Extinción
Extinción
Extinción
§ 2. La muerte
Conforme dispone el art. 93 N.º 1, la responsabilidad penal se extingue
“por la muerte del responsable”, esto es, su muerte en sentido natural o
legal (“muerte cerebral”, art. 19 Ley 20.584). Por tanto, no alcanza a extin-
guir la responsabilidad penal la muerte presunta del CC.
Sin embargo, al añadirse que, respecto de las penas pecuniarias, ellas
se extinguen “solo cuando a su fallecimiento no hubiere recaído sentencia
ejecutoria”, se plantea un problema de constitucionalidad al contradecir el
principio de “personalidad de las penas”, según el cual la responsabilidad
penal ha de ser siempre personal y no puede extenderse a terceros inocentes
del delito, como en este caso serían los herederos del responsable difunto
(Beccaria, Delitos, 125). Parece más o menos evidente que cuando el art. 19
N.º 3 CPR asegura a todas las personas que “ninguna ley podrá establecer
penas sin que la conducta que sanciona esté expresamente descrita en ella”,
se refiere a las conductas propias, y no de terceros, por causantes civiles que
sean (véanse además las acertadas críticas de la doctrina nacional indiferen-
te a este problema en Guzmán D., “Comentario”, 442; y Piña y Moreno,
484. Para una discusión sobre el fundamento de esta limitación, a la luz de
los llamados fines de las penas, v. Mañalich, “Destierros”, 287).
696 Manual de derecho penal chileno - Parte general
A. Amnistía
Conforme al art. 93 N.º 3, la amnistía “extingue por completo la pena
y todos sus efectos”. Ella corresponde a la forma más amplia de perdón
oficial, el ejercicio del derecho de gracia que el soberano otorga a través de
sus representantes en el Congreso Nacional, por ley y en la forma y con las
limitaciones contempladas en la CPR. Se denomina propia cuando se dirige
a hechos no enjuiciados todavía, impidiendo la condena por los mismos, e
impropia, cuando solo afecta penas ya impuestas. En este caso, se extiende
a todas ellas, incluso las accesorias, pero no a la responsabilidad civil deri-
vada del delito y así declarada por sentencia firme (RLJ 175).
Nuestra legislación interna no ha incorporado explícitamente las limita-
ciones provenientes del fundamento político de la institución, esto es, “fa-
cilitar la pacificación de una comunidad cuya vida hubiese atravesado un
período de grave turbulencia política y social” (Guzmán D., “Comentario”,
445). Sin embargo, éstas se encuentran, p. ej., en el art. 5.5. del Protocolo II
adicional a los Convenios de Ginebra de 1949 relativo a la protección de las
víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional, de 1977, que
especifica sus condiciones y destinatarios: “A la cesación de las hostilidades,
las autoridades en el poder procurarán conceder la amnistía más amplia
posible a las personas que hayan tomado parte en el conflicto armado o
que se encuentren privadas de libertad, internadas o detenidas por motivos
relacionados con el conflicto armado”; excluyendo la legitimidad de las
llamadas “auto amnistías”, esto es, las dictadas por los vencedores del con-
flicto en su propio beneficio (Aldunate, “Revisión”, 145).
Una vez promulgada la ley de amnistía, ella se extiende a todos los he-
chos punibles a que hace referencia, realizados con anterioridad a su pro-
mulgación, durante el tiempo que en ella se indica. Abarca, luego, tanto
delitos consumados como frustrados y tentados, y las diferentes formas de
700 Manual de derecho penal chileno - Parte general
a) Límites a la amnistía
i) Toda ley de amnistía debe aprobarse con el requisito de quórum califi-
cado, el que se aumenta tratándose de amnistías referidas a delitos terroris-
tas (arts. 16, 60 y 61 CPR); y
ii) El art. 250 inc. final CPP, prohíbe sobreseer definitivamente una causa
cuando los delitos investigados, “conforme a los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”, “no puedan ser amnis-
tiados”, por aplicación de lo dispuesto en el art. 5 inc. 2 CPR, que limita
la soberanía de la nación a lo dispuesto por los tratados de derechos hu-
manos vigentes. Luego, no es posible admitir una amnistía que abarque
delitos atentatorios contra dichos derechos y que hayan sido declarados no
susceptibles de amnistiar por los tratados respectivos, lo que sucede parti-
cularmente con los delitos de torturas y desaparición forzada de personas,
hechos contemplados en las respectivas Convenciones de la ONU de 1984
y OEA de 1994 y 1998 (RLJ 176).
Esta limitación es la que ha dejado sin aplicación el DL 2.191, de 1978,
que estableció una amnistía para los delitos cometidos en los primeros
años de la Dictadura Militar (SSCS 29.3.2005, Rol 4622-2, con comen-
tario favorable de Carnevali, “Amnistía”, 398; y 13.3.2007, Rol 3125-4,
Jean Pierre Matus Acuña - M.ª Cecilia Ramírez Guzmán 701
B. Indulto
a) Concepto y alcance
El indulto es una gracia, pero se diferencia de la amnistía por la menor
amplitud de su alcance y sus efectos (art. 93 N.º 4). Desde luego, solo pro-
cede respecto de personas condenadas por sentencia ejecutoriada y “solo
remite o conmuta la pena; pero no quita al favorecido el carácter de con-
702 Manual de derecho penal chileno - Parte general
C. Principio de oportunidad
Conforme dispone el art. 170 CPP, transcurridos los plazos que allí se
establecen y sin que el Juez de Garantía o el Fiscal Regional, en su caso,
revoquen la decisión del Fiscal del Ministerio Público correspondiente, el
ejercicio del principio de oportunidad extingue la acción penal respecto del
hecho de que se trate, dejando subsistente únicamente la posibilidad de una
acción civil contra el imputado.
