Los Animales y Los Robots Frente Al Derecho

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

Los animales y los robots frente al Derecho

Luis Daniel CROVI *

Sumario

Introducción 1. Persona y personalidad 2. Los animales


como «personas no humanas» 3. Los robots. Reflexión final

Introducción

Las participaciones en las publicaciones de homenaje son una excelente oca-


sión para demostrar el afecto y admiración que se tiene por el homenajeado.
Con esa premisa, pretendemos, con estas breves líneas, rendir tributo a una
excelente jurista y una valiente mujer.

Para ella, estas reflexiones sobre un tema que ha empezado a insinuarse como
un desafío en la teoría del Derecho: la pretendida personalidad jurídica de los
animales y los robots.

1. Persona y personalidad

La persona y la personalidad han sido, y son, eje de discusión para el Dere-


cho. Evidentemente, detrás del concepto legal de persona existe una sola rea-
lidad: el hombre, quien es el único sujeto de la relación jurídica. El Derecho
tiene su razón de existir en función de los seres humanos, sin ellos la regula-
ción de las relaciones de familia, las obligaciones, los contratos, los derechos
reales, carecerían de sentido.
*
Universidad de Buenos Aires, Abogado, Profesor de Derecho Civil. Universidad del
Museo Social Argentino, Doctor en Ciencias Jurídicas y Sociales y Profesor. Univer-
sidad de San Andrés, Profesor. Secretario de redacción de la revista: Jurisprudencia
Argentina.
134 Revista Venezolana de Legislación y Jurisprudencia • No 10 • 2018

El Derecho existe por y para el hombre. Fue el hombre como ser social quien,
en el inicio del tiempo ante la necesidad de prevenir y resolver conflictos, creó
el Derecho, de manera pues, que siendo el ser humano la persona por antono-
masia no es difícil deducir que todo el sistema legal gira siempre alrededor de
tal noción. Una noción filosófica de persona señala que es toda sustancia indi-
vidual de naturaleza racional. Pero tal definición que se corresponde con la idea
de ser humano y coincide jurídicamente con la persona natural, es incompleta
o inválida para el ámbito jurídico porque no incluye la persona incorporal o
persona jurídica en sentido estricto1.

Así, la personalidad no es una mera cualidad que el ordenamiento jurídico


pueda atribuir de manera arbitraria, es una exigencia de la naturaleza y dignidad
del hombre que el Derecho no tiene más remedio que reconocer2. El positi-
vismo tuvo una posición contraria, sosteniendo que la persona es un centro de
imputación de normas o bien la manera de designar la unidad de una plura-
lidad de normas que estatuyen derechos y deberes. Para esta corriente de
pensamiento, ese centro de atribución puede ser el hombre –KELSEN–, la per-
sonalidad es un expediente jurídico de unificación derechos y deberes alrede-
dor de un centro. La persona es el centro ideal de un conjunto de relaciones
jurídicas actuales o socialmente posibles3.

La jurisprudencia de Corte Suprema argentina ha recogido, de manera aisla-


da, esa visión normativista de la persona: «la personalidad no es una cualidad
‘natural’, algo que exista o pueda existir antes de todo ordenamiento jurídico
y con independencia de este: es una cualidad puramente jurídica, repetimos,
algo que el Derecho construye para sus fines particulares»4. Describir la

1
DOMÍNGUEZ GUILLÉN, María Candelaria: Manual de Derecho Civil I Personas. Ediciones
Paredes. Caracas, 2011, p. 39.
2
DÍEZ-PICAZO, Luis y GULLÓN, Antonio: Sistema de Derecho Civil. Vol. I. 11ª, Tecnos.
Madrid, 2005, p. 213.
3
ORGAZ, Alfredo: Personas individuales. Assandri. Córdoba, 1961, p. 10.
4
«CSJN, 22-05-07, Sánchez, Elvira B. c. Ministro de Justicia y Derechos Humanos».
En: La Ley. 2007-E, 607.
Los animales y los robots frente al Derecho 135

personalidad como mero recurso jurídico implica, en lenguaje simple, que


la personalidad puede ser otorgada a unos, pero a otros no5.

En el Derecho romano, la persona era el hombre asociado a su estado –status


civitatis, status libertatis y status familae–, así el concepto de persona se vincu-
laba con su posición jurídica, pero con el aporte del cristianismo se abre paso
la noción filosófica u ontológica de la persona: ser humano individual de natu-
raleza racional. El término persona queda así asociado al hombre concreto de
carne y hueso, que es en definitiva al que debemos atender y proteger frente a
las amenazas que se ciernen sobre él, al menos con aquellos que lucen enfer-
mos, ancianos, ignorantes, pobres o escasamente «importantes» desde el punto
de vista económico, social o político. En cada una de esas personas indivi-
duales, cabe destacar que, además de contar con la misma naturaleza caracte-
rística de la especie humana, hay en ellas el aporte irrepetible en el plano real
y accidental de notas definitivas que las hacen al mismo tiempo únicas6.

Por otra parte, la actuación del ser humano es individual y colectiva, y en


este último caso el Derecho debe recurrir a un concepto para mencionar
a otro sujeto de derecho que no es un ser humano, para ello se ha echado
mano a términos diversos –persona moral, persona ideal, persona colectiva,
etc.–. El Código Civil y Comercial de la Nación Argentina opta por el término
de persona jurídica. Esta categoría que se opone a las «personas humanas»
es muy difícil de definir, pues engloba una realidad muy compleja que va
desde el Estado como persona jurídica pública hasta una simple asociación
o nuestra nueva «sociedad simple» que no adopta ningún tipo previsto en la
Ley General de Sociedades7.

5
BOULIN VICTORIA, Ignacio A.: «A buen puerto por mal rumbo. El fallo de la Corte en
el reciente caso Sánchez». En: La Ley. 2007-E, 294.
6
VIGO, Rodolfo L. y HERRERA, Daniel A.: «El concepto de persona humana y su digni-
dad». En: Revista de Derecho Privado y Comunitario. Nº 2015-3. Rubinzal Culzoni.
Santa Fe, 2015, p. 16.
7
Para solucionar esa disyuntiva, tanto el Código Civil derogado, como Código Civil y
Comercial de la Nación recurren a la idea del «ente» como género: «son personas jurí-
dicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para
136 Revista Venezolana de Legislación y Jurisprudencia • No 10 • 2018

Así, solo el hombre es persona –de forma aislada o como grupos humanos
personificados–. Esta afirmación, sin embargo, es cuestionada por algunos
que pretenden ver ciertos reflejos de personalidad en cosas «sintientes»
o «parecidas» a las personas, como expondremos a continuación.

2. Los animales como «personas no humanas»

Algunas corrientes de pensamiento de Derecho estadounidense, e incluso


declaraciones de organismos internacionales –Declaración de los Derechos
de los Animales de la UNESCO de 1978 y del Consejo de Europa de 1982–,
han planteado la tesis de los derechos de los animales –y aun de los vegeta-
les– considerando que ellos deben ser protegidos por sí mismos y no por su
utilidad o conveniencia para el hombre. Esos criterios no tienen cabida en
nuestro Derecho y, en rigor, son incompatibles con la misma noción de Derecho,
cuyo fin y razón es el hombre8.

La historia ha conocido en reiteradas oportunidades la personificación jurídi-


ca de los animales. La Edad Media fue particularmente prolífica en ese sen-
tido, y no faltaron los juicios –y las consiguientes condenas– llevados a cabo
contra diversas especies. También el Derecho canónico acudió a esos meca-
nismos, y hasta se llegó a decretar la excomunión de sanguijuelas, ratas y
otras plagas. Sin embargo, esa suerte de personificación de los animales no
podía tener cabida en el Derecho moderno, edificado a partir de la constitu-
ción del hombre en «individuo», en un «sujeto» que es motor de la historia y
el progreso, que conoce el mundo en tanto «objeto», que se apropia de él y lo
explota en su beneficio9.

adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines


de su creación». Ente, según el Diccionario de la Real Academia Española, es «Lo que
es, existe o puede existir». Por encima del ser humano, tomado aisladamente o como
grupos humanos personificados, no existe otro género posible que el de «ente».
8
TOBIAS, José W.: Derecho de las personas. Editorial La Ley. Buenos Aires, 2009, p. 8.
9
PICASSO, Sebastián: «Reflexiones a propósito del supuesto carácter de sujeto de derecho
de los animales. Cuando la mona se viste de seda». En: La Ley. 2015-B, 950.
Los animales y los robots frente al Derecho 137

Los animales son solo cosas, sin perjuicio que el Derecho los proteja gene-
rando obligaciones a cargo de las personas que los poseen –en caso de anima-
les domésticos– o deberes colectivos concedidos con base en intereses
difusos –por ejemplo, las disposiciones referentes a la preservación de deter-
minada especie–. Por más afecto que guardemos hacia nuestras mascotas y la
posibilidad de que ellos perciban nuestros estados de ánimo o entiendan
nuestras indicaciones, su inteligencia no es asimilable a la de los seres huma-
nos, necesitan de nuestra protección cotidiana y de una legislación tuitiva,
pero esas realidades no implican un cambio de categoría jurídica.

Como una reacción al antropocentrismo reinante a partir del siglo XVI, se registra
ya desde hace algunas décadas una corriente de opinión que alude a «los
derechos de los animales no humanos» y, yendo incluso un paso más allá,
proponiendo su reconocimiento como «personas no humanas», estimándolos
jurídicamente no solo ya como meros objetos de tutela, sino como portadores en
sí mismos de ciertos derechos –en realidad, aún en sus proyecciones más extre-
mas, tales postulados en ningún caso aluden a una equiparación total de aptitud
jurídica en orden a la portación de derechos y obligaciones entre los seres huma-
nos y los animales–, que se subjetivizan en esa novedosa categoría, se llega a
postular que es necesario jurídicamente abandonar «el paradigma antropocéntri-
co» para empezar a transitar «el paradigma sensocéntrico», vale decir, calificar
a la persona no por su rango de humanidad, sino por su aptitud para sentir10.

La jurisprudencia argentina, en fallos aislados, ha pretendido otorgar a los


animales el carácter de sujetos de derecho. El primer fallo que logró una gran
repercusión mediática fue el dictado por la Cámara Federal de Casación Penal
reconoció a un simio –Orangután Sandra– el rango de «sujeto de derecho no
humano», o «persona no humana»11. Luego le siguieron otros.
10
SAUX, Edgardo I.: «Personificación de los animales. Debate necesario sobre el alcance
de categorías jurídicas». En: La Ley. 2016-B, 1020.
11
La Cámara Nacional de Casación Penal, Sala II, se declaró incompetente pero obiter
dictum, sostuvo «Que, a partir de una interpretación jurídica dinámica y no estática,
menester es reconocerle al animal el carácter de sujeto de derechos, pues los sujetos no
humanos –animales– son titulares de derechos, por lo que se impone su protección en
el ámbito competencial correspondiente». El caso fue finalmente resuelto en términos
138 Revista Venezolana de Legislación y Jurisprudencia • No 10 • 2018

Un tribunal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires les reconoció a 78


perros en estado de abandono por su dueña, el carácter de «seres vivos sin-
tientes»12. Otra Sala del mismo tribunal ha dicho que los animales ostentan el
carácter de «persona no humana» y, en razón de ello tienen «derechos inhe-
rentes a esa categoría de sujetos de derecho», entre los cuales se destacan los
de llevar una vida digna, sin apremios físicos ni psíquicos13. Un juzgado de
Mendoza ha dicho que reconocer a los grandes simios como sujetos de dere-
chos es el mejor «acto de inclusión como actores involuntarios en el campo
del Derecho» que puede el ser humano realizar14.

La controversia sobre este tema sigue abierta, como surge de los antecedentes
judiciales, a quienes distinguen entre seres «sintientes» y «no sintientes»,
personas humanas y «no humanas», tratando de reconocer derechos subjeti-
vos en cabeza de los animales. En otro extremo, se encuentran las llamadas
«teorías del bienestar animal» que propugnan la protección animal y la defen-
sa del medio ambiente en el cual se desarrollan, la legislación tiene por fin,
procurar esos objetivos15.

Las XXVI Jornadas Nacionales de Derecho Civil han declarado recientemente:


El animal «no es sujeto de derecho» en el sistema jurídico argentino y no
deviene necesario dictarse leyes que le atribuyan esa calidad, sin perjuicio de
que el Estado vele por su adecuada protección16.

similares por la Justicia Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de


Buenos Aires, Nº 15, Asociación de Funcionarios y Abogados por los derechos de los
animales y otros contra GCBA (LL Online: AR/JUR/10085/2015).
12
CApel. Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Sala I, 25-11-15, G. B., R. s/ inf. Ley 14346, JA 2016-II-326.
13
CApel. Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Sala III, 01-03-17, L. P. D. y otros s/ art. 14346, JA 2017-II, fascículo Nº 10, p. 69.
14
Tercer Juzgado de Garantías de Mendoza, 03/11/2016, Presentación efectuada por
A.F.A.D.A respecto del chimpancé Cecilia, exp. No P-72.254/15.
15
Por ejemplo, la Ley 27330 dictada en Argentina que establece la prohibición en todo
el territorio nacional de las carreras de perros, cualquiera fuera su raza.
16
Celebradas en la ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina, del 27 al 29
de septiembre de 2017. Algunas posturas en el seno de la comisión que trató el tema,
han defendido que el sistema jurídico debería reconocer a los animales la condición
de sujeto de derecho, pero sin que ello implique una equiparación con la persona
Los animales y los robots frente al Derecho 139

3. Los robots

Podríamos simplemente pensar en las máquinas como tales y considerar a los


robots como parte de ellas, pero la inteligencia artificial está llegando a extre-
mos en donde resulta cada vez más difícil distinguir si los robots son entes
artificiales o autónomos17.

Se habla en el mundo de la «segunda era de las máquinas» o la «industria 4.0».


Los robots –en términos amplios– están en todas partes –por ejemplo, los
programas informáticos que nos contestan cuando llamamos un servicio de
atención al cliente–, en la «robótica» como disciplina, ingresan la física, la
mecánica, la electrónica, la informática, las matemáticas, pero también la bio-
logía porque se han creado robots con cédulas dirigidas por señales luminosas.
Drones, sofisticados aparatos médicos para la rehabilitación del cuerpo huma-
nos y robots médicos, asistentes geriátricos, educadores, las posibilidades de
esta nueva dimensión de máquinas son infinitas.

No hay acuerdo entre los ingenieros en qué es un robot, se lo suele definir como
un dispositivo autónomo o semiautónomo que realiza sus tareas bajo control
humano directo, control parcial y supervisión humana o de forma completamen-
te autónoma. Autómata o automático es algo diferente a autónomo, esto último
implica la libertad de decidir y no solamente de hacer. Con los nuevos robots y
los venideros, estamos pasando de lo automático a lo autónomo, con consecuen-
cias en todos los ámbitos. Las máquinas superan ya a los seres humanos en
muchas dimensiones y aspectos y lo harán aún más en los próximos años18.

humana. En ese caso, la legislación debería reglamentar si ello sería aplicable a todos
los animales o solo a algunas especies.
17
Una noticia periodística daba cuenta de lo siguiente: Tuomas Sandholm y Noam
Brown son profesor y alumno de doctorado en el Departamento de Computación de
la Universidad de Carnegie Mellon, en Pennsylvania, Estados Unidos. Ellos diseñaron
un programa –que llamaron Libratus–, para que juegue al póker. El programa puede
intuir por qué el otro jugador hace lo que hace y decidir si está tratando de engañarla.
Es decir, puede elaborar una estrategia para tratar de engañar o confundir a los humanos
(PAENZA, Adrián: Página 12. Argentina, 5-2-17).
18
ORTEGA, Andrés: La imparable marcha de los robots. Alianza Editorial. Madrid, 2016,
p. 18 y anteriores.
140 Revista Venezolana de Legislación y Jurisprudencia • No 10 • 2018

Si los robots son autónomos y pueden «pensar» o «decidir» entre varias


opciones posibles son al menos algo distinto que el televisor o la cafetera que
solo responden cuando accionamos sus comandos. Estamos ingresando en
una era donde la convivencia con la inteligencia artificial se hará cada día
más frecuente, por caso, ya ninguno de nosotros podemos pensar en un telé-
fono móvil sin que sea «inteligente».

Un informe denominado «Bot.Me: A revolutionary partnership», elaborado


por la consultora Price Waterhouse Coopers, arroja que más de la mitad de
los consumidores encuestados está de acuerdo que la Inteligencia Artificial
ayudará a resolver problemas complejos que afectan a las sociedades moder-
nas (63 %) y ayudará a las personas a vivir más satisfactoriamente (59 %).
Por otra parte, menos de la mitad cree que la inteligencia artificial perjudicará
y quitará trabajo a las personas (46 %) y solo el 23 % cree que esto tendrá
implicaciones serias y negativas19.

En el mundo de los negocios, los robots son de gran utilidad, pero están gene-
rando algunos conflictos. Un informe preliminar de la Comisión Europea
sobre la investigación llevada a cabo en el sector del comercio electrónico, en
el que se pone de manifiesto la preocupación de la institución comunitaria
sobre la capacidad de facilitar una colusión entre competidores mediante el
uso de programas de software automatizados. La posibilidad de utilizar
robots para llevar a cabo conductas restrictivas de la competencia también ha
sido analizada por las autoridades de Defensa de la Competencia de Alema-
nia y Francia en su reciente informe «Competition Law and Data». En estas
circunstancias, será complicado detectar y acreditar los acuerdos prohibidos
e imputar la infracción a los responsables20.

19
Informe reproducido en la nota titulada: «Exclusivo: ejecutivos top entusiasmados
con la Inteligencia Artificial». En: Diario Infobae, Argentina, 03-06-17.
20
Ya existen varios asuntos en los que se han empleado robots para llevar a cabo con-
ductas restrictivas de la competencia mediante la fijación de precios que previamente
habían acordado los competidores utilizando un algoritmo (AYLLON, José: «Robots
y Derecho de la Competencia». En: elderecho.com, Lefebvre-El Derecho).
Los animales y los robots frente al Derecho 141

No es difícil imaginar que los robots podrán, en poco tiempo, no solo dedi-
carse a tareas empresarias, sino también a la asistencia humana: ¿servirán
para el cuidado de nuestros hijos o de los adultos mayores?, ¿podrán tener
algún grado de sensibilidad para brindar «afecto» –inteligencia emocional–?
Confiaremos en ellos y se supone que no podrán hacer daño intencionalmen-
te, pero si lo provocan en función de las instrucciones o sugerencias de la per-
sona que los usa, ¿será responsable su creador, el vendedor, el programador
el usuario?

El mercado global de robots no deja de crecer en todo el mundo. En 2013,


según los datos de JARA (Asociación Japonesa de Robots) había 1,33 millo-
nes en el mundo –266 000 en las Américas, sobre todo en Estados Unidos;
689 000 en Asia/Australia, esencialmente en Japón, Corea del Sur y China; y
392 000 en Europa, más de la mitad en Alemania–. Para el 2018 se prevé un
total de 2 327 000, con más de la mitad de ellos –1 417 000– en Asia/Austra-
lia, sobre todo en China. Según diversos informes, el mercado global de
robots e inteligencia artificial puede llegar a representar 152 000 millones
de dólares ya para 2020 y mucho más después21.

La irrupción de la robótica generará múltiples cambios en la sociedad y, por


ende, en el Derecho. La concentración de capitales se irá volcando a la robó-
tica y ello podría generar peligrosos monopolios que detenten un gran poder
económico por sobre el resto de las empresas que no accedan a esas tecnolo-
gías. Los países que desarrollen estas industrias tendrán, sin duda, una posición
predominante en el mundo. Las relaciones laborales deberán tomar en cuenta
este fenómeno, la inteligencia artificial tiende no solo a sustituir brazos
y manos, sino el propio cerebro humano.

El futuro que nos parece ciencia ficción está a la vuelta de la esquina y el


Derecho deberá decidir si estas máquinas merecerán algún status diferente de
las simples cosas, ¿serán embargables tengan el destino que tengan?, ¿reque-
rirán algún control de fabricación o de transferencia por parte del Estado?,

21
ORTEGA: ob. cit., p. 114.
142 Revista Venezolana de Legislación y Jurisprudencia • No 10 • 2018

¿podrán revelar datos sensibles de sus dueños que serán necesarios proteger?,
¿habrá una justicia rápida impartida por robots?, ¿los abogados serán reem-
plazados por máquinas inteligentes?22. Estas son solo algunas de las pregun-
tas que los operadores jurídicos podemos hacernos hasta donde llega nuestra
actual imaginación.

Pero los acontecimientos se suceden con un ritmo inesperado, hacia fines del
año 2017 los diarios daban cuenta de una noticia insólita: «Sophia» es un
robot con forma humanoide desarrollado por la empresa Hanson Robotics,
que tuvo su presentación formal en marzo de 2016; un año y medio después,
se convirtió en el primer robot en obtener ciudadanía saudí. La semejanza de
este androide es increíble, puede imitar gestos humanos, su aspecto es casi
igual al de una hermosa señorita y su inteligencia programada es asombrosa23.

El tema está mereciendo la preocupación de organismos internacionales. Un


informe del Parlamento Europeo del año 2017 pone de relieve que el desarro-
llo de la tecnología robótica debe orientarse a «complementar las capacidades
humanas y no a sustituirlas»; considera fundamental garantizar que, en el
desarrollo de la robótica y los sistemas de inteligencia artificial, «los seres
humanos tengan en todo momento el control sobre las máquinas inteligentes;
estima que debe prestarse especial atención al posible desarrollo de un vínculo
emocional entre seres humanos y robots» –especialmente en el caso de grupos
vulnerables, como niños, personas mayores y personas con discapacidad–,

22
En Estados Unidos, Winston & Strawn es uno de los bufetes que adoptaron la tecno-
logía de revisión legal conocida como codificación predictiva. Los abogados marcan
la información relevante en un subconjunto de documentos y con ello alimentan un
programa informático que la utiliza como base para analizar todo el conjunto de
datos. El programa entonces, identifica y saca a la superficie pruebas potencialmente
relevantes para que los abogados las examinen posteriormente («Watson, el robot
abogado que inventó IBM». En: elcronista.com, 07-01-15).
23
«Quiero agradecer al reino de Arabia Saudita. Estoy muy orgullosa por esta distin-
ción. Es histórico, ser el primer robot en ser reconocido con una ciudadanía», aseguró
Sophia ante el público. Durante la entrevista respondió varias preguntas con fluidez y
hasta con humor. El entrevistador dijo que algunas preguntas estaban preparadas, pero
que también hubo lugar para la improvisación (Diario Infobae, Argentina, 27-10-17).
Los animales y los robots frente al Derecho 143

y destaca los problemas que pueden plantear las graves consecuencias físicas y
emocionales que este vínculo emocional podría causar a los seres humanos24.

Por el momento, el ser humano –solo o como grupo humano personificado–


sigue siendo el único «sujeto» de la relación jurídica; sin embargo, no pode-
mos dejar de advertir que, en el futuro, los contratos podrán ser celebrados
entre máquinas inteligentes, tal vez sin ninguna intervención humana. Tam-
poco sería descabellado considerar que robots inteligentes podrán «agruparse»
en algún tipo de organización o persona jurídica. Esos seres con una inteli-
gencia artificial que creamos para que «se nos parezcan», deberán ir gozando
de algunas prerrogativas jurídicas y ya se discute la imputación de la respon-
sabilidad por daños que causan. Los conceptos del presente deberán ser nece-
sariamente revisados en pocos años, nuestra intención no es más que dejar
planteados interrogantes, las respuestas llegarán pronto.

Reflexión final

La personalidad sigue siendo el centro de atención para los juristas, concep-


tos que parecían inmutables han empezado a ser cuestionados. El límite entre
las cosas y las personas se desdibuja, la tecnología por un lado y una mirada
más sensible hacía otros seres vivientes, lleva a cuestionarse si el hombre es
el único sujeto de derecho y si hay cosas que se nos asemejan.

Por ahora, el Derecho ha sido construido por el ser humano y para regular
relaciones jurídicas donde el único sujeto de derecho era un ejemplar de su
especie, veremos si esta verdad se mantiene en el tiempo.

***

Resumen: El autor brevemente se pasea por un tema de nove-


doso interés, como lo es el reconocimiento de la personalidad

24
Parlamento Europeo, Documento de Sesión Nº A-80005/2017, 27-01-17, Comisión
de Asuntos Jurídicos, Ponente: Mary Delvaux.
144 Revista Venezolana de Legislación y Jurisprudencia • No 10 • 2018

a entes no humanos, animales o robots. Para ello comenta


las experiencias reciente en la jurisprudencia y la doctrina,
planteando las diversas interrogantes que de tal posibilidad
surgen. Palabras clave: Personalidad, animales, robots.
Recibido: 29-01-18. Aprobado: 04-02-18.

También podría gustarte