno... pasé algo de tiempo con él la noche del viernes... después de que te
fuiste, y que Blake se había ido. Estaba a punto de irme cuando él apareció. Yo,
um... salimos en su motocicleta, y hablamos durante una eternidad en mi coche.
―¡Lo sé! ¡Lo sé! ―exclamo―. Estoy tan completamente confundida en este
momento.
―¿Blake lo sabe?
Ella se acerca.
―¿Se enojó?
―Jaden, tienes que contarme la verdad ―comienza, sus ojos azules muy
abiertos―. ¿Te gusta Parker? ¿O realmente te gusta Parker?
133
―¿Hay una diferencia? ―pregunto.
―Sí, y lo sabes.
―Me gusta Parker. Quiero decir, no creo que me guste. A mí sólo, ya sabes, me
gusta pasar tiempo con él.
Él sacude la cabeza.
―Bueno, me parece que tendrás que tomar una decisión en algún momento.
―Lo sé.
ZZZ
Lanzo una pequeña bolsa de Sun Chips hacia Parker. Aterriza en la mesa justo
frente a él con un “smack” bajo, arrugando el plástico.
―Ew.
―Dímelo a mí.
―Hago las compras. Pepsi, carne en conserva, pan, frijoles y chicharrón por
catorce... cada semana.
135
―Ew ―repito.
―Algunas veces tengo suerte y tenemos una comida de verdad... como Hot
Pockets 6.
Él se encoge de hombros.
6
Hot pocket: Hot Pockets son comidas preparadas para microondas, contienen uno o más tipos de queso,
carne o verduras. Las produce Nestlé actualmente.
―Sí, lo lamento mucho por ti ―digo, poniendo mis ojos en blanco, la voz
adornada con sarcasmo. Sí lo lamento por él, de hecho, pero no creo que él
aprecie saberlo.
―Bueno, tenemos que hacer un sumario, biografía del autor, análisis de tres
personajes, tres temas, y un análisis oral sobre lo que aprendimos ―digo,
leyendo nuestra lista de pedidos―. ¿No te alegra tenerme como tu compañera
para ayudarte? ―bromeo.
136
―Por supuesto, porque Dios sabe que no puedo completar un proyecto sin ti
―responde, sus ojos brillando. Brillantes.
―Se serio. ―Me río, mis mejillas entibiándose, apretando mis puños y
golpeándolo juguetonamente en el hombro―. Me necesitas.
―¿Qué? ―pregunto.
Se aclara la garganta.
―¿Jaden?
Me congelo ante el sonido de la voz de Blake detrás de mí, sus pasos sonando
pesados contra la alfombra mientras se acerca. Mi corazón se salta un latido.
Puedo sentir los ojos de Parker evaluándome, Blake frunce el ceño, los ojos
cautelosos.
Aclaro la garganta.
―Así que, ¿sobre qué decidiste hacer tu proyecto? ―pregunta Blake, sin quitar
sus ojos de Parker. Miro a uno y a otro. La tensión en el aire es palpable... o
quizás no, y estoy haciendo demasiado problema de todo esto. No estoy muy
segura. El mundo entero está torcido, desbalanceado.
―Buena elección.
―Sí ―coincide―. Como lo leímos en décimo grado, pensamos que sería muy
fácil.
Lanzo una mirada hacia Parker. Él levanta una ceja, pero sus labios permanecen
cerrados en una línea perfecta.
―Tomaré cualquiera ―digo. Seco mis palmas húmedas sobre mis jeans,
ignorando el espeso nudo en mi estómago.
Por el rabillo del ojo puedo ver a Blake, puedo sentir su mirada de piedra
atravesándonos. Inmediatamente me imagino lo peor: Savannah había contado
mi secreto, o yo no había sido discreta como originalmente había pensado. Me
esfuerzo para mantener mi respiración pareja y mi corazón latiendo a un paso
normal. Tan incómodo como puede ser, no puedo dejar que Blake piense que
estoy nerviosa. Éste es una simple grupo de estudio... eso es todo.
Miro las notas que tomé durante una de nuestras previas sesiones.
―Me gusta la idea del invierno... y el aislamiento. Quiero decir, sé que era tuya
―agrego rápidamente―, pero como realmente no me gusta... um, el invierno,
quiero decir... me parece que puedo relacionarme con Ethan de esa forma.
―No, está bien ―responde―. Puedes tener el invierno. Tomaré algo más de lo
que hablamos, como el amor, o los celos o algo.
―De acuerdo, porque por un minuto pensé que tenías una broma que se me
había escapado o algo.
―Lo lamento ―le digo. Luego, volviéndome hacia Blake y Parker, mi voz
baja―. Chicos, deténganse, ¿de acuerdo? Blake, casi terminamos aquí. Dos
minutos.
Blake se pone de pie, con una risita ahogada, empujando su silla hacia atrás.
―Lo lamento tanto ―susurro, presionando contra el rabillo de los ojos, con
dolor en las sienes―. No sé qué le sucede.
―Lo sé.
―De cualquier forma, está bien. No quiero mantenerte aquí. ¿Te parecen bien
nuestros temas?
―Si voy a la ventana de tu tercer piso esta noche, ¿me dejarás entrar? ―susurra
suavemente contra mi oreja, apenas un murmullo. Un temblor de electricidad 140
corre por mi columna. No estoy segura de entender lo que está diciendo. Lo
que quiere decir.
―¿Qué?
―Dijiste que puedes llegar a tu tercer piso trepando por el roble hasta el techo
del segundo piso, ¿verdad?
―Sí, pero...
―Así que si golpeo la ventana del ático esta noche, ¿me dejarás entrar?
Estudio su rostro por un momento: las pecas y sus labios y sus pómulos y su
cabello, por el cual quería pasar mis dedos en ese momento, sintiéndolo.
Él sonríe fácilmente, esa sonrisa Parker torcida, tan propia de él, y me derrito.
―Nadie ha jurado así desde cuarto grado ―digo, poniendo los ojos en blanco,
141
siendo sin embargo incapaz que no sonreír.
Doy un respingo ante el sonido del sobrenombre. Porque, ¿por qué siquiera
accedería a hacer esto, a meter a Parker en mi casa por la noche, si todo es tan
perfecto? No tiene ningún sentido.
Me vuelvo sobre los talones y me dirijo hacia No Ficción, donde Blake está
examinando con detenimiento un volumen sobre los mejores ensayos en
Estados Unidos.
142
16
Traducido por Vannia
M
i cabeza da vueltas y estoy a punto de vomitar lo poco que conseguí
comer en la cena. Un rastro de pánico retumba en mi estómago. Mi
habitación esta helada—me estremezco—pero estoy sudando, y mi
corazón golpetea fuertemente, latiendo en mis oídos, sólo sé que
eso va a despertar a mis padres.
Y entonces me doy cuenta: Parker podría no hacerlo. Algo podría haber surgido.
Tal vez cambió de opinión; no quiera verme después de todo. Tal vez consideró
las verdaderas posibilidades de que seríamos crucificados si alguien nos
encontrara.
Pero incluso con las dudas corriendo por mis venas, no puedo imaginar a Parker
echándose para atrás conmigo. Él es muchas cosas, pero ser renuente no es una
de ellas. Mantengo mis sentidos atentos, para ver si escucho el sonido de su
motocicleta, de ramas crujiendo, de pasos en mi techo.
—¿De qué se trata? —repite, soplando en sus manos ahuecadas, calentando sus
dedos—. Pensé que te gustaría pasar tiempo conmigo.
Se incorpora.
—Si te sientes incómoda, o quieres que me vaya, me iré. Pero como yo lo veo,
la vida es corta. El tiempo se está escapando lo queramos admitir o no, y no voy
a perder ni un segundo. Tuve una idea… que tal vez quería verte, y la llevé a
cabo. Si no lo hubiera hecho, me habría quedado toda la noche deseando haber
dicho algo, y pateándome a mí mismo por no tomar la oportunidad. Odio
arrepentirme. Además —continúa después de un momento en silencio—.
Necesitas más emoción, ¿recuerdas? Considera esto una experiencia educativa.
—Gracias. Lo agradezco.
—No puedes decirme que esto no es estimulante —dice, con los ojos brillando.
146
Aspiro una fría respiración. Es estimulante… en más de un sentido.
Me sonrojo al recordarlo.
—Sí, bueno, estás en ático en medio de la noche. Esto está por encima de eso.
Sonríe, mirándome por debajo de sus pestañas, con los ojos entrecerrados.
—No. No lo haría.
—Apuesto a que nunca invitaste a Hanson después de que tus padres se fueran
a dormir —continúa—. Estás dejando que mi degeneración te corrompa.
—¿En serio?
—En serio. Es una fachada. Es lo que la gente quiere creer así que tú vas con
ello, porque si ellos realmente conocieran quién eres la vida no sería tan
emocionante.
Parker se ríe en voz baja, agachando la cabeza, pero no dice si estoy bien o mal
de alguna manera.
—Sí, chicharrones, baloncesto, y licor… Pero eso es bueno porque mientras más
bebe más rápido pierde el conocimiento, y al final logro tener algo de paz y
tranquilidad. —Sonríe. Como si esto fuera divertido.
—Touché.
—Hablo en serio, Parker —continúo—. Si quieres hacer una diferencia… para ser
diferente, entonces deberías ir a la universidad. ¿Qué pasa si al final terminas
justo como él?
—Primero que nada: no soy nada parecido a mi padre. Segundo: hay muchos
buenos puestos de trabajo para alguien sin un título universitario. Todavía se
puede ser un buen trabajador sin un pedazo de papel.
—Sí, bueno, algún día mirarás hacia atrás y recordarás a esa chica que una vez
148
conociste en la preparatoria y que pensaba que te merecías algo mejor que eso.
—Supongo que eso significa que no has tenido noticias de ellos todavía —dice
finalmente, su voz tranquila.
—No. Pero he sido aceptada en cada escuela para la que he aplicado, así que
supongo que eso debería hacerme sentir mejor.
—No, no en realidad.
—¿Así que estás eligiendo una escuela basándote en su reputación? ¿Es eso?
¿No consideraste otros factores?
—La verdad es que siempre he querido ir ahí. Hasta dónde puedo recordar, al
menos. Es Harvard o nada. 149
—No puedes decir eso —afirma.
—Aún así puedo ser una buena trabajadora sin un pedazo de papel —lanzo en
respuesta.
—¿Qué?
—No lo sé. Cualquier cosa. Dime algo verdadero. Algo que yo no sepa.
—¿Sobre qué?
Me habla de ella. Cómo es que se separaron. Cómo es que él nunca tuvo nada
al crecer. Cómo es que ella pasaba de un novio a otro, pensando que ellos
tenían las respuestas, que tenían alguna llave secreta para su felicidad. Sobre lo 150
terrible que fue volver a casa después de que ella se volvió a casar. Lo mucho
que odió al primer tipo que le ofreció hierba. Que dejó de fumar (de todo) de
golpe. De cómo se sintió cuando fue arrestado; como si fuera la más idiota que
alguna vez hubiera existido. De lo que se siente ser hijo único. Y cómo, más que
cualquier otra cosa, no puede esperar para irse definitivamente. Para finalmente
dejar todo atrás.
Arrugo la nariz.
—¿Mi turno?
—Pero eso ni siquiera tiene lógica —dice él—. Me refiero a que si eso es
verdad, entonces la realidad es que estás destinada a fracasar porque no
puedes complacer a todo el mundo.
—Lo sé. Es sólo que es como si todos estuvieran anticipando que yo voy a ir y
hacer algo increíble, para salvar al mundo, o lo que sea —respondo—. Ellos lo
esperan. 151
—Es por eso que necesitas centrarte más en Jaden y menos en lo que los demás
quieren que Jaden sea. Necesitas relajarte. ¿Cuándo fue la última vez que saliste
a cometer alguna locura, por ti?
—El sábado… y ahora esta noche —le recuerdo. Al saltar en la parte trasera de
una motocicleta con un chico que apenas conozco. Al meterlo a escondidas en
mi ático del tercer piso. Al sentir… algo por él, aunque no pueda averiguar qué.
—Sí, bueno, ha sido un largo tiempo. No puedes dejar que las opiniones de
otras personas estorben en el camino de lo que tú quieres ser.
—Ya lo sé, pero en muchos sentidos es por mi propia culpa. Sus expectativas
son altas porque yo las hice así. Todos están ahí sentados, esperando a que yo
me convierta… no sé… en Jaden McEntyre, con Doctorado en Medicina.
Abro la boca para contestar, luego la cierro. Y entonces me doy cuenta: ¿Quiero
ir a la escuela de medicina? ¿Alguien me preguntó al menos si eso es lo que
realmente quiero hacer? Cierro los ojos por un momento, presionando mis
dedos pulgar e índice en el puente de mi nariz. ¿Por qué él preguntaría eso si
no tuviera una razón para pensar que eso no es lo que realmente quiero? ¿Es
eso lo que quiero? ¿Estoy lista al menos para tomar ese tipo de decisión?
—Jade.
—¿Qué? —murmuro.
—Por favor dime que tú quieres ser doctora, y que no es algo que alguien te
152
dijo que deberías hacer y que sonó como una buena idea en ese momento.
—No. Bueno, la facultad de medicina es el más grande desafío, ¿no? Quiero ver
si puedo hacerlo.
—No sé. ¿Pero no es ése el punto? ¿Ir a la escuela y averiguar lo que quieres
hacer?
—Ok, entonces. Déjame parafrasear eso: teniendo en cuenta que tus decisiones
no deberían ser influenciadas por otras personas.
—Tú comenzaste.
—Sí, bueno, lo amigos no dejan que sus amigos se arruinen a sí mismos por
insistir en lo que los demás piensan.
Una sonrisa tira de las comisuras de mi boca, con mis labios hormigueando.
Parker Whalen es mi amigo.
Él se encoge de hombros.
—En ese caso —continúo—, los amigos no dejan que sus amigos se arruinen a
sí mismos por no pensar en su futuro en absoluto. Así que no esperes que
olvide todo eso sobre la universidad. Como tu amiga tengo permiso para
fastidiarte al respecto. Sacar el tema. Hacer que te rindas.
ZZZ
Sin mi teléfono o un reloj, no hay posibilidad de que ninguno de nosotros sepa
cuánto tiempo ha pasado, pero en los rincones más distantes de mi
subconsciente sé que las primeras horas de la mañana han acelerado su paso,
dejándonos suspendidos. Incluso cuando la conversación comienza a decaer y
estoy ahogando bostezos, me desilusiona escuchar a Parker decir que se tiene
que ir. Porque una parte de mí no quiere que se vaya. Tan exhausta como estoy,
me gustaría renunciar al sueño por completo con tal de estar el resto de la
noche hablando—simplemente estando con él—sobre algo que nunca he
sentido por nadie. Nunca.
—Supongo que sería algún tipo de obviedad si ambos nos presentamos en la 154
escuela medio dormidos —razono.
—Y no creo que el Sr. Perfecto apreciaría los rumores acerca de tus aventuras
nocturnas en el tercer piso —bromea Parker.
—Él no va a saberlo por mí, así que no te preocupes —me asegura. Levanta su
dedo índice y traza una X sobre su pecho.
—Fue divertido —admito. Y tan pronto como lo digo, me doy cuenta de que es
verdad. Fue divertido. Divertido, aterrador, extraño, surrealista e increíble, todo
al mismo tiempo.
—Te veré mañana —susurra finalmente, sus ojos fijos en los míos—. Bueno, hoy
más tarde, supongo —aclara.
—De acuerdo.
17
Traducido por Adrammelek
E
stoy respondiendo el mensaje de texto de Blake por la mañana,
bostezando, cuando…
—No gracias a ti —le digo en voz baja, para que nadie lo escuche, Cojo mi libro
de cálculo—. Cuando finalmente llegué a la cama —continué—, eran como, las
tres y media de la mañana. Mi despertador suena a las seis y media. Lo que
significa que si me quedé dormida de inmediato, estoy con tres horas de sueño.
Y voy a ser honesta contigo, no me dormí rápidamente.
7
Sunshine: Es una expresión cariñosa equivalente a mi sol o dulzura.
—Escandaloso.
Me doy cuenta, mientras que levanto el bolso encima de mi hombro, que las
pocas personas que nos rodean están mirando, no tan sutilmente. ¿El grupo de
chicas al final del camino? Estirando el cuello en nuestra dirección. ¿La pareja
caminando por los pasillos con las manos en los bolsillos traseros del otro?
Disminuyendo considerablemente la velocidad a medida que pasan, girando la
cabeza para mantener sus ojos en nosotros. Hay otros, también. Embobados.
Susurrando. Rostros ansiosos de curiosidad. Es como una noticia de última hora
enorme, irrelevante en mi opinión, que no vale la pena difundir: Parker Whalen
está hablando con Jaden McEntyre en el pasillo. Gran asunto. Al parecer, soy la
única que se siente así. 157
Aspiro, ignorando la mirada de los otros.
—Lo siento por todos a mi alrededor, porque a la hora del almuerzo…se acabó.
Voy a ser una perra total.
—Lo dudo.
—Si tienes suerte estarás en el extremo receptor —le amenazo—. Oh, eso me
recuerda. Aquí, toma. —Le extiendo mi bolso, sin pensar. Parker se queda
mirando el pequeño número negro por un momento—. Es sólo por un
segundo, le aseguro. Poco a poco extiende su mano hacia mí y lo toma. Deslizo
la mochila por mi hombro y la abro. Me lleva algo de tiempo rebuscar, pero
finalmente encuentro lo que estoy buscando. Tomo mi bolso nuevamente,
cambiándolo por una bolsa de papel marrón.
—Sun Chips—hay una diferencia—y sí, empaqué todo lo mismo para ti y para 158
mí.
—No puedo creer que ahora me estés trayendo la comida —murmura, sin
expresión alguna.
—En primer lugar, no te dije acerca de la piel de cerdo para que sintieras
lástima por mí. Y en segundo lugar…tenías razón. Realmente estás siendo media
perra.
Cierro los ojos y froto las esquinas inferiores con mis dedos índices. Llenos de
sueño, secos y pesados.
Lo miro, sin estar convencida, pero está serio. ¿Me está pidiendo que pase el
descanso del almuerzo con él? Se me escapa una sonrisa nerviosa.
—Me encantaría, excepto que tuve tantas críticas la última vez, que si lo hago
nuevamente me veré obligada en algún tipo de intervención. ¿Por qué no
comes conmigo? —Rozo la manga de su chaqueta con las puntas de mis dedos;
el rasgado, y desgastado cuero se siente suave contra mi piel. Las zonas más
desgastadas muestran manchas de color gris, pero la chaqueta en sí se ve cálida
y confortable y tentadora, y me pregunto cómo se sentiría sobre mis
hombros—. Vamos, te presentaré a Savannah y Ashley… son geniales.
La campana de aviso suena alto, su timbre estridente hace eco por los pasillos,
rebotando en los bloques de cemento, viajando. Salto, instintivamente retirando
159
mi mano. Recordando donde estoy. A quien estoy tocando. Caminamos por el
pasillo, en dirección a inglés, mis oídos todavía resuenan, humillada por haber
sido llamada.
Suspiro.
—Probablemente no.
—Entonces —le digo, cerca de la puerta del aula de la Sra. Tugwell—, ¿Cuánto
tiempo crees que nos tomara quedarnos dormidos en esta clase?
ZZZ
A raíz de esto, experimento lo que probablemente es el día más largo de toda
mi vida. No nos quedamos dormidos en inglés, pero a medida que avanza el
160
día, la falta de descanso me alcanza. Entro y salgo de la zona de la conciencia,
sabiendo que las notas que estoy tomando en clase serán ininteligibles cuando
las mire más tarde. Mantengo la cabeza baja y apoyada en mi mano,
desapareciendo detrás de la persona frente a mí, ocultándome (algo ineficaz) de
mis maestros.
¿Por qué, de repente, se siente como que falta algo? Algo que no me di cuenta
de que faltaba. Parker tiene razón. Es como si tuviera toda la educación, pero no
la experiencia. Tengo una vida, pero no la estoy viviendo. No hay emoción, no
hay nada impredecible en mi vida, y las decisiones que he tomado.
—Jaden —dice Savannah. Ella mueve su mano de atrás hacia delante para
161
llamar mi atención—. Tierra a Jaden.
Vuelvo a la realidad. Ella me lanza una mirada, una mirada extraña, una sutil
advertencia. Estoy mirando, y es obvio. O tal vez estoy leyendo demasiado en
ello; el mundo, al parecer, se está convirtiendo en algo mucho más difícil de
interpretar. Sesgado, en parte, por el dilema masivo que es Parker Whalen.
Me aclaro la garganta.
—¿Sí?
—Lo estoy —le digo—. Quiero decir…No estoy enferma, pero estoy cansada.
No dormí bien anoche. Di vueltas… —Ni siquiera pude terminar la frase. Eres
una mentirosa, canturrea un pequeña voz. Al igual que mi conciencia, no está ya
en marcha.
—No, no es sólo eso —continúa—. Son tus ojos. Ni siquiera están aquí. Como si
de veras estuvieras preocupada o algo así.
Debería haber sabido que algo estaba pasando en el momento que pasé a
través de las puertas dobles y caminé por la acera. La gente estaba parada
afuera; algunos parados en mitad del aparcamiento. Sonriendo. Riendo.
Algunos vagaban alrededor como en un sueño, protegiéndose los ojos. Me lleva
un minuto mientras me dirijo hacia mi coche, para darme cuenta. Pero entonces
veo―más allá de una estrecha franja de tenues nubes―un reflejo de luz en mi
ventana, un orbe nebuloso colgando bajo, flotando en el aire. Me doy vuelta y
miro el cielo azul brillante, entrecerrando los ojos. Es como llegar a la superficie
en busca de aire después de renunciar a la esperanza, después de renunciar a
ahogarse, sofocante. Mi sombra se extiende como una cortina a través del
pavimento. Instintivamente, meto el pelo detrás de las orejas, y veo la réplica
ZZZ
Para ir a un restaurante, mi familia necesita un plan formal y operacional. Nos
dirigimos a un restaurante especializado en carnes en un pueblo a unos veinte
minutos de distancia. Vamos a encontrarnos con Phillip, que está recogiendo a
Becky en Summerlin (que al parecer devuelve sus llamadas ahora) desde la casa
de los padres. Daniel y Sara se encuentran en su coche, con Joshua en el asiento
trasero. Mamá insistió en que trajera a Blake, aunque sólo sea para hacer más
cómodas las cosas para Becky, así que ambos vamos en mi coche, y ella y papá
en su camioneta. Cuatro vehículos para tener a una cena familiar. A veces me
pregunto por qué mamá nunca invirtió en una mini-caravana. 163
Sigo fácilmente la carretera detrás de Daniel y Sarah, siguiéndoles por las calles.
Reviso mi espejo retrovisor.
—Me alegra que hayas llamado —dice Blake—. Llevo tiempo sin verlos a todos.
—Lo sé. Es sólo que, con la escuela, y la boda… las cosas han estado realmente
ocupadas. Esta es la primera vez que hemos hecho algo en un mes —explico—.
Y probablemente no lo hubiéramos hecho —continué, presionando mi señal de
giro a la izquierda—, si mamá no hubiera sido tan firme con nosotros para
conocer oficialmente a la nueva novia de Phillip.
Él agarra el mango por encima de la ventana del pasajero. Lo miro de reojo, con
los dedos agarrando el volante. Odio cuando hace eso. Agarrar el mango,
quiero decir. Es como si estuviera dando a entender lo terrible que soy
conduciendo; eso además de a su cinturón de seguridad, necesita algo de qué
agarrarse. Me recuerda a cuando manejo con papá.
—¿Por qué van por este camino? —pregunto en voz alta a medida que sigo a
Daniel y a Sarah—. Tendríamos que haber seguido recto.
Pasamos por una calle lateral llena de robles y pequeñas casas de estilo
bungaló. Daniel presiona los frenos y estaciona en la acera.
—Parece que nos vamos a parar aquí —informo a Blake—, por lo menos
164
temporalmente.
—¿Qué? —grita mamá. Sus manos volando a la boca—. ¿Cuándo sucedió esto?
Por primera vez me doy cuenta de que estamos de pie delante de un pequeño
bungaló con una señal de contrato pendiente en el patio.
—Y, ya sabes, si los demás quieren ayudar no vamos a rechazar a nadie —se
burla Sarah.
—Por supuesto que ayudaremos —dice mamá—. Y si no hay nada que hacer
para mí estoy feliz de ver a mi bebé —continúa, extendiendo las manos para
tomar a Joshua. 165
Daniel saca una llave fuera de su billetera de piel y abre la puerta de entrada. La
casa podría llevar cierto trabajo. El porche necesita ser reforzado; se hunde
ligeramente por el medio. La tela metálica de la puerta necesita ser reemplaza, y
todo el exterior necesita desesperadamente de una mano de pintura fresca. La
actual capa está descascarillada, dejando ver la madera gris y envejecida en
muchos lugares. Lo que no se ha vuelto una descamación sucia, manchada
marrón.
—La buena noticia es que los últimos propietarios instalaron una calefacción
central y un sistema de aire —dice Daniel mientras caminamos hacia el
interior—. Esa era la única cosa que realmente me preocupaba.
Los seis caminamos por los alrededores, evaluando los suelos, mirando por las
ventanas, visitando los dos dormitorios pequeños y el baño, que cuenta con
azulejos horribles.
—Hey Sarah —le digo—. Mil novecientos setenta llamó. Quieren este baño de
vuelta.
Ella gime.
—Nos tendréis para ayudar —le aseguro—. Sé cómo pintar. Y Daniel… Dios, él
creció haciendo estas cosas.
Sarah me sonríe.
—Realmente me gustaría estar aquí antes de la boda, así que tenemos poco
más de dos meses. —Ella mira alrededor de la habitación, a la antigua alfombra,
las paredes agrietadas, el polvo—. Es como, por dónde empezar siquiera,
¿sabes? Estoy segura de que estaré aquí cada fin de semana a partir de ahora.
—Estoy seguro de que Jaden será de mucha ayuda. Este es su típico proyecto.
166
Se aprieta contra mi costado, empujándome más cerca antes de soltarme y
dirigirse a la cocina, donde mi padre y Daniel están discutiendo el laminado
frente al diseño de encimeras de piedra.
—Esto es realmente genial, Sarah —le digo, viendo como él se aleja, sus pasos
seguros, confiados—. Estoy muy feliz por ustedes.
—Sí, las cosas están finalmente comenzando a salir bien para nosotros. ¿Puedes
creer que en un momento pensé que mi vida se caía a pedazos? No creí que
alguna vez llegaríamos a esto.
—Es difícil… no saber, quiero decir —murmuré, examinando las pocas manchas
de agua de calor marrón en el techo.
9
Home Depot: Línea de mercados dedicada al hogar a su equipamiento y construcción [strike]
En el exterior, los árboles proyectan sombras oscuras sobre la calle. Blake vuelve
a aparecer junto a mí.
—Sí, pero será divertido. Hacer algo nuevo. Dar vida a este lugar —le digo,
acariciando el borde dentado de las molduras de las ventanas.
—Sabía que esto era tu tipo de cosas. —Él se mueve detrás de mí, pasando los
dedos por mi pelo―un movimiento que aprendió rápidamente que me gusta.
Cierro mis ojos.
—Ya sabes, la forma en que estás siempre ayudando a todo el mundo. Tratando
de hacer las cosas mejor.
—¿Qué estás diciendo? ¿Qué hay cosas que no pueden ser salvadas?
Él mueve sus manos hasta mis hombros, masajeándolos suavemente. Los labios
cada vez más cerca de mi cuello.
Mis ojos se abren de repente. Blake salta hacia atrás, retirando con sus manos
de inmediato.
18
Traducido por sooi.luuli
C
ierro la puerta del coche de un portazo, aspirando el aire fresco,
sintiendo el sol calentar mis hombros. Los días se alargan más, el
mundo entero pintado de verdes nuevos y brillantes.
Por un instante, mi corazón deja de latir. Continúa otra vez, latiendo con más
fuerza, la sangre bramando en mis oídos.
Esta es.
10
VE RI TAS: Emblema de Harvard sobre la búsqueda de la verdad.
Tomo una profunda respiración, deslizando las palmas húmedas de mis manos
sobre mis vaqueros, intentando calmar mis nervios. He esperado por siempre
este momento. El saber que la respuesta está a dos pasos frente a mí, deja a mi
cabeza dando vueltas. Me estiro y agarro el sobre, entonces cuidadosamente lo
rasgo para abrirlo. Una entusiasmada sonrisa tira de mis labios mientras saco la
carta. Incluso el papel se siente oficial, suave y grueso. Abro los pliegues.
