SOC. DE LA CULT. III Parte. EL SABER POPULAR

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SOCIOLOGÍA DE LA CULTURA (III PARTE)

EL SABER POPULAR
SOCIOLOGIA DEL FOLKLORE.
Todo hecho cultural es un hecho social, por tanto si estudiamos el grupo humano necesariamente
debemos conocer el medio social que nos rodea y las características que posee cada sociedad en
cada época por lo tanto la cultura en lo resultante del trabajo humano con el conocimiento de la
actividad laboral y de la fabricación de los primeros instrumentos musicales, se inició la sociedad
humana.
Cultura y Folklore.
La Cultura es definida como el conjunto de valores materiales y espirituales, así como de los
procedimientos para crearlos, aplicarlos y transmitirlos; obtenidos por el hombre en el proceso de la
práctica histórico-social. Comprende todo lo que es aprendido mediante la comunicación social.
Abarca toda clase de lenguaje, tradiciones, costumbres y las instituciones, además de la
instrumentación práctica, traducida en la técnica.
Esos tipos de conducta y sus correspondientes realizaciones institucionales, socialmente adquiridas y
que se transmiten con igual carácter por medio de símbolos, constituyen el contenido de la
Sociología de la Cultura y de la Sociología del Saber.
Ahora bien: existe una serie de formas de conducta que por su difusión popular son clasificadas como
saber vulgar, en oposición al saber culto, y que en el campo del conocimiento se conocen con el
nombre de Folklore. El folklore como hecho social es saber vulgar, pero el Folklore como
conocimiento de ese saber vulgar es un conocimiento científico sobre un saber vulgar. A diferencia
del conocimiento filosófico, que es dominio de unos pocos, el saber vulgar es obra anónima del
grupo, patrimonio común de la colectividad social. Luce así su marca de origen popular, su carácter
despersonalizado, por ser sabiduría colectiva por excelencia. Señalamos el concepto de "popular",
como contrapuesto a lo minoritario, es decir a lo que pertenece a la "élite".
Este saber vulgar es el punto de partida para toda investigación del folklore. El folklore es la
sociología del saber vulgar, pero es esencialmente tradición que se transmite de padres a hijos y, por
lo general sin utilizarse un medio de comunicación gráfico, sino más bien oral. Por eso una parte
considerable del folklore de muchos pueblos se ha perdido para siempre. El folklore de las
sociedades ágrafas1, escribe Herskovits- se compone de sus mitos, fábulas, proverbios, adivinanzas
y versos, juntamente con su música y comprende la expresión menos tangible de los aspectos
estéticos de la cultura. En grados varios estas formas se combinan entre sí y con las artes plásticas y
del diseño, para producir rituales, danzas y otros medios de expresión del grupo que nosotros
llamamos drama.
1. Las sociedades ágrafas son aquellas que desconocen la escritura y que, por consiguiente, se mantienen
relativamente ajenas a la civilización.

El problema del estudio de las cosas del pasado fue resuelto por las ciencias históricas culturales. La
arqueología, la etnografía y la historia, contribuyen a rescatar ese periodo, a explicarlo y darle
sentido. Pero en toda sociedad, incluso la de nuestros días, hay grupos humanos que han
conservado numerosos objetos culturales, inventados o utilizados en fechas más o menos lejanas.
"Los objetos que retienen -dice Carlos Vega, en su obra "La Ciencia del Folklore"-son, muchas veces,
creaciones inmediatas pasadas que las últimas promociones culturales superiores eliminaron de los
altos niveles sociales; o bien, restos de cosas antiquísimas que sobrevivieron con desconocidos
portadores o, en algunos casos, productos obtenidos en el seno de la propia comunidad; esas cosas
constituyeron el fundamento de la ciencia que se ha llamado folklore".
La Etnografía y el Folklore, coinciden en estudiar hechos actuales, vivos; la Arqueología consigna
datos para la Etnografía y la Historia da fechas y circunstancias a las cosas del Folklore; el tiempo
del Folklore, coincide con el tiempo de la Historia.
Ese nexo es importante porque en toda sociedad coexisten los dos tipos de saber ya anotados Junto
al saber de la ciencia, existe un repertorio de prácticas, costumbres y tradiciones populares, que los
investigadores europeos denominaron "antigüedades", al lado de la Historia. Esa voz refiérase, en
términos calificados, a lo ''popular". Esas expresiones constituirán, lo que posteriormente se llamó
Folklore.
