Resumen de Las Teorias Contractualistas

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● Realizar un Resumen sobre las teorías contractualistas de Tomas Hobbes, John

Locke y Jean-Jacques Rousseau, así como la filosofía del derecho de Hegel

¿Qué es el Contractualismo?

El contractualismo es una corriente filosófica que afirma la teoría del contrato social.
Es decir, que el hombre en el estado de naturaleza, antes de que se formasen las
sociedades y cualquier figura estatal, vivía de forma aislada y en libertad.

Pero que, ante unas necesidades comunes, se unieron para favorecer sus propios
intereses. Configurando así la constitución e integración del hombre en sociedad y
la aparición del Estado.

Teoría contractualista de Thomas Hobbes

Hobbes, filósofo británico del siglo XVI, tuvo su vida y obra marcada por las guerras
civiles inglesas. Como tal, tenía una visión muy negativa del ser humano. Para el
autor, el hombre en el estado de naturaleza es egoísta, independiente y cruel. Vive
en el llamado estado de guerra, caracterizado por la multitud de conflictos entre sus
semejantes.

El hombre toma conciencia de esta situación y se une en sociedad a través del


contrato social para buscar seguridad. Es decir, se renuncia a la libertad en favor de
la paz. Para Hobbes, el hombre cede su libertad a un soberano que se constituye
como figura suprema y que reprime a los violadores del pacto. Esta figura es el
Estado, cuyo poder ha de ser absoluto.

Hobbes parte de la premisa de que en el estado de naturaleza, donde no hay un


gobierno establecido, los seres humanos son egoístas

Entonces el contrato social es un pacto de cada individuo con cada individuo,


realizado ante Dios, por el cual cada uno se compromete a obedecer a un tercero, al
cual nombran en ese acto, y hacer suyas sus órdenes. Para escapar del estado de
naturaleza caótico, los individuos racionales acuerdan formar un contrato social,
renunciando a sus libertades para mantener un orden social.

El contrato social da lugar a la creación de un soberano absoluto o "Leviatán", que


posee el poder supremo y ejerce el control sobre la sociedad. El Leviatán es un
cuerpo político que representa la voluntad colectiva de los individuos y tiene la
autoridad para establecer y hacer cumplir leyes, juzgar conflictos y mantener la paz.

En resumen, la teoría contractualista de Hobbes sostiene que los seres humanos


renuncian a parte de su libertad y poder individual en favor de un gobierno soberano
para escapar del estado de naturaleza violenta y caótica. Este contrato social
establece un orden político en el que el soberano ejerce un poder absoluto para
mantener la paz y la seguridad en la sociedad.

Teoría contractualista de John Locke


Locke también desarrolló su vida y obra durante el siglo XVII, y es considerado
como uno de los pensadores más influyentes de la historia.

Afirmaba que en el estado de naturaleza podíamos ver la verdadera esencia del


hombre: libertad, igualdad y racionalidad. Y, al contrario que Hobbes, no compartía
esa guerra constante entre iguales, sino que había cierta cooperación.

De este modo, el eje central de su contractualismo es la idea de la legitimación de la


autoridad y del dominio a través de la renuncia voluntaria a la libertad natural bajo la
condición de una reciprocidad estricta.

Con el fin de preservar los derechos del estado natural: vida, libertad y propiedad, el
hombre renuncia a su plena libertad a través del contrato social. Pero, a diferencia
de Hobbes, no otorga al Estado poderes absolutos, sino que este ha de limitarse a
defender los derechos y libertades de los individuos. Es por ello por lo que
desarrolló la división de poderes.

Locke aboga por instituciones que distribuyan el poder político entre un mayor
número de actores, para ello recurre a la idea del consentimiento como fuente de
legitimidad. El contrato social se origina por el consentimiento de hombres libres,
iguales y racionales.

La teoría contractualista de John Locke es una perspectiva fundamental en la


filosofía política y social que aborda el origen y la justificación del poder político, así
como los derechos y deberes de los individuos en una sociedad. Locke presentó su
teoría en su obra "Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil" (1689). he aquí un
resumen de los aspectos clave de su teoría:

1. Estado de Naturaleza: Locke plantea la idea de un estado de naturaleza en el


cual los individuos viven en un estado de igualdad y libertad, pero también de
inseguridad y conflicto potencial debido a la falta de una autoridad central.
Aunque las personas tienen derechos naturales, como el derecho a la vida, la
libertad y la propiedad, la falta de una estructura de gobierno puede llevar a la
inestabilidad.

2. Ley Natural y Propiedad: Locke postula que la ley natural es la base de la


moralidad y prescribe que todos los individuos tienen derechos inalienables a la
vida, la libertad y la propiedad. La propiedad surge cuando un individuo trabaja y
mezcla su esfuerzo con recursos naturales para hacer producir a esa tierra y poder
establecerse en esa zona.
Locke propone que toda porción de tierra que sea labrada, plantada y mejorada será
de propiedad de quién la trabaje. Y todos los frutos de esta tierra serán de su
posesión, en la medida en que pueda hacer uso de ellos. Esta regla dejará
suficiente tierra para ser trabajada y aprovechada por los demás.

Teoría contractualista de Jean Jacques Rosseau


Rousseau desarrolló su obra en el siglo posterior, y es considerado el inspirador de
la Revolución francesa. Fue el autor que más profundamente desarrolló el
contractualismo y el contrato social, lo hizo a lo largo de cuatro libros. La teoría
contractual de Rousseau es la que más difiere de sus predecesores.

Su idea del contrato social es un texto fundador de la democracia. El autor


argumenta que el Estado debe concebirse como un contrato que establecen los
ciudadanos libres por su propia voluntad.

Para el filósofo no había existido tal estado de naturaleza, pero en ese hipotético
escenario es donde podemos observar su verdadera esencia. El hombre es bueno,
libre e igual por naturaleza. Es cuando se conforma la sociedad cuando se vuelve
un ser malvado. Si era feliz y bueno en la naturaleza y malo en sociedad, ¿por qué
se unió? Por la escasez de recursos motivada por los desastres naturales y el
crecimiento demográfico.

El Estado resultante ha de estar orientado por la voluntad general del pueblo, la


soberanía popular es el valor supremo y debe imponerse sobre los intereses
particulares.

La voluntad general o colectiva es un concepto elaborado para nombrar al querer


colectivo, al fin común de un grupo de personas, que es más que la suma de las
voluntades de cada una de ellas, y lleva a lograr el bien común. Llámese
actualmente democracia.

Mediante el pacto social el individuo pasa del estado natural al civil, la justicia
sucede al instinto, el deber al impulso físico, el derecho al apetito, la razón a su
capricho. El individuo pierde su libertad natural, pero gana la libertad civil.

La esencia de la teoría es la siguiente: para vivir en sociedad, los seres humanos


acuerdan un contrato social implícito, que les otorga ciertos derechos a cambio de
abandonar la libertad de la que dispondrán en estado de naturaleza. Siendo así, los
derechos y deberes de los individuos constituyen las cláusulas del contrato social,
en tanto que el Estado es la entidad creada para hacer cumplir con el contrato.

Del mismo modo, los hombres pueden cambiar los términos del contrato si así lo
desean; los derechos y deberes no son inmutables o naturales. Por otro lado, un
mayor número de derechos implica mayores deberes; y menos derechos, menos
deberes.

Lo anterior, cabe acotar, suele tener muchas excepciones. Por ejemplo, las mujeres
en algunos países del Islam sólo tienen deberes y apenas derechos.

Filosofía del derecho de Hegel


En el Prólogo a la Filosofía del derecho, Hegel señala que la naturaleza del saber
especulativo fue tratada en la Ciencia de la lógica, y que aquí no se hace más que
alguna alusión esporádica a la cuestión del método.
Se trata del descubrimiento de verdades absolutas por parte de cierta clase de
intelectuales según la cual el contenido de la verdad es absoluto,
independientemente de la forma de investigarlo. El absurdo conduce a que la
verdad sea independiente del sujeto que la dice (lenguaje) o del modo de
tratamiento.
Hegel expresa la génesis de cada figura de la libertad, del pensamiento que
conserva en sí mismo el movimiento lógico del proceso de su formación en busca y
realización de la libertad. Ha presentado la filosofía como el saber de lo real, que da
cuenta de lo que es y no de lo que debe ser.
Esto se desprende claramente de sus lapidarias palabras en el prefacio a la
Filosofía del Derecho, entre las que se destaca la afirmación relativa a que la
filosofía, “por ser la investigación de lo racional, consiste en la captación de lo
presente y de lo real efectivo , y no en la posición de un más allá que sabe Dios
dónde tendría que estar, aunque en realidad bien puede decirse donde está: en el
error de un razonamiento vacío y unilateral” (Hegel 1821: 50). Otra afirmación
ampliamente discutida, entendida y mal entendida, sigue casi inmediatamente a la
anterior: “Lo que es racional es real efectivo, y lo que es real efectivo es racional”
Hegel agrega que el tratado del que nos ocupamos, a saber, la Filosofía del
Derecho, “en cuanto contiene la ciencia del Estado, no debe ser otra cosa que el
intento de concebir y exponer el Estado como algo en sí mismo racional.
La enseñanza que puede radicar en el tratado no consiste en enseñar al Estado
como debe ser, sino en enseñar cómo el Estado, el universo ético, debe ser
conocido. La tarea de la filosofía es concebir lo que es, pues, lo que es, es la razón.
En lo que respecta al individuo, cada uno es, de todos modos, hijo de su tiempo; de
la misma manera, la filosofía es su tiempo aprehendido en pensamientos.
Es igualmente insensato creer que la filosofía puede ir más allá de su tiempo
presente, como que un individuo puede saltar por encima de su tiempo. Y como si
esto no fuera suficiente, sostiene que, “de todos modos, la filosofía llega siempre
demasiado tarde”.
En cuanto al pensamiento del mundo, aparece en el tiempo sólo después de que la
realidad ha consumado su proceso de formación y se halla ya lista y terminada.
Para Hegel el Estado significa la totalidad de la población de un determinado país
independiente y «civilmente» organizado en la medida en que está impregnada por
una eticidad y constituye un «orden moral» o una «comunidad ética»
Sin embargo, Hegel ofrece en su tratado una concepción del Estado tan perfecta,
que es difícil, por no decir imposible, reconocerla como efectivamente existente, no
sólo en los Estados de su época y en los precedentes, sino también en los
posteriores y actuales.
Visto así el asunto, cabe preguntarse con Vittorio Hösle, si la filosofía del derecho de
Hegel no es un proyecto normativo, entonces ¿qué es? Hösle asegura que no se
trata de una filosofía descriptiva y reconoce que, aunque ciertamente tampoco
pretende ser normativa, en ciertos pasajes lo es.
Es más, refiriéndose al método hegeliano, sostiene que es evidentemente el de un
proyecto normativo y no el de una teoría filosófica de las estructuras racionales de la
realidad social. El autor ya mencionado denomina a este hecho una paradoja: la
Filosofía del Derecho es, según su método, normativa, sin embargo, procura no
sobrepasar la realidad de los hechos.
Independientemente de la interesante cuestión filosófica que queda abierta, parece
importante, en la práctica, preguntarse en los tiempos que corren, si estamos
dispuestos a aceptar la concepción hegeliana del Estado, el derecho y la libertad
como un desafío a tomar en cuenta al momento de pensar cómo queremos
configurar la sociedad, y específicamente el Estado del tercer milenio.
No se trata de repetir exactamente el modelo hegeliano (lo que sería una insensata
incongruencia), pero hay aspectos que deben ser considerados: la relación entre
Estado y sociedad burguesa; la relación entre individuo y comunidad; la relación
entre subjetividades (intersubjetividad); el rol de la familia en la sociedad; el sistema
de las necesidades; la relevancia de la guerra; la posibilidad o imposibilidad de un
derecho internacional, etc.
Ciertamente en semejantes temas, es de suma relevancia tener claro, entre otras
cosas, cuál Estado, derecho y libertad queremos poner en práctica.

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