No me aceptaron.
¿Cómo pudo pasar esto? Hice todo bien. Tomé clases avanzadas y clases AP.
Estoy involucrada en cada actividad ejemplar conocida por el hombre. Estoy
Y entonces una nueva comprensión: ¿qué voy a decirle a mis padres? Mis manos
se sacuden, la carta temblando con ellas. Lágrimas se materializan en las
esquinas de mis ojos, escociendo, nublando mí alrededor. Tomo una respiración
superficial. ¿Qué voy a decirle a Blake? ¿Y a Savannah? ¿Qué hay sobre mis
profesores? Todos están esperando que yo vaya a Harvard. ¿Cómo explico esto?
¿Qué digo siquiera?
No llores, Jaden.
—¿Jaden?
Mamá.
—¿Te importaría ayudar con las compras? —pregunta ella—. Tengo a Joshua 170
conmigo.
Me apresuro al baño, verifico mi cara y ojos. A pesar de que están rojos, se ven
más cansados que cualquier otra cosa, y mi cara no está toda manchada. Está,
no obstante, pálida. De un espantoso blanco.
Abanico mis ojos para que mis primeras lágrimas desaparezcan, y me pellizco
las mejillas, resucitándolas. No puedo decir nada—no aún. Tengo que
comprender esto.
Unos pocos minutos después entro a la cocina, con los brazos llenos de bolsas
de compras de comida.
11
Salutatorian: Alumnos que logran el primer promedio académico y que obtienen un papel determinado
en la ceremonia de graduación.
—Sí —contesto, sin vacilación—. Siempre. —El entusiasmo suena falso, incluso
para mis propios oídos.
Es tan fácil, mantener mis noticias en secreto. Papá toma su cena en su oficina, y
los planes de casamiento y las renovaciones de la casa dominan la conversación
en la mesa. Todos están consumidos con sus propios proyectos. Ayudo con los
plato, y a continuación me dirijo a mi habitación, mencionando “un montón de
tarea” como mi excusa por no estar sociable. En mi camino hacia el interior,
toco ese adhesivo de Harvard por costumbre. Cuando recuerdo, lo arranco de la
pared, quitando la pintura con ello, exponiendo la placa de yeso gris. Hago una
pequeña y pegajosa bola estrujándolo y la arrojo a través de la habitación. 171
Golpea contra la puerta de mi armario antes de caer al suelo y rodar,
desapareciendo debajo de mi cama.
No llores.
Pensé que dormir sacaría la rojez y la hinchazón alrededor de mis ojos, pero
incluso después de aplicar una escrupulosa cantidad de corrector, las señales de
dolor persisten. Hice lo mejor de mí, pero obviamente no fue lo suficientemente
bueno.
—Sí.
Agarro las dos bolsas de almuerzo ligero que hice la noche anterior y las dos
botellas de agua del refrigerador. Si mamá notó que estamos escasos esas
últimas semanas de aguas y comida para el almuerzo, más rápido de lo usual,
no dijo nada. Por eso, me siento agradecida.
Gracias a Dios, tengo todo el camino a la escuela para serenarme, para despejar
mi mente. Siempre y cuando nadie pregunte sobre Harvard, o si he escuchado
La única cosa con la que no cuento, sin embargo, es la única persona en todo el
mundo de la que no puedo ocultar nada. Alguien que parece conocerme mejor
de lo que yo lo hago, por más que quisiera que él lo haga o no.
—¡Jade!
—Jaden, espera.
—¡Dios! ¿Qué está mal contigo? —pregunta, con tono cortante y airado.
Continúa moviéndote.
Su voz, mezclada con miedo y preocupación… eso es todo lo que necesito. Las
lágrimas se derraman y corren por mis mejillas. Las seco con mis pulgares, pero
cuanto más las ataco, con más fuerza caen. No puedo parar. Dejo salir un
sollozo en el medio del aparcamiento. En frente de Parker Whalen. Con gente
mirando.
Él pone sus manos en ambos lados de mi rostro, girándome de vuelta hacia él.
—¿Qué pasó? —repite él, con voz ansiosa. Trastornada, incluso—. Tienes que
decírmelo. —Las interminables posibilidades parecen representarse en sus ojos.
No puedo decir si está aliviado por las noticias, pero todo se relaja: sus ojos, su
mandíbula. Sus manos me liberan, cayendo a sus costados. Me apoyo en él, no
queriéndolo dejar ir, descansando mi mano en su pecho, enterrando mi rostro
en su fresca chaqueta de cuero. Él maldice en voz baja y envuelve sus brazos a
174
mi alrededor, apretándome, sosteniéndome.
Él se aparta.
—Sí.
—¿Qué?
—Dámelas.
Toma mi mano, cerrando sus dedos con los míos, y me arrastra por el
aparcamiento. Se mueve rápido. Corro para mantener el ritmo con él mientras 175
esquivamos coches.
—Sí.
—Sí.
—Entonces vamos.
19
Traducido por Little Rose
U
na vez que llegamos a la autopista meto la mano en mi cartera,
buscando mi móvil. Presiono el botón de apagado hasta que vibra,
apagándose. No necesito que nadie intente encontrarme. No ahora.
Abro la guantera y saco el paquete de pañuelos que tengo allí para
emergencias. Me sueno la nariz, y después me miro en el espejo. Mis ojos están
rojos, pero sin lágrimas y lo único que queda de mi quiebre emocional son las
gotas de rímel corrido debajo de mis pestañas. Me las froto con los dedos, para
que desaparezcan.
—Aparentemente sí lo hace.
Frunzo el ceño, los campos, los pinos y las líneas telefónicas son un borrón a
medida que pasamos.
—No es algo malo, ¿sabes? —prosigue—. Está bien llorar. Dejar que la gente
sepa que te duele.
Me muerdo el labio.
—Aun así.
—No. Aún así no. —Hace una pausa—. Como sea. No cambia nada. Sigues 177
siendo la misma y aburrida Jade.
Parker sonríe.
—Bueno, me imaginé que si vas a faltar a la escuela, al menos hay que hacer
algo productivo con el día. —Mira sobre su hombro y cambia de carril,
subiendo la velocidad.
Suspiro.
—Seguro que sí, salvo por un detalle: cuando se pasa, los problemas siguen allí.
—De acuerdo. ¿Qué sugieres?
—¿El zoológico?
—Me gustan las buenas historias —dice—. Y hay algo genial en un chico que
puede convertirse a sí mismo en algo de la nada.
—No puedo creer que te guste el señor Darcy. Dos adultos por favor —dice,
inclinándose sobre el altavoz. Busca su billetera en el bolsillo.
—No tienes que pagar por mí —digo, abriendo mi bolso. Parker es más rápido,
y desliza un billete de veinte bajo la ventanilla antes de que pueda encontrar la
billetera entre mis lentes de sol, brillo labial y pañuelitos.
Nos detenemos en la entrada para tomar un mapa del lugar donde están
remarcadas las diversas atracciones.
—¿Adónde? —pregunta.
—No lo sé.
—No. No es eso.
—¿Qué?
—Oh, lo sé. Es el… —Miro el cielo, tragando con fuerza—. El sol. Es castaño, por
lo que cuando estoy en un interior o en la oscuridad, o si está nublado afuera,
se ve marrón. Pero cuando estoy al sol…
—Sí, lo es.
—Oh dios mío —dice Parker con los ojos muy abiertos.
ZZZ
Nuestra siguiente parada es el centro de Hamilton. Pasamos por debajo de los
rascacielos: gigantescos edificios de oficinas que se elevan por encima de
nosotros, formando un mundo aparte, empequeñeciéndonos al resto de
nosotros. Atravesamos el campus de la universidad hacia el distrito histórico,
—No.
—Suena bien.
Mira a su alrededor.
—No parece haber sitio aquí. ¿Quieres que nos sentemos en una mesa afuera?
Lo considero.
—Si tienes que preguntar, no me conoces tan bien como crees. —Sonrío y me
giro sobre mis talones, hacia la salida. La campana vuelve a sonar mientras
salgo, moviéndome hacia las mesas de jardín de hierro que hay junto a la acera.
Los edificios de tres y cuatro pisos no dejan pasar el sol; se está fresco en las
sombras. Se me pone la piel de gallina. Me froto contra la chaqueta y me siento
en una mesa para dos. Hay una galería de arte y un estudio del otro lado de la
calle, una pequeña tienda de regalos, un club nocturno, una tienda de ropa, una
cafetería…un gran cartel indica: DEPARTAMENTOS EN ALQUILER.
—Me gusta este lugar —le digo a Parker, cuando llega con la comida.
182
—¿Es genial cierto? —Me pasa una botella de agua, y se sienta frente a mí.
—Ay.
—Ni que lo digas. Como sea, me gusta esta parte de la ciudad… tiene buen
ambiente. Es artística y divertida. Sería un gran lugar para vivir —continúa,
haciendo un gesto con la cabeza hacia el edificio de enfrente.
—Y está a una distancia decente a pie del campus. ¿Ves ese edificio allá? —
Señala el final de la calle—. Es el edificio de Lenguaje y Literatura.
—¿No entraste?
Suspiro.
—Mi punto es: la vida no se acaba porque no entraste a Harvard. Aún puedes ir
a la escuela de medicina, sabes… puedes hacer la diferencia.
No le respondo. Está bien sí, quizás no me digan que “no” muy seguido, pero es
porque no espero a que las cosas pasen; sino porque hago que pasen.
Entrar a Harvard es la primer gran cosa que no pude hacer que ocurriera, y
apesta. Levanto el sándwich y lo vuelvo a morder. La carne y el queso se
derriten en mi boca, cayendo sobre mi plato, delicioso.
—Yo también llamo a mis planes seguir adelante. Sólo que de manera diferente.
—Toma su sándwich, con tono defensivo.
Frunce el ceño.
—Creí que todo el día sería sobre ti. No se supone que hablemos de mí y mis
problemas.
—Es simplemente triste Parker, sólo eso —digo con un tono más suave—. Eres
tan listo.
Sonrío.
—Pero antes de todo eso, dos personas muy inteligentes que estarán en
problemas inimaginables al regresar a casa —aclara, arrugando su frente. Las
palabras quedan entre nosotros.
ZZZ
Volvemos a la escuela a las cuatro en punto. La motocicleta de Parker es el
único vehículo que queda en el aparcamiento de estudiantes.
185
—De regreso a la realidad —murmuro, mientras deja mi coche al lado de la
moto—. Pero el lado bueno es que la pasé muy bien hoy. —Me aferro a la
postal que le costó a Parker veinticinco centavos en una tienda de regalos. La
foto había sido tomada temprano en la mañana, y mostraba la calle rodeada de
árboles, vacía, y con algunos rayos de sol asomándose por la bruma—. Uno de
los mejores días que he tenido en mucho tiempo —termino.
—Me alegro.
—Es sólo que, sabes, tendré que explicar todo ahora, y no sé qué decir.
—Lo es. Nadie va a pensar mal de ti, especialmente, ni tu familia, ni tus amigos.
Y si lo hacen… tienen las prioridades jodidas, no tú —termina, con la voz suave
y una mirada amable. Sus palabras hacen que mi estómago se revuelva.
Su pulgar recorre mis labios, los acaricia, y cuando abro los ojos está más cerca.
Siento el tirón familiar—esa parte de mí que me llama al silencio—y me dejo
imaginar cómo sería besarlo.
186
Entonces, como Ethan y Mattie en el trineo, apresurándose a ese árbol, una
imagen de Blake… mi madre… Savannah… pasan por mi mente. Me agito,
volviendo a la realidad.
—Cuando quieras.
20
Traducido por Eve2707
E
n mi camino hacia la gasolinera, finalmente saco mi teléfono móvil.
Cuando lo enciendo, tengo veintiuna llamadas perdidas y nueve
mensajes de voz. Gimo.
—Bien, solo te estoy advirtiendo que Blake está por llamar. Es el segundo
periodo y va a descubrir que aparentemente te fuiste, y el rumor es que algunas
personas te vieron irte con Parker Whalen. No te estoy juzgando, Jaden, pero tu
novio está enojado. Media escuela está hablando de eso. Solo… prepara
primero tu historia, supongo.
El mensaje termina.
El mensaje termina.
—Hola chica. ¿De verdad te saltaste la escuela hoy con Parker Whalen? Porque
si lo hiciste, no sé porque no fui informada. Llámame.
Bip.
—Soy Blake, otra vez. Solo tratando de descifrar que está pasando hoy.
Llámame.
Bip.
Gimo.
—Jaden, soy mamá otra vez. No estás en la escuela y no has venido a casa.
¿Dónde estás y porque no está encendido tu teléfono? Será mejor que te
escuche pronto. 188
Bip.
Bip.
Bip.
—¡Oh por dios, Jaden! ¡Hemos estado tratando de contactarte todo el día! —
Muevo el teléfono lejos de mi cabeza, mis oídos sonando.
—Sí, estaba con Parker. —No tiene sentido mentir. Parece que ya todo el
mundo lo sabe de cualquier manera, y no es como si fuera a esconder algo así a
mi mejor amiga.
—¿Y?
—¿Y qué?
—¿Te importaría explicar esto un poco mejor? Quiero decir, Blake se está
volviendo loco, y tu mamá llamó, está completamente asustada. No sé porque
no dejaste una nota.
—Estaba… —Me debilito y dejo salir un gran suspiro—. Estaba teniendo un mal
día, y Parker, no lo sé, me llevo lejos por un rato.
189
—¿A dónde fueron?
—Oh por Dios —murmura. Deja salir una pequeña risa, como que no pudiera
confiar en sus propios oídos—. ¿Parker Whalen? ¿Comida y compras?
Sonrío.
—Lo sé.
Tomo una gran respiración. En algún momento voy a tener que empezar a
hablar.
Suspiro.
—Sí, de verdad.
—No. Y ese es el problema, creo. No se lo dije a nadie, así que cuando llegue a
la escuela esta mañana ya estaba triste. Y después me encontré con Parker y era
obvio que yo estaba triste… Así que fue la primera persona a quién se lo dije. Tú
eres la segunda.
—No tiene sentido. Voy a tener que decírselo a mis padres. Sé que mamá está
furiosa. Y bueno, creo que al menor número de personas que se lo tenga que
decir mejor.
—Sabes que puedo ayudar con eso —contesta. Puedo decir que está sonriendo,
tratando de hacerme sentir mejor.
