Plan de Prevención Conducta Suicida
Plan de Prevención Conducta Suicida
Plan de Prevención Conducta Suicida
EL SUICIDIO
El suicidio no debe ser considerado como un acto realizado al azar o sin sentido, ya que, al
contrario, es, para la persona que lo comete la salida a un problema o una crisis que le causa
intenso sufrimiento. Se asocia a frustración o necesidades insatisfechas, sentimientos de
desesperación y desamparo, conflictos ambivalentes entre la supervivencia y una tensión
insoportable, una disminución de las alternativas, y una necesidad de escapar
Suicidios en México
En 2021 sucedieron 8351 fallecimientos por lesiones auto infligidas en el país, lo que representa
una tasa de suicidio de 6.5 por cada 100 mil habitantes.
Los hombres de 15 a 29 años son el grupo con más riesgo, ya que ocurren 16.2 suicidios por cada
100 mil hombres entre estas edades.
“Crear esperanza a través de la acción” es el lema del Día Mundial de la Prevención del Suicidio,
que se conmemora el 10 de septiembre
El suicidio es un problema de salud pública que va en aumento y nos demanda ser más sensibles
con el dolor y sufrimiento humano; por lo general, quienes piensan en él manifiestan de manera
verbal o conductual señales de alerta como: no encontrar sentido a su vida, experimentar un alto
nivel de frustración, hartazgo o dolor emocional.
No está sólo/a. Busque un/a amigo o amiga, un familiar, o terapeuta y trasládele sus inquietudes.
No mantenga en secreto sus pensamientos sobre el suicidio. Los pensamientos suicidas
normalmente están asociados con problemas que pueden resolverse. Si no se le ocurre ninguna
solución, no significa que no haya soluciones, sino que ahora no es capaz de verlas. Los
tratamientos psicoterapéuticos ayudarán a encontrar y valorar las opciones adecuadas.
Orientaciones:
Recuerde que no es beneficioso actuar de forma impulsiva, con el tiempo el pensamiento del
suicidio desaparecerá.
Lo más importante es abrirse a los demás y comunicar sus pensamientos a alguien en quien confíe,
o a algún/a profesional de la salud.
Mantenga a mano una lista de personas con las que pueda hablar cuando tenga pensamientos
suicidas.
Llegue a acuerdos con personas cercanas para llamarles en caso de que intente autolesionarse.
Distánciese de cualquier medio con el que pueda hacerse daño. Evite el consumo de alcohol u
otras drogas.
Evite hacer cosas que no le salen bien o encuentra difíciles hasta que se encuentre mejor.
Planifique actividades diarias, escríbalas y póngalas en un lugar visible. Incluya al menos dos
actividades diarias, de más de media hora cada una, que le gusten.
Procure hablar y relacionarse con otras personas. Si sigue un tratamiento por enfermedad mental
ha de hablar con su médico/a.
Cuide su salud física, vigile su alimentación y realice alguna actividad deportiva sencilla. Intente
mantenerse activo/a y ocupado/a. Participe en actividades culturales, deportivas, de ocio.
Exprésele su preocupación.
Deje que la persona hable de sus sentimientos. Acepte sus sentimientos. No los juzgue.
No prometa confidencialidad, ya que hay una vida en riesgo, no se debe mantener en secreto.
Involucre a otras personas significativas que puedan contribuir a superar esta situación.
Crear un plan de seguridad para reducir el riesgo de un futuro intento de suicidio. Debe ser
sincero/a consigo mismo/a para que se adapte lo mejor posible a sus necesidades.
Si sigue teniendo pensamientos suicidas, debe comunicárselo a una persona en quien confíe y a su
médico/a. Escuche los consejos y acepte la ayuda que pueden darle. Para que su respuesta sea lo
más efectiva posible, es muy importante que sea lo más sincero posible con ellos.
Tener un aliado/a.
Ésta es una parte clave del proceso de recuperación. Una persona en quien confíe y con quien
pueda sincerarse, sobre todo si vuelve a tener pensamientos suicidas. De hecho, tener más de un
aliado/a puede ser de gran ayuda. Esta persona puede ser un miembro de su familia o círculo de
amistades. Si mantiene informado a su aliado/a sobre sus pensamientos, deseos y sentimientos,
podrá ayudarle en su recuperación y a prevenir otro intento de suicidio. Es importante que sea
sincero/a con su aliado/a.
Establecer un horario para las comidas y las horas de sueño, hacer que las actividades sean
regulares y dejar que con el tiempo se siga normalizando la rutina. Puede que durante el proceso
de recuperación, su entorno no le motive y le parezca desolador, pero llevar a cabo una rutina
puede favorecer a volver a ver la vida de una forma agradable y gratificante.
Esta es una buena manera de ayudarle a enfrentar los momentos difíciles, mejor aún si los
comparte y practica con más personas. Es muy importante realizar actividades que en el pasado
resultaron satisfactorias, porque si sus pensamientos negativos regresan, puede recurrir a ellas
para sentirte cómodo.
Identificar la causa o comienzo de esos pensamientos. Puede que sea una fecha, un objeto, etc.
Procure reducir el efecto de esos eventos o circunstancias al mínimo y trate de evitarlos o
responder ante ellos de una forma diferente. Si le cuenta a su aliado/a cuáles son estas
circunstancias, podrá apoyarle
Es importante remarcar el papel positivo de las familias y personas allegadas como agentes
terapéuticos en la rehabilitación y prevención de las recaídas. Además, son quienes mejor pueden
conocer a la persona con ideación suicida, su estado emocional y su entorno.