DEFINICION Y CONCEPTO DE FOLKLORE
Folklore. Es el conjunto de las creencias, prácticas y costumbres que son tradicionales de una cultura
o de un pueblo. Incluyen los bailes, la música, las leyendas, los cuentos, las artesanías y las
supersticiones de la cultura local; también Se trata de tradiciones compartidas por la población y que
suelen transmitirse, con el paso del tiempo, de generación en generación.
El término "Folklore" fue introducido al lenguaje sociológico por William John Thoms, en 1846, como
un feliz neologismo (2) para designar el estudio del saber popular que implícitamente vive y se
desarrolla en el seno de toda comunidad de seres humanos, Fara Thoms, el Folklore significó "el
estudio de las antigüedades que abarca lo relativo a las antiguas prácticas y costumbres, a las
nociones y creencias, tradiciones y prejuicios del pueblo común".
2. Un neologismo puede definirse como una palabra nueva que aparece en una lengua, o la inclusión de un
significado nuevo en una palabra ya existente

La nueva disciplina se desprendió, de ese modo, de los objetos que constituyen la ocupación de los
anticuarios (coleccionistas), y tomó para sí los materiales literarios, las creencias, las prácticas
sociales, la tradición y las costumbres que conforman la cultura popular.
Así enmarcado el ámbito de la nueva disciplina, su posterior desarrollo y desenvolvimiento plantearon
con mayor precisión sus límites estableciendo los conceptos básicos de su estructura y contenido.
Ese proceso formativo, necesariamente laborioso, permitió, por fin, definir con alguna seguridad qué
es el folklore, qué ámbito le corresponde dentro la cultura humana, cuál es su destino en los tiempos
actuales, cuáles son, finalmente, sus métodos y su significado en las relaciones humanas.
En lo que se refiere al problema de una definición del Folklore, diremos que, como sucede en toda
ciencia en proceso formativo, existen muchas. El sociólogo Luis Mendieta y Nuñez, las clasifica en
dos grandes grupos que a su vez engloban diferenciados planteamientos conceptuales; unas que
consideran la disciplina del folklore como la ciencia que estudia los hechos del saber popular en el
pasado, con la valoración arqueológica que le dio Thoms, como esta de Sebillot: "El folklore es una
historia no escrita de los tiempos primitivos": y, otras, de sentido más amplio, y a nuestro juicio
más reales, que conceptúan al Folklore como la ciencia de la vida popular en el seno de las
sociedades civilizadas; es decir, ciencia que aprehende la obra popular en la multiplicidad de sus
aspectos, del pensamiento que inspira y dirige sus reacciones, cumpliendo, al decir de Ismael
Moya, una profunda finalidad cívica dentro de un país y de fraternidad dentro del mundo.
El "saber del pueblo", en sus proyecciones históricas, no tiene limitaciones en el tiempo ni en el
espacio; tampoco tiene linderos en los marcos de la estructura clasista de la sociedad; es decir, no es
patrimonio exclusivo da las clases bajas o populares, como lo demostraremos a continuación.
La raíz popular es la esencia del folklore, pero, entiéndase bien, el pueblo todo, sin exclusión de
castas o de clases, es decir la comunidad en su conjunto como proceso de acciones e interacciones
socio-históricas. Corresponde al Folklore toda manifestación espontánea de cultura, "todo
conocimiento anónimo que acepta y repite la gente sin someterlo a consideración alguna, sin
analizarlo, sin discutirlo, sin ponerlo en duda, siquiera".
Como arte el Folklore es semillero espontáneo, simple e ingenuo; como literatura o filosofía, será
breve y conciso: relato, cuento, romance, refrán, proverbio, adivinanza, etc., que encuentran ideal
acomodo en las diferentes circunstancias de la vida.
Tal apreciación reafirma el carácter dinámico y creador del Folklore, presentándolo no solamente
como una tradición del pasado, sino como una permanente muestra de las fuerzas creadoras de la
sociedad humana, que día a día se enriquece con dichos, cuentos, costumbres, giros del lenguaje,
sentencias, refranes y canciones, que moldean el alma popular y plasman en ella ese espíritu secular
y a la vez permanente de la inspiración anónima del pueblo.
El Folklore no tiene nunca una forma fija, sino una pauta aproximada o general que varía de tiempo
en tiempo, de grupo a grupo o aún de una región a otra cuando se cuenta o se presenta dentro del
mismo grano o por el mismo individuo.
Lo que caracteriza el contenido del Folklore no es el tiempo de su origen, sino su origen popular.
Cuando un fenómeno cultural es creado anónimamente por una sociedad, tal aspecto cultural
pertenece al Folklore, anota Mendieta y Nuñez.
Por otro lado, es insostenible la tesis de que únicamente es en el pueblo bajo donde se encuentra
difundido el Folklore. Tal posición llevaría a sostener, algo absurdo, que una costumbre o un sistema
determinado de ideas hacen folklórico al proletariado y no a la burguesía que las comparte.
Sabemos que Folklore es saber vulgar, y también que en la medida del progreso, el hombre
profundiza sus conocimientos y cultiva su inteligencia superado las concepciones empíricas
(practicas) y las expresiones culturales espontáneas, de manera que ésas quedan como un
fundamento mental de las capas populares de la sociedad y se hacen cada vez más raras a medida
que ascienden en la escala social; pero, como anota Mendieta y Nuñez, nunca desaparecen
totalmente, ni siquiera en las llamadas élites de la sociedad. "En toda cultura por elaborada que sea,
hay siempre un fondo de empirismo".
La explicación de este fenómeno puede sintetizarse del siguiente modo; a) La ciencia es cada día
más complicada, de tal modo que nadie puede poseerla en su conjunto; b) La ciencia no es capaz,
hasta ahora, de explicarlo todo y, c) Ante la imposibilidad de dominar a la ciencia en su totalidad, los
hombres se especializan en ciertas ramas de ella, partiendo de una base de cultura general; pero en
algunos aspectos científicos, aún los más cultos y los más sabios son tan ignorantes como el más
ignorante de los proletarios (Lucio Mendieta y Nuñez).
A este tercer punto, fundamentalmente, se debe la supervivencia del saber empírico en las clases
medias y altas de toda sociedad, pues el hombre, tiene, necesariamente, que darse una explicación
de las cosas, del mundo y del universo, además que recibe la influencia de las prácticas, costumbres
y tradiciones del medio social que le rodea y que, de un modo u otro, estampa en su espíritu los
valores de la comunidad de que forma parte.
La práctica social confirma lo dicho. Hay supersticiones que son comunes a todos los estratos
sociales. Gentes muy cultas tienen terror al maleficio del número 13. No es extraño ver tanto a
proletarios como a burgueses, evitar pasar debajo de una escalera. La farmacopea casera suple en
muchos casos el uso específico de refinadas técnicas científicas. Los consultorios de los "brujos" son
frecuentados por gentes de exquisita cultura. Así, los ejemplos de la pervivencia del saber vulgar
podrían extenderse al infinito. En la mayor parte de los grupos humanos -dice Bogs-, estas dos
categorías de cultura tradicional y erudita se mezclan en la vida del individuo: la mayoría de los
seres humanos son parcialmente “folklóricos". Es pues el pueblo todo, que diría Ismael Moya, sin
determinación de esferas, que hereda y disfruta los bienes del folklore, que es como un aire "que
trascendido de aroma antiguo, recorre las gradaciones de la sociedad, desde aquella donde se
acogen los campesinos, y la que tiene albergue y escenario en los suburbios y en los conventillos,
hasta que la integran la clase media y encumbrada en el orden intelectual, artístico y económico".
A partir de 1960 y en honor a Thoms, cada 22 de agosto se celebra el Día Mundial de Folklore,
designado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Resumiendo:
1. El folklore no abarca únicamente el estudio de lo arcaico contenido en el saber popular, sino
que su ámbito incluye toda manifestación empírica del grupo humano;
2. No se refiere únicamente al saber de las clases bajas. Ha de entenderse, más bien, como
señala el profesor Mendieta y Nuñez, como la integridad del saber empírico que engloba al
conjunto de los habitantes de un país o de miembros de una comunidad, sin restricciones de
tiempo ni de estratos sociales. Dicho en otras palabras, por Folklore debe entenderse "la
Cultura empírica de las sociedades humanas".
EL HECHO FOLKLORICO
Cuando tipificamos al Folklore como la Cultura empírica de las sociedades humanas, queremos
expresar que esta disciplina estudia aquellas expresiones anónimas de la colectividad, objetivas o
subjetivas, orales o escritas, con profundidad en el tiempo, vivencia tradicional, dispersión y
radicación geográfica manifiesta, que coexisten con la cultura más avanzada en una sociedad
determinada.
El Folklore desempeña varias funciones -escribe Herskovits-. Los mitos explican el universo y
proporcionan una base para el ritual y las creencias. Las leyendas, que habitualmente se diferencian
de los mitos por su carácter secular, se consideran con frecuencia como un registro no escrito de la
historia de la tribu. Actúan no sólo como valiosos instrumentos educativos, sino que son
igualmente útiles para mantener un sentido de la unidad y del valor del grupo. Los proverbios y
las adivinanzas adornan la conversación con alusiones oportunas, ayudan a aclarar una referencia
obscura en quien carece de mundo y moralizan. Las adivinanzas divierten porque sirven de prueba
de ingenio; dan prestigio al que puede resolverlas con seguridad y facilidad. Con la perspicacia del
artista, Anatolie France ha resumido el papel principal del folklore: "Las naciones viven de la mitología
-dijo él- De las leyendas sacan todas las ideas necesarias a su existencia. No necesitan muchas; y
unas pocas fábulas sencillas bastarán para reunir en el mismo grupo millones de vidas".
Las características del Folklore en palabras de Ismael Moya, se puede sintetizar en la siguiente
forma: 1) Es la colectividad la que lo recoge, anima y mantiene su universalidad; 2) El carácter
anónimo de la creación; 3) Su carácter tradicional; 4) La transmisión que puede ser oral o escrita; 5)
Su perspectiva histórica; 6) Su perspectiva geográfica; 7) Su coexistencia con la cultura vigente; 8) Su
objeto moral, utilitario o instructivo en el organismo social; 9) La vivencia como hecho y el traspaso,
de generación a generación, como fin.
El ambiente natural del folklore es el pueblo. Su carácter tradicional se expresa en su transmisión
generacional a través de las edades; es decir, continuidad en el tiempo y en el espacio. La creación
plástica de los pueblos, su inspiración musical, sus actividades, sus valores, perduran en el tiempo,
expandiéndose, tomando nuevos rumbos como un río inagotable y eterno que fecunda
incesantemente la vida de la sociedad.
La tradición es la presencia del pasado en el presente de los pueblos; fuerza cohesionante del
carácter de las naciones, introduce a las colectividades los valores del civismo, del orgullo nacional y
fertiliza la personalidad que, se halla implícita en todas las colectividades nacionales. Todo pueblo,
por pequeño que sea, tiene sus héroes, sus mártires y sus dioses; sus ritos, sus costumbres y sus
juegos; vibra en su entraña el impacto tutelar de sus grandezas nacionales y canta sus glorias, sus
penas, sus alegrías, sus desgracias. Al calor de estas vibraciones profundas, el pasado se funde con
el presente para plasmarse en la fuerza renovadora que con decisión mira al futuro.
La tradición boliviana canaliza dos impulsos milenarios. Uno proviene de la veta indígena; el otro de la
Iberia peninsular. Dos razas, dos mentalidades, dos idiosincrasias diferentes se fundieron en el crisol
de ese drama épico cuya síntesis fue el mestizaje que, al decir de Julio Alberto d'Avis, resultó
igualmente mutilante respecto de sus correspondientes culturas, pues el criollo no fue nunca español
y junto a su linaje ibérico bulló en su alma el arcano de la sangre indígena.
España transportó hacia nosotros los aires de la cultura grecolatina, la cual se difuminó en la entraña
popular de nuestro estamento criollo. Nuestra paremiología (3), con su sal y su pimienta, ofrece
ejemplos ilustrativos de esa tradición tan rica y variada; para no hablar de esa ingeniosidad incisiva,
picante y mordaz, con que la picardía criolla matiza la vida a través de esa fecundidad que tiene para
el apodo y el sobrenombre.
3. La paremiología es la disciplina que estudia los refranes, los proverbios y demás enunciados cuya intención es
transmitir algún conocimiento tradicional basado en la experiencia.

FOLKLORE DE PROYECCIÓN y HECHO FOLKLÓRICO. DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS

De proyección: Se define proyección folklórica como la expresión de fenómenos folklóricos


producida fuera de su ambiente natural y cultural, por obra de personas determinadas que se inspiran
en la realidad folklórica, cuyo estilo, formas, tipos o carácter trasladan y reelaboran en sus obras,
destinadas al público general, preferentemente urbano, al cual se transmiten por medios técnicos,
mecánicos e institucionalizados, propios de la civilización en vigencia, manifestándose ya en el plano
de la creación artística (literatura, música, danza, artes plásticas, teatro, cine, televisión, etc.) ya en el
campo de la industria (tejeduría, cestería, platería, etc.) ya de la moda, la enseñanza, etc. 
Los hechos o fenómenos folklóricos, para ser considerados como tal, deben reunir una serie de
condiciones: anonimato, tradicionalidad, haberse transmitido en forma oral, funcionalidad, vigencia
colectiva en la comunidad folklórica, etc. Tanto los hechos folklóricos como las proyecciones
folklóricas no establecen un orden de jerarquía en cuanto a su importancia, pues se trata de dos
fenómenos claramente diferenciados, no comparables. Pero sí puede afirmarse que la proyección
folklórica es tanto más trascendente, cuanto más se afirme en el hecho folklórico, respetando su
plataforma de sustentación, pues tratándose de una recreación, ella compromete al artista, al
coreógrafo, al músico, al poeta, a no deformar inescrupulosamente el hecho folklórico que toma.

CARACTERES DEL FOLKLORE


En lo que concierne al carácter ANÓNIMO del folklore, se puede decir que toda obra tiene su autor,
sea éste poeta, músico o refranista. "La creación pasa al pueblo, dice Ismael Moya, y si la emoción
del uno se confunde con la dé los demás, entonces el pueblo hará propia esa creación personal”
Otra característica del Folclore es su PERSPECTIVA HISTÓRICA, o sea, su profundidad en el
tiempo. El Folklore se adentra en el pasado con raíces profundas que se alimentan en el lejano hecho
donde se forma la cultura de los pueblos.
Las manifestaciones del Folklore se contienen en ZONAS GEOGRÁFICAS y crean su ambiente
propio. El Folklore es regional; tiene carácter local; que se expande y adquiere renovados matices
con el aporte de nuevos medios y nuevas interpretaciones, es un hecho cierto, pero lo que queremos
recalcar es que el Folklore se genera en un medio determinado y es una expresión de ese
receptáculo materno que le dio el primer impulso de vitalidad y florecimiento.
 El hecho folclórico es EMPÍRICO, ya que se transmite a través del ejemplo y de la manera
tradicional de hacer las cosas, por la experiencia oral de sus raíces no hay nada escrito.
Ejemplo: el ritual del baile de los tinkus o la saya afro-boliviana
 Es POPULAR, el folklore es de uso colectivo, que al popularizarse son reinterpretados,
readaptados por el grupo social que lo hace suyo, el cual le incorpora sus propias
características siendo un patrimonio de todos.
 Es FUNCIONAL, cuando identifica al pueblo o comunidad consigo mismo, satisfaciendo las
necesidades sociales o espirituales de dicho pueblo.
 TRADICIONAL, Son transmitidos de una generación a otra casi siempre de forma oral y con
el ejemplo. Tienen una herencia histórica que vive en el presente y esa tradicionalidad nutre la
conciencia de los hombres y se integra funcionalmente.
 Es PRE-LÓGICO, está determinado por los sentimientos y no por la razón. Tiene la lógica de
los sentimientos primero se aplica más a los hechos que son originados por la mente y
creencias. Ejemplo: Los Cuentos y Leyendas
 NO INSTITUCIONALIZADO, no se enseña en las instituciones escolares o privadas. Se
aprende por sí solo. Por ejemplo la challa de carnaval.
 COLECTIVO, pertenece a una colectividad; es un producto compartido por la mayoría de los
miembros de una comunidad.
 DINÁMICO, incorpora elementos que lo enriquecen es decir, es activo y renovador.
 Es VIGENTE, se conserva desde hace mucho tiempo hasta el presente, aunque haya variado.
 COMUNITARIO, regional, nacional o internacional: Puede ser característico, de una región. o
de una o varias naciones del país
Finalmente; hay que señalar que el Folklore no es permanente en el proceso histórico y que sufre
alteraciones de forma y objeto. Todo hecho folklórico puede responder en el curso de los siglos a
necesidades diferentes. Tal fenómeno ha dado en llamarse "traspaso folklórico".
VALOR SOCIAL DEL FOLKLORE
Hemos enmarcado este tema con criterio eminentemente sociológico, y no con el enfoque
especializado de un folklorista. De ahí que nuestro siguiente pase sea ubicar esta disciplina en uno de
los compartimientos de la Sociología y, concretamente, de la Sociología de la Cultura, ya que,
tenemos dicho, el Folklore es saber popular.
Está ya demostrado cómo el Folklore se objetiviza a través de una permanente creación que
llamaríamos inconsciente en la vida social. Es como explica Poviña, el resultado de una acumulación
permanente, obra de una continua elaboración. Su motor es la vida, su depósito es el tiempo. Como
la vida que lo crea, es un saber no metódico, desordenado, asistemático en todas sus instancias y
resultados".
En cuanto al aspecto gnoseológico, hemos demostrado que este saber vulgar es patrimonio de todos,
la obra anónima y despersonalizada del grupo como saber colectivo por excelencia. Por eso se puede
argüir con certeza que el Folklore es la Sociología del Saber Vulgar.
Por todo lo anotado, el Folklore se revela como un factor social de gran importancia. Sus
proyecciones en el medio social tienen, como todo fenómeno, facetas positivas y negativas. Veamos
en qué consisten, tomando como guía el esquema de Alfredo Poviña.
1. El carácter conservador del Folklore.- Representa, dentro los hechos colectivos, el aspecto
conservador del grupo; vive hoy pero mira el pasado. Recoge los hechos del pasado para
revivirlos en el presente. Se halla íntimamente vinculado a la tradición; es parte de la tradición
misma. A esta observación agrega Mendieta y Nuñez que la creación folklórica es constante
en las sociedades humanas, pues en cuanto un nuevo hecho folklórico aparece en un pueblo,
constituye una fuerza conservadora más, porque se arraiga en él y se opone a toda
transformación radical.
2. Lo folklórico es la expresión de la vida común.- Donde aparece se expresa la vida social
en esa su sencillez ingenua y primitiva que es natural y espontánea, "Refleja el folklore el alma
popular; y el estudio simple de los hechos folklóricos, ayuda para el análisis y la comprensión
de todos los fenómenos de la vida colectiva". Por otra parte, el Folklore expresa una función
ética muy importante, y es la de despertar el amor a la patria, el sentimiento de ligazón con la
tierra. "La semejanza de la vida popular de un siglo a otro, las sobrevivencias milenarias, la
continuidad de usos y costumbres ligan al hombre a su suelo y a todo el pasado de su raza''.
3. Función política del folklore.- Como función política, es un factor que la ciencia de gobernar
debe tomar en cuenta: El conocimiento del pueblo, lo que siente, quiere o critica, se expresan
en el Folklore, que de ese modo constituye un valioso índice de orientación y referencia para
las actividades del gobernante.
4. Función estética del folklore.- Como función estética el folklore está ligado al arte nacional.
El Folklore, es una manifestación artística en el campo del baile, del canto y de las letras; es la
expresión natural y espontánea de la sociedad misma, porque viene de lo auténtico; es la flor
del alma del pueblo en su más pura esencia.
En definitiva, el folklore destaca su importancia social y su realidad sociológica porque cimienta la
unidad nacional, fortifica la solidaridad social y estimula en el grupo la afición a las artes y a las letras.
Lucio Mendieta y Nuñez, desde otro punto de vista, destaca el aspecto negativo del folklore, digno de
tomarse en cuenta para sacar las conclusiones valorativas consiguientes.
En primer lugar, anota que el sentido conservador del folklore se opone, muchas veces, a la difusión
de la cultura moderna. Tal hecho se expresa en las dificultades que actualmente confronta la
enseñanza en la escuela. Como es sabido, tanto en México, -país al que se refiere el mencionado
sociólogo- como en Bolivia, nuestra sociedad vive dentro de dos culturas: la indígena predominante
en el campo y la occidental mestiza en las ciudades. En concepto del sociólogo mexicano, la
comunidad con su saber popular debilita y en algunos casos anula la obra del maestro de escuela.
Asimismo, ciertas costumbres, prejuicios y supersticiones son negativos y hasta inmorales para el
individuo y el grupo. También es evidente que algunos procedimientos de la medicina nativa se han
adelantado a la farmacopea moderna; pero otras prácticas medicinales ejercidas en el seno, del
pueblo son francamente nocivas para la salud y hasta para el equilibrio mental; por otra parte se ha
observado que su uso despierta la desconfianza del hombre ingenuo del pueblo a la introducción de
la medicina y de la higiene científicas. Finalmente, hay que reconocer que la fuerza unificadora y
localista del folklore, conduce, en muchos casos, al regionalismo exacerbado haciendo peligrar la
unidad nacional.
Según William Bascom el aspecto fundamental del Folklore es el "arte verbal" (verbal art) que
contiene a la prosa narrativa (mitos, leyendas, historias); los aforismos, los acertijos, la poesía y las
fórmulas verbales. Las funciones principales del "verbal art" son la educación, el control social, la
legitimación de la autoridad, la descarga psico-sociológica y la continuidad cultural. El Folklore verbal
tiene también funciones políticas y no sólo conservadoras, como lo demuestra el uso del folklore en
las revoluciones de China, Cuba o los movimientos de la independencia de América Latina y el África.
CLASIFICACION DE LOS HECHOS FOLKLORICOS
Algunos autores se han dado a la tarea de clasificar los hechos folklóricos. En la obra de Poviña,
encontramos varias de indudable importancia para un propósito clasificador. Así Saintyves los
cataloga según ellos se refieren a la vida material, a la vida espiritual, o a la vida social. Entre los
primeros están todos los hechos relacionados con la existencia misma: el vestido los alimentos, los
adornos, el trabajo. Los de la vida espiritual se refieren a las exigencias estéticas y religiosas, como
también a las diferentes formas de la sabiduría popular; y, por último, los hechos folklóricos de la vida
social son aquellos que se relacionan con las instituciones tales como las asociaciones, la familia, el
pueblo mismo.
Sebillot, por su parte, anota dos grandes divisiones del Folklore; la literatura oral y la etnografía
tradicional. La primera comprende todo lo que para el pueblo no se reemplaza con las producciones
literales y es obra de la palabra o del canto; tiene una fijeza relativa. En cambio la etnografía
tradicional está formada por todas las creencias no admitidas por las religiones organizadas y son, en
realidad, supervivencias.
INVESTIGACION Y ENSEÑANZA DEL FOLKLORE
La investigación del Folklore, como en toda ciencia, es el punto de partida para explicar los hechos y
enunciar sus leyes después de su observación y análisis. Podemos decir que los métodos de las
ciencias sociales en general, y de las ciencias antropológico-culturales en especial, tienen validez
para encausar las disciplinas del Folklore por los rumbos de una certeza racional y científica.
Si toda cultura debe ser analizada desde el punto de vista económico, político, tradicional,
tecnológico, histórico y artístico, el folklore, como cultura popular, deberá abarcar todas las
modalidades del comportamiento del hombre, sin olvidar una sola de las maneras de ser de su
conducta.
La explicación de un cuento, de una balada, de un mito, se comprenderá con exactitud en función del
campo total de la cultura. Al respectó el folklorista peruano Efraín Moróte, con acertado enfoque
analítico, plantea: "Los modos de producción, distribución y consumo, las normas de estabilización
política de los grupos humanos, las maneras de perpetuación de los conocimientos a través de la
transmisión de las experiencias de una generación a otra, las formas de aporte mutuo de las
relaciones colectivas mediante normas técnicas o jurídicas, la actitud del hombre frente a los grandes
problemas relativos al cómo y al por qué de las cosas, a la interpretación de las interrogantes
vinculadas con el universo y la vida, la creación colectiva que surge del armazón de las relaciones
sociales de producción, influenciada a su vez por las formas de trabajo predominante en una época
dada, no solamente como expresión industrial de un pueblo, sino también como una ideología, es
decir, como una reflexión sistemática del ser que llena la vida consciente de la humanidad, con el
nombre de arte; y en fin, todo ese equipo espiritual, material o social creado por el hombre en
comunidad, todo ese complejo y anchuroso mecanismo que hace que una sociedad se eternice y
perviva en lo importante a pesar de los cambios secundarios en su estructura, podrán ser explicados
en forma sistemática, aclarar la razón de ser de ese refrán, de esa tradición, de ese cuento, de ese
mito".
En el proceso de investigación del Folklore, podemos encontrar cinco momentos o etapas del trabajo:
1) Recolección y registro de material; 2) Clasificación; 3) Comparación; 4) Elaboración; 5) Exposición,
explicación, generalización y conclusiones. Los métodos sociológicos son idóneos para estudiar este
fenómeno social.

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