—Lo sé. Cuento contigo. Solo hazle saber a todos que no quiero hablar acerca
de eso. Sin miradas de disculpa ni pena, ¿Está bien?
—Claro.
—Así que, mm, ¿Qué dijo Blake? —pregunto después de un momento pequeño
y tranquilo.
Sé que está hablando sobre Parker. Suspiro otra vez. Quiero darle una respuesta
completa y honesta a su pregunta. Quiero una respuesta. Pero al final confieso:
—No lo sé.
—No puedes hacerle esto a Blake —dice calmada—. Si necesitas tiempo para
pensar las cosas… o lo que sea… no puedes seguir ilusionándolo. No es justo
para ninguno de ustedes.
—Posiblemente.
Otro silencio cae entre nosotras. En ese momento, Blake es el más pequeño de
mis problemas. Aún tengo que poner gasolina, y enfrentarme a la cólera que
me espera en casa. Le digo a Savannah que la veré en la mañana y apago el
teléfono por última vez ese día.
191
ZZZ
No me anticipé a lo nerviosa que estaría cuando finalmente estaciono mi coche
en la calle frente a mi casa. Y tampoco conté con Sarah en casa —ni Daniel, ni
Phillip. Sólo asumí que iba a ser algo que ellos escucharían después—sin ser
parte. Tomo varias respiraciones profundas, tratando de calmar mis nervios. No
hay nada que no pueda manejar. Pero mis manos están temblando cuando
alcanzo la perilla de la puerta principal, pero antes de que pueda moverla, la
puerta se abre completamente.
Abro mi boca para hablar, pero las palabras están atrapadas en mi garganta:
Nada sale.
Nadie había estado alguna vez así de enojado conmigo. Tal vez la peor parte de
todo esto es: si nunca me han dicho que no antes, tampoco nunca había estado
en un problema tan serio.
—Mamá —comienzo.
—Antes de que diga algo más, quiero que sepas que estás castigada —dice.
—Está prohibido que hagas cualquier cosa fuera de la escuela. Cualquier cosa
que no esté relacionada con la escuela. No hay actividades extracurriculares. Ya
la has hecho… Por el resto del año escolar. Eso significa ni Blake, ni Savannah, ni
partidos de baloncesto, ni caminatas, ni caridades, ni recaudaciones de fondos.
Asiento otra vez, las calientes lágrimas derramándose sobre mis mejillas.
—¿Tienes una explicación para lo que paso hoy? —pregunta, cruzando sus
brazos sobre su pecho, su rostro severo—. En este punto no siquiera tiene que
ser bueno.
—No.
—No.
—¿Por qué?
—Porque… —Trago fuerte—. Pensé que necesitaba irme lejos por un momento.
Así que… Salí del pueblo.
193
Mamá sacude su cabeza en desaprobación. No puedo leer su expresión.
Decepción, ¿Tal vez? Es como si ella me estuviera viendo, realmente viéndome,
por primera vez en toda mi desgracia e imperfección.
Bajo mis ojos, incapaz de mirar a nadie. Aquí es donde se pone feo.
—Yo… ¡Lo sé! ¡Probablemente no debería haberlo hecho pero lo hice! —chillo.
—Tal vez ese es el problema —contesta Phillip—. Tal vez ella está cansada de
ser la Pequeña Buena Jaden todo el tiempo. Quiero decir, Dios. Nadie puede ser
tan perfecto. No creo que haya sido castigada en su vida. Nunca ha tomado una
mala decisión. ¿Cuándo no hemos estado orgullosos por cada pequeña cosa
que ha hecho? Al menos está actuando como una adolescente normal. —Se
acomoda hacia atrás en sus silla—. Francamente, estoy aliviado. Estaba
empezando a pensar que era una maldita mojigata.
Siento una media sonrisa en las esquinas de mis labios, apreciando el esfuerzo
que hace para defenderme.
—Los hombres son diferentes. Se supone que deben ser rebeldes y sin control
—dice mamá.
Phillip se ríe.
Aun, nadie habla. Me limpio las últimas lágrimas de mis ojos, negándome a
mirar a nadie.
—¿Proyecto?
196
—Tu proyecto… ¿Con Parker?
—Sin llamadas telefónicas, sin televisión, Te vas a quedar cerca de casa por lo
que resta del año. Revisaremos nuevamente el tema después de la graduación.
Asiento.
—Tienes treinta minutos en tu cuarto. Lávate y regresa aquí abajo. Vas a cocinar
la cena.
21
Traducido por *ƸӜƷYosbe ƸӜƷ*
M
e doy vuelta y miro los dígitos brillantes de la alarma de mi reloj. Es
justo después de medianoche; he dado vueltas en la cama durante
casi una hora. Me muevo hacia mi otro costado, miro mi vestidor por
un momento, luego me doy la vuelta. Ajusto mi almohada debajo de
mi cabeza, sacudiéndola y apretándola, y cierro mis ojos fuertemente, deseando
poder dormirme. Ni siquiera estoy remotamente cansada. Mi mente lucha con
un pensamiento de ansiedad tras otro: qué hacer con Parker, con Blake, qué voy
a decirle a mis padres acerca de Harvard.
—Estoy castigada durante el resto del año escolar. No puedo ir a ningún lugar
con nadie, ni hacer nada... no hay eventos para recaudar fondos ni paseos...
nada de llamadas. Ah, y se supone que no puedo verte nunca más —agrego.
Él sonríe.
—¡Qué mal! Qué bueno que nuestro proyecto está casi terminado.
—¿Terminaste?
—Nah. Llegué a casa esperando un infierno, pero el viejo no estaba allí. No dijo
nada acerca de esta noche así que supuse que no lo sabe, o no le interesa.
Mañana falsificaré una nota diciendo que estaba enfermo o algo así. Mi
ausencia ni siquiera será sin excusa. —Sonríe, pero no es una sonrisa que
Emito un quejido.
—¿De qué mi padre no sepa lo suficiente como para darse cuenta que me salto
la escuela? ¿O el hecho de quizás no le importe?
—Tú eres afortunada, Jade. —Sigue él—. Afortunada de tener personas a las
que les importe algo. Nunca desestimes eso. —Él hace una pausa por un
momento—. Entonces… ¿qué dijeron de Harvard?
—Lo sé. —Me quejo de nuevo, sintiendo derrota—. Sólo… no sé cómo, ni que
decir. No es el momento correcto. 200
—Si estás esperando un momento correcto, vas a esperar mucho —señala—.
No hay tal cosa ni siquiera. Sólo haz lo que tengas que hacer y espera que sea
lo mejor.
—Lo sé. —Cambio de posición, moviéndome más cerca del puf… a algo donde
recostarme. Esto me coloca al lado de Parker, casi tocándolo, aunque no estoy
segura de que él esté tan consciente como yo. Sostengo mi mentón con la
mano—. Es bueno que nuestro proyecto esté casi terminado, supongo. —
Continúo después de un pequeño y callado momento—. No más tiempo de
pasar el rato en la biblioteca. Ni saltarse la escuela. —Odio pensar que en pocas
semanas todo habrá terminado. Que Parker seguirá adelante, yo seguiré
adelante y no habrá nada más que nos conecte, nada que nos atraiga.
Se encoje de hombres.
—Te morías de ganas de odiar mis entrañas, y no puedes hacerlo. Creo que es
impresionante.
—No quería odiarte. Simplemente no quería que me gustaras —aclara. Mira mis
labios, luego me estudia en silencio. Y sus ojos, están llenos de algo. De algo
que no había visto antes. Un querer. Un anhelo. Un antojo. Y él está justo ahí.
Tan cerca que puedo sentir el calor de su cuerpo.
Sus manos deslizan la tira de mi camiseta hacia un lado, y mueve sus labios,
besando mi hombro. Mi corazón da un brinco nervioso, acelerándome,
dejándome sin aliento. Todo el mundo se vuelve ingrávido, sus brazos
envolviéndome protectoramente mientras enfrento este anhelo irracional y
demencial de mantenerlo cerca de mí para siempre. Porque no hay nadie más.
No hay nada. No hay Harvard. No hay Blake. No hay Ethan, ni Matttie, ni padres.
Sólo está Parker… y yo. Una ola de satisfacción me invade. Y de repente mi 202
mundo es vertiginoso y lleno de promesa, con el único sueño que importa:
nosotros.
Él hace una pausa, sus labios a centímetros de distancia, y estoy ardiendo por
ellos, porque nunca he querido algo… a alguien… tanto. Y hay sólo una cosa
que puedo escuchar por encima de la gran carrera de mis respiraciones y
latidos del corazón, la pequeña voz en mi cabeza, diciéndome algo que yo he
conocido durante bastante tiempo, pero no podía admitírmelo: Estoy
inequívoca, loca y desesperadamente enamorada… me he enamorado por
completo de Parker Whalen, el fuerte, silencioso, rebelde que parece
conocerme por dentro y por fuera.
—Oh Dios mío —me atraganto, tratando de calmarme, con mi corazón latiendo
más rápido—. Parker —susurré—. ¿Qué te pasó?
—Jade… no soy… —Su voz se apaga, pasando sus manos sobre su cara. Cuando
lo miro de nuevo su expresión es de piedra, con sus ojos en conflicto,
atormentados—. No puedo. —Se aleja de mí, alcanzando su camiseta,
poniéndose de pie mientras se la pone—. No es nada —dice él—. No te
preocupes.
—Tienes que decirme que pasó —le suplico, sofocándome mientras lucho por
sentir mis pies, con las piernas temblorosas por debajo de mí, con mi cabeza
ligera.
—Parker —siseo.
Levanta la ventana.
Él puede negarlo todo lo que quiera, pero sé lo que vi, y no hay otra forma…
¿todos esos moretones? No hay manera de que sean accidentes.
—Parker… ¡esto es un gran problema! ¡No te puede hacer eso! —Me esfuerzo
por mantener la voz baja, con las rodillas temblando.
—Tengo que irme. No debería estar aquí. Nada de esto debería haber pasado.
—Escucho su respiración pesada. Miro la subida y la caída desigual de su pecho
y hombros.
Mis ojos se estrechan. ¿Qué está diciendo? ¿Se arrepiente de venir aquí? ¿Qué
todo, todo esto, fue un error?
—¿Qué?
—Mira, sé que piensas que yo soy como, una gran niñata sabionda12 o lo que
sea, y me doy cuenta que no soy la mejor persona para dar consejos sobre algo
como esto, pero sé cuándo…
—¿Jaden?
12
Niñata sabionda, la expresión en inglés es: Goody Two Shoes, que hace referencia a una persona que
aparenta ser dulce y buena, pero que se cree moralmente superior y que es engreída. El origen de la
expresión es el cuento The History of Little Goody Two Shoes publicada por John Newbery en 1765.
22
Traducido por Josez57
M
e paso una noche agitada dando vueltas en la cama. Imaginando
cosas horribles. Como Parker. Sus heridas. Echándose atrás para
evitar un golpe. Cuando desperté de golpe debido a las pesadillas a
la mañana siguiente, todavía tenía once minutos antes de que mi
alarma deba sonar. La apago y sigo recostada tranquilamente, sintiendo el
dolor embotado detrás de mis ojos; reuniendo mis pensamientos, preguntando
cuándo, exactamente, mi vida se convirtió en tan complicada.
No estoy segura de lo que he hecho para merecer todo esto, pero sé que si
sigue así, nunca encontraré la manera de salir del abismo descomunal en que
he logrado sumergirme. Y así, poco a poco me arrastro fuera de la cama y
camino hasta mi escritorio. Sin estar segura exactamente en qué libro había
guardado la carta de Harvard, saque cada uno y pasé las páginas hasta que un
sobre blanco revolotea hasta el suelo. Existe verdad en lo que dijo Parker. Esto
no es acerca de mí haciendo las cosas bien, se trata de no conseguir todo lo
que quiero, todas las veces.
Sin embargo, más que cualquier otra cosa: esto se puede solucionar.
En veinticuatro horas, mis problemas han adquirido una vida que les es propia:
arraigándose y propagándose; han proliferado de tal manera que me parece
una tontería no pasar por este, sin importancia, fuera de la lista proverbial. En el
gran esquema de las cosas de la vida y el universo, el no entrar en la escuela de
mi elección es intrascendente, incluso trivial.
Más que nada, me pregunto qué voy a hacer, porque he descubierto algo que
se supone que no debería saber. Algo escondido, quién sabe por cuánto
tiempo. Un secreto que no es mío para contarlo. Un secreto que prometí
mantener.
―Hola.
Sonrío. Ella enlaza su brazo al mío, y cruzamos el aparcamiento juntas, porque 208
todo el mundo sabe que dos cabezas piensan mejor, dos cuerdas son más
fuertes, y cualquier cosa es soportable con un mejor amigo, incluso las miradas
y los chismes.
Parker casi llega tarde a Inglés. Levanto la mirada a tiempo para verlo dejar caer
la bolsa de papel marrón que dejé en su silla dentro de su mochila. No sonríe,
ni me mira. Un reconocimiento es todo lo que quiero, un sí, allí estaba yo ayer
por la noche; sí, yo estaba contigo; sí, me siento de la misma manera; sí, ya
sabes mi secreto. Me gustas.
Pero él nunca alzó la cabeza de sus notas. Ni una sola vez. Era un recuerdo de
las semanas anteriores, cuando no podía conseguir que se me acercara en
absoluto, y me pregunto cómo pudimos haber estado tan cerca de… algo, y de
vuelta al comienzo en cuestión de momentos. Cuando la campana suena
finalmente, Parker se va. Lo observo, decepcionada, mientras se pierde en el
pasillo.
La luz del sol baña las mesas de picnic, besando la parte de atrás de mi cuello.
El aire es húmedo y dulce. Los árboles de peras de Bradford que se alinean en la
acera, están en flor, los pétalos de marfil cayendo de las ramas como copos de
nieve. Una ligera capa de polen amarillo cubre las mesas y los automóviles.
Tomo una respiración profunda, inhalando el aire dulce, y me siento. El viento
agita las hojas, soplando mi bolsa de papel sobre la mesa. Me retiro el cabello
fuera de mis ojos y miro al cielo. Un tramo grueso de nubes grises se cierne en
el horizonte, como si tuvieran toda la intención de entrar y arruinar lo que está
resultando ser un magnífico día de primavera.
―No te puedes sentar aquí tú sola ―una voz dice mientras tomo el primer
bocado de mi sándwich.
―Hey.
―Así que... ¿dónde está Parker? ―Savannah pregunta―. Pensé que ibas a
209
reunirte con él. Tengo que aprobarlo, ya sabes.
―Tu suposición es tan buena como la mía. Tenía la esperanza de que pudiera
hablar con él hoy. Quería saber cómo se siente acerca de mí, pero creo que es
obvio. ―Miro a mi alrededor―. Quiero decir, ¿cuándo no se ha sentado aquí?
―Es probable que sólo esté confundido ―dice Savannah―. Esto tiene que ser
una locura para él.
―Por lo menos antes era un poco invisible ―Ashley añade―. Hoy en día todo
el colegio está hablando de él. Yo estaría escondida, también.
No les digo que hay algo más, esto no se trata sólo de faltar a clases juntos, ni
hacerlo con él en mi ático. Parker no me está evitando porque esté confundido
acerca de nosotros. Hay algo más.
―Me está evitando, también. No hemos hablado todavía, pero tengo que
romper con él. Quiero decir, si no se deshace de mí en primer lugar. Esto ya no
está bien.
¿Qué sentí con Parker anoche? Nunca había experimentado nada de eso con
Blake. Parker estaba en lo cierto todas esas semanas atrás. Nunca estuve
realmente enamorada de Blake. Me gustaba la idea de nosotros, pero eso no
quería decir que lo amara y no era justo para nadie pretender que lo hacía.
Me odio por no darme cuenta antes. Odio a Parker por tener razón. Una vez
más.
―No puedo creer que tu mamá te está haciendo que te pierdas el baile de
210
graduación ―dice Savannah―. Es como, la última gran fiesta de nuestras
jóvenes vidas.
―Lo sé. Es sólo que la graduación ya casi está aquí, y todo el mundo está
haciendo lo suyo… nos merecemos una última gran noche.
Me siento algo así como triste, sólo una punzada, tirando de mis entrañas. Ella
tiene razón. Después de graduarse, no hay garantías.
―Lo sé.
―¿Sí? ―insto.
―¿Qué? ―pregunto.
―¿Qué? ¡No es cierto! ―grito―. ¡Oh, Dios mío! ¡Savannah! ¿Por qué no nos lo
dijiste? ―pregunto.
―Porque quería ver qué pasaba, en primer lugar. No quería echar mala suerte
ni nada.
211
―Pero eso va totalmente en contra de todo en lo que creías ―dice Ashley―.
De hecho, yo en concreto recuerdo que dijiste algo acerca de ser “arrastrada
pateando y gritando” y por encima de tu “cadáver” y otros tantos clichés
irrelevantes, melodramáticos. ¿Qué en este planeta podría haberte hecho
cambiar de opinión?
Yo me río.
―¡Lo sé! ―grita―. Incluso tengo una beca parcial a causa de todo el trabajo
voluntario en el que te ayudé. Al parecer, eso es como un gran asunto para
ellos.
―Entonces, ¿qué vas a hacer? Quiero decir, ¿qué vas a estudiar? ―le pregunto,
obligándome a alejar los sentimientos negativos.
―No tengo ni idea. Pero quiero decir, los dos primeros años son como,
educación básica, ¿verdad? Tengo un montón de tiempo para decidir.
23
Traducido por Lalaemk
N
ecesitamos hablar. Las palabras estaban escritas con marcador negro
Sharpie y olía a fresco cuando saque la nota fuera de mi taquilla antes
del último periodo. La escritura de Parker era clara y calculada, y paso
los próximos minutos mirando las letras, tratando de descifrar su
significado oculto. La estudio, sobre analizando cada línea y curva. Podían ser
buenas noticias, pero podían ser malas. Peores. Cuando tengo la absoluta
certeza de que no tengo idea de lo que significa su mensaje, aparte de que
quiere verme, me dirijo hacia la oficina.
Cuando la campana suena, finalizando el día, las copias aún no han finalizado.
De acuerdo a la pantalla digital, hay más de cuarenta por imprimirse. Exhalo
fuertemente y compruebo el reloj por milésima vez, viendo como la máquina
copiadora lentamente escupe cada página, una… por una… por una. Me paseo
por la habitación, buscando por alguna distracción, con las palmas sudorosas.
Mi estómago se revuelve cada vez más con cada momento que pasa.
Él esperó.
Mi pulso se acelera.
Mis ojos se fijan en los otros espacios, en mi Civic. Sonrío y el alivio inunda mi
cuerpo. Ahí está él. Apoyado contra mi coche. Esperando. Lo veo girarse. Algo
captura su atención; alguien lo llama.
Blake.
Todo se mueve a cámara lenta. Como una de esas locas experiencias que el
cuerpo experimenta donde no puedo controlar mis acciones propias. A pesar de
la inestabilidad, de alguna manera mis piernas me impulsan adelante. Me
quedo por debajo de los perales Bradford, los pétalos blancos girando a mí
alrededor, una ventisca efímera. Esquivando a los estudiantes. Corriendo junto a
un grupo de estudiantes.
—¡Alto! —grito. Pero incluso mis palabras fallan, así que todo lo que puedo
hacer es gritar una y otra vez en mi cabeza ¡Alto! ¡Alto! ¡Alto! Mis sienes
resuenan en ritmo con mis pies conforme golpean el pavimento.
—¡Alto! —me las arreglo para decir finalmente, luchando por hacer entrar aire a 215
mis pulmones en llamas. Me giro cuando Blake, con la mandíbula magullada y
corte sangrando por debajo de sus ojos, se mueve hacia nosotros. Me acerco
para retenerlo—. Blake, ¡basta!
—¿A qué estás esperando, imbécil? —grita, mirando a Parker, Me toma utilizar
ambas manos y toda mi fuerza evitar que se mueva más cerca.
—¡No! —grito, empujándolo hacia atrás con toda la fuerza que puedo reunir. Y
luego está Tony, sosteniendo a Blake por los hombros, lanzándolo fuera,
ayudándome.
—Para.
—No, he terminado. Sólo ten algo en mente por mí, ¿bien Jaden? ¿Gente
perfecta? Ellos siempre están escondiendo algo. —Lo miro fijamente,
parpadeando, tratando de darle sentido a lo que me está diciendo, perdida.
Mira rápidamente a Blake—. Pregúntale a tu novio dónde estaba el sábado en la
noche —murmura.
—¡No puedo creerlo! —le grito a Blake sobre el rugido del motor que se
desvanece, incluso ahora.
—¿Yo? ¡No puedo creerte a ti, Jaden! ¿Abandonaste la escuela por él? ―La ira
se nota en sus rasgos, la tensión en su cuello, sus mejillas sonrojadas.
Hay algo más, creo. En sus ojos verdes. Como si estuviera herido.
—¡Dime que no tienes sentimientos por ese imbécil! —grita, señalando hacia la
entrada vacía.
—No puedo. Porque lo hago. Tenemos que terminar esto, Blake —digo,
temblorosa y desconcertada, tratando de ignorar a los espectadores—.
Nosotros, quiero decir. Lo siento.
—Nunca fui tuyo, Jaden. Nunca. Sabes… lo intenté. Seguí esperando por ti.
Manteniéndome contigo. Esperando a que vinieras. Pero siempre estuve en
segundo plano.
Hasta ahora.
—¿Eso es todo?
—Sí, Jaden, eso es todo. Estaba con los chicos. Tomamos unas pizzas. —Se ríe,
sacude su cabeza—. Sabes, eso no es todo. Paramos en lo de Vince.
Gente perfecta.
—Y puedo decirte como tu amigo sabía que estaba ahí, porque él estaba ahí,
también.
—¡Esto no tiene nada que ver con él! —interrumpe. Salta por las escaleras,
encontrándome en el patio. Su cabello oscuro cayendo sobre sus ojos, su nariz
herida y sangrante.
Las palabras cortan a través de mí, destrozándome. Se van tan rápido, teniendo
esa sensación de perforación intestinal. Dejo salir una risa sarcástica, sintiendo
de repente un estallido de arrogancia.
—¿No podemos hacer eso? ó ¿tú no puedes hacer esto? —pregunto—. O tal
vez no quieres hacerlo.
—Vamos, Parker —continúo, con la vana esperanza de que algo que diga hará
alguna diferencia—. ¿Cuál es el problema? Si no te gusto, dímelo. Si no quieres
que vayamos más lejos, pues bien, pero voy a decirte algo: eso no es lo que
quiero en absoluto. —Cruzo mis brazos a través de mi pecho, sintiendo un
escalofrío subiendo por mi columna vertebral—, y corre todo lo que quieras,
pero no puedes esconder algo de mí. Así que deja de pretender que no es un
gran asunto.
—Te estoy dando la perfecta salida. Nuestro proyecto casi ha terminado, nos
graduaremos, y nunca nos volveremos a ver. Si eso es lo que quieres ¡pues dilo!
—Así es como se suponía que era en primer lugar —se las arregla para decir
con amargura, sus ojos llenos de preocupación buscando los míos.
—Te diré lo que pasó. Lo que pasó fue… me enamore de ti, Parker. ¿Toda esa
cosa del tiempo? Tenías razón: no hay cosa como el momento perfecto. Y este
es el peor momento, actualmente, porque vas a seguir adelante, te vas a
graduar y te vas a ir. Y eso está bien, pero te estoy diciendo, justo ahora, en este
momento, que creo… creo que te amo —mi voz se rompe, conforme digo las
palabras.
—Te amo más de lo que alguna vez amé… algo. Y has estado en mi mente
durante semanas. Y llegar tarde ese día―tu siendo mi compañero―es la mejor
cosa que me ha pasado. Y perdóname si pensé que tal vez te sentías de la
misma manera. ¿Estaba mal pensando eso?
Otra brisa fría sopla entre nosotros, provocando piel de gallina en mis brazos.
Trago, forzando el gran nudo en mi garganta a alejarse.
Él no responde
—Mírame a los ojos, dime que no me amas, y me iré. —Mis dientes se aprietan,
crujiendo, la mandíbula doliendo por la presión.
—No te amo. No tengo sentimientos por ti. —Él dice las palabras
tranquilamente y con pausa, haciendo justo lo que pedí—. No soy uno de tus
proyectos y no te necesito a ti, ni tu comida, ni tu simpatía.
Lágrimas pican en las esquinas de mis ojos. Anhelando una respiración que
satisfaga mi pecho agitado, desesperado por aire.
221
—Bien Parker. Considéralo una ruptura limpia. Puedes huir sabiendo que no
dejaste nada atrás. Buena suerte con eso.
24
Traducido por Lola_20
E
s fácil deslizarse en la rutina de estar castigada. Calmante, en
realidad—sin presiones, sin apurarte a la siguiente actividad. Tengo
suficiente de que preocuparme entre la escuela, nuestro proyecto de
inglés, la boda de Daniel y Sarah y las renovaciones de la casa. El
futuro aparece en el horizonte, pero es tan vasto y distante que
apenas puedo poner en eso mi mente. Y eso está bien, porque no quiero pensar
en ello. No quiero tomar más decisiones ni compromisos—con nadie.
Así que, por ahora, me estoy tomando las cosas de la mejor manera que
conozco: día a día.
Hay algo más, sin embargo. Algo rodeándome: espeso y agobiante, y que
estaba, sobre todo, consumiéndome. El secreto de Parker. Y mi promesa de
guardarlo. Eso, y el hecho de que la fecha de entrega de nuestro proyecto es
pronto, muy pronto.
No ayuda que cada vez que saco mis notas sobre Ethan y Mattie, él es la
primera persona en la que pienso. Cada vez que entro a mi armario y veo esas
escaleras por el rabillo del ojo, y mi mente divaga. Cuando me siento en mi
cama, lo recuerdo sentado allí, también. Acostada en mi cama, mirando el
techo, miro directamente al tercer piso. Cuando paso la biblioteca, pienso en
nuestra mesa. Cuando miro al espejo sobre mi vestidor, mis ojos
automáticamente se mueven a la postal de la calle Hamilton donde Parker y yo
comimos, paseamos y compramos. Él está en todas partes. Pero mayormente,
está dentro de mí: en los cambios que hay en mí.
Allí es cuando me doy cuenta: Entendí mal. Todo mal. ¿Todo este tiempo? No
estaba destinado para que yo cambiara a Parker, sino para que él me cambiara
a mí.
ZZZ
—Jaden, ¿tienes un minuto? —pregunta la Sra. Stevens. Alcanzo mi bolso, lista
para irme por el día. Quiero decirle que no. Quiero irme a casa. Quiero que este
día termine.
—Eso no es propio de ti. Me sorprendió escuchar que no tenías una nota, eso es
todo.
—Sí.
—Lo sé.
Abro mi boca para hablar, luego la cierro de nuevo, mordiendo mi labio inferior.
—¿Desde cuándo piensa que los estudiantes entienden algo bien? ¿Y cuándo la
gente no estuvo hablando de Parker Whalen? —respondo calmadamente.
Sonrío.
La Sra. Stevens sonríe, escribe algo en su hoja, luego se aclara la garganta, seria
de nuevo.
—De acuerdo, porque hablé con tu profesor. Aparentemente hubo una prueba
en la que sacaste C, y un examen en el que obtuviste una muy baja B.
Contengo la risa.
—No, lo has hecho muy bien —dice—. Pero eso baja tu A en química a una B.
—De acuerdo.
—No estaba aquí, específicamente, no. Iba a preguntarte si habías oído algo.
—Lo hice.
—“C’est la vie”
Ella ya sigue adelante. No tiene sentido perder tiempo siendo miserable por ser
rechazada de la universidad de mis sueños. 227
—¿Qué hay con ellos? Fui aceptada en todo lo demás —contesto,
encogiéndome de hombros.
Ella abre uno de los cajones de su escritorio. Lapiceros ruedan adentro, clips de
papel se golpean entre ellos.
—Aún no.
—Bueno, hay una chica a la que quiero que llames y arregles algo. Es una
representante de admisiones en la NSU. Sabes que tienen una escuela de
medicina magnífica. —Anota el número en un pequeño Post-it amarillo—. Su
nombre es Reagan, y podrá decirte todo lo que quieras saber. —Se inclina
sobre su escritorio, pasándomelo. Estudio el conjunto de dígitos.
—Tienes algunas semanas todavía, Jaden —dice Ms. Stevens, la silla de oficina
chirriando mientras se inclina hacia atrás—. No es tiempo de empacar aún.
—Has trabajado duro para llegar a dónde estás. Odiaría ver que lo arruines en
los últimos días.
—Sólo digamos que es culpa de la presión del último año. Les sucede a todos.
—No a mí.
—No es el fin —me recuerda—. Así que, tal vez no entraste a Harvard. Fuiste
aceptada por media docena de otras magníficas universidades. Sí, te escapaste
de la escuela. ¿Qué estudiante no lo ha hecho? Y sí, tienes algunos desméritos
en tu expediente. Sabes, fui y revisé tu archivo. El último desmérito que tienes
228
fue en tu primer año. Tuviste uno, por mascar chicle en el campus. Y apuesto
que sucedió fuera de las horas de la escuela. —Yo levanto una ceja—. Y estabas
en el aparcamiento.
—Mi punto es —continúa—, eres una gran estudiante y persona, Jaden. Vas a
solucionar esto.
—Gracias.
—Prepara una cita para ti y tus padres para visitar NSU. Habla con Reagan y
hazme saber cómo te va.
Para el momento en que llego al pasillo ya está vacío, el único coche que queda
en el aparcamiento de estudiantes es un Civic blanco. Mío. Solo.
No llores. No…
Y es todo mi culpa.
25
Traducido por gaby828
É
l golpea el cristal con sus gruesos nudillos. Echo un vistazo a la figura
descomunal que hace sombra al coche y golpea la ventana. ¿Qué
estaba haciendo él aquí?
Aspiro profundamente, pasando mis dedos por debajo de mis ojos, y mis
pulmones se estremecen.
Él se ríe.
—Era.
—Um, todavía están trabajando con mi papá. Daniel se va a casar el mes que
viene.
Vince se ríe.
—Eso es impresionante. Hombre, los echo de menos. Eran unos locos hijos de
puta.
—No mucho —responde una voz familiar. Giro mi cabeza hacia el sonido. 231
Afuera, el cielo estaba encubierto por nubes estrechas y esponjosas. La luz del
sol calienta mis mejillas, mi frente y la punta de mi nariz. Hay una elevación en
la atmósfera cuando lo localizo, y algo más fuerte que las mariposas golpea
erráticamente mi interior.
No.
Una ráfaga fría de adrenalina toma el control. Sabía que Parker tenía un pasado.
Todo el mundo lo sabía. Lo admitió. Pero dijo que había terminado con eso.
Juró que no lo hizo nunca más. Nada de eso.
Siento como mi rostro se contrae, tenso por un furioso silencio, una ola de
resentimiento rodando por toda la longitud de mi cuerpo.
Él mintió.
Él mintió.
A mí.
Cuando abro los ojos veo la camioneta de Tony aparcando en un espacio más
abajo en la fila. Otro jugador de baloncesto está sosteniendo un arma, y Blake
está en el asiento trasero, solo.
—¿Qué estás haciendo, Parker? Yo pensé... juraste... —Me ahogo con las
palabras, y el resto queda atrapado en el fondo de mi garganta.
No llores.
Incluso frenética. Ahí es cuando me doy cuenta de que no debo estar aquí. No
tengo que ser testigo de nada de esto. Soy una responsabilidad.
—Puedo explicártelo todo más tarde, lo juro. Sólo por favor haz esto por mí. Te
necesito fuera de aquí—rápido.
—¿Qué hago? —Mi voz, ni siquiera suena como mía. Esta tensa, saturada con el
miedo.
—Tienes que arrancar el cocho, salir de este espacio del aparcamiento y alejarte
como si nada estuviera mal. ¿Me escuchas? No les dejes pensar que algo está
mal. —Muevo mis ojos hacia Vince, luchando para concentrarme en las
instrucciones que me está dando Parker—. Gira a la derecha, hacia la calle y
espérame en la gasolinera en el extremo del bloque. Ve. Ahora.
Mis manos están frías y temblando, tuerzo las llaves en la ignición, asintiendo
con la cabeza.
233
—Está bien.
Un coche de policía.
—¡Esto no tiene nada que ver con ella! —dice Parker, una nueva ola de ira
detrás de sus palabras.
—Sal.
—No te muevas —susurra Vince en mi oído. Está tan cerca. Su aliento caliente
huele a alcohol, medicamentos y podrido. Mi estomago se revuelve,
volteándose sobre sí mismo, como si fuera a vomitar.
Los ojos de Parker se encuentran con los míos, y son tan sombríos, apagados,
pero puedo ver el miedo que los impregna, así como que él trata de mantenerlo
fuera de su voz.
—¡Yo te delaté! —Parker dispara—. Ella no tiene nada que ver, y esto sólo está
empeorando las cosas. Déjala ir. Hablaremos. Podemos llegar a algún trato —
Parker le dice, mirándome—. Tienes opciones. —Hay un tono intenso en su voz,
y por un momento ni siquiera creo que él se lo crea.
Me derrumbo, mis rodillas débiles. Alguien está ahí, me levanta sobre mis pies.
Pero mi fuerza se ha ido y no puedo mantenerme. Un brazo sudoroso se
envuelve alrededor de mi garganta. Apretando. Más fuerte. Más estrecho.
Presionando contra ella. Lo envuelvo con mis dedos, hundiendo las uñas en la
piel grasosa. No funciona. Me fuerzo a abrir los ojos. Tratando de enfocar. De
respirar. Parpadeo para contener las lágrimas.
—Deja que se vaya —demanda Parker—. Está acabado, Vince. Y no voy a perder
el sueño por matarte. —Agarra la pistola de forma constante, dirigida a la cara
de su objetivo, sus ojos entrecerrados e inquebrantables—. No me obligues.
Cierro los ojos con fuerza. Porque no puedo respirar. Porque hay una pistola en
mi cabeza y va a disparar. Y sé que aquí es donde muero. Como muero. Como
ambos morimos. Tumbados en un charco de sangre como una especie de
ghetto de Romeo y Julieta. Y no puedo evitar pensar en que ninguno de
nosotros debería estar aquí. Ni Parker. Ni Yo. Esto no tenía que suceder. No
deberíamos morir. No así. Y pienso en mi mamá y mi papá, Daniel y Phillip y
Joshy y Sara y Savannah y Blake y me pregunto si voy a un lugar dónde podre
236
ver a mi abuelo y si Parker estará allí y no voy a la Universidad de Harvard y de
alguna manera eso ni siquiera importa más y no puedo respirar y todo está
desapareciendo y me siento como si estuviera durmiendo...
—¡Suelte el arma!
Parker grita algo mientras llegan, sin quitar los ojos de mí.
Tiroteos. Mis oídos zumban, resuenan. Y todo suena apagado. Abro la boca para
gritar, pero no puedo decir si sale algo. Otra bala.
El sonido está volviendo poco a poco. Cierro los ojos. Hay nuevas voces. Pero
estoy bajo el agua. Ahogándome. El dolor presionando por todas partes. Oigo a
Parker, su voz temblorosa, violenta y ansiosa, y me duele el corazón de
escucharlo.
Parpadeo mis ojos, los abro, y los veo. Su boca se aprieta con preocupación. Se
quita la chaqueta de cuero, y desata...algo. Lo desgarra.
—¡Estoy bien! —dice Parker—. Sólo dame tus llaves. —Se saca el chaleco negro
sobre su cabeza, fuera de su pecho. Hay un agujero en ello. Bordes
237
deshilachados. Es como... algo. Mis ojos entornados, bizqueando.
—Vas a estar bien, ¿De acuerdo? Tienes que quedarte conmigo —suplica.
Las voces suenan más fuertes. El sonido, el zumbido, la niebla, todo se disipa,
como si estuviera rompiendo la superficie.
—Lo siento, lo siento —Parker dice en mi oído, una y otra y otra vez.
Abro los ojos y me giro hacia la ventana a medida que nos alejamos. Tony, 238
Blake, los dos están esposados. Y Vince—yaciendo cerca de mi coche, bordeado
por un charco de sangre.
26
Traducido por kathesweet
—N
unca he visto a una paciente tan bien custodiada —dice la
enfermera, sonriendo.
La enfermera abre la puerta. Los tres oficiales están reteniendo a Daniel, y los
otros se han movido en frente de Parker, protegiéndolo. Si tuviera más energía,
—Daniel.
—Fuera de mi camino.
—Fue un accidente. Me quedé después de la escuela, para una reunión. Era una
especie de puesta en escena y me puse en el camino. No tuvo nada que ver con
él, lo juro. Él sólo estaba… haciendo su trabajo. —Dejo salir un suspiro de
frustración—. ¿Mamá y papá van a venir? —pregunto. El monitor de corazón 240
pita a mi lado, y peleo contra la urgencia de dar un tirón a la pieza de plástico
apretando mi dedo índice. Es todo tan dramático.
—Ella quiere verte —dice—. No sé por qué. Lo que sé, y todos tus amiguitos
oficiales pueden oír esto, es que si alguna vez hieres a mi hermana otra vez, te
desfiguraré de una manera que tomará semanas identificar lo que quede.
—Daniel —murmuro.
No contesto. No lo sé.
—Mira, Jade, siento tanto, tanto que esto sucediera. —Se detiene, exhalando
audiblemente—. Se suponía que nadie iba a estar en la escuela esta tarde. Si
hubiera tenido alguna idea de que todavía estabas allí…
—No te salvé. —Se ahoga—. Esto sucedió por mi culpa. Cada vez que cierro mis
ojos veo… Y tienes que saber que nunca me perdonaré.
—Parker Whalen.
—¿De verdad?
—Sí.
Se aclara la garganta.
La dejo a mi lado.
—Sé que parece de esa manera, pero no es así, lo juro. Hasta hace un par de
semanas ni siquiera sabía que Blake conocía a Vince.
—Sí.
Traga saliva.
—Jade, sé que parece de esa manera. Y sí. Tenía una historia de fondo. Tenía
que hacerlo. No podía enamorarme de ti. Y no tienes idea lo miserable que me
sentía acostado en la cama en la noche tratando de inventar historias que
decirte, sabiendo que ni siquiera eran ciertas. Todas esas cosas que dije… No
tenía otra opción. Pero me conoces, Jade. Lo haces. Muy en el fondo soy el 242
mismo chico. Adoro el zoológico. Y los Sun Chips. Y creo que el Sr. Darcy es
pretencioso.
—¿Tu papá?
—¿Tu mamá?
Asiente.
—Lo fui. No puedo mentir sobre eso. Pero nunca fui expulsado, y nunca fui
arrestado. No oficialmente.
—¿Los moretones?
¿Paintball? ¿PAINTBALL?
—No. —Traga, sus ojos oscuros aguantando los míos, reluciendo—. Me hago
pasar por un estudiante para mantener un ojo en actividades de droga. Sólo me
he enamorado profundamente de una chica. Y todavía estoy un poco
enloquecido porque hace como una hora pensé que la perdería. Y si eso
sucediera…
—No hay nada como un arma en la cara para ayudarte a salir de tus
sentimientos conflictivos —le digo.
—Sé que te herí, Jade. Te herí de cada manera que una persona puede
posiblemente ser herida. Pero si puedes perdonarme, prometo…
Aprieto las esquinas internas de mis ojos. Una lágrima escapa, cayendo.
—No te culpo por nada de esto, entonces no hay nada que perdonar. Estoy feliz
de que estuvieras allí, y supieras lo que estabas haciendo. Simplemente… —Mi
voz cede. Mi garganta se cierra. Y mi nariz hormiguea y estoy húmeda y
mocosa. Tomo una respiración profunda. Mis pulmones se estremecen. Miro los
azulejos blancos del techo—. No sé quién eres, Parker. Pensé… Me hiciste
creer…
—Ahora sé cómo se siente Ethan —dice, una huella de derrota en su voz. Una
pequeña risa, pero no hay humor en ella.
—¿Ver que alguien sufre por algo estúpido que hizo? Lo entiendo. Y estás
equivocada, porque eso lo devastó.
Exhalo lentamente y arrastro mis pulgares bajo mis ojos. No puedo dejar que mi 245
familia me vea enojada. Soy la que se supone que los mantiene juntos. Tengo
que mantenerlos juntos. Él me mira cuidadosamente, luego se estira por la caja
de pañuelos sobre el mostrador, saca uno, y me lo entrega.
Asiento.
Luego, después de lo que se siente como toda una vida pasando entre
nosotros:
246
27
Traducido por Jo
—Esto va a llevar una eternidad —murmuro, examinando las dos paredes que
enmasillé en las dos horas de trabajo. Están marcadas con viruela 13, con más de
cien puntos —pequeños y grandes—, donde los hoyos han sido rellenados—.
No me había dado cuenta cuantos cráteres había en esta casa.
—Sí, bueno, eso les pasa a las casas antiguas cuando las bases se desplazan —
dice Sarah.
13
Marcadas con viruela, se refiere a lo que se parece la pared, ya que la masilla es de color violeta y con
ella ha llenado los hueco, dando un parecido similar a un cuerpo lleno de granos violáceos.
Suprimo una sonrisa. Bienvenida a mi mundo. Daniel suspira, pasando sobre las
pilas hacia el pasillo.
14
Home Depot: cadena de tiendas que ofrece todo tipo de artículo, tanto para la construcción como para
la decoración de casas.
—No rompiste nada, ¿no? —pregunta ella, apretando sus ojos cerrados.
—Nada importante.
Sarah exhala.
—Es bueno saberlo. —Se vuelve hacia mí—. Todo bien. Necesitamos almorzar.
Daniel, ¿por qué no vas a Home Depot, luego te desvías hacia McDonald’s a la
vuelta y recoges algo? Jaden, si pudieras ir con él y hacer que mezclen mi
pintura, sería genial. —Toma mi espátula—. Yo terminaré el enmasillado.
—¿Dónde?
—McDonald’s.
Se encoge de hombros.
15
Dr. Peppers: Bebida sin alcohol.
Caminaba con dificultad de clase en clase, ponía la mayor atención que podía,
devolvía mi trabajo a tiempo. Pero no daba ninguna información, me negaba a
hablar con cualquiera excepto Savannah y Ashley.
—Está bien. ¿Puedo dejar esto aquí? —le pregunto, yendo hacia el carro.
—Claro.
—Jesús, Daniel.
Me observa cuidadosamente.
—¿Estás bien?
—Bien —murmuro.
—Lo sé. Y estás montando un gran show de pretender que las cosas están bien.
Pero no lo están. Lo podemos notar.
—Jaden, él no es…
—Y mira lo acertado que estaba sobre él. —Se detiene, suspirando—. Es solo
una cosa de hermano grande. 252
—Es molesto. Quien me gusta es mi decisión. Me refiero a que, no puedes
ponerte en mi camino cada vez que me enamoro de alguien. Me iré a la
universidad pronto —le recordé.
—Eso lo tengo que decidir yo, Daniel. Tuviste tu oportunidad. Elegiste a Sarah.
Phillip tiene a Becky. Es mi turno ahora.
ZZZ
—¡Volvimos! —Sarah, su hermana, Melissa, y yo entramos por la puerta del
frente,
cargando las bolsas de David’s Bridal. Las nuestras son manejables. La de Sarah
es monstruosa.
—¡Hola, pequeño bebé! —dice ella, frunciendo sus labios en actitud de besar.
Cuelga su vestido en la parte de arriba de la puerta principal de la sala de estar,
y luego abre el cierre de la bolsa de prendas. 253
Mi madre jadea mientras Sarah levanta el satín blanco.
Detrás de nosotras, Joshua se empuja sobre sus pies y está parado junto al
sillón, sosteniéndose con una mano.
—Joshy —digo.
—Vamos, bebé —llama, extendiendo sus brazos a sus lados. Él suelta el sofá, se
tambalea por un momento, dudando antes de mantenerse solo, entonces, con
confianza, da un paso hacia Sarah—. Vamos —lo anima, el tono de su voz alto y
claro.
—Ve al estudio —ordena Sarah, empujando su amplio pecho con su mano libre.
—¡No digas esa palabra! —mamá y Sarah gritan juntas. Sarah cubre los oídos
de Joshua, girándolo hacia otro lado. 254
—Lo siento —dice Daniel. Respira profundamente, luego lo deja salir en un,
gran huff—. Solo no entiendo cuál es el gran problema.
—El gran problema es que es una sorpresa —dice Sarah—. Así que ni siquiera
pienses en escabullirte y abrir el cierre de esa bolsa.
—Sabes cómo hacer un sándwich —le recordé, deseando que se fuera, mis
brazos ardían por el peso de mi vestido levantado sobre mi cabeza, e incluso se
sacudían. Claramente, necesito ejercitar más. Soy nula en el departamento de
fuerza del brazo.
—Odio no cocinar hoy que Becky viene —comienza mamá —, pero si vamos a
terminar todo esta noche, probablemente es mejor si solo ordenamos pizza.
¿Qué creen ustedes, chicos?
—Sí —respondo.
—Si necesitamos algo te dejaremos saber —grita Sarah. Con Daniel a salvo
fuera de nuestra vista, volvemos al vestido de Sarah.
—¿No te importa?
Becky es un año mayor que yo, un año menor que Phillip. Nunca estuvimos
realmente en los mismos círculos, pero viniendo de un pueblo pequeño, es
difícil no conocer a todos. Ella está en el lado tranquilo, por lo que me
sorprende que Phillip esté siquiera interesado en ella. Tiende a ser atraído por
rubias tetonas que ríen un montón. El cabello de Becky es liso, de color café
pardusco, y está en la categoría pequeña. La primera noche que salimos a
comer con ella, sin embargo, noté algo: ella es una pequeña cosa poderosa.
Primero, en el aparcamiento, Phillip estuvo a punto de tropezar sobre sí mismo
para cerrar la puerta de la camioneta para ella. Sostuvo las puertas abiertas
mientras ella pasaba, la deja sentarse primero, ordenar primero, continuaba
preguntando si necesitaba algo… era casi caballeroso—algo que nunca había
pensado que ni en un millón de años diría sobre Phillip. No hizo ningún
comentario sarcástico en toda la noche; no molestó a nadie ni contó algún
chiste subido de tono. No eructó, ni liberó otros ruidos más molestos.
256
Sin embargo, honestamente, ¿cuánto tiempo va a durar? ¡El chico está
completamente reprimido!
—Hola.
—¿Becky, te gusta la pizza? —pregunta Daniel.
—Seguro.
—Sólo ordena cuatro grandes —dice mamá—. Pide al menos una pepperoni y
una de sólo queso. Ustedes chicos pueden pelearse por las otras dos—. Empuja
la bolsa de prendas por la puerta.
—No voy a pedir de piña —dice Phillip—. La piña es una fruta. No va con la
pizza.
Abro el armario y saco la jarra de mamá. Daniel sale por la puerta del frente,
teléfono presionado en su oreja.
—Estamos más allá de la mitad del camino —le informo a Melissa—. Llegamos
a uno-cincuenta.
—Deja de quejarte. Esto no es sobre ti. Pero si no les tienes un regalo todavía y
quieres contribuir estaría feliz de aceptar tu dinero y poner tu nombre en la
tarjeta —le digo.
—Hecho.
—Sí, sí. Ladrona. —Se estira hacia atrás y pone su billetera en el bolsillo
trasero—. Pon el nombre de Becky en la tarjeta también. Será de parte de
ambos.
—Deténganse— responde, levantando sus dos dedos del medio hacia el cielo al
salir de la habitación.
16
Scrooge: Personaje de una novela de Charles Dickens, Ebenezer Scrooge es un hombre de corazón duro,
egoísta y al que le disgusta la Navidad, los niños o cualquier cosa que produzca felicidad. Básicamente
tacaño.
ZZZ
—Lo siento, Becky, —dice mi mamá, tomando un pedazo de pizza de
pepperoni—. Normalmente no ordenamos pizza en noches de semana. Es sólo
que estamos tan ocupados con la boda y la casa nueva…
La mesa del comedor está cubierta de dulces y tules y listones y papel, así que
nos paramos alrededor de la cocina, comiendo nuestra pizza en platos de
plástico—o, si eres Daniel, encima del fregadero.
—Bueno, mientras ustedes chicas están haciendo sus cosas de boda, voy a mirar
el golf —anuncia papá.
Me aclaro la garganta.
—Um, Papá, si no estás ocupado esta noche… Todavía tengo esa cosa con el
grifo de mi lavamanos.
260
28
Traducido por Cami.Pineda
M
e recuesto en la cama, mirando hacia el techo. Ocasionalmente,
observo el reloj en la mesita de noche, sorprendida porque sólo han
pasado un par de minutos desde la última vez que lo revisé. Ruedo
hacia mi costado y miro el espejo, donde la postal del centro de
Hamilton está pegada en la parte inferior. Aunque no puedo distinguir la
imagen, he memorizado el escenario. De hecho, he estudiado tanto la fotografía
que interfiere con mis recuerdos de ese día. Ahora, cuando nos pongo a Parker
y a mí, sentados en esa silla, es temprano en la mañana y con niebla, el sol
esperando para atravesar las nubes.
He cerrado mis ojos, deseando dormir, cuando escucho el más ligero tap, tap
sobre mi ventana. Mis ojos se abren. Permanezco inmóvil, absolutamente
despierta, el corazón palpitando, manteniendo mi respiración, esperando oír el
sonido de nuevo.
Extiendo mi mano, agarro la cortina, y la tiro hacia atrás, luego levanto las
persianas.
Nada.
Cierro mis ojos los más firmemente posible y me fuerzo a sacar a Parker de mi
mente. En vez de eso, me concentro en ese sonido que sí existe, y que puedo
oír. El sonido con el que, no importa que, siempre podré contar: drip… drip…
drip…
ZZZ 262
El baile de graduación, al cual mi madre decidió que no iba a ir, significa el no-
oficial fin de la escuela. Olvidando los importantes exámenes finales para
calificar y para estudiar. Con las vacaciones de verano aproximándose, a nadie
le importa. Incluso algunos de los profesores se han rendido. La Sra. Tugwell,
por ejemplo, recurre a darnos un tutorial completo en video de Jane Austen,
poniendo el clásico de BBC, Orgullo y Prejuicio y la versión de Kate Winslet de,
Sentido y Sensibilidad en el curso sobre las semanas finales. Mis labios se
retuercen casi en una sonrisa cuando me doy cuenta de que Parker se salvó de
cinco horas del Sr. Darcy. En algún lado, donde sea que él esté, y lo que sea que
esté haciendo, está dando un suspiro de alivio. Lo sé.
Es una de estas mañanas en las que la Sra. Tugwell se detiene junto a mí,
hojeando un montón de papeles. Saca un paquete: mis ensayos, papeles unidos
Luego los anuarios llegan, y un nuevo brote de cosas surge. Los pasamos a
nuestros amigos y compañeros de clase en los pasillos de estudio o durante el
almuerzo. En vez de escuchar una reseña de integrales indefinidos en cálculo, le
decimos a nuestros compañeros “Manténganse Dulces” y “¡Nunca Cambien!”
dejando algo ingenioso para que nos recuerden como algo duradero. Les
insisto en que “Tengan un gran verano.” Y luego firmo mi nombre.
En la página de los de último año, soy votada como la Mejor Sonrisa y por la
que… sí... Más Cambia el Mundo. Savannah fue votada como la que Más
Olvidaba Donde Había Aparcado Su Coche.
Los minutos y las horas pasa, acercándonos más a lo inevitable: Ese día final de
colegio, donde la campana sonará, despidiéndonos por siempre.
Volteo la llave y abro el archivador, tirando de la manija del gran cajón, hasta
que veo el archivo de Parker Whalen a la vista. Rápidamente saco la foto de
Parker de debajo del clip plateado.
Me merezco esto, al menos, tener una foto de él. El cajón hace clic cuando los
pestillos se cierran. Estudio la fotografía. La estoica expresión de Parker. El chico
que puso mi mundo patas arriba.
Porque no puedo continuar creyendo que todo eso fue para nada.
17
A+: Sobresaliente. Máxima calificación en el sistema en Estados Unidos.
ZZZ
—Parece que ya se ha dejado pasar por aquí —dice Savannah, asintiendo hacia
mi coche—. Llega temprano hoy.
Me rehúso a mirar, en vez de eso me muevo hacia la mesa de picnic que, en las
últimas semanas, se ha convertido en nuestra.
—Es rojo. Así que probablemente es otra rosa —continua, protegiéndose los
ojos, entrecerrándolos en el aparcamiento mientras nos sentamos en la mesa de
picnic. Pateo mis sandalias para quitármelas y siento las frías hojas de césped
pinchando mis dedos, ignorándola. 264
—Vas a ir a hablarle, ¿verdad? —pregunta Ashley.
—Deberías, Jaden. Quiero decir, este chico sólo estaba haciendo su trabajo —
me recuerda Savannah. Una brisa pasa entre nosotras, toqueteando mi cabello.
Cierro mis ojos, con la cabeza hacia el sol, sintiendo un hormigueo mientras mi
cara se calienta.
—Puedo ver a Jaden tendida sobre la manta, envuelta en sus brazos, con una
mirada valiosa hacia nosotros.
—¿Lo que sea? —pregunta Ashley en una voz baja, en tono masculino.
—Me alegra que piensen que es gracioso —digo, luchando por ocultar mi
sonrisa.
—Jaden, vamos —se queja Savannah. Pone su cabello rubio en una cola de
caballo, asegurándolo con un elástico—. Es obvio que estás enamorada de él.
Te has sentido miserable desde ese día.
—No estoy hablando de ese día. Estoy hablando del día después de que
hablaste con Parker. Cuando te dijo que no podían estar juntos. No estás
enojada con lo que pasó, ni con que él sea un policía. Eso no te molesta: ¿La
idea de que estabas enamorada de él, pero él no te lo correspondía? Eso es lo
que te duele. Y en vez de estar aliviada de que todo fuera una artimaña, estás
aquí abatida como si tu mejor amiga hubiera muerto. Amiga. Realmente estoy
aquí. Y Parker obviamente todavía te quiere o no estaría pasando por todo este
problema. 265
—No sé qué esperan que haga.
—Queremos que hables con él, Jaden —dice Ashley, con la boca llena de
patatas fritas, crujiendo mientras ella las mastica—. Llámalo. Déjale una nota.
Dile que lo perdonas. No es difícil.
—De verdad. No veo cómo puedes perdonarlo por ponerte en una trampa
mortal, y significa que, estamos hablando de la crisis de las retenciones de
rehenes y todo, pero no perdonarlo por las pequeñas mentiras livianas que dijo
por su trabajo. Él no solo te estaba mintiendo. Le estaba mintiendo a todos —
dice Savannah.
—Estoy trabajando en eso. El punto es, que él te sigue amando, Jaden —dice,
más tranquilamente—. Y aunque quieras o no admitirlo, lo amas. Él está listo.
Solo te está esperando a ti.
266
29
Traducido por dark&rose
S
uspiro, sintiendo el cansancio en mis brazos y piernas, el dolor de
cabeza palpitando detrás de mis ojos. Eso es lo irónico sobre el sueño:
las noches que más lo necesitas, apenas duermes. Me levanto justo
cuando mi reloj marca las 7:17. De la mañana. En un sábado. Pero no
cualquier sábado: el día de la boda. Estudio mi reflejo en el espejo que está
encima de la cómoda, revisando si hay algún imprevisible brote de antes de la
boda, examinando mi cicatriz, la cual casi desaparece con el corrector
adecuado.
Yo sería feliz con un tazón de cereales, pero para mamá no se trata de comida.
Es una distracción. Algo para mantenerla ocupada. Ella está batiendo la masa,
cuando: “Toc Toc”, una voz grita a través de la puerta lateral. Salto de la silla y
me apresuro a abrir.
—Cierto.
—Todavía no —respondo.
—Si es que ella durmió algo —murmuro—. Yo apenas lo hice y ni siquiera voy a
casarme. ¿Tienes el mezclador, ¿verdad?
—Ella es tu única madre en el mundo entero —le recuerdo, poniendo los ojos
en blanco.
—Seis. —Phillip se sienta a la mesa, entre Melissa y yo. Mamá le trae un plato
lleno de tortitas—. ¿Puedo conseguir un poco de zumo de naranja? —pregunta.
—No —responde—. Tengo algo que hacer en Hamilton, pero estaré de vuelta a
tiempo para ducharme y cambiarme y recoger a Becky en casa de sus padres.
—Sí, son tortitas. Y yo sólo digo que sería agradable que alguien te hiciera un
poco de compañía hoy.
—Eso es lo que Sarah dice —responde con una sonrisa—. Dios, Melissa, ¿qué
metiste en esa cosa? —Patea la maleta con su pie. No se mueve.
—Todo lo que pueda necesitar para asegurarme de que tu novia esté lista en el
parque a tiempo.
—Tienes, como, ocho horas —señala Phillip, con la boca llena—. Si no puedes
hacer que llegue al parque a tiempo en ocho horas, entonces algo está mal.
—La boda no empieza sin la novia, de todos modos —responde Sarah, con
Joshua colocado en su cadera.
270
ZZZ
—Otra gran sonrisa. —El obturador hace clic. El flash se dispara—. Última foto
—dice el fotógrafo. Ésta es la número un millón, o eso parece, y los músculos
de mi mejilla duelen.
Estamos vestidas y listas para irnos. Mamá lleva un precioso vestido sin mangas
y brillante de color azul claro, que se complementa con mi lavanda. Sarah se ha
deslizado en su vestido, el velo colocado en su lugar, rizos suaves y marrones
enmarcan su rostro. Incluso Joshua está vestido de gala con su esmoquin de
bebé.
—¿Las cartillas?
Mamá sonríe.
Cuatro ramos de lavanda y rosas blancas se elevan hasta el cielo. Mamá toca su
solapa, verificando que sí, su ramillete está fijo en su lugar.
Frente a mí, Sarah se toca el borde de su velo con la punta del dedo. Ella aspira
una bocanada de aire, y luego lo libera de una vez.
ZZZ
El parque donde Daniel y Sara se van a casar es más parecido a una plaza que a
un parque, en realidad, con enormes robles, una fuente en el centro, una
estatua de bronce del fundador de la ciudad, y bancos esparcidos por todas 272
partes. El día de hoy está transformado: una gran carpa blanca colocada a un
lado, mesas y sillas dispuestas debajo de ella; ciento cincuenta sillas
acomodadas frente a la glorieta blanca, adornada con tela de gasa transparente,
rosas y fresias.
Los autos se alinean en las calles, dando la vuelta a todo el bloque. El primer
espacio vacío que encontramos es en el extremo final de la calle Main Street
alineada por árboles.
—¿Nerviosa?
—¿Qué? ¿Ya?
Melissa sonríe.
—De todos modos —continúa Melissa—, yo estaba pensando que tal vez
deberíamos consultarlo con él.
274
Seguimos su dedo hasta que nuestras miradas descansan en un hombre —un
hombre muy lindo— cerca de la mesa del ponche. Él no puede ser mayor que
cualquiera de nosotros, y lleva pantalones negros, camisa blanca y un chaleco
negro de esmoquin.
Yo sonrío.
Y se ríe. Feliz.
Cuando la música se hace eco, Candace se mueve hacia el pasillo, justo como
practicamos los días anteriores. Sólo que entonces no había gente, ni había
sillas, ni ningún pasillo blanco cubierto de pétalos de flores. En ese momento,
nosotras pretendíamos. Esta vez, es real. Doy un paso adelante, siguiendo a
Candace en el momento en que la tía de Sarah me da un codazo.
Porque a pesar de que Daniel y Sarah escogieron un viaje lleno de obstáculos, 275
todo parecía cerrar el círculo para traerlos de vuelta a este momento perfecto:
exactamente donde están destinado a estar.
ZZZ
Horas más tarde, me quito mis zapatos de lavanda y me siento en la mesa a
comer otro pedazo de tarta. Ya pasó la hora de la cena y estoy muerta de
hambre. Sarah y Daniel salieron más temprano en la camioneta de Daniel,
después de pasar a través de una lluvia de arroz. Unos pocos miembros de la
familia aún permanecen, mezclándose, pero mis obligaciones como dama de
honor han oficialmente acabado.
Cuando examino mis pies, monstruosas ampollas rojas adornan mis diminutos
dedos de los pies y talones, gimo de dolor.
Mis mejillas enrojecen, cada vez más calientes. Meto mis pies debajo de la silla,
ocultándolos del lindo camarero, todavía llevando bebidas de la barra.
—Lo tengo —interrumpe una voz—. Puedes volver a tu pequeña barra. —Phillip
le arrebata el agua embotellada de la mano al camarero y la deja frente de mí.
—Él no es tu tipo —replica Phillip—. Y ha estado mirando a todas las chicas de 276
aquí por debajo de la edad de veinticinco años.
—¿Quién?
—La rubia. La que lleva el vestido verde. Estuvo sentada con Candace toda la
noche.
Un destello de reconocimiento.
Ella está sentada en una mesa vacía sosteniendo a Joshua, que está
profundamente dormido, con la cabeza en su hombro.
—Sí, bueno, estoy pensando en algo más alto que todo eso —dice.
Lo miro recelosamente.
—Phillip —susurro—. ¡De ninguna maldita forma! —Miro hacia Becky, todavía
sentada con Joshua, ajena a todo.
Se encoge de hombros.
—Más tarde, esta noche. Oí algo sobre las mujeres y las bodas. Pensé que sería
más probable conseguir un sí, si se lo pedía hoy.
—Porque eres... tú. Nunca has salido con una chica más de una semana. Lo juro
por Dios, estoy esperando a que empiece a nevar, o el apocalipsis zombie,
porque el mundo está llegando a su fin.
Él sonríe.
—Tal vez. Pero ya sabes, cuando amas a alguien tú los amas. Y cada día te
sientas pretendiendo que no tienes un día menos para pasarlo con él.
—Bueno, de todos modos. A mí me gusta ella. Espero que diga que sí.
—Yo también.
278
Cierra la caja con un broche de presión y exhala profundamente.
—Porque si dice que sí, tendrás que jugar a dama de honor otra vez.
30
Traducido por Paaau
E
ntre el tiempo que toma viajar entre el aparcamiento y mi casa, el sol
desaparece detrás del horizonte. El mundo entero se sumerge en
sombras rojas, negras y azules. Melissa estaciona su coche en la acera,
y damos un paso hacia el aire gélido de la tarde. Tiemblo, frotando
mis brazos mientras cruzamos el césped húmedo.
—Imaginé que ustedes ya se habrían ido para esta hora —dije, entrando al
vestíbulo.
—Ya deberíamos habernos ido, pero Sarah no podía irse sin decirle adiós a
Joshua —añadió Daniel, apareciendo en la cima de las escaleras.
—Lo sé —responde ella—. ¿Sarah? Todo ese asunto del “teñido para coincidir”
no funcionó para nosotras —grita.
—¿Qué? —murmuro.
Ahí es cuando lo veo: un grifo nuevo. Un aparato totalmente nuevo… con dos
asas brillando bajo la luz. Cuidadosamente giro la perilla. Agua helada sale
desde la boquilla. Funciona.
Sonrío.
Se encoge de hombros.
—No sabes que no fue papá —dice él, entrando al baño. Lo miro
sospechosamente—. Está bien, no fue papá —confiesa.
—¿Fue Phillip?
—Nop.
Trago fuertemente.
—¿Cómo está?
—¿La verdad?
—Te extraña.
—De todas formas, él quería hacer algo por mi pequeña hermana así que le
dejé una llave. Vino mientras estábamos en la boda. —Arrastra los pies en la
puerta, pasando sus dedos por su cabello—. Ya había terminado para cuando
llegamos. Medio esperaba que aún estuviera por aquí.
—Jaden es tarde —dice Daniel. Puedo sentirlos mirar desde las escaleras.
—¿Jaden?
ZZZ
Tomo el camino desde la escuela que lleva hasta ese viejo remolque. Conduzco
lentamente en la oscuridad, manteniendo mis ojos bien abiertos. Reconozco
algunos lugares y casas que pasé el día en que seguí a Parker. Y cuando llego a
ese familiar camino, me dirijo hacia la entrada, pasando a través de los baches,
suciedad levantándose tras de mí. El jardín es el mismo: cubierto de maleza,
lleno de neumáticos, de basura, viejas piezas de automóviles y oxidados barriles
quemados. La casa es la misma: el revestimiento de metal abollado, oxidado,
escaleras poco seguras.
Doy un paso hacia atrás, mirando el viejo tráiler. Las nubes se abren, y la luz de
la luna se derrama hacia abajo, iluminando los campos y el jardín.
Y me doy cuenta.
Él no vive aquí. No me trajo aquí ese día porque aquí es donde vive . Era parte
del juego, también. Él estaba interpretando un papel.
Una fuerte ráfaga de viento sopla, impulsando las hierbas del campo hacia los
lados, despeinando mi cabello y azotándolo en mis ojos, golpeando mi cara.
Mi corazón se desploma.
—Lo siento —le digo, exhalando fuertemente, lágrimas llenando mis ojos—.
Sólo… sólo quería hablar con él.
Subo por las escaleras, pasando por la hilera de fotos de la familia, el cuarto de
Daniel y Sarah, que está vacío.
Así que avanzo por el cuarto de manera constante, con cuidado. Manos
temblando, tiro la cadena, levantando las persianas. Se levantan lentamente,
derramando más luz de luna en el cuarto con cada centímetro.
18
Advil: Conocido como Ibuprofeno.
Cambia la hoja.
… y extraño…
Mentí.
286
Me mentí a mi mismo…
… y a ti.
Y se pone peor.
Soy egoísta.
Y sé que si no te tengo…
No soy Ethan…
…y no voy a rendirme…
Una vez…
Y la siguiente:
… y otra vez.
Cierra el cuaderno y lo tira detrás de él. Aterriza en el techo con un golpe sordo.
Luego, levantando su dedo índice, dibuja una X en su pecho.
Te lo juro.
—¿Sabes que eres hermosa? ¿Incluso cuando lloras? —Él sonríe, sosteniendo mi
cara en sus manos, secando las lágrimas con sus pulgares.
Trago.
Epílogo
Traducido por Paaau
Las hojas crujen bajo mis suelas mientras camino por la acera, la correa del
bolso de mi laptop sobre mi hombro y el móvil presionado contra mi oído.
—Hola. Quieres ser doctora —responde ella—. Estoy bastante segura de que,
en algún punto, harás algo mucho peor que diseccionar el ojo de una vaca.
Odio tener que decirlo, pero vas a tener que acostumbrarte a escarbar dentro
de partes del cuerpo humano.
Me río.
—Eso apesta —respondo, esperando que mi ordenador encuentre una señal del
internet inalámbrico del café.
—Si lo fue, pero luego, estaba como, escrito en grandes letras negritas en la
parte superior de nuestra hoja de trabajo no olvidar la bibliografía, así que fue
en parte mi culpa.
—Pero aun así —interrumpe ella—, estaba totalmente enfada conmigo misma
sabiendo que me habría lucido en el trabajo si lo hubiera recordado.
—Lección aprendida.
—Dímelo a mí.
290
Sonrío, imaginando que pone los ojos en blanco al otro lado del teléfono.
—Significa que no estoy acostumbrada a esta… a esta tú. Hace unos pocos
meses ni siquiera habrías dado vuelta el papel. Estás totalmente estudiosa.
—¡Lo sé! —llora ella—. ¡Creo que quizás sea una nerd! Y Jaden, no te imaginas a
los chicos de aquí. Quiero decir, no tenía idea de lo que nos estábamos
perdiendo, desperdiciando nuestro tiempo en chicos de secundaria.
Sonrío. Blake y Tony, juntos con varios otros miembros del equipo masculino de
basquetbol, fueron citados por diferentes infracciones relacionadas con drogas
durante el allanamiento de la escuela. Tony perdió su beca. Savannah fue a la
Universidad sin él.
19
Nuevo Trato: Nombre dado por el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt a su política
intervencionista puesta en marcha para luchar contra los efectos de la Gran Depresión en Estados Unidos.
Miro hacia arriba en el momento preciso para verlo cruzar la calle. Trota hacia
mí, el bolso colgando sobre su hombro. Está usando pantalones de vestir grises,
y puedo ver el chaleco burdeos bajo su chaqueta de cuero. Sonrío cuando lo
veo.
—Hablé con ella la semana pasada. Pero si estamos todas en casa para las
vacaciones de otoño la próxima semana, necesitamos juntarnos. Siento como
que no las he visto en años. Y no puedo creer que esté diciendo esto, pero
mataría por un poco de pizza en Papa Guido’s.[
—Hablo en serio.
291
Parker da un paso hacia la acera y deja caer su bolso en el suelo. Roza mi brazo
mientras pasa y desaparece dentro del café. Mi teléfono suena. Lo alejo de mi
oído y le doy un vistazo a la pantalla.
Parker sale del café trayendo una soda, una botella de agua, y dos galletas con
chips de chocolate. Deja una de las galletas y la botella de agua frente a mí.
Gracias, murmuro.
—¿Qué? No, le estaba dando las gracias a Parker. Compró algo de comer.
—Él dice hola. —Mi mamá sigue hablando. Vuelvo a alejar el teléfono—. Quiere
saber si irás conmigo a casa para las vacaciones de otoño.
—Dice que si está invitado le encantaría ir. —Escucho y pongo mis ojos en
blanco de nuevo—. Ella dice que siempre estás invitado.
—Nop. Así que tendré que esperar hasta la noche del viernes para verte.
—Eso apesta.
—Ni siquiera trates de hacerte el tonto conmigo, Academia Preparatoria del Sr.
Montgomery.
—No, solo has elegido una que te deja jugar con armas y te deja como un
Senior de Secundaria permanente.
—Es por eso que estoy dispuesto a admitir que estás en un plano mucho más
elevado de inteligencia que yo.
Parker sonríe.
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—¿Qué más tienes para mí, Señorita Introducción a la Filosofía?
—La idea del amor también es relativa. Por ejemplo: amo que pretendas que
soy más inteligente que tú.
—Amo que a pesar de todas mis advertencias, sigas consumiendo esa bebida
gaseosa con cafeína. —Toco la botella de agua frente a él en la mesa con mi
lápiz.
—Amo que estés tan preocupada sobre mi salud y bienestar para advertirme de
los peligros.
—Amo que no escuches nada de lo que digo. —Pongo los ojos en blanco.
Él se burla.
—Amo que la mitad del tiempo no quieras escucharlas, pero luego, como, dos
semanas más tarde, me digas que tenía razón.
Él sonríe.
Una brisa fresca sacude al árbol que está por encima de nosotros. Hojas rojas,
amarillas y naranjas caen desde sus ramas, rociando la acera y la mesa. Tomo
una y la giro entre mis dedos, viéndola bailar. Cuando levanto mi cabeza, Parker
me está mirando, sus ojos negros brillantes y vivos.
—No tanto como yo amo los tuyos. —Me observa de cerca, el indicio de una
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sonrisa jugando en sus labios, bromeando.
20
Degeneración macular: Trastorno ocular que destruye lentamente la visión central y aguda, el cual
dificulta la lectura y la visualización de detalles finos.
Fin.
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Purple rose
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