704 Manual de derecho penal chileno - Parte general
F. Perdón privado
a) En delitos de acción privada
Son delitos de acción penal privada aquellos que solo pueden ser perse-
guidos por la víctima, a saber, los delitos y faltas de injurias, la calumnia, la
provocación al duelo y la denostación pública por no haberlo aceptado, y
la celebración por menores de un matrimonio sin el consentimiento de sus
representantes legales (art. 55 CPP).
En esta clase de delitos, según el art. 93 N.º 5, el perdón del ofendido
solo operaría respecto de penas impuestas restándole aparentemente valor a
una declaración previa al proceso en ese sentido o durante el mismo. De este
modo, la ley pareciera prevenir un eventual derecho del querellado de ob-
tener una sentencia absolutoria en esta clase de delitos, tal como lo estable-
cería el art. 401 CPP, al permitirle rechazar el desistimiento del querellante.
Sin embargo, esta prevención es irrelevante en la práctica, pues el art.
402 del mismo cuerpo legal deja entregada a la voluntad del querellante la
decisión de abandonar la acción penal, abandono que produce exactamente
el mismo efecto que el desistimiento: sobreseimiento definitivo, pero sin que
el querellado pueda oponerse.
§ 5. Prescripción
A. Concepto y alcance
El art. 93 N.º 6 y 7 establece la prescripción como causal de extinción
de acción penal y de la pena, que consiste en la cesación de la pretensión
punitiva del Estado por el transcurso del tiempo, sin que el delito haya sido
708 Manual de derecho penal chileno - Parte general
B. Límites de la prescripción
Por lo que respecta a su alcance, la doctrina que hacía prescriptibles toda
clase de delitos ya no es predicable de nuestro sistema, pues existen diversas
excepciones que, probablemente, se amplíen con el tiempo, según se advier-
te de diferentes mociones parlamentarias presentadas al efecto. Estas refor-
mas sucesivas producen y producirán problemas de aplicación temporal de
la ley que deben resolverse de conformidad con la regla general de entender
los plazos de prescripción como reglas que pueden o no ser más favorables
al imputado (eximiendo de pena o imponiendo una más benigna, en caso
de aplicarse la media prescripción, art. 103), por lo que están sujetas a las
disposiciones del art. 18 CP y 11 CPP (Oliver, “Cómputo”, 265).
a) Delitos imprescriptibles
i) Delitos de tortura, genocidio, crímenes de guerra y de lesa humanidad,
comprendidos en los tratados internacionales: según el art. 250 inc. final
CPP, no se puede sobreseer definitivamente una causa cuando los delitos
investigados “sean imprescriptibles”, “conforme a los tratados internacio-
nales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”, a saber, tortura,
genocidio, lesa humanidad y crímenes de guerra.
Sin embargo, hasta fines del siglo XX nuestros tribunales rechazaban
consistentemente que la calificación de un delito como genocidio, crimen de
guerra o de lesa humanidad pudiera importar que no fueran prescriptibles.
Jean Pierre Matus Acuña - M.ª Cecilia Ramírez Guzmán 709
D. Prescripción de la pena
a) Tiempo de la prescripción
Mientras la medida del tiempo de prescripción de la acción penal ha de
hacerse con relación a la pena señalada en abstracto por la ley al delito,
tratándose de la prescripción de la pena, ésta se refiere únicamente a las
“impuestas por sentencia ejecutoria”, y prescriben, según su art. 97: i) las
de presidio, reclusión y relegación perpetuos, en quince años; ii) las demás
penas de crímenes, en diez años; iii) las de simples delitos, en cinco años; y
iv) las de faltas, en seis meses. Pero, hay que insistir aquí, para evitar con-
fusiones, que la calificación que hace el art. 97 es de las penas concretas
impuestas, no de los delitos: así, si un simple delito es penado con la sanción
de prisión mayor de 41 días, por concedérsele al condenado una rebaja de
grados, la pena concreta impuesta es una de falta y ni de simple delito y, por
tanto, prescribe en seis meses (SCS 27.8.2014, RCP 41, N.º 4, 2014, 143,
con nota aprobatoria de C. Cabezas).
La forma mecánica en que la ley ha reiterado el tiempo de la prescripción
de la acción penal en la de las penas impuestas, puede llevar a la absurda
situación de que una pena impuesta a un partícipe del delito pueda prescri-
bir antes que la acción penal con relación a otro; y viceversa: que la acción
penal prescriba antes que el cumplimiento efectivo de una pena impuesta (la
llamada pena del torpe, Guzmán D., “Comentario”, 477).
II, 385); y SCS 3.9.2014, RCP 41, N.º 4, 2014, 137, con nota crítica de C.
Ramos, citando a favor de considerar la fecha de la sentencia de término la
de su dictación a Etcheberry DP II, 259).
Tratándose de un quebrantamiento de condena, la fecha se cuenta desde
el día en que se produce, pero para determinar el tiempo de la prescrip-
ción se ha de descontar de la condena impuesta el tiempo servido antes del
quebrantamiento.
En todo caso, también se aplica aquí el aumento del tiempo en caso de
ausencia del país del condenado.