Actividad 4 ACR JPF
Actividad 4 ACR JPF
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Desarrollo:
a) Pautas de Crianza
Los padres son los primeros formadores de sus hijos y son ellos quienes establecen las pautas de
crianza. La crianza, de acuerdo con Villegas (1999), es un proceso secuencial que los padres inician
desde su formación como hijos de sus propias familias. Por lo tanto, las pautas de crianza son los
acuerdos que convienen los padres que planean y preparan la llegada de los hijos, se debe considerar
que los padres son personas que se desarrollaron en contextos diferentes y, por lo tanto, deben llegar
a acuerdos que ayuden a los lineamientos que llevará el niño durante su desarrollo.
Para Rodas, Gonzales y Palomino (2004), citados en Enríquez y Garzón (2018), las pautas de
crianza son el conjunto de elementos culturales, sociales, psicológicos que utilizan los padres,
hermanos, vecinos, familiares, etc., en la formación de conducta de los niños.
Además, las pautas de crianza son aprendidas (heredadas) por los padres de los padres y se
transmiten de generación en generación. Esto se lleva a cabo mediante la socialización del niño con la
familia y la sociedad en la que se desarrollan, lo perciben y aprenden mediante el juego de roles. Es
importante señalar que no todas las pautas de crianza son adecuadas para los niños, pues ellos son
diferentes y cada uno se desenvuelve en un contexto distinto, al igual que los padres.
b) La relación madre-hijo y el comienzo del lenguaje
La relación madre-hijo es el primer vínculo que se establece en la vida de un niño, además de ser la
madre la persona con quien pasa la mayor parte del tiempo. La adquisición del lenguaje es un proceso
que tiene lugar en una situación social interactiva. Los primeros años de vida a nivel psicológico,
emocional, cognitivo, físico, comportamental, cultural y social, son de suma importancia para el
desarrollo de los seres humanos. En este período se adquieren habilidades, capacidades y
competencias que influyen para la formación de la estructura mental y de personalidad. La experiencia
temprana de las relaciones, sobre todo con la madre, posibilita el progreso del niño y se convierte en
un dispositivo poderoso para afianzar relaciones presentes y futuras., lo cual será base para un
adecuado proceso de adquisición y producción del lenguaje, como un componente fundamental de la
naturaleza humana dentro de las diferentes relaciones interpersonales del niño.
c) Socialización en la familia
La socialización es un proceso a través del cual el individuo aprende a interiorizar unos
contenidos socioculturales. Socializar significa hacerse social en la sociedad en que uno vive. Sin
embargo el individuo no es capaz de llegar a desarrollarse como persona sin el soporte de aspectos
culturales específicos, necesita asimilar un lenguaje y unos modos concretos de pensar, de sentir y de
actuar, unidos a la aceptación de unos valores. La familia es la primera que actúa socializando el
carácter cualitativo de su influencia. Cada uno de los componentes del grupo doméstico son a la vez
socializadores y socializados. Los padres son agentes socializadores no solo cuando se proponen unos
objetivos concretos y explícitos y unas estrategias calculadas. Por otra parte, los valores transmitidos a
los hijos e hijas dependen de los valores personales de los padres y madres. Los valores tienen una
importancia capital en la socialización de los hijos porque son los principios orientadores del sistema de
creencias y de la conducta social del sujeto.
Algunas características en la sociedad actual desde el siglo XX y XXI son los cambios producidos
que tienen que ver con la transformación tradicional. La familia extensa ha pasado a ser nuclear. Las
mujeres se van incorporando al trabajo o actividades extra domésticas. Hay cambios fundamentales
en las instituciones suprafamiliares. La iglesia ha sado de una fuerte integración a una relación
superficial con la comunidad y en el trabajo.Por otro parte los centros educativos; y todas las
instituciones extrafamiliares antes encargadas en la socialización de la infancia, se trastoca la clásica
división de funciones entre familia que cuida y educa y la escuela enseña. La escuela tiene
necesariamente que atender las funciones de atención y cuidado al desarrollo físico, afectivo y de
comportamiento al igual que el desarrollo cognitivo cultural.
Educar en valores no significa imponer, sino proponer, mostrar diferentes caminos y opciones
y ayudar para que cada uno vea cuales son mejores para él. La sociedad actual está en continuo
cambio y junto a ella está cambiando la educación en valores.
e) El juego y la educación
De acuerdo con UNICEF (2018), los años que corresponden a la educación preescolar
constituyen la parte central del período de la primera infancia, y son los que fundamentan el éxito
tanto en la escuela como después de ésta. Por lo tanto, el aprendizaje a través del juego se debe
considerar durante la primera infancia y después de esta.
De los 3 a los 5 años se considera la etapa preescolar, donde las capacidades lingüísticas,
socioemocionales y cognitivas se desarrollan de forma acelerada. Durante esta etapa es importante la
estimulación y el aprendizaje derivados del juego que ayudan a la interacción con los compañeros y
adultos que cuidan del niño, ya sea en casa como en el preescolar. El juego, en este período, permite
que los niños exploren y den sentido al mundo que los rodea, además le ayuda a desarrollar la
imaginación y la creatividad.
En la etapa de los 6 a los 8 años, el juego en la educación sigue siendo muy importante pues
ayudan a transformar las experiencias educativas de los niños en los primeros años de la primaria y
fortalecen la motivación y los resultados de su aprendizaje.
El juego es una de las herramientas más importantes en la que los niños obtienen
conocimientos y competencias esenciales. El juego les ayuda a dar sentido al mundo, es divertido y con
ello entienden las sensaciones de disfrute, motivación, emoción y placer, invita a la participación pues
combina la actividad física, mental y verbal, el juego ni el aprendizaje son estáticos y ponen en práctica
sus competencias y descubren nuevos retos, y finalmente, el juego es socialmente interactivo ya que
les permite a los niños a comunicar ideas y a entender la de los demás mediante la interacción social.
Conclusiones
Se puede concluir que para que los niños tengan una buena crianza, los padres como primeros
formadores, son los que marcan las pautas de crianza que se reflejarán en las conductas de sus hijos. El
vínculo entre madre e hijo en los primeros años de vida servirá para determinar la relación que existe
entre la adquisición del lenguaje, desarrollo infantil y el vínculo afectivo. En la socialización, el individuo
se relaciona con otros, se desarrolla en un ambiente social, los padres son los principales socializadores
y también los encargados de transmitirles valores a sus hijos. En el paso de la familia por la escuela, la
familia conforma el primer ambiente de aprendizaje de los niños en el entorno físico, cognoscitivo y
social. Para el juego y la educación, éste debe ser considerado como aprendizaje a través de juegos
durante la primera infancia y después de esta. La conducta prosocial contiene efectos positivos y
sociales para que los niños muestren una relación afectiva en el desarrollo de su personalidad. En la
psicopatología de la primera infancia son representados como aquellos trastornos que aparecen
durante la infancia y la adolescencia. Estos niños con conductas disruptivas, las cuales están incluidas
en el DSM-IV-TR para el diagnóstico se requiere de ayuda profesional para atender todos estos
problemas conductuales, psicológicos, sociales, físicos y de aprendizaje. Además de la aplicación de
tratamientos, estrategias conductuales y cognitivos - conductuales que sean apropiadas para este tipo
de psicopatologías en los niños, como también la intervención adecuada a cada caso.
Bibliografía: