Resumen de Las Teorias Contractualistas
Resumen de Las Teorias Contractualistas
Resumen de Las Teorias Contractualistas
¿Qué es el Contractualismo?
El contractualismo es una corriente filosófica que afirma la teoría del contrato social.
Es decir, que el hombre en el estado de naturaleza, antes de que se formasen las
sociedades y cualquier figura estatal, vivía de forma aislada y en libertad.
Pero que, ante unas necesidades comunes, se unieron para favorecer sus propios
intereses. Configurando así la constitución e integración del hombre en sociedad y
la aparición del Estado.
Hobbes, filósofo británico del siglo XVI, tuvo su vida y obra marcada por las guerras
civiles inglesas. Como tal, tenía una visión muy negativa del ser humano. Para el
autor, el hombre en el estado de naturaleza es egoísta, independiente y cruel. Vive
en el llamado estado de guerra, caracterizado por la multitud de conflictos entre sus
semejantes.
Con el fin de preservar los derechos del estado natural: vida, libertad y propiedad, el
hombre renuncia a su plena libertad a través del contrato social. Pero, a diferencia
de Hobbes, no otorga al Estado poderes absolutos, sino que este ha de limitarse a
defender los derechos y libertades de los individuos. Es por ello por lo que
desarrolló la división de poderes.
Locke aboga por instituciones que distribuyan el poder político entre un mayor
número de actores, para ello recurre a la idea del consentimiento como fuente de
legitimidad. El contrato social se origina por el consentimiento de hombres libres,
iguales y racionales.
Para el filósofo no había existido tal estado de naturaleza, pero en ese hipotético
escenario es donde podemos observar su verdadera esencia. El hombre es bueno,
libre e igual por naturaleza. Es cuando se conforma la sociedad cuando se vuelve
un ser malvado. Si era feliz y bueno en la naturaleza y malo en sociedad, ¿por qué
se unió? Por la escasez de recursos motivada por los desastres naturales y el
crecimiento demográfico.
Mediante el pacto social el individuo pasa del estado natural al civil, la justicia
sucede al instinto, el deber al impulso físico, el derecho al apetito, la razón a su
capricho. El individuo pierde su libertad natural, pero gana la libertad civil.
Del mismo modo, los hombres pueden cambiar los términos del contrato si así lo
desean; los derechos y deberes no son inmutables o naturales. Por otro lado, un
mayor número de derechos implica mayores deberes; y menos derechos, menos
deberes.
Lo anterior, cabe acotar, suele tener muchas excepciones. Por ejemplo, las mujeres
en algunos países del Islam sólo tienen deberes y apenas